Está en la página 1de 4

ix

Hacia una crítica


de la razón latinoamericana

La crisis de la racionalidad occidental que se inició a principios del sigloxx1 y que se agudizó a principios de este siglo xxi
está obligando a la ciencia social y a la filosofía a revisar totalmente sus propios presupuestos; esto es, los principios y
los fundamentos en los cuales ella se había fundado hasta
ahora. el problema empieza cuando el cientista social latinoamericano intenta hacer ciencia acerca de su propio locus,
o sea, acerca de su propia espacialidad y temporalidad, acerca de su propia historia, de su propia sociedad, economía,
salud, educación.
Se comenzó a producir una conciencia del problema del conocimiento en el siglo xx, cuando el cientista social descubrió
que el filósofo de la ciencia habitualmente procedía de algún campo o rama de la ciencia natural y no así de la ciencia
social, a veces ni siquiera de la filosofía. El filósofo de la ciencia era un cientista natural, ni siquiera un filósofo que se
dispuso a trabajar los problemas que el cientista natural tenía o proponía, sino que era un cientista natural que, porque
tuvo problemas relativos a la construcción del conocimiento científico de la naturaleza, comenzó a reflexionar en torno
de esos problemas y así hizo.

La determinación, o lo que se determina, tiene como horizontepre-sub-puesto21 al Ser. Esto es, el Ser es el horizonte
desde el cual todo se determina; es decir, se hace algo con sentido o como cosa determinada, condición gracias a la cual
un algo puede convertirse en objeto cuando establece una relación con un sujeto.
QUÉ SIGNIFICABA LA PALABRA «SER» CUANDO ELLA APARECIÓ, PORQUE UNA COSA ES EL CONTENIDO CON EL CUAL
ELLA APARECE Y OTRA LA FORMA CATEGORIAL QUE ADQUIERE EN SU MOMENTO CLÁSICO
En filosofía o en ciencia, cuando el pensador piensa la realidad, piensa aquello que la cotidianeidad
no piensa y por eso la vive a veces como extraña. De esa realidad, cuya problemática merece ser pensada, se apropia el
pensador; por eso «aparece» como suya, siendo en realidad la de todos. En la modernidad se ha perdido la conciencia de
esta distinción tan básica para el pensar, tanto que ahora pareciera que la obra del pensador fuera «su» punto de vista y
nada más y que por eso habría tantos puntos de vista, como individuos existentes. Desgraciadamente, el pensar no es la
actividad habitual y lo que es peor, es lo que más escasea hoy; por ello es que la tendencia al relativismo o la
irracionalidad es lo más común. Lo paradójico es que la irracionalidad se encubre en un velo racional, porque todo aparece
programado, datificado, computarizado, como si la matemática fuese lo racional en sí mismo.
SER ES LA FORMA CONCEPTUAL para designar a la realidad, pero, ¿qué realidad? ¿Toda la realidad? ¿Cualquier realidad
en cualquier tiempo y espacio?
Equivale a ignorar que Grecia, en el momento de su constitución como pueblo,26 fue una colonia egipcia in-
Pensar que Grecia es la cuna de la civilización occidental equivale
a ignorar que Grecia nunca fue en principio occidental, sino oriental;27 es decir, constituida como cultura hacia el Oriente,
que es donde se encontraba el centro del mundo en ese entonces,28 y que la visión que tenemos de Grecia
es producto de una invención muy imaginativa, por supuesto, de la Europa moderna.
Cuando los europeosaprendieron a filosofar, aprendieron a tomarse a sí mismos como problema y así pensaron la realidad
en los términos en los cuales ellos la entendían. En este sentido, hicieron (y para esto sirve la filosofía, entendida como
filosofía primera) una resemantización, es decir, un dotar de otro contenido al concepto de ser, o sea, de realidad.
Pensando la realidad propia, los problemas propios produjeron otros sistemas filosóficos y científicos, porque los
problemas que ellos vivían ya no eran griegos, sino europeos. Si esto es así, lo lógico es que
la ciencia social y la filosofía en Latinoamérica, pensando nuestra realidad, produzcan también sistemas propios –ya sea
