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EL ALTO – LA PAZ
EL ALTO_ LA PAZ
INDICE
1. Introducción
2. Marco teórico
2.1. Definición
2.2. Mecanismo de operación
2.3. Factores que afectan la operación
2.4. Accesorios de los evaporadores
2.5. Capacidad de evaporación
2.6. Funcionamiento de los evaporadores
2.7. Tipos de evaporadores
3. Bibliografía
1. INTRODUCCION
Puesto que la evaporación implica una ebullición, la subcapa gaseosa en contacto con la fase
líquida en la interface líquido-vapor, estará constituida por vapor generado y por consiguiente
no habrá resistencia a la transferencia de materia en la fase gaseosa, de ahí que esta
operación esté controlada por la velocidad de transferencia de calor y no por la correspondiente
de transferencia de materia.
Si conectamos con la cámara de evaporación una trompa de agua, ésta actuará al mismo
tiempo como condensador directo y como bomba de vacío. El dispositivo, aunque más sencillo,
t iené el inconveniente de que su consumo de agua es muy grande.
En la figura 3 se representa un condensador en contra corriente, con salidas separadas del
agua y de los gases incondensables.
Figura 3. Condensador en contracorriente (cascada)
El agua cae en dos cascadas, poniéndose en contacto con la mezcla gaseosa procedente del
evaporador. Este condensador requiere una bomba de vacío para extraer el aire, conectada a
la salida superior, y otra para el arrastre del agua, conectada al extremo inferior. Esta última
puede sustituirse por el dispositivo llamado de columna barométrica: si al extremo inferior del
condensador conectamos un tubo vertical descendente, de 10 m de altura, sumergido por el
extremo opuesto en un pequeño depósito con rebosadero, que actúa de cierre de agua, el
agua puede descargar a la atmósfera a través de este tubo, aunque la presión en el
condensador sea muy reducida.
Salida del condensado. El sistema más elemental para la extracción del condensado consiste
en un grifo regulable que se gradúa de modo que el caudal de salida sea igual a la cantidad de
agua formada por condensación pero este sistema requiere la atención continua de un
operario, y, a pesar de ello, es fácil que se produzcan pérdidas de vapor o anegamientos de la
cámara de calefacción.
Los aparatos automáticos empleados reciben el nombre de purgadores. Su misión es permitir
la descarga del condensado sin dejar salir el vapor. Hay dos tipos principales de purgadores:
En muchos casos puede acoplarse un dispositivo de relé, con un purgador pequeño dispuesto
en derivación' con la corriente principal del condensado, que actúa sobre la válvula de salida.
Los purgadores descritos descargan el condensado a una presión siempre inferior a la
existente en la cámara de condensación. Otros diseños mecánicos más complicados pueden
efectuar la descarga contra un espacio que se encuentre a presión superior a la del vapor
condensante.
Purga de aire y de los gases condensables. El vapor de agua siempre arrastra aire y otros
gases no condensables, en mayor o menor proporción. Estos gases se acumularán en la
cámara de calefacción, haciendo disminuir progresivamente la temperatura de condensación y
el coeficiente de transmisión. Por esto, ha de proveerse un medio para la evacuación del aire.
Cuando la cantidad es pequeña, basta con un pequeño grifo de purga, que se maneja a mano;
pero, en instalaciones grandes, es conveniente el empleo de dispositivos de separación
automática del aire sin que arrastre vapor, que, en líneas generales, están basados en los
mismos principios que el purgador del condensado.
Elevación del punto de ebullición.-El aumento del punto de ebullición, aunque dado por las
leyes de la quimicofísica, se determina ordinariamente mediante la regla de Dühring: la
temperatura de ebullición de una disolución acuosa a distintas presiones es función lineal de la
temperatura de ebullición del agua a la misma presión. Basándonos en esta regla, si
conocemos la temperatura de ebullición a dos presiones diferentes, podemos construir un
diagrama (como el de la figura 6, para las disoluciones de hidróxido sódico) que nos permite
obtener el punto de ebullición a cualquier presión. La elevación del punto de ebullición varía
poco con la presión, y es prácticamente constante dentro del intervalo que puede interesarnos.
Una vez conocido el valor de la elevación podemos sumarlo a la temperatura deducida de las
indicaciones del manómetro y de las tablas del vapor, y así hallar la verdadera temperatura de
ebullición. Para las disoluciones concentradas, este término de corrección puede ser del mismo
orden de magnitud que la diferencia real de temperaturas.
