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Instituto Salesiano de Historia del Pensamiento Contemporáneo II

Estudios Superiores Docente: Mtra. Alejandra Cecilia Montero González


Alumno: Hno. Ramón Soberanes Arias CSJ

Jaspers
Filosofía de la existencia.1

Jaspers propone una Filosofía de la Existencia, considera que esta filosofía es una filosofía más entre
otras, no menciona un aspecto característico y significativo ya visto. La diferencia radica en que
esta existencia tiene un cierto frescor y una manera de proceder en el ámbito de la filosofía que,
nos lleva a una distinta consideración de las crisis a las que constantemente estamos sometidos.
Se busca que este movimiento alcance el aspecto original, la preocupación esencial.

Si la realidad es aquello que preocupa a la Filosofía desde los inicios, ahora la Filosofía de la
Existencia recuperará el problema por la nuevas investigaciones y análisis sobre la realidad que, sobre
todo enfatice en el surgimiento original de la realidad. Entonces se aprehenderá esa realidad del
mismo modo que el sujeto se aprende a sí mismo. La aprehensión del individuo remite al
proceso interno de autorreflexión.

Este mismo proceso autorreflexivo permitirá comprender esta misma realidad en su


surgimiento original. Este proceso de aprehensión es el modo de filosofar que ayuda a desarrollar
una nueva metodología aceptada por varios (no todos), que permite no solo comprender la realidad,
sino también el modo de cómo se apropia el individuo de la realidad con el procedimiento
autorreflexivo. Tenemos que construir la realidad con el mismo proceso de aprehensión. La
Filosofía de la Existencia devuelve a la filosofía el modo de aprehender la realidad, en virtud del
modo olvidado de la autorreflexión.

El modo de la aprensión de la realidad entonces es pensado por aquellos elementos que han
acompañado desde siempre a la filosofía - ¿Qué es el surgimiento originario de la realidad? Se
refiere entonces a la apropiación de lo autentico, es decir, apropiarse de la auténtica realidad, del ser
del mismo hombre. Se refiere entonces a la penetración de este ser del hombre, se participa de la
apropiación de todo el ser, hasta cierto punto coexistiendo con el ser del mismo hombre.

Se tiene entonces que pensar la existencia desde la concreción de lo humano, del ser originario,
no es únicamente la realidad, sino participar de la existencia en cuanto el ser del hombre. Se podrá
participar entonces del pensamiento que se había mantenido en el mismo ser del hombre. Para
continuar participando de la realidad que se está creando hay que liberar el pensamiento de las
cadenas que no le permitían ser partícipe de la verdad, para aprehender el sí mismo verdadero, no
una verdad abstracta, sino la verdad que parte del origen de la realidad. Se trata de ponernos en
contacto con el proceso de autorreflexión para poder asir el ser del ser verdadero.

1
Jaspers K. (1958). Filosofía de la existencia. Madrid. Aguilar. Pp.23-38.

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Los sujetos que pueden hacer esto son los pensadores del surgimiento originario. Ellos son capaces
de tomarse todo enserio, buscando la realidad para saber lo que se puede saber, para comprender y
llegar al mismo fundamento de la realidad. Buscan incentivar el proceso del pensamiento porque
buscan el surgimiento originario, lo cual remite al ejercicio filosófico en el ámbito de la
existencia.

Cuando nosotros pensamos en que la realidad tiene que empatarse con el desarrollo del
pensamiento originario, significa que nos pensamos como pensadores del surgimiento originario. La
realidad entonces se descubre en tanto producto de nuestro propio pensamiento, una realidad que
podemos apropiarnos, lo que significa que nosotros nos estamos autocomplaciendo, lo que nos
ayuda a explicarnos desde nuestro propio pensamiento, pero también se llega así al patético
primitivismo autocomplaciente.

