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TRIBUNAL DE DEFENSA DE LA COMPETENCIA

Y DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL
Sala Especializada en Propiedad Intelectual

RESOLUCIÓN N° 1643-2015/TPI-INDECOPI

EXPEDIENTE N° 451604-2011/DSD

ACCIONANTE: JULIA EVELYN AGUILAR CARRIZALES

EMPLAZADA: GISELA TANIA LAVADO LÓPEZ

Nulidad parcial del registro de una marca de producto otorgada bajo la


vigencia de la Decisión 486 y el Decreto Legislativo 1075 – Mala fe:
Acreditada.

Lima, catorce de abril de dos mil quince.

I. ANTECEDENTES

Con fecha 5 de abril de 2011, Julia Evelyn Aguilar Carrizales (Perú) solicitó la
nulidad de la marca de producto LA REYNA CHELERA, registrada a favor de
Gisela Tania Lavado López, bajo Certificado Nº 59590, en la clase 41 de la
Nomenclatura Oficial. Manifestó lo siguiente:
- El registro de la marca ha sido solicitada mediando mala fe.
- El titular original de la marca fue el señor David Román Arangón, quien
posteriormente, transfirió la marca a favor de la emplazada, Gisela Tania
Lavado López.
- El señor Román fue su representante artístico durante el periodo
diciembre de 2007 - noviembre de 2010. Prueba de ello son los contratos
que se adjuntan a la presente, en donde se verifica que este último se
encargaba de realizar contratos y presentaciones en diversos eventos en
representación de su persona. En tal sentido, el señor Román tenía
conocimiento de que era conocida en el mundo artístico con el nombre
de LA REYNA CHELERA.
- No obstante haber tenido conocimiento de ello, el señor Román solicitó
el registro de la marca a su favor, para luego transferirla a una de sus
competidoras en el mundo artístico (la emplazada).

Mediante proveído de fecha 8 de agosto de 2011, complementado con los


proveídos de fechas 26 de agosto y 15 de setiembre de 2011, la Secretaría
Técnica de la Comisión de Signos Distintivos precisó que al no haber sido
posible notificar a la emplazada en el domicilio consignado en el expediente en
el cual se realizó el acto modificatorio del registro de la marca materia de

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nulidad1 y en el domicilio que se aprecia en la consulta RUC realizada 2, la


accionante deberá notificar el traslado de la acción de nulidad de fecha 13 de
julio de 2011, vía edicto.

Con fecha 5 de diciembre de 2011, Julia Evelyn Aguilar Carrizales adjuntó las
publicaciones de los edictos realizadas en el diario Oficial El Peruano y el País.

Mediante proveído de fecha 20 de febrero de 2012, la Secretaría Técnica de la


Comisión de Signos Distintivos dejó constancia de que, habiendo vencido el
plazo de Ley sin que la emplazada conteste la acción de cancelación, se tiene
por no contestada la referida acción.

Mediante Resolución N° 1525-2013/CSD-INDECOPI, de fecha 29 de mayo de


2013, la Comisión de Signos Distintivos declaró la nulidad parcial del registro
de la marca de servicio LA REYNA CHELERA, manteniendo vigente la marca
únicamente para distinguir actividades deportivas, de la clase 41 de la
Nomenclatura Oficial. Consideró lo siguiente:
 Aplicación del supuesto contenido en el incico e) del artículo 136 de la
Decisión 486
La accionante ha manifestado que es conocida en el mundo artístico con
el nombre de LA REYNA CHELERA, gozando dicho nombre de
reconocimiento y prestigio en el mercado de la música folklórica de
nuestro país. Asimismo, indicó que el señor David Román Arango, fue su
representante artístico, por lo que tenía conocimiento de su persona y del
nombre que utilizaba.
En el presente caso, se ha verificado que la accionante no ha presentado
medios probatorios que acrediten que la denominación LA REYNA
CHELERA, constituya el seudónimo con el cual es conocida en el rubro
de la música folklórica, cabe precisar que si bien ha adjuntado un
documento denominado “Acta de Compromiso”, en el cual el señor David
Román Aragón, ha declarado que la accionante es conocida en el mundo
artístico como , ello constituye únicamente una declaración privada que
no permite demostrar que el público usuario asocie la denominación con
la accionante. De lo expuesto, esta Comisión considera que la marca , no
se encuentra incursa en la prohibición contenida en el articulo 136 inciso

1
La dirección que obra en el referido expediente es: Las Torres II, Santa Clara Block 5 – Dpto. 504 – Ate.
2
La dirección que obra en la Ficha RUC es. Jr. Manuel Alonso N| 499, El Tambo, Huancayo, Junín.

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e) de la Decisión 486, por lo que la acción de nulidad debe declararse


infundada en este extremo.
 Mala fe
- Del análisis de los medios probatorios adjuntados se desprende lo
siguiente: (i) El documento denominado “Acta de Compromiso” constituye
una declaración de parte realizada por el propio David Román Aragón,
solicitante de la marca materia de nulidad. (ii) David Román Aragón,
reconoce que ha existido un vinculo laboral con la accionante desde el
año 2007, esto es, fecha anterior a la solicitud de registro de la marca
objeto de nulidad, en la cual este actuaba como representante artístico de
la accionante. (iii) David Román Aragón, ha declarado que la accionante
es conocida en el mundo artístico con el nombre de REYNA CHELERA y
que esta tenía un marco musical denominado “Los Príncipes Cheleros”.
- En virtud a lo expuesto, se considera que la marca cuya nulidad se solicita
fue obtenida de mala fe, toda vez que el señor David Román Aragón, en
su calidad de representante artístico -durante los años 2007 al 2010- de la
accionante Evelyn Aguilar Carrizales, conocía que ésta se identificaba en
el mundo artístico con el nombre , ello de conformidad a su propia
declaración, en ese sentido corresponde declarar fundada en este
extremo la acción de nulidad interpuesta.
 Determinación de la nulidad del registro
En el presente caso, tal y como ha quedado acreditado en los párrafos
precedentes, la mala fe del emplazado al solicitar el registro de la marca
se debió a que este conocía que la accionante brindaba servicios de
presentación de espectáculos, en ese sentido dado que tal servicio no
guarda vinculación con algunos de los servicios que distingue la marca
base de nulidad, esto es, actividades deportivas, no corresponde declarar
la nulidad de esta marca respecto a dicho servicio.

