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Bloque 9: La Crisis del Sistema de la Restauración y la caída de la Monarquía

(1902-1931)

EL REINADO DE ALFONSO XIII (1902-1923).

Cuando Alfonso XIII juró la Constitución, España atravesaba un mal momento. La


pérdida de las colonias era vista como una señal de la decadencia de la nación.
Intelectuales y políticos impulsaron un movimiento reformista, era necesaria una
regeneración de España. No llegaron a hacerse cambios sustanciales que solucionasen
los problemas del régimen. Por eso la Restauración entró en una profunda crisis.
Entre los principales defensores de ese regeneracionismo estaban intelectuales como
Emilia Pardo Bazán, Clarín, Ortega y Gasset, Galdós, Unamuno, Baroja, Azorín… y
sobre todo Joaquín Costa. Jurista, historiador y economista. Primero intentó participar
en la vida política, pero ante el fracaso, trató el regeneracionismo como una cuestión
intelectual; son obras suyas. “Despensa y escuela” y “Oligarquía y caciquismo”, en ésta
critica la corrupción electoral, el caciquismo… como ya antes había hecho Valentín
Almirall
Los políticos también se impregnaron de este sentimiento de regeneracionismo. Sin
embargo, no resultó fácil llevar a cabo esta política. Por una parte, los opuestos al
sistema no apostaban por una regeneración, sino simplemente por un cambio de
régimen. Por otra parte, los miembros de los dos grandes partidos políticos, aunque
favorables a algunos cambios, no estaban dispuestos a una transformación radical del
régimen del cual formaban parte.
Silvela, el sucesor de Cánovas, que gobernó entre 1899 y 1901, impulsó ciertos cambios.
Durante su mandato se creo el Instituto de Reformas Sociales1.Sin embargo, serán otros
políticos quienes lleven a cabo más proyectos regeneracionistas. Fue difícil por la
complicada sucesión tanto de Cánovas como de Sagasta, muerto en 1903, pero al final
Maura por los conservadores y Canalejas por los liberales, intentarán difundir el
espíritu de la regeneración.
Maura estaba convencido de que había que llevar a cabo reformas. Señalaba que era
necesario “realizar una revolución desde arriba, para que no nos la hagan desde
abajo”. Aunque Maura accedió ya a una primera presidencia del gobierno en 1903, su
principal obra política la llevó a cabo entre los años 1907 y 1909, en el periodo que se
conoce como el gobierno largo de Maura. Enemigo del caciquismo y del fraude
electoral, su gobierno promovió una serie de acciones que pretendían transformar el
sistema político. Así intento llevar a cabo la “moralización” de las elecciones, uno de los
imperativos más claros del regeneracionismo político, ya que estas se hallaban
corrompidas por el caciquismo. Promulgó una ley electoral (1907) que tenía como
objetivo acabar con los pucherazos; resultó un completo fracaso. Tampoco consiguió
nada con su ley para tratar de dotar a los ayuntamientos y diputaciones de mayor
autonomía.
También promovió reformas sociales, como la creación del Instituto Nacional de
Previsión, que sería el primer organismo público español dedicado a la asistencia
sanitaria y a la seguridad social, ley del descanso dominical y la legalización del derecho
de huelga ley sobre condiciones trabajo de mujeres y niños
Sin embargo, no contaba ni con el apoyo de su partido ni con la confianza del rey.

