Está en la página 1de 6

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

“Año del Fortalecimiento de la Soberanía


Nacional”

INTEGRANTES:

Inchaustegui Barrantes, Yuri Ernesto


Sosa Mejía Ediberto Aquines
Suarez Aybar Danicsa Milagros
Tapia Pérez Leydi Milagros

CURSO:

MARCS: Negoc. Concil. Y Arbitraje

CLASE:

7186

DOCENTE:

Ysaac Marcelino Arcos Flores

LIMA – PERÚ
OBLIGATORIEDAD DEL PROCEDIMIENTO CONCILIATORIO EXTRAJUDICIAL
¿indigestión procedimental?

A PROPÓSITO DEL PROCEDIMIENTO CONCILIATORIO EXTRAJUDICIAL Y NUESTRA


CULTURA
I. INTRODUCCION
El siguiente trabajo está dirigido a definir dentro del espacio de soluciones
opcionales al conflicto, el instituto de la conciliación, definiendo su naturaleza
jurídica y sugiriendo cual habría de ser el contexto psicosocial indispensable para
que este procedimiento de autocomposición asistida pueda ser altamente efectivo

II. ANTECEDENTES DE LA CONCILIACION


Una revisión sobre sus antecedentes puede darnos una mayor amplitud de estudio
de la institución y de sus características. Así, en la arcaica China, la conciliación era
el principal requerimiento para solucionar discrepancias. Según Confucio, la
solución óptima de una desavenencia es conseguida mediante la persuasión moral
y el convenio, y no bajo coacción. Confucio hacía referencia a la existencia de una
armonía natural en las relaciones humanas que no debía detenerse. La conciliación
a gran nivel se sigue practicando en la actualidad en la China.

En algunos sitios de África, la costumbre de resolver los conflictos mediante una


junta de vecinos es un método utilizado históricamente. Cualquier vecino puede
llamar a esta junta donde un personaje respetado actúa como autoridad en
condición de conciliadora, para ayudar a las personas a solucionar el conflicto.

III. MARCO CONCEPTUAL


A diferencia de la heterocomposición donde el conflicto es solucionado por un
tercero, la autocomposición es la solución del problema por las mismas partes sin
que un implante su decisión a la otra a través del uso de la fuerza o la intimidación
de su uso. Así la autocomposición busca un recurso reflexivo y no extintivo, de allí
que se determina a través de acuerdos entre las partes del conflicto.

Las maneras de autocomposición podemos organizarlas en directas e indirectas.


Las primeras se caracterizan porque las partes resuelven el conflicto sin la ayuda
de terceros. En estos asuntos tenemos tres supuestos: a). la transacción, que es el
convenio entre las partes para resolver el conflicto a través del otorgamiento de
concesiones reciprocas; b). el allanamiento, que es el sometimiento del interés de
la persona contra la que se destina la exigencia, quien llega a admitir la prevalencia
del interés del otro y; c). el desistimiento, cuando el pretendiente abandona a su
finalidad en favor del interés del otro, sacrificando con ello su propio interés.
La autocomposición indirecta se ejecuta con la ayuda de un tercero ajeno a las
partes, un componedor a quien las partes admitan mutuamente para que,
interviniendo como medio de acercamiento, motive en ellas una resolución que se
exprese mediante uno de los tres medios de autocomposición directa antes
referidos. Los medios mediante los cuales la autocomposición indirecta pretende
arribar finalmente a una autocomposición directa son a). la mediación, donde un
tercero es quien pretende comunicar a las partes en sí para que estás lleguen a un
acuerdo sobre el asunto en desacuerdo; b). la conciliación, donde el tercero busca
la misma finalidad que el mediador, solo que contrario de aquel, plantea
mecanismos de solución a las partes y procura persuadirlas para llegar a una
solución negociada.

