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ACTO UNO
Escena uno
En el comedor diario de Gabe y Karen. Una noche con nieve en un barrio residencial de Nueva
Inglaterra. Gabe y Karen le ofrecen una cena informal a su amiga Beth, están por servir el postre.
Los platos fueron terminados, preparan café. Cuatro adolescentes, ahora fuera de escena,
estuvieron sentados en la mesa con ellos. Beth está distraída pero no es descortés.
GABE.- Y ese mercado al que nos llevó.
KAREN.- Nos llevó de compras.
BETH.- Ajá!
GABE.- Campo di Fiori.
KAREN.- Ese mercado techado.
GABE.- Pescados, de todo!
KAREN.- Unos productos sublimes, realmente.
GABE.- Conejos, chivos...
KAREN.- Tan aromático. Tan...colorido. Y las caras!
GABE.- Me pegó fuerte.
KAREN.- La autoridad con que manipulaba cada cebolla, cada morrón!
BETH.- Ajá.
GABE.- Apretaba una berenjena así, cerraba los ojos e inhalaba. (Hace la demostración.
Beth sonríe.)
KAREN.- Es alguien que estuvo cocinando durante 75 años. Te podés imaginar?
BETH.- Pá!
GABE.- Su relación con la comida es tan fundamental, tan sexual. Nos dió un punto de
vista importante para nuestra obra.
BETH.- Ajá.
KAREN.- Bueno, no sé si sexual...Tiene 86 años.
GABE.- Puede ser, pero la forma en que manipula los zuchcini...
KAREN.- (A Beth) Normal o descafeinado?
BETH.- Mm (Mira el reloj) Mejor descafeinado. (Junta algunos platos, Gabe se los
saca.) Dejame ayudar en algo.
GABE.- (Bajito) No, no, sentate. (Beth lo hace a desgano.)
KAREN.- El tráfico para ir a su casa era espantoso.
BETH.- Sí?
GABE.- Espantoso. Realmente.
KAREN.- De qué te quejás? Manejé yo.
GABE.- Yo sé. (A Beth.) Es divertida. Maneja como un tachero de Nueva York. Yo
no podía manejar; estaba culturalmente shoqueado. Tenía miedo de que nos
matáramos. Nuestros cuerpos trasladados a casa por el Departamento de Estado.
BETH.- Ay, Gabe!
GABE.- Tú y Tom serían los tutores de los niños, los criarìan con alimentos enlatados.
(Ella le pega afectuosamente por su burla.)
KAREN.- En serio pensabas eso?
GABE.- Absolutamente.
KAREN.- Mirá que sos morboso, mi amor.
GABE.- Sí, y soy todo tuyo. (Se besan.)
BETH.- Y fueron a Roma?
GABE.- (Confundido por su pregunta) Cómo?
KAREN.- Esto era en Roma, Beth.
GABE.- Emilia vive en las afueras de Roma.
KAREN.- Te acordás?
BETH.- Sí, sí, por supuesto. Perdón creí que estaban hablando de Florencia.
KAREN.- Esto es muy aburrido no?
BETH.- No, no, en absoluto.
KAREN.- Si es. Mejor nos callamos.
BETH.- No, no, sigan. Quiero que me cuenten. En serio.
KAREN.- Por qué no contamos directamente de la cena?
GABE.- Bueno, llegamos sanos y salvos...
BETH.- Sí?
GABE.- Llegué todo transpirado de ese viaje infernal, salí mareado del auto, me sentìa
mal...
KAREN.- Y ella estaba preparando la tal cena...!
GABE.- Una fiesta!
BETH.- Pá.
KAREN.- La más simple, la más fresca...
GABE.- Y el pomodoro! Contale del pomodoro!
KAREN.- Bueno. Ella tiene una despensa soleada que es una maravilla.
BETH.- Sí?
GABE.- Llena de frascos y más frascos...
KAREN.- Frascos y frascos con su propia salsa de tomates recogidos de su huerta,
increíbles, suculentos...
GABE.- No te podés imaginar lo rojos que eran esos tomates...
BETH.-- Mm.
GABE.- ...y qué dulces!
KAREN.- Tan suaves...
GABE.- Una manteca.
KAREN.- Una manteca. Y ella los partía con sus propias manos.
BETH.- Mm.
GABE.- Los pulverizaba...
KAREN.- Debías haberla visto...
GABE.- ...con sus manitos nudosas...es fenomenal esta viejita...
KAREN.- Era gracioso, realmente
BETH.- (Sonriendo) Ajá.
GABE.- Era realmente pequeña, mediría un metro y medio.
KAREN.- No...
GABE.- Sí, mi amor; no medía más que eso.
KAREN.- No, no tan poco.
GABE.- Acordate, me llegaba aquí.
KAREN.- No...
GABE.- Sí, no te acordás que...?
BETH.- No importa.
GABE.- No importa. El pomodoro...
KAREN.- El pomodoro era increíble.
GABE.- Y simple.
KAREN.- Increíblemente simple. Ajo picado...
BETH.- Sí?
GABE.- Mucho ajo.
KAREN.- Un poco de cebolla. Cortada en plumitas.
GABE.- Es cierto. Eso era interesante: Muy poca cabolla.
KAREN.- Me vas a dejar contar esto?
GABE.- Perdón.
KAREN.- Ah, y pertía el ajo con el pulgar. Con ese pulgar artrítico y calcificado. Era
graciosísimo.
GABE.- Lo aplastaba contra la mesada de mármol y lo echaba en el aceite de oliva...
KAREN.- Después los tomates.
GABE.- Cuatro, cinco quilos.
BETH.- Ajá.
KAREN.- Y después termina de deshacerlo con la cuchara de madera.
GABE.- Así es. Y todo crepitaba en el fuego mientras la salsa salpicaba por todas par-
tes.
KAREN.- No no, ella cubrìa la sartén.
GABE.- Estás segura?
KAREN.- Absolutamente. Después le agregaba un puñado de perejil.
BETH.- Mm.
KAREN.- Un puñado de azúcar, uno de sal. Montones de pimienta en grano.
VOZ AFUERA.- Papá.
KAREN.- Le echa un poco de Chianti.
GABE.- Que tomaba discretamente todo el tiempo.
VOZ.- Papá.
GABE.- Sí?
VOZ.- Poné el video. Queremos ver el video, por favor.
GABE.- Danny puede hacerlo.
VOZ.- No papá, no puedo.
GABE.- Si lo hacés siempre. Todo lo que tenés que hacer es ponerlo y apretar play.
VOZ.- No sé, hacelo vos.
KAREN.- Podrías ir y hacerlo?
GABE.- El puede, sabe como se hace.
VOZ.- Queremos ver los “Aristogatos” y no funciona.
GABE.- Fijate si la tele está en el 3.
VOZ.- Qué?
GABE.- En el canal 3.
KAREN.- Por favor, odio cuando gritan de un lugar a otro. Subí y hablá con ellos.
GABE.- Bueno, ya voy. No cuentes de Florencia hasta que vuelva. (Sale. Pausa. Karen
sonríe incómoda, sintiendo que algo anda mal.)
KAREN.- Bueno...todo estuvo...?La cena...?
BETH.- No, no, la cena estuvo fantástica. El cordero y el risotto, todo estuvo fabuloso.
KAREN.- Se me pasó el risotto; se pegoteó un poco.
BETH.- En absoluto. Estaba perfecto.
KAREN.- Estuvimos toda la noche dándote la cháchara. Perdoname.
BETH.- No, no, están excitados. Estoy celosa; parece que fue un gran viaje.
KAREN.- Sí. realmente fue bueno. Estabamos tan nerviosos por haber dejado a los
muchachos.
BETH.- Claro.
KAREN.- Diez días es mucho tiempo.
BETH.- Es.
KAREN.- Los extrañamos muchísimo, hablábamos de ellos todo el tiempo...por
supuesto...
BETH.- Por supuesto.
KAREN.- Pero estuvieron bien. Dejaron a mi madre completamente agotada,...la
próxima vez tú y Tom tienen que venir con nosotros.
BETH.- Ajá.
KAREN.- Sería toda una fiesta, no te parece?
BRTH.- Si claro.
KAREN.- Sólo nosotros cuatro! Te fascinaría Italia. El arte...!
BETH.- Si sé; No puedo creer que nunca haya estado allí.
KAREN.- Dejá a los niños con la heermana de Tom. Van a sobrevivir. Creemo que cuando
volvimos Isaac y Danny ni bolilla nos dieron. (Sonrien. Silencio.)
Qué lástima lo de Tommy.
BETH.- Qué querés decir?
KAREN.- Tener que volar a Washington en una noche como esta.
BETH.- Ah, sí.
KAREN.- El se lo perdió. Bueno más comida para nosotros. (Sonríen) Estás bien?
BETH.- Si. Creo que me está por empezar una jaqueca, eso es todo.
KAREN.- Ah. (Eso explica el comportamiento de Beth) Bueno, no tomes más vino.
BETH.- No, no tomo más.
KAREN.- Querés una Dorixina?
BETH.- Sí, buena idea, gracias. (Karen saca pastillas de un armario)
KAREN.- Casi me olvido. Les trajimos algo.
BETH.- De verdad? Qué amables.
KAREN.- Una pavadita. Para la casa. (Karen le entrega un paquetito)
BETH.- Gracias. Lo abro ahora?
KAREN.- Como quieras. (Beth lo abre: individuales. De alguna manera la ponen triste
pero trata de disimularlo.)
BETH.- Te agradezco tanto.
KAREN.- Son individuales.
BETH.- Si. Son preciosos.
KAREN.- De Siena. Pasamos un día allí.
GABE.- (Regresa con cuatro bowls de helados vacíos) Debieron verlos: ojalá tuviese
rollo para sacarles una foto.
KAREN.- Ay sí, nos quedamos sin rollo.
GABE.- Los cuatro chiquilines sentados en fila así (se pone la cabeza entre las manos
) como cuatro querubines de Rafael, mirando los Aristogatos por centésima vez.
(Beth repentinamente se quiebra y solloza)
KAREN.- Beth?
GABE.- Qué es lo que pasa?
KAREN.- Qué...?
GABE.- (Despacio a Karen) Me perdí algo?
KAREN.- Beth, qué pasa?
BETH.- Karen...Tom me dejó.
KAREN.- Qué?
BETH.- Me dejó.
GABE.- De qué estás hablando?
BETH.- Ya no me quiere. Se va. Me dejó. (Se quiebra nuevamente)
GABE.- Qué pasó?
BETH.- Dice que está enamorado de otra.
