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Semana N° : 01 Lectura N°: 01

TEMA: LOS TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA) EN NIÑOS.

El trastorno del espectro autista no es el único trastorno

Los trastornos del espectro autista (TEA) comprenden un grupo heterogéneo de trastornos, tanto en su etiología como en su presentación clínica, que se
inician en la infancia y duran toda la vida, teniendo en común la afectación en la comunicación social y la presencia de patrones repetitivos y restrictivos
de la conducta. La prevalencia de TEA es mayor en chicos, 23,6 por 1.000, que en chicas, 5,3 por 1.000 en población de EE.UU. de 8 años. La detección
precoz del TEA es fundamental, ya que está íntimamente ligada a la evolución clínica. Es el rol fundamental de los profesionales de la Atención Primaria
el detectar signos precoces de TEA, mediante el seguimiento del desarrollo del niño, el conocimiento de los signos de alerta específicos y el uso de
instrumentos de cribaje. No existe ninguna prueba biológica que diagnostique TEA y el diagnóstico es eminentemente clínico. La detección precoz de TEA
y la instauración de
un programa de tratamiento temprano, en todos los entornos en los que vive el niño, mejora el pronóstico de los síntomas autistas, las habilidades
cognitivas
y la adaptación funcional a su entorno.

El TEA es un trastorno del neurodesarrollo de origen neuro- biológico e inicio en la infancia, que afecta el desarrollo de la comunicación social, como de
la conducta, con la presencia de comportamientos e intereses repetitivos y restringidos. Presenta una evolución crónica, con diferentes grados de
afectación, adaptación funcional y funcionamiento en el área del lenguaje y desarrollo intelectual, según el caso y momento evolutivo.

Para estudiar la emergencia temprana del autismo, los primeros estudios de investigación se concentraron en diseños retrospectivos, videos grabados en
casa, registros de historias clínicas y recuerdos de los padres. Los estudios que se basaron en videos grabados por los padres de niños que
posteriormente recibieron un diag-nóstico de autismo encontraron que, muchos de estos niños manifestaban signos de desviaciones en el desarrollo
social y comunicativo, incluso antes de los 12 meses. Estudios retrospectivos de niños con autismo utilizando vídeos previos al diagnóstico señalan que,
frecuentemente el comportamiento social es normal a los 4-6 meses y que, entre los 9-12 meses, puede ocurrir una pér- dida de competencias sociales,
como la mirada ocular, las vocalizaciones, etc. A los 12 meses, se encontraba disminución del contacto ocultar, no reconocer su nombre, no señalar para
pedir y no mostrar objetos a los adultos.

https://www.adolescenciasema.org/ficheros/PEDIATRIA%20INTEGRAL/Trastorno%20del%20Espectro%20Autista.pdf

REFERENCIA

• Abeya Gilardon Enrique O., M. D. (2004). El desarrollo del niño. Una definición para la reflexión y la acción. Comités de la SAP,
312-313.
APRECIACIÓN: El desarrollo del niño en sus primeros cinco años es fundamental para la construcción de la subjetividad y desde esta perspectiva tiene un
carácter social, ya que el niño necesariamente debe relacionarse con un otro para que lo interprete y contribuya a resolver sus necesidades.
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Los trastornos del espectro autista (TEA) comprenden un conjunto similar de trastornos, tanto en su definición como en la manera que se maneja
clínicamente. Estas se inician a temprana edad en la etapa de la infancia y durara toda la vida afectando la comunicación social y limitaciones en la conducta.
A pesar de los avances tecnológicos no se tiene ningún tipo de prueba ya sea biológica o psicológica que diagnostique el TEA, el cual es solamente clínico.

Nuestro rol fundamental como profesional es identificar las señales que muestre el TEA en el niño, esto ayudara a una mejor evolución clínica. También se
debe iniciar un programa para el tratamiento del niño que abarque todos los entornos del niño para que se pueda adaptar de la mejor manera, mejorar sus
habilidades cognitivas y su pronóstico de sus síntomas.

El autismo y otros TGD surgen habitualmente antes de los 3 años, y es en el primer año de vida cuando aparecen detencio- nes o retrasos en el desarrollo del niño que pueden
determinar señales de alarma. Muchos padres notan que “algo no va bien” a los 18 meses de edad, y normalmente acuden al médico a los dos años. Menos del 10% reciben al
inicio el diagnóstico, la mayoría no es hasta los dos o tres años después de los primeros síntomas cuando son diagnosticados. (Zalaquett Daniela, 2015)

https://docs.bvsalud.org/biblioref/2019/06/998496/12caso-clinico-trast-espectro-autista-paulina-contreras.pdf

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