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¿Por qué ir a psicoterapia?

El iniciar un proceso de psicoterapia no suele ser fácil, la mayoría de las veces solemos
acudir a esta instancia cuando “tocamos fondo”, cuando ya no podemos más con un
malestar determinado que estamos arrastrando hace tiempo o cuando algún malestar se nos
repite constantemente en nuestra vida cotidiana.
Iniciar un proceso de psicoterapia o atención psicológica a veces puede ser algo confuso de
entender, especialmente para aquellas personas que nunca han asistido a esta instancia.
La principal herramienta al momento de asistir a psicoterapia es el dialogo y la
conversación con las personas, si bien es cierto, a lo largo del proceso se pueden ir
utilizando otro tipo de recursos y herramientas dependiendo de cada persona, un elemento
esencial dentro del proceso de psicoterapia es el uso de la palabra, el validar, expresar y
darle forma a lo que vivimos por medio del uso de la palabra.
¿Cuándo acudir a este espacio?
Cada persona es un mundo, con virtudes, defectos y también con necesidades y problemas.
Por lo mismo, cada persona posee su propio ritmo para decidir cuando quiere acudir a
psicoterapia y hablar aquellas cosas que le aquejan, de igual modo pueden haber muchas
razones para decidir ir a psicoterapia dependiendo de cada persona y sus características.
- Usualmente se recomienda acudir a este espacio cuando ya nuestros propios
recursos no son suficientes para afrontar o resolver aquello que nos daña o nos está
generando malestar.
- Cuando se repite algún malestar que no hemos podido afrontar o trabajar por
nuestros propios medios.
- Cuando algún área importante de nuestra vida se ve significativamente afectada por
algún malestar o problemática.
- Cuando hemos vivido situaciones difíciles, dolorosas o traumáticas y no hemos
podido superarlas por nuestros propios medios.
Ir a psicoterapia no tiene nada de malo, ni es nada de otro mundo, es simplemente el acto de
honestidad contigo mism@ de asumir y hacerte cargo de ciertas problemas que se han
vuelto difíciles de afrontar y resolver en tu vida cotidiana.
De igual modo, en este espacio se busca resignificar las experiencias. Significa
desprenderse del recuerdo penoso para transformarlo en un recuerdo susceptible de ser
pensado y puesto en palabras.
La resignificación refiere a otorgar un sentido diferente al pasado a partir de una nueva
comprensión desde el presente, o a dar un nuevo sentido al presente tras una interpretación
distinta del pasado. Resignificamos ciertas experiencias para sanar, cerrar y para seguir
adelante.
Otorgar un nuevo significado a algo. Da cuenta, que a pesar de la adversidad y las malas
experiencias, tu pasado no tiene por qué determinar a tu futuro. Desprenderse del dolor y
las situaciones impuestas por el trauma, y permitirte legítimamente continuar con tu vida.
Esta instancia de trabajo personal nos permite generar un proceso de introspección a nivel
personal, con el fin de ir desarrollando nuevos recursos y herramientas personales que nos
permitan afrontar y desenvolvernos de mejor manera en nuestra vida cotidiana, nuestro
entorno y también con nosotr@s mism@s, es importante ser tolerante con nuestros
procesos personales, nuestros tiempos y experiencias que hemos vivido y nos han
transformado en las personas que somos hoy.
La salud mental es la base para el bienestar y un desenvolvimiento adecuado de una
persona y su entorno, también forma parte de nuestra salud, por lo tanto es importante el
poder velar siempre por nuestro bienestar a nivel psíquico y en nuestra vida cotidiana.
“Psique es una palabra griega que en nuestra lengua significa alma, por tanto el tratamiento
psíquico o psicoterapia ha de llamarse tratamiento del alma…y las palabras son los
instrumentos esenciales del tratamiento psíquico.” (Sigmund Freud, 1905)
¿Por qué ir a psicoterapia?
El iniciar un proceso de psicoterapia no suele ser fácil, la mayoría de las veces solemos
acudir a esta instancia cuando “tocamos fondo”, cuando ya no podemos más con un
malestar determinado que estamos arrastrando hace tiempo o cuando algún malestar se nos
repite constantemente en nuestra vida cotidiana.