Este proceso de la realidad con nuestra propia existencia refiere a que, si queremos explicar o
comprender la realidad desde nosotros mismos, eso será insostenible, porque para lograr sostenerla
debemos tener presente los hechos históricos. La realidad se constituye por distintos elementos
en transformación por estos factores históricos, la historia inyecta realismo a la realidad. El
hecho de recurrir a la historia ayuda hasta cierto punto que la ciencia se convierta en un
paradigma de la comprensión de la realidad, como eje paradigmático. Esto es algo contradictorio
porque la Filosofía no tiene los mismos procedimientos científicos, podemos pensar a la Filosofía
también dentro del ámbito científico, pero la ciencia no habría podido presentarse como paradigma sin
la intervención filosófica.

Por tanto, hay que devolverse a la concepción autentica de la Filosofía. Es el surgimiento


originario el que nos pone en contacto con la Filosofía autentica. Si la ciencia ha logrado ser
partícipe de todos los campos del saber, entonces la Filosofía comparte y es participe también de
todas las ciencias que existen hasta este momento. Cuando la Ciencia participaba en los mismos
campos del saber consideraba a la Filosofía como un saber más. Pero esto es contradictorio
porque se han olvidado los orígenes de la Ciencia, cuando la Ciencia es parte de la Filosofía y no al
revés.

La Ciencia se presentaba como un saber que tenía en sí misma una confianza plena porque se
sabía poseedora de la verdad, pero cuando la Ciencia voltea a ver a la Filosofía, ya sea que la
considere como un saber más, la Filosofía cuestionara esa verdad que la Ciencia posee. Este
cuestionamiento es un intento por buscar una legitimidad frente a la Ciencia, porque la Filosofía
quiere demostrar que ella posee también ciertas verdades. Desde el saber que no sabe nada la
Filosofía cuestiona a la Ciencia.

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La Filosofía toma como objeto su propio ejercicio crítico [La pregunta] que le ayudará a
estructurarse desde una visión científica, la Filosofía cuestiona las verdades científicas y se
presentará desde un aspecto como poseedora de una verdad. La Ciencia entonces busca reafirmar su
legitimidad ante la Filosofía, y lo logra por medio de las indagaciones filosóficas. La Ciencia
necesita rehacer su propia estructura científica y mejorarla gracias a la labor filosófica, lo que
significa que la Ciencia para poder elaborar una fuerte estructura de sus postulados tiene que abrazar
un rigor objetivo por sobre todas las cosas.

Entonces cuando la Filosofía indaga sobre la verdad de las cosas, con su propio procedimiento
metódico de la pregunta, intentará ajustarse a la realidad, considerado como una perspectiva
objetiva a la ciencia. Entonces la Filosofía continuará estructurado tanto el proceso subjetivo como
el objetivo. No significa que la Ciencia quede exenta de todo cuestionamiento, aunque sea
considerada como lo esencial para comprender y dar sentido a la realidad, ésta no puede
contestar con su formalismo metódico las preguntas básicas y concretas sobre la vida, si lo
intenta caería en el método subjetivo, cuando se ha empeñado en su carácter objetivo. La Ciencia
no puede ofrecer pistas para estas preguntas, porque comenzaría a ser desechada porque no conoce la
verdad sobre todos los aspectos, sobre la existencia misma, asi la Ciencia se sitúa en una crisis de
sentido y conocimiento, como algo que va a mermar sus estructuras formales. No hay solución
para la crisis de la Ciencia,2 tenemos entonces que buscar otro camino para encontrar el sentido a las
respuestas que den sentido a esas preguntas. Significa que el conocimiento que proviene de la
Ciencia esta puesto en duda y deja la puerta abierta a la Filosofía, que entra triunfante para
intentar dar respuesta las preguntas que la Ciencia no puede contestar.

