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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS CENTRALES
"RÓMULO GALLEGOS” UNERG
AREA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLITICAS
PROGAMA MUNICIPALIZADO DE FORMACION EN DERECHO

Derecho Romano

Docente: Integrante:

Junior Ceballos Miguel Pérez C.I: 21.335.651

José Lozada C.I: 27.262.725

Carlos Antonio Sosa C.I:11.050.784

Hector Gonzalez C.I: 10.847.247

José junior Ceballos C.I: 15.393.251

Sección 15 Abril de 2022.


Índice

Introducción……………………………………………………………………………..
Derecho Romano. ……………………………………………………………………..6
Corpus Iuris Civiles…………………………………………………………………….6
Etapas Históricas del Derecho Romano……………………………………………..6
Etapa Arcaica……………………………………………………………………………6
Etapa Clásica:…………………………………………………………………………...7
Periodo Postclásica…………………………………………………………………….7
Fin del Derecho Romano Antiguo…………………………………………………….8
La Ciencia del Derecho Romano o Romanística……………………………………9
Los Glosadores: El Pos Glosador o Comentaristas...………………………………9
El Derecho Común (lus Commune). …………………………………………………9
La recepción del Derecho Común. …………………………………………………..10
La Romanística como Tradición Hispanoamericana Y Mexicana………………..10
La Tradición Inglesa del Common Law……………………………………………..10
El Humanismo Jurídico………………………………………………………………..11
El racionalismo Jurídico………………...……………………………………………..12
La Codificación Civil…………………………………………………………………...12
La recepción en Alemania…………………………………………………………….12
La Romanística Actual. ………………………………………………………………..13
Papel de la Romanística en la Formación de un Nuevo Derecho Común……...14
Los Extranjeros: Latinos, Peregrinos Y Bárbaros…………………………………...14
Los Esclavos…………………………………………………………………………….16
Los Libertos……………………………………………………………………………...18
Personas de Propio Derecho (Sui Iuris)……………………………………………..19
Personas sometidas (alieni iuris)…………………………………………………...19
Situación Jurídica De La Mujer. ……………………………………………………19
Impúberes y Menores. ………………………………………………………………20
Los comicios por curias, tribus y centurias. ………………………………………20
Comicios Curiados …………………………………………………………………..20
Comicios Tribunados………………………………………………………………...21
Comicios Centuriados……………………………………………………………….21
Funciones de los comicios. ………………………………………………………...22
Decadencia de los comicios. ……………………………………………………….22
Los Concilios de la Plebe. …………………………………………………………..23
Las Magistraturas.…………………………………………………….………………23
Los Cónsules...…………………………………………………….………………….25
Los Pretores……………………………………………………….…………………..25
Los Censores..…………………………………………………….…………………..26
Las Magistraturas Menores: Ediles Y Curules...…………………………………..27
La Carrera Política...…………………………………………………….…………….28
Senado...…………………………………………………….……………………........29
Las Decisiones del Senado...……………………………………………………….30
Autoridad y Potestad en la Constitución Republicana…..………………………32
Conclusión……………………………………………………………………………34
Bibliografía…………………………………………………………………………….
Introducción

.La historia del Derecho romano debe ser estudiada dentro del conjunto de
la historia de Roma, ya que no es posible separar el aspecto jurídico de las demás
manifestaciones culturales, artísticas, políticas y sociales, por su duración y
extensión, el Derecho Romano recoge y refleja en su evolución grandes y
profundas crisis que han cambiado el curso de la historia antigua, el Derecho
Romano es la conciencia del Derecho. Los romanos elaboraron su derecho con
gran sencillez, resolviendo los problemas que se les presentaban, con la mayor
simplicidad no generalizaron ni intentaron formular teorías generales o hipótesis,
huían a las definiciones, aunque en algunos casos las hayan hecho. Es por esta
razón que, siguiendo la clasificación más generalizada, tomaremos en cuenta el
tipo de Institución política que rigiera al pueblo romano. En Roma, hablar de
Derecho es hablar de normas aplicables a los cives (esto es, a los ciudadanos), al
Ius aplicable en la Civitas. Los llamados “cives" no son simplemente los habitantes
de la ciudad de Roma, sino los hombres libres, esto es ciudadanos, de personas
que pueden ejercer sus derechos dentro de la ciudad. El estudio del Derecho
Romano es importante por ser antecedente de nuestro Derecho Civil. Su estudio
acostumbra a la mente a ir adquiriendo un sentido jurídico que nos ayudará a
resolver los problemas que posteriormente se nos presenten en la vida
profesional.
El Derecho Romano estructura a todo el Derecho Civil hispano-americano y
a gran parte del europeo. A pesar de los siglos transcurridos desde el apogeo del
gran imperio romano, hasta hoy en día la influencia de este en muchos aspectos
culturales, religiosos, académicos etc. siguen vigentes en la actualidad. En cuanto
al derecho se refiere roma fue la cuna de muchas ramas, una de ellas el derecho
civil
El propósito del estudio del derecho romano es el de dotar a los
jurisconsultos, tratadistas, abogados y estudiantes de leyes de una estructura
histórica que les ayude a entender la fuente de donde nacieron las leyes y la
jurisprudencia que rigen a la mayoría de los países de Europa y de América; la
cual es una de las fuentes del derecho francés; de donde emana el derecho
aplicado en la República Bolivariana de Venezuela. El derecho Romano es una
parte importante del conocimiento del Derecho, ya que se considera básico para
entender los antecedentes, contenido y evolución del derecho hasta nuestros días.
Derecho Romano.

Entendemos por Derecho Romano el conjunto de Instituciones jurídicas que


rigieron a la sociedad romana y a los pueblos dominados por Roma, desde su
nacimiento en el año 753 antes de Cristo, hasta la muerte de Justiniano en el año
565 después de Cristo.

Corpus Iuris Civiles.

Corpus Iuris Civiles (Cuerpo de Derecho Civil): Considerada la recopilación


más importante de Derecho Romano y su trascendencia radica en que permitió
conocer el contenido del antiguo Derecho Romano, fundamental para los sistemas
jurídicos modernos. Fue compilada por orden del emperador bizantino Justiniano
quien gobernó entre 527 y 565 d. de C. por ello también es conocida como Código
de Justiniano. La obra fue publicada por el jurista Dionisio Godofredo en 1583.
Esta obra escrita jurídica es una recopilación de constituciones imperiales y
jurisprudencia romana desde el 117 al 565 d. de C. Está compuesta por el Codex
Repetitae Praelectionis, la Digesta Sive Pandectae, las Institutas y las Novellae
Constitutiones.

Etapas Históricas del Derecho Romano

Etapa Arcaica

Desde la fundación de Roma hasta el siglo VII.

a. En sus reglas generales es estricto, conservador y formalista.

b. En su aplicación es exclusivo a los ciudadanos romanos y no puede ser


invocado por los peregrinos.
c. En cuanto a sus fuentes, es principalmente consuetudinario, apareciendo en
esta época la codificación de las costumbres preexistentes. que conocemos como
la ley de las Doce Tablas.

