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Alumno: Abel Contreras

CI: 27.095.152

Fundamentos básicos de la electricidad

El átomo eléctrico

El átomo es una estructura en la cual se organiza la materia en el mundo físico o en la


naturaleza. Su estructura está compuesta por diferentes combinaciones de tres sub-partículas:
los neutrones, los protones y los electrones.
El átomo está compuesto por tres subpartículas:

Protones, con carga positiva.


Neutrones, sin carga eléctrica (o carga neutra).
Electrones, con carga negativa.
A su vez, se divide en dos partes:

El núcleo. Formado por neutrones y protones.


La corteza. Formada únicamente por electrones.
  Historia del átomo
El concepto de átomo como bloque básico e indivisible que compone la materia del universo fue
postulado por la escuela atomista en la Antigua Grecia, en el siglo V a. C., siendo Demócrito uno de sus
exponentes.

Aristóteles, posteriormente, postula que la materia estaba formada por cuatro elementos, pero niega la
idea de átomo. La teoría atomista fue sin embargo mantenida por diversas escuelas filosóficas, entre
ellas la epicúrea. Para Epicuro, los átomos son unidades indivisibles que poseen tres propiedades:
forma, tamaño y peso. Se encuentran permanentemente en movimiento y se unen unos a otros en
virtud de sus formas. Su número es infinito y la cantidad de sus formas también es muy grande (aunque
no necesariamente infinita). Las propiedades de los cuerpos derivan de las propiedades atómicas.
Tras la Revolución científica, la escuela atomista griega fue reconsiderada por las nuevas generaciones
de científicos de mediados del siglo XIX, cuando sus conceptos fueron introducidos para explicar las
leyes químicas. Con el desarrollo de la física nuclear en el siglo XX se comprobó que el átomo puede
subdividirse en partículas más pequeñas.89

Los átomos son objetos muy pequeños con masas igualmente minúsculas: su diámetro y masa son del
orden de la diez mil millonésima parte de un metro y cuatrillonésima parte de un gramo. Solo pueden
ser observados mediante instrumentos especiales tales como un microscopio de efecto túnel. Más de un
99,94 % de la masa del átomo está concentrada en su núcleo, en general repartida de manera
aproximadamente equitativa entre protones y neutrones. El núcleo de un átomo puede ser inestable y
sufrir una transmutación mediante desintegración radioactiva. Los electrones en la nube del átomo
están repartidos en distintos niveles de energía u orbitales, y determinan las propiedades químicas del
mismo. Las transiciones entre los distintos niveles dan lugar a la emisión o absorción de radiación
electromagnética en forma de fotones, y son la base de la espectroscopia.

 Cargas eléctricas y sus propiedades

se llama carga eléctrica a una propiedad de la materia que está presente en las partículas
subatómicas y se evidencia por fuerzas de atracción o de repulsión entre ellas, a través de
campos electromagnéticos.

La materia compuesta por átomos es eléctricamente neutra, es decir, no está cargada a menos
que algún factor externo la cargue. Los átomos poseen la misma cantidad de partículas con
carga eléctrica negativa (electrones) que de partículas con carga eléctrica positiva (protones).

Sin embargo, la materia puede cargarse eléctricamente, es decir, puede ganar o perder carga, y
así quedar cargada en forma negativa o positiva. La materia cargada genera un campo eléctrico,
un campo de fuerzas eléctricas. La fuerza electromagnética es una de las cuatro interacciones
fundamentales de la naturaleza.

Las cargas eléctricas no pueden crearse ni destruirse. La cantidad de carga eléctrica en el


universo es constante, no cambia con el tiempo.

Los materiales responden de distinto modo a la inducción electromagnética. Algunos son


conductores de la electricidad y otros son aislantes, es decir, no la conducen.
Conforme al Sistema Internacional de Medidas (SI), las cargas eléctricas se miden en una unidad
llamada Coulombios o Coulombs (C). Su nombre se estableció en honor al físico francés Charles-
Augustin de Coulomb (1736-1806), uno de los mayores estudiosos de este tipo de fenómenos
físicos.