KAREN.- Por Dios, estás bromeando! (Beth niega con la cabeza)
GABE.- De quién?
KAREN.- (Retándolo) Gabe!
GABE.- Qué pasa, quiero saber si es alguien que conocemos!
KAREN.- Y qué importancia tiene?
BETH.- Está bien. No sé, una azafata.
GABE.- Una azafata? Tom está enamorado de una azafata?
KAREN.- Por Dios, es tan vulgar.
BETH.- El ha estado viajendo tanto...”Nancy” se llama.
KAREN.- Y désde cuándo?
BETH.- No sé, aparentemente desde hace algunos meses.
KAREN.- Algunos meses? Cuándo lo descubriste?
BETH.- La semana pasada, cuando ustedes estaban de viaje.
GABE.- (Bajito) Dios...
KAREN.- Qué pasó?
BETH.- Me lo confesó. Habíamos tenido una discusión. Por el perro. El odia al perro.
Si el perro muerde la alfombra, naturalmente es mi culpa...Me dijo que se sen-
tía miserable, que siempre se había sentido miserable...
GABE.- Qué?
BETH - ...que se había sentido miserable durante tanto tiempo, que ya no se acordaba
de lo que era sentirse feliz.
GABE.- Tom dijo eso?
BETH.- (Asiente) Dijo que esta no era la vida que quería tener, que el seguir casado
conmigo lo mataría, que moriría joven.
GABE.- Dios
KAREN.- (A Gabe) Estabas enterado de esto? Te contó algo?
GABE.- Nó! Esto es totalmente...No tenía la menor sospecha...
KAREN.- Fuimos los cuatro a comer juntos.
BETH.- Lo sé.
KAREN.- Justo antes de irnos. A es lugar hindú en Branford. Nos encantó ese pollo
Tikka Masala.
BETH.-. Lo sé; es cierto
KAREN.- Se veía bien; los dos se veían bien. No se veía en absoluto “miserable”.
BETH.- Yo sé.
KAREN.- Querés decirme que estábamos sentados allí pasándolo bárbaro y que él
no sólo se sentía miserable sino que además estaba enamorado de otra?
BETH.- Sí, no es...?
KAREN.- Tesoro, lo siento tanto, esto no puede estar pasando...Cómo te pudo hacer
eso? No lo puedo creer. (A Gabe por su silencio) Sentite libre; decí lo que
quieras.
GABE.- (A la defensiva) Qué? (Ella lo mira) Estoy escuchando.
KAREN.- (A Beth) Estás yendo a alguna terapia o algo?
BETH.- (Niega con la cabeza) El no quiere.
KAREN.- Por favor! Doce años, dos hijos. No quiere.
GABE.- Y qué quiere? Una separaciòn?
BETH.- No, quiere el divorcio.
GABE.- El divorcio?
KAREN.- Pero es ridículo.
BETH.- Es lo que dice...Dice que está cansado de años de intentarlo...
KAREN.- Y cómo? Cómo trató?
BETH.- Que ya se cansó, que se desgastó, que no lo soporta más.
GABE.- No lo entiendo; no suena como si fuera Tom. Es como si le hubieran
cambiado la cabeza.
BETH.- Lo sé. Lo hubieran visto. Esa ira. No lo reconozco. Nunca antes había
visto esa ira en él. Me odia.
KAREN.- No.
BETH.- Sí, me odia. Dice que yo arruiné su vida.
KAREN.- Esto me suena como si estuviera pasando otra cosa.
BETH.- ¿Verdad que sí?
KAREN.- Una especie de crisis existencial. Por Dios!, ojalá hubiesen venido con
nosotros a Italia!
BETH.- Creo que realmente está en problemas. Traté de decírselo, pero sólo sirvió
para enojarlo más.
KAREN.- Eso es típico. Tenemos que conseguirle ayuda.
BETH.- Ojalá tengas suerte. Vos conocés a Tom: desconfía de cualquier tipo de terapia.
Tengo miedo que sufra una crisis nerviosa.
KAREN.- Te parece que consume drogas?
GABE.- Karen...
KAREN.- De qué otra forma explicás algo así? Es una transformación total de la
personalidad
BETH.- Karen, me estrujo la cabeza, trato de recordar cada discusión, cualquier conversación
telefónica...
KAREN.- Está loco por vos Beth! Lo sé. Lo he visto. No se puede fingir algo así.
BETH.- Karen. Las cosas que me dijo...no son las de un hombre que está loco por mí,
podés creerme. Está enamorado de esa otra. Lo está. Dice que ella es todo lo
que yo no soy.
KAREN.- Qué significa eso?
BETH.- Dice que ella está totalmente dedicada a él. Que está pendiente de cada palabra que él
dice. Que ella “está” para él.
KAREN.- Dios mío! Qué mierda.
BETH.- Si. Toda esa basura saliendo de su boca...Es como un chiste de mal gusto.
Dice que yo le doy un 75% y que ella le da un 120%.
KAREN.- Dijo eso? Un 120%? (Beth asiente) Qué significa ese 20% extra? (Beth y
Gabe la miran).
GABE.- Karen.
KAREN.- (A Beth) Qué? No pudiste darle ese 20% extra?
BETH.- Aparentemente no como ella. (Pausa)
KAREN.- Mirá, vamos a hablar en él. Gabe va a hablar.
GABE.- Por supuesto, yo...
BETH.- N o Karen, se quiere abrir. No hay nada que hablar. Yo le dije: yo haría
cualquier cosa.
KAREN.- Vos sabías que se sentía tan miserable?
BETH.- No! El dice que yo ignoraba todas las señales, que no lo “escuchaba”...
Quiero decir, que si tan sólo me hubiese hablado, si realmente me hubiese
hablado. El estaba de mal humor. Sí, distraído. Yo creía que era por el trabajo. O por
el jet lag...Lo encontraba mirando al vacío y le preguntaba en
qué pensaba, pero siempre decía, nada. (Karen mira a Gabe, eso suena familiar)
GABE.- (A la defensiva) Qué? (Karen mueve la cabeza)
BETH.- No sé, definitivamente le pasa algo.
KAREN.- Algo como qué?
BETH.- No quiero hablar de eso.
KAREN.- Está bien.
BETH.- Es delicado. Sabés: algo relacionado con el sexo. Fuimos al cine. A veer una de esas
estúpidas películas de acción que le gusta ver, nada sexy, y Tom quiso que le pusiera
la mano en la bragueta para, ustedes saben, y yo lo miré como diciéndole ¿estás loco?
Y él se ofendió mortalmente!
KAREN.- Eso fue antes o después de la novia?
BETH.- Debió haber sido después
KAREN.- Ajá.
BETH.- Una especie de test de devoción sexual y fracasé.
KAREN.- Es cierto, otro clavo en el viejo ataúd.
BETH.- Acertaste.
GABE.- Te das cuenta? Una paja de porquería y podrías haber salvado tu matrimonio.
KAREN.- Gabe!
GABE.- Perdón.
KAREN.- Ella es la razón por la que voló a Washington? (Beth asiente)
VOZ.- Papá arreglá el video!
KAREN.- Por Dios y qué va a pasar con los niños? Les dijeron? (Beth mueve la cabeza
tristemente)
VOCES.- Arreglalo, arreglá el video.
KAREN.- Ya oimos! Dejense de gritar! (A Beth) Y cuándo les vas a decir?
BETH.- No sé. Viaja tanto, creo que no necesitamos decirles tadavía. Tal vez estamos
un poco más malhumorados que de costumbre, pero las cosas no son tan diferentes.
VOZ.- Papá, está haciendo esa cosa de nuevo!
GABE.- (gritando) Vos lo podés arreglar Danny!
VOZ.- No sé como.
GABE.- Yo te enseñé. Acordate.
Karen.- (grita) Papá te enseñó, Daniel!
GABE.- (grita) El más y el menos, apretalos al mismo tiempo.
KAREN.- Gabe. Es posible?
GABE.- Ya subo.
KAREN.- No, voy yo.
VOZ.- Arréglenlo, sigue haciémdolo.
KAREN.- Ya voy. Dejen de gritar! (Se va. Gabe y Beth solos. Horrible siencio. El le
ofrece vino. Beth no quiere. Gabe se llena su propio vaso. Pausa)
GABE.- Todas esas vacaciones que pasamos en Martha´s Vineyard. Ustedes se conocieron
allá. Pasamos tan bien. Te acordás del verano en que tú y Karen estaban las dos
embarazadas? (Beth asiente. Guardan un silencio agridulce. Gabe suspira, mueve la
cabeza con incredulidad, bebe vino)
VOZ.- Si!!!
GABE.- Cómo puede abrirse? No lo entiendo. Cómo puede...?
BETH.- (Se levanta distraída) Tengo que llamar a los muchachos; tenemos que irnos.
(Agarra el champión de un hijo por los cordones y busca el otro) Ves el otro?
(Gabe le toma de la mano en forma amistosa y afectuosa)
GABE.- Beth...(Ella se detiene, lo mira) Lo siento mucho.
BETH.- Tu pensabas que Tom nunca debió casarse conmigo.
GABE.- Qué?
BETH.- Está bien. Yo lo sé. Tom me lo contó.
GABE.- Yo nunca dije eso..
BETH.- Está bien. Simplemente me pregunto si no tendrías razón. (Karen vuelve, nota
cierta tensión, abraza a Beth)
KAREN.- Por qué no comemos postre?
BETH.- No sé, es tarde, tengo que volver a casa.
KAREN.- Ellos se están divirtiendo.
BETH.- Tenés razón, para qué voy a volver a casa? (Se sienta)
KAREN.- (A Gabe: referente al postre) Querés hacer los honores?
GABE.- Claro.
BETH.- Lamanto haberles tirado esto encima...
GABE.- Vamos...
KAREN.- No seas boba...
BETH.- Es lo que menos se esperaban esta noche, no?
GABE.- Si. (Trae una torta a la mesa, la corta: Karen vuelve a servir café, etc.)
BETH.- Que bien se ve, qué es?
GABE.- Limone-mandorle-polenta.
Beth? Mandorle?
GABE.- Almendras.
BETH.- Mm.
KAREN.- En vez de harina se usa polenta.
BETH.- Que buena idea.
GABE.- Y seis huevos.
KAREN.- Tiene mucho huevo.
GABE.- Y una tonelada de manteca.
BETH.- (La prueba) Está deliciosa.
KAREN.- (Aprobando) Mm.
GABE.- Creo que quedó bárbara.
KAREN.- Sí? No te parece que debería haber batido un poco más los huevos? No te parece que
hubiera quedado más liviana?
GABE.- No. Creo que está bien así.