Etapa Clásica:

Desde el siglo VII hasta Constantino. Es la época de los grandes


jurisconsultos, la perfección de la Jurisprudencia y la construcción científica del
Derecho por la acción de los jurisconsultos y del Pretor.

a. En sus reglas fue menos estricto, se preocupó más por la equidad y no


por la simple aplicación del riguroso derecho puro.

b. Menos conservador, el derecho se amplió por la influencia de los


fenómenos sociales, políticos y económicos. c. Menos formalista, se tuvo más en
cuenta la intención de las partes contratantes y se dio menos importancia a la
forma externa de los actos.

d. En su aplicación dejó de ser exclusivo, junto al "jus civilis” apareció y se


desarrolló el "jus gentium”, accesible a los peregrinos.

e. En sus fuentes, además de la costumbre, aparecen las leyes votadas, los


Plebiscitos, los Senadosconsultos, las Constituciones Imperiales, los Edictos de
los Magistrados y las Respuestas de los prudentes.

Periodo Postclásica.

Desde el 230 d. C al 527 d. C. A mediados del siglo tercero, las condiciones


para el florecimiento de una cultura jurídica refinado se habían vuelto menos
favorables. La situación política y económica general se deterioró como los
emperadores asumieron el control más directo de todos los aspectos de la vida
política. El sistema político del principado, que había conservado algunas
características de la constitución republicana, comenzó a transformarse en
una monarquía absoluta. Finalmente, la jurisprudencia como fuente del Derecho
se ve enormemente afectada por la acción de los príncipes.

Además de los edictos, el príncipe dicta otras formas de normas,


genéricamente reconocidas todas con el nombre de Constitutio principis que son:

 Los edictos: normas generales que acentuarán su presencia como "leges"


generales en la medida que se consolida el Imperio absoluto.
 Los rescriptos: respuestas a consultas sobre cuestiones de Derecho
expedidas por el emperador.
 Los decretos: son verdaderas sentencias o resoluciones dictadas por el
príncipe en causas o juicios conocidos en primera instancia o en segunda
(apelación).
 Los mandatos: constituyen instrucciones dirigidas a los funcionarios
provinciales, particularmente a los gobernadores, para su mejor
administración.

La existencia de una ciencia jurídica y de juristas que consideran la ley como


una ciencia, no como un instrumento para alcanzar los objetivos políticos fijados
por el monarca absoluto, no encajan bien en el nuevo orden de cosas. La
producción literaria terminó. Pocos juristas después de mediados del siglo tercero
se conocen por su nombre. Mientras que la ciencia jurídica y la educación jurídica
persistieron hasta cierto punto, en la parte oriental del Imperio, la mayoría de las
sutilezas en el derecho clásico llegó a ser ignorado y finalmente olvidado en el
oeste, siendo la Ley clásica fue sustituida por la llamada ley vulgar. Durante este
periodo la jurisprudencia vale como derecho en la medida que la lege imperial se
lo admite, es por esto mismo que no se admite costumbre conta legem, sin
embargo, de igual modo se desarrolla el Consuetudo el cual es un derecho no
escrito la cual busca remediar las imperfecciones del órgano imperial.

Fin del Derecho Romano Antiguo


Bajo Imperio: Desde Constantino (325) hasta la muerte de Justiniano (565).
Decadencia y pérdida del carácter científico del Derecho.

a. En sus reglas, la equidad se impuso definitivamente sobre el forma lismo.

b. La distinción entre Derecho Civil y Derecho de Gentes dejó de aplicarse.


Todos los habitantes del Imperio pasaron a ser ciudadanos romanos.

c. Existe una sola fuente del Derecho, las Constituciones Imperiales, que
dan lugar a las diferentes codificaciones.

La Ciencia del Derecho Romano o Romanística

Es la doctrina racional o ciencia que elaboraron los juristas de la antigua


Roma, para el discernimiento de la conducta justa a seguir en las relaciones
patrimoniales entre las personas o entre una persona y la comunidad.

Los Glosadores: El Pos Glosador o Comentaristas.

Cada una de las personas que desde la segunda mitad del siglo xi se
dedicaron al estudio y a la enseñanza del derecho romano en el norte de Italia, en
especial a la interpretación de los libros de la compilación justinianea.

Los posglosadores o comentaristas. A los glosadores sucedió otra escuela


de juristas a quienes se llamó "posglosadores", por ser discípulos de los primeros,
pero también "comentaristas" porque su trabajo principal consistió en hacer
comentarios y dar opiniones jurídicas con el fin de aplicar el Derecho del Corpus
Iuris Civilis a la solución de los problemas de su tiempo.

El Derecho Común (lus Commune).


Es el Derecho general referido a todas las personas, a todas las cosas y a
todas las relaciones jurídicas.

La recepción del Derecho Común.

Derecho común es traducción del ius commune y acoge la realidad de un


mismo Derecho para las diferentes comunidades políticas de la Baja Edad Media,
que habían servido de base a la expansión del Imperio Romano, es decir, lo que
actualmente es Europa Occidental.

La Romanística como Tradición Hispanoamericana Y Mexicana.

Nuestros ordenamientos, nuestra doctrina, nuestra práctica del derecho


pertenecen a la denominada tradición romanista, es decir, también por ese
concepto estamos enclavados en el continente europeo y así todos hayamos de
observar en carne propia la presencia de tres culturas, sin que importe el
coeficiente de cada cual, el hecho es que América Latina es la ribera occidental de
Europa y, más propiamente, del continente europeo, quiéranlo o no reconocer
europeos y americanos, y que en dicho fenómeno no es lo menos importante su
alineación jurídica: somos países de "derecho romano", o con otra expresión hoy
más en boga, la nuestra es una tradición de civil law.

La Tradición Inglesa del Common Law

Derecho común inglés fundado sobre las costumbres consolidadas como


normas en la jurisprudencia. El Common Law es el sistema jurídico vigente en
Inglaterra y en la mayoría de los países de tradición anglosajona, pero también da
nombre a toda una tradición jurídica o familia del Derecho.
En sentido estricto podemos decir que es el sistema jurídico creado en
Inglaterra tras la conquista normanda (1066). Se llamó common (común) porque
pasó a ser el Derecho de aplicación general en todo el reino por parte de los
tribunales del rey, los cuales seguían un mismo conjunto de principios y reglas
jurídicas.

En un sentido más amplio se habla de Common Law para referirse a aquel


sistema legal basado, primordialmente, en las decisiones adoptadas por los
tribunales, en contraste con los sistemas de Derecho Civil (o tradición romano-
germánica), como el nuestro, donde la principal fuente de Derecho es la Ley.

El Humanismo Jurídico.

