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Russell - Las Armas Contra Las Letras - Primera Parte
Russell - Las Armas Contra Las Letras - Primera Parte
PARA U N A D E F I N I C I Ó N
D E L H U M A N I S M O E S P A Ñ O L D E L S I G L O XV
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mente en Castilla, de un im ortante sector de o inión ue consi
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210 TEMAS DE "LA CELESTINA"
LAS ARMAS CONTRA LAS LETRAS 2 1 1
mente relegado este prejuicio caballeresco, aunque el topos del teratura sobre el humanismo español del siglo xv, pero con el fin
enfrentamiento entre armas y letras todavía conservó suficiente de evitar cualquier malentendido que tal procedimiento pueda
interés como para que se ocupara de él Cervantes, por extenso
suscitar, tal vez valga la pena indicar desde el principio que la
en Don Quijote y alguna que otra vez en Persiles y Sigismunda.
conclusión de mi examen será la de que en Es aña los estudios
No obstante, por entonces ya había perdido casi toda su actuali
de ti o humanista tomaron en aguella é oca el camino ue ese
dad y se había convertido otra vez en un tema más bien estricta
tipo de estudios �a en Francia, Inglaterra y Borgoña. El
mente literario, carácter que había tenido en la literatura clásica
sugerir que e humanismo italiano no tuviese en España, durante
latina.
ef"Cuatroaentos, a influencia ue se suele su oner, no com orta
Para emprender nuestro estudio del problema teniendo pre
que no hubiese allí otras fqEmas de auténtico_hl!filanismo. -
sentes las perspectivas correctas tienen que señalarse también al
Debo dejar en claro, además, que ciertamente no soy la pri
gunas otras cuestiones introductorias generales. La opinión de
mera persona que piensa que es importante, para el estudio de
que había un conflicto entre armas y letras, es decir, de que los las letras hispánicas del Cuatrocientos, el conflicto entre las ar-
caballeros no debían entrometerse en las actividades del estudio
mas y las letras. Hace mucho tiempo, ya en 192 5, Américo
o el saber, no era sólo característica de España. Y a en el siglo xn Castro señaló su probable interés.
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Muy recientemente [ 1962)
Juan de Salisbury señalaba la necesidad de que los príncipes se
un hispanista inglés, el doctor N. G. Round, ha publicado y dis
hicieran una cultura literaria. El Roman de Flamenca, provenzal,
cutido una selección de referencias a este tema que datan del si- X
describe como algo muy fuera de lo normal un personaje que no 4
glo xv españo . Aunque todavía podrían añadirse más de esas
sólo era un perfecto caballero, sino que además había cursado le
referencias a su antología de citas, la existencia del bien docu
tras en París. Pier Paolo Vergerio declaraba hacia 1 4 0 0 que el
mentado artículo de Round me dispensa del todo de la necesi-
manejo de las armas y el estudio de las letras eran dos disciplinas
dad de empezar el presente trabajo demostrando con qué fre
cada una de las cuales podía dar gloria al hombre y hacerle vir
cuencia los escritores del siglo xv español hablaban del conflicto
tuoso. Indicaba, pues, que la nueva fama que daban las letras
entre armas y letras. No obstante, la valoración exacta de todas
también podían intentar conseguirla los que buscaban la antigua
estas referencias es un problema complicado.
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fama de las armas. La nobleza criticada por Castiglione en Il
El tema de las armas y las letras es, claro está, un desarrollo
Cortegiano por valorar sólo las armas y despreciar las letras y los
del topos literario clásico latino de la sapientia et .f.2rtitudo, usado
que las cultivaban era la nobleza francesa, no la española; Il Ga
especialmente en la literatura latina como elemento retórico co
lateo, en cambio, que escribía más o menos por la misma época,
mún en elogios de príncipes y en lamentos por los muertos. Al
se quejaba de que esa errónea creencia la tenían igualmente caba
gunas de las alusiones españolas al tema aparecen precisamente
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lleros franceses y españoles. Aunque creo seguro que la hostili-
en tales contextos, y debemos, pues, cuidar, en tales casos, de no
dad a las letras criticada por Ca,stiglione _pudo mantener_se :n
considerar los elementos retóricos tradicionales como si fueran
la corte castellana de Juan II se necesitaba una defensa de las le del Marqués no se distorsionaba la realidad del problema.
