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Entrevista sobre trastornos de ansiedad

¡Hola!
Agradecemos tu colaboración, pues nos ayudará a entender de mejor manera el tema
que queremos abordar y a crear nuestra video instalación.
Te recordamos que para tu comodidad, puedes responder las preguntas de forma
escrita o por audio.
A continuación te dejamos algunas preguntas:

¿Qué se entiende por ansiedad?

La Ansiedad es una reacción emocional que suele tener lugar al momento de enfrentarnos a
situaciones de peligro o que pueden ser consideradas complejas para cada persona. Posee un
componente cognitivo y conductual como nerviosismo, impaciencia, inquietud, temor,
dificultad para concentrarse, etc. De igual modo como también presenta un componente
orgánico el cual se suele manifestar por medio de la sudoración, aumento del ritmo cardiaco,
aumento de la respiración y presión sanguínea, mareos, entre otros.

Es una sensación y reacción emocional que tiende a ser desagradable o displacentera para
todas las personas, pero que en general se puede interpretar como una señal de “alerta” o
mecanismo de defensa que suele utilizar nuestra mente para prepararnos y activarnos al
momento de afrontar situaciones difíciles como el hecho de exponer frente a una audiencia,
conducir un vehículo, una evaluación, entrevista laboral, etc.

La ansiedad tiende a confundirse con el estrés. Si bien es cierto, el estrés y la ansiedad son
una parte natural de la respuesta de lucha o huida y la reacción del organismo al peligro. El
propósito de esta respuesta es asegurarse de que una persona está alerta, enfocada y lista para
enfrentar la amenaza. Tanto el estrés como la ansiedad son normales y esperables en nuestra
vida cotidiana, aunque, algunas veces, pueden abrumar a las personas cuando son muy
excesivas o no se pueden controlar.

Dentro de ciertas diferencias que se puede considerar con el estrés, está el hecho de que este
último suele asociarse en respuesta a un estímulo o situación determinada y puntual. A
diferencia de la ansiedad que suele ser más difusa y es posible que no tenga un
desencadenante identificable. Vale decir, el estrés tiende a ser por un corto tiempo y es la
respuesta a una amenaza reconocida. La ansiedad puede permanecer y algunas veces aparecer
como si nada la desencadenara, se vuelve algo más complejo.

De igual modo, la ansiedad suele ser una respuesta o reacción emocional ante el estrés
generado por una situación o estimulo determinado.
¿En qué momento comenzamos a hablar de trastorno?

Al momento de hablar de trastornos, estos a simple vista se pueden comprender como


alteraciones del funcionamiento o comportamiento esperado de un organismo o persona. Si
nos situamos particularmente en un apartado de trastornos psicológicos podemos entenderlos
de una forma más categórica dependiendo de cuál sea el marco teórico o referencia que
estamos utilizando.

Por ejemplo, Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM)


por trastorno psicológico cabría entender un conjunto de síntomas distintivos que provocan
un malestar, discapacidad o riesgo clínicamente significativos para la salud de una persona.

Según el DSM-5, los trastornos de ansiedad son los que comparten características de miedo y
ansiedad excesivos, así como alteraciones conductuales asociadas. Los trastornos de ansiedad
se diferencian del miedo o la ansiedad normal propios del desarrollo por ser excesivos o
persistir más allá de los periodos de desarrollo apropiados.

Siendo menos categórico y considerando la subjetividad y realidad de cada persona, podemos


comenzar a hablar de un trastorno en las personas cuando se presenta cierta sintomatología o
malestar persistente y sistemático el cual no le permite continuar con su vida de forma
adecuada y tiene lugar en distintas áreas, como puede ser el área laboral, social, personal, etc.
Además de ser un malestar que la persona no puede afrontar por medio de sus propios
recursos o con recursos utilizados anteriormente en algún otro momento de su vida.
¿Cuál es la sintomatología más común e identificable de los distintos trastornos de
ansiedad?

Al momento de considerar los síntomas más comunes en los distintos trastornos de ansiedad,
predominan principalmente emociones y sentimientos como el miedo y ansiedad excesivos.
A modo de ejemplo, en el trastorno de ansiedad social o fobia social, la persona siente miedo
o ansiedad excesivos ante las interacciones sociales y las situaciones que implican la
posibilidad de ser examinado, o bien las evita. En el caso del trastorno de ansiedad
generalizada, la persona presenta una ansiedad persistente y excesiva y una preocupación
sobre varios aspectos como el trabajo y el rendimiento escolar, que la persona concibe como
difíciles de controlar.

