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CLÍNICA
Neuropsicología
Clínica
Propuesta de formación
Dirigido a estudiantes y profesionales del ámbito de la salud mental que estén interesados en
adquirir conocimientos básicos de la Neuropsicología Clínica.
Objetivos:
- Conocer conceptos centrales de la Neuropsicología Clínica, sus principales características,
objetivos a nivel clínico y rol del neuropsicólogo clínico.
- Adquirir las bases neurobiológicas de los procesos cognitivos y las lesiones a nivel neurológico.
- Comprender las afecciones, daños o funciones alteradas del cerebro tanto en el adulto
como en la población infantojuvenil y sus implicaciones en el comportamiento humano.
ANEXO
13. Referencias bibliográficas ..................................................................................35
MÓDULO I
INTRODUCCIÓN A LA NEUROPSICOLOGÍA CLÍNICA
1. INTRODUCCIÓN
Seguramente hemos escuchado alguna vez hablar sobre neurociencia y neuropsicolo-
gía. Sobre todo, si trabajamos en el ámbito de la salud. Probablemente, tenemos ideas
generales sobre esta rama científica, por ello, en el presente módulo aprenderemos más
sobre la historia general de la neuropsicología los conceptos básicos generales que se
encuentran implícitos y, además, analizaremos el rol clínico y su ámbito de acción.
A modo general, se estima que los estudios relacionados a las neurociencias surgen en
los años 60. Esto, como una rama de estudio interdisciplinar que, mediante las aporta-
ciones de diferentes especialidades como la Anatomía, Embriología, Neurología, Psico-
logía, Química, Biología, Física, Farmacología y Genética, entre otras, tuvo como objeti-
vo comprender la funcionalidad del sistema nervioso central (SNC).
Con esto, dentro de las múltiples definiciones que podemos encontrar, la Comisión de
Estándares en Evaluación Neuropsicológica (Sociedad de Neuropsicología de Argen-
tina, SONEPSA, 2003), la define como una “disciplina científica que estudia la relación
entre las estructuras y el funcionamiento del sistema nervioso central (SNC) y los proce-
sos cognitivos-comportamentales. Su aplicación comprende tanto a las áreas clínica y
experimental como al desarrollo de modelos teóricos”.
Aquí, van a surgir conceptos importantes como el de los procesos mentales superiores,
por lo que, a diferencia de otras ramas, la neuropsicología se centrará en el estudio de
los seres humanos. Esto quiere decir que, dentro del área de la investigación en neu-
rociencia, se utilizan modelos humanos que no pueden extrapolar los resultados de
otras especies a la nuestra. Y es que, el resto de los seres vivos no cuentan con varias de
dichas funciones y su complejidad. Nos referimos a la memoria, atención, funciones eje-
cutivas, lenguaje, praxias y procesamiento superior de la percepción sensorial o gnosias.
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2. RESEÑA HISTÓRICA
La neuropsicología ha pasado por varios periodos desde su comienzo en el siglo XIX.
Como otras ramas científicas, sus bases tienen un fuerte componente médico como
parte del deseo del ser humano de comprender su comportamiento y funcionamiento.
Conforme el paso del tiempo, en la época del Renacimiento, aportes como el de René
Descartes, proponen una visión más integral que incluso considera conceptos como la
mente y el cuerpo.
Estos y, por supuesto, muchos más aportes de grandes estudiosos de la época fueron
construyendo las concepciones que en la actualidad manejamos.
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2.1. Localizacionismo y el aporte de Gall
Esta corriente tenía como base central la premisa de que las facultades mentales se
localizaban en regiones cerebrales especificas e independientes. Así pues, un autor
que cumple un rol fundamental sobre estos postulados teóricos será el médico Franz
Joseph Gall (1758-1828), padre de la Frenología, quien adjudicó que todos los órganos
están vinculados a una determinada facultad. Así pues, ºdeterminó que podríamos pre-
decir y determinar comportamientos futuros basándonos en el desarrollo de dichas
estructuras (Hanson y Bunzl, 2010).
2.2. Holismo
Contrariamente a la postura anterior, el holismo defendía la idea de que el cerebro partici-
pa como un todo en la conducta y no a partir de regiones diferenciadas funcionalmente.