tras. Quizá era que consideraba que los estudios del rey, por la Gómez Manri ue, or e"em lo, diio que era Santillana el rimer
mayor parte morales y teológicos, no alcanzaban lo exigido por liom re de ague a é oca �ía�eguido reunir en sí la -
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los patrones humanistas italianos. .
erudición y la milicia, la loriga y la toga. Durant e suvida se ha
Es cierto que entre las personas muy próximas al rey había oían hecho comentarios del mismo tipo menos convencionales.
algunas que, aunque interesadas por los estudios literarios, no sa U no de sus traductores particulares, Antón Zorita , con la evi
bían latín. En 1 4 2 1 , Juan Alfonso de Zamora, entonces secreta d e n t e intención de alabar una desacostumbrada divergencia de
rio de Juan II, había pedido a Alonso de Cartagena ( estando los las normas aristocráticas, señalaba que efectivamente Santillana
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dos en una embajada ante la corte portuguesa) que tradujera al trataba con respeto a los hombres cultos. Zorita era además lo
castellano el De oficiis de Cicerón. El prólogo de Cartagena a bastante atrevido como p ara decir que, por grande que fuera la
dicha traducción señala que, de joven, Juan Alfonso no había re fama como guerrero de su se ñor, su amor por las letras y su sa
cibido una educación muy extensa y, en consecuencia, no sabía ber ya le habían dado más alta reputación. D esde luego, esas ob
lat ín; quería entonces mejorar, según las palabras de Cartagena, ser v acio n es deben considerarse en el contexto social en que apa
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"catando traslaciones por la lengua moderna ". º El i nter é s de re c iero n . Z orita , como algunos otros de los estudiosos al servicio
Juan Alfonso por mejorar sus conocimientos era realmente au de S anti ll ana , probablemente era un converso, y los conversos,
té ntico. Mientras los dos personajes se ocupaban de sus asuntos como clase, te n í a n la esperanza de mejorar su propia posición
diplomáticos en Portugal, en 1 4 2 2 , éste había apremiado a Car m e d ia n te una mejora de la posición social, en la comunidad, de
tagena, entonces deán de Santiago, para que terminará final los h o mbr es de letras profesionales.
mente la traducción al castellano del De casibus principum, de G ó m e z M anri q u e , sobrino del mismo Santillana, se quejaba
B oc c accio , que en parte había llevado a cabo P ero López de de que, de j o v en , no se le había dado acceso al saber ni a la poe
Ayala. Juan Alfonso explicaba su manera de colaborar en la tra sía ("Y esto no podré decir que haya hecho en el estudio de las
ducción; estaba satisfecho de hacer de a manuense de su docto cien c i as ni del arte de la poesía, porque yo éstas nunca aprendí,
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compañero, escribiendo lo que Cartagena dictaba. Lo que nos ni tove m aestro que me las m os t rase " [ G óme z Manrique, Regi
sorprende, lo mismo en este caso que en otros muchos p are ci dos miento de príncipes, C o l e cc ió n Austral, 1 9 4 7 , p. 2 1 l). Ni aun el
del siglo xv español, es que estos frustados aspirantes a las letras pres t i g io so cia l de S anti ll a n a servía p ara hacer callar a los que
que no sabían latín no lo aprendieran por su cuenta. Por las pa sos t e ní a n que los caballeros no debían m eterse en los estudios.
labras de Cartagena sobre Juan Alfonso citada más arriba p are c e En 144 5 se tradujo en su círculo la famosa homilía de San B asi
como si en Es p a ñ a se diera por sentado que, una vez p asada la li o De legendis antiquorum libris, con objeto de refutar a los críti
edad convencional de aprendizaje escolar, fuera imposible cos que objetaban a que se estudiara allí la literatura clásica pa
Al morir Santillana, en 1 4 5 8, en los lamentos inspirados a b i er ta m e nt e por ese tipo de estu d i o , lo mismo que sus seguido
por la ocasión, el tema de las armas y las letras estuvo en un r es . O b se rv o , de p aso , que, para designar los estudios ll e v ados a
plano muy· d e s taca do. En la literatura clásica latina los casos así cabo bajo el pa t ro ci nio de S a n t ill ana , el traductor al que nos re
proporcionaban a menudo oportunidades para utilizar el motivo ferimos utiliza la e x pres i ó n studia humanitatis ( n ótese , sin em
de la sapientia et fortitudo, pero en la aplicación de éste a la vi d a bargo, que se cree obligado a tra d u c i r l a a la lengua v er n á c ul a :