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Índice

1. ANÁLISIS DE RIESGO (ADR)

1.1 El Análisis de Riesgo como instrumento del proceso de Estimación del Riesgo de
Desastres
1.2 El Análisis de riesgo como metodología vinculada a procesos de planificación y
gestión territorial

2. OBJETO DEL PROCEDIMIENTO

2.1 Finalidad
2.2 Ámbito de aplicación

3. EL PROCESO DE ADR

3.1 La línea de tiempo de los peligros en el ámbito


3.2 Fuentes de Información técnico científica
3.3 Registro de emergencias

4. LA IDENTIFICACIÓN DE PELIGROS

4.1 Los Peligros


4.2 Determinando el ámbito de ocurrencia del peligro
4.3 Determinación de la susceptibilidad
4.4 Determinación del nivel de peligro
4.5 Herramientas de caracterización de los peligros

5. ANÁLISIS DE VULNERABILIDAD

5.1 Factores de la vulnerabilidad


5.2 Identificando los elementos expuestos al peligro
5.3 Evaluando la fragilidad de los elementos expuestos
5.4 Evaluación de la resiliencia en el ámbito
5.5 Determinación de los niveles de vulnerabilidad

6. CÁLCULO DEL RIESGO

6.1 Cuantificación de posibles daños y pérdidas


6.2 Nivel del riesgo

7. LA COMUNICACIÓN DEL RIESGO

7.1 Proceso de formalización


7.2 Establecer público meta
7.3 Desarrollar contenidos
7.4 Priorizar canales de comunicación

8. LOS PROFESIONALES A CARGO DEL ADR


9. LISTA DE CHEQUEO DEL ADR
10. ESTRUCTURA DEL INFORME DE ANÁLISIS DE RIESGO

ANÁLISIS DE RIESGO (ADR)


1.1 El Análisis de Riesgo como instrumento del proceso de Estimación del Riesgo de
Desastres.

Es un procedimiento técnico que permite identificar y caracterizar los peligros, analizar


las vulnerabilidades, calcular, controlar, manejar y comunicar los riesgos, para lograr un
desarrollo sostenido mediante una adecuada toma de decisiones en la Gestión del Riesgo
de Desastres.
El documento, si el nivel de riesgo detectado lo permite, formula las recomendaciones
que permitirán superar la situación de riesgo mediante acciones de mitigación.
Los tres componentes del Análisis de Riesgo (ADR): evaluación de riesgos, manejo de
riesgos y comunicación, deben aplicarse dentro del marco general de la Gestión del
Riesgo de Desastres, que implican los peligros originados por fenómenos naturales o
inducidos por la acción humana, para la sociedad, las actividades económicas y el
ambiente.
El Análisis de Riesgo (ADR), junto con la Evaluación de Riesgos (EVAR), y los Escenarios de
Riesgo (EDR), constituyen instrumentos técnicos que se usan en el proceso de Estimación
del Riesgo de Desastres.

1.2 El análisis de riesgo como metodología vinculada a procesos de planificación y


gestión territorial.

Tanto el ADR, como los otros instrumentos de estimación, se elaboran en conexión con
los procesos de planificación, gestión territorial o de inversión, en los cuales siempre se
plantea la necesidad de evaluar el riesgo de desastres presente en el ámbito sujeto a
evaluación, y la probabilidad de que esto afecte a las acciones de desarrollo que se
proyectan en función al nivel de riesgo obtenido, debiendo de ser el caso, implementar
las medidas de prevención o reducción de riesgos necesarias, por la autoridad local o
regional que corresponda e inclusive del nivel nacional.

2. OBJETO DEL PROCEDIMIENTO.

Orientar la aplicación del procedimiento técnico del análisis del riesgo, en concordancia con los
Lineamientos Técnicos del Proceso de Estimación del Riesgo de Desastres aprobados mediante
Resolución Ministerial N°334-2012-PCM.

2.1 Finalidad.

La finalidad del procedimiento es la identificación y caracterización de los peligros originados


por fenómenos de origen natural e inducidos por la acción humana, así como determinar la
probabilidad de ocurrencia de los mismos y la gravedad de las consecuencias, y con ello
calcular o estimar el nivel de riesgos, y controlar los mismos.

