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Blanqueamiento anal y vaginal: una nueva moda en Estados Unidos

El blanqueamiento anal y vaginal, es un nuevo


tratamiento estético muy demandado en Estados Unidos y se está extendiendo rápidamente por
Europa.

Anteriormente lo solicitaban exclusivamente profesionales del sexo, pero actualmente estamos


viendo cada vez más personas que piden información sobre este tipo de tratamiento.

¿En qué consiste?

En blanquear la zona anal y vulvar para intentar alcanzar un color rosado, que recuerda más a los
genitales de la juventud.

¿Cuáles son las causas del oscurecimiento de la zona genital?

En general el color de los genitales es debido a tendencias raciales y es mucho más marcados en
personas de fototipos altos, sujetos de raza negra o mulatos.

Otros factores pueden influir en el oscurecimiento de la zona de forma menor

– irritaciones y traumatismos repetidos


– usar prendas ajustadas
– mantener una mala higiene (sobre todo por el hierro de la menstruación)
– predisposición genética
– cambios hormonales
– envejecimiento cutáneo
– embarazos
– exposición solar de los genitales
La zona de los labios mayores en general es la que se pigmenta de forma más marcada

¿Que tratamientos estéticos hay para blanquear la zona?

Existen distintas opciones terapéuticas:


Blanqueamiento con láser o IPL blanqueador, que resulta relativamente indoloro y blanquea la
zona en pocas sesiones.

Cremas de aplicación personal, que contienen substancias despigmentantes de la familia de la


hidroquinona o del ácido kójico.

Combinaciones de peelings, que suelen combinar ácido salicílico y ácido glicólico. El uso de
estos productos quema la capa superficial de la piel, que forma una costra y se cae al paso de los
días.

¿Se puede prevenir el oscurecimiento de la zona genital?

Se recomiendan las siguientes medidas para evitar el oscurecimiento de la zona genital:

– Evitar usar prendas ajustadas , ya que el roce estimula la hiperpigmentación.


– Usar tampones vaginales durante la menstruación, para que la zona no esté en contacto con la
sangre, puesto que puede empeorar el oscurecimiento.
– En caso de usar compresas durante la menstruación, limpiarse frecuentemente con toallitas
húmedas.
– En la mayor parte de los casos el oscurecimiento de la zona anal o genital es racial y depende
más de la predisposición individual de la persona que no a mala higiene o a malos hábitos de
vestir.

Complicaciones:
El utilizar láseres o cremas despigmentantes en la zona anal y genital en general no conlleva
complicaciones médicas.

Pero las heridas ocasionadas por una mala aplicación del tratamiento puede provocar un mayor
riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.

Si ya con la eliminación del vello genital los dermatólogos hemos podido observar un aumento
alarmante de las enfermedades de transmisión sexual (clique para leer el artículo completo),
con esta técnica donde no sólo se elimina el vello sino también parte de la piel, el riesgo
presumiblemente va a ser mucho mayor.

También pueden aparecer infecciones de la propia zona por el contacto de las heridas
provocadas por un tratamiento agresivo con los restos de las propias heces y orina.

También resulta habitual observar hiperpigmentaciones post inflamatorias. El propio


tratamiento blanqueador al ser un poco agresivo puede provocar que la inflamación que éste
provoca al cabo de un tiempo se convierta en una nueva hiperpigmentación. Esta situación es
parecida a la que a menudo se observa al tratar el Melasma (pigmentación de la cara en
mujeres por motivos hormonales) con láser. A menudo el melasma mejora con el láser pero
habitualmente vuelve a pigmentar.

Los láseres modernos eliminan de forma selectiva el pigmento sin casi dañar la piel

El consejo dermatológico es dejar las zonas intimas tranquilas y no utilizar sistemas agresivos de
blanqueamiento que no sólo no resultan muy eficaces sino que no son exentos de riesgo.

Si uno blanquea la zona es probable que tenga intención de poder mostrarla y es plausible que
ello comporte una aumento de su vida sexual. Esta de entrada podría ser una buena noticia pero
si el aumento de su actividad sexual va asociada a un aumento del número de parejas, el riesgo
de contraer enfermedades de transmisión sexual serà proporcional al número de compañeros
sexuales.

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