Está en la página 1de 3

TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE

(PAUTAS PARA PADRES)


Consejos generales para intentar controlar y cambiar poco a poco su conducta.

 Prestar atención a los comportamientos positivos y reforzarlos usando el elogio, el


reconocimiento o el agradecimiento. En muchas ocasiones los padres se centran en las
conductas negativas porque son las que provocan desazón y displacer pero es muy
importante focalizarse en todo lo positivo que realiza el niño. Para comprender la
importancia de este cambio de actitud basta ponernos por un segundo en su lugar: ¿qué
pensaríamos y cómo actuaríamos nosotros mismos si nunca nos alaban cuando hacemos
algo positivo sino que, al contrario, nos recriminan constantemente ante los errores?
 Obviar los comportamientos negativos. A veces los gritos y el enfado actúan como
reforzadores de las conductas que desearíamos evitar. Por ende, siempre que sea posible y
no se trate de un comportamiento imperdonable, es mejor hacer caso omiso de las
conductas disruptivas. De esta forma podrían extinguirse por sí solas con el paso del tiempo.
 Anticipar las situaciones problemáticas. Si se sabe que existen momentos particularmente
tensionantes en los cuales el niño o adolescente suele responder de manera negativa, la
mejor opción es anticiparse a su respuesta y proponerle otra actividad u otra manera de
enfrentar esta situación.
 Explicar cuáles son los comportamientos inaceptables y por qué. De esta forma ya el niño
sabrá qué se espera exactamente de él. Muchos padres cometen el error de castigar a sus
hijos sin haberles dicho jamás qué esperaban de ellos. Por supuesto, esto genera inseguridad
y rencor.
 Establecer normas de forma eficaz y, lo que es aún más importante, hacerlas cumplir. En
muchas ocasiones se aprecia que detrás del trastorno oposicionista desafiante se esconde un
estilo educativo permisivo. Por supuesto, el niño se percata inmediatamente de ello y asume
el control volviéndose dominante y manipulador. Ser constantes es un factor clave para
poder eliminar las conductas disruptivas.
 Utilizar el castigo de forma asertiva. Es decir, en vez de gritarle, aplicar un castigo que le sirva
al niño para aprender una lección importante. Recordar que la violencia genera más violencia
por lo que la agresión (ya sea en el plano físico o mental) nunca es la solución más adecuada.
 Aplicar inmediatamente el castigo. No esperar a que la conducta negativa se vuelva a repetir
sino que debe atajarla en el momento en que tiene lugar. Además, recordar que el castigo no
debe ser proporcional al nivel de frustración que se sienta sino que debe adecuarse a la
transgresión real. Aplicar castigos desproporcionados es tan negativo como no hacerlo.
 Hacerle notar las consecuencias específicas de su comportamiento. El niño con trastorno
oposicionista desafiante necesita normas claras pero también debe saber cuáles son las
consecuencias de su comportamiento. No perderse en elucubraciones sobre el futuro,
simplemente hacerle notar las consecuencias en el aquí y ahora, desde aquellas en el plano
material hasta los daños desde la perspectiva emocional.

Tener en cuenta las siguientes pautas:


 Mantener la calma e ignora las conductas negativas (llantos, pataletas, rabietas). No muestres
tu enfado al niño.
 Hacer que el niño pida disculpas por el mal hecho social o físico (ya sea escrito, o cara a cara, o
recomponer algo, etc), si no accede acompañarlo y guiarle. Elogiarle cuando lo haya hecho.
 No justificar ni debatir las decisiones, dar respuestas sencillas y claras. Evite comentarios del
tipo: “ya te lo advertí"…Posiblemente esa sea la razón por la cual el niño llevó a cabo el
comportamiento.

1
 No discuta, busque frases terminales…”ya entendí”, “así podría ser”.
 Ignorar las protestas.
 Ser constante y firme en las respuestas al niño.
 Usar la técnica de los 3 avisos. Al tercer aviso tendrá una consecuencia.
 Cooperar con él.
 Mantenerse firme pero afectivo.
 Evitar prestarle atención cuando no se le debe prestar.
 Evite molestarse, así reforzaría al niño.
 Deben aprender a ser atendidos cuando el adulto pueda y no cuando ellos quieren o exijan.
Ignorar comportamientos inadecuados, y si sigue insistiendo en buscar atención atención
utilizar el disco rayado (por ejemplo repetir todo el tiempo sin perder la calma “ahora estoy
hablando hijo, cuando acabe te atiendo”).
 Reforzar las conductas positivas.
 Ofrecer alternativas de conducta.
 Prestarle atención cuando no la haya pedido.
 Compartir tiempo con él, haciendo algo que le guste.
 Reforzar la independencia.
 Recordarle sus aspectos positivos y aquello que se le da bien para potenciar una buena imagen
de ellos mismos.
 Cuando interrumpa una conversación entre adultos, decirle que se le atenderá más tarde y
después, enseñarle a cómo intervenir de forma educada.
 Practica la inversión de roles, potenciando la empatía.
 Practicar, en algún momento del día, relajación.
 Ayudar a perdonar a aquellos que le enfadan.
 Ayudar a pedir perdón de forma correcta a aquellos que pueda dañar.
 Ayudar a arreglar aquello que haya roto a causa de su ira.
 Ayudar a escribir sus sentimientos como una forma de entendimiento.
 Ayudar a evitar los pensamientos irracionales con otros autodescriptivos reales y positivos.

