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esta porci

porción
n fu
fué tomado del libro de Historia de Chinandega escrito por el
escritor e historiador don RAMON ROMERO - TIPOGRAFIA HEUBERGER
EL 8 DE AGOSTO DE 1953 MANAGUA NICARAGUA

DE LA IGLESIA CATEDRAL
DE NICARAGUA
Y OBISPOS QUE LA HAN
GOBERNADO
Aunque la Provincia de Nicaragua fué descubierta por Gil
González Dávila el año de 1522, poblado el de 1523 por Pedro de
Arias, y Francisco Fernández de Córdoba; más no tuvo silla
Episcopal hasta el año de 1532, que en virtud de Bula de Ntro.
Smo. Padre Paulo III expedida el año de 1531, se erigió en
Catedral la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de la
Ciudad de León.

Obispos fundadores
.
de la Iglesia nicaragüense
por Clemente Guido Martínez

No sabemos a ciencia cierta cuando nació, pero por documentos


de la época colonial, tenemos conocimiento que en 1536 cuando
murió, tenía "más o menos" sesenta años de edad. Los restos
óseos recientemente descubiertos en Catedral de león Viejo, que
corresponden a este Venerable Primer Obispo de Nicaragua, le
dan una edad aproximada entre 60 y 65 años de edad.

Diego fue Protector y Defensor de Indios desde mayo de 1527 y


se le designó como Primer Obispo de la Diócesis de Nicaragua en
1531, la que había sido constituida por Su Santidad Clemente
VII el 26 de febrero de 1531 y Confirmada por Su Santidad
Pablo III, el 2 de noviembre 1534.

Contemporáneo del Primer Gobernador de Nicaragua Pedrarias


Dávila (1527-1531) y del yerno de Pedrarias Don Rodrigo de
Contreras (15.34-1544), fue el Obispo fundador de la Institución
Católica Nicaragüense y le correspondió iniciar las labores de
construcción de la primera Catedral de Nicaragua en León de
Imabite, entre 1527 y 1536.
Era muy querido y respetado por los primeros pobladores de,
León y Granada, al punto que se le consideraba "una santa
Criatura". Su labor en defensa de los indígenas quedó plasmada
en varios documentos coloniales, conforme los cuales le vemos
bajando de los barcos anclados en el Puerto de El Realejo o La
Posesión, a indios libres que eran llevados como esclavos con
destino al Perú y Panamá y quitando Encomiendas a Españoles
por maltrato a los indios.

Amigo personal de Fray Bartolomé de las Casas, a quien le había


pedido que fundase en León un Convento de la Orden de los
Predicadores, luego conocido como Convento San Pablo, sufrió'
mucho por la contradicción entre este Fraile protector de indios
y el Gobernador Rodrigo de Contreras.

Contreras quiso que el Obispo Osorio testificara en contra de de


Las Casas, por oponerse a la expedición de descubrimiento del
Desaguadero (Río San Juan), negándose el Venerable Obispo, lo
que trajo como consecuencia el enojo del poderoso Gobernador,
quien le quitó la principal Encomienda con que el Obispo
sustentaba a su Catedral, pasándola a Diego de Machuca,
pariente del Gobernador y precisamente a quien Contreras
había encomendado la expedición del Desaguadero.

Parece que el Obispo enfermó como consecuencia de este despojo


y agobiado por las deudas de su Iglesia al no contar con recursos
para su pago agravado por el hecho que los comerciantes se
negaban a darle fiado, cayó en cama y murió poco tiempo
después. Su muerte se calcula entre abril y junio de 1536,
expirando en el Hospital de León de Imabite donde se
encontraba postrado.

Sus restos mortales permanecieron sepultados en la primer


tumba del Presbiterio de la Catedral de León de Imabite, desde
entonces, hasta el pasado mes de noviembre del año 2000, en que
fueron descubiertos por el Instituto Nicaragüense de Cultura
producto de la investigación arqueológica que desarrolla esta
Institución en las Ruinas de León Viejo.

Al descubrirlo, los arqueólogos Ramiro García y Edgar


Espinoza, detallaron que sus manos estaban una sobre la otra
sobre el tórax en la posición que se acostumbra poner a los
difuntos en la tradición católica. Sus pies presentaban rasgos de
haber sido atravesados por un clavo post-morten, y la sensaciór
que ofrecía era la de un entierro rodeado de paz. Midió 1.8!
metros de altura, su fosa mostraba rasgos de lápida de ladrillo
rojos (estilo de La Paz Centro) y fue sepultado en una caja d
madera, de la que todavía se encontraron evidencias de clavos.
Fue Diego Álvarez Osorio el primer Obispo de Nicaragua y
ahora sus restos mortales descansan en la paz del Señor en el
MAUSOLEO A LOS FUNDADORES en el centro de la Plaza
mayor de las Ruinas de León Viejo.

1532
el Ilmo. P. Fr. Pedro de Zúñiga
del Orden de S. Francisco;
fué nombrado pero murió en Cádiz, antes de pasar a su Iglesia.
--
1532
El Ilmo. Sr. don Diego Alvarez Osorio
--

1544
El Ilmo. Sr. don Fr. Antonio de Valdivieso,
del Orden de Sto. Domingo,

--
1553
El Ilmo. Sr. don Fr. Gómez Fernández de Córdoba
--
1577
El Ilmo. Sr. don Fr. Antonio Zayas,
del Orden de S. Francisco
--
1584
El Ilmo. Sr. don Fr. Domingo de Ulloa,
del Orden de Predicadores
--
1593
El Ilmo. Sr. don Fr. Antonio Díaz de Salcedo,
del Orden Seráfico
--
1597
El Ilmo. Sr. don Fr. Gregorio Montalvo,
del Orden de Sto. Domingo,
--
año de 1532

El primer Obispo que gobernó esta Iglesia fué el


lmo. Sr. don Diego Alvarez Osorio: porque aunque
fué nombrado primero el Rmo. P. Fr. Pedro de
Zúñiga del Orden de S. Francisco; pero murió en
Cádiz, antes de pasar a su Iglesia. El Sr. don Diego
Alvarez Osorio, fué
Americano de nacimiento, descendiente de la casa
de Astorga, y Chantre de la Iglesia Catedral del
Darién.

Tomó Posesión de su Obispado el año de 1532, y el


mismo año hizo la erección de su Iglesia, en la
expresada Ciudad de León.

De orden del Emperador Carlos V., fundó el


Convento de S. Pablo de Religiosos Dominicos y lo
pobló con cuatro Padres, que le dejó Fr. Bartolomé
de las Casas, cuando pasó al Perú, porque no había
en aquella Provincia más Sacerdotes que el
Obispo: murió este Ilustre Prelado el año de 1542.

Diego Alvarez Osorio. El primer obispo que


ejerció el cargo, aunque no llegó a ser consagrado
como tal, fue Fray Diego Alvarez de Osorio,
primer Protector y Defensor de los Indios.

Falleció entre abril y julio de 1536, posiblemente en


un hospital donde se había refugiado por deber 3
mil pesos de oro a los comerciantes de la ciudad.
No se conoce exactamente a qué orden pertenecía,
pero se supone era dominico.

PRIMER OBISPO EFECTIVO, DIEGO ALVAREZ


DE OSORIO, FUNDACION EN LEON DEL
CONVENTO DE SAN PABLO.

En opinión del historiador Juárros reproducida por el


Dr. Ayón, el Reverendo Diego Alvarez de Osorio era
americano de nacimiento, sin embargo, el Dr. Arturo
Aguilar en su "Reseña Histórica de la Diocesis de
Nicaragua", sostiene que dicha tesis es infundada por
cuanto fué nombrado Obispo a los 35 años del
descubrimiento de América, y a los diez o quince del
establecimiento de Tierra Firme o Castilla del Oro
(Panamá).

En nuestra humilde opinión, el Dr. Aguilar tiene toda


la razón y reforzamos su tesis por cuanto hemos
encontrado entre la lista de sacerdotes que
acompañaron al primer Obispo de Panamá Fray Juan
de Quevedo que iba a instalar la silla episcopal del
Darién y que rola entre los nombres en general de
todos los pasajeros que vinieron en la famosa
expedición de Pedrarias de 1514, a un Diego de
Osorio (Colección Muñoz, apéndice No. 5 A.
Rubiano), siendo este mismo sin lugar a dudas nuestro
Obispo por cuanto no se conoce otro sacerdote con el
mismo nombre.

Según fundadas sospechas del Dr. Aguilar, era nuestro


Obispo descendiente de Don Pedro Alvarez de Osorio,
segundo marqués de Astorga perteneciendo en
consecuencia a una de las más ilustres familias de la
Península.

Estando en América fue designado para el servicio de


la Catedral de Santa María de la Antigua del Darién
con sueldo menor de cien pesos oro.

En 1521 de los doce curas originales que vinieron con


Pedrarias, ya habían muerto cinco, siendo nuestro
Obispo uno de los sobrevivientes, ocupando para
entonces el cargo de Chantre de la Catedral de
Panamá en cuyo servicio se encontraba al ser
designado en Mayo de 1527 Protector de los indios de
Nicaragua, con encargo de pasar a esta Provincia a
ejercer su oficio devengando un sueldo anual de
200.000 maravedíes que después le fué aumentado a
300.000 maravedíes.

Este nombramiento le fué ratificado el 4 de Abril de


1531 por Real Cédula, cuando ya se encontraba en
León, siéndole otorgadas facultades para enviar a
averiguar y recabar información sobre el trato que se
daba a los indios, pudiendo imponer penas corporales
y multas hasta de 50 pesos oro así como ordenar la
cárcel hasta por diez días en contra de quienes les
dieran malos tratos o violaran las disposiciones reales
dadas en favor de ellos, así mismo se disponía que
podía constatar si los encargados de la justicia
cumplían con sus obligaciones. (47).
REFERENCIAS DOCUMENTALES:
No.

Había sido nombrado Obispo de Nicaragua en 1527


reponiendo al fallecido Fray Pedro de Zúñiga, sin
embargo hasta el año de 1531 el 26 de Febrero el Papa
Clemente VII aprobó la creación de la Sede Episcopal
de Nicaragua, ratificando su nombramiento pero sin
haber promulgado ;las respectivas bulas por lo que la
Reina en Real Cédula de Abril de 1531 lo presenta al
Santo Padre para que lo confirme como Obispo de
Nicaragua, pidiéndole también que envíe 1ps bulas
que acreditan su nombramiento. (48)

REFERENCIAS DOCUMENTALES:
No.

El nuevo Obispo tomó posesión de su sede (a pesar de


no tener las bulas) en 1532 siendo confirmado en su
nombramiento por Bula del 3 de Noviembre de 1534
dada por Su Santidad Paulo III que reponía al ya
fallecido Clemente VII (49)

REFERENCIAS DOCUMENTALES:
No.

La nueva Diócesis de Nicaragua, comprendía los


territorios de Nicaragua y Costa Rica, siendo
sufragánea de la de Sevilla hasta el año de 1547, en
que pasó a serlo de la de Lima hasta en 1743, en que
lo fué de Guatemala hasta la creación de la sede
Metropolitana de Managua en 1913.

Confirmaba Paulo III en dicha Bula de 1534 el rango


que de Ciudad había sido concedido a León por el
anterior Papa, quien había esclarecido el lugar
llamado de León, designándolo como Ciudad de León,
asimismo autorizaba la erección e institución a
perpetuidad de una Iglesia Catedral, bajo la
advocación de la Gloriosa Madre de Dios siempre
Virgen María, la cual sería presidida por un Obispo
que se llamaría Obispo de León.

Fue Alguacil eclesiástico del Obispo Osorio en


tiempos de Castañeda el Señor Luis Jiménez (dicho
alguacil portaba una pequeña vara con empuñadura de
plata y tenía el deber, propio de su oficio de capturar a
las personas a quienes se hacía reos por delitos
eclesiásticos, como el amancebamiento, la hechicería,
etc.)

Osorio hizo lo que pudo para proteger a los indios,


habiendo tenido varios disgustos, aunque no pudo
sustraer su actuación de los lineamientos que daba el
modo de ver las cosas propio de su época.

En 1534 al marcharse Castañeda, ejerció la


gobernación de la Provincia interinamente hasta la
llegada de Contreras.

Obtuvo ese mismo año por Cédula del 28 de


Diciembre autorización Real para invertir en el
servicio y construcción de Iglesias todos los diezmos
que producía la Provincia.

En 1535 pasó por León Fray Bartolomé de las Casas


con varios dominicos por lo que le pidió el Sr. Obispo
que fundara un convento de dicha orden, lo que hizo
el Reverendo, de Las Casas, con tres religiosos que le
acompañaban llamándose el nuevo convento, de San
Pablo (50), y actuando como Superior del mismo el
propio fundador, siendo los sacerdotes os primeros
que sirvieron a Dios en dicho lugar.

Este convento fue el tercero de la orden de Santo


Domingo fundado en América, pues el primero había
sido el de Santo Domingo de Guatemala y el segundo
el de Santo Domingo de Ciudad Real de Chiapa.

Falleció en León, entre los meses de Abril y Julio del


año de 1536 siendo nombrado para suceder le Fray
Francisco de Mendavía, Sacerdote Jerónimo que vivía
en España y a quien fue comunicado su nombramiento
en carta del lo. de Octubre 1537.
año de 1542
Fray Francisco de Mendavia,
Luego, ascendió el obispo Francisco de
Mendavia, de la orden de San Jerónimo
quien falleció en León, posiblemente en
1542, pues en 1543 fue presentado al
Papa Fray Antonio de Valdivieso, su
sucesor. Sólo ejerció su ministerio
cuarenta días,

SEGUNDO OBISPO FRAY FRANCISCO DE


MENDAVIA. NOMBRAMIENTO DEL DEAN,
MUERTE DEL SEÑOR OBISPO Y MANDAS
TESTAMENTARIAS QUE INSTITUYO.

El 1 de Octubre de 1537 el Rey había comunicado al


Fraile Jerónimo Francisco de Mendavía, prior del
monasterio de la Victoria de la ciudad de Salamanca,
su designación para ocupar el cargo de Obispo de
Nicaragua.

El 5 de Septiembre del mismo año, S. M. suplicaba al


Papa nombrara Obispo a Fray Francisco y el 22 del
mismo mes y año lo presentaba para que fuera tenido
como Obispo en dicho cargo. El 23 de Noviembre se
le nombraba también para ejercer el cargo de
Protector de los indios de Nicaragua.

Los vecinos de León, desconociendo seguramente el


anterior nombramiento, en carta del 10 de Diciembre
de 1537 solicitaban al Rey que fuera designado Fray
Diego de Alcaraz para ocupar el cargo de Obispo de
Nicaragua en sustitución del fallecido Alvarez de
Osorio.

Fray Diego, había sobresalido como el reedificador de


la Iglesia y Convento de La Merced de dicha Ciudad
lo que había efectuado durante el transcurso de los
diez años antes de la presente carta y después de su
llegada.

99El 22 de junio de ese mismo año fue dictada por


Paulo III una Bula de notables efectos (aunque sólo en
el campo teórico) por la cual declaraba a los indios
verdaderos hombres capaces de recibir la fe católica
(reconocimiento algo tardío de la aptitud que tenían de
ser cristianos) y ordenaba se les atrayera por la
persuación y no por la fuerza. En otra Bula posterior
prohibió dicho Santo Padre el que los indios fueran
sometidos a la esclavitud. (56)
REFERENCIAS DOCUMENTALES:
No.

Traía el nuevo Obispo al igual que el anterior la


concesión regia de todos los diezmos de la Provincia
para el Obispado de León a fin de que se procediera a
construir en forma la Catedral; se le otorgaron para su
servicio las mismas encomiendas que el Obispo
Osorio había tenido a su favor y que recaían en los
indios de Nenderi, Occaloaque y Azagalpa (Nindirí,
Quezalguaque y Agagalpa) sumando en total como
cuatrocientos naturales. (57)

La Reina le ordenó que hiciera casa junto a la iglesia


para instruir a los naturales en la fe católica. Estas
construcciones accesorias a las iglesias y sin
comunicación interna con ellas se llamaban "Nartex"
y estaban destinadas para instruir a los infieles
(catecúmenos) que no podían penetrar dentro de los
templos, limitándose a visitar dichos sitios.