Esta perspectiva permitió comprender, de forma más global, un abordaje más completo
sobre las distintas estructuras del sistema nervioso. Como resultado, se habla de una con-
cepción conjunta para realizar las diversas acciones que requiere una persona.
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Luria y sus aportes en el campo
Alexander Romanovich Luria (1902-1977), neuropsicólogo y médico ruso, es uno de los
pioneros en el campo de la neuropsicología clínica. A partir de su formación acadé-
mica y profesional, y gracias a su visión integral sobre la funcionalidad del cerebro, la
neuropsicología se convierte en una ciencia humana que amplía sus alcances y objetos
de estudio, pues no se limita a las estructuras anatómicas.
Tras largos estudios, Luria define a las funciones mentales superiores como “procesos
reflejos complejos, de origen social, que son posibles gracias a su estructura y cuyo
funcionamiento es consciente y voluntario” (Luria, 1977, p. 34).
Por esta razón, Luria es conocido como pionero en la comprensión del cerebro como
un “todo funcional”, tanto en la etapa adulta como en los procesos de desarrollo de las
funciones intelectuales infantiles durante el proceso de ontogénesis (Coelho, 2006).
Como resultado, plantea la teoría de los sistemas funcionales. En este caso, el siste-
ma nervioso regula su actividad mediante la actividad coordinada de las tres unida-
des funcionales.
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3. NEUROPSICOLOGÍA: PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
El breve repaso que hemos hecho a través de esta reseña histórica seguramente nos ha
permitido comprender un poco más sobre cómo se ha desarrollado este campo. Aho-
ra, vamos a adentrarnos un poco más.
3.3. Estudia las consecuencias del daño cerebral sobre los procesos
cognitivos
Este hecho se debe a que la corteza cerebral es la principal responsable de los procesos
cognitivos superiores. Además, es la zona más susceptible a un daño cerebral, por ejem-
plo, un traumatismo craneoencefálico, que puede afectar a los procesos cognitivos.
Por otro lado, otras áreas del encéfalo como el cuerpo calloso, tálamo, ganglios ba-
sales, amígdala, hipocampo o cerebelo también pueden tener implicaciones sobre la
conducta, por lo que sus lesiones pueden afectar a las funciones mentales superiores o
a la regulación de la actividad emocional.
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3.5. Utiliza modelos humanos
La neuropsicología humana coexiste junto a la neuropsicología de otras especies de
mamíferos, pero cada una tiene su propia especificidad. En primer lugar, existen dificul-
tades deontológicas, ya que no es posible inducir lesiones experimentales del sistema
nervioso en humanos, salvo en situaciones excepcionales en las que hay que recurrir a
la neurocirugía terapéutica, por ejemplo. En segundo lugar, la cognición animal y huma-
na no siempre son extrapolables, pues los procesos cognitivos de la especie humana
son cuantitativa y cualitativamente muy diferentes a los de cualquier otra.
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4. LA NEUROPSICOLOGÍA COMO DISCIPLINA CLÍNICA
Cuando hablamos de neuropsicología a nivel clínico, es fundamental tener los objetivos
claros para establecer un plan de rehabilitación eficaz para el paciente. Por consiguien-
te, destacamos que el objetivo central es contribuir con el diagnóstico de los déficits
cognitivos y conductuales debidos a una lesión cerebral y, así, ayudar a orientar al
paciente y su familia en el manejo de las dificultades que presente, buscando mejorar
su calidad de vida.
Es importante mencionar que existen ciertas patologías en las que no es posible revertir
o curar la situación presentada. En esos casos, el neuropsicólogo clínico debe centrarse
en buscar herramientas que ayuden tanto a la familia como al paciente a vivir mejor.
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Por otro lado, es importante mencionar que la neuropsicología clínica no está limitada
únicamente a la intervención terapéutica. Otro ámbito de acción se encuentra alrede-
dor de la investigación. En ese sentido, se trata de profundizar en el estudio de tales
patologías para conseguir los siguientes objetivos:
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5.3. Neuropsicología clínica infantil
Cuando se trata de este grupo etario, generalmente, encontraremos casos relaciona-
dos a los trastornos del neurodesarrollo. Algunos ejemplos son los trastornos del es-
pectro autista (TEA), trastorno de déficit atencional e hiperactividad (TDAH), trastornos
de la adquisición del lenguaje, trastornos específicos del aprendizaje, déficits cogniti-
vos y trastornos motrices. También pueden presentarse casos de lesiones multifocales
como traumatismos craneoencefálicos y parálisis.
6. REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
Otro ámbito de acción del neuropsicólogo clínico es el de la rehabilitación neuropsico-
lógica. Según la Organización Mundial de la salud (OMS) es definida como «un conjunto
de intervenciones encaminadas a optimizar el funcionamiento, reducir la deficiencia y
la discapacidad en personas con afecciones de salud en la interacción con su entorno».
Siguiendo esta línea, diríamos que la rehabilitación y la habilitación son procesos des-
tinados a permitir que las personas con discapacidad alcancen y mantengan un ni-
vel óptimo de desempeño físico, sensorial, intelectual, psicológico y/o social (OMS,
2018). Por este motivo, abarca un amplio abanico de actividades. Esto incluye la aten-
ción médica de rehabilitación, fisioterapia, psicoterapia, terapia del lenguaje, terapia
ocupacional y servicios de apoyo.
Los primeros especialistas en este campo fueron neurólogos que trabajaban en Ale-
mania, Rusia e Inglaterra durante las dos grandes guerras mundiales. ¿Por qué? Porque
a partir de los conflictos armados de la época, varios de los soldados resultaron vícti-
mas de algún tipo de daño cerebral.
Seguro nos suenan algunos autores como Kurt Goldstein, Alexander Luria, Richie
Russell, Henry Heady y Henri Hecaen, que describieron el trabajo que realizaron con
estos soldados y se encuentran entre los expertos más destacados en los inicios de
la historia (Arango, 2006).
Las observaciones realizadas en pacientes con daños focales del cerebro ampliaron
nuestros conocimientos de los trastornos del lenguaje, percepción, memoria y funcio-
nes ejecutivas (Luria, 1966). Resultando, así, como los pioneros en brindarnos la idea que
la recuperación, no solo sea a nivel físico sino también dentro de un contexto social.
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6.1. Objetivos de la rehabilitación neuropsicológica
Entre los principales objetivos y principios de la rehabilitación cognitiva se encuentran:
7. BASES NEUROBIOLÓGICAS
En términos biológicos, los dominios de la cognición se basan en el funcionamien-
to normal del cerebro, por lo que son el resultado de la interacción de diversas
regiones cerebrales corticales. Dichas regiones cerebrales poseen una cierta es-
pecialización funcional determinada, entre otras cosas, por sus características neu-
rofisiológicas y neurobiológicas particulares. Es así como dichas zonas con cierta
especialización funcional interactúan como sistemas neurales distribuidos a gran
escala, constituyendo la base de la cognición.
Por lo tanto, el daño en diferentes puntos o regiones de una red neural puede alterar
aspectos cualitativamente diferentes de una misma función. De igual manera, la locali-
zación del lugar de lesión puede inferirse por los síntomas y signos resultantes.
Como parte de la revisión de estas áreas importantes, haremos un breve repaso por
aquellas estructuras neurobiológicas que debemos tener en cuenta en el momento
de recibir a un paciente.
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7.1 Cortes cerebrales transversal, sagital y coronal
Coronal
Sagital
Axial
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7.2. Lóbulos y funciones
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MÓDULO II
FUNCIONES COGNITIVAS
8. INTRODUCCIÓN A LAS FUNCIONES COGNITIVAS
Conocer, a modo general, las bases neuroanatómicas del cerebro es importante para
cualquier profesional de la salud mental. Si nos centramos en el profesional de la neu-
ropsicología clínica, con más razón, pues el cerebro es la base que sostiene las deno-
minadas funciones cognitivas.
Estas funciones se dividen en dos tipos: básicas y complejas, siendo las primeras las
más primitivas y que dan paso a las complejas o superiores.