Asimismo, tiene como finalidad realizar recomendaciones sobre las medidas de prevención o
reducción del riesgo de carácter estructural y no estructural más adecuados, con el objetivo de
reducir y mitigar los riesgos existentes, así como evitar la generación de riesgos futuros.
COFOPRI propone el Procedimiento Técnico de Análisis del Riesgo con fines de formalización,
para que se pueda advertir si la posesión informal se encuentra en zonas de riesgo por las
características del suelo, la cercanía a ríos u otros acuíferos, la cercanía a elementos de
trasmisión eléctrica u otros similares o terrenos carentes de higiene y salubridad con arreglo al
literal a) del artículo 18 del Decreto Supremo N°013-99-MTC modificado por Decreto
Supremo N°028-2006-VIVIENDA, Decreto Supremo N°020-2015-VIVIENDA y Decreto
Supremo N°020-2019-VIVIENDA.
El Procedimiento Técnico de Análisis del Riesgo con fines de formalización tiene un
componente especial y complejo al ser aplicado sobre posesiones informales, ocupaciones
mayormente se encuentra situada en zonas de riesgo, por lo que su aprobación corresponde al
Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento- MVCS, dado que el proceso de
formalización tiene impactos directos en la configuración urbanística de las ciudades.

2.2 Ámbito de aplicación.

Esta herramienta está dirigida a los procesos de asentamiento poblacional y planificación


urbana. Debe servir de base para que las entidades del Sistema Nacional de Gestión del
Riesgo de Desastres-SINAGERD, principalmente sectores ministeriales, Gobiernos
Regionales y Locales, puedan efectuar el Análisis de Riesgo, en el marco de los lineamientos
para la implementación del proceso de Estimación del Riesgo de Desastres.

3. EL PROCESO DE ADR.

El proceso general del ADR sigue las siguientes etapas:

1. Identificación del peligro


2. Análisis de la vulnerabilidad
3. Cálculo del riesgo
4. Comunicación del riesgo

3.1 La línea de tiempo de los peligros en el ámbito.

El punto de partida para la realización del ADR es la recopilación de información del


ámbito territorial sujeto de análisis, referido a los peligros ocurridos en el pasado, los daños que
se tuvieron, la recurrencia, y la situación general de la zona de análisis que
pueda dar indicios de los posibles impactos de los peligros.

3.2 Fuentes de Información técnico científica.

La información requerida base debe partir necesariamente de lo disponible y producido


por las entidades técnico científicas. Información proveniente de consultorías del estado,
consultoras particulares u organismos no gubernamentales, deben necesariamente
contar con la opinión técnica de la entidad técnico científica que corresponda.
Se puede encontrar información oficial (cartografía, estudios, informes, planes e imágenes
satelitales) en el Sistema de Información para la Gestión del Riesgo de Desastres – SIGRID 1
administrado por el CENEPRED, donde se encuentra sistematizada la información de gestión
del riesgo de las diversas regiones del país.
Entidades a las que se puede recurrir para encontrar información confiable son:
● Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología - SENAMHI
● Instituto del Mar del Perú - IMARPE
● Autoridad Nacional del Agua - ANA
● Dirección de Hidrografía y Navegación – DIHIDRONAV
● Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico – INGEMMET
● Instituto Geofísico del Perú – IGP
● Instituto Geográfico Nacional – IGN
● Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres –
CISMID.
● Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial – CONIDA.
● Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres

CENEPRED
● Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana - IIAP
● Empresa Nacional de Puertos - ENAPU
● Universidades públicas y privadas.
3.3 Registro de emergencias.

Se debe tener en cuenta las emergencias registradas en el ámbito de interés y el nivel de


impacto de los mismos.

4.LA IDENTIFICACIÓN DE PELIGROS.


4.1 Los Peligros.

El peligro es la probabilidad de que un fenómeno físico, potencialmente dañino, de origen


natural o inducido por la acción humana, se presente en un lugar específico, con una
cierta intensidad y en un período de tiempo y frecuencia definidos.
Los peligros son factores de ocurrencia externa imprevista, originados en fenómenos
naturales o en actividades humanas, con potencial de destruir a las personas, los medios
de vida y el desarrollo logrado por las poblaciones.
En la determinación de los peligros se identifica y caracterizan los peligros, se evalúa la
susceptibilidad de los peligros, se define los escenarios, se determina el nivel de peligro
y se elabora el mapa del nivel de peligro. La clasificación general de los peligros se la
observa en el gráfico 01.
En el territorio peruano los peligros más frecuentes son, como se sabe, los sismos, tsunamis,
inundaciones, movimientos de masa, sequías, flujo de detritos, heladas, erosión de suelos, olas
de frío, entre otros.