1
Para realizar estudios sobre los problemas económicos y sociales, con el fin de mejorar las condiciones
de vida de la clase trabajadora.
1
Finalmente, la caída de Maura se precipitó tras la Semana Trágica2. En 1909 el
reclutamiento forzoso de tropas en Barcelona para luchar en África provocó una
insurrección social3 protagonizada por anarquistas, socialistas, republicanos y radicales.
Se inició en el puerto de Barcelona el día 18 de julio y se prolongó durante una semana
en Barcelona y en otras localidades catalanas, danto lugar a un movimiento de carácter
antimilitarista y de rechazo al poder de la Iglesia. El día 24 se constituyó un comité de
huelga que llamó a la huelga general para el día 26. La iniciativa popular desbordo a los
convocantes; barricadas, enfrentamientos con las fuerzas de orden público y explotó un
fuerte sentimiento anticlerical que desembocó en el ataque e incendio a más de 80
establecimientos religiosos. La represión del gobierno de Maura fue muy dura, se
declaró el estado de guerra, hubo heridos y muertos (100), el ejército puso fin a la
revuelta el dos de agosto. Centenares de personas fueron detenidas, se celebraron más de
200 consejos de guerra y se dictaron 17 condenas a muerte, entre ellas la de Antonio
Ferrer Guardia, pedagogo anarquista, que fue fusilado sin haber participado directamente
en los en los hechos, fue acusado de ser el inspirador ideológico. Este hecho levantó una
oleada de protestas y manifestaciones en España y en el extranjero, hasta que el Rey
cesó a Maura. La crisis de la Semana Trágica provocó disensiones en el partido
conservador.
Canalejas ocupó la presidencia del gobierno entre 1910 y 1912. Su política se centró en
impulsar la intervención del estado en asuntos de índole laboral y social. La
conflictividad social era cada vez mayor, igual que la oposición de socialistas,
anarquistas o nacionalistas. Así, Canalejas legisló limitando la duración de la jornada
laboral (9 horas en las minas), se prohibió el trabajo nocturno el de las mujeres, retiro
obrero, abolición definitiva del impuesto de consumos, servicio militar obligatorio,
mancomunidades… Otro aspecto importante de su política fue el de intentar una efectiva
separación entre Iglesia y Estado y la Ley del Candado, que impedía la fundación de
nuevas órdenes religiosas. Canalejas, como Maura, no contó con el apoyo de su partido
ni tampoco de republicanos y socialistas; sus proyectos se vieron truncados al ser
asesinado en 1912 por el anarquista Pardiñas en una librería en la puerta del Sol.
Paralizados, por razones diferentes, los proyectos regeneracionistas de Maura y
Canalejas, el régimen de la Restauración entró en crisis. Entre las causas estaban los
problemas internos de los dos grandes partidos, divididos e incapaces de elegir un líder.
Así, en el partido conservador Eduardo Dato ejerció con frecuencia la presidencia, pero
siempre con la oposición de Maura. Por su parte, en el partido liberal eran el conde de
Romanones y García Prieto los que se disputaban el liderazgo. Sin acuerdos internos,
las relaciones entre ambos partidos empeoraron rompiéndose el tradicional turnismo. El
rey con frecuencia intervenía más de lo deseable y el Ejército recuperó el protagonismo
político de épocas anteriores: Los militares atribuyeron la derrota en Cuba a la ineptitud
de los políticos no al Ejército, así el rey asumió personalmente la política militar a
margen de la acción del gobierno. Además, la guerra de Marruecos propició la existencia
de una casta militar, los africanistas, que protagonizaron muchas interferencias en la vida
política española.

2
Conflicto en Melilla: los obreros indígenas pedían mejores salarios, como no se los concedieron atacaron
a los obreros europeos, españoles y al ejército. Desastre del Barranco del Lobo Maura llama a filas a los
reservistas.
3
Los huelguistas protestaban porque tenían que incorporarse a filas, para cubrir las plazas de los jóvenes
que pagaban por eludir el servicio militar, reservistas, habitualmente gentes de origen humilde que ya
habían cumplido,
2
FUERZAS POLÍTICAS DE OPOSICIÓN AL SISTEMA: REPUBLICANOS Y
NACIONALISTAS

La principal oposición al régimen la conformaron los Republicanos y Socialistas.


Surgieron en esta época dos nuevos partidos republicanos:
Partido Republicano Radical, de centro derecha y liderado por Lerroux y partidario de la
insurrección para acabar con la Monarquía.
Partido Reformista, liderado por Melquiades Álvarez, contó con el apoyo de
intelectuales.
El PSOE, liderado por Pablo Iglesias, desde 1910 formalizó alianzas electorales con los
republicanos. Ese año su líder se convirtió en el primer diputado socialista del Congreso.
La primera década del siglo XX vieron como aumentaba de forma considerable la
afiliación de trabajadores a la UGT, que ampliaba su ámbito de actuación al campo.
Cuando en 1917 triunfa en Rusia la revolución, se va a producir una escisión en el
PSOE de seguidores fieles del modelo soviético, que llegan a fundar su propio partido en
1921, el Partido Comunista de España (PCE).
Los anarquistas, que no creían en los partidos políticos, fundaron en 1910 un
sindicato, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Intentaron por todos los
medios desestabilizar el Estado mediante atentados (Cánovas, Canalejas o Eduardo
Dato), revueltas y huelgas como las de 1917. El anarquismo tuvo sobre todo apoyos en
la Barcelona industrial y en el campo andaluz. Defendía la abstención en las elecciones,
lo que impedía la unidad de acción con otras organizaciones.
Socialistas y anarquistas mostraron especial atención a aspectos asistenciales y
educativos de la clase trabajadora. Las Casas del Pueblo, sedes de reunión y encuentro
de las sociedades obreras, acogieron mutualidades médicas y farmacéuticas, escuelas,
bibliotecas y cooperativas de consumo, que suministraban a sus asociados los productos
de primera necesidad a precios asequibles.
Otras entidades fueron los Ateneos libertarios y los periódicos: Tierra y Libertad
y el Socialista que contribuían a formar, informar y difundir sus ideas. Hay que destacar
como iniciativa pedagógica la Escuela Moderna de Barcelona. Iniciativa de Ferrer
Guardia que abogaba por una educación racionalista y laica. Fue clausurada tras la
Semana Trágica.
La Restauración también contó con la oposición de Nacionalistas y Regionalistas.
Cataluña: la crisis del 98 fue un duró golpe para la burguesía catalana, había perdido el
principal mercado a sus productos, así fue aumentado su apoyo a posturas más cercanas
al nacionalismo y al regeneracionismo.
En 1902 nació la Lliga Regionalista, partido político liderado por Prat de la Riba y
Cambó y que propugnaba la autonomía de Cataluña. Su éxito en las elecciones rompió
el equilibro de los dos partidos tradicionales. El catalanismo, pese a su moderación, no
era aceptado ni por el Gobiernos ni por el Ejército. En las elecciones municipales de
1905 ganó la Lliga, lo cual hizo que, en publicaciones, como la revista satírica Cu-Cut o
el periódico la Veu de Catalunya se hablara de secesión o se lanzaran ataques a la unidad
de España, al rey y al Ejército. La respuesta fue contundente se destrozaron los locales
de las dos publicaciones. Los nacionalistas de la Lliga y los Republicanos se agruparon
en Solidaritad catalana que se convirtió e la principal fuerza política de Cataluña.
La Ley de Mancomunidades, que permitía descentralización administrativa, posibilitó la
creación de la Mancomunidad de Cataluña. Presidida por Prat de la Riba, se centró sobre
todo en el desarrollo de infraestructuras y de una política cultural, nunca supuso una
autonomía política ya que no recibió competencias del Estado.