Con fecha 25 de abril de 2014, Julia Evelyn Aguilar Carrizales interpuso


recurso de apelación manifestando lo siguiente:
- La denuncia de nulidad interpuesta no le fue debidamente notificada.
- Recién ha tomado conocimiento de la existencia del presente
procedimiento, cuando la Sala Especializada en Propiedad Intelectual
emitió la Resolución N° 2306-2012/TPI-INDECOPI en el Expediente

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N°447349-20113, suspendiendo el referido expediente hasta que se


resuelva el presente procedimiento de nulidad.
- Resulta contradictoria la motivación realizada por la Comisión de Signos
Distintivos. Primero, se determina que el “Acta de Compromiso” suscrita
por David Román Aragón, en favor de la accionante, constituye
solamente una declaración privada que no permite demostrar que el
público usuario asocie la denominación LA REYNA CHELERA con la
accionante; para luego invocar el mismo documento y concluir la mala fe
con la que habría actuado el señor David Román Aragón y declarar la
nulidad parcial del registro de la marca.
- La mala fe con la que hubiera actuado el señor David Román Aragón no
puede tener vinculación jurídica con su persona. No existe en el
expediente ningún medio de prueba que acredite razonablemente o que
haga presumir que su persona habría actuado de mala fe.
- Cuando celebró el contrato de transferencia de marca con el señor David
Román Aragón y luego se realizó el trámite de inscripción ante el
INDECOPI actuó bajo el principio de la buena fe pública registral. Así
pues, no existía ninguna anotación preventiva o medida cautelar
mediante la cual hubiera tomado conocimiento de que la accionante se
encontraba cuestionando el registro de la referida marca.
- Asimismo, la marca objeto de nulidad fue inscrita el 23 de noviembre de
2009, por lo que la accionante dejó transcurrir casi un año y medio para
proceder a su impugnación. El cuestionamiento del registro lo interpuso
dos meses después de que su persona realice el acto modificatorio; lo
cual demuestra la intención de perjudicarla e impedir que pueda utilizar
dicho seudónimo artístico.

Con fecha 10 de junio de 2014, Evelyn Aguilar Carrizales absolvió el traslado


de la apelación manifestando lo siguiente:
- Con relación a la notificación a la emplazada de la denuncia interpuesta,
se advierte que la publicación realizada mediante edicto se realizó
conforme a Ley.
- Con relación a la valoración del “Acta de Compromiso”, el hecho de que
no sea aprueba suficiente para acreditar que a su persona sea conocida
como LA REYNA CHELERA, no implica que no sea prueba de la mala fe
con la que actuó David Ramón Aragón.
3
Procedimiento de Infracción a los Derechos de Propiedad Industrial interpuesto por Gisela Tania Lavado
López contra Marisol Cavero Verdura por el uso de la denominación LA REYNA CHELERA.

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- El artículo 172 de la Decisión 486 hace alusión a la mala fe pre registral;


por lo que, en actos concretos en los que se compruebe esta mala fe es
susceptible la aplicación de la referida norma.

Con fecha 14 de julio de 2014, Gisela Tania Lavado López manifestó que el
escrito presentado por la accionante resulta inadmisible por cuanto:
- No cumple con lo establecido en el TUO de la Ley Orgánica del Poder
Judicial en lo referente al carácter cautivo de la defensa y a la obligación
de consignar el registro del Colegio de Abogados.
- En el caso de los Estudios Colectivos de Abogados se debe de cumplir
con lo establecido en el artículo 291 del mismo cuerpo legal, no
habiéndose acreditado que el abogado que suscribe, pertenezca a un
estudio colectivo.

II. CUESTIÓN EN DISCUSIÓN

La Sala Especializada en Propiedad Intelectual deberá determinar:


i) Si la Primera Instancia incurrió en alguna causal de nulidad en la
tramitación del presente procedimiento.
ii) De ser el caso, si el registro de la marca de producto LA REYNA
CHELERA fue concedido en contravención de las normas vigentes al
momento de su otorgamiento.

III. ANÁLISIS DE LA CUESTIÓN EN DISCUSIÓN

1. Informe de antecedentes

1.1. Con fecha 7 de setiembre de 2009, David Román Aragón solicitó el


registro de la marca de producto LA REYNA CHELERA, para distinguir
educación, formación, servicio de entretenimiento, actividades deportivas
y culturales, de la clase 41 de la Nomenclatura Oficial, la cual fue
registrada el 23 de noviembre de 2009, bajo Certificado Nº 59590, con
vigencia hasta el 23 de noviembre de 2019.

Gisela Tania Lavado López solicitó, el 28 de diciembre de 2010, la


transferencia de la referida marca a su favor, la cual fue aceptada

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mediante Resolución N° 607-2011/DSD-INDECOPI, de fecha 26 de enero


de 2011.

Con fecha 23 de febrero de 2011, mediante Expediente N° 447349-2011,


Gisela Tania Lavado López interpuso acción por infracción de los
derechos de Propiedad Industrial contra Marisol Cavero Verdura en virtud
a que ésta estaría utilizando la denominación LA REYNA CHELERA sin
su autorización.

Mediante Resolución N° 2919-2011/CSD-INDECOPI, de fecha 11 de


noviembre de 2011, la Comisión de Signos Distintivos declaró infundada la
denuncia por infracción a los derechos de Propiedad Industrial, la cual fue
apelada por Gisela Tania Lavado López.

Mediante Resolución N° 2306-2012/TPI-INDECOPI, de fecha 19 de


noviembre de 2012, la Sala Especializada en Propiedad Intelectual
suspendió el referido procedimiento hasta que se resuelva de manera
definitiva el Expediente N° 451604-2011 (el presente expediente).

1.2. Alfonso Emiliano Mautino Salazar (Perú), es titular de la marca de servicio


constituida por la denominación LOS CHELEROS BAND escrita en letras
características, la representación estilizada de una guitarra dentro de una
figura circular apreciándose en la parte exterior de esta denominación
señalada y la representación de la clave musical sol y la frase CANTA:
ALFONSIN escrita en letras características, todo en los colores rojo,
amarillo, celeste, anaranjado y plomo; conforme al modelo adjunto, para
distinguir grupo musical, espectáculos musicales en vivo, conciertos
bailables, grabaciones musicales en discos compactos y cassettes, de la
clase 41 de la Nomenclatura Oficial, registrada el 9 de octubre de 2003,
bajo Certificado Nº 33525, con vigencia hasta el 9 de octubre de 2023:

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2. Cuestión previa

De los antecedentes expuestos se advierte que únicamente ha interpuesto


recurso de apelación la emplazada, Gisela Tania Lavado López, por lo que ha
quedado firme el extremo de la Resolución N° 1525-2013/CSD-INDECOPI, de
fecha 29 de mayo de 2013, referido a que la marca de servicio LA REYNA
CHELERA no se encuentra contenida en la prohibición de registro establecida en
el artículo 136, inciso e) de la Decisión 486.

