Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Se puede pensar que el riesgo natural surge como consecuencia de una interacción de esos
bienes humanos con los procesos naturales que los amenazan. Al conjunto de elementos
vulnerables lo denominamos: capital de riesgo, y en principio no incluye el patrimonio
natural.
Hay que tener en cuenta también otros factores de interés como las escalas de percepción
y las de estudio. La escala de percepción está referida al cómo se ve a sí misma cierta
comunidad ante un desastre natural. Además, hay que contar con los conceptos de
magnitud e intensidad.
En el contexto de las ciencias del medio ambiente y de la Tierra, resulta muy habitual
recurrir a modelos matemáticos como herramientas de prospección. Las valoraciones
expuestas en este punto no son ajenas a esa idea, y por tanto se expondrán dos
procedimientos cuantitativos a diferentes escalas de análisis:
Página 2
Donde:
Una vez explicados estos conceptos veremos cómo en este punto se desarrollarán los
procedimientos de valoración de riesgo o peligrosidad, según la tipología de catástrofe.
En España las inundaciones constituyen el riesgo natural que a lo largo del tiempo, ha
producido los mayores daños tanto materiales como en pérdida de vidas humanas. La
lucha contra los efectos de las inundaciones ha sido, desde hace muchos años, una
constante en la política de aguas y de protección civil. Así el enfoque tradicional
consistente en plantear y ejecutar soluciones estructurales, como la construcción de
presas, encauzamientos y diques de protección, se ha revelado en determinados casos
insuficiente. Por ello, ha sido complementado en las últimas décadas con actuaciones no
estructurales, tales como planes de Protección Civi l, implantación de sistemas de alerta,
corrección hidrológico-forestal de las cuencas y medidas de ordenación del territorio, para
atenuar las posibles consecuencias de las inundaciones. Este último tipo de actuaciones
son menos costosas económicamente y, a la vez, menos agresivas medio ambiental m
ente. Toda esta problemática y la búsqueda de soluciones han tenido un importante
respaldo en nuestra legislación. Así, la seguridad de las personas y bienes frente a las
inundaciones ha sido recogida tanto en el texto refundido de la Ley de Aguas, aprobado
por el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, así como en la Ley 10/2001, de 5 de
Página 4
julio, del Plan Hidrológico Nacional, modificada por la Ley 11/2005, de 22 de junio.
Esta directriz define como avenida el "aumento excepcional del caudal de agua en un
cauce, que puede o no producir desbordamientos o inundaciones". En esta definición lo
decisivo es el carácter "inusual " de la crecida, siendo, en principio, irrelevante que se
produzca o no un desbordamiento del cauce. Aunque sólo sea por este dato, es manifiesta
la asimetría con el concepto de zona inundable que maneja la legislación de aguas.
Podemos definir las inundaciones como "sumersión temporal de terrenos normalmente
secos, como consecuencia de la aportación inusual y más o menos repentina de una
cantidad de agua superior a la que es habitual en una zona determinada”. En esta
definición destaca el carácter temporal y ocasional de la inundación, consecuencia de la
avenida, aunque ésta no siempre produzca inundaciones.
Al listar los "elementos básicos para la planificación de protección civil ante el riesgo de
inundaciones ", se incluye el "análisis de las zonas inundables", cuya finalidad es "la
identificación y clasificación de las áreas inundables del territorio a que cada plan se
refiera", con arreglo a los criterios que se indican [zonas de inundación frecuente, de
inundación ocasional y de inundación excepcional]. La "zonificación territorial" así realizada
" se revisará teniendo en cuenta la delimitación de zonas que, al objeto de la aplicación del
artículo 14 del Reglamento del Dominio Público Hidráulico se derive del desarrollo de los
Planes Hidrológicos de Cuenca". Como puede apreciarse, aquí hay un punto de conexión
importante con la legislación de aguas. La zonificación que deben contener los planes de
protección civil no es necesariamente coincidente con la "delimitación" que resulte del
desarrollo de los PHD, pero debe " tenerla en cuenta", así pues, se deberá revisar una a la
vista de la otra.
Página 5
Los procedimientos para desarrollar la evaluación preliminar del riesgo de inundación, los
mapas de peligrosidad y riesgo y los planes de gestión de los riesgos de inundación. Estos
son los tres instrumentos que articulan las políticas públicas en la materia. La avenida se
define en los mismos términos que emplea la directriz básica de protección civil, antes
comentada como: el aumento inusual del caudal de agua en un cauce que puede o no
producir desbordamientos e inundaciones. La inundación se define como el anegamiento
temporal de terrenos que no están normalmente cubiertos de agua ocasionadas por
desbordamiento de ríos, torrentes de montaña y demás corrientes de agua continuas o
intermitentes, as í como las inundaciones causadas por el mar en las zonas costeras y las
producidas por la acción conjunta de ríos y mar en las zonas de transición. Estas
definiciones coinciden en lo sustancial: el carácter temporal y el origen en el
desbordamiento de cursos de agua o la acción del mar [o la conjunta de ambos].
cuales la materialización de ese riesgo pueda considerarse probable [art. 5]. El resultado
de la evaluación preliminar se someterá a consulta pública durante un plazo mínimo de
tres meses.
El siguiente paso es la elaboración de mapas de peligrosidad por inundación para las zonas
determinadas en la evaluación preliminar. Estos mapas contemplarán, al menos, los
siguientes escenarios:
La tercera y última fase es, precisamente, la creación de planes de gestión del riesgo de
inundación. Su ámbito es también el de la demarcación hidrográfica, pero se centrarán,
lógicamente, en las zonas inundables conforme a las cartografías de peligrosidad y riesgo
elaboradas para estas zonas. Los planes están sometidos a evaluación ambiental
estratégica y se someterán a información pública durante un plazo mínimo de tres meses,
así como a informe del Consejo Nacional del Agua y de la Comisión Nacional de Protección
Civil. Se aprueban por el Gobierno de la Nación, a propuesta del organismo de cuenca en
las intercomunitarias y de la Administración hidráulica competente en las
intracomunitarias, si bien la elevación al Consejo de Ministros se hace a propuesta conjunta
Página 7
del MAGRAMA y del Ministerio del Interior lart. 13.4], este último para asegurar la
coordinación con los planes de Protección Civil.
Los medidores de tipo ultrasónico. Hay dos tipos de medidores ultrasónicos para la
medida de caudal en circuitos cerrados. El primero (tiempo de tránsito o de
propagación) utiliza la transmisión por impulsos, mientras que el segundo (efecto
Doppler) usa la transmisión continua de ondas.
Medidores ultrasónicos por impulsos. Estos son los más precisos y se utilizan,
preferentemente, con líquidos limpios, aunque algunos tipos permiten medidas de
líquidos con cierto contenido de partículas y gas.
Medidores ultrasónicos que utilizan el efecto Doppler. Emplean el concepto de que,
si se deja pasar el ultrasonido en un fluido en movimiento con partículas, el sonido
será reflejado de nuevo desde las partículas.
Ya sea de la lluvia o del nivel de agua por embalsamiento la medición, tiene como objetivo
un seguimiento de las condiciones hidrológicas que pueden producir una inundación.
Los medidores de nivel de agua están constituidos por dispositivos generalmente muy
simples y, en algunos casos pueden ser construidos localmente en las mismas empresas de
saneamiento o servicios de agua. En estos campos son innumerables las posibilidades; la
Página 10
creatividad y el ingenio producen las soluciones más variadas. No obstante, los medidores
más comunes son:
Pluviómetro. Se utiliza para calcular la cantidad de lluvia que cae en una zona
concreta durante un periodo de tiempo determinado. Los pluviómetros más
comunes utilizados por los servicios meteorológicos y en aeropuertos consisten en
Con ello, los cristales de nieve se forman en la atmósfera por la condensación del vapor de
agua a temperaturas inferiores al punto de congelación. Los cristales se crean alrededor de
materias extrañas, como por ejemplo polvo, y estos van creciendo a medida que se va
condensando vapor de agua en su estructura. Estos cristales suelen ser hexagonales,
aunque las variaciones de tamaño y forma son casi ilimitadas. La forma depende de la
Página 12
temperatura del aire y la cantidad de vapor que éste contenga, como vemos a
continuación:
Esto también se puede manifestar en términos del valor adimensional que se deriva de la
razón entre la profundidad de la nieve y el equivalente líquido, que se conoce como
relación de nieve a líquido. En este ejemplo, 1O unidades de profundidad de nieve en el
suelo corresponden a 2 unidades de profundidad de líquido, lo cual corresponde a una
relación de nieve a líquido de 5:1.
Aquí hay algunos ejemplos de valores típicos de relación de nieve a líquido. La nieve recién
caída con vientos generalmente calmos y temperaturas por debajo de cero grados tiene un
equivalente líquido aproximado del 5 %, lo cual equivale a una relación de nieve a líquido
de 20 a 1.
Página 13
Dos fenómenos principales afectan a la cantidad de nieve que se acumula en el suelo en las
zonas arboladas:
La cantidad de nieve que puede acumularse en el dosel depende enteramente de los tipos
de árboles que crecen en la zona. Las coníferas interceptan la nieve de forma
relativamente eficiente. Por otra parte, las copas de los árboles caducifolios, que están sin
hojas durante la mayor parte de la temporada fría, capturan relativamente poca nieve.
Vamos a considerar los valores de acumulación relativa para ambientes abiertos. Estos
valores se han normalizado respecto de lo que se denomina "llanura plana en barbecho",
es decir, terreno relativamente plano donde hace mucho tiempo que no se ara, siembra ni
cosecha. Por ejemplo, en un arbolado, donde el viento desacelera y las acumulaciones
tienden a ser un poco más altas, tal vez podríamos ver 2,4 veces más nieve acumulada que
en una llanura plana en barbecho. Esta tabla presenta un resumen de las acumulaciones
relativas de nieve para varios tipos de terreno.
Página 14
Escarcha
Es un tipo de nieve que se forma directamente a nivel del suelo. Es una capa densa que se
forma por la congelación del agua que se encuentra condensada sobre plantas, rocas y
demás objetos expuestos a los elementos climáticos. Se acumula mayoritariamente en las
caras donde sopla el viento. Puede formar grandes copos de textura plumosa o
incrustaciones sólidas, pero no presenta un modelo regular de cristalización.