4.2 Determinando el ámbito de ocurrencia del peligro.

Los peligros pueden incidir en un ámbito específico, donde se sabe localizada una fuente
de peligro (por ejemplo, un flujo de detritos, o una quebrada activa), o en un ámbito
difuso cuyos alcances no se puede precisar (por ejemplo, un sismo). En ambos casos, lo
importante es determinar las poblaciones o bienes que podrían estar en el radio de
impacto, si el peligro se desata.

4.3 Determinación de la susceptibilidad.

La susceptibilidad está referida a la mayor o menor predisposición a que un evento


suceda u ocurra sobre determinado ámbito geográfico (depende de los factores
condicionantes y desencadenantes del fenómeno y su respectivo ámbito geográfico).

La primera fuente de información para determinar la información de susceptibilidad es


la proveniente del mapa de susceptibilidad de movimientos en masa e inundaciones del
INGEMMET. En el caso de que esta susceptibilidad no se precise a escala de detalle (hasta
1/25,000) se tomará en consideración a partir de la matriz III.

Matriz I

Esta primera matriz corresponde a la información de susceptibilidad a inundaciones, de


acuerdo al INGEMMET, cuya clasificación se detalla a continuación.

Alta: Corresponde a llanuras de inundación, terrazas bajas y medias, complejos de orillares,


pantanos, aguajales, islas fluviales, torrenteras secas, abanicos aluviales de baja pendiente, entre
otras.
Moderada: Presenta precipitaciones pluviales excepcionales, corresponde a terrenos
adyacentes a llanuras de inundación, terrazas, paleocauces o cauces antiguos de ríos,
vertientes de suave inclinación, valles fluviales y ríos secundarios, algunas planicies altas
onduladas. Incluye terrenos levemente inclinados, mal drenados o por elevación del nivel
freático.

Baja: Terrenos bajos adyacentes a terrazas, vertientes de moderada inclinación, valles


fluviales y ríos secundarios. Sectores de topografía plano – ondulada, lomadas disectadas
y terrazas altas.

Muy Baja o Nula: Corresponde a vertientes de laderas inclinadas y cóncavas de montaña,


colina y lomadas, terrazas antigüas elevadas.

Matriz II

En función al mapa de susceptibilidad del INGEMMET, se detalla a continuación el detalle de


cada categoría:

Muy Alta: Laderas con zonas de falla, masas de roca intensamente meteorizadas,
saturadas y muy fracturadas; con discontinuidades desfavorables, depósitos superficiales
inconsolidados, laderas con pendientes entre 30° a 45°, movimientos en masa anteriores
y/o antiguos. En estos sectores existe alta posibilidad de que ocurran movimientos en
masa.

Alta: Laderas que tienen zonas de falla, masas de roca con meteorización alta o moderada,
fracturadas con discontinuidades desfavorables; depósitos superficiales inconsolidados,
materiales parcialmente a muy saturados, laderas con pendiente entre 25° a 45°donde han
ocurrido movimientos en masa o existe la posibilidad de que ocurran.
Media: Laderas con algunas zonas de falla, erosión intensa o materiales parcialmente
saturados, moderadamente meteorizados, laderas con pendientes entre 20° y 30°, donde
han ocurrido algunos movimientos en masa y no existe completa seguridad de que no
ocurran movimientos en masa. Estos pueden ser “detonados” por sismos y lluvias
excepcionales.

Baja: Zonas que tienen pocas condiciones para originar movimientos en masa, salvo que
pueda ser afectada por movimientos en masa ocurridos en zonas con susceptibilidad alta
a muy alta, cercanas a ellas, detonadas principalmente por lluvias excepcionales. Laderas
con materiales poco fracturados, moderada a poca meteorización, parcialmente erosionados, no
saturados, con pocas discontinuidades favorables. Pendientes entre 10°
a 20°. Se incluyen movimientos en masa causados por erosión fluvial.

Muy Baja: Terrenos con pendientes menores a 5° donde no existen indicios que permitan
predecir deslizamientos. Laderas no meteorizadas, con discontinuidades favorables.

Matriz III

Para la temática de movimientos en masa, se puede considerar la siguiente clasificación


Igualmente, el INGEMMET considera la siguiente descripción:
Muy escarpada: Muy empinado, abrupto y escabroso; difícil de transitar o acceder por
sus pendientes pronunciadas y desniveles.

Abrupta: Terrenos de difícil acceso o tránsito, a causa de su excesiva pendiente o por la


existencia de cortes, rocas o accidentes que dificultan el paso de ellos.

Fuerte: Fuertemente inclinada, ondulada, quebrada empinada.

