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2020
1. )
Principio 1: hay que hacer elecciones porque los recursos son escasos
Tener ingresos limitados no es lo único que impide a la gente tener aquello que quiere.
El tiempo también está limitado: los días solo tienen 24h. En efecto, mucha gente está
tan limitada por el número de horas del día que está dispuesta a intercambiar dinero
por tiempo. Por ejemplo, las pequeñas tiendas del barrio tienen precios más altos que
los supermercados, pero prestan un servicio importante a aquellos consumidores que
disponen de poco tiempo, para los cuales pagar más es mejor que ir hasta el
supermercado, que está más lejos.
“Los individuos tiene que hacer elecciones porque los recursos son escasos”.
Un recurso es cualquier cosa que se puede usar para producir otra cosa. Las listas de
recursos económicos normalmente empiezan con la tierra, el trabajo (tiempo de los
trabajadores), el capital (maquinaria, edificios y otros activos productivos creados por el
hombre), el capital humano (conocimientos y habilidades de los trabajadores). Un
recurso es escaso cuando no hay suficiente cantidad para satisfacer todas las maneras
en que la sociedad desea usarlo.
Lo mismo que los individuos tienen que hacer elecciones, la escasez de recursos implica
que la sociedad en su conjunto también tiene que elegir. Una manera de hacerlo es dejar
que las elecciones colectivas surjan como resultado de muchas elecciones individuales
(es lo que pasa en las economías de mercado).
Sin embargo, hay algunas elecciones que una sociedad puede decidir que es mejor que
no dependan de las elecciones individuales. Por ejemplo, que en una zona que hasta
ahora era agrícola, pero que ahora se esta urbanizando. La comunidad sería un lugar
más agradable para vivir. Pero ningún individuo tiene incentivos para seguir cultivando
su terreno en lugar de vendérselo a un promotor inmobiliario. En general, las decisiones
sobre cómo usar los recursos escasos se dejan en manos de los individuos, pero otras
veces se tienen que tomar a un nivel más alto, a un nivel comunitario.
“El coste de oportunidad de algo, aquello a lo que tenemos que renunciar para
obtenerlo, es un verdadero coste”.
Se podía pensar que este coste de oportunidad es algo añadido, es decir, que es
adicional al coste monetario de un bien.
Algunas veces, el dinero que hay que pagar por algo es un buen indicador de su coste
de oportunidad. Pero otras no. Un ejemplo es el coste de ir a la universidad. La matrícula
y el alojamiento son los principales gastos para la mayoría de estudiantes; pero aunque
fueran gratuitos, ir a la universidad sería una decisión costosa ya que muchos
universitarios, si hubieran decidido no ir, tendrían un empleo remunerado.
Imaginemos que estás estudiando Economía y Química, dedicar más tiempo a estudiar
Economía implica un beneficio (nota más alta) y un coste (nota baja en Química). Es
decir, la decisión implica un intercambio o trade-off: una comparación entre los costes
y los beneficios de las diferentes opciones.
Este tipo de decisiones, hacer o no hacer un poco más o un poco menos de una actividad,
que hacer durante la próxima hora, y cosas así por el estilo, son decisiones marginales.
Esto nos lleva al tercero de nuestros principios de la elección individual:
“Las decisiones sobre “cuánto” implican analizar disyuntivas en el margen: comparar los
costes y las ganancias de hacer un poquito más o un poquito menos de una actividad
determinada”.
El estudio de este tipo de decisiones se denomina análisis marginal. Muchas de la
preguntas a las que nos enfrentamos en Economía, y en la vida real, implican un análisis
marginal. El análisis marginal desempeña un papel central en la Economía, porque es la
clave para decidir “cuánto” se hace de cualquier actividad.
Cuando intentamos predecir cómo se comportarán las personas ante una determinada
situación, es razonable pensar que responderán a los incentivos, es decir, que
aprovecharán esas oportunidades para mejorar. Los individuos aprovechan las
oportunidades hasta que se agotan totalmente.