En tal sentido, corresponde a la Sala de Propiedad Intelectual evaluar,


únicamente, si la marca de servicio LA REYNA CHELERA fue concedida en
contravención de las normas vigentes al momento de su otorgamiento.

3. Nulidad del acto administrativo

El artículo 10 de la Ley 27444 establece que son vicios del acto administrativo,
que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas
reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se
presente alguno de los supuestos de conservación del acto a que se refiere
el artículo 14.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación
automática o por silencio administrativo positivo, por los que se adquiere
facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico, o
cuando no se cumplen con los requisitos, documentación o trámites
esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que
se dicten como consecuencia de la misma.

Asimismo, el artículo 114 de la citada norma señala que la nulidad será conocida
y declarada por la autoridad superior de quien dictó el acto (11.2).

4
Artículo 11.- Instancia competente para declarar la nulidad
11.1 Los administrados plantean la nulidad de los actos administrativos que les conciernan por medio
de los recursos administrativos previstos en el Título III Capítulo II de la presente Ley.
11.2 La nulidad será conocida y declarada por la autoridad superior de quien dictó el acto. Si se
tratara de un acto dictado por una autoridad que no está sometida a subordinación jerárquica, la
nulidad se declarará por resolución de la misma autoridad.

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De conformidad con lo establecido en el punto 1.1 de la Directiva N° 002-


2001/TRI-INDECOPI, publicada el 24 de enero del 2002 en el Diario Oficial El
Peruano, las Salas del Tribunal del INDECOPI son los órganos competentes
para declarar de oficio o a solicitud de parte la nulidad de los actos
administrativos expedidos por las Comisiones y Oficinas del INDECOPI, cuando
se produzca cualquiera de los casos enumerados en el artículo 10 de la Ley del
Procedimiento Administrativo General u otros que determinen las normas
especiales.

4. Sobre las notificaciones de los actos administrativos

El artículo 16 numeral 1 de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento


Administrativo General, dispone que el acto administrativo es eficaz a partir de
que la notificación legalmente realizada produce sus efectos.

Al respecto, en primer lugar, cabe mencionar que el artículo 21 de la Ley 274445


(Ley del Procedimiento Administrativo General) establece lo siguiente respecto al
régimen de la notificación personal:
– La notificación personal se hará en el domicilio que conste en el expediente,
o en el último domicilio que la persona a quien deba notificar haya señalado
ante el órgano administrativo en otro procedimiento análogo en la propia
entidad dentro del último año (artículo 21.1).
– En caso que el administrado no haya indicado domicilio, o que éste sea
inexistente, la autoridad deberá emplear el domicilio señalado en el
Documento Nacional de Identidad del administrado. De verificar que la
notificación no puede realizarse en el domicilio señalado en el Documento
Nacional de Identidad por presentarse alguna de las circunstancias descritas
en el numeral 23.1.2 del artículo 23 se deberá proceder a la notificación
mediante publicación (artículo 21.2).
– En el acto de notificación personal debe entregarse copia del acto notificado y
señalar la fecha y hora en que es efectuada, recabando el nombre y firma de
la persona con quien se entienda la diligencia. Si ésta se niega a firmar o
recibir copia del acto notificado, se hará constar así en el acta, teniéndose por
bien notificado. En este caso la notificación dejará constancia de las
características del lugar donde se ha notificado (artículo 21.3).

11.3 La resolución que declara la nulidad, además dispondrá lo conveniente para hacer efectiva la
responsabilidad del emisor del acto inválido.
5
Modificado por Decreto Legislativo Nº 1029, publicado el 24 de junio de 2008.

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– La notificación personal se entenderá con la persona que deba ser notificada


o su representante legal, pero de no hallarse presente cualquiera de los dos
en el momento de entregar la notificación, podrá entenderse con la persona
que se encuentre en dicho domicilio, dejándose constancia de su nombre,
documento de identidad y de su relación con el administrado (artículo 21.4).
– En el caso de no encontrar al administrado u otra persona en el domicilio
señalado en el procedimiento, el notificador deberá dejar constancia de ello
en el acta y colocar un aviso en dicho domicilio indicando la nueva fecha en
que se hará efectiva la siguiente notificación. Si tampoco pudiera entregar
directamente la notificación en la nueva fecha, se dejará debajo de la puerta
un acta conjuntamente con la notificación, copia de los cuales serán
incorporados en el expediente (artículo 21.5).

La Directiva N° 001-2001/TRI-INDECOPI regula el procedimiento de


notificación de actos administrativos expedidos en la tramitación de
procedimientos ante órganos funcionales del INDECOPI, tales como citatorios,
emplazamientos, requerimientos de información o documentación u otros actos
administrativos análogos.

El artículo 3.1 de dicha Directiva establece que la notificación personal se


realiza en el domicilio señalado por el administrado en el respectivo
procedimiento y ante el órgano funcional correspondiente.

Asimismo, se establece en el artículo 3.8 que si el administrado no ha señalado


domicilio, el órgano funcional deberá notificar en el último domicilio señalado
ante el mismo órgano funcional en otro procedimiento dentro del último año. Si
no se tuviera dicha información, el órgano funcional procederá a buscar el
domicilio del mismo recurriendo a fuentes de información gratuitas. De
encontrarse un domicilio en estas fuentes, se procederá a notificarlo; si el
domicilio no existiese o no se dé razón del destinatario en el domicilio
proporcionado, se requerirá un nuevo domicilio a la persona que lo proporcionó
originalmente. Si nuevamente no puede hacerse efectiva la notificación o la
persona que proporcionó el primer domicilio manifestó, bajo declaración jurada,
que no conoce otro, se notificará el acto administrativo por publicación.

Cabe recordar que de acuerdo al artículo 113.5 de la Ley 27444, todo escrito
que se presente ante cualquier entidad debe contener la dirección del lugar
donde se desea recibir las notificaciones del procedimiento, cuando sea

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diferente al domicilio real y este señalamiento de domicilio surte sus efectos


desde su indicación y es presumido subsistente, mientras no sea comunicado
expresamente su cambio.

4.1 Notificación de la solicitud de nulidad

En lo que se refiere a los procedimientos de nulidad, el artículo 74 del Decreto


Legislativo Nº 10756 regula las notificaciones de las solicitudes de nulidad
disponiéndose que la Dirección competente notificará la solicitud de nulidad al
titular del registro, en el domicilio que el titular haya consignado en la solicitud de
registro o renovación correspondiente, de conformidad con lo establecido en el
artículo 69 de este Decreto Legislativo7. Asimismo, se dispone que en los casos
en que no se pueda notificar al titular del registro conforme lo dispone el párrafo
precedente, procederá la notificación por edicto de acuerdo a las disposiciones
contenidas en el Código Procesal Civil. El costo de la notificación será de cargo
de quien solicita la cancelación.

