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Lengua y Cultura Latinas I Primer cuatrimestre de 2021

Teórico Nº 20. Miércoles 2 de junio de 2021

Profesora Pégolo: Buenas tardes

Vamos a pasar al tema de hoy que es sumamente importante: la


formación de los participios. En este cuatrimestre ponemos la atención en el
plano morfológico, en algunas cuestiones sintácticas, pero, en cuanto a este
tema se completará su desarrollo en el próximo cuatrimestre. Con respecto al
sistema de los participios, no hemos expuesto mucha información en la ficha
teórica, punto 15.2 y siguientes.

En la lengua latina encontramos cuatro participios. En castellano


tenemos un único participio al que le damos entidad como tal: me refiero al
participio pretérito perfecto pasivo. No sé si ustedes tenían esta
caracterización de nuestro participio, el único que permaneció en el sistema.
Me refiero, por ejemplo, a “amado, amada; amados, amadas”: es el participio
que conservamos en nuestra lengua y es un participio pretérito pasivo.
Nosotres lo utilizamos en su doble valencia de adjetivo y, al mismo tiempo,
siendo acompañado por el verbo “ser” para construir la frase verbal de voz
pasiva y, junto al verbo “haber” para construir la frase verbal de los tiempos
perfectos compuestos. Cuando aparece solo, funciona como un adjetivo; pero
no debemos olvidar que puede estar acompañado de modificadores propios del
núcleo verbal porque no deja de tener un régimen verbal. En este cuatrimestre
no vamos a trabajar desde esta perspectiva el participio latino, a excepción de
su aparición en los textos de autores latinos que estamos analizando.

Vuelvo al inicio. En la lengua latina encontramos cuatro participios:


dos están formados a partir del tema de presente y dos están formados a
partir del tema del supino (esta es la quinta forma con la que se completa
el enunciado del verbo). Esto es lo que se suele decir desde el punto de vista
de ciertas reglas que ponemos en el aula, porque no es tan veraz desde la
perspectiva de la historia de la lengua. De estos cuatro participios: dos tienen
significación activa y dos tienen significación pasiva. Sin embargo, en el
trabajo con la lengua no todo es tan simple y no todo podemos minimizarlo de
esta manera.

Primero, vamos a formar los participios a partir del tema de presente.


Serán: el participio presente activo y el participio futuro pasivo, conocido
con el nombre de gerundivo. Por ahora, tengamos en consideración esta
información. Pero fíjense qué interesante: se forman a partir del tema de
presente, se forman a partir de un tema del infectum, pero uno es presente
activo y el otro es futuro pasivo, denominado gerundivo. En nuestra lengua
hallamos una forma no personal que es el gerundio. Observen que hay una
relación entre gerundio y gerundivo, y no es solo una cuestión lexical.

En segundo lugar, los otros dos participios se forman a partir del tema
del supino, estos son: el participio perfecto pasivo y el participio futuro
activo.

Recuerden que los participios son adjetivos y, en consecuencia, se


declinan. En latín hemos aprendido dos formas de sistematizar el adjetivo:
hablamos de adjetivos de primera clase o de segunda clase. Los adjetivos de
primera clase se declinan siguiendo la segunda declinación, los géneros
masculino y neutro, y la primera, los adjetivos de género femenino. Estos son
los adjetivos terminados en /-us, -a, -um/. Entre los adjetivos de segunda
clase, todos ellos declinados por la tercera declinación, hay adjetivos de tres,
dos y una terminación.
Ahora, presentaremos los participios. Comenzaremos con el participio
presente.

El participio presente activo es un adjetivo de segunda clase de una


única terminación. En la ficha, lo encuentran en el punto 15.2.1.

Tomamos el verbo laudo, laudas, laudare, laudavi. El tema de presente,


es decir, radical y vocal temática- es /lauda-/. A esto, agregamos lo que será
una de las marcas características del participo presente activo: la terminación
/-ns/ para el nominativo. Si encontramos esta terminación en el nominativo,
imaginarán que en el genitivo tendremos una característica fundamental: la
presencia de las consonantes /-nt-/. Esto no debe olvidarse: /-ns/ en el
nominativo y /-nt-/ en el genitivo. Entonces:

Lauda + ns, lauda + nt + is: laudans, laudantis

El participio presente activo es, en consecuencia, un adjetivo de


segunda clase de una sola terminación que se caracteriza por la variante
/-ns/ en el nominativo y /-nt/ en el genitivo. En el cuadro de la ficha teórica,
verán que en las distintas conjugaciones esto no se modifica.