La idea de que la gente aprovechará las oportunidades para estar mejor es la base de
todas las predicciones que los economistas hacen sobre la conducta individual.
Los economistas suelen ser escépticos ante cualquier intento de modificar la conducta
de las personas sin modificar sus incentivos. Por ejemplo, un plan para reducir las
emisiones contaminantes de forma voluntaria será poco eficaz, en cambio, funcionará
mejor un plan que incluya incentivos para quienes las reduzcan.
Del mismo modo que hay cuatro principios subyacentes a las decisiones individuales,
hay cinco principios en los que se basa la interacción económica:
Las ganancias del comercio surgen, sobre todo, de esa división del trabajo, a la que los
economistas llaman especialización: una situación en la que cada persona se dedica a
una tarea diferente.
Una situación en la que nadie puede mejorar cambiando de conducta es lo que los
economistas llaman equilibrio. Un equilibrio, por tanto, es una situación en la que
ningún individuo puede estar mejor de lo que está haciendo algo diferente de lo que
hace. Esta situación, nos lleva al sexto principio:
“El hecho de que los individuos respondan a los incentivos, hace que los mercados
tiendan al equilibrio”.
Los mercados alcanzan el equilibrio mediante cambios de los precios, que aumentan o
disminuyen hasta que desaparezcan todas las oportunidades que los individuos tienen
para mejorar.
Un concepto de equilibrio es muy útil para entender las interacciones económicas,
porque proporciona un atajo para eludir los detalles, a veces complejos, de esas
interacciones.
El hecho de que los mercados tiendan al equilibrio es la razón por la que podemos
confiar en que van a funcionar de forma predecible. Los mercados garantizan que los
habitantes de las ciudades siempre tengan víveres disponibles. Y volviendo al quinto
principio, eso es lo que permite que los habitantes de las ciudades vivan en las ciudades,
especializándose en empleos urbanos, en lugar de vivir en granjas y producir sus propios
alimentos.
3.3.Principio 7: Para alcanzar los objetivos de la sociedad hay que utilizar los recursos
eficientemente
Los economistas dicen que los recursos de una economía están utilizándose
eficientemente cuando se están usando de tal forma que se han agotado todas las
oportunidades que existen para mejorar cualquier individuo. O dicho de otra forma, una
economía es eficiente cuando se aprovechan todas las posibilidades de hacer que
alguien mejore sin que nadie empeore.
Cuando una economía es eficiente, está generando las máximas ganancias posibles del
comercio, dados los recursos disponibles. ¿Por qué? Porque no existe ninguna forma de
reasignar los recursos de modo que todo el mundo mejore. Si una economía es eficiente,
la única forma de reasignar los recursos para que una persona esté mejor, es haciendo
que otra este peor.
“Para alcanzar los objetivos de la sociedad, los recursos tienen que utilizarse de la
manera más eficiente”.
Para verlo, pensemos en el caso de las plazas reservadas para personas discapacitadas
en los aparcamientos públicos. Muchas personas tienen dificultades para caminar, y
reservan plazas de aparcamiento próxima a la salida. No es difícil darse cuenta, sin
embargo que esto implica cierta ineficiencia. Como consecuencia hay plaza de
aparcamiento siempre vacías. Así pues, a no ser que se contrate a personas que asignen
las plazas, hay un conflicto de equidad, hacer la vida más justa para los discapacitados,
y la eficiencia, asegurarse de que se están aprovechando todas las posibilidades de
mejorar a alguien, no permitiendo que ninguna plaza cercana a la salida quede sin
utilizar.
Lo que es importante para los economistas, es sin embargo, tratar siempre de que los
recursos de la economía se utilicen de la manera más eficaz posible para conseguir los
objetivos de la sociedad, cualesquiera que sean esos objetivos.