BETH.- Está maravillosa.
KAREN.- (A Gabe) Demasiada vainilla?
GABE.- (Lo considera) Mm...es posible.
KAREN.- (Concuerda) Mm...(Silencio mientras comen)
BETH.- (Suspira) Me siento mucho mejor después de haberles contado. Toda la noche,
sentada ahí, creí que iba a explotar. Ustedes son mis mejores amigos,
saben.
KAREN.- Por supuesto que lo sabemos.
GABE.- Por supuesto.
BETH.- Los amigos más íntimos que tengo en el mundo. (Comen en silencio) Mm
que rico! (Karen y Gabe están pensativos). .
Escena Dos
Más tarde esa misma noche. Es el dormitorio de Beth y Tom. Está desordenado. La luz es de una
lámpara. Hay ropa libros y revistas amontonados. Beth se ve vulnerable en su propia casa,
vestida con una camiseta y bombachas, se mete en la cama. En algún lugar de la casa ladra un
perro.
BETH.- Sarge! (Pausa. Más ladridos) Sarge! Callate! (Pausa. Continúan los ladridos) Maldito
perro callate! (Se abre la puerta del dormitorio sorprendiéndola. Tom entra del frío,
está abrigado, con botas sucias de nieve, se para allí. Se cuela
una luz del pasillo.) Tom! Me asustaste...
TOM.- (Susurra) No fue mi intención...
BETH.- (Con volumen normal)No podrías golpear por lo menos?
TOM.- Perdón.
BETH.- Ya no podés entrar a tu antojo, Tom...
TOM.- Shhh...
BETH.- ...no es justo, si te vas a ir andate.
TOM.- Yo sólo quería...
BETH.- Si no voy a tener que cambiar la cerradura,
TOM.- No seas así, vos no querés hacer eso...
BETH.- Si quiero, y es lo que voy a tener que hacer.
TOM.- Mirá yo no vine a pelear. Está bien? Vi la luz prendida y quise pasar a decir
hola.
BETH.- “Hola”. Por qué no estás en Washington?
TOM.- Se canceló mi vuelo; cerraron el aeropuerto.
BETH.- Por qué? No hay tanta nieve.
TOM.- No, pero se está poniendo peor. Ves? Está empezando a nevar más fuerte.
BETH.- (Mira afuera) Mierda, es verdad. Por qué no te quedaste en el hotel del
aeropuerto?
TOM.- No había habitaciones. Estaba todo ocupado.
BETH.- Ninguna?
TOM.- Ni una habitación. Te lo juro. Deberías haber visto lo que era eso. Todo el mundo
gritaba y empujaba...No me daba para quedarme y dormir en el suelo.
BETH.- Y por qué no llamaste a tu amiga, la azafata?
TOM.- (Cansado) Agente de viajes.
BETH.- Lo que sea.
TOM.- Lo hice.
BETH.- Y? No te pudo ayudar? Con sus muchas conexiones?
TOM.- No, realmente no. Estaba a 45 minutos de casa. Y todo lo que se me ocurrió...fue venir
a casa. No te preocupes voy a dormir en el living.
BETH.- Y quién se preocupa?
TOM.- Mirá, sólo quise decir hola.
BETH.- Te estás derritiendo.
TOM.- Mm?
BETH.- Tus botas. Estás dejando un charco.
TOM.- Perdón. (Se sienta para sacarse las botas) Les dí una mirada a los niños; estaban
profundamente dormidos.
BETH.- Estaban rendidos. Sam se durmió en el auto. Lo bajé en brazos; ni se
percató.
TOM.- Estaba roncando.
BETH.- Se está por resfriar.
TOM.- Oh nó...
BETH.- Le chorreó la nariz toda la noche. Le di Tylenol antes de irnos de lo de
Karen y Gabe.
TOM.- Líquido o masticable?
BETH.- Líquido.
TOM.- Y te dejó? Siempre arma lío. Acordate como se hacía hacer arcadas.
BETH.- (Molesta por la familiaridad de la conversación, cambia de tema) Bueno,
mirá, si no te importa me gustaría estar sola ahora.
TOM.- Sí, claro...
BETH.- Tu ropa de cama está en el armario.
TOM.- Bueno, gracias.
BETH.- Puse todo a lavar. No te esperaba.
TOM.- Si sé, gracias. Yo...
BETH.- Podés agarrar otra frazada si querés; parece que va a ser una noche muy
fría.
TOM.- Buena idea, gracias. (Saca una frazada. Ve los individuales) Qué es esto?
BETH.- Ah. Para nosotros. De Italia. Un regalo para la casa. Muy hogareño, no?
Karen y Gabe, Dios los bendiga, saben lo inútil que soy en la cocina, así que
siempre me están regalando cosas como sartenes y libros de cocina.
TOM.- (Sonríe) Cómo estuvo la cena?
BETH.- Fabulosa. Cuándo no es fabulosa una cena allí?
TOM.- Qué había esta vez?
BETH.- Esas recetas increíbles que trajeron de Italia. Risotto a la calabaza, ternera
al grill...
TOM.- Suena bien. No trajiste nada a casa por casualidad?
BETH.- No; no traje.
TOM.- Y los niños también comieron eso?
BETH.- Claro que no, jamás comerían algo tan rico. Gabe les cocinó unos
macarrones con queso para ellos. Estaban casi tan ricos como el risotto.
TOM.- Y cómo están?
BETH.- Están bien. Como siempre. Hablaron y hablaron de Italia. Gracias a Dios
las diapositivas todavía no estaban prontas.
TOM.- (Sonríe) Qué les dijiste?
BETH.- Sobre qué?
TOM.- De por qué yo no fui.
BETH.- Les dije que habías ido a Washington.
TOM.- Y lo creyeron?
BETH.- Y por qué no lo iban a creer? Siempre estás yendo a algún lado...
TOM.- Bueno, pero no sospecharon nada?
BETH.- No.
TOM.- Qué dijeron?
BETH.- Qué querés decir con qué dijeron? Qué dijeron sobre qué?
TOM.- De que yo no estuviera allí.
BETH.- Dijeron que lo lamentaban.
TOM.- Que lamentaban qué?
BETH.- De que no estuvieras allí! Por Dios! Me estás tomando examen? Mirá,
estoy cansada, me voy a dormir...
TOM.- Simplemente quiero tener idea de lo que hablaron, nada más...
BETH.- Ya te dije. Italia y todo eso. Hablaron de esa vieja cocinera italiana sobre
la que están escribiendo un libro.
TOM.- Y?
BETH.- No sé, hablamos de un montón de cosas; de qué hablamos siempre?
TOM.- No sé, de qué hablamos?
BETH.- Películas, hijos, dinero, noticias, no sé, de lo que vimos, de lo que leímos.
La mamá de Karen tiene cataratas; la tienen que operar.
TOM.- Eso es todo?
BETH.- No sé, no me acuerdo de cada puta cosa.
TOM.- Estuviste allí como cinco o seis horas.
BETH.- Por favor...
TOM.- No es cierto? Como de cinco a diez, o a diez y media?
BETH.- Y?
TOM.- Son muchas horas para conversar. Querés decir que estuvieron toda la noche
sin decir nada sobre nosotros?
BETH.- Estás tan paranoico, sabés?
TOM.- Realmente lo estoy?
BETH.- (Se mete bajo las frazadas y se da vuelta) Mirá no estoy de humor para
esto...
TOM.- Les dijiste.
BETH.- Qué?
TOM.- Lo hiciste! Les contaste!
BETH.- Por Dios...
TOM.- Lo sé de sólo mirarte! Lo sabía no debía haber confiado en vos!
BETH.- Shh! Querés despertar a todo el mundo?!
TOM.- Ibamos a conseguir a alguien con quien dejar a los niños y se lo íbamos a contar
juntos, cara a cara, te acordás? Fue lo único que te pedí: Esperá que vuelva y se lo
decimos juntos.
BETH.- Si realmente era tan importante para vos, deberías haber venido esta
noche, en vez de correr a estar con tu novia!
TOM.- Mierda, y dónde estaban lo niños?
BETH.- Qué?
TOM.- Dónde estaban los niños cuando les contaste?
BEYH.- No sé...
TOM.- No sabés? Estaban sentados ahí?
BETH.- Por supuesto que no. Estaban arriba, creo, mirando un video.
TOM.- Qué miraban?
BETH.- Qué?
TOM:- Qué video miraban?
BETH.- Por Dios, no sé Tom...
TOM.- No sabés que video miraban tus propios hijos?!
BETH.- Por amor de Dios...no sé, algo de Disney. Los Aristogatos.
TOM.- (Agitado) De modo que los niños estaban arriba mirando los Aristogatos y
ustedes dónde estaban?
BETH.- Esto es ridículo.
TOM.- No, no, quiero hacerme toda la película. Los niños están arriba y ustedes en el
living?
BETH.- (Renuente) En la mesa.
TOM.- En medio de la cena?
BETH.- Justo antes del postre.
TOM.- Qué había?
BETH.- Qué había qué?
TOM.- De postre.
BETH.- Una especie de torta de limón y almendras, hecha con polenta.
TOM.- Era rica?
BETH.- Si.
TOM.- Entonces estaban sentados allí...
BETH.- No puedo creer esto.
TOM.- Contame.
BETH.- Estábamos sentados allí...y se me escapó...Simplemente se me escapó.
TOM.- Dios...Lloraste? Acaso lloraste?
BETH.- Sí. Qué esperabas? Por supuesto que lloré.
TOM.- Mierda!
BETH.- Ponete en mi lugar. Soy humana. Quiero decir, estoy sentada con nuestros
mejores amigos...
TOM.- No puedo creer que hicieras eso...
BETH.- ...comiendo su comida, tomando su vino, haciéndoles creer que todo
estaba fantástico, no lo pude hacer!
TOM.- No lo puedo creer...
BETH.- Y qué? Qué pasa si lo saben? Lo saben! De todas formas lo iban a saber!
TOM.- Ese no es el punto! Ahora tenés ventaja!
BETH.- Qué? No, no tengo!
TOM.- Por supuesto que sí! Les hablaste primero!
BETH.- Tom...
TOM.- Escucharon primero tu parte de la historia! Por supuesto que se van a poner
de tu lado, es natural!
BETH.- Vamos, nadie está tomando partido.
TOM.- No seas ingenua! Sabés como es esto! No te voy a dejar salirte con la tuya...
BETH.- Qué?
TOM.- Gabe y Karen significan mucho para mí, no voy a dejar que los vuelvas en
contra mío!
BETH.- Tom, estás exagerando.
