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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

INAH SEP

Revisión Nacionalista del Libro de Texto Gratuito de


Historia de Educación Básica: sus transformaciones
desde 1959 hasta 2010

TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE:

MAESTRA EN

Historia-Etnohistoria

PRESENTA

Lic. Abril Aurora Ortiz Gasca

DIRECTOR DE TESIS

Dr. Franco Savarino Roggero

MEXICO, D.F. 2010


AGRADECIMIENTOS

A Dios por guiar mi vida

Esta, como en cada tesis, es la parte más difícil; pero primero que nada,
esta Maestría está dedicada a mis seres queridos, mi adorada familia quien
no me ha dejado un momento; a mi maravillosa Madre a quien le hered é el
no rendirme nunca y que lo peor que me pueden decir es no, pero que tal si
me dicen que sí, te amo mama. A mi Padre por su inmenso amor, sé que
está ahí cuando lo necesito, tu iluminas mi vida y yo la tuya; a mis adorados
hermanos Raúl y Karina por escucharme en mis crisis y sus consejos; los
quiero y a mis amadas niñas Ximena Victoria y Karina Michelle, son la luz
que iluminan mi vida cada día.
A mis adorados abuelos Victoria Jordán y José Gasca, quienes con su
amor y bendiciones me han ayudado a llegar a donde estoy. Al recuerdo de
mis abuelos paternos quienes viven en mi corazón Celia Souza y Carlos
Ortiz, los extraño.
A Marco Antonio quien ha llenado de ilusión mi vida y su sólo recuerdo
me roba una sonrisa; a mi amigueta que la adoro tal como es, mejor a amiga
no podría tener; a mi compadre Ignacio de quien aprendí que el de adelante
jala al de atrás; a Laura, Jesús y a Tomás una hermosa familia, gracias
amigos, los quiero; a Katia por su apoyo, amiga el futuro es brillante, a
Marilyn quien en estos dos años de maestría me apoyo mucho con su
amistad; a Martha Beatriz por su apoyo y amistad, mil gracias.
De igual forma a mis maestros de la maestría, pero en especial al
Doctor Raúl Aranda fue un honor volver a tomar clases con usted, al Doctor
Druzo Maldonado por fin entendí el periodo Colonial, al Doctor Mario
Camarena, al Doctor Pablo Yankelevich, al Doctor Tomás Pérez Vejo, a la
Doctora Katherine Good, por enseñarme el lado humano de la Antropología y
finalmente al Doctor Manuel Gándara y a la Doctora Hilda Iparraguirre.

1
A mis compañeros de maestría, mis amigas Aida, Indra y Annia,
gracias por su amistad y compañerismo, a mis amigos Eduardo y Ramsés,
igual mil gracias.
A mis lectores de tesis la Doctora Lourdes Mondragón, el Doctor
Claudio Vadillo y el Maestro Sergio Yáñez, gracia por sus aportaciones y
observación.
Y finalmente al Doctor Franco Savarino, de corazón gracias Franco
por ser mi maestro, te debo la parte principal de mi formación profesional, es
un honor ser tu alumna.
15 septiembre 2010

2
Índice
Introducción 5
Capítulo I. La educación en México, un sistema en evolución 11
1.1 El sistema educativo mexicano 13
1.1.1 Breve revisión histórica 14
1.1.2 El papel de la SEP en el ordenamiento del sistema
educativo nacional 28
1.1.3 Razones para la creación de la SEP 32

1.2 Las reformas educativas 35


1.2.1 ¿Qué son y cómo se implementan? 36
1.2.2 Las principales reformas educativas en México 37
1.2.3 Una revisión de los informes sobre los resultados de las
reformas educativas 42

Capítulo II. Los libros de texto gratuitos 47


2.1 Breve revisión de la historia de la Comisión Nacional de
Libros de Texto Gratuitos 54
2.2 Las principales reformas que han sufrido los libros de texto 60
2.3 ¿Cómo se determina el contenido de un libro de texto? 76
2.4 El papel de las autoridades educativas en la conformación,
edición y publicación de un libro de texto gratuito 79

Capítulo III. El libro de texto de Historia en tres momentos


de transformación política y educativa 86
3.1 Revisión de contenidos del libro de Historia 87
3.2 Relación transversal del currículo de Historia en los diferentes
grados de primaria 112
3.3 ¿Cómo se relaciona el currículo de Historia en los diferentes
grados de primaria? 117

3
Capítulo IV. La relación de los contenidos con el contexto 126
4.1 El panorama político y económico en cada reforma del libro
de texto de Historia 126
4.2 La relación entre el discurso político y los contenidos de
los libros de texto de Historia en cada reforma 145
4.3 La relación entre los contenidos del libro de Historia y los planes
nacionales de educación 165

Conclusiones 171
Obras consultadas 176
Anexo 1. Portadas de los libros de texto en el tiempo 186
Anexo 2. Programa de estudios de Historia y Civismo, 1959 190
Anexo 3. Programa de estudios de Historia de 1993 193
Anexo 4. Programa de estudios de Historia de 2009 209

4
Revisión Nacionalista del Libro de Texto
Gratuito de Historia de Educación Básica: sus
transformaciones desde 1959 hasta 2010
El conocimiento de la historia es la parte más hermosa de la erudición .
Juan Amós Comenio

Introducción
Si recuerdo mis estudios de primaria, tengo como referente una forma de
historia tradicional, en la que la concatenación de hechos políticos y
económicos, junto a los grandes movimientos sociales como la
Independencia o la Reforma, permitieron la configuración actual de nuestro
país, de la mano, claro está, de los principales héroes de la Patria; sin
embargo, en la actualidad, las nuevas generaciones ni siquiera tienen claros
los hechos que permitieron que México sea un país independiente, ni que
decir tiene de otros hechos más específicos como la guerra cristera, la
expropiación petrolera o la declaración de guerra a Alemania en el marco de
la 2ªG.M. Así, cuando intento que tengan una perspectiva de la Historia más
allá de la concepción tradicional, me enfrento a la dificultad de que ni
siquiera tienen claros los hechos que, me gustaría, pudieran analizar,
comprender o razonar en perspectiva. Entonces me surgen varias preguntas
¿es que acaso la información que reciben en el nivel básico sobre historia de
México es insuficiente?, ¿cómo es que se enfoca la historia en la primaria? ,
¿existe consistencia entre los contenidos de historia en los distintos grados
en que se revisa?, ¿cómo impactan los cambios sexenales a los contenidos
de los libros gratuitos de historia de primaria? Esta última pregunta cobra
especial relevancia ahora que el debate sobre los contenidos de historia ha
tomado fuerza, pues se eliminaron de los libros de enseñanza de historia
temas como la Conquista o la Colonia bajo el pretexto de que se vuelven a

5
revisar en secundaria, pero ¿cómo se fragmenta la historia de México
tomando como punto de partida la Independencia?, es más ¿cómo se explica
el proceso independentista sin el antecedente de la colonia, que necesita el
de la conquista y éste el de la época prehispánica?
Estas preguntas no tienen una respuesta única, pues son diversos los
factores a tomar en cuenta, además que es necesario enfocarlas
interdisciplinariamente para que se logre una respuesta lo más cercana a la
realidad. Reflexionando sobre esto fue que elegí a la historia cultural como
hilo teórico conductor para la resolución de las preguntas planteadas, pues
―…actualmente se recurre a la cultura para comprender los cambios
económicos o políticos que anteriormente se analizaban de una forma más
reductora e interna‖. 1 Ahora bien, se habla de cambios económicos o
políticos porque son éstos los que inciden en la educación y sus
herramientas; como las preguntas antes planteadas se orientan hacia el
estudio de un problema educativo: la enseñanza de la historia, a través del
análisis de una de sus herramientas más socorridas: el libro de texto; pero
tomando en cuenta el contexto social y político que los rodea; entonces se
considera pertinente la elección de la historia cultural como base teórica, no
ya para la resolución de las preguntas, sino para la investi gación del
problema que interesa y que ahora puede plantearse de la siguiente manera:
¿De qué manera incidió el contexto político y económico en las
transformaciones del libro de texto gratuito de historia en educación
básica, de 1960 a nuestros días, desde el punto de vista del
nacionalismo de sus contenidos?
La intención de esta investigación fue, entonces, conocer las
transformaciones del libro de texto de historia de educación básica desde
que se publicó por primera vez, así como la forma en que el con texto político
y económico incidió en ellas, es decir, si los contenidos de los libros de texto

1 Burke, Peter; Formas de historia cultural , Alianza Editorial, España, 1993, p. 245

6
además de obedecer a un sentido pedagógico, también lo hacen al sentido
del discurso político del gobierno en turno; pero poniendo especial atención
en el aspecto nacionalista de sus contenidos. Se tiene la hipótesis de que
los contenidos de los libros de texto gratuito de historia más que obedecer a
un sentido pedagógico, se rigieron por los aconteceres de la vida política del
país.
Con base en esta hipótesis se plantean los siguientes objetivos:

1. Determinar cómo es que se enfoca la historia en la escuela


primaria.
2. Saber si existe una correlación entre los contenidos de historia de
México en los grados de quinto y sexto.
3. Definir si los cambios sexenales impactan a los contenidos de los
libros gratuitos de historia de primaria.
4. Conocer cómo se da este impacto, en caso de que exista.

Así, la investigación realizada fue de corte cualitativo y de tipo


descriptivo, se revisó la bibliografía y la hemerografía pertinente para
establecer los cambios que los libros de texto han sufrido. Se consultó
directamente los contenidos de libros de historia desde 1960 a nuestros
días, con el fin de compararlos y determinar pros y contras de cada uno. Se
hizo una triangulación de este análisis del texto con el contexto histórico que
se vivía en cada reforma que haya sufrido el libro de historia, de manera que
pueda comprenderse los aspectos sociales, económicos o políticos que
hayan podido influir en la nueva configuración. También se revisaron los
planes sexenales de educación, intentando relacionar el contenido el
discurso con la organización, extensión y profundidad de los contenidos de
los libros de historia, específicamente en lo que respecta a historia de
México.

7
Para todo esto, se tomó como autor base a Peter Burke y como
encuadre teórico a la historia cultural. Se parte del principio de que la
historia tiene que interrelacionarse con otras ciencias –teoría social– para
poder subsistir. Con ello, se ampliará el objeto de estudio: los contenidos del
libro de texto gratuito de historia, así como las fuentes de utilización. Esa
ampliación se apareja con la posibilidad de mantener estructuras propias que
permiten criticar la fuente con los entramados derivados de sus paradigm as.
De no hacerse la historia de ese modo se correrá el riesgo de reducirla a los
antecedentes de otras ciencias.
Burke nos propone una historia que no sólo se base en la política o la
economía, sino en ―casi cualquier actividad humana‖, 2 es decir, existe la
necesidad de ampliar el territorio del quehacer histórico, de manera que se
busque un acercamiento máximo a la historia total la cual, por cierto, Burke
considera utópica pero inspiradora: ―En cierto sentido, la historia total es una
imposibilidad […] Braudel […] dice <<historia total>> para expresar un
ideal.‖ 3 En este sentido, la realización de un libro de texto involucra varios
actores: el alumno (que lo lee y de esta manera lo reconfigura), el maestro
(que lo enseña y también lo reconfigura a través de su enseñanza), el
―experto‖ (que pueden ser varios pues los unos serán expertos en la materia
sobre la que escribirán, mientras los otros deben ser expertos en
pedagogía), las autoridades educativas (que aprueban o desaprueban el
contenido) y el mismo gobierno (que establece las directrices bajo las cuales
se harán los libros). Todos estos sujetos se hallan condicionados por las
incidencias del entorno, por su contexto cultural, económico y político, por
las peculiares características del periodo histórico a que pertenecen, por lo

2 Burke, Peter; Formas de hacer historia, Alianza Editorial, España, 1993, p. 14


3 Burke, Peter; Historia popular o historia total, en Samuel, Rafael (ed.) Historia popular y
teoría socialista, Crítica-Grijalbo, España, 1984, p. 75.

8
que se tomaron en cuenta durante todo el proceso de análisis que culminó
con la elaboración de este documento.
El tomar a Burke implica dejar de lado la historia tradicional que se
enfoca en personas excepcionales (como líderes religiosos, caudillos
revolucionarios y otros) y comenzar a tomar en cuenta a toda clase de gente;
de esta manera, la historia cultural se ocupa de la gente común y de la vida
cotidiana, ―especialmente sus <<normas>> o convenciones subyacentes, lo
que Bourdieu denomina la <<teoría de la práctica>> y el semiólogo Jury
Lotman, la <<poética del comportamiento cotidiano>>.‖ 4 A fin de cuentas, el
proceso de enseñanza-aprendizaje de la historia en la primaria, es un acto
cotidiano dentro del aula, revisar el libro de texto y tomarlo como punto de
partida, también es algo que hace la gente común, todos lo hemos hecho.
Intentar responder a las preguntas que planteo en líneas anteriores, me lleva
necesariamente a trabajar con un marco teórico que se ajuste a las
necesidades y complejidades de la realidad educativa, parcelada en este
caso en la materia de historia en el nivel primaria; pero que a pesar de esa
delimitación no deja de ser compleja.
Hacer una investigación orientada a la historia cultural permite al
historiador una experiencia interdisciplinaria a través del estudio de casos
históricamente concretos y socialmente definidos. En este sentido, el estudio
de los libros de texto no es solamente una hermenéutica, sino una
recuperación de los entramados sociales que dieron por resultado los libros
de texto de historia en cada uno de los períodos sexenales que se revisarán
iniciando con el de López Mateos y culminando con parte del de Calderón.
Por otra parte, mi doble profesión como historiadora y como maestra
de historia en nivel medio me impulsó a esta investigación, pues he notado
las deficiencias metodológicas, culturales e informativas que padecen los
muchachos que son mis alumnos y que arrastran desde el nivel primaria. En

4 Burke, Peter; Formas de historia cultural , Alianza Editorial, España, 1993, p. 244

9
este sentido, me pareció necesaria la revisión de la evolución de los libros
de texto de historia, como una manera de dar un primer paso que nos lleve,
en una posterior investigación, a plantear soluciones posibles y propuestas
aceptables para lograr un cambio en esta tendencia a minimizar la
importancia de los contenidos de los libros de texto.
Considerando este orden de ideas se ha organizado este documento
considerando tanto la revisión histórica de hechos como del contexto que
rodea a lo que estudiamos: el libro de texto gratuito de historia. Así, en el
primer capítulo se hace una revisión histórica del sistema educativo
mexicano, considerando el papel de la SEP tanto en la conformación de este
sistema como en la historia de los libros de texto.
En el segundo capítulo se revisa de manera histórica y crítica al libro
de texto gratuito, desde que se lanza el decreto para que exista un libro de
texto único hasta el último cambio que ha sufrido con la reforma educativa
del sexenio de Calderón.
El tercer capítulo es una descripción de las tres grandes reformas que
ha sufrido el libro de texto de historia en sus contenidos y las polémicas que
estas reformas han suscitado, tanto en la sociedad en general como en
especialistas, intelectuales y autoridades.
Finalmente, el cuarto capítulo hace la relación del contexto político,
económico e histórico con los cambios que sufre el libro de texto de historia,
las polémicas y, en general, el sistema educativo mexicano.
Las conclusiones incluyen una revisión de todo lo anteriormente
mencionado, relacionándolo con el marco teórico que se plantea en esta
introducción y que es el hilo conductor de toda la investigación.

10
Capítulo I. La educación en México, un sistema en
evolución

En México se ha considerado a la escuela una de las instituciones más


importantes para el desarrollo integral del país. Por medio de ésta se
prepara al individuo para asumir su papel dentro de la sociedad a través de
la educación, ―una de las metas de los gobiernos posrevolucionarios en
México ha sido la instrucción y educación; en ocasiones esto ha tomado el
cariz de cruzada nacional para lograr el progreso del país‖. 5 Quizá por ello
es que en nuestro país se ha prestado principal atención a la difusión de la
educación básica, como principal instrumento para alcanzar el desarrollo
económico.
El Estado mexicano se ha preocupado por poner al alcance de todos
los niveles sociales la educación formal, 6 por lo que la ha decretado laica,
gratuita y obligatoria, adjetivos que la acompañan desde 1867, cuando entra
en vigor la Ley Orgánica de Instrucción Pública. Aún así, todavía hizo falta
toda una reorganización del sistema educativo mexicano que culminó –en
1921– con el nacimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP), para
que se hiciera realidad el decreto de 1867 en cuanto a la educación. Con
esto, se planteaba el objetivo principal: poner la educación básica al alcance
de todos. Para lograrlo, se fueron buscando diversas estrategias, una de

5 Torres Septién, Valentina; Algunos aspectos de las escuelas particulares en el siglo XX , en


Zoraida Vázquez, Josefina; La educación en la historia de México , COLMEX, México, 1992,
pp. 211-212.
6 Se entiende por educación formal incluye aquellos procesos de enseñanza-aprendizaje
llevados a cabo en centros de educación o formación, con carácter estructurado (según un
programa con objetivos, metodología, bibliografía, etc.) y a cuyo término se obtiene un
título o una certificación. El sistema educativo de un país se incluye dentro de esta
categoría.

11
ellas, fueron los textos escolares. 7 Si bien, en un primer momento no existían
los libros de texto gratuitos y homogéneos para toda la República; esto fue
más bien una evolución de la organización de la educación y la
determinación de políticas educativas específicas.
El desarrollo de una educación organizada a nivel nacional en México
surge después de la Revolución, 8 lo cual significa que se tiene relativamente
poco tiempo en esta tarea de organizar a la educación básica. Algo que se
observa en la educación nacional –desde tiempos del porfiriato y que no se
perdió después–es una tendencia a copiar modelos educativos que han
funcionado en otros países, pero que no necesariamente se corresponden
con la realidad nacional. Un claro ejemplo de esto son las reformas
educativas, las cuales, si bien persiguen un objetivo definido y tiene
fundamentos teóricos suficientes, no han podido dar los resultados
esperados, pues no han sido aplicadas correctamente.
Por otra parte, es posible afirmar que gran parte de los fallos en las
reformas educativas del país se encuentra en que no han sabido mantener
una continuidad histórica, ni trascender los errores del pasado, ―…l a
incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado‖. 9
Esto sucede, en parte, porque las autoridades educativas no han tomado en
cuenta la historia de la educación en México de una forma crítica, que los
ayude a entender los puntos débiles y a retomar los fuertes (a pesar de que
existen muchos estudios dedicados a historiar la educación en México desde
diversas perspectivas); digamos que hasta ahora, las autoridades educativas
y los pedagogos encargados de la planeación y puesta en marcha de las
reformas educativas, han visto a la historia de la educación en México como

7 Se debe tener claro que los textos escolares han sido una herramienta que ha acompañado
a la educación desde sus inicios; sin embargo, no son lo mismo que textos oficiales y
obligatorios que son los libros de texto gratuitos.
8 Esto no significa que antes no hubiera una organización de la educación; pero se ponía
especial atención al centro del país y no se buscaba abarcar a todas las clases sociales.
9 Bloch, Marc; Introducción a la Historia, Fondo de Cultura Económica, México, 1992, p. 38

12
menciona Bloch que se veía a las Historia originalmente, como una ―…serie
de fenómenos contemporáneos, sin una delimitación previa en los orígenes
de la historiografía contaban confusamente acontecimientos sólo unidos
entre sí por la circunstancia de haberse producido aproximadamente en el
mismo momento‖. 10 Esta forma de ―historiar‖ tiene la inconveniencia de que,
aunque observa hechos objetivamente, no matiza las individualidades de
cada evento y sus repercusiones en la colectividad. Quizá un claro reflejo de
esta falta de base histórica provenga del mismo fenómeno social que se
plantea describir a través de esta investigación: la evolución de los libros de
texto de la materia de Historia desde López Mateos hasta nuestros días.
Pues a través de ellos, se pueden observar los cambios, tanto estruc turales
como discursivos, que ha sufrido la educación y la manera en que han
permeado en la formación del mexicano promedio.

1.1 El sistema educativo mexicano


El sistema educativo mexicano es resultado de un proceso complejo de
organización cultural en nuestro país. Tal como se conoce hoy día nace con
José Vasconcelos, quien crea la Secretaría de Educación Pública (SEP), que
organiza el sistema educativo nacional en su totalidad. La relación de
hechos que se ponen a continuación es sucinta, pero destaca aquellos
aspectos que se consideran importantes para el problema que se investiga
en esta ocasión, pues es el deber del historiador ―…considerar el
conocimiento del periodo más antiguo como necesario o superfluo para el
conocimiento del más reciente…‖. 11 En este caso se hace de forma muy
breve, tan sólo para tener un panorama completo de la evolución del sistema

10 Bloch, Marc; Op. cit. , p. 23


11 Ibídem, p. 68

13
educativo mexicano en nuestro país y la manera en que hechos políticos,
sociales y económicos, influyeron en su conformación.

1.1.1 Breve revisión histórica


La educación formal ha existido en todas las sociedades desde el momento
en que éstas entran en un cierto grado de desarrollo y se establecen como
sociedades plenamente constituidas. Es por ello, que en México, la
educación forma parte importante de su estructura desde los tiempos
prehispánicos, destinada a formar a los jóvenes de acuerdo a su estatus
social, es decir, se veía a la educación como una forma de preservar y
transmitir la herencia cultural. Esta visión de la función educativa se
mantiene entre las clases altas españolas durante la Colonia aunque se
pierde para el resto del pueblo, esto sigue así hasta que en

… la segunda mitad del siglo XVIII y poco antes del estallido de nuestro
movimiento libertario, algunos preclaros intelectuales como Alegre,
Clavijero y Díaz de Gamarra intentaron imponer un sentido de
modernidad a la educación de nuestro país… 12

Es entonces cuando se da el movimiento de Independencia en México,


resultado –en parte– de la influencia de las ideas de la Ilustración. Durante
este periodo se considera a la educación como instrumento de
transformación de la cultura, pues por medio de ella se buscaba sembrar en
los jóvenes las nuevas ideas del México libre.
Sin embargo, no es sino hasta el gobierno de Juárez, que nace la
educación pública, pues hasta antes de que él dirigiera al país, la educación
había permanecido en manos de la Iglesia. De hecho, en la Ley Orgánica de
Instrucción Pública de 1869 Juárez elimina la enseñanza de la religión, es

12 Solana, Fernando, et. al.; Historia de la Educación Pública en México, Fondo de Cultura
Económica, SEP, México, 1998, p. 50.

14
decir le da a la escuela elemental el carácter de laica, además de los de
gratuita y obligatoria que anteriormente ya le había otorgado.
El hecho de separar la religión de la educación pública es básico para
que ésta deje de estar controlada por los conservadores. Como se puede
apreciar claramente, en ese momento se habían sentado ya las bases para
que la educación se diera como un medio de cambio social, que sembrara
en las mentes de los alumnos -futuros ciudadanos- las ideas y convicciones
del Estado Mexicano. Es decir, el control de la educación pasó de las manos
del clero a las manos del gobierno.
Al salir Juárez del poder, toma posesión Lerdo de Tejada, quien
encarga la administración de la educación pública a José Díaz Covarrubias,
quien continuó con la labor innovadora de Castilla, y de otros pedagogos.
Covarrubias se preocupó por analizar la situación de la educación en esa
época, realizando un estudio que le permitió dar una serie de sugerencias
para mejorar las condiciones educativas imperantes.
Resulta importante destacar que durante esta época, la educación
tenía grandes vicios, heredados de los antiguos sistemas de enseñanza y de
la manera en que se había venido organizando. Al ser creada la educación
pública, se procede a buscar la eliminación de vicios, y a implantar un
sistema que permitiera modernizar a la educación y volverla capaz de formar
a los nuevos hombres que se necesitaban para la sociedad naciente.
A partir de que Díaz ocupa la presidencia, la educación pública
presenta características bien definidas. Es en esta época que se sientan las
bases de una educación científica y moderna; como privaban en ese
entonces dos corrientes del pensamiento, la positivista y la liberal, ambas
buscan influir con sus principios a la educación nacional, lográndolo unas
veces la primera, otras la segunda, y en algunos casos ambas. Sin embargo,
esto no impidió que se introdujeran y desarrollaran nuevas técnicas
metodológicas, necesarias para la reforma educativa.

15
Sin duda, el Secretario de Justicia e Instrucción Pública que más
tiempo estuvo en el cargo, y el que tuvo una influencia decisiva en el modelo
educativo de la época porfiriana en su primera etapa, fue Joaquín Baranda.
Los avances en materia pedagógica fueron notables, por ejemplo, durante su
gestión se realizaron dos Congresos de Instrucción Pública a nivel nacional,
lo que permitió legislar mejor la educación y atacar sus puntos débiles,
llegando a consensos sobre diversos puntos en los que había polémica.
Hacia la segunda parte del porfiriato se destaca Justo Sierra, su obra
abarcó todos los niveles del quehacer escolar y cultural. Buscó una
educación para la libertad, elaborando un plan para poner la educación al
servicio del pueblo. Este tipo de educación tenía sus bases en las
pedagogías de Paulo Freire, quien consideraba a la escuela como un ―centro
democrático‖, 13 en el que se ―…privilegia la presencia cada vez más
consciente de los trabajadores, campesinos y urbanos en la reconstrucción
de la sociedad…‖ 14 También se preocupa por dar una educación a la mujer,
porque según sus palabras: ―La inferioridad de la mujer es una leyenda que
ha concluido hace mucho tiempo‖. 15
Por este tiempo, comenzó a gestarse la caída del régimen porfirista,
tomando el poder Madero, que fue asesinado en el suceso conocido como la
Decena Trágica, entra entonces nuestro país en un nuevo periodo de
violentas convulsiones históricas: La Revolución. Durante este periodo se da
pie al surgimiento de una educación popular, pues se considera que debe
estar al servicio de las mayorías y ser el instrumento de lucha contra el
estancamiento económico, político, cultural y social del pueblo.
Posteriormente, en los albores de la revolución, aparece el Manifiesto
del Partido Liberal Mexicano, que, entre otros puntos tocaba el de la

13 Escobar G., Miguel (ant.) Paulo Freire y la educación liberadora , Ediciones El Caballito –
SEP, México, 1985, p. 57
14 Ibídem
15 Solana, Fernando; Op. cit. , p. 54

16
instrucción, 16 misma que debía estar al alcance de todos los mexicanos sin
importar su condición social.
Este documento es una visionaria obra que sienta las bases de lo que
ahora son los artículos 3º, 123, 130 y 27 de nuestra actual Constitución. Otro
programa que ayudó a definir una nueva línea en materia de educación, fue
el del Plan de Ayala, que entre otras cosas, sentaba las bases para la
creación de la escuela rural, misma que se convierte en una institución
representativa de la auténtica educación popular en nuestro país.
La época de la revolución fue un periodo de grandes cambios en
materia educativa, pues buscó que la educación estuviera al alcance del
pueblo, que se preocupará por alcanzar el desarrollo de la comunidad, de
manera que se convirtiera en agente de cambio social. Sin embargo, es
lógico suponer que debido a las circunstancias imperantes durante este

16
En este punto conviene hacer un paréntesis para explicar que los términos ―instrucción‖
y ―educación‖ no son sinónimos. Durante mucho tiempo se mantuvo un debate en torno a si
se debía dar a los mexicanos instrucción o formación; pues durante la Colonia y hasta un
poco después de la culminación de la Independencia, el modelo educativo religioso,
apoyado fuertemente en la doctrina kantiana, establecía la instrucción basada en la
disciplina como la idea central del proces o educativo. [Ver Jaime Castrejón, Ensayos sobre
política educativa, INAP, México, 1986, pp. 20-22]. A principios del siglo XIX, las ideas de
la Ilustración, que tomaban en cuenta muchas de las premis as educativas de Rousseau -
que proponía una formación basada en la naturaleza humana y en la libertad de
aprendizaje- influyeron en la forma de conceptuar la educación en México. Los criollos
liberales y los insurgentes mexicanos coincidían en la necesidad de formar un sistema
educativo que tuviera un carácter menos religioso y que fuera más incluyente. Este debate
entre una postura rígida de la educación como instrucción y la postura flexible como
formación prevaleció aún después de la Independencia e incl uso se intensificó por la
aguda lucha entre conservadores y liberales. Cuando en el Manifiesto del Partido Liberal
Mexicano se hablaba de instrucción, en realidad se está hablando de formación; es decir,
no de la postura rígida y disciplinaria, sino de la manera en que lo plantea Rousseau; lo
que hace suponer que para ese momento había ya una confusión entre los términos de
formación e instrucción.

17
período de lucha armada, muchas de las grandes iniciativas en materia de
educación no podían ponerse inmediatamente en práctica, lo cual no implica
que no haya significado un cambio, por el contrario, la escuela que surge de
la Revolución es más pensada, popular, está más encaminada a la
verdadera educación y no sólo a la instrucción, y se caracteriza como una
escuela que lucha por formar hombres críticos, progresistas y
comprometidos.
Cuando Venustiano Carranza asume el poder, se promulga un
documento que habría de regir políticamente al país, la Constitución de
1917, misma que sigue vigente a la fecha (con sus consecuentes
modificaciones). En ella se establecieron preceptos verdaderamente
revolucionarios en materia de trabajo, propiedad de la tierra y otros
aspectos. Sin embargo, en lo que se refiere a educación, el proyecto inicial
era que siguiera siendo gratuita y laica sólo en las escuelas oficiales, y
obligatoria para todos. Hubo una gran discusión a este respecto, puesto que
existieron dos posturas, una que luchaba por que la educación fuera laica en
todas las escuelas (fueran particulares o no) y otra que declaraba la libertad
de enseñanza, haciéndola laica sólo en las escuelas oficiales. Luego de
varias discusiones, se impuso la primera, logrando que se impidiera que los
ministros de cultos pudieran dirigir o establecer escuelas, pero decretando
que la educación es libre. Además, en ningún momento se estableció que los
ministros de cultos no pudieran enseñar, sólo que debía ser una educa ción
laica, por lo que muchas órdenes religiosas siguieron impartiendo clases
―laicas‖. Podríamos decir, entonces, que el artículo 3º Constitucional no
significó ningún avance en la práctica; sin embargo, permitió sentar las
bases jurídicas de lo que hoy es la educación.
Posteriormente, durante el gobierno de Huerta, y a iniciativa de José
Vasconcelos, que en ese entonces era Rector de la Universidad Nacional de
México, se crea la Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes, que sería
la encargada de administrar la educación pública en todo el territorio

18
nacional, sin que por ello los estados dejaran de impulsar la educación por
su cuenta, fue así que nacen los conceptos de Escuela Federal y Escuela
Estatal. En el aspecto pedagógico, Vasconcelos innova al utilizar el concepto
educación, en lugar del de instrucción 17 que se había venido ocupando.
Ya durante el mandato de Álvaro Obregón, José Vasconcelos inicia la
gran tarea de formar y organizar lo que actualmente es el aparato educativo
de México. Entre otras cosas se realizaron estudios para elaborar los
programas de estudio del nivel básico tanto rural como urbano, se
difundieron las bellas artes, se impulsó a la educación media y a la
preescolar, se crearon más bibliotecas públicas, se editaron gran ca ntidad
de libros de texto gratuitos, se repartieron desayunos escolares para los
niños de escasos recursos, se promovió la investigación científica y el
intercambio cultural con el extranjero. Sin embargo no fue sencillo, al
principio los gobiernos de los estados se opusieron a que existiera una
Secretaría que controlara toda la educación, pues pensaban que eso violaba
el principio de soberanía de los estados. Afortunadamente la razón se
impuso y la SEP se creó y organizó bajo la dirección de José Vasconcel os.
La Secretaría de Educación Pública promueve, durante el periodo
vasconcelista, la educación para todos como un medio para liberar al pueblo
de la opresión y de la ignorancia, por ello se preocupa por alfabetizar a los
indios, a los campesinos y a los obreros. Con el objetivo de llegar a todo el
territorio nacional, se forman escuelas rurales, en las que se busca educar
―especialmente en aquellos conocimientos de aplicación inmediata que
perfeccionen los trabajos manuales y las industrias de cada región ‖. 18 Algo
destacable es que se forma un cuerpo de agentes viajeros con el fin de

17 Si bien, como ya se comentaba en otra nota a pie de página existía un debate entre el uso
de los términos instrucción y formación; hasta este momento no se había utilizado el de
educación que resulta mucho más amplio en cuanto a significado, pues involucra tanto a
la instrucción como a la formación, yendo más allá al tener como objetivo una articulación
integral de los aspectos físico y cognitivo.
18 Solana, Fernando; Op. cit. , p. 54

19
estudiar las diversas problemáticas de la nación, para así poder planear
servicios educativos que se ajustaran a la realidad que el pueblo vivía. La
Secretaría de Educación Pública busca establecer una escuela que enseñe a
vivir en la democracia, por ello forma el Consejo Federal de Educación.
Todo el clima político y social en que se ha venido desenvolviendo la
vida del país hasta el momento de la Revolución y durante varios a ños
después, desemboca - desde un punto de vista puramente pedagógico - en
el nacimiento de la escuela socialista. El principal punto de debate en este
aspecto fue el de la religión. Por tradición, la Iglesia habíase venido
encargando de la educación desde tiempos de la Colonia y deseaba seguir
haciéndolo; sin embargo, el pensamiento se enfocaba ahora distinto, el
hombre confiaba en su razón y en el progreso científico, la religión había
venido a menos, pues desde ―…el advenimiento y la expansión de la
revolución industrial […] las masas se han visto arrancadas, no únicamente
del hogar de sus antepasados, sino también de su tradicional religión‖. 19
Claro que esto había sucedido no sin resistencia, tanto por parte del mismo
pueblo como por parte de la religión. Aún así, cada vez se imponía más el
pensamiento racionalista, lo que creaba un vacío religioso.

Pero […] un vacío de esta especie no es natural y provoca una


urgencia de llenarlo con alguna nueva fe[…] Cuando las masas se han
tornado indiferentes a la fe y a la práctica del cristianismo histórico, han
tendido, más bien, a aceptar algún otro de los substitutivos que los
intelectuales han preparado para ellos y que les resultan más
atractivos, entre los cuales los más importantes son el comunismo y el
nacionalismo. 20

México eligió el nacionalismo. Para el gobierno de Plutarco Elías Calles, las


condiciones en el país -y en el mundo entero - habían cambiado. El

19 Hayes, Carlton J. H.; El nacionalismo una religión , IO-HISTORIA, UTEHA, México, 1966, p.
19
20 Ibídem , p. 20

20
surgimiento del socialismo como doctrina filosófica traía consigo toda una
reestructuración del pensamiento mundial, máxime cuando se convirtió en
una postura económica. Es en ese marco que se presenta un conflicto de
grandes dimensiones en nuestro país entre el clero y el gobierno,
principalmente debido al intervencionismo de uno y la intolerancia de l otro.
Ese conflicto repercute seriamente en la educación, pues el entonces
secretario de educación Manuel Puig Casauranc, dicta el 22 de febrero de
1926 un Reglamento Provisional para Escuelas Particulares con sanciones a
toda infracción del Artículo 3º Constitucional, por lo que muchos colegios
particulares fueron cerrados y maestros sacerdotes despedidos.
Surge entonces la llamada Guerra Cristera que dio serios problemas a
Calles durante su mandato. Hacia el término de éste y cuando Obregón
había sido reelegido como Presidente y posteriormente asesinado antes de
tomar el poder se crea el Partido Nacional Revolucionario (antecesor del
PRI) mismo que jugaría un papel decisivo, tanto en la vida política del país,
como en la legislación educativa.
Es durante el gobierno de Portes Gil que termina la Guerra Cristera, lo
cual dio paso a que la educación socialista 21 se diera más fácilmente, pues
ésta rechaza toda clase de religiosidad dentro de la educación. También
durante su mandato se logra la autonomía de la Universidad Nacional el 10
de julio de 1929. Después de Portes Gil, tocó el turno en la silla
presidencial a Ortiz Rubio, aunque quien en realidad manejaba todo seguía
siendo Calles - el Jefe Máximo, como era conocido - razón por la cual se le
llama Maximato a este periodo de la historia mexicana. La figura de Calles
influenciaría determinantemente el rumbo que tomaría la educación en
nuestro país.

21 El término educación socialista en México tenía el significado de “no religiosa”, enfocada


a desaparecer el fanatismo y los prejuicios y crear un concepto racional del universo y la
vida social.

21
Narciso Bassols, en 1931, realizó una acción radical e imperativa
sobre la educación, se propuso terminar con cualquier reducto eclesiástico
que aún quedara en las escuelas. En primer lugar expidió un Decreto
mediante el cual hacia extensivo el carácter laico a las escuelas secundarias
particulares, de igual manera, se preocupó por eliminar de la práctica
docente a cualquier miembro o ministro religioso. Aunque hubo protestas,
todo siguió su curso normalmente. Al empezar la década de los treinta, la
polémica sobre el socialismo 22 en la educación alcanzaba su punto álgido

En la Segunda Convención Ordinaria del PNR, reunido en Querétaro en


diciembre de 1933, se elaboró el Primer Plan Sexenal y se postuló a
Lázaro Cárdenas como candidato del Partido a la presidencia de la
República. En esa Convención se propuso darle a la educación un
enfoque más radical, proponiéndose sustituir la educación laica por la
socialista. Dicha propuesta no fue aceptada en principio, pero
posteriormente al manejarse como sinónimos racionalista y socialista,
se logró generar un consenso, por lo que la Convención aceptó esta
propuesta la cual pasó como iniciativa a la Cámara de Diputados. El
PNR explicaba que el socialismo propuesto no sería a la manera como
se estaba llevando a cabo en otras partes del mundo, sino se trataba
del socialismo de la Revolución mexicana, por lo que, si originalme nte
el proyecto se sustentaba en el socialismo científico pasó, después de
acalorados debates, a poner el énfasis en el carácter nacionalista de la
educación, quedando en el Art. 3º. Constitucional de la siguiente
manera: "La educación que imparta el Estado será socialista y, además
de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los
prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y
actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto
racional y exacto del Universo y de la vida social". La educación
socialista era obligatoria para la primaria, la secundaria y la normal, la
educación superior se excluyó de este ordenamiento. 23

22 Hay que hacer puntualizaciones al respecto; en primer lugar, ya en los años veinte se
consideraba a México como “bolchevique”, porque el nacionalismo mexicano era
antimperialista pues se oponía a que los inversionistas extranjeros utilizaran el recurso de
los derechos extraterritoriales e invocaran el derecho internacional para perpetuarlos;
pero México no era “bolchevique” realmen te; sin embargo, la izquierda mexicana
dominante en esa época, compartía la idea de que el gobierno debía “compartir” el poder
con sus gobernados.
23 Cfr., Francisco Larroyo, Historia comparada de la educación en México, 8ª ed., Porrúa,
México, 1967.

22
Amén del problema del socialismo surge otro, el de la educación sexual,
misma que es recomendada a los gobierno a partir de la celebración del VI
Congreso Panamericano del Niño. Esta polémica sobre la impartición de la
educación sexual se complicó con el religioso, y por supuesto con el del
socialismo en la educación. A este respecto, aunque Bassols defendía el
laicismo en la educación y consideraba recomendable la impartición de una
educación sexual, no se hallaba del todo de acuerdo con la intromisión del
socialismo en las prácticas pedagógicas del sistema educativo mexicano.
Aún así, los inicios sobre la reforma socialista al Artículo 3º se dan en
el campo político electoral. Se buscaba que la educación se reformara para
que se diera la sustitución del régimen capitalista por un sistema que
socializara los medios e instrumentos de producción econ ómica. A este
respecto el entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México,
firmó un acuerdo con Vicente Lombardo Toledano 24 en el que aprobaba la
postura de socializar la educación. Acuerdo al que se opusieron, por medio
de una huelga, los estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, a la que otras Facultades se unieron. Después de varios conflictos
finalmente se logró la destitución del rector y la salida de Lombardo
Toledano de la Universidad. Este problema se generalizó a otras
Universidades del país que lucharon por mantener la autonomía y la libertad
de cátedra ante las reformas socialistas, lucha que al final ganaron los
estudiantes.