Escarcha helada
Nieve en polvo
Con este nombre popular se conoce la nieve recién caída, esponjosa y ligera. La nieve en
polvo se define como nieve recién caída que ha perdido cohesión o densidad por las
grandes diferencias de temperatura entre los extremos y el centro de los cristales
dendríticos. Esta nieve alterada, por lo tanto, suelta y pulverulenta, permite un buen
desplazamiento del esquí, pero caminar sobre ella puede resultar complicado. Puede
causar aludes de nieve seca y suelta en zonas con pendiente pronunciada.
Página 15
Nieve podrida
Es un tipo de nieve típico de la primavera y se distingue por las capas blandas y húmedas
que ofrecen poco soporte a las capas superiores, más consistentes. En las peores
condiciones no soporta ni siquiera el peso de un esquiador. Mientras la temperatura esté
baja, esta nieve puede presentar condiciones aceptables, pero a medida que el día se
calienta es sumamente peligrosa. Este tipo de nieve puede causar avalanchas de nieve
húmeda o aludes de placa. Es más frecuente encontrarla en zonas o épocas de baja
precipitación.
Nieve costra
Este tipo de nieve se forma cuando el agua de fusión superficial se vuelve a congelar y
forma un estado firme. Entre las fuentes de calor que dan las condiciones para la formación
de este tipo de nieve encontramos el aire templado, la condensación superficial de agua, la
incidencia del sol y la incidencia de la lluvia. Con frecuencia esta capa es fina y se rompe al
paso humano, por lo que resulta molesta para desplazarse sobre ella. Pero hay una
situación en la que se puede formar una costra gruesa: cuando llueve, ya que el agua se
filtra a través de la nieve. Si el agua se congela forma unas estructuras de soporte de la
nieve, lo que la convierten en una capa muy resbaladiza y por tanto peligrosa.
Placas de Viento
Firnspiegel
Nombramos así a una capa muy fina de hielo transparente que cubre las superficies
nevadas. Este hielo puede producir un centello por reflejo [fi rn spiegel, palabra en
alemán, que significa espejo de nieve]. Se produce cuando el sol funde la nieve superficial y
luego se vuelve a solidificar. Entonces esta capa de hielo crea un efecto invernadero en las
Página 16
capas inferiores de nieve, derritiéndolas. Se rompe con mucha facilidad por lo que no
genera avalanchas.
Es una fina capa de hielo transparente que se produce cuando el agua se congela sobre la
roca. El agua puede ser de lluvia o de fusión. El verglás [palabra francesa que significa
cristal de hielo] forma una superficie sumamente resbaladiza, y al igual que el hielo en las
carreteras puede ser difícil anticipar su presencia.
Huecos de Fusión
Penitentes
Cuando crecen mucho a los huecos de fusión se los llama penitentes. Los penitentes son
pilares producidos por la intersección de oquedades, dejando entre ellas columnas de
nieve. Son característicos de campos de nieve en áreas de gran altitud y bajas latitudes,
donde la radiación y las condiciones atmosféricas que dan lugar a los huecos de fusión son
más intensas. En zonas como los Andes o el Himalaya pueden llegar a medir más de un
metro.
Canales de Drenaje
Cuando se inicia el deshielo, en las superficies nevadas aparecen redes de drenaje formada
por la escorrentía del agua. Sin embargo, el verdadero flujo de agua se produce en el
interior del manto de nieve y no en la superficie. El agua fundida se filtra hasta que
encuentra alguna capa impermeable o el suelo. Estos canales de drenaje crecen de tamaño
fácilmente porque el agua fundida funde a su vez más agua.
Sastrugi y Dunas
Los Sastrugi (cueva) tienen forma de ola con proa, como vemos en la imagen, apuntan en
la dirección del viento. La acción del viento sobre la superficie de la nieve seca desarrolla
diversas formas erosivas, como pequeñas ondas y otras irregularidades. En las crestas altas
Página 17
y los desnudos territorios árticos sometidos a la acción de los vientos, estos relieves
alcanzan alturas considerables .
Las cornisas son acumulaciones de nieve de las crestas u otros accidentes. Constituyen un
riesgo especial porque cuelgan formando una masa extraplomada e inestable que puede
llegar a desprenderse. Las tormentas de nieve y los vendavales proporcionan nuevo
material que se acumula en las cornisas. Por lo general las cornisas que se forman durante
las tormentas son menos consistentes que las formadas por nieve traída del viento.
Con el paso del tiempo la nieve va cambiando. Los cristales experimentan un proceso de
transformación o metamorfosis, que suele reducirlos a formas más pequeñas y sim ples ,
de lo cual se deriva un asentamiento y una pérdida de grosor del manto de nieve. Esto
comienza en el momento en que la nieve cae y finaliza cuando ésta se funde. El proceso
convierte a las variadas formas originales de los cristales de nieve en hielo. Cuanto más frío
haga, más lentos se reproducirán los cambios, los cuales solo cesan a temperaturas
cercanas a los -40°C. La presión que ejerce el peso de las nuevas caídas de nieve acelera el
proceso.
La nieve vieja (cercana al primer año de edad), con todos sus cristales convertidos en hielo,
acoge el nombre de neviza o firn. Este paso será el previo a convertirse en glaciar.
Otro tipo de metamorfismo tiene lugar cuando el vapor de agua se traslada de una parte
del manto de nieve a otra parte del manto debido a fenómenos de difusión vertical,
depositándose en forma de cristales de hielo con características diferentes a las de la nieve
original.
La solidez del manto de nieve es uno de los factores de la naturaleza con mayor rango de
variabilidad: el 90% de la nieve recién caída es aire, mientras que en la nieve cohesionada
puede contener menos del 30% de aire. La nieve vieja puede ser 50 000 veces más dura
que la nieve recién caída. Esta variabilidad hace que las condiciones puedan transformarse
radicalmente de un sitio a otro o de una hora a otra.
Glaciares
Los glaciares se crean por la acumulación de nieve que no se evapora ni se funde. Los
cristales de nieve se transforman en granos de hielo, cuando los espacios de aire entre
ellos van desapareciendo y la masa se vuelve impermeable al aire esos granos de hielo se
convierten en glaciar, pueden llegar a medir hasta 30 cm de diámetro. Las grietas en los
glaciares son fracturas que se producen cuando el hielo se estira o se curva. Una grieta
Página 18
Dichos aludes de nieve se enmarcan dentro de los procesos naturales gravitacionales que
afectan a las laderas en zonas de montaña. Este fenómeno, como ocurre en otras
ocasiones cuando interaccionan elementos del medio natural deja de ser un peligro
inevitable y de poca repercusión social para convertirse en un verdadero riesgo natural
ocasionando en todo el mundo numerosas pérdidas humanas y un fuerte impacto
socioeconómico.
A lo largo de la historia el riesgo de aludes ha existido siempre. Así, algunos cronistas han
descrito algunos de los episodios más catastróficos provocados por este fenómeno. Tito
Livio, en su narración de la travesía de Aníbal y las tropas cartaginenses por los Alpes,
describe como los aludes acabaron con la vida de más de 19 000 soldados en el año 218
a.c. Otro episodio histórico, tuvo lugar en el año 1916, durante la I Guerra Mundial,
cuando, en el frente austro italiano más de 1O 000 soldados perecieron bajo los aludes
provocados por los disparos de la artillería enemiga en el macizo de los Dolomitas [Italia).
Mucho mas reciente es la catástrofe de Yungay, en plena Cordillera Blanca del Perú, donde
Página 19
un alud desencadenado por un movimiento sísmico en las laderas del monte Huascarán,
arrasó completamente el pueblo de Yungay dejando sin vida a más de 20 000 personas.
Entre la documentación histórica referente a los accidentes de aludes que han ocurrido en
España, cabe destacar el que tuvo lugar en el siglo XVI, cuando un alud arrasó
completamente el pueblo de Tavascán en Lérida. Otro alud destruyó completamente el
Hospital de Benasque [Huesca] en 1789. Más tarde, y después de la reconstrucción del
Hospital de Benasque en una cota inferior, tuvo lugar otro alud en la otra orilla del río
Esera, volviendo a destruir el Hospital de Benasque y llevándose consigo a tres niños y
cinco mujeres.
Entre los aludes del último siglo registrados en España, cabe destacar los aludes producido
en 1916 en las obras de la Estación Internacional de Canfranc; el alud de 1947 en Riosetas;
los producidos en el Balneario de Panticosa durante los inviernos de 1960 y 1970; el alud
de 1985 en Candanchú y otros.
Se cree que, desde 1929 hasta 1998, los datos globales sobre aludes producidos en España
son de 92 accidentes, con un total de 332 personas involucradas , 102 muertos y 71
heridos, de los cuales más de 80 accidentes se han producido en los últimos diez años de
ese periodo, con una media de 7 personas fallecidas por año. En la Cordillera Pirenaica
cabe destacar que el 50% de estos accidentes fatales ocurren en el Pirineo oscense.
Por otra parte, los desprendimientos y los deslizamientos son dos de los procesos
geológicos que mejor ejemplifican el concepto de riesgo natural. Técnicamente constituyen
ambas dos formas de modelado del relieve de las laderas.
Tal y como ocurre con los ríos o los glaciares, los fenómenos de ladera son consecuencia de
la gravedad terrestre y desencadenan la erosión de grandes masas rocosas hacia zonas más
bajas de la superficie, a diferencia de los primeros, el agua tiene un papel secundario y lejos
de ser el medio de transporte del sedimento es un mero lubricante que puede acelerar la
Página 20
Además, los movimientos de laderas más importantes se enmarcan en estos seis tipos:
reptación; coladas de barro; solifluxión; deslizamientos, que pueden ser a su vez
traslacionales y rotacionales; avalanchas y desprendimientos. Estos últimos, los
desprendimientos, denominados así por la caída brusca y aislada de fragmentos rocosos
de un talud, suelen ser muy aparatosos y vistosos, siendo, a su vez, de tres tipos: de vuelco,
de caída libre y de rodadura, como vemos en las siguientes imagenes.
Página 21
La siguiente imagen muestra una ladera que presenta la colocación de una red como
medida prevención ante desprendimiento y/o deslizamiento.
Página 22
Tal y como hemos visto en el punto anterior, durante el invierno pueden producirse las
condiciones necesarias para que se desencadenen aludes, bien de forma espontánea o
bien debido al paso de personas. Estos riesgos pueden evaluarse mediante sondeos del
manto nival, pudiendo comunicarse a los interesados mediante una escala internacional
fácilmente comprensible.