Para explicar brevemente cómo funcionan vamos a plantear un ejemplo sencillo. To-
dos los animales compartimos ciertas características, entre ellas, el hecho de percibir el
mundo que nos rodea y según las necesidades, buscar la forma de luchar por nuestra
supervivencia. Ahora, mientras más básico sea el animal, muchos más simples serán sus
procesos mentales para vivir, pues su adaptación en el medio dependerá de varias si-
tuaciones. Por este motivo, vamos a intentar compararnos con animales mamíferos con
los que compartimos más similitudes, por ejemplo, los chimpancés.
Entonces, podremos decir que aquellos procesos cognitivos que nos permiten conec-
tarnos con el entorno de forma simple y que se pueden observar en un sinnúmero de
animales serán los más básicos.
Ahora, un apunte importante es recordar que hay varios modelos explicativos so-
bre las funciones cognitivas.
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9. FUNCIONES COGNITIVAS SUPERIORES
También llamadas funciones cognitivas superiores, funciones cerebrales superiores,
funciones mentales, dominios cognitivos o funciones cognitivas, como las llamaremos
a lo largo del curso.
Ahora, ¿a qué nos referimos con funciones cognitivas? De forma general, son aquellos
procesos mentales necesarios para que podamos realizar cualquier tarea. Por tanto,
ante cualquier situación a la que nos enfrentamos, estos procesos se encargarán de
receptar, seleccionar, transformar, procesar, almacenar y recuperar la información ne-
cesaria para el cumplimiento exitoso de la tarea.
Algo así como responder a preguntas como: “¿Qué puedo hacer?”, “¿Cuánto sé?”,
“¿Qué necesito para hacerlo posible?”. O, por ejemplo, el planteamiento de interrogan-
tes que nos permiten operar con representaciones: “¿Qué?”, “¿cuánto?”, “¿cuándo?”.
Estas tienen su soporte en la corteza cerebral.
Cuerpo calloso
Tálamo
Amígdala
Cerebelo Hipotálamo
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9.1. Atención
Cuando estamos despiertos nos bombardean múltiples señales sensoriales provenien-
tes del exterior e interior del organismo. Es tal la cantidad de información entrante, que
excede la capacidad de nuestro sistema nervioso para procesarla en paralelo. Como
resultado, se activa un mecanismo neuronal que encargado de regular y focalizar al
organismo, seleccionando y organizando lo que percibimos a nuestro alrededor. Nos
referimos a la atención. Permitir que un estímulo pueda impactarnos y activar el funcio-
namiento de procesos neuronales, implica la activación y funcionamiento de procesos
de selección, distribución y mantenimiento de actividad psicológica, aspecto que no
sería imposible sin esta (García-Sevilla, 1997).
9.2. Memoria
Cuando hablamos de esta función, seguro que lo primero que se viene a nuestra mente
es el verbo “recordar”. No obstante, la memoria es un proceso psicológico que va más
allá del mero hecho de recordar información. Implica un sistema de procesamiento de
la información que opera a través de tres procesos: codificación, almacenamiento y
recuperación (y recodificación). La memoria se considera un conjunto de estructuras y
procesos. Las estructuras son los componentes relativamente estáticos que se repre-
sentan de forma gráfica como distintos almacenes que se configuran y diferencian por
propiedades específicas como: tipo de información, capacidad de almacenamiento,
tiempo de retención y formato de la información.
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Asimismo, hay que tener en cuenta dos conceptos básicos.
Procesos de memoria:
Codificación: Formación de huellas, ingreso en un almacén Influyen: motivación, per-
cepción, atención.
1. Almacenamiento: Retención, sostenimiento de la información.
2. Recuperación: Acceso, uso de la información.
Sistemas de memoria:
Se diferencian en cuanto a funciones cognitivas y conductuales, tipo de información,
principios de procesamiento y aparición en la evolución y en el desarrollo.
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Memoria Episódica: Permite memorizar información respecto a los eventos expe-
rimentados por el sujeto. Es decir, almacena la experiencia personal, sus relacio-
nes, orden, significado personal (Por ejemplo, “mi viaje a París”). Adicionalmente,
en este tipo de memoria se encuentran las huellas, que incluyen el contexto del
aprendizaje (contexto espacio- temporal, personal), esencial para orientarse en el
tiempo y espacio.