5. Aplicación al caso en concreto

De la revisión de lo actuado en el presente procedimiento se advierte lo


siguiente:
- Con fecha 5 de abril de 2011, Evelyn Aguilar Carrizales interpuso acción
de nulidad contra el registro de la marca LA REYNA CHELERA
(Certificado N° 59590) inscrita a favor de Gisela Tania Lavado López.
- Mediante proveído de fecha 13 de abril de 2011, la Secretaría Técnica de
la Comisión de Signos Distintivos corrió traslado de la nulidad interpuesta
a la emplazada, precisando que de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 74 del Decreto Legislativo N° 10758, la solicitud de nulidad se
notificará a la actual titular de la marca, en el domicilio procedimental
consignado en el expediente en que se tramitó la transferencia del registro

6
El artículo 74 del Decreto Legislativo N° 1075 dispone que la notificación de la solicitud de nulidad se
sujetará a lo dispuesto en el artículo 72 del mismo cuerpo legal, el cual regula las notificaciones de la
solicitud de cancelación del registro de una marca. En tal sentido, lo desarrollado en el párrafo arriba
consignado corresponde a lo dispuesto por el referido artículo.
7
Artículo 69.- Modificación de datos del titular del registro: En caso exista algún cambio respecto al
nombre, dirección o domicilio procesal del titular del registro de marca durante el plazo de vigencia del
registro, o de la licencia de ser el caso, el titular del registro deberá informarlo a la Dirección competente.
8
Ver Nota N° 6.

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de la marca materia de la acción (Expediente N° 441997-2010) sito en las


Torres II, Santa Clara Block 5 – Dpto 504 – Ate.
- Mediante cargo de la Cédula de Notificación de fecha 28 de abril de 2011,
se dejó constancia de que no se pudo notificar el proveído de fecha 13 de
abril de 2011, toda vez que el domicilio correspondiente a la dirección
notificada se encontraba en construcción.

- Mediante proveído de fecha 5 de mayo de 2011, la Secretaría Técnica de


la Comisión de Signos Distintivos indicó que al no haberse podido notificar
el proveído de fecha 13 de abril de 2011, se procedería a remitir
nuevamente el referido proveído al domicilio real consignado en la
Consulta RUC –SUNAT sito en Jr. Manuel Alonso N° 499, El Tambo,
Huancayo – Junín.
- Mediante cargo de la Cédula de Notificación de fecha 13 de mayo de
2011, el notificador del INDECOPI dejó constancia de que en la dirección
a notificar: “ (…) se está construyendo un edificio de 5 pisos. No vive
nadie, sólo hay obreros de construcción”.

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- Mediante proveído de fecha 25 de mayo de 2011, la Secretaría Técnica de


la Comisión de Signos Distintivos precisó que dado que no se ha podido
notificar a la emplazada en su domicilio procesal, así como tampoco en su
domicilio real, se procede a notificar a la emplazada vía edicto.
- Con fecha 5 de diciembre de 2011, la accionante adjuntó las publicaciones
de la acción de nulidad, realizadas vía edicto, en los diarios El Peruano y
El País, con fecha 2 de diciembre de 2011.

De lo expuesto, se advierte que el procedimiento seguido por la Secretaría


Técnica de la Comisión de Signos Distintivos, a efectos de realizar la notificación
de la acción de nulidad interpuesta, se encuentra conforme a lo dispuesto en la
Ley N° 27444, Decreto Legislativo N°1075 y Directiva N° 001-2001/TRI-
INDECOPI, desarrollados en los numerales 3 y 3.1de la presente resolución.

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Por lo que la Comisión de Signos Distintivos no ha incurrido en ninguna causal


de nulidad durante la tramitación del presente procedimiento.

6. Derecho de prelación y buena fe


6.1 Concepto y naturaleza jurídica de la buena fe
El derecho comparado y la doctrina nacional coinciden en considerar a la
buena fe9 como un principio general del derecho, aunque también se utiliza el
concepto para establecer un estándar jurídico o un modelo de conducta a
seguir. En efecto, Torres Vásquez10 señala que los principios generales, entre
ellos, la buena fe, fundamentan o sustentan todo el ordenamiento jurídico. Es, a
su juicio, además, un principio general de integración: a falta de ley o de
costumbres, los vacíos que presenta el ordenamiento jurídico se integran con
los principios generales, entre los que figura la buena fe.
De la Puente y Lavalle11 señala que la buena fe es considerada en forma
consensual por la doctrina como un elemento de la vida que el derecho ha
recibido dándole precisiones técnicas para transformarlo en un concepto
jurídico. La buena fe no es una creación del legislador, que ha preestablecido
su contenido; es la adaptación de un principio inherente a la conducta de los
hombres, en la esfera más amplia de todas sus relaciones, que ha sido preciso
regular para que sea susceptible de tener efectos jurídicos. Por su parte,
Jiménez Vargas-Machuca12 señala que la buena fe, como principio general del
derecho, constituye una vía de comunicación del derecho con la moral social y
con la ética, lo cual supone la canalización del derecho hacia sus metas más
elevadas.

9
La Real Academia Española define a la buena fe como el “criterio de conducta al que ha de adaptarse el
comportamiento honesto de los sujetos de derecho”, mientras que a la mala fe la define como la “malicia
o temeridad con que se hace algo o se posee o detenta algún bien”. Definiciones extraídas del
Diccionario de la Lengua Española - Vigésima Segunda Edición, Real Academia Española en
www.rae.es.
10
Torres Vásquez, Aníbal. “Acto Jurídico”, Idemsa, Lima - Perú, 2001, pp. 426-427.
11
Citado por Pérez Gallardo, Leonardo en: Código Civil Comentado, Editorial Gaceta Jurídica, Lima-Perú,
p. 132.
12
Jiménez Vargas-Machuca, Roxana, “La Unidad del principio general de la buena fe y su trascendencia
en el Derecho moderno”. En: Contratación Privada, Jurista Editores, Lima - Perú 2002, pp. 85.
Asimismo, señala que el concepto de la buena fe es generalmente asociado con la rectitud, honradez,
buen proceder, buena intención, confianza en la verdad de un acto jurídico, ingenuidad, candor,
inocencia, etc. teniendo siempre una connotación loable y sana, socialmente aceptable y deseable.