La escala europea de riesgo de avalancha comporta cinco niveles de riego definidos por
una evaluación de la estabilidad y de sus consecuencias en términos de probabilidad de
activación de avalancha. En montaña el riego cero no existe y el peligro al que se expone
una persona crece con el valor del índice.
Página 23
El personal que llega a las estaciones de radio sobre máquinas pisanieves, debe recibir
información sobre peligros y riesgos en la montaña, en especial sobre el estado de la nieve
y riesgos de aludes o avalanchas. En las zonas de montaña y con condiciones climáticas
adversas, se ha de utilizar, tanto la ropa adecuada a las condiciones de trabajo existentes:
frío, nieve, ventisca o lluvia; así como la utilización de los equipos de protección individual
en los momentos en que sea preciso. La utilización de estos equipos de protección se
realizará siempre siguiendo las instrucciones del fabricante o suministrador y en las
condiciones y usos para los que fueron diseñados.
Cada vez que se acceda a las estaciones de radio en máquinas pisanieves, se recomienda
llevar consigo bebida [agua). gafas contra radiaciones solares, crema de protección solar y
protectores labiales.
El tiempo que dure la estancia en zonas montañosas nevadas, se debe evitar emitir gritos o
cualquier tipo de vibraciones innecesarias que pueden desencadenar un alud de nieve. Se
recomienda también evitar las laderas convexas cubiertas de nieve (ya que se encuentran
en tensión), y también las laderas a sotavento [en dirección opuesta a la señalada por los
vientos dominantes) donde la nieve se acumula con facilidad y además se hacen inestables.
Será peligroso durante el mediodía transitar por las laderas de nieve expuestas al sol, se
recomienda hacerlo por zonas de sombra. Después del mediodía hay que tratar de ir por
las laderas que han estado expuestas al sol y evitar las que están expuestas ahora por
primera vez.
Se deben evitar las laderas lisas, sin grandes rocas ni árboles. Si se ve a alguna persona que
haya ha sido arrastrada se deben seguir los siguientes pasos:
Reservar energías para gritar con fuerza cuando se escuche que viene el rescate.
Un volcán puede lanzar también de manera violenta fragmentos de lava al aire de muy
diversos tamaños y diferente grado de consolidación con trayectorias de gran alcance, así
como formar una gruesa columna de material ascendente [principalmente gases y del
material más fino] encima de la boca emisora, cuya altura depende del grado explosivo
de la erupción y que al dispersarse o colapsar entrañan un grave peligro . Estos
materiales se denominan genéricamente piroclastos [bombas volcánicas, lipilli o ceniza] y
se diferencian por su tamaño, composición y por su dinámica de deposición.
En España pueden encontrarse varias áreas volcánicas, como son las Islas Canarias, la
comarca de La Garroxta (Girona). Cabo de Gata (Almería), Cofrentes (Valencia). las Islas
Columbretes (Castellón) y Campos de Calatrava (Ciudad Real). Entre ellas, solamente en La
Garroxta y en Canarias han tenido lugar erupciones durante los últimos 10.000 años, y
únicamente en el archipiélago canario han ocasionado erupciones en épocas históricas.
Para poder anticiparse o prever la evolución de una erupción volcánica, debemos conocer
el estado del volcán en todo momento, para así detectar cualquier cambio, por mínimo que
sea, de su actividad.
Estos cambios, que pueden ser detectados con una instrumentación apropiada, incluyen
las deformaciones del suelo, la sismicidad, las variaciones de temperatura, la emisión o el
cambio de composición de gases, los cambios en los campos gravitatorios y magnéticos , y
pueden correlacionarse con los posibles movimientos del magma y de los fluidos asociados.
La correcta y conjunta detección e interpretación de estos cambios, en términos
precursores de una reactivación volcánica, son el objetivo de los sistemas de vigilancia
Página 27
volcánica y lo que, hoy en día, permite reducir el riesgo potencial que los volcanes
representan.
Desde junio de 2004 [Real Decreto 1476/2004, de 18 de junio] el IGN tiene como nueva
competencia la "Observación, vigilancia y comunicación de la actividad volcánica y
determinación de riesgos asociados". Desde esta fecha, se inicia una nueva área de trabajo,
la vigilancia y alerta volcánica, ampliando las labores de los diferentes servicios de red
sísmica, geodesia, geomagnetismo y gravimetría, así como del Centro Geofísico de
Canarias.
Este proyecto incluye el diseño de estaciones sísmicas, geodésicas y geofísicas, del sistema
de comunicaciones y de procesamiento y análisis de datos que permita realizar un
seguimiento continuado de los cambios de los parámetros físicos asociados a la actividad
volcánica, y constituya un sistema operativo de alerta [en sus fases de tranquilidad o
actividad].
insuficientes para las labores encomendadas de vigilancia volcánica. Por este motivo,
alguna de ella se ha reforzado con un nuevo y mejorado diseño de su infraestructura
[CCAN) y se han planeado la instalación de cinco nuevas estaciones geofísicas y geodésicas.
Además, se ha ampliado la red de nivelación de alta precisión hasta alcanzar los 307 Km, se
ha diseñado una densa red gravimétrica para la medida absoluta de la gravedad y se ha
ampliado la red de mareógrafos.
Estas estaciones geofísicas y geodésicas contribuirán con datos en tiempo real, e irán
dotadas de la siguiente infraestructura:
Como ayuda a sus labores, el Instituto Geográfico Nacional colabora con el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas [dentro del marco del convenio suscrito entre
ambas instituciones) en el diseño, implementación e interpretación de datos de la red de
vigilancia.
El dióxido de azufre (SO) es uno de los gases más liberado durante las emisiones volcánicas,
en forma gaseosa es preocupante a escala global debido a su alto nivel de contaminación.
Se caracteriza por ser un gas incoloro con un olor irritante muy característico, perceptible a
0,3-1,4 ppm, aunque también dependerá de la sensibilidad sensorial de cada persona.
El monitoreo del índice de la calidad del aire se debe realizar de manera continua antes,
durante y después de la erupción volcánica, mediante la ubicación de puntos estratégicos
identificados para la región, teniendo en cuenta las condiciones climáticas y
meteorológicas. En consecuencia, en las áreas de riesgo es recomendable instalar equipos
de lectura directa para medir las concentraciones ambientales de dióxido de azufre (SO) y
equipos gravimétricos para determinar las concentraciones del material particulado en
Página 29
suspensión. Para realizar la medición se ilumina la muestra con luz ultra violeta (214 nm) y
las moléculas de SO emiten luz fluorescente en el visible de 350 nm.
Teniendo en cuenta los efectos en la salud, los gases volcánicos pueden ser clasificados en
irritantes y no irritantes.
Irritantes:
Sus efectos pueden notarse a mucha menor concentración y a muchos kilómetros del
volcán. Su acción irritante la efectúan a nivel del árbol respiratorio y sobre el resto de
mucosas con las que entra en contacto, provocando de esta manera irritación en los ojos,
lagrimeo, odinofagia o estornudos. La afección del tracto aéreo depende del tiempo de
exposición, de la concentración del gas en el aire y de la solubilidad acuosa. Así, los gases
poco solubles penetran con facilidad hasta los alvéolos, provocando tos, bronco espasmo,
dolor torácico y fundamentalmente insuficiencia respiratoria por afectación del
intercambio gaseoso, es decir, hipoxemia. Estas afecciones son provocadas por la
inhalación de las sustancias mostradas a continuación:
El dióxido de carbono pesa más que el aire y puede acumularse en las áreas bajas,
alcanzando eventualmente altas concentraciones que pueden terminar con la vida de
personas, animales y plantas. Adicionalmente el C0 2 puede acumularse en el agua de los
lagos cratéricos hasta alcanzar grandes concentraciones y ser expulsado violentamente a la
atmósfera.
La llegada de terremotos que provocan una gran destrucción y pérdida de vidas humanas
ponen ante la opinión pública la pregunta ¿es posible predecir los terremotos o
Página 32
movimientos sísmicos?
Es importante mantener una conducta correcta en los terremotos. Estos, aunque súbitos,
usualmente no son instantáneos. Los ocupantes de las edificaciones generalmente tienen
unos pocos segundos para reaccionar antes de que la sacudida alcance su máxima
intensidad, surgiendo la posibilidad de tomar acciones de evacuación para escapar de las
lesiones. A pesar de la relativa falta de datos sobre la eficacia de varias acciones de
evacuación, parece que todas las personas en el mundo ponen en práctica algunas,
particularmente si tienen unos pocos segundos para actuar cuando el terremoto golpea.
Los temblores previos pueden dar aviso invaluable que llevaría a acciones salvadoras. Por
ejemplo, el terremoto de Montenegro en 1969, dio dos golpes con suficiente tiempo entre
ellos par a que la gente saliera de sus casas.
Los estudios de los terremotos de 1980 en Italia, nos sugieren que quienes salieron
corriendo afuera inmediatamente tenían menos probabilidad de lesionarse o morir. A
pesar de lo cual, mientras correr afuera puede ser una buena medida en áreas rurales, no
necesariamente es la mejor en áreas urbanas densamente pobladas. Las calles estrechas
no brindan protección. Los reportes del terremoto chileno de 1985 sugieren que un
número de personas murió por salientes de las edificaciones que cayeron sobre ellos
cuando trataron de escapar. La acción preparatoria más popular recomendada en este país
es "agáchese y cúbrase", la cual está basada en historias anecdóticas de personas que se
protegieron bajo escritorios o camas.
Por lo tanto, las anécdotas no deben ser la base para la respuesta ante un terremoto.
Hay necesidad de replantear tales acciones de seguridad ampliamente aceptadas por los
ciudadanos para asegurar que se están dando las mejores respuestas.
Página 33
Las muertes y lesiones causadas por estampidas en instalaciones públicas, como escuelas,
acentúan la necesidad de conductas correctas ante los terremotos. Las personas deben ser
estimuladas a practicar las acciones que tomarían durante un terremoto. Los programas de
preparación ante terremotos y el material educativo, desde los recordatorios regulares o
"consejos en caso de terremoto" difundidos por los medios, hasta las conductas adecuadas
para ocupantes de instituciones específicas, como hospitales y escuelas, deben probar su
utilidad.
Sobre la base del escenario del terremoto desarrollado, las autoridades de salud pública
deben trazar un plan.
Ya que nunca hay recursos o servicios médicos suficientes en los grandes desastres, las
comunidades vulnerables a los terremotos deben establecer programas para enseñar al
público qué hacer cuando ocurre un terremoto: primeros auxilios, entrenamiento básico en
rescate y conductas adecuadas durante incendios. Los ejercicios de simulación se pueden
llevar a cabo conjuntamente por grupos voluntarios, brigadas locales de incendios y
hospitales. Este entrenamiento también podría ayudar a mejorar la respuesta de los
espectadores durante cada día de emergencia.