Moderada: Laderas moderadamente inclinadas, con elevaciones o depresiones más o


menos importantes con relación a la superficie llana).

Llana y/o suave: Aquella forma de terreno que, sin ser perfectamente plana, presenta
ondulaciones y sus pendientes son tan suaves que pueden considerarse como planicies
bajas.

Matriz IV

En el caso de inundaciones, hay que tomar en cuenta que los valores se invierten a
diferencia de la consideración en movimientos en masa, esto debido a que una pendiente
muy escarpada (> 50°) o abrupta (35 – 50°) estará a salvo de una inundación. Por
consiguiente los máximos valores deben de considerarse en los terrenos llanos o moderados.

La descripción de cada pendiente es la misma de la matriz III


Se considera la siguiente descripción de las unidades geomorfológicas:

Geoformas escarpadas: Incluye laderas de montaña estructuralmente plegadas. Se tiene


como geoformas en esta categoría: montañas, acantilados, quebradas, dunas, abanicos
aluviales, laderas de volcanes.

Geoformas elevadas: Corresponde a zonas estructuralmente plegadas, originadas por


procesos erosionales cuya superficie presentan ligeras ondulaciones. Entre las geoformas
de esta categoría se tiene: colinas y lomas.

Geoformas moderadamente elevadas: Corresponde a zonas de topografía poco


accidentada, conformadas por laderas de montaña moderadamente ramificadas y
estructuralmente plegadas. Los procesos geomorfológicos también corresponden a los
de escorrentía superficial, cuya agua a su paso produce erosión de laderas. Se considera
como geoforma de esta categoría a las laderas estables.

Geoformas moderadas: Corresponden a zonas que se encuentran por encima de las


terrazas de inundación, son acumulaciones o depósitos de sedimentos, producto de la
erosión y del transporte del agua de escorrentía que a su vez es impulsada por la
gravedad. Se considera como geoformas a las terrazas inclinadas y terrazas.

Geoformas llanas: Corresponde al lecho de los ríos, zonas que se encuentran en contacto
directo con el río; generalmente es estrecha y de fondo casi plano. Entre las geoformas
se tiene: planicies, llanuras de inundación, lechos fluviales, torrenteras.
Matriz VI

Fajas marginales: Según la Ley de Recursos Hídricos, las fajas marginales son espacios
aledaños a las riberas de las fuentes de agua delimitados por la ANA para la protección
del recurso hídrico. Para proteger la franja es necesario restringir el uso poblacional,
agrícola u otra actividad.

Zonas intangibles: Son espacios protegidos de excepcional importancia cultural y


biológica, en los cuales no puede realizarse ningún tipo de actividad extractiva debido a
su valor ambiental.

Laderas inestables: Geoformas con mayor susceptibilidad a movimientos de ladera que


propenden a caída de rocas, desprendimientos, colapso de taludes, deslizamientos y/o
flujos.

Falla geológica activa: Aquella falla que generará un sismo en algún momento en un
futuro cercano. Es considerada activa si ha tenido algún evento sísmico reciente o
evidencia de que haya ocurrido algún sismo en los últimos 10,000 años.

Zonas inundables: Se considera zona inundable los terrenos que puedan resultar inundados por
los niveles teóricos que alcanzarían las aguas en las avenidas cuyo período estadístico de
retorno sea de 100 años, atendiendo a estudios geomorfológicos, hidrológicos e hidráulicos, así
como de series de precipitaciones históricas y documentos o evidencias históricas de las mismas
en los lagos, lagunas, embalses, ríos o arroyos, así como las inundaciones en las zonas costeras
y las producidas por la acción conjunta de ríos y mar en las zonas de transición.

Zonas alrededor de glaciares: Aquellas zonas que pudiesen verse afectados por
desprendimiento glaciar y/o mermados en la provisión de agua por deshielo.

Áreas no afectadas: Zonas cuyo nivel de impacto negativo de un determinado peligro de


origen natural es mínimo o inexistente.
Matriz VIII

De acuerdo a la norma técnica E.030 Diseño Sismorresistente se considera el siguiente


detalle por tipología de suelo:

S4: Condiciones excepcionales en propiedades físicas, potencial de problemas


geotécnicos (licuación, colapso, entre otros).

S3: Suelos blandos (arena fina o grava arenosa y suelo cohesivo).

S2: Suelos intermedios, es decir medianamente rígidos como las arenas y gravas
medianamente compactas y suelos cohesivos compactos.