Podemos entender por “humanismo jurídico” al fenómeno cultural del


humanismo proyectado en el estudio y la enseñanza del derecho, muy
especialmente el estudio del derecho romano. Al impacto del humanismo en la
ciencia del derecho se le conoce como mos gallicus que, en oposición al mos
italicus, es la forma en que los franceses estudiaron y entendieron el derecho
romano. El mos gallicus se sitúa dentro del movimiento de revisión científica de la
cultura de la antigüedad a través de los textos, propia del humanismo. Su auge
tiene lugar en el siglo XVI, aunque se proyecta en algunos autores hasta el siglo
XVII.

El humanismo, como cultura abierta y dinámica, buscó en el pasado


grecolatino el saber que podría liberar en el hombre todas sus posibilidades
intelectuales y creativas. Los humanistas se dieron a la tarea de buscar textos
antiguos y de crear métodos nuevos que permitieran comprender la cultura
antigua desde una perspectiva histórica. Fue en Italia donde inició este
movimiento cultural, y fueron los italianos quienes empezaron a desarrollar
métodos filológicos, históricos y lógicos nuevos, como lo muestra la labor de
Lorenzo Valla y Angelo Poliziano en el siglo XV.
El racionalismo Jurídico.

Posición filosófica que en el planteo y solución de los problemas se funda


ante todo en la razón como facultad pensante y cognoscitiva. En general, es
racionalista toda doctrina que en principio declara inteligible la realidad, aun
cuando de hecho podamos no entenderla.

Para el racionalismo la realidad responde a las normas de la razón. Se


opone en ese sentido a irracionalismo.

En lo que se refiere al conocimiento, es racionalista toda doctrina según la


cual no hay más conocimiento cierto que el que deriva de principios evidentes y a
priori. Se opone, en este sentido, a empirismo. Para el racionalismo la principal
fuente de nuestro conocimiento son las verdades innatas, aunque a ellas se
agregue la experiencia interna y externa.

La Codificación Civil.

Es un conjunto unitario, ordenado y sistematizado de normas de Derecho


privado, es decir, un cuerpo legal que tiene por objetivo regular las relaciones
civiles de las personas físicas, jurídicas, privadas o públicas.

La recepción en Alemania.

Alemania se enfrentaba a la necesidad de fundamentar una ciencia del


derecho auténticamente alemana y superadora de las otras corrientes europeas.
Ello llevó a Savigny y a sus discípulos a poner los ojos en el derecho romano,
cuyo estudio requería volver a sus fuentes originales.

La citada recepción total del Derecho romano (in complexu) en Alemania se


encontró, sin embargo, con ciertos límites: La parte griega del Corpus Civilis en
particular de las Novelas no fue recibida (Graeca nonleguntur) y así tampoco
aquellas leyes a la que no prestaron atención los glosadores (Quot non leguntur);
asi tampoco aquellas leyes a las que no prestaron atención los glosadores (Quot
non adgnovit glosa, non adgnovit curia) lo que no reconoce la glosa, tampoco lo
reconocen los tribunales. De este modo. Fue recibido el Derecho romano en la
forma que le dio la Glosa ordinaria de Accursio. La práctica tendió a sobreponer la
autoridad de la Glosa por encima del contenido del texto clásico de Justiniano.

La Romanística Actual.

En la actualidad, el derecho romano es objeto de estudio de una disciplina


jurídica internacional, la romanística, cuya sede son las facultades de derecho de
todo el mundo. En virtud de este carácter internacional, el derecho romano se
cultiva en varios idiomas, principalmente italiano ( lingua franca de la romanística),
seguido por el alemán y el español. Hasta la mitad del siglo XX hubo importantes
contribuciones en francés, pero en la actualidad esta situación ha variado a la
baja; el inglés es un idioma de uso minoritario en el cultivo de la disciplina, aunque
se acepta como idioma científico en la mayoría de las publicaciones. El español se
consolidó como idioma científico en esta disciplina a partir de la segunda mitad del
siglo XX, gracias a la altura científica que alcanzó la romanística española,
comandada por Álvaro d'Ors y continuada por sus discípulos.

La definición del derecho romano se comprende mejor si se construye a


partir de la comprensión de sus nociones fundamentales y de su sistema de
fuentes. Sin embargo, estas no permanecen idénticas en el transcurso de la
historia del derecho romano, sino que varían tanto en su número, como en su
valor dentro del sistema de fuentes mismo. Es este sistema el que provee de
nociones claves para entender lo que en Roma se entiende por derecho. Con
todo, es posible adelantar que la expresión ius es la que se utiliza para señalar al
derecho. Esta expresión se opone a la de fas, que designa a la voluntad divina.
Esta clara delimitación entre derecho y religión es patente en testimonios que
datan desde el s. III a. C., pero ello no es válido para los primeros tiempos, como
se verá. A su vez, la expresión ius servirá para la identificación de diversas
categorías del mismo, tales como ius civile, ius naturale, ius honorarium, o ius
gentium, por nombrar algunas de las más relevantes.

Papel de la Romanística en la Formación de un Nuevo Derecho Común.

Es la doctrina racional o ciencia que elaboraron los juristas de la antigua


Roma, para el discernimiento de la conducta justa a seguir en las relaciones
patrimoniales entre las personas o entre una persona y la comunidad. En este
sentido, se ha destacado el importante papel que puede jugar el derecho romano
de cara a la interpretación de las normas internacionales. Así, por ejemplo, a su
juicio, el principal problema que afecta a la vigencia de la Convención de Viena
sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías es el de su
interpretación uniforme. Sólo la creación de un cuerpo doctrinal internacional
formado por obras de juristas, sentencias de jueces y colecciones de usos y
costumbres del comercio internacional podría paliar ese gran problema. La
romanística puede aportar mucho a la formación de esta doctrina, precisamente
por su carácter internacional y por el hecho de que muchos principios comunes a
los distintos derechos privados sean de origen romano, como lo demuestra, por
ejemplo, el que la compraventa fuera también considerada como una figura de ius
gentium.

Los ciudadanos romanos.

Al comienzo de Roma y en su devenir hasta el Imperio la distinción entre


ciudadanos y no ciudadanos era de importancia capital, ya que el derecho de
ciudadanía concedía a sus titulares derechos y acceso a las Instituciones jurídicas
de derecho civil, a las cuales no tenía alcance el no ciudadano.

Con el correr del tiempo, las circunstancias políticas, económicas y


sociales, sobre todo las económicas, hicieron perder el interés de la distinción
hasta que Antonino de Caracalla hizo de todos los habitantes del Imperio
ciudadanos romanos, la disposición resultó transitoria o no fue cumplida a
cabalidad. Finalmente le correspondió a Justiniano la verdadera y definitiva
concesión de ciudadanía a todos los habitantes.