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RESOLUCIÓN N° 1643-2015/TPI-INDECOPI

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Agrega la autora nacional últimamente citada que si bien nuestro Código Civil
es asistemático en su conceptualización – al considerarla un principio general
interpretativo de los contratos y los actos jurídicos, mientras que, por otro lado,
menciona que los contratos se rigen por “las reglas de la buena fe y común
intención de las partes” – la ubica como principio precisamente en la norma que
establece la forma como debe interpretarse el acto jurídico13.
Con relación a la propiedad intelectual, el Tribunal Andino ha señalado
recientemente en el Proceso 65-IP-200414 lo siguiente:
“La buena fe es concebida como la convicción o conciencia de no
perjudicar a otro o de no defraudar la ley. Lo contrario de la
actuación de buena fe es el lograr algo con mala fe, vale decir con
procedimientos arteros, faltos de sinceridad o dolosamente
concebidos y, sobre todo, con la intención de obrar en provecho
propio y en perjuicio del interés ajeno.

En el régimen marcario andino el principio de la buena fe debe regir


las actuaciones tanto de quienes solicitan el registro de las marcas
como de quienes las impugnan o formulan observaciones a dicho
registro. El obrar en sentido contrario, es decir, con mala fe es
sancionado por el régimen jurídico, con la nulidad de la actuación
que estuvo regida o alimentada por ella (…)".
En el ámbito administrativo, la Ley 27444 (Ley del Procedimiento Administrativo
General) establece como uno de los principios en los que se sustenta el
procedimiento administrativo (Artículo IV del Título Preliminar) al Principio de
conducta procedimental (numeral 1.8), por el cual la autoridad administrativa,
los administrados, sus representantes o abogados y, en general, todos los
partícipes del procedimiento, realizan sus respectivos actos procedimentales
guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe. Ninguna regulación
del procedimiento administrativo puede interpretarse de modo tal que ampare
alguna conducta contraria a la buena fe procesal, lo que ha sido destacado por
comentaristas nacionales y extranjeros15.
13
Ibidem (nota 5), pp. 83-84.
14
Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena N° 1102 del 6 de agosto del 2004, p. 19.
15
Allan R. Brewer-Carías en su obra “Principios del Procedimiento Administrativo en América Latina” (Ed.
Legis, Colombia 2003) señala que la presunción de licitud o inocencia y el principio de la buena fe del
interesado se encuentra recogido en la ley peruana en el numeral 1.8 del artículo IV del Título Preliminar
(pp. 149-151).

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6.2 Clasificación de la buena fe


Aunque el principio de buena fe goza del atributo de unidad, la doctrina ha
establecido una clasificación entre buena fe objetiva y buena fe subjetiva. Esta
clasificación responde, en buena cuenta, a las dos formas en que se manifiesta
el derecho: como normativa o como facultad16. Así, la buena fe objetiva se
vincula con el cumplimiento de las reglas de conducta establecidas
normativamente, mientras que la buena fe subjetiva está asociada con la
intencionalidad del agente, en la creencia o ignorancia en la que éste pueda
actuar para no dañar un interés ajeno tutelado por el derecho.
Se admite asimismo que el legislador pueda establecer un marco de
tratamiento del principio de la buena fe en sentido negativo estableciéndose
conductas típicas que no son aceptadas en el tráfico mercantil, porque se
considera que atentan contra su funcionamiento y el desenvolvimiento de la
competencia en el mercado. La primacía del orden público sobre el principio de
la buena fe subjetiva se encuentra reflejada claramente en el último párrafo del
artículo 11 del Decreto Legislativo 82317. Esta disposición ha excluido
expresamente de su ámbito la aplicación del artículo 2014 del Código Civil 18.

Asimismo, Juan Carlos Morón Urbina en sus “Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo
General” (Ed. Gaceta Jurídica, Lima - Perú 2003) precisa que con el acogimiento de la buena fe en la
actuación administrativa, el ordenamiento busca la protección a la confianza de la apariencia generada
en la otra parte por su propia conducta, al haber generado la confianza razonable o legítima de que no
ejercitará dicha facultad o de que la ejercitará de otro modo. Agrega que la buena fe o la confianza
legítima, como es conocido este principio en otros ordenamientos, impone el deber de coherencia en el
comportamiento propio de las autoridades, los administrados, los representantes y abogados (p. 37).
16
Cfr. José Luis de los Mozos. El Principio de la buena fe. Editorial Bosch, Barcelona 1965, p. 39.
17
Artículo 11.- La declaración de nulidad de un registro determina, con efectos retroactivos, que ni éste ni
la solicitud que lo originó, hayan surtido los efectos previstos en la presente Ley.
Sin enervar la responsabilidad por daños y perjuicios a que hubiera lugar cuando el titular del registro
hubiese actuado de mala fe, el efecto retroactivo de la nulidad no afectará:
a. A las resoluciones sobre infracción de derechos de propiedad industrial que hubiesen quedado
consentidas y hubiesen sido ejecutadas antes de la declaración de nulidad; y,
b. A los contratos de licencia existentes antes de la declaración de nulidad en cuanto hayan sido
ejecutados con anterioridad a la misma.
No es de aplicación en los casos de nulidad de un registro lo dispuesto por el Artículo 2014 del Código
Civil.
18
Artículo 2014.- El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona que en el
registro aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho,
aunque después se anule, rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en
los registros públicos.

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6.3. El papel de la buena fe en el sistema competitivo de mercado


6.3.1 Consideraciones generales
La buena fe constituye un principio de observancia general para cualquier
relación jurídica. Sin embargo, en el campo del derecho industrial, se
manifiesta con un mayor grado de exigencia. Consecuentemente, la actuación
de la Administración se orienta hacia el mantenimiento de la seguridad jurídica
que reclama el tráfico mercantil, relacionándolo con el fenómeno de la
competencia económica y las ramas del derecho que giran dentro de ese
entorno, como sucede con el Derecho de la Propiedad Industrial y el Derecho
de la Competencia.

Aplicando lo anterior al contexto que nos ocupa, los signos distintivos


constituyen el elemento identificador de los productos y servicios existentes en
el mercado, que contribuyen de manera significativa a reconocer el origen
empresarial que responde por ellos. En tal sentido, debe asegurarse su
transparencia en beneficio no sólo de los empresarios que compiten entre sí
sino fundamentalmente de los consumidores y/o usuarios que son los últimos
beneficiarios de dichos bienes y servicios.
En atención a lo anterior, el empresario que solicite el registro de una nueva
marca ha de someterse a un conjunto de normas y reglas jurídicas, entre las
que destacan aquellas cuya finalidad esencial no sólo es la de evitar el riesgo
de confusión con otras marcas que ya gozan de protección registral sino,
además, definir su origen propiciando una conducta leal y honesta por parte de
quien solicita el registro de un nuevo signo.
Para que una marca registrada llegue a consolidarse, es necesario que su titular
haya obrado de buena fe al momento de solicitar su registro. El comportamiento
desleal o de mala fe del titular de la marca registrada supone la ruptura de un
principio tan fundamental como es el de la seguridad del tráfico jurídico, cuya
consecuencia ineludible debe ser – dependiendo en el momento en el que se
produzca – alguna de las siguientes: desconocer el derecho de prelación obtenido
por la presentación de su solicitud de registro; denegar el registro en atención a la
causal contenida en el artículo 136 inciso d) de la Decisión 48619; o sancionar con
nulidad el derecho de exclusiva obtenido sobre determinado signo.