TOM.- No me digas que exagero! Perjudicaste mi caso!
BETH.- No, Tommy. Fui muy imparcial.
TOM.- Cómo podés decir eso? Estabas sentada allí deshecha en lágrimas...
BETH.- Yo no estaba deshecha! La puta que te parió; narré los hechos. Fueron
muy compasivos.
TOM.- Claro que fueron compasivos. Te los pusiste de tu parte.
BETH.- No lo hice; dejá de decir eso.
TOM.- Tuviste toda la intención de contarles.
BETH.- No es cierto; yo traté, realmente lo hice. No lo pude evitar. Se me salió.
TOM.- Contame. Qué se te salió? Quiero escuchar lo que se te salió.
BETH.- Mirá, esto es enfermizo. Estoy exhausta. No estás exhausto Tom?
TOM.- Quiero saber lo que se dijo. Te importaría? Tengo derecho a saber.
BETH.- Vos sabés todo esto, lo hablamos mil veces.
TOM.- Si vas a hablar por los dos, lo menos que podés hacer...
BETH.- Les dije lo que pasó. Está bien?
TOM.- Todo?
BETH.- Si.
TOM.- Y qué dijeron?
BETH.- Quedaron impactados. Estaban tristes.
TOM.- Estaban tristes?
BETH.- Qué te creés? Son nuestros mejores amigos. Por supuesto que estaban
muy conmovidos.
TOM.- Estaban tristes por vos, no? Porque yo soy una mierda.
BETH.- Estaban tristes por todo el mundo Estaban tristes por los niños.
TOM.- Les dijiste lo que me hiciste a mí, cómo me mataste la confianza en mi mismo.
BETH.- Puta madre, Tom...
TOM.- Les dijiste? Les contaste como te negaste a escucharme? Como traté de que me
escucharas -durante años- pero no lo hiciste. Les dijiste eso?
BEYH.- Acabala con eso. Por favor?
TOM.- Tantas veces grité pidiéndote ayuda...
BETH.- Cómo me la pediste, Tom, cogiéndote a una azafata?
TOM.- Mierda, no es una azafata!
BETH.- Tus gritos eran detectados por oídos humanos, Tom, o sólo los podían
oir los perros del barrio?
TOM.- Dale, seguí, aniquilame, castrame de nuevo.
BETH.- Cada vez que te oigo hablar así...no puedo creer que una persona con
la que estuve casada, por doce años, con la que tuve hijos, pueda ser capaz
de decir tanta mierda estúpida!
TOM.- Incluso ahora. Incluso ahora lo hacés! Incluso ahora te negás a escucharme!
BETH.- Te “escucho”, te “escucho” mierda! Decime Tommy tu novia te llena la
cabeza con todos estos disparates, no puedo creer que sean de tu propia
cosecha!
TOM.- No me menosprecies; no necesito que Nancy me diga lo que siento...
BETH.- No me digas a mí lo que es ser menospreciado; vos me menospreciaste
todo el tiempo. Desde el comienzo!
TOM.- Yo te menosprecié a vos?
BETH.- Sí! Reconocelo, nunca me tomaste en serio como artista! Nunca!
TOM.- Por Dios...
BETH.- No lo hiciste! Nunca me apoyaste realmente!
TOM.- Te apoyé! Te apoyé durante todo nuestro matrimonio, cómo podés decir que no te
apoyé? Te dí tanto! Necesitabas más tiempo para vos? Ayuda con los niños? Tuviste
una niñera...
BETH.- Yo tuve una niñera?
TOM.- Necesitabas tu propio espacio? Te hice uno arriba del garage! Solo Dios sabe
que mierda hacés ahí todo el día.
BETH.- Lo único que quise siempre de vos fue respeto, sabés. Para mí, para mi
arte...
TOM.- ah, tu arte, tu arte.
BETH.- De qué sirve todo esto? Andate de aquí. Andate. Salí.
TOM.- Este matrimonio fue el rehén de tu maldito arte!
BETH.- Fuera!
TOM.- Sabés lo que es tener que apoyar algo en lo que no creés? Lo sabés Beth? Es
agotador.
BETH.- No quiero seguir hablando...
TOM.- Las mentiras, mentirte a vos, mentirme a mi mismo...
BETH.- Andate! Salí de aquí!
TOM.- Qué se suponía que te debía decir, que tu ”arte” apestaba?
BETH.- Hijo de puta...
TOM.- Eso te tenía que decir? Que era sólo una excusa para no conseguirte una
mierda de trabajo como todo el mundo...
BETH.- Sos un hijo de puta tan grande.
TOM.- ...y realmente hacer algo con tu vida?!
BETH.- Cómo te atrevés, pero cómo te atrevés?!
TOM.- Yo no podía hacer eso; cómo iba a hacerlo? Todo dependía de perpetrar el mito
de tu talento! (Ella le pega. El la agarra de los puños) Querés pelear? Eh? Querés
pegarme? (El se mete en la cama, se sienta a horcajadas sobre ella)
BETH.- Salí de arriba mío! Salí de aquí!
TOM.- Pegame, dale pegame!
BETH.- Pelotudo!
TOM.- Puta (Ella lo escupe en la cara. Ruedan en la cama inflamando su conflictiva
pasión) Rompehuevos!
BETH.- Mentiroso!
TOM.- Engreída!
BETH.- Andate a la mierda!
TOM.- Mirame. Mirá lo que me hiciste!
BETH.- Mirá lo que me hiciste a mí!
TOM.- Te podría matar! Ahora! Te podría matar!
BETH.- Tratá. Atrevete! (Se miran. El la besa repentinamente en la boca. Pausa.
De la misma forma repentina, ella se saca las bombachas mientras se apaga
la luz.)
ESCENA TRES
En la casa de Gabe y Karen. Poco tiempo después. Gabe y Karen sentados en un sofá terminando
una botella de vino. Su humor es tenso pero afectuoso.
ACTO SEGUNDO
Escena 1.
En el apagón, oímos algo como el tema “All Things Considered”. Se prenden las luces: Una casa
en la colina de Matha`s Vineyard. Doce años y medio antes. Gran parte de esta casa con viñas de
los 60 (que fue construida por la familia de Gabe) está hecha con vidrio, de modo que la vista
hacia el océano es espectacular. La gran sala principal es usada para sentarse, comer y cocinar.
Una terraza exterior que rodea la casa se ve a través de las ventanas. Son alrededor de las 6 de
una tarde de verano; la luz del día se va apagando durante la escena. Karen está preparando una
marinada de salsa de soja, vinagre balsámico, lima, gengibre y ajo. Gabe entra con bolsas de
alimentos, flores y licor. Todos tienen más pelo.
GABE.- Hola.
KAREN.- Hola. Dónde fuiste?
GABE.- Pasé por el mercado. Pensé que necesitaríamos flores.
KAREN.- Que lindo. (Se besan. El arregla las flores en una botella)
GABE.- Tom ya llegó?
KAREN.- Ni señales de él.
GABE.- Dónde está tu amiga Beth?
KAREN.- Todavía no volvió de la caminata.
GABE.- Debe estar comunicándose con la población indígena, les está enseñando
tai`chi o algo así. Viste la cantidad de cassetes de relajación que escucha?
Los oye constantemente.
KAREN.- (Con desaprobación) Gabe...
GABE.- Toda esta mierda de la New Age.
KAREN.- Qué tiene? La ayuda a distenderse. No trata de convencerte a vos...
GABE.- Si; puedo oír las vibraciones a través de sus auriculares. No entiendo
como puede escuchar eso: yo estaría corriendo al baño todo el tiempo.
Y después de todo, por qué está tan tensa?
KAREN.- Bueno, ella es un poquito nerviosa.
GABE.- Tengo una idea: presentémosela a Tom! Tom le va a hacer poner los
pies en la tierra.
KAREN.- Ella es divertida. Además me parece que Tom estaría bien para ella,
él es esencialmente un buen muchacho que anda un poco a la deriva.
Simplemente necesita encontrar a la mujer adecuada.
GABE.- Ajá. Y Beth es la mujer adecuada.
KAREN.- No sé; tal vez. Qué hay de malo con Beth?
GABE.- Viste su block de dibujos? Mamita.
KAREN.- No hay nada malo en presentarlos...Qué es lo peor que podría pasar?
(El desenvuelve el licor: cuatro botellas de vino blanco, cuatro de tinto,
ron oscuro, tónica y 2 paquetes de 6 cervezas.)
GABE.- (Sarcásticamente) Te parece que tenemos suficiente bebida?
KAREN.- Vamos a necesitar hasta la última gota. (Gabe sonríe. La toma por detrás
y le besa el cuello. Ella continúa pelando ajo) Qué hacés?
GABE.- (Besándole la nuca) Nada.
KAREN.- No, en serio, que hacés?
GABE.- No puedo besar a mi novia?
KAREN.- Seguí, besá a tu novia, pero por qué siempre de ponés tan amoroso cuando
la gente está por llegar?
GABE.- No es cierto.
KAREN.- Sí lo es. Por qué hacés eso?
GABE.- Olvidate. (Agarra la ensaladera, etc.)
KAREN.- Ahora te enojaste.
GABE.- No me enojé.
KAREN.- Vení, mi vida. Yo estoy pelando un ajo y vos te ponés cariñoso: decíme,
qué tengo que hacer?
GABE.- Podés tratar de dejar el cuchillo. (Pausa. Ella obedece, deja el cuchillo, se
apoya en la mesada. El la besa). No era tan malo, no? (Ella lo abraza. Sigue
un juego íntimo, jugado con seriedad, no hablan como niños chicos). Oh,oh.
KAREN.- Qué?
GABE.- Sabés qué hora es?
KAREN.- No.
GABE.- Es tiempo de asustarte.
KAREN.- (Siguiendo el juego). Ay, no, por favor, no!
GABE.- Sí, sí, es hora.
KAREN.- No, por favor, Gabe.
GABE.- Lo siento. Pero un hombre debe hacer lo que debe hacer.
KAREN.- Por favor, por favor, no!
GABE.- Lo siento, dulzura. Puede ocurrir en cualquier momento.
KAREN.- (Rogando) No...!
GABE.- En cualquier segundo.
KAREN.- Gabe, por favor...
GABE.- Lo siento, muchacha. Así es como debe ser. (El dice buhhh!, ella salta).
Siempre funciona. (Ella lo besa. Sus besos progresan. Tom, con una
mochila, llega después de un largo paseo en bicicleta. Los mira durante un
momento. Karen lo ve y se detiene abruptamente) ¿Qué pasa? (Ella le indica
con la mirada, Gabe se vuelve). Hola, Tom!