S1: Corresponde a rocas fracturadas y suelos rígidos (arenas y gravas medianamente


compactas, así como suelo cohesivo compacto)
S0: Corresponde a rocas duras que no han sido meteorizadas.

El equipo técnico o el evaluador de riesgo, a cargo del Análisis de Riesgo, de acuerdo a la


tipología del peligro o características de la zona de estudio puede considerar otros
aspectos a evaluar.

4.4 Determinación del nivel de peligro.

Será determinado por el equipo técnico o el evaluador de riesgo, en función al peligro


analizado.
Para las matrices consideradas en el ítem anterior, y para el peligro de inundaciones, el
cálculo se establecería de la siguiente manera:
CUADRO 01: NIVELES DE PELIGRO

4.5 Herramientas de caracterización de los peligros.


La caracterización de los peligros puede hacerse utilizando herramientas del tipo de:
a) Mediciones con instrumentos tecnológicos según el tipo de fenómeno.
b) Observaciones y verificación en campo, toma de muestras en zonas críticas,
calicatas, etc.
c) Registros audiovisuales.
d) Imágenes satelitales y/o drones.
e) Métodos participativos para reunir el conocimiento de la gente que reside en el
ámbito.

5. ANÁLISIS DE VULNERABILIDAD.

La vulnerabilidad es la susceptibilidad de la población, la estructura física o las actividades


socioeconómicas, de sufrir daños por acción de un peligro o amenaza.
El análisis de vulnerabilidad es la etapa en la que se analiza los factores de exposición,
fragilidad y la resiliencia en función al nivel de peligrosidad determinada, se evalúa el
nivel de vulnerabilidad y se elabora el mapa del nivel de vulnerabilidad de la unidad física,
social o ambiental evaluada.

5.1 Factores de la vulnerabilidad.

La vulnerabilidad se asocia a tres componentes principales:


a) La exposición, que está referida a las decisiones y prácticas que ubican al ser
humano y sus medios de vida en la zona de impacto de un peligro. La exposición
se genera por una relación no apropiada con el ambiente, debida a procesos no
planificados de crecimiento demográfico, procesos migratorios desordenados,
procesos de urbanización sin adecuado manejo del territorio y/o a políticas de
desarrollo económico no sostenibles.
b) La fragilidad, que está referida a las condiciones de desventaja o debilidad relativa
del ser humano y sus medios de vida frente a un peligro. En general, la fragilidad reside en las
condiciones físicas de una comunidad o sociedad y es de origen interno, y es factor de
vulnerabilidad.
c) La resiliencia, que está referido a la capacidad de las personas, familias y
comunidades, entidades públicas y privadas, actividades económicas y estructuras
físicas, para asimilar, absorber, adaptarse, cambiar, resistir y recuperarse, del
impacto de un peligro o amenaza, así como de incrementar su capacidad de
aprendizaje y recuperación de los desastres pasados para protegerse mejor en el
futuro.

5.2 Identificando los elementos expuestos al peligro.

Para el análisis de los elementos expuestos al peligro se debe de considerar:


a) Aspectos Físicos o estructurales, referidos a la ubicación y condición de las viviendas,
edificaciones, mercados, infraestructura de servicios de agua potable, locales de
hospitales y centros de salud, centros educativos, pistas, puentes, etc., los cuales
pueden ser afectados por los desastres.
b) Aspectos Sociales, referidos a localización de las poblaciones, según grupos de
vulnerabilidad por zonas, edades, sexo, acceso a servicios educativos, servicios de
salud, zonas de tránsito, etc.
c) Aspectos Económicas, referidos a la localización de la infraestructura productivas,
negocios, parcelas de producción agropecuaria, fábricas, centros de producción y
comercialización, etc., que constituyen la fuente de ingreso de las personas del ámbito.
d) Aspectos Ambientales, referidos a la localización de elementos naturales, fuentes de
agua, ríos, bosques, nichos de vida silvestre, etc.

Puede usarse para la calificación de los elementos expuestos, el cuadro 02.

