Está en la página 1de 3

JIMÉNEZ FERNÁNDEZ JUAN DIEGO

ESTADO, NACIÓN Y DEMOCRCACIA


COLONIZACIÓN EN ÁFRICA
La conquista de África ha sido analizada, juzgada desde la percepción
eurocentrista, sin embargo, la visión de los propios africanos es vital para
comprender el como y el por qué sucedió.

Los europeos no conquistaron ni se repartieron el continente negro en busca de


un beneficio meramente económico o por buscar y/o prevalecer el prestigio que
algunas potencias ya tenían como Reino Unido o para las nuevas y pujantes como
el Imperio Alemán. Existía de fondo una razón que era la de prevalecer la paz y
mantener un equilibrio de fuerzas entre los europeos; dividir África fue una
solución y también un objetivo que algunos persiguieron en su afán de convertirse
en una potencia.

A diferencia de las colonias en Asia o en América que ocurrieron siglos atrás, los
europeos ya no buscaban mantener un lazo o una colonia “formal” que implicaba
gastos, tiempo, guerra crear y sostener una figura jurídica.

Gracias a las actividades de los exploradores y misioneros europeos, en 1880,


Europa estaba mucho más informada sobre África y su contenido -su aspecto
físico, terreno, economía y otros recursos, la fuerza o debilidad de sus Estados y
sociedades-, que los africanos sobre Europa. Aprovecharon las misiones
religiosas que habían incursionado en el territorio y buscaron mantener relaciones
con los reinos existentes de tal manera que podían obtener los mismos beneficios
que si tuvieran una presencia formal en el territorio.

Adelantándose a el reparto del continente y las resoluciones de la conferencia de


Berlín, algunos Estados Europeos buscaron el reconocimiento de nuevos Estados
Africanos como el Estado libre del Congo, por mencionar alguno y en estos
Estados y/o reinos existentes se lograban concretar acuerdos y tratados entre
europeos y africanos para apoyarse, o establecer protectorados. Los tratados
entre propios europeos buscaban reconocer y respetar estos dominios siempre y
JIMÉNEZ FERNÁNDEZ JUAN DIEGO

cuando se les informara para mantener, definir y respetar los límites de cada
potencia.

Ante los ojos del derecho y la ley en Europa la fuerza siempre era predominante y
su uso era justificado para mantener el control de las zonas; no existía un marco
jurídico que definiera como celebrar los acuerdos, tratados y conferencias, por lo
que muchos de estos, celebrados entre europeos y africanos eran amorales,
ventajosos y atrevidos en beneficio del viejo continente.

También hubo ocasiones en las que los africanos sospecharon cuáles eran los
motivos de los europeos para querer firmar tratados y rehusaron entrar en ese tipo
de relación, pero fueron inducidos a ello por medio de presiones insoportables.
También hubo muchos casos en los que los africanos y los europeos no estaban
de acuerdo con la interpretación de los convenios realizados. En tales casos, en lo
que concierne a los gobernantes africanos, estos tratados políticos no implicaban

pérdida alguna de su soberanía. Forzados o no a firmar dichos tratados, los


gobernantes africanos tenían tendencia a considerar que se trataba de acuerdos
de cooperación que podrían resultar mutuamente ventajosos para las partes
implicadas.

La conquista europea fue de una manera indirecta aceptada y promovida por los
mismos africanos al buscar crear alianzas o sumirse a un yugo con tal de
mantenerse en el poder ante sus pueblos, además de la ignorancia y engaño del
que fueron víctimas.

No obstante, Europa comprendió que para mantener un dominio era necesario


mantener presencia en el territorio, lo que se conoce como una “ocupación real” y
es la guerra por los territorios que deja entre ver que Estados eran dignos de ser
una potencia y quienes sufrirían una ignominiosa derrota.

Las potencias europeas pudieron conquistar África de forma relativamente fácil


porque, prácticamente en todos los aspectos, los dados estaban fuertemente
cargados a su favor, debido a los cambios revolucionarios de la tecnología médica
JIMÉNEZ FERNÁNDEZ JUAN DIEGO

y en particular al descubrimiento del uso profiláctico de la quinina contra la


malaria, los europeos tenían mucho menos miedo de África que a mediados del
siglo XIX.

Dentro de los factores decisivos a la conquista de África se sitúan los económicos:


mientras Europa podía disponer de millones de libras para solventar una campaña
en ultramar, África no podía ni mantener una lucha prolongada; sociales: en la
propia África existían conflictos internos entre tribus, etnias, reinos y Estados lo
que para Europa facilitaba las cosas y Tecnológico: la revolución industrial con sus
avances aunado a al planificación y abrumadora superioridad logística y militar
Europea, ocupar un territorio, establecerse y crear mandos de control acortaba el
tiempo en meses y no en años.

Europa aprendió de su pasado y de las colonias existentes al otro lado del mundo
para buscar nuevas maneras de aprovechar nuevas colonias, aprovechar su gente
y mano de obra en lugar de motivar migraciones de sus ciudadanos a los nuevos
territorios. Y para los gobernantes africanos en el poder, era la oportunidad de
aprovecharse y sacar ventaja mutuamente. Claramente un desigual los beneficios
pero que aquellas conferencias y tratados celebrados en el ultimo cuarto del siglo
XIX tienen repercusiones hoy en día.

También podría gustarte