El papel de la Filosofía toma un nuevo aire como reforzamiento a partir de la crisis de la Ciencia. La
Filosofía entra triunfante para dar sentido a la realidad con su intervención. La Ciencia entonces
apuesta por el carácter social y se convierte en una ciencia social, y ya no es únicamente un aspecto
científico de la realidad, recupera entonces la esencia social, ya no solo aspectos formales, abordando
así problemas sobre la existencia. El valor de la Ciencia retomará la existencia como parte de su
misma esencia. La Filosofía entonces es considerada como una ciencia que realiza una búsqueda
autentica de la verdad sobre la existencia, es decir, del mismo proceso filosófico porque debe
tener en cuenta los aspectos históricos que la elevaron al aspecto como poseedora de la verdad y
todo el proceso recorrido, es decir, todos aquellos postulados para conformar lo que ella es
2
Parece ser que una de las notas principales del existencialismo de Jaspers corresponde a los
hechos históricos que sostienen a la realidad y salvan al hombre del solipsismo. Tanto es
necesario comprender la realidad desde la ciencia como profundizar sobre el ser del ser de las
cosas, y entre ellas la realidad del surgimiento del saber originario desde la pregunta
filosófica. Sin significar este cuestionamiento constante entre la Filosofía y la ciencia una
amputación de la trascendencia, el alma inmortal y Dios. Para esto es necesario identificar al
hombre con la libertad, elemento fundamental en el que Jaspers construir su existencialismo.

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ahora. La Filosofía cuestiona este camino, la llevan ante una valides de su propia tarea y no
debe cesar estos procesos de crítica e indagación. Cuando se sitúa la mirada en una autentica
Filosofía se debe tener en cuenta todo el camino recorrido, que evidencian el paso sobre
distintas desilusiones. La Ciencia tiene que hacer los mismo, tiene que buscar esa autenticidad
filosófica para considerar sus propias verdades. Tiene que regresar y buscar sus respuestas en la
Filosofía para explicar la realidad y la existencia.

Ambas recorren el mismo camino en la búsqueda de la verdad para dar sentido y respuesta a las
preguntas de la existencia, entonces la Filosofía es un camino hacia uno mismo porque en la
Filosofía se encuentra la respuesta de nuestra existencia.

En un primer momento se establecen ciertos límites para diferenciar la Filosofía de la Ciencia.


La Filosofía original es una y la Ciencia es otra. El conocimiento científico no puede ser
considerado como un conocimiento del ser, ya que no da respuestas respecto al ser, éste es un
conocimiento de la realidad, pero no del ser de la realidad, como sí lo es el de la Filosofía (la Ciencia
jamás se preguntará sobre el ser de las cosas, sino sobre lo concreto). Otro límite es que la Ciencia
jamás dará objetivos para la vida, sino que dará procedimientos para encontrar resultados y trabajar
con el proceso que le constituye como ciencia, pero no incluye objetivos para la vida. Otro limite es
que la Ciencia no se da a sí misma su propio sentido, si queremos saber el sentido de las ciencias
tenemos que recurrir a una reflexión filosófica.

Se fijan estos límites porque al situarnos es ellos vamos a poder saber que, aunque ambas tienen un
camino inseparable, esos límites condicionan su tarea y su labor como disciplina. Nos muestran
que ambas disciplinas son inseparables. Cuando la Filosofía tenga que recurrir a un sustento sobre
sus reflexiones acude a la verdades científicas, y cuando la Ciencia no pueda responder a la preguntas
sobre la existencia recurrirá la Filosofía. Siempre se opondrán una a la otra, un cuestionamiento que
les ayuda a crecer y desarrollarse.