Autores como Norman y Shallice (1980) agregaron a este concepto que no solo con-
tamos con estas para responder en situaciones nuevas, sino que también las usamos
en situaciones de peligro, amenaza, toma de decisiones o la necesidad de generar
una conducta alternativa para no satisfacer un placer inmediato. A modo de resumen
diríamos que las funciones ejecutivas son la base de todas las habilidades cognitivas,
emocionales y sociales.
Ahora, el término funciones ejecutivas refiere al conjunto de funciones que nos permi-
ten organizar el funcionamiento de las funciones cognitivas. Por lo tanto, las FE no son,
el conjunto de funciones que nos permiten organizar el funcionamiento de las fun-
ciones cognitivas. Las FE no son en sí mismas representacionales. Tienen relación con
cómo se expresa la información almacenada en el comportamiento e involucra de qué
manera se resuelve o qué recursos se utilizan para resolver. Mientras que las funciones
cognitivas involucran con qué contenido se resuelve y cuánto se resuelve.
Luria (1973; 1980) describe la organización del sistema nervioso como un mosaico de
funciones organizadas, con regiones funcionales poseedoras de distintos aspectos de
las funciones cognitivas. Dicho autor, no habla de funciones ejecutivas, pero entiende
la corteza prefrontal como el sistema involucrado en la programación, regulación y
verificación de las actividades.
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Así pues, se establece que el sistema está compuesto por tres formas de regulación
que van a permitir que un organismo tenga una conducta adaptativa con el medio
(Portellano, 2005):
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9.4. Lenguaje
Como bien sabemos, los seres vivos nos comunicamos entre sí para interactuar y des-
envolvernos en el entorno. En el caso del ser humano, esto implica el poder intercam-
biar ideas, deseos, opiniones, sensaciones, etc. Lo que no sucede al azar, pues para
poder comunicarnos de forma eficiente y clara, utilizamos un sistema de signos cuyo
significado ha sido socialmente aceptado. Varía de acuerdo con cada cultura y tiene
diversas funciones.
Aspectos nucleares
El lenguaje en sentido restrictivo, es decir, lo que se denomina como procesos nuclea-
res del lenguaje. Incluye dos componentes principales, las palabras y gramática. Cada
palabra es un signo que asocia un sonido con un significado. La asociación es arbitraria
porque nada en la forma sonora de las palabras tiene conexión natural con los objetos
a los que refiere. Por tal motivo, la asociación entre significante y significado es una con-
vención social compartida por una comunidad de hablantes y sus integrantes, quienes
la memorizan e interiorizan con la práctica, en algún momento de su vida (Ferreres,
2020). Dentro de los aspectos nucleares del lenguaje, encontramos:
Aspectos pragmáticos
Se refieren al uso del lenguaje, pues a pesar de su productividad, el léxico y la gramá-
tica no son suficientes para describir cómo interviene el lenguaje en la comunicación
humana.
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La comunicación
La distinción entre los procesos nucleares del lenguaje y el uso del lenguaje es suma-
mente relevante para el estudio de sus bases cerebrales. Y es que, los aspectos nuclea-
res del lenguaje dependen de un número relativamente reducido y encapsulado de
componentes mentales. En este caso, situados en sustratos neurales localizados en la
región perisilviana del hemisferio izquierdo. Por otro lado, el uso del lenguaje depende
del trabajo integrado y flexible de un conjunto más amplio de sistemas mentales cuyos
sustratos neurales se distribuyen en ambos hemisferios (Ferreres, 2020).
En este punto, es conveniente hacer una distinción sobre lo que es o no una afasia, y lo
que debemos tomar en cuenta al diagnosticarla.
Lesión cerebral: Producida por cualquier alteración del lenguaje que no implique una
lesión cerebral, no implica una afasia. Por ejemplo, puede haber una conversión histérica
con síntomas en el lenguaje, o unas alteraciones del lenguaje en un marco de delirio
esquizofrénico. Para hablar de afasia tiene que haber una lesión cerebral de por medio.
Accidentes cerebrovasculares (ACV): Suelen presentar algún tipo de afasia (tanto ex-
presiva como comprensiva).