filosóficos, fundamentaciones o teorizaciones– pertinentes o relativos a la ciencia, pero desde las concepciones
que de realidad se deducen de nuestra propia realidad histórica y no de otra.
Esto es exactamente lo que no se hizo en Latinoamérica, ¿por qué?
Porque la ciencia y la filosofía modernas han sido desarrolladas para desarrollar a los pueblos occidentales que tienen por
historia propia el proyecto de la modernidad, pero no para los otros pueblos.
Cuando por primera vez apareció USO CRÍTICO DE LA TEORÍA (ZEMELMAN, 1987), como un intento serio de formalizar
un pensar epistemológico desde los problemas teóricos que América Latina planteaba, esta propuesta nos trazó la
necesidad de reflexionar en torno a la posibilidad de un pensar que no fuera necesariamente el habitual, el estándar, el
hipotético deductivo,sino pensar la necesidad de desarrollar una lógica de la problematización, de la tematización, de la
creación y del descubrimiento de lo que aún no existe (inédito teóricamente) como algo ya dado que, sin embargo, está
contenido de alguna manera en la realidad; pero aparece como velado, tanto al mundo de la vida cotidiana como a la
ciencia social cuando se piensa en lo posible de la realidad desde la perspectiva de lo ya conocido o cuando la ciencia social
intenta pensar a la realidad desde las teorías ya elaboradas y no así desde la realidad misma como potencialidad.
Este desafío generó muchas líneas de investigación. Lo que fundamentalmente hizo fue promover y motivar la constante
y permanente problematización de los conceptos y categorías con los cuales habitualmente el cientista social trabaja
ingenuamente, o sea, sin problematizar. Una de esas líneas empezó a cuestionarlo todo y empezó a convertirse en
NIHILISTA; esto es, la crítica devino EN LA ESTERILIDAD, PORQUE CRITIZANDO TODO NO PROPONÍA NADA, YA QUE
EMPEZÓ A DUDAR DE TODO, MENOS DE LA DUDA; esto es, dudando de todo no se atrevió a dudar de la forma en la que
se dudaba. Otra de las líneas de investigación sometió con rigor a la crítica, la forma cómo el cientista social se apropiaba
de las categorías y, una vez que se dispuso a producir investigaciones, se encontró con que no tenía un método acorde.
al tipo de epistemología que se estaba manejando y desde ese entonces esta línea piensa que a esta epistemología lo que
le hace falta es un método, que mientras no lo produzca estará incompleta.48 Otra de esas líneas pensó que esta
epistemología era ella en sí misma un método más entre otros y se dispuso a aplicarlo a la investigación sin más
reflexión.49 Una última de esas líneas piensa que esta epistemología es una reflexión muy interesante, pero
que no le resuelve nada al investigador cuando quiere hacer investigación empírica, debido a que es en sí misma
inaplicable,50 supuestamente, porque en América Latina todavía no se produce teoría de la ciencia, sino solo
investigaciones empíricas.
Esto contradice totalmente el espíritu de esta reflexión epistemológica, porque ella cuestiona precisamente la lógica de
la aplicación o del pensamiento para (LA CUAL PRESUPONE LA RELACIÓN SUJETO-OBJETO), ya que de lo que se trata es
precisamente de cuestionar esta lógica o forma de proceder racionalmente propia de la modernidad, la
cual piensa que ya ha conocido definitivamente el método o forma de producir conocimiento científico verdadero.
Esta, a su vez, presupone una concepción de lo que la realidad es, ya que no es cierto que la realidad social sea inteligible
solo como verificación cuantitativa o empírica. Esta forma de concebir a la realidad es pertinente a la modernidad y es
precisamente lo que hay que cuestionar para no reducir la realidad a la cantidad, o sea, a cosa u objeto.
LA ONTOLOGIZACIÓN (EN EL SENTIDO DE TOTALIZACIÓN) no es una cualidad inherentea la realidad en general. La
realidad siempre está ex-puesta y abierta ante nos-otros y ante cualquier inteligencia. La razón, sin embargo, se puede
ontologizar y ontologizándose (o sea, encerrándose) se puede cerrar a la realidad y a sí misma.