19
Artículo 136.- “No podrán registrarse como marcas aquellos signos cuyo uso en el comercio afectara
indebidamente un derecho de tercero, en particular cuando: (…)

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En el campo de la propiedad industrial no cabe duda de la supremacía del


principio de la buena fe subjetiva, puesto que la materia de regulación tiene por
objeto conservar la transparencia del mercado, protegiendo tanto los intereses de
los competidores como los de los consumidores. Es por ello que tanto la Decisión
486 como el Decreto Legislativo 823 restringen el acceso de determinados signos
al registro a través del establecimiento de prohibiciones absolutas y relativas. Pero
también es verdad que regulan en forma objetiva qué tipo de conductas
representan actos de mala fe porque atentan contra el desenvolvimiento de la
competencia y la transparencia del mercado a través de la actividad deshonesta y
desleal en las prácticas comerciales.
6.3.2 La mala fe en la etapa pre y post registral
En nuestra legislación vigente en materia de propiedad industrial, el principio de
la buena fe objetiva se encuentra presente en la etapa pre y post registral.
(i) En la etapa pre-registral se pone de manifiesto a través de la prohibición de
registro contenida en el artículo 136 inciso d) de la Decisión 486, según la
cual se denegará el registro de un signo cuando el solicitante sea o haya
sido un representante, un distribuidor o una persona expresamente
autorizada por el titular del signo protegido en el país miembro o en el
extranjero20. En estos casos, la Autoridad denegará el registro de un signo
solicitado.
El supuesto antes descrito no es el único caso de mala fe que puede
presentarse al solicitar el registro de un signo distintivo; para los demás
supuestos deberá tenerse en consideración que, al no haber una causal de
prohibición, no es posible denegar de oficio o a pedido de parte el registro de
un signo basado en tales supuestos. Ello resulta aun más relevante si,
durante la etapa pre-registral, la actuación de la Administración ha de
orientarse especialmente hacia el mantenimiento de la seguridad jurídica
que exige el tráfico mercantil.

d) sean idénticos o se asemejen a un signo distintivo de un tercero, siempre que dadas las
circunstancias su uso pudiera originar un riesgo de confusión o de asociación, cuando el solicitante sea
o haya sido un representante, un distribuidor o una persona expresamente autorizada por el titular del
signo protegido en el País Miembro o en el extranjero; (…)”.
20
Dicho supuesto estaba expresamente contemplado en el artículo 113 de la derogada Decisión 344 como
un supuesto de mala fe.

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Ante ello, debe tenerse en consideración que, al haber impuesto la


legislación aplicable en la materia la carga en la administración de no
reconocer la prelación del solicitante cuando quede demostrado que obró sin
buena fe y al haber relacionado dicha consecuencia con un derecho
(derecho de prelación) cuya vigencia natural es pre-registral, la
consecuencia lógica es la de reconocer a los actos de mala fe no
contemplados expresamente en el artículo 136 inciso d) de la Decisión 486
como causal de prohibición relativa al registro, cuya aplicación procederá en
forma análoga al procedimiento de nulidad.
(ii) Con relación a la etapa post-registral, el artículo 172 de la Decisión 486
establece que la autoridad nacional competente decretará de oficio o a
solicitud de cualquier persona la nulidad relativa de un registro de marca
cuando éste se hubiera efectuado de mala fe. Cabe indicar que la Decisión
486 no describe – ni siquiera a título de ejemplo, como sí lo hacía la Decisión
34421 – qué conductas constituyen actos de mala fe por ser reprobables
objetivamente, ya que son contrarias a la seguridad jurídica y representan un
obstáculo para el desenvolvimiento de la competencia.
Debido a que la noción de mala fe constituye un concepto general, cuyo
contenido está representado por una gran diversidad de situaciones que
deberán ser analizadas por la Autoridad competente en cada caso concreto, la
enumeración de los supuestos que pueden generar la aplicación del concepto
de mala fe no puede ser establecida taxativamente.
Frente a esta complejidad de situaciones, conviene mencionar, en términos
generales, siguiendo lo establecido en el derecho comparado22, que incurre en
mala fe quien – en forma reprobable y valiéndose de una solicitud de registro –
21
El artículo 113 literal c) de la Decisión 344 establecía lo siguiente:
La autoridad nacional competente podrá decretar, de oficio o a petición de parte interesada, la nulidad
del registro de una marca, previa audiencia de partes interesadas, cuando:
(...) c) El registro se haya obtenido de mala fe. Se consideran casos de mala fe, entre otros, los
siguientes:
1. Cuando un representante, distribuidor o usuario del titular de una marca registrada en el
extranjero, solicite y obtenga el registro a su nombre de esa marca u otra confundible con
aquella, sin el consentimiento expreso del titular de la marca extranjera.
2. Cuando la solicitud de registro hubiere sido presentada o el registro hubiere sido obtenido por
quien desarrolla como actividad habitual el registro de marcas para su comercialización.
22
Por ejemplo, la jurisprudencia alemana ha establecido que la figura jurídica general del abuso del
derecho es aplicable también al derecho de marcas cuando se está ante el supuesto de una solicitud de
registro de marca presentada de mala fe. Cfr. Fezer, Markenrecht, 2da. Edición, Munich 1999, pp. 1367
y ss.

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tenga por finalidad alcanzar un derecho formal sobre una marca con la
deliberada intención de perjudicar a un competidor.
En este orden de ideas, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina ha
señalado en el Proceso 30-IP-9723 que:
“(...) para determinar si una persona obró con mala fe es necesario
que su actuación sea consecuencia de la intención o de la
conciencia de violar una disposición legal o contractual, o causar un
perjuicio injusto o ilegal. La injusticia e ilegalidad del perjuicio resulta
de la mayor importancia, pues bajo determinadas circunstancias el
ordenamiento tolera la causación de un daño, v. gr. en punto de la
competencia económica es natural que cuando un agente del
mercado logra conquistar a un cliente, ello implique un perjuicio para
los competidores (que ya no contarán con ese cliente), pero el
mencionado perjuicio está permitido, y hasta se tutela a quien lo
produce, en cuanto no se hayan utilizado medios desleales”.
Asimismo, el mencionado Tribunal Andino señala que:

“(...) se presume que todo comportamiento está conforme con los


deberes que se desprenden del principio de la buena fe. Por ello,
quien afirme su inobservancia debe probarla, para con base en ello
deducir las específicas consecuencias jurídicas dispuestas por el
ordenamiento. Se presume además que el comportamiento de una
persona no se ha desplegado con la intención de causar daño
alguno, o de violar una disposición normativa o de abstenerse de
ejecutar un deber propio, como resultado de lo cual quien pretenda
afirmar lo contrario debe probarlo.”

