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“Año del fortalecimiento de la soberanía nacional”

UNIVERSIDAD
NACIONAL DEL ALTIPLANO DE PUNO

ESCUELA DE POS GRADO

Curso : POLITICA EDUCATIVA

DOCENTE: Dr. Julio Adalberto Tumi Quispe

TRABAJO DE : ELABORACION DE ENSAYO ACADEMICO

ESTUDIANTE: EVA MARILUZ CHINO LUQUE.

PUNO 2022
LA IMPORTANCIA DE LA PRIMERA INFANCIA

En la actualidad en nuestro país en pleno siglo XXI se puede apreciar la poca

importancia a la primera infancia por parte de nuestras autoridades Nacionales,

Regionales y Locales que muestren su desinterés y poca preocupación por la

atención, hasta la fecha solo se tienen plasmadas en documentos sin accionar con

un presupuesto para la implementación para una atención de calidad, como todo

infante está sujeto a derechos para la atención integral como es mencionado por el

mismo MINEDU.

Cuando hablamos de una educación de calidad sobre la atención de la primera

infancia queremos que sea para su pleno desarrollo en un proceso continuo,

multidimensional, que tenga un lugar en un contexto de interacción entre sus pares

y las personas de su entorno.

Hasta hace unos años atrás solo el 43% de niñas y niños menores de 5 años en

países de ingreso medio y bajo no estarían alcanzando su máximo potencial de

desarrollo, principalmente porque crecen en contextos de pobreza que

comprometen su desarrollo cerebral, la formación de relaciones de apego con sus

cuidadores y las experiencias tempranas de su aprendizaje a su corta edad.

Las políticas y programas para la primera infancia son cruciales para garantizar el

desarrollo integral de las niñas y niños desde los 0 hasta los 2 años en una primera

etapa, así mismo en las edades de 3 a 5 años de edad, los cuales es necesario

ofrecer una amplia forma de apoyo a los niños y sus familias en diferentes áreas
como es el de SALUD, NUTRICION, PROTECCION, SOCIAL, BIENESTAR

EMOCIONAL, APRENDIZAJE Y EDUCACION A LAS FAMILIAS.

Para ello como una de las políticas en el sistema educativo de la atención de la

primera infancia en el Perú, plantean los siguientes servicios e intervenciones según

“objetivo principal”

- Una educación inicial escolarizada; servicio que es presupuestada por el

MINEDU para algunos aspectos como materiales educativos e bibliográficos,

infraestructura, servicios básicos de los ciclos I desde las edades 0 -12

meses, 12 -24 meses, 24 – 36 meses y el ciclo II de 36 – 48 meses, 48 – 60

meses y 60 – 72 meses que vendrían a ser llamados los jardines.

- Los programas no escolarizadas (PRONOEI), servicio que NO cuenta con un

presupuesto netamente para la atención de las niñas y niños que son

atendidos en zonas donde no tienen las comodidades de ser atendidos de

una educación de calidad, estos programas funcionan en las zonas rurales

donde muchas veces las familias solo se dedican a una agricultura para su

consumo sin tener las mismas oportunidades de una educación escolarizada,

No cuentan con un presupuesto de Alimentación, salud, bienestar emocional

del niño y familia, protección, vivienda, servicios de conectividad, materiales

didácticos, material bibliográficos, infraestructura, servicios básicos como el

agua-desagüe, energía eléctrica e internet de los ciclos I desde las edades 0

-12 meses, 12 -24 meses, 24 – 36 meses y el ciclo II de 36 – 48 meses, 48 –

60 meses y 60 – 72 meses.(Guerrero, 2019a)


La situación de la primera infancia en el Perú en cuanto a los indicadores de Salud,

educación y protección, en las últimas décadas la primera infancia ha sido

claramente reconocida como una prioridad del Estado y las políticas publicas en

varios documentos vigentes. Pero algunos indicadores vinculados al desarrollo

infantil se ha observado mejoras en los últimos años, con una mirada cuidadosa a

los mismos refleja que hay una serie de safios pendientes en términos de salud,

nutrición, educación, atención emocional y protección de la primera infancia.