TOM.- Sigan, no más, no se preocupen por mí. Se estaba poniendo bueno.
KAREN.- ¿Desde cuándo estás ahí parado?
TOM.- Unos 10 o 15 minutos.
KAREN.- Bobo! (Le besa la mejilla a Tom)
TOM.- Un gusto en verte también!
GABE.- Bienvenido! (Abrazando a Tom) ¿Cómo estuvo el ferry?
TOM.- Bien, bárbaro. El viaje desde el puerto se vuelve cada año más largo.
GABE.- No, vos te ponés más viejo cada año.
KAREN.- Te podríamos haber ido a buscar.
TOM.- No, quería venir en mi bicicleta.
GABE.- ¿Cerveza, vino?
TOM.- Si!!
GABE.- ¿Cuál?
TOM.- Cerveza!
KAREN.- ¿Cómo andan las cosas en la ciudad?
TOM.- Pegajosas. (Gabe le da una botella) Gracias. Ustedes se ven bien¸parece que
estuvieran de vacaciones o algo así. Bueno, ¿dónde está la mujer con la que me
quieren hacer gancho?
KAREN.- No te queremos hacer gancho ( a Gabe) ¿Le dijiste éso? No lo llames así.
Suena barato e intrigante. Simplemente, pensamos que ustedes se podrían gustar, nada
más.
TOM.- Eso está bien para mí. Yo no tengo problemas con lo barato e intrigante.
GABE.- No es una cita a ciegas, vos ya la conociste.
KAREN.- En nuestro casamiento.
TOM.- Sí, eso dijiste, pero no me acuerdo.
GABE.- Acordate, al final de la fiesta. La mujer que bailaba sola en la pista
haciendo esa misteriosa mierda kabuki .
KAREN.- Gabe!!
GABE.- ¿Qué?
TOM.- No me jodas (Gabe mueve la cabeza) ¿Esa?
KAREN.- No!, paren un minuto, no es justo. Era una boda. Ella estaba un poco
mareada, se sentía expansiva.
TOM.- ¿Así que esa es la mujer? No la conocí, pero observé sus ojos.
GABE.- Sí, creo que Beth ha estado bajo observación.
KAREN.- No es gracioso. Beth es una persona... realmente talentosa.
TOM.- Sí, eso está claro (Gabe se tienta)
KAREN.. (a Gabe) Acabala!
GABE.- Estoy jodiendo. Beth es grandiosa. La vas a adorar. Y no te estamos
haciendo gancho (Tom se ríe. Karen mueve la cabeza).
TOM.- ¿Ya llegó?
GABE.- Vino el jueves de noche con nosotros.
KAREN.- Debe haber ido a la playa a pintar, o algo.
TOM.- ¿Pinta?
KAREN.- Si, y es muy buena.
GABE.- (dudando) Bueno...
KAREN.- A mi me gusta su trabajo.
TOM.- ¿Qué hace?
GABE.- Ella hace esto... cómo se llama...expresionismo neopsicótico...
KAREN.- (enojada) Gabe!
GABE.- ¿Qué?
KAREN.- ¿Por qué hacés esto?
GABE.- ¿Qué importa lo que yo piense? Tom puede decidir por su cuentasi cree
que es buena o no.
TOM.- Claro!
KAREN.- Estás siendo increíblemente negativo y me gustaría que la cortaras.
GABE.- El me preguntó qué pensaba. ¿Qué problema hay? Por la puta!... (cocinan
en silencio)
TOM.- (sarcástico) Es realmente generoso por parte de ustedes hacerle gancho a sus
amigos. Quieren que nosotros seamos tan felices como ustedes, no? Es muy dulce.
KAREN.- (sonriendo) Andá a hacerte dar! (Beth entra tostada por el sol y linda,
llevando una mochila con sus pinturas y los auriculares alrededor del cuello.
Ignora a Tom, que sonrie expectante).
BETH.- (entrando) Hola!
KAREN.- Hola!
GABE.- Hola!
BETH.- ¿No llego tarde, no?
GABE.- En absoluto.
BETH.- Perdí la noción del tiempo.
KAREN.- ¿Dónde fuiste?
BETH.- Fue glorioso. La luz. Sobre el océano. Caminé hasta la playa...¿dónde me
llevaron ayer?
KAREN.- A la playa Lucy Vincent.
BETH.- Esa.
KAREN.- Flor de caminata.
BETH.- Adoro ese lugar
GABE.- Lo sé.
BETH.- Estoy enamorada!.
TOM.- ¿Es tu primera vez en el Vanyard?
BETH.- (ignorándolo, a Karen) Caminé toda la playa, pasando por esos
acantilados espectaculares.
KAREN.- Aja!
BETH.- !Esa luz!
GABE.- Lo sé.
BETH.- Te digo que los acantilados brillan.
KAREN.- Es cierto, no?
BETH.- Son de ese terracota brillante.
KAREN.- Ajá!
BETH.- Y esa gente. Esos hombres y esas mujeres hermosas, moldeados en el
barro...
GABE.- Ah, sí!
BETH.- Y la luz en sus cuerpos...
TOM.- ¿Estaban desnudos?
BETH.- (mirándolo por primera vez) ¿Perdón?
TOM.- Me preguntaba si estarían desnudos.
BETH.- Algunos.
GABE.- Perdon; Beth, éste es Tom. Tom...
TOM.- Hola! (le extiende la mano. Se dan la mano).
BETH.- Me acuerdo de vos (a Karen) Me acuerdo de él.
KAREN.- Yo sabía que te acordarías.
TOM.- Esperen, esperen. Creo que nunca...
BETH.- En el casamiento. Hablé mucho con una mujer que estaba contigo. Era
una fiscal.
TOM.- Ya no más. Quiero decir, sigue siendo una fiscal, pero ya no estoy con ella.
BETH.- ¡Qué pena!
TOM.- No necesariamente.
BETH.- Parecía fabulosa.
TOM.- Mmmmm!...
BETH.- Por lo que recuerdo, yo hablé con ella mucho más que lo que vos le
hablaste. Tal ves, si le hubieras prestado más atención...
GABE.- Cambiemos de tema...
KAREN.- ¿Querés tomar algo?
BETH.- Me encantaría.
GABE.- ¿Cerveza, vino, tino, blanco, ron y tónica?
BETH.- Sí, sí. Ron y tónica; un ron con tónica suena maravilloso.
GABE.- Inmediatamente (Gabe prepara uno)
TOM.- ¿Este es tu primer viaje al Vanyard?
BETH.- Sí (sobre todo a Karen) Y ahora me doy cuenta por qué la gente es tan
fanática de este lugar: el terreno!
KAREN.- Ajá!
GABE.- Es cierto.
BETH.- Esa maravillosa mezcla de arena y acantilados y dunas móviles.
KAREN.- Ajá.
BETH.- Es mágico! Como Escocia, o algo así.
TOM.- ¿Estuviste en Escocia?
BETH.- No.
TOM.- Yo tampoco. He estado viniendo a aquí...¿Gabe, cuánto hace que vengo a aquí?
GABE.- La primera vez fue el verano entre 1º y 2º año de liceo, o sea...hace 12
años.
BETH.- Ustedes se conocen de toda la vida, no?
TOM.- Ajá, sí.
GABE.- Desde el primer día del primer año de liceo.
TOM.- ¿Fue el primer día?
GABE.- Desde la primera hora. Nos conocimos en la fila del desayuno. Nos
divertíamos haciendo comentarios acerca de la comida.
TOM.- Es cierto, me había olvidado de éso.
KAREN.- Ya entonces hablabas seriamente sobre comida.
GABE.- Sólo que ahora me pagan por éso.
BETH.- ¡Tantos años, qué notable!
GABE.- O qué neurótico, depende cómo lo mires.
TOM.- (haciéndose el ofendido) Ey!
GABE.- No, es genial. Tommy y yo somos codependientes: yo me quedaba
paralizado y él se tiraba sobre las mujeres antes que yo pudiera hacer el primer
movimiento.
TOM.- !Qué! Mentira!
GABE.- Exagero sólo un poco.
TOM.- No es cierto.
GABE.- Tommy, amor, pensalo.
TOM.- Bueno: Cathynomeacuerdoqué, lo admito.
GABE.- Sí y ¿qué pasó con la otra Kathy? Había una Kathy con K y una Caty con
C.
TOM.- Es cierto, las dos Katys. Me había olvidado.
GABE.- Dos Katys. Dos corazones rotos.
KAREN.- Pobrecito.
GABE.- ¿Y Emily, te acordás de Emily? ¿Y de Mindy Glazer?
TOM.- Está bien, está bien. Pero mirá, ¿y si ahora me le tiro a Karen?...
GABE.- (alarma burlesca) Epaa!...
TOM.- El no te puede dar lo que yo, Karen. Lo sé; lo vi desnudo.
KAREN.- No tengo quejas.
TOM.- Touché.
GABE.- (a Karen) Gracias (le da un beso)
BETH.- (a Tom) Ahora se supone que debo decir que oí hablar tanto de vos.
TOM.- ¿Sí?
BETH.- Suficiente. ¿Qué es lo que hacés?
TOM.- Soy simplemente otro abogado cansado, agotado, a los treinta y pico, pero
sin saber de otra cosa mejor para hacer.
BETH.- Ajá!
TOM.- ¿Y vos?
KAREN.- Beth es una artista.
BETH.- Karen...
KAREN.- Una magnífica artista.
BETH.- No!...
TOM.- Prolijita.
BETH.- “¿Prolijita?”
TOM.- Y....¿cómo conociste a Karen?
BETH y
KAREN.- ¡Editorial Doubleday!
TOM.- Mirá.
BETH.- Hacíamos la publicidad!: ella los textos, yo los ilustraba.
KAREN.- Qué equipo!
TOM.- ¿Seguís ahí?
BEYH.- No, me fui.
KAREN.- Me abandonó (a Beth) Yo no es lo mismo sin vos.
BETH.- Vas a sobrevivir.
KAREN.- No creo.
BETH.- (a Tom) Ahora soy free-lance. Estoy en la Warner.
TOM.- Aja!...
BETH.- Cubiertas para libros de bolsillo. Folletos de publicidad para libros, ese
tipo de cosas.
TOM.- (aparentemente con interés) Aja!...
BETH.- Tu “ajá” suena como si fuera interesante, pero no lo es. Lo vengo
haciendo desde hace cinco años. Haceme un favor, matame.
TOM.- (haciendo contacto visual, seductor). Bueno, si insistís (su mirada pone
nerviosa a Beth).
KAREN.- Beth es una gran artista.