3
Los políticos catalanistas colaboraron con el Gobierno central, Fracesc Cambó llegó a
ser ministro
Nacionalismo Vasco: muy conservador, influyó menos que el catalán en la política
española. El PNV logró la alcaldía de Bilbao en 1907. Los planteamientos iniciales de
Sabino Arana se fueron moderando, del independentismo pasó a posturas autonomistas y
se fue acercando a la burguesía vasca. En 1911 el PNV fundó su propio sindicato
Solidaridad de Obreros Vascos, el actual ELA-STV. En 1017 y 1918 ganaron las
elecciones al Congreso en Vizcaya.

ESPAÑA Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

La Guerra empezó en julio de 1914, y a los dos días se publicó el Decreto de


Neutralidad y de no-intervención. El rey decidió que España tenía que estar apartada del
conflicto, había que paliar los horrores de la guerra y que el país saliera beneficiado de
esa condición de neutral. Gracias a su neutralidad se convirtió en suministradora de
productos. Esto genero un aumento de las exportaciones españolas lo que provocó
inflación e incluso escasez de algunos productos de primera necesidad.
Enseguida se produjo la reacción en contra de esa postura por parte del liberal
Romanones, que en un artículo periodístico propuso participar en alguno de los dos
bandos, ya que “vivir al margen será negativa para la política internacional de España”.
La guerra alteró ideológicamente al país: de forma genérica, las izquierdas
demócratas se manifestaron aliadófilas y las derechas germanófilas, si bien hay que tener
en cuenta que un amplio sector de la burguesía industrial catalana y vasca fueron
partidarias también del bando aliado, ya que tenían su negocio en la importación y
exportación a esos países. Los grupos republicanos y obreros, mostraron su apoyo a
Gran Bretaña y Francia ya que para ellos estos países representaban los ideales de la
democracia.
El bando germanófilo estaba compuesto por gran parte de los oficiales del ejército, del
alto clero, y de la gran burguesía agrícola y de los negocios.
Desde las clases medias se defendió en general la paz.
Lo que era evidente era que España no podía hacer frente a un conflicto entre los países
industriales, con tácticas y armamento moderno (submarinos, aviación, acorazados
ametralladora…), fuera del alcance del decimonónico ejercito español. Por eso la
neutralidad era “obligada y conveniente”.
En cualquier caso, la sociedad española entró en un estado de inquietud y de desorden
moral ante los negocios que influiría en la crisis de 1917. Los negocios derivados de la
neutralidad enriquecieron desmesuradamente a unos y hundieron en la miseria a la
mayoría. Frente a la euforia burguesa, continúo la carestía de la vida, que afectó de
forma especial a la clase obrera, durante la guerra aumentaron las diferencias entre
clases. Aumentaron los precios de los productos básicos. Una parte de la clase
trabajadora aceptó que hubiera un sindicalismo violento y otra parte comenzó a exigir
más participación en la vida social y política. Se produjo un aumento espectacular de la
afiliación obrera a los sindicatos. Cuando estalló la revolución rusa en 1917 fue recibida
con entusiasmo popular, y la consideró un mito.
La revolución rusa dejó notar su influencia en España:
“TRIENIO BOLCHEVIQUE” (1918-1920), fase de inestabilidad y conflictividad social
y crecimiento y fuerza del sindicalismo. La revolución rusa había creado muchas