Con relación a los indicadores de salud y nutrición, el porcentaje de niños con bajo

peso al nacer (menos de dos kilos y medio), si bien es bajo (7.3% para el año 2017),

ha aumentado respecto al año 2000 (en que se encontraba en 5.9%). Los valores

más altos se registran en zonas rurales, en la región selva, y entre los niños que

pertenecen a hogares del quintil inferior de bienestar o riqueza. Respecto al

porcentaje de niños menores de 30 meses que cuentan con todas sus vacunas, el

indicador ha ido mejorando en la última década, pasando de 66.3% en el año 2000

a 74.6% para el año 2017. Cuando se desagrega la información, aún se observan

brechas, encontrándose porcentajes más bajos de niños con vacunas completas en

zonas rurales, en la región selva, y particularmente entre niños que provienen de

hogares pertenecientes al quintil más bajo de bienestar .

A lo largo de esta última década, las brechas por género han ido reduciéndose, e

incluso en la actualidad la matrícula es ligeramente mayor entre las niñas en el nivel

inicial (82.01% versus 81.02 de sus pares varones). Las brechas en el acceso según

área de residencia también han ido acortándose. Mientras que en el año 2008 el

acceso en zonas urbanas al ciclo II de educación inicial (3 a 5 años) era cerca de


20 puntos porcentuales mayor que el acceso en zonas rurales (73.6 versus 55.1%);

para el año 2017 la brecha se ha reducido a dos puntos porcentuales: 83.2% en

zona urbana versus 81.2% en zonas rurales. Sin embargo, persisten brechas a la

fecha -aunque cada vez menores- en el acceso al ciclo II de educación inicial (3 a 5

años) por región natural, siempre a favor de la costa.

Finalmente, en cuanto a indicadores de protección, la Encuesta Nacional

Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) recoge información sobre el uso del

castigo físico por parte del padre y de la madre en la crianza de sus hijos. La

evolución del indicador en la última década nos muestra que, si bien el uso del

castigo físico se ha reducido considerablemente entre el año 2011 y el 2017, aún

sigue siendo una práctica común en aproximadamente 1 de cada 5 hogares con

niños y niñas. Al desagregar el indicador por área de residencia, se observa que el

uso del castigo físico está mucho más extendido en zonas rurales; mientras que, si

se desagrega según región natural, este es más frecuente en la selva que en la

sierra y sobre todo la costa (donde su uso es considerablemente menor)

Entonces podemos llegar a apreciar que la situación de la primera infancia en Perú,

si bien breve, muestra la necesidad de seguir fortaleciendo las políticas públicas

dirigidas a este grupo etario además de ser la primera etapa de formación de un ser

humano, con especial énfasis en la integralidad y la calidad de las prestaciones y

mas como las autoridades suelen llamar y mencionar que están trabajando por

brindar una “CALIDAD EDUCATIVA”. (Guerrero, 2019b)


La Educación Inicial que se atiende es el primer nivel de la Educación Básica

Regular (EBR). Atiende a niños desde los 3 meses, hasta los 5 años de edad, en

forma escolarizada y no escolarizada, a través de diversas estrategias que

funcionan con participación de las familias, agentes comunitarios y autoridades de

los gobiernos locales. La obligatoriedad de la Educación Inicial comprende la

responsabilidad de proveer servicios educativos diversos dirigidos a los niños de 0

a 2 años o a sus familias y a partir de los 3 años la obligación de las familias de

hacer participar a los niños en programas escolarizados o no escolarizados del Nivel

Inicial (Art. 42 Reglamento de Educación Básica Regular). Este primer nivel

promueve prácticas de crianza con participación de la familia y de la comunidad,

contribuye al desarrollo integral de los niños, teniendo en cuenta su crecimiento

social, afectivo y cognitivo, la expresión oral y artística, la psicomotricidad y el

respeto de sus derechos (Art. 36 Ley General de Educación).