BETH.. Dejá de decir esas cosas.
TOM.- ¿Qué estilo hacés? ¿Expresionista, neopsicótico...?
BETH.- ¿Perdón? (Gabe mira a Tom sin poder creerlo)
TOM.- Quiero decir...¿qué estilo? ¿cómo se dice, realista...?
BETH.- Odio las etiquetas.
TOM.- Está bien.
BETH.- ¿Conocés mucho de arte?
TOM.- No.
BETH.- ¿Entonces para qué querés saber qué estilo? ¿Por qué no valorás
simplemente lo que ves?
TOM.- (señalando el block) ¿Puedo ver?
BETH.- No!!
TOM.- Está bien.
BETH.- ¿Por qué tendría que dejarte ver?
TOM.- No sé, simplemente....
BETH.- Perdoname, pero, de todos modos, ¿quién sos vos para mí? (Gabe se
aclara la garganta)
TOM.- Tenés razón. No soy nadie.
BETH.- Compartir el arte de uno...eso viene con la confianza. Es un regalo. Nunca
muestro mi arte en la primer cita.
TOM.- ¿Así que esto es una cita? (mirando a sus anfitriones) No sabía que era una
cita.
BETH.- (buscando a Karen para refugiarse) Bueno, en qué ayudo...Dame algo
para hacer
GABE.-. Tomá, hacé esta crema (le da un frasco, ingredientes).
BETH.- ¿Cómo querés que la haga?
GABE.- (lo piensa mejor) Pelá un cebollín.
BETH.- ¿Qué es un cebollín? (Gabe le da uno)
TOM.- (se acerca a Beth) Ahora me acuerdo de vos en el casamiento.
BETH.- ¿De qué te acordás?
TOM.- Cuando bailabas, casi al final. Estabas ensimismada.
BETH.- (avergonzada) ¡No puedo creer que me vieras!
TOM.- Claro que te ví. Te estaba observando. Te veías divina. Quiero decir, como
bailabas. Eras todo un espectáculo. (Karen y Gabe intercambian miradas).
BETH.- Fue una boda divertida.
KAREN.- ¿Lo fue? No puedo acordarme. ¿Este es mi vino?
BETH.- Vamos, claro que te acordás. Ustedes saben cómo organizar una boda.
TOM.- (a Beth) Ellos saben todo éso. Son perfectos (Beth sonríe y asiente).
KAREN.- Realmente no me acuerdo; tengo poca conciencia de cómo fue. Estuve en
un estado alterado la mayor parte del tiempo.
GABE.- Mi amor, estabas deshecha (a los otros) Me hizo reunir a todos para la
ceremonia 10 minutos antes. ¿Te acordás? Estaba en pánico.
KAREN.- Es cierto.
BETH.- Me acuerdo.
GABE.- Me dijo: si lo vamos a hacer, hagámoslo ahora. Quiero hacerlo ahora.
KAREN.- Es cierto.
GABE.- Entonces, como marido obediente que soy, me acerqué a la gente y les
dije: rápido, vengan ya, Karen quiere hacerlo ahora. Tuve que sacar a todo el
mundo de los saladitos, mi futuro dependía de éso.
KAREN.- Creo que no pude probar ni un saladito.
GABE.- No te perdiste nada.
BETH.- ¿Se siente diferente estando casada?
GABE.- (a Karen) ¿Qué pensás?
KAREN.- Creo que es diferente.
GABE.- Hay más...calma que antes (a Karen) ¿No te parece?
KAREN.- Es cierto. La presión social de ser soltera, desaparece.
GABE.- Incluso cuando vivíamos juntos la sentíamos. Ahora que estamos
casados...
KAREN.- Lo que estaba en una nebulosa y era reservado, ahora está ahí afuera, bajo
los reflectores. estamos casados. Somos una pareja.
GABE.- Es extrañamente reconfortante: ahora no hay salida, fuimos y lo hicimos;
nos relaja y la gozamos. (Karen lo empuja juguetonamente).
BETH.- Es como decir...ahora podemos seguir con nuestras vidas.
GABE.- Exactamente.
BETH.- Eso suena maravilloso. Cuando uno es soltero, se gasta tanta energía...
TOM.- Lo sé.
BETH.- Siempre andás buscando, siempre te sentís observado. Es agotador.
TOM.- No me importaría casarme un día de éstos. Tener hijos, todo éso.
GABE.- Hacelo, entonces.
TOM..- Estar soltero se está volviendo muy cansador.
BETH.- Sí. Nunca pensé que estaría en esta situación. Siempre pensé que a esta
edad ya estaría casada y con dos hijos.
TOM.- (a Gabe y Karen) Los mira a ustedes y pienso, ¿por qué no? ¿de qué tengo
tanto miedo?
GABE.- No sé (Beth se corta el dedo con el cuchillo)
BETH.- Mierda!...
GABE.- ¿Qué?
BETH.- Nada (se chupa el dedo).
KAREN.- ¿Qué pasó?
GABE.- Se cortó, nada más.
TOM.- ¿Estás bien?
BETH.- No es nada, en serio.
KAREN.- (se acerca y ve la sangre) Beth...
GABE.- Metelo bajo el agua
TOM.- Tienen alguna curita o algo.
BETH.- No es nada, en serio.
GABE.- Dejalo...
KAREN.- Fijate ahí (Tom mira, Karen le da una toalla a Beth). Tomá, apretate el
dedo.
BETH.- Basta, por favor...Estoy bien. Fue sólo un corte estúpido.
KAREN.- ¿Estás segura? Dejame ver.
GABE.- No es nada.
KAREN.- Acabamos de afilar estos cuchillos. Debí haberte avisado.
BETH.- Está todo bien. No es culpa de ustedes. Olvídense, estoy bien. (Se pasa el
dedo por la ropa; Tom encuentra curitas, va hacia ella)
TOM.- Bueno, ¿dónde está la paciente?
KAREN.- Por aquí, doctor.
TOM.- (a Beth) Te va a salir a tí mucho más de lo que me va a doler a mí. (Se sienta
con ella y le pone una curita)
BETH.- Gracias.
GABE.- (cambiando de tema) ¡Miren qué cielo!
KAREN.- ¡Oh!
GABE.- Vengan a verlo (Gabe y Karen salen a admirar la puesta del sol, para que
Beth y Tom puedan estar solos).
BETH.- Estoy avergonzada.
TOM.- No lo estés.
BETH.- Me siento como una idiota.
TOM.- ¿Por qué?
BETH.- Trataba de ser una buena invitada y terminé en la sala de urgencias...
TOM.- No te preocupes. El trabajo de Gabe y Karen es hacer que todos nos
sintamos unos inútiles; es su trabajo. (Ella ríe. Un silencio eléctrico. Al sentir
la atracción, el impulso de Beth a a huir).
BETH.- ¿Querés....salir?
TOM.- Claro (Beth termina su trago) ¿Te lo lleno?
BETH.- Gracias. (Sale a la terraza). ¡Qué bárbaro!
KAREN.- (entra) Es una noche maravillosa. Comamos afuera (junta cosas para
llevar. Tom le prepara el trago a Beth). Tenés que ver ese cielo.
TOM.- Lo haré...¿Qué hay para cenar?
KAREN.- Trucha, choclo, ensalada. Nada especial.
TOM.- Suena bárbaro (le toca suavemente el pelo).
KAREN.- ¿Qué?
TOM.- Tomaste sol.
KAREN.- Sí.
TOM.- Se ve lindo.
KAREN.- Gracias. Mi pelo siempre se aclara en verano. (Pausa. Le vuelve a tocar el
pelo. Karen lo mira). ¿Qué estás haciendo? (Tom indica que nada. Es un
momento extrañamente cargado; Karen lo disipa, mientras se mueve).
Haceme el favor, cuando salgas, llevá el vino (Karen y Gabe se encuentran en
la puerta. A Gabe) Ah, llevá citronella.
GABE.- La llevo ( se dan un beso y ella entra a buscar algo, mientras Karen sale.
A Tom) ¿Y, qué te parece Beth?
TOM.- (ambiguamente) Es agradable. Intensa. Mejor aún, ¿qué piensa ella de mí?
GABE.- No sé. Parece que le gustás.
TOM.- ¿Sí? Entonces me gusta.
Escena 2.
En el jardín de Karen y Gabe. Tiempo actual. Primavera. Karen y Beth están sentadas en la mesa
del jardín y van a merendar.
BETH.- Si le prometés a tu hija que la vas a llamar a las 8 y llegan las 8 y las 8 y
media...
KAREN.- No...
BETH.- Y las 9... y las 10...
KAREN.- Es terrible.
BETH.- Ella queda destrozada, llorando, y yo soy la que tiene que apechugar.
KAREN.- Pobre chiquilina...
BETH.- El está en alguna parte divirtiéndose con su novia y Laurie le deja uno
de esos mensajes que te parten el corazón: Papito, dónde estás, papito?”
KAREN.- Por Dios...
BETH.- El no se da cuenta.
KAREN.- Y al final llamó?
BETH.- Sí! A la una de la mañana!
KAREN.- No!
BETH.- Decile a Laurie que lo siento mucho”
KAREN.- Que hijo de puta.
BETH.- “Si le querés decir a tu hija que lo sentís, llamala cuando esté despierta
y decíselo vos mismo”!
KAREN.- Es de no creer. Siempre fué así o es lo que pasa cuando la gente se separa?
Se vuelven estúpido o qué?
BETH.- Sí!
KAREN.- Todo esto entre vos y Tom...no sé...es como si pasaran años sin que
los hombres te digan nada y después, de repente,cuando lo hacen, es para
decirte que se van.
BETH.- Vos y Gabe, hablan...?
KAREN.- (ambiguamente) Si... En serio no te importa comer afuera?
BETH.- En absoluto, está lindísimo al sol.
KAREN.- Parece que no te hubiera visto en años.
BETH.- Si.
KAREN.- Estás divina! En serio.
BETH.- Gracias.
KAREN.- Estábamos preocupados por vos.
BETH.- En serio?
KAREN.- Te desapareciste.
BETH.- No fue mi intención.
KAREN.- Te dejaba mensajes y no contestabas...
BETH.- Losé, perdoname, necesitaba tiempo para mí, sabés.
KAREN.- No estarás enojada conmigo no?
BETH.- Estás loca, por qué habría de estarlo?
KAREN.- No sé...cuando pasó esto al principio hablábamos todo el tiempo.
BETH.- Lo sé.
KAREN.- Venías todo el tiempo, y después...
BETH.- Pensé que te hartarías de mí.
KAREN.- Pero no...