Tomamos moneo, mones, monere, monui: tema /mone-/ y agregamos /-


ns/, /-nt-/:

Mone + ns, mone + nt + is: monens, monentis

Tomamos rogo. El diccionario nos dice rogo 1. Su enunciado: rogo,


rogas, rogare, rogavi; el radical es /rog-/ y tenemos que agregar la vocal
temática: /roga-/. Entonces, ¿cómo construimos el participo presente activo?
Agregamos /-ns/ para el nominativo y /-nt/ + la desinencia para el genitivo:
Roga + ns, roga + nt + is: rogans, rogantis

Tomamos otro verbo de la segunda: habeo, habes, habere, habui:

Habe + ns, habe + nt+ is: habens, habentis

Ahora, un verbo de la tercera conjugación: mitto, mittis, mittere, misi.


La diferencia que nos propone Ernout es la forma de componer el radical
frente a la existencia o no de una vocal temática. En la ficha tienen el verbo
lego, legis, legere, legi como ejemplo: legens, legentis.

Entonces, tomamos el verbo mitto: la base /mitt-/ y la vocal que


funciona como vocal de unión. Es una vocal que hemos visto aparecer
también en el pretérito imperfecto: es una vocal necesaria para la constitución
de la forma verbal. Al tema agregamos la desinencia de nominativo y
genitivo:

Mitt +e + ns, mitt + e + nt + is: mittens, mittentis

Otro verbo de 3°: scribo, scribis, scribere, scripsi:

Scrib + e + ns, sribe + nt +is: scribens, scribentis

Ahora, cuidado cuando llegamos a la cuarta conjugación, tanto la cuarta


con /i/ larga o cuarta con /i/ breve o tercera mixta. Porque no tenemos que
dejar de lado la /i/ que es vocal temática.

En la ficha encuentran audio, audis, audire, audivi como ejemplo. Acá


trabajaremos con dormio, dormis, dormire, dormivi. El tema se extiende hasta
/dormi-/, pero tenemos que agregar /-e-/ y luego /-ns/ y /-nt-/:

Dormi + e + ns, dormi + e + nt +is: dormiens, dormientis


Lo mismo sucede en audiens, audientis. Esto guarda cercanía con
palabras que tenemos en castellano: “audiencia”, “durmiente”.

Lo mismo ocurre con la tercera mixta. Tomemos el verbo fugio, fugis,


fugere, fugi, con alargamiento vocálico como formante de perfectum. El tema
es /fugi-/. Al tema agregamos la vocal de unión y las desinencias de
nominativo y genitivo:

Fugi + e + ns, Fugi + e + nt + is: fugiens, fugientis

¿Cómo se suelen traducir estos participios? Si los encontramos en


nuestra lengua, lo utilizaremos como tal. Nosotres hallamos muchos
participios presentes que han perdido su carácter participial, para convertirse
en sustantivos y/o adjetivos. Por ejemplo: “amante”, “sonriente”, “durmiente”,
“cantante”. Si vemos la oportunidad de traducirlo por nuestros reliqua de
participio presente, así lo haremos. Si funciona como adjetivo, podemos
traducirlo por una proposición adjetiva; es decir, “el que alaba”, “el que
duerme”, “el que huye”.

Particularidades de la declinación del participo presente activo. Es


un adjetivo de segunda clase. En consecuencia, declina como prudens,
prudentis. Es decir, no olvidamos que el ablativo singular es en /-i/, el
genitivo plural es en /-ium/ y el nominativo, vocativo y acusativo neutro
en /-ia/.

Pero cuidado: en el ablativo singular del participio presente activo puede


aparecer la desinencia /-i/ o /-e/. ¿Es azaroso esto? Por suerte no lo es. Estas
desinencias permiten identificar la función del participio. Cuando la
terminación del ablativo singular es en /-i/, el participio presente activo se
comporta como un adjetivo. En consecuencia: no aparecerá solo, estará
modificando a un sustantivo y su función sintáctica será la de atributo. Ahora,
cuando el ablativo singular termina en /-e/ puede indicar dos cosas: o bien
se está comportando como un sustantivo, o bien es el núcleo verbal o
verboidal de una construcción típicamente latina, que aprenderemos muy
prontamente, denominada ablativo absoluto.

