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Estamos en agosto y en este mes recordamos a un santo que supo vivir como verdadero hijo de
Dios, como imagen de Dios para los niños y jóvenes, especialmente para los más pobres. Luchando
contra el pecado tanto personal como el que veía en los niños que vivían en las calles sin asistir a
una escuela. Para él la educación era el medio más eficaz para la salvación de los niños, para que
descubrieran su ser de hijos de Dios, desarrollando sus capacidades, cualidades… y luchando
contra el mal que siempre nos quiere dominar.
José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, un pequeño pueblo situado en la actual provincia de
Huesca, en 1557. Sus padres se llaman Pedro Calasanz y María Gastón. Es el más pequeño de
una familia muy numerosa, tiene nada menos que siete hermanos.
Con doce años, José deja su pueblo para estudiar en el colegio de los padres Trinitarios de
Estadilla, a unos 20 Km. Al cumplir los catorce años, José de Calasanz manifiesta la decisión de
hacerse sacerdote. Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, van unidos a
una fuerte y vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la educación recibida por parte de
su familia.
Terminados sus estudios eclesiásticos, José es ordenado sacerdote en 1583, a los 26 años.
Aconsejado por el obispo de Urgell, Andrés Capilla, Calasanz se va a Roma en 1592 en busca de
una canonjía. Antes de cumplir los 6 años de su estancia en Roma, el río Tíber, se desborda,
provocando la más catastrófica inundación del siglo. Como resultado de ésta, centenares de
familias pobres quedaron sin techo, sin alimentos y hay más de dos mil muertos. Calasanz, con
gran integridad, trabaja infatigablemente en la operación de ayuda a los afectados.
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Tomado de http://www.escolapiosalgemesi.es/san-jose-de-calasanz
Calasanz nunca volvió a su tierra. Se quedó definitivamente en Roma hasta su muerte en 1648. Y
desde allí su obra ha ido esparciéndose por todo el mundo.
Calasanz es un ejemplo de vida que muchos jóvenes -hombres y mujeres- han seguido y siguen
aún hoy. Su festividad se celebra el 25 de agosto.
HUBO UN HOMBRE
Hubo un hombre
que pasó por esta tierra, Como un padre para el que no tuvo padre
hubo un hombre como hermano para el que no tuvo hermano,
que se dio por los demás, como amigo para aquel que en esta vida no ha
hubo un hombre tenido
que supo ver en los niños futuros hombres el cariño de un amigo
de una nueva humanidad.
Como un padre para el que no tuvo padre
San José de Calasanz, San José de Calasanz como hermano para el que no tuvo hermano,
supiste dar tu vida por los demás como amigo para aquel que en esta vida
San José de Calasanz, San José de Calasanz no ha conocido
supiste dar tu vida por los demás a Jesús, su gran amigo
enseñándoles a amar.