9.5. Praxias
Las praxias son movimientos coordinados, proposicionales, comunicativos y adquiridos
por aprendizaje. Por lo tanto, es un sistema de movimientos coordinados en función de
un resultado, secuenciales, complejos, aprendidos, con un plan o propósito que les da
origen. Como resultado, viene a ser una forma superior de aprendizaje fisiológico o una
manifestación adaptativa compleja al medio.
Con respecto a las praxias, es posible que algunas personas presenten ciertas patolo-
gías. Veamos un poco a continuación.
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Apraxia
Algunas personas presentan la alteración de un gesto o un conjunto de gestos, por
ejemplo. En ese sentido, la afectación se produce sobre el propio cuerpo o hacia el
mundo externo. En estos casos, no afecta un movimiento cualquiera, sino una acción
coordinada en función de un resultado o intención. De esta forma, la persona puede
presentar fallos relacionados con:
9.6. Gnosias
Implican la capacidad que tiene el cerebro para reconocer información previamente
aprendida a través de nuestros sentidos. Por ejemplo, objetos, personas o lugares. En
este sentido, hay gnosias para cada uno de los canales sensitivos y gnosias que com-
binan diferentes canales. Resultan ser de vital importancia para el desarrollo de nuestra
vida diaria, pues gracias a ellas podemos, por ejemplo, reconocer a nuestros familiares
más cercanos.
Agnosias
La agnosia es definida en la literatura clásica como una falla en el reconocimiento que
no puede atribuirse a defectos sensoriales elementales, deterioro mental, trastornos
atencionales, fallas afásicas en la denominación, o a falta de familiaridad con los estímu-
los externos (Frederiks, 1969). Afecta de manera característica a una modalidad especí-
fica. Es decir, el paciente que no logra reconocer el material presentado a través de un
canal sensorial particular, por ejemplo, la visión, puede hacerlo exitosamente por otro
canal sensorial, por ejemplo, el tacto o la audición.
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En su definición clásica, Teuber (1968) afirmaba que “dos conjuntos limitantes de con-
diciones: la falla en el procesamiento y la falla en la denominación... catalogan... el su-
puesto trastorno en el reconocimiento per se, que aparecería en su forma más pura
como un precepto normal que ha sido despojado de alguna manera de su significado.
Apunte: Prosopagnosia
Dentro de las agnosias vamos a centrarnos en una de ellas que resulta en el ámbito de
la neuropsicología clínica de suma relevancia. La prosopagnosia. Esta es la pérdida de
la habilidad para reconocer rostros familiares (RF).
Según Bodamer (1947), el cerebro está genéticamente preparado para reconocer ros-
tros.
Como resultado, la lesión que provoca la prosopagnosia adquirida puede variar signi-
ficativamente entre pacientes, así como varía la precisión de la disfunción y los proble-
mas asociados.
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9.7. Cognición social
La cognición social tiene sus orígenes en la psicología social, que intenta explicar cómo
los pensamientos, sensaciones y comportamiento del individuo son influenciados por
la presencia de otros.
La cognición social, entonces, es la responsable, entre otras funciones, de cómo los se-
res humanos percibimos emociones propias y de los otros. Esto, a su vez, permite que
podamos entender lo que piensan los demás en determinadas situaciones. Además, re-
conoce y evalúa mentalmente las interacciones interpersonales. Y, sobre todo, da paso
a la realización de acciones sociales adecuadas dentro de un entorno determinado.
Lóbulo frontal
Conducta social
Se refiere a aquellas conductas desplegadas para relacionar a los individuos de una
especie entre sí (colaboración y competencia). Son más complejas que las conductas
emocionales.
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Conducta emocional
Tiene un valor adaptativo, relacionado a la alimentación, procreación y apareamiento,
entre otros. Como resultado, la conducta emocional compleja es una conducta social
(por ejemplo, los sentimientos de culpa, vergüenza, envidia, etc.). Así, el desarrollo de
la conducta social implica el control de la conducta emocional.
Teoría de la mente: Nos permite realizar inferencias sobre los estados mentales pro-
pios y de terceros.