El rescate de las víctimas atrapadas y el rapido tratamiento de aquellas con lesiones que
amenazan sus vidas puede mejorar su pronóstico, el abordaje rápido de la extensión del
daño y las lesiones es necesario para ayudar a movilizar recursos y dirigirlos a donde más se
necesitan. Infortunadamente, los muchos factores que probablemente causan el gran
número de lesiones son también los que trastornan las comunicaciones y el transporte y
dañan las instalaciones médicas. Las autoridades de salud necesitan establecer
anticipadamente cómo se investigarán las áreas.
Aunque no se pueden prevenir los terremotos ni dejar los pequeños para prevenir los
grandes, debemos tomarlos en consideración antes de asumir actividades que los
precipitan, como las excavaciones profundas, las represas de agua y las descargas de
explosivos nucleares bajo tierra.
Las áreas de alto riesgo sísmico están muy bien delineadas y la información acerca de tales
áreas debe estar disponible para los planificadores locales. Es bien conocido que ciertos
tipos de terreno vibran más severamente durante los terremotos y, por tanto, causan más
daños a las construcciones levantadas sobre ellos. Al evitar la construcción en áreas
potencialmente peligrosas, los constructores pueden ayudar a prevenir el daño futuro en
los terremotos.
Construcción Segura
Ciudad de México [1985) y Armenia [1988] sugieren que la sofocación por inhalación de
polvo puede ser un factor importante en la muerte de muchas personas que fallecieron sin
aparente trauma externo severo. Sin embargo, el uso de algunos materiales de
construcción y acabados puede reducir la producción de polvo, por ejemplo, el cartón de
yeso puede producir menos polvo al colapso que el yeso húmedo. Quizá el desarrollo y el
uso de métodos de reducción de polvo durante el colapso de las construcciones evitaría
muchas muertes.
Cómo, cuándo y a qué coste las viejas edificaciones se deben ajustar a los códigos, es un
asunto importante en salud pública ya que esas edificaciones probablemente son las más
vulnerables. Sin embargo, el buen diseño requerido por los códigos puede ser sólo
aparente si los constructores reducen costos en los materiales y técnicas de construcción.
El riguroso reforzamiento de los códigos de construcción puede prevenir la mala calidad y
el trabajo por debajo de las normas.
Medidas no estructurales
Muchas de las veces las lesiones, así como las consecuencias de los terremotos son
causados por los contenidos de las edificaciones, incluyendo equipo, maquinaria y otros
elementos no estructurales. Más allá del alcance de los códigos de construcción lo
cualquier razonable perspectiva de una ley más coercitiva en esa materia). los muebles
pesados, los gabinetes de vidrio, las aplicaciones y los objetos ubicados donde podrían
caer o ser lanzados , se deben asegurar firmemente para evitar que golpeen a las
personas en un terremoto .Se deben tomar especiales precauciones con las fuentes de
Página 38
Debido al calentamiento global el nivel del mar se eleva, esto sucede debido a dos factores:
a que el hielo en las plataformas continentales se derrite y a que el agua del océano se
expande al calentarse.
La contribución relativa de los dos factores es muy difícil de medir. Anny Cazenave, del
Laboratorio para Estudios en Geofísica, Oceanografía y Espacio (LEGOS) en Toulouse,
Francia, y sus colaboradores lograron medir ambos procesos de forma separada gracias a
los datos gravitatorios de los satélites GRACE y a los registros de temperaturas oceánicas
conseguidas por la red de boyas Argo. La expansión térmica del agua del océano se ha
reducido recientemente y ha contribuido sólo a una elevación de 0,3 mm por año del
nivel del mar, durante los años 2003 a 2008 . Durante dicho periodo, el hielo continental
derretido ha contribuido a una elevación de unos 2 mm por año. Estos datos son
preocupantes, ya que una investigación reciente de la m is ma autora nos indica que en el
periodo 1993-2007, la contribución de la expansión térmica fue del 30% y la del deshielo
continental del 55% [en el último lustro ha pasado a ser del 80%]. Estos datos parecen
indicar que el deshielo de las regiones continentales se está acelerando alarmantemente.
El estudio del cambio del nivel del mar en el pasado es complejo. Se cree que en los últimos
milenios su tasa de crecimiento era de unos pocos centímetros por siglo. Sin embargo, en
los últimos decenios ha crecido hasta una tasa de varios decímetros por siglo. Los
modelos parecen indicar que seguirá creciendo. ¿Hay que preocuparse? Se estima que
durante el siglo XXI el nivel global medio del océano crecerá menos de un metro, sin
embargo, la variación regional de este nivel puede alcanzar varios decímetros. Los datos
muestran una gran variabilidad espacial, hay regiones incluso en las que el nivel del
océano está decreciendo. Se cree que la contribución dominante en la distribución espacial
de estos cambios es la expansión térmica del océano que está controlada por la
distribución de la temperatura en función de las grandes corrientes oceánicas y su
dinámica.
Los grandes deltas serán las regiones más afectadas del planeta debido a la subida del nivel
del mar. Muchos de ellos están densamente poblados por habitantes del tercer mundo que
se dedican fundamentalmente a la agricultura. Sus habitantes sufrirán inundaciones y
fuertes pérdidas económicas conforme el mar vaya ganando terreno. James P.M. Syvitski
de la Universidad de Colorado y sus colaboradores han estudiado los 33 deltas más
importantes del mundo con objeto de determinar los efectos que están sufriendo y sufrirán
en un futuro próximo debido al efecto conjunto del cambio climático y de 1.a degradación
Página 39
6.2. MAREAS
No es posible hacer de este complejo fenómeno una descripción general y completa, pues de un
lugar o otro del globo terrestre, varían de tal modo sus características, que es difícil por ellas
solamente afirmar que siempre tiene el mismo origen. Tomando el caso más general en Europa, el
fenómeno de las mareas puede describirse como si un observador que está atento al movimiento
en altura del nivel del mar en el muro de un muelle, lo verá si empieza su observación en el
momento en que está más bajo, subirá lentamente hasta alcanzar una altura máxima, descenderá
después hasta llegar a una cota mínima, para continuar sucesiva y regularmente en análoga
oscilación. El tiempo que separa a dos máximos o dos mínimos consecutivos es de 12 horas y 24
minutos aproximadamente, es decir, un semidía lunar (el día lunar tiene 50 minutos más que el día
solar). Un máximo y el mínimo anterior o posterior distan en tiempo 6 horas y 12 minutos.
También se ha examinado que las alturas máximas y mínimas varían de un día a otro y que
en cada mes hay dos días en que la amplitud de la oscilación es máxima y otros dos en que
es mínima, correspondiendo los primeros con la luna nueva y la llena, y los segundos con
los cuartos. Cuando el nivel está en uno de los máximos de altura, se dice que la marea está
llena o que es pleamar, y cuando está en uno de los mínimos, que la marea está baja o que
es bajamar.
La marea es entrante o que sube cuando el nivel aumenta, y en tanto que desciende se
dice que es saliente, vaciante o que baja. Se denomina flujo al movimiento ascendente y
reflujo al descendente. A lo que sube el nivel desde una bajamar a la pleamar siguiente se
le da el nombre de amplitud de la marea, continuando periódicamente la oscilación sobre
una posición media llamada nivel medio.
La nomenclatura más importante, además de la vista hasta ahora, al hablar de las mareas
es la siguiente:
Página 40
Tal y como vimos anteriormente, el sol, a pesar de ser mucho mayor que la luna, se
encuentra de la Tierra mucho más distante que ella, por lo que la fuerza productora de
mareas de origen solar es tan solo 5/11 de la lunar. La luna controla siempre la hora de la
marea alta y de la marea baja, mientras que el sol modifica el grado de ascenso o de
descenso del nivel del agua considerablemente en diferentes épocas del mes sinódico.
Se conoce que en las mareas vivas o de sizigias, las fuerzas productoras de mareas de
origen lunar y solar se ejercen de tal manera que sus efectos se suman. Esto produce
mareas muy considerables, denominadas mareas vivas que tienen lugar dos veces al mes
(cada 14 3/4 días] en la luna nueva y en la luna llena, cuando el sol y la luna se encuentran
en conjunción y oposición respectivamente. Cuando el sol y la luna están en cuadratura, en
las fases de cuarto creciente y cuarto menguante, la fuerza productora de mareas de
origen solar tiende a contrarrestar la de origen lunar, dando lugar a mareas de pequeña
oscilación, denominadas mareas muertas. Las mareas vivas superan en un 20% a la
marea media, las mareas muertas son inferiores a la marea media en este mismo
porcentaje.
Reconocimiento.
El encargado del equipo hace una inspección rápida y rigurosa de todo el contorno del
Página 42
Los habituales medios para el control de los accesos son la utilización de balizas o cintas de
señalización, entre otros. Son de utilidad mensajes radiofónicos que alerten a la población
acerca del uso de rutas alternativas. Los equipos sanitarios en su despliegue estarán
siempre protegidos y dentro de áreas de seguridad. Los límites de seguridad son en cada
caso diferentes y no es posible establecer unas reglas fijas.
1.2. Sectorización.
La atención sanitaria in situ puede ser inicialmente primitiva y rutinaria, hasta la llegada de
equipos especializados, la función principal es evacuar a los supervivientes a zonas seguras,
reunirlos y conducirlos a sectores en los que puedan ser socorridos.
Las acciones terapéuticas que se ejecutan en este sector van dirigidas al apuntalamiento de
la vía aérea y circulatoria, analgesia, inmovilización y evacuación. Se efectúan provistos del
mínimo material para facilitar el acceso y la operatividad [chaleco salvavidas].
Área de socorro.
Área base
Conocemos como área base, el espacio limítrofe con la zona de socorro en la que se
organizan todos los apoyos disponibles para asistir al salvamento y socorro de las víctimas.
A ella se debe acceder con cierta facilidad desde zonas vecinas y es posible concentrar en
ella elementos de mando, coordinación, asistencia especializada y equipos pesados.
