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Centro Integral de Apoyo Terapéutico

Juan David Cajica


Abril 2022

Recomendaciones para el establecimiento de límites claros y normas, así como llevar a cabo de
forma adecuada el uso de las consecuencias y del reforzamiento:
 Las consecuencias deben ser inmediatas. Cuanto más inmediata sea la consecuencia de
una conducta, más eficacia tendrá como intervención que favorece el control.
 No se debe esperar que repita una mala conducta para dar una respuesta.
 Las consecuencias deben ser específicas.
 La consecuencia debe ser proporcionada a la transgresión, no al grado de impaciencia o
frustración que haya generado en los padres.
 Las consecuencias deben ser constantes.
 Independientemente del entorno, la consecuencia debe ser la misma.
 Si una conducta se ha considerado intolerable un día, también debe recibir la misma
consideración otro día.
 Tanto el padre como la madre deben dar la misma respuesta.
 Se debe atender a las conductas positivas para dar un refuerzo inmediato.
 Tanto el privilegio como la consecuencia deben estar dirigidos a una conducta específica,
nunca a aspectos generales.
 Se aconseja establecer un programa de incentivos antes de utilizar la consecuencias.
 Planificar previamente la actuación ante posibles malas conductas.
 Anticipar, analizar y, si es posible, prevenir.
 Reconocer y aceptar que las interacciones dentro de la familia son recíprocas. La conducta
de los padres está muy influenciada por la conducta Juan David y viceversa.

Cuando se enfrenten a una situación de conflicto con Juan David:


1. Si desea detener una discusión… “haga silencio”.
2. No discuta, busque frases terminales…”ya entendí”, “así podría ser”.
3. Evite molestarse, así reforzaría a Juan David. No se enganche.
4. Ofrezca alternativas de conducta. De opciones limitadas.
5. Evite comentarios del tipo: “ya te lo advertí”…Posiblemente esa sea la razón por la cual Juan
David llevó a cabo el comportamiento.

Es importante establecer límites y normas en casa:


 Evite las órdenes en modo de pregunta porque puede obtener una negativa como respuesta.
 Sea claro y conciso en sus órdenes, con palabras sencillas. No de muchas órdenes, piense antes
de darlas.
 En el momento de dar una orden, es importante que Juan David lo mire a los ojos para asegurarse
de que está atendiéndole.
 Asegúrese que se cumplen las órdenes, y en su caso, ayude a que se cumplan como un guía.
 Establezca el cumplimiento como un juego (puntos, tiempo más corto, pero sin premios materiales,
sólo emocionales) Si no cumple lo demandado dejarle claro las consecuencias (si no haces esto,
ocurrirá lo siguiente).
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 Si es necesario aplique “el tiempo fuera” o "la silla de pensar", dejando que Juan David pase unos
minutos pensando lo que ha ocurrido (no sobrepase el tiempo en minutos según la edad de Juan
David, si tiene 5 años, 5 minutos y cuándo acabe el tiempo vamos a hablar con ella y si es necesario
a repetir la acción, sin ponernos nerviosos).
 Mantenga la calma e ignore las conductas negativas de Juan David (llantos, pataletas, rabietas).
No muestre su enfado.
 Haga que Juan David pida disculpas por el mal hecho social o físico (ya sea escrito, dibujado, o
cara a cara, o recomponer algo, etc), si no accede acompáñala y guíele. Elógiele cuando lo haya
hecho.
 No justifique ni debata sus decisiones, de respuestas sencillas y claras.
 Ignore las protestas.
 Sea constante y firme en sus respuestas a Juan David.
 Use la técnica de los 3 avisos. Al tercer aviso tendrá una consecuencia.
 Coopere con ella.
 Mantengase firme pero afectivo.