BETH.- Yo me harté de mí misma.
KAREN.- Estás segura de que no te ofendí en algo?
BETH.- Pero Karen, por qué podrías haberme ofendido?
KAREN.- De cierta forma...no me culpás por todo esto?
BETH.- Pero es ridículo!
KAREN.- Fue idea mía presentarlos.
BETH.- Y qué? Somos adultos, sabíamos lo que hacíamos.
KAREN.- Pero yo puse todo esto en marcha. Todo este rencor, la rabia, el dolor
por el que están pasando los niños...
BETH.- Estaba fuera de tu control. El que nos juntáramos y nos separáramos
estaba fuera de tu control. No podés controlarlo todo, Karen, aunque te guste
pensar que podés. (silencio)
KAREN.- Supongo que te habrás sumergido en tu trabajo, es lo más sano que podías
hacer...
BETH.- Bueno, en realidad, no, no estuve últimamente en mi estudio.
KAREN.- Cómo?
BETH.- La presión por pintar desapareció,
KAREN.- Va a pasar...
BETH.- No me preocupa. No quiero pintar más.
KAREN.- Y por qué?
BETH.- Después que se fue Tom...me sobrevino esta liviandad. Miré lo que había
hecho con mi vida y me pareció tan insignificante.
KAREN.- No...
BETH.- Sí. Me dí cuenta que Tom tenía razón: estaba usando la pintura como una
excusa para no profundizar en mi vida.
KAREN.- Cómo podés decir eso? Después de todos estos años? Todo este trabajo
tan duro?
BETH.- Hay que enfrentarlo. Nunca fui muy buena.
KAREN.- No es cierto, sos muy buena.
BETH.- Karen, no tenés por qué seguir diciendo eso.
KAREN.- A mí me gustan tus obras.
BETH.- Ya está; lo dejé atrás; ya no me importa.
KAREN.- Y qué estuviste haciendo todo el invierno?
BETH.- Bueno...terapia dos veces por semana...
KAREN.- Bien...
BETH.- Y...estoy saliendo con alguien.
KAREN.- (un poco sacada) Ah picarona. Es fantástico!
BETH.- Lo sé. Es un hombre maravilloso.
KAREN.- Cómo se llama?
BETH.- David.
KAREN.- Y cómo lo conociste?
BETH.- En verdad lo conocí hace años, hace como 10 años más o menos.
KAREN.- Sí?
BETH.- El y Tom trabajaron juntos.
KAREN.- Otro abogado?
BETH.- Cierto.
KAREN.- Y bueno, no se puede tener todo.
BETH.- Resulta que llamó por teléfono a Tom...
KAREN.- Ajá.
BETH.- ...y le informé lo que pasaba...
KAREN.- Ajá.
BETH.- ...y fue muy comprensivo y resultó que su matrimonio se estaba
desmoronando también...
KAREN.- Ajá.
BETH.- Así que nos juntamos para tomar algo y, vos sabés, resultó que teníamos
mucho en común. Y lo estoy viendo desde entonces.
KAREN.- Parece que se llevan bien.
BETH.- Ha sido...
KAREN.- Me parece bárbaro que te acuestes con alguien. A la mierda con Tom.
BETH.- Bueno, la verdad, es que es un poco más serio que acostarse con alguien.
(Karen la mira con intención, Beth se ríe) Perdoná. Es un poco bobo. Es
como cuando estaba en el liceo: me ruborizo. Es todo tan excitante, nos
escapamos apenas podemos...
KAREN.- Y cuánto tiempo lleva todo esto?
BETH.- Algunos meses.
KAREN.- Ajá.
BETH.- La pasamos bárbaro.
KAREN.- Algunos meses?
BETH.- Me está enseñando a patinar!
KAREN.- Mirá.
BETH.- Lo hago bastante bien. Algunas tardes jugamos hookey y me lleva por el
canal.
KAREN.- Usás rodilleras y casco y todo eso?
BETH.- Sí.
KAREN.- Porque te podés lastimar.
BETH.- Es divertido. Deberías probar. Les podríamos enseñar a tí y a Gabe.
KAREN.- Sí, me puedo imaginar a Gabe...
BETH.- Está tan lleno de vida: David es tan abierto y optimista. Es un compañero
de juegos, eso es, un maravilloso compañero de juegos.
KAREN.- Mirá que fue rápido eh.
BETH.- Qué?
KAREN.- Tom acaba de irse...
BETH.- Vamos, Karen...
KAREN.- No querías estar sola un tiempo? Hace como una docena de años que no
estás sola.
BETH.- Siempre estuve sola, no te das cuenta? Pasé mi matrimonio sola.
ESCENA 3.
Un bar en Manhattan. Gabe está tomando un Pellegrino. Tiene el aire tímido de alguien que está
bebiendo solo pero que trata de no parecer tímido; está esperando a Tom que está atrasado. Mira
su reloj, bebe, lee el Times, mira alrededor, mira su agenda. Tom, luciendo un elegante traje
veraniego, se le acerca.
TOM.- Gabe!
GABE.- Viniste. (Se abrazan. El abrazo de Tom es más entusiasta que el de Gabe.)
TOM.- Que bueno verte. Te extrañé muchísimo.
GABE.- Yo tanbién te extrañé.
TOM.- Hace mucho que estás?
GABE.- Unos minutos.
TOM.- Perdoname. Pero esa reunión...
GABE.- (Le ofrece un trago) Querés?
TOM.- Sí, por favor. (Gabe llena su vaso) Pasaron semanas!
GABE.- Meses.
TOM.- Karen sigue enojada conmigo?
GABE.- Se podría decir que sí.
TOM.- Me guarda rencor, no?
GABE.- Bueno, la verdad es que ella tiene su carácter. Cuándo llegaste a la
ciudad?
TOM.- Esta mañana. Nancy vino conmigo.
GABE.- Ah sí?
TOM.- Ella adora Nueva York. Podemos pasear, ver algunos shows...
GABE.- Así que vas a ver a los niños?
TOM.- No, este fin de semana no; el próximo van a estar conmigo. Esta semana le toca
a ella; no me quiero meter en líos, créeme.
GABE.- Ah.
TOM.- Dios nos libre de cambiar el plan...sería el juicio de Nuremberg.
GABE.- Ajá. Te ves bárbaro.
TOM.- Gracias, me siento muy bien. Estoy corriendo de nuevo.
GABE.- Ah sí?
TOM.- Bajé un poco de peso...
GABE.- Más que un poco.
TOM.- Nancy y yo nos levantamos a las 6...
GABE.- Pá. A las 6!
TOM.- Corremos 2 o 3 kilómetros...
GABE.- Mirá.
TOM.- ...volvemos, hacemos el amor en la ducha...
GABE.- Ajá.
TOM.- Y después a trabajar. Es mi nuevo régimen. Y dejame que te diga: cambia
totalmente la perspectiva del día.
GABE.- Deben ser esas duchas vigorizadoras.
TOM.- Las cosas que me hace hacer, Gabe...!
GABE.- Tenés suerte.
TOM.- Nancy tiene tanta imaginación, tanta audacia, tanta sabiduría...te demuestra que
la edad es totalmente irrelevante. Soy un muchacho
cincuentón!
GABE.- Ajá.
TOM.- Ella se siente tan a gusto en su cuerpo. Nunca supe lo que era eso. Una
amante te enseña eso, es algo que se aprende juntos. Beth y yo nunca
tuvimos eso, nunca se sintió cómoda en su cuerpo...
GABE.- Mirá. Yo siempre pensé...
TOM.- Entonces cómo podía yo esperar que se sintiera cómoda con el mío?
Nancy yo andamos por ahí y de repente pone su mano en mi trasero,
como si nada, sin pensarlo siquiera. Con Beth el sexo era algo que me
concernía sólo a mí. Nunca se trataba de deseo, nunca me sentí deseado,
era una obligación. Y después que nacieron los niños...bueno, vos sabés
como es eso.
GABE.- Ajá.
TOM.- El sexo se convirtió en algo más en la lista de cosas que debía hacer.
Con Nancy estamos totalmente sincronizados. Le basta mover un dedo
y me excito, o me mira, o se ríe de determinada manera.
GABE.- Alguna vez...hablan?
TOM.- Claro. Hablás en serio? Hablamos todo el tiempo. Acordate como es cuando
una relación es nueva? Todas esas conversaciones, todo ese sexo,
esa risa. Nancy me escucha. Me escucha realmente.
GABE.- Ajé.
TOM.- Me salvó la vida. En serio; volvió a insuflar vida adentro mío.
GABE.- (asiente) Bueno. Es grandioso. Estoy contento. (Toma su trago. Tom lo
mira) Qué?
TOM.- En qué estás pensando?
GABE.- Qué querés decir?
TOM.- Vamos, te conozco, conozco esa mirada...
GABE.- Estoy escuchando. Vos no querés que diga nada, no?
TOM.- Mierda.
GABE.- No es lo que me dijiste?
TOM.- Te lo dije...cuando la herida estaba todavía abierta...
GABE.- Ah. Y la herida ya está cerrada? Bueno, cuáles son las reglas entonces?
Tenés que advertirme compañero, tengo que conocer las reglas para no meter
la pata.
TOM.- Gabe...
GABE.- Bueno, querés saber lo que pienso? Pienso que te escucho hablar, y
escucho esas palabras que te salen de la boca y pienso que sos un lunático de
mierda Tom, realmente...
TOM.- Trato de decirte...que me estaba muriendo! No entendés eso? Estaba
perdiendo las ganas de vivir, eso es como morirse. La vida que llevaba no
tenía relación alguna con lo que quería. Me estaba muriendo. La logística
constante de “Vos pasás a buscar a Sam y lo llevás al tennis y yo llevo a
Laurie a la práctica de hockey...”
GABE.- Pero eso...
TOM.- De eso hablábamos: En serio, esa era toda la conversación que había en
nuestra casa.
GABE.- Lo sé, pero...
TOM.- El perro acabó conmigo. La puta madre, ese perro. Sarge. No era suficiente con
tener 2 gatos, un pez y un cerdo de guinea, no, Beth
sentía que los niños debían tener un perro porque ella tuvo uno. Pasé
toda mi vida adulta limpiando algún tipo de mierda, ahora era la mierda
de perro. Cómo podés mantener vivo el amor cuando estás limpiando
mierda todo el día?
GABE.- Todos hicimos sacrificios por nuestros hijos. Es el precio que se paga por
tener una familia.
TOM.- Sí, pero tenés que quererlo.
GABE.- Qué querés decir?
TOM.- Vos y Karen realmente lo querían. Yo me dí cuenta que no quería.