24 Fue un líder obrero cuyo pensamiento concebía al hombre como lo más hermoso en el
universo; de allí que se destacara como humanista, defensor de las causas de los obreros
y convencido de que el ejercicio de la razón es el medio principal del proceso de
humanización. Por ello considera que la escuela ayuda a la transformación social, de allí
que a través de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) buscara luchar
“…porque la escuela, en todas sus formas, sea un factor social al servicio de los intereses
de las mayorías y por la aceptación de los valores de la cultura proletaria” (Lombardo
Toledano, Las corrientes filosóficas en la vida de México . Universidad Obrera de México.
México, 1963, p. 82). Es decir, la escuela debe enseñar a pensar científicamente para
forjar un criterio en los individuos, pero también para transmitir un criterio proveniente
del Estado.

23
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas se nombra secretario de
Educación Pública a Ignacio García Téllez, quien sería el encargado de
encontrar la orientación política y pedagógica que debía darse al Artículo 3º.
Para entonces ya se encontraba contemplada, dentro del Plan Sexenal, la
reforma socialista a la educación. Así, García Téllez tan sólo buscó la mejor
forma de ponerla en práctica.
La educación socialista en México buscaba

… suministrar los medios y organizar los planteles para conducir a los


obreros y campesinos desde las enseñanzas elementales hasta los más
altos tipos de cultura técnica y profesional (…), aspiraba a la formación
de obreros calificados para que las masas proletarias tuviera una justa
participación en el aprovechamiento de las riqueza (…). 25

Se buscaba así mismo proporcionar asistencia social, dar una orientación


socialista a todos los niveles de la sociedad mexicana, eliminar el
analfabetismo, difundir la cultura en medios indígenas, establecer más
escuelas rurales, fundar escuelas nocturnas, reorganizar las escuelas
normales para orientar la formación de los maestros hacia ámbitos
socialistas, entre otras muchas cosas. Un hecho lamentable que se produjo
a raíz de la orientación socialista a la escuela, fue la violencia contra los
maestros, quienes se convirtieron así en catalizadores de la lucha social.
Hasta este momento, la política educativa había sido radical y el
aspecto socialista se había propuesto desde un punto de vista antirreligioso
más que otra cosa. Es entonces cuando Cárdenas rompe con Calles, dando
por terminado el periodo del Maximato. A partir de esta ruptura, el socialismo
en la educación se vuelve más moderado. Toma entonces posesión como
Secretario de Educación Pública Gonzalo Vázquez Vela, quien también era
moderado, lo que le convino a Cárdenas. Sin embargo, a pesar de haber

25 Solana, Fernando; Op. cit. , pág. 240

24
eliminado el radicalismo en la reforma socialista, subsistía la confusión con
respecto a qué tipo de socialismo se orientaría la pedagogía.
Aunque la idea de una educación socialista era teóricamente buena,
se demostró en la práctica que no era correcta, principalmente porque no se
correspondía con la realidad social que vivía en ese entonces el pueblo
mexicano, ni tampoco con los ideales heredados de la revolución que eran
nacionalistas. 26
Al ocupar Ávila Camacho la presidencia se inicia una doctrina de
unidad nacional y se reforma la educación socialista. Toma posesión como
titular de la SEP Luis Sánchez Pontón, quien sostuvo firmemente los
postulados del Artículo 3º Constitucional, reestructuró la SEP para hacer
posible la unificación de los sistemas de enseñanza, su salida se debió a las
luchas internas de los maestros y la imposibilidad de Sánchez Pontón para
conciliarlas, además de su inclinación hacia los elementos radicales.
Es entonces cuando toma posesión Octavio Véjar Vázquez, quien
buscó atemperar los planes de estudio, combatir los elementos radicales,
buscar la unidad de los maestros e incorporar a la iniciativa privada a la
educación. Vázquez Véjar sostiene que es incompatible un gobierno
democrático con una educación sectaria, por lo que se debe fomentar una
escuela ajena a toda influencia extraña. Los conflictos magisteriales
continuaron durante su gestión y surgieron nuevos, ante esto tomo medidas
enérgicas que crearon un clima de terror y persecución, por lo que todo
intento de unificación fracasó.
Entró en su lugar Jaime Torres Bodet, quien logró la unificación del
magisterio y mejoró métodos de la educación, construyó escuelas, capacitó
maestros y logró su mejoramiento económico. Durante su gestión se realizó
una Campaña Nacional de Alfabetización. Llevó a cabo una importante obra

26 Debemos recordar que el nacionalismo tiene la “gracia” de que no llega a una minoría
selecta, sino que despierta la emoción de las masas debido a que enarbola el ideal de
libertad e igualdad entre los hombres. Es una forma de trascendencia atea.

25
editorial al publicar la Biblioteca Enciclopédica Popular en una forma
sencilla, lo que permitió su multiplicación. También se llevó a cabo el Primer
Congreso de Educación Normal, en el que se planteó la necesidad de
reformar los planes de estudios para ampliar los contenidos programáticos,
así como de establecer un bachillerato para los maestros de educación
primaria.
Con base en la política de la Unidad Nacional se reformó la
Constitución en su Artículo 3º, quedando la orientación de la educación
como permanece hasta la fecha, y cambiando esta orientación de socialista
a democrática, integral, nacional, obligatoria, científica y gratuita, 27 con lo
que Torres Bodet da fin al conflicto largamente discutido sobre la laicidad de
la educación.
Cuando Miguel Alemán llega a la presidencia, su ideario educativo se
resume en los siguientes puntos: fomentar la escuela rural, continuar con la
alfabetización, construir escuelas, capacitar al magisterio, poner libros al
alcance de todos, fomentar la enseñanza técnica, y difundir la alta cultura.
El gobierno de Adolfo Ruiz Cortines buscó también la industrialización,
consideró al problema educativo en su más amplia expresión. En este
periodo se desarrollan las ideas educativas de José Ángel Cisneros, quien
tenía la idea de crear una filosofía de la mexicanidad, que no pasó de ser
mera teoría de ensayos periodísticos. Durante su gestión, los servicios
educativos fueron aumentados, aunque la alfabetización disminuyó, sin
embargo la educación superior recibió gran apoyo.

27 Esta reforma obedece al hecho de que para 1946, que se reformó el artículo 3º, Manuel
Ávila Camacho deseaba eliminar el estigma socialista que había marcado el gobierno de
Lázaro Cárdenas, por ello se cambia la educación socialista por una educación
democrática. Se debe entender que en este periodo da inicio una política de conciliación
nacional que busca –entre otras cosas- ubicar adecuadamente el rumbo de la educación;
porque el vocablo “socialista” se prestaba a muchas confusiones ideológicas, México era
un Estado social, no socialista; aunque sí se buscab a una política social en este país. Para
evitar la confusión se cambia el término por “democrática” lo cual se ajusta más al sentido
que se pretende: el gobierno del pueblo a través de sus representantes; una educación
“democrática” es una educación que ofrece igualdad de oportunidades a todos los
sectores sociales del pueblo.

26
Durante el gobierno de López Mateos, Torres Bodet vuelve a
desempeñarse como secretario de Educación Pública, y se puso en práctica
el Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria en
México, mismo que se calculó a largo plazo (11 años). Este Plan no funcionó
como se esperaba, principalmente porque se basó en datos que no
correspondían con la realidad.
En esta segunda gestión de Torres Bodet se creó la Comisión
Nacional de Libros de Texto Gratuitos; se realizó una reforma a los planes
y programas de estudio, con la que se buscó elevar la calidad de la
educación; se impulsó la formación y el mejoramiento profesional del
magisterio; se establecieron los primeros centros regionales de enseñanza
normal.
El periodo presidencial de Adolfo López Mateos, con Jaime Torres
Bodet al frente de la SEP, es relevante porque se atreve a proponer nuevas
perspectivas a la educación, y logra elevar su calidad y ponerla al alcance
de todos. Además, logra encauzar a la educación por el camino que ha
seguido hasta ahora. Para nuestra investigación, la relevancia estriba,
además, en que es el sexenio en el que los libros gratuitos se convierten en
una realidad, dando a la educación nacional una estandarización de la que
carecía hasta entonces. Adolfo López Mateos veía en este hecho el
cumplimiento de su labor, "...al recibir gratuitamente sus textos –no como
una gracia sino por mandato de la ley- se acentuará en los educandos el
sentimiento de sus deberes hacia la patria, de la que algún día serán
ciudadanos". 28
A partir de este momento, el país se encuentra ya en calma, los
lineamientos sociales, económicos y políticos siguen directrices bastante
estables, y los cambios que se dan se hacen de manera pacífica, todo esto

28
Citado en el Boletín del Consejo Nacional Técnico de la Educación., no.6 junio de 1959 ,
p.59

27
se refleja en la educación, que también comienza a funcionar sin mayores
conflictos. Esta calma se rompe durante el conflicto de 1968, de grandes
repercusiones sociales pero que no significó cambios en las políticas
educativas, o en los contenidos académicos, aunque sí en la actitud y
conciencia de los maestros y estudiantes que lo vivieron.
En la actualidad, la educación enfrenta de nuevo severas crisis, el
rezago educativo es cada vez mayor, la alfabetización se ha reducido a la
mera entrega de certificados sin lograr una verdadera educación de calidad.
Aunque se han logrado muchos avances también se han tenido retrocesos.
Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se llevó a cabo u n estudio
de las principales carencias y problemas educativos, mismo que desembocó
en la Reforma Educativa y la Carrera Magisterial. De la cual apenas se están
viendo los resultados, pues como todo proceso educativo, lleva tiempo poder
evaluarse.
Por su parte, con el cambio de partido en el poder y el inicio de la era
panista, Vicente Fox convocó a los intelectuales, maestros, padres de familia
y todo aquel interesado en mejorar la educación a mesas de debate que se
extendieron por todo el país con el fin de encontrar las fallas y las carencias
de la educación en México y proponer directrices para mejorarlas. Felipe
Calderón ha seguido en esta línea, que pugna por mejorar la educación
proponiendo un sistema educativo privado al que el Estado ayude a través
de incentivos y becas; lo que contradice el espíritu del artículo 3º
Constitucional, que siempre ha buscado una educación canalizada a través
del Estado.

1.1.2 El papel de la SEP en el ordenamiento del sistema educativo


nacional
El sistema educativo público de un país es el depositario de las esperanzas
de progreso y prosperidad de un pueblo. A través de la educación pública el

28
gobierno asume la responsabilidad indelegable de proveer a sus ciudadanos
más jóvenes las herramientas para formarse como personas preparadas. La
escuela pública es considerada en nuestro país como una vía para acceder a
un mejor futuro; por ello, es de gran importancia la manera en que los niños
se formen en ella, pues se están formando los ciudadanos del futuro. De allí
que su organización y buen funcionamiento, sean la base para una
educación integral en todos los niveles de la misma.
En México, el Estado siempre ha tomado un papel activo en la
educación pública de todos los niveles, siendo la Secretaría de Educación
Pública, el organismo encargado de determinar los cauces y las directrices
de la educación nacional.
En el ámbito legal, la Constitución Política de México y la Ley General
de Educación (LGE) son los principales documentos legales que regulan el
sistema educativo mexicano. El artículo 3º de la Constitución estipula que:

Todo individuo tiene derecho a recibir educación y que la federación,


los estados y los municipios la impartirán en los niveles de preescolar,
primaria y secundaria. Asimismo establece que la primaria y la
secundaria son obligatorias. El Estado promoverá y atenderá todas las
diferentes modalidades educativas incluyendo la educación superior,
apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el
fortalecimiento y difusión de la cultura de México.

Mientras que la Ley General de Educación, en su artículo 10 nos


señala que está formado por: educandos y educadores; autoridades
educativas; planes, programas, métodos y materiales educativos;
instituciones educativas del estado y sus organismos descentralizados;
instituciones particulares con autorización o con reconocimiento de validez
oficial por parte de la SEP; e instituciones de educación superior autónomas.
A través de la SEP, el gobierno federal determina los planes y
programas de estudio en el ámbito nacional, tomando en consideración las
opiniones de los gobiernos de las entidades federativas y de los diversos

29
sectores involucrados. La educación impartida por el Estado es laica y está
orientada por los resultados del progreso científico; por tanto, lucha contra la
ignorancia, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
De acuerdo al documento La Regulación de la Educación en Materia
Federal, 29 la principal función de la SEP es la educación, para ello fue
creada el 25 de septiembre de 1921 y se mantiene con ese objetivo
primordial desde entonces. Para llevar a cabo dicha función, esta secretaría
debe tomar en cuenta tanto a los sujetos que intervienen en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, como a la sociedad en general, a las autoridades
que se vinculan con él, a los medios con el que se desarrolla y a una serie
de factores y elementos que modifican constantemente dicho proceso. Así,
determina normas, establece la manera en que se organiza el sistema
educativo mexicano, dicta planes y programas de estudio, regula entidades
privadas que imparten educación y mantiene un estrecho contacto con todos
los sectores involucrados.
La SEP pretende crear condiciones que aseguren que todos los
mexicanos puedan acceder a una educación de calidad, desde cualquier
parte del país e iniciando en el nivel que así requieran. Si bien, esta misión
resulta complicada, debido a las mismas características de México, que
dificultan una estandarización de los procesos educativos, aún así, desde
hace más de cincuenta años se ha mantenido un libro de texto único por
asignatura para toda la república; aunque cabe señalar que existen algunos
específicamente diseñados para la escuela rural, aunque en este punto, de
todas formas existe una homogeneización de todas las zonas rurales, siendo
que cada una tiene sus peculiaridades propias.
En lo que respecta a su labor para ordenar el sistema educativo
mexicano, lo que la SEP busca es lograr que éste sea amplio para que
abarque toda la nación; articulado, para que exista una continuidad entre sus

29 Disponible en el portal de la SEP http://www.sep.gob.mx

30
distintos niveles, pero también entre sus diversas instituciones, de manera
que se pueda iniciar la educación en una parte del país y termina rla en otra.
La SEP ha articulado el actual sistema educativo mexicano con seis niveles
educativos:
1. Inicial
2. Preescolar
3. Primaria
4. Secundaria
5. Media superior (bachilleratos y profesional media)
6. Superior (licenciatura y postgrado).

La educación inicial proporciona educación y asistencia a los niños de


45 días a 5 años 11 meses de edad, hijos de madres trabajadoras. Esta
educación se da en los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) y en
numerosos centros privados de atención infantil inicial o ‗maternal‘. La
educación inicial no es obligatoria.
La educación preescolar atiende a niños de 4 y 5 años de edad. Se
imparte generalmente en tres grados escolares y se ofrece en tres
modalidades: general, indígena y cursos comunitarios.
La educación primaria es de carácter obligatorio por mandato
constitucional. Se imparte a niños y adultos. La primaria para niños la cursan
en seis años (seis grados) los niños en edad escolar, es decir, que tienen de
6 a 12 años y se imparte en los medios urbano y rural.
La educación secundaria es obligatoria y se imparte en los siguientes
servicios: general, para trabajadores, tele secundaria, técnica y abierta; con
excepción de la abierta, todos los demás servicios componen la secundaria
escolarizada.
El nivel medio superior comprende tres tipos de educación:
propedéutica (bachillerato general), propedéutica-Terminal (bachillerato
especializado o tecnológico) y Terminal (profesional medio).

31
La educación superior es el máximo nivel de estudios. Comprende
licenciatura y postgrado en educación normal, universitaria y tecnológica.
Además de autonomía y libertad de cátedra; por lo que las políticas
educativas comprendidas en los Planes Nacionales de Educación (se realiza
uno por sexenio), sólo establecen directrices deseables en la educación
superior, pero no instituyen sus planes y programas; pues éstos son
determinados por la misma institución universitaria.
Por otra parte, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos
(Conaliteg), dependiente de la SEP, es el organismo descentralizado
encargado de producir y distribuir los libros de texto para el nivel básico. Es
importante aclarar que la Conaliteg no autoriza o desautoriza el contenido de
los libros, ese es papel de la SEP, que debe revisar que el contenido esté
acorde al plan de estudios actual, las políticas educativas vigentes, el plan
nacional de educación y otros factores que se han marcado como relevantes
para determinar el contenido de los libros; los cuales, por otra parte, son
elaborados por expertos en las diferentes asignaturas, muchas veces
sometidos a concurso para elegir aquél que será más adecuado.
Desde sus inicios, la SEP se encargó de regir los destinos del sistema
educativo mexicanos, pero a finales de los años cincuenta, con el nacimiento
de la Conaliteg (Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito) y la creación
del libro de texto gratuito, la SEP comenzó a implementar formalmente
propuestas de organización curricular, concretadas a través de los Planes y
Programas de Estudio de Educación Primaria. Estas propuestas
fundamentaron el contenido de los libros de texto gratuitos.

1.1.3 Razones para la creación de la SEP


Desde sus inicios como nación, México reconoció la importancia de que el
pueblo accediera a la educación laica, como una forma de alcanzar la

32
soberanía verdaderamente, José María Luis Mora hacía alusión a esto al
afirmar que…

…los mexicanos formados por el clero [...] no harían otra cosa, puestos
a elegir libremente las instituciones políticas y sociales [...] que aquellas
que coincidiesen con la forma de educación que habían recibido. Por
ello era menester arrebatar al clero la educación y obligar a todos los
mexicanos a recibir una educación liberal. 30

Ese mismo pensar perduraría en el tiempo y permitiría dar forma a las


instituciones educativas del Estado, en un primer momento, cuando se crea
la Constitución de 1917, se considera importante suprimir la Secretaría de
Instrucción Pública y Bellas Artes, pues lejos de democratizar la educación,
lo que hacía era centralizarla en el Distrito Federal y los territorios federales.
Debido a ello se consideró que cada municipio debería hacerse cargo de su
propia educación. Esto fue algo que superó con creces las facultades de los
municipios, además que no existía manera de mantener una continuidad en
la educación de un lugar a otro del mismo país. Es hasta que Adolfo de la
Huerta toma el poder, que se inician los cambios necesarios para que la
educación volviera a formar parte de las secretarías que conformaban el
gobierno federal.
Se hizo entonces evidente la necesidad de crear una Secretaría de
Educación Pública a nivel Federal, proyecto que emprende José
Vasconcelos Calderón. La idea era lograr que la educación estuviera al
alcance de todos, pero también era crear un organismo nacional que pudiera
organizar el proceso educativo en niveles bien determinados, que ofreciera
una educación que integrara a los indígenas, a los habitantes de poblados
rurales, a las mujeres. La idea de la creación de la SEP era poder ofrecer la
educación sin distingos ni exclusiones de ninguna especie.

30 Alfonso Caso et. al ., El liberalismo y la reforma en México , p. 499.

33
En ese sentido se buscaba que las tareas educativas se asumieran
desde la perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social;
cuando Vasconcelos toma posesión como rector de la Universidad (lo que lo
colocó al frente del proyecto de creación de la SEP) afirmó:

"Al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los


que saben algo, en favor de los que nada saben; me refiero a una
enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productiva de cada
mano que trabaja, de cada cerebro que piensa [...] Trabajo útil, trabajo
productivo, acción noble y pensamiento alto, he allí nuestro propósito
[...] Tomemos al campesino bajo nuestra guarda y enseñémosle a
centuplicar el monto de su producción mediante el empleo de mejores
útiles y de mejores métodos. Esto es más importante que distraerlos en
la conjugación de los verbos, pues la cultura es fruto natural del
desarrollo económico [...] " 31

Es bajo esta tónica que se constituye la Secretaría de Educación Pública el


25 de septiembre de 1921. Desde el principio, la SEP tuvo actividades
vastas, pues organizaba cursos, abría escuelas, fundaba bibliotecas, editaba
libros, alfabetizaba adultos, etc.
La SEP comenzaba a servir para aquello que se había creado, poner
la educación al alcance de todos; pero conforme su historia fue avanzando y
con ello la sociedad mexicana se tornó más compleja, la tarea que había
emprendido la SEP se vio también complicada por un sinnúmero de factores
en los que la Secretaría no puede interferir directamente y que son ajenos a
la educación como tal, pero inciden en ella de diversas formas.

31 Vasconcelos citado en http://www.sep.gob.mx/wb/sep1/sep1_Historia_de_la_SEP?page=3

34
1.2 Las reformas educativas
No es tarea fácil establecer qué exige la sociedad de la educación y qué
contribución puede o debe hacer ésta a la cultura. Y es precisamente allí
donde se hace necesario realizar un análisis constante de los fines y las
exigencias de la sociedad y de las fuerzas que operan en ella, con el objeto
de mantener a la educación orientada en un sentido de realidad: qué
conocimiento, capacitación y valores son más importantes.
Las dificultades del análisis de la sociedad y la cultura para
proporcionar una guía para la educación, no residen en la impotencia de las
ciencias de la conducta ni en la carencia de hechos. Por el contrario, la
educación recibe mayor ayuda debido al gran progreso de las ciencias que
constituyen los fundamentos sociales de la educación. Hay más datos sobre
la cultura, así como conceptos más penetrantes con los cuales analizarla,
entender sus valores esenciales y la dirección de sus cambios; es decir,
―estudiar la historia cultural como un proceso de interacción entre diferentes
culturas, entre hombre y mujer, la ciudad y el campo, católico y protestante,
musulmán e hindú, etc. Cada grupo se define en contraste con los demás,
pero crea su propio estilo cultural…‖ 32
Para desarrollar un programa educativo adecuado hay que realizar un
estudio ininterrumpido de la cultura en la cual actúa la educación. Es
evidente que la sola extensión y el manejo del currículo actual no es una
respuesta para tales interrogantes, que antes que surjan los contornos
detallados del currículo necesario deben ser enfocados ciertos criterios y
perspectivas más amplios. Uno de ellos es la necesidad de crear una
orientación integral hacia la sociedad y el hombre considerados en su
totalidad. Esta visión universal integrada no puede producirse cuando la
educación consiste en un conocimiento ‗desordenado‘. El conocimiento y el

32 Burke, Peter; Formas de historia cultural, Alianza Editorial, España, 1993, p. 257

35
aprendizaje tienen que ser tan seleccionados y organizados como para
proporcionar al adulto joven un sentido de unidad y de relación significativa
entre él mismo y su mundo. La educación debe ayudar al individuo a
encontrar el sostén que la cultura le ha ayudado a perder.
Las reformas educativas no han logrado ir a la par de los cambios
sociales, económicos y culturales del país, no digamos del mundo entero.
Los libros de texto han sido un fiel reflejo de esas reformas y lo que se
observa es una pérdida continua de contenidos, una simplificación de
estructuras y una tendencia a llenar al alumno de afirmaciones a priori, sin
un trabajo creativo e investigativo que permita formar alumnos con criterio,
listos para enfrentar una sociedad cambiante y vertiginosa. El problema de
las reformas es que se han hecho de arriba hacia abajo, es decir, parten del
gobierno sin tomar en cuenta las verdaderas necesidades educativas del
país hacia el que están dirigidas; por otra parte, la sociedad mexicana se
encuentra fragmentada, pues cada sector social lucha por sus intereses y
sólo por ellos, sin una verdadera conciencia de nación ni un consenso que
permita el progreso real del país.

1.2.1 ¿Qué son y cómo se implementan?


Desde hace tiempo, el tema de la "reformas educativas" ha estado presente
en los debates del campo educativo. Hasta ahora, las principales reformas
educativas no han dado los resultados esperados ni han tenido el enfoque
requerido. Acabaron, por el contrario, imponiendo la línea de la "educación
básica" como la estrategia que habría que desarrollar en función de la
capacitación que el mercado necesita para la moderna competitividad.
La tradición de la reforma educativa en nuestros países ha sido atribuir
los problemas a la falta de recursos financieros y ubicarlos en el lado de la
ejecución. No obstante, todo indica que hay dificultades también en el diseño
de las políticas, y que es necesaria una revisión y un viraje profundos en la

36
manera como los gobiernos y las agencias internacionales vienen encarando
el tema educativo y el de la reforma educativa en particular.
Los actuales indicadores utilizados para evaluar dicho desarrollo,
centrados en el avance de la cobertura y de la eficiencia de los sistemas
escolares, no revelan la contribución de la educación a esos valores
fundamentales: el desarrollo integral de los educandos, la formació n de su
conciencia, el ejercicio responsable de su libertad, su capacidad para
relacionarse con los demás y para respetar a todos. Tampoco revelan si las
respuestas que están dando los sistemas educativos a las necesidades
fundamentales de las grandes mayorías de la población son las más
adecuadas y significativas para estas mayorías.
Las reformas educativas son hechos que históricamente aparecen
como prácticas sociales privilegiadas de proyectos políticos, y uno de sus
principales medios para incorporar, modificar, cambiar, mover y experimentar
estrategias que afectan directamente en el proceso de enseñanza
aprendizaje y en los contenidos curriculares. Además, las reformas también
están directamente relacionadas con la formación docente, y se encuadran a
la dinámica de los sujetos al interior de las estructuras políticas.

1.2.2 Las principales reformas educativas en México


Dominio intelectual pedagógico, 1824-1908
Dentro de la historia de la educación en México podemos encontrar a la
figura del maestro como el sujeto clave e ideal para realizar la tarea de
preparación de las nuevas generaciones. 33 También encontramos que esta
figura en distintas épocas ha jugado diversos papeles de acuerdo con las
disposiciones y las luchas de poder simbólico desde hace siglos para

33 De Certau, Michel, La escritura de la historia, México, uia, 1993, cap. II, pp. 67-118

37
controlar y legitimar la educación: la Iglesia, los particulares no religiosos y
el Estado.
A mediados del siglo XIX encontramos que la figura del maestro no
estaba integrada en una comunidad de docentes, tampoco era prioridad ni
era tomada en cuenta por el Estado. Sin embargo, esto fue cambiando a
consecuencia del problema que existía acerca de la falta de atención a la
educación elemental en donde sólo el maestro podría solucionarlo. Para esto
se requería formar a maestros y el Estado no estaba en condiciones de
hacerlo.
En estas circunstancias la Compañía Lancasteriana, perteneciente a la
iniciativa privada, resolvió el problema de diferentes formas. Una de ellas fue
establecer en la ciudad de México, en 1823, la primera escuela normal que
preparaba a los maestros en la técnica y práctica del sistema lancasteriano.
A partir de la gestación de la escuela normal se comienzan a
perfeccionar los métodos de enseñanza de la lectura y la escritura,
posteriormente se implementan nuevas reformas didácticas.
Los intentos sistemáticos y formales de la educación se iniciaron a
partir de que el Estado se hace cargo de la educación pública durante la
etapa del porfiriato. Durante esta etapa Enrique C. Rébsamen contribuyó al
modo de ver la educación y a la forma de practicarla, es decir, la educación
significaba para él libertad y servicio a los intereses sociales. 34
Rébsamen, Torres Quintero, Alberto Correa, Justo Sierra y José
Vasconcelos son sólo algunos docentes que lograron pertenecer a la
comunidad de los intelectuales pedagógicos. Ellos contribuyeron también a
diseñar y orientar las reformas educativas en el nivel de educación
elemental.

34
Castellanos, A., Pedagogía Rébsamen, Bouret, México, 1909, pp. 13-14.

38
Consolidación de la Secretaría de Educación Pública, 1921 -1940
Un segundo punto crucial con consecuencias duraderas hasta la fecha se
identifica cuando se crea la Secretaría de Educación Pública ( SEP) en 1921
con José Vasconcelos. Este hecho significó reformar y uniformar programas
integrales que se llevaron a cabo como proyecto nacional en todo el país.
También significó tener ciertas obligaciones y ciertos derechos entre la SEP
y la comunidad de docentes.
Durante este periodo se pensaba que lo más importante para la
enseñanza eran las relaciones sociales, es decir, las relaciones entre el niño
y el hombre. Para llevar a cabo la reforma, se expidió un documento llamado
"Bases para la organización de la escuela primaria conforme al principio de
la acción".
Las reformas implementadas en esta época corresponden a la
enseñanza rural, porque los maestros que impartían clases en esas zonas
no habían sido formados en escuelas normales, sino que habían sido
elegidos entre las personas que, sabiendo leer y escribir, daban muestra de
su espíritu comunitario. Las reformas estaban centradas en moldear a las
futuras generaciones, servir a la patria con la recompensa de sentir
satisfacción del deber cumplido.

Profesionalizar docentes, 1940-1969


Durante este periodo se estable el llamado Plan de Once Años, que tenía
por objeto ―garantizar a todos los niños de México la educación primaria
gratuita y obligatoria‖. 35 Esto debería incluir el mejoramiento cualitativo de la
educación primaria, para lo cual, una formación docente adecuada era
indispensable. Así, la formación docente continuó como un problema a
resolver.

35
Guzmán, José Teodulo; Alternativas para la educación en México, Ediciones Gernika,
México, 1979, p. 124

39
De acuerdo con Arnaut, 36 las políticas y las reformas educativas que
siguieron desde los años cuarenta aparecen como soluciones temporales
que afrontan el problema de la formación docente y además plantean
diversas formas para profesionalizar al docente.
La noción de profesionalizar a los docentes se relaciona en esta
década, básicamente con la producción de cambios y de mejoras en el plano
laboral en cualquiera de los niveles educativos. Para esto se organizan,
desde entonces, cursos de capacitación para los docentes, se adecuan
bibliotecas y talleres para elaborar materiales didácticos específicos.
De manera casi simultánea, la SEP asume una política flexible en
cuanto a la formación y profesionalización docente. Para dar solución a esta
petición se crean por decreto otro tipo de escuelas normales, que tienen la
modalidad en educación preescolar y en educación superior.
Esto significó crear una pirámide de formación en este nivel educativo,
es decir, las escuelas normales con modalidad en primaria y preescolar se
consideraron como de nivel básico y las otras normales se consideraban de
educación superior. Las primeras se podían estudiar teniendo sólo el nivel
de estudios de secundaria, y a la segunda sólo se ingresaba cuando el
docente era egresado de alguna Normal básica.
Esta política trajo otro problema en las reformas educativas, se creaba
de manera natural una heterogeneidad de programas que impedían la unidad
nacional en las escuelas. Lo anterior es sólo una referencia para entender
las estrategias que se siguen para diseñar y proponer políticas que dan
origen a las reformas educativas. En este punto se debe tener claro que la
unidad nacional se orientaba a crear una conciencia de nación en el
mexicano, 37 de manera que a través del acceso a la educación pudieran

36 Arnaut, Alberto, Historia de una profesión, Secretaría de Educación Pública, México,


1998, cap. 6, pp. 145-172.
37 En este sentido se debe recordar que “el nacionalismo engendra las naciones, no a la
inversa.” (Gellner, Ernest; Naciones y nacionalismo , Alianza Universidad, Madrid, 1988, p.
80); es decir, México ya se había independizado y había vivido un periodo de revoluciones

40
crear ciudadanos competentes para enfrentarse al mundo moderno, lo cual
es un tipo de pensamiento característico de un Estado nacionalista, toda vez
que el acceso a la educación es uno de los elementos fundamentales de
formación de una sociedad moderna. 38
Los currícula de la década de los sesenta todavía se inscribían en el
marco de las ciencias sociales y humanas, y las construcciones
conceptuales nacían de ellas: noción de la realidad, noción de ciencia, rigor
conceptual. La presencia de la psicología experimental influía de manera
directa en consolidar las nociones teóricas.

Las pedagogías olvidadas, 1970-1984


En la década de los setenta, son tres reformas que se implementan y se
organizan a partir de las didácticas especiales, seminarios sobre
administración y legislación educativas, y práctica docente. También cambia
la noción curricular de práctica profesional por práctica docente, además se
refuerza la influencia determinante para entender que la enseñanza tendría
que realizarse a partir del objeto-teoría.
De 1968 a 1970, el ejecutivo nacional planeó una ―reforma educativa a
fondo‖ cuyo esquema era:
1) La doctrina educativa y su relación con la estructura social y
política de México.
2) El sistema escolar en sus diversos niveles. Factores de su eficacia.
Medidas de superación. Posibles reformas de planes, programas
técnicos de enseñanza.

en el que buscó, no sólo un régimen democrático, sino una identidad más clara y de finida
como país; al término de estas convulsiones era necesario que las instituciones fueran
fortaleciéndose y que los mexicanos se sintieran parte de un país, a través de los libros
de texto y de la educación en general, se sembró una semilla nacionalist a en México y se
fue creando, más formalmente, la nación mexicana.
38 Cfr. Gellner, Ernest; Naciones y nacionalismo , Alianza Universidad, Madrid, 1988, p. 118 y
ss.

41
3) Relaciones de la escuela con el hogar y con la comunidad. El
problema vocacional. Empleo de las fuerzas ambientales al servicio
de la educación.
4) Planeación integral de la educación
5) Responsabilidad y participación de la juventud en el desarrollo
educativo, cultural y cívico del país.
6) Organización de las Conferencias Nacionales de Formación Cívica
y Educación para Adultos. 39

Esta reforma no produjo los resultados deseados. Así, para 1971, se


anunció una nueva reforma que coincidía con el nuevo sexenio presidencial
en el país. Esta reforma puso en marcha una serie de actividades tendientes
a revisar o innovar la organización, los métodos y los materiales de
instrucción de las diferentes ramas del sistema educativo.
Durante este periodo, la formación de docentes sufrió un deterioro
pedagógico y didáctico al inicio de la década. El maestro aprendió las
didácticas entre ensayo y error porque se enfrentó a su trabajo sin cursos
previos, lo que provocaba mucha dispersión y confusión en la enseñanza.
Estaba de moda la tecnología educativa y lo que ocasionó fue un alejamiento
del docente de los contenidos y del alumno.

1.2.3 Una revisión de los informes sobre los resultados de las


reformas educativas
Las diversas reformas educativas han buscado eliminar la fragmentación del
conocimiento y la adecuación de la enseñanza al ritmo cambiante de la
sociedad; sin embargo, ni siquiera la reforma de los años setenta (que
descartó la división en disciplinas y creó áreas) logró este cometido; en

39
Guzmán, José Teodulo; Op. cit., p. 140

42
parte, porque la concepción que predomina en los Planes de Estudio es
intelectualista, descuidando otros aspectos de la formación del individuo
como el psicomotor, el perceptivo, el cívico, por mencionar algunos. A pesar
de que las reformas más recientes han hecho énfasis en la característica del
alumno de ser un individuo ―biopsicosocial‖, en realidad sólo se ha buscado
atender la faceta cognitiva del alumno.
Por otra parte, el parcelar el conocimiento en disciplinas o en áreas o
en bloques (cada reforma lo ha hecho diferente), lo único que se logra es
que los contenidos respondan a una especialización del conocimiento –
generalmente determinada por eruditos en el área– y no a los intereses de
los estudiantes; factor que, en muchas ocasiones, determina la deserción
escolar. Un problema más, que abruma al estudiante promedio, es la
saturación de los contenidos en los programas de estudio. Cada vez son
más amplios los contenidos a revisar en una disciplina determinada, a esto
hay que añadirle que en primaria se lleva un promedio de 6 asignaturas; por
si fuera poco, hay que tomar en cuenta los tiempos dedicados a: actividades
extraescolares como festivales, concursos promocionados por la SEP (de
canto, Himno Nacional, poesía coral, bailables folclóricos, etc.); cursos de
actualización de docentes; 40 días festivos y demás actividades. Así, por muy
organizado que sea el docente para dar sus clases, los contenidos rebasan
por mucho el tiempo destinado a cubrirlos; además que, en ocasiones,
también rebasan las capacidades cognitivas de los alumnos; de allí que la
enseñanza tienda a ser enciclopédica.
Todo lo anterior habla sólo de la ineficiencia de las reformas
educativas desde el punto de vista pedagógico. Ya centrándonos en otros
aspectos, es necesario aceptar que el Sistema Educativo Nacional (SEN) ha
pasado por al menos tres grandes etapas: ―un período de institucionalización
(1920-1940), un período de crecimiento acelerado y diferenciación del

40 Que por lo general se hacen en día hábil y en horario de clases, lo que provoca que se
quiten esas horas del tiempo efectivo de estudio.

43
sistema (1940-l980), y un período reciente de estancamiento (década de los
80). 41 En todos ellos una de las ideas más defendidas es la de la igualdad de
oportunidades, lo que trae aparejada la percepción errónea de que si hay
circunstancias parejas para todos, deben darse resultados análogos en
todos. Estos es una falacia, pues la educación es un proceso comple jo e
individual (aunque las clases se den a un grupo), en el que cada persona
aprende a su propio ritmo aquello que su capacidad cognitiva le permite. No
todos los alumnos se desarrollan de manera similar, de allí que, aunque se
les dé ―igualdad de oportunidades‖ educativas, no sea posible lograr
resultados parecidos. En este sentido cabe aclarar que:

La educación básica no es una carrera de obstáculos, no es lugar en el


que deba darse rienda suelta a la competitividad de los alumnos y
menos estimular el espíritu de rivalidad. Se trata de un nivel educativo
que tiene por objeto proporcionar una instrucción básica, servir a la
formación de todos los ciudadanos. 42

El hecho de que en una sociedad se ponga la educación al alcance de todos


—no otra cosa es la igualdad de oportunidades—, ya que se trata de un
elemental principio de justicia distributiva, no implica que todos los alumnos
puedan alcanzar idénticos resultados, porque esto ya no depende de la
estricta justicia sino de los méritos personales. Las condiciones objetivas de
la igualdad las pueden proporcionar las autoridades educativas, pero las
condiciones subjetivas —el rendimiento, la voluntad, las capacidades, los
intereses de cada alumno— son cosas que no pueden establecerse ―por ley‖,
precisamente por pertenecer al acervo privado de cada individualidad. De

41 Hernández Zamora, Gregorio; Reformas educativas recientes y nueva ley de


modernización, en La modernización educativa en México , Consejo Nacional de Educación
para la Vida y el Trabajo, pp. 19-20 [disponible en línea en
http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/servicios/heme roteca/070/070008.pdf ]
42 Maravall, José María; La reforma de la enseñanza , Edit. Laia/Divergencias, Barcelona,
1984, p. 51.

44
ahí que este primer principio de la reforma debe ser considerado como una
expresión de buena voluntad, pero en la práctica se traduce en un utopismo.
Utopismo que se ha manifestado en cada reforma educativa en
nuestro país, a pesar de que en la década de los noventa, con Salinas de
Gortari, se hiciera un estudio exhaustivo que arrojó como resultado, cuatr o
grandes problemáticas del SEN:

1. Eficiencia. Si bien, para mediados de los años 80, casi se había


logrado satisfacer la demanda de enseñanza primaria, alcanzando una
cobertura del 98 por ciento, también se habían generado problemas
como: serias disparidades regionales, descenso en la cobertura en años
recientes (del 98 por ciento ya mencionado, pasó al 90 por ciento,
según el censo de 1990); persistencia de elevados índices de
analfabetismo (12.4 por ciento promedio nacional) con serias
disparidades regionales (casi 100 por ciento en algunas comunidades
indígenas, y menos de 3 por ciento en algunas zonas urbanas);
incremento de los índices de expulsión o deserción (en personas entre
3 y 15 años, el 33 por ciento está fuera de la escuela; 20 millones de
adultos sin primaria terminada, 16 millones sin secundaria, 6 millones
de analfabetas (42 millones de adultos sin educación básica terminada);
estancamiento o baja en el índice de escolaridad a nivel nacional.
2. Calidad de la educación básica. El acelerado crecimiento del
sistema no se correspondió con una razonable y homogénea calidad del
servicio. Las deficiencias en calidad se expresa en: a) serias
disparidades regionales, b) bajos resultados en evaluaciones del
rendimiento escolar, c) contenidos, planes, programas y materiales
inadecuados, tanto para el progreso personal como para el desarrollo
del país.
3. En lo organizativo. El esquema de fuerte centralización
administrativa, con que surgió y se desarrolló el SEN, llegó a una
situación de agotamiento. Se resienten hoy los efectos negativos de
una excesiva centralización y burocratización en el nivel de los
organismos directivos; paralelamente se observa una escasa autoridad
en la gestión escolar a nivel de los centros educativos. Igualmente se
presenta una superposición de funciones entre los gobiernos federal,
estatal y municipal, así como una escasa participación y
responsabilidad en la educación de los jóvenes por parte de la sociedad
civil (padres de familia y comunidad).
4. Financiamiento. La década de los 80 fue particularmente desastrosa
para el SEN. La caída en el gasto educativo durante esta década

45
impactó negativamente en la inversión en infraestructura y en el salario
magisterial. 43

Como puede observarse el problema es complejo y no puede resol verse con


la instauración ―por decreto‖ de una Reforma Educativa, ésta necesita el
compromiso de toda la sociedad implicada, el profundo conocimiento de la
realidad imperante en México y la capacidad de aceptar que esa realidad es
dispar, por lo que no es posible establecer planes de estudio estándares
para todo el país, debido a las diferentes condiciones sociales, económicas,
culturales, políticas, lingüísticas y demás que existen en el país . Es
necesario comprender que la función del SEN debe reevaluarse para poder
atender a las necesidades de la sociedad actual en materia educativa,
problemas como el rezago escolar, la exclusión educativa, las diferencias de
género, la inclusión de tecnologías de la información y demás, son facetas
de un mismo gran problema, demasiado complejo para solucionarlo en el
corto plazo y sin la participación de la sociedad entera.