En castellano tenemos construcciones absolutas como “cumplido el


plazo, se lo llevaron a la cárcel”. Ese “cumplido el plazo” viene de una
construcción absoluta latina. Por ahora solo es un adelanto.

Otra cosa a tener en cuenta en lo que respecta a la declinación del


participio presente activo. Es muy frecuente cuando se trabaja en poesía que
el genitivo plural sea /-um/ y no /-ium/. Esto es así por una razón métrica.

Hasta aquí lo que tenemos que saber del participo presente activo. Les
adelanto que en algunos de los textos conocidos va a aparecer.

Ahora, construiremos el otro participio que se forma a partir del tema


del presente: el participio futuro pasivo. Esto nos servirá para que tengan
claro la diferenciación entre un adjetivo verbal /-ns, -nt/ frente al que
plantearemos a continuación que se caracteriza por la presencia de /-nd/.

El participio futuro pasivo o gerundivo es un adjetivo de primera de


clase. El único que declina por la tercera declinación es el participio presente
activo, los tres restantes son adjetivos de primera clase, por lo que sus
terminaciones son /-us, -a, -um/.

Tomamos laudo. El tema es /lauda-/. La diferencia está en las


consonantes características de este participio que, en realidad, son el
formante: /-nd-/. Y luego, agregamos las desinencias propias de un adjetivo
de primera clase:

Lauda + nd + us, -a, -um: laudandus, laudanda, laudandum

Tomamos otro verbo de primera: canto, cantas, cantare, cantavi:

Canta + nd + us, -a, -um: cantandus.cantanda, cantandum

El verbo amo, amas, amare, amavi:

Aman + nd + us, -a, -um: amandus, amanda, amandum

¿Cuándo lo veremos aparecer? Lo veremos cuando casi estemos


finalizando el cuatrimestre, si llegamos: en las construcciones perifrásticas,
es decir, una frase verbal que tiene significado de obligatoriedad. En el
segundo cuatrimestre, la cosa se complica con el gerundivo. Por ahora, lo
traduciremos como “el que ha de ser alabado”, “el que ha de ser cantado”, “el
que ha de ser amado”. Junto al verbo sum aparece construyendo una frase
verbal que se debe traducir con un sentido de obligatoriedad: “el que ha de
ser”, “debe ser”. Por ahora, nada más. Lo importante es que sepan cómo
construirlo, porque, si continúan, en los próximos cuatrimestres nos
encontraremos construcciones de gerundio y gerundivo.

Ahora, veremos qué es el supino. Estamos por aprender el último


elemento que constituye el enunciado verbal latino. El supino es la última
forma del enunciado del verbo latino. El supino es, en realidad, un
sustantivo verbal.

Tomamos el verbo do:

Do, das, dare, dedi, datum.


Hasta el primer parcial vimos do, das, dare. Agregamos luego el
perfecto, dedi. Y la última forma, datum, corresponde al supino.

Tomamos un verbo de la segunda como moneo:

Moneo, mones, monere, monui, monitum.

Tomamos un verbo de la tercera, como curro:

Curro, curris, currere, cucurri, cursum.

De la cuarta, audio:

Audio, audis, audire, audivi, auditum.

Y, por último, de la tercera mixta, facio:

Facio, facis, facere, feci, factum.

Hemos enunciado de manera completa cinco verbos. Nos encontramos


con cinco supinos, la última forma del enunciado verbal latino. El supino es
un sustantivo verbal que se forma a partir del sufijo *-tu, y establece una
diferencia con el formante del participio perfecto pasivo, también llamado
adjetivo verbal en *-to. A efectos de formar los dos participios que faltan, no
interesa mucho esta discriminación. Les alcanza por ahora con la última forma
del enunciado que les provee el diccionario.

Sobre la base del supino, vamos a formar los participios que faltan.

Estudiante: El supino ¿es presente o…?

Profesora: Es muy interesante lo que preguntás. En realidad, la


morfología histórica, más que del supino, al que considera una derivación del
adjetivo verbal en *-to, se ocupa del participio perfecto pasivo o adjetivo
verbal en *-to. Veremos que no tiene demasiadas diferencias en lo
morfológico. El supino, en realidad, funciona como un infinitivo. A nosotres
nos interesa su forma porque a partir de ella vamos a “componer” los dos
participios que nos faltan: el futuro activo y el perfecto pasivo.

La morfología histórica dice que muchas veces el adjetivo verbal en *-


to, en realidad, no tiene los radicales ni del infectum ni del perfectum. En
otras ocasiones es bastante regular y podemos dar algunas reglas al respecto.