Fue la catedral de León una de las pocas iglesias del


Nuevo Mundo que tuvo estas capillas o recintos, pues
después de los primeros años de la colonia, parece que
fueron estimadas innecesarias y ya no se
construyeron.

Al quedar abandonados estos recintos por falta de uso


durante los años posteriores, parece que fueron
convertidos en capillas mortuorias incorporándolas al
conjunto arquitectónico de las iglesias en general.

Creemos que la Catedral de León tuvo dicho recinto


por cuanto en la parte inmediatamente contigua a la
pared norte, hacia el lado externo y norte del cañón
principal de la mencionada iglesia Mayor que en los
trabajos de excavaciones ha sido llamada R-2, se
econtraron las fundiciones que parecen corresponder a
tal tipo de construcción. Podemos señalar que, a pesar
de estar este recinto formando parte del conjunto
arquitectónico del templo en general, no tiene
comunicación con él, salvo por una ventana alta que
por su misma naturaleza no fue destinada al paso de
las personas, coincidiendo este tipo de construcción
con el uso y destino dado a los recintos antes
indicados.

Los numerosos esqueletos encontrados en tumbas


ubicadas bajo el nivel del piso y hacia el lado de la
pared que divide esta construcción del cañón
principal, hacen suponer que posteriormente fue
destinada para capilla mortuoria, aunque interiormente
nunca se la comunicó con el cañón principal del
templo.

La construcción de dicho "Nartex" en León, no se


verificó probablemente durante este Obispado por
haber sido muy poco el tiempo que en el desempeño
de tal dignidad estuvo el Señor Mendavía.

En 1538 la monarquía dispuso que se diera una


asignación anual perpetua de 500.000 M. para el
sostenimiento del Obispado de Nicaragua, y en carta
de S. M. de ese mismo año fue urgido el nuevo
Obispo para que pasara a ocupar su cargo cuanto
antes, sin embargo, fue hasta principios de 1540 que
partió hacia su sede de León el nuevo designado.

Traía el nuevo Obispo a seis sacerdotes jerónimos,


tres criados y doce caballos, acompa ñándoles también
algunos de sus hermanos y muchos ornamentos,
cálices y libros para la iglesia.

Ya estando en León, Fray Francisco de Mendavia, en


el ejercicio de su. sagrada misión, fue designado Deán
el Br. en Artes y Derecho Canónico Fray Pedro de
Mendavía quien era hermano del Obispo, siendo
instituido por el mismo Sr. Obispo y declarado cabeza
del Cabildo y su representante en su defecto pasando
luego a la Iglesia Mayor a tomar posesión corporal de
su dignidad "se sienta en su silla, abre y cierra un
libro, echa fuera de la iglesia a cuantas personas allí
estaban, cierra y abre nuevamente las puertas de la
Iglesia. Todo esto ante testigos y asentado por el
Notario apostólica" (58) El Notario Apostólico del
Obispo era Sebastián de Mendavia.

REFERENCIAS DOCUMENTALES:
No.

101El 6 de Octubre de 1540 murió el Obispo Fray


Francisco de Mendavía. Don Sofonías Salvatierra en
su, Contribución a la Historia de Centro América, dice
que murió en la segunda mitad de 1542, pero tal dato
no puede ser exacto por cuanto la carta del Déan Fray
Pedro de Mendavía a S. M. de fecha 25 de Sept. de
1541 ya habla de su muerte.

Fue enterrado al día siguiente siete en la Iglesia Mayor


de la Ciudad de León, a los cuarenta días de estar
ejerciendo su cargo en la Provincia de Nicaragua, no
habiendo podido realizar ninguna obra de mérito en
tan corto lapso de tiempo.

Antes de morir instituyó ciertas mandas testamentarias


por las cuales legó algunos bienes a los monasterios
de San Bartolomé de Lupiana y de Nuestra Señora de
la Victoria ambos en España, por lo que por Real
Cédula de 1543 se ordenaba a la Au diencia de los
Confines que fuera enviado a Sevilla el producto de
los mismos.

Fray Francisco de Mendavía


por Clemente Guido Martínez

Fray Francisco de Mendavía fue el segundo Obispo


Católico de Nicaragua, originario del Monasterio
Jerónimo de Nuestra Señora de la Victoria de la ciudad
de Salamanca, ejerció apenas 40 días en su Obispado,
pues murió el 6 de octubre de 1540 en León de Imabite,
aparentemente de muerte natural. Siendo sepultado en la
Catedral.

A su arribo a la Provincia vino acompañado de seis


monjes de su orden y familiares, quienes continuaron
durante un par de años más a cargo de la Diócesis,
después del súbito fallecimiento del Obispo.

Su hermano, el Deán de Catedral, Fray Pedro de


Mendavía, protagonizó uno de los capítulos más violentos
de la Diócesis de León, al enfrentarse con el Tesorero y
Gobernador Interino Pedro de los Ríos, yerno de Rodrigo
de Contreras, cuando en 1543, el 13 de mayo, cuatro de
sus partidarios fueron descuartizados por órdenes de los
Ríos.

El Deán Br. Pedro de Mendavía, había sido consagrado


con este título por el Obispo Mendavía el 5 de octubre de
1540, un día después el Obispo moriría de muerte
natural, quedando la Diócesis en manos del Deán, por lo
que le correspondió a él tratar de frenar la ambición
desmedida de Rodrigo de Contreras y Pedro de los Ríos,
excomulgando a Contreras en 1541 y logrando su prisión
en julio de 1542 en Panamá, por el obispo Fray Tomás de
Berlarga, lo que obligó al Gobernador ir a España a
defenderse, dejando en su lugar a de los Ríos.

De los Ríos no acató las disposiciones Eclesiásticas del Br.


Mendavía, por lo que éste lo encarceló el 12 de mayo de
1543, siendo liberado por un grupo de partidarios,
después de lo cual de los Ríos encarceló a Mendavía el 14
de mayo, acusándolo de falsificar su nombramiento como
Juez Eclesiástico y lo envió encadenado a Sevilla, España,
no sin antes haber promovido el asesinato de Fray Pedro
de Chávez, de la Orden San Francisco y al Padre Diego
Tello, Cura de la Catedral, a manos de Martín
Membreño, escribano público y soldado de los Ríos. Ese
fatídico 13 de mayo, Pedro de los Ríos tomó venganza del
Deán ordenando el descuartizamiento de cuatro de sus
colaboradores: Matute, Pérez, Pinar Negrillo y Ramírez.

Sus restos descuartizados fueron expuestos en público,


hasta que un Juez de residencia ordenó su sepultura en la
Catedral. Se dice que fueron sepultados sin cabezas, pues
éstas se las habían separado del cuerpo y puesto en
estacas las que desaparecieron.

Las investigaciones arqueológicas buscan el paradero de


estas cuatro personas, así como los restos de los dos curas
asesinados también durante esos sucesos de mayo de
1523. Se espera descubrirlas en Catedral de León Viejo.

año de 1544.

El Ilmo. Sr. don Fr. Antonio de Valdivieso,


del Orden de Sto. Domingo, natural de Villa-
hermosa, en el Arzobispado de Burgos. Tomó
posesión de la silla Episcopal el año de
1544.

Tuvo varios disgustos con sus Feligreses:


primero con el Gobernador por defender la
libertad de los Indios: después con los
Alcaldes Ordinarios- de León y Granada,
hasta declararlos descomulgados, y poner
cesación a Divinis, por oponerse estos a la
determinación del Obispo, que mandó que su
Alguacil, y el de la Inquisición llevasen varas,
sin diferencia de las de los Alcaldes:
últimamente con todos los Feligreses del
Obispado.

por el excesivo estipendio, que señaló a los


Clérigos por las funciones de su ministerio:
negocio que se llevó al Supremo Consejo de
las Indias, que expidió Cédula el 26 de
Septiembre de 1548, en que manda al
Presidente de esta Real Audiencia modere
dicho estipendio. Habiendo tenido este
Prelado diferencias con Rodrigo de
Contreras, Gobernador de León y queriendo
vengarlas su hijo Hernando de Contreras,
mató al Obispo a puñaladas, el día 26 de
Febrero de 1549.

Antonio de Valdivieso murió asesinado el


26 de febrero de 1550.

año de 1555
Cinco años después fue electo Fernando de
Barriovero, de la orden de los agustinos;
muere el 2 de mayo de 1556,

Pastor, Profeta y Mártir,

Fray Antonio de
Valdivieso,
por Clemente Guido Martínez

Presentación
Carlos Tünnermann Bernheim

La figura del obispo dominico, Fray Antonio de


Valdivieso, protector de los indios y compañero de lucha
del célebre Fray Bartolomé de las Casas, adquiere cada
día mayor relevancia, como piedra angular de la Iglesia
Católica de Nicaragua, precursor de la defensa de los
derechos humanos y del compromiso profético con la
causa de los oprimidos.

Los restos de Fray Antonio de Valdivieso surgen a la luz


cuatrocientos cincuenta años después de su sacrílego
asesinato, ocurrido el 26 de febrero del año 1550 en la
ciudad de León Viejo, de manos de Hernando de
Contreras, hijo de Rodrigo de Contreras, entonces
gobernador de Nicaragua, y nieto del temible Pedradas
Dávila, primer gobernador de la provincia. Ayudaron a
cometer el crimen el fraile lego y apóstata, Pedro de
Castañeda y el aventurero Juan Bermejo.

Como se sabe, la Diócesis de Nicaragua fue creada en


1527 por Real Cédula y confirmada por bula pontificia
en 1531. El primer obispo que ejerció el cargo, aunque no
llegó a ser consagrado como tal, fue Fray Diego Álvarez
Osorio, primer Protector y Defensor de los Indios. Sus
restos también fueron localizados en el presbiterio de las
ruinas de la Catedral de León Viejo, así como los de su
sucesor, que sólo ejerció su ministerio cuarenta días, Fray
Francisco de Mendavia, de la orden de San Jerónimo.

Valdivieso era natural de Villahermosa, pequeña ciudad


de Burgos, España. Muy joven ingresó a la Orden de
Santo Domingo y en marzo de 1543 fue nombrado por el
Emperador Carlos V tercer obispo de Nicaragua. Las
bulas pontificias confirmando su nombramiento te
llegaron en febrero de 1544. En mayo de este mismo año
haciendo el bien, sino el mal". Y, en otro texto, Valdivieso
afirma: "El obispo no solo es para tener mitra y rentas,
sino para usar jurisdicción, corregir vicios y fundar
virtudes, y remediar las opresiones que se hacen a sus
ovejas. Y cuando no pueda hacer esto, está obligado a
dejar su oficio para otro".
Valdivieso, pese a las grandes dificultades que debió
enfrentar en sus seis años de ministerio episcopal, no
abandonó a sus ovejas, especialmente los indios. Sus
cartas al Rey fueron afilando los puñales que finalmente
le darían muerte, en un momento culminante de la
historia no sólo de hispanoamérica, sino universal, que es
el que señala el enfrentamiento crucial entre los
remanentes feudales que subsistían en América y la
Corona española, enfrentamiento en el cual los hijos de
los conquistadores llevaron la peor parte.

Por la gran significación histórica que tiene el


descubrimiento de los restos del Obispo Mártir Fray
Antonio de Valdivieso, el Centro Nicaragüense de
Escritores decidió publicar este libro del Lic. Clemente
Guido Martínez, ex Director del Instituto Nicaragüense
de Cultura y motor de los trabajos que han conducido
tanto a los importantes hallazgos de los restos del Obispo
Valdivieso y de los primeros Obispos de Nicaragua, como
del fundador de las ciudades de León y Granada,
Francisco Hernández de Córdoba y del primer
Gobernador de la Provincia, el cruel Pedro Arias de
Avila.

En esta obra no sólo se destaca el papel de los obispos


fundadores de la Iglesia Católica en Nicaragua, sino
también el contexto en que se desarrollaron los
acontecimientos que condujeron al asesinato del
Protector de los Indios, Fray Antonio de Valdivieso.

Para el Centro Nicaragüense de Escritores este libro Fray


Antonio de Valdivieso, Pastor, Profeta y Mártir, es una
valiosa contribución al rescate de una figura de la cual
todos debemos sentirnos orgullosos, pues dio su vida por
la causa de los derechos humanos de los indígenas
nicaragüenses.

Managua, julio de 2001.

La misión de la Iglesia en
Nicaragua vista por Fray
Antonio de Valdivieso
por Clemente Guido Martínez

El Contexto Europeo

Fray Antonio del Valdivieso asumió su Obispado entre


mayo y junio de 1544, recibiendo la consagración el 8 de
noviembre de 1545 en Gracias a Dios, de parte del
Obispo Fray Bartolomé de las Casas -Obispo de Chiapas-
; Fray Francisco de Marroquín, Obispo de Guatemala y
Cristóbal de Pedraza Obispo de Honduras.
Le correspondió asumir su Obispado durante el Juicio de
Residencia que Diego de Herrera actuó en contra del
exGobernador Rodrigo de Contreras, por lo que no había
Gobernador en Nicaragua; durante el Papado de Paulo
III (1534-10 noviembre de 1549); y durante el Reinado de
Carlos V, Emperador, quien le había postulado ante
Paulo III para Obispo de la Provincia de Nicaragua, el
1e'° de marzo de 1543 (Ver Colección Somoza, Tomo VII,
pág. 375, Carlos V al Papa).

Por la correspondencia del Obispo Valdivieso es notorio


que su relación de subordinación con la Corona de
Carlos V, fue absoluta, más que con Roma, lo que se
explica por el contexto histórico que ie correspondió vivir
durante su Obispado, sin que caigamos en el error de
creer que nuestro Obispo Mártir estaba separado o
distanciado de la Cabeza Eclesiástica Romana, sino más
bien producto de las circunstancias que a continuación
presentamos.

Un contexto que en breves palabras podemos definir


como de grandes cambios en Europa por el surgimiento
del Protestantismo de los Príncipes Alemanes con Martín
Lutero a la cabeza; el Concilio de Trento (1545-1551),
que reformó la Iglesia Católica desde adentro; las
guerras de Carlos V contra la alianza protest conocida
como de la Esmalcada (1547), después de suces guerras
contra Argel (1541), Turquía (1542) y Francia (1542-
1544)

Un Fraile Valdivieso que probablemente durante su


etapa formación Sacerdotal y cuando debe hacer contado
con una i probable entre 20 y 30 años, fue testigo de la
guerra de Carlos V cc el Papa Clemente VII, sucedidas
de 1523 a 1530, y que concluye a Coronación dé Carlos V
por Clemente VII en 1530, después d destrucción y
saqueo de Roma por parte de las tropas Carolingias.

No tenemos todavía algún documento que informe


exactitud la edad del Obispo en 1550, cuando fue
asesinado, los datos arqueológicos y exámenes médicos
realizados en restos óseos recientemente descubiertos en
el Presbiterio d Catedral de León Viejo, indican su edad
aproximada osciL entre 50 y 55 año al momento de
morir. Por lo tanto, su fech nacimiento podría ubicarse
entre 1495 y 1500.
Es importante tener claridad de que cuando el Obispo
Valdivieso llega a Nicaragua, en Europa el Papa Adriano
VI efímero Papado (1522-1523), ya había otorgado a
Carlos Patronato sobre todos los Obispados Españoles y
su antecesc Papa Julio II había otorgado el Patronato
sobre las IglE Americanas a los Reyes Católicos el 18 de
julio de 1508.