Otro aspecto entre la Ciencia y la Filosofía es que tanto la indagación, el enfrentamiento, el dialogo
entre ellas, permite que surja un hacerse a sí mismas, y lo que tenemos que saber es que se propicia
también la construcción de uno mismo, a partir del dialogo de la confrontación entre la Filosofía y
la Ciencia. Esto atiende a la recuperación del aspecto originario de la Filosofía, se regresa a la
búsqueda originaria del propio ser. La búsqueda originaria de la Filosofía implicaba un
descubrimiento de las verdades intuidas en los grandes textos clásicos de la Filosofía, ahí donde está
el saber originario de la Filosofía que se corresponde a la búsqueda de la indagación por los distintos
elementos de la existencia. Entonces regresar a esta preocupación originaria de la Filosofía es
redescubrir esas piezas presentes en los textos clásicos que contiene las primeras preocupaciones de
la Filosofía sobre la realidad, grandes indagaciones sobre la realidad. Al ser el hombre consciente de
esto, este texto es en realidad el curso de la propia vida en la indagación sobre la existencia. Es

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como sacar a flote una verdad que ya era conocida desde hace ya mucho tiempo como se saca algo
del olvido y se presenta en la actualidad. Es como si el conocimiento verdadero estuviese aquí y
puede ser aprehendido como si fuera la primera vez, esto significa que, aunque nosotros no
pensemos estos hechos como verdaderos en sí mismos, ellos presentan un horizonte de posibilidad
histórica que invita a pensar, reflexionar sobre las cuestiones necesarias entre la Filosofía y la
Ciencia.

La labor filosófica en el sentido de la existencia es una labor continua e incesante. La


reinterpretación de los textos filosóficos nos permitirá alcanzar una nueva exigencia para la Filosofía.
Nos ayuda a que, si la realidad no se entiende desde el pensamiento científico, la Filosofía nos exigirá
una manera distinta de pensar la realidad que se quiere comprender. Tarea que se lleva a cabo
mientras se está despierto a la existencia que cambia. Se abren nuevos horizontes de comprensión
de la realidad y de nosotros mismos. Nos ayuda en el proceso del autoconocimiento de lo que es
el ser humano en sí, que se piensa a sí mismo. La Filosofía ayuda a la reinterpretación del sí
mismo, que es el punto de partida de todo filosofar, solo mediante la reconsideración de los textos
filosóficos con el interés primigenio de la realidad. La Ciencia solo nos llevará a concebir que el ser
humano no es más que un objeto real, definido y cuantificable, por tanto, ¿Porque preguntarse
sobre el ser? se da un enfrentamiento nuevo entre la Ciencia y la Filosofía. No es suficiente el
conocimiento de la realidad sino también conocer el ser de la existencia y el sentido del sujeto
dispuesto en la realidad. El existencialismo no referirá siempre entonces a la angustia de Heidegger,
o Sartre. Distinta angustia en estos.

LOS ORÍGENES DE LA FILOSOFÍA.

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«La fuente del examen crítico de todo conocimiento es la duda, que es también: la vía a la certeza.»
Karl Jaspers

El filósofo alemán Karl Jaspers en su obra «La Filosofía» se pregunta sobre el significado de ésta
[La filosofía]: ¿Qué es? y ¿Cuál es su sentido?

Él afirma que las respuestas pueden variar según cada subjetividad, puesto que, para las personas que
profesan la ciencia, la filosofía es lo más bajo para el conocimiento, ya que ésta “carece por
completo de resultados universalmente válidos y susceptibles de ser sabidos y poseídos”.3

Ante esto, Jaspers infiere que, aunque la certeza de que la filosofía no se basa en una episteme
científica, su certeza se sostiene en la esencia misma de lo humano, es decir que, los caminos de la
filosofía sólo tienen sentido si tratan lo humano sobre: la forma de su ser, su capacidad de saber y
reflexionar sobre sí mismo. Además, argumenta que la misma filosofía surgió antes de toda ciencia,
y ésta tiene su origen allí donde despiertan los humanos. Las personas filosofan desde pequeñas, y la
magnífica señal de esto se encuentra en las preguntas que realizan los niños y que sorprenden a los
adultos. Interpelaciones referentes al objeto del mundo, al ser y a la existencia en el universo.