Formemos, entonces, el participio perfecto pasivo. Tomamos el supino


y agregamos las desinencias de un adjetivo de primera clase:

Datus, -a, -um

Monitus, -a, -um

Cursus, -a, -um

Auditus, -a, -um

Factus, -a, -um

El participio perfecto pasivo es el único participio que tenemos en


castellano. De modo que traducimos: “dado”, “avisado”, “corrido”, “oído”,
“hecho”. También podríamos traducir por “el que ha sido dado”, “el que ha
sido avisado”, “el que ha sido corrido”, etcétera.

Dos cosas para no olvidar. En muchos de los verbos de primera y


cuarta conjugación el diccionario les dice “amo 1” o “audio 4”, es decir, no les
da ningún otro elemento para formar el enunciado. En estos casos, el
enunciado es regular. Esto quiere decir que el perfecto se forma siempre con la
/-v/ semiconsonántica: amavi, rogavi, cantavi, etcétera. ¿Qué pasa con el
supino? Tema + formante /-t-/ + desinencia: amatum, cantatum, auditum,
dormitum, rogatum, etcétera.

Es muy importante el participio perfecto pasivo porque con él la lengua


latina construye, con el verbo sum como auxiliar, los tiempos del perfecto de
la voz pasiva, que trabajaremos hoy.

Otra cosa. En los verbos de segunda conjugación, que en general


construyen su perfecto con una /-u-/ vocálica, el supino se caracteriza
porque presenta una /i/ breve que precede al formante del participio
propiamente dicho. Por ejemplo: el supino del verbo habeo es habitum; del
verbo moneo es monitum; del verbo placeo es placitum. No es en todos, por
eso no me animo a decirlo como una regla generalizada, pero lo pueden tomar
como una norma a tener en cuenta.

A partir del adjetivo verbal en *-to que, como dice Ernout, funciona
como participio perfecto pasivo se forma el participio futuro activo.
Entonces, el participio futuro activo se construye a partir del adjetivo
verbal en *-to con el agregado de /-r/ + las desinencias del adjetivo de
primera clase.

Tomamos el verbo amo:

Ama + tur + us, -a, -um: amaturus, amatura, amaturum

En su morfología histórica, Ernout dice “terminación /-turus/”.

Es también un adjetivo de primera clase.


Cuidado. No olviden que parten del participio perfecto pasivo, o bien
del supino. Entones, si el supino de moneo es monitum, en consecuencia el
participio futuro activo es:

Mon + i + tur + us, -a, -um: moniturus, monitura, moniturum

Tomemos el participio perfecto de curro, cursus, -a, -um:

Cur + sur + us, -a, -um: cursurus, cursura, cursurum

De la cuarta, habíamos visto el verbo audio, cuyo participio perfecto


pasivo es auditus, -a, -um. Entones, formamos el participio futuro activo:

Audi + tur+ us, -a, um: auditurus, auditura, auditurum

Y, por último, tomemos el verbo facio, cuyo participio perfecto pasivo


es factus, -a, -um:

Fac + tur + us, -a, -um: facturus, factura, facturum

El participio futuro activo junto con el verbo sum forma una frase
verbal. Los dos participios futuros junto con el verbo sum constituyen frases
verbales. Así como en el participio futuro pasivo o gerundivo dijimos que hay
una idea de obligatoriedad, con el participio futuro activo hay una idea de
futuridad próxima. Es decir: “lo que está por amar”, “lo que está por avisar”.

Puede aparecer con un valor de finalidad. Pero esto no ocurrirá siempre,


sino que es una característica que el participio futuro activo tendrá a partir de
la época imperial.

Por ahora, nada más. Lo importante es que sepan cómo formar los
participios. Los participios que usaremos en lo que nos queda del cuatrimestre
serán el presente activo y el perfecto pasivo.
¿Alguna pregunta?

Estudiante: El futuro activo, ¿sería como el going to del inglés?

Profesora: Sí, sí. Presupone un hecho que está por hacerse.

Veremos, a continuación, la primera oración del punto H de la página 4


de la ficha de ejercitación. Agregaré algo a la oración para hacerla un poco
más clara.

Sed veteris populi Romani prospera vel adversa a claris scriptoribus


memorata sunt.

¿Cuál es el verbo?

Estudiante: Sunt.