Sobre este Patronado, otorgado por Adriano VI, el textc


"Derecho Eclesiástico" coordinado por Alberto Alonso
Ureba, d Universidad Complutense de Madrid (1996),
nos explica lo siguiente:

"Desde 1456 el Papa atiende, sin otorgar privilegio o


derecho alguno, a las personas que los monarcas de
Castilla y Aragón sugieren ejerciendo el derecho de
súplica. En 1486 Inocencio VIII concede al patronato
regio o derecho de presentación sobre las Iglesias a
edificar en las tierras conquistadas de Granada e Islas
Canarias. Y finalmente, Adriano VI otorga en 1523 a
Carlos V y sus sucesores la extensión de dicho patronato
sobre todas las sedes episcopales de su reino. Los
privilegios concedidos a los Reyes garantizan que la
Santa Sede aceptará e instituirá canónicamente a las
personas presentadas por el Rey. Conviene subrayar que
los criterios regios para la provisión de Obispados
contribuyeron a elevar espiritual y culturalente el nivel
del episcopado español. Desde los Reyes :atólicos y con
excepciones durante el reinado de Carlos V, se imponen a
los candidatos de ser naturales de los reinos, de vida
honesta y preferentemente de clase media y letrados"
(pág. 37, Derecho Eclesiástico).

_- 1508 julio II reconoce a favor de los Reyes Católicos el


-::--Dnato universal -comprensivo del derecho de
presentación : todas las iglesias y beneficios eclesiásticos-,
así como la potestad de establecer y organizar la iglesia
Indiana, y recaudar y asar los diezmos eclesiásticos",
(pág. 37, Derecho Eclesiástico).

Por lo anterior es sumamente importante comprender el


contexto Europeo de la correspondencia del Obispo con
el Rey Carlos V y su Consejo de Indias, continua y
directa con la Corona, x conociéndose hasta la fecha
alguna carta dirigida al Arzobispo de Toledo o al Papa
Romano.

Ahora bien, también debemos comprender que desde


finales Siglo XV, los Reyes Católicos habían iniciado una
profunda Reforma a la Iglesia y al Estado Español que se
constituía por los imanados Unificados de Castilla (1477),
Castilla y Aragón (1479), Granada (1492) y Navarra
(1513).

En el texto de "Historia de la Iglesia Católica", tomo III,


4" edición, por Ricardo García Villoslada de la Pontificia
Universidad G-egoriana de Roma, y Bernardino Llorca
(q.e.p.d.), se explica el sentido de las Reformas
impulsadas por los Reyes Católicos para moralizar su
Reinado y su Iglesia Católica, Villoslada y Llorca dicen lo
siguiente:

"No solamente por motivos espirituales y religiosos,


también por razones políticas y administrativas creyeron
los Reyes Católicos que debían procurar la reforma de la
Iglesia Española. Naturalmente valiéndose de los mismo
eclesiásticos y con la autorización del romano pontífice;
pero si éste o aquéllos no se decidían a extirpar ciertas
inveteradas corruptelas o escandalosos abusos, los reyes
no se cansarían en urgir la reforma una y otra vez, aun
con peligro de entremeterse en lo que no era suyo:
ENTENDEMOS DE REFORMAR EL ESTADO
SEGLAR EN CUANTO PUDIÉRAMOS,
REDUCIÉNDOLO A LA BUENA E ANTIGUA
GOBERNACIÓN, QUE ASI MISMO SE PROVEA
COMO EL ESTADO ECLESIÁSTICO SE REFORME
(Los Reyes ante los Obispos en Sevilla, pág. 608, Llorca,
Villosloda).

"Pero lo más fundamental era la reforma de los Obispos


y los monarcas no podían olvidar esta pieza tan
importante en el gobierno de la nación. Por ahí
empezaron su obra restauradora. Ellos, que tan
cuidadosamente buscaban y escogían a los más aptos
para los cargos administrativos, ya se comprende que no
andarían remisos en la elección de los prelados", (pág.
608, Llorca y Villoslada).

Nuestro Obispo Valdivieso, si bien no fue postulado por


lo: Reyes Católicos, lo fue por su sucesor Carlos V, quien
continuó cor esta idea Reformista al grado de ser
impulsado decidido de CONCILIO DE TRENTO,
iniciado en 1545 durante su Reinado. Por lc tanto, bien
podemos comprender que Fray Antonio de Valdiviesc
venía de una Europa en cambio, inmerso de todas estas
doctrina reformistas y moralizantes, lo que lo explica en
su celo evangeli zador y en su tenáz lucha la corrupción
de las autoridades civiles y eclesiásticas, así como su
ardiente deseo de que se cumpliere con el propósito
principal -a su entender- de la Colonizaciór de América:
Evangelizar, como Misión de la Iglesia.

Fray Antonio de Valdivieso


por Clemente Guido Martínez

Fray Antonio de Valdivieso, originario Villa Hermosa en


el distrito de Burgos. Hijo de Antonio de Valdivieso y
Catalina Álvarez Calvento, se formó en la Orden de
Predicadores Dominicos en el Convento San Pablo, de
Burgos.

Fue nombrado Obispo de Nicaragua por Su Santidad


Paulo III en 1543, ante la propuesta del Emperador
Carlos V. También se le asignó la Iglesia de Cartago en
Costa Rica, a partir del 9 de mayo de 1545, por lo que fue
Primer Obispo de Costa Rica.

Llegó a Nicaragua entre abril y junio de 1544, iniciando


su labor Misionera y Pastoral sin recibir la
Consagración, sino hasta noviembre de 1545, cuando la
recibió de parte de Tres Obispos, entre los que estaba
Fray Bartolomé de las Casas y Fray Francisco
Marroquín, Obispos de Chiapas y Guatemala,
respectivamente, y el obispo de Honduras, Monseño
Pedraza.

Se conocen doce cartas de Valdivieso al Emperador


Carlos V, al Príncipe Felipe y al Real Consejo de Indias,
que han sido rescatadas e incluidas en la Colección de
Documentos Históricos Coloniales conocida como
Colección Somoza, recopilada por el historiador
Nicaragüense Andrés Vega Bolaños.

Estas cartas forman una colección documental de los más


preciosos tesoros para la comprensión del posterior
martirio del Obispo, que fue ante todo un mártir por la
causa de los Derechos Indígenas establecidos en las
Nuevas Leyes de Indias emitidas por Carlos V en 1542 y
de las que el Obispo Valdivieso tenía Orden expresa de
poner en vigencia en la Provincia de Nicaragua.

Cuando el Obispo llegó a Nicaragua, coincidió con el


Juicio de Residencia que Diego de Herrera, inició el 11 de
junio de 1544 en contra de Rodrigo de Contreras quien
había regresado victorioso de España en abril de 1544,
pues se le concedió reincorporarse a la Iglesia como fiel
católico, levantándole la excomunión que el Br. Mendavía
le había aplicado en 1542. Esta vez no fue un juicio
eclesiástico sino de un Juez de Residencia propio del Real
Consejo de Indias, ante varias acusaciones de vecinos de
Granada y León en su contra, resultaron en la
destitución de su cargo como Gobernador y la orden de
entregar sus Encomiendas bajo la Corona Real,
sobretodo por el cargo de desacato de varias Reales
Provisiones.

En esta tensión inicial, llegó el Obispo a ejercer su


Ministerio Episcopal, dándose cuenta pronto que la
familia Contreras y sus allegados eran una de las
principales causas de desorden y violencia en la
Provincia, por lo que recomendó al Rey Carlos V que lo
destierre y realice una redistribución de las
Encomiendas. También le propone al Rey que elimine los
Tributos Reales a los Indios y les de una oportunidad de
rehacerse.

Desde el inicio de su Misión Pastoral, Monseñor


Valdivieso quien tuvo que enfrentarse con el poder de la
familia Contreras y sus casta allegados, lo que le causó
serias dificultades para el ejercicio de spos, su misión
Pastoral. No se le pagaba a tiempo o de forma completa
cisco su salario, no se le apoyaba en la obra de
construcción de Catedral y templos católicos en los
principales pueblos indios, tareas que al final de cuentas
concluyó en 1548.

V, al A los sacerdotes y laicos que le apoyaban en el


cumplimiento sido de su Misión Pastoral se les perseguía,
encarcelaba injustamente y ricos hasta agredía
físicamente. Las principales autoridades de la Real
Audiencia de Guatemala le eran agresivos, pues como él
decía, ellos eran los primeros perjudicados con las
Nuevas Leyes de Indias dictadas por Carlos V, pues el
nivel de corrupción y desenfreno explotador de los
Conquistadores no reparaba en ningún remedio
espiritual para los Indígenas, mucho menos físico.

Cuando Rodrigo de Contreras tiene que ausentarse


nuevamente a finales de 1549, de la Provincia, ya sin el
título de Gobernador, para ir a España a defenderse de
las sentencias dictadas por Diego de Herrera, deja a su
esposa María de Peñalosa y a sus hijos Pedro y Hernando
en Granada, donde residían, pues uno de las sentencias
de Herrera establecía que no podía vivir en León de
Imabite.

Este nuevo viaje de Contreras que como se dijo fue a


finales de 1549 no resultó a su favor, perdiendo la
apelación, por lo que en un arrebato de furia su hijo
Hernando, cometería el asesinato sacrílego y atroz en la
persona del Obispo Fray Antonio de Valdivieso, quien se
encontraba en su Casa Cura[ después del almuerzo y de
haber oficiado Misa de Miércoles de Ceniza en su
Catedral, un 26 de febrero de 1550.

Hernando acusaba al Obispo de que por sus cartas al Rey


su familia había perdido las encomiendas de indios, que
los habían hecho la familia más poderosa de la Provincia
de Nicaragua. Se hizo acompañar de un grupo de unos 30
hombres para realizar su crimen, aunque solamente él y
otros cuatro más entraron a la Casa Episcopal' para
cometer el crimen de forma atróz.

Después del asesinato tos hijos de Rodrigo Contreras


tomaron el poder político y militar de León, Granada y el
Puerto de La Posesión o El Realejo, azuzados por Joan
Bermejo y otros insurrectos que le proclamaron a
Hernando "Príncipe de La Libertad" en contra de la
Corona Real de Carlos V, secuestrando varios navíos
anclados en El Realejo para enrumbarse con destino a
Panamá con el mismo propósito de tomar el control de
aquella ciudad fundada por Pedrarias Dávila, abuelo del
nuevo "Príncipe" Contreras.

El intento fracasó muriendo todos los conjurados ya sea


en el campo de Batalla el 23 de abril de 1550, o juzgados
y condenados a la horca o al decapitamiento en Panamá
por órdenes de la Justicia Real. Hernando murió durante
los enfrentamientos bélicos en territorio Panameño y
Pedro desapareció, dícese extraviado en las Selvas
Panameñas.

El Rey Carlos V deploró la muerte del Obispo Valdivieso,


ordenando en octubre de 1550 una investigación del caso
y la condena de todos los implicados, por lo que se abrió
proceso a Doña María de Peñalosa, quien después de dos
años fue exonerada de responsabilidades, así como su
esposo y ex-Gobernador Rodrigo Contreras, quien
cuando sucedieron los hechos estaba como -eo4amos
dicho en España defendiéndose de las sentencias.

Los esposos Contreras se fueron de Nicaragua en 1552,


con destino a Perú, donde terminaron ambos sus días, en
1558 y en mayo de 1573, respectivamente, muriendo
como ciudadanos intachables y ejemplares en Perú.

Los restos del obispo Valdivieso fueron descubiertos en


noviembre del año 2000 en el Presbiterio de la Catedral
de León Viejo, confirmándose su identidad en febrero del
año 2001, después de numerosos análisis médicos,
radiológicos, arqueológicos e históricos, que permitieron
precisar su identidad, así como la de los antecesores Fray
Diego Álvarez Osorio y Fray Francisco de Vendavía.

La brutalidad y saña con que fue asesinado el Obispo


Valdivieso todavía pudo comprobarse en sus huesos, los
cuales después de 450 años de permanecer sepultados en
León Viejo, presentaban claras señales de fracturas,
cortes por objetos contundentes y dislocamiento de su
columna.

Ahora Fray Antonio de Valdivieso recibe los honores que


merece como Obispo Mártir del Siglo XVI por la causa
de los Indígenas y de la Corona Española y su testimonio
de amor por la causa de la humanidad sigue iluminando
el camino de aquellos que al iniciar el Siglo XXI nos
identificamos con su causa, la cual, como él, no han
muerto.

26 de febrero del 2001

La Misión de la Iglesia
por Clemente Guido Martínez

En su primer carta al Emperador Carlos V, fechada


le'<> de junio de 1544, Fray Antonio de Valdivieso
afirma que Carlos V h. confiado a los Obispos enviados a
América la Misión de "PLANTA) UNA NUEVA
IGLESIA Y CONVERTIR NUEVAS ALMAS..." (pág.
82 Cartas de Valdivieso, versión Fray José Álvarez Lobo,
o.p.).
Insiste el Obispo, el 10 de noviembre de 1545, en que h
Misión consiste en "CORREGIR LOS VICIOS,
FUNDAR VIRTUDES ' LLEVARE A ESTAS GENTES
AL CONOCIMIENTO DE NUESTRO REDEN TOR"
(pág. 145, Versión Álvarez).

El 8 de marzo de 1546 Valdivieso define su concepto de


Obispo y su Misión: "El Obispo no es sólo para tener
mitra y renta sino para usar jurisdicción, corregir vicios
y fundar virtudes, y remediar las opresiones que se hacen
a sus ovejas" (pág. 154, Versión Álvarez).
Resulta muy revelador sí, Fray Antonio no se considera
ajeno a Roma, cosa que le recuerda al Rey en su carta del
25 de octubre de :545, en la que de forma clara y directa
te dice que: "TIENEN ESTAS TIERRAS
CONCEDIDAS POR LA SANTA SEDE APOSTÓLICA
PARA FUNDAR EN ELLAS NUEVA IGLESIA Y LA
RELIGIÓN CRISTIANA Y SALVAR ASÍ A ESTAS
ALMAS" (pág. 134, Álvarez).

Temeraria podría resultar esta sentencia, al dirigirse a


un Emperador que forzó al Papa Clemente VII su
coronación Real en 1530, después de invadir la Ciudad
Santa y dejarla a merced de sus tropas, y aún más
temeraria podría resultar la continuación de su epístola:

"PERO HASTA AHORA NO SOLO NO SE HA


FUNDADO SINO QUE LA QUE HABLA EN ESTAS
PARTES SE HA PERDIDO YA, DESDE QUE SE
DESCUBRIERON ESTAS INDIAS HASTA HOY Y
CON ELLO SE HA CUBIERTO DE INFAMIA EL
NOMBRE DE JESUCRISTO, INFAMIA MAYOR QUE
LA QUE NUNCA TUVO ENTRE TURCOS, MOROS Y
ALABARES" (pág. 134, Versión Álvarez).

Se requiere de mucho valor, o en esa historia ignorada


sobre Valdivieso antes de su presencia en Nicaragua
(1544), él debe haber tenido mucha confianza con Su
Majestad y su Consejo, para expresar lo anterior al
hombre cuyo Reinado había logrado significativas
victorias militares sobre Argel en 1541, los Turcos e- 1542
y se preparaba en 1546 para iniciar la guerra contra los
Príncipes Protestantes de Alemania, que culminó con la
victoria sobre la Alianza Protestante conocida como
ESMALCADA en la batalla de Muhlberg el 24 de abril
de 1547.