IV. SOBRE EL PAPEL DEL CONCILIADOR


Si sabemos que la conciliación es el proceso por el cual dos personas en conflicto
logran recuperar la relación rota, gracias a la intermediación de un tercero
denominado conciliador... ¿Cuál es el rol que le toca asumir a este personaje? A
nuestro entender el conciliador no es sino un facilitador de la comunicación, un
creativo y sano componedor, un descifrador de intereses por encima de la liminar
rigidez de posiciones. En este orden de ideas, no ejerce la función de Juez ni de
árbitro (posición vertical), sino la de un mediador--componedor (posición
horizontal) que enfila sus destrezas persuasivas en base a la previa dilucidación de
los intereses, con prevalencia sobre las posiciones de las partes. Está por tanto
presente la intención de solucionar pacíficamente el problema mediante
proposiciones creativas que pueden trascender el ámbito del conflicto en sí, a
diferencia de la rigidez que caracteriza a la conciliación judicial en donde las
prestaciones a cargo de las partes están delimitadas por la naturaleza jurídica del
litigio.

V. PRINCIPIOS Y CARACTERÍSTICAS DE LA CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL


Una manera de resaltar los atributos de esta institución, es a través de la
explicación de sus principios inspiradores, los mismos que nos pueden ir
delineando las necesidades y carencias de su aplicación que se vienen detectando
en la práctica, necesidad por ejemplo de la participación activa, consiente, cívica,
justa, y ---diríamos nosotros-- principista de las partes, para la búsqueda de una
solución que las satisfaga a ambas o por lo menos con una solución en la que
ambos estén de acuerdo.

Entre los principios podemos citar los siguientes:

A). No formalidad del procedimiento:


El procedimiento conciliatorio es libre en cuanto a la presentación de pruebas,
argumentos e intereses. Salvo la formalidad que debe revestir el acuerdo
conciliatorio (pues debe tenerla ya que se trata de un acuerdo con efecto de cosa
juzgada), no hay fases ni momentos definidos para el desarrollo del procedimiento
en sí. En algunos casos las pruebas no son necesarias; basta con la voluntad de las
partes, con la comunicación y la confianza.

B). Buena fe y veracidad:


Es obligación de las partes y todos los que participen en la conciliación el
conducirse dentro e los cánones del respeto recíproco. Impone la necesidad de
proporcionar información fidedigna al conciliador, es decir, la información debe ser
cierta sobre las causas y consecuencias del conflicto, el revelar los intereses,
evitando tergiversaciones.

 Voluntariedad:
Las partes son las únicas que tienen la potestad de tomar una decisión final
a favor de alguna alternativa de solución. El conciliador está obligado a
responsabilizarse por asistir a las partes a llegar a un acuerdo satisfactorio,
no a forzarlo.
VI. LA CONCILIACIÓN COMO PROCEDIMIENTO PREVIO:
De dichas características la conciliación es una institución consensual y en tal
sentido los acuerdos adoptados deben obedecer única y exclusivamente a la
voluntad de las partes. Esto se debe a no sólo en circunscribirse al proceso
conciliatorio en sí, sino a su inicio, a su utilización como mecanismo alternativo de
solución de conflictos, mecanismo que en nuestro país no tiene nada de
consensual ni de voluntario, en tanto el Estado lo ha condicionado como un
requisito de procedibilidad previo al otorgamiento de tutela jurisdiccional.

Entonces, se dice que la conciliación en el Perú consiste en un acercamiento


forzoso previo, una obligación impuesta que hace desaparecer en los justiciables
su carácter de tal, esto se debe en que ya no son justiciables previo del
procedimiento de conciliación extrajudicial. Esta ley ha hecho desaparecer de
manera automática el denominado interés para obrar, que fue llamado “condición
de la acción” indispensable para acudir en la tutela jurisdiccional ante el Poder
Judicial. Por el cual, ya no se puede demandar sin agotar el trámite previo de
acudir forzosamente a un centro conciliatorio y realizar un gasto que, en las
actuales circunstancias, irrita aún más a quien pretende la obtención de justicia.
a). La poca disposición de los abogados procesalistas, en tanto no existe una
cultura de retribución económica adecuada cuando el conflicto se soluciona vía
conciliación.

b). No existe una cultura pro conciliatoria en el país, siendo esto, nuevamente
objetivos, la conciliación tiene la gran limitación de concebir el conflicto como
fondo, con prescindencia de las habilidades de los actores.

c). Porque aun pudiendo perderse un juicio, el proceso traslada el eventual


resultado nocivo a un futuro no cercano. Los procesos judiciales son de largo
aliento. Son costosos y quien es consciente que carece de la razón y va a perder la
contienda, simplemente aplica una regla de costo e beneficio.