Otro ejemplo de que la filosofía es anterior a toda ciencia se percibe de manera concreta en los
enfermos mentales, puesto que, en ellos aparecen revelaciones metafísicas de una índole
impresionante.

Para el ser filósofo no hay manera alguna de escapar de la filosofía, ya que, ésta se encuentra en todo
lo que hacemos; incluso, si decidiéramos rechazar la filosofía, estaríamos profesando también una
filosofía, aunque no lo percibamos al instante.

“Dios existe para mí, únicamente en la medida en que yo existo, si existo Dios existe.”

Volviendo a las preguntas iniciales sobre ¿Qué es la filosofía y cuál es su sentido? responde Jaspers
que, desde el significado de la palabra (philósophos) encontramos el amor por el conocimiento;
quien busca la verdad y no quien la posee. Filosofía quiere decir ir por un camino, y en ese
camino “las preguntas son más esenciales que las respuestas, y toda respuesta se convierte en
una nueva pregunta”.4

Sobre el sentido de la filosofía, Jaspers dice que, con ésta [la filosofía] se ve la realidad en su
origen, al hacerla propia conversando consigo mismo, abrirse a la grandeza de lo que nos rodea
y entablar comunicación entre personas manteniendo despierta la razón, incluso frente a lo más
extraño y ante lo que todos rehúsan por temor. La filosofía es aquella concentración mediante la
cual el humano es humano, al hacerse partícipe en lo contingente de la realidad.

Ciertamente, existen muchísimas formas de filosofar, bastas contradicciones y muchas sentencias con
pretensiones de tener la verdad. Sin embargo, no se puede impedir, que, en el fondo, haya una “unidad
que nadie posee, en torno a la cual, giran en todo tiempo todos los esfuerzos serios de la pregunta: la
filosofía una y eterna, la Philosophia Perennis”.5

3
Jaspers, Karl, La filosofía, México, Fondo de Cultura Económica, 1993, p.7.
4
Ibidem, p.11.
5
Ibidem, p.14

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Una vez que se ha resuelto la pregunta sobre el significado de la filosofía, Jaspers se pregunta
sobre su origen. Refiere al «origen» como la fuente de la que mana, en todo tiempo, el impulso que
mueve a filosofar. Sin embargo, este origen es múltiple, ya que “del asombro sale la pregunta y el
conocimiento, de la duda acerca de lo conocido surge el examen crítico y la clara certeza, de la
conmoción del hombre y de la consciencia de estar perdido nace la cuestión del sí propio”.6

Estos tres motivos que alimentan al ser filosófico se manejan con estas perspectivas: Platón decía
que el origen de la filosofía es el asombro, puesto que la admiración es lo que impulsa a los hombres
a filosofar incita a conocer; una vez que se ha satisfecho el asombro y admiración con el conocimiento
de lo que existe, seguidamente llega al hombre la duda. Las percepciones sensibles están
condicionadas por nuestros sentidos, los cuales gozan en engañarnos continuamente, aquí, esta duda
sobre lo conocido se convierte en una duda metódica, la cual es precisamente: la fuente del examen
crítico de todo conocimiento, la duda es la vía a la certeza. El último motivo, es el que señala el
estoico Epicteto, el cual afirmaba que: “el origen de la filosofía es el percatarse de la propia
debilidad e impotencia”,7 de nuestra propia situación humana, de la cual no podemos salir ni alterar,
es el origen más profundo aún de la filosofía. Sólo reconociendo las situaciones límites se da el
impulso fundamental que mueve a encontrar en el fracaso el camino que lleva al ser.

Los tres motivos enunciados, asevera Jaspers, no agotan lo que nos mueve a filosofar en la
actualidad, puesto que, éstos se encuentran subordinados a una condición, la de la comunicación
entre las personas. Sólo existo en compañía del otro, solo no soy nada. La comunicación que propone
Jaspers es “una comunicación que no se limite a ser de intelecto a intelecto, de espíritu a espíritu,
sino que llegue ser de existencia a existencia”.8 Únicamente en la comunicación se alcanza el fin
de la filosofía.

