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CASO 6

SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

Como tradicionalmente la investigación laboral se ha


centrado en las industrias en las que predominan los
hombres, el conocimiento que se tiene sobre cómo
prevenir las lesiones en las mujeres es, como mínimo,
fragmentario. Sabemos todo sobre el levantamiento de
cargas pesadas en la construcción: cuáles deben ser los
límites de peso o cómo puede hacerse de manera segura.
Pero cuando se trata de levantar objetos pesados en el
trabajo de cuidados, eso es trabajo de mujeres, y ¿quién
necesita formarse para eso?

Béatrice Boulanger no recibió ninguna


formación. Como cuidadora doméstica
de personas mayores, «aprendió todo
en el trabajo». Pero entre sus tareas
había muchos levantamientos, a menudo
de personas con sobrepeso. Un día,
mientras ayudaba a una mujer a salir del
baño, se le dislocó el hombro. «Todo lo
que rodeaba la articulación se estaba
desintegrando», contó a la revista sobre
salud ocupacional Hazards. «Los
médicos tuvieron que cortar la cabeza
del húmero». Al final, Boulanger necesitó
un reemplazo de hombro completo y ya
no puede realizar su trabajo.

Boulanger no es un hecho aislado. Las mujeres que trabajan


como cuidadoras y asistentas pueden levantar más peso en
un turno que un obrero de la construcción o un minero.
«Hace tres años solo había un lavabo en el piso de arriba
—dijo a Equal Times una encargada de la limpieza de un
centro cultural de Francia—.
Teníamos que llevar los cubos arriba y abajo cuando el
agua se ensuciaba. Nadie cayó en cuenta». Y a
diferencia de los obreros de la construcción y los
mineros, cuando estas mujeres se van a casa no es
para descansar, sino que hacen un segundo turno no
remunerado en el que tienen que seguir levantando,
arrastrando, agachándose y frotando.
En su retrospectiva de una vida dedicada a la
investigación sobre la salud ocupacional de las
mujeres de 2018, Karen Messing, genetista y
profesora de ciencias biológicas en la Universidad
de Montreal, escribe que «todavía no se han
realizado investigaciones biomecánicas sobre los
efectos del tamaño de los senos en las técnicas
de lifting asociadas con el dolor de espalda»,
a pesar de que la ingeniera Angela Tate de
Memorial University alertó a los científicos del
sesgo masculino en los estudios biomecánicos
que se hicieron en la década de los noventa.
Messing también señala que las partes de las
mujeres sobre el dolor musculoesquelético
asociado con el trabajo se siguen tratando con
escepticismo, a pesar de la acumulación de
informes que indican que los sistemas de dolor
funcionan de manera diferente entre mujeres y
hombres. Mientras tanto, hemos advertido hace
muy poco que casi todos los estudios sobre el
dolor se han realizado exclusivamente con
ratones macho.

La brecha de datos de género en la salud ocupacional a veces


se atribuye a que los hombres tienen más probabilidades que
las mujeres de morir en el trabajo. Pero si bien es cierto que los
accidentes más dramáticos siguen dominados por los
trabajadores varones, esta no es la historia completa, porque un
accidente laboral no es de ningún modo la única forma en que
el trabajo puede matar a un empleado. De hecho, ni siquiera es
la más común.
Cada año mueren ocho mil personas de algún cáncer
relacionado con su trabajo. Y aunque la mayoría de las
investigaciones en este campo se han realizado en hombres,
dista mucho de ser evidente que ellos sean los más
afectados. En los últimos cincuenta años, las tasas de cáncer
de mama en el mundo industrializado han aumentado
significativamente, pero al no investigarse los cuerpos, las
ocupaciones y los entornos de las mujeres, faltan los datos de
lo que hay exactamente detrás de este aumento. «Sabemos
prácticamente todo acerca de las enfermedades relacionadas
con la exposición al polvo del carbón de los mineros —me
comenta Rory O’Neill, investigadora de políticas laborales y
ambientales en la Universidad de Stirling—. Pero no puede
decirse lo mismo de las exposiciones, físicas o químicas, en
los trabajos “de las mujeres”».
Reflexione
con su grupo
¿Cómo pueden analizar la brecha de datos
de género que se presenta en el ámbito de
la salud y seguridad en el trabajo?

¿Habían pensado antes en que el trabajo no


remunerado que hacen las mujeres debería
estudiarse, cuantificarse y medirse?
¿Por qué?

¿Después de leer el artículo, creen que los


datos y en general, la manera como está
organizado el mundo puede responder a
una lógica masculina que descuida el punto
de vista de las mujeres o sus necesidades?

¿Cómo podrían las ingenierías o la


arquitectura crear soluciones frente a
problemas que solo viven y enfrentan las
mujeres en su cotidianidad?

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