43 Hernández Zamora, Gregorio; Reformas educativas recientes y nueva ley de


modernización, en La modernización educativa en México , Consejo Nacional de Educación
para la Vida y el Trabajo, pp. 19-20 [disponible en línea en
http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/servicios/hemeroteca/070/070008.pdf ]

46
Capítulo II. Los libros de texto gratuitos
Algo que se ha venido señalando a lo largo de la historia de la educación en
México, o más específicamente, desde la creación de la Secretaría de
Educación Pública allá por 1921, es la necesidad de instrumentar estrategias
adecuadas para combatir el rezago educativo. Para esto, es necesario tener
en cuenta que dichas estrategias deben cumplir con dos objetivos: por un
lado, eliminar la deserción escolar para evitar que continúe creciendo el
número de rezagados y, por el otro, ayudar a los ya rezagados a alcanzar el
nivel educativo que realmente necesitan. Entre las herramientas que se han
creado para mejorar los niveles educativos dentro de las escuelas se
encuentran los libros de texto gratuitos.
Los libros de texto gratuitos para todas las asignaturas del nivel
básico, surgen después de un largo recorrido que permitió la evolución del
sistema educativo nacional. En un primer momento, después del periodo
revolucionario mexicano, la educación se presentaba como la alternativa
más viable para alcanzar varios ideales que encarnaban el naciente proyecto
de nación: la justicia social, el progreso industrial, el desarrollo económico,
entre otros. Pues a la ―…educación se la ha atribuido también la función de
reproducir estructuras sociales por generaciones; esta afirmación se hizo
más elocuente a partir de los años cuarenta cuando los sectores medios y
altos, afianzados por el desarrollo industrial del país querían mantener su
estatus‖. 44 ¿Cómo alcanzar estos anhelos? Para los gobiernos
posrevolucionarios la respuesta les fue obvia: educando al pueblo. 45

44 Torres Septién, Valentina; Op. cit. , p. 215


45 Educar al pueblo es ir más allá de la alfabetización básica: leer y escribir. Lo que los
gobiernos posrevolucionarios buscaban era una transmisión de “cultura” en un sentido
normativo; es decir, ir más allá de la cultura antropológica heredada de generación en
generación y crear individuos con una kultur (Cfr. Gellner, Ernest; Op. cit. , pp. 122-123)
normada por el Estado.

47
Sólo que educar al pueblo requería de acciones masivas que
involucraban la creación de infraestructura (escuelas), la formación de
docentes, la creación de planes de estudios e, incluso, la edición de libros;
sólo que este último punto no fue conscientizado por el gobierno
inmediatamente, ni por los docentes e intelectuales que en ese entonces
peleaban por establecer una educación al alcance de las masas. Es más, en
los primeros momentos hubo un fuerte rechazo a la existencia de libros
estándares para toda la república, pues se consideraba que eso coartaría la
libertad de cátedra que todo maestro debía tener. Pero veamos paso a paso
esta evolución.

Hacia el inicio de los años treinta, solamente se habían publicado en el


país textos de lectura escritos por particulares, pues el gobierno no se
había abocado a esa tarea. Predicaban valores éticos como el
individualismo, el respeto a la propiedad privada y preservación de una
sociedad clasista. El Estado empezó a publicar sus propios libros en la
época del presidente Lázaro Cárdenas, pero al terminar este régimen,
las ediciones estatales fueron suspendidas hasta la década de los
sesenta. 46

Estos primeros textos eran más bien de lectura, pues la primera tarea de la
educación en México fue enseñar a leer a su población rural y urbana. Ya
que hasta el Porfiriato la educación se había concentrado en los centros
urbanos, pues en el campo sólo se daban ―rudimentos‖ de lectura, aritmética
básica y escritura. E incluso esto fue polémico, pues había quienes
consideraban ―perjudicial‖ que se enseñara a leer a los campesinos que, por
un lado, no le encontraban aplicación práctica y, por otro, no tenían acceso a
lecturas que les permitieran crecer como seres humanos. ―Esta percepción
de la realidad y de las necesidades educativas del país hizo que los más
importantes educadores influyeran para que la escuela mexicana de los años

46 Ibidem, p. 233

48
veinte, particularmente la escuela rural, se centrara en el desarrollo de la
comunidad y tuviera como objetivo más que ‗instruir‘ enseñar a ‗vivir‘…‖. 47
Sin embargo, este ―enseñar a vivir‖ se convertía en una formación más
compleja que la simple instrucción básica de la lectura y escritura, que
además, por lo general, se incluía; por otra parte, la educación del pueblo se
convirtió en una necesidad del Estado a partir de la década de los veinte,
pues de otra manera no podría darse el desarrollo económico ni el progreso
social que el país necesitaba. Es a partir de que se crea la Secretaría de
Educación Pública, que el gobierno comprende la necesidad de entablar una
comunicación con el pueblo a través de la educación, y también asume que
los libros son el mejor instrumento; aunque ya antes ―Félix Palavicini, oficial
mayor encargado de la Secretaría de Instrucción Pública durante el gobierno
de Carranza, creó dentro de ella el Departamento Editorial (en 1917).‖ 48
Este departamento buscaba elaborar folletos de fácil lectura sobre temas de
interés general, que pudieran adquirir incluso aquellos de clase baja. En ese
tiempo, Palavicini ya había planteado la importancia de que el gobierno
editara textos escolares para que se asegurara de ―que su contenido
estuviera de acuerdo con el espíritu nacionalista‖; 49 pues aunque ya había
libros orientados específicamente a la educación, éstos eran realizados por
diversos autores particulares y cada escuela decidía cuál comprar, lo qu e
significaba una multiplicidad de visiones e ideas sobre temas tan diversos
como la literatura, la historia o la nación.
Sin embargo, aún no estaba todo listo para que se diera la creación
del libro de texto homogéneo y gratuito para toda la república. Habría que
recorrer todavía un largo trecho. Vasconcelos, inicia más determinantemente
esa labor cuando inicia una campaña alfabetizadora que repercutió en toda

47 Loyo, Engracia; Lectura para el pueblo, 1921-1940, en Zoraida Vázquez, Josefina; La


educación en la historia de México , COLMEX, México, 1992, pp. 243-244
48 Ibídem, , p. 244
49 Ibídem, p. 245

49
la República y que se continuó mientras estuvo al frente de la SEP. En su
proyecto alfabetizador puso especial atención a las lecturas que habría de
hacer llegar al pueblo e inició una serie de publicaciones traducidas de lo
que él consideraba grandes obras de la literatura universal, como La Ilíada,
La Odisea, La Divina Comedia, entre muchos otros. Vasconcelos había
expresado ―deseo hacer llegar el libro excelso a las manos más humildes y
lograr de esta manera la regeneración espiritual que debe preceder a toda
suerte de regeneración‖. 50 Estos textos tenían un costo que era más bien
simbólico para la población en general, pero se les regalaba a las escuelas y
bibliotecas.
Para el gobierno de Calles, el libro, que hasta entonces había sido el
principal instrumento de difusión de la cultura, dejo de serlo y su lugar lo
ocupó el folleto instructivo. Este cambio obedeció a un giro radical en la
visión de país que se reflejó en el proyecto educativo del gobierno de Calles.
―La importancia que se concedió a la educación práctica encajaba
perfectamente dentro del plan de gobierno del presidente […] que te nía
como objetivo ‗liberar al país del dominio económico extranjero reduciendo al
mínimo la injerencia de particulares, empresas o naciones extranjeras‖. 51
Esto provoca que se deje de lado el deseo alfabetizador y se comience a dar
prioridad a la educación técnica que ayude a desarrollar a la comunidad, que
favorezca la organización social y el cooperativismo entre los campesinos y
entre los obreros, de manera que se conforme una sociedad organizada en
términos de productividad y rendimiento económico. Hubo, entonces, una
ruptura con la visión educativa del gobierno anterior y con su labor editorial,
―desde el primer momento las autoridades educativas hicieron público el
criterio que regiría a la futura tarea. Tendría […] carácter nacionalista y sería
esencialmente informativa y un complemento a la obra de redención de las

50 Boletín de la Secretaría de Educación Pública, Talleres Gráficos de la Nación, México,


Septiembre, 1992, t. I:2, p. 179
51 Loyo, Engracia; Op. cit. , p. 257

50
masas…‖; 52 en medio de este fervor hacia una educación productiva no tenía
cabida aún el libro de texto como tal, sobre todo de materias como la historia
o la literatura; de allí que se diera preferencia a las obras didácticas sobre
las literarias.
Estos libros no se orientaban a crear una homogeneidad de los
currículos, sino que buscaba poner al alcance de las masas conocimientos
prácticos y técnicos que les ayudaran a mejorar su labor cotid iana, lo que
necesariamente se traduciría en un avance económico del país. Para 1930
se hace patente la necesidad de crear un libro de texto básico para el país,
idea que parte de los resultados de la Asamblea Nacional de Maestros de
ese año. Estos libros de textos ―…deberían expresar las experiencias,
intereses, necesidades, aspiraciones e ideales que vive la gente en las
comunidades rurales, ser de ideología tonificadora para levantar el ánimo
caído de los campesinos, nacionalistas y revolucionarios, procurando
explicar los progresos alcanzados en materia agraria sin provocar las malas
voluntades‖. 53
En esa época prevaleció la idea de que la educación rural debía
orientar al campesinado al trabajo colectivo. Quizá por eso, en esos años se
hizo de la publicación de libros de texto y folletos uno de los principales
objetivos de la SEP. Para 1936, ya con Cárdenas en el poder, se crea la
oficina Editora Popular, que tenía como objetivo poner el libro al alcance de
los obreros, que habían sido desatendidos en todo este tiempo. En estos
libros se ponían en relieve temas como:

…la crítica a la injusta situación social, la denuncia de los patrones y


latifundistas como explotadores, el llamado a la organización obrera y
campesina, al rechazo de las creencias supersticiosas y del fanatismo
[…] la exhortación a la lucha de clases para crear un orden más justo,

52 Ibídem , p. 259
53 Coopera , Órgano Oficial del Departamento de Enseñanza Primaria y Normal, SEP, México,
septiembre de 1930, p. 215

51
la exposición de los vicios de la clase burguesa, a veces exagerados
hasta la caricatura, la presentación de una sociedad modelo, la Rusia
Soviética. 54

Todo esto no era arbitrario, obedecía al cambio en la visión de la educación


nacional, que para ese momento ya se había implantado como socialista, al
reformarse el artículo 3º Constitucional y marcarse que además de gratuita,
laica y obligatoria, la educación sería socialista:

La educación que imparta el Estado será socialista, además de excluir


toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo
cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades, en forma que
permita crear en el juventud un concepto racional y exacto del Universo
y de la vida social … 55

Precisamente la labor del cardenismo fue una de las expresiones más


radicales de este tipo de educación; fue en este momento que se planteó,
por primera vez, la necesidad de libros de texto gratuitos; con el fin de
reforzar lo visto en el aula. En ese momento, la SEP ―…produjo dos series:
La Simiente y SEP. La primera fue destinada a la enseñanza de los niños de
las escuelas rurales; la segunda se dirigió a los estudiantes urbanos.‖ 56
Estos libros fueron un primer paso, a pesar de que su vida fue corta y que no
eran obligatorios, sino tan sólo una opción entre las muchas que existían en
ese entonces, la diferencia con otros libros de texto oficiales del momento
era que no tenían costo. Al finalizar el gobierno de Lázaro Cárdenas dejaron
de imprimirse y distribuirse estas series.
La SEP continuó publicando una lista de libros aprobados para su uso
dentro de las aulas, pero esto provocó que muchas editoriales se
aprovecharan y buscaran hacer negocio con los maestros, razón por la que

54 Loyo, Engracia; Op. cit. , p. 283


55 Artículo 3º Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, México, 1934.
56 Delgado, Ana Laura (coord.), Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos. 35 años
de historia, COLMEX, México, 1994, p. 16.

52
la SEP fundó la Comisión Revisora de los Libros de Texto y Consulta en los
años cuarenta, con el objetivo de revisar la ―concordancia del contenido e
ilustraciones con el programa de la materia; y adecuación del vo cabulario de
acuerdo al grado de los alumnos‖. 57
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, la educación
pública no parecía disminuir el analfabetismo en México, sólo los niños que
asistían a escuelas particulares tenían acceso a material de buena c alidad;
los niños de escuelas públicas, aunque contaban con la opción de libros de
texto de bajo precio, aún tenían que pagar por ellos y no todas las familias
podían hacerlo, lo que provocaba deserción escolar constante.

Cuando llegó a la Presidencia de la República en 1958, López Mateos


se encontró con una población con altos niveles de analfabetismo y
pobreza que minaban el acceso equitativo a los servicios educativos:
"poco puede hacer la escuela por los niños si sus padres no tienen
recursos para comprarles los libros de texto" decía. 58

Así, en febrero de 1959 se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto


Gratuitos (CONALITEG).Hacia 1960 las primeras ediciones de libros de texto
gratuitos estuvieron listas y comenzaron a repartirse en las escuelas.
Cuando nacieron ―…constaban de un texto informativo y un cuaderno de
trabajo en las asignaturas de: Lengua nacional, Aritmética y geometría,
Geografía, Estudio de la naturaleza e Historia y civismo. A la par se
elaboraron los instructivos por grado para el maestro, que contenían
información sobre todas las asignaturas que se trabajaban en el grado‖. 59
La idea era que los niños se convirtieran en agentes de su propia
educación, siendo los libros un enlace entre la casa y la escuela; así estos

57 Ibídem , p. 18
58 http://www.conaliteg.gob.mx/index.php/historia
59 García Herrera, Adriana Piedad, Libros de texto gratuitos y escuela pública, en La Tarea ,
Revista de Educación y Cultura, No. 16-17, octubre 2002, p. 2 [disponible en línea en
http://www.latarea.com.mx/articu/articu16/apgar16.htm ]

53
libros "representan un bien colectivo, destinado al servicio del pueblo y de la
patria". 60

2.1 Breve revisión de la historia de la Comisión Nacional de


Libros de Texto Gratuitos 61
Durante la década de los cincuenta, la situación de la educación en México
continuaba sin avanzar, sobre todo entre clases medias y bajas, ni que decir
del área rural. A pesar de que durante el sexenio de Cárdenas se habían
lanzado campañas de alfabetización y se había impulsado la educación
gratuita y obligatoria, la realidad era que no todos podían acceder a ella.
Ante esta situación, López Mateos consideró necesario frenar el lucro que,
con los libros de texto, habían desarrollado las editoriales. Su idea era que si
los niños tenían el material necesario para sus estudios entonces se haría
realidad lo decretado en el artículo 3º Constitucional, sobre la gratuidad de la
educación. Así, se lanzó el Plan de Once Años, con Jaime Torres Bodet a la
cabeza de la SEP; este plan estaba ―encaminado a elevar y a proporcionar
educación primaria a un mayor número de mexicanos‖. 62
Torres Bodet impulsó una extensa campaña de alfabetización a lo
largo y ancho de México con una idea firme: que cada estudiante del nivel
obligatorio asistiera a la escuela con un libro de texto bajo el brazo, pagado
por la Federación. Así nació la idea de crear la Comisión Nacional de los
Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), con la visión de que el libro de

60 García Ruíz, Ramón; El programa escolar y los libros de texto, en Cuaderno de


informaciones técnico-pedagógicas para los maestros de educación primaria, vol. 1, no.
3, SEP, México, 1962, p. 14.
61 Apartado elaborado con información obtenida de la misma CONALITEG
62 Delgado, Ana Laura (coord.), Op. cit., p. 20.

54
texto gratuito, además de un derecho social, fuera un vehículo que facultara
el diálogo y la equidad en la escuela.
La CONALITEG fue finalmente fundada por el Presidente López
Mateos el 12 de febrero de 1959. Las críticas iniciales a tan vasto proyecto
no se hicieron esperar, ya que la Comisión, aún siendo un organismo
público, otorgó desde el principio libros de forma gratuita a instituciones
privadas; el Presidente simplemente respondía: "todos son niños, y todos
son parte de nuestro pueblo".
Los primeros libros eran un tema crucial, por lo que su diseño debía
ser minucioso, a fin de no contener expresiones que suscitaran rencores,
odios, prejuicios o controversias. Esta titánica tarea fue encomendada a
Martín Luis Guzmán, un militar, periodista y literato de gran envergadura,
ganador del Premio Nacional de Literatura en 1958.

Conforme al decreto que dio origen a la Comisión, la elección de los


libros de texto debía realizarse mediante concursos; y las convocatorias
correspondientes , difundirse en todo el país […] se contempló la
posibilidad de que los concursos fueran declarados desiertos, en cuyo
caso, la Comisión estaba capacitada para recurrir a los canales y
sistemas que juzgara pertinentes […] Para obtener los materiales
bibliográficos de los seis grados de la primaria se necesitaron siente
concursos. Éstos se realizaron entre 1959 y 1967; y hubo ocasiones en
que algunos concursos se declararon desiertos […] En esos casos,
libros y cuadernos fueron encargados a un grupo de especialistas. 63

Una vez que había una obra ganadora se procedía a su revisión, corrección
y diseño, luego se imprimía y se distribuía, todo esto e staba a cargo de la
CONALITEG. En 1960 se produjeron 19 títulos para los alumnos de primaria
y 2 para el maestro, cuyas portadas -autoría de los ilustres artistas David
Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Alfredo Zalce, Fernando Leal y Raúl
Anguiano- retrataban héroes de la patria que, además de conmemorar 150

63 Ibídem , pp. 21 y 22

55
años de independencia y 50 de la revolución mexicana, buscaban infundir en
la niñez el ser mexicano.
En 1962 la CONALITEG consolidó su arraigo entre la población
mexicana cuando empleó una obra de Jorge González Camarena como
portada de los libros de texto: "La Patria" (ver foto 1), una mujer de tez
morena, rasgos indígenas y mirada valerosa que, apoyada en la agricultura,
la industria y la cultura -simbolizadas en las imágenes del escudo y la
bandera nacionales, un libro y diversos productos de la tierra y la industria -,
representaba el pasado, presente y futuro de nuestra Nación. Desde ese año
y hasta 1972, esa obra ilustró más de 350 títulos.

Foto 1. Carátula del Libro de la Patria de Historia y Civismo

En 1966, la Comisión extendió su oferta en apoyo a las comunidades


minoritarias del país mediante la producción de libros en Braille. Para 1972,
la institución ya producía 43 títulos para alumnos y 24 para maestros, que
reflejaron las reformas educativas propuestas por el entonces Presidente
Luis Echeverría.

56
En 1977, las portadas de los libros de texto fueron cambiadas, y se
elaboraron colecciones como las Antologías de Educación Normal, que
reunieron títulos destinados a las diversas disciplinas.
Posteriormente, los libros modificarían sus contenidos de acue rdo a
las reformas que la SEP llevaba a cabo. Como consecuencia de los nuevos
programas educativos, se editaron nuevos libros de primero y segundo de
primaria. En 1982, la CONALITEG imprimió monografías de todos los
estados de la República, que se convirtieron en valioso material de consulta
y desembocaron, 20 años después, en la producción de libros regionales
para cada entidad en las materias de historia y geografía. Por esa época
cambió la denominación del encargado del organismo, de ―Presidente‖ a
―Director General‖. Para 1987 se buscó dotar de nuevas portadas a los libros
de texto gratuitos. Por ello, la Secretaría de Educación Pública -a través de
la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos- convocó a pintores de
distintas corrientes artísticas para que engalanaran las nuevas portadas de
los libros de primaria, que se empezaron a utilizar en los libros de texto a
partir de 1988.
A finales de 1989, la Comisión instrumentó en los libros las reformas
propuestas por la Secretaría de Educación Pública. El programa de
Modernización Educativa exigiría -en lo que respecta a los libros de texto-
cambios nodales en contenidos, ilustraciones, diseño y formato. De acuerdo
con esta reforma, los libros gratuitos se sustituirían en dos fases, con el
propósito de que para septiembre de 1994, todos los alumnos de las
escuelas primarias contaran con el nuevo material. Asimismo, las reformas a
la educación básica de 1992 implicaron que la producción de los libros de
texto gratuitos se incrementara.
El programa de Modernización Educativa dio al libro de texto gratuito
las características de obra modelo a nivel nacional, tanto en contenido como
en presentación.

57
Desde 1921, el maestro José Vasconcelos inspiró a niños y jóvenes
cuando ordenó la producción de 21,000 libros de Lecturas Clásicas, en dos
tomos. Ochenta años después -en 2001-, la CONALITEG constituyó la base
del programa nacional de lectura "Hacia un país de lectores" con la creación
de los programas Bibliotecas de Aula y Bibliotecas Escolares, cuyo obje tivo
consiste en acercar a niños, jóvenes y adultos de todas las escuelas del país
a libros de la más alta calidad.
Actualmente se encuentran en operación 3, 601,000 Bibliotecas de
Aula (827,203 distribuidas en el ciclo escolar 2006-2007); cada una cuenta
con un acervo de 1,935 títulos. Este año, la producción prevista rebasa los
22 millones de ejemplares. En 2005, la CONALITEG internacionalizó su
oferta, mediante la producción de libros de texto para los educandos de la
República de Honduras, financiados por el gobierno hondureño y el Banco
Mundial. Como se puede apreciar, la Comisión Nacional de Libros de Texto
Gratuitos es una de las políticas educativas más sostenidas y enriquecidas a
lo largo del tiempo: ha permanecido durante 9 sexenios presidenciales y 15
secretarios de educación pública diferentes.

Cuadro 1. Relación de Presidentes y Secretarios de Educación Pública


Presidente Secretario de Educación Pública
Adolfo López Mateos (1958-1964) Jaime Torres Bodet (1958-1964)
Gustavo Díaz Ordez (1964-1970) Agustín Yánez (1964-1970)
Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) Víctor Bravo (1970-1976)
José López Portillo (1976-1982) Porfirio Muñoz Ledo (1976-1977)
Fernando Solana (1977-1982)
Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) Jesús Reyes Heroles (1982-1985)
J.M González Avelar (1985-1988)
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) Manuel Bartlett (1988-1992)
Ernesto Zedillo (1992-1993)
Fernando Solana (1993-1994)
José Ángel Pesador (1994)

58
Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) Fausto Alzati (1994-1995)
Miguel Limón Rojas (1995-2000)
Vicente Fox Quezada (2000-2006) Reyez S. Támez Guerra (2000-2006)
Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) Josefina Vázquez Mota (2006-2009)
Alonso Lujambio (2009- ¿?)

59
2.2 Las principales reformas que han sufrido los libros de
texto
El nacimiento de los libros de texto gratuito se da en un momento en que,
por vez primera, la educación se planea a largo plazo; durante el mandato de
López Mateos se redacta el Plan Nacional para la Expansión y el
Mejoramiento de la Enseñanza Primaria, que sería mejor conocido como
Plan de Once Años y que tenía como objetivos principales, la creación de
nuevas escuelas y la preparación masiva de maestros, para garantizar la
educación de los mexicanos. Este plan fue posible porque las condiciones
económicas de México después de la segunda guerra mundial, permitían una
mayor inversión en la educación. ―Es importante recalcar que el Plan de
Once Años fue el primer intento de planificación seria en México, ya que
antes no se hacían planeaciones en educación, el Plan representó la
formalidad e institucionalización de la educación básica en México‖. 64
Con esta base se crea la CONALITEG para hacer realidad la gratuidad
de la enseñanza en todos sus aspectos, pero también se aprovecha para
que el estado transmita normas y valores que

Tiendan a desarrollar armónicamente las facultades de los educandos,


a prepararlos para la vida práctica, a fomentar en ellos la conciencia de
la solidaridad humana, a orientarlos hacia las virtudes cívicas y, muy
principalmente, a inculcarles el amor a la patria, alimentando con el
conocimiento cabal de los grandes hechos históricos que han dado
fundamento a la evolución democrática de nuestro país. 65

Esta iniciativa de los libros de texto gratuitos provino de Torres Bodet, pues
era una de sus inquietudes desde que asumiera por primera vez el mando de

64 López Espinoza, María Alejandra y Verdugo Quintero, Jorge; El plan de once años en la
educación primaria de Sinaloa, en Clío , Nueva Época, Vol. 6, Núm. 35, México, 2006
[disponible en línea en
http://historia.uasnet.mx/Revista_clio/Revista35/3_Plan_LopezVerdugo.pdf]
65 Diario Oficial de la Federación , 13 de febrero de 1959

60
la SEP en 1944, cuando había señalado la necesidad de que se enseñara a
―leer con obras hechas de acuerdo con dos requisitos complementarios: el
de que los textos desenvuelvan ideas de validez democrática incuestionable
para todos los mexicanos, y el de que vocabulario utilice las tradiciones y la
realidad de la naturaleza y del clima de cada región. Diversidad de formas y
unidad de espíritu habrán de ser las bases de esos volúmenes de lectura‖. 66
Si bien, esta idea ya venía desde Vasconcelos, quien había realizado la
primera campaña alfabetizadora a nivel nacional. Cuarenta años después,
cuando Torres Bodet regresa al mando de la SEP, ahora en el sexen io de
López Mateos, el proyecto de los libros de texto gratuito se había hecho más
ambicioso, pues se la intervención del Estado tenía dos propósitos:

En primer término, se trataba de hacer extensiva la educación a todos


los sectores sociales otorgando a todos los alumnos de enseñanza
primaria, los medios indispensables para el aprendizaje. Y, en segundo,
asegurar una base cultural uniforme para la niñez mexicana. Para lograr
ambos propósitos dos eran los conductos necesarios: la gratuidad y la
obligatoriedad de los textos. 67

Se avanzaba en otorgar al mayor número posible de mexicanos la


oportunidad de aprender, pues una gran proporción de la población no tenía
acceso a la educación a pesar de su gratuidad, pues no podía comprar libros
y eso provocaba deserción; pero también se ―sembraba‖ en ellos una idea
nacionalista 68 que, desde el punto de vista del gobierno, contribuía a lograr

66 Torres Bodet, Jaime; Educación y concordia internacional; discursos y mensajes: 1941 -


1947 , COLMEX, México, 1948, p. 132.
67 Greaves Laine, Cecilia; Política educativa y libros de texto gratuitos. Una polémica en
torno al control por la educación, en Revista Mexicana de Investigación Educativa, Vol. 6,
Núm. 12, Consejo Mexicano de Investigación Educativa, México, 2001, p. 206.
68 Esta idea nacionalista se basaba, principalmente, en fomentar en el niño el amor a la
patria por medio de actos cívicos y ensalzamiento de héroes; mientras se creaba en él una
identidad nacional a través de programas educativos en los que dos libros eran los más
importantes: el de Lengua Nacional y el de Historia y Civismo. El primero, porque el
lenguaje es un elemento de construcción del nacionalismo y el segundo, pues el
conocimiento de la Historia y la práctica del Civismo fomentan la construcción de la
identidad nacional y el amor a la Patria.

61
una mayor integración de la sociedad mexicana. Los libros de texto fueron
un excelente vehículo para ello, pues a través de sus contenidos se creaba
en el alumno la visión del México que se deseaba tuviera, y para ello nada
mejor que el libro de Historia, donde se podía enaltecer o despreciar a las
figuras históricas que se quisiera. En el capítulo referente a los contenidos
de los libros de texto de historia se verá cómo el sesgo de los mismos
presentaba una visión deformada y simple de México, no necesariamente
apegada a la realidad histórica compleja de nuestro país.
Si bien los libros de texto gratuitos (LTG) fueron aprobados e n 1959 y
comenzaron a circular en 1960, no fue sino hasta 1968 que se completaron
los 36 títulos que correspondían a los seis grados de primaria. Los
lineamientos sobre los cuales se debían redactar los Libros de Texto
Gratuitos, que serían elegidos por concurso, fueron los programas de 1957 y
el Decreto de 1959. 69 Sin embargo, al mismo tiempo que se empezaron a
redactar y editar estos libros, se dio inicio a una revisión exhaustiva de los
programas sobre los cuales se basaban y que, finalmente, fueron refor mados
en 1960, justo cuando los primeros libros ya estaban en circulación. Esto
significó un desfase entre los programas y los libros; sin embargo, no hubo
cambios, pues la SEP consideró que no se iba a rehacer todo en un
momento en que se debía dar toda la prioridad a la repartición de libros,
sobre todo porque se debía consolidar el carácter gratuito y obligatorio de
los mismos. Así, estos libros se reeditaron año con año hasta 1972, cuando
entró en vigor la reforma de Echeverría.
En los inicios, había un libro de texto y un cuaderno de trabajo que lo
acompañaba para cada asignatura: Lengua nacional, Aritmética y geometría,
Geografía, Estudio de la naturaleza e Historia y civismo. Junto con estos
libros que iban dedicados a los alumnos, se hicieron libros por grado para el
maestro, que eran instructivos para ayudarlos en su trabajo. A estos libros

69 Villa Lever, Lorenza; Los libros de texto gratuitos. La disputa por la educación en México,
Universidad de Guadalajara, México, 1988, p. 63

62
se les conoció como Libros de la Patria, por la portada que se diseñó con
una alegoría de la Patria.
En estos libros se observa una ingenuidad en el abordaje de los
problemas que aquejan a la sociedad, pues ―no son abordados desde un
contexto más amplio: socio-económico o político. Estos siempre son tratados
como el error de un individuo o de un pequeño grupo. La individualización es
un mecanismo muy utilizado para evitar y disolver los conflictos a un nivel
más amplio‖. 70 Quizá esta visión romántica y simplista proviene de la
bonanza que se vivió en los años del ―desarrollo estabilizador‖, que inicia
justo en 1960, y que abordaré más ampliamente en el cuarto capítu lo. Sin
embargo, hago aquí una observación que se convertirá en el punto de
partida del cuarto capítulo en este rubro: en esos tiempos, México se
enfrentaba a un buen tiempo económico, parecía que el ―progreso‖ (o lo que
sea que eso signifique) llegaría a todos los rincones de la República y se
viviría en todos los niveles sociales; además, la sociedad estaba organizada,
claramente estratificada tanto en sus roles de género como en sus roles
económicos; todo esto lo reflejaban los libros de texto gratuitos y, además, lo
impulsaban y vanagloriaban, pues desde su visión, era lo que permitía que la
sociedad se mantuviera sin disturbios, funcionando y trabajando para que el
desarrollo económico persistiera; pero, en realidad, aunque Torres Bodet
declara que ―nuestra única voluntad es la de contribuir al progreso y a la
unidad de todos nuestros compatriotas, merced a una educación cívica,
práctica y funcional, en la que se tenga siempre en cuenta los valores y los
intereses auténticos de México‖; 71 la realidad es que la visión que se plantea
de México en esos libros, no permite la formación de ciudadanos
conscientes y críticos de ellos mismos, de la sociedad en que viven y del
gobierno que tienen; sino que plantea, más bien, la instauración de un

70 Ibídem , p. 106
71 Bodet citado por Villa Lever, Lorenza, Op. cit. , p. 74

63
mexicano conforme y alienado que permite que las cosas sigan como están,
sea que estén bien o mal, mientras no cambien.
A pesar de que López Mateos y Torres Bodet impulsaron una opinión
favorable sobre los LTG en la sociedad, la realidad es que desde un primer
momento se dio una oposición fuerte por parte del clero, de la Unión
Nacional de Padres de Familia y del Partido Acción Nacional. Sus
argumentos, más que centrarse en un análisis de contenidos, se enfocaban
en el hecho de que eran libros laicos y obligatorios; lo que venía a significar
un control de la educación por parte del Estado. Por su parte, tanto el
Partido Revolucionario Institucional, como las organizaciones obreras y
campesinas, defendían la existencia de los LTG, argumentando la validez
pedagógica de sus contenidos y protegiendo la laicidad de los mismos; sin
embargo, no tocan el punto central del debate ¿es válido que el Estado
imponga una versión única de los contenidos educativos? Esta pregunta
sigue en el aire, aunque de facto se ha aceptado la obligatoriedad de los
libros de texto gratuitos.
De alguna manera, el gobierno esperaba inconformidad por parte de
algunos sectores de la población ante los libros de texto; quizá por ello,
meses antes de su aparición inició una campaña para que México aceptara
el nuevo proyecto, haciendo énfasis en la ―gratuidad‖ de los libros que serían
únicos y homogeneizarían a los escolares mexicanos. El mismo López
Mateos declaraba en torno a los libros de texto: ―…en un país de tantos
desheredados, la gratuidad de la enseñanza primaria supone el otorgamiento
de libros de texto: hemos resuelto que el Gobierno los done a los niños de
México.‖ 72 Si bien esta primera declaración no causó inquietud alguna,
cuando la SEP anunció que los libros de texto serían de uso obligatorio, no
pudiendo los maestros exigir a sus alumnos otros que no fueran los oficiales,
se presentó una reacción de los sectores de la derecha en el país, pero

72 El lic. Adolfo López Mateos al abrir el Congreso sus sesiones ordinaria el 1º de


septiembre de 1959 en Cámara de Diputados , vol. IV, México, 1985, pp. 1041-1042.

64
también del sector editorial. Surgieron entonces movilizaciones con
argumentos de diversa índole que iban más allá del terreno pedagógico, de
hecho, la lucha primero se dio en el terreno legal; pues se consideraba que
el carácter único y obligatorio de los textos lo que se consideraba
anticonstitucional; la Sociedad Mexicana de Autores de Libros Escolares
consideraban que el libro de texto único ―uniformaría el pensamiento de una
generación de acuerdo con las ideas de unos cuantos autores‖. 73 Críticas así
se siguieron sumando, pero también desplegados de apoyo a los libros de
texto. La actitud del gobierno fue de indiferencia, guardó silencio y siguió
repartiendo los libros sin mayor problema, eso sí, decretó diversas sanciones
para quienes boicotearan el proyecto. Finalmente se abrió al diálogo, pero
como los detractores no conocían los contenidos de los libros de texto y más
bien se manifestaban contra la acción específica del Estado de imponer un
libro único, las pláticas se suspendieron, alegando la SEP que no eran de
relevancia pedagógica. Contrario a lo que se podría pensar, el debate se
calmó, porque la SEP matizó la obligatoriedad diciendo que si bien los libros
de texto gratuitos eran obligatorios, los maestros podían utilizar otros libros,
aprobados por la SEP, como complementarios. Con eso se dio fin a la
polémica y el libro de texto gratuito se enraizó en el sistema educativo
nacional para quedarse.

La primera reforma grande que van a sufrir los LTG se da en el


sexenio de Luis Echeverría en 1972; en este año se hace una actualización
de los planes de estudio que venían utilizándose, para incluir los cambios y
avances que se habían dado durante esa década. Estos nuevos planes de
estudio tenían cinco ejes básicos: a) considerar a la educación como un
proceso permanente, b) ratificar el carácter científico de la escuela, pues la

73 Arremeten contra los textos de educación desplegado publicado por la Sociedad Mexicana
de Autores de Libros Escolares y dirigido al Presidente López Mateos, en Excelsior , 11 de
febrero de 1960.

65
enseñanza se fundaba sólo en hechos comprobados, c) desarrollar una
conciencia histórica, d) que todo conocimiento es relativo y por lo tanto era
necesario una actualización constante de los planes y programas de estudio,
y e) el aprendizaje es un proceso que rebasa los límites del aula.
Estos ejes determinaron cambios estructurales y de fondo en los libros
de texto gratuitos, pues se ponía énfasis en la actividad del niño para el
aprendizaje. Desaparecieron las asignaturas y la enseñanza se comenzó a
manejar por áreas, eliminándose los cuadernos de trabajo. Con esto se
redujo el número de libros a hacer. Las áreas eran: español, matemáticas,
ciencias naturales, ciencias sociales, educación física, actividades artísticas
y actividades tecnológicas. De esta manera, en lugar del libro de Lengua
Nacional se editó el libro de Español; en lugar de los de Aritmética y
Geometría, el de Matemáticas; en lugar del de Estudio de la Naturaleza, el
de Ciencias Naturales; y en lugar del de Historia, Civismo y Geografía, el de
Ciencias Sociales; quedando así cuatro libros de texto en vez de siete y
eliminando también los cuadernos de trabajo.
Estos libros de texto no fueron hechos por concurso, sino por un grupo
de especialistas en cada área y pedagogos, bajo la supervisión de
coordinadores de grado y materia. Además, sus contenidos se revisaban y
actualizaban de manera constante (por lo general cada uno o dos años) para
mantener los contenidos acordes a la realidad mundial y nacional. Otra
ventaja fue que en sólo dos años se logró actualizar a todos los grados de
primaria; a diferencia de la primera vez que tardaron casi nueve años en
tenerlos todos listos.
Un cambio más en estos libros estuvo en la portada, pues se utilizó
como tema central a los juguetes y las artesanías mexicanas, diseñando una
portada diferente para cada área y grado. ―Esta elección obedeció a uno de

66
los planteamientos medulares de la reforma: vincular las tradiciones
nacionales al ámbito escolar‖. 74
Con esta reforma educativa, el gobierno buscaba modernizar la
educación y, a través de ella, a México. Además, mientras que la primera
generación de libros ponía a México y al nacionalismo en el cent ro de todo el
concepto educativo; esta nueva generación buscaba una reinserción del país
en el ámbito internacional, lo que permitía una visión más universalista. Esta
reforma no estuvo exenta de polémica, al igual que la anterior se cuestionó
al Estado, esta vez el punto central no fue la obligatoriedad, sino los
contenidos y la orientación ideológica de los mismos; de todas maneras
sigue subyacente la cuestión de si es válido que el Estado intervenga en la
educación y hasta qué punto.
En los siguientes sexenios, los LTG continuaron elaborándose con
base en los planes y programas de estudio de 1972, aunque se actualizaban
constantemente en cuanto a diseño de portadas –que en 1979 volvieron a
presentar a los héroes de la Patria pero con murales de Alfaro Si queiros,
Clemente Orozco y Juan O´Gorman, y en 1982 se cambiaron por dibujos
elaborados por Carlos Palleiro y Felipe Dávalos–; también hubo cambios en
cuanto a la organización de los contenidos, pues en los primeros tres años
de primaria los libros de ciencias naturales y ciencias sociales se unificaron,
y a partir del cuarto grado volvían a dividirse en sus áreas respectivas ya con
conocimientos más específicos; el libro de ciencias sociales de cuarto,
quinto y sexto continuaba incluyendo información sobre civismo, geografía e
historia, de manera no relacionada entre sí, pero continuada entre un grado
y otro. Hacia 1989 comienza a plantearse una nueva reforma que se
formaliza hasta 1992 con el Programa para la Modernización Educativa y el
acuerdo del mismo nombre; esto plantea una reforma global a la educación
nacional y conlleva una revisión de los LTG.