Queda claro en las líneas anteriores que para Monseñor


Valdivieso la misión de la Iglesia consiste en Evangelizar
y esta -cisión evangelizadora trae en si misma el mensaje
de libertad para los oprimidos, ya sea por el yugo del
hombre sobre el hombre ("remediar opresiones"), o del
pecado sobre el hombre ("corregir vicios y fundir
virtudes").

año de 1556
cuando el rey presentó al Papa a Lázaro
Carrasco.
Lázaro Carrasco era de una orden
desconocida a la fecha. Falleció en León
antes de 1564, el año en que le sucede Luis de
Fuentes. Carrasco hace un retrato de la
provincia en 1558 y habla de su situación
social.

año de 1553,

El Ilmo. Sr. don Fr. Gómez Fernández de


Córdoba, de quien hemos dado bastante
noticia en el Catálogo de los Obispos de
Guatemala. Tomó posesión de la mitra de
León el año de 1553, y gobernó esta Diócesis
hasta el de 1574, tomó posesión de su
obispado, y murió en él después de haberlo
gobernado pocos años.

año de 1577

El Ilmo. Sr. don Fr. Antonio Zayas, del


Orden de S. Francisco, natural de Ecija. Fué
consagrado en España, y entró a gobernar su
Diócesis el año de 1577. Trabajó mucho en la
enseñanza de los Indios, trajo Religiosos de
su Orden, que poblaren el Convento de León,
que había fundado su primer Obispo electo
don Fr. Pedro de Zúñiga, antes de ser
promovido a la dignidad Episcopal, consiguió
la confirmación de la Provincia de S. Jorge
de Religiosos observantes, según se había
acordado. Falleció en León en 1597.

año de 1584

El Ilmo. Sr. don Fr. Domingo de Ulloa, del


Orden de Predicadores, de la casa de los
Marqueses de la Mota: presentado para la
mitra de Nicaragua el año de 1584, se
consagró en España, y el de 1591 fué
promovido a la Iglesia de Popayán. Por' su
ascenso fué nombrado Obispo de León el Sr.
don Fr. Gerónimo de Escobar, Religioso
Agustino, y estando para embarcarse en
Cádiz, murió el año de 1592.

año de 1593

El Ilmo. Sr. don Fr. Antonio Díaz de Salcedo,


del Orden Seráfico, tomó posesión de este
Obispado el año de 1593, y falleció en León el
año de 1597.

año de 1597

El Ilmo. Sr. don Fr. Gregorio Montalvo, del


Orden de Sto. Domingo, natural de Coca en
el Obispado de Segovia: habiendo gobernado
algunos años la Diócesis de Nicaragua, fué
trasladado a la de Yucatán.

año de 1603,

El Ilmo. Sr. don Pedro de Villa Real, natural


de Andujar. Visitador del Arzobispado de
Granada por el Ilmo. Sr. don Pedro de
Castro: electo Obispo de Nicaragua el año de
1603, manifestó su celo integérrimo en
defensa de los derechos de su mitra: murió
en el Pueblo de Masaya, y se sepultó en
Granada, año de 1619, a tiempo que se
hallaba promovido al Obispado de
Guatemala.

año de 1620

El Ilmo. Sr. don Fr. Benito de Baltodano, del


Orden de S. Benito, Abad de S. Claudio,
Visitador de su Orden: presentado para la
mitra de Nicaragua, el 27 de Agosto de 1620.

Este celoso Prelado levantó la Iglesia


Catedral: informó a S. M. como la Catedral
de León todavía no tenía Prebendados, que
así era necesario se pusiesen a lo menos dos
Dignidades, dos Curas, y Sacristán Mayor: y
que estos cinco Ministros se dotasen con
todas las ovenciosas y derechos Parroquiales,
por no haber suficientes diezmos.
año de 1623
Aprobó el Rey todo el plan que le propuso el
Obispo en Cédula del año de 1623: y por otra
del año 24 nombró S. M. para primeros Dean
y Arcediano a los doctores don Francisco
Berríos y don Pedro de Aguirre: y S. S.
nombró Curas y Sacristán Mayor, y se
comenzaron a celebrar los Divinos Oficios en
la nueva Catedral.

año de 1629

Así mismo fundó este Prelado el Hospital de


Sta. Catarina y conventd de S. Juan de Dios,
como consta de la Crónica del Orden.
Pretendió también erigir en Granada el
Colegio de Jesuitas, y consiguió que diese el
Rey tres mil escudos para dicha fundación;
pero no tuvo efecto: y con ellos se edificó la
Iglesia y Claustros de Guadalupe, y se fundó
el Convento y Hospital de S. Juan de Dios de
Granada. Falleció el Sr. Baltodano en León,
año de 1629, y se enterró en su Iglesia
Catedral.

año de 1631

El Ilmo. Sr. don Fr. Agustín de Hinojosa, del


Orden de S. Francisco, natural de Madrid:
electo y consagrado Obispo de Nicaragua,
acabando de hacer Ordenes, y
Confirmaciones, murió repentinamente el 5
de Julio de 1631, antes de llegar a su Iglesia.
año de 1632

Sucedióle el Ilmo. Sr. don Fr. Juan Barahona


y Zapata, del mismo Orden, que habiendoze
consagrado "en Madrid, murió a los ocho
días de su Consagración, el 19 de Noviembre
de 1632.

año de 1633 - pos 1635

El Ilmo. Sr. don Fr. Fernando Núñez


Sagredo. del Orden de la Sma. Trinidad,
Provincial y Vicario General de la Provincia
de Castilla: presentado para Obispo de
Nicaragua el año de 1633, tomó posesión de
dicho Obispado el de 1635: sostuvo los
derechos de su Dignidad, sufriendo con
paciencia y constancia muchas
contradicciones, y murió el 31 de mayo de
1639.

año de 1644- pos 1646

El Ilmo. Sr. don Fr. Alonso Briceño, del


Orden Seráfico. natural de Santiago de
Chile, Lector, dos veces Jubilado, tan gran
Teólogo, que mereció le llamasen segundo
Escoto: después de haber obtenido varios
empleos honoríficos en su Religión,
presentado para el Obispado de León el año
de 1644, tomó posesión de él por el mes de
diciembre de 46, y lo gobernó hasta el de
1650, que fué trasladado a la Iglesia de Chile.
año de 1652

El Ilmo. Sr. don Fr. Tomás Manzo, del


Orden de S. Francisco, tomó posesión de esta
silla Episcopal el año de 1652, y seis meses
después murió en la Ciudad de Granada,
donde le enterró su antecesor el Sr. Briceño,
que aun no había salido para su Iglesia de
Chile.

año de 1656

El Ilmo. Sr. don Fr. Juan Torres, Religioso


Franciscano, habiendo tomado posesión de
su Obispado el año de 1656, murió a los seis
días de haber llegado a León.

año de 1671

El, Ilmo. Sr. don Fr. Alonso Bravo de


Laguna, también Religioso Franciscano,
natural de Tepeaca en el Reino de México:
gobernó siete años su Diócesis, con solo la
cédula de S. M. por no haber llegado las
Bulas: vinieron estas, y se consagró en
Guatemala el 21 de septiembre de 1671,
como consta en los libros de cabildos de esta
Ciudad, pues en el que se celebró el 18 de
septiembre se acordó asistir en forma de
Cabildo a dicha consagración.

Pasó a su Sta. visita de Costa Rica, y murió


en la Ciudad de Cartago por enero de 1675.
año de 1677

El Ilmo. Sr. don Fr. Andrés de las Navas y


Quevedo de) Real y Militar Orden de Ntra.
Sra. de la Merced : electo Obispo de
Nicaragua el año de 1677, en el siguiente de
78 fué consagrado en Guatemala, en la
Iglesia de su Orden, el día 30 de noviembre,
como consta de Cabildo de 11 de noviembre
de 1678.

año de 1682

El año de 1682 fué trasladado a la Iglesia de


Guatemala, y tratando de los Prelados, de
esta, hemos dado noticia de este Príncipe en
el cap. 2 del tr. 3 del tomo 1.

año de 1684

El Ilmo. Sr. don Fr. Juan de Rojas, del


mismo Orden, se pose-,icnó de este Obispado
por enero de 1684, y el año siguiente de 85,
haciendo la visita de su Diócesis, murió en el
Pueblo de S. Pedro Metapa.

año de 1688
El Ilmo. Sr. don Fr. Nicolás Delgado, del
Orden de S. Francisco, tomó posesión del
Obispado de Nicaragua el 22 de diciembre de
1688, lo gobernó diez años, y murió con fama
de Santidad el 25 de noviembre de 1698,
enterróse en su Catedral.

año de 1704

El Ilmo. Sr. don Fr. Diego Morcillo Rubio de


Aguñón, del Orden de la Sma. Trinidad,
natural de Villa Robledo en la, Mancha,
sujeto de insigne virtud: tomó posesión de la
mitra de Nicaragua el año de 1704, y el de
1709 fué promovido a la Iglesia de la Paz, y
después a las de Charcas y Lima, donde fué
dos veces Virrey y Capitán General.
Consiguió de la Real piedad se aumentasen
dos canonjías en la Catedral de León, y para
ellas aplicó S. M. la tercera parte de sus
vacantes en aquel Obispado.

año de 1711

El Ilmo. Sr. don Fr. Benito Garret y Arlcvi,


Canónigo Premonstratense: tomó posesión
de este Obispado el año de 1711, ganó a favor
de su Catedral Real Cédula de 1715, en que
S. M. aplica la tercera parte de vacantes,
como lo había concedido en tiempo de su
antecesor, para dotación de los dos nuevos
Canonicatos, y no había tenido efecto.

Trabajó en la conversión de los Indios


Moscos, y obtuvo Cédula de S. M. para que
se le-auxiliase en esta empresa. Por una
fuerte y reñida competencia, que tuvo con la
Real Audiencia de Guatemala, no habiendo
obedecido la tercera carta de fuerza, que le
despachó, fué extrañado de su Obispado el
día 4 de Julio de 1716.

Y habiendo salido para el puerto, murió


repentinamente en S. Pedro de Sula el 7 de
Octubre del mismo año: de donde fueron
trasladadas sus cenizas a la Catedral de
León.

año de 1721

El Ilmo. Sr. don Fr. José Jirón de Alvarado,


natural de la Ciudad de León de Nicaragua:
Religioso del Orden de Sto. Domingo e hijo
de la Provincia de S. Vicente de Chiapa y
Guate ' mala, en la que fué dos veces Prior
Provincial. Electo Obispo de su Patria, se
consagró y tomó posesión del Obispado el
año de 1721, y lo gobernó hasta el de 1726
que murió.

Enterróse en su Catedral.

año de 1727

Se le nombró por sucesor al Ilmo. Sr. don Fr.


Andrés Quiles Galindo, del Orden de S.
Francisco, natural de Zelaya en el Reino de
México el año de 1727; pero murió en la
Ciudad de Sevilla, estando para embarcarse,
y venir a su Iglesia.
año de 1730

El Ilmo. Sr. don Fr. Dionisio de Villavicencio,


del Orden de S. Agustín: el 20 de diciembre
de 1730 tomó posesión de la mitra de
Nicaragua : y haciendo la visita de su
Diócesis, murió en Granada, el 25 de
diciembre de 1735.

año de 1738

El Ilmo. Sr. don Domingo Satarain, natural


de Viscaya, Chantre de la Iglesia de la Puebla
de los Angeles: electo Obispo de León, se
consagró en Guatemala, en la Iglesia de Sto.
Domingo, el día de Ntra. Sra. del Rosario de
1738: en el mismo año tomó posesión de su
silla Episcopal, y gobernó hasta el de 1741,
que murió en el Pueblo de Juigalpa, el 6 de
febrero haciendo la visita de su Diócesis.

año de 1746

El Ilmo. Sr. Dr. don Isidro Marín Bullón y


Figueroa, del Orden de Calatrava, Capellán
de honor de S. M. tomó posesión del
Obispado de Nicaragua a principios del año
de 1746: el de 47, de orden de S. M. pasó a la
Capital de Guatemala, para que de acuerdo
con el Sr. Presidente, tratase de dotar la Sta.
Iglesia Catedral de León, cuya Fábrica se
hallaba muy pobre: estando en dicha Ciudad
murió repentinamente el año de 1748. Se
enterró en la Catedral de Guatemala.
año de 1749

El Ilmo. Sr. Dr. don Pedro Agustín Morel de


Sta. Cruz, Dean de la Sta. Iglesia de Cuba:
electo Obispo de León el año de 1749, tomó
posesión el de 1751 a 11 de septiembre, y fué
promovido al obispado de Cuba el de 1753.

año de 1755

El Ilmo. Sr. don José Antonio Flores y


Rivera, Canónigo de la Sta. Iglesia de
México: tomó posesión de la mitra de
Nicaragua por febrero de 1755, y murió por
diciembre de 1756: sepultóse en su Catedral.

año de 1758

El Ilmo. Sr. don Fr. Mateo (le Navia y


Bolaños, del Orden de S. Agustín, natural de
Lima : electo Obispo de León el año de 1758,
se consagró en Madrid, el de 59, entró en su
Catedral por marzo de 60, y falleció el 2 de
febrero de 62, en su Sta. Visita de la Ciudad
de Granada donde fué sepultado.

año de 1764
El Ilmo. Sr. don Juan Carlos de Vílchez y
Cabrera: nació en Pueblo Nuevo jurisdicción
de Segovia, en la Provincia de Nicaragua: fué
Maestrescuela, Arcediano y Dean de la
Catedral de León: Provisor y Vicario
Capitular, del Ilmo. Sr. Bolaños: electo
Obispo de la referida Iglesia, tomó el
gobierno de la Diócesis el año de 1764; se
consagró en Comayagua, trabajó con
infatigable celo en la fábrica de la nueva
Iglesia Catedral que se comenzó por el Sr.
Marín desde el año 1746, padeciendo por
dicha obra grandes contradicciones, y
gastando en ella más de diez mil pesos de sus
propias rentas.

Murió en la Ciudad de León a 14 de abril de


1774: sepultado en su Catedral, se trasladó al
Panteón de los Prelados de la nueva Iglesia el
año de 1780.

año de 1775

El Ilmo. Sr. Dr. don Esteban Lorenzo de


Tristán natural de Jaen, Chantre de la
Catedral de Guadix, fué electo Obispo de
Nicaragua el 10 de febrero de 1775, se
consagró en Madrid, el 4 de enero de 76,
tomó posesión el 23 de marzo de 77, y el 25
del mismo pies hizo su entrada solemne en la
Ciudad de León. Concluyó el edificio de la
Catedral, la que bendijo y estrenó el año de
1780. A sus representaciones debe este Reino,
que S. M. Concediese el comercio libre. Fué
promovido a la Iglesia de Durango el año de
1783, y después a la de Guadalajara, y murió
el de 1794.

año de 1795
El Ilmo. Sr. Dr. don Juan Félix de Villegas,
cuya historia se puede ver en el cap. 2 del tr.
3 tom. V., entre la de los Arzobispos de
Guatemala.

Por su ascenso a esta Silla Metropolitana, fué


nombrado Obispo de Nicaragua el Ilmo. Sr.
don Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo,
Magistral de la Iglesia de Burgos: el que
consagrado en Madrid el día 19 de abril de
1795, antes de salir de aquella Corte, fué
promovido a la Iglesia de Guadalajara.

año de 1795

El Ilmo. Sr. don José Antonio de la Huerta


Casso, natural de León, Canónigo,
Maestrescuela, Arcediano y Dean de su Sta.
Iglesia: fué Provisor y Vicario General del
Obispado de Nicaragua, ,:in interrupción en
sedes plenas, y vacantes desde el año de 1782,
hasta que fué nombrado Obispo de su Patria
el año de 95: se consagró en Guatemala en la
Iglesia del Convento de la Concepción, el 27
de Mayo de 98.

Por diciembre del mismo año volvió a su


Diócesis, que gobernó con gran paz y
prudencia hasta su muerte.

Este Ilmo. Príncipe promovió con grande


empeño los estudios en la Ciudad de León,
aumentó a su costa las Cátedras de Sagrada
Escritura, Liturgia, Historia Eclesiástica.
Derechos, Medicina y Filosofía en el Colegio
de S. Ramón (le dicha Ciudad, e hizo otras
cosas, que eternizarán su memoria.
año de 1810

El Ilmo. Sr. don Fr. Nicolás García, natural


de Murcia: en el Convento de Sto. Domingo
de la misma ciudad tomó el hábito, profesó y
siguió la carrera de sus estudios hasta
obtener el grado de Maestro: hecho Prior del
Convento de Cartagena, después promovido
al obispado de Nicaragua: tomó las riendas
del gobierno de esta Iglesia el año de 1810:
adminístrala hasta el día con tal tino y
prudencia, que en estos tiempos tan
turbulentos ha sabido granjearse el amor y
confianza de sus feligreses : motivo porque
este gobierno le ha confiado interinamente la
Intendencia de Nicaragua.