¿debe ser la misma racionalidad, la misma lógica, la misma epistemología o el mismo método cuando se quiere conocer
el mundo tal cual es que cuando se quiere trascenderlo? Es cierto que las dos son acciones cognitivas frente al mundo,
pero, ¿tienen la misma intencionalidad? La primera quiere conocer el mundo (la totalidad) para describir el modo de su
ser. A la segunda no le basta con conocerlo a la manera de la ontología del Ser, porque no parte de su
La POSICIÓN TRANS-ONTOLÓGICA es constitutivamente auto-crítica y tiene como criterio explícito a la La categoría de
diferencia es una solución pertinente al problema de la modernidad, por ello la utilizan mucho las teorías posmodernas;
en cambio, la categoría de distinción implica mayor radicalidad por su intencionalidad de trascendencia, o sea, de crítica
del modo cómo la posmodernidad perpetúa a la modernidad.
Apel sigue siendo pertinente, en el sentido de que su obra no cae en esta ingenuidad, ya que su obra tardía reflexiona
precisamente en torno de lo que podría significar un pensamiento posmetafísico más allá del absolutismo de la metafísica
moderna.
La ontologización de la realidad consiste precisamente en creer que la modernidad es todo el mundo humano-social,como
si toda la humanidad fuese occidental o como si todas las culturas humanas aspiraran a ser por naturaleza modernas.
Cuando se habla de un más allá del mundo no se está hablando de un más allá de lo humano, sino tan solo de la
modernidad como cultura y civilización, como época y como presupuesto, en este caso, de un más allá de la lógica de la
determinación, nada más.
Así, la posición del dis-puesto no es solamente contraria, sino separada, o sea, alejada. Implica una toma de posición
separada o desde más allá de la modernidad, porque no aspira a lo mismo que ella; implica una relativa
dis-tancia del proyecto de la modernidad que involucra, a su vez, producir este proceso de alejamiento o toma de distancia
por auto-reflexión, o sea, por crítica de lo que es la modernidad y por auto-crítica de lo que de moderno hay todavía en la
subjetividad propia.
Modernidad en nivel radical si, paralelamente, no hacemos una crítica profunda de su lógica y forma racional. En nuestra
opinión, este era precisamente el problema que tanto señalaba R. Luxemburgo cuando afirmaba la necesidad de la teoría
en términos de «marcos estrictos» que permitan distinguir con precisión lo que se puede y lo que no se puede hacer. «La
aversión a la teoría, y es evidente, ya que nuestra teoría, es decir, los principios del socialismo científico, imponen a nuestra
actividad práctica marcos estrictos, tanto en referencia a los fines a alcanzar como a los medios de lucha que se aplican y,
finalmente, a los modos de lucha. Naturalmente, los que buscan solo los éxitos prácticos pronto desean tener las manos
libres, es decir, separar la praxis de la teoría para obrar independientemente de ella» (cfr. Luxemburg, 1967: 104).
la posición del dis-puesto, en relación al sistema llamado «modernidad», implica un proceso de toma de dis-tancia por
reflexión,
Por proceso de producción de conocimiento des-encubridor tendente a desenmascarar las contradicciones que existen
en la modernidad, las cuales o no se las quiere conocer o decididamente se las quiere ocultar.
Esto sucede cuando la crítica no es radical en el sentido de transontológica, sino pertinente al sistema. En nuestra opinión,
quienes realizan o desarrollan críticas ónticas no lo hacen por motivos sociales o comunitarios, sino individuales, grupales
o corporativos, por eso esta crítica es pertinente al individualismo del mundo moderno.
Volvemos entonces al principio. Si en la acción cognitiva se parte del presupuesto del Ser, lo lógico es que todo lo conocido
se determine, se nombre y se constituya en un ente, o sea, que se ontifique y se constituya en un algo
Cognoscible, controlable y manipulable; es decir, dominable, sometible
Habíamos dicho que desde la perspectiva del Ser como horizonte todo lo que aparece lo hace como ente,