Profesora: Eso es lo primero que estamos tentados a decir. Pero,


cuidado, hace un ratito, cuando aprendimos los participios, dijimos que uno de
esos cuatro participios –exactamente el único que nos quedó a nosotros en la
lengua castellana– se utiliza para construir el perfecto de la voz pasiva.

La clase pasada aprendimos el infectum de la voz pasiva. Dijimos que, a


diferencia de lo que ocurre en nuestra lengua, el infectum de la voz pasiva en
latín se construye morfológicamente: se agregan determinadas desinencias.
En cambio, el perfecto de la voz pasiva en latín es una frase verbal, es una
perífrasis. Es decir, se compone de dos elementos: del participio perfecto
pasivo y del verbo sum. Para expresar los tres tiempos del perfecto de la
voz pasiva en latín debemos componer una frase verbal.

En la oración, el verbo es memorata sunt. Esta frase verbal se


compone del participio perfecto pasivo + el auxiliar, que es el verbo sum.
Para poder determinar qué tiempo del sistema del perfecto es al que
nos estamos enfrentando, tenemos que tener en cuenta cuál es el tiempo
del auxiliar. Es exactamente lo mismo que sucede en castellano. En
castellano decimos “había sido capturado” o “ha sido capturado”. “Ha sido
capturado” es el pretérito perfecto de la voz pasiva, y “había sido capturado”
es el pretérito pluscuamperfecto. Y “habrá sido capturado” es el futuro
perfecto. Hay que tener esto claro también en castellano.

Entonces, la frase verbal a la que nos estamos enfrentando es el


pretérito perfecto de la voz pasiva, ¿de qué verbo? Para saber el verbo,
tenemos que partir del participio. La clave para saber que estamos frente a un
participio perfecto pasivo es la /a/ larga (memorāta) y la “t”. Sabemos que si
tenemos una /a/ larga, es un verbo de la primera conjugación. El verbo es
memoro, verbo de la primera conjugación: memoro, memoras, memorare,
memoravi, memoratum. Llegamos al participio perfecto partiendo del supino,
a pesar de que no es ese el resultado de la evolución histórica de la lengua,
pero áulicamente nos sirve.

Advertimos que memorata es un participio perfecto pasivo. Y vemos


que el verbo sum está en tiempo presente. Entonces:

Participio perfecto pasivo + sum en presente = Pretérito perfecto de


la voz pasiva

¿Cómo se traduce esto? Aún tenemos que establecer otras cuestiones


que hacen a la concordancia para completar la traducción.

¿Cómo se forman los otros tiempos?


Participio perfecto pasivo + sum en pretérito imperfecto = Pretérito
pluscuamperfecto de la voz pasiva

Memorata erant

Esto es lo mismo que ocurre en castellano, por ejemplo: “había sido


dicho”. El problema es que nosotres para construir nuestros perfectos usamos
como auxiliar el verbo “haber”.

Se imaginarán cómo se construye el futuro perfecto de la voz pasiva:

Participio perfecto pasivo + sum en futuro imperfecto = Futuro perfecto


de la voz pasiva

Memorata erunt.

Estudiante: ¿Cómo sería la traducción?

Profesora: Cuidado. Tenemos que ir por partes. Primero, vamos a


terminar el análisis de la oración. Porque tenemos que agregar otra cosa a
nuestro análisis: concordar no solamente el verbo auxiliar -que es el que
verdaderamente se está conjugando- sino también hay que concordar el
participio con el sustantivo que funciona como sujeto.

Hay dos cosas en las que tendremos que detenernos en el perfecto de


la voz pasiva: el verbo sum, que es el que expresa el tiempo propiamente
dicho, y, por otro lado, el participio. Ese participio se declina. El participio, al
declinarse, tiene que concordar en género y número, evidentemente también
en caso, con el núcleo del sujeto. Esas son las dos cosas que tenemos que
tener en cuenta: por un lado, qué es lo que sucede con el auxiliar, que nos
dará la persona, el número, el tiempo y el modo y, por otro lado, el caso,
género y número del participio que deben concordar con el núcleo del
sujeto. Porque no debemos olvidar que el participio es un nombre, funciona
como tal y tiene los accidentes propios del nombre.

Si decimos “las muchachas han sido reprendidas” estamos concordando


el participio, además del verbo auxiliar conjugado. “Los niños han sido
felicitados”, “el maestro había sido amonestado”: hacemos concordar el
participio con el núcleo del sujeto.

La /-a/ de memorata nos servirá para poder determinar cuál es el sujeto.


