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Tema 5. El Imperialismo
Este término de imperialismo se acuñó sobre todo a partir de 1870 y alcanzó su pleno
desarrollo entre finales del s. XIX y principios del s. XX. Los imperios coloniales de
este momento eran más reducidos que los del s. XVII debido a la emancipación de
América. Si en 1800 Europa controlaba un tercio de la superficie del mundo, en 1868
controlaría dos tercios, y ya en el año 1914, Europa controlaba el 80% de la superficie.
- Modus operandi: los viejos imperios eran colonias de asentamientos, es decir, crearon
sociedades europeas allá donde llegaron, mientras que las nuevas colonias estaban
destinadas a la explotación.
- Velocidad: la ocupación del territorio en los viejos imperios fue muy lenta, duró tres
siglos, mientras que la colonización del siglo XIX se llevó a cabo rápidamente,
ocupándose las costas en muy poco tiempo.
- Contingentes: solo había cinco potencias coloniales importantes a inicios del siglo XIX
(España, Portugal, Inglaterra, Francia y Rusia), mientras que a la altura del año
1914 habría que añadir otras cinco potencias (Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y
Estados Unidos).
¿Por qué se da esta expansión y por qué hay tanto interés en esta zona? Antes de 1870 la
expansión colonial se había centrado en antiguas colonias como Canadá, África del
Sur, India o Australia. Desde esta fecha, la colonización va a desarrollarse en regiones
de Asia, África y el Pacífico, zonas prácticamente desconocidas para los europeos. Esto
se debía a la aparición de nuevos países potentes en la expansión colonial, como
Alemania o Bélgica. Además, los fines de la colonización habían cambiado y había una
especie de competición entre los Estados por tener colonias. El nuevo imperialismo
estaba asociado a inversiones a grandes escalas económicamente hablando, a un
recrudecimiento de las tensiones de países y al mismo tiempo, al desarrollo de una
carrera de armamentos.
Esto trajo varias consecuencias; países como Inglaterra, Francia y Rusia consiguieron
formar grandes imperios, mientras que otros países como Italia o Alemania se
conformaron con tierras de menos posibilidades. La zona de expansión alcanzó zonas
como China, Corea y las Islas del Pacífico, entre otras, y la presencia de estas
potencias en un mismo sitio dieron lugar a choques de intereses y rivalidades como las
que encontraremos entre Rusia e Inglaterra por India o Francia e Inglaterra por
Sudán.
- Ligada a la posesión de costa, este derecho se basó en la ocupación efectiva, había que
ocupar el territorio.
- Cuando una potencia penetrase por los valles fluviales tendría derecho también a la
cuenca del río.
REPARTO
Imperialismo en África
- Egipto: los problemas financieros desde la construcción del canal de Suez propiciaron
la intervención del Reino Unido a partir de 1882. La Convención de Constantinopla
de 1888 declaró el canal zona neutral bajo protección británica.
- Argelia: su toma radica en 1830, cuando Francia inició la conquista de sus costas,
aunque no fue ocupada plenamente hasta 1880. Argelia fue un punto de inflexión, ya
que fue una gran colonia de poblamiento dedicada a las tareas vinícolas.
En el caso británico, eran los únicos que generaban colonias de poblamiento. Su interés
era comercial y estratégico, razón por la que solían respetar las tradiciones y costumbres
del lugar dominado. Algunas de las compañías de comercio eran tales como La
Compañía Imperial Británica o la Compañía de Níger.
Desde un punto de vista estratégico, los británicos ansiaban conseguir y dominar el eje
El Cairo – El Cabo, que terminó haciéndose realidad a costa de las pretensiones
coloniales alemanas y portuguesas. Fruto de esta expansión en el sur se produjo el
choque con los bóers, que a pesar de contar con la ayuda alemana, terminaron cediendo
ante los ingleses, que tomaron el territorio.
En el caso francés, sus posesiones abarcaron la mayor parte del territorio de África
occidental. Su objetivo, que no lograrían, era tomar Sudán para conectar el
Mediterráneo con el Índico. Sin embargo, los intereses ingleses y franceses chocaban
con respecto a Sudán, que culminaron en 1898 con la Crisis de Fachoda.
Los franceses, con peor ejército que los ingleses, cedieron, y a través de la Entente
Cordiale (1904) reconocieron el dominio británico en Egipto y un condominio anglo-
egipcio sobre el Sudán, a cambio de actuar libremente en Marruecos. Esta última
también era codiciada por Alemania, por lo que la tensión volvió a hacerse patente.
Finalmente todo acabó solucionado en la Conferencia de Algeciras en abril de 1906,
que se saldó con un protectorado marroquí francés al sur y un protectorado marroquí
español al norte, dejando a Alemania sin ganancia territorial alguna.
En el caso de Portugal, una de las naciones europeas con más tradición en África, en
principio tenían solo la franja costera. No pudo aspirar a mucho más por su debilidad
respecto a otras potencias.
Imperialismo en Asia
Igual que en África, la expansión partió de una base costera y los intereses comerciales
proyectaron al interior. A partir de la década de los 80s se observaba un interés por
ocupar las zonas más ricas, lo que provocó graves tensiones en zonas como Persia y
Afganistán, donde chocarán rusos e ingleses, y el norte de China donde colisionarán
rusos y japoneses. Cabe mencionar la problemática que surgió entre Japón y Rusia por
Sajalí, Manchuria y Corea.
Los rusos se dividían, por un lado, hacia el este de Siberia y norte China, y por otro
lado, hacia Asia central por los mares Caspio y Arábigo.