4
expectativas en diferentes países. La CNT llegó a tener 700000 afiliados, y fueron
surgiendo nuevos líderes, como Salvador Seguí.
Los conflictos sociales fueron en aumento, tanto en el campo, especialmente en el
andaluz, donde se produjeron huelgas, ocupaciones de fincas, toma de Ayuntamientos,
quema de cosechas… como en la industria. Aquí destacó sobre todo la huelga en 1919
en la empresa eléctrica La Canadiense de Barcelona, duró 44 días, contó con un gran
apoyo popular y logró paralizar a la industria catalana.
La respuesta de la burguesía fue durísima, creando grupos armados (“sindicatos libres”),
contra los líderes sindicales y que llegaron a asesinar a algunos de los más influyentes.
UGT, aunque amplió su presencia en Andalucía no llegó a tener la extensión y la fuerza
del anarcosindicalismo.
Dentro del PSOE, el debate sobre la revolución rusa y la creación de la Internacional
Comunista, provocó la escisión de un grupo minoritario pero muy activo, que en 1921
creo el PCE.
Los acontecimientos derivados de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución rusa
polarizaron aún más las posiciones políticas y sociales en España. Mientras, el sistema
político de la Restauración era incapaz de resolver estos problemas. Únicamente con la
violencia y la represión logró imponerse en todos los casos.

PROTECTORADO EN MARRUECOS Y DESASTRE DE ANNUAL

Desde el siglo XV las ciudades de Ceuta y Melilla pertenecían a la corona española. Tras
el Desastre de 1898, España vio en Marruecos, en el Rif4 el lugar donde extender un
dominio que restableciera el orgullo nacional. Todo fue posible gracias a que Francia
estaba interesada por controlar esta zona. Gran Bretaña y Alemania temerosas de la
expansión francesa lograron que al menos el norte de Marruecos pasara a manos de
España.5 La resistencia de la población nativa fue mayor de la esperada y se iniciaron así
una serie de guerras. Esta cuestión dividía no sólo a la población española, sino también
al ejército entre africanistas y peninsulares.
La primera de esas guerras fue en 1909 cerca de Melilla, tras los ataques de grupos
armados rifeños entras las instalaciones del ferrocarril que empresas españolas
construían para la explotación de las minas. Se produjo el desastre del barranco del
lobo, con un elevado número de victimas que conmocionó a la población española
(Semana Trágica). La derrota evidenció la impopularidad, la crueldad y la dureza de una
guerra, en la que el ejército español no lograba dominar a los rifeños.
Hubo un período de calma a causa, sobre todo, de las diferencias entre los jefes de las
cabilas. En 1911 (las continuas intervenciones occidentales y los problemas internos
provocaron que el sultán no pudiera mantener el orden), las tropas francesas ocuparon
Fez y las españolas Arcila, Larache y Alcazaquivir. En 1912 se concretó la división de
Marrueco en los protectorados francés y español; de la zona española quedó excluido
Tánger, que permaneció bajo control internacional a pesar de las reivindicaciones
españolas.

4
Región montañosa del Norte de Marruecos rica en yacimientos de hierro. Sus habitantes,
mayoritariamente bereberes, eran llamados rifeños. Las cabilas eran las tribus rifeñas y sus territorios.
5
Conferencia de Algeciras de 1906: apertura al comercio internacional de 8 puertos marroquíes,
establecimiento de una política franco-española para asegurar el cumplimiento, derecho de España y
Francia a intervenir militarmente en Marruecos en caso de inestabilidad.
5
Tras unos años de enfrentamientos entre los rifeños y las tropas españolas se consiguió
pacificar parcialmente el territorio al atraer a algunos jefes locales. Sin embargo, en
1921 los españoles fueron completamente derrotados por los rifeños liderados por Abd-
el-Krim en lo que se conoció como el Desastre de Annual. La ya tradicional
impopularidad de las guerras marroquíes alcanzó su máximo grado,6 sobre todo cuando
comenzó a demostrarse que el Desastre era fruto de una serie de imprudencias de los
generales Silvestre y Paniagua. Murieron 14000 españoles y Abd el-Krim controló casi
todo el Rif y amenazó Melilla, que sería finalmente defendida por el general Dámaso
Berenguer.
En 1922 el gobierno envío a Marruecos al general Picasso para elaborar un expediente
con todo lo sucedido. Los partidos de izquierda creían que no sólo había
responsabilidades militares, también políticas que salpicaban al rey, amigo personal de
Silvestre (se hablada de mensajes de aliento del rey, incitándole a actuar). Tras la
“carnicería” se defendía el abandono de Marruecos. A Silvestre le mataron o se suicidó
en Annual.
En 1923, justo antes de que el Expediente Picasso, de 9000 folios se hiciera público, el
general Primo de Rivera dio un golpe de estado.