Hablando sobre la calidad de los cuidados se tiene las siguientes descripciones; La

calidad de los servicios en el Ciclo I está centrada en la satisfacción de las

necesidades básicas del niño (alimentación, sueño, cambio de ropa y vestido, aseo

y baño, higiene, entre otros), atención que se brinda a los niños y se realiza a través

de tres momentos de interacción: (i) entre el niño y el adulto, (ii) entre el niño y los

objetos y (iii) entre el niño, el objeto y el adulto, aprovechando estos momentos

(mientras se le cambia de ropa o se le alimenta entre otros) el adulto permite que el

niño desarrolle capacidades en una relación respetuosa y de comunicación amable

antes y durante estos momentos. Es a partir de esta interacción que se logra que

vaya adquiriendo en forma progresiva su autonomía. Si en estos momentos el niño


no participa, será más difícil que tome conciencia de su cuerpo y de lo concerniente

a su autonomía y cuidado personal. El bebé que participa directamente

interactuando en los momentos de cuidado vive un equilibrio emocional y afectivo

satisfactorio y toma la iniciativa cuando no hay presencia del adulto. En un ambiente

adecuado es capaz de buscar el objeto que le interesa, de explorarlo solo, de jugar

y manipularlo. El niño criado en estas condiciones requiere de menos asistencia del

adulto en muchos terrenos y de esta forma, genera sentimientos de competencia y

seguridad en sí mismo que lo acompañarán durante toda la vida.

Actividad orientada a que los niños accedan de manera libre y espontánea a los

sectores del aula que les permitan desarrollar sus proyectos de juego e interactuar

con los materiales y juguetes. Las capacidades que se logran en los niños están

orientadas al desarrollo del pensamiento simbólico, creatividad, relaciones sociales,

autonomía, observación, análisis, desarrollo del pensamiento matemático,

expresión oral, entre otros. La docente y promotora deben tener los sectores bien

implementados, ordenados y renovados periódicamente En este momento la

docente o promotora organiza y observa a los niños e interviene solo en los casos

que así lo requieran, registrando aquellas acciones que destaquen del

comportamiento del niño (positivas o negativas) y que le brindan información de las

capacidades que ha desarrollado o que le faltan desarrollar. Es importante que los

sectores estén bien equipados de acuerdo al contexto. El ambiente debe estar

organizado para que el niño pueda elegir dónde jugar e interactuar con materiales.

Los niños y niñas diariamente tienen la oportunidad de experimentar, observar y

desarrollar sus capacidades para la investigación. Los sectores son nueve, los
cuales están distribuidos en el espacio del aula: dramatización o juegos simbólicos,

construcción, juegos tranquilos, biblioteca, dibujo y pintura, música, experimentos,

aseo y cómputo (una computadora)

Según a las normas establecidas se considera los espacios requeridos en función

al quehacer pedagógico pero estos espacios se pueden acondicionada para la

Educación Inicial escolarizada de acuerdo a los espacios requeridos ya sean los

interiores y exteriores, contando con una implementación adecuada y financiada.

Sin embargo, para las No escolarizadas los espacios que sugieren de tipo de

atención los espacios mínimos requeridos no son financiados por el Estado, donde

la atención es en las zonas mas vulnerables de nuestro país, donde se puede

observar claramente la desigualad y abandono para de atención a estos menores

de edad que están sujeto a los mismos derechos, dentro de los principios de la

Educación Inicial.(Educación, 2011)

En la integración de las familias en la educación Por lo general desean lo mejor para

sus niños, en ese sentido esperan que la educación inicial contribuya a su

crecimiento y desarrollo integral. Los docentes, por nuestra parte, nos esforzamos

por crear las condiciones adecuadas para que cada niño desarrolle al máximo sus

potencialidades. Si ambos actores –padres y docentes– tenemos expectativas

comunes, entonces podremos trabajar mejor por el bienestar de los niños y las

niñas.
Los cuidadores son aquellas personas que sustituyen de manera regular la

presencia de los padres en la crianza y cuidado del niño. Pueden ser padrinos, tíos

u otros familiares que se hacen cargo de su cuidado.

