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LAS A R M A S C O N T R A LAS L E T R A S :

PARA U N A D E F I N I C I Ó N

D E L H U M A N I S M O E S P A Ñ O L D E L S I G L O XV

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G��Oitta, A " ,..d > 1 t-t 1 8 , fr· 2 0 1 - 2 3 q .


La idea de que pueda resultar provechoso considerar el pro­

blema del humanismo español del siglo xv en cuanto que con­

flicto entre las armas y las letras no deriva únicamente, como

quizá podría suponerse, de una visión histórica retrospectiva

desde el siglo xx. Los propios escritores españoles del siglo xv se

refieren con frecuencia a la existencia de ese conflicto como pro­

blema cultural y social de su época. Su existencia la confirman

además algunos humanistas italianos que, o conocían de primera

mano la España del siglo xv, o trataban con españoles. Todos

estos testigos dan fe de la existencia en España, y particular­

\
mente en Castilla, de un im ortante sector de o inión ue consi­

deraba profesionalmente arríes ado socialmente indesea_ble


'
ue algún miembro de la clase caballeresca se com¡2rometiera se­

riamente en el estudio de las letras, aunque no seobjetara a que

los caballeros, como diversión, ejercitaran la Eluma escribiendo

poesía cortesana tradicional. En 1 4 1 7 vemos que esa opinión ya

estaba firmemente arraigada; en aquel año, Enrique de Villena, /

un noble, se quejaba de que muchos creyeran que un caballero

sólo debía saber leer y escribir y aseguraba a los miembros de la

clase caballeresca que, en realidad, un caballero podía dedicarse

al estudio y no por ello perder su habilidad en el manejo de las

armas. Más de setenta años más tarde, en la época de los Reyes

Católicos, se seguía ofreciendo las mismas garantías y muchos

seguían dudando de ellas. Hasta los años treinta del si lo XVI, [


Versión completa inédita de un estudio publicado en forma abreviada con el
en que llegó por fin a España la teoría- tan convincentemente e-
título "Arrns versus Letters: Towards a Definition of Spanish Hurnanism", en

f tbe Renaissance: A Symposium, ed. Archibald R. Lewis, U niversity of Texas


Aspects o fendida de Castiglione de que armas y letras eran conjuntamente

Press, Austin y Londres, 1 9 6 7 , pp. 4 5 - 5 8 .