esto es como algo cuyo sentido lo recibe del Ser, solo entonces se hace o se constituye en un ente inherente, o sea,
pertinente al Ser
De lo que trata la lógica de la indeterminación es precisamente del cuestionamiento como forma lógica de procedimiento
reflexivo. Desde la perspectiva
de la lógica de la determinación no necesariamente es así. Evidentemente
que ello alude a la actitud crítica o acrítica frente al método y su uso, porque
cuando el cientista social ha sido formado al interior de la lógica de la determinación, normalmente es entrenado como
usuario de los métodos y no como creador o productor de métodos. Se deduce es precisamente esta determinabilidad
instrumental cuasi cósica, o sea, óntica. ¿QUÉ ES AQUELLO QUE HACE QUE UNA INVESTIGACIÓN EN CIENCIA SOCIAL SEA
CARACTERIZADA COMO CIENTÍFICA? ¿EL USO DE TAL O CUAL MÉTODO «CIENTÍFICO»? PERO, ¿CÓMO SABEMOS QUE
UN MÉTODO ES CIENTÍFICO?
El método científico no es universal, aspira a serlo, pero no lo es.
DEL MISMO MODO, EL CONOCIMIENTO QUE SE PRODUCE UTILIZANDO EL MÉTODO CIENTÍFICO NO ES VERDADERO EN SÍ
MISMO, TIENE PRETENSIÓN LEGÍTIMA DE VERDAD, PERO NO ES VERDADERO EN SÍ.
Hay entonces dos espacios entre la teoría y la realidad que no están tematizados y que deben ser sometidos a permanente
problematización, principalmente cuando se trata de conocer realidades no occidentales
¿QUÉ QUIERE DECIR ESTO? Las teorías que hay y que conocemos son teorías construidas con racionalidad occidental,
porque aquello que han pensado y de cuya tematización han surgido son justamente realidades modernas y occidentales.
En cambio, teorías elaboradas con racionalidades no occidentales, no las hay todavía, porque hasta ahora nuestras
realidades no occidentales no han sido pensadas desde su propio contexto de realidad.
Por ello es que a esta intencionalidad le corresponde otra actitud, inclusive en cuanto al lenguaje, porque ya no basta con
narrar o describir discursivamente solo la realidad, sino que hay que cuidar el modo cómo se nombra o se enuncia algo
cuando se discurre sobre la realidad; por esto es que también el lenguaje se constituye en una forma de escepticismo del
discurso coherente y oficial del pensamiento lógico de la ciencia estándar. De ahí se explica el retorno permanente del
escepticismo como actitud y forma de vida, porque: «Nos recuerda el carácter político, en un sentido
muy amplio, de todo racionalismo lógico, la alianza de la lógica con la política» (cfr.Lévinas, 1987: 252).
La crítica de las fundamentaciones ontológicas precisa de otra lógica, en este caso, de la lógica dialéctica, pero ella sirve
cuando se la utiliza para tematizar problemas relativos al ser y no al ente. La ontología de la modernidad, de mano de la
izquierda moderna, hizo fracasar a la lógica dialéctica para que ya no fuese posible la crítica del fundamento moderno, por
eso es que la izquierda moderna no fue capaz de construir lo nuevo hasta ahora.
En nuestra hipótesis, el conocimiento que produjo el pensamiento latinoamericano es también culpable o responsable de
nuestro subdesarrollo, atraso y dependencia, porque intentó conocer nuestra realidad con una concepción
de realidad y conocimiento que no se correspondía con la nuestra y que por eso siempre terminó por negarla y encubrirla.
Es desde estas consecuencias negativas, producidas por el proyecto de la modernidad occidental, que ahora evaluamos
al pensamiento latinoamericano. Cuando afirmamos que necesitamos producir otro tipo de fundamentación de lo que
es la razón, la realidad y el conocimiento, lo que queremos decir es que solamente desde esta otra concepción de razón
no moderna ni occidental es que podremos hacer una crítica en regla de las pretensiones cognitivas de la razón
latinoamericana. Solo entonces estaremos preparados para desfondar la falacia de la modernidad, pero también para
proponer a la humanidad otra idea de racionalidad, de humanidad y de liberación.

También podría gustarte