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MÓDULO III
EVALUACIÓN EN
NEUROPSICOLOGÍA CLÍNICA
Como hemos visto a lo largo del curso, en al ámbito de la neuropsicología clínica, uno
de los objetivos principales es la descripción de la funcionalidad a nivel cognitivo del
paciente, valorando sus fortalezas y debilidades. Para hacerlo posible, debemos reali-
zar una evaluación profunda del funcionamiento cognitivo, pues nos permite estable-
cer un plan de rehabilitación lo más eficaz posible para el paciente.
La historia clínica es una herramienta que nos permite a los profesionales de la salud te-
ner un seguimiento de la salud de los pacientes. En pacientes con daño a nivel cerebral
se busca que sea lo más completa posible, teniendo en cuenta datos y exámenes que
puedan contribuir los planes de tratamiento.
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Exámenes complementarios: Existen algunas patologías que no
solo afectan el funcionamiento cerebral, sino que pueden interferir
en otros ámbitos del paciente y ocasionar dificultades que alteren
la vida cotidiana del mismo.
Después de finalizar la historia clínica vendrán dos pasos muy importantes a cargo del
neuropsicólogo clínico. Los mencionamos brevemente a continuación:
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Considerando lo anterior, podemos decir que dicho proceso incluye algunos elemen-
tos que deberemos considerar en el proceso de evaluación neuropsicológica. Los re-
visamos a continuación:
12.2. Screening
Son las denominadas pruebas de rastreo en las que se evalúan, de manera superficial,
algunas de las funciones cognitivas. Son útiles para conocer de manera general el fun-
cionamiento cognitivo. Es importante aclarar que solo con este tipo de pruebas no se
puede realizar una evaluación neuropsicológica.
12.5. Puntuación
Un aspecto imprescindible es el de conocer las características antes de administrar las
pruebas. Comprendiendo, además, que existen puntuaciones regulares que marcan el
desempeño esperado de una persona de características similares, lo cual servirá de
apoyo para comparar el nivel alcanzado por el paciente.
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12.6. Interpretación de las pruebas
Si bien es cierto que la experiencia y formación profesional son elementos que favore-
cen una evaluación eficiente, todos quienes nos formamos en este ámbito estaremos
en constante aprendizaje sobre su interpretación. Algunas consideraciones que debe-
mos tener en cuenta a la hora de interpretar resultados son: observar si existen perfiles
inconsistentes; si se ha tomado en cuenta la situación demográfica del paciente; las
variables emocionales que pueden facilitar o interferir en el proceso de evaluación;
y, finalmente, si el paciente se encuentra bajo los efectos de algún fármaco que haya
estado o esté consumiendo. Este último aspecto es importante, pues puede afectar el
rendimiento.
La prueba consiste en una serie de preguntas que miden el rendimiento cognitivo del
paciente, valorando los siguientes parámetros:
Administración de la prueba
El MMSE es una prueba destinada para ser administrada de forma individual. Se debe apli-
car en un lugar propicio, confortable y, sobre todo, libre de ruidos distractores e intrusiones.
El facultativo debe estar familiarizado con la prueba y las instrucciones para crear una
situación relajante y de confianza.
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Es necesario realizar una entrevista con el paciente antes de la prueba, no solo con el
objetivo de recabar información, sino también buscando lograr un entorno distendido
y apropiado.
Las instrucciones deberán ser leídas con claridad y precisión. De igual manera, si el exa-
minado corrige una respuesta, se le debe dar crédito a la respuesta correcta.
Por otro lado, se debe pedir a la persona que, si utiliza gafas, las use al realizar la prueba.
Duración
A pesar de que la prueba no tiene límite de tiempo, sí hay ciertos parámetros que po-
demos considerar en el momento de aplicarla. Por ello, el tiempo previsto para la rea-
lización de la prueba oscila entre 5-10 minutos, según el entrenamiento de la persona
que lo realiza.
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Tabla 2. Puntajes de corte del MMSE por edad y nivel de educación (Ollari, 2011):
Educación Edad
(años)
Menor 4 5 46 - 5 5 56 - 6 5 66 - 75 Mayor 75
años años años años años
O < II II 24 24 22
4
O5 27 27 26 26 25
a7
O8 27 27 27 27 25
a 12
O > 12 27 27 27 27 26
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ANEXO
13. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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