parte esencial del aprendizaje cortesano, no fue quedando final-

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210 TEMAS DE "LA CELESTINA"
LAS ARMAS CONTRA LAS LETRAS 2 1 1

mente relegado este prejuicio caballeresco, aunque el topos del teratura sobre el humanismo español del siglo xv, pero con el fin
enfrentamiento entre armas y letras todavía conservó suficiente de evitar cualquier malentendido que tal procedimiento pueda
interés como para que se ocupara de él Cervantes, por extenso
suscitar, tal vez valga la pena indicar desde el principio que la
en Don Quijote y alguna que otra vez en Persiles y Sigismunda.
conclusión de mi examen será la de que en Es aña los estudios
No obstante, por entonces ya había perdido casi toda su actuali­
de ti o humanista tomaron en aguella é oca el camino ue ese
dad y se había convertido otra vez en un tema más bien estricta­
tipo de estudios �a en Francia, Inglaterra y Borgoña. El
mente literario, carácter que había tenido en la literatura clásica
sugerir que e humanismo italiano no tuviese en España, durante
latina.
ef"Cuatroaentos, a influencia ue se suele su oner, no com orta
Para emprender nuestro estudio del problema teniendo pre­
que no hubiese allí otras fqEmas de auténtico_hl!filanismo. -
sentes las perspectivas correctas tienen que señalarse también al­
Debo dejar en claro, además, que ciertamente no soy la pri­
gunas otras cuestiones introductorias generales. La opinión de
mera persona que piensa que es importante, para el estudio de
que había un conflicto entre armas y letras, es decir, de que los las letras hispánicas del Cuatrocientos, el conflicto entre las ar-
caballeros no debían entrometerse en las actividades del estudio
mas y las letras. Hace mucho tiempo, ya en 192 5, Américo
o el saber, no era sólo característica de España. Y a en el siglo xn Castro señaló su probable interés.
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Muy recientemente [ 1962)
Juan de Salisbury señalaba la necesidad de que los príncipes se
un hispanista inglés, el doctor N. G. Round, ha publicado y dis­
hicieran una cultura literaria. El Roman de Flamenca, provenzal,
cutido una selección de referencias a este tema que datan del si- X
describe como algo muy fuera de lo normal un personaje que no 4
glo xv españo . Aunque todavía podrían añadirse más de esas
sólo era un perfecto caballero, sino que además había cursado le­
referencias a su antología de citas, la existencia del bien docu­
tras en París. Pier Paolo Vergerio declaraba hacia 1 4 0 0 que el
mentado artículo de Round me dispensa del todo de la necesi-
manejo de las armas y el estudio de las letras eran dos disciplinas
dad de empezar el presente trabajo demostrando con qué fre­
cada una de las cuales podía dar gloria al hombre y hacerle vir­
cuencia los escritores del siglo xv español hablaban del conflicto
tuoso. Indicaba, pues, que la nueva fama que daban las letras
entre armas y letras. No obstante, la valoración exacta de todas
también podían intentar conseguirla los que buscaban la antigua
estas referencias es un problema complicado.
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fama de las armas. La nobleza criticada por Castiglione en Il
El tema de las armas y las letras es, claro está, un desarrollo
Cortegiano por valorar sólo las armas y despreciar las letras y los
del topos literario clásico latino de la sapientia et .f.2rtitudo, usado
que las cultivaban era la nobleza francesa, no la española; Il Ga­
especialmente en la literatura latina como elemento retórico co­
lateo, en cambio, que escribía más o menos por la misma época,
mún en elogios de príncipes y en lamentos por los muertos. Al­
se quejaba de que esa errónea creencia la tenían igualmente caba­
gunas de las alusiones españolas al tema aparecen precisamente
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lleros franceses y españoles. Aunque creo seguro que la hostili-
en tales contextos, y debemos, pues, cuidar, en tales casos, de no
dad a las letras criticada por Ca,stiglione _pudo mantener_se :n
considerar los elementos retóricos tradicionales como si fueran

1 España más tenazmente y por mas largo tiempo que en nmgun


comentarios sociales objetivos. No obstante, en la literatura
I otro país, está claro que procedía tanto de la teoría caballeresca
clásica, el topos alababa la reunión en un individuo de la fuerza
europea propiamente dicha como de otras teorías medievales so­
militar y de la prudencia o el saber, mientras que su considera­
l bre el papel del caballero en la sociedad. En este trabajo me en­
ción medieval se refería a la defensa o al ataque del principio de
frentaré a algunas opiniones muy arraigadas en historias de la li-
la permisibilidad de tal conjunción. También deben situarse en
TEMAS DE "LA CELESTINA"
LAS ARMAS CONTRA LAS LETRAS 2 1 5
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la corte castellana de Juan II se necesitaba una defensa de las le­ del Marqués no se distorsionaba la realidad del problema.

tras. Quizá era que consideraba que los estudios del rey, por la Gómez Manri ue, or e"em lo, diio que era Santillana el rimer

mayor parte morales y teológicos, no alcanzaban lo exigido por liom re de ague a é oca �ía�eguido reunir en sí la -

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los patrones humanistas italianos. .
erudición y la milicia, la loriga y la toga. Durant e suvida se ha­

Es cierto que entre las personas muy próximas al rey había oían hecho comentarios del mismo tipo menos convencionales.