Viernes 15 de Diciembre de 2000 | El Nuevo Diario


Las excavaciones de León Viejo
¿Hallan restos de primeros obispos?
* Descubren en las ruinas de la primera
catedral hecha en el país, cuatro osamentas frente al
altar
—EDWIN SANCHEZ—
Un segundo hallazgo de lo más impresionante en la historia
de Nicaragua, podría ser la localización de los fundadores de
la religión católica en nuestra nación, y cuyos restos podrían
estar exactamente en la primera catedral construida por los
españoles en el siglo XVI. De acuerdo a los historiadores, lo
cual será sujeto de verificación arqueológica, en las ruinas de
León Viejo, exactamente en la Catedral de la Merced, se
encuentran las osamentas de cuatro de los principales
arzobispos de Nicaragua, aunque uno de ellos, el más famoso,
Fray Antonio Valdivieso, todavía es oficialmente ilocalizable.

Los arzobispos que cumplieron la tarea de introducir tras la


conquista, la religión católica podrían ser Diego Alvarez Osorio,
Francisco de Mendavia, Fray Antonio de Valdivieso y Lázaro
Carrasco. Empero, los arqueólogos Edgard Espinoza y
Ramiro García Vásquez se mostraron muy prudentes con lo
que han encontrado hasta el momento pero que da la
casualidad son cuatro sepulturas ubicadas frente al altar.

Sólo los personajes más importantes, sean obispos o


capitanes de conquista fundadores, como fue el caso de
Francisco Hernández de Córdoba, y de Pedrarias Dávila,
contaban con el privilegio de ser inhumados frente al altar.

La osamenta del tercer sepulcro, colocado en el baptisterio,


es el que se encuentra más completo y en comparación a lo
encontrado en la tumba de Francisco Hernández de Córdoba
hasta un artista podría aventurarse a dibujar a quien haya sido
en vida.

Este personaje, posiblemente un obispo, yace con el brazo


izquierdo reposando en su cuerpo. Poco queda del cráneo,
pero dadas las condiciones físico-químicas del terreno de León
Viejo, es asombrosa su relativa conservación.

LOS QUE HALLARON A CORDOBA Y


PEDRARIAS

Espinoza y García localizaron los restos del conquistador que


da nombre a nuestra moneda nacional y en las investigaciones
se toparon nada menos con el primer tirano de la Historia de
Nicaragua: Pedro Arias de Avila, el famoso Pedrarias Dávila.
Ambos arqueólogos ahora van a la «caza» de los fundadores
del catolicismo en estas tierras de Nicarao, pero mantienen
una reserva hermética:

-Posiblemente aquí se encontraban los restos de


cuatro arzobispos. ¿Cómo está esto? -preguntamos al
licenciado García.

-Todavía estamos especulando sobre eso, porque


no tenemos los análisis de los huesos; tenemos tres individuos,
pero tendríamos que hacer los análisis pertinentes y luego
poderlos asociar con los datos históricos.

Lo que sí sabemos es que son personajes que


estaban muy cerca de la religión católica, que están en una
parte importante de la iglesia, pero no podemos decir quién es
quién.

-¿Pero por lo menos son sacerdotes o hasta


obispos?

-Todavía no estamos seguros, pero existe la gran


posibilidad de que así sea.

Mientras, Ramiro García Vásquez dice que en


cuanto al patrón funerario hay diferencias entre los entierros del
convento y La Merced con relación a la catedral de La
Merced. En este caso podemos hacer comparaciones con los
entierros que se realizaron en el altar mayor de la Iglesia La
Merced y se podría encontrar algunas semejanzas con las
fosas que estamos encontrando en el altar.

En la segunda fosa los huesos de un difunto fueron


perturbados por el entierro de otro y sobre él estaba una lápida
de ladrillos, un detalle no encontrado en otras tumbas en León
Viejo.

«Todavía estamos especulando de que si puede ser


una cripta, pero cuenta con arreglos muy especiales porque
este tipo de lápida no lo habíamos encontrado en La Merced ni
en el convento. Lo que permite inferir un poco de que se trate
de un personaje importante en la vida religiosa, todavía no
podemos decir quiénes, pero sí hay presencia de eso».

-Se ha especulado que hay posibilidades de


encontrar cuatro tumbas de obispos -insistimos.

-Manejamos algunos datos así de la bibliografía que


han sido recopilados por historiadores y el equipo de
historiadores que trabaja con nosotros.

-A qué gente se refiere según esa bibliografía?

-Solo hablamos de los primeros obispos pero no


podemos decir nombres específicos, todavía hay que hacer
análisis, hay que hacer alguna comparación de las evidencias
arqueológicas y compararlo con las fuentes históricas. Ese es
el método que estamos utilizando, que nos permita tal vez
hacer alguna aseveración más exacta.

-¿De acuerdo a las fuentes históricas, estos serían


los obispos fundadores de la Iglesia Católica aquí en
Nicaragua?

-De eso es lo que hablamos, pero esperamos que


pronto podríamos hablar a lo mejor de gente que fueron los
primeros obispos, los primeros religiosos (de alta investidura)
que llegaron a León Viejo.

-¿Y Fray Antonio Valdivieso?

-Es uno de los más connotados. Pero ahora no


puedo decir quién es quién. No tenemos datos sobre la edad
que es uno de las informaciones más básicas que podemos
decir. Estamos en el proceso de excavación.

Precisó que se sospechaba de la existencia de un


convento llamado San Pablo, «pero las excavaciones se
realizaron en la cuarta etapa y no se descubrió ninguna
estructura que pueda darnos información que sea un edificio
grande, religioso. Y si esta gente era importante, debieron
haber sido enterrados en la catedral de la Merced. Más
adelante vamos a tener información sobre estos datos.

IMPORTANCIA DE EXCAVACIONES

Es seguro que la gente, los primeros religiosos llegados a


Nicaragua, fueron gente con mayor relevancia y le dieron un
tratamiento especial al momento de realizar su ritual funerario.

-¿Cuál es la importancia de estas excavaciones? En


principio, León Viejo es un gran laboratorio para realizar
investigaciones en el campo de la historia y la arqueología
colonial. Ahora se le da más prioridad en el sitio por la
magnitud que alcanzado, principalmente para efectos
culturales.

Hay que cambiar el discurso de León Viejo, no sólo


hablar de León Viejo como ruinas, sino que paralelo a las
investigaciones que se están realizando se encuentra otra
investigación arqueológica.

Hemos encontrado rasgos arquitectónicos, agregó,


en las construcciones de la iglesia, en el convento, en la
catedral de la Merced; son investigaciones que paralelamente
se van desarrollando y vienen a enriquecer más el discurso
científico del centro y principalmente cultural. Eso nos va
llevar a mejor y mayor información.

Anotó que la mayor parte del material localizado es


prehispánico y muy poco el español: principalmente fragmento
de metal y ladrillos. «No estamos encontrando porcelana u
otros materiales que nos indique que aquí hubo ocupación
humana de familia, sino más bien gente que vivió
religiosamente».

Con la presencia de mucho material prehispánico


estamos pensando que hay restos humanos que corresponden
a gente mesoamericana, según el tipo biológico. Lo que nos
podría llevar a una hipótesis que hubo ocupación prehispánica.
Eso enriquece más la información del sitio como tal.
ASESINATO DEL OBISPO
VALDIVIESO
Para el año de 1545, Melchor Verdugo, hombre muy rico y leal
al Rey se apoderó de la Ciudad de Trujillo, Perú, usando cierta
ingeniosa estratagema en contra de los más destacados
pizarristas de aquella Ciudad, capturando a los principales de
entre ellos y poniéndolos en prisión. A continuación marchó en
un navío hacia Panama, habiendo tenido que variar su rumbo
en el camino por temor a la escuadra de Pedro Hinojosa
partidario de Pizarro y llegando como consecuencia de aquel
cambio imprevisto a las costas de Nicaragua.

Hinojosa sabedor del paradero de aquél, envió dos navíos al


mando del Capitán Juan Alonso Palomino para que con 120
arcabuceros se apoderaran de Verdugo y rindieran además la
Provincia de Nicaragua a la causa de Pizarro.

Desembarcó Palomino con su gente a principios de Marzo de


1545 ó 46 en el Realejo, siendo conocido de inmediato tal
acontecimiento por Don Rodrigo de Contreras que se
encontraba viviendo en una hacienda cercana a dicho pueblo.

Marchó Contreras a León procediendo a reunir al Alcalde de la


Ciudad que éra en entonces Rodrigo Contreras Biedman (que
no era nada del ex-gobernante) y a los regidores, autoridades y
vecinos habiendo decidido todos defender la Provincia contra la
invasión de Palomino.

Se armaron los vecinos de León y jefeados por Don Rodrigo y


sus hijos, Hernando y Pedro marcharon hacia El Realejo
atacando de sorpresa a Palomino a quien obligaron a huir
después de vencerlo en rápida batalla.

En 1547 llegó a Nicaragua el Licdo. Alonso de Maldonado,


presidente de la Audiencia de los Confines para reclutar gente
para el Ejército de la Monarquía, pués aún continuaba el
alzamiento de Pizarro, estando varias veces en el Realejo y
León, logrando reunir y enviar muchos soldados gracias a la
ayuda de Contreras quien le proveía de todo lo necesario, en
armas, alimentación y hasta alojamiento que les brindaba en su
propia casa y hacienda.

Los anteriores acontecimientos restauraron un poco el perdido


prestigio de don Rodrigo, hablándose incluso de regresarle la
gobernación que había pérdido, mientras por otra parte el
Obispo Valdivieso su más poderoso adversario se hacía
antipático a diferentes autoridades y vecinos, por sus continuas
intromisiones en los asuntos internos de los Cabildos.

El 23 de Abril de 1547, los vecinos de la Ciudad de Granada


representados por don Gerónimo de Ampié, Bernardino de
Miranda, Francisco Gutiérrez, el Secretario Luis de la Cerda y
otros se quejan de los agravios que continuamente sufren de
Fray Antonio de Valdivieso, "...el cual afrente y maltrata la
justicia menospreciando leyes y premáticas..." y por ello envían
a Antonio de Zaráte a España para que informe de todo al
Monarca. (Cita de la Colección Muñoz, Tomo LXXXIV, folio 230, hecha por el Marqués de
Lozoya en su obra "Vida del Segoviano Rodrigo de Contreras".

Por gestiones del incansable Obispo, el Licdo. Cerrato sucesor


de Maldonado, en la Presidencia de la Audiencia de los
Confines y que era quién en aquellos tiempos gobernaba
Nicaragua, envió a ésta Provincia a diferentes magistrados y
jueces para que cumplieran lo fallado por el Licdo. Herrera en
años anteriores. (El anterior Presidente Maldonado fué ex-
comulgado por Valdivieso).

Atacando la autenticidad de los títulos que Contreras había


hecho con fecha antedatada a la publicación de las Nuevas
Leyes del año 42, fué despojada Doña María de Peñaloza y
sus hijos de todos los repartimientos de indios que tenían
encomendados para su servicio. Don Rodrigo para protestar
por la pérdida de sus encomiendas, lo cual le quitaba de golpe
la mano de obra gratuita con que explotaba sus vastos feudos,
se embarcó hacia España en 1548 con sus menores hijos,
habiendo dejado en la Ciudad de Granada en la cual residía
desde que fué desterrado de León por el Licdo Herrera, junto
con su señora, a sus mayores hijos Hernando y Pedro.

Dominada la rebelión de Gonzalo de Pizarro en el Perú por el


Presidente Pedro de la Gasca tuvo conocimiento el Corregidor
Don Pedro de Cabrera de un nuevo intento de alzamiento que
se preparaba por varios pizarristas entre ellos los temerarios y
fieros capitanes Juan Bermejo y Rodrigo Salguero por lo que
procedió a la captura de los varios conjurados habiéndolos
desterrados del Perú con varios de sus oficiales y soldados.

Desgraciadamente estos y otros Pizarristas fugitivos se


refugiarón en la Provincia de Nicaragua entrando en relación
inmediata con los poderosos hermanos Contreras, logrando los
dos capitanes antes mencionados compartir la mesa familiar de
los mismos, convirtiéndose el Capitán Bermejo en consejero e
íntimo amigo de Hernando Contreras.
La Diócesis de Nicaragua fue creada en 1527 por Real Cédula
y confirmada por bula pontificia en 1531.

De lo que por fuentes histórica se tiene conocimiento es que en


León Viejo fueron enterrados cuatro de los primeros grandes
obispos sobre quienes, con su báculo y las prestas espadas de
la Hispania, recayó la tarea de conquistar para la corona
católica a la entonces provincia de Nicaragua.

Ellos fueron:
Diego Alvarez Osorio. El primer obispo que ejerció el cargo,
aunque no llegó a ser consagrado como tal, fue Fray Diego
Alvarez de Osorio, primer Protector y Defensor de los Indios.
Falleció entre abril y julio de 1536, posiblemente en un hospital
donde se había refugiado por deber 3 mil pesos de oro a los
comerciantes de la ciudad. No se conoce exactamente a qué
orden pertenecía, pero se supone era dominico.

Fray Francisco de Mendavia,


Luego, ascendió el obispo Francisco de Mendavia, de la orden
de San Jerónimo quien falleció en León, posiblemente en 1542,
pues en 1543 fue presentado al Papa Fray Antonio de
Valdivieso, su sucesor. Sólo ejerció su ministerio cuarenta
días,

Antonio de Valdivieso murió asesinado el 26 de febrero de


1550. Cinco años después fue electo Fernando de Barriovero,
de la orden de los agustinos; muere el 2 de mayo de 1556,
cuando el rey presentó al Papa a Lázaro Carrasco.

Lázaro Carrasco era de una orden desconocida a la fecha.


Falleció en León antes de 1564, el año en que le sucede Luis
de Fuentes. Carrasco hace un retrato de la provincia en 1558 y
habla de su situación social.

Historia de León Viejo


por Alfonso Arguello Arguello
28 de Marzo de 1969.
CAPITULO XIII
ASESINATO DEL OBISPO VALDIVIESO

Para el año de 1545, Melchor Verdugo, hombre muy rico y leal al Rey
se apoderó de la Ciudad de Trujillo usando cierta ingeniosa
estratagema en contra de los más destacados pizarristas de aquella
Ciudad, capturando a los principales de entre ellos y poniéndolos en
prisión. A continuación marchó en un navío hacia Panamá, habiendo
tenido que variar su rumbo en el camino por temor a la escuadra de
Pedro de Hinojosa partidario de Pizarro y llegando como consecuencia
de aquel cambio imprevisto a las costas de Nicaragua.

Hinojosa sabedor del paradero de aquél, envió dos navíos al mando


del Capitán Juan Alonso Palomino para que con 120 arcabuceros se
apoderaran de Verdugo y rindieran además la Provincia de Nicaragua
a la causa de Pizarro.

Desembarcó Palomino con su gente a principios de Marzo de 1545 o


46 en el Realejo, siendo conocido de inmediato tal acontecimiento por
-Don Rodrigo de Contreras que se encontraba viviendo en una
hacienda cercana a dicho pueblo.

Marchó Contreras a León procediendo a reunir al Alcalde de la


Ciudad que era entonces Rodrigo Contreras Biedman (que no era nada
del ex-gobernador) y a los regidores, autoridades y vecinos habiendo
decidido todos defender la Provincia contra la invasión de Palomino.

Se armaron los vecinos deLeón y jefeados por Don Rodrigo y sus


hijos, Hernando y Pedro marcharon hacia el Realejo atacando de
sorpresa a Palomino a quien obligaron a huir después de vencerlo en
rápida batalla.

En 1547 llegó a Nicaragua el Lcdo. Alonso de Maldonado, presidente


de la Audiencia de los Confines para reclutar gente para el ejército de
la monarquía, pues aún continuaba el alzamiento de los de Pizarro,
estando varias veces en el Realejo y León, logrando reunir y enviar
muchos soldados gracias a la ayuda de Contreras quien le proveía de
todo lo necesario, en armas, alimentación y hasta alojamiento que les
brindaba en su propia casa y hacienda.

Los anteriores acontecimientos restauraron un poco el perdido


prestigio de Don Rodrigo, hablándose incluso de regresarle la
gobernación que había perdido, mientras por otra parte el Obispo
Valdivieso su más poderoso adversario se hacía antipático a diferentes
autoridades y vecinos, por sus continuas intromisiones en los asuntos
internos de los Cabildos.