La temperatura así determinada corresponde a la ebullición en la superficie libre del líquido en
el evaporador. Por debajo de este nivel, la temperatura será superior, como corresponde al
aumento de la presión total con la carga hidrostática del líquido. Aunque la elevación por este
concepto es corrientemente de poca importancia, representa un factor digno de ser tenido en
cuenta en un evaporador que opere con diferencias de temperatura del orden de 10° C. Por
otra parte, al estudiar la transmisión del calor ya vimos cómo la existencia de la carga
hidrostática altera el esquema ideal supuesto para la evaporación, de modo que en una parte
muy considerable de la superficie de calefacción el proceso real puede ser el calentamiento del
líquido y no la evaporación. Esto explica que el coeficiente de transmisión aparente varíe con el
nivel del líquido en el evaporador, presentando, a veces, un máximo muy marcado para una
altura óptima.
Figura 6. Diagrama de Dühring para la disolución de NaOH
Coeficiente de transmisión del calor. En el coeficiente integral de transmisión se han
combinado los coeficientes superficiales del vapor condensante y del líquido hirviente con las
resistencias de conducción de la pared de separación y los depósitos sólidos que pueden
formarse en ambas caras. A excepción de la resistencia de la pared, y quizá también del
coeficiente superficial de condensación, todos los factores que determinan el coeficiente
integral son variables. Aunque supongamos que las superficies del evaporador se mantienen
perfectamente limpias, queda como variable el coeficiente superficial de evaporación. Su
dependencia de la viscosidad y de las condiciones de movimiento del líquido ya se estudió
anteriormente.
De todos modos, y esto es lo que hemos de acentuar, el coeficiente de transmisión varía de
unos puntos a otros de la superficie, y el que se emplea en los cálculos es un valor medio
determinado experimentalmente para la evaporación del líquido dado. Como este coeficiente
se ha despejado de la igualdad q = UΔt, su valor depende del incremento de temperatura
considerado. Normalmente hemos de tomar como tal la diferencia entre la temperatura de
condensación, deducida de la presión, y la temperatura real de ebullición en la superficie del
líquido. No es aconsejable el empleo del coeficiente aparente, en cuya deducción se hace caso
omiso de la elevación del punto de ebullición, porque podría llevar a resultados totalmente
falsos.
Evaporación en vacío. Aunque ello supone una complicación en los aparatos empleados, en
muchas ocasiones se recurre a la evaporación a presión inferior a la atmosférica, que es
conocida con el nombre de evaporación en vacío. El fin buscado, que es la disminución de la
temperatura de ebullición, se justifica por uno de estos tres motivos:
1° Aprovechamiento de vapor de baja presión para la calefacción.
2° Aumento de la capacidad de evaporación.
3° Evaporación de mezclas o disoluciones que pueden alterarse a temperaturas más
elevadas.
Si en una fábrica se dispone de vapor a presión atmosférica, inferior a ella o algo superior,
como puede ser el vapor de escape de una turbina, podemos emplear este vapor como medio
de calefacción en un evaporador. Si el vapor condensa a 1000 C, la ebullición de la disolución
acuosa ha de producirse a una temperatura inferior a aquélla, y, para ello, la presión sobre el
espacio de evaporación ha de ser inferior a la atmosférica.
La capacidad de evaporación de un evaporador dado puede aumentarse sin más, reduciendo
la presión en el espacio de evaporación. De este modo disminuye la temperatura de ebullición,
aumentando en la misma medida la diferencia de temperaturas entre las dos cámaras. El calor
transmitido no aumenta proporcionalmente, pues, al hacerse más viscosa la disolución,
disminuirá el coeficiente de transmisión. Al bajar de una temperatura determinada se invierte el
efecto buscado, pues el aumento de Δt es menor que la disminución consiguiente del
coeficiente de transmisión.
2.7. TIPOS DE EVAPORADORES
Evaporadores de placas. Tal como su nombre indica constan de un conjunto de placas, que
se distribuyen en unidades, en las que el vapor condensa en los canales formados entre
placas, y el líquido calentado hierve sobre las superficies de las placas, ascendiendo y
descendiendo en forma de película sobre las mismas. La mezcla de líquido y vapor que se
forma pasa a un evaporador centrífugo. Estos evaporadores son útiles para concentrar
productos sensibles al calor, pues se consiguen altas velocidades de tratamiento, lo que
permite una buena transmisión de calor y cortos tiempos de residencia del producto en el
evaporador. Además, ocupan poca superficie en el suelo, y son de fácil manejo en la operación
de limpieza, ya que su desmontaje y montaje es fácil y rápido.