CUADRO 02: VERIFICACIÓN DE ELEMENTOS EXPUESTOS


5.3 Evaluando la fragilidad de los elementos expuestos.
La evaluación de la fragilidad de los elementos expuestos tiene en cuenta los siguientes
componentes principales, y considerando además la dimensión física, social, económica y
ambiental:
a) Topografía del terreno y condición de los suelos
b) Configuración de elevación de las edificaciones
c) Material de construcción de las edificaciones
d) Estado de conservación de las edificaciones
e) Existencia de defensas, drenajes, zonas de desfogue, para casos de inundaciones
f) Protección de las fuentes de agua y fuentes de energía
g) Estado de los bosques y recursos naturales
h) Cumplimiento de normas constructivas

5.4 Evaluación de la resiliencia en el ámbito.

Su medición puede hacerse considerando al menos los siguientes factores, y tomando en


consideración la dimensión física, social, económica y ambiental:
a) Cuán preparada está una población para enfrentar un posible desastre, contando
con elementos de supervivencia, víveres, medicinas, refugios.
b) Las fuentes alternativas de aprovisionamiento de agua y de energía con las que
cuentan para reponer de inmediato los servicios que puedan afectarse.
c) De qué fuentes de ingreso disponen para reponer sus pérdidas y reemprender sus
actividades productivas, sea porque tienen activos en producción, solvencia
económica, o algún tipo de seguro frente al riesgo de desastres.
d) La organización que tienen y las instituciones con que cuentan, para actuar por su
propia iniciativa para actuar frente al desastre y reponerse en un plazo suficiente.

5.5 Determinación de los niveles de vulnerabilidad.


Al igual que en el caso de los peligros, la vulnerabilidad puede caracterizarse con métodos
cuantitativos del tipo de cantidad de elementos expuestos, inventario de elemento frágiles,
indicadores de fragilidad estructural, o con métodos cualitativos para caracterizar el grado de
vulnerabilidad del ámbito, o de algunos elementos específicos – puentes, residencias, escuelas,
hospitales- estimando si esta es muy alta, alta, media o baja.
El nivel de vulnerabilidad es determinado por el equipo técnico o el evaluador de riesgo.
Para hacer esa determinación, se toma en cuenta criterios como los presentados en la
matriz de vulnerabilidad adjunta a continuación.

Matriz A

El equipo técnico o el evaluador de riesgo a cargo del Análisis de Riesgo, de acuerdo a la


zona de análisis puede considerar otras matrices para el cálculo de la vulnerabilidad.

CUADRO 03: MATRIZ DE VULNERABILIDAD.

6. CÁLCULO DEL RIESGO.


Es la probabilidad de que la población y sus medios de vida sufran daños y pérdidas a
consecuencia de su condición de vulnerabilidad y el impacto de un peligro.
El riesgo es una variable de medición que resulta de la interacción del peligro potencial con las
condiciones de vulnerabilidad. Estima la probabilidad de producción de daños, dada la
probabilidad de ocurrencia de un peligro de cierta intensidad en convergencia con las
vulnerabilidades existentes en los elementos expuestos del ámbito en el que se interviene.
La evaluación del peligro se ha hecho en la sección 4. Corresponde ahora ver como evaluar
los posibles daños.

6.1 Cuantificación de posibles daños y pérdidas.

La cuantificación de daños y pérdidas tiene como base las vulnerabilidades identificadas.


Puede hacerse en dos momentos:
a) A nivel de recuento de posibles daños que podrían producirse. Por ejemplo,
posibles vidas afectadas, viviendas total o parcialmente destruidas, infraestructura
afectada o colapsada, hectáreas de tierras de cultivo afectadas, carreteras
destruidas, escuelas o servicios médicos interrumpidos, etc.
b) A nivel de lo que se llama pérdidas, es decir, cuantificando los posibles daños en
términos económicos.
Un ejemplo de tabla para el cálculo de daños y pérdidas se presenta en el siguiente
cuadro.

CUADRO 04: ESTIMACIÓN DE POSIBLES DAÑOS Y PÉRDIDAS.


6.2 Nivel del riesgo.
El nivel de riesgo es determinado por el equipo de trabajo en función de la descripción
cualitativa de la peligrosidad y la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

Hay que puntualizar que solamente se va a llegar al cálculo del riesgo en las situaciones
en que el cálculo del peligro fue ≤ 3, por consiguiente, estamos en situaciones en que el
riesgo puede ser medio o bajo.

La determinación cualitativa del riesgo se obtiene intersectando la peligrosidad y la


vulnerabilidad, se interrelaciona por un lado (vertical), el nivel de peligrosidad; y por otro
(horizontal) el nivel de vulnerabilidad en la respectiva matriz. En la intersección de ambos
valores, sobre el cuadro de referencia, se podrá calcular el nivel de riesgo del área de estudio.

CUADRO 05: CÁLCULO DEL NIVEL DE RIESGO.