74 Delgado, Ana Laura (coord.), Op. cit., p. 53.

67
La característica central de la política educativa durante el periodo
salinista fue el de la ―modernización‖ del sistema escolar. El Programa
para la Modernización Educativa 1989-94 programó de manera
prioritaria la conformación de un sistema de mayor calidad, que se
adaptara a los cambios económicos que requería el país en el contexto
de las transformaciones mundiales marcadas por el libre mercado. 75

Se hace, además, una modificación en los artículos 3º y 130 de la


Constitución Mexicana, este último relacionado con la personalidad jurídica
de las iglesias, lo que abre de nuevo la posibilidad de la participación de la
iglesia en la educación 76 Para reformar el sistema educativo se modificaron
los artículos tercero y 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, este último relacionado con la personalidad jurídica de las
iglesias. Con dichas modificaciones se abrió nuevamente un espacio par a la
participación de la iglesia en la educación, ―dejando atrás todos los
problemas que tuvieron conservadores y liberales en el siglo XVIII y los
inconvenientes que surgieron entre la iglesia y el gobierno con la
Constitución de 1917‖. 77
El nuevo plan de estudios busca organizar la enseñanza de contenidos
básicos, entendiéndolos como "aquello que permite adquirir, organizar y
aplicar saberes de diverso orden y complejidad creciente" 78 Con estos
contenidos se intenta asegurar que los niños:

1 o. Adquieran y desarrollen las habilidades intelectuales [...] que les


permitan aprender permanentemente y con independencia, así como

75 Latapí, Pablo (coord.) Un siglo de educación en México II, FCE, México, 1998, p. 420.
76 Aunque siempre existieron escuelas privadas manejadas por órdenes religiosas, el cambio
de personalidad jurídica permite una mayor participación del clero en la educación, una
mayor autonomía, por decirlo así.
77 Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, "Antecedentes", en Educación
[Actualización: 05 de octubre de 2009], disponible en www.diputados.gob.mx/cesop/
78 Planes y programas de estudio 1993 , SEP, México, 1993, p. 13

68
actuar con eficacia e iniciativa en las cuestiones prácticas de la vida
cotidiana;
2 o. Adquieran los conocimientos fundamentales para comprender los
fenómenos naturales, en particular los que se relacionan con la
preservación de la salud, con la protección del ambiente y con el uso
racional de los recursos naturales, así como aquellos que proporcionan
una visión organizada de la historia y la geografía de México;
3 o. Se formen éticamente mediante el conocimiento de sus derechos y
deberes y la práctica de valores en su vida personal, en sus relaciones
con los demás y como integrantes de la comunidad nacional;
4 o. Desarrollen actitudes propicias para el aprecio y disfrute de las artes
y del ejercicio físico y deportivo. 79

Estos cambios debían reflejarse en los libros de texto y se eligieron a los


libros de historia para ser los primeros en reelaborarse, esta decisión
obedeció a que el ciclo escolar de 1992 a 1993 fue declarado Año de la
Historia de México. Estos nuevos libros de historia serían coordinados por
Enrique Florescano y Héctor Aguilar Camín, quienes reúnen a un equipo de
historiadores reconocidos. Este libro de Historia sustituía al libro de Ciencias
sociales; el objetivo era no ocultar el pasado histórico del país, el 4 de
agosto se presentaron estos libros y la polémica no se hizo esperar, pues se
criticó la manera de interpretar ciertos hechos históricos como el Porfiriat o,
la desaparición de ―héroes nacionales‖, la inclusión de ―momentos
incómodos‖ para el gobierno, como la matanza de estudiantes en 1968,
donde se responsabilizaba al ejército y al gobierno de entonces, entre otras
cosas, por estas razones la primera edición no se repartió y se tuvo que
cambiar muchas cosas para que finalmente circulara entre las escuelas.
La polémica 80 se atizaba ahora con la pregunta ¿a quién le
corresponde hacer los libros? La visión de la Historia de un país resulta
importante para conformar el sentido nacional del individuo, pero también
para ubicarlo en su contexto, para conocer sus raíces, los errores de su

79 Ibídem
80 Esta polémica se trata con mayor amplitud en el capítulo 4 de este documento.

69
pueblo, es decir, todo el bagaje socio-histórico y cultural que trae consigo.
En la primaria se dan los primeros pasos formales de educación del individuo
como parte de una sociedad, de allí que la visión histórica que se forme en
él en ese momento será determinante para su futuro como parte activa y
productiva del país. Si bien en ese momento se estableció una
reglamentación pedagógica sobre los contenidos de los libros de texto, la
realidad es que ni aún ahora se ha logrado resolver la cuestión sobre quién
debe elaborar los libros de texto, ni cuál debe ser la participación del Estado;
aún no se ―han diseñado estrategias ni normas que permitan a padres de
familia, maestros o partidos políticos participar en fijar las orientaciones de la
educación pública. Esto es importante, sobre todo en los textos de historia,
porque en ellos se agudiza la confrontación entre convicciones personal es o
las tomas de posición partidista y una interpretación oficial del devenir del
país‖. 81

Cuadro 2. Las reformas curriculares de la educación primaria de los últimos 50 años

Planes de estudios 1957 y


Plan de Estudios de 1972 Plan de Estudios 1993
1960

Principales características: Elaborados de conformidad a Rasgos centrales:


1. Son mínimos (contienen lo cinco criterios: 1. La prioridad más alta se
necesario para aprender) asigna al dominio de la
2. Son flexibles (susceptibles de 1.El carácter permanente de la lectura, la escritura y la
adaptarse) educación (a lo largo de toda la expresión oral.
3. Son graduados (desde el vida) 2. A la enseñanza de las
punto de vista lógico y 2. La actitud científica matemáticas se dedicará
psicológico) (capacidad de observar, una cuarta parte del tiempo
4. Son nacionales (contribuyen a registrar, integrar, examinar, de trabajo escolar a lo largo
la unificación educativa formular juicios) de los seis grados
nacional) 3.La conciencia histórica 3. La enseñanza de las
5. Son orgánicos (especifican (explicar el presente en función ciencias naturales se
fines, temas y actividades) de los cambios del pasado) integra en los dos primeros
6. Son anuales (para cada grado 4.La relatividad (todo sujeto a grados con historia,

81 Comunicados OCE sobre Políticas y programas D.R. Observatorio Ciudadano de la


Educación Redacción: Alejandro Canales, Pedro Flores Crespo, María de Ibarrola, Pablo
Latapí Sarre, Humberto Muñoz García, Carlos Muñoz Izquierdo, Roberto Rodríguez y Leonel
Zúñiga [http://www.observatorio.org/comunicados/comun096_3.html]

70
por año lectivo) revisión y reelaboración) geografía y educación
7. Son para los niños mexicanos 5. El acento en el aprendizaje cívica.
8. Son perfectibles. (aprender a aprender). 4. Organizar el aprendizaje
de la historia, la geografía y
la educación cívica por
asignaturas específicas
suprimiendo el área de
Ciencias Sociales.
5. El plan de estudios
reserva espacios para la
educación física y artística
como parte de la formación
integral de los alumnos.
* El plan de estudios de 1957
* Se hablaba de un educando * Se pretende estimular en
hablaba de tres ejes: el
en abstracto que aprendiera a el alumno las habilidades
mexicano, la familia mexicana y
aprender, que continuara necesarias para el
la nación mexicana. Mientras
superándose y que adquiriera aprendizaje permanente,
que el plan de 1960 se inspiraba
una capacidad de reflexión asociadas a las habilidades
en el tipo de mexicano que se
crítica. intelectuales y la reflexión.
debía educar.

Fuente: Salcedo Aquino, Roberto (1982) El desarrollo de los Libros de Texto Gratuitos, en:
Enrique González Pedrero. Los libros de texto gratuitos. SEP; México, p. 31-46; SEP
(1994) Plan y programas de estudio de educación primaria 1993 . México, 162 p.

En la actualidad estamos todavía evaluando y viviendo la última gran


reforma educativa que inició con Vicente Fox y que ha continuado Felipe
Calderón. Esta reforma plantea un plan educativo a 25 años, pues se
considera que sólo la continuidad dará unidad y estructura a la educación en
México.
Revisando el Plan Nacional de Educación (PNE) 2001-2006, destacan
algunas ideas que no es posible dejar de mencionar; por ejemplo, su alcance
en el tiempo, pues se considera una planeación estratégica para los
próximos 25 años, esperando que las propuestas tengan coherencia y
seguimiento aún después de que finalice el sexenio de Vicente Fox, lo cual
de alguna manera sí ha sucedido.
Por otra parte, si se pone atención a las páginas 42 y 43 del PNE
2001-2006, se observa una vinculación de la equidad con la calidad
educativa, lo que supone una distribución social de la calidad, es decir, que
todas las escuelas del país sean escuelas de calidad, no es posible que lo

71
sean unas sí y otras no; esto representa un reto muy grande para c ualquier
gobierno, sea un solo sexenio o varios; pues para lograr una calidad
educativa similar en todas las escuelas del país es necesario dotarlas de
mayores recursos materiales, lograr que los maestros tengan una
preparación homogénea y una actualización constante; entre muchas otras
cosas. Es claro que eso es lo que se pretende lograr con los famosos
Talleres Generales de Actualización, la aplicación de la prueba ENLACE, el
programa Enciclomedia, y muchos otros programas y proyectos que se han
venido aplicando desde el sexenio pasado en la educación primaria; pero
que no han tenido una repercusión positiva y real en los procesos educativos
y sus resultados.
Sin embargo, los cambios en los libros de texto se dan, principalmente
en el de Español y Matemáticas; aunque existe una propuesta de la SEP en
2005 de hacer un cambio en el libro de Historia: eliminar el pasado
prehispánico de México. Ante esto, fueron varias las voces que se alzaron; a
continuación presento algunas de ellas por la relevancia de las opiniones, y
porque me serviré de las mismas en los subsecuentes capítulos.
Enrique Florescano, historiador: Me parece algo terrible. Es un
fenómeno que está ocurriendo también en otras partes del mundo, pues
están excluyendo la historia y las ciencias sociales del sistema de
enseñanza. Según ese proyecto, frente a la profundidad de las culturas
olmeca o maya en Mesoamérica, los jóvenes mexicanos comenzarán a
comprender la historia sólo a partir de la llegada de Colón. De acuerdo
con ese planteamiento, la historia de México solamente empieza en el
siglo XV. Se eliminaría la historia antigua nuestra, que es la historia de
la fundación de las civilizaciones, los estados, las lenguas y las
tradiciones americanas, que es algo que sigue vivo. Se eliminaría
además toda la historia antigua universal. Es un crimen, es casi como si
nos cortaran la cabeza. Tenemos que darle voz a la sociedad civil para
que no sean los decretos, los partidos o los gobiernos los que nos
impongan una manera de entender, comprender y vivir nuestra
sociedad. Necesitamos que haya un diálogo entre el Estado, el gobierno
y la sociedad y que ésta sea escuchada. En este caso, necesitamos
que sean escuchados los arqueólogos, los historiadores, los que han
creado el conocimiento sobre el mundo antiguo. Debemos insistir en
que los investigadores, los profesores, los historiadores, los escritores,

72
los pedagogos y la sociedad civil tenemos que impulsar la manera de
hacer más representativa y audible nuestra voz en las áreas donde se
toman esas decisiones. Ese es el problema más grande que tenemos.
Es necesario crear un consejo permanente de revisión de libros de
texto, en el que participen esos expertos y el cual se renovaría cada
determinado tiempo. Eso existe ya en Francia, en Estados Unidos, e n
todo el mundo. Son consejos que cuando, por ejemplo, surge un asunto
como el del genoma, los científicos dan su punto de vista, los
profesores dicen cómo van a introducir ese conocimiento, en qué nivel
educativo, y los pedagogos plantean qué lenguaje se usará. Ya debería
existir en México un consejo así.
Elena Poniatowska, escritora: Parece que es un suicidio, es algo
gravísimo, como si quisieran eliminar nuestras raíces. Proponemos
levantarnos y rechazar ese proyecto. Si Reyes Tamez Guerra (titular de
la SEP) propone eso, está totalmente equivocado. Todos los mexicanos
deberíamos decir que eso no es aceptable. El periodo prehispánico es
lo que nos ha dado nuestra fuerza, lo que nos hace lo que somos. Es
como si elimináramos nuestro origen, nuestra propia vida, es como
asesinar algo. A los propios mayas o los oaxaqueños, ¿cómo es posible
que se les ningunee y se les borre de esa forma? Es un atentado contra
nuestra historia y no entiendo en qué cabeza cabe y de dónde puede
salir una iniciativa tan burda. Esto es mucho más grave que la
propuesta de gravar el libro con el IVA, porque es negar el acceso al
conocimiento a los jóvenes mexicanos. Debería ser al contrario y
apoyar aquí investigaciones que se hacen en universidades de Estados
Unidos. Como dice Enrique Florescano, es nuestra historia patria y eso
es lo que nos hace falta: saber quiénes somos y de dónde venimos,
sobre todo para saber hacia dónde vamos, lo que desde luego el
presidente Fox no sabe. De seguir así, en el futuro quién sabe qué
entidad extraña seremos, algo flotando en el aire.
Alejandra Moreno Toscano, historiadora: Es conocida la enorme
importancia de los estudios arqueológicos para entender la
estructuración de Mesoamérica y del mundo americano, y las herencias
dejadas por ese mundo en las poblaciones indígenas y campesinas: la
manera de concebir la explicación del mundo, de organizar los
calendarios. Todo eso es imposible que se deje de enseñar. Si el
Estado no lo asume como parte de su sistema educativo, tendrá que
transmitirse por otras vías. Esa posible cancelación de la época
prehispánica en las secundarias por parte de la SEP sería contraria a
su historia, que ha sido la recuperación de esa originalidad antigua, de
esa raíz.
Ese proyecto es imposible y no va a prosperar. Pero es preocupante
que se piense que este continente no existió nunca antes de que
Occidente llegara a mirarlo. Para entender de veras cómo se conformó

73
el mundo y qué papel tiene América en el mundo contemporáneo, el
peor error que se podría cometer es borrar la época anterior al siglo XV.
Guillermo Tovar y de Teresa, historiador: Es un acto de estupidez,
de ignorancia y un atentado contra el derecho que los mexicanos
tenemos de recibir educación en el sentido más amplio; no sólo
educación en cuanto a muchas de las disciplinas que sí en cambio
obliga el actual programa educativo, sino sobre todo a aprender a
ubicarnos el tiempo; es increíble que a principios del siglo XXI hagamos
a un lado lo universal y lo permanente. A cualquiera de los grandes
humanistas mexicanos, desde Carlos de Sigüenza y Góngora,
Francisco Javier Clavijero, pasando por todos los literatos del XIX
mexicano, y Alfonso Reyes y hasta Octavio Paz, les hubiera parecido
escandalosa semejante omisión. Estoy seguro que el Congreso de la
Unión no permitirá que tal disposición se apruebe.
La argumentación me parece todavía más llena de estulticias porque
implica negar la historia autóctona y omitir lo que sucedía en el mundo
en todos esos siglos anteriores. Cualquier libro de texto extranjero de
educación de historia incluye tales comparativas acerca de las distintas
civilizaciones. Ignoro a quién le haya pasado por la cabeza hacer
semejante propuesta pero me encantaría saberlo para conocer el
nombre y el apellido de alguien tan tonto. Es increíble a lo que estamos
llegando en este periodo en cuanto a cultura, humanismo e historia se
refiere. Las grandes instituciones fundacionales, como el INAH, la
UNAM, El Colegio de México y otras, están obligadas a emitir una
opinión porque es una responsabilidad cívica frente al pueblo de
México. Es inconcebible. ¡La cara que hubiera puesto Paz con
semejante acto de ignorancia, de banalidad, de tontería! Es la noticia
más idiota que he visto en mi vida: necesitamos saber el nombre y el
apellido del tonto espeluznante que propuso tal cosa. 82

Finalmente fue una propuesta que no pasó; pero resulta importante señalar
que muchos de los cambios en los libros de texto de historia, aunque alegan
situaciones pedagógicas, son en realidad hechos sin una directriz específica
de lo que se pretende enseñar ¿o será que la directriz existe, pero no
necesariamente está encaminada a crear un individuo crítico y con
conciencia histórica?

82 Tomado de Reprueban intelectuales la visión histórica de la SEP, La Jornada , 18 de junio


de 2004

74
Es hasta 2009, ya con Felipe Calderón en la presidencia y la campaña
de las escuelas de calidad en la educación, que se da un cambio profundo
en un libro de texto básico, el de historia. Uno de los planteamiento de la
política educativa actual es que la educación contribuye al fortalecimiento de
la identidad nacional (lo cual es algo que se viene manejando desde
Vasconcelos); sin embargo, resulta paradójico que la mayor polémica
desatada en estos momentos sea la del nuevo libro de Historia de sexto
grado, en el que se eliminó sin mayor trámite la enseñanza de la Conquista y
la colonización española, ¿cómo se crea una identidad nacional si no se
conoce en la totalidad los elementos que históricamente la han conformado?
Esta pregunta resuena en todos los historiadores y los medios de
comunicación que han alzado su voz en protesta por esta nueva manera de
―ver‖ la historia de México. ―La reforma ya en vigor implica en términos de los
libros de texto una serie de francos retrocesos en el perfil de la enseñanza
de la historia... por ilustrar dos temas: la cuestión de la colonización y de la
conquista‖, 83 si bien es cierto que los diferentes libros de historia y ciencias
sociales (según el momento) han presentado siempre carencias en cuanto a
los temas que se tocan, también es cierto que hay momentos históricos que
no pueden ser ignorados de una manera tan contundente. Este libro de
historia de sexto de primaria se divide en cinco capítulos que inician con la
evolución humana y el poblamiento de América; las grandes civilizaciones
antiguas en las que se hace un repaso los griegos y romanos; las
civilizaciones americanas con referencias entre otros a los olmecas, los
teotihuacanos, los mayas y los incas. De las civilizaciones prehispánicas se
pasa a la Edad Media en Europa y Oriente, para culminar con los ―Inicios de
la Época Moderna‖, un capítulo en el que tras revisar la formación de los
Estados europeos se utilizan escasas tres páginas para rememorar los viajes
de exploración en el siglo XV que se tradujeron en que extensos y ricos

83 Casanova, Hugo citado en Sacan la conquista y la colonia de libros de texto, en El


Economista , 24 de agosto de 2009

75
territorios de África, América y Asia fueron conquistados, lo que permitió el
surgimiento de dos grandes imperios coloniales: España y Portugal.
No es posible reducir la historia a un mero acúmulo de fechas,
nombres y datos; menos aún es recomendable eliminar a discreción pasajes
importantes para formar la conciencia histórica del niño, que es el futuro
mexicano, desconocedor por formación de la riqueza, pluralidad, errores y
mitos de su pasado. La historia nos sirve para conocer los diversos procesos
sociales de nuestra nación y comprender lo que actualmente sucede pero
además planear un futuro mejor. Los nombres y las fechas deben verse en
su contexto y dentro del proceso histórico

2.3 ¿Cómo se determina el contenido de un libro de texto?


Uno de los grandes problemas que ha enfrentado el libro de texto gratuito
desde que se hizo oficial y obligatorio es la determinación de contenidos.
Como ha podido apreciarse en el apartado anterior, en ocasiones la SEP ha
recurrido a concursos abiertos para elegir al mejor libro de texto de acuerdo
a sus criterios; en otras ocasiones ha recurrido a grupos de especialistas
quienes los diseñan por encargo específico; sin embargo, todas las veces ha
desatándose la polémica sobre si el contenido es adecuado,
pedagógicamente hablando; si toca los hechos como debiera, en el caso del
libro de historia; si es ideológicamente contaminante o sesgado; etcétera.
A pesar de esto, existe un lineamiento específico para el
procedimiento a seguir para determinar los contenidos de un libro de texto
gratuito. De acuerdo con el artículo 30 del Reglamento Interior de la
Secretaría de Educación Pública (SEP), la Dirección General de Materiales
Educativos (DGME) tiene entre sus atribuciones, las siguientes:

I. Diseñar, editar y mantener actualizados los libros de texto gratuitos, a


partir de los contenidos generados por la Dirección General de
Desarrollo Curricular, así como entregarlos a la Comisión Nacional de

76
Libros de Texto Gratuitos y autorizar la versión final para impresión y
distribución.
II. Proponer normas, criterios y estándares de calidad para la
producción, selección, distribución y uso pedagógico de los materiales
educativos y otros auxiliares didácticos, curriculares y complementarios
para la educación inicial, especial y básica en sus diferentes niveles y
modalidades, con la finalidad de apoyar el trabajo de los maestros y
alumnos, considerando los resultados de las evaluaciones educativas,
las observaciones de las autoridades educativas locales, las escuelas y
los sectores sociales involucrados en el desarrollo educativo.

[…]

XI. Proponer lineamientos para la publicación de libros y ediciones


periódicas de la Secretaría en materia de educación inicial, especial y
básica en sus diferentes modalidades, así como para el intercambio de
publicaciones educativas con otras instituciones. 84

Con el objetivo de cumplir con estas atribuciones y las metas establecidas


en el programa editorial, la DGME diseña, edita, adquiere, produce y
supervisa el desarrollo y la actualización de los materiales y apoyos
didácticos dedicados a satisfacer las necesidades curriculares de la
educación básica. Lo anterior se logra de acuerdo con estándares de calidad
técnica implementados para los procesos de elaboración, planeación y
producción editorial (edición, reedición, coedición, impresión y reimpresión)
de los materiales educativos elaborados por las distintas áreas de la DGME
y por otras instancias de la SEP.
Además, como una manera de retroalimentar los libros de texto,
instrumentados a partir de la Reforma Integral de la Educación Básica, se
pide un análisis y revisión colegiada de los materiales por instancias de
reconocido prestigio, como la UNAM, la UAM, la UPN y por especialista en
educación de otros países, como Cuba. Estas evaluaciones permiten hacer

84 Reglamento Interior de la Secretaría de Educación Pública, SEP, México, 2005

77
las correcciones necesarias para que exista una renovación y actualizaci ón
continua de los libros de texto.

78
2.4 El papel de las autoridades educativas en la conformación,
edición y publicación de un libro de texto gratuito
El libro de texto se determina, no sólo por las autoridades educativas, sino
por la sociedad y la época en la que se escribe; por lo que es válido decir
que participa de la simbología nacional y ayuda a conformar la idea de
nación del alumno, futuro ciudadano. En todos los países donde nace el libro
de texto se pueden encontrar las propuestas de las burguesías liberales del
momento: unificar, igualar, hacer llegar a todos los ciudadanos la
oportunidad de educarse. Estos libros tienen un fuerte componente
ideológico, político y económico, aunque no de manera explícita; y son
instrumento de alienación del Estado, a pesar de que también cumplan con
su tarea de ayudar en la educación del individuo. Cierto es que no existen
libros neutrales, pues siempre se permeará la ideología, el pensamiento, la
visión de mundo, la opinión o alguna cosa del que escribe, aún así, estos
libros pretende educar. Pero cabe preguntarse ¿qué tipo de educación dan?,
¿hacia dónde se orienta? Por ello es que

Los libros escolares fueron pronto percibidos por el nuevo orden liberal-
burgués como los vehículos más idóneos para transmitir a la infancia de
modo uniforme los valores con que se quería configurar la ciudadanía
del futuro. Por eso, precisamente, los contenidos culturales y el
lenguaje de los textos expresan, casi siempre, de forma explícita o
subyacente, la ideología y la mentalidad de los grupos dominantes que
controlan la institución escolar. 85

Es así, que más que las autoridades educativas, es el Estado –a través de


ellas–quien se propone, mediante los LTG, dos objetivos explícitos: a)
responder a la demanda creciente de educación de la población,

85 Escolano Benito, Agustín, Libros para la escuela. La primera generación de manuales


escolares, en Escolano Benito, Agustín (Dir.), Historia ilustrada del libro escolar en España.
Del Antiguo Régimen a la Segunda República , Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez,
1997, p. 22.

79
particularmente a los grupos más desfavorecidos, a partir de la gratuidad de
los manuales escolares; b) aprovechar la oportunidad de transmitir normas y
valores, así como su proyecto de sociedad. Por ejemplo: se presenta a la
familia como cimiento de la sociedad, y a través de la representación de la
patria se muestra una sociedad igualitaria en la que todos sus miembros
tienen un lugar a partir del cumplimiento del deber personal. Pero, ¿cuáles
son los objetivos no explícitos?, ¿cómo se relaciona el discurso oficial con
los contenidos?
Este tipo de contenidos se relacionan con el discurso oficial del
presidente en turno y de la reforma educativa correspondiente. No todos los
sexenios se realizó una reforma de grandes dimensiones que conllevara un
cambio de contenidos y organización de los libros de texto gratuitos; pero
aquellos en lo que sí se dio tienen como característica que la refo rma fue
vertical, de arriba hacia abajo, a pesar de que en cada momento se incluyó
una consulta con intelectuales, o con padres de familia, o con docentes, o
con la sociedad toda; las decisiones, las directrices, las políticas, los
contenidos, el programa en general provenía de las autoridades educativas
correspondientes, y a su vez estaban marcados por el contenido del Plan
Nacional de Desarrollo del sexenio, en otras palabras, por el discurso oficial.
En nuestro país algo ha quedado claro, aunque parecen no notarlo las
autoridades educativas, basar una reforma únicamente en la estructura del
sistema educativo, en los contenidos o en la calidad, tan sólo llevará a la
necesidad de volver a reformar todo a los pocos años. A pesar de ello, las
reformas siguen teniendo un planteamiento único tipo panacea; como en su
tiempo lo fue el libro de texto gratuito y en tiempos de Fox, la enciclomedia.
Ambos elementos no resuelven de tajo los problemas educativos, tan sólo
son una herramienta para hacer más eficiente la educación, que no siempre
ayuda y con la que no todos están de acuerdo.
La principal polémica que rodeó a los libros de texto en sus inicios
–y de la aún se tienen ecos en cada reescritura de los mismos–, se origina

80
en la verticalidad de la decisión. Fue Torres Bodet en su calidad de
secretario de educación pública, junto con López Mateos como presidente de
la República, los que crearon, decidieron e impulsaron una reforma
educativa que tuvo como principal actor al libro de texto gratuito. Si bien este
hecho fue apoyado por varios sectores de la sociedad mexicana, también fue
rechazado por otros tantos. En la actualidad nadie duda de la obligatoriedad
y gratuidad de los libros de texto, pero esto ha sido porque los mismos
cambios sociales, económicos e ideológicos que ha tenido el país, han
permitido ver como algo ―normal‖ que el gobierno reparta libros gratuitos
como vehículo de enseñanza; tan cotidiano es que no sólo se dan a las
escuelas públicas, sino a las particulares, aunque éstas los releguen y
terminen usando libros alternos, ―de apoyo‖, como libros de texto; los cuales,
por otro lado, también han sido revisados y avalados por la SEP como libros
de texto permitidos.
En resumen, gratuitos o no, los libros de texto pasan por la revisión de
las autoridades educativas, quienes deciden su pertinencia con base en su
apego a los contenidos, su calidad escrita, lo pedagógico de su
presentación, la propiedad de su lenguaje; y muchos otros elementos que se
consideran parámetros para un buen libro de texto. De acuerdo al artículo 12
de la Ley General de Educación,

Artículo 12. Corresponden de manera exclusiva a la autoridad educativa


federal las atribuciones siguientes:
[…]
III.- Elaborar y mantener actualizados los libros de texto gratuitos,
mediante procedimientos que permitan la participación de los diversos
sectores sociales involucrados en la educación; 86

Desde este punto de vista, las autoridades educativas juegan un rol


determinante, pues son ellas las encargadas de elaborar y mantener

86 Ley General de Educación, Última Reforma DOF 22-06-2009

81
actualizados los libros de texto gratuitos; si bien en la práctica muchas veces
organizan concursos entre pedagogos, maestros y especialistas de cada
área, mientras que en otras encargan su elaboración a grupos de
profesionales capacitados para tal fin. De cualquier manera, la última
palabra la tiene la Comisión Revisora de la SEP; pues la Comisión Nacional
para el Libro de Texto Gratuito tan sólo es la editora de los mismos, es decir,
se encarga de la corrección, el diseño, la impresión y la distribución de
éstos, pero no los aprueba ni los elimina.
Este privilegio de la autoridad educativa, en un primer momento puede
parecer adecuado; sin embargo, la utilización de libros de texto específicos
supone una opción excluyente de otros planteamientos metodológicos, como
puede ser la utilización de material didáctico adicional, la opción de cátedra
abierta, la posibilidad de acceso a recursos externos, entre un largo etcétera.
Por otra parte, la revisión de los contenidos del libro y su aprobación por
órganos pertenecientes al gobierno de un país, no deja de ser una forma de
influencia de la ideología dominante sobre el pueblo.
Si bien no es posible hablar de ideología dominante en un libro de
matemáticas (será la única excepción); en todas las demás asignaturas es
posible la influencia; baste ver la reciente polémica que se desató en el
Distrito Federal cuando se editó y distribuyó un libro de texto sobre
educación sexual; los sectores más conservadores del país se opusieron
terminantemente a su distribución, e incluso boicotearon la misma; este libro
se halla en total congruencia con la política abierta de la izquierda mexicana
que se encuentra en el poder en la capital del país; una política enfocada a
la pluralidad de credos, preferencias sexuales, ideologías; abierta ta mbién a
la posibilidad de soluciones alternas; política que está en enfrentamiento
abierto con la derecha que domina el país; y que en tiempos de Adolfo López
Mateos, se promulgó en contra del libro de texto gratuito, no por su gratuidad
en sí misma (lo cual también criticaban), sino por su obligatoriedad; pues
consideraban que eso contribuía a cercenar la apertura de pensamiento que

82
todo ciudadano debía tener. A todo esto, en ambos momentos históricos las
autoridades continuaron con sus planes y los libros se editaron y
distribuyeron a pesar de los sectores opositores de la sociedad. Pero el
debate que se entabló entonces, y que se ha retomado en varios momentos
sigue pendiente; y que se refiere al hecho de que un libro elaborado o
aprobado por el Estado, contiene aquello que el Estado decide y, por lo
tanto, es impositivo; esto ya lo expresaba la Unión de Padres de Familia en
1962, cuando en una carta abierta aparecida en Excelsior, y dirigida a Jaime
Torres Bodet, declaraba que:

Una vez más estas organizaciones de padres de familia nos vemos en


la necesidad de declarar que jamás nos hemos opuesto a la distribución
gratuita de textos escolares […] A lo que siempre nos hemos opuesto
es a que la Secretaría de Educación utilice los textos gratuitos como
cortina de humo para imponer el texto único, uniforme, obligatorio y
exclusivo en todas las escuelas primarias del país […] Desde febrero de
1960 reiteradamente hemos fundado nuestro repudio a tal imposición
en tres principales razones:
Es ANTIPEDAGOGICA: estanca el progreso de la enseñanza, reduce al
maestro a un repetidor mecánico de invariables lecciones[…]
Es ANTIJURIDICA […]
Es ANTIDEMOCRATICA: sólo permite la enseñanza y el aprendizaje
de la “verdad oficial”, según lo demuestra el hecho de sólo en
países totalitarios (Italia fascista, Alemania nazi, Rusia soviética,
Argentina peronista y Cuba castrista) haya sido implantado
semejante sistema. 87

Quizá es un tanto exagerado el calificar de fascista al gobierno mexicano por


el hecho de imponer un libro de texto oficial; sin embargo, estos libros
encauzan una visión de la realidad desde el Estado; hecho que se torna más
contundente en los libros de texto de historia. La historia como tal es un
conglomerado complejo de situaciones, personas, hechos, circunstanci as;
muy difíciles de sintetizar en unas cuantas hojas de un libro de texto; si a

87 Carta Abierta al Sr. Dr. Jaime Torres Bodet, Excelsior , 20 de mayo de 1962. Nota: el
subrayado es mío.

83
esto se le suma que esas hojas están concebidas desde una ideología
específica, es bastante factible considerar que se cuenta la ―verdad oficial‖.
Además, los textos de historia se presentan como una ―versión aprobada‖ de
los hechos históricos de México y el mundo; tan es así, que incluso hoy se
sigue sin tocar temas como el 68, la guerra sucia, el movimiento magonista,
entre otros. Finalmente, se presenta como una historia de ―buenos‖ y
―malos‖, lo cual es peligroso, pues como nos dice Burke

Resulta facilísimo caer en una visión de la historia como, en esencia, la


lucha entre la virtud y el vicio; una visión whig o romántica de la historia
[…] Sea cual sea el grupo elegido para el papel de héroe de la épica –la
burguesía, el proletariado, los negros o las mujeres– el resultado es
siempre la mistificación. Una historia edificada en torno a buenos y
malos imposibilita entender el pasado tal como sucedió. Sin duda, el
valor del estudio de la historia estriba en que nos recuerda situaciones
embarazosas… 88

Ante este panorama, los libros de historia gratuitos que se ofrecen para la
educación primaria, adolecen de una visión romántica en el mejor de los
casos, pero es la visión que el Estado ha aprobado a través de la SEP.
Cabría preguntar, entonces, si el trabajo de las autoridades educativas, más
que determinar los contenidos, es revisar que se mantenga una visión de
país acorde a las políticas y directrices emanadas del ejecutivo .
Por otra parte, si bien lo anterior puede ser cierto, no debe perderse
de vista que el libro de texto gratuito es sólo una herramienta, es decir, no es
la última palabra sobre lo que el niño debe aprender; para eso está el
maestro, quien debe tener una visión abierta, propia, más allá de lo que se
establece oficialmente en el programa de estudios o en el libro de texto. Sin
embargo, debido a lo apretado del temario, lo extenso de los contenidos, lo
corto de los tiempos y muchas otras razones tanto escolares como

88 Burke, Peter; Historia popular o historia total, en Samuel, Rafael (ed.) Historia popular y
teoría socialista, Crítica-Grijalbo, España, 1984, p. 76

84
extraescolares; sin embargo, los maestros terminan por apegarse al libro de
texto para evitarse problemas; y es allí donde los alumnos pierden opciones
de interpretación de los hechos históricos y se concretan a repetir
mecánicamente fechas, nombres, periodos, lugares; pero sin relación, sin
análisis y sin verdadera conciencia de la historia, o bien sin identificar el uso
de ella en la vida cotidiana.

85
Capítulo III. El libro de texto de Historia en tres
momentos de transformación política y educativa
Al libro de texto gratuito se le ha considerado parte fundamental de la gran
obra educativa del Estado; no sólo porque permite que todos los alumnos de
cualquier escuela tengan un material que les permita estudiar, sino porque
sus contenidos apegados al plan y programa de estudios vigente,
contribuyen a la homogeneidad de la educación.
En los cincuenta años que lleva de existencia, el libro de texto gratuito
ha levantado polémica en cualquiera de sus asignaturas o áreas, ya sea por
lo ―cercenado‖ de sus contenidos, ya sea por lo ―inadecuado‖ de su visión, o
bien por su obligatoriedad lo que siempre ha dado idea a algunos sectores
del país de imposición.
Revisar los contenidos del libro de Historia en las tres grandes
reformas que éste ha sufrido a lo largo de sus 50 años, es adentrarnos en
una visión de México cambiante, es rastrear a través de sus páginas la
evolución del país, pero también de la historia misma, no ya como un devenir
de sucesos, sino como el objeto de estudio de diversos profesionales
emparentados con la historia y más allá de ella al mismo tiempo. Es también
revisar los enfoques pedagógicos que predominaban en esos momentos, la
noción de cultura que se manejaba, es todo un viaje al pasado a través del
libro de Historia de primaria; pero es la historia de México en el periodo en
que se escribe, se edita, se imprime y se reparte el libro de historia; porque
en sus contenidos se puede atisbar la visión de México que se tenía en ese
tiempo, lo que se esperaba del país, lo que se sabía de su historia, los
episodios borrados y aquellos ensalzados, quizá erróneamente.

86
3.1 Revisión de contenidos del libro de Historia
Cuando nace la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos
(CONALITEG) la visión que orientaba a Jaime Torres Bodet –y con él al
presidente López Mateos– era que la escuela podía formar en cada niño a
―…un mexicano dispuesto a la prueba moral de la democracia […] un
mexicano interesado ante todo en el progreso de su país…‖ 89 En ese tenor
fue que se eligieron los libros de texto para Historia que serían los primeros
en ser obligatorios para todo el país.
Estos libros fueron Mi libro de tercer año. Historia y civismo de Jesús
Cárabes Pedroza; Mi libro de cuarto año. Historia y civismo, Concepción
Barrón de Morán; Mi libro de sexto año. Historia y civismo, Jorge Alberto
Manrique. Estos tres libros fueron premiados en el concurso y en ellos se
desarrolla el programa con bastante apego al espíritu nacionalista de la
época. Revisándolos, el de tercero es el mejor en cuanto a la presentación
didáctica de los contenidos, con un lenguaje sencillo y explicaciones
comprensibles, los temas que se trataban en ese momento se relacionaban
con la construcción de nación dentro del alumno, así se ven los temas de
qué es México, quiénes son los mexicanos, cuáles son los símbolos
nacionales.
En este primer libro ―las lecciones de civismo se mezclan con las de
historia para introducir al niño en el funcionamiento de la sociedad y crearle
buenos hábitos‖. 90 Estas nociones en el niño están tratadas con lenguaje
accesible para el pequeño, presentando a México como un país fuerte, con
raíces, pero simplificando los hechos para que el niño pueda acceder a ellos.
Si bien, esto no implica, en ningún momento, un descuido de los diferentes
momentos históricos del país, pues aunque sumariamente sí se hace una

89 Torres Bodet, Jaime citado en SEP, Suplemento estadístico a la memoria: obra educativa
en el sexenio 1958-1964 , SEP, México, 1964, p. 7
90 Vázquez de Knauth, Josefina; Nacionalismo y educación en México, COLMEX, México,
1970, p. 280.