A la hora de elegir el lugar del estacionamiento del vehículo hay varios factores que
intervendrán: el tráfico rodado, características de la carretera, visibilidad, condiciones
meteorológicas y la presencia de determinados riesgos añadidos. Como norma general se
estacionará separado del accidente, manteniendo un espacio de seguridad ante la
eventualidad de que el o los vehículos afectados pudieran explosionar o ser arremetidos
Página 45
por otros elementos en ruta. Como norma general el vehículo sanitario estacionado
mantendrá siempre el motor en marcha y los reflectantes activados, generalmente:
Igual que ocurre para los casos generales de desastres naturales el perímetro de seguridad
establecido alrededor del área afectada responderá a distinción entre tres zonas que
realizará conjuntamente la dirección de sanidad en la zona [MMO) con el mando de
Bomberos y Fuerzas de Seguridad.
La zona de socorro es por excelencia el área de actuación de los servicios sanitarios y de los
cuerpos de emergencias como protección civil; ésta se sitúa entre el área de salvamento,
en principio reservada exclusivamente al personal de los servicios de extinción y rescate,
con posibilidad de medicalizarlos en situaciones muy concretas, y el área base en la cual se
situará el Centro de Coordinación Operativa [CECOP) y el puesto de mando avanzado. En el
área de socorro se desplegaran las siguientes estructuras:
Los efectos del movimiento del terreno sobre las estructuras construidas por el hombre
se describen en términos de intensidad, es decir, de una manera subjetiva ya que no
depende de medidas instrumentales, sino de la información que un observador obtenga
del daño o del movimiento de un terremoto.
Sin embargo, la naturaleza de la intensidad sísmica crea problemas para comparar los
efectos de los impactos sísmicos evaluados durante diferentes épocas de estudio o por los
efectos provocados por el terremoto.
Por ejemplo, los valores bajos de la intensidad dependen de lo que ha sentido la gente,
valores medios dependen de la respuesta de las estructuras y valores altos describen lo
que ha ocurrido cuando se produce la ruptura de una falla. Una de las escalas más
utilizadas para medir la intensidad sísmica es la Mercalli Modificada, a partir de la cual se
han desarrollado otras.
Las escalas de intensidad históricamente tienen una importancia especial debido a que no
utilizan ningún instrumento para hacer la medición. La primera vez que se utilizó el
concepto de intensidad como hoy en día lo conocemos se debe a Egen, cuando describió
los efectos del sismo de Bélgica en 1828.
Al analizar estos mapas se puede observar que la intensidad decrece con la distancia,
por lo que este fenómeno recibe el nombre de atenuación de la intensidad sísmica. Esta
atenuación de la intensidad no sólo depende de la distancia o de la distribución
geométrica, depende también de los fenómenos de absorción y dispersión de ondas, de la
magnitud, de las condiciones del suelo, entre otras.
Donde:
La idea de magnitud la introdujo por primera vez el profesor Charle Richter en 1935, en
California, definiéndolo como una medida cuantitativa del tamaño de un terremoto.
Richter la relacionó indirectamente con la liberación de la energía la cual es independiente
del lugar de observación. Actualmente, es la forma más usada para medir el tamaño de
los sismos en todo el mundo, aunque no es la única.
Donde:
Por otro lado, pese a que la magnitud se define como una medida cuantitativa de un
terremoto, las diferentes formas de medirla arrojan en algunos casos valores diferentes,
esto se debe a que las escalas de magnitud fueron diseñadas en un principio para una clase
específica de sismogramas y para un tipo de ondas.
Momento sísmico.
La radiación de las ondas a partir del foco sísmico depende del tipo de falla que lo origina.
Una forma muy eficaz para estudiar los distintos tipos de falla es a partir de la construcción
de mecanismos focales. Estos pueden ser simples cuando sólo se estudia un terremoto o
compuestos cuando se estudian varios asociados a un mismo tipo de falla. El modelo
matemático más aceptado es el que está formado por un doble par de fuerzas sin
momento resultante. La radiación de la energía desde el foco para los distintos tipos de
ondas, depende de la expresión matemática que representa el modelo
correspondiente. Por ejemplo, las ondas P dan lugar a compresiones o dilataciones sobre la
superficie terrestre.
3. Determinación de zonas seguras fuera del alcance del incremento del volumen,
altura y caudal de agua.
A las series de datos seleccionadas se les han aplicado diversas técnicas estadísticas para
verificar la calidad de la información, así como la coherencia en la información de las
distintas estaciones entre sí, y se les ha ajustado una función de distribución con la
finalidad de determinar sus cuantiles, es decir, su ley de frecuencia, habiéndose
seleccionado los siguientes periodos de retorno para el trabajo: 2, 5, 10, 25, 100 y 500
años.
En el análisis de las leyes de frecuencia se han integrado las siguientes técnicas estadísticas
con objeto de mejorar la precisión de la estimación de los cuantiles, fundamentalmente de
los correspondientes a los más altos periodos de retorno (100 y 500 años) para cuya
estimación es necesario extrapolar la ley de frecuencia fuera del rango de probabilidad
cubierto por los datos presentes en la serie:
El estudio estadístico de los datos foronómicos permite saber los cuantiles en aquellos
puntos en los que existen medidas de caudal, pero no puede aplicarse en aquellos puntos
donde no están disponibles dichas medidas.
Página 51
La interpretación estadística de los resultados del modelo sólo podría llevarse a cabo si se
conociese la probabilidad conjunta de las distintas variables que intervienen en la
determinación del caudal [cantidad total de precipitación durante la tormenta, distribución
espacial y temporal de la precipitación o humedad antecedente del suelo en la cuenca!.
Dichas probabilidades en la práctica no se conocen, por lo que hay que recurrir a adoptar
determinadas hipótesis de cálculo (precipitación uniforme sobre la cuenca, distribución
temporal según hietogramas sintéticos) y a calibrar determinados parámetros de la
modelación (habitualmente los parámetros del modelo de infiltración) para forzar el ajuste
de los resultados del modelo hidrometeorológico a los del análisis estadístico en las
estaciones de aforo.
Esto acarrea que estos modelos sólo puedan aplicarse a cuencas de tamaño que no sea
muy grande en las que puedan asumirse las hipótesis realizadas.
Las réplicas son movimientos sísmicos posteriores a un sismo, de magnitud menor que este
y que ocurren en la misma región. La imagen siguiente muestra los epicentros de las
Página 52
Para poder controlar las réplicas se deberá tener una constante vigilancia de la información
sísmica, esto se hace mediante la red de vigilancia sísmica del IGN y será reforzada según
el volumen de información que se registre, con información de causas y posibles sucesos.
Está demostrado que hay menos posibilidades de que se produzcan réplicas a medida que
avanza el tiempo. Cuando pasan 24 horas del primer terremoto, las posibilidades de que se
produzca otro movimiento se reducen a la mitad. Cuando pasan diez días, la posibilidad es
una entre diez.
Pese a que se ha estudiado el comportamiento de las réplicas, los geólogos no han podido
determinar el número, el momento ni la ubicación. De ahí que sean motivo constante de
preocupación para las autoridades que deben gestionar el salvamento tras un terremoto.
Por dicho motivo se aconseja encarecidamente a las personas que, en las noches siguientes
a los grandes temblores, traten de dormir en la calle o en sitios cuya seguridad esté
garantizada.
Con las réplicas de un terremoto se añaden nuevos peligros muy graves para los habitantes
de núcleos poblacionales. Cuando se ha producido un gran terremoto como el de Nepal,
muchas estructuras están dañadas sin que esta situación haya podido ser advertida por los
equipos que evalúan el estado de los edificios.
Con ello será prioritario el reconocimiento y la valoración preliminar de efectos sobre las
personas y bienes, para poder establecer una distancia prudencial al área afectada.
exterior.
Comenzaremos este punto con la definición de conceptos generales que se irán repitiendo
a lo largo del mismo:
El Real Decreto 486/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares
de trabajo, establece en su Anexo I que las vías y salidas de evacuación, así como las vías de
circulación y las puertas que den acceso a ellas, se ajustarán a lo dispuesto en su normativa
específica. En todo caso, y a salvo de disposiciones específicas de la normativa citada,
dichas vías y salidas deberán satisfacer las condiciones que se establecen en los siguientes
Página 55
seguridad y salud en el trabajo. Esta señalización deberá fijarse en los lugares adecuados y
ser duradera.
Las salidas reglamentarias del edificio tienen que estar repartidas de manera que aseguren
la evacuación rápida de los ocupantes e impidan la inutilización de varias salidas a causa del
siniestro.
La distancia máxima, medida sobre el eje de circulación, que el público debe recorrer en
planta baja a partir de un punto cualquiera de un local hasta una salida al exterior o una vía
de evacuación protegida, no puede exceder:
Plan evacuación.
La evacuación como último fin de la emergencia se puede definir, como el desalojo rápido,
ordenado y controlado de un área en la que ha ocurrido una situación de emergencia. El
plan de evacuación es la planificación y organización humana para la utilización más
adecuada de los medios técnicos previstos con la finalidad de reducir al mínimo las posibles
consecuencias que pudieran derivarse de una situación de riesgo, es por lo tanto una forma
de actuación que se debe elaborar para que cada persona involucrada sepa lo que tiene
que hacer y llevarlo a la práctica en el menor tiempo posible. Los factores que se han de
tener en cuenta en la evacuación con carácter general son los que se muestran a
continuación:
El plan debe ofrecer una respuesta cuando el suceso requiera una evacuación y/o
confinamiento del personal, en un lugar seguro del inmueble, para lo cual se estudian los
sectores de incendio del edifico, para elaborar zonas seguras ante una evacuación o un
confinamiento según proceda en cada caso.
De la misma forma, hay que detallar el medio o medios (mejor si son redundantes) por el
que se comunica la orden de evacuación o confinamiento, el equipo o persona que debe
hacerlo y la forma de asegurar que la transmisión ha sido eficaz y total.
Las circunstancias por las que se deba realizar una evacuación o un confinamiento deben
estar definidas para cada situación de emergencia.
También, en ambas situaciones, tiene que estar definido el medio y la forma de transporte
de los grupos críticos. Además, se deberá tener en cuenta que cada una de ellas tendrá sus
particularidades específicas:
Evacuación:
Los puntos de reunión donde deben dirigirse las personas evacuadas tienen que
estar perfectamente ubicados. Se situarán próximos al establecimiento y a salvo de
la emergencia, con capacidad suficiente y con posibilidad de acceso a los equipos
exteriores de emergencia.
Tienen que estar también definidos los recorridos de evacuación seguros para cada
Página 58
situación.
Se debe disponer de los mecanismos necesarios, para poder disponer en todo
momento, del control del personal evacuado.