Evite prestarle atención cuando no deba prestársela:


 Debe aprender a ser atendido cuando el adulto pueda y no cuando Juan David quiere o exija.
Ignore comportamientos inadecuados, y si sigue insistiendo en su atención utilice el disco rayado
(por ejemplo repetir todo el tiempo sin perder la calma “ahora estoy hablando hijo/a, cuando acabe te
atiendo”).
 Refuerce las conductas positivas.
 Préstele atención cuando no se la haya pedido.
 Comparta tiempo con Juan David, haciendo algo que le guste a su hijo/a.
 Refuerce la independencia y la autonomía.
 Recuérdele sus aspectos positivos y aquello que se le da bien para potenciar una buena imagen
de ella misma.
 Cuando interrumpa una conversación entre adultos, digale que se le atenderá más tarde y
después, enséñele a cómo intervenir de forma educada. Potenciar el manejo de la ira.
 Practique la inversión de roles, potenciando la empatía.
 Practique con Juan David, en algún momento del día, relajación. De ese modo, podrá fomentar su
autocontrol.
 Ayude a Juan David a perdonar a aquellos que le enfadan (utilizando cartas, técnicas de empatía,
etc.).
 Ayude a Juan David a pedir perdón de forma correcta a aquellos que pueda dañar.
 Ayude a Juan David a arreglar aquello que haya roto a causa de su ira.
 Ayude a Juan David a escribir o pintar sus sentimientos como una forma de entendimiento.
 Ayude a Juan David a evitar los pensamientos irracionales con otros autodescriptivos reales y
positivos.
 Jamás utilice castigos corporales.

Recuerde: Mantegase firme pero afectivo.


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Por último, resaltare una serie de consejos generales que se han de


seguir y que les servirán para intentar controlar sus conductas y poco a poco cambiar su conducta.

1. Prestar atención a los comportamientos positivos y reforzarlos usando el elogio, el


reconocimiento o el agradecimiento. En muchas ocasiones los padres se centran en las
conductas negativas porque son las que provocan desazón y displacer pero es muy importante
focalizarse en todo lo positivo que realiza Juan David. Para comprender la importancia de este
cambio de actitud basta ponernos por un segundo en su lugar: ¿qué pensaríamos y cómo
actuaríamos nosotros mismos si nunca nos alaban cuando hacemos algo positivo sino que, al
contrario, nos recriminan constantemente ante los errores?
2. Obviar los comportamientos negativos. A veces los gritos y el enfado actúan como reforzadores
de las conductas que desearíamos evitar. Por ende, siempre que sea posible y no se trate de un
comportamiento imperdonable, es mejor hacer caso omiso de las conductas disruptivas. De esta
forma podrían extinguirse por sí solas con el paso del tiempo.
3. Anticipar las situaciones problemáticas. Si se sabe que existen momentos particularmente
tensionantes en los cuales Juan David suele responder de manera negativa, la mejor opción es
anticiparse a su respuesta y proponerle otra actividad u otra manera de enfrentar esta situación.
4. Explique cuáles son los comportamientos inaceptables y por qué. De esta forma ya Juan David
sabrá qué se espera exactamente de ella. Muchos padres cometen el error de castigar a sus
hijos/as sin haberles dicho jamás qué esperaban de ellos. Por supuesto, esto genera
inseguridad y rencor.
5. Imparta órdenes y establezca normas de forma eficaz y, lo que es aún más importante, hágalas
cumplir. En muchas ocasiones se aprecia que detrás de un mal comportamiento se esconde un
estilo educativo permisivo. Por supuesto, el niño/a se percata inmediatamente de ello y asume el
control volviéndose dominante y manipulador. Ser constantes es un factor clave para poder
eliminar las conductas disruptivas.
6. Utilice el castigo de forma asertiva. Es decir, en vez de pegarle o gritarle, aplique una
consecuencia que le sirva Juan David para aprender una lección importante. Recuerda que la
violencia genera más violencia por lo que la agresión (ya sea en el plano físico o mental) nunca
es la solución más adecuada.
7. Aplique inmediatamente la consecuencia. No espere a que la conducta negativa se vuelva a
repetir sino que debe atajarla en el momento en que tiene lugar. Además, recuerde que el
castigo no debe ser proporcional al nivel de frustración que sienta sino que debe adecuarse a la
transgresión real. Aplicar castigos desproporcionados es tan negativo como no hacerlo.
8. Hágale notar las consecuencias específicas de su comportamiento. Juan David necesita normas
claras pero también debe saber cuáles son las consecuencias de su comportamiento. No se
pierda en elucubraciones sobre el futuro, simplemente hágale notar las consecuencias en el aquí
y ahora, desde aquellas en el plano material hasta los daños desde la perspectiva emocional.

Juliana de Mier Mancini


Neuropsicóloga Infantil MA en Educación

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