Los ciudadanos no tienen clasificación, la diferenciación entre patricios y


plebeyos desde el punto de vista jurídico decayó a partir de Servio Tulio y sólo
continuó desde el punto de vista social. El ciudadano tiene todas las prerrogativas
y derechos del "Jus civium romanorum” el cual comprende los llamados
posteriormente público y privado. Los no ciudadanos carecen del derecho de
ciudadanía, pero su situación en la escala jurídico-social no es uniforme
distinguiéndose tres categorías ampliamente identificadas .

Los Extranjeros: Latinos, Peregrinos Y Bárbaros.

1. Peregrinos. Habitantes de otros países no enemigos de Roma o aquellos que


habiendo sido vencidos, se incorporan por provincias. No poseen derechos civiles,
sus relaciones jurídicas se rigen por su propio derecho inicialmente y luego por el
“Jus gentium”. Su abundancia dio origen al “Praetor Peregrinus”.

2. Latinos. Núcleo poblacional intermedio entre peregrinos y ciudadanos, ya que


sin llegar a la condición de éstos últimos, se les conceden algunas prerrogativas y
tienen mayor oportunidad de adquirir el derecho de ciudad, ellos pueden ser:

a. "Latini Veteres”. Formados por los habitantes de las regiones del Lacio que se
habían aliado a Roma, formando la confederación de ciudades latinas "nomen
latinum". Estos extranjeros podían ejercer en Roma todos los derechos menos el
“Jus honorum”, tenían también grandes facilidades para adquirir la ciudadanía. La
"Lex Julia" y la "Lex Plautia Papiria" en el año 664 concedieron el derecho de
ciudad a los habitantes de toda Italia.

b. "Latini Coloniari". Formados por los habitantes de Colonias Latinas, poseían el


"Jus Commercium y el Jus connubium”, podían ejercer derechos políticos en las
colonias pero no en Roma. A los que hubiesen ejercido una magistratura latina, se
les acordó el derecho de ciudad.
c. "Latini Juniani”. Integrada por libertos que no eran realmente latinos sino ex-
esclavos a quienes la "lex junia norbana" había concedido la condición de latinos.
Tiene el “commercium'" pero no pueden ni testar ni recoger una sucesión
testamentaria o un legado a menos de hacerse ciudadanos en los cien días
siguientes a la muerte del testador, por obra de la ley "Junia norbana". La "lex
Atilia" les prohíbe ser tutores.

3. Bárbaros. Los romanos llamaban así a todos los pueblos situados fuera de sus
fronteras. Entre ellos destacaban los germanos como anglos, sajones, francos,
visigodos, vándalos, ostrogodos.

Los Esclavos.

La esclavitud es una Institución jurídica por medio de la cual el ser humano


es despojado de toda personalidad, asimilado a cosa y como tal, perteneciente a
otro ser humano.

Origen de la Esclavitud: Cuando un vencedor respetó la vida del enemigo


vencido, en vez de matarle, comprendió que un esclavo vivo tiene más valor que
un enemigo muerto. Lo conservó como se conserva un animal doméstico. El “serv-
are del servus” tenía por objeto el serv-ire, motivo egoísta.

Aristóteles, en su “Política”, defendía la esclavitud por considerarla natural y


necesaria “Los hombres incapaces de gobernarse a sí mismos deben ser objeto
de dominio, ya que algunos hombres han nacido libres y otros esclavos.

La esclavitud fue un mal necesario, y ese sistema no debe examinarse en


base a la concepción actual que del Derecho y de la libertad tenemos y sí de las
ideas imperantes en las sociedades antiguas.

En Atenas aparece derivada de la guerra victoriosa. Los mercaderes


seguían a los Ejércitos y compraban a los cautivos, ya sometidos por tal hecho a
la condición de esclavos.
En Israel, en la Biblia se indica que Salomón tenía setenta mil hombres para
conducir los materiales y ochenta mil para tallar piedras en las montañas, en la
construcción del templo de Jerusalén se emplearon cincuenta y tres mil esclavos y
los "libros de los Reyes y de los Jueces" hablan de los esclavos en posesión de
los israelitas.

En Roma, a principio de la República, ya había cincuenta mil esclavos, este


número aumentó después de la segunda guerra púnica y excedió en mucho al de
los hombres libres. El trabajo del esclavo era objeto tanto del "usus” como del
“usufructus”, y el dueño podía ejercer la misma potestad que como "pater familiae”
tenía sobre las cosas patrimoniales y todas las normas jurídicas del derecho de
cosas le eran aplicables. Una evolución posterior permitió clasificar a los esclavos
en dos grandes grupos, según fueron "Servi publici y servi privati”.

Hay una condición de Derecho y una condición de hecho. La condición de


derecho tiene un principio esencial, el esclavo es cosa y no persona, por tanto es
objeto de derecho y no sujeto de derecho, consecuencias, el dueño tiene el
derecho absoluto sobre su esclavo y el esclavo no tienen ningún derecho.

Condición de Hecho. El esclavo venía a ser como un nuevo miembro de la


familia, pero sin compartir los derechos y honores de los miembros agnados. Era
un factor económico que a veces desempeñaba el cargo de preceptor y en otras
se consideraba cual bestia de carga.

Fin de la República y Principado. Se agravó la condición del esclavo por el


exceso y crueldad, ya los amos ni siquiera conocen a sus esclavos que son de
diferentes razas y diferentes religiones. Llegaron a ser tantos esclavos que incluso
fueron considerados un peligro, sobre esto atestigua Séneca al referir cómo el
Senado, ante la propuesta de que los esclavos usaran como distintivo un vestido
especial, rechazó la idea para evitar que los esclavos pudiesen contar a los
hombres libres, por ser el número de éstos muy inferior al de aquéllos.

El Legislador se vio precisado a imponer limitaciones desde el punto de


vista de las facultades del dueño, se prohibió: entregarlos a las bestias sin
autorización del magistrado (ley pretoria). Abandonar a los viejos y enfermos so
pena de perder la propiedad (Edicto de Claudiano) y dar muerte sin motivo o
maltratarlo so pena de acusarse de homicidio y de perder el esclavo
respectivamente (Constitución de Antonino El Piadoso).

El derecho cristiano poco pudo hacer para aminorar la situación del esclavo.
Una Constitución de Constantino establece la pérdida de la propiedad a quien
abandona un recién nacido, y una Constitución de Justiniano establece
consecuencias jurídicas al parentesco servil desde el punto de vista sucesoral,
después de la manumisión.

Los Libertos.

El manumitido era libre y ciudadano romano, pero en el Derecho Público no


tenían el "Jus honorum” y en el Derecho Privado no tenían el "Jus connubii”, pero
sus hijos nacían ingenuos, posteriormente esta incapacidad fue limitada a la clase
senatorial y totalmente suprimida por Justiniano.

Por otra parte no se rompía totalmente el vínculo con el antiguo dueño ni


con los descendientes de éste. Fue lo que se denominó patronato, siendo el
antiguo "dominus” considerado como "patrono". Los derechos del patrono son:

1. "Obsequium”. Reverencia por la cual no podía demandar al patrón sin


autorización del magistrado ni obtener contra él condena en más de lo que sus
medios económicos le permitían pagar.