Si el caos es la particularidad más llamativa de las situaciones de crisis es lógico que los
equipos de salvamento y ayuda humanitaria en catástrofes dirijan sus esfuerzos a absorber
la desorganización desplegando in situ una cadena de mando bien estructurada y una serie
de infraestructuras eventuales que permitan asegura r un socorro precoz en el lugar. Las
características más comunes en la zona de catástrofe suelen ser:
Tensión ambiental.
Imprevisión.
Dramatismo.
Confusión organizativa.
Agotamiento de recursos.
Hostilidad ambiental.
Meteorología adversa.
Falta de infraestructuras.
Página 59
Aun así, vemos que en caso de catástrofe se tienen que fijar y seguir unos principios
organizativos básicos que proporcionarán la cohesión entre todos los miembros de la
entidad colaboradora y generará que la organización funcione adecuadamente, estos
principios son tales como: autoridad, jerarquía, unidad de mando, subordinación, control,
responsabilidad, convergencia, disciplina o trabajo en equipo.
Los puestos de mando avanzados [PMA] son centros de coordinación eventuales próximos
al punto de impacto, es el lugar o espacio físico en el que se agrupan los responsables de
los diferentes servicios llamados a resolver el problema. En el PMA están representadas
todas las instituciones que participan en la catástrofe y es a través de sus mandos naturales
como se ejerce la dirección y el esfuerzo de conjunto, la autoridad.
Las rutas de evacuación son carreteras o caminos que se marcan para poder ejecutar el
transporte de personas y/o suministros, se establecen dos tipos de rutas, las principales y
las alternativas. Las rutas principales son los trayectos o caminos señalados para realizar las
evacuaciones sanitarias, en primer término, no obstante, las rutas alternativas solo se
transitarán en caso de inutilización o saturación de las rutas principales.
Criterios de seguridad
puedan recibir atención médica, por lo que no requiere ninguna capacidad técnica de los
encargados de la catástrofe. En el enfoque clásico el personal cualificado solo deberá
ejecutar el triaje básico.
De esta manera en cada uno de los dos enfoques se deberán establecer criterios de
seguridad para la evacuación estos responderán a los siguientes ítems:
Controlar el escenario.
Marcar objetivos concretos.
Mandar.
Asistir.
Comunicar.
Adaptar la respuesta hospitalaria.
Controlar las ambulancias u otros vehículos de transporte.
Evacuar ordenadamente.
Para poder cumplir con cada uno de estos puntos se establece un gabinete de crisis que es
una estructura eventual de análisis, decisión y control que se organiza de manera
extraordinaria para solucionar un conflicto. Sus componentes variarán en cada caso según
el problema a resolver y tienen la máxima autoridad de su cadena funcional.
Se estructura bajo una autoridad final, que se hará responsable de las decisiones tomadas,
su composición es variable, habitualmente se constituyen unas secciones fijas y otras de
apoyo y algunas específicas ligadas a la peculiaridad del problema. Las responsabilidades
genéricas del gabinete crítico para la evacuación son:
emergencias.
Encontrar soluciones técnicas a las demandas del incidente.
En consecuencia, deben seleccionarse los sitios y rutas de evacuación con mucho cuidado.
Por ejemplo en caso de tsunami puede que la primera onda no produzca necesariamente
la inundación [run-up] más alta. Los planes de seguridad deben contemplar una serie de
ondas.
Para la decisión de los sitios de evacuación y las zonas de seguridad debe examinarse la
disponibilidad de zonas de seguridad que puedan emplearse como sitios de evacuación a
los cuales se pueda llegar caminando. Las zonas de seguridad potenciales son colinas con
una altura superior a diez metros o terrenos abiertos fuera del área de inundación. Estas
zonas tienen que estar libres de la amenaza de incendios. Debe estudiarse la posibilidad de
utilizar edificios altos para realizar una evacuación vertical en las áreas que no cuenten con
terrenos seguros.
Las audiencias públicas, grupales o individuales, son importantes para este proceso de
revisión. Aportarán ideas y evaluaciones de la planificación y preparación basados en la
vida cotidiana de la comunidad.
evacuación son una manera efectiva de dar confianza a los ciudadanos en los planes de
seguridad.
Para evaluar con precisión el peligro, deben examinarse tres aspectos de las zonas costeras
y del interior:
Entorno natural. Se refiere a las características naturales de las áreas objetivo, entre
ellas, la topografía, la pendiente y la profundidad del lecho marino, las condiciones
fluviales, el nivel del mar [en particular los promedios de la marea alta en los meses
lunares) y las ondas oceánicas, así como la topografía del interior.
Estructura socioeconómica. Se relaciona con las características de la población y la
actividad económica de la comunidad [por ejemplo, el tipo de empresas, la cantidad
de empleados y la producción). También debe determinarse la resistencia y la
vulnerabilidad de l-as edificaciones, su tamaño y la fecha de construcción. Otros
elementos son el nivel de conciencia de la comunidad, la distribución de las
viviendas y los grupos de mayor riesgo, tales como los ancianos y las personas con
discapacidad.
Patrones del uso de las tierras. Son la condición del terreno y del suelo costeros, la
forma urbana, la ubicación y distribución de los establecimientos urbanos, los
planes vigentes relativos al uso de las tierras, los planes de desarrollo, las
tendencias más recientes y la planificación a largo plazo. La ubicación de los
establecimientos y las redes de servicios esenciales, así como de los hospitales y
escuelas, son fundamentales para asegurar el mantenimiento de las rutas de
escape.
Carreteras principales.
Las carreteras principales, por ejemplo, las rutas nacionales y provinciales, realizan un
papel fundamental como rutas de abastecimiento durante una emergencia. Dentro de lo
posible, se debe evitar que atraviesen zonas peligrosas. De lo contrario, las carreteras
deberán reforzarse contra terremotos e inundaciones.
Carreteras locales.
Las carreteras locales también tienen que reforzarse para funcionar como rutas de escape.
La construcción de rutas directas que unan los puertos con las áreas residenciales que se
encuentran tierra adentro y en terrenos elevados es clave para promover el uso de tierras
seguras.
Líneas de ferrocarril.
Tienen que construirse líneas de ferrocarril en zonas seguras. Cuando crucen zonas
peligrosas, deben estar correctamente reforzadas.
Es muy importante poder enviar suministros de emergencia por vía marítima a aquellas
zonas a las que el transporte de emergencia no llega, tales como las zonas rodeadas de
montañas o las penínsulas. En consecuencia, los puertos deben reforzarse contra ter
remotos de manera que puedan emplearse como centros de reconstrucción, rescate y
suministro. También debe prestarse atención a la seguridad de las embarcaciones ancladas
y de aquellas que están navegando. Además, debe mejorarse la función del puerto como
centro de auxilio.
Las zonas de evacuación [lugares de asamblea] deben elegirse como parte de los planes
locales para mitigar los riesgos vinculados a las catástrofes las áreas de evacuación pueden
ser:
El traslado a zonas más altas. Esta posibilidad debe estudiarse y formar parte de una
política de reconstrucción del gobierno cuando las viviendas se encuentran en
Página 64
Durante la evacuación, los residentes más débiles, como los niños, los ancianos y las
personas enfermas o con dificultades físicas tienen necesidades especiales y requieren un
cuidado diferente del resto de la población. A lo largo de las costas, las escuelas y las
guarderías a menudo están construidos en terrenos altos. Sin embargo, algunas escuelas,
clínicas y hospitales se estan dentro de las áreas de inundación de tsunamis anteriores y
deben tomarse medidas para reubicarlos en zonas más altas y seguras. Es necesario
verificar que las personas que frecuentan dichos establecimientos ubicados en zonas de
alto riesgo, por ejemplo, el personal médico, los pacientes, los maestros y alumnos posean
manuales sobre los procedimientos de evacuación y periódicamente realicen simulacros.
Protocolos de coordinación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y otros
servicios públicos competentes.
Siempre que las circunstancias lo hicieren necesario Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
participarán en las acciones de Protección Civil. En tiempo de paz, cuando la gravedad de la
situación de emergencia lo exija, las Fuerzas Armadas, a solicitud de las autoridades
competentes, colaborarán en la Protección Civil, dando cumplimiento a las misiones que se
les asignen. La colaboración de las Fuerzas Armadas, que actuarán, en todo caso,
encuadradas y dirigidas por sus mandos naturales, deberá solicitarse de la autoridad militar
que corresponda.
Casi todos los servicios de rescate de España gestionan un único campo de actuación, sea
sanitario, rescatador o de seguridad. En estos casos la emergencia es gestionada por los
centros coordinadores que activa, según su naturaleza, a los distintos servicios de forma
independiente. En la escena, cada servicio actúa de forma particular, siendo necesario
establecer las necesidades y prioridades "in situ " entre los intervinientes que hayan
acudido. En algún caso existen modelos que integran a varios de los diferentes
profesionales con competencias en la emergencia. Aportan la ventaja de conseguir un
buen entendimiento entre los profesionales que lo forman impregnando a cada trabajador
con algo del resto de profesiones. Estos ser vicios para las intervenciones relacionadas con
el rescate mejoran la visión "global" del siniestro de los intervinientes lo que siempre
redunda en la calidad, eficiencia y seguridad de la intervención.
Cada grupo específico de rescate presenta su propia cartera de servicios, esta se ajusta a
las necesidades de su ámbito de actuación que justificaron su creación, dependiendo de su
disponibilidad de medios materiales y humanos.
Tienen un coste alto, por ello, el uso estará siempre justificado en base a criterios técnicos
adecuados, tendrán responsabilidades definidas y las siguientes funciones:
La atención médica inicial se basa en el triaje, término del que ya se habló en módulos
anteriores y que ahora vamos a profundizar, este es un término que de origen francés
[del verbo trier, que significa cribar u ordenar] y que originariamente se utilizó en conflictos
militares, dándole el significado de priorizar, seleccionar o escoger; se utilizó por primera
vez en las guerras de Napoleón, en relación con la atención del gran número de heridos en
combate. Desde entonces, el concepto de triaje ha ido evolucionando y adaptándose a
las nuevas condiciones de atención médica de emergencias y desastres, y
actualmente se aplica tanto a los desastres naturales, como a aquellos originados por el
hombre.
recibida.