Nos preguntamos ¿POR QUÉ los padres, madres y cuidadores son actores

importantes en la educación de sus hijos? Detrás de cada niño o niña que va a

nuestro jardín infantil existe una madre, un padre, un abuelo, una abuela u otro

familiar que por lo general lo quiere y le brinda lo mejor de sí, de acuerdo a sus

posibilidades. Por eso se preocupan realmente por su seguridad y bienestar y, de

manera especial, se interesan por su educación. Para educarlos, utilizan un

conjunto de saberes y prácticas de comunicación afectiva, orientación, consejo,

enseñanza, supervisión y control de las conductas de sus hijos, En el aula, los

docentes necesitamos conocer estas prácticas y formas de actuar de las familias a

fin de tender los puentes necesarios entre lo que los niños hacen en su casa y lo

que les proponemos en el jardín o programa.

Sin embargo, muchos padres, madres y cuidadores pueden llegar a no darse

cuenta, considerando que son propios de la vida en el hogar y están lejos de la

práctica educativa, dejando de lado ocasiones importantes para acompañar

activamente la educación de sus menores hijos, dándole mas importancia a los

hijos mayores de la familia. Entre las razones principales que han contribuido a que

estos recursos familiares no sean valorados, podemos mencionar: La poca

comunicación acerca de lo que se espera que los niños aprendan y cómo se

aprende en el jardín o programa de educación inicial. La mayor notoriedad y

valoración de los aprendizajes de tipo cognitivo, como la practica de crianza, la


alimentación, la atención afectiva, y en el ciclo II la lectura, la escritura y el cálculo

matemático, por sobre otros que se requieren para la adaptación al medio ambiente

físico y social en que se desenvuelven.(MINEDU, 2013)

Los propósitos desde en nuevo Proyecto Educativo Nacional pues nos brinda las

siguientes orientaciones estratégicas: Corresponde a los integrantes de las familias

y hogares brindarse apoyo mutuo, constituir entornos cálidos, seguros y saludables,

y estimular el desarrollo de cada uno de sus miembros sin ningún tipo de

discriminación, así como las buenas prácticas ambientales en el marco de una

sociedad democrática. 2. Las personas que ejercen la docencia en todo el sistema

educativo se comprometen con sus estudiantes y sus aprendizajes, comprenden

sus diferentes necesidades y entorno familiar, social, cultural y ambiental,

contribuyen de modo efectivo a desarrollar su potencial sin ningún tipo de

discriminación, desempeñándose con ética, integridad y profesionalismo,

desplegando proactivamente su liderazgo para la transformación social y

construyendo vínculos afectivos positivos.

Las instituciones educativas de todo el sistema educativo operan con autonomía

dentro de un sistema articulado, descentralizado, moderno, flexible, libre de

violencia, segregación y discriminación, con una supervisión estatal independiente

de los supervisados y que asegure el derecho de las personas a una educación de

calidad.
Incrementar en forma sostenible los montos asignados para el financiamiento

público de la educación de manera que alcance niveles suficientes para cubrir las

necesidades educativas de las personas, se asigne de modo proporcional a dichas

necesidades y se utilice de modo eficaz y eficiente para que contribuya a la creación

de igualdad de oportunidades, así como para permitir el desarrollo de la ciencia y la

innovación. El financiamiento de la educación no solo está compuesto por los

recursos públicos, sino también por la contribución de los estudiantes y sus familias

—bajo la forma de pagos en la educación no gratuita y también de costos asumidos

de modo directo en toda forma de educación— y otros agentes no estatales. Ese

esfuerzo nacional debe permitir atender de modo adecuado no solo las necesidades

de quienes hoy acceden al sistema educativo, sino también las de aquellos que se

encuentran excluidos, quienes han de ser destinatarios preferentes del

financiamiento público y, de modo particular, la población joven y adulta que no

concluyó la educación básica o no recibió un servicio educativo deficiente, y que

también requiere aprendizajes para la crianza y el establecimiento de relaciones

sanas en el hogar y la comunidad para el ejercicio responsable de la ciudadanía,

así como aprendizajes directamente vinculados a las labores económico-

productivas.(Consejo Nacional de Educación, 2020)

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