LA CRISIS DE 1917

En 1917 el sistema de la Restauración vivió uno de sus momentos más críticos. En


realidad, se produjeron tres revoluciones entre los meses de junio y agosto; aunque no
conectaron entre sí. Empezó con una revolución de los militares, siguió con otra de la
burguesía y acabó con la del proletariado. Confluyeron una serie de circunstancias:

6
Recuerda que las protestas contra los reclutamientos de soldados eran frecuentes. Así, por ejemplo, las de
la Semana Trágica en 1909.
6
- El final de la Gran Guerra agudizó las dificultades económicas, se produjo una grave
crisis de subsistencia que afectó sobre todo a las capas sociales más pobres. La agitación
social, apoyada por los sindicatos, se acrecentó.
- La protesta de un grupo de parlamentarios descontentos con la política del conservador
Eduardo Dato, que con continuas declaraciones de Estado de excepción7, mantenía
clausurado el Congreso.
- Problemas en el Ejército, surgidos por las desavenencias entre africanistas y
peninsulares. Mientras los primeros gozaban del favor real y conseguían ascenso
fácilmente, los segundos malvivían en los cuarteles, con pagas más bajas y sin
reconocimiento. Así, los peninsulares crearon las Juntas de Defensa: agrupaciones de
militares que pidieron mejores sueldos, ascensos por antigüedad y bajo su control. En
1917 se habían formado Juntas de oficiales de Infantería y Caballería en la mayor parte
de las guarniciones del país, enfrentándose al gobierno y a los políticos a los que
consideraban responsables de su situación. En 1918 se promulgó la Ley del Ejército, que
trajo la subida de sueldos y la regulación de los ascensos por una Junta de Clasificación.
Logrado el objetivo del Ejército, este volvió a sostener a la monarquía y fue pilar del
Gobierno a la hora de acabar con los problemas sociales.
El segundo acto de la crisis se inició cuando Cambó convocó en Barcelona una
Asamblea de Parlamentarios en julio de 1917, a la que acudieron 59 diputados y
senadores catalanes entre liberales, regionalistas, republicanos y socialistas; sólo faltaron
los Mauristas, aunque habían sido invitados, y los diputados conservadores que
apoyaban al gobierno de Dato. Las Cortes estaban cerradas, y la insurrección de las
Juntas de Defensa era los suficientemente importante como para abrirlas. Como no fue
así en la Asamblea se pidió la convocatoria de unas Cortes Constituyentes y mayor
autonomía para Cataluña. Las discrepancias entre los parlamentarios y la reacción del
gobierno acabaron con la Asamblea.
Tanto las Junta de Defensa como la Asamblea de Parlamentarios fueron bien aceptadas
por la opinión pública
En el mes de agosto, UGT y CNT convocaron la primera huelga general de la historia
de España. El comité de Huelga elaboró un manifiesto dirigido a los obreros y a la
opinión pública firmador por dirigentes de UGT y PSOE: Largo Caballero, Daniel
Anguiano, Julián Besteiro y Andrés Saborit. El temor de la que la protesta obrera
acabara en acciones revolucionarias hizo que la clase política abandonara sus propósitos
reformistas y que las Juntas de Defensa colaboraran de forma decisiva en la represión
del movimiento (100 muertos y miles de detenidos), los líderes obreros fueron
encarcelados y condenados a cadena perpetuos, así la huelga fracasó.
Dato dimitió en octubre y se formó un gobierno de concentración presidido por García
Prieto y en el que participó la Lliga de Cambó, se desactivó la Asamblea de
Parlamentarios.
El régimen de la Restauración se fue debilitando poco a poco: sucesión de gobiernos,
pistolerismo, conflictos sociales, dificultades económicas, consecuencias del desastre de
Annual y la revolución rusa… En 1923 se produce el golpe de Estado de Miguel Primo
de Rivera

7
Cualquier situación declarada por el Gobierno en la que se suspenden temporalmente las garantías
constitucionales debido a acontecimientos de especial gravedad
7
LA CRISIS DE LA MONARQUÍA DE ALFONSO XIII (1917-1923)