Tienen que buscar un sustantivo que concuerde con memorata: prospera y
adversa.

Sed es un nexo coordinante adversativo extra-oracional. No olvidemos


que esto está tomado de textos más extensos. Este texto pertenece a Tácito, un
historiador de la segunda mitad del siglo I d.C. Es una obra amplísima; en
consecuencia, sed –coordinante adversativo– está evidentemente
estableciendo una conexión con algo que lo precede.

El sujeto de esta oración, que es un sujeto compuesto, es veteris populi


Romani prospera vel adversa. Tenemos dos palabras que terminan en /-a/ que
coinciden con la desinencia del participio.

Cuando buscan en el diccionario prospera y adversa, encuentran que


son adjetivos. Pero, ¿por qué pueden estar funcionando como núcleos del
sujeto? Porque son adjetivos en género neutro. Y, como si fuera poco, están
en plural. ¿Cómo advertimos que están en plural? A través del verbo auxiliar:
sunt es tercera persona del plural. Un adjetivo expresado en neutro plural
perfectamente puede estar sustantivado. Vimos ya un ejemplo de esto y lo
tradujimos por “las cosas”.
¿Cómo están coordinados prospera y adversa? Por vel, que es una
conjunción coordinante disyuntiva.

A su vez, estos adjetivos sustantivados que funcionan como núcleos


están modificados, ¿por qué?, ¿en qué caso están veteris populi Romani? En
genitivo. Esto quiere decir que estamos ante un genitivo especificativo, cuyo
núcleo es populi, Romani es un atributo y veteris es otro atributo.

Es muy interesante la palabra veteris. Es un adjetivo que está entre las


excepciones de los adjetivos de segunda clase. Es un adjetivo de una sola
terminación, se enuncia vetus, veteris. Digo que es excepcional porque, a
pesar de ser un adjetivo de segunda clase, se declina de manera consonántica.
De vetus viene nuestro adjetivo “vetusto” y el sustantivo abstracto “vetustez”.

Entonces, nos encontramos ante un verbo en voz pasiva. No hemos


hecho el análisis morfológico del verbo aún.

Memorata sunt: tercera persona plural del pretérito perfecto, modo


indicativo, voz pasiva, del verbo memoro, memoras, memorare, memoravi,
memoratum.

Teniendo en cuenta que estamos ante un verbo en voz pasiva, ¿qué es a


claris scriptoribus? Se trata de un complemento agente: es una construcción
compuesta por la preposición a más ablativo, porque el núcleo es un
sustantivo “+ humano”. Hacia el interior del complemento agente, el núcleo
es scriptoribus y claris es su atributo.
_____________SEC__________________ _______________PVS____________

Sed veteris populi Romani prospera vel adversa a claris scriptoribus memorata sunt.

nc Atrib. N Atrib. N nc N ns Atrib. N ---------VN--------

---------Gen. Esp.-------- _____término____

---------C.Ag.---------

Estudiante: ¿Marcamos participio y verbo?

Profesora: La frase verbal es el núcleo.

Ahora, traducimos y van a darse cuenta cómo traducir el pretérito


perfecto de la voz pasiva: “Pero/Sin embargo/ las cosas prósperas o las
adversas del antiguo pueblo romano fueron recordadas por famosos
escritores”. Daremos dos posibilidades de traducción de memorata sunt:
“fueron recordadas” o “han sido recordadas”.

Estudiante: Si fuese singular el sujeto sería memoratum est.

Profesora: Así es.

Si en lugar de ser “las cosas prósperas o adversas del antiguo pueblo


romano”, dijéramos simplemente vetus populus romanus (“el antiguo pueblo
romano”). ¿Cómo conjugamos el verbo? Memoratus est. El verbo sum, como
auxiliar, tiene que concordar en número y persona con el núcleo del
sujeto. Y el participio tiene que concordar en caso, género y número con
el núcleo del sujeto.
Si el sujeto fuera veteres matronae (“las antiguas matronas”), ¿cómo irá
el verbo? Memoratae sunt.

Como pueden ver, a medida que cambia el género y el número del


núcleo del sujeto, cambia el género y el número del participio. Entonces,
tenemos que observar qué sucede con el participio y, por otro lado,
observar qué sucede con el auxiliar. Si en lugar de sunt encontramos erant,
tendremos que traducir “habían sido recordadas”; si nos encontramos con
memorata erunt, traduciremos “habrán sido recordadas”.

Hasta la próxima clase.

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