Los incentivos existentes en una economía de mercado son suficientes para garantizar
que los recursos se destinen a sus usos adecuados y para que no se desaprovechen las
oportunidades de mejorar que tienen las personas.
La razón por la que los mercados tienen esa capacidad de hacer que los recursos se usen
adecuadamente es que en una economía de mercado, en la que los individuos son libres
para elegir lo que consumen y lo que producen, suelen aprovecharse las ocasiones para
mejorar. Y esto es lo que caracteriza la eficiencia: que se aprovechan todas las
oportunidades de hacer que alguien mejore sin hacer que nadie empeore. Esto da lugar
al octavo principio:
“Puesto de los individuos generalmente aprovechan las ganancias del intercambio, los
mercados tienden en general a la eficiencia”.
Hay excepciones a éste principio de que los mercados son, en general, eficientes.
Cuando hay fallos del mercado, la búsqueda del propio interés que tiene lugar en los
mercados hace que la sociedad esté peor, es decir, el resultado del mercado ineficiente.
Es decir, cuando los mercados funcionan mal, una política bien diseñada puede, en
ocasiones, cambiar la utilización de los recursos por la sociedad, de modo que ésta se
acerque más a la eficiencia.
Una rama muy importante dela economía se ocupa del estudio de las razones por las
que fallan los mercados y de las políticas que deberían aplicarse par mejorar el bienestar
social. Tres principales formas en las que fallan los mercados y las políticas:
Las acciones individuales tienen efectos secundarios que el mercado no tiene en cuanta
adecuadamente. Un ejemplo es cualquier acción que produzca contaminación.
Una de las partes evita que se produzca intercambios mutuamente beneficiosos al
intentar apropiarse para sí mismo, de una proporción mayor de los recursos. Un ejemplo
es una empresa farmacéutica que fija el precio de un medicamento más alto que el coste
de producirlo, haciendo que algunas de las personas que se beneficiarían de ese
medicamento, no puedan comprarlo.
Algunos bienes, por su propia naturaleza, no pueden ser asignados eficientemente por
el mercado. Un ejemplo de uno de estos bienes es el control del tráfico aéreo.
2.)
Por ejemplo Diego desea comprar un videojuego y duda dónde comprarlo. Para
decidirse deberá valorar qué gana y qué pierde con cada opción. El precio del videojuego
en el Centro Comercial es de 30 € y en su barrio, 40 €. Por tanto, si decide comprarlo en
el centro comercial el beneficio es de 10 €. Pero, ¿cuál es su coste? El coste es igual al
valor que le damos al tiempo y a las molestias de desplazamiento.
El COSTE DE OPORTUNIDAD
de algo es aquello a lo que se debe renunciar para conseguirlo.
3. PRINCIPIO 3: Análisis Marginal.
El análisis marginal supone que las personas toman sus decisiones sopesando los
beneficios adicionales, frente a los costes adicionales, momento en el que toma la
decisión.
10. PRINCIPIO 10: La sociedad se enfrenta a una disyuntiva a corto plazo entre la
inflación y el desempleo.
Para comprender la relación entre ambos conceptos y en qué momento se cruzan en la
economía de mercado decimos que:
INFLACIÓN: Se entiende como el crecimiento continuo y generalizado de los precios de
bienes y servicios de la economía; y por lo tanto, este fenómeno presenta una relativa
disminución en el poder adquisitivo del dinero.
DESEMPLEO: Se dice que es la desocupación o paro en el mercado del trabajo, hace
referencia a la situación del trabajador que carece de empleo y por tanto de salario. Por
extensión es la parte de la población que estando en edad, condiciones y disposición de
trabajar (población activa) carece de un puesto de trabajo.
Teniendo claro estos conceptos y su factor común denominador que es la economía de
mercado, la pregunta sería ¿cómo influye el comportamiento del uno con respecto al
otro dentro de la economía de un país?