Si en el proceso de realización del ADR se verifica en las evaluaciones realizadas o surgen


evidencias de peligros desconocidos, o de magnitud de gran escala, no considerada, o de
vulnerabilidades que requieren de un estudio detallado, se deberá realizar necesariamente un
Informe de Evaluación de Riesgos (EVAR), procediendo con arreglo a
los lineamientos existentes. Para tal efecto, a lo largo de la guía se incluyen listas de
chequeo que ayudan a verificar si no se está ante un riesgo de mayores dimensiones que
amerita pasar a un EVAR.

7. LA COMUNICACIÓN DEL RIESGO.

Es un componente del análisis de riesgos, mediante el cual se intercambia información y


opiniones a lo largo de todo el procedimiento de análisis de riesgos. Dicho intercambio de
información es sobre los riesgos, los factores relacionados con los riesgos y las percepciones de
los mismos, entre las personas encargadas de la evaluación de los riesgos,
los responsables de la prevención o reducción del riesgo de desastres, la población, las
autoridades, la comunidad académica y otras partes interesadas, explicando y
comprendiendo los resultados de la evaluación de los riesgos y de los criterios de las decisiones
relacionadas con el manejo de los riesgos tomada.
La comunicación del riesgo es un paso importante porque, a fin de cuentas, el análisis de
riesgo, y la gestión de riesgos, persiguen proteger a la población. Por ello, la población
debe ser la primera en estar bien informada de los resultados; ser conscientes de los
riesgos de su ámbito, de lo que pueden hacer para reducirlo, o del riesgo que están
dispuestos a aceptar.
El proceso de la comunicación del riesgo, se implementa en tres etapas principales (Gráfico
02):
a) delimitar el grupo pleno al que debe informarse, considerando en particular los grupos
más vulnerables;
b) precisar los contenidos a comunicar, de manera que el mensaje sea claro y no suscite
dudas;
c) establecer los canales más adecuados de comunicación, de manera que la información
llegue a tiempo.

GRÁFICO 02: EL PROCESO DE COMUNICACIÓN DEL RIESGO.

Las acciones de comunicación pueden revestir desde visitas informativas a la población en


zonas críticas, talleres de presentación de los resultados del ADR, distribución de información
escrita, información a través de los medios de masas y redes sociales.
7.1 Proceso de formalización.

Cuando el ADR se ejecute en el marco de un procedimiento de formalización, la entidad


formalizadora participa en las acciones de comunicación directa a la población.
Una vez identificado el nivel de riesgo, si el área bajo análisis no requiere acciones de
mitigación, se ejecutan las acciones de formalización. En el caso que existan
recomendaciones, se comunican a la población. Si el ADR determina que no es viable
mitigar el riesgo no procede la formalización, debiendo archivarse definitivamente el
expediente.

7.2 Establecer público meta.

Es importante que las diferentes autoridades de gobierno del ámbito estén claramente
informadas de los resultados del ADR, particularmente de las medidas que tendrían que
implementar con cargo a su presupuesto, de acuerdo con las prioridades elaboradas. La
participación articulada de todos los actores involucrados, promueve el conocimiento
y la comprensión de los riesgos tanto conocidos como desconocidos.
El delimitar el o los públicos metas, posibilita delimitar posteriormente el contenido y
seleccionar los canales y medios a utilizar.

7.3 Desarrollar contenidos.

Están referidos a comunicar los resultados a la población, asimismo las recomendaciones


que se emitan tienen que concordar con las posibilidades reales de la población. La
participación articulada de todos los actores involucrados, promueve el conocimiento y la
comprensión de los riesgos tanto conocidos como desconocidos.
Los contenidos deben estar respaldados a través del diseño de estrategias, planes y
programas con acciones a corto, mediano y largo plazo en aspectos referidos a
prevención, reducción de riesgos, preparación de la comunidad, como en la mitigación y
reducción de vulnerabilidades. Una estrategia puede incluir: plan y planes de acción,
campañas preventivas, organización comunitaria y organizacional, equipo profesional
a cargo nombrado, coordinación entre instituciones, capacitación de personal,
capacitación de voceros, periodistas y comunicadores. Las organizaciones deben
alinearse con las políticas públicas en gestión del riesgo que lidere el alcalde,
gobernador regional o sector que corresponda.

7.4 Priorizar canales de comunicación.

Considerar medios de comunicación impresos y electrónicos, radio (spots educativos,


radionovelas), televisión (spots educativos, documentales), internet (conferencias de
Internet, blogs, redes sociales), canales alternativos (focus group, charlas en colegios,
pasacalles, ferias, redes de comunicadores, grupos de jóvenes, etc.)
Las nuevas tecnologías representan una oportunidad para los diferentes actores sociales
y para el conocimiento del riesgo.