87
revisión de la época prehispánica, la virreinal, la independencia, las luchas
políticas, la revolución y el México de esos años.
Un ejemplo de la manera en que Jesús Cárabes se tomó el cuidado de
poner la historia al alcance de niños de entre 8 y 9 años, lo encontramos en
su descripción de los sacrificios aztecas:

Para no dejar de salir, el Sol Huitzilopochtli, se veía obligado a vencer


cada día, en furiosa lucha, al Dios de las Tinieblas, Tezcatlipoca. Por
eso […] cada aurora, cada amanecer, el horizonte se tiñe de rojo con la
sangre que pierde Huitzilopochtli en esa lucha. A final del día ocurre
otro tanto[…] Por la diaria pérdida de sangre, el Sol Huitzilo pochtli,
podría no volver a salir –creían los aztecas–; y ello explica que tomaran
sobre sí mismos la obligación heroica de mantener vivo al Sol,
entregándole cotidianamente la sangre de las víctimas que en honor del
dios sacrificaban en el templo mayor. 91

No hay aquí prejuicios hacia los sacrificios humanos que tanta polémica
desatan en ocasiones, más aún, tratándose de textos que leerá una parte
sensible de la población; lo que se presenta es el hecho de que los
sacrificios eran parte de las creencias religiosas del México prehispánico y
que los antiguos aztecas veían este hecho no como algo aberrante, sino
como algo heroico.
Esto sitúa al niño en el contexto adecuado: el pasado. Lo hace
sentirse orgulloso de sus raíces, tomando en cuenta que no se puede juzgar
la historia parados desde el momento actual. Esto lo considero un gran
acierto por parte del autor del libro. Claro está que falta adentrarse en la
mentalidad religiosa de los aztecas para comprender cabalmente el rito
sacrificial; pero ¿un niño de tercer año está preparado para ello? De acuerdo
a diversos estudiosos del desarrollo infantil, la respuesta es no. Un pequeño
entre los 8 y 9 años tiene una capacidad limitada para la abstracción, por lo
que la historia se le dificulta, pues básicamente un historiador hace una

91 Cárabes Pedroza, Jesús; Mi libro de tercer año. Historia y Civismo , CONALITEG, México,
1965, p. 63

88
abstracción del pasado, a través de los hechos lo analiza, lo descubre, lo
trae de vuelta al presente; pero debe ser capaz de correlacionar personas,
situaciones, hechos, fechas, toda una serie de factores; además de
atreverse a la interpretación de los mismos, aunque arriesgue un juicio de
valor (que no siempre se puede evitar); un niño de tercer año no está
capacitado para eso, no tiene todavía desarrolladas las capacidades
cognitivas necesarias para tal cosa; por lo que es mejor una descripción lo
más simple y concreta posible, para situarlo en un contexto histórico que se
irá ampliando, desarrollando y profundizando en los siguientes años de
primaria.
A lo largo de los demás periodos revisados en ese libro encontramos
matices sobre cada momento, es decir, no se narra de manera maniqueísta
los acontecimientos, sino que se matizan tratando de evidenciar que no hay
buenos y malos, sino seres humanos que toman decisiones; por ejemplo,
cuando habla de la conquista menciona que ―la mayoría de los
conquistadores y colonos trajeron mal a los indios‖ para luego añadir que
―cuando los reyes se enteraron de tales abusos, dieron leyes protectoras
para defender a los oprimidos‖.
No es que necesariamente se ponga a la realeza como dadora de
bondades; sino que se trata de evidenciar que había ambas partes en los
españoles, no eran los que trajeron el progreso; pero tampoco eran los que
vinieron a acabar con todo. Estaba todo mezclado, incluso cuando se habla
de los triunfos de Cortés se explica que fueron posibles gracias a la
participación de indígenas como la Malinche o los cempoaltecas.
Si el maestro que imparte la educación primaria es hábil y está
preparado, bien podía utilizar estos libros para encauzar el pensamiento del
alumno hacia la postura crítica, que lo impulsara a preguntarse ¿qué había
pasado realmente?, ¿qué de provecho y qué de desfavorable había traído la
conquista a México?; si se lograba una continuidad con el curso de cuarto,
quinto y sexto, quizá se podría pasar a preguntas más generales sobre la

89
historia; pero no siempre se tenía maestros tan competentes; en ocasiones
los docentes se limitaban a dar la lección con lo que venía en el libro, sin ir
más allá, sin profundizar, sin encauzar la visión crítica; con lo que el alumno
se quedaba tan sólo con el cúmulo de información y lo que su propio criterio
le dictaba. Quizá por eso la historia siempre ha tenido fama de aburrida.
Los contenidos de los otros libros van por lo mismo; en el de Cuarto,
por ejemplo, se trata de manera principal la parte correspondiente a la
Independencia, resaltando a los dos grandes héroes Hidalgo y Morelos; a
quienes se retrata como próceres que sacrificaron su vida para construir
nuestra patria. Casi toda la narración es un conglomerado de fechas,
nombres y lugares; un tanto aburrido y muy enciclopédico; pero algo destaca
de manera anecdótica; después de hacer el recuento de los hechos que
propiciaron pérdidas al país, como la independencia de Texas, el ataque
francés a Veracruz o la invasión norteamericana; la autora del libro de cuarto
grado de historia y civismo regala a los alumnos esta reflexión:

…una experiencia que nunca debemos olvidar: es indispensable la


unión de todos los mexicanos, pues con paz interior hay progreso y con
el progreso, la fuerza capaz de ponernos a cubierto de asechanzas e
injusticias. 92

Aquí hay una alusión clarísima al eje central del discurso político: la unidad
nacional. Adolfo López Mateos enfrentó un momento especial de la historia
de México, pues durante su gobierno el nivel socioeconómico de los
habitantes del país creció un 51.9%, además, México entró al marco del
crecimiento mundial; todo indicaba un país floreciente, y para seguir así era
necesario mantener la unidad de los mexicanos; crearles una conciencia de
nación; sobre todo porque aún estaba muy cercanos los días de las luchas
intestinas revolucionarias; los ideales libertarios aún resonaban en todo el

92 Barrón de Morán, Concepción; Mi libro de cuarto año. Historia y civismo , CONALITEG,


México, 1965, p. 88

90
país, habían pasado escasos 50 años de una cierta estabilidad nacional;
pero aún se tenía que consolidar esa calma y transformarla en progreso. De
allí que el discurso oficial fuera encaminado a la unidad nacional para hacer
que México avanzara con paso firme. Allí entra en juego la importancia de la
educación, los niños de cuarto año –y de cada año de primaria– estaban
recibiendo lecciones constantes de historia (y de otras asignaturas) que
remarcaban cada dos por tres la importancia y la necesidad de la unidad
nacional. ¿Sería esto suficiente para que esos niños de ese hoy, fueran los
mexicanos unidos del mañana? Pues un hecho es destacable, hoy, a 200
años de la independencia y 100 de la revolución; México es el único país
latinoamericano que se ha mantenido en paz, sin golpes de estado, ni
dictaduras, 93 ni revoluciones de ningún tipo.
Hacia el final de la educación primaria de esos años, en el sexto
grado, se dedicaba un tema específico del libro de historia a enseñar al
alumno el proceso que le había permitido a México obtener instituciones
adecuadas para lograr su desarrollo y bienestar. El punto de vista que se
implanta en el alumno es que esas instituciones se lograron a través de la
lucha armada, que fue necesaria como último recurso porque no había las
condiciones para una evolución pacífica; de alguna manera sin decirlo, se
establece que en el México de 1960 ya no era necesaria ninguna lucha
armada, porque las instituciones permitían el progreso del país, la justicia
social y el bienestar del pueblo; de allí en adelante México tenía abiertas las
puertas del desarrollo y la evolución pacífica.
Algo que cabe destacar es que en estos libros la historia se enseñaba
junto con el civismo; no había lecciones separadas, sino que las lecciones
cívicas se derivaban de acontecimientos históricos; de allí que se pusiera a

93 Aunque muchos hablen de una dictadura priísta de 70 años; sería más adecuado llamarlo
régimen, pues en el país siempre se ha ejercido la democracia, el voto libre y secreto, la
pluralidad de opciones partidarias; a pesar de todas las denuncias por fraude electoral,
compra de votos o cualquier otro elemento imputable al partido en el poder para
mantenerse allí.

91
la familia en el centro, igualando a la madre con la patria y al padre con el
estado; 94 además, aunque en el principio se tenía en la portada a diversos
héroes; después se unificó con la imagen de una Patria morena de rasgos
indígenas que invita al progreso del campo y de las ciudades; esta alegoría
pone a todos los miembros de la sociedad en un lugar determinado y
aparentemente igual; es lo mismo que plantean los libros de historia, una
aparente igualdad; todos los miembros de la sociedad son iguales, aunque
unos sean jornaleros y otros empresarios; lo que hace posible esa igualdad
es cada uno cumple con su deber; trabaja para el país, lo cual les da
―igualdad de oportunidades‖ para crecer y ascender socialmente.
El éxito social, entonces, es una recompensa para el buen ciudadano
mexicano; y era su responsabilidad lograrlo. En el libro de cuarto grado, por
ejemplo, se enfatiza que una manera de defender las causas de los héroes
que hicieron posible nuestro México, es respetar la ley y el gobierno; pues
era un gobierno emanado de la Revolución, máximo movimiento social que
buscó la igualdad de todos los mexicanos. Ese respeto al gobierno debía ser
incondicional, pues cualquier subversión podría calificarse de atentado
contra la patria. 95

94 Aquí cabe hacer otro paréntesis para explicar lo dicho. El patriotismo, el sentimiento de
pertenencia a una Patria, ayuda a construir la identidad nacional en el individuo; porque las
personas se sienten conectadas emocionalmente a través de ligas simbólicas; desde este
punto de vista, la Patria y la Nación funcionan bajo el rol tradicional de la madre, que une
emocionalmente a sus hijos. En cambio, el Estado provee la figura de autoridad necesaria
para que todo funcione armónicamente, también es el rol tradicional del padre -proveedor.
“La Nación, por encima de todo, proporciona al Estado aquellos contenidos de identificación
cultural, de adhesión emocional, de arraigo temporal y espacial, que el Estado no posee en
cuanto organización sólo política, conjunto de instituciones, normas y procedimientos
incapaces de suscitar por sí solos el cariño, el respeto y la lealtad de la comunidad
ciudadana. Por ello el Estado moderno buscará siempre ser nacional, definirse como Estado-
Nación, aunque en muchos casos no logrará, o logrará solo parcialmente, cumplir su
propósito.” (Savarino, Franco; Historia y etnicidad nacional: la perspectiva etnosimbólica ,
Segundo Coloquio “El siglo XX desde el XXI. La cuestión nacional” –sección: Revisar las miradas:
historiografía sobre Estado y Nación. México, INAH, 4 – 7 de octubre de 2004, p. 10)
95 Barrón de Morán, Concepción; Op. cit., pp. 57, 220.

92
El alumno ha crecido durante seis años aprendiendo a amar a México
y a sus instituciones, a honrar a los ―héroes que nos dieron Patria‖, a
respetar los símbolos nacionales y a creer que las autoridades están
tomando el rumbo adecuado para el bienestar el país. De alguna manera,
esos reclamos que recordaban que los libros únicos imponían una visión
oficial de la verdad histórica no estaban tan errados; intencionadamente o
no, los libros de texto estaban creando un individuo alienado con el Estado, 96
que, como decía Torres Bodet en su discurso de inicio de la CONALITEG,
sería un mexicano que lucharía por el progreso de su país. Y lo hicieron,
ocho años después, los jóvenes mexicanos buscaban el cambio en un país
que no los comprendió e incluso los reprimió por la fuerza, después del
episodio de 1968 (que estudiaremos más a fondo en el siguiente capítulo)
era necesario un cambio de estructuras, y ese cambio incluía a la educación;
de esta manera en 1972 se daba una gran reforma educativa y con ella, se
transformaba por primera vez el contenido de los libros de texto gratuito.
Para el gobierno de Echeverría, los mexicanos ya no creían tanto en
México ni en sus instituciones, pero todavía se buscaba el progreso y el
bienestar social tan recurrido por todos los gobiernos en turno. Era necesario

96 Lo cual, por otra parte, es -desde el punto de vista del etnosimbolismo que propone
Anthony D. Smith-; una de las rutas para construir la nación: “…dos rutas para el
surgimiento de naciones. La primera es la “incorporación burocrática”, caracterizada por la
propagación desde arriba hacia abajo y desde el centro hacia la periferia de los mitos y
símbolos políticos de la ethnie aristocrática dominante, por voluntad y decisión de los
integrantes de ésta, lo que activa el proceso de creación de un sentimiento territorial
nacional y una identidad simbólica a partir de la herencia étnica. La segunda es la
“movilización vernácula”, caracterizada por el contacto de las clases educadas de las ethnies
con el racionalismo y romanticismo occidentales, directamente con el colonialismo o
indirectamente por medio de lecturas y viajes, lo que provoca una reacción de rechazo hacia
el colonialismo y el cosmopolitismo, el redescubrimiento del pasado étnico y vernáculo, que
proporcionan los fundamentos de una nueva nación con base étnica.” (Savarino, Franco; Op.
cit. p.8) En México, la primera ruta que se siguió para la conformación de la nación fue la
movilización vernácula, donde la “élite” estaba representada por los liberales, en un primer
momento ellos fueron los que impulsaron la creación de la nación moderna mexicana.
Cuando ya el Estado se había organizado, inició la segunda ruta, la “incorporación
burocrática” a través de la educación.

93
un cambio de dirección en la noción de patria que todos tenían; para
empezar, ya no se llamaban más Libro de Historia y Civismo, sino Libro de
Ciencias Sociales, estos libros aparecen como parte de la política
encaminada a eliminar intentos subversivos como el de 1968.

Las condiciones imperantes en el sexenio de Luis Echeverría


planteaban la necesidad de reajustar la visión ideológica transmitida
desde los aparatos de gobierno. Se requería concatenar el populismo
revitalizado, la visión tercermundista, la innovación de la cultura y la
apertura hacia sectores intelectuales que se desplazaban hacia la
izquierda. 97

En el sexenio de Echeverría se da un cambio hacia el conocimiento científico


como modo de razonamiento; ya no se pretende explicar a México desde él
mismo, sino como inserto en un mundo y que, como parte de él, es afectado
y afecta a su vez los acontecimientos internacionales.
Sin embargo, el rescate de un glorioso pasado indígena, presente en
el discurso oficial, es sólo aparente, pues los libros de ciencias sociales
hacen alusión a las culturas prehispánicas de una forma arbitraria y confusa.
Por ejemplo, cuando se describe Mesoamérica en el libro de quinto grado se
dice que:

En el centro del continente americano se encuentra una región de tierra


húmeda y lluvias irregulares; ahí fue donde algunos grupos humanos
empiezan a practicar la agricultura hace miles de años. Esta región la
conocemos con el nombre de Mesoamérica, y ocupa parte del actual
territorio de México y de varios países centroamericanos. 98

97 Torres Barreto, Arturo; Los libros de texto gratuito de historia de México; UNAM- Acatlán,
México, 2008, p. 27
98 Ciencias sociales. Quinto grado. Libro de Texto Gratuito, Comisión Nacional de los Libros
de Texto Gratuitos, México, SEP, 1998, pp. 42-43.

94
No existe en esa descripción ningún elemento que permita configurar
Mesoamérica como una unidad cultural, pese a ser el asentamiento de
diferentes culturas prehispánicas, se tenían ciertos rasgos que le prestaban
unidad, reconocimiento; no es sólo el clima lo que hace que se le llame
Mesoamérica, hay elementos sociales, históricos, económicos y culturales
que se pasan por alto. Detalle curioso, pues se pretendía crear individuos
que a través del razonamiento científico pudieran ser capaces de conocer la
realidad, no sólo la circundante, sino la histórica.
Como este ejemplo se encuentran múltiples ―inexactitudes‖ o mejor
dicho ―vaguedades‖ sobre la historia de México, no sólo la prehispánica, sino
sobre la Conquista y la Colonia; por ejemplo, en el libro de ciencias sociales
de tercer grado se dice que ―los mestizos, o sea, nosotros los mexicanos‖, 99
provenimos de la mezcla de los españoles y los indígenas, lo que dio pie al
nacimiento de una nueva cultura. El término mestizo fue utilizado en el siglo
XVI como una forma de discriminación hacia los hijos de españoles con
indígenas; sin embargo, la palabra significa ―mezclado‖ y proviene del latín
mixticius; de alguna forma, asumirla como parte de nuestra identidad podía
entenderse desde dos puntos de vista: o bien se asumía el aspecto
despreciativo que le dieron los españoles en el sistema de castas a los
nacidos de español e indígena, lo que no necesariamente nos define; o bien,
comprenderlo en su acepción más prístina, en el sentido de mezclado y
conformar nuestra identidad nacional con la clara conciencia de ser producto
de la unión de dos mundos.
El problema entonces es que la ―versión oficial‖ de la historia de
México en los libros de texto que se usaron de 1972 a 1992 –con sus ligeras
variantes–, establece premisas incorrectas sobre diversos elementos de la
historia del país, que serán tomadas como válidas por varias generaciones
de estudiantes; que lejos de ver el pasado como un rompecabezas vivo con

99 Ciencias Sociales. Tercer grado , Libro de Texto Gratuito, Comisión Nacional de los Libros
de Texto Gratuitos, México, SEP, 1998, p. 191.

95
siempre nuevos elementos que descubrir que permiten cambiar
interpretaciones y perspectivas, lo van a ver como algo terminado, sin
posibilidad de cambio.
Edmundo O´Gorman, ya señalaba que enseñar una versión oficial de
la historia implicaba asumir como ―verdadera‖ una interpretación del pasado
avalada por el Estado. En tanto sólo se pretendía sustituir las versiones
antagónicas tradicionales por la de la historia oficial, la preocupación
fundamental era evitar una interpretación conflictiva del pasado no la
búsqueda del conocimiento histórico sin más. La negativa de conceder
validez a las descripciones antagónicas de la historia obedecía no tanto al
estudio de su contenido sino a la condición de obstaculizar la formación de
la identidad nacional de los niños mexicanos al evocar viejas disputas y
fracturas. De esa manera quedaba de manifiesto que la ―razón de ser‖ de la
historia patria era pragmática no teórica, y que su misión consistía en lograr
objetivos políticos y sociales, no tanto académicos. 100
En el libro del maestro que acompaña a los libros de ciencias sociales,
se plantea el siguiente objetivo:

Se pretende que, en la medida de lo posible, el niño vincule el


conocimiento del pasado y del presente de México con el proceso de
desarrollo histórico de ámbitos lejanos, comprendiendo la problemática
mundial que le es más lejana y compleja. En ese sentido será más
importante que conozca otros ámbitos y otras formas culturales, que le
permitan reafirmar al mismo tiempo actitudes de identidad nacional, así
como respeto y aprecio a las formas de vida de los habitantes de otros
países. 101

100 Ver Edmundo O’ Gorman, El Estado y la verdad histórica (respuesta al discurso de


recepción de la académica Josefina Zoraida Vázquez Vera), Academia Mexicana de la
Historia correspondiente de la Real de Madrid, en Diálogos , vol. 16, núm. 1, México, 1980,
p. 24.
101 Libro del Maestro. Quinto Grado. , Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos,
México, SEP, 1998,

96
El libro de ciencias sociales de quinto grado utiliza un lenguaje políticamente
incorrecto al referirse a otros países; por ejemplo, cuando habla de la
conformación de la India, dice que los primeros habitantes eran ―gente de
piel morena‖; luego cuando fueron conquistados dice ―los pueblos blancos
sometieron por la fuerza a los morenos y ocuparon las posiciones más altas
de la sociedad‖. Hay, en esta manera de narrar los acontecimientos una
cierta tendencia sobre el color de la piel; pudieron haberlo dicho de otras
formas más ―científicas‖ ya que ese es uno de los objetivos de la reforma
educativa de esa época, implantar el razonamiento científico, pero con él
debe venir el uso del lenguaje científico; no hay razón para dividir al hombre
en blanco y moreno; ¿qué sucede entonces si el niño logra –gracias a
alguna capacidad propia, que no a la enseñanza en sí– ―vincular el
conocimiento‖ de todas las áreas de aprendizaje; pues que inevitable mente
encontrará similitudes entre los blancos de la India con los blancos
españoles; así como con los morenos de la India con los morenos
mexicanos; de allí que pueda sentirse superior o inferior por el color de su
propia piel; eso no es enseñanza de la historia, sino la implantación de
visiones alternas a través de una recapitulación sesgada del pasado
histórico de los pueblos, incluido el nuestro.
Claro, este es el pasado, los libros de texto de ciencias sociales
presentan el devenir histórico como algo que va mejorando con el paso del
tiempo, de donde debemos siempre esperar un futuro mejor; esto tiene dos
inconvenientes, que se idealiza el futuro y que se desperdician las
enseñanzas valiosas del pasado. Pero todo esto es acorde a la política
oficial, que se deja leer en las páginas del libro de cuarto grado cuando dice:

En nuestro país hay muchos problemas graves […] pero sin duda la
vida ha mejorado para muchos. El México de hoy […] ha surgido de su
historia, es el resultado de luchas que tuvieron y esfuerzos que hicieron
nuestros antepasados.

97
Debemos empeñarnos en que los ideales de justicia y libertad, por los
que lucharon muchos mexicanos en el pasado, se hagan realidad […]
Sólo así tendremos un México mejor. 102

Es el mismo discurso sostenido por Echeverría, que luego sería mantenido


por López Portillo cuando decidió luchar por el peso ―como un perro‖. Que
después enarbolaría Miguel de la Madrid; y que sería cambiado por Salinas
de Gortari, porque el país ya no creía más en los ideales revolucionario s, ni
en que el futuro sería mejor; porque a fin de cuentas se había demostrado
que el paternalismo y el proteccionismo que habían caracterizado el accionar
del Estado, no habían permitido el desarrollo económico de México, y que la
educación, lejos de suprimir las desigualdades sociales, las engrandecía y
las reproducía constantemente. Para 1992 había llegado el momento de una
nueva transformación del discurso político y con ello, de otra reforma
educativa, que, por supuesto, impactó al libro de texto gratuito, sobre todo al
de Historia.
Durante el sexenio de Salinas de Gortari se da un cambio en el
esquema de gobierno, pues se adopta el neoliberalismo como política
nacional. Esto implica un salto cualitativo que, como siempre, se dio de
arriba abajo sin tomar en cuenta si el país estaba preparado para ello. Los
mexicanos estaban acostumbrados al paternalismo del gobierno; con el
nuevo sistema neoliberal, la economía sería regulada por las fuerzas del
mercado, y no por las fuerzas de las autoridades federales. Los medios de
comunicación se hicieron eco de este nuevo cambio, se proyectaban
mensajes dirigidos a concientizar a los mexicanos que la transformación tan
esperada hacia un país mejor sólo era posible si ellos mismos la tomaban en
sus manos. Además, la globalización hizo su aparición en México y se dejó
de lado el nacionalismo acendrado; ahora la educación debía formar
recursos humanos adecuados para el campo y la competencia internacional.

102 Ciencias sociales. Cuarto grado , p. 138

98
Los libros de texto reflejarían esa nueva idiosincrasia. De nu eva cuenta
aparecieron las asignaturas, ya no más libro de ciencias sociales, ahora
volvía la división en Historia, Civismo y Geografía.
Ahora se presentaba la historia de lo particular a lo general; así, el
alumno de primaria iniciaba con la historia de él mismo, luego de su familia,
después de su estado, luego de México y finalmente del mundo. La idea
central era que interrelacionara esos conocimientos asumiéndose como
parte importante de la historia; a fin de cuentas, la historia está hecha por
conjuntos de individuos, cada uno jugando su papel, o al menos así lo
plantean los libros de historia fruto del Acuerdo para la Modernización de la
Educación Básica (ANMEB). Ahora, el contenido del libro se determinaba de
acuerdo al ―perfil de egreso de la educación básica‖, es decir, los requisitos
mínimos que todo alumno que termina el sexto año de primaria debe cumplir
en cuanto a información, conocimientos, formación, desarrollo de habilidades
cognitivas, motoras y demás.
En el discurso, el estudio de la historia en educación básica, lo que
buscaba era fortalecer el desarrollo de nociones y habilidades para la
comprensión de procesos históricos tanto locales como nacionales e
internacionales; al tiempo que se clarificaba la interrelación de los seres
humanos con ellos mismos, con el entorno y con el tiempo; de tal manera
que los alumnos se perciban como protagonistas de la historia. Esto es
ambicioso; pues los contenidos volvieron a aglomerarse en cortos tiempos
de enseñanza, eso sin contar que los profesores no tenían la preparación
adecuada para crear en los alumnos esa conciencia histórica vasta que se
pretendía.
Claro, que parte del ANMEB incluía la polémica ―carrera magisterial‖,
de acuerdo a la cual, los maestros tienen la obligación de mantenerse
actualizados tanto en conocimientos generales como en procedimientos
pedagógicos; conforme más preparados estén y lo demuestren, podrán
ingresar a carrera magisterial e incrementar su percepción económica. Es

99
decir, a mayor preparación mayor sueldo. Esto desató polémicas con el
magisterio y los sindicatos. Abramos un paréntesis para reflexionar sobre
este punto. Tomemos en cuenta, que durante mucho tiempo la educación,
específicamente la del nivel básico, ha estado dominada por dos
organizaciones nacionales: la SEP y el SNTE (Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación, cuyas estructuras hasta 1992 eran
sumamente centralizadas; lo cual provocaba ineficiencia en su operación.
Con la aparición del ANMEB se pretendía una reorganización profunda
del SEN, pues ahora cada gobierno estatal tendría a su cargo la conducción
y operación del sistema de educación básica y normal de su estado. Es
lógico que ante esta reorganización se provocaran conflictos de fondo en las
dos organizaciones, principalmente en el sindicato de maestros. En este
sentido, nos dice Aurora Loyo que el ANMEB ―…es ante todo un documento
que tiene un doble sentido: de pacto y de proyecto. En los dos sentidos la
dimensión política es central y de ello se desprende una reflexión que no
puede dejar de lado dos elementos estrechamente interrelacionados: los
actores y los tiempos políticos‖. 103 La reorganización del SNTE pudo darse
gracias a la salida de quien era su líder en ese entonces, Carlos Jonguitud
Barrios y el ascenso como Secretaria General de Elba Esther Gordillo, hecho
que favoreció la firma del ANMEB.
Dentro de este marco de reorganizaciones se gestó el proyecto de
Carrera Magisterial, que tiene como objetivo –pues aún sigue en marcha–,
contribuir a elevar la calidad de la educación, mediante el reconocimiento y
estímulo de la labor de los profesores, renovando el interés por la
actualización y la superación permanente, promoviendo así, el arraigo y la
función magisterial. El problema no era la actualización permanente, sino
que –aunque de manera voluntaria– se pide a los maestros una evaluación
anual para mejorar su nivel (hay cuatro niveles) dentro de Carrera

103 Loyo Aurora; Actores y tiempos políticos en la modernización educativa, en Revista


Modernización Educativa , No.51, nov-dic de 1992

100
Magisterial. ¿Qué quiere decir esto? Que para tener derecho al ―estímulo
económico‖ que acompaña a cada nivel, los maestros deben presentar un
examen que, por lo general, reprueban. Es noticia año con año el porcentaje
tan elevado de maestros que no pueden acceder ni siquiera al primer nivel
de Carrera Magisterial a pesar de que toman todos los Talleres Generales de
Actualización que pueden para estar preparados. Esto muestra la ―calidad‖
de la educación y molesta al magisterio, pues mucho se ha hablado de
procesos ―amañados‖ en la presentación de exámenes de Carrera
Magisterial. De donde se infiere que lejos de lograr el objetivo para el que
fue creado este programa, se ha prestado a una corrupción dentro del
SEN. 104
Cerrado el paréntesis retomemos el tema central de esta
investigación. En agosto de 1992 aparecen nuevos libros de historia,
después de que en 20 años no habían sufrido grandes cambios. Uno de los
cambios más acertados de estos nuevos libros fue la inclusión de líneas del
tiempo, lo cual permite al alumno ubicarse en el desarrollo de los
acontecimientos y también en el espacio en que suceden. En estos nuevos
libros ya no se hablaba épicamente, es decir, no había grandes héroes a los
cuales admirar; sino seres humanos que contribuyeron a los acontecimientos
históricos, participaron de ellos o los complicaron; de alguna manera, es una
visión más ―realista‖ de la historia; aunque las omisiones de algunos ―héroes
emblemáticos del pueblo‖ como El Pípila o los Niños héroes, no fue bien
recibido por muchos sectores de la sociedad; pues están tan arraigados en
el imaginario popular que no es posible eliminarlos de un plumazo de los

104 De cierta manera, la mala preparación de muchos –que no todos– maestros de educación
básica hace necesaria la existencia de libros de texto de calidad; pues todos los maestros
que no tienen los conocimientos necesarios sobre Historia de México –como lo
demuestran muchas pruebas de Carrera Magisterial–, necesitan recurrir al libro de texto
como única fuente de información. Y si éste no está completo (en cuanto a datos) o los
presenta sesgados, o los elimina, no hay la posibilidad de que el alumno aprenda, tan
siquiera, la información básica sobre la historia de nuestro país; pues el docente no podrá
ir más allá de lo que consigne el libro.

101
contenidos de los libros. Como estas omisiones hubo varias otras de fechas
y lugares y batallas. Además, la presentación de sus contenidos era más
bien como de fichas para memorizar, sin explicaciones amplias, aunque eso
sí, con muchas imágenes ilustrativas.
Fueron muchas las polémicas desatadas por sus contenidos
―cercenados‖ como lo dijeron en varias ocasiones diversos intelectuales del
país. De acuerdo a estos críticos los libros se encontraban llenos de juicios
incorrectos que ―traicionaban‖ el espíritu que los había animado y ―herían‖ el
pasado histórico. 105 Fue tal la intensidad de la controversia que de acuerdo a
Mabire, había nutrido ―la ilusión de que cada serie renegaba de la anterior e
innovaba radicalmente la interpretación oficial del pasado de México‖. 106
Estos nuevos libros de texto se mostraban muy críticos con la conquista y
alababan las culturas prehispánicas. Ya no encontramos alusiones a que los
mexicanos somos los mestizos; en su lugar, se define al mestizo como un
grupo entre varios otros. Vistos de manera crítica, estos nuevos textos no
eran tan ―terribles‖ como la polémica que desataron; quizá el cam bio que
provocó ese ―incendio‖ fue la transformación de Estados Unidos, de un
enemigo al que hay que tenerle rencor, a un aliado comercial.
Otro dato a tomar en cuenta y que menciona Enrique Florescano
Mayet, autor con otros especialistas del libro de historia de 1992; es que se
trataban episodios de la historia de México que resultaban incómodos para
ciertos sectores del gobierno, como la matanza de Tlatelolco en 1968; hasta
ahora, ese ha sido el único libro de historia en tocar el tema. En un artículo
aparecido en la revista Proceso, cuando se le cuestiona a Enrique

105 Ramírez, Ignacio; Avalancha sobre los libros de historia: deformados, erráticos,
contradictorios, esquemáticos, simplistas, tendenciosos…; en Proceso , No. 827, 7 de
septiembre de 1992.
106Mabire, Bernardo La visión de México y Estados Unidos en los libros de texto gratuito de
1992 para la educación primaria; en Gustavo Vega (ed.), México – Estados Unidos –
Canadá. 1991-1992 , México, COLMEX, pp. 461-482.

102
Florescano sobre la razón por la que él cree se retiraron esos libros, él
responde:

--Porque hubo una tormenta… El libro, en el que había otros asuntos


políticos, resultó afectado, como ha pasado con la mayoría de los libros
de texto, los cuales no han sido criticados por su contenido mismo, sino
por su vinculación con los asuntos políticos de cada sexenio.
―Confluyeron varias cosas: que se tratara el tema del 68, la gestión de
Salinas de Gortari y que se revalorara a Porfirio Díaz; es decir, que se
hiciera una revisión más a fondo para tratar de desmitificar la historia
mexicana. Eso afectó a distintos sectores, principalmente a una parte
de la izquierda mexicana‖. 107

Por su parte, el historiador Héctor Aguilar Camín, que también formó parte
del grupo de especialistas que hicieron el libro de historia de 1992; escribió
en Proceso, el 2 de octubre de 1995:

―Una de las presiones menos ruidosas y más efectivas contra los libros
de texto de historia en 1992, fue la del Ejército Mexicano, por la
mención que ahí se hacía de su participación en los hechos sangrientos
del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco‖.
La mención sobre el 68 decía: ―En el verano de 1968, la agitación
estudiantil apareció en México, ante el nerviosismo de un gobierno
preocupado por la imagen de México en los Juegos Olímpicos. El
gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) actuó con
dureza, pero en lugar de resolver el movimiento estudiantil, lo hizo
crecer. Se sucedieron manifestaciones concurridas y acciones severas
del gobierno en respuesta. En septiembre, el Ejército ocupó la Ciudad
Universitaria y las instalaciones del Politécnico Nacional en la ciudad de
México. El 2 de octubre, días antes de la inauguración de los Juegos
Olímpicos, un mitin estudiantil fue disuelto por el
Ejército en Tlatelolco. Corrió la sangre y la ciudad se estremeció. No se
sabe cuántos murieron. El milagro mexicano parecía llegar a su fin‖. 108

107Robles, Manuel; Libros de texto gratuito: la historia mutilada, en Proceso , México, 8 de


agosto de 2005
108 Aguilar Camín, Héctor; El ejército y Tlatelolco, en Proceso , No.

103
Es curioso como las razones de la eliminación del libro de 1992 sean tan
distintas para los autores del libro y para el gobierno; así como para la
sociedad misma. Las polémicas levantadas en torno a los contenidos
hablaban de un deterioro del pasado histórico, pues se habían olvidado
―héroes‖ como el Pípila; pero no tomaban en cuenta, o quizá no querían
verlo, que se retomaban momentos dolorosos pero muy importantes de la
historia contemporánea, como el movimiento del 68; es más, los autores iban
más allá y tocaban momentos actuales en ese tiempo al hablar del programa
de Solidaridad del sexenio de Salinas, dentro del mismo sexenio de Salinas.
Esto es hacer historia, pues no se puede eliminar del pasado lo que molesta
o duele por cercano; la historia se escribe cada día y se modifica todo el
tiempo; si se entiende más como un proceso inacabado que como un
conglomerado de acontecimientos lejanos; se está más en congruencia con
las nuevas visiones de la historia.
Razones aparte, las discusiones fueron tantas y tales que el gobierno
mexicano decidió que para el siguiente año se reemplazarían esos libros de
texto de manera completa.
Para ello se lanzó una convocatoria y en mayo de 1993 se eligieron
los ganadores; sin embargo, los libros tenían numerosas observaciones que
debían modificarse, en agosto de 1993, el subsecretario de la SEP dijo que
la decidiría si los textos ganadores se publicarían o no; al final, no se
publicaron, porque ―no reunían los requisitos indispensables para convertirse
en libro de texto de carácter nacional‖. 109
Aquí entra de nuevo la polémica; pues en mis investigaciones pude
acceder a uno de los libros ganadores del concurso de 1993; el de cuarto
grado de primaria que llevaba por título Historia de los mexicanos, y que no
fue publicado y distribuido porque a decir de la SEP no reunía los r equisitos;
pero que de acuerdo a una de sus autoras, la Dra. Hilda Iparraguirre

109 La Jornada, 18 de agosto de 1993

104
Locicero, entrevistada de manera informal por mí, no fue distribuido porque
Ernesto Zedillo, entonces Secretario de Educación Pública, lo consideró
como un ―libro escrito para pobres‖. Esas fueron sus palabras. A decir de la
autora, esta frase tan despectiva fue utilizada porque en el libro se habla
sobre grupos anteriormente olvidados de la historia en los libros de texto,
como las mujeres; o de movimientos como el magonista que han sido
relegados en los libros de texto de historia.
Este libro de cuarto año está elaborado con una consciencia
pedagógica clara; tiene ejercicios que facilitan la comprensión, no sólo de los
hechos y del proceso histórico, sino de la Historia como campo de estudio.
Otra ventaja es que presenta todo con un lenguaje claro y sencillo, accesible
para el niño de cuarto grado, pero sin caer en lo pueril y simplista; además,
cuando se recurre a palabras técnicas dentro de la historia, o términos que
podrían ser de difícil comprensión, siempre se encuentran subraya das en
negritas, y su significado aparece en un recuadro al lado del texto a manera
de glosario.
Los autores ponen todo su empeño en presentar diversas facetas de
un mismo hecho histórico; así la Conquista no sólo se ve desde el lado de
los mexicanos, sino también del de los españoles; lo que sin duda le da al
alumno mayores herramientas para determinar su propio criterio histórico.
Presenta además líneas del tiempo a pie de página, lo que también ayuda a
la ubicación espacio-temporal del alumno. A través de los ejercicios que
propone invita a la investigación y el descubrimiento de la historia, así como
a la práctica de sus metodologías, claro, acordes a lo que se espera de una
formación básica. El libro está dividido en ochos épocas, iniciándose con el
México prehispánico; siguiendo con la Conquista (capítulo titulado ―El
nacimiento de un nuevo mundo‖); luego viene La Nueva España (refiriéndose
a la Colonia); de allí se toca la Independencia; después la Reforma y la
República liberal; más adelante está el Porfiriato; después la Revolución

105
mexicana y finaliza con la historia reciente de México. Cabe señalar que está
―historia reciente‖ sólo llega hasta 1960.
Estos largos periodos históricos están compendiados en 195 páginas,
de donde no se espera, ni se podría dar, un tratamiento profundo de los
mismos; pero tampoco es objetivo del cuarto grado de primaria que el
alumno sea un erudito en historia de México; sino que se sienten las bases
para una comprensión más compleja de los sucesos históricos que formaron
esta nación.
Cierto es que sigue habiendo ciertas omisiones, como la mención de
los negros como un grupo importante dentro de nuestra historia; pero, por
otro lado, se retoman grupos como las mujeres, relegadas siempre por la
historia oficial y mostradas aquí como individuos fuertes, capaces de
organizarse y de luchar por sus ideales igual que los hombres. Si bien los
contenidos también están organizados un tanto enciclopédicamente, es claro
que los ejercicios propuestos tienen la intención de subsanar eso y llevar al
alumno por la vía del discernimiento y el raciocinio, pues fomentan la
investigación y la profundización de contenidos.
En resumen, es un libro que, en comparación con otros libros de texto
―oficiales‖, está muy bien escrito y cumple con una visión histórica y otra
pedagógica, encaminada no sólo a la memorización de fechas y eventos;
sino a la comprensión de los procesos históricos y al conocimiento del
estudio de la historia. Ante esto, las vagas razones aducidas por la SEP para
su no publicación, sobre que no cumplían con los requisitos, no se
sostienen; a menos que esos ―requisitos‖, lejos de significar lineamientos
pedagógicos o históricos, signifiquen la orientación ideológica del Estado en
la manera de tratar los contenidos.
De hecho, la Dra. Hilda Iparraguirre, no es la única en afirmar que
Ernesto Zedillo, como Secretario de la SEP, tomaba decisiones arbitrarias,
basadas en criterios ajenos a lo pedagógico; ya Gilberto Guevara Niebla,

106
había dicho, en una entrevista con la revista Proceso, que los libros de
historia de 1992 se habían retirado porque

―En realidad, se cuestionaron dos cosas: un pequeño párrafo, donde por


primera vez se hablaba del 2 de octubre del 68, y otro breve párrafo, en
el que se aludía al programa Solidaridad y a las realizaciones del
gobierno de Salinas de Gortari. Ambas menciones, hechas durante el
sexenio salinista, generaron una serie de descalificaciones‖.
Explica: ―En los libros se trataba de aportar una visión moderna de la
historia de México durante casi todo el siglo XX, empezando con las
críticas de Vasconcelos en su breve historia de México.
Reiteradamente, se señalaron debilidades que presentaba la versión
escolar de la historia de México, como su poca objetividad y un exceso
en lo relativo a los mitos. Si bien es cierto que todas las naciones se
construyen sobre la base de mitos y creencias compartidas sobre su
pasado, en una sociedad moderna es deseable disminuir al máximo la
mitología‖.
Al señalar que esos libros fueron retirados de las primarias tres o cuatro
meses después, cuando el ciclo escolar ya había empezado, Guevara
acusa al entonces secretario de Educación, Ernesto Zedillo, de haber
―intervenido personalmente‖ en ello.
―Como secretario, Zedillo mostró siempre mucha sensibilidad ante
presiones políticas‖, dice, y agrega: ―A mi juicio, hubo dos problemas:
primero, la necesidad de revisar la historia de México que se enseña a
los pequeños, sobre todo a la luz de la modernización y de la idea de
crear generaciones más inteligentes. No se puede desarrollar la
inteligencia o el sentido crítico con base en mitos históricos. Y,
segundo, las dificultades que hay para debatir seria y públicamente un
asunto de importancia nacional‖.
[…]
Añade: ―Lo cierto es que, en primaria, la historia de México sigue coja…
Son los libros deficientes porque ofrecen una historia que se `corta`,
antes del sexenio del presidente Díaz Ordaz, para que no haya
problemas. Pero es erróneo que no podamos hablar de una experiencia
nacional, dramática, de la que todavía hay memoria, sobre todo en los
sectores ilustrados‖. 110

110 Ramírez, Ignacio; Avalancha sobre los libros de historia: deformados, erráticos,
contradictorios, esquemáticos, simplistas, tendenciosos…; en Proceso , No. 827, 7 de
septiembre de 1992.