Lo que es importante es seguir unos principios básicos para realizar cualquier tipo de triaje:
Ninguna víctima debe evacuarse antes de ser clasificada, con las excepciones de oscuridad,
condiciones meteorológicas adversas, o existencia de riesgo potencial importante. Además,
hay que tener en cuenta los tres elementos básicos para atender a las víctimas:
Los diferentes niveles en los que debe ser realizado el triaje vienen determinados en
función de la disponibilidad de los recursos en el lugar del incidente y de la red de
Página 70
El puesto médico avanzado (PMA) es el sitio donde se va a desarrollar y llevar a cabo todo
el segundo nivel del triaje. Por ello la ubicación del mismo es de vital importancia para el
correcto desarrollo del triaje. Es importante para la localización del PMA los siguientes
aspectos:
En cuanto a los procesos de actuación, se llevarán a cabo una serie de actividades de forma
cronológica, en la medida en que los lesionados ingresan provenientes de la zona de
impacto. De forma general, se puede establecer que en una primera fase se identificarán y
tratarán los pacientes con prioridad roja. Posteriormente y una vez estabilizados éstos, se
iniciará el tratamiento de los pacientes con prioridad amarilla.
Se desarrolla a nivel hospitalario, en aquellas unidades de salud a las que son remitidos los
lesionados (generalmente hospitales con especialidades en cirugía y traumatología). La
responsabilidad de este triaje será, preferentemente, de un médico con experiencia en el
campo de la traumatología, entrenado en el triaje, informado de la magnitud del evento y
con conocimiento claro de los esquemas habituales de atención de emergencias, tanto a
nivel extra como a nivel intrahospitalario.
Los programas locales de prevención suelen prohibir a los residentes emplear sus
automóviles privados para una evacuación ante cualquier tipo de catástrofe, los equipos de
salvamento proporcionarán medios de transporte y equipos sanitarios en todo momento.
Ya que durante una emergencia el tiempo es limitado y los vehículos que huyen no sólo
bloquean los caminos, sino que también representan una amenaza a la vida. Por estos
motivos, generalmente no se permite la evacuación en coche. Sin embargo, es posible
contemplar excepciones cuando por el tiempo disponible para la evacuación no se pueda
llegar caminando a las zonas de seguridad.
Tal y como sucede con las comunicaciones, el sector salud debe estar coordinado con las
instituciones nacionales para obtener apoyo logístico en el transporte. Es esencial
identificar la entidad responsable de la coordinación del transporte en situaciones de
emergencia. Durante la fase de planificación del manejo de los desastres, hay que
establecer acuerdos con los ministerios de obras públicas o transporte, el ejército, la
policía, las empresas privadas y públicas de transporte de pasajeros y mercancías, las
Página 73
Transporte de equipamientos.
La utilización del transporte depende de la situación real (como sucede con las
embarcaciones en caso de inundación) y la procedencia potencial variará de unos países a
otros. A menudo, resulta más práctico depender de fuentes nacionales y locales que de
donaciones internacionales.
El coordinador del sector salud para la gestión de desastres tiene que prever el apoyo
logístico necesario para llevar a cabo las operaciones de ayuda, que incluye combustible y
lubricantes, equipo de limpieza de carreteras y manipulación de las cargas, conductores
expertos y mecánicos. Estos últimos son necesarios para garantizar que los vehículos de
reserva para emergencias se encuentren en condiciones de ser usados.
En la siguiente página se muestran dos tablas que recogen los posibles usos y las
procedencias de los vehículos y de los equipos de apoyo logístico utilizados en caso de
catástrofe.
Página 75
La selección de una zona segura debe desarrollarse por su topografía y altura y fuera del área
estimada de inundación. El sitio de evacuación debe tener una capacidad suficiente tanto para la
distribución como para la cantidad de viviendas evacuadas, ser accesible desde las rutas de escape
y tener un sistema de orientación para los evacuados. A menudo los sitios de evacuación
empleados cuentan con escuelas, salones comunitarios, templos o santuarios, guarderías y
parques.
Es importante comprobar que los sitios designados sean seguros y que resistan a cualquier riesgo.
Los sitios de evacuación más amplios son los parques o extensiones de tierra
suficientemente grandes para proteger a los evacuados de las zonas aledañas durante un
terremoto, incendio o tsunami de gran intensidad.
Sitios de evacuación
En los centros de la ciudad y barrios de viviendas más antiguos, los residentes acostumbran
a estar al tanto de las áreas de evacuación, mientras que los residentes de barrios más
nuevos tienden a saber menos. Por tanto, las autoridades locales deben elegir ubicaciones
apropiadas y señalarlas con claridad. Hay que prever y almacenar alimentos, mantas y
Página 78
otros suministros, necesarios para solventar situaciones de emergencia, así como construir
depósitos para poder almacenarlos.
Los sistemas de radio ofrecen muchas ventajas en las situaciones de desastres, sin
embargo, aunque sus costes de funcionamiento son bajos, la instalación y el
mantenimiento de sistemas eficaces puede generar gastos elevados. En la mayoría de los
países, los servicios de bomberos y de urgencias médicas, el ejército, la policía y otras
instituciones relacionadas mantienen cierto tipo de enlace radiofónico, aunque los
sistemas suelen funcionar de forma independiente. El sector salud debe asegurar su
conexión con el sistema o sistemas nacionales, para así aprovechar la experiencia técnica
de estos, puesto que son personal especializado.
Son cada día más frecuentes los mensajes por medio de localizadores en la mayoría de los
países. Su cobertura puede variar desde local a internacional, y su valor en el manejo de los
desastres es incuestionable. El acceso y la fiabilidad de estos sistemas durante los desastres
dependen de varios factores, que van desde la disponibilidad de teléfono y de móviles o vía
satélite para interconectar y operar con el sistema, hasta la disponibilidad de fuentes
independientes de energía eléctrica y la calidad del transmisor de los mensajes.
Pese a que la mayoría de los sistemas de localización son de una sola dirección y no
garantizan la llegada al receptor, están apareciendo sistemas de dirección y media
[confirmación de la recepción del mensaje] y de dos direcciones, a menudo enlazados con
el correo electrónico. En los países en los que la penetración del sistema GSM [teléfono
móvil] es ya importante, los sistemas localizadores tradicionales están siendo sustituidos
por el sistema SMS [servicio de mensajes cortos) introducido en los protocolos GSM. Si bien
la limitación de los recursos puede imposibilitar el uso sistemático de localizadores, si se
dispone de este servicio puede ser aconsejable ceder su utilización al personal esencial en
caso de desastre.
El tono telefónico para marcar puede verse afectado por cortes y sobrecargas eléctricas,
convirtiéndose en un obstáculo adicional para el manejo adecuado del desastre.
Hay más de 120 modelos de clasificación que pueden orientar en la toma de decisiones, en
todos ellos se tendrá siempre presente el número aproximado de víctimas versus recursos
sanitarios.
El modelo de clasificación será más simple cuanta mayor distancia exista hasta los distintos
centros médicos de evacuación y mayor sea la desproporción entre necesidades y medios.
La clasificación elegida bajo circunstancias específicas de presión debe responder siempre a
criterios de sencillez.
Clasificación bipolar
En este esquema nos muestra los pasos que hay que seguir:
Página 80
Elección entre tres escenarios; representa una situación clásica de triaje, su objetivo
fundamental reside en recuperar a todos aquellos afectados caminantes que puedan ser
retirados del área. Con mínimo esfuerzo y grandes beneficios organizativos. Este tipo de
triaje no necesita una gran especialización y resulta expeditivo en el área de salvamento. La
clasificación Tripolar suele ser empleada en el área de socorro y PMDA realizando una
equivalencia cromática en función del subtipo de triaje.
Clasificación tetrapolar.
Otra consideración pentapolar, pero en este caso propia de los servicios hospitalarios, es la
debida al abanico que abren las distintas especialidades médicas. Dicha gama de
especialidades centralizadas provoca directamente mayor rentabilidad como, por ejemplo:
Hay disponibles unos instrumentos útiles para realizar dicha clasificación de víctimas; éstos
son las tarjetas de triaje y van a estar basadas principalmente en los métodos tetra y
pentapolar.
Asi pues, los heridos más graves con escasas posibilidades de supervivencia utilizarán
menos recursos que aquellos que tengan más posibilidades. Igualmente, los heridos que ya
estén clasificados o triados, no volverán a serlo hasta una segunda fase, en el puesto
médico avanzado, evitando el flujo retrógrado de los pacientes y por tanto, la pérdida de
tiempo que supondría la doble o triple clasificación de un mismo paciente por diferentes
triadores, en el que caso que los hubiera.
Página 82
Zona para rellenar. Las constantes vitales, vía, hora y medicación administrada al
paciente.
Son sencillas de utilizar por usar símbolos que no necesitan conocer ningún idioma en
concreto. Contienen cuatro solapas de colores [negro, rojo, amarillo y verde].
Desprendibles, identificadas mediante números romanos, símbolos [cruz, conejo, tortuga y
ambulancia tachada] y el mismo código de barras que se encuentra en la parte superior de
la tarjeta.
Están confeccionadas por tres módulos bien definidos. El primer módulo es para la
identificación del paciente, particularidades del traslado y las solapas desprendibles en las
que se leen las características básicas de cada una de las prioridades. En el segundo módulo
se pueden rellenar los datos médicos de interés, las lesiones que padece el paciente, las
constantes vitales y los tratamientos administrados. En el tercer y último módulo, existe un
espacio libre para anotaciones, además de cuatro pegatinas autoadhesivas codificadas por
colores y por el mismo código alfanumérico que se mantiene en la parte superior y en las
solapas desprendibles del primer módulo.
Tarjeta SMART
Es un desplegable en el que las caras visibles están rotuladas con un número de prioridad y
teñidas con su color correspondiente, mientras que las caras posteriores están dispuestas
en:
Gran parte de las personas no han tenido la experiencia de hallarse ante una situación de
peligro inminente y cuando esto ocurre algunas personas toman decisiones que
incrementan al peligro para ellas y también para los demás. Así, los comportamientos que
se producen van desde una actitud de calma hasta un verdadero pánico. Parece un hecho
constatado en la historia de los grandes siniestros que el miedo a morir ha causado muchas
más víctimas que el siniestro mismo. Se afirma por ejemplo que, en caso de catástrofe de
regulares proporciones, sea cual sea su naturaleza (incendio, explosión, inundación), el
pánico ocasiona más daños y víctimas que la catástrofe en sí.