La anexión de Siberia oriental fue un éxito gracias a las deportaciones, pero no ocurrió
lo mismo con el norte de China, donde los rusos fundaron Vladivostok, ocuparon
Sajalí y penetraron en el norte de Corea, chocando frontalmente con los japoneses.
En el caso del Asia central, la expansión de los rusos se vio motivada por la presión del
ejército y los intereses de los rusos colonos por avanzar hacia la estepa. Rusia avanzaría
sobre esos territorios, pero esto les creó discrepancias con los británicos, asentados en la
India. Por esa razón y a fin de evitar futuros conflictos, quedaron dos zonas
independientes, que serían Persia y Afganistán, dos estados fronterizos que actuaron
como estados colchón.
A mediados de siglo comenzarían las tensiones cuando los rusos acometieron la India,
que se sumó a la propia hostilidad de los birmanos hacia los británicos. Ante esto, los
británicos intervinieron por miedo a una alineación entre birmanos y otras potencias
extranjeras. Finalmente, los británicos se extenderían por la zona de Malasia y
Singapur, anexionándose progresivamente todos estos territorios.
En el caso holandés, estaban allí desde hacía siglos y van a extender su dominio por
toda Indonesia, con Jaba y Sumatra, la isla de Célebes y otros archipiélagos.
Imperialismo norteamericano
Su poderío se extendió también por Hawai, cuando el Senado de los Estados Unidos
autorizó a su armada a alquilar el Puerto de Pearl Harbor en enero de 1897. Su
expansión también llegó a Alaska, comparada a los rusos en 1887 por 7 millones de
dólares.
China
La Guerra del Opio, que aconteció entre 1839 y 1842, había demostrado que la
dinastía Qing (manchú para los extranjeros) no podía frenar el imperialismo europeo.
La derrota china en esta guerra llevó a China a la firma del desigual Tratado de
Nankín, por el cual Reino Unido se anexionaba Hong Kong y abría varios puertos al
exterior, al mercado internacional. Portugal siguió a los británicos, forzando términos
de intercambio desiguales a China y la ampliación de Macao, bajo dominio portugués
desde el s. XVI.
La claudicación ante Japón tras la I Guerra sino – japonesa en 1895 dejó en evidencia
el principio de la decadencia del gobierno manchú. Posteriormente otras potencias
actuarían del mismo modo que Gran Bretaña y Portugal y se repartirían china,
situando bases comerciales y las zonas de influencia. Fue el recelo y las pretensiones de
cada potencia lo que evitó la desmembración final de China.
Ante este malestar, Tseu-Hi prometió una constitución, pero su muerte truncó esta
reforma. Esto condujo paulatinamente a la Revolución Xinhai de 1911, que culminó
con la abdicación del último emperador de la dinastía Qing y el comienzo de la
República China en 1912, tras 2000 años de gobierno imperial.
Japón
Japón vivía aislado de todo el mundo. Estaba gobernada por un shogun, cuyo título
estaba vinculado desde 1600 a la familia de los Tokugawa. El país vivía en un sistema
feudal propio del medievo hasta mediados del s. XIX. La inmovilidad de la población
propiciaba la ausencia de cambios y reformas sociales.
Esto suponía una humillación para los japoneses, lo que provocó el aumento del
descontento contra los Tokugawa y en 1867 el shogunato es derrocado, restableciendo
la autoridad imperial, que recalaba en Mutsuito, que además del restablecimiento del
poder imperial, llevó a cabo una política de occidentalización respetando la tradición
nipona. En 1868, mientras se llevaba a cabo la Restauración Meiji, el shogun fue
definitivamente despojado de sus títulos y sometido a un arresto domiciliario.
Durante el gobierno de Mutsuito, que gobernó de manera absoluta hasta 1789, se puso
fin al modelo feudal. El proceso de occidentalización llevó a una revolución industrial y
a una reforma política de corte occidental que sacó al país del medievo. Alemania envió
especialistas para mejorar el ejército japonés, y Francia introdujeron la industria textil y
la siderurgia a gran escala. También se introdujo el ferrocarril.
Los estudiantes japoneses fueron enviados a las universidades occidentales con el fin de
mejorar el nivel educativo en Japón, lo que significaba un desarrollo en lo económico
por la especialización, pero respetando las tradiciones.
La ventaja que iba adquiriendo Japón provocó el temor de los rusos, quienes
consideraban que tanto Manchuria como el norte de China eran zonas de influencia
rusa. Esa oposición desencadenó un duro enfrentamiento entre rusos y japoneses, que se
agravó cuando los chinos entregaron Port Arthur a los rusos por la presión de los
últimos.
Japón buscó una alianza con Inglaterra por un hipotético caso de guerra, quienes ya
peleaban con los rusos en Afganistán. Finalmente los japoneses declaran la guerra a los
rusos en 1904. Destruyeron su flota y volvieron a tomar Port Arthur. Los japoneses
encadenaron una serie de victorias que forzaron a los rusos a pedir la paz. Ante esto,
Inglaterra, temedora de la fuerza de Japón, cambió de bando y apoyó a Rusia, por lo
que los frutos de la victoria japonesa no fueron tan espectaculares.
La isla de Sajalí, previamente tomada por los japoneses, tuvo que ser repartida entre
japoneses y rusos. El protectorado ruso sobre Corea fue reconocido, así como la
posición en Port Arthur y los derechos del ferrocarril en Manchuria. Lo único que
quedaba eran los restos del imperio español, que se los había llevado Estados Unidos.
Para los japoneses, la presencia en extremo oriente de las potencias occidentales era
algo así como un círculo de hierro que atenazaba el desarrollo de su país.