El 23 de Abril de 1547, los vecinos de la Ciudad de Granada


representados por Don Gerónimo de Ampié, Bernardino de Miranda,
Francisco Gutiérrez, el Secretario Luis de la Cerda y otros se quejan
de los agravios que continuamente sufren de Fray Antonio de
Valdivieso, " el cual afrente y maltrata la justicia menospreciando
leyes y premáticas
y por ello envían a Antonio de Zárate a España para que informe de
todo al Monarca. (91)

Por gestiones del incansable Obispo, el Lcdo. Cerrato sucesor de


Maldonado, en la Presidencia de la Audiencia de los Confines y que
era quien en aquellos tiempos gobernaba Nicaragua, envió a esta
Provincia a diferentes magistrados y jueces para que cumplieran lo
fallado por el Lcdo. Herrera en años anteriores. (El anterior
Presidente, Maldonado, fue excomulgado por Valdivieso).

Atacando la autenticidad de los títulos que Contreras había hecho con


fecha antedatada a la publicación de las Nuevas Leyes del año 42,
fuedespojada Doña María de Peñaloza y sus hijos de todos los
repartimientos de indios que tenían encomendados para su servicio.

Don Rodrigo para protestar por la pérdida de sus encomiendas, lo cual


le quitaba de golpe la mano de obra gratuita con que explotaba sus
vastos feudos, se embarcó hacia España en 1548 con sus menores
hijos, habiendo dejado en la ciudad de Granada en la cual residía
desde que fue desterrado de León por el Lcdo. Herrera, junto con su
señora, a sus mayores hijos Hernando y Pedro.

Dominada la rebelión de Gonzalo de Pizarro en el Perú por el


Presidente Pedro de la Gasca tuvo conocimiento el Corregidor Don
Pedro de Cabrera de un nuevo intento de alzamiento que se preparaba
por varios pizarristas entre ellos los temerarios y fieros Capitanes Juan
Bermejo y Rodrigo Salguero por lo que procedió a la captura de los
conjurados habiéndolos desterrado del Perú con varios de sus oficiales
y soldados.

Desgraciadamente estos y otros pizarristas fugitivos se refugiaron en


la Provincia de Nicaragua entrando en relación inmediata con los
poderosos hermanos Contreras, logrando los dos Capitanes antes
mencionados compartir la mesa familiar de los mismos,
convirtiéndose Bermejo en consejero e íntimo amigo de Hernando.

La recia personalidad de Bermejo quien no cejaba en sus propósitos de


rebelión contra la Corona para apoderarse del Perú y algunas otras
Provincias de América con el propósito de crear diferentes feudos
particulares, independientes de toda autoridad peninsular, caló muy
hondo en el ánimo del inexperto e impulsivo Hernando, despertando
en él su ancestral orgullo con la promisoria oferta de coronarlo como
Príncipe del Cuzco, con fundamento en el noble linaje que tenía su
padre como descendiente de los Condes soberanos de Castilla, de su
abuela materna por cuyas venas corría la sangre real de Hungría y
Sicilia y la de los Condes de Puñoenrostro que había heredado de su
abuelo Pedrarias. Dice Herrera en cita incluida por el Marqués de
Lozoya en su obra "Vida del Segoviano Rodrigode Contreras":
"dándole ánimos, (Bermejo a Contreras) y certificándole que de todas
partes de las Indias le acudiría tanta gente que adondequiera que
llegase sería obedecido y no hallaría quien le resistiese, porque demás
que los ánimos de todos estaban prontos para cualquiera novedad a el
más que a otro recibieran por caudillo por ser nieto de Pedrarias
Dávila, cuya memoria en aquella tierra de todos era celebrada, porque
en el descubrimiento del Perú tenía tanta parte." (92)
A principios de 1550, recibió Doña María de Peñaloza en su casa de
Granada carta de su marido informándole de lo mal que marchaban
sus asuntos y de la imposibilidad de recuperar las encomiendas, por lo
que se soltó en llanto frente a sus hijos que enfurecidos vieron en
aquello el triunfo definitivo del adversario familiar común: Fray
Antonio de Valdivieso.

Se reunieron en secreto con Bermejo habiendo juntado varios vecinos


incondicionales suyos que tenían en Granada y todos los descontentos
emigrantes del Perú, decidiendo pasar a León a dar muerte al Obispo
para lo cual procedieron a reunir armas y caballos con miras al logro
de los negros propósitos que tenían en mente.

A fines de Febrero y con el pretexto de ir a arreglar asuntos que tenían


pendientes, salieron con su pequeña tropa de desalmados de la Ciudad
de Granada habiendo llegado a León sin llamar mucho la atención
aposentándose luego en la casona desocupada que Don Rodrigo tenía
en esta última Ciudad, la cual mantenían al cuidado de algunos viejos
sirvientes familiares.

El día miércoles 26 de Febrero de aquel año nefasto, Hernando invitó


a algunos amigos e incondicionales que su padre tenía en la Ciudad
para que se reunieran en su casa a fin de escuchar a un cantante que
había traído con él, y una vez reunidos todos en forma sorpresiva y
actuando a manera de heraldo del crimen les incitó a la rebelión contra
la Corona, hablándoles entre otras cosas según cita del Marqués de
Lozoya en su obra ya mencionada de lo siguiente: "de la estrechez en
que estaba la tierra ycomo ya no se podía vivir en ella.

Por que no solamente mente estaban los soldados sin remedio, pero
que hasta a los vecinos les quitaban los repartimientos de indios que
habían conquistado y ganado con su propia sangre. Y que por el
remedio de todos el quería tomar la empresa". (93)

Algunos se entusiasmaron con las ideas expuestas y las muchas


promesas que se les hicieron, pero los más, querían retirarse a sus
casas diciendo que irían por sus armas, pero el Capitán Bermejo con
los sediciosos del Perú los obligaron armas en mano, a acompañarlos a
la casa del Obispo.

Fray Antonio de Valdivieso apaciblemente se encontraba en su casa


aledaña a la Catedral jugando al ajedrez con el reverendo Fray Alonso,
después de un día azaroso en los menesteres de su sagrada misión
habiendo sido sorprendido por los revoltosos que no le dieron tiempo
de ocultarse penetrando Contreras y algunos de entre ellos
directamente hasta su cuarto en donde lo atacaron a puñaladas después
de haberlo insultado y retado tratando inútilmente de provocarlo por
buscar un ligero motivo para su crimen.

Huyó despavorida la enloquecida servidumbre a los gritos de los


clérigos quienes vieron como un tal Quexada arrancaba del cuello del
Obispo moribundo la cruz Pontifical de oro y esmeraldas que usaba
desde que comenzó en el ejercicio de su cargo.

Posteriormente fue vista esta cruz acusatoria pendiente del cuello


sacrílego de Bermejo que la mostraba orgulloso a sus partidiarios
como un trofeo de guerra.

Fue saqueda la casa habiéndose llevado los alzados un "coco de oro"


que tenía el Obispo, el cual usaba después Hernando a manera de copa
para tomar en él, asimismo usaba uno de los anillos del Ilustre
asesinado, habiéndose visto el otro en manos de Pedro de Castañeda,
cura corrompido que abandonó sus hábitos tomando las armas en
favor de los sublevados y acompañándolos en todas sus aventuras.

Inmediatamente después fueron todos a donde el Tesorero y se


apoderaron de la Caja Real de lasTres Llaves, rompiéndola y sacando
dos mil pesos-oro que había en ella pertenecientes al Tesoro Real,
habiendo dejado las marcas y demás cosas que se guardaban tiradas
por el suelo.

A continuación fueron a la plaza mayor en donde reunieron algunas


personas, pues en general la mayoría de los vecinos enterados ya de lo
sucedido se habían encerrado temerosos en sus casas mientras
Bermejo proclamaba a Hernando Contreras: "Príncipe del Cuzco" y
"Capitán de la Libertad" habiendo dado al grupo de conjurados el
pomposo título de "Ejército de la Libertad".

Logró Bermejo que se le unieran algunos intrépidos de la Ciudad con


los que partió luego al Realejo apoderándose de algunas
embarcaciones y quemando otras, regresando Bermejo con 28
hombres a Granada a continuación, habiendo encontrado en la Plaza
Mayor de dicha Ciudad al Regidor Luis Carrillo atrincherado y
dispuesto a pelear, pero al ser atacados los defensores por el intrépido
jefe de los conjurados y sus hombres, se desbandaron unos, y se
pasaron al bando de los revoltosos los otros después de haber dado
muerte al propio jefe que los guiaba.

Ordenó Bermejo quemar todas las naves que había en Granada a fin
de evitar que dieran aviso por el Desaguadero a las Autoridades de
Panamá, y con mayor número de gente que el que había llevado se
puso en marcha de regreso hacia El Realejo.

La orden de quemar las naves no fue cumplida en su totalidad pues


por lástima fue perdonada la de un vecino pobre que únicamente fue
desmantelada, por lo que pudo ser usada posteriormente para enviar
aviso del levantamiento.

Envió Bermejo un regular grupo de soldados aguerridos hacía Nicoya


en donde capturaron algunos barcos y quemaron otros llevándolos a El
Realejo para aumentar su escuadra, mientras él personalmente con
cerca de 60 hombres, entre ellos Pedro de Contreras que se les había
unido a pesar de las súplicas en contrario de Doña María, quien no
aprobaba lo que estaba sucediendo regresó hacia donde Hernando lo
esperaba en el ya mencionado Puerto.

El 15 de Marzo de aquel mismo año, con cerca de 200 hombres


armados y en 3 navíos grandes y uno pequeño levaron anclas con
rumbo a Nicoya los conjurados, habiendo sido nombrado Pedro de
Contreras Almirante de uno de los barcos. Al llegar a Nicoya
encontraron al Capitán Salguero, que había,enviado Bermejo
anteriormente, con cerca de 60 hombres que ya tenía armados y listos
para partir en algunos barcos más que había capturado.

El día 21 de Marzo en las primeras horas de la noche desembarcaron


en Ancón a una legua de Panamá, Hernando, Bermejo, y la mayor
parte de sus fuerzas, con la idea de sorprender al Presidente Pedro de
la Gasca que con un gran cargamento de plata y oro había llegado de
el Perú, según habían sido informados por los tripulantes de un navío
que capturaron durante el viaje.

Temían los revoltosos que, de la Gasca, tuviera un fuerte ejército bajo


su mando (como en efecto lo tenía) por lo que decidieron en un golpe
de audacia suma capturarlo sorpresivamente en la propia casa en que
se hospedaba en Panamá.

Mientras Hernando y Bermejo desembarcaban para dar su golpe,


Pedro se quedaba con 60 hombres en los navíos haciendo una
incursión nocturna al puerto de la Ciudad sorprendiendo y capturando
varios navíos entre ellos el "Espíritu Santo" que pertenecía a su madre
y venía repleto de mercaderías valoradas en más de 35.000 pesos-oro,
propiedad de diferentes comerciantes.

Hernando aprovechando la obscuridad de la noche sigilosamente


penetraba por los arrabales de la Ciudad dormida con sus 250 hombres
divididos en pequeños grupos que iban directamente a ocupar los
puntos estratégicos y prominentes y a capturar a las principales
Autoridades.

Esta rápida y exitosa acción les produjo más de 300.000 pesos-oro


muchas alhajas, gran cantidad de lingotes de plata y gran variedad de
armas de diferentes tipos y calibres, siendo capturados entre las
Autoridades, Juan Gómez de Anaya, el Obispo y el Tesorero Ruiz de
Marchena y muchos más.

La misma noche de la toma de la Ciudad, Bermejo envió a Salguero


con 22 arcabuceros al pueblo de las Cruces en donde le dijeron que
estaba el Gobernador y el Presidente de la Gasca que no fue capturado
en la Ciudad por haber salido con anterioridad de ella por casualidad.

Al día siguiente Hernando y Bermejo salieron hacia Nombre de Dios


con la idea de capturar cuanto antes dicha plaza que estaba mejor
armada que la primera ya vencida, habiendo cometido Hernando
varios errores tácticos por no escuchar los consejos de Bermejo que,
aunque despiadados, eran exactos.

DERROTA DE BERMEJO Y FIN DE LOS CONJURADOS. No bien


abandonaron la Ciudad los alegres vencedores después de haber
perdonado la vida a todas las principales Autoridades en contra de la
opinión de Bermejo, cuando estas mismas encabezadas por el
Tesorero Ruiz de Marchena emp=zaron a organizar la defensa,
reclutando a todos los vecinos y sacando algunas armas que tenían
ocultas con lo que formaron un ejército de 350 hombres.

En la misma noche decidieron los panameños atacar las naves surtas


en el Puerto y al mando de Pedro de Contreras, habiendo logrado
sorprenderlas aunque no pudieron abordarlas, teniendo que regresar a
la Ciudad con algunos muertos y heridos.

Contreras y Castañeda inmediatamente levaron anclas y se alejaron


del Puerto recorriendo la costa tratando de entrar en contacto con las
huestes del "Ejercito de la libertad".

Entre tanto los panameños esperaban confiados que en Nombre de


Dios fuera derrotado Bermejo cuando fueron avisados por un
estanciero que los revoltosos volvían hacia. la Ciudad, habiéndose
verificado tal acontecimiento al filo de la media noche.

Venían los conjurados en filas cerradas, a paso de carga y con Juan


Bermejo en un brioso corcel a la cabeza de los mismos atacando de
inmediato y con furia la Ciudad por varias veces siendo otras tantas
rechazados por los valientes defensores que obligaron a los atacantes a
retirarse a media legua de la Ciudad al amanecer del día
siguiente.Había sucedido que Hernando cuando salió con Bermejo
para atacar Nombre de Dios se adelantó con un grupo de a caballo al
grueso del ejército que marchaba con Bermejo, para dar captura a un
tal Lozano que iba a prevenir a los de aquella Ciudad sobre los últimos
acontecimientos que ignoraban.

Cuando llegó Bermejo con el grueso de su ejército hasta un lugar


denominado la Venta de Cha res en donde se le informó del paso de
Lozano y del de Contreras calculó que seguramente a esas horas ya los
de la Ciudad de Nombre de Dios habían sido avisados por Lozano, por
lo que decidió regresar a Panamá (esta fue la razón de su regreso a
Panamá en la noche), enviando carta a Contreras para que hiciera lo
mismo y se embarcaran de inmediato todos juntos con rumbo hacia el
Perú pues el elemento sorpresa ya no podía favorecer sus planes y en
Nombre de Dios había suficientes soldados y armas para hacerles
frente a los del Ejército de la Libertad con muchas probabilidades de
triunfo para ellos.

Después de la exitosa defensa que de su Ciudad habían hecho los


vecinos de Panamá decidieron salir al campo a vencer a Bermejo para
evitar que atacara de nuevo pues pensaba incendiar la Ciudad por
diferentes puntos para distraer la defensa de la misma y hacerla
imposible.

Salieron pues con un ejército de 300 soldados blancos y 500 negros


mandados por españoles habiendo tenido Bermejo que ocupar un cerro
pequeño que luego sería denominado de la "Matanza" en donde fueron
atacados varias veces los invasores quienes lograron derrotar en todos
los ataques a los de la Ciudad hasta que éstos en un último esfuerzo
lograron vencer al heroico extremeño que murió peleando junto con
Salguero y más de 100 de los suyos perdiendo el combate y siendo
luego ahorcados o muertos a puñaladas cuando ya estaban capturados
y atados muchos de los sobrevivientes.

Hernando con tres jinetes regresó a Panamá habiendo dejado al resto


de sus hombres cerrando el paso del camino de Nombre de Dios,
habiéndoseenterado en el viaje de la derrota de Bermejo por lo que
huyó hacia la costa con dirección a Nata tratando de encontrar la
escuadra al mando de su hermano para salvarse, pereciendo en el
camino al ser devorado por un cocodrilo cuando trataba de tomar agua
en una charca de la selva.