Evaporador de tubos horizontales con circulación natural. El banco horizontal de tubos de
calentamiento es similar al banco de tubos de un intercambiador de calor. El vapor de agua
entra a los tubos y se condensa; el condensado sale por el otro extremo de los tubos. La
solución a ebullición está por fuera de ellos. El vapor se desprende de la superficie líquida;
después, casi siempre se hace pasar por dispositivos de tipo deflector para impedir el arrastre
de gotas de líquido y sale por la parte superior. Este equipo, relativamente económico, puede
utilizarse para líquidos no viscosos con altos coeficientes de transferencia de calor y para
líquidos que no formen incrustaciones. Puesto que la circulación del líquido no es muy buena,
son poco adecuados para materiales viscosos. En casi todos los casos, tanto este evaporador
como los que se estudian después operan con régimen continuo, con alimentación a velocidad
constante y salida de concentrado a velocidad constante.
Evaporador vertical con circulación natural. En este tipo de evaporador se usan tubos
verticales en lugar de horizontales y el líquido está dentro de los tubos, por lo que el vapor se
condensa en el exterior. Debido a la ebullición y a la disminución de densidad, el líquido se
eleva en los tubos por circulación natural y fluye hacia abajo a través de un espacio central
abierto grande, o bajada. Esta circulación natural incrementa el coeficiente de transferencia de
calor. No es útil con líquidos viscosos. Este equipo se llama con frecuencia evaporador de
tubos cortos. Una variación de este modelo es el evaporador de canasta, que usa tubos
verticales, pero el elemento de calentamiento se cuelga en el cuerpo, de tal manera que haya
un espacio anular que sirva de bajada. El modelo de canasta difiere del evaporador vertical de
circulación natural, pues éste tiene un espacio central en vez del anular como bajada. Este tipo
se usa con frecuencia en las industrias del azúcar, la sal y la sosa cáustica.
Evaporado de tipo cesta. Este tipo de evaporador de tubos verticales, en el cual la coraza
tiene forma de canica. Este tipo de evaporador se utiliza cuando lo que se pretende es llevar la
evaporacion al extremo, es decir, evaporar todos los disolventes de la disolución diluida para
obtener cristales. Los cristales formados se recogen por la parte inferior. El elemento calefactor
se trata de un cuerpo compacto que se puede extraer para su limpieza
Evaporador vertical de tubos largos. Puesto que el coeficiente de transferencia de calor del
lado del vapor es muy alto en comparación con el del lado del líquido que se evapora, es
conveniente contar con velocidades altas para el líquido. En un evaporador de tipo vertical con
tubos largos el líquido está en el interior de los tubos. Estos miden de 3 a 10 m de alto, lo que
ayuda a obtener velocidades de líquido muy altas. Por lo general, el líquido pasa por los tubos
una sola vez y no se recircula. Los tiempos de contacto suelen ser bastante breves en este
modelo. En algunos casos, como cuando la relación entre la velocidad de alimentación y la
velocidad de evaporación es baja, puede emplearse recirculación natural del producto a través
del evaporador, añadiendo una conexión de tubería entre la salida del concentrado y la línea de
alimentación. Éste es un método muy común en la producción de leche condensada.
Evaporador de caída de película. Una variación del modelo de tubos largos es el evaporador
de caída de película, en el cual el líquido se alimenta por la parte superior de los tubos y fluye
por sus paredes en forma de película delgada. Por lo general, la separación de vapor y líquido
se efectúa en el fondo. Este modelo se usa mucho para la concentración de materiales
sensibles al calor, como jugo de naranja y otros zumos de frutas, debido a que el tiempo de
retención es bastante bajo (entre 5 y 10 s) y el coeficiente de transferencia de calor es alto.
Evaporador con calandria exterior. En este tipo de evaporador el conjunto de tubos se halla
fuera del espacio separador de vapor. Suelen operar a presiones reducidas, siendo muy fácil el
acceso al conjunto de tubos. Además, la calandria puede sustituirse por un intercambiador de
calor de placas, que es muy útil en el caso que se prevea que pueden formarse costras, pues
son fáciles de desmontar y limpiar.
Como pueden operar bajo vacío, se utilizan en la concentración de productos alimentarios
sensibles al calor, como pueden ser leche, extractos de carne y zumos de fruta.
Evaporador de circulación forzada. El coeficiente de transferencia de calor de la película
líquida puede aumentarse por bombeo provocando una circulación forzada del líquido en el
interior de los tubos. Para esto se emplea el modelo de tubos verticales largos añadiendo una
tubería conectada a una bomba entre las líneas de salida del concentrado y la de alimentación.
Sin embargo, los tubos de un evaporador de circulación forzada suelen ser más cortos que los
tubos largos. Además, en otros casos se usa un intercambiador de calor horizontal externo e
independiente. Este modelo es muy útil para líquidos viscosos.