VII. DIFERENCIAS ENTRE LA LÓGICA DEL PROCESO JUDICIAL Y LA CONCILIACIÓN:


La conciliación y el proceso judicial se diferencian por el nivel de solución, el
criterio de solución a emplearse, la atmósfera particular de cada mecanismo, la
orientación hacia el conflicto y el tipo de control del tercero, por lo que podemos
empezar a discernir entonces que se tratan de mecanismos distintos, poco
compatibles y diríamos hasta opuestos.
1. Nivel de solución: El proceso judicial se basa en dar solución a las pretensiones o
exigencias planteadas en la demanda, contestación de la demanda y la
reconvención, es decir, se limita en el petitorio. Asimismo, la conciliación apunta a
resolver los problemas presentes o no presentes en estos documentos con el fin de
explorar posibles soluciones que satisfagan los intereses y necesidades de las
partes.

2. Criterio de solución: Mientras que el proceso judicial interpreta y aplica la norma


correspondiente para solucionar conflictos, la conciliación es lo suficientemente
flexible para utilizar cualquier otro criterio elegido imaginativamente por las partes
y el tercero. Estos criterios se aplican dentro del marco amplio que nos brinda la
legalidad y no a través de la norma aplicable.

3. Atmósfera: En tanto que el proceso judicial maneja una racionalidad y discurso


adversariales confrontaciones, la conciliación fomenta un clima lo suficientemente
cooperativo para solucionar los problemas.
4. Orientación hacia el conflicto: El proceso judicial enfatiza su labor en la discusión
de los hechos pasados, por ello, estos se encuadran dentro de un supuesto de
hecho para obtener una consecuencia jurídica; por lo tanto, la conciliación
reconoce la importancia de la discusión del pasado pero moviliza el conflicto a la
identificación de los problemas que actualmente separan a las personas esto
debido a presente y, posteriormente, encamina la discusión hacia soluciones
ideales esto debido a futuro.

5. Control del proceso: A diferencia del gran control que posee el juez en el proceso
judicial, la conciliación plantea una relación horizontal entre el conciliador y las
partes.

VIII. ¿POR QUÉ LOS ABOGADOS PROCESALISTAS NO DEBEN RECHAZAR LA


CONCILIACIÓN?

PRIMERO: OBTENCIÓN DE MAYOR TIEMPO LIBRE Y HONORARIOS PARA EL


ABOGADO A CORTO PLAZO. MAYOR BENEFICIO PARA LA SOCIEDAD
Siendo objetivos, la supuesta maximización del tiempo laboral se produciría si cada
abogado independiente tuviera una oferta de cartera a raíz de tres casos
mensuales, de tal modo que, obteniendo la conciliación de dos, se queda por lo
menos con uno para su cartera judicial, de tal forma que en un año por lo menos
llega a tener doce casos.

SEGUNDO: EL INTERES DEL CLIENTE DEBE PRIMAR SOBRE EL INTERES DEL


ABOGADO
Para afrontar un problema se debe ser realista y realista es quien asume un
problema en su real dimensión. Y la real dimensión debe encararse propiciando un
cambio drástico en la cultura de pago. Mientras los justiciables no estimulen
retributivamente al abogado pro-conciliador, tendrán proceso.

TERCERO: OBLIGACIÓN DEL ABOGADO DE DESCONGESTIONAR EL PODER


JUDICIAL Y MEJORAR EL NIVEL DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.
La obligación de descongestionar al Poder Judicial es del Estado, mediante la
formación de mejores jueces que mejoren y den fluidez al servicio de
administración de justicia, mediante la introducción vía persuasión de mecanismos
alternativos de solución de conflictos. Imponer esta misión a los abogados
procesalistas, es como decirles que renuncien a su derecho al trabajo pues si son
procesalistas tendrán que dedicarse a otras ramas del Derecho.

También podría gustarte