Una vez que se conoce qué es la filosofía y cuál es su origen, Jaspers se cuestiona sobre ¿Qué es lo
que existe?, ¿Qué es el ser? Ciertamente, ya se ha intentado responder de muchas maneras a estas
preguntas, pero no se ha llegado a aprobar ninguna respuesta. Nuestro filósofo infiere que “el ser no
puede ser en conjunto, ni objeto ni sujeto, sino que tiene que ser lo Circunvalante que se manifiesta
en esta separación”.9

El ser puro y simple no puede ser, evidentemente, un objeto, puesto que todo lo que viene a ser un
objeto se acerca a mí saliendo de lo Circunvalante, del cual también salgo yo como sujeto. Lo
Circunvalante permanece oscuro para mi consciencia, únicamente se torna claro por medio de los
objetos, es decir, éste se manifiesta en la separación del yo y del objeto. No se nos presenta del
todo, sino que se presenta siempre en los demás.

Filosofar sobre lo Circunvalante significa precisamente penetrar en el ser mismo. “Baste decir que
lo Circunvalante, concebido como el ser mismo, se llama trascendencia (Dios) y el mundo,”10 y
como existencias estamos en relación con Dios, el cual es objeto en tanto que se nos da, pero se
encuentra en una dimensión completamente distinta en la que se hallan los objetos empíricos.

Lo Circunvalante es propiamente la idea de Dios, la cual tiene dos raíces: la bíblica y la filosofía
griega. En la bíblica se afirma que Dios existe, y tal realidad se muestra cuando el hombre renuncia
6
Ibidem, p.15
7
Ibidem, p.16.
8
Ibidem, p.22.
9
Ibidem, p.26.
10
Ibidem, p.28.

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plena y totalmente a sí mismo y a sus propias metas. En la filosofía griega, de igual manera se
concebía la existencia de Dios, de un sólo Dios en Jenófanes, y en Platón se veía a la Divinidad como
el Bien supremo. A la Divinidad se le profesaba como la razón cósmica.

Los filósofos de nuestro tiempo, infiere Karl Jaspers, han dejado a un lado la cuestión de si Dios
existe, ni afirman su existencia, ni la niegan bajo la premisa de que aquello que no se puede saber, y
que es mejor callar, pero él [Jaspers] afirma que Dios existe, y no es un objeto del saber, por lo que su
existencia no es apodícticamente demostrable, ni tampoco es un objeto de la experiencia, ante Dios,
sólo cabe creer en Él.

El ser libre de lo humano es lo que llamamos su existencia. “Dios es cierto para mí con la decisión
en la cual existo. Dios es cierto no como contenido del saber, sino como presencia para la
existencia”.11 Dios existe para mí, únicamente en la medida en que yo existo, si existo Dios existe.12

Ciertamente, el pensamiento existencialista de Karl Jaspers tiene como objetivo final la


búsqueda del ser, y me parece muy significativo que esta búsqueda nos remita precisamente a la
existencia humana, al humano, y que la filosofía, será filosofía siempre y cuando termine su labor
en el saber del ser del mismo sujeto, saber que se dirige rectamente hacia lo Circunvalante, pues es
de ahí donde surgen los objetos y el sujeto. Lo Circunvalante o Dios, es lo que da al hombre su
existencia, cada uno existe en relación con éste, el ser puro y simple.

Karl Jaspers 13

Karl Jaspers (1883-1969), que empezó su carrera como psiquiatra, fue uno de los seguidores más
cercanos del pensamiento de Kierkegaard. Entre sus libros mencionemos la excelente y clarísima
Introducción a la filosofía y sus dos libros capitales en dos zonas de la investigación filosófica:
Razón y existencia y El futuro de la humanidad.