Una unidad de Coulomb se define como la cantidad de carga que transporta una corriente
eléctrica de un amperio por un conductor eléctrico en un segundo. Un amperio corresponde a
6,242 x 1018 electrones libres.
Las cargas eléctricas interactúan entre sí de acuerdo a su tipo: pueden ser positivas o negativas,
como las llamó Benjamín Franklin. Estas denominaciones son arbitrarias, es decir, no hay nada
que distinga a la positiva de la negativa, pero se las piensa igual que a un dipolo magnético,
como una batería, que posee un polo positivo (o norte) y un polo negativo (o sur).

La positiva se denota con el signo + y la negativa con el signo -, convencionalmente. Las cargas
eléctricas de signos iguales se repelen. Las cargas eléctricas de signos opuestos se atraen.

La carga eléctrica es una propiedad intrínseca de la materia, y reside en las partículas


subatómicas: los electrones tienen carga negativa y los protones carga positiva (los neutrones
carga neutra, como su nombre sugiere).

Cuando un objeto se carga eléctricamente, se debe a un desplazamiento en sus electrones, ya


sea de pérdida (ganando carga positiva) o incorporación (ganando carga negativa). Por ende, un
material con exceso de electrones en sus átomos exteriores presentará carga negativa,
mientras que uno con déficit de ellos presentará carga positiva.

En un sistema cerrado, la carga eléctrica se mantiene constante, así como ocurre en cualquier
reacción química.
Historia de la electricidad

La historia de la electricidad está unida a la del ser humano moderno. Y al contrario de lo que
muchos piensan, no fue con Thomas Alva Edison cuando comenzó todo. Mucho antes, hubo
personalidades que ya tuvieron contacto y documentaron fenómenos eléctricos. ¿Quieres
conocer los principales figuras ligadas a esta forma de energía a lo largo de la historia? ¿Y los
principales hitos que nos han llevado hasta nuestros días? Hoy, en el blog de Lúmina Energía te
contamos una breve historia de la electricidad.

Primeros contactos en la Edad Antigua


Los primeros contactos con la electricidad documentados se dan en la Antigua Grecia, cuando
en el siglo V A.C, Thales de Mileto documentó la atracción que ocurría al frotar el ámbar con
una tela. Más tarde este fenómenos sería conocido como electricidad estática. Además, la
electricidad le debe su nombre a este filósofo griego ya que deriva de la palabra griega
‘elektron’, ¡que significa ámbar!

Tres siglos después, Teosfrato fue el primero que realizó un estudio sobre la electricidad,
documentando varios fenómenos relacionados.

En los últimos años han circulado teorías sobre cómo conseguían iluminarse los antiguos
egipcios dentro de las pirámides. ¿Cómo consiguieron esa perfección sin iluminación artificial?
¿Con fuego? Muchos investigadores sostienen que no hay restos de hollín en las cámaras y
afirman que se debe a un fenómeno que no conocemos. Imagina por un instante que fueron
ellos los inventores de la bombilla milenios antes que Edison. ¡Habría que reescribir los libros de
historia!

La Edad Moderna. Lo que nos ha llevado hasta nuestros días


En 1600, Isabel I, reina de Inglaterra, ordenó al físico William Gilbert investigar los imanes para
perfeccionar las brújulas de navegación, un instrumento vital en el siglo XVI. Su trabajo fue la
base del estudio del magnetismo.

Benjamin Franklin, un personaje ilustre en la historia de Estados Unidos, demostró en el siglo


XVIII la naturaleza eléctrica de los rayos. Este descubrimiento le permitiría comenzar a utilizar la
electricidad en aplicaciones prácticas, utilidades que le permitirían inventar el pararrayos.
Posteriormente, las investigaciones de Alejandro Volta en el siglo XIX le permitieron desarrollar
las primeras celdas químicas capaces de almacenar la electricidad. Fue así como inventó la pila.