Iniciar un proceso de psicoterapia o atención psicológica a veces puede ser algo confuso de
entender, especialmente para aquellas personas que nunca han asistido a esta instancia.
La principal herramienta al momento de asistir a psicoterapia es el dialogo y la
conversación con las personas, si bien es cierto, a lo largo del proceso se pueden ir
utilizando otro tipo de recursos y herramientas dependiendo de cada persona, un elemento
esencial dentro del proceso de psicoterapia es el uso de la palabra, el validar, expresar y
darle forma a lo que vivimos por medio del uso de la palabra.
Ir a psicoterapia no tiene nada de malo, ni es nada de otro mundo, es simplemente el acto de
honestidad contigo mism@ de asumir y hacerte cargo de ciertas problemas que se han
vuelto difíciles de afrontar y resolver en tu vida cotidiana.
De igual modo, en este espacio se busca resignificar las experiencias. Significa
desprenderse del recuerdo penoso para transformarlo en un recuerdo susceptible de ser
pensado y puesto en palabras.
La resignificación refiere a otorgar un sentido diferente al pasado a partir de una nueva
comprensión desde el presente, o a dar un nuevo sentido al presente tras una interpretación
distinta del pasado. Resignificamos ciertas experiencias para sanar, cerrar y para seguir
adelante.
Otorgar un nuevo significado a algo. Da cuenta, que a pesar de la adversidad y las malas
experiencias, tu pasado no tiene por qué determinar a tu futuro. Desprenderse del dolor y
las situaciones impuestas por el trauma, y permitirte legítimamente continuar con tu vida.
La salud mental es la base para el bienestar y un desenvolvimiento adecuado de una
persona y su entorno, también forma parte de nuestra salud, por lo tanto es importante el
poder velar siempre por nuestro bienestar a nivel psíquico y en nuestra vida cotidiana.
“Psique es una palabra griega que en nuestra lengua significa alma, por tanto el tratamiento
psíquico o psicoterapia ha de llamarse tratamiento del alma…y las palabras son los
instrumentos esenciales del tratamiento psíquico.” (Sigmund Freud, 1905)
¿Y para qué sirve ir a psicoterapia?
Como se ha mencionado anteriormente, el acudir al espacio de psicoterapia no suele ser
fácil a primera vista, ya que es una instancia personal en la cual tendremos que darle
espacio y lugar a aquello que nos duele por medio de la palabra.
Iniciar un proceso de psicoterapia o atención psicológica a veces puede ser algo confuso de
entender, especialmente para aquellas personas que nunca han asistido a esta instancia.
Cada persona es un mundo distinto, con sus propias características, virtudes y defectos,
pero también con sus propias necesidades y problemáticas. Por lo mismo, cada persona
posee sus propios motivos o razones para decidir venir a este espacio.
Esta instancia de trabajo personal nos permite generar un proceso de introspección a nivel
personal, con el fin de ir desarrollando nuevos recursos y herramientas personales que nos
permitan afrontar y desenvolvernos de mejor manera en nuestra vida cotidiana, con
nuestros vínculos interpersonales y también con nosotr@s mism@s.
Es importante ser tolerante con nuestros procesos personales, nuestros tiempos y
experiencias que hemos vivido y nos han transformado en las personas que somos hoy.
Ir a psicoterapia es un proceso que requiere tiempo y paciencia, no es algo tan mecánico ni
funciona bajo una lógica de causa y efecto, no hay soluciones simples, cada persona posee
su propia subjetividad.
Para mirarnos a nosotr@s mism@s desde otra óptica. Aprender a identificar y validar
aquello que nos hace mal, y lo que nos hace bien. Comprender de qué manera funcionamos
a nivel psíquico.
Para aprender a valorarnos, y también aprender a cuidar nuestros vínculos afectivos.
Para resignificar y trabajar heridas personales de situaciones complejas que nos haya tocado
vivir.
Para aprender a desarrollar nuevas herramientas y formas de afrontamiento en nuestra vida
cotidiana.
Para dejar de repetir y postergar ese malestar que nos afecta constantemente, que va y
viene.
Para darnos un espacio de contención y compasión, validar nuestro dolor, expresar nuestras
emociones y lo que sentimos, pero que a veces nos cuesta tanto decir o manifestar.
¿Cuál es tu razón para acudir a este espacio?

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