7. Aplicación del artículo 137 de la Decisión 486


7.1 Marco legal y conceptual

El artículo 137 de la Decisión 486 dispone que: "Cuando la oficina nacional


competente tenga indicios razonables que le permitan inferir que un registro se
hubiese solicitado para perpetrar, facilitar o consolidar un acto de competencia
desleal, podrá denegar dicho registro".
23
Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena N° 355 del 14 de julio de 1998, p. 9.

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De conformidad con lo establecido en el artículo 258 de la Decisión 486, se


considera desleal todo acto vinculado a la propiedad industrial realizado en el
ámbito empresarial que sea contrario a los usos y prácticas honestos. Según lo
establecido en el artículo 259 inciso a) de la norma comunitaria, constituyen
actos de competencia desleal vinculados a la propiedad industrial, entre otros,
"cualquier acto capaz de crear una confusión, por cualquier medio que sea,
respecto del establecimiento, los productos o la actividad industrial o comercial
de un competidor".
La estrecha vinculación entre el Derecho de la Propiedad Industrial y el
Derecho de la Competencia y el fenómeno de la competencia económica ha
sido puesta de manifiesto por la doctrina24, hasta el punto de decirse que la
competencia es el tejido que sostiene a ambas ramas del derecho. Para
Roubier25, la Teoría de la Propiedad Industrial impone ciertos límites al libre
juego de la competencia, derivados de la existencia de determinados derechos
que, como los que recaen sobre los signos distintivos de la empresa, atribuyen
a sus titulares una posición jurídica privilegiada o exclusiva que ha de ser
respetada por los competidores.
La doctrina española señala que "el derecho industrial se orienta a satisfacer
un doble interés: de una parte, trata de estimular el progreso industrial,
mediante la concesión de monopolios o derechos de exclusiva, que vienen a
recortar la libre competencia; de otra parte, trata de garantizar una cierta
armonía en el desarrollo de la actividad competitiva, prohibiendo las conductas
desleales o las que impiden la competencia misma".26
Debe indicarse que los empresarios al concurrir al mercado deben hacerlo sin
utilizar medios que desvirtúen el sistema competitivo. Presupuesto de esta
concurrencia lo constituye una conducta definida por normas de lealtad y
honestidad, normas sobre las cuales se sustenta esa confianza recíproca, sin
la cual sería imposible mantener la seguridad jurídica exigida para la fluidez de
las transacciones mercantiles27.

24
Franceschelli. Trattato de Diritto Industriale, Vol. 1, Milán 1973, p. 28.
25
Le Droit de la Propriété Industrielle, 1. 1, París 1952, p. 1.
26
López Gómez, El Principio de "la Ex Ubérrima Fides" como criterio inspirador del Derecho de la
Propiedad Industrial y del Derecho Mercantil, ADI VIII, 1982, p. 190.
27
López Gómez (nota 15), pp. 191 y 192.

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Es de la propia realidad del tráfico de donde surgen esas normas de


comportamiento leal y honesto que constituyen una plasmación concreta del
principio general de la buena fe en el campo del derecho mercantil. En ese
sentido, el sujeto que en su actuación en el tráfico mercantil no se ajuste a este
modelo de comportamiento ideal ha de soportar el rechazo de su conducta por
no acomodarse al principio de la buena fe.
Dentro de este esquema, los signos distintivos de la empresa constituyen un
mecanismo regulador del mercado, al asegurar la necesaria transparencia de
éste, circunstancia que, sin duda, redunda en beneficio no sólo de los
empresarios que compiten entre sí, sino también de los consumidores.
El empresario que solicite el registro de una nueva marca ha de someterse a
un conjunto de normas y reglas jurídicas, entre las que destacan aquéllas cuya
finalidad esencial no sólo es la de evitar el riesgo de confusión con otras
marcas que ya gozan de protección registral sino, además, propiciar una
conducta leal y honesta de quien solicita el registro de un nuevo signo en
relación al sector económico al que pertenece.

En ese sentido, para que una marca registrada llegue a consolidarse, es


necesario que su titular haya obrado de buena fe al momento de proceder a
solicitar su registro.
8. Aplicación al caso concreto
Julia Evelyn Aguilar Carrizales ha manifestado que el registro de la marca LA
REYNA CHELERA ha sido solicitada de mala fe, toda vez que el titular original
de la marca objeto de nulidad, señor David Román Aragón, fue su
representante artístico en el periodo diciembre 2007-noviembre 2010, y
sabiendo que su persona era conocida en el mundo artístico como LA REYNA
CHELERA, decidió registrar dicha marca a su nombre, para luego transferirla a
favor de una competidora suya en el mundo artístico (la emplazada Gisela
Tania Lavado López).

Con la finalidad de acreditar los hechos alegados, la accionante adjuntó un


documento denominado “Acta de Compromiso”, suscrito entre David Román
Aragón y su persona, el cual contiene lo siguiente: (foja10)

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En el referido documento, David Román Aragón manifiesta que durante el


periodo diciembre 2007 - noviembre 2010 fue el representante artístico de la
accionante, también denominada como LA REYNA CHELERA. Esta
representación artística constaba de la celebración de diversos contratos y el

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ejercicio de relaciones públicas con los organizadores de distintos eventos para


la presentación artística de la cantante floklórica Evelyn Aguilar - “La Reyna
Chelera”.

De acuerdo al Informe de Antecedentes, David Román Aragón solicitó, el 7 de


setiembre de 2009, el registro de la marca de servicio LA REYNA CHELERA
para distinguir servicios de la clase 41 de la Nomenclatura Oficial, esto es,
cuando aún ejercía el cargo de representante artístico de la accionante.

En tal sentido, se puede afirmar que al momento de solicitar el registro de la


marca LA REYNA CHELERA, David Román Aragón, en su calidad de
representante artístico de la accionante, conocía que esta última venía
utilizando dicho nombre para distinguirse en el medio artístico brindado sus
servicios de entretenimiento y actividades culturales; todo lo cual hace inferir
que David Román Aragón al solicitar el registro de la marca LA REYNA
CHELERA sí tuvo la intención de perjudicar la actividad de la accionante, quien
no podría seguir utilizando dicha denominación para distinguir sus servicios,
obstruyendo así su actividad concurrencial.