Es importante establecer límites y normas en casa:


 Evitar las órdenes en modo de pregunta porque se puede obtener una negativa como
respuesta.
 Ser claro y conciso en las órdenes, con palabras sencillas. No dar muchas órdenes, pensar
antes de darla.
 En el momento de dar una orden, es importante que el niño mire a los ojos para asegurarse de
que está atendiéndonos.
 Asegurarse que se cumplen las órdenes, y en su caso, ayudar a que se cumplan como un guía.
 Establecer el cumplimiento como un juego (puntos, tiempo más corto, pero sin premios
materiales, sólo emocionales) Si no cumple lo demandado dejarle claro consecuencias (si no
haces esto, ocurrirá lo siguiente).
 Si es necesario aplicar “el tiempo fuera”, dejando que el niño pase unos minutos pensando lo
que ha ocurrido (no sobrepasar el tiempo en minutos según la edad del niño, si tiene 5 años, 5
minutos y cuándo acabe el tiempo vamos a hablar con él y si es necesario a repetir la acción,
sin ponernos nerviosos).
 Mantener la calma e ignora las conductas negativas (llantos, pataletas, rabietas). No muestres
tu enfado al niño.
 Hacer que el niño pida disculpas por el mal hecho social o físico (ya sea escrito, o cara a cara, o
recomponer algo, etc), si no accede acompañarlo y guiarle. Elogiarle cuando lo haya hecho.
 No justificar ni debatir las decisiones, dar respuestas sencillas y claras. Evite comentarios del
tipo: “ya te lo advertí"…Posiblemente esa sea la razón por la cual el niño llevó a cabo el
comportamiento.

2
 No discuta, busque frases terminales…”ya entendí”, “así podría ser”.
 Ignorar las protestas.
 Ser constante y firme en las respuestas al niño.
 Usar la técnica de los 3 avisos. Al tercer aviso tendrá una consecuencia.
 Cooperar con él.
 Mantenerse firme pero afectivo.
 Evitar prestarle atención cuando no se le debe prestar.
 Evite molestarse, así reforzaría al niño.
 Deben aprender a ser atendidos cuando el adulto pueda y no cuando ellos quieren o exijan.
Ignorar comportamientos inadecuados, y si sigue insistiendo en buscar atención atención
utilizar el disco rayado (por ejemplo repetir todo el tiempo sin perder la calma “ahora estoy
hablando hijo, cuando acabe te atiendo”).
 Reforzar las conductas positivas.
 Ofrecer alternativas de conducta.
 Prestarle atención cuando no la haya pedido.
 Compartir tiempo con él, haciendo algo que le guste.
 Reforzar la independencia.
 Recordarle sus aspectos positivos y aquello que se le da bien para potenciar una buena imagen
de ellos mismos.
 Cuando interrumpa una conversación entre adultos, decirle que se le atenderá más tarde y
después, enseñarle a cómo intervenir de forma educada.
 Practica la inversión de roles, potenciando la empatía.
 Practicar, en algún momento del día, relajación.
 Ayudar a perdonar a aquellos que le enfadan.
 Ayudar a pedir perdón de forma correcta a aquellos que pueda dañar.
 Ayudar a arreglar aquello que haya roto a causa de su ira.
 Ayudar a escribir sus sentimientos como una forma de entendimiento.
 Ayudar a evitar los pensamientos irracionales con otros autodescriptivos reales y positivos.

Como administrar consecuencias ante conductas desafiantes:


o Las consecuencias deben ser inmediatas.
o No se debe de esperar que repita una mala conducta para dar una respuesta.
o Se debe atender a las conductas positivas para dar un refuerzo inmediato.
o Cuanto más inmediata sea la consecuencia de una conducta, más eficacia tendrá como
intervención que favorece el control.
o Tanto el premio como el castigo deben estar dirigidos a una conducta específica, nunca a
aspectos generales.
o El castigo debe ser proporcionado a la transgresión, no al grado de impaciencia o frustración
que haya generado en los padres.
o Las consecuencias deben ser constantes.
o Independientemente del entorno, la consecuencia debe ser la misma.
o Si una conducta se ha considerado intolerable un día, también debe recibir la misma
consideración otro día.
o Tanto el padre como la madre deben dar la misma respuesta.
o Se aconseja establecer un programa de incentivos antes de utilizar los castigos.
o Planificar previamente la actuación ante posibles malas conductas.
o Reconocer y aceptar que las interacciones dentro de la familia son recíprocas. La conducta de
los padres está muy influenciada por la conducta del niño y viceversa.
o Resulta poco productivo atribuir culpas.

También podría gustarte