algunas que, aunque interesadas por los estudios literarios, no sa­ U no de sus traductores particulares, Antón Zorita , con la evi­

bían latín. En 1 4 2 1 , Juan Alfonso de Zamora, entonces secreta­ d e n t e intención de alabar una desacostumbrada divergencia de

rio de Juan II, había pedido a Alonso de Cartagena ( estando los las normas aristocráticas, señalaba que efectivamente Santillana
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dos en una embajada ante la corte portuguesa) que tradujera al trataba con respeto a los hombres cultos. Zorita era además lo

castellano el De oficiis de Cicerón. El prólogo de Cartagena a bastante atrevido como p ara decir que, por grande que fuera la

dicha traducción señala que, de joven, Juan Alfonso no había re­ fama como guerrero de su se ñor, su amor por las letras y su sa­

cibido una educación muy extensa y, en consecuencia, no sabía ber ya le habían dado más alta reputación. D esde luego, esas ob­

lat ín; quería entonces mejorar, según las palabras de Cartagena, ser v acio n es deben considerarse en el contexto social en que apa­
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"catando traslaciones por la lengua moderna ". º El i nter é s de re c iero n . Z orita , como algunos otros de los estudiosos al servicio

Juan Alfonso por mejorar sus conocimientos era realmente au­ de S anti ll ana , probablemente era un converso, y los conversos,

té ntico. Mientras los dos personajes se ocupaban de sus asuntos como clase, te n í a n la esperanza de mejorar su propia posición

diplomáticos en Portugal, en 1 4 2 2 , éste había apremiado a Car­ m e d ia n te una mejora de la posición social, en la comunidad, de

tagena, entonces deán de Santiago, para que terminará final­ los h o mbr es de letras profesionales.

mente la traducción al castellano del De casibus principum, de G ó m e z M anri q u e , sobrino del mismo Santillana, se quejaba

B oc c accio , que en parte había llevado a cabo P ero López de de que, de j o v en , no se le había dado acceso al saber ni a la poe­

Ayala. Juan Alfonso explicaba su manera de colaborar en la tra­ sía ("Y esto no podré decir que haya hecho en el estudio de las

ducción; estaba satisfecho de hacer de a manuense de su docto cien c i as ni del arte de la poesía, porque yo éstas nunca aprendí,
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compañero, escribiendo lo que Cartagena dictaba. Lo que nos ni tove m aestro que me las m os t rase " [ G óme z Manrique, Regi­

sorprende, lo mismo en este caso que en otros muchos p are ci dos miento de príncipes, C o l e cc ió n Austral, 1 9 4 7 , p. 2 1 l). Ni aun el

del siglo xv español, es que estos frustados aspirantes a las letras pres t i g io so cia l de S anti ll a n a servía p ara hacer callar a los que

que no sabían latín no lo aprendieran por su cuenta. Por las pa­ sos t e ní a n que los caballeros no debían m eterse en los estudios.

labras de Cartagena sobre Juan Alfonso citada más arriba p are c e En 144 5 se tradujo en su círculo la famosa homilía de San B asi ­

como si en Es p a ñ a se diera por sentado que, una vez p asada la li o De legendis antiquorum libris, con objeto de refutar a los críti­

edad convencional de aprendizaje escolar, fuera imposible cos que objetaban a que se estudiara allí la literatura clásica pa­

gana. El traductor explica que Santillana había si d o criticado


aprender latín. . .

Al morir Santillana, en 1 4 5 8, en los lamentos inspirados a b i er ta m e nt e por ese tipo de estu d i o , lo mismo que sus seguido­

por la ocasión, el tema de las armas y las letras estuvo en un r es . O b se rv o , de p aso , que, para designar los estudios ll e v ados a

plano muy· d e s taca do. En la literatura clásica latina los casos así cabo bajo el pa t ro ci nio de S a n t ill ana , el traductor al que nos re­

proporcionaban a menudo oportunidades para utilizar el motivo ferimos utiliza la e x pres i ó n studia humanitatis ( n ótese , sin em­

de la sapientia et fortitudo, pero en la aplicación de éste a la vi d a bargo, que se cree obligado a tra d u c i r l a a la lengua v er n á c ul a :

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