Malestar económico y social. Al acabar la Guerra en 1918 empeoró la situación


económica en España: disminución de las exportaciones, de la producción, desempleo,
descenso de los salarios…
Las protestas fueron masivas tanto en el campo como en la industria, sobre todo en
Barcelona. Eran convocadas por socialistas y anarquistas. Los gobiernos respondían con
represión y los anarquistas respondían con violencia. Un dato: sólo en 1921 en
Barcelona hubo 300 atentados y 100 muertos. Es lo que se conoció como Trienio
Revolucionario
Gobiernos de Concentración. Tras la crisis de 1917 los gobiernos de concentración se
sucedieron en el poder, pero no fueron capaces de transformar el sistema. De marzo a
noviembre de 1918, Maura retomó, con Cambó de ministro, las políticas
regeneracionistas anteriores (1907- 1909), pero no consiguió el apoyo de la clase
política. Abandonó el cargo diciendo: “A ver quién es el guapo que se hace ahora con el
poder”
En total entre 1917 y 1923 hubo trece gobiernos, las elecciones generaban cada vez
mayor desinterés de la población (retraimiento), pero en las de mayo de 1919 hubo una
novedad importante, por primera vez no las ganó el partido que las convocaba. Fueron
convocadas por Maura y ganaron los liberales y obtuvieron importantes resultados otros
partidos, en total 68 escaños (6 el Partido Reformista, 6 el PSOE, 18 los Republicanos,
15 la Lliga catalana, 5 los nacionalistas vascos, 3 otros nacionalistas y 15 la derecha no
dinástica y los independientes).
El 8 de marzo de 1921 fue asesinado el presidente Dato (cuando iba en su coche por la
plaza mayor de Madrid le dispararon 3 miembros de la CNT). En este ambiente se
sucedían gobiernos frágiles incapaces de solucionar los problemas. De todas formas, en
1922 se produjo un nuevo intento de regeneración de la mano de García Prieto, que
contó con la colaboración de los reformistas de Melquíades Álvarez, entre los que había
antiguos republicanos.
Este gobierno se propuso grandes objetivos políticos: control de ejército, situándolo bajo
el mando del poder civil, reformar el Senado y los métodos electorales, emprender una
política de obras publicas y unas cuantas reformas laborales sobre accidentes de trabajo,
maternidad, retiro… y se propuso una moderada reforma agraria e incluso una reforma
constitucional
Este último intento contó con la oposición de las clases dirigentes y de los industriales,
tampoco contó con el apoyo de los partidos de la oposición ni de los sindicatos, ni con el
de la Iglesia que no aceptaba la modificación de la Constitución para promulgar la
libertad de cultos.
Repercusiones del Desastre de Annual. La derrota de Annual conmocionó al país,
provocó división en el ejército y debates sobre la responsabilidad de lo ocurrido en el
Congreso. En 1922 el gobierno envío a Marruecos al general Picasso para elaborar un
expediente con todo lo sucedido. Los partidos de izquierda creían que no sólo había
responsabilidades militares, también políticas que salpicaban al rey, amigo personal de
Silvestre. La crisis aumentó las tensiones entre civiles y militares con conatos de
insubordinación en el ejército.




8
Texto:

A LOS OBREROS Y A LA OPINIÓN PÚBLICA (Largo Caballero, Daniel Anguiano,


Julián Bestéiro y Andrés Saborit. Madrid, 12 de agosto de 1917)

(...) la afirmación hecha por el proletariado al demandar como remedio a los males que
padece España un cambio fundamental de régimen político, ha sido corroborada por la
actitud que sucesivamente han ido adoptando importantes organismos nacionales,
desde la enérgica afirmación de la existencia de las Juntas de Defensa del Arma de
Infantería, (...), hasta la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona el día 19
de julio, y la adhesión a las conclusiones de esa Asamblea de numerosos
ayuntamientos, que dan público testimonio de las ansias de renovación que existen en
todo el país. (...) El proletariado español se halla decidido a no asistir ni un momento
más pasivamente a este intolerable estado de cosas.

(...) Los ferroviarios españoles no están solos en la lucha. Los acompaña todo el
proletariado, organizado en huelga desde el día 13. Y esta magna movilización del
proletariado no cesará hasta no haber obtenido las garantías suficientes de iniciación
del cambio del Régimen, necesario para la salvación de la dignidad y del decoro
nacionales. Pedimos la constitución de un gobierno provisional que asuma los poderes
ejecutivos y moderador y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en una
legislación viciada, la celebración de elecciones sinceras de unas Cortes constituyentes
que aborden, en plena libertad, los problemas fundamentales de la constitución del
país. Mientras no se haya conseguido este objetivo, la organización obrera española se
halla absolutamente decidida a mantenerse en su actitud de huelga.

Ciudadanos, no somos instrumentos de desorden, como en su impudicia nos llaman


con frecuencia los gobernantes que padecemos. Aceptamos una misión de sacrificio
por el bien de todos, por la salvación del pueblo español, y solicitamos vuestro
concurso. ¡Viva España!

Señala y contextualiza las ideas fundamentales del texto, y reflexiona sobre ese
período crítico de la Monarquía de Alfonso XIII, entre 1917 y 1923, donde
confluyeron al principio la huelga general, la Asamblea de Parlamentarios y el
Movimiento de las Juntas de Defensa.

LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA: 1923-1930

EL PRONUNCIAMIENTO.
El 13 de septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera,
dio un golpe de Estado: en un pintoresco mensaje dirigido al país y al ejército hablaba de
soluciones a los problemas de España, señalando que “este movimiento es de hombres:
el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en su rincón
sin perturbar…”.