A modo de resumen, de acuerdo al Manual Diagnostico y Estadístico de los trastornos


mentales (DSM-5). Aquellos trastornos de ansiedad que se pueden presentar en las personas
son el trastorno de ansiedad por separación, el mutismo selectivo, la fobia específica, el
trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico, agorafobia, trastorno de ansiedad
generalizada, trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medicamentos, trastorno de
ansiedad debido a otra afección medica, trastorno de ansiedad no especificado.

Los trastornos de ansiedad se diferencian entre si según el tipo de objetos o situaciones


determinadas que inducen el miedo, la ansiedad o las conductas evitativas, y según la
cognición asociada. Pese a que los trastornos de ansiedad suelen presentar bastante
comorbilidad entre ellos (término medico utilizado para describir dos o más trastornos o
enfermedades que ocurren en la misma persona. Pueden ocurrir al mismo tiempo o uno
después del otro). Los trastornos de ansiedad pueden ser distinguidos a través de un análisis
detallado del tipo de situaciones que se temen o se evitan y del contenido de los pensamientos
o creencias asociados.

Es importante mencionar que los trastornos de ansiedad anteriormente mencionados forman


parte y utilizan como fuente principal al Manual Diagnostico y Estadístico de los trastornos
mentales (DSM-5). De igual modo también pueden utilizarse otro tipo de fuentes y
bibliografía pertinente al tema como es el libro de la CIE-11, el cual es el acrónimo de la
Clasificación internacional de enfermedades, 11.ª edición correspondiente a la versión en
español de la versión en inglés ICD, siglas de International Statistical Classification of
Diseases and Related Health Problems.

¿Qué es una crisis y cómo se relaciona a los trastornos?

Si nos avocamos particularmente a una crisis de pánico o ansiedad, estas suelen presentarse
como una angustia súbita e intensa, sin ninguna señal o aviso, lo que aumenta el temor de
volver a sufrirlas. La crisis de pánico forma parte del grupo de los trastornos de tipo ansioso y
se caracteriza por una sensación de intenso temor, por ejemplo, a una muerte inminente, un
ataque cardíaco, la pérdida del control psicológico o de tener un desmayo. Esto se acompaña
de manifestaciones físicas que pueden ser muy intensas. Lo habitual es que no exista ningún
peligro ni riesgo identificables.

Como se ha mencionado anteriormente, el ataque de pánico forma parte de los trastornos de


ansiedad, de igual modo puede presentar comorbilidad en conjunto con otro trastorno
asociado. Se caracterizan por la aparición súbita de miedo intenso o malestar intenso que
alcanza su máxima expresión en minutos y en el cual se pueden presentar síntomas como:
- aceleración de la frecuencia cardiaca
- sudoración
- temblor o sacudidas
- sensación de dificultad para respirar o asfixia
- sensación de ahogo
- dolor o molestias en el tórax
- nauseas
- escalofríos o sensación de calor
- miedo a morir
- miedo a perder el control o “volverse loco”

Posterior a las crisis de pánico, las personas suelen presentar mucha inquietud o preocupación
continua sobre si eventualmente vuelve a ocurrir otro ataque de pánico, ante lo cual su rutina
cotidiana y comportamiento se ven significativamente alterados, con el fin de evitar a toda
costa experimentar o vivir lo mismo, y en conjunto con actitudes y conductas evitativas,
como salir menos, miedo a las multitudes, evitar los lugares donde ocurrió el ataque de
pánico, evitar salir solas, etc.

¿Cómo puedo identificar qué estoy experimentado una crisis, sobre todo si no lo he
vivido antes?

Principalmente por la intensidad de los afectos y emociones predominantes, como son la


angustia y miedo intenso que va aumentando en poco tiempo y que generan un malestar a la
persona que se vuelve casi incontrolable al punto de presentar alguno de los síntomas
mencionados anteriormente. Esto siempre tiene que estar sujeto a la subjetividad y realidad
de cada persona, tomando en cuenta sus antecedentes a nivel de personalidad, sus rutinas
cotidianas, necesidades y características personales, dado que no necesariamente todas las
personas van a experimentar una crisis o ataque de pánico por la misma situación o por el
mismo estimulo.

Lo más llamativo de lo anterior, y que suele pasar mucho en la actualidad es el hecho de que
muchas personas experimentan una crisis de pánico en determinados momentos pero no
saben que era una crisis de pánico propiamente tal hasta que acuden con un profesional y
toman conciencia de ello.
¿Qué puede detonar una crisis?

