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Hormonas del estrés

El estrés es un sentimiento de tensión física y emocional con el que convivimos a diario. Los
humanos tenemos emociones, pensamientos y conductas que determinan cómo somos y cómo
actuar en cada momento. Somos mente y cuerpo, por lo que tenemos la capacidad de razonar
y procesos fisiológicos determinados por factores como las hormonas, la cuáles tienen diversas
funciones que varían según las necesidades del organismo, en función del contexto a la que nos
enfrentemos.
Cuando vivimos situaciones estresantes o que nos hacen sentir nerviosos, una de las respuestas
naturales del organismo es la activación de las hormonas del estrés. Este tipo de hormonas
regulan nuestro organismo frente a eventos externos que suponen una amenaza para nuestro
bienestar. Concretamente, existen seis tipos del hormonas del estrés con diferentes
particularidades.

Cortisol
El cortisol es una hormona del estrés producida por las glándulas suprarrenales, las cuales son
las encargadas de mantener una conexión directa con la glucosa en sangre. Cuando nos
encontramos ante una situación que genera estrés, aumentan los niveles de azúcar en sangre,
lo que produce los siguientes efectos:

 Mayor contracción de los músculos del cuerpo.


 Irritabilidad.
 Cambios repentinos de humor.
 Malestar estomacal.

Adrenalina
La adrenalina es una de las hormonas del estrés y también es producida por las glándulas
suprarrenales. Cuando se elevan los niveles de adrenalina como consecuencia de vivir evento
estresante, el cuerpo produce una gran cantidad de lípidos en sangre. Esto provoca un
aumento de la frecuencia cardíaca y prepara y activa al cuerpo para defenderse de factores
externos dañinos.

Testosterona y estrógenos
La testosterona y los estrógenos, más conocidos como hormonas sexuales, están vinculadas al
desarrollo de la sexualidad, tanto masculina como femenina. Cuando un hombre o una mujer
atraviesa una situación de estrés, generalmente, descienden los niveles de testosterona y
estrógenos. En estas circunstancias, las consecuencias son las siguientes:

 Dificultades sexuales tales como impotencia o eyaculación precoz.


 Merma de deseo sexual.
 Insomnio.
 Fatiga.
 Variaciones del humor.

Glucagón
El glucagón es otra de las hormonas del estrés asociada a la metabolización de hidratos de
carbono, los cuales se encargan de producir la energía que utiliza el cuerpo en situaciones que
implican un desgaste físico. Frente a la aparición de eventos que suscitan una carga mayor de
estrés, el glucagón se desregula y libera grandes cantidades de hidratos de carbono. Como
consecuencia, esto puede producir un aumento de los niveles de azúcar en sangre si no se
procesa la situación estresante en un tiempo prudencial.

Prolactina
La prolactina es una hormona del estrés producida por la glándula pituitaria, situada en el
cerebro. Sin embargo, esta hormona está relacionada con los niveles de estrógenos de las
mujeres. Dicho de otro modo, el aumento en los niveles de prolactina puede dar como
resultado una inhibición de la liberación de hormonas femeninas.

Por dicho motivo, es frecuente que mujeres que hayan pasado por períodos estresantes
prolongados en el tiempo tengan dificultades sexuales como las siguientes:

 Falta de ovulación.
 Cambios en la menstruación.
 Falta de deseo sexual.

Progesterona
Finalmente, otra de las hormonas del estrés que afectan al organismo es la progesterona.
Tiene una relación directa con la testosterona y los estrógenos, dado que también pertenece
al grupo de hormonas sexuales. La progesterona está presente solo en mujeres, ya que se
encuentra en los ovarios.

Principalmente, la progesterona se encarga de regular los ciclos menstruales y, cuando una


mujer sufre mucho estrés, su producción decae considerablemente.

Las consecuencias más importantes de este descenso de progesterona son:


 Pérdida del deseo sexual.
 Fatiga.
 Dolores de cabeza persistentes.
 Cambios repentinos de humor.
 Aumento de peso.
Además, cabe resaltar que el estrés es un factor que debe abordarse desde varias aristas, dado
que puede tener implicancias muy variadas. Por dicho motivo, es recomendable acudir a
profesionales de la salud que evalúen las características de cada persona a fin de elaborar
tratamientos personalizados.

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