A menudo ante una catástrofe las reacciones de las personas no son las apropiadas,
pudiendo provocar como resultado numerosas pérdidas de vidas. Si describimos las
reacciones más generalizadas, se puede decir que durante el período de impacto:
El proceso de conducta de las personas ante la emergencia se inicia por la propia forma de
presentar se, el contexto, el espacio y las características del mismo. Se produce, por parte
de los sujetos, una percepción de la situación y de la amenaza que supone.
elemento central para que percibamos la situación como altamente emocional: algo no se
ajusta a lo previsto y el organismo debe prepararse para la emergencia, fisiológica y
psíquicamente.
Por ende, el aprendizaje juega un papel importante, pues las experiencias previas del
sujeto, sean reales, simbólicas (a través de información) o generadas y reforzadas por la
opinión de terceras personas, influyen modulando la percepción de amenaza, así como la
reacción ante la misma.
Medidas preventivas
Agua
Mínimo para mantenimiento [beber, cocinar, higiene] = 15 litros/persona/día.
Centros de alimentación= 30 litros/paciente/día.
Centros de salud y hospitales= 40-60 litros / paciente/ día.
1 grifo/250 personas < 500 metros de distancia.
Alimentos
Mínimo para mantenimiento= 2.100 Kcal/persona/día.
Refugio
Espacio mínimo cubierto por persona= 3,5 m2/ persona.
Espacio total de asentamiento [parcela repercutida] = 45 m2/ persona en el
emplazamiento [incluye viales, espacios comunes, etc].
Saneamiento
Al menos 1 letrina para cada 20 personas.
Máximo a un minuto andando desde el asentamiento [>6 m y <50 m).
Instantes después de la concurrencia del desastre son momentos que se caracterizan por
ser de confusión e incertidumbre en todos los niveles, tanto por parte de la población
como por parte de las instituciones especializadas, autoridades de gobierno y de los
mismos medios de comunicación, que procuran obtener los primeros datos confiables y las
primicias sobre el evento que ha acontecido.
Durante una situación adversa e imprevista como la que genera una catástrofe, una
emergencia, un desastre o una crisis, el miedo puede generar distintos comportamientos
en las personas que pueden transformarse en pánico colectivo. La circulación y producción
transparente y oportuna de información contribuye a generar confianza y credibilidad, por
Página 89
Los mensajes que se emitan durante la respuesta tienen que ser cortos, concisos
tranquilizadores y directos. La noticia puede ser altamente informativa, sin necesidad de
ser sensacionalista y sin caer en la victimización de las personas.
Difusión a través de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y Protección Civil
Por todo ello, es necesario disponer de medios y procedimientos que permitan, en todo
Página 90
Por otro lado, los sistemas desplegables han de integrarse en las redes de
telecomunicaciones permanentes manteniendo su capacidad de ser desplegados en Zonas
de Emergencias, permitiendo la materialización de una red propia de emergencias para
operaciones en cualquier entorno, como pueden ser las radiocomunicaciones de tipo
HF/VHF/UHF y/o PMR.
Para terminar, los sistemas de telecomunicaciones deben estar preparados para dar
soporte al manejo de cantidades considerables de información y soportar comunicaciones
de voz, datos, fax, mensajería y videoconferencia.
En el caso de una emergencia declarada interés nacional en la que no se puedan utilizar los
medios sobre infraestructura fija por haber sido dañados o inutilizado, los nodos a emplear
serán los que actualmente dispone la Unidad Militar de Emergencias [UME] y los medios de
telecomunicaciones desplegables, tanto de la Administración Central del Estado como de
las Administraciones de las Comunidades Autónomas y otros organismos y empresas
relacionados con la gestión de emergencias.
Los nodos de la UME, tanto en sus emplazamientos fijos como los que despliegan en la
zona de emergencia, incorporan integradores de comunicaciones que garantizan a los
Página 91
distintos actores intervinientes, tanto desde la zona afectada como desde instalaciones
fijas, el acceso a los sistemas de redes de telecomunicaciones y sistemas de información
establecidos.
Módulo de servicios Tipo II. Con capacidad de proceso de datos par albergar
servicios de información y mensajería, de almacenamiento de datos y
videoconferencia.
Módulo de seguimiento Tipo II. Proporciona la capacidad de proceso de datos para
los servicios de información, mensajería, videoconferencia, radiocomunicaciones y
televisión.
Módulo de conducción Tipo II. Contiene la sala de conducción desplegable, con
capacidades de proceso de datos para servicios de información, mensajería,
videoconferencia, radiocomunicaciones y televisión.
En el caso del Comité Estatal de Coordinación, este tendrá que estar relacionado
permanentemente con la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, además de
con la Dirección Operativa, con los Centros de Coordinación Operativa Integrados
constituidos en Comunidades Autónomas no afectadas, todo ello, mientras la situación de
emergencia dure.
Este sistema proporciona enlaces entre todos los Centros de Coordinación de las
Subdelegaciones del Gobierno entre sí y con la Dirección General, posibilitando
comunicaciones de voz, fax y acceso a las redes públicas de telefonía a través de la estación
central de la Dirección General.
Esta red ofrece una gran fiabilidad, puesto que todos sus elementos, excepto el segmento
satelitar, son propios de la Dirección General, lo que evita las saturaciones que se
presentan en las redes convencionales cuando el acceso a ellas se realiza de forma masiva
o se supera la dimensión prevista por las diferentes operadoras.
Página 93
Entendemos por protección colectiva aquella técnica de seguridad cuyo principal objetivo
es brindar la protección simultánea a varias personas expuestas a un determinado riesgo.
Una vez adoptadas tales medidas, y como complemento de éstas, se pueden utilizar
medidas de protección individual; aquellas para uso exclusivo de una sola persona.
Hay muchos más, dependiendo de los tipos de riesgos. El criterio de clasificación a aplicar
es el de protección a una colectividad.
Entendemos por equipo de protección individual [EPI] cualquier equipo destinado a ser
llevado o sujetado por la persona para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan
amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio destinado
a tal fin, pueden ser botas, mascarillas, cascos o por ejemplo unos guantes. Debemos tener
en cuenta que nunca eliminan, ni tan siquiera controlan una situación de riesgo, puesto
Página 94
que el control consiste en implantar los medios que impidan la presencia de riesgos en el
puesto.
Tenemos que recurrir al uso de los EPI cuando se han agotado todas las otras vías
prioritarias de seguridad, como son las organizativas o las de protección colectiva. También
deben usarse como complemento cuando el control del riesgo no esté garantizado por esas
medidas o de forma provisional mientras se adoptan los sistemas de protección colectiva.
Deben dar una protección eficaz sin suponer un riesgo adicional para el usuario, por lo que
han de cumplir con los requisitos legales de fabricación [marcado de conformidad CE],
adaptarse a la anatomía y condiciones de salud de las personas que los usaran y ser
compatibles entre sí, por ello son de uso individual y su distribución debe ser
personalizada, ya que deben ajustarse a las características de cada individuo. Antes de
utilizarlos, cada usuario debe recibir información y formación sobre los equipos que se le
entregan [cursos, reuniones, instrucciones escritas personales, etc.], así como en qué
momento se deben usar.
a) Según el material del visor, se tiene. Plástico, malla de alambre o malla textil.
Los cascos usados para trabajos especiales tienen que cumplir otros requisitos
adicionales, como la protección frente a salpicaduras de metal fundido [industrias
del hierro y del acero]. protección frente a contactos eléctricos, etc.
Protección Personal.
Protección respiratoria equipos autónomos, semiautónomos, filtrantes motorizados
con capucha ó mascara y filtros de origen específicos.
Protección corporal, con trajes desechables, de vida limitada o reutilizables con o
sin suministro de aire y refrigeración.
Estructuras flexibles desmontables, neumáticas, rígidas plegables y en
contenedores desplegables. Sistemas estancos C0LPR0 (Collective Protection).
Consiste en tiendas neumáticas (o contendores) presurizadas o sistemas de forro
interior de las mismas, donde se instalan sistemas de filtrado de aire y
presurización. Esto nos permite crear zonas de esclusas y sentidos de corrientes que
impiden la contaminación del interior y, en algunos casos, es reversible, interior-
exterior.
La alerta temprana es uno de los principales elementos para la disminución del riesgo de
desastres. La misma evita la pérdida de vidas y disminuye los impactos económicos y
materiales de los desastres. Para ser eficaces, los sistemas de alerta temprana tienen que
incluir activamente a las comunidades en riesgo, facilitar la educación y la concientización
del público sobre tales riesgos, diseminar eficazmente mensajes y alertas y garantizar una
preparación constante. En enero del 2005, la Conferencia Mundial sobre la Reducción de
Desastres aprobó el "Marco de Acción de Hyogo para el 2005-2015: Aumento de la
resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres". El mismo destaca
claramente la importancia de la alerta temprana y exhorta al desarrollo de "sistemas de
alerta temprana centrados en la población, en particular sistemas que permitan alertar a
tiempo y en forma clara a las personas expuestas [...) que den orientación sobre la forma
de actuar en caso de alerta [...)".
Los servicios de alerta forman el componente fundamental del sistema. Es necesario contar
con una base científica sólida para prever y prevenir amenazas y con un sistema fiable de
pronósticos y alerta que funcione las 24 horas al día.
Un continuo seguimiento de los parámetros y los aspectos que antecedieron las amenazas
es indispensable para elaborar alertas precisas y oportunas. Los servicios de alerta para las
distintas amenazas deben coordinarse en la medida de lo posible para aprovechar las redes
Página 101
Página 105
El ministerio del Interior cuenta con la Dirección General de Protección Civil y Emergencias,
como órgano directo de la asistencia al titular del Departamento. Esta Dirección General
tiene encomendada en el ámbito estatal de la dirección y ejecución de, entre otras, las
siguientes funciones:
De esta manera, el Sistema Nacional de Protección Civil, a nivel estatal, realiza un papel
importante la Unidad Militar de Emergencias (UME) creada en el año 2005, como fuerza
conjunta, organizada con carácter permanente, que tiene como misión la intervención en
cualquier lugar del territorio nacional en los supuestos de grave riesgo, catástrofe o
calamidad pública. En particular, la intervención de la UME podrá ser ordenada cuando se
produzcan situaciones de emergencia de gravedad, con independencia de que sea de
interés nacional o no, en las que concurran estas características:
Comité de coordinación.
El mando mientras duren las actuaciones del Plan de Emergencias ha de ser único,
recayendo en la persona que ostente la máxima autoridad en el ámbito en el que se
produce la emergencia. El director de las operaciones se aconsejará del Comité de
Coordinación, transmitiendo órdenes a través de la cadena de mando establecida.
Equipos de emergencia.
Página 108