Estas crisis se manifiestan sin ningún aviso y en cualquier momento, incluso cuando la
persona duerme. Algunos lo manifiestan una o dos veces a lo largo de su vida, pero hay
quienes tienen episodios reiterados y recurrentes, los que pueden estar facilitados por
situaciones estresantes o complejas. En relación a esto último es importante considerar que
hay ciertos factores de riesgo (situaciones y circunstancias que pueden aumentar las
probabilidades de una persona de contraer una enfermedad o cualquier otro problema de
salud) los cuales pueden facilitar la aparición de un ataque de pánico como pueden ser:

 Antecedentes familiares.
 Experimentar algún suceso traumático significativo, como puede ser víctima de
violencia, de abuso sexual, la muerte de un ser querido, algún accidente, el cual ya
sea reciente o en algún otra etapa de la vida como en la niñez.
 Cambios importantes de vida.
 Alto y constante nivel de estrés.
 Consumo en exceso de tabaco, alcohol y cafeína, y el uso de drogas.

Si bien no se conoce la causa exacta, se cree que son factores gatillantes el actual estilo de
vida, sumado a factores hereditarios en personas estresadas o con mucho trabajo y un estilo
de vida muy demandante y agotadora. También se ha visto que es más frecuente en personas
que han sufrido situaciones traumáticas en la niñez, depresión, trastornos de ansiedad o
bipolaridad, o cuando hay abuso de alcohol o drogas.

¿Cómo podemos abordar una crisis?

Al momento de estar con una persona que está sufriendo una crisis de pánico lo principal y
más importante es darle contención, facilitarle confianza y acompañamiento en un momento
muy complejo y agobiante para ella. Decirle que estamos aquí para ella y que cualquier cosa
que necesite trataremos de ayudarle en la medida de lo posible, preguntarle que necesita. Las
crisis de pánico suelen ser muy intensas y angustiantes para aquellas personas que las
experimentan pero tarde o temprano terminan y es importante buscar un lugar seguro o con
una persona de confianza que nos ayude a sobrellevar de la mejor manera estos momentos.

Posteriormente sería ideal para la persona llevarla a un lugar más tranquilo en la medida de lo
posible, sin tanto ruido ni estímulos, donde ojala pueda sentarse y comenzar a recuperar el
control paulatinamente. En relación a lo mencionado también es importante no presionar a la
persona, no juzgarla ni cuestionarla por lo que hizo o no hizo, porque con ese tipo de
actitudes solamente vamos a generar que se altere aún más.
A lo dicho anteriormente, también puede ser útil el realizar ejercicios de respiración, de tal
forma que la persona puede controlar ella misma su cuerpo y recuperar la calma y el control
paulatinamente, haciendo ejercicios de inhalación y exhalación profunda. En complemento a
esto último también puede ser bienvenido utilizar otro tipo de recursos que le agraden o
ayuden a la persona, como facilitarle un vaso con agua, un asiento, algún objeto que pueda
utilizar para canalizar la ansiedad y el estrés o también utilizar lavanda, la cual es conocida
por ser calmante y aliviar el estrés. Puede ayudar a que la persona se relaje y tenerla a mano
en caso de cualquier situación similar. También se puede intentar tomar té de lavanda o
manzanilla. Ambos son relajantes y calmantes.

En aquellos casos en los cuales estamos solos y solas, es importante siempre considerar un
“plan de contingencia” vale decir, una suerte de protocolo o medidas que seguir cuando
sintamos que nos viene este malestar, como puede ser tener a mano el celular y el teléfono de
alguien de confianza que nos contenga, también el utilizar recursos que nos ayuden a
sobrellevar de mejor manera esta situación como los mencionados anteriormente, buscar un
lugar lo más cómodo y tranquilo posible.

Las crisis de pánico suelen aparecer de forma súbita, a veces sin necesariamente la presencia
de algún estimulo o situación determinada. Una vez que pase todo este malestar y la persona
se siente mejor, puede ser recomendable buscar ayuda de un profesional o trabajar de alguna
manera que la persona estime adecuada ese malestar para poder ir afrontándolo
paulatinamente y luego pueda controlarlo si es que se vuelven a repetir.

Bibliografía Utilizada

https://www.healthline.com/health/es/como-controlar-un-ataque-de-panico#como-reconocer-
un-ataque-de-panico

Manual Diagnostico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM-5)

https://medlineplus.gov/spanish/anxiety.html

https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/estres-y-ansiedad

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