107
Finalmente, los libros de historia que habían ganado el concurso de 1993 no
fueron publicados; ante la falta de tiempo la Secretaría de Educación Pública
decidió distribuir, en etapas sucesivas a lo largo del año escolar 1993-94, las
llamadas ―Lecciones de Historia‖. El gran vacío para la enseñanza de la
historia no se hizo esperar. El ciclo escolar 93-94 se iniciaba con la primera
parte de las Lecciones de Historia de México (desde el México antiguo hasta
la Colonia) y de dos narraciones para el mes de la patria: La Noche del 15
de septiembre de Manuel Payno y Asalto de Chapultepec de Heriberto Frías.
Estas lecciones estaban enfocadas a 4°, 5°, y 6° de acuerdo con el anuncio
del entonces secretario de Educación Pública Ernesto Zedillo y se
elaborarían además, Lecciones de Historia Universal, para cubrir los temas
de los respectivos programas. A partir de entonces, se proponía que el
mejoramiento de los materiales educativos fuera una actividad sistemática y
permanente, para lo cual se invitaba a participar en ello a toda la sociedad
civil. 111
En lo que se refiere a los libros de texto, el equipo de la Secretaría
siguió los lineamientos que se proponían en el Plan y Programas de Estudio
de 1993. Los alumnos de 1° y 2° grados llevan el Libro Integrado, en donde
se combina el estudio de la historia con el de la geografía, las ciencias
naturales, algo de ecología y de la vida en familia y en la comunidad. En lo
que se refiere a la historia contiene once lecciones que se agrupan de
acuerdo con las fechas cívicas nacionales. Los alumnos de 3° utilizan sus
libros de historia regional, según el estado en que vivan.
En 4° grado, los alumnos llevan un libro que parte de México
Prehispánico hasta llegar al México Contemporáneo, deteniéndose en 1964.
Se trata de un libro muy bien ilustrado y completo. Contiene una línea del
tiempo en la parte inferior con explicaciones sobre historia universal y de
México, diversos mapas, lecturas para que los niños reflexionen, pequeñas

111 La Jornada, 31 de agosto de 1993

108
investigaciones y situaciones de la vida cotidiana. A todo esto se suma una
cronología de las culturas mesoamericanas. En resumen, se trata de un
buen libro que todavía puede mejorarse pero que de hecho representa un
importante esfuerzo dentro de la enseñanza de la historia en nuestro país.
El libro de 6° grado también se dedica a la Historia de México, desde
la Independencia (1821) hasta la consolidación del México Contemporáneo.
No es tan completo como el de 4° y casi es el mismo que la Segunda Parte
de las Lecciones de Historia de México de 1993, a excepción de las
actividades que propone. Cuenta con una línea del tiempo a pie de página.
En el libro de quinto grado se trabaja, principalmente, en derredor de
la Historia Universal y de América. Algunas lecciones se dedican al México
Prehispánico. Se parte de la evolución humana hacia las civilizaciones
agrícolas del Mediterráneo, de Oriente y Mesoamérica, hasta llegar a
conocer lo que sucedía en el siglo XVIII, tanto en América como en Europa.
Una observación pertinente es que detrás del libro de texto de historia
de 5° están las ideas que nos propone la escuela de los Annales y la Nueva
Historia, por ejemplo la supremacía de la historia económica y social, la
propuesta de la ―larga duración‖ o bien la historia de las mentalidades. Los
imaginarios, de hecho, no pueden olvidarse en la Historia de México ya que,
cuando se ignoran (como en 1992), la sociedad mexicana los reclama, no los
deja morir. Por otro lado, la propuesta de este libro va, precisamente, po r el
camino de lograr una comparación entre las sociedades en el tiempo y en el
espacio.
Estos libros se mantuvieron más o menos iguales –pues se hacían
revisiones en cada reedición– hasta el año 2000; cuando se dio el cambio
del partido en el poder. En este año, las elecciones fueron ganadas por el
Partido Acción Nacional, quedando Vicente Fox como presidente de la
República. Esto trajo reformas en todos los sectores, y la educación fue el
primero. En el plan nacional de educación 2001-2006 se presentaba una
planeación a 25 años, con la idea de que se pudiera ir avanzando paso a

109
paso en la transformación del sistema educativo, aunque terminara el
sexenio de Fox; es decir, se daban las directrices para la continuación de un
proyecto educativo a los posteriores presidentes.
Los ajustes a los programas de estudio de Historia abarcaron los seis
grados. El desarrollo de las nociones de tiempo y cambio, iniciadas en la
educación preescolar, avanza en los primeros dos grados, y los niños
conocerán por qué se celebran las efemérides de la historia nacional. Las
formas de vida más importantes de la historia de cada entidad federativa se
estudian en tercer grado. El cuarto grado atiende el estudio de la época
prehispánica a la consumación de la Independencia y, en quin to grado, de la
Independencia a nuestros días. En sexto grado el estudio de México se
integra con la historia universal, que comprende de la prehistoria al inicio del
siglo XVI. Así, los alumnos tendrán los antecedentes requeridos para
continuar con el conocimiento de esta asignatura en la educación
secundaria.
En realidad, el libro de texto de historia sufre pocos cambios, pues el
gran cambio proviene del uso de la enciclomedia (una manera virtual de
aprender) en los grados de quinto y sexto; programa que también desató
polémica porque resultaba poco práctico hacerlo llegar a escuelas que ni
siquiera contaban con luz eléctrica. Aparte de esto, en el 2004, la SEP
presentó una nueva organización de la historia nacional y universal para
implantar en el 2005, en el cual se suprime la enseñanza de acontecimientos
anteriores al siglo XV, entre ellos las grandes civilizaciones, incluidas las del
México antiguo. Este nuevo cambio desató reacciones inmediatas y la
polémica se encendió de nuevo. Finalmente, la propuesta no pasó en los
libros de primaria; pero los libros de secundaria se vieron recorta dos en ese
sentido. Ahora, en el 2009, el cambio fue inesperado, se eliminó del sexto
grado el tema de la Conquista y la Colonia; de acuerdo a la SEP, esto se
hizo para tener una mejor secuencia histórica; pues la enseñanza de esos
temas se mantiene en el cuarto grado. El secretario de educación pública

110
actual, Alonso Lujambio, señaló que todo esto es parte de una reforma para
la educación básica en la que se determinó hacer ajustes escalonados:
ajustes en los libros de texto de primero y sexto de primaria en el actual ciclo
escolar; en el siguiente se procederá con segundo y quinto, para finalmente
concluir al tercer año con tercero y cuarto grados.
Sobre todos estos cambios la polémica sigue, pues existen estudiosos
como Olac Fuentes Molinar, investigador de la Universidad Pedagógica
Nacional y ex subsecretario de Educación Básica, que mencionan en
entrevistas con varios diarios que el plan de estudios es ―muy extraño ‖
porque ―se trataba de articular una historia de México con la humanidad, que
abordaba la Conquista, la Colonia‖. Sin embargo, el académico afirmó que el
tema fue recortado porque no llega ni a la Conquista. Desde su perspectiva,
la Reforma Integral de la Educación Básica es ―caótica‖, presenta excesos
de información, solicita al padre de familia muchos materiales en tiempos de
crisis económica, tiene inadecuaciones al lenguaje de los niños y pide, entre
otros puntos, que se domine la lectura en el primer grado.
¿Cómo evolucionaran los libros de texto gratuitos? No es algo que se
pueda saber, lo que sí es contundente es que no desaparecerán en el corto
tiempo y que, por lo visto, seguirán siendo determinados por el rumbo y las
directrices políticas del país; en lugar de serlo por cuestiones pedagógicas o
por innovaciones de la investigación histórica.

111
3.2 Relación transversal del currículo de Historia en los
diferentes grados de primaria

La inclusión de temas transversales en el campo del currículo fue realizada


por César Coll (1991), en el contexto de la reforma educativa española. Los
temas transversales atraviesan el currículo tanto de forma horizontal como
vertical. Son temas que pueden constituirse como ejes vertebradores del
trabajo académico en un mismo ciclo escolar, por la posibilidad de ser
trabajados en diversas asignaturas en un mismo lapso de tiempo escolar, de
ahí su horizontalidad. O bien, pueden constituirse en elementos que
atraviesen varios ciclos de organización curricular, lo que significa que se
pueden trabajar en el primer año y luego en los posteriores; de ahí también
su verticalidad.
En México se ha empleado siempre un modelo muy rígido, que en vez
de potenciar sus posibilidades en el trabajo escolar, tensa las relaciones
entre las diversas asignaturas de un plan de estudios, promoviendo más bien
el cansancio y el hastío. Se recordará que a mediados de los años sesenta
9
se declaró un ―año de Juárez‖ y bajo la perspectiva de la globalización de la
enseñanza, se estableció que Benito Juárez se constituiría como el tema
globalizador del curso anual. Así, en aritmética, gramática, ciencia natural,
historia, se hacía referencia a este prócer nacional. El tema evidentemente
llegó a cansar a docentes y estudiantes y, sobre todo, generó un cierto
malestar al cabo de un tiempo. En realidad la vida y obra de Benito Juárez
no era un tema transversal, sino tan sólo un pretexto político incluido en la
escuela.
Si revisamos los libros de historia de las diferentes épocas (López
Mateos, Echeverría, Salinas y Fox), podemos observar que en la
organización de los libros de texto no hay temas realmente tra nsversales,
porque no se ha articulado la enseñanza para permitir esto; ni siquiera hay

112
temas del todo verticales; aunque la organización de la enseñanza de la
historia podría hacer parecer que sí.
A lo largo de las reformas ya revisadas, algo que ha permanecido en
la manera de enseñar historia es la repetición y profundización; pues los
temas que se ven desde el tercer año hasta el sexto son los mismos, sólo
que se van tratando con mayor profundidad y detalle, pues se supone que
los alumnos ―acumulan‖ conocimiento. Así, cuando en tercer grado de
educación primaria se toca el México prehispánico, se hace más bien una
pincelada del mismo; cuando se toca en cuarto grado, ya se profundiza
sobre las distintas culturas que existían; en el quinto se puede ya hace r
reflexiones sobre la influencia de dichas culturas en la vida contemporánea;
y para el sexto, se pueden relacionar esas culturas prehispánicas mexicanas
con otras grandes culturas del mundo.
Eso no ha cambiado; se han eliminado temas, se han vuelto a pon er;
los libros han tenido toda clase de omisiones y, en algunos casos, sus
enfoques han cambiado conforme aparecen nuevas corrientes
historiográficas. Pero la manera de tratar la historia sigue siendo la misma; a
pesar de que ha sido tratada como asignatura, luego formó parte de un área
y finalmente, vuelve a ser asignatura; pero su enseñanza sigue siendo
enciclopedista.
Los temas se relacionan entre sí en cada grado de primaria; también
se relacionan con los de los grados siguientes, pero la enseñanza es
fragmentaria, no se ha logrado que los estudiantes tengan una visión de la
historia como fenómeno complejo; a cualquier alumno de primaria que se le
pregunte en la calle, dirá que son nombres y fechas; a eso se reduce un
objeto de estudio y análisis tan rico como la historia, a nombres y fechas, a
lugares y sucesos, que los alumnos ni siquiera son capaces de nombrar en
orden cronológico.
Los libros de texto lejos de facilitar la enseñanza de la historia la han
limitado, la han convertido en una suma de memorizaciones que se olvidan

113
rápidamente; de allí que no se haya logrado una verdadera identidad
nacional.
De acuerdo a lo revisado en el apartado anterior, los libros de texto
buscaban inspirar en los niños mexicanos una conciencia crítica de su
pasado, que además, les permitiera construir una identidad nacional, y una
asunción del Estado como rector de la vida nacional. En cada etapa y cada
reforma el objetivo es crear individuos conscientes. Sin embargo, cada etapa
ha tenido el mismo resultado: alumnos que terminan la primaria sin una clara
conciencia de todo lo que aprendieron en ella; sin una formación real; con
una conciencia histórica fragmentada, parcial, incompleta; y con una
identidad nacional reducida al festejo de las fiestas patrias. Eso sí, al me nos
hasta antes de Vicente Fox, todos los chicos se sabían las fechas
importantes en el calendario nacional, no porque lo hubieran aprendido de
memoria en la escuela, sino porque por lo general eran días de asueto. Con
los cambios hechos en el calendario para evitar ―puentes‖, ahora ni siquiera
recuerdan qué se celebra el 20 de noviembre; porque si no cae en lunes,
pues les dan cualquier otro día libre.
De todo esto se deduce que la enseñanza de la historia en la primaria
es fragmentada, caótica y enciclopedista; que no se ha logrado cambiar con
ninguna reforma este hecho. No hay temas transversales que poder analizar
porque ninguno toca todas las materias. Quizá en las primeras épocas de los
libros de texto, por los años sesenta, se podría haber considerad o al Civismo
como un tema transversal, pues a través de los actos cívicos se aprendía
historia; y en los libros de lengua nacional también se revisaban elementos
cívicos; se exigía una conducta cívica en todo momento. Pero eso ya no es
así. La realidad de la educación mexicana en el nivel básico de las escuelas
públicas es deficiente; sin una directriz clara a pesar de que los diferentes
planes y programas de estudio contengan objetivos tan pretenciosos como
―lograr una educación de calidad‖; lo cual por cierto, no está bien planteado

114
pues haría falta definir las categorías de calidad y de educación, cosa que
ningún plan de estudios, ni plan nacional de enseñanza hace.
El pasado es importante para cualquier sociedad, pues es su memoria,
ayuda a comprender los procesos que la formaron, mantiene vivo el proceso
de construcción del individuo y de la misma sociedad. La manera de enseñar
la historia es y será siempre un asunto debatible, puesto que no existe una
única visión del pasado; quizá entonces se deba enseñar a ―hacer historia‖ o
bien, tener claro y decirle a los alumnos que lo que se enseñará en la
primaria es una visión de la historia, pero no la Historia de nuestro país; así
al menos habrá aquellos que deseen indagar y encontrar su propia ―verdad‖
histórica. Este es el punto central del libro de texto gratuito, que, quiéralo o
no, impone una única visión del pasado al alumno; cuando en realidad
debería ser un espacio donde dirimir los aspectos cruciales que tienen que
ver con la identidad nacional y con la conformación de un país. Lógico es
que no será fácil llegar a acuerdos sobre los contenidos; pero se deben
buscar consensos; en la actualidad ya no es válido hacer de la historia sólo
un relato del pasado; debería ser un proceso de reconstrucción de hech os,
de acercamiento a otras realidades que existieron en el mismo espacio en el
que existo pero en otro tiempo; dimensionar adecuadamente esa sensación
de compartir espacios con tiempos diferentes ayuda al alumno a entender
las visiones tan distintas entre los aztecas, los mayas, los españoles, los
mestizos, los negros, los mexicanos de los años veinte, los mexicanos
actuales. En fin, podrían sopesar y colocar de manera adecuada una visión
del pasado desde el pasado mismo y no una revisión del pasado desde el
presente; sin comprensión de otras realidades, de otras formas de
pensamiento, de otras creencias y visiones del mundo.
No es fácil lograr una enseñanza así de la historia; sobre todo cuando
se tiene que cumplir un plan de estudios exigente y enciclopéd ico, ni cuando
todo lo que se va a enseñar se condensa en un libro de texto que debe ser
revisado en su totalidad en el año escolar; ni cuando hay tantas actividades

115
extras que cubrir y resulta que para la autoridades educativas es más
importante que los alumnos aprendan español y matemáticas; seguido de
ciencias naturales; que historia.

116
3.3 ¿Cómo se relaciona el currículo con los contenidos del
libro de Historia?

Se hace ahora necesaria una descripción pedagógica del currículo de


historia y su relación –o falta de ella– en los diferentes grados con el
currículo de historia, para ello nos valdremos de una visión pedagógica que
más adelante relacionaremos con la parte histórica que nos viene ocupando.
Hago esto apegándome a la visión de Burke en el sentido de que es posible
aprender y tomar de otras áreas del conocimiento para profundizar y ampliar
el estudio de la historia. 112 En este caso, la pedagogía se convierte en una
herramienta para el acercamiento histórico de una realidad determinada: el
contenido de los libros de texto de historia en un periodo específico de
tiempo, y su relación con el currículo 113 en ese mismo espacio temporal.
El plan de estudios de la escuela primaria está diseñado de acuerdo
con los intereses de las autoridades educativas, sea porque los temas que
se incluyen no corresponden al nivel de desarrollo de los educandos, sea
porque están seleccionados según la importancia que se les atribuye desde
la disciplina del caso, o sea porque son 'de actualidad' para la sociedad. Se
pretende presentar a los niños temas del interés que las autoridades
educativas consideran pertinentes pero de una forma atractiva y simplificada
para que los niños lo entiendan y se interesen. Esta forma de abordar el
diseño de los programas es totalmente contraria a una buena pedagogía. La
enseñanza debe partir siempre de los temas de interés para los niños de la
edad correspondiente, y estos temas son siempre concretos, particulares y
contextualizados.

112 Cfr. Burke, Peter; Formas de historia cultural, Alianza Editorial, España, p.242
113Me parece pertinente aclarar que se le llama currículo a los planes y programas de
estudio de determinada materia, área o asignatura.

117
Se dirá que si diseñamos el plan de estudios desde este punto d e vista
corremos el peligro de quedarnos en niveles muy elementales, ya que los
niños jamás se interesarán por temas y conocimientos socialmente
relevantes, querrán jugar y divertirse, y se interesarán por cosas simples y
superficiales. Nada hay más falso que esto. El problema estriba en que, a
pesar de diseñar planes de educación a largo plazo, las autoridades
educativas se resisten a ver la educación y el aprendizaje como un proceso
largo, de muchos años, que se eleva gradualmente y que sufre
transformaciones continuas.
Las autoridades educativas tienden a actuar como si el aprendizaje
procediera por saltos y que hubiera que llevar a los niños desde una
situación de no saber nada sobre algo a una en que se sabe todo de ello,
para lo cual basta explicarles verbalmente ese aspecto de la realidad (o
presentarles dibujos, fotos o videos). No se entiende que los seres humanos,
para llegar a un determinado conocimiento de algo tenemos que pasar por
etapas sucesivas, etapas que si se toman cada una como el resulta do final,
éste aparece como un error. He aquí el problema: pensar que alguna de las
etapas intermedias es el resultado final. En estricto sentido, en el
conocimiento (sea del tipo que sea, incluyendo el científico) nunca hay un
tope final, de manera que lo importante no es llegar a un punto determinado,
sino proceder de una manera en que haya avance continuo,
independientemente del momento del proceso en que uno esté situado.
La impaciencia de los adultos, tanto de padres de familia, como de
maestros, como de autoridades y sociedad en general, por llevar a los niños
de un golpe al 'conocimiento correcto' de las cosas es uno de los defectos
más graves de los planes y programas del sistema educativo escolar. Esta
impaciencia es lo que explica por qué los temas abordados por los
programas están seleccionados con una visión adulta. Se quiere llevar a los
niños de un salto a ―la verdad‖, y se teme que si no se hace así el niño se
quedará en el ―error‖, cuando en realidad eso que se considera un error no

118
es más que una de las varias etapas necesarias en el proceso para llegar a
esa ―verdad‖.
En cuestión de la enseñanza de la historia, esto es más que cierto.
Los libros de texto se apegan por completo a los programas de estudio, es
decir, al currículo en cuanto a los temas que se tienen que ver; pero la
enseñanza tiene dos problemas:
1. La creencia de que si los niños repiten verbalmente cierto discurso
(frases, oraciones, teorías, etc.) esto es una prueba de que ya han adquirido
el conocimiento correspondiente. Pero todos esos discursos son olvidados
una vez que han pasado los exámenes, para después volver a ser
memorizados en el siguiente ciclo y de nuevo olvidados, y así
sucesivamente, sin llegar nunca a la comprensión.
2. La falta de disposición de los maestros para situarse en el punto de
vista de los niños en cada caso. Los adultos en general no hacen mucho
esfuerzo para entender el nivel de comprensión en que el niño se encuentra.
Suelen ofrecerles larguísimas explicaciones verbales creyendo que con ello
el niño comprenderá el punto de vista adulto. Como si la experiencia por la
que el adulto ha pasado pudiera sustituirse con la mera explicación verbal.
Cuando un niño hace una pregunta, el adulto normalmente contesta lo que
contestaría para sí mismo o para otro adulto, en lugar de explorar qué es lo
que el niño realmente está interesado en saber, y qué puede entender. Esta
indisposición de los adultos para situarse en el punto de vista infantil
desemboca en varios problemas pedagógicos que se cometen una y otra ve z
al diseñar los planes de estudio en cada reforma educativa.
Así, la organización del plan de estudios de historia está basada en
criterios disciplinarios (incluso en los casos en que se ha organizado por
áreas, que no es más que un criterio disciplinario más genérico). Lo que ha
orientado el conocimiento de los alumnos hacia una visión fragmentada del
mundo, ya que se les presentan los conocimientos de cada área de la
realidad separados unos de otros y sin considerar la realización de

119
actividades que conduzcan a los educandos a su articulación. Además, se
han establecido jerarquías disciplinarias. Unas materias son más importantes
que las otras, se valoran más, se les otorga un prestigio que las pone por
encima de las demás por la asociación que tienen con las profesiones
prestigiosas, y eso nada tiene que ver con el conocimiento o la formación
integral, sino con el afán de lucro o de poder. Esto deforma completamente
las inclinaciones vocacionales de los estudiantes, porque el desdén
institucional hacia ciertas materias hace que los niños y jóvenes se aparten
de ellas y no las consideren como opciones vitales; caso específico de la
historia, que si bien en tiempos en que se buscaba la unidad nacional era
vista como una asignatura central, un eje rector; en tiempos más recientes
ha sido relegada como algo ―no necesario‖; pues se ha vuelto más
prioritarios materias de aplicación práctica inmediata como las matemáticas;
quizá por la orientación de la educación hacia la satisfacción de un mercado
laboral que requiere conocimientos menos ―sociales‖.
Hay un acuerdo general entre los educadores: el aprendizaje de la
historia es una herramienta esencial para la formación humana. La
importancia del conocimiento histórico para el proceso de humanización de
las personas estriba en que les ayuda a ubicarse dentro del proceso general
de la evolución de la sociedad de la que forman parte, así como dentro del
proceso del desarrollo de la humanidad en general. Por ello suelen señalarse
como propósitos del aprendizaje de la historia los siguientes:
a) Aproximar a las personas a la comprensión de la necesidad de la
normatividad social para el mejoramiento de la convivencia humana.
b) Mejorar la comprensión de nosotros mismos (individual y socialmente).
c) Impulsar el desarrollo de la conciencia histórica, es decir, la
conciencia de que las sociedades humanas sufren transformaciones a
lo largo del tiempo y que el presente es sólo un momento de ese
proceso.
d) Desarrollar la habilidad para pensar históricamente.

120
e) Ayudar en la construcción de la identidad (tanto personal como
comunitaria).
f) Ayudar al desarrollo de una conciencia ética y cívica en las personas.
g) Impulsar una mejor comprensión de los acontecimientos presentes.

Es difícil que alguien objete la utilidad que tiene el aprendizaje de la historia


para encaminarse al cumplimiento de este tipo de propósitos, por lo que no
nos detendremos a discutir este punto, sino que concentraremos nuestro
esfuerzo en tratar de comprender cuáles son los principales problemas
pedagógicos que han impedido que se alcancen hasta ahora dichos
propósitos. Para ello, conviene tener presente la siguiente consideración:
pedagógicamente hablando, parece suficientemente claro que el propósito
indicado en el inciso d) es el propósito esencial. La razón de ello está en que
si se desarrolla en los educandos la habilidad para pensar históricamente, de
allí derivará el que avancen hacia el logro de los demás. Si se desarrolla la
habilidad para pensar históricamente, se progresará en el desarrollo de la
conciencia histórica, lo que a su vez repercutirá en una mejor comprensión
de nuestro presente y, por tanto, de nosotros mismos, tanto individual como
socialmente. Esto, a su vez, contribuirá a la construcción de una identidad
más clara y firme (personal y comunitaria), a la comprensión de la necesidad
de las normas sociales para una buena convivencia y a una formación ética
y cívica más sólida.
A pesar de todas las reformas educativas hechas hasta hoy, los
programas escolares de historia siguen diseñándose con una pe rspectiva
disciplinaria, lo que tiene como consecuencia que se incluya en ellos la
información que es importante desde la perspectiva de los especialistas y
eruditos y, en cambio, se deje de lado el problema de los procedimientos
para lograr propósitos como los señalados arriba. Los eruditos, puesto que
carecen de formación en psicología del aprendizaje, por lo general no logran
distinguir entre lo que es una enseñanza formativa y una informativa. Creen

121
que para alcanzar los propósitos formativos basta con saturar a los
estudiantes de información. Por eso es necesario insistir en que información
no es conocimiento, incluso hay que remarcar que una sobredosis de
información redunda en confusión y, por tanto, en ignorancia. Todas las
reformas educativas desde los años sesenta se han propuesto lograr una
enseñanza formativa. No obstante, es evidente que no se comprende el
problema, y siempre se termina saturando de información los programas.
En el caso de la historia, los programas se dirigen a que los
estudiantes memoricen toda la cronología de los acontecimientos históricos
que los historiadores consideran importantes, y la estrategia pedagógica
queda siempre subordinada a ello. No se toman en cuenta los intereses de
los educandos, los ritmos naturales de su desarrollo cognitivo, ni las etapas
de ese desenvolvimiento. Esto implica también que los programas estén
siempre pensados desde la perspectiva del mundo adulto, lo que, en la
práctica, desemboca irremediablemente en una educación verbalista, porque
se obliga a los educandos a memorizar conceptos sin significado para ellos.
Y esa información verbal por lo general es olvidada una vez aprobado el
examen o el curso respectivo. Por ello, no es raro que a pesar de que los
mismos temas históricos son repasados una y otra vez en los diferentes
ciclos escolares, al llegar a la universidad los estudiantes siguen careciendo
de los conocimientos históricos básicos, y muchos nunca llegan a
encontrarle sentido al aprendizaje de la historia. Resulta paradójico que el
enfoque de la enseñanza de la historia vigente hasta hoy carezca de la
visión histórica más elemental, que es la del propio desarrollo del ser
humano. Los programas de historia ofrecen, como los de todas las
asignaturas, los resultados finales a que han llegado los especialistas de la
disciplina, y pretenden que el niño se apropie de esos resultados de un solo
golpe, haciendo caso omiso de la evolución de la mente infantil.
Para superar ese enfoque antipedagógico se requiere modificar la
educación en historia trasladando el énfasis que habitualmente se pone en la

122
información histórica hacia los procedimientos de indagación, adaptándolos,
desde luego, al ritmo y etapas del desarrollo de la mente infantil. Esto quiere
decir que lo importante en el aprendizaje de la historia, más que en la
memorización de toda la cronología de los acontecimientos de la historia
nacional, regional, universal, etc., está en aprender a pensar históricamente
cualquier suceso.
Pero, ¿qué quiere decir 'aprender a pensar históricamente'? La
respuesta se puede orientar por planteamientos como los siguientes:
a) Aprender que tanto la realidad natural como la social sufren
transformaciones.
b) Aprender que todo acontecimiento tiene antecedentes y
consecuencias que se desenvuelven en el tiempo y, por tanto, que el
presente es consecuencia del pasado, al tiempo que el futuro será
consecuencia de las acciones presentes.
c) Aprender que también hay acontecimientos recurrentes, que se repiten
cíclicamente.
d) Aprender que existen diferentes ritmos en los procesos de cambio.
e) Aprender que según el nivel de realidad, hay cosas que cambian
mientras que otras permanecen.

Ahora bien, aprender a pensar históricamente supone una pedagogía que


desde el principio se preocupe por mostrar a los educandos el sentido que
tiene la reconstrucción histórica de los acontecimientos. Y esto debe
adaptarse en cada caso al nivel de maduración personal y cognitiva de los
educandos. No se puede aprender a pensar históricamente en un instante, ni
en un curso de un año. Como en todas las áreas de la educación escolar,
según se ha indicado en los artículos anteriores, el gran problema a que nos
enfrentamos está en superar la creencia de que la fuente del conocimiento
está en el lenguaje. Las directrices pedagógicas oficiales hasta hoy suponen
que bastan las explicaciones verbales para generar las representaciones

123
mentales que exige la creación de una conciencia histórica en los sujetos.
No se ha comprendido que el origen de las representaciones mentales no
está en los discursos, sino en las interacciones vitales de los sujetos con el
mundo. Se objetará esto diciendo que los conocimientos históricos, en tanto
que son muchos temas del pasado, aluden a acontecimientos o situaciones
que ya no existen, por lo que no es posible interactuar con ellos, de manera
que no hay otro camino de acceso a los mismos que las explicaciones
verbales o las narraciones. No obstante, ello no elimina el hecho de que la
verbalización no es la fuente de las representaciones mentales.
Es claro que quienes diseñan estas actividades no tienen idea de lo
que implica, cognitivamente hablando, lo que se está pidiendo. Sin poder
asistirse de sus propias representaciones mentales, al pobre niño no le
queda más recurso que repetir como loro las palabras que aparecen en la
lección, que para él tienen muy poco o nulo significado.
¿Por qué es importante todo esto para mi investigación? Porque
muestra que a través de la enseñanza de la historia, y de los contenidos de
los libros de texto, se ha creado una ―memoria colectiva oficial‖ que recuerda
hechos y acontecimientos que el Estado desea que sean recordados y olvida
aquellos que le son incómodos; si bien, no es posible desterrar del todo la
memoria de ciertos hechos, pero las personas que los recuerdan –
generalmente los directamente involucrados– son cada vez menos, y en
ocasiones el recuerdo grabado en la memoria colectiva es deformado,
mitificado negativa o positivamente, lo que es ―normal‖; pues ―dada la
multiplicidad de identidades sociales y la coexistencia de memorias opuestas
y alternativas (familiares, locales, de clase, nacionales, etc.), conviene
pensar en términos plurales sobre los usos de la memoria por distintos
grupos sociales, que muy bien pueden tener distintas visiones de lo que es
significativo o digno de recordarse‖. 114 De esto se puede deducir lo erróneo

114 Burke, Peter, Formas de historia…, p. 80

124
de una visión única de la historia; sin embargo, también permite ver la razón
que lleva al Estado a ―enseñarla‖ a los futuros ciudadanos, a los que de paso
despoja de su identidad social al igualarlos en su memoria colecti va. ―La
memoria oficial y no oficial del pasado pueden diferir marcadamente y la
segunda, que ha sido relativamente poco estudiada, en ocasiones
representa una fuerza histórica por derecho propio…‖ 115
Y esa ―fuerza histórica‖ se ha manifestado cuando los historiadores
han buscado reconstruir nuestro pasado desde un punto de vista más
realista, eliminando entonces ciertos ―héroes‖ de los que no se tiene una
constancia cierta y dejándolos más ubicados en el mito y la leyenda, como el
caso del ―Pípila‖, que nace de la historia oficial, pero que se arraiga de tal
manera en el imaginario colectivo que no puede obviarse, pues entonces la
sociedad se rebela. He ahí la fuerza de lo enseñado en las aulas por
generaciones.

115 Ibidem , p. 81

125
Capítulo IV. La relación de los contenidos con el
contexto
De esta manera, la educación –en este caso específico, la enseñanza de la
historia–, se convierte en un tipo de quehacer humano que se involucra
directamente con distintos sectores sociales y que, a su vez, se halla
inmerso en el contexto económico, político y cultural de su momento
histórico. Por todo esto, en este capítulo se hará una revisión de las
condiciones políticas y económicas que rodearon a la configuración de los
libros de historia en cada momento; así como la relación que estos
contenidos tienen con el discurso político y con los planes nacionales de
educación.

4.1 El panorama político y económico en cada reforma del


libro de texto de historia
El periodo que va de 1956 a 1970 es conocido como desarrollo estabilizador,
pues tiene como características una estabilidad en los precios, un
crecimiento económico anual y un tipo fijo de cambio del peso respecto al
dólar. Quizá esta situación ayudó a que se utilizara el endeudamiento como
manera de financiar proyectos gubernamentales; por otra parte, se recurrió
al proteccionismo por parte del Estado.

Según el Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (CIDAC), en


estudios que culminaron con el libro: Educación para una economía
competitiva: hacia una estrategia de reforma, este contexto de
proteccionismo económico tuvo como costo social, que no generó una
demanda de trabajadores creativos, calificados, capaces de utilizar,
adaptar y desarrollar nuevas tecnologías, hecho que se reflejó en la
escasa competitividad de los productos nacionales. 116

116Aguilar Morales, Mario; La educación en México (1970-2000): de una estrategia nacional


a una estrategia regional; en Revista La Tarea, No. 16-17, octubre, 2002

126
En este momento, se concibe a la educación como la manera de formar
mexicanos preocupados por el progreso del país; pero la mayor parte de la
población no tiene acceso a la educación o bien desertan de las escuelas
ante la imposibilidad de comprar los libros necesarios; se concibe entonces
la publicación de libros de texto gratuitos y obligatorios para el nivel primaria;
pero detrás de este afán socializador y educativo se encuentran varios
factores que no deben pasarse por alto. Veamos, los libros gratuitos son una
realidad concebida y decretada en 1959, se comienzan a publicar en 1960 y
terminan de publicarse nueve años después; y tres años más tarde se
realiza la primera gran reforma, en 1972. ¿Pero qué sucedió en México en
todo ese tiempo?
A finales de los cincuenta, la mayoría de la gente esperaba que el jefe
de la nación reuniera ciertas características personales acordes al cargo y al
ambiente político en el cual se mueve. Adolfo López Mateos cumplía con
esos requisitos. Ganó las elecciones con un noventa por ciento de la
votación y el primero de diciembre tomó posesión de la presidencia de la
República. Su régimen mantuvo la fuerte participación del Estado en la
economía. Ejerció altos niveles de inversión pública en la constru cción de
presas, carreteras, hospitales, centros habitacionales y museos, aceleró el
reparto de tierras, nacionalizó la industria eléctrica, invirtió en petroquímica,
impulsó nuevas políticas fiscales y comerciales, consiguió mantener fuerte y
estable la moneda y dictó medidas proteccionistas para estimular a la
naciente industria nacional, principalmente en las ramas de la
transformación, alimentos y textiles.
Creó el ISSSTE para ampliar el espectro de trabajadores que tendría
acceso a la seguridad social. Conforme avanzaba su sexenio, sus programas
se ampliaron hasta dar servicios a mujeres embarazadas, se inició también
un programa para la integración social de niños que estaban al margen de la
sociedad, estos servicios se ampliaron hasta incluir a niños impedidos por la
poliomielitis y se creó un Instituto de Rehabilitación para pequeños atacados

127
con esta enfermedad que en los años cincuenta se convirtió en un a epidemia
mundial que hizo grandes estragos en nuestro país.
Se invirtió mucho en educación, se creó la Comisión Nacional del Libro
de Texto —se editó el libro de texto gratuito—, en salud y vivienda, se
aumentaron los salarios y las prestaciones de los trabajadores, aumentó la
clase media lo que dio como resultado un aumento en el consumo de bienes
entre amplios sectores sociales.
En cuanto a la política, el partido oficial se ocupaba de los procesos
electorales y disciplinar a sus miembros, el poder legislativo legitimaba las
decisiones presidenciales, el aparato sindical ejercía control sobre el
movimiento obrero y además funcionaba como intermediario que cooperaba
con el Estado, el ejército se mantenía en calma, se dedicaba a ayudar en
casos de desastre y como fuente de información de lo que ocurría en el país.
La colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada y entre el
Estado y las diferentes clases sociales fue excelente. Pablo González
Casanova lo describe: "La comunicación fue particularmente fácil... El
lenguaje común habló el lenguaje oficial, el sentido común fue el oficial, la
interpretación de la historia, de la economía y de las perspectivas del futuro
fueron parte de una sociedad civil que pensó como su gobierno". 117 Pero no
todos pensaban así, a pesar de todas las reformas sociales emprendidas,
surgieron grupos disidentes como el Movimiento de Liberación Nacional,
formado por intelectuales, y movimientos sociales como los de los
ferrocarrileros, maestros, médicos, petroleros y diversos grupos de
campesinos, que se oponían al gobierno porque no participaban
efectivamente de los beneficios del desarrollo y tenían nula posibilidad en el
juego político. Todos estos movimientos sociales fueron violentamente
reprimidos.

117González Casanova, Pablo citado por Sara Sefchovich, La novelística de Luis Spota:
deudas y paradojas de la cultura nacional, México, 2002, p. 72.

128
López Mateos, se preocupó por dar a conocer a México en el
extranjero. Hizo muchos viajes internacionales, incluyendo la URSS —lo cual
no agradó a EE.UU.— e invitó a varios gobernantes de otros países:
Eisenhower, Kennedy y Johnson, Charles de Gaulle, Nehru, Sukarno, la
reina de Holanda y el Mariscal Tito. También buscó sacar a México del área
de influencia de EE.UU. a través de la promoción de México en el mundo, de
mantener la libertad de ejercer su soberanía en asuntos internacionales
como el hecho de no romper relaciones diplomáticas con la Cuba
revolucionaria, a diferencia de los demás países latinoamericanos que
cedieron a la presión del gobierno norteamericano y el de no participar en la
Alianza para el Progreso que había creado el presidente Kennedy.
México entró al marco del crecimiento mundial logrando que crecieran
los sectores de la economía, particularmente la industria y los servicios con
capital nacional e importantes inversiones extranjeras.
El Estado de México adquirió la mayoría de las acciones de las
empresas generadoras de energía eléctrica. Se mejoró el nivel
socioeconómico de los mexicanos y la industria creció un 51.9% como
resultado de significativas inversiones en los sectores automotriz,
petroquímico, mecánico y de papel.
Logró la reintegración al territorio mexicano del Chamizal por los
Estados Unidos de Norteamérica, que se había perdido por un cambio en el
curso del Río Bravo. Y Se constituyó la Comisión de Balsas para el fomento
económico de esa cuenca.
Se reformó la Constitución de la República para establecerse la
participación de las minorías en el Congreso de la Unión, además de la los
diputados del partido. Por su iniciativa fueron aprobadas las nuevas Leyes
Orgánicas de Secretarías de Estado y Federales de Turismo y del Trabajo.
En materia educativa luchó por el funcionamiento de la Universidad
Profesional Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional; por la creación del
Instituto Nacional de Protección a la Infancia(INPI), la edificación de los

129
Museos de Arte Moderno, de Historia Natural y Nacional de Antropología. Se
creó el Centro Internacional de Investigaciones del Maíz y el Trigo.
Se impulsó la educación pública al establecerse el libro de texto
gratuito en las escuelas primarias. Se mejoró la alimentación infantil con el
incremento de los desayunos escolares. Éstos nacen con el fin de ofrecer a
los menores un complemento alimenticio que les ayudara a su mejor
rendimiento escolar. En este programa trabajan conjuntamente la SEP y el
DIF para dar cumplimiento tanto al derecho a la alimentación, como al
derecho a la educación, con base al Art. 4º Constitucional y en el ámbito
internacional ―La Convención de los Derechos del Niño‖ y ―El Pacto
Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Continuó con el reparto de las tierras a los trabajadores del campo. Se
puso en marcha el mandato constitucional que establece el reparto de
utilidades a los trabajadores y sentó los lineamientos para la fijación de los
salarios mínimos. Se creó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado, ISSSTE.
Durante el gobierno de López Mateos se dio un descontento político y
social en los estados de Morelos y Guerrero que culminó con el asesinato
del dirigente campesino Rubén Jaramillo y el encarcelamiento del líder
Genaro Vázquez. Por otro lado el periodista Filomeno Mata hijo, fue
encarcelado y el pintor David Alfaro Siqueiros estuvo en prisión hasta que
recibió el indulto del propio Presidente.
Debido a las políticas de industrialización y al desarrollo de las
ciudades, a las políticas públicas de salud y a las mejores condiciones de
vida la gente empezó a abandonar el campo para irse a buscar
oportunidades a las zonas urbanas. En estos años hubo un importante
crecimiento de las clases medias y un cambio significativo en sus estilos de
vida, en sus creencias y códigos culturales, pues a ellas ya no les decía
nada el nacionalismo que desde la Revolución era la ideología oficial en
tanto que sí les resultaba atractiva la modernidad entendida al estilo de lo

130
que sucedía en Estados Unidos. En una encuesta hecha por la revista "Hoy"
se muestra bien el proceso anterior: en ella la mayoría de los entrevistados
criticó que el nacionalismo se limitara al costumbrismo y al folclor y dijo que
convendría que ya se tuviera una comprensión más profunda de los
problemas actuales. Uno de los entrevistados afirmó: "de la Revolución ya
no quiero leer nada pero sí me gustaría leer algo de las consecuencias de la
Revolución sobre la clase media que está olvidada por todos".
Al iniciarse la administración del Lic. Luis Echeverría Álvarez, el 1° de
diciembre del 1970, que culminaría en 1976, la imagen que se tenía de
México en los círculos económicos era de un país muy afortunado y
privilegiado, por las condiciones del crecimiento económico, solidez
monetaria, solvencia crediticia y además solidez política, naturales para el
aumento de las inversiones. La transformación de la revolución de 1910, el
crecimiento sostenido a partir de 1935, la estabilidad monetaria de los
precios. A partir de 1935, la estabilidad monetaria de los precios a partir de
1956, fueron las nuevas posibilidades del desarrollo tenían los
inversionistas, tanto nacionales como extranjeros. México había llegado a su
madurez como sistema capitalista con predominio industrial y un sector
monopolístico de estado.
Al recibir el mando presidencial del Lic. Gustavo Díaz Ordaz, el Lic.
Luis Echeverría Álvarez, realiza fuertes críticas la modelo del desarrollo
estabilizador, planteando una nueva estrategia económica que denomino el
desarrollo compartido, dicho estrategia se originó por las grandes
desigualdades económicas que se manifestaron a nivel regional.
Instrumenta reanimar la actividad económica y darle una mejor
reorientación con la inversión directa del estado. El fracaso de las políticas
del sector público fue muy notorio debido a tres puntos muy importantes y
decisivos.

a) Medidas monetarias y hacendarías inoperantes.

131
b) La ineficiente programación económica que se reflejo en los déficit del
presupuesto anual de ingresos y egresos en los años de: 1971 y 1972.
c) La corrupción y enriquecimiento de los funcionarios con cargo a los
fondos públicos.