«españoles: ha llegado para nosotros el momento, más temido que esperado, (...) de recoger
las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos, amando a la patria, no ven para
ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los que, por una u otra
razón, nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y
amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de
concupiscencia ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia
parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen que no dejan gobernar, aludiendo a los que

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han sido su único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres, la poca ética sana,
el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y
contentos al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión. Pues bien, ahora
vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que
representen nuestra moral y doctrina (...) Este movimiento es de hombres: el que no sienta la
masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días
buenos que para la patria esperamos. ¡españoles! ¡Viva España y viva el Rey!” 1923

El gobierno dimitió y Alfonso XIII, legitimó el pronunciamiento nombrando a


Primo de Rivera presidente del gobierno accediendo a disolver las cortes, suspender la
Constitución de 1976, se declaró el Estado de Guerra y todos los gobernadores civiles
fueron sustituidos por gobernadores militares. Conociera o no de antemano los planes
del militar, Alfonso XIII los compartía y asumía.
El golpe de Estado llegaba en un momento en que la crisis del sistema de la
Restauración parecía llegar a su punto más alto. Los tradicionales problemas se habían
agravado. Primo de Rivera prometía un “paréntesis” de unos tres meses para limpiar a
España de los males causados por los “profesionales de la política” Sin embargo, hay
que reconocer que el golpe de Estado se dio justo cuando iba a hacerse público el
Expediente Picasso (Las Cortes debían analizar los resultados del informe, pero no
llegaron a reunirse). También hay que tener en cuenta que en esos momentos acababa de
llegar a la presidencia del gobierno el liberal García Prieto con toda una serie de
medidas democráticas, regeneracionistas, que no gustaban a las clases conservadoras.
No hubo oposición a la Dictadura por parte de los partidos turnistas, tampoco de la
burguesía catalana, parece que previamente Primo de Rivera había prometido autonomía
y protección arancelaria, republicanos, socialistas y sindicatos respondieron con huelgas
y manifestaciones, pero la censura de prensa y la persecución militar ahogaron sus voces
y optaron por un repliegue táctico, que, entre otras cosas, provocó división el seno del
PSOE. El pueblo en general se mantuvo pasivo y expectante, aceptando el fin de un
parlamentarismo estéril.
La Dictadura pasó por dos fases: El Directorio Militar y el Directorio Civil

1) EL DIRECTORIO MILITAR (1923-1925)


Muy pronto se organizó el poder: Primo de Rivera fue “ministro único”, presidente del
Directorio, compuesto de militares que le asesoraban y controlaban la administración.
Primo de Rivera gobernaba por decreto, la Constitución estaba suspendida, la figura del
rey se mantuvo sin funciones, se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos
Los primeros objetivos del dictador fueron solucionar el problema marroquí, mantener el
orden público y una reforma político-administrativa.
- Aunque el expediente Picasso no fue analizado en las Cortes, si lo fue por un consejo
Supremo militar que decidió entre otras cosas, retirar del protectorado al general
Berenguer. Sin embargo, esta cuestión seguía dividiendo al ejército; había partidarios de
una gran ofensiva contra los rebeldes rifeños y partidarios de la pacificación del
territorio. En este contexto, cuando Abd el–Krim penetró en territorio francés, el
gobierno galo pidió la colaboración española y ambos países organizaron una operación
militar, el desembarco conjunto de tropas en Alhucemas el 8 de septiembre de 1925,
que puso fin de forma definitiva a las guerras marroquíes.
- En cuanto a las medidas sociales: Primo de Rivera tenía que justificarse ante la
sociedad por la paz social o laboral, suprimiendo la “lucha de clases”. Reprimió el
sindicalismo revolucionario de la CNT, y la violencia de las huelgas, pero tenía que
conseguir apoyo de una parte de la clase obrera, y para ello toleró a la UGT.

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Por otra parte, la legislación social fue bastante amplia: prohibición del trabajo nocturno
de la mujer, medidas asistenciales, mejora de las condiciones laborales, fomento de la
construcción de viviendo obreras, ampliación del retiro obrero, construcción de escuelas,
desarrollo de la formación profesional… Todo esto en el contexto de una buena
coyuntura económica: los felices años veinte.
-La política económica de Primo de Rivera estuvo marcada por una fuerte intervención
para asegurar el desarrollo económico del país. Para el dictador sólo la decisiva
intervención del estado podía sacar a España de su atraso económico. En agricultura se
proyectó a cabo un ambicioso plan para ampliar la superficie de regadíos construyendo
presas y canales, aunque al final las actuaciones se limitaron únicamente al valle del
Ebro. La industria se vio potenciada en este periodo. Incluso se intentó descentralizarla,
lo cual no se logró (siguieron siendo Cataluña y el País Vasco los focos industriales). En
este sentido hay que destacar la creación de empresas estatales que funcionaban como
monopolios, una auténtica novedad. Así, es en esta época cuando se fundan monopolios
como CAMPSA8 o Tabacalera.
Pero sin duda, el principal eje de la política de Primo de Rivera fue la creación de
infraestructuras. Así, se construyeron muchos kilómetros de carreteras, se completó la
red ferroviaria, se construyeron presas hidroeléctricas, etc.
- Las Reformas administrativas se plasmaron en el Estatuto Municipal de 1924:
concedía cierta autonomía a los Ayuntamientos, donde se combinaba el sufragio
universal con la participación corporativa, y en el Estatuto Provincial de 1925, que
pronto quedó suspendido. La edad de votación bajo de 25 a 23 años y se concedió
derecho a voto a la mujer. Nunca votaron, la Dictadura no convocó elecciones
Ese tipo de medidas hicieron que la Dictadura fuera considerada inicialmente con cierta
benevolencia.

