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EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN ADULTOS I:

Comentario crítico “La herida”

Profesor: Álvaro Frías


Marta de Beascoa
Glòria Faustino
Curso 2021-2022
Comentario crítico

Desde un inicio, “La herida” pone en alerta al espectador mediante una escena
protagonizada por una mujer que está sufriendo un ataque de ansiedad, representando de este
modo, sufrimiento, desesperación y desbordamiento, sentimientos que van a estar presentes a
lo largo de la película. “La herida” pretende exponer la vida cotidiana de una persona que
desconoce el trastorno límite de la personalidad que padece y, por tanto, una persona que vive
sin autoconocimiento y autogestión, lo que acaba suponiendo más sufrimiento del que el propio
trastorno mental le está causando. Así pues, la película nos muestra a una mujer que presenta
dificultades en muchas esferas de su vida. El estilo sencillo de esta película hace partícipes a
los espectadores de la inestabilidad afectiva que caracteriza a la paciente, de la reactividad de
su estado de ánimo, de la dificultad para controlar la ira y de la impulsividad en muchas de sus
conductas. La cámara consigue que los oyentes acompañen a la protagonista a vivir, por un
lado, una vida dónde se siente realizada en su trabajo ayudando a sus pacientes, pero por otro,
una vida llena de sentimientos de soledad, incomprensión y sufrimiento consecuente no sólo
del propio trastorno, sino también de los sentimientos generados por el desconocimiento de su
entorno.

El director de esta película se ha asegurado de transmitir la idea de que padecer un


trastorno mental supone un desafío para la persona que lo vive, pero el hecho de que ésta
desconozca su trastorno y no reciba ayuda especializada complica más su situación e
incrementa su sufrimiento. En este caso, el desconocimiento de Ana acerca del trastorno que
padece y, por consecuencia, el vivirlo sin apoyo psicológico la lleva a afrontar los diferentes
aspectos de su vida sin tener en cuenta las propias dificultades ni estrategias para gestionarlas.
De esta manera, tal y como se puede observar en el transcurso de la película, su manera de
actuar desde la reactividad, la labilidad emocional y la impulsividad aleja a las personas de su
alrededor. En el caso de su expareja, el intento constante de evitar ser abandonada por él la
lleva a actuar de una manera que acaba distanciando aún más al hombre. Lo mismo ocurre con
las amigas del instituto, Ana actúa de forma invasiva y absorbente, generando en los demás un
sentimiento de descolocación y de rechazo, la cual lleva al espectador a racionalizar el poco
soporte social que tiene la protagonista. De este modo, el poder de “La herida” reside en la
capacidad que tiene de conseguir que el espectador se solidarice durante toda la película con el
sufrimiento de la protagonista, y a la misma vez, se sorprenda empatizando con las reacciones
de los demás, llevando al público a disfrutar de un viaje caracterizado por la dualidad. Lo
mismo ocurre con la relación entre la protagonista y su madre. Esta relación es fría y distante
y sorprende ver cómo frente a una hija con tanto sufrimiento una madre pueda reaccionar
evitando afrontar la realidad de tal manera. Esto enfurece al público y enfurece a Ana,
incrementándose estos sentimientos de incomprensión y soledad. El espectador acaba
cuestionándose cómo puede una madre actuar de este modo, pero a la misma vez, cada escena
dónde se ve a la paciente actuar desde el trastorno, consigue que nos demos cuenta de las
dificultades que pueden emerger en los familiares y la gente de su alrededor, dificultades para
entender qué pasa, qué hay detrás de sus conductas, de una discusión o de estos cambios de
emocionalidad tan radicales. De repente, el público entiende que esta incomprensión lleva a la
imposibilidad de empatizar con la persona. ¿Cómo puedes aprender a manejar si no sabes que
sus conductas son productos de un trastorno? Para empezar a ayudar hay que comprender.

El director de la película quiere mostrarnos, a través de todas las áreas de la vida de


Ana, lo que se suele desconocer acerca del trastorno límite de la personalidad: el déficit en la
capacidad de regulación emocional y el gran vacío existencial que se esconde detrás de sus
conductas que tanto rechazo generan y que tanto sufrimiento le causan. Sin embargo, en este
caso, la protagonista no tiene estrategias para afrontar el malestar, la reactividad, la labilidad
emocional y la falta de control emocional que caracterizan este trastorno, por eso, a medida
que transcurre la película, se puede observar como la protagonista intenta tolerar su malestar
de manera cada vez más destructiva, a través de conductas impulsivas, muchas de ellas de
riesgo, como el sexo, abuso de sustancias, restricciones de la comida y, finalmente, autolesiones
que le ayudan a tener una sensación de liberación de su sufrimiento. “La herida” consigue
acercar al espectador a la idea de que este sufrimiento va de la mano a la falta de identidad de
Ana y a la gran necesidad de validación externa que la lleva a mantener relaciones de
dependencia con su alrededor. De esta manera, resulta lógico que experimente tanto miedo a
que la abandonen; ella ha depositado el valor de su persona en manos ajenas, de este modo, si
pierde esta validación ¿qué valor tendrá ella? Por eso, el espectador puede llegar a entender
que los pocos momentos dónde se percibe a la protagonista feliz es cuando está en su trabajo,
ayudando a los pacientes. Lo mismo con su relación con su madre, a pesar de tener una relación
totalmente fría, el único momento dónde se puede apreciar un acercamiento es cuando Ana
cuida a su madre cuando la ve mal. Parece que nos están dando una idea de que la paciente se
sienta satisfecha y más relajada cuando se siente útil, que alguien necesita de ella.
Este miedo al abandono puede justificar que Ana no se muestre en su totalidad, por eso
llama la especial atención la incorporación que el director ha decidido realizar: el usuario de
internet con quién Ana mantiene conversaciones y con quién parece ser sincera a la hora de
expresar cómo se siente y las dificultades que se está encontrando en su día a día. ¿Por qué
decide abrirse emocionalmente a un desconocido a las personas de su alrededor no? Parece que
con él no se siente juzgada. ¿Su entorno le ha preguntado en algún momento de la película
cómo estaba ella?

Para concluir, “La herida” no busca culpabilizar a nadie del sufrimiento de la


protagonista, sino que lleva a los espectadores a reflexionar acerca de la responsabilidad que
recae en cada uno. La vida de Ana nos recuerda lo alejada que está la salud mental de nuestro
día a día, el desconocimiento extendido en nuestra sociedad que nos lleva a actuar, sin ser
conscientes, como mantenedores de sufrimiento ajeno. Este desconocimiento general hace que
la persona con este malestar psicológico no sólo se enfrente a este sino también al juicio y a la
soledad. Por tanto, no solo sufren las consecuencias de su trastorno, sino también la dificultad
para encontrar apoyo. Esta película, a través de poco diálogo, muestra la cotidianidad de una
persona que sufre un trastorno de personalidad, y nos acerca a empatizar con el sufrimiento de
la persona, y a concienciarnos de la necesidad de dar a conocer los trastornos mentales, para
aumentar el conocimiento y así, reducir el estigma social. Por último, es esencial acabar
comentando la importancia de recibir ayuda psicológica especializada, recibiendo un
tratamiento dónde se abordan aquellas dimensiones que provocan mayor malestar. ¿Cómo
hubiera sido la vida de Ana si hubiera recibido la ayuda necesaria para ayudarle a vivir con un
trastorno límite de la personalidad?

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