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DESIPRAMINA

Cuando atravesamos una situación difícil en la vida, una de las respuestas más comunes
suelen ser la angustia o la tristeza. Más allá de los pensamientos y las emociones que nos
invaden, lo cierto es que el cuerpo comienza a sentir el peso de la vida. A raíz de
circunstancias diversas, es posible que tengamos la sensación de que ya nada vale la pena y
le restemos importancia a los objetivos que en algún momentos nos habíamos planteado.
Frente a este panorama, existen diferentes soluciones que es posible abordar. Actualmente,
la medicina brinda la posibilidad de contar con medicamentos que producen efectos
beneficiosos para el cuerpo y la mente dado que ayudan a sobrellevar situaciones difíciles
de otra manera.
Una medicación adecuada puede posibilitarnos vivir con mayores intenciones de realizar
nuestros objetivos, así como también calmar dolores corporales que nos aquejan a diario.

Qué es la desipramina
La desipramina es un fármaco que se encuentra en el grupo de medicamentos
denominados antidepresivos tricíclicos, debido a las características de su composición. El
mismo se suministra de forma oral para su ingesta según la dosis recomendada para cada
grupo poblacional. Este nombre se debe a que la estructura química de los mismos está
formada por una cadena de tres anillos.

Para qué sirve la desipramina


Al hablar acerca de la desipramina, hay que tener en cuenta que tiene más de una utilidad,
pues se emplea para tratar distintas problemáticas según cada paciente. Por este motivo, a
continuación, veremos con detalle para qué sirve la desipramina:
 Trastornos depresivos: se ha demostrado que este fármaco realiza modificaciones en
ciertas áreas del cerebro responsables del procesamiento de la información que
recibimos del entorno. A causa de ello, reduce los síntomas presentes en los trastornos
depresivos.
 Dolores neuropáticos: la desipramina actúa en las zonas que han sido dañadas o
afectadas a causa de lesiones en el Sistema Nervioso Central asociados a los receptores
del dolor. Además, la incidencia de esta medicación produce mejorías en cuanto a este
tipo de afecciones.
 Trastorno de déficit de atención con hiperactividad: se ha comprobado que la
desipramina disminuye los síntomas que pueden manifestarse en niños y adolescentes
con dificultades atencionales que presentan momentos de inquietud corporal.

Dosis de desipramina recomendada


A pesar del hecho de que la dosis suministrada depende de las características particulares
de cada persona, lo cierto es que existen ciertos parámetros en cuanto al uso indicado de
este medicamento. En los siguientes puntos, indicaremos cuáles son las dosis de
desipramina sugeridas según la edad poblacional:
 Adultos: se sugiere una dosis de hasta 200 miligramos como máximo por día, repartida
en dos o tres ingestas orales de 25 o 50 miligramos.
 Pacientes geriátricos: la recomendación de la dosis es de 100 miligramos por día en
ingestas orales de 25 a 50 miligramos diarios.
 Adolescentes: la dosis indicada para este grupo es de 100 miligramos diarios en
comprimidos orales de 25 a 50 miligramos.
 Niños de hasta 12 años de edad: no existen parámetros en cuanto a la dosis
recomendada. En estos casos, se sugiere realizar una consulta con un profesional de la
salud.
A pesar de los datos recién mencionados, es importante que el empleo de este
medicamento sea supervisado por un profesional de la salud que evalúe las condiciones
clínicas de cada persona, dado que entran en juego factores tales como la edad, el sexo,
enfermedades preexistentes o antecedentes familiares, entre otros.

Efectos secundarios de la desipramina


Si bien la desipramina brinda resultados beneficiosos para las personas que requieren de su
uso, debe tenerse en cuenta que este fármaco puede producir efectos secundarios. La
importancia de conocer las adversidades que acarrea este medicamento es crucial, ya que
permite actuar a tiempo en caso de que sucedan.
 Mareos.
 Dolores de cabeza.
 Náuseas.
 Somnolencia.
 Dificultades para orinar.
 Debilidad.
 Cansancio.
 Sudoración excesiva.
 Estreñimiento.
 Aumento ó pérdida de peso corporal.
 Visión borrosa.
 Fiebre.
 Sarpullidos.
 Temblores.
 Dolor de garganta.
 Convulsiones.
 Latidos de corazón irregulares.
 Espasmos musculares.
 Dificultades para hablar.
 Falta de coordinación motora.
 Coloración amarillenta de la piel o los ojos.
 Sequedad bucal.
 Modificaciones en el apetito.

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