2) EL DIRECTORIO CIVIL (1925-1930)


Tras la popularidad alcanzada con la victoria en Marruecos, Primo de Rivera decidió no
abandonar el poder, instalarse de forma definitiva. Del Directorio Militar se pasó ahora a
un Directorio Civil formado por cuatro militares y siete civiles. Todos sus miembros
pertenecían a un partido único creado por el dictador, la Unión Patriótica, en el que
aparecían algunos postulados fascistas. Se creó también una Asamblea Nacional (1927),
que pretendía ser un sustituto de las Cortes. Sus miembros eran en realidad elegidos por
el dictador (había representante por derecho propio, de los municipios de la Unión
Patriótica). Además, esa Asamblea no poseía ningún poder legislativo, sino que era
simplemente un órgano consultivo, que en 1929 empezó a estudiar un anteproyecto de
Constitución. Todo este modelo de partido único y cámara corporativa estaba inspirado
directamente en el fascismo italiano. Sin embargo, en España se intentaba hacer al
contrario que en Italia, es decir, en lugar de un partido que con una ideología llega al
poder, se planteó que desde el poder se creara una ideología política y un partido. El
proyecto fue inviable.
Las fuerzas políticas reaccionaron ante las aspiraciones del dictador. Habían aceptado la
supresión de las Cortes y de las libertades como medida circunstancial, pero ahora Primo
quería que fuera definitivo. Los nacionalistas catalanes se manifestaron en contra del
dictador, (suprimió la mancomunidad), al igual que lo hicieron el PSOE y la UGT. Los
estudiantes también se opusieron y las revueltas en las universidades eran frecuentes.
Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca y Blasco Ibáñez acabaron en el exilio.

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La Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos Sociedad Anónima abarcaba el suministro,
transporte, refino de crudos y la distribución de los carburantes.
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También los miembros de los antiguos partidos del turnismo se mostraban contrarios a la
dictadura. Incluso algunos militares se opusieron a Primo de Rivera.
En 1929 se inició una gran crisis económica mundial que también afectó a España. El
desarrollo económico, uno de los orgullos del régimen, se paralizó depreciándose la
peseta. Primo de Rivera se encontraba prácticamente solo, el partido por él creado había
sido un fracaso y la oposición aumentaba cada vez más. El propio rey viendo el fracaso
del sistema comenzó a dejar de confiar en el dictador. En enero de 1930, Primo de
Rivera presentó su dimisión al Rey y se exilió en París, ciudad en la que murió mes y
medio más tarde.

LOS ÚLTIMOS GOBIERNOS DE LA MONARQUÍA DE ALFONSO XIII

Tras la caída de Primo de Rivera, el rey intentó retornar al sistema de la Restauración.


Para ello nombró presidente del gobierno al general Berenguer. Entre las medidas
tomadas por éste, destaca la libertad de expresión y de organización de partidos
políticos. Por esta razón, en la época se llamó a este periodo la “dictablanda”. Sin
embargo, la vuelta al sistema de la Restauración como si nada hubiera pasado era
imposible. Así lo señalaba Ortega y Gasset en un artículo titulado “El error Berenguer”,
y que terminaba con la definitiva frase:” Delenda est Monarchia” o sea, “la Monarquía
debe ser destruida”. Para empezar, los partidos del turnismo se encontraban
prácticamente disueltos. Además, nadie quería volver a un sistema suprimido por
ineficaz. En cuanto a la figura del monarca, a nadie se le escapaba su responsabilidad.
De este modo, la población entendió que la única salida justa era una república.
Los políticos republicanos, socialistas y catalanistas de izquierda firman el Pacto de San
Sebastián donde acuerdan una insurrección definitiva para poner fin a la monarquía.
Allí concurrieron personas tan dispares como el católico conservador Niceto Alcalá
Zamora, el republicano Manuel Azaña, el radical Lerroux, el catalanista d´OIwer y, en
calidad de observadores los socialistas Prieto y Fernando de los Ríos y Victoria Kent,
que formaron un Comité Revolucionario que se propuso asumir el poder en cuanto
cayera el monarca; en él participaban catalanista, republicanos y socialistas; la CNT
también se adhirió
Casi al mismo tiempo se organizaba la Asociación Republicana Militar y los
intelectuales se unían en una agrupación “Al servicio de la república”, que integraba a
personas tan prestigiosas como Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y Marañón.
Finalmente, la caída de la monarquía se produjo tras la celebración de unas elecciones
municipales…

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