8.LOS PROFESIONALES A CARGO DEL ADR.

El responsable funcional de la emisión del Informe de Análisis de Riesgo (ADR) es aquel


profesional cuya función sea la de emitir informes de riesgo en la municipalidad
correspondiente, en general, cualquiera sea su denominación; es decir puede ser el Gerente o
Subgerente de Gestión de Riesgos de Desastres o de Defensa Civil. En lo posible, los trabajos
de ADR deberían ser diseñados y conducidos por profesionales formados y acreditados como
evaluadores de riesgo. Sin embargo, los profesionales de las áreas de ciencias e ingenierías
pueden participar o hacerse cargo de esta tarea, sirviéndose para ello de lo dispuesto en el
presente lineamiento técnico.

CUADRO 6: PROFESIONES VINCULADAS AL ANÁLISIS DE RIESGO.

9.LISTA DE CHEQUEO DEL ADR.


Siendo una herramienta de análisis rápido y flexible, al término del Análisis de Riesgo, es
conveniente realizar un chequeo de la información reunida, de tal modo que se corrobore
que la información esencial no falta, y en tal caso completarla, y que no estamos ante una
situación de riesgo que amerite un estudio más detallado (EVAR). A tal fin la lista de chequeo
siguiente resulta de utilidad.

CUADRO 7: LISTA DE CHEQUEO DEL ADR.

10. ESTRUCTURA DEL INFORME DE ANÁLISIS DE RIESGO.


CAPÍTULO I: ASPECTOS GENERALES
1.1. OBJETIVO GENERAL
1.2. ANTECEDENTES
1.3. MARCO NORMATIVO

CAPÍTULO II: CARACTERÍSTICAS GENERALES


2.1. UBICACIÓN
2.2. ASPECTOS FÍSICOS
2.3. ASPECTOS SOCIALES
2.3. ASPECTOS ECONÓMICOS
2.4. ASPECTOS AMBIENTALES

CAPÍTULO III: DETERMINACIÓN DEL PELIGRO


3.1. DETERMINACIÓN DEL ÁMBITO DE OCURRENCIA
3.2. RECOPILACIÓN Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
3.3. IDENTIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DEL PELIGRO
3.4. DETERMINACIÓN DEL NIVEL DE PELIGRO

CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE VULNERABILDAD


4.1. IDENTIFICACIÓN DE ELEMENTOS EXPUESTOS
4.2. EVALUACIÓN DE LA FRAGILIDAD DE LOS ELEMENTOS EXPUESTOS
4.3. EVALUACIÓN DE LA RESILIENCIA EN EL ÁMBITO
4.4. DETERMINACIÓN DE LOS NIVELES DE VULNERABILIDAD

CAPÍTULO V: CÁLCULO DEL RIESGO


5.1. CUANTIFICACIÓN DE POSIBLES DAÑOS Y PÉRDIDAS
5.2. CÁLCULO DEL RIESGO
5.3. RECOMENDACIONES PARA MITIGACIÓN DEL RIESGO

CAPÍTULO VI: COMUNICACIÓN DEL RIESGO


6.1. PÚBLICOS META PRIORIZADOS
6.2. PROPUESTA DE CONTENIDOS A PRIORIZAR
6.3. CANALES DE COMUNICACIÓN A UTILIZAR

CAPÍTULO VII: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


7.1. CONCLUSIONES
7.2. RECOMENDACIONES

NORMAS Y DOCUMENTOS DE REFERENCIA


- CENEPRED, Manual para la Evaluación de Riesgos originados por Fenómenos
Naturales, Versión 02, 2014
- Decreto Supremo N° 048-2011-PCM. Reglamento de la Ley 29664 (SINAGERD) (26
de
mayo de 2011).
- Ley N° 29664, de creación del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres
(SINAGERD) (18 de febrero de 2011).
- Resolución Jefatural N°112-2014-CENEPRED/j. Manual para la Evaluación para
la
Evaluación de Riesgos Originados por Fenómenos Naturales (31 de diciembre de
2014).
- Resolución Jefatural N°046-2018-CENEPRED/J. Aprueba Directiva 001-2018-
CENEPRED/J, Procedimientos para la formación y acreditación de evaluadores del
riesgo originado por fenómenos naturales. (7 de marzo de 2018).
- Resolución Ministerial N°334-2012-PCM, Aprueban Lineamientos Técnico del Proceso
de Estimación del Riesgo de Desastres.

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