Y es que, en este siglo, convivieron los responsables de gran parte de los avances que han
hecho posible que hayamos llegado hasta nuestros días. Nombres como Faraday, Ohm, Ampere
o Morse realizaron sus progresos en el siglo XIX.

Ya al final de siglo surgieron personalidades como Edison o Tesla, que con sus investigaciones
cambiarán el curso de la historia y pondrían a la electricidad como eje central de nuestras vidas.

Importancia de la electricidad

Además de ser un servicio es una necesidad básica para poder realizar una gran cantidad de
actividades, sea la iluminación necesaria para el Ámbito Escolar a la hora de leer un libro o
escribir a mano, como también las tareas destinadas a la Industria y Negocios, brindando la
alimentación energética necesaria para que funcione una maquinaria, un artefacto o bien un
Dispositivo Electrónico que requiere de una alimentación de energía para poder trabajar.

Existen distintas formas de poder obtener Energía Eléctrica, teniendo diferenciación e


importancia (sobre todo en los últimos años) aquella que se obtiene utilizando Recursos No
Renovables, siendo estos la transformación de calor mediante la quema de Combustibles
Fósiles o cualquier otro tipo de Hidrocarburos, mientras que por otro lado tenemos las
consideradas Energías Limpias, que provienen de la utilización de Recursos Renovables.
Pero la Electricidad no se resume simplemente a este bien aprovechable, sino que está relativo
a un análisis Físico y Químico del comportamiento de las distintas sustancias en particular,
como también al análisis del comportamiento de las conocidas como Cargas Eléctricas, que
consisten en fuerzas que generan una Atracción y Repulsión siendo representadas mediante
vectores con sentido y dirección dependiendo el Campo Eléctrico que conformen.
Una de las cualidades de la presencia de Electricidad en un cuerpo es la formación del
denominado Campo Magnético, siendo su variación la causante de la conocida como Corriente
Eléctrica, mediante un fenómeno de Magnetismo, que puede generar la realización de un
trabajo específico mediante la medición de un Potencial Eléctrico.
La constante dieléctrica
La constante dieléctrica, o permisividad relativa, de un medio continuo hace referencia a una
propiedad macroscópica de un medio dieléctrico relacionándolo con la permitividad eléctrica
del medio. La constante dieléctrica puede ser calculada como: εr=CfCiεr=CfCi siendo CiCi la
capacidad en el vacío de un consensador de prueba y CfCf la capacidad del condensador con el
dieléctrico insertado entre sus placas. El nombre proviene de los materiales dieléctricos, que
son materiales no conductores por debajo de una cierta tensión eléctrica llamada tensión de
ruptura.
Fuerza eléctrica y fuerza magnética

Entre dos o más cargas aparece una fuerza denominada fuerza eléctrica cuyo módulo depende del valor
de las cargas y de la distancia que las separa, mientras que su signo depende del signo de cada carga. Las
cargas del mismo signo se repelen entre sí, mientras que las de distinto signo se atraen.

La fuerza es una magnitud vectorial, por lo tanto además de determinar el módulo se deben determinar
la dirección y el sentido.

Dirección de la fuerza eléctrica

Si se trata únicamente de dos cargas, la dirección de la fuerza es colineal a la recta que une ambas
cargas.

Sentido de la fuerza eléctrica

El sentido de la fuerza actuante entre dos cargas es de repulsión si ambas cargas son del mismo signo y
de atracción si las cargas son de signo contrario.

Fuerzas originadas por varias cargas sobre otra

Si se tienen varias cargas y se quiere hallar la fuerza resultante sobre una de ellas, lo que se debe hacer
es plantear cada fuerza sobre la carga (una por cada una de las otras cargas). Luego se tienen todas las
fuerzas actuantes sobre esta carga y se hace una suma de fuerzas, con lo que se obtiene un vector
resultante.
fuerza magnética

refiere, por lo tanto, a la dimensión de las fuerzas electromagnéticas relacionada a cómo se distribuyen
las cargas que se mantienen en movimiento. Estas fuerzas surgen cuando se mueven partículas
cargadas, tal como ocurre con los electrones. En el caso de los imanes, el movimiento produce líneas de
campo magnético que salen y vuelven a entrar al cuerpo, generando el magnetismo.