Por otro lado, la emplazada ha manifestado que en el supuesto de que la


marca haya sido registrada mediando mala fe, ello no le puede ser vinculante
toda vez que el derecho sobre la misma lo adquirió de su anterior titular,
rigiendo el principio de buena fe registral.

Al respecto, la Sala conviene en precisar lo siguiente:


- El principio de buena fe registral establecido en el artículo 2014 del
Código Civil28 está dirigido a mantener el derecho registrado a favor de
un tercero aunque después se cuestione la validez de la transferencia
del derecho por parte del otorgante. Es decir, lo protegido mediante el
artículo 2014 son las transferencias a favor de terceros, siendo lo
cuestionado en el presente caso si el registro de la marca LA REYNA
CHELERA fue concedido en contravención de las normas vigentes al
momento de su otorgamiento. Por lo que se está ante dos supuestos de

28
Artículo 2014: Principio de Buena Fe Registral: El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso
algún derecho de persona que en el registro aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su
adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda o resuelva el del otorgante
por virtud de causas que no consten en los registros públicos. La buena fe del tercero se presume
mientras no se pruebe que conocía la inexactitud del registro.

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hecho diferentes, no siendo aplicable lo dispuesto en el artículo 2014 del


Código Civil en el presente procedimiento.
- De otro lado, cabe tener en cuenta que, el hecho de que la emplazada,
Gisela Tania Lavado López, no haya tenido a su favor ningún derecho de
exclusiva sobre dicha denominación al momento de registrarlo, no
determina que la Autoridad deba amparar conductas desleales a través
del registro de un signo por parte de una persona que conocía
perfectamente que la misma venía siendo utilizada por la accionante.

En tal sentido, el Certificado de registro Nº 59590 se encuentra incurso en la


causal de nulidad establecida en el artículo 172 segundo párrafo de la Decisión
486.
9. Nulidad de registro

En virtud de las consideraciones expuestas, se concluye que el registro de la


marca de servicio LA REYNA CHELERA, registrada bajo Certificado N° 59590, a
favor de Gisela Tania Lavado López, se encuentra incurso en el supuesto
contenido en el artículo 172 segundo párrafo de la Decisión 486.

Ahora bien, el artículo 172 de la Decisión 486 establece que cuando una causal
de nulidad sólo se aplicara a uno o a algunos de los productos o servicios para
los cuales la marca fue registrada, se declarará la nulidad únicamente para esos
productos o servicios, y se eliminarán del registro de la marca.

La Sala ha verificado que la marca de servicio LA REYNA CHELERA


(Certificado Nº 59590) fue registrada para distinguir servicios de educación,
formación, servicio de entretenimiento, actividades deportivas y culturales, de la
clase 41 de la Nomenclatura Oficial.

Dado que en el presente caso se ha determinado que la denominación LA


REYNA CHELERA ha sido utilizada por la accionante para distinguir servicios de
entretenimiento y actividades culturales, sólo corresponde eliminar del registro
cuestionado aquellos servicios que resulten afectados y mantener vigente el
registro para los demás servicios. En tal sentido, la Sala considera que
corresponde mantener vigente el registro de la marca de servicio LA REYNA
CHELERA (Certificado Nº 59590) para distinguir servicios de educación,
formación y actividades deportivas, de la clase 41 de la Nomenclatura Oficial.
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10. Cuestión final

La emplazada ha manifestado, a través de su escrito de fecha 14 de julio de


2014, que el escrito presentado por la accionante resulta inadmisible toda vez
que no cumple con los requisitos establecidos en el TUO de la Ley Orgánica
del Poder Judicial para la presentación de escritos, en lo referente al carácter
cautivo de la defensa, la obligación de consignar el registro del Colegio de
Abogados y los requisitos de los Estudios Colectivos de Abogados.

Al respecto, se debe tener en cuenta que el TUO de la Ley Orgánica del Poder
Judicial está dirigido a regular la estructura, funcionamiento, derechos y
deberes de los partícipes ante el Poder Judicial, lo cual no es aplicable a los
procedimientos administrativos, como el presente caso.

De otro lado, si bien el escrito de la accionante se encuentra suscrita por su


representante legal (abogado), se debe tener en cuenta que de conformidad
con lo establecido en el artículo 42 del Decreto Legislativo N° 80729, en los
procedimientos seguidos ante el INDECOPI no es obligatoria la intervención de
abogado y, en consecuencia, no es requisito de admisibilidad de los recursos
presentados en dichos procedimientos, que estén autorizados por letrado,
siendo un derecho de los administrados hacerse asesorar o representar por un
abogado.

IV. RESOLUCIÓN DE LA SALA

CONFIRMAR la Resolución N° 1525-2013/CSD-INDECOPI de fecha 29 de


mayo de 2013, en el extremo que declaró la nulidad parcial del registro de la
marca de producto LA REYNA CHELERA, inscrita bajo Certificado Nº 59590, a
favor de Gisela Tania Lavado López, REFORMANDOLA en el extremo que la
mantuvo vigente para distinguir únicamente actividades deportivas de la clase

29
Artículo 42º.- En los procedimientos seguidos ante todas las Oficinas, Comisiones y el Tribunal de
Defensa de la Competencia y la Propiedad Intelectual del Indecopi no es obligatoria la intervención de
abogado y en consecuencia no puede establecerse como requisito de admisibilidad de los recursos que
se presenten en dichos procedimientos que éstos estén autorizados por letrado. Sin embargo, las partes
tienen el derecho de hacerse asesorar o representar por abogado en cualquier procedimiento seguido
ante Indecopi. En este caso, las Oficinas, Comisiones y el Tribunal de Defensa de la Competencia y de
la Propiedad Intelectual deberán brindarle las máximas facilidades para el ejercicio de su función, de
acuerdo con lo dispuesto en el presente Decreto Legislativo y en sus disposiciones reglamentarias.

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Sala Especializada en Propiedad Intelectual

RESOLUCIÓN N° 1643-2015/TPI-INDECOPI

EXPEDIENTE N° 451604-2011/DSD

41 de la Nomenclatura Oficial, debiendo distinguir, únicamente, servicios de


educación, formación y actividades deportivas, de la clase 41 de la
Nomenclatura Oficial.

Con la intervención de los Vocales: Néstor Manuel Escobedo Ferradas,


María Soledad Ferreyros Castañeda, Carmen Jacqueline Gavelan Díaz y
Ramiro Alberto del Carpio Bonilla

NÉSTOR MANUEL ESCOBEDO FERRADAS


Presidente de la Sala Especializada en Propiedad Intelectual

/sm.

M-SPI-01/1B 26-26

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