Entre tanto, Pedro recorría la costa con sus dos galeones el "Espíritu
Santo" y "El Chile", pues el "Valdolivar" lo había dejado averiado en
Panamá. Fue enviada una pequeña escuadra al mando de Nicolás
Zamorano en persecución de los dos navíos fantasmales que
frecuentemente eran vistos por los aterrorizados vecinos de la costa a
corta distancia de las mismas.

Zamorano logró capturar en Punta Higuera en términos de Nata a una


parte considerable de la tripulación, pues Pedro de Contreras, el Cura
Casteñeda y otros abandonaron el navío y se internaron en los montes
siendo perseguidos y alcanzados por Zamorano y 60 de sus soldados
aunque nunca pudieron ser capturados Pedro de Contreras, Castañeda
y un grupo que continuó siempre huyendo y que seguramente pereció
en las inhóspitas montañas de aquellas tierras ignoradas y salvajes.
3 de Enero de 2001 | El Nuevo Diario —Joaquín Tórrez A.—
Asesinado por los Contreras
Hallan restos del Obispo Valdivieso
* También encuentran tumbas en León Viejo de
otros obispos de esa época Los restos de Fray Antonio de
Valdivieso, aquel religioso de la orden de los Dominicos, quien
fue asesinado hace 451 años en la casa cural del antiguo
asentamiento de la ciudad de León por defender los derechos
de los indígenas, fue encontrado recientemente por
arqueólogos nicaragüenses en las ruinas de la Catedral de
León Viejo.

Este hallazgo fue a finales de noviembre del año 2000,


gracias a las excavaciones que hacen en esa vieja ciudad los
arqueólogos Edgar Espinoza y Ramiro García, trabajos en los
que también han hallado otras osamentas que podrían ser de
los primeros frailes dominicos que vinieron al país, como Fray
Diego Alvarez Osorio, muerto en 1536; Fray Francisco de
Mendavía, muerto en 1540, y de Fray Lázaro Carrasco, muerto
en 1562.

Lo encontrado fueron 5 tumbas individuales y una


colectiva, ubicadas en el Presbiterio de la Vieja Catedral, sitio
privilegiado para el entierro de los obispos, según la tradición y
el Derecho Canónico de la Iglesia Católica, lo cual da muchas
evidencias de que esos sean los huesos de los obispos
dominicos.

Documentos que señalen que estos frailes (los


fundadores de la Iglesia Católica en Nicaragua), hayan sido
enterrados ahí hay muy pocos. En el caso de Fray Valdivieso,
hay otras señas que son estudiadas por los arqueólogos, y que
luego podrían ser confirmadas cuando sus huesos sean
auscultados en el Instituto Forense de la Corte Suprema de
Justicia, y posteriormente por una comisión de intelectuales,
estudiosos de la historia.

Estas evidencias son el hecho de que el cuerpo del


fraile debe tener huesos rotos hechos por arma blanca y otros
rasgos, provocadas por la forma violenta en que fue asesinado
el 26 de febrero de 1550, por Hernando de Contreras, hijo del
gobernador de entonces, Rodrigo de Contreras. Otras cosas
que buscarán son restos de la daga (y otros fierros) que
Contreras le penetró más de una vez cuando lo mató.

COLUMNA DISLOCADA

Lo que los arqueólogos tienen a su favor es que los


huesos que dicen son del Padre Valdivieso fueron hallados en
el Presbiterio de la Vieja Catedral, la tercera de derecha a
izquierda, con rasgos de golpes graves en el brazo izquierdo,
en el fémur izquierdo y con la columna vertebral dislocada.

Los otros entierros (cuyos huesos no tienen ninguna


malformación) podrían ser los frailes Diego Alvarez Osorio y
Francisco de Mendavía.
En otra línea de enterramiento está otro cuerpo que
podría ser el de Fray Lázaro Carrasco.

Pero hay más, el cuerpo tiene una forma rígida, su


brazo derecho descansa sobre el suelo de la tumba y no sobre
el cuerpo como suele ser, lo que los hace deducir que el cuerpo
del Fray Valdivieso fue enterrado varias horas después de
fallecido, sin una preparación de su tumba y su cuerpo.

La no preparación de la tumba, de acuerdo al


Director del Instituto de Cultura, Clemente Guido, debió ser
porque su mamá (que lo enterró) no tuvo tiempo de arreglarla,
con una lápida de ladrillos y otros adornos (que sí la tienen las
otras osamentas). Con esto deducen que no hubo trámites
funerarios y que fue enterrado en una fosa improvisada, en
medio de una revuelta masiva contra la Corona española y la
Iglesia.

"ACABA YA, CARNICERO"

El Padre Valdivieso, el primer obispo mártir de


América, fue asesinado dos veces. La primera, fue una
estocada propinada por Hernando
Contreras, de 22 años, y quien según la historia, cuando el
padre estaba en el suelo, se le fue encima y lo remató mientras
el padre le decía:
"Acaba ya carnicero". Fue tal la violencia que
cuentan que, a Contreras, se le quebró la punta de su daga en
el cuerpo del padre.

Contreras mató al Padre Valdivieso en venganza


porque el padre más de una vez denunció, por medio de cartas
enviadas al Rey de España, la mala administración que hacía
en estas tierras el gobernador Rodrigo de Contreras junto a su
esposa María Peñaloza, hija del famoso gobernador Pedrarias
Dávila.

Cuando Rodrigo Contreras se sintió acorralado (las


denuncias eran por retención de las encomiendas), el asunto
lo retomaron sus hijos que armaron toda la conspiración. Lo
que siguió fue la muerte del fraile, que para entonces era el
enviado del rey en estas tierras, y su entierro, carente de
ceremonias, se debió al temor que le tenían a los Contreras y al
estado de tensión que se vivía en esos momentos.

PRECURSOR DE DERECHOS HUMANOS

Pero Valdivieso también fue mal visto por los


gobernadores, por su misión real de hacer cumplir las leyes
que protegían a los indígenas. Por ello es considerado como el
Precursor de los Derechos Humanos en América Latina.

Inicialmente se creía que el Padre Valdivieso estaba


enterrado en la Iglesia de San Pablo, en las ruinas de León
Viejo, lugar donde se presumía había sido enterrado en el altar
mayor de dicha iglesia. Pero la versión que tiene mayor peso
es que el cuerpo encontrado, de entre 1.50 y 1.60 de altura, y
propio de una persona voluminosa, sean los del Padre
Valdivieso.

El otro hallazgo (el número 21 que hallan en León


Viejo), es un entierro masivo en el que, según el señor
Clemente Guido, podrían haber cuatro cuerpos de cuatro
personas que estuvieron vinculados a Pedro de Mendavía, el
hermano del padre Francisco de Mendavía, que murió a los 45
días de haber asumido el obispado en estas tierras.

Estas personas fueron asesinadas por un español


llamado Pedro de los Ríos, que incluso los mandó a poner en
la entrada a León Viejo y luego a enterrar, ante las quejas de la
gente. Y como ellos, según las crónicas de la época, fueron
enterrados en la Catedral, deducen que esos son sus cuerpos.

Los huesos del Padre Valdivieso son otro de los


hallazgos famosos de León Viejo. En mayo del año pasado, en
la antigua Iglesia La Merced, fueron hallados los restos del
fundador de León y Granada, Francisco Hernández de
Córdoba, junto a los huesos de su victimario, el gobernador
Pedrarias Dávila.

La tarde de hoy las osamentas serán sacadas de


sus sitios, para que las examinen en el Instituto de Medicina
Forense. Cuando se aclaren todas las dudas, sus restos
deberán ser depositados (para fines de museo) en el mismo
sitio donde los hallaron, debido a ciertas normas que rigen en
las ruinas de León Viejo, considerado Patrimonio Histórico de la
Humanidad.

Para el Instituto de Cultura, pese a las evidencias


halladas, aún no es oficial que esos sean los huesos del Padre
Antonio Valdivieso. Las conclusiones de los estudios de sus
huesos podrían salir hasta inicios de febrero.

7 de Enero de 2001 | El Nuevo Diario

Fray Antonio de Valdivieso:


Precursor en la defensa de los derechos humanos y de la
Iglesia profética

—Carlos Tünnermann Berhneim—

La noticia del posible hallazgo del esqueleto de quien


fuera el tercer obispo de Nicaragua, Fray Antonio de
Valdivieso, es un acontecimiento de gran trascendencia para la
historia del país y, en particular, de la Iglesia Católica en
Nicaragua. Aun cuando todavía están pendientes varias
comprobaciones científicas, el sitio donde fueron localizados y
las huellas hasta el momento detectadas en los huesos
descubiertos, parecen indicar que estamos en presencia de los
restos mortales del ilustre Obispo Mártir de Nicaragua.

La figura del obispo dominico, protector de los indios


y compañero de lucha del célebre Fray Bartolomé de las
Casas, adquiere cada día mayor relevancia, como piedra
angular de la Iglesia Católica de Nicaragua, precursor de la
defensa de los derechos humanos y del compromiso profético
con la causa de los oprimidos.

Los posibles restos de Fray Antonio de Valdivieso


surgen a la luz cuatrocientos cincuenta años después de su
sacrílego asesinato, ocurrido el 26 de febrero del año 1550 en
la ciudad de León Viejo, de manos de Hernando de Contreras,
hijo de Rodrigo de Contreras, entonces gobernador de
Nicaragua, y nieto del temible Pedrarias Dávila, primer
gobernador de la provincia. Ayudaron a cometer el crimen el
fraile lego y apóstata, Pedro de Castañeda y el aventurero
Juan Bermejo.

Como se sabe, la Diócesis de Nicaragua fue creada


en 1527 por Real Cédula y confirmada por bula pontificia en
1531. El primer obispo que ejerció el cargo, aunque no llegó a
ser consagrado como tal, fue Fray Diego Alvarez de Osorio,
primer Protector y Defensor de los Indios. Aparentemente, sus
restos también fueron localizados en el presbiterio de las ruinas
de la Catedral de León Viejo, asi como los de su sucesor, que
sólo ejerció su ministerio cuarenta días, Fray Francisco de
Mendavia, de la orden de San Jerónimo.

Valdivieso era natural de Villahermosa, pequeña


ciudad de Burgos, España. Muy joven ingresó a la Orden de
Santo Domingo y en marzo de 1543 fue nombrado por el
Emperador Carlos V tercer obispo de Nicaragua. Las bulas
pontificias confirmando su nombramiento le llegaron en febrero
de 1544. En mayo de este mismo año Valdivieso asumió el
gobierno de su diócesis, a la cual se agregó, en mayo de 1545
por Cédula del Príncipe Felipe de España, la administración de
la diócesis de Cartago.

Desde entonces, y hasta 1850 cuando la Santa Sede creó la


diócesis de Costa Rica, el obispo de Nicaragua lo fue también
de Costa Rica. Fray Antonio de Valdivieso no sólo fue el primer
obispo que a la vez desempeñó el obispado de Nicaragua y
Costa Rica sino también, como lo señala Edgard Zúñiga en su
“Historia Eclesiástica de Nicaragua” “el primer obispo que
ejercería a plenitud su ministerio episcopal en la Iglesia de
Nicaragua”.

Además, fue el primero consagrado como tal en


pleno cumplimiento del rito canónico, pues su consagración
tuvo lugar en la ciudad de Gracias el 8 de noviembre de 1545,
con la participación de tres obispos: el de Chiapas, Fray
Bartolomé de las Casas; el de Guatemala, Francisco
Marroquín; y el de Honduras, Cristóbal de Pedraza.

Lo que engrandece la figura del obispo Valdivieso,


pese a sus detractores, es su labor en defensa de los indios y
de los derechos, frecuentemente vulnerados por las
autoridades coloniales, de la propia Iglesia, asi como su obra
evangelizadora y su lucha constante frente a los desmanes de
la familia Contreras, entonces casi dueña del país, y de los
encomenderos españoles renuentes a cumplir las Leyes
Nuevas, que ponían fin al régimen existente de las
Encomiendas y transformaban a los indios en vasallos del Rey
de España.

Quienes tratan de disminuir la figura de Valdivieso por


sus insistentes reclamos frente a las autoridades, que se
negaban a pagarle sus sueldos y a entregarle los diezmos de la
Iglesia, olvidan que esa fue casi una constante en las primeras
décadas de la colonia. El propio primer obispo de Nicaragua,
Alvarez de Osorio, fue víctima de igual situación, hasta morir
en la mayor pobreza y refugiado en el hospital de la ciudad de
León.

Valdivieso, desde que aceptó su nombramiento como


obispo de Nicaragua, estuvo muy claro de su misión y del
riesgo que para su vida ella implicaba. En carta al Rey,
fechada en 1546, le dice: “Cuando Su Majestad me hizo
merced de confiarme este obispado, yo lo acepté solamente
por servir a Dios y a Vuestra Majestad; porque bien entendía,
como hombre que ya había estado en las Indias, que no se
podía sacar de él otra cosa que no fuera aventurar el alma, la
vida y la honra. Que en Indias no se conservan estas dos cosas
haciendo el bien, sino el mal”. Y, en otro texto, Valdivieso
afirma: “El obispo no solo es para tener mitra y rentas, sino
para usar jurisdicción, corregir vicios y fundar virtudes, y
remediar las opresiones que se hacen a sus ovejas. Y cuando
no pueda hacer esto, está obligado a dejar su oficio para otro”.

Valdivieso, pese a las grandes dificultades que debió


enfrentar en sus seis años de ministerio episcopal, no
abandonó a sus ovejas, especialmente los indios. Sus cartas
al Rey fueron afilando los puñales que finalmente le darían
muerte, en un momento culminante de la historia no sólo de
hispanoamérica, sino universal, que es el que señala el
enfrentamiento crucial entre los remanentes feudales que
subsistían en América y la Corona española, enfrentamiento en
el cual los hijos de los conquistadores llevaron la peor parte.

22 de Febrero de 2001 | El Nuevo Diario

Valdivieso: esos restos hablan


—Vidaluz Meneses *—
Defender los derechos de los oprimidos necesariamente crea
conflicto con el opresor. La actitud profética es la de denunciar
la injusticia y de anunciar la buena nueva. La reconciliación
sólo es posible cuando prevalece el amor de Dios y por lo
tanto, impera la justicia.

Fray Antonio Valdivieso optó por la radicalidad del Evangelio


rechazando a aquellos que «Ni quieren prelado para más de
que les diga misa y les predique y esto a su sabor» y optó no
sólo por señalar las múltiples injusticias que se cometían con
los miserables indígenas sometidos al más inhumano de los
tratos, sino por asumir la defensa de sus derechos humanos
acusando a los opresores y denunciando la corrupción ante el
Rey Carlos V, ante el Príncipe Felipe a quienes escribe: «El
estado de estos miserables es tal, que les sería próspero el de
esclavos; porque éstos son tratados como hombres y los
nativos como bestias. Incluso se tiene más respeto a las
bestias que a ellos.» Ante esa lacerante situación, al Obispo
Valdivieso no le queda más que agotar los medios para
remediarla y así continúa diciéndole al Príncipe: «He trabajado
mucho en ello. Desde el púlpito y desde el confesionario. Se ha
logrado algo. Y se hubiera logrado más, si no hubiera habido
estorbo por parte de las autoridades puestas por Vuestra
Alteza» Su enfrentamiento con el poder colonial crea las
condiciones para que se decida su eliminación por asesinato
atroz.

A 451 años de su martirio, a veinte años de honrar su memoria


en espíritu ecuménico, yo me pregunto ante la galería de
obispos mártires: -Qué diferencia existe entre las palabras de
Fray Antonio Valdivieso y las de Monseñor Oscar Arnulfo
Romero? : ...»En nombre de Dios, pues, y en nombre de este
sufrido pueblo -cuyos lamentos suben hasta el cielo y cada días
más tumultuosos- les suplico, les ruego, les ordeno en nombre
de Dios: Cese la represión...»

La violenta respuesta no se hizo esperar, ya lo sabemos, el


Obispo Romero se desplomó herido de muerte a los pies del
altar desde donde tantas veces clamó justicia en nombre de
multitudes que se aglutinaban frente a él.

Aún reciente con la sangre fresca que clama justicia, se suma


otra muerte atroz: la del Obispo Juan Gerardi a partir de la
presentación del libro que contenía la investigación de las
masacres en la población indígena de Guatemala.

El sábado 24 de Febrero, a dos días del Aniversario del martirio


de Valdivieso, saldremos en peregrinación a honrar sus restos.
La vigencia de la causa de su martirio aún estremece.

* Directora del Centro Ecuménico Antonio Valdivieso (A 20


años de fundado).

3 DE ENERO DEL 2001 / La Prensa / Milagros Sánchez Pinell


Descubren posible tumba de Fray Antonio Valdivieso
- Según cuenta la historia, el Obispo Valdivieso fue asesinado
el 26 de febrero de 1550, con daga y espada por Fernando
Contreras, hijo del gobernador Rodrigo Contreras, durante una
revuelta contra la Corona española, como resultado de las
nuevas leyes emitidas por la Corona en cuanto a la situación
de los indios.

También sospechan hallazgo de fundadores de la Iglesia


Católica en Nicaragua

El director del Instituto Nicaragüense de Cultura (INC),


Clemente Guido, anunció el hallazgo de cinco tumbas
individuales y una colectiva, en el presbiterio de la Catedral de
las Ruinas de León Viejo, una de las cuales podría contener
los restos del Obispo Antonio Valdivieso.

Los otros restos se suponen que pertenecen a Fray


Diego Álvarez, Fray Francisco de Mandavía y Fray Lázaro
Carrasco, todos ellos obispos del Siglo XVI, y fundadores de la
Iglesia Católica como institución en tierra nicaragüense.

El arqueólogo Ramiro García, explicó que la tumba


que se presume sea de Valdivieso, es la tercera de derecha a
izquierda, vista desde el altar mayor de la Catedral, encontrada
a finales de noviembre del 2000.

García indicó que los restos de la tercera tumba


presentan las siguientes características: traumas en mano,
brazo izquierdo y columna vertebral; rigidez post morten, lo
que indica que fue sepultado horas después de su muerte, la
fosa cavada no presenta lápida ni preparativos de la fosa,
indicando que fue improvisada.

Explicó que las características antes mencionadas


guardan alguna relación con la forma en que fue asesinado y
sepultado Valdivieso, por lo que presumen que los hallazgos
coincidan con los restos del prelado de la Orden de los
Dominicos.

Sobre el ultimo arzobispo..

VIERNES 2 DE FEBRERO DEL 2001 / La Prensa

Abril de 1970: Arzobispo de Managua

En abril de 1970 fue nombrado Arzobispo de Managua,


después de la muerte de Monseñor Alejandro González y
Robleto, el 17 de junio de 1968.

Según el testimonio de Monseñor. Donaldo Chávez


Núñez –uno de los candidatos entonces a ocupar la Sede
Arzobispal–, a partir de los sangrientos sucesos del 22 de
enero de 1967, “el Arzobispado de Managua se tornó en tierra
de nadie. La incógnita de quién vendría a ocupar la principal
sede eclesiástica de la “tierra de los lagos” quedó flotando en el
ambiente por algún tiempo y fue objeto de muy variadas
especulaciones. La verdad era que quien tuviera el mejor
padrino en aquellos momentos, ese sería el tercer Arzobispo de
Managua”.

Con la muerte de Monseñor Alejandro González y


Robleto se inicia un período de sede vacante. El Vaticano
nombró como Administrador Apostólico a Mons. Julián Barni,
entonces Prelado de Juigalpa.

Entre tanto, Monseñor Obando, obispo auxiliar de


Matagalpa, fue llamado a la Nunciatura. “Me comunicó el Sr.
Nuncio, Mons. Lorenzo Antonetti, que la Santa Sede había
pensado que yo sirviera a la Arquidiócesis de Managua como
Arzobispo”, refiere Su Eminencia.

En ese tiempo Obando Bravo contaba sólo con 43 años


de edad, siendo entonces el Obispo más joven de Nicaragua.

Diciembre de 1974: mediación en asalto a casa de


Chema Castillo

Antes de entrar a su oficina es inevitable pasar por una


pequeña antesala, celosamente vigilada por su secretaria, doña
Chepita de Rivas, quien desempeña con desenvoltura y
autoridad su cometido. Varias placas conmemorativas de
reconocimiento y gratitud, así como premios diversos,
sobriamente encuadrados, penden en las paredes.

Llama la atención uno de los cuadros donde se observa


la primera página de la edición del New York Times,
correspondiente al 30 de diciembre de 1974: presenta una
fotografía del Arzobispo Obando, y un amplio reportaje de su
papel como mediador entre Anastasio Somoza Debayle y un
comando guerrillero del Frente Sandinista de Liberación
Nacional que, durante una cena navideña en la residencia de
José María Castillo, tomó como rehenes a algunos de los más
importantes funcionarios de Estado y diplomáticos acreditados
en el país. Las negociaciones concluyeron con la excarcelación
de catorce militantes del FSLN que el gobierno de Somoza
mantenía en prisión –y otras concesiones– a cambio de la
libertad de los rehenes.

El éxito de la mediación significó para Mons. Obando,


tanto nacional como internacional, una publicidad
insospechada.

En alguna ocasión el Comandante Tomás Borge se ha


referido socarronamente a la actuación de Obando en el
episodio del asalto a la casa de Chema Castillo. Le acusa de
haberse negado a informar al responsable del comando
sandinista, Eduardo Contreras, que René Núñez fue detenido
ese mismo día, y que su nombre debía haber sido incluido en
la lista de prisioneros políticos, para los que el Frente
Sandinista pedía la inmediata libertad. La consecuencia fue que
René Núñez, actualmente miembro de la Dirección Nacional
del FSLN, no logró la libertad hasta cuatro años más tarde, con
ocasión de la toma del Palacio Nacional por el Comandante
Edén Pastora.

El fogoso ex Ministro del Interior, Tomás Borge,


concluye diciendo: “Obando fue un simple mediador. Y un
mediador no tiene partido. Se supone que es una persona
neutral. En aquel momento en que el acontecimiento tuvo
trascendencia mundial, Obando aceptó mediar porque le daba
mucho prestigio. Y él es un hombre que tiene vocación por los
reflectores”.

- Su Eminencia comenta:

“Pienso que algunos de los que están hoy contando el


cuento, no lo estarían haciendo si Dios, Nuestro Señor, no
hubiera intervenido...”.

Agosto de 1978: asalto al Palacio Nacional

En agosto de 1978, un comando guerrillero asombra al


mundo. Y el Frente Sandinista de Liberación Nacional se
apunta la mejor victoria lograda hasta entonces con la audaz
ocupación del Palacio Nacional.

Los miembros del Congreso de la República que se


sesionaban en el momento del asalto fueron tomados como
rehenes por Edén Pastora, el legendario “Comandante Cero”,
que dirigía las operaciones.

Más de dos mil personas quedaron prisioneras dentro


del Palacio, llenas de temor ante la incertidumbre de lo que
pudiera acontecer en las próximas horas.

Por suerte para los rehenes, el inesperado


acontecimiento que mantuvo en zozobra durante tres días al
pueblo nicaragüense y a la comunidad internacional tendría
como desenlace un arreglo a través del diálogo.

Monseñor Miguel Obando y Bravo fue llamado


nuevamente para mediar entre las partes en conflicto. La
prudencia y el buen hacer del Arzobispo de Managua,
condujeron las conversaciones a un acuerdo entre las partes,
antes que una élite de la Guardia Nacional, especializada en
asalto, entrara en acción a sangre y fuego para someter a los
insurrectos.

Como aconteció en la toma de la casa de Chema


Castillo, en la Navidad de 1974, todos los guerrilleros salieron
ilesos.

Y un numeroso grupo de camaradas que se


encontraban en las mazmorras somocistas fueron liberados y
viajaron a Cuba con los asaltantes del Palacio.
Marzo de 1983: Juan Pablo II visita Nicaragua

El cuatro de marzo de 1983, cuando en Managua eran


las nueve de la mañana, el Papa Juan Pablo II besaba, por vez
primera, la tierra pinolera salpicada de lagos y volcanes... y de
sangre.

Con motivo de la venida del Papa se dio la


manifestación más gigantesca en la historia de Nicaragua.
Seiscientas mil personas asistieron a la Misa Campal que
presidió Juan Pablo II en la Plaza 19 de Julio.

Jamás se imaginaba Juan Pablo II al llegar a Nicaragua


que sería interrumpido incesantemente durante la solemne
celebración eucarística.

Efectivamente, un sector de la concurrencia,


manipulado por la Juventud Sandinista y otros activistas
fanatizados, perturbó el normal desarrollo de la Santa Misa con
lemas y consignas repetidas hasta la saciedad: “¡poder
popular!”, “¡queremos la paz!”, “¡un solo ejército!”, “¡no
pasarán!”... se escucharon durante toda la celebración con
irritante machaconería.

El Santo Padre mantuvo la calma durante las


interrupciones y hacía callar a la multitud para continuar su
homilía. Varias veces tuvo que repetir, con voz suplicante:
“¡Silencio, por favor!”.

Comentando este lamentable espectáculo que ofreció


Nicaragua ante el mundo por causa de un sector de militantes
sandinistas fanatizados y algunos cristianos-marxistas, para
quienes sus máximas autoridades no provenían del Vaticano,
sino de La Habana o Moscú, nos dice Su Eminencia:

“El pueblo nicaragüense sabe muy bien que el Papa


Juan Pablo II es un hombre de Dios. Que no disimula la
realidad por el deseo de agradar o ser original. Es un hombre
recto, que actúa con criterios evangélicos”.

Mayo de 1985: ¡Cardenal Obando!

Eran las cuatro de la madrugada en Managua del


sábado veinticinco de mayo de 1985. Decenas de miles de
nicaragüenses, orando en silencio unos, expresando
ruidosamente su júbilo otros, celebraron el momento en que las
manos del Papa Juan Pablo II colocaban el birrete cardenalicio
sobre la cabeza de Su Eminencia, Cardenal Miguel Obando
Bravo.
Fuegos pirotécnicos surcaron los cielos de la ciudad de
Managua, al mismo tiempo que se escuchaba el repicar de las
campanas en los templos católicos de la capital. Durante la
noche permanecieron abiertos en una extraordinaria vigilia de
Acción de Gracias a Dios por bendecir a Nicaragua en la
personas de un hijo dilecto: el Arzobispo de Managua.

Hombres, mujeres, ancianos y niños oraban y cantaban


jubilosos, mientras en la Basílica de San Pedro en el Vaticano
se llevaba a cabo la solemne celebración del Consistorio.

Momentos después que fuera investido como Cardenal,


Miguel Obando Bravo dirigió un emotivo mensaje-saludo al
pueblo nicaragüense por medio de Radio Vaticano:

“Desde Roma quiero dar gracias a Dios –fueron sus


primeras palabras– por los beneficios que me ha concedido
durante toda la vida. Gracias también al Santo Padre, por
haberme creado Cardenal. Espero servir siempre a la Iglesia
con fidelidad. Un saludo muy cordial a mi pueblo, a ese pueblo
que tanto quiero. Desde Roma elevo una oración para que el
Señor nos ayude a los nicaragüenses a conseguir la paz”.

* (Extractos de “Miguel Obando Bravo, Cardenal por la Paz”, Domingo Urtasun


6 de Marzo de 2001 | Managua, Nicaragua

El verdadero obispo Valdivieso


—Manuel Aragón Buitrago *—
No iban a América los conquistadores a civilizar, sino a ganar
tierras y oro; y a la América Central le tocó la peor parte, entre
aventureros de espada y frailes terribles. Rubén Darío

«La importada clerecía —prosigue Rubén— no fue, por cierto,


modelo de virtudes evangélicas. Como todos los que llegaban,
aquellos tonsurados tenían el oro por mira».

Sabía usted quién fue Francisco Hernández de Córdoba?; el


mismo cuya efigie y nombre lleva nuestra moneda? Por si no lo
sabía, es el que despobló de indígenas Nicaragua
mandándolos a vender como esclavos al Perú, y por haberle
«dado vuelta» en el negocio a Pedrarias Dávila, éste lo mandó
a degollar como un cerdo. En nuestra colonial Granada se le
mandó a erigir una estatua a orillas del lago como modelo
digno de exaltación a la barbarie u rapiña.

Mientras en Holanda se le enseña a los niños a tributarle culto


a Guillermo de Nassau, príncipe de Orange, por haberlos
librado de la tiranía de España, en Nicaragua los malinchistas
rinden pleitesía a los victimarios, relegando a las víctimas a
ominoso olvido.

Según la crónica, el «obispo mártir» fue asesinado por


denunciar el maltrato a los indígenas. Fueron otros los móviles.

«El obispo Valdivieso alimentaba un orgullo excesivo —dice


José Dolores Gámez— y una mal encubierta rivalidad con las
autoridades civiles».

Los motivos de su muerte según el cronista de Indias


ANTONIO DE REMESAL: Y «Hernando de Contreras y su
hermano Pedro tenían sospechas, y aún sabían, que el obispo
era contrario a su padre en los negocios de España. Añádase a
esto para las malas voluntades del obispo, que creó dos
alguaciles, uno suyo, y otro para la inquisición, y les dio varas
sin diferencia alguna a las de los alcaldes ordinarios, lo cual
ellos sintieron y repugnaron, y no se las consintieron traer, así
en la ciudad de León, como en la de Granada.

A los de León excomulgoles, y porque enviando a llamar con


censuras a los alcaldes de Granada, no comparecieron ante él,
les declaró como excomulgados, y pasó a poner cesación a
divinis, sin quererla alcanzar, aun en los días solemnes como el
Corpus Cristi, y el de San Juan Bautista. Los padres de Santo
Domingo favorecieron al obispo, y hubo mucha turbación sobre
el caso. Escribió Su Majestad al Lic. Cerrato, presidente de la
Audiencia, para que entre él y el obispo, hubiese toda paz,
guardándose todavía el respeto a las leyes y ordenanzas reales
en lo de las varas.

Otra pesadumbre muy grande tuvo el obispo por el excesivo


estipendio que señaló a los clérigos por las mismas cantadas y
rezadas, y todos los demás oficios eclesiásticos: vigilias,
aniversarios y responsos. Tanto en el negocio fue a Consejo, y
Su Majestad por una carta suya, mandó al Lic. Cerrato que lo
moderara. Eran tan grandes los derechos del entierro de un
hombre de mediana hacienda, que era más lo que se llevaban
los clérigos, según el arancel del obispo, que la otra parte de la
hacienda que quedaba para su mujer e hijos. Con estas
ocasiones habían crecido el odio y aborrecimiento hacia el
obispo».

«El odio hacia el obispo —acota José Dolores Gámez— era,


pues, muy grande y general, cuando se verificaron los
acontecimientos.

Al morir el obispo Valdivieso tenía un cofre lleno de oro y plata,


y otro con escrituras de sus propiedades. Preguntado a quién
dejaba sus bienes, contestó: «Mil quinientas castellanas a la
Iglesia, todo lo demás a quien mejor derecho tuviese»,
olvidándose de su madre, Catalina Alvarez Calvento, que al
lado del hijo lloraba.

Tenemos pues en resumen, que «el santo obispo mártir» era:


orgulloso, ambicioso, soberbio, avariento, terco y simoníaco. En
dónde está su santidad?

El filósofo mexicano Leopoldo Zea en su obra «La filosofía


latinoamericana como filosofía sin más», expone lo siguiente:
«Latinoamérica está aún formada por pueblos cuya mentalidad
sigue siendo la que le impusieron cuatro siglos de coloniaje
ibero. Necesitamos una «emancipación mental», esto, es
ruptura con la cultura colonial en que ha sido forjada esta
América».

Tiene razón el filósofo, en Nicaragua abundan quienes de


motu-proprio practican un criollo-colonial vasllaje hacia
España.

Cualquier reclamo por difamación al obispo fray Antonio de


Valdivieso, puede ser dirigido al otro lado del Aqueronte al
Cronista de Indias Antonio de Remesal y al historiador José
Dolores Gámez, y en este mundo, al Fondo de Promoción
Cultural del Banco de América.

No omito manifestar que la conducta del obispo