GABE.- De qué estás hablando?
TOM.- Eso no tenía nada que ver conmigo.
GABE.,- Qué cosa?
TOM.- Casarse, tener hijos. Era otra de las cosas que hice porque se esperaban de mi, no porque
tuviera verdadera pasión por hacerlas. Como la abogacía.
Desde los 10 años estaba claro que yo debía ser abogado como mi padre.
Siempre me sentí, no sé, inauténtico viviendo esa vida.
GABE.- Qué, eras un play boy atrapado en el cuerpo de un padre de familia?
Tommy, podría jurar que te vi desfrutando de muchas cosas en la última
década.
TOM.- Sí, claro. Pero honestamente? La mayor parte del tiempo estaba siendo un
buen deportista.
GABE.- Un buen deportista?
TOM.- Sabés lo que quiero decir...
GABE.- Esperá un momento. Estabas fingiendo? Querés decirme que todos estos
años - todos estos años, Tom!- los cuatro juntos criando juntos a nuestros
hijos, las cenas, las vacaciones, las horas de video, vos estabas
simplemente siendo un buen deportista?
TOM.- No...
GABE.- Entonces qué, Tom, no lo entiendo? Yo estaba allí, igual que vos. Toda
esa miseria que describís, esa agonía. Yo pensé que simplemente estábamos
viviendo nuestras vidas. Compartiendo nuestras pequeñas
existencias cotidianas. Yo pensé que estabas allí, con toda el alma allí.
Y ahora estás diciendo que tenías un ojo puesto en el reloj y un pié en
la puerta?!
TOM.- Dejá de tomarlo en forma tan personal.
GABE.- Cómo lo tomarías vos? Dijiste que desperdiciaste tu vida, eso dijiste.
TOM.- No me refería a vos y a Karen. No me refería a vos, nunca me referí a
vos; sos mi mejor amigo, tengo que poder decirte todo esto. Estoy hablando de
mi matrimonio.
GABE.- Pero no es tan simple, Tom. Nosotros estábamos ahí. Karen y Danny e
Isaac y yo, estábamos todos allí, éramos una parte importante de esa
vida terrible de la que tuviste que escapar. De paso te cuento que Isaac
está totalmente enloquecido por todo esto. De modo que cuando repudiás
toda tu vida adulta...
TOM.- No es lo que hice...
GABE.- Es esencialmente lo que hiciste. Entiendo que te fue necesario hacerlo,
debe haber sido extrañamente vivificante volar todo en pedazos.
TOM.- Gabe...
GABE.- En serio. Construiste algo que es precario incluso en la mejor de las
circunstancias, y tuviste éxito, o por lo menos hiciste creer como que
lo hubieras tenido, tus amigos pensaron que lo tuviste, nos engañaste,
y después, un día, lo tiraste todo! A veces miro a Isaac y Danny, ellos
también a veces ponen todos sus juguetes en el piso y construyen una
ciudad. Pasan horas en eso, planifican y colaboran y negocian. Y después
qué hacen? Lo rompen! Ni una pausa para ver lo que lograron, ni un signo de
satisfacción, inventan un ataque, lanzan bombas y rompen toda la
maldita cosa. (Pausa)
TOM.- Yo quiero que seas mi amigo. Nada más. Quiero que te alegres por mí.
GABE.- Que me alegre por vos
TOM.- Que te alegres porque cambié mi vida.
GABE.- Claro Tom, estoy contento por vos
TOM.- Sabés que podés ser tan presumido algunas veces.
GABE.- Qué?
TOM.- Vos no sos inmune a todo esto, sabés. Incluso vos y Karen (Se detiene)
GABE.- Qué?
TOM.- No tiene importancia.
GABE.- Qué?
TOM.- Vamos Gabe, cuantas veces te oí quejarte?
GABE.- Claro, todos nos quejamos. Eso es lo que hacen los amigos casados:
bromeamos sobre sexo y puteamos por nuestras esposas e hijos, pero
eso no significa que los vayamos a dejar. Los matrimonios a veces
pasamos por algunas miserias, pero hacemos lo que podemos para
superarlas.
TOM.- Como mis padres? Como tus padres? Trataron durante 50 años! Eso es
lo que querés que haga? Es eso? (Gabe mueve la cabeza, no sabe que
contestar ) Qué ejemplo sería para mis hijos? Que somos incapaces de
cambiar nuestras vidas? Te equivocaste? Mala suerte, tenés que vivir
con eso.
GABE.- No sé.
TOM.- Algunas veces no querés terminar con todo y empezar todo de nuevo?
No querés, Gabe? Vamos, admitilo.
GABE.- Si. Por supuesto. Claro que si.
TOM.- (Victorioso) Bueno.
GABE.- Pero el sentimiento pasa. Creo que la clave de la civilización es combatir
el impulso de querer acabar con todo. Dónde estaríamos con el
inconsciente andando a su gusto?
TOM.- Mirá, todo lo que te digo es que no hagas lo que yo hice. No cierres los
ojos. Yo estaba tan resignado, conozco los síntomas, creéme.
GABE.- Por qué hacés esto?
TOM.- Soy tu amigo. No me gustaría que te despertaras a los 60 y...
GABE.- No entendés: Dependo de Karen, dependo de ella. Imaginar una vida
sin ella no me excita, sólo me da angustia.
TOM.- Bueno...
GABE.- Todo pasa tan rápido Tom. El pelo se cae y la cintura se va. Y el vigor, la
capacidad de trasnochar, leer o mirar una película, el sexo no importa.
Querés saber algo impactante? Karen está premenopáusica. Y está bien:
mi novia, mi amante, esa dulce muchacha que acaricié en interminables
domingos, está con calores. No parece que fuera posible. Pasamos la
juventud sin darnos cuenta, sintiéndonos inmortales, después nos casamos
y tuvimos hijos y nos despertamos descubriendo nuestra finitud, la de
ellos, la nuestra, es todo lo que vemos. Nos preocupamos por ellos, por
su seguridad, por la nuestra, accidentes de aviones, pederastas, y pasamos
nuestra madurez queriendo volver a esa parte soñada, despreocupada, la
parte que dejamos atrás; ahora la queremos de vuelta, porque ahora
sabemos lo efímera que es, ahora sabemos, y no parece justo que se haya
ido tanta cosa y que quede tan poco. Entonces, algunos de nosotros
tratamos de volver a la inconciencia. Algunos volamos nuestros hogares
...y otros...lo tomamos con calma...yo lo tomo con calma. (Pausa)
TOM.- (Apaciguador) Hey...
GABE.- Tenemos un compromiso, también, sabés, no un casamiento pero algo
parecido.
TOM.- Sí?
GABE.- Se suponía que íbamos a envejecer y engordar juntos, los cuatro, y
veríamos crecer a nuestros hijos, y llorar juntos en sus casamientos...
TOM.- No me morí, sabés...
GABE.- (Lo mira) Yo creí que, pensé que estábamos juntos en esto. Sabés?
De por vida.
TOM.- No es otra forma de decir que la miseria ama la compañía? (Gabe lo
mira) Estoy bromeando. (La expresión de Gabe no cambia) Hey, voy
a seguir estando. Pero sin Beth. (Gabe asiente, pero no está de acuerdo
en que Tom estará allí) Cómo está ella?
GABE.- Bien, creo. No la hemos visto mucho últimamente. Karen iba a almorzar
con ella hoy.
TOM.- Conociste a David ya?
GABE.- David?
TOM.- El tipo con el que sale. (Esto es nuevo para Gabe pero esconde su sorpresa)
GABE.- Ah sí, no, no...
TOM.- Es un buen tipo, no tengo nada en contra de él. Estuvo ahí todos estos
años, finalmente consiguió lo que quería.
GABE.- Qué querés decir?
TOM.- Estaba metido con Beth, estaba enamorado de ella. Seguro que les contó.
GABE.- (Mintiendo) Ajá.
TOM.- Es el destino : pudimos habernos separado cuando ellos tuvieron el asunto,
pero estábamos enganchados. Diez años y 2 hijos después,
están juntos de nuevo! (Mueve la cabeza, termina su trago, mira el
reloj) Mejor me voy: Le dije a Nancy que la encontraría en Saks. Le
encanta llevarme de compras. Odia mis corbatas; me regaló esta para
Navidad.
GABE.- Es linda.
TOM.- Mirá, te llamo. Qué te parece, yo voy a ver a los niños la semana que
viene, qué te parece...
GABE.- No vamos a estar la semana que viene.
TOM.- Ah.
GABE.- Mi hermana está en New Hampshire y....
TOM.- Ajá (Pausa) Bueno, la próxima vez...
GABE.- Claro.
TOM.- Estoy deseando que conozcas a Nancy. La vas a adorar. Sabe mucho
de gastronomía.
GABE.- Ah sí?
TOM.- Quiere ser nutricionista.
GABE.- Mirá. Creí que era agente de viajes.
TOM.- Lo es. Pero no quiere serlo eternamente, quiere volver a estudiar y
obtener un diploma, sabés.
GABE.- Ajá.
TOM.- Qué te parece si salimos los cuatro a cenar?8(Gabe asiente. Tom saca
su billetera)
GABE.- No, no, dejá.
TOM.- Seguro? Gracias. Yo pago la próxima.
GABE.- Muy bien, la próxima.
TOM.- Cuándo sale tu tren? Salgo contigo.
GABE.- No voy a casa, tomo un vuelo para ir al Vineyard.
TOM.- Sí?
GABE.- Mi vuelo sale a las siete. Karen y los muchachos van en auto. Abrimos
la casa este fin de semana.
TOM.- No puedo creer que ya casi estemos en verano.
GABE.- Casi.
TOM.- Estoy celoso. Me gustaría ir contigo.
GABE.- Bueno...adiós Tom. (Se abrazan por última vez)
TOM.- Te llamo. (Gabe asiente. Tom sale) Saludá a Karen, si creés que se
alegre de saber de mí. Y dale un beso a los muchachos. Decile a Isaac
que todo va a estar bien.
GABE.- (Asiente) Chau. (Tom se va. La sonrisa de Gabe se borra mientras lo ve
irse. Sonríe y saluda de nuevo; Tom vuelve la cabeza por última vez.)
ESCENA 4
Se encienden las luces: Más tarde esa misma noche. El dormitorio de Karen y Gabe en la casa sw
Martha`s Vineyard. Karen está en camisón; Gabe está fuera de escena lavándose los dientes.
Entra con camiseta y shorts. Juntos tienden metódicamente la cama antes de meterse en ella.
FIN DE LA OBRA