Esta es la realidad económica durante su sexenio: la tasa promedio anual


del crecimiento del PIB, fue del 6%, que resulta inferior a la tasa promedio,
obtenida durante el desarrollo estabilizador, lo que origino grandes
problemas sociales y el incremento de los precios. El poder de compra del
peso se reducía, lo que enriqueció a unos cuantos, y empobreció a las
mayorías y origino una mayor dependencia externa, además de muchos
problemas que no se resolvieron, y otros que se agudizaron más la tónica no
cambio. Existió crecimiento económico sin desarrollo, el saldo fue la crisis
económica y una experiencia amarga para la economía del país.
Desde el movimiento estudiantil de 1968, el estado sufrió un gran
deterioro que adquirió múltiples manifestaciones, que sacudió a la sociedad
en general. Se acentúa aún más la crisis política, el 10 de junio de 1971,
conocido como jueves de Hábeas, por la intervención del grupo de los
halcones que reprimieron por medio de la violencia, una manifestación
estudiantil por consecuencia el rechazo de la sociedad y la renuncia del Lic.
Alfonso Martínez Domínguez. Como jefe del departamento del DF a quien se
señaló como el director intelectual. El estado al perder legitimidad política e
ideológica contribuyo a asentar la apertura democrática.
Ésta crisis se marca a partir de 1971 cuando empieza a manifestarse,
ya que los oligopolios abarcan todos los sectores económicos. Aumenta la
concentración de la propiedad y el ingreso se estrechan los mercados, crece
el capital ocioso, aumentan las tasas de utilidades, disminuyen los salarios
reales, aumenta el subempleo y el desempleo y sus consecuencias son: La
inflación, el endeudamiento externo y la congelación de salarios. Para

132
reconciliarse con la sociedad, el estado idea operar dos import antes
estrategias.

a) El Populismo: Filosofía que identificaba las izquierda política; las


promesas a los grupos sociales; el uso de lenguaje nacionalista; los
ataques a la burguesía extranjera; el buen trato a los intelectuales;
la disminución de las represiones.
b) Los Déficit del Presupuesto, con Endeudamiento Externo:
constituyendo las bases de la crisis económica finalmente, a crisis
política se refleja de esta manera.

Para la época de 1970-1976, muchas medidas tuvieron cierta racionalidad


dada la recomposición política provocada por el movimiento del ‘68. Se
considera a ésta, una época de reconciliación, aumentaron los presupuestos
universitarios, se dio una cooptación de intelectuales y activistas del ‘68, se
amplió la red universitaria creándose la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM), el Colegio de Bachilleres y el Colegio Nacional de Formación
Profesional, dadas las condiciones la educación superior tendrá como
política central un crecimiento anárquico.
Ante la nueva integración mundial de las economías, se reconoce la
necesidad de ser congruente y vincular la educación con las necesidades del
mercado laboral, para este fin se han venido promoviendo una serie de
reformas orientadas a dar una mayor vinculación a la formación adquirida en
los procesos académicos con los procesos productivos, especialmente los
vinculados con el sector externo. Buscando a largo plazo la generación de
nuevo conocimiento científico y tecnológico, lo que apoyaría el
planteamiento del CIDAC. Debe considerarse que las nuevas tendencias
buscan especializar a las regiones en áreas donde se obtienen ventajas
sobre todo en costos, lo que contribuye para su integración en la cadena
comercial; con esta consideración México ha estado especializándose en el

133
desarrollo de industrias maquiladoras, en este sentido pueden girar futuros
proyectos de capacitación y programas que fortalezcan los conocimientos de
la población en torno a estos sectores. En educación básica, deben
integrarse avances técnicos y promover una mayor sensibilidad de los
estudiantes hacia el sentido de la competencia como un elemento que en un
futuro contribuirá al desarrollo de facultades individuales.
Lo más importante, sin embargo, radica en que tanto la disposición
gubernamental para renovar la estructura y orientación del sistema
educativo, como la estrategia política del Ejecutivo en el sentido de restañar
la fractura de legitimidad sufrida mediante una acotada ―apertura
democrática‖, abrieron un espacio de oportunidad para que intelectuales,
educadores, académicos, y en general la juventud ilustrada de la generación
68 pudiera expresarse e impulsar proyectos e inquietudes en los límites del
claustro universitario.
En este sentido, resultan emblemáticos los proyectos impulsados en el
breve periodo rectoral del doctor Pablo González Casanova al frente de la
UNAM: el Colegio de Ciencias y Humanidades, la Universidad Abierta, y la
renovación de la extensión universitaria. Asimismo, la creación de nuevas
instituciones tales como el Colegio de Bachilleres y la Universida d
Metropolitana (1973), la transformación de las escuelas vocacionales del IPN
en Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECYT), e incluso la
creación del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) en
1970.
La irrupción de aquellos que vivieron intensamente el año del sesenta
y ocho en esos y otros espacios educativos tendría consecuencias
inmediatas, directas y renovadoras. En el plano propiamente educativo, una
generalizada visión de cambio, modernización y puesta al día del currículum
y las prácticas, en particular la relación entre profesores y estudiantes. Baste
recordar, dato que puede parecer increíble a estas alturas, que el promedio
de edad de los profesores del CCH en 1971, año de creación de esa

134
institución, rondaba los 25 años. Otro tanto ocurriría en el Colegio de
Bachilleres y la UAM. Un pujante sindicalismo universitario independiente,
con la inédita presencia de la corporación académica en sus filas, abriría un
nuevo frente político en las universidades, con consecuencias positivas,
negativas y mixtas, según se mire a la distancia, en el trayecto de las
instituciones. Y sobre todo, una nueva perspectiva de las responsabilidades
sociales de las universidades.
El primero de diciembre de 1976, tomo posesión del cargo José López
Portillo; en ese sexenio la política económica del gobierno siguió siendo la
misma que la de su antecesor: buscar el crecimiento sin mejorar la
distribución del ingreso, financiado con endeudamiento externo, lo cual fue
posible conseguir sin mayores dificultades, porque se habían descubiertos
yacimientos de petróleo que garantizarían la capacidad de pago de la
nación. Se hablaba de administrar la riqueza, "esta riqueza constituye no
solo el instrumento para resolver los problemas económicos que tenemos en
la actualidad... que hace posible ver hacia el futuro la creación de un nuevo
país", afirmó el entonces director de PEMEX, Jorge Díaz Serrano. Con el
paso del tiempo los ciudadanos se dan cuenta que la corrupción y el
despilfarro estaban peor que nunca, que el gasto del gobierno era
incontrolable y que las promesas de sacar adelante al país, de que las
solución somos todos, de que defendía al país como perro, etc., se
convirtieron en palabras vacías, objeto de todo tipo de burlas. Cuando
cayeron los precios del petróleo —pilar de nuestro crecimiento y desarrollo—
el costo de la deuda externa resulto inmanejable, la desconfianza de los
empresarios hizo que salieran capitales del país, los negocios se
paralizaron, el peso se devaluó brutalmente. Poco antes de que el sexenio
terminara, José López Portillo nacionaliza la banca y el sistema financiero se
fluctúa.
El primero de diciembre de 1982, Miguel de la Madrid Hurtado tomó
posesión de cargo con la responsabilidad de sacar adelan te a un país que

135
había visto desperdiciar sus mejores recursos y cuyos ciudadanos ya no
creían en las promesas de gobierno. En su discurso de posesión en el recién
inaugurado Palacio Legislativo, el presidente electo dijo estar consciente de
que México se encontraba en una grave crisis y de que "el país se deshace
en la manos".
El nuevo presidente empezó pidiendo a la población sacrificios,
ofreciendo austeridad en el gobierno y una profunda renovación moral que
limpiaría al país de la corrupción y el nepotismo y que le diría siempre la
verdad a los mexicanos. Lo primero que hizo Miguel de la Madrid Hurtado
fue buscar la estabilización económica y recuperar la capacidad del Estado
para manejar la economía, para lograrlo hizo acuerdos con el Fondo
Monetario Internacional (FMI) para obtener créditos de emergencia y dio
inicio a una serie de reformas en la política económica como recorte en el
gasto público, nuevos impuestos y la creación de programas como el de
Reordenación Económica, el de Aliento y Crecimiento, el Plan Nacional de
Desarrollo y el Pacto de Solidaridad Económica así como otros para el
fomento de las exportaciones y el turismo. El gobierno empieza a reducir su
presencia en aquellas áreas que son estratégicas y deja a los empresarios
tener una mayor participación en la actividad económica.
Apoya a la iniciativa privada y en particular a los banqueros que
resultaron afectados por la nacionalización de la banca, dándoles estímulos
y seguridades para su capital y favoreciendo el establecimiento y
consolidación de las Casas de Bolsa. En el ámbito económico, se inicia la
franca liberalización de la economía: apertura, desregulación y privatización
en algunos sectores no considerados como prioritarios; cumplir con el
compromiso de pagar la deuda, aunque ello significara imponer restricciones
salariales, reducir el gasto social y no apoyar a las pequeñas y medianas
industrias. La reconversión industrial consistía en convertir al país en
maquilador, es decir, en un productor con industrias sin fuertes inver siones,
con salarios deprimidos y pésimas condiciones laborales.

136
El nuevo modelo económico que abandona la concepción del Estado
interventor por una mayor participación de la iniciativa privada —es decir
liberal— implica que el Estado deja de gastar en la mayoría de los rubros de
gasto del gobierno buscando ser eficiente. Esto significó que se canalizaran
menos recursos a las instituciones de salud (IMSS,ISSSTE,SSA) y que se le
entregaran más a la asistencia social.
Dos tragedias marcaron a este sexenio: la explosiones de gas en San
Juanico y los terremotos en la ciudad de México, ambas en 1985. Estos
acontecimientos cambiaron para siempre la relación de los ciudadanos con
sus gobernantes. Los ciudadanos se dan cuenta de que las causas de las
desgracia no están en la naturaleza, como han querido hacer creer las
autoridades, sino que han sido simplemente el resultado de la corrupción y la
negligencia de las autoridades.
Ante la magnitud de la devastación de ambos eventos, el presidente y
sus funcionarios no saben qué hacer, mientras tanto la sociedad civil se
organiza y toma en sus manos el asunto. Surge la semilla de la solidaridad
que años después cambiaría la vida política del país; de la sociedad civil
que organizada exigiría ser escuchada y respetada por el partido oficial. Casi
al final del sexenio, bajaron otra vez los precios del petróleo, una vez más la
economía mexicana se contrae, otra vez hubo que devaluar, aumentó el
servicio de la deuda y la inflación se disparó.
El sexenio de Miguel de la Madrid parece deslucido y gris, incluso
carente de proyecto económico, sin embargo, fue en este sexenio cuando
cambio el modelo de desarrollo económico que alcanzaría su punto más alto
en el siguiente sexenio.
El sucesor de Miguel de la Madrid fue, igual que en el sexenio anterior
el secretario de Programación y Presupuesto Carlos Salinas de Gortari, un
hombre joven y dinámico, muy ambicioso, que ya tenía poder en el gabine te
económico. Su candidatura enfrentó una fuerte oposición organizada en
torno a dos partidos: el PAN y su candidato Manuel Clouthier "Maquío" y el

137
Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas. Según las cifras
oficiales, la mayoría de los ciudadanos votó por el PRI en 1988, sin
embargo, ese triunfo fue cuestionado por afirmaciones de fraude.
"La elección del 6 de julio de 1988 nunca tendrá resultados claros, se
cayó el sistema de cómputo para mantener erguido al sistema político",
escribió Mario Schettino, y agregó: "Por una horas el país se encuentra en
los bordes mismos de la guerra civil... y si no ocurrió fue porque Cárdenas
no quiso abanderar esa lucha... Carlos Salinas tomará el poder en medio de
insultos en el mismo Congreso. Otro México estaba naciendo". 118
El censo de 1990 cuenta noventa millones de mexicanos y la mitad de
ellos menores de treinta años, ¿tendrá el país los recursos suficientes para
proporcionar educación, salud, empleo y servicios a todos ellos? Tan solo en
este sexenio veinte millones estaban en el D.F. y su zona conurbana, el
resultado fue el crecimiento desmesurado de la economía subterránea y la
violencia para retirarlos de las avenidas y aceras, una ciudad contaminada,
un sinnúmero de movilizaciones políticas —marchas, plantones, huelgas de
hambre, cierres de calles y carreteras—, una ciudad que obliga a
encerrarnos en la vida doméstica.
Cuando tomó posesión del cargo el primero de diciembre de 1988, el
país exigía un gobierno eficiente, racional en el intervencionismo esta tal,
neutro en su discurso nacional e internacional, honesto frente al
enriquecimiento de los funcionarios de la administración pública, el partido y
los sindicatos. Para lograr esos objetivos, Salinas se rodeó de una nueva
élite política formada por jóvenes tecnócratas que habían estudiado en la
universidades norteamericanas y para quienes la salida de la crisis se
encontraba en la integración de nuestro país a la economía mundial. De esta
manera se terminaba con un sistema nacionalista y corporativo para dar

118 Macario Schettino , Cien años de confusión. México en el siglo XX, Taurus, México, 2007, p. 53

138
paso a la corriente neoliberal y globalizadora, con casi nula participación del
Estado.
Era prioritario en este momento legitimar su poder, empezó
negociando con los obreros todavía comandados por Fidel Velázquez, a
quienes a cambio de mantener el drástico ajuste salarial les ofreció contener
la inflación; con los campesinos modificando el artículo 27 constitucional
para terminar con el ejido y creando programas de apoyo, entre ellos el
llamado "Solidaridad" que les otorgaba dinero en efectivo.
Para sanear las finanzas públicas inició el proceso de privatización de
la banca, se vendieron empresas deficitarias, se renegoció la deuda y se
hizo una reforma fiscal que favoreció a las grandes empresas nacionales y a
las transnacionales a costa de afectar a las pequeñas y medianas empresas,
muchas de las cuales quebraron. Carlos Slim empezó entonces a comprar
cuanta empresa se le ponía enfrente hasta convertirse en el hombre más
rico del país. Aparentemente la nueva política económica le remitió al país
aumentar sus niveles de consumo de productos nacionales e importados,
hubo crecimiento económico, se controló la inflación y no hubo más
devaluaciones. Miles de dólares entraron al país vía inversión extranjera y se
detuvo la fuga de capitales. Era el momento idóneo para que el presidente
Salinas diera a conocer el eje y esencia de su proyecto: el Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos y Canadá. Un intenso trabajo de cabildeo se
llevó a cabo para conseguir que E.U. aprobara el tratado comercial.
Finalmente en noviembre de 1993, el congreso norteamericano lo aprobó.
Casi al final del sexenio, la economía empieza a mostrar signos de
debilitamiento porque los capitales están dejando de llegar, la industria
nacional no puede competir con los precios de los produ ctos importados,
además de los efectos negativos que las importaciones tienen sobre la
balanza de pagos.
La manera como se obligó al país a ingresar en el nuevo modelo
económico y la presencia de un Estado autoritario, terminaron por servir solo

139
a los capitales transnacionales y a algunos grandes capitales nacionales
mientras se destruía a la pequeña y mediana empresa, que hasta ese
momento representaba aproximadamente el 97% del total de las empresas
que tan penosamente se habían levantado durante cuarenta años.
Al quebrar un número importante de empresas, muchos trabajadores
se quedaron sin empleo y sus expectativas de mejorar sus condiciones de
vida acabadas. La incertidumbre en el presente y en el futuro alteran el tejido
social. El esfuerzo y el sacrificio que durante años se había pedido a los
mexicanos, concluía una vez más dejándonos peor que nunca. La reforma
del campo no generó la inversión esperada, la economía no creció como se
pensaba, las disparidades sociales no se redujeron conforme lo previst o, las
exportaciones no aumentaron de acuerdo a las expectativas.
El primero de enero de 1994, el mismo día que entraba en vigor el
Tratado de Libre Comercio, en Chiapas, el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) se levantaba contra el gobierno. El EZLN es un grupo de
indígenas armados encabezados por el llamado Subcomandante Marcos.
Este grupo de campesinos —hombres y mujeres— ponen al descubierto el
fracaso de la política económica de Salinas. A la intranquilidad económica se
suma la intranquilidad social con el asesinato del candidato a la presidencia
del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, Julio Scherer afirmó :"cortó la
respiración del país" e inauguró la crisis política más grave desde la década
de los veinte, porque junto con el asesinato del secretario general del PRI —
José Francisco Ruiz Massieu— en ese mismo año ,se evidenciaba que no
había acuerdo entre las clases políticas y que la estabilidad y el orden
estaban en entredicho.
El primero de diciembre de 1994 tomó posesión de la Primera
Magistratura el doctor en economía Ernesto Zedillo Ponce de León. En su
discurso de toma de posesión se comprometió a trabajar por la democracia,
el federalismo y el fortalecimiento de las instituciones, lo cual en su opinión
llevaría a la estabilidad económica, política y social del país. Sin embargo,

140
en ese mismo año, en diciembre, el Secretario de Hacienda del nuevo
gobierno anunció " el desplazamiento de la banda de flotación",
inmediatamente seis mil millones de dólares se fugaron del país, la
devaluación era inminente, a los dos días, la devaluación era del cincuenta
por ciento y tres meses después había llegado casi al cien por ciento. A esto
las autoridades le llamaron "el error de diciembre", el pueblo "el horror de
diciembre". El gobierno de Ernesto Zedillo solicitó un préstamo de cuarenta
mil millones de dólares a Estados Unidos, el Congreso de ese país se lo
negó. Fue William Clinton, quien consiguió los recursos para prestarle a
México. Este préstamo vino condicionado al cumplimiento de un programa
de ajuste tipo FMI que consistía en: reducción del gasto público, incremento
en los impuestos y restricción de créditos. En resumen, una política
económica restrictiva que meses después se tradujo en dos millones de
empleos perdidos, incremento de la cartera vencida en los bancos
comerciales; el producto interno bruto (PIB) así como la inversión y el
consumo cayendo estrepitosamente.
El presidente Zedillo, dejó que las cosas caminaran por sí mis mas. En
lugar de promover reformas o demandar lealtad absoluta a todos los
mexicanos y principalmente a los priistas, optó por dedicarse a mantener las
cuentas fiscales en orden y con ello tener un fin de sexenio tranquilo y
estable en lo económico. Zedillo tuvo que reconocer el triunfo de la oposición
en dos ocasiones de gran importancia para la vida política del país: la
elección de jefe de gobierno de la capital en 1997 y la elección de presidente
de la República a mediados del año 2000, ambos de partidos de la
oposición.
El 2 de julio del año 2000, quince millones de mexicanos le dieron el
voto a Vicente Fox Quesada para "sacar al PRI de Los Pinos",
convirtiéndose no sólo en el primer presidente panista, sino en el primer
presidente de la historia moderna de México en no contar con la mayoría
absoluta de las cámaras de diputados ni de senadores, razón que le impidió

141
impulsar la aprobación las tres reformas más importantes que había
planteado para su mandato: la reforma fiscal, la reforma energética y la
reforma laboral.
Promovió una reforma fiscal que contemplaba gravar con el impuesto
al valor agregado el consumo de alimentos, medicinas, colegiaturas de
escuelas privadas, libros y revistas, (entre otros) pero la reforma fue
rechazada.
Desde que inicio el mandato de Vicente Fox, se comprometió a
mejorar la infraestructura de México con la construcción de un nuevo
aeropuerto en la zona metropolitana de la Ciudad de México, por lo que los
gobiernos de Hidalgo y del estado de México solicitaron la obra. Pero
después de varios estudios de factibilidad el 22 de Octubre del 2001 se
determinó que la obra sería realizada en Texcoco, Estado de México.
Para lograr esta obra fue emitido un decreto presidencial que
expropiaba 4 mil 550 hectáreas pertenecientes a ejidatarios, por las que se
pagarían 7 pesos por metro cuadrado; pero los campesinos no aceptaron, y
llevaron a cabo varias protestas. El 2 de noviembre de 2001, los ejidatarios
de San Salvador Atenco iniciaron los trámites legales, impugnando ante los
tribunales federales el decreto expropiatorio.
Finalmente y debido a la gran inconformidad de los campesinos el 1 de
Agosto de 2002 la Presidencia de la República decidió cancelar el proyecto.
Después de este duro tropezón, durante los primeros meses del 2005,
Vicente Fox se vio envuelto en un disturbio legal y político, relacionado con
el desafuero (pérdida de inmunidad política) del jefe de gobierno de la capital
del país: Andrés Manuel López Obrador, con el que días después llegó a un
acuerdo, en donde la PGR no ejercería acción penal contra él. Esto provocó
la renuncia del General Rafael Macedo de la Concha a la dirigencia de esa
institución.
En cuanto a su desempeño en política exterior, se crítica muy poco
efectivo, primero porque las relaciones con EEUU llegaron a un momento de

142
tensión debido a que el Gobierno de Vicente Fox manifestó su rechazo de
manera oficial en el consejo de seguridad en la ONU a la guerra de Irak,
precisamente en los momentos cuando se buscaba el apoyo del presidente
Bush para la aprobación de un acuerdo migratorio.
Luego hubo serias confrontaciones con países latinoamericanos
particularmente con Cuba, Venezuela y miembros del Mercosur, que en lugar
de consolidar ese liderazgo, aislaron y debilitaron a México en su política
exterior, llegando al punto de que Fox fue considerado personero del
presidente estadounidense George W. Bush.
El alejamiento pues de México con América Latina también se ha
puesto en evidencia tras diversos desencuentros con otros países de la
región, como es el caso de Brasil, con quién se tenía firmado un acuerdo de
amistad y cooperación que incluía la dispensa reciproca de visas. El acuerdo
finalmente fue roto unilateralmente, por el gobierno de Vicente Fox en el
2005 y se pasó a exigir visas a ciudadanos de este país y de Ecuador.
Recién inició su mandato, Vicente Fox tuvo pláticas con EEUU para
lograr una reforma migratoria, sin embargo los ataques terroristas del 11 de
Septiembre congelaron toda posibilidad de llegar a un acuerdo.
Perseverando a lo largo de su sexenio, Vicente Fox siguió en la búsqueda de
una reforma migratoria de los EU, la cual nunca llegó, debido a la oposición
de diversos grupos en el congreso y senado norteamericano. Posteriormente
no solo el gobierno americano se oponía a dicha medida, sin que además
planeo construir y reforzar el muro fronterizo con México a lo cual Vicente
Fox mostró su rechazo inmediatamente de manera personal y por la vía
diplomática.
El actual sexenio encabezado por Felipe Calderón no ha logrado hacer
despuntar al país ni en materia económica, ni social, ni de seguridad; por el
contrario, cada vez más nos hemos sumido en crisis; pero es un sexenio que
aún no termina.

143
144
4.2 La relación entre el discurso político y los contenidos de
los libros de texto de historia en cada reforma

Como se revisaba en el apartado anterior, el sexenio de Adolfo López


Mateos fue pujante en el aspecto económico, el país podía invertir en
diversos sectores y crear infraestructuras que apoyaran la asistencia social
de manera que todos los mexicanos tuvieran las mismas oportunidades; en
ese tenor de cosas es que nacen los libros de texto gratuitos; que se
aprovechan no sólo como una herramienta pedagógica de los contenidos
propios de la escuela; sino también como el instrumento básico para ens eñar
la ―unidad nacional‖.
El momento histórico del país era crítico en cuanto a las fuerzas
sociales en conflicto; había pasado apenas un sexenio después de la
segunda guerra mundial, momento en que varios cambios se dieron en el
mundo; la educación socialista, que hasta entonces venía impartiéndose en
México se suaviza, por decirlo de alguna manera; pero siguen existiendo
posturas radicales entre la Iglesia y el Estado; si bien en la década de los
cuarenta el peligro externo –personificado en la Gran Guerra– había
conducido al país a la unidad nacional; la realidad era que se debían reforzar
esos vínculos solidarios entre los mexicanos.
En este punto el sexenio de Adolfo López Mateos tenía una ventaja,
en 1960 se cumplían 150 años de Independencia, 100 de Reforma y 50 de
Revolución; los tres grandes momentos que le dieron a México su
configuración actual; esto acendraba el patriotismo de sus habitantes y
ayudaba a la inserción de herramientas específicas para ello.
Los libros de texto gratuitos están dispuestos, más que ningún otro
hasta entonces, hacia el nacionalismo, entendido éste como el conocimiento
de la historia que impulse a la unidad nacional sin deformar la verdad, tal
como se destacaba en el IV Congreso de Historia que habíase realizado en

145
1943, pero que para la época en que nacen los libros de texto gratuito
estaba más vigente que nunca.
Si ponemos atención a los contenidos de los libros de texto gratuitos
de historia en esta primera época, revisados en el capítulo tres; nos daremos
cuenta que esta idea no prosperó del todo como se le tenía concebida; si
bien estos libros a través de un lenguaje mesurado y que pretende ser
neutro –en el sentido de no emitir juicios absolutos sobre un hecho
histórico-, lograban transmitir la idea de amor a la patria y de unidad
nacional; no se lograba en ellos un verdadero nacionalismo; pues el
nacionalismo ―es la fusión del patriotismo con la conciencia de la propia
nacionalidad‖; 119 y no se daba el desarrollo de esa conciencia. ¿Qué es ser
mexicano? Esa respuesta no existía en los libros de historia de México de
esas épocas –ni de éstas–; la enseñanza de los hechos históricos se
convierte en un conglomerado de datos que, sin el ejercicio crítico de la
reflexión histórica, no son nada. El ―nacionalismo‖ que se instaura en esos
tiempos y que permanece durante muchos años se reduce a la conciencia de
fechas y nombres trascendentes para el país, sean positivos o negativos; a
la identificación de ―lo mexicano‖ con lo mestizo, tremendo error de
apreciación. 120 No existe una reflexión de aquello que nos hace ―orgullosos
mexicanos‖.

119Hayes, Carlton J. H.; El nacionalismo una religión , trad. M. Luisa L. de Del Real, Edit.
Hispano Americana, México, 1966, p. 2
120 Lo mestizo es propiamente una mezcla; hablar de españoles “puros” o de indígenas
“puros” sería incorrecto y generalizante; España era un a nación poblada de mestizos, pues
había mezcla de muchos pueblos indoeuropeos en sus raíces, eso sin mencionar la
herencia árabe. Es decir, podríamos decir que los europeos ya eran mestizos cuando
llegaron a América. Lo mismo sucede con los indígenas; pro ducto de guerras, conquistas
o simples intercambios entre nobles, las etnias se hallaban mezcladas y emparentadas
entre sí, ya eran mestizas. De allí que generalizar lo mexicano con lo mestizo sea un
error; porque mestizo ya se era; más bien, de la fusión de varios grupos (porque no se
puede olvidar a los negros y a otros muchos grupos migrantes que llegaron a México
junto con los españoles) fue que se fue gestando la identidad mexicana; que es concreta y
específica, pero que no se basa en una mezcla genética, sino en una amalgamación de
pensamientos, formas de vida, ideas y demás, que dieron por resultado lo “mexicano”; lo
cual es necesario definir y establecer dentro de los libros de texto gratuitos para tener
claro un punto de partida de la identidad nacional.

146
Y es que la conciencia de la propia nacionalidad implica una serie de
factores interrelacionados como bien nos lo explica Carlton Hayes: la
nacionalidad se identifica por el lenguaje; por las tradiciones históricas como
el pasado religioso de un pueblo, su pasado territorial, político, económico,
guerrero, industrial, económico, cultural; 121 todo un entramado de fuerzas y
correlaciones que difícilmente se pueden explicar a un niño de primaria; pe ro
que sí pueden comenzar a dársele a conocer, que sí pueden planteársele las
preguntas correctas que exciten su interés por la investigación histórica, que
sí pueden realizar prácticas que los induzcan a una conciencia nacional más
en contacto con la realidad que los rodea. Con el simple hecho de nacer en
territorio mexicano, estos niños de ayer y nosotros, ya tenemos adscrita la
nacionalidad de este país; pero la conciencia nacional debe formarse y
cristalizarse en un quehacer común de la familia, la escuela, los amigos, el
entorno. Los libros de texto gratuitos pretendían inculcar la conciencia
nacional por decreto y crearla programadamente a través lecciones de
historia y civismo que no profundizaban en el contexto del México pasado y
contemporáneo a sus épocas.
Lo que sí es que se apegan al discurso oficial y al quehacer oficial
también; pues estamos en un sexenio en que se busca el crecimiento
económico de México a través de la inversión del Estado en grandes obras,
del proteccionismo a las empresas nacionales, del desarrollo de la asistencia
social como medio de igualar las condiciones de vida de todos los
mexicanos. En este sentido, el ―amor a la patria‖ se traduce más bien en una
especie de culto al gobierno y las instituciones que la hacen posible,
deformando así el sentido real de Patria.
Por otra parte, el México de finales de los cincuenta está en franco
desarrollo industrial, aunque sea con los avances que otras naciones han
establecido; se encuentra en la transición de una sociedad agraria a un a

121 Cfr. Hayes, Carlton J. H.; Op. cit., pp. 3 y ss.

147
industrializada; se hace necesario entonces una mayor educación que
permite la existencia de profesionistas y técnicos que ayuden al desarrollo
económico e industrial del país; pero éstos no pueden existir si la deserción
escolar y el analfabetismo son las principales características de la población.
Así, el libro de texto se coloca como herramienta perfecta para combatir
esos problemas, al tiempo que ayuda a establecer un nacionalismo que
pretende la estandarización social desde arriba; es decir, una ref orma
vertical que no toma en cuenta a las bases; sino que las supone dispuesta a
priori para abrazar a la Patria. He aquí el error, pues ―no se trata de que el
nacionalismo imponga la homogeneidad […], sino que una obligación
objetiva e inevitable impone una homogeneidad que acaba aflorando en
forma de nacionalismo‖. 122 En México, se intentó hacer al revés y por
supuesto no funcionó de la manera esperada; aunque sí sentó las bases de
un gusto por los festejos de Independencia y Revolución, y de una
identificación de ―lo mexicano‖ con estereotipos delineados de manera
sesgada; quedando así ubicado el indígena en las clases bajas con grandes
deseos de superación y un contacto casi ―místico‖ con la naturaleza; el
mestizo –identificado con el mexicano por excelencia–, siempre en la clase
media, ejemplo de trabajo esforzado y de picardía ingeniosa; y el blanco –no
necesariamente español, pero igualado a él de soslayo–, en la clase alta, el
empresario, el rico que genera los empleos para los otros dos.
Esto se presentaba como lo ―natural‖, lejos ya de la lucha de clases
que si bien se mencionaba se hacía de una forma más moderada,
revisándolo como de pasada en el contexto de las grandes luchas nacionales
que buscaban la igualdad y haciendo al niño ―consciente‖ de la gran suerte
que tenía por estar en un país que buscaba esa igualdad por medios
pacíficos como la unidad nacional.

122Gellner, Ernest; Naciones y nacionalismo , trad. Javier Setó, Alianza Editorial, España,
1988, pp. 60-61.

148
Esto duró más allá del sexenio de Adolfo López Mateos, fueron 13
años antes de que se diera la primera gran reforma a los libros de texto, en
1972, reforma que más que a intereses pedagógicos o provenientes de
cambios en la forma de hacer historia –para el caso específico de los libros
que venimos revisado–, se debían a una necesidad del Estado por recuperar
la confianza de los mexicanos en las instituciones; que había sido
traicionada no sólo por la crisis económica que se comenzaba a sentir, sino
por las represiones que en 1968 se vivieron en todo el país y que culminaron
con la matanza de Tlatelolco donde perdieron la vida cientos de jóvenes que
se manifestaban de manera pacífica contra un gobierno represivo y sordo a
las demandas de la sociedad.
El ―control de daños‖ que pretendió el gobierno, en el último año de
Gustavo Díaz Ordaz y en los primeros de Echeverría Álvarez, tomó ese
cariz, el de diagnosticar como un problema de educación la raíz de la
inconformidad de los estudiantes contra el régimen. Así, Díaz Ordaz, en su
informe presidencial de septiembre de 1968, se permitía decir:

Examinemos ahora brevemente, el verdadero fondo del problema: la


urgencia de una reforma educacional (…). La concepción general en
que se apoya la educación mexicana sólo responde, en parte, a los
apremios de nuestro tiempo y no ha logrado aplicarla cabalmente (…).
Se requiere seleccionar los conocimientos necesarios y proporcionarlos
al educando coordinadamente, adoptar métodos pedagógicos modernos
(…), eliminar obsoletos programas demasiado minuciosos y sustituirlos
por otros de menos cantidad, de más calidad (…). Debemos enseñar a
pensar, a entender, a actuar, a tolerar, y lo que es muy importante,
enseñar a aprender.

Excelente manera de darle la vuelta a un descontento social cuyo verdadero


fondo se encontraba en la ineficacia del Estado para atender las
necesidades de una población creciente que se había acostumbrado al
paternalismo pero pedía a gritos libertad no sólo de cátedra, sino de
pensamiento, de conciencia y de elección del futuro, hasta libertad de

149
equivocarse y enmendarse; pero a fin de cuentas todo es ilusorio. Este
deseo de las clases bajas y medias de la época por ―rebelarse‖ ante hechos
que consideraban autoritarios; provenía de la misma educación que había
venido recibiendo por varios años: la ilusión de la igualdad promovida por la
ideología nacionalista de los gobiernos mexicanos.
No sobra recordar que hacia esas fechas Edgar Fauré, que en 1972
encabezaría la comisión de UNESCO que elaboró el influyente informe
titulado ―Aprender a Ser‖, desempeñaba el cargo de ministro de educación
en Francia y que, desde esa posición, había encauzado la ―respuesta
pedagógica‖ al conflicto universitario en esas latitudes. Por ello, en las
palabras del informe de Gustavo Díaz Ordaz se distingue el eco de la
respuesta dada por el gobierno de Charles de Gaulle a los rebeldes de
Nanterre y París.
Por su parte, cuando Luis Echeverría sume la presidencia de la
República, en diciembre de 1970, asume con prontitud la respuesta
educativa del conflicto. En su discurso de toma de posesión hace el anuncio
de una reforma educativa a iniciarse:

―Una auténtica reforma educativa exige revisar, profunda y


permanentemente, los objetivos, los conceptos y las técnicas que guían
la docencia (…) La reforma que iniciaremos (…) surgirá de cada aula y
estará fundada en la veracidad y en el diálogo (…) Ningún pueblo
puede desenvolverse en plenitud, atenido exclusivamente a los
conocimientos ajenos, ni decidir su futuro por sí mismo mientras
factores externos sean capaces de frenar o distorsionar, en cualquier
momento, su proceso de desarrollo. Cobra así nueva vigencia un
antiguo principio, según el cual, se es libre por el saber.‖

La reforma educativa en el sexenio de Luis Echeverría, coordinada por el


secretario de educación Víctor Bravo Ahuja, planteó un extenso conjunto de
cambios en prácticamente todas las áreas del sistema: expansión de la
capacidad instalada de educación básica y secundaria, un notable
crecimiento de la matrícula en los niveles de educación media y superior,

150
atención educativa a la población de adultos, actualización de métodos de
enseñanza, reestructuración curricular y reorientación de contenidos
educativos, y reorganización administrativa y descentralización institucional.
Un punto culminante del proceso ocurrió mediante la expedición de la Ley
Federal de Educación (LFE) de 1973, en reemplazo de la anterior Ley
Orgánica de la Educación Pública de 1941.
En su política educativa es interesante marcar como un gran logro el
cómo se manejó los trabajos sobre la reforma educativa en todos los niveles
educativos; ya que todo esto implicó reformular nuevamente los planes y
programas de estudio, pero si bien es conocido que esto representaba el
sentir de la sociedad mexicana. Se decía que todos nuestros problemas
desembocaban o se relacionan con el de la educación; no es posible ningún
avance económico y ninguna mejoría social sin que se logre una educación
popular de llevar al pueblo los beneficios de la cultura.
En lo que respecta al fundamento ideológico filosófico siempre se
concibió la idea de ver la educación como compensación, también como
justicia y movilidad social. En este período sexenal se trabajó sobre
promover la democracia y la transformación social. Además sus enfoques
eran de doble vía; por un lado la educación como proceso personal y por
otro como social al 100%. Analiza ambos procesos el primero como un ser
cambiante y crítico y la segunda postura llevándolo a integrarse en la misma
sociedad con fines productivos.
Todos estos conceptos cabe aclarar que son válidos e inmersos en la
Ley Federal de Educación. En lo referente a como organizaron el aspecto
curricular se consideraron propuestas basadas en el desarrollo físico,
intelectual, emocional y socialización de los educandos. Además los
programas dejaron de ser enciclopedistas cambiándolo por uno más
moderno y acorde a las necesidades sociales.
El programa se dividió en siete áreas. Cada área incluye un objetivo
general, subdividiéndose en unidades de aprendizaje, también organizados

151
en objetivos particulares y secuenciados con sus actividades. En esta
reforma sé priorizo la participación de la familia, escuela, comunidad como
conjunto para la activación de una sociedad crítica. Existía un libro d e
español, matemáticas, ciencias naturales y sociales. Es aquí en donde se
suprimen los cuadernos de trabajo y libros complementarios, por lo que los
maestros se vieron en la necesidad de buscar libros de apoyo como lo son
las guías didácticas, etc. Entonces se puede concluir que: Si el objetivo de
dichos movimientos es enaltecer el nombre de México en la búsqueda de la
formación de un nuevo ciudadano hay que darle su valor a la sociedad como
conjunto y siempre considerando la difícil tarea del maestro que día con día
se supera para cumplir exitosamente dicha misión.
Durante el gobierno de Luis Echeverría era necesario recuperar la
confianza de los mexicanos en sus instituciones y también echa mano del
tan manoseado nacionalismo sólo que ahora insertado en el nivel
internacional, ya no es más México y los mexicanos como si estuviéramos
fuera del mundo; sino el país en el contexto mundial. Para ello, ya no se
recurre a la unidad nacional como eje del progreso; sino al pensamiento
científico y a la conciencia histórica, que se logra desentrañando el glorioso
y maravilloso pasado indígena.
Este sexenio dio una exaltación a todo lo concerniente al pasado
prehispánico de nuestro país; pero este discurso no encontró eco en el
contenido de los libros de texto; o mejor dicho sí lo tuvo pero no de la forma
adecuada. Es curioso que un gobierno que busca inculcar al pueblo el
pensamiento racional, científico, consciente de la relatividad del
conocimiento; elabore –porque los libros gratuitos de este sexenio fueron
realizados por conjuntos de especialistas para tal fin–, apruebe y distribuya
libros de texto gratuitos de historia en los que se vertían datos históricos de
manera poco pedagógica, muy general y vaga, sin buscar en el alumno una
reflexión, un deseo de investigación ―científica‖.

152
Esa postura se mantendría en los libros de texto a lo largo de un poco
más de tres décadas, aunque con ligeras correcciones y sobre todo, con
variaciones en las portadas. 123 En esas tres décadas el gobierno mexicano
mantuvo una postura parecida a la del sexenio de Echeverría, pues la
―administración de la abundancia‖ que se anunciaba a principios del gobierno
de López Portillo, pronto se convirtió en un endeudamiento externo e interno
que crecía como bola de nieve. Las instituciones no sólo formaban parte del
Estado, sino que lo apuntalaban y lo mantenían en su sitio; incluso aquellas
organizaciones creadas como defensa de los derechos del pueblo, como la
CROC, la CTM, el SNTE, por mencionar algunos, servían de soporte para
las ideologías dominantes, permitiendo que la estructura gubernamental se
mantuviera erguida a pesar de los problemas.
En la educación sucedía algo parecido, lejos estaban los tiempos en
que se consideró que la desigualdad social podía superarse abriendo
escuelas y repartiendo libros gratuitos, la evidencia mostraba que la
educación hacía más profunda la brecha entre clases; sin embargo, se
mantenía el mismo principio de ―oportunidades para todos‖ 124 que se
manejaba sexenios antes. En este sentido, los libros de historia mostraban

123 Las portadas de los libros de texto a lo largo de su historia cobran especial relevancia
dentro de un análisis nacionalista; pues –sin importar la materia, área o asignatura del
libro-, en muchas ocasiones reflejaron un deseo por exaltar lo nacional ya fue ra histórico
o cultural; así, por ejemplo son muy claros los libros de la Patria que mostraban una
alegoría del tema con una mujer morena de rasgos indígenas luchando por el progreso;
pero también los libros en los que se utilizaron murales de Siqueiros o de Diego Rivera; o
aquellos en los que se destacaban las imágenes de grandes figuras heroicas como Benito
Juárez, Miguel Hidalgo, José María Morelos y demás; eso por la parte histórica; en lo
cultural en ocasiones se eligieron trabajos de reconocidos pinto res mexicanos y en otras
se diseñaron portadas que traían a la mente la artesanía o los juguetes tradicionales del
país. Así, en todo momento se ponía una faceta de México en relieve como una manera de
complementar la visión educativa del Estado sin que, necesariamente, se dijera de una
forma directa; el discurso, después de todo, no sólo está compuesto de palabras, sino de
imágenes, de actos, de cotidianeidad.
124 Que ha sido un discurso político constante sin importar la ideología dominante o el
modelo económico que se siga; desde un proteccionismo feroz hasta un neoliberalismo a
ultranza, en México se ha defendido en diversas formas la igualdad de oportunidades,
falacia que cada vez resulta más ilusoria, pero que sigue funcionando como promesa de
campaña y como escape de la realidad del país.