2. “Operae”. Servicios debidos por el liberto; “Officialis”, de pleno derecho y


consiste en devoción y complacencia y "fabriles" objeto de estipulación “Jus
jurandudum liberti” o “Jurata promissio liberti”, por este juramento el liberto se
compromete a servir de obrero a su patrón.

3. “Bona”. Derechos sucesorios “ab-intestato” que el patrón y su familia ostentan


sobre la herencia del liberto y el derecho de tutela sobre libertos impúberes y
libertas.
Derecho Clásico. Existen los libertinos ciudadanos romanos, manumitidos
por medio solemne y que no caen bajos los rigores de la ley "Eliu Sentia”, tenían
“mayor libertas”. Los latinos junianos, manumitidos sin solemnidad, o por un dueño
no propietario quiritario, y antes de los treinta años, no tenían derechos políticos y
en el derecho privado no tenían el connubio pero sí el “Jus commercii” sin la “actio
testamenti activa”, pueden ser instituidos herederos o legatarios y podían hacerse
romanos por una "Rescripto Imperial”, por casarse y tener un hijo y por ciertos
trabajos especiales en favor del Estado romano.

Los "dedicticios”, siendo esclavos sufrieron penas infamantes, tienen


"pessima libertas” deben vivir a una distancia de cien millas de los alrededores de
Roma.

Bajo Imperio. Solo existe una clase, todos los habitantes del Imperio son
ciudadanos romanos.

Personas de Propio Derecho (Sui Iuris).

Se entiende por persona “Sui Juris” al individuo que no estaba bajo la


dependencia de otro.

Personas sometidas (alieni iuris).

Se entiende por persona "alieni juris", a la que estaba bajo alguna potestad:
el individuo "Sui Juris" era dueño de su persona física y tenía personalidad jurídica
completa, poseía patrimonio propio y aprovechaba todo lo obtenido de su trabajo y
del trabajo de todos aquellos que estaban sometidos a su potestad. El individuo
"alieni juris”, en cuanto a su persona física, estaba sometido a la dependencia de
otro, no tenía personalidad jurídica ni patrimonio, sus adquisiciones eran
aprovechadas por la persona a quien estaba sometido.

Situación Jurídica De La Mujer.


En la antigua Roma, las mujeres no gozaban de una situación de plena
libertad, ya que por el mero hecho de haber nacido mujer, carecían de los
privilegios de un hombre, verdadero protagonista de la relaciones jurídicas
familiares. Es importante conocer las diferentes formas de potestas a las que
estaban sometidas para así poder comprender la situación jurídica en la que se
encontraban para, por último, centrarnos en una institución que formó parte
inexcusable de la vida de las mujeres durante mucho tiempo, la tutela mulierum.
Considerada necesaria para tutelar a un sexo considerado débil en un sistema
patriarcal, en un sistema discriminatorio por razón de sexo como el romano,
estuvo presente en el espacio jurídico de las mujeres durante varios siglos, hasta
convertirse en un instrumento periclitado, pero jamás derogado para evitar el
reconocimiento de su irrelevancia real.

Impúberes y Menores.

Los varones sui iuris, si son impúberes (esto es menores de 14 años),


requieren también de la autorización de un tutor para realizar actos jurídicos; la
tutela termina cuando alcanzan la pubertad y adquieren plena capacidad jurídica.
No obstante, mientras son menores de 25 años, y aun cuando pueden actuar por
sí mismos, precisaban de un curador que les aconsejara respecto de los actos
jurídicos que querían realizar.

Los comicios por curias, tribus y centurias.

Comicios Curiados

La organización política de las asambleas deliberativas romanas comenzó a pasar


de órganos de mera audiencia, a convertirse en escenarios necesarios para la
toma de decisiones por parte de los romano. La ausencia de un rex que aglutinara
las funciones políticas en una sola persona, dio paso a que cerca del año 17 se
crearan los comicios por curias:
Los paterfamilias que se hacían presentes en los comicios calata, se les
comenzó a agrupar por sus curias y cada curia convertirse en una unidad de
debate y voto para el tránsito de normas. A éstas asambleas se les llamó comicios
curiados.

Comicios Tribunados

Con el tiempo, la división de las personas para votar por centurias generó
inconformidad entre los ciudadanos con menores recursos pues el sistema
electoral de los comicios por centurias privilegiaba como unidad de voto la riqueza
de los participantes.

Esto dio origen a la introducción de los comicios por tribus como una
solución de votación para magistraturas menores, que daba a todo el pueblo una
participación equiparable.

Comicios Centuriados

Con la llegada de Servio Tulio al poder, este, que era de origen etrusco, se
enfrentaba ante el problema de una nobleza muy arraigada, y en general de origen
latino: los patricios, por lo que, para lograr gobernar, decidió crear otra asamblea
popular, que le permitiera dar poder decisorio a muchos de los nuevos habitantes
etruscos, generalmente comerciantes ricos, y que le eran más favorables.

Esta nueva asamblea sería: las comitia centuriata, que eran similares a las
anteriores asambleas, pero ya no basada, en el origen de la persona, sino en su
riqueza. Y en su seno se expedían también leyes, lex centuriata, pero requerían la
aprobación posterior del senado, auctoritas patrum, por lo que no eran una
amenaza a las antiguas instituciones patricias, que continuaban con sus mismas
funciones.

Esto, tuvo como consecuencias que, por un lado, pudo modificar


significativamente el orden social, que hasta entonces habían tenido los romanos,
garantizándose mayor gobernabilidad, y por el otro, que logró adquirir poder frente
a la nobleza patricia, sin ganarse su repudio.
Las reformas de Servio Tulio, también dieron como resultado la introducción
del censo quinquenal ─cinco años─, para determinar a qué centuria pertenecía
una persona.

Funciones de los comicios.

Los comicios centuriados adquirieron las funciones de los curiados. Elegían


cónsules censores y pretores, decidían sobre la guerra y la paz, legislaban y
decidían sobre apelaciones. El auge de los comicios tribunados les hizo perder
parte del poder, conservando la elección de magistrados. Al principio sus
decisiones debían ser refrendadas por el Senado, pero a finales del siglo III a. C.
ese trámite ya no era necesario.

El voto no se ejercía individualmente, sino que cada uno era contado dentro
de su centuria y determinaba el voto final de cada una de ellas. Inicialmente el
total de centurias era de 193 (lo que, de constar cada una de cien hombres,
significaría un total de 19.300 ciudadanos con derechos políticos, una cifra
compatible con el censo del primer año de la República, que según Dionisio de
Halicarnaso, contó 130.000 habitantes, pero que los estudios de demografía
histórica consideran excesiva).

Decadencia de los comicios.

La extensión de la ciudadanía romana no supuso la ampliación de las


circunscripciones por tribus, sino que los nuevos ciudadanos fueron incluidos en
las ya existentes, con lo cual los Comicios perdieron su eficacia al ser imposible
reunir a todos los ciudadanos con derecho a voto, dispersos por toda Italia.

Desde entonces todas las asambleas o comicios votaron siempre


afirmativamente a las propuestas del convocante, salvo en alguna cuestión de
ámbito local o de carácter excepcional, siendo siempre una oposición efímera.
Las asambleas o comicios estaban además dominadas por los clientes de
la aristocracia. Estos clientes, formados en su mayoría por descendientes de
antiguos esclavos o por gente pobre que se había puesto bajo la protección de un
patrón, estaban obligados por las relaciones de sumisión existentes con quien
ejercía el patronazgo, que además les acompañaba a la asamblea; hacían el
contrapeso de las clases medias no sujetas a clientela.

Las liberaciones de esclavos con ocasión de la segunda guerra púnica


hicieron aumentar notablemente el número de clientes que acudía a los comicios
(se les llamaba el populacho de Roma).

Los Concilios de la Plebe.

Eran las reuniones de los plebeyos que interrogados por el Tribuno de la


Plebe, podían sancionar plebiscitos, normas similares a las leyes que primero
tuvieron valor solo entre la plebe y luego se extendió su obligatoriedad también a
los patricios.

Las Magistraturas.

Conjunto de órganos con funciones públicas que antes eran ejercidas por el
monarca en forma privativa. Se cumplía gratuitamente, de allí nace el "Jus
honorum".

Cada Magistratura es colegiada, integrada por varias personas, duran en el


desempeño de sus funciones un determinado tiempo establecido previamente y
son elegidos en los comicios centuriados.

Los elegidos no podían ejercer más de una magistratura y no pueden ser


elegidos nuevamente antes de transcurrir diez años.

Características comunes de las magistraturas.


a) Electividad: En principio, todo ciudadano goza del ius honorum o
posibilidad de ser magistrado. Así, el ciudadano que estuviera en condiciones de
ser elegido debía de dar su nombre al magistrado que fuera a presidir los
correspondientes comicios (professio nominis) para confeccionar así la lista de
aspirantes a esa magistratura. Entre la professio y la votación, existía un cierto
período de tiempo que podía utilizarse para la propaganda electoral. El aspirante
iba entonces vestido de blanco, con una toga candida, de ahí el término
candidatus. En consecuencia, los magistrados son elegidos en las asambleas
comiciales (los magistrados mayores en los comitia centuriata y los magistrados
menores en los comitia curiata) a propuesta de un magistrado cum imperium, esto
es, con poder suficiente de convocar y presidir los comicios.

b) Anualidad: Los magistrados son elegidos por un año. Transcurrido el año


cesaban en su cargo de forma automática y no podía ejercer la misma
magistratura hasta que no pasaran diez años. Ahora bien, sí se permitía que se
presentase en las asambleas en el año siguiente para ser propuesto a otra
magistratura distinta, normalmente, de mayor categoría, de ahí que se
desarrollase lo que conocemos como el cursus honorum, es decir, orden de
sucesión en las diferentes magistraturas. Esta característica tenía dos
excepciones: la magistratura del dictador, cuya duración en el cargo no podía
superar los seis meses (aunque ello cambió a finales de la República); y la de los
censores que eran elegidos cada cinco años y, si bien asumían el cargo para
desempeñar sus funciones durante un año, podían prolongar su cargo seis meses
más si en un año no habían podido concluir el censo de la población.

c) Colegialidad: A diferencia del monarca que es un cargo unipersonal, los


magistrados desempeñan sus funciones de forma colegiada, esto es, por cada
magistratura hay al menos dos magistrados (colegas) compartiendo el poder, no
en parte, sino en su conjunto de forma unánime y pudiendo vetarse (intercessio) si
ambos no estaban de acuerdo en cualquier decisión.

d) Gratuidad: El magistrado que ocupaba una magistratura no recibía


ningún tipo de retribución económica; pues, incluso, podía suponer una carga para
su patrimonio familiar el hecho del ejercicio de la misma, a tenor de que debía
cumplir aquellas promesas que en su momento formularon que desarrollaría en el
ejercicio de su cargo y que le sirvieron para convencer a los miembros de la
asamblea comicial de que le votasen. Ahora bien, aunque no recibían una
retribución económica, la compensación del desempeño de un cargo público le
suponía -cuando se ejercía con honorabilidad, el reconocimiento y prestigio social
para él y para su grupo familiar.

e) Responsabilidad: El mismo día que asumía el cargo (o todo lo más


dentro de los cinco días siguientes), el magistrado tenía que realizar un juramento
(iurare in legem) de que actuaría de conformidad con el ordenamiento jurídico. No
se admitía que durante su mandato pudiera ser llevado ante un tribunal para ser
juzgado por los actos realizados en el ejercicio de su cargo. Ahora bien, cuando
transcurría el año de mandato y cesaban en sus funciones, debía jurar de que
había obrado legalmente: nihil contra leges fecisse. Sería el momento en el que,
ya como ciudadanos privados, responderían del modo en que habían
desempeñado la magistratura y de aquellos actos lesivos realizado contra los
derechos privados o contra los derechos públicos de la República.

Los Cónsules.

Era la magistratura ordinaria de más alto rango que podía alcanzarse a


partir de los 38 años y concentraba la suprema potestas y el maius imperium.
Desempeñada por dos cónsules (que podían controlar mutuamente sus poderes
mediante la intercessio) y elegidos en asambleas por centurias, podían estar en el
cargo un año salvo que obtuvieran la prorrogatio. Su función principal era de tipo
militar y de política interna y, en menor medida jurisdiccional, ya que podría
intervenir en actos de jurisdicción voluntaria.

Los Pretores.
Fue creado después de promulgarse las leges Liciniae Sextiae (367 a.C)
como magistratura reservada a los patricios pero que se hizo accesible a los
plebeyos a partir del 337 a.C. Su función principal era su competencia en la
jurisdicción civil, actuando en la fase in iure del procedimiento. Por ello, al
comienzo de su mandato, en virtud del ius edicendi, publicaba mediante el edictum
las normas procesales que iban a estar vigentes en el año de mandato, lo que
contribuyó a la formación del ius honorarium. En un principio sólo existió el pretor
urbano para resolver conflictos entre ciudadanos romanos, sin embargo a partir
del 241 a.C surgió también el pretor peregrino para solucionar también las
contiendas entre ciudadanos romanos con extranjeros o extranjeros entre sí.
Siendo una magistratura colegiada, de dos magistrados pasó a nombrarse cuatro
en el 227 a.C, seis en el 179 a.C, aumentándose más tarde su número. A la esfera
de sus atribuciones se le denominaba provinciae praetoriae, que se repartían a
principio de año mediante una sortitio entre los elegidos, aunque eran posibles
acuerdos posteriores entre ellos. Este sistema de provinciae hacía que no fuera
ejecutable la intercessio recíproca entre ellos.

Los Censores.

Era un magistrado mayor, ordinario, no permante y sin imperium. Surgió en


el año 443 a.C reservada para los patricios y a partir del 351 tuvieron acceso a ella
los plebeyos. Magistratura colegiada, eran elegidos los censores en los comicios
por centurias cada cinco años y con una duración máxima de dieciocho meses.
Era una magistratura de alta dignidad y que no estaba sujeta a la intercessio de
los tribunos de la pleble. Sus funciones principales eran:

a. Elaboración del censo: Cada cinco años, el censor actualizaba el censo de los
ciudadanos. Para ello, publicaba un edicto (formula censendi) en el que se
expresaba los criterios para valorar los bienes muebles e inmuebles de los cives y,
en base a ello, los ciudadanos se calificaban por categorías en función de su
patrimonio. Cualquier persona no sujeta a la potestas de un paterfamilias debía
declarar los bienes, armas, clientes que patrocinaba y su concreta situación
familiar.

b. Cura morum y la nota censoria: Estos magistrados eran los encargados de


controlar el respeto a los mores maiorum que debía tener los ciudadanos
romanos, pudiendo incluir una nota censoria infamante en el censo, junto al
nombre del ciudadano, a aquellos que no tuviesen un comportamiento conforme a
dichos mores. Las consecuencias de la nota censoria eran para el ciudadano eran,
entre otras: Su exclusión de la clase de caballeros, la privación del derecho de
voto, el aumento de la cuota con la que debía contribuir.

c. Funciones administrativas: Cuidado y administración del patrimonio estatal y


podían decidir y adjudicar la construcción y reparación de obras públicas, o
conceder al mejor oferente la percepción de los impuestos.

d. Album senatorum: A partir de la lex Ovinia del año 312 a.C, los censores
tuvieron la importante función de elaborar las listas de los miembros que
componían el Senado. Se trataba de llenar las vacantes que se producían en el
mismo, aunque esta función quedó limitada en la medida que se impuso como
norma el designar como senador a quienes hubieren desempeñado una ratura
superior.

Las Magistraturas Menores: Ediles Y Curules.

Los ediles eran magistrados menores sin imperio. Originalmente se crearon,


al margen de la constitución romana, ediles plebeyos como asistentes del tribuno
de la plebe. En el año 367 a. C. se estableció el edil curul, como magistrado
constitucional patricio. Al tiempo, se reconocería constitucionalidad a los ediles
plebeyos. Dada la igualdad de funciones, los ediles curules y plebeyos terminaron
confundiéndose en una sola magistratura. Tales funciones eran: cuidar el orden
público (cura urbis); organizar juegos y fiestas públicas (cura ludorum); vigilar el
orden y resolver las controversias que pudieran presentarse en los mercados (cura
annonae). Se ocupaban de administrar las ciudades Romanas. También tenían
derecho a utilizar la silla curul, un asiento plegadizo, con adornos de marfil, que
podían transportar de un lugar a otro.

La Carrera Política.

Cursus honorum era el nombre que recibía la carrera política o escalafón de


responsabilidades públicas en la Antigua Roma. Se instauró durante la República
y siguió existiendo durante el imperio, sobre todo para la administración de las
provincias dependientes del Senado. Durante la época republicana, la
organización y desarrollo de la carrera política respondía a requisitos arbitrarios y
de sectores con grandes privilegios, sin embargo, esta situación se transformará
con la llegada del imperio, pues se irá normalizando y regulando el ejercicio de
determinadas funciones públicas (con diferentes fines, requisitos y duraciones)
que servían tanto de preparación para los jóvenes en las tareas administrativas
futuras como de regulador de la sociedad.

El cursus honorum establecía el orden y la jerarquía por la que se regían las


magistraturas romanas, así como el modo de cumplirlas. Dicha carrera quedó
regulada en el año 180 a. C. por la Ley Villia Annalis que estipulaba su ordenación
de menor a mayor rango y la edad mínima para desempeñar cada uno de los
cargos. En los últimos años de la República, hacia 81 a. C., Sila fijó el modelo
consistente en un servicio militar previo seguido de los cargos de cuestor, pretor,
cónsul y censor.1

El cursus honorum senatorial constaba de una fase preparatoria con varias


especialidades (vigintiviratus), seis magistraturas ordinarias (cuestura, edilidad,
tribunado, pretura, consulado y censura) y una extraordinaria (dictadura), la cual
bajo la República solo se concedía por decisión del Senado en caso de peligro
exterior o interior, y no podía sobrepasar los seis meses de duración.
Senado.

El Senado que nació en época monárquica, encuentra su continuidad


durante la República pero con la diferencia de que a partir del siglo IV a.C los
plebeyos serán también admitidos en el seno del mismo, llamándoles conscripti
para diferenciarlos de los de origen patricio, patres. Extinguida la lucha patricio-
plebeya, todos ellos serán llamados definitivamente patres conscripti. Por otro
lado, la permanencia en el Senado vendrá regulada en el 312 a.C por la lex Ovinia
que elimina el carácter vitalicio de la función senatorial, encargando a los censores
las tareas de revisar y completar el Senado cada cinco años que, con anterioridad,
le correspondían a los supremos magistrados de la República. El número de
senadores se mantuvo desde un principio en trescientos, hasta que Sila lo elevó a
seiscientos y, posteriormente, Cesar a novecientos.

La convocatoria y presidencia del Senado sólo podía realizarla aquellos


magistrados que disfrutasen del ius agendi cum patribus (cónsul, pretor y
posteriormente tribuno). La sesión seguía el siguiente orden:

Realizados los auspicia, el presidente exponía a los senadores los asuntos a tratar
(relationes facere)
Posteriormente, se exponían las siguientes opiniones
Por último, tenía lugar la votación

La propuesta aprobada por mayoría se llamaba senatusconsultum y tenía


valor legal, a menos que el tribuno de la plebe la vetara ejercitando la intercessio.

El Senado podía desempeñar cualquier función (económica, religiosa,


judicial, diplomática,…) que le encomendaran los magistrados supremos de la
Repúblicas pero, principalmente, ejercía dos:

El interregnum: En caso de faltar los magistrados supremos, esto es, los cónsules,
el Senado -depositario de los auspicia- procedía a la elección de un interrex entre
los magistrados curules o patricios, el cual transcurridos cinco días transmitía sus
poderes a otro colega hasta que uno de ellos convocase los comicios por
centurias a fin de elegir nuevos cónsules. Aunque esta función se conserva hasta
finales de la República, sin embargo fue perdiendo fuerza debido a que en el
momento en que se producía una vacante se procedía a realizar elecciones
anticipadas, limitándose la celebración del interregnum para situaciones
excepcionales.

Auctoritas patrum: Consistía en la ratificación por parte del Senado de las


decisiones de las asambleas comiciales, ya se tratase de la elección de un
magistrado o de la votación de una ley. Las dificultades que traía consigo el hecho
de que el Senado pudiese negar la auctoritas a una decisión de los comicios, hizo
que en el año 339 a.C surgiera la lex Publilia Philonis de patrum auctoritate
estableciendo que los proyectos de ley fuesen previamente presentados al
Senado para obtener la autorización (sin carácter vinculante) y posteriormente a
los comicios. Otra ley posterior, la lex Moenia, de finales del siglo III a.C, dispuso
lo mismo para las elecciones de los magistrados. Con todo, las decisiones de las
asambleas de la plebe no necesitaron la auctoritas patrum; sin embargo, a partir
de la lex Hortensia del 287 a.C que asimila la fuerza vinculante de los plebiscitos y
de las leyes, dicha auctoritas vino a ser una autorización previa de carácter
obligatorio.

Las Decisiones del Senado.

Al Senado correspondía el refrendar todas las propuestas importantes


políticas o administrativas de los cónsules y otros magistrados que hubieran
obtenido el voto afirmativo de las asambleas correspondientes. Cuando el acto
debía ser ejecutado como parte de los deberes del magistrado no precisaba
refrendo senatorial. Aunque al principio las decisiones del Senado fueron
llamadas consulis senatusque sententia, más tarde los dictámenes del Senado
dejaron de ser consultivos y adquirieron fuerza, siendo llamados senatus
consultum y senatus sententia. El cónsul debía obedecer al Senado, pues en caso
contrario podía ser privado de fondos, se podía nombrar a un dictador o decidir
otras medidas que daban preeminencia al Senado sobre los altos magistrados.

Correspondía al Senado decidir sobre los siguientes asuntos:

 Religiosos.
 Elección de magistrados extraordinarios.
 Resolución de conflictos entre magistrados.
 Cuestiones de policía.
 Algunos casos criminales que comportaban pena capital, cuando el acusado
era perdonado, o era conmutada su sentencia, o bien era liberado.
 Cuestiones militares.
 Cuestiones financieras.
 Negociaciones con Estados extranjeros y firma de tratados después de la paz.
El Senado debía aprobar los cambios territoriales pactados por los cónsules u
otros magistrados con el enemigo.

El Senado era convocado por cualquiera de los magistrados que podían


consultarle, principalmente dictadores, cónsules, prefectos de la ciudad, pretores,
tribunos de la plebe y después tribunos consulares con potestad consular. El
convocante presidía la reunión.

La convocatoria se hacía bien públicamente mediante pregones (praecones) o


edictos, o bien mediante un aviso a cada senador (era obligatorio que tuvieran
residencia en Roma). A veces, en una reunión se convocaba la siguiente. Los que
no asistían sin justa causa (la asistencia era obligatoria) podían ser sancionados
con multa. Las reuniones se celebraban en edificios públicos, generalmente en el
Capitolio (Curia Calabra), el Comitium (Curia Hostilia luego Curia Julia) o el templo
de Júpiter Capitolino. Los senadores permanecían sentados y el presidente
ocupaba un lugar central sobre una silla elevada.

Las reuniones no podían coincidir con la celebración de comicios y duraban de


sol a sol. Las votaciones debían celebrarse antes del ocaso.
La sesión se abría con unos sacrificios religiosos para consultar a los
auspicios. Los asuntos a tratar eran determinados por la presidencia, pero los
religiosos tenían preferencia.

Autoridad y Potestad en la Constitución Republicana.

La Constitución de la República romana es un término utilizado por la


historiografía para referirse a los poderes del Estado en la Antigua Roma. Debe
tenerse claro que el término se ha usado por analogía con las modernas
constituciones, pues los romanos no poseían una Ley de Leyes, sino que sus
instituciones principales estaban basadas en la tradición y no estaban codificadas,
lo que a lo largo de la historia de Roma produjo grandes alteraciones.

Fue un conjunto de directrices y principios sentados esencialmente a través


de los precedentes. Esta Constitución no estaba escrita de sumo, ni tampoco
codificada, y además estaba sujeta a una constante evolución. En vez de constituir
formas de gobierno como una democracia (como era la antigua Atenas), una
aristocracia (como era la antigua Esparta), o una monarquía (como en la Roma
anterior y, en muchos aspectos, después de la República), la constitución romana
mezcló estos tres elementos, por lo que se crearon tres ramas separadas del
gobierno. El elemento democrático tomó la forma de las asambleas legislativas, el
elemento aristocrático tomó la forma del Senado, y el elemento monárquico tomó
la forma de los muchos magistrados ejecutivos de plazo limitado.

La última fuente de la soberanía en la antigua república, como en las


repúblicas modernas, fue el demos (pueblo). El pueblo de Roma se reunió en
asambleas legislativas para aprobar leyes y elegir a los magistrados ejecutivos. La
elección de los magistrados al Senado era automática (de por vida, a menos que
fuese sometido a juicio político). El Senado manejaba los asuntos del día a día de
Roma, mientras que los senadores presidieron los tribunales. Los magistrados
ejecutivos hicieron cumplir la ley y presidieron bajo el control del Senado y de las
asambleas legislativas. Se desarrolló un complejo conjunto de controles y
equilibrios entre estos tres poderes a fin de minimizar el riesgo de la tiranía y la
corrupción, y para maximizar la probabilidad de un buen gobierno. Esta separación
de poderes no fue absoluta. Además, fue frecuente el de varios dispositivos fuera
de la constitucionalidad. La crisis constitucional comenzó en 133 a. C., como
resultado de las luchas entre la aristocracia y el pueblo común. Esta crisis condujo
finalmente al colapso de la República romana y su eventual subversión en una
forma de gobierno mucho más autocrática, el Imperio romano.

La constitución del Estado romano descansa en el equilibrio producido entre


sus tres elementos esenciales: la potestas de los magistrados, la auctoritas del
Senado y la Maiestas del pueblo.

 Potestas, puede ser definida como la fuerza socialmente reconocida. En


este caso el pueblo, reconoce en su maiestas, el poder de gobernar de
los magistrados. En el caso exclusivo del poder socialmente reconocido
de los magistrados para mandar ejércitos es llamado imperum. Cuando
nos referimos al poder socialmente reconocido, debemos de destacar
que el pueblo, en su maiestad, es el que ha cedido dichos poderes a
través de las elecciones (democracia representativa).
 Auctoritas, puede ser definido como el saber socialmente reconocido de
ciertos individuos (inicialmente el Senado, luego el Emperador), para
gobernar. Mientras que la potestad es una capacidad legal para imponer
la voluntad de quien la ostenta, la auctoritas representa la legitimidad
moral para hacer valer esa voluntad.
 Maiestas, puede ser definida como la dignidad reconocida del pueblo
romano, demostrada a través de las elecciones, donde entrega la
potestas y la auctoritas a ciertas personas.
Conclusión
Bibliografía

Ontiveros Gerardo Paolini. Derecho Romano I y II., Marga Editores, S.R.L. Caracas
Venezuela, (1992).

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