La fuerza magnética se dirige de un polo hacia otro. Cada polo es un punto donde convergen las líneas
de la fuerza magnética. Por lo tanto, cuando dos imanes se acercan, esta fuerza genera una atracción
entre ambos siempre que los polos sean opuestos. En cambio, si los polos tienen la misma polaridad, la
fuerza del magnetismo hará que estos imanes se rechacen entre sí.

Así, sintetizando y dejando patente lo expuesto, a la hora de hablar de fuerza magnética tenemos que
dejar claro que existen dos tipos claramente diferenciados. Así, en primer lugar, está lo que se conoce
como fuerza magnética sobre un conductor y en segundo lugar nos encontramos con la fuerza
magnética entre imanes.

En el primer tipo citado asimismo nos topamos con la existencia de dos variantes dentro de la misma y
esta diferenciación se basa en la forma rectilínea o no del conductor, que es aquel alambre o hilo por el
que circula la corriente eléctrica.

Un ejemplo de fuerza magnética se halla en la brújula, cuya aguja imantada siempre señala el norte
magnético.

Todo lo expuesto además nos lleva a dejar patente la existencia de diversos trabajos, conceptos y
estudios como la conocida Ley de la Fuerza de Lorentz. Esta viene a definirse como aquella fuerza que es
ejercida por un campo electromagnético que a su vez recibe una corriente de tipo eléctrico o una
partícula cargada.

Una fuerza la citada que tiene diversas variantes tales como la clásica o las alternativas, dentro de las
cuales a su vez nos encontramos con la llamada fuerza tensorial y con la integral

La electrostática y su aplicación

La electrostática es la rama de la física que analiza los efectos mutuos que se producen entre
los cuerpos como consecuencia de sus cargas eléctricas, es decir, el estudio de las cargas
eléctricas en equilibrio. La carga eléctrica es la propiedad de la materia responsable de los
fenómenos electrostáticos, cuyos efectos aparecen en forma de atracciones y repulsiones entre
los cuerpos que la poseen. Históricamente, la electrostática fue la primera rama del
electromagnetismo en desarrollarse. la postulación de la ley de Coulomb fue descrita y utilizada
en experimentos de laboratorio a partir del siglo XVII, y ya en la segunda mitad del siglo XIX las
leyes de Maxwell concluyeron definitivamente su estudio y explicación, además permitieron
demostrar cómo las leyes de la electrostática y las leyes que gobiernan los fenómenos
magnéticos pueden ser analizadas en el mismo marco teórico denominado electromagnetismo.
-La electricidad estática se usa habitualmente en xerografía en la que un pigmento en polvo
(tinta seca o tóner) se fija en las áreas cargadas previamente, lo que hace visible la imagen
impresa.

-En electrónica, la electricidad estática puede causar daños a los componentes, por lo que los
operarios han de tomar medidas para descargar la electricidad estática que pudieran haber
adquirido. Esto puede ocurrir a una persona por frotamiento de las suelas de los zapatos (de
materiales como la goma) contra suelos de tela o alfombras, o por frotamiento de su
vestimenta contra una silla de plástico. Las tensiones generadas así serán más altas en los
días con baja humedad relativa ambiente. Hoy las alfombras y las sillas se hacen con
materiales que generen poca electricidad por frotamiento. En los talleres de reparación o en
fábricas de artefactos electrónicos se tiene el cuidado de evitar la generación o de descargar
estas cargas electrostáticas.

-Al aterrizar un avión se debe proceder a su descarga por seguridad. En los automóviles
también puede ocurrir la electrificación al circular a gran velocidad en aire seco (el aire
húmedo produce menores cargas), por lo que también se necesitan medidas de seguridad
para evitar las chispas eléctricas.

Se piensa que la explosión en 2003 de un cohete en el Centro de Lanzamiento de Alcántara en


Brasil, que mató a 21 personas, se debió a chispas originadas por electricidad estática.

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