Las ideas centrales en el pensamiento de Jaspers son las de trascendencia, de comunicación y de


la inefabilidad conceptual del yo y de Dios. El hombre busca constantemente la trascendencia,
busca su razón de ser en el ser. Pero las pruebas racionales sobre la existencia del ser son pobres e
insuficientes. Lo que nos rodea, lo que Jaspers llama lo envolvente -el mundo, el alma, Dios-
escapa siempre a nuestra determinaciones lógicas y racionales. La metafísica ens un constante
“naufragio”. Quiere probarse mediante ella la existencia del mundo y la razón no alcanza a dar una
prueba suficiente; quiere probarse la sustancia del alma y se naufraga en el intento; quiere probar la
existencia de Dios y nuevamente naufraga quien intenta la prueba. Esto no significa que el alma,
mundo y Dios no existan. Significa, más bien, que no puede darse de ellos una prueba directa y
11
Ibidem, p.38.
12
Parece haber un conflicto entre el condicionamiento de Dios a la libertad humana, de tal
manera que, si existe el hombre, existe Dios, entonces ¿Dónde queda la trascendencia
universal? Se radicaliza el elemento fundamental de la comunicación al punto de volver
contingente a Dios en virtud de la culminación de la existencia humana.
13
Xirau, R. “Introducción a la filosofía de la historia”, México, Universidad Autónoma de
México, p.452-454.

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que nuestro conocimiento debe ser indirecto. El pensamiento conceptual es objetivo. Su papel en
la filosofía de Jaspers es el de limitar el reino de lo objetivo para que quede al desnudo y se revele
lo que está más allá de la objetividad y de la razón; es decir, para que se revele en su totalidad, lo
envolvente. Por esto escribe que un Dios probado no es Dios, porque “sería tan sólo una cosa en el
mundo”. El hombre, más allá de las determinaciones conceptuales, es igualmente inefable o
indecible [que Dios] y sólo puede comprenderse, más allá de la objetividad, como libertad [El
hombre se identifica con la libertad] que escapa de todo cocimiento, pero que no es por ello menos
real. Así, Dios o la libertad del alma humana no pueden probarse: se dan y se dan tan sólo una
vez que hemos eliminado la costra intelectual de nuestro conocimiento. El hombre naufraga en
su intento objetivo de trascendencia para encontrarse y encontrar a Dios en una comunicación
inmediata. Esta comunicación es la que hace que sea verdaderamente yo mismo dentro de un
envolvente que no se demuestra, pero que se revela. Todo intento por precisar lógicamente el ser
resulta un fracaso, porque nuestras palabras se quedan cortas ante la presencia inefable del ser.

Estas ideas, que llevan al extremo la noción kierkegaardiana del salto mortal del hombre, paso de
su realidad infinita al infinito, recuerda la vía negativa de los escolásticos. Para Santo Tomás una
de las formas de conocer a Dios es la negación de todos los atributos negativos. Tal sería en Jaspers
la negación de todos los objetos racionales para abrirnos el camino a la trascendencia. A
diferencia de Santo Tomás, sin embargo, no existe en Jaspers una vía atributiva o positiva que en la
filosofía tomista permite conocer a Dios por la vía de la razón. Nos quedamos ante un absoluto que no
se define, ante un Dios que no se conoce, ante un ser que no podemos entender.

Referencias

Jaspers K. (1958). Filosofía de la existencia. Madrid, Aguilar.

Mundo Noesis. (4 de Octubre del 2019). Los orígenes de la filosofía


de Karl Jaspers. Recuperado de
https://mundonoesis.home.blog/2019/10/04/los-origenes-de-la-
filosofia-por-karl-jaspers/

Quintero K. (20 de Agosto del 2019). Karl Jaspers. Recuperado de


https://prezi.com/p/ryhff6ka_jn4/karl-jaspers/

Xirau R. (2011). Introducción a la historia de la filosofía. México.


Universidad Autónoma de México.

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