153
un pasado glorioso, unas luchas justificadas por el sentido de libertad y una
nación pujante que, aunque enfrentaba problemas, podía esperar un mañana
mejor.
En la década de los ochenta seguían distribuyéndose los libros que se
habían diseñado en el sexenio de Luis Echeverría y servían de base para la
enseñanza. Aprender historia como perteneciente al área de ciencias
sociales tenía la ventaja de la ubicación de esa disciplina en un contexto
adecuado, pero al mismo tiempo desvirtuado; era una visión común a
cualquier estudiante de primaria: las ciencias sociales eran inexactas y no
tenían aplicaciones en la vida real; lo importante eran el español y las
matemáticas, las ciencias naturales eran más convenientes porque se valían
del método científico y tenían aplicaciones en la vida diaria.
Esa es la panorámica fragmentaria de la educación primaria de esos
tiempos; a esto hay que añadirle que la enseñanza de la historia como
ciencia social se reducía a la lectura del libro de texto para, después,
responder largos cuestionarios sobre fechas, nombres, lugares, eventos;
todo esto de memoria. Al mismo tiempo se revisaba la geografía de México,
pero sin relacionarla con la historia; sin hacer consciente al estudiante de la
importancia de ubicar un hecho histórico en tiempo y en lugar. Lo mismo
sucedía con el civismo que se reducía a honrar a la Bandera todos los lunes
y en actos oficiales y a celebrar las fechas importantes con un acto cívico, un
desfile o un día de asueto.
Eso sí, se nos enseñaba a amar todo lo prehispánico como la fuente
de todo lo bueno que teníamos; cierto es que no necesariamente se veía al
español como origen de todos nuestros males, pero se tenía una idea de que
la Conquista, aunque nos convirtió en el fuerte pueblo que somos a tra vés
del mestizaje; también destruyó mucho de nuestro glorioso pasado indígena
que debíamos recuperar y enarbolar con orgullo.
Este en realidad era un doble discurso; porque si bien se reconocían y
engrandecías las piezas arqueológicas, los sitios prehispánicos, la artesanía

154
indígena; también se establecía en el grueso de la población una idea
denigrante de lo indígena, se le atribuían rasgos negativos al ―indio‖ pues
era desconfiado, ladino, borracho, flojo. ¿De dónde surgía esa idea popular?
Si bien ningún libro gratuito de ciencias sociales le daba esas
connotaciones al indígena, sus descripciones de ciertos eventos y hechos
tenían un cierto sesgo discriminatorio. Como la distinción de grupos
atendiendo a sus rasgos raciales como el color de la piel, el cabello o la
estatura; si bien es cierto que es una manera de describir grupos étnicos, no
parece lo más correcto imbuir en el niño esta forma de ―distinguirse‖ de los
otros; sobre todo cuando el de ―piel morena‖ por lo general sucumbe ante el
de ―piel blanca‖.
Las clasificaciones étnicas fueron válidas en épocas pasadas, e
incluso consideradas normales, en cuanto a que explicaban elementos de
pertenencia étnica; esto sucedía entre los estudios; pero trasvasar esta
visión a un libro de texto sin la explicación adecuada de las concepciones de
etnia, raza, antropometría y demás elementos incluidos en esta visión
―normal‖ de la clasificación étnica; crea en los niños un parámetro de
comparación basado en algo tan relativo como el color de la piel; en lugar de
utilizar otras directrices. 125
La comparación es un fenómeno que no puede evitarse en el ser
humano, a través de ella comprende el mundo que le rodea, se asimila con
un grupo y se aleja de otros; ya que no se puede eliminar, lo que se debería

125 Comprendamos que si bien en toda la sociedad eran válidas estas clasificaciones, no
podemos negar que en la práctica cotidiana esta forma de clasificar, de discriminar, de
discernir, era la creadora de un clima hostil entre las diferentes etnias, por elementos
como su color de piel, su lenguaje, sus creencias. Pasemos esto a un contexto infantil, en
el que –de acuerdo a Piaget- los niños aún no son capaces de realizar abstracciones
complejas para la explicación del mundo y la realidad que los rodea; sino que sus
explicaciones son concretas y específicas; es decir, ellos toman las cosas de forma literal,
en ese sentido, si los “blancos” siempre “ganan” para ellos los “blancos” son justamente
eso: ganadores. Es en ese sentido que se plantea el problema; que los libros de texto, al
no ampliar los conceptos, impiden que los niños accedan a una visión compleja de la
realidad y que se queden con sentidos literales de las descripciones de los libros. Ese es
el peligro.

155
hacer en los libros de texto es encauzarla hacia el lado verdaderamente
científico del asunto. No se trata de llenar los libros de texto de e ufemismos
absurdos; sino de encontrar opciones de distinción que lleven hacia el
reconocimiento de la diversidad.
El discurso de Luis Echeverría y quienes le siguieron apostaba por la
diversidad, por la creación de un ciudadano consciente, por el aprendizaje
científico, veía al alumno como un ser abstracto que debería ―aprender a
ser‖; pero lo concreto de los contenidos de los libros de texto se alejaban de
descripciones científicas y se acercaban a la descripción prejuiciada de la
historia de México.
Curiosamente la idea de Díaz Ordaz prosperaba, al darle un giro a la
educación y proponer que el problema suscitado en el sesenta y ocho
provenía de una educación deficiente, logró que el pueblo se asentara.
Echeverría Álvarez puso en marcha un plan de educación ambicioso, pero
que creaba individuos alienados al Estado más allá de un nacionalismo
acendrado que muchas veces desemboca en revoluciones; y ponía de
relieve una característica que a decir de Ernest Geller es común en muchos
nacionalismos: el hecho de que no pasa nada. Nos dice Geller:

Por cada nacionalismo efectivo hay n potenciales, grupos definidos, ya


por una cultura común heredada del mundo agrario, ya por algún otro
vínculo […], que podrían auspiciar el establecimiento de una comunidad
industrial homogénea, pero que no se molestan en luchar, que no
activan su nacionalismo potencial, ni siquiera lo intentan. 126

A Echeverría le funcionó esta fórmula y pasaron de un pueblo que aspiraba a


un pueblo pasivo que aceptaban. Vemos aquí que si bien, los ciu dadanos
que se formaron en el sexenio de López Mateos no contenían un verdadero
nacionalismo, sí aspiraban a una igualdad real de oportunidades, pues se
habían comprado la ilusión de la igualdad y deseaban que se les cumpliera

126 Geller, Ernest; Op. cit. , p. 66

156
la ―promesa de una ciudadanía cultural plena, acceso a la enseñanza
elemental, a un empleo y demás‖. 127 Esa promesa había sido incumplida y
terminó por desembocar en el movimiento estudiantil del sesenta y ocho, que
para ser justos era también un movimiento obrero, campesino, es decir,
social; pero que tuvo como eje y chivo expiatorio a los estudiantes. Cuando
se da el viraje en la educación, se logra desarraigar esa lucha social por el
cambio transcendente, y se sustituye por un deseo de superación individual
que no afecta a lo colectivo, que no lo mueve, que hace que todo siga igual.
Si bien hubo reforma educativa no hubo reforma social, no hubo
cambios reales en el devenir de México y el país fue hundiéndose poco a
poco en una crisis financiera que golpeó todos sus estratos y transformó
estructuras gubernamentales; del centralismo comenzó a pasarse a la
descentralización y de las finanzas públicas a las privadas. El aparato estatal
se mostraba insuficiente para cubrir las carencias de sus ciudadanos; hacía
falta un nuevo viraje para que México se forjara, otra vez, esperanzas de
convertirse en un país mejor.
Así, continuando y reforzando el cambio de rumbo comenzado por
Miguel de la Madrid, las tendencias modernizadoras llegaron a un punto
culminante en la presidencia de Carlos Salinas (1988-1994). El término
modernización se volvió central en el discurso y en las políticas, con dos
vertientes: por una parte, el distanciamiento respecto a las posturas
postrevolucionarias, especialmente en la versión predominante en los
sexenios de Echeverría y López Portillo, considerados populistas e
ineficientes; por otra, el deseo de incorporar a México al grupo de países
altamente desarrollados.
Ambas vertientes coincidían en orientar la política en dirección de la
reducción del peso del Estado en la economía, incrementando en cambio el
papel del mercado, coincidiendo con las tendencias de Reagan y Thatcher

127 Ibídem , p. 67

157
dominantes en la época. En el marco de las nuevas ideas sobre la sociedad
del conocimiento y de la importancia de basar la competitividad n o en el bajo
precio de las materias primas y de la mano de obra, sino en una mayor
productividad gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, la
modernización del país incluía, como componente fundamental, la del
sistema educativo.
Las políticas del Programa de Modernización de la Educación 1989-
1994 aplicaban las ideas generales sobre modernización al terreno educativo
en nueve capítulos relativos a: la educación básica, la formación de
docentes, la educación de adultos, la capacitación para el tra bajo, la
educación media superior; la educación superior, el postgrado y la
investigación; los sistemas abiertos, la evaluación, y los inmuebles
educativos.
En el sexenio de Salinas se dieron avances reales: la obligatoriedad
de la enseñanza secundaria, nuevos planes de estudio y nuevos libros de
texto, así como la nueva Ley General de Educación y las reformas del Art. 3·
de la Constitución. De especial trascendencia potencial fueron los avances
en la descentralización educativa: en mayo de 1992, con Ernesto Zedillo al
frente de la SEP, se logró el consenso necesario para que los 31
gobernadores de los estados de la República y el poderoso Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) firmaran con el gobierno
federal el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y
Normal (ANMEB), con cuya base el gobierno federal transfirió a los estados
el manejo y control de sus respectivos sistemas educativos en los niveles de
educación básica y normal. Pese a estos avances, es cierto que las políticas
educativas del sexenio salinista no resolvieron los viejos problemas
educativos, como los de calidad y equidad; los defectos estructurales del
sistema, en especial la imbricación del sindicato y las autoridades en la toma
de decisiones, siguieron intactos.

158
El discurso ahora se enfocaba en la ―modernización‖ ¿entendida cómo? Es
muy importante señalar el sentido de esta palabra, pues en nombre de ella
se cambiaron los contenidos de los libros de texto, iniciando por el de
historia, que en 1992 desató tantas polémicas que inmediatamente fue
retirado y se llamó a concurso para crear los nuevos libros de texto gratuito
para 1993. Sin embargo, en ningún lado se encuentra una orientación exacta
de lo que significaba la ―modernización educativa‖, pues se le consideraba
como ―como un proyecto sensible a las demandas sociales, atento a los
problemas nacionales y acoplado a los propósitos del desarrollo del país‖. 128
Esto no tiene un sentido único, es una definición ambigua, polisémica, que
puede enmarcarse en toda clase de situaciones y que no lleva a una práctica
concreta y sustantiva de la educación. Si nos centramos en los contenidos
del libro de historia de 1992 que tantas polémicas provocó en la sociedad,
entonces podríamos decir que no cumple con los requisitos de la
modernización educativa porque no es ―sensible a las demandas sociales‖,
pero cómo sabían los autores cuáles serían estas demandas antes de
publicar el libro.
Es curioso que este libro de historia en particular causara tanta
controversia como se revisó en el artículo anterior, pues fue elaborado desde
el Estado, ya que se le pidió a un grupo de especialistas en la materia que lo
diseñara y redactara sus contenidos. Ese libro debió pasar por la revisión de
la Comisión revisora antes de ser editado, razón por la que resulta poco
plausible –aunque no es descartable–, el hecho de que hubiera sido retirado
porque incomodaba a ciertos sectores del gobierno, como el ejército por
ejemplo, pues tocaba temas que nunca antes se habían revisado en un libro
de texto de historia. Por otra parte, creer que fue eliminado porque un grupo

128Bello Domínguez, Juan; Modernización educativa para los pueblos indios: crónica de una
muerte anunciada, en Memorias del IX Congreso Nacional de Investigación Educativa,
COMIE, México, 2007 [disponible en
http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v9/ponencias/at09/PRE1178157566.pdf]

159
de la sociedad, los intelectuales, se quejaban de la eliminación de ciertos
personajes históricos –más bien míticos– tampoco se sostiene, pues aunque
este grupo es influyente ¿cuántas opiniones personales se necesitan para
determinar cuando algo se convierte en una ―demanda social‖? No se hizo
ningún movimiento masivo en pro de la transformación del libro de texto de
historia de 1992; para más en tiempos de López Mateos fueron va rios los
grupos sociales que se manifestaron en contra de los libros de texto
gratuitos y no se les hizo caso. Quizá porque los libros de texto se apegaban
al nacionalismo del Estado. ¿Pero qué no ya se había superado la etapa
nacionalista? No en realidad; más bien se había ido adecuando el
nacionalismo a las circunstancias del país. Nos dice Carlton Hayes que:

El sistema escolar del Estado nacional se realiza en forma tal, que no


cometa error alguno en la teología oficial ni menosprecie la mitología
popular. Si un maestro torpe o un libro de texto poco escrupuloso, dan a
algún episodio de la historia nacional una explicación que no esté en
armonía con la fe nacionalista, corren el riesgo de ser denunciados por
alguna sociedad ultrapatriótica o por algún particular y pueden verse
sujetos: el maestro, a la destitución, y el texto ofensivo, a la
proscripción… 129

Justamente, el libro de historia de 1992 cometía ambos ―sacrilegios‖, pues


mencionaba eventos que al Estado no le convenía recordar, al tiempo que
eliminaba figuras que la mitología popular ensalzaba como héroes. Luego, es
lógica su abrupta eliminación de las aulas escolares.
Algo parecido sucedió con los libros de historia de 1993 ganadores de
los concursos promovidos para el cambio en los libros de texto y que jamás
vieron la luz. Sus contenidos, aunque pedagógicamente adecuados e
históricamente correctos, adolecían de los mismos ―sacrilegios‖ y el gobierno
no deseaba arriesgarse a una nueva polémica en un momento que requería,
de nueva cuenta, de la unidad de los mexicanos para salir adelante. Esta

129 Hayes, Carlont; Op. cit. , p. 225

160
―unidad nacional‖ recibió un nuevo nombre: solidaridad. La descentralización
permitía que las fuerzas del mercado interactuaran más libremente sin la
intromisión de un Estado paternalista; pero al mismo tiempo, las prácticas de
asistencia social seguían cargando al gobierno con la pesada losa de las
responsabilidades de un pueblo que no estaba ni está acostumbrado a
solucionar los problemas por sí mismo.
En este sentido, el programa solidaridad fue un intento de hacer que
cada mexicano tomara sobre sus hombros la responsabilidad de cambiar su
entorno, aunque siempre respaldado por el gobierno, durante el sexenio
salinista pareció funcionar, hasta parecía que un cambio de mentalidad se
afianzaba entre la población; pero resulta difícil cambiar de ideas cuando las
estructuras se mantienen firmemente arraigadas en el imaginario popular; y
la educación es una de las estructuras más impactantes en la sociedad; ésta
no había cambiado, a pesar de la reforma que significó el ANMEB, y de la
descentralización del aparato educativo, no hubo transformaciones de fondo.
Los contenidos de los libros de texto gratuito seguían padeciendo del
mismo problema que sus antecesores: estaban determinados y aprobados
por el Estado, y no encaminaban sus propuestas al aprendizaje crítico, sino
al enciclopédico; quizá en los libros de texto de historia de 1993 se pueda
destacar la inclusión de aspectos pedagógicos interesantes, como la
inclusión de líneas de tiempo, pero no pasa de ser un mero hecho
anecdótico que no implica transformaciones de fondo.
Señalar las limitaciones de las políticas del sexenio 89-94 no implica
compartir las críticas que las descalifican de manera absoluta como
neoliberales; contra la idea de que se pretendía privatizar la educación, el
sexenio salinista aprovechó la espectacular recuperación económica de la
primera mitad de los 90 para incrementar en forma notable la cantidad de
recursos públicos destinados a la educación, sobre todo mediante una
importante recuperación de los salarios del magisterio. El gasto público en
educación llegó, en 1994, a 5.7% del PIB, frente al 3.56% de 1989.

161
En el mismo sentido, conviene recordar también que al día siguiente
de la firma del Acuerdo para la Modernización, en mayo de 1992, Carlos
Salinas anunció el inicio de un importante programa compensatorio, que fue
seguido después por otros similares: el Programa de Apoyo al Rezago
Escolar. El PARE fue financiado con recursos del Banco Mundial y estuvo
dirigido a los cuatro estados más pobres del país, en una clara señal de que
la descentralización no implicaba abandonar a su suerte a las entidades más
pobres, y de que la modernización, criticada frecuentemente con la etiqueta
de neoliberal, no era en realidad incompatible con una preocupación por la
equidad, valor que en la Ley General de Educación de 1993 ocupó un lugar
destacado, sin precedentes en la legislación educativa nacional.
Con la llegada a la presidencia de México de Ernesto Zedillo,
anteriormente titular de la SEP, hizo que las políticas de su gobierno (1994-
2000) tuvieran un alto grado de continuidad respecto a las de Carlos Salinas;
por ello, en este análisis se considera que el antecedente inmediato de las
políticas del gobierno de Vicente Fox es el de modernización, que
caracterizó a la política educativa mexicana desde 1989 hasta 2000.
Resumiendo, y de manera similar al sexenio anterior, la política
educativa de los años 1995 a 2000 tampoco fue simplemente neoliberal.
Aunque el calificativo pueda aplicarse con propiedad a algunas políticas
económicas del sexenio, su influencia sobre la educación se vio atemperada
por el peso de la vocación social que en México se atribuye a la escuela
desde la Revolución.
Por otra parte, la descentralización educativa promovida durante la
década pasada, denominada federalización, fue sin duda un avance desde la
óptica del fuerte centralismo prevaleciente a lo largo del siglo XX, pero en la
perspectiva de lo deseable es claramente insuficiente, pues el margen de
acción de los estados permanece muy reducido, y el peso del ministerio
federal, la Secretaría de Educación Pública, sigue siendo de hecho, y aún en
la legislación, el principal.

162
Para el sexenio de Vicente Fox, denominado del cambio, se esperaban
grandes reformas en todos los rubros de la sociedad; pero éstas se
quedaron en el camino. En cuanto a educación, se sustituyó la idea de
modernización educativa por la de calidad educativa. Nuevamente un
término de definiciones ambiguas que no termina de aterrizarse por ninguna
parte.
Los libros de texto de historia siguieron prácticamente igual que en el
sexenio anterior, aunque las directrices para la educación básica cambiaron.
Sin embargo, en el 2005 se hace una propuesta por parte de la SEP para el
libro de historia: eliminar el pasado prehispánico. Lo que desató una ola de
protestas encaminadas de nuevo a los contenidos y que ya se vieron en el
capítulo dos. Entre estas protestas, destaca el hecho de que se enfocan en
la defensa de ―nuestro pasado‖, ―nuestras raíces‖, lo cual sin duda procede
de una visión nacionalista que pondera el glorioso pasado indígena,
reminiscencia de la educación en tiempos de Echeverría, pues la situación
política y económica del país después del sexenio de Salinas de Gortari tuvo
el efecto de ―pastilla de amnesia‖ en lo tocante a los efectos positivos que
podrían tenerse y de los cuales debía haberse aprovechado una visión
histórica un tanto –aunque no del todo- más comprometida con el ejercicio
crítico que con el enciclopédico.
Estas reacciones que atacan una propuesta para un libro de texto
vuelven a evadir el problema central que no ha querido ser discutido desde
tiempos de López Mateos ¿qué tanta injerencia debe tener el gobierno en la
educación?, o mejor dicho, en los contenidos educativos. Ese deb ate se ha
dejado de lado a lo largo de todos estos sexenios, dando por sentado que
debe existir un libro de texto gratuito y obligatorio, y que este –por algún
extraño fenómeno camaleónico– debe satisfacer los puntos de vista de todos
los sectores sociales, además de hacerlo pedagógicamente y, por si fuera
poco, lograr que por fin los alumnos pasen de ―memorizar la historia‖ a
comprender el complicado entramado que da pie a la historia misma.

163
Los libros del sexenio Fox no desataron mucha polémica porque no se
hizo el cambio, los libros gratuitos de historia del sexenio de Calderón
molestaron más porque se presentaron ya con los cortes históricos que se
creyeron convenientes, eliminando ahora la Conquista y la Colonia,
momentos significativos y necesarios en la comprensión de nuestro pasado
histórico.
¿Hacia dónde se orienta esta nueva concepción de la enseñanza de la
historia? ¿Qué visión nacionalista es ésta? No resulta sencillo contestarlo
toda vez que los acontecimientos se siguen sucediendo y un análisis de este
momento adolecería del sesgo de quien toma una postura, lo cual no es
erróneo en sí mismo, pero sí interviene en el proceso y los resultados del
análisis. De cualquier manera, me parece conveniente la observación de que
este nuevo nacionalismo, aunque más de derecha, no deja de tener los
mismos defectos que el nacionalismo revolucionario de los sexenios priístas:
no nace como resultado de una homogeneización.

164
4.3 La relación entre los contenidos del libro de historia y los
planes nacionales de educación

La educación se ha considerado un bien público donde el gobierno juega un


papel central, producir este servicio involucra a lo largo del tiempo un
múltiple proceso burocrático y social, que puede entenderse mejor dirigiendo
el estudio a los años, cuando se construyeron las bases para el desarrollo
social del país y donde la educación fue vista como elemento de integración
nacional, necesario para la unificación del país y todos los objetivos se
supeditaron a su expansión, articulando intereses de los grupos docentes,
administrativos y técnicos en una estructura burocrática compleja.
Es desde el Plan Nacional para la Expansión y Mejoramiento de la
Enseñanza Primaria conocido como Plan de Once Años, cuando la
educación reviste un carácter especial; se introduce el libro de texto gratuito
y se impulsa una intensa campaña de alfabetismo. Inicia la etapa de
expansión de la educación más importante del México posrevolucionario, se
contemplaba un período de once años (1959-1970) plazo en el que se debía
lograr la meta de primaria para todos, objetivo no alcanzado. A partir de este
programa, según críticos, se crea una educación laxa, uniforme, que excluía
las particularidades que en lo concreto vivían los niños de las distintas
regiones del país. Como intento por ampliar la capacidad de atención a la
educación secundaria y ante la falta de personal docente especializado, se
crea en 1968 el Sistema de Telesecundaria. Así, la política educativa se ha
caracterizado por tener en los aspectos cuantitativos de la educación –en
particular de la primaria– como su principal objetivo; más que un proyecto
definido, el gobierno ha limitado su actuación a la tarea de empatar la oferta
educativa con el dinámico crecimiento de la población.
Esta reforma educativa fue una de las de mayor impacto social en este
siglo, por la gran diversidad y amplitud de las áreas que abarcó: como se

165
menciona en el apartado anterior, además de toda una serie de propuestas
metodológicas que propiciaron un cambio notable en las prácticas
educativas del sistema escolar en México.
Me parece particularmente interesante revisar la fundamentación
teórica y las propuesta metodológicas de los planes de estudio, programas y
libros de texto del Plan de Once Años que, como parte de su gran campaña
de reforma de la escuela primaria, pretendía implementar un sistema de
enseñanza por áreas:

I. La protección de la salud y mejoramiento del vigor físico.


II. Investigación del medio físico y aprovechamiento de los recursos
naturales.
III. La comprensión y el mejoramiento de la vida social.
IV. Actividades creadoras.
V. Actividades prácticas.
VI. Adquisición de los elementos de la cultura.

Las teorías pedagógicas básicamente van a provenir de la tradición


educativa mexicana que busca asimilar, unas a tiempo y otra s a destiempo,
las aportaciones europeas de Montessori, Decroly, Freinet, etc. y las ideas
norteamericanas todavía con mucha influencia de John Dewey.
Empiezan a escucharse las explicaciones de Jean Piaget sobre el
desarrollo del niño, pero también el Conductismo y la Psicotécnica
Pedagógica tienen influencia, sobre todo esta última en su afán de medir la
inteligencia, el desarrollo, la personalidad, los aprendizajes y las relaciones
educativas. Le lectura de estos planteamientos puede sernos de gran ayuda
para entender el estado actual de la teoría educativa que subyace en
nuestras prácticas cotidianas.
Así como se evocan prestigiados educadores como Carlos A. Carrillo,
Rosaura Zapata, Rafael Ramírez y Moisés Sáenz, van apareciendo otros

166
como autores de artículos pedagógicos, y se repiten nombres de educadores
que también aparecen en esa época y después como funcionarios, autores
de libros o profesores destacados de las escuelas normales y los sistemas
formadores de docentes, entre ellos se puede mencionar a Arquímedes
Caballero, Jesús Aguilera Palomino, Andrés Tenorio Barroso, Ramón García
Ruiz, Tomas Villarreal Canseco, Concepción Martín de Campo, Julio
Minjares y Adrián Zamora.
De manera prioritaria se observan las recomendaciones hacia la
Lengua Nacional y las Matemáticas como parte del área de "Adquisición de
los Elementos de la Cultura", pero sin descuidar los consejos para la
enseñanza de otras áreas. Eso sí, siempre con un enfoque globalizador,
sobre todo a través de las "Unidades de trabajo".
Desde luego un sistema de evaluación del aprendizaje, acorde con la
moda de la Psicotécnica Pedagógica, las otrora famosas y confiables
"pruebas objetivas" (que siguen con vida), con toda clase de reactivos y los
consecuentes procedimientos estadísticos para asignar la calificación.
Es de destacarse el fomento al autodidactismo, que responsabilizaba a
los estudiantes-profesores de su proceso de formación y las formas de
trabajo colegiado que luego trascendieron en las prácticas docentes de las
escuelas de nivel básico.
Entre 1970-76 se crea una Comisión Coordinadora de la Reforma
Educativa, que emite una nueva Ley Federal de Educación (1973) que
sustituye a la Ley Orgánica de la Educación Pública (1941); se buscaba una
modernización en la enseñanza, apertura de la educación a todos los grupos
sociales y ante los nuevos requerimientos sociales promover la flexibilidad
de la educación; se introdujeron igualmente nuevos contenidos en libros de
texto, en Ciencias Sociales, dada la época, los contenidos toman una
orientación tercermundista. A partir de 1970 los subsidios a la mayoría de las
universidades crecieron y en muchas de ellas surgieron nuevas carreras,
más acordes con la nueva estructura de profesiones técnicas e industriales.

167
Se impulsaron esfuerzos por cubrir el rezago de la educación en los
adultos. En 1975 aparece la Ley Nacional de Educación y para propósitos de
su cumplimiento en 1976 inicia funciones el Sistema Nacional de Educación
para Adultos (SNEA) que es el antecedente que finalmente crea al Instituto
Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) –creado por decreto del 21
de agosto de 1981–. La educación para los adultos se define como una
educación extraescolar, sustentada en el autodidactismo.
La administración 1976-82 promueve la creación de albergues
escolares, educación para adultos, cursos comunitarios para las
comunidades apartadas, pero también se tiene como objetivo vincular la
educación con las necesidades de la producción, como parte de este
objetivo se crea en 1979 el Colegio Nacional para la Educación Profesional y
Técnica (CONALEP); para intentar hacer más eficiente la labor educativa en
1978 se creó la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y para este mismo
objetivo en 1979 el Consejo Nacional Consultivo de Educación Normal.
El Programa Nacional de Educación, Cultura, Recreación y Deporte,
es el plan de la administración 1982-88, tiene como primer objetivo elevar la
calidad de la educación en todos los niveles a partir de la formación integral
de docentes; el segundo objetivo es racionalizar los recursos destinados a la
educación y ampliar el acceso al sistema; un tercer objetivo era vincular la
educación, la investigación científica, la tecnología y el desarrollo
experimental con los requerimientos del país; el cuarto objetivo del progra ma
se dirigía a descentralizar la educación básica y normal y a desconcentrar la
educación superior, la investigación y la cultura.
Durante el sexenio de Salinas de Gortari se crearon los programas
Escuela digna y Niños en solidaridad que fueron financiados por el Banco
Mundial, que a su vez destinó recursos a proyectos como el Programa para
Abatir el Rezago Educativo (PARE) y el Programa para Abatir el Rezago
Educativo en Educación Básica (PAREB). Para el maestro fue creada la
Carrera Magisterial que se presenta como el medio adecuado para elevar la

168
calidad del docente y su nivel de ingreso. En el ciclo escolar 1996 -97 por
primera vez se distribuyen libros de textos gratuitos para el primer año de
secundaria en las zonas rurales pobres. El 18 de mayo de 1992 se firmó el
Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB),
en este documento se acuerda la transferencia de la educación preescolar,
primaria, secundaria y normal del control federal a los estados.
Transferencia que busca sobre todo los objetivos: hacer más eficiente el
aparato administrativo de la SEP. Pero para muchos, esto lleva implícita una
medida radical: disminuir el poder sindical. El 13 de julio de 1993 se
presentó una nueva Ley General de Educación.
El Programa para la Modernización Educativa 1989-2000 plantea que
lo prioritario es lograr un sistema educativo de mayor calidad, esto se
requiere por la interacción de los mercados mundiales, el dinamismo del
conocimiento y la productividad. Se plantean otros retos, como la
descentralización para ganar eficiencia, satisfacer la demanda educativa
(que consiste en atacar el analfabetismo y el analfabetismo funcional y
satisfacer la demanda de educación básica, media y superior). Se prevé la
necesidad de apoyar sistemas no formales de capacitación para el trabajo y
mejorar la calidad de la educación superior.
A partir de la revisión del programa de 1993, el programa de Historia
para educación primaria 2009 busca:
Reforzar el enfoque formativo y la concepción de una historia en
permanente construcción, con diferentes ámbitos de análisis y sujetos
históricos.
Organizar el currículo con base en los propósitos de historia en la
educación básica y el desarrollo de tres competencias en la
enseñanza de la historia.
Graduar los contenidos con el fin de darles un tratamiento didáctico
más profundo.

169
Proporcionar a los maestros herramientas para guiar su práctica
docente con la incorporación de: aprendizajes esperados, suge rencias
didácticas y recursos.

Para la actualización de los contenidos fue necesario incorporar los avances


relacionados con la Historia en sus diferentes ámbitos e introducir el estudio
y análisis de las problemáticas actuales. La graduación de nociones
históricas considera integrar el aprendizaje de las nociones de tiempo
histórico a experiencias concretas y cercanas al alumno, así como graduar el
aprendizaje de conceptos e instrumentos de medición del tiempo.
La adecuación de los contenidos de la asignatura de Historia
considera la temática, propósitos y enfoque para su estudio en preescolar y
secundaria. En preescolar se busca desarrollar la identidad personal del
niño, la adquisición de capacidades fundamentales y el aprendizaje de
pautas básicas para su integración en la vida social. La referencia directa
con historia es el campo formativo exploración y conocimiento del mundo,
con la cual el niño inicia su aprendizaje elaborando inferencias de lo que
sabe del entorno natural y distingue algunas de las características de su
cultura.

170
Conclusiones
Históricamente, la educación ha sido considerada por diversos actores
sociales como pilar y elemento clave en el desarrollo del país; así se ha
manejado en los diversos momentos que México ha atravesado, com o el
motor que impulsa el cambio social, cultural, económico y productivo.
Sin embargo, las políticas que se han tomado hasta ahora, como
aumentar el número de escuelas, la plantilla docente o proporcionar a todos
los mexicanos en edad escolar libros de texto gratuitos; no han sido
elementos suficientes para lograr impulsar el desarrollo del país a través de
la educación.
Se debe entender que la educación es un proceso complejo en el que
todos los elementos interaccionan, cambian, se reproducen, desaparec en
constantemente. No es sencillo, entonces, establecer un parámetro de juicio
sobre la educación a través de uno solo de sus elementos: el libro de texto.
Sin embargo, lo que sí puede hacerse, y se ha pretendido a través de este
documento, es demostrar la manera en que ese elemento ha influido en la
construcción de un nacionalismo mexicano a través de la reproducción social
de una visión histórica de estado.
La metáfora de la reproducción social nos ayuda a entender la
dinámica social interna que permite conservar los elementos que dan
identidad al individuo; pero que también tiende a perpetuar sus condiciones
de existencia, mediante la constante reproducción de sus componentes
básicos. En este sentido es que el libro de texto es una herramienta
importante dentro de la educación, pues permite los dos elementos
mencionados antes. De cierta manera, podemos decir que el libro es un
instrumento del aparato ideológico del Estado, entendido éste no en un
sentido marxista, sino desde el punto de vista del nacionalismo; puesto que
la identidad nacional se crea con base en una ideología, que o bien proviene
de la élite o bien proviene del Estado. Desde la aparición de la CONALITEG,

171
la identidad nacional ha sido provista por el Estado al individuo en formación;
el problema entonces es que se debe tener cuidado con lo que se transmite.
No puede evitarse el sesgo en una visión histórica que se compendia en
unas cuantas hojas; pero sí puede tomarse la precaución de incluir
elementos que ayuden a comprender que lo que en un libro de texto de
historia se tiene es sólo una primera aproximación a la historia de México.
Se puede explicar que el viaje hacia el pasado debe hacerse con la plena
conciencia que nunca se podrá reconfigurar la realidad vivida de manera
completa y exacta.
De hecho, Burke considera que el historiador también hace ficción, el nos
dice:

Los historiadores, al igual que los sociólogos y los antropólogos, solían


dar por sentado que se ocupaban de hechos reales y que sus textos
reflejaban la realidad histórica. Esa premisa se ha desmoronado ante
los embates de los filósofos […] Ahora es necesario considerar la
afirmación de que los historiadores y los etnógrafos están en el negocio
de la ficción igual que los novelistas y los poetas… (Burke, 1997:147)

Es decir, lo que se hace es una ―reconstrucción textual‖ de la realidad, pero


no es la realidad en sí misma. Esto no significa que necesariamente todo sea
mentira. Burke nos recuerda que, aunque el testigo de un hecho histórico
sea presencial del mismo, lo que cuenta al historiador es un recuerdo de ese
mismo hecho; por lo que se hace necesario acudir a diversos elementos que
nos den datos sobre ese hecho, para poder acercarnos lo más posible a lo
real. Es decir, la realidad es cognoscible, aunque no de manera total, pues el
historiador no puede recuperar todos los fragmentos necesarios para
reconstruirla completamente. Se debe tener en cuenta, entonces, que
cuando nacieron los libros de texto de historia se tenía la idea de que la
historia se consignaba a base de hechos reales, eran entonces ―textos que
reflejaban la realidad histórica‖. Por lo que en ese tiempo la postura era
válida; sin embargo, a la luz de los acontecimientos actuales y de las nuevas

172
formas de ver la historia, no es posible que se sigan manejando textos de
historia para formar a las nuevas generaciones, bajo esa concepción arcaica
de los hechos históricos. Es necesario que el nuevo enfoque histórico
permee al libro de texto para que amplíe el panorama del estudio de la
historia como una realidad compleja.
La realidad es compleja, nos dice Burke, razón por la cual no es fácil
abrevar en ella. Por otra parte, el historiador se enfrenta a ―fragmentos‖ de
realidad que le llegan por diversos medios como documentos, testimonios,
piezas arqueológicas, detalles del lenguaje. Intentar reconstruir todo eso en
un algo coherente es parte del trabajo del historiador, pero no
necesariamente va a llegar a la ―realidad‖ aunque puede ser que logre una
reconstrucción bastante cercana; pero siempre estará presente su ―método‖
de hacer historia, lo que significa que siempre hay un elemento subjetivo: ―es
evitar la fragmentación sin volver al engañoso supuesto de la homogeneidad
de una sociedad o un periodo dados. En otras palabras, revelar la unidad
subyacente […], sin negar la diversidad del pasado.‖ 130
Lograr lo anterior en un libro de texto es extremadamente difícil, por lo
que se debe mantener clara la visión de que el libro, es sólo una
herramienta, una de las tantas herramientas pedagógicas disponibles para la
educación. Por otra parte, no es cualquier herramienta, sino aquella que
llega al grueso de la población en edad escolar; es la que leerá cada
generación de alumnos de primaria; por lo que el compromiso del Estado se
orienta hacia la construcción de contenidos que permitan mostrar la unidad
subyacente al tiempo que muestran la diversidad.
La historia de los libros de texto nos muestran los diferentes
momentos y enfoques, siempre encaminados a la construcción de una
identidad nacional, a la formación de un ciudadano productivo, a la
consolidación de un desarrollo multifacético; pero que descuidan la premisa

Burke, Peter; Formas de historia cultural , Alianza Editorial, España, 1993, p. 252
130

173
básica –en el caso de la historia– de que no es posible establecer una visión
única y absoluta sobre los hechos históricos.
A fin de cuentas, en los libros de texto de primaria el objeto de estudio
sigue siendo la historia y lo ideal sería una historia total, pero debemos estar
conscientes de la especialización que se da en la actualidad en un campo
tan amplio como la historia, por lo que podemos encontrar historia del arte,
de la lingüística, de la mujer, de la religión entre muchas otras;
especializaciones que no vamos a encontrar en un libro de texto que va a
mostrar sólo la historia de México, como tal. Entonces, el objetivo final es
encontrar ―no un relato del pasado que incluya todos los detalles, sino que
destaque las conexiones entre distintos campos del esfuerzo humano‖ 131 Lo
que se observa en los libros de texto a través de su historia es que el
enfoque no ha estado en los sujetos vastos de la historia y su entorno; sino
en los héroes específicos e ideales que representan un arquetipo salvador.
No es posible, entonces, comprender la historia de esos héroes con
nuestras pautas de conducta y visión actual del mundo; sino que debemos
reunir todos los datos disponibles para ubicarnos –aunque sea
metafóricamente– en su momento histórico propio. ―Podemos adquirir una
doble visión: ver a los individuos del pasado diferentes de nosotros (para
evitar imputarles anacrónicamente nuestro valores), pero, al mismo tiempo,
como nosotros en su humanidad fundamental‖. 132 E incluso ir más allá e
intentar que los libros de texto reflejen la historia del colectivo, de los
sujetos, de la cotidianidad, sin perder de vista a lo individual, al héroe, a lo
extraordinario.
En este sentido se debe tener claro que no existe una forma apropiada
–cual receta– de narrar la historia, sino que debe buscarse una manera
adecuada, que Burke define como ―trenzada‖ porque ―…debe entretejer el

131 Burke, Peter; Formas de historia cultural , Alianza Editorial, España, 1993, p. 8
132 Burke, Peter; Formas de historia cultural , Alianza Editorial, España, 1993, p. 243

174
análisis con la narración‖; 133 pero el análisis deber ser interdisciplinario e,
incluso, ecléctico al menos desde el punto de vista teórico, pues debe hallar
ideas –que no se contrapongan– en los distintos lugares que se pueda.
La pluralidad propia de la historia permitiría que en los libros de texto
se tomaran aspectos que con la historia tradicional se habían pasado por
alto, es decir se recuperan sectores como el indígena, el obrero, las mujeres
y demás, y ya no se ven como elementos marginados, sino que se les
considera vinculados a procesos históricos globales y a cambios
estructurales en la sociedad. Este punto es algo que en últimas fechas han
peleado los intelectuales con respecto a los contenidos de los libros de
historia; que sean textos que permitan incluso analizar históricamente la
realidad social vigente, de manera que existe congruencia entre la historia
que se analiza, la escritura de esa historia y el historiador mismo; para que
todo ello se traspase al aula de manera que sea comprensible para los niños
que ―reciben‖ la historia.

133 Burke, Peter; Formas de historia cultural , Alianza Editorial, España, 1993, p. 188

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Vasconcelos citado en
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183
Anexo 1. Portadas de los libros de texto en el tiempo

Portadas de los Libros de Texto de 1959

184
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188
189
Anexo 2. Programa de estudios de Historia y Civismo,
1959

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192
Anexo 3. Programa de estudios de Historia de 1993

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Anexo 4. Programa de estudios de Historia de 2009
Se aclara que la reforma de 2009, que incluye un cambio en los libros de
historia se realizará en tres etapas, en esta primera los cambios sólo se
reflejan en 1º y 6º grados; hasta el siguiente año escolar se reflejarán en 2º y
5º; y será hasta el 2011-2012 que se reflejen en 3º y 4º. El programa que se
presenta a continuación es sólo de 6º año, porque es el único grado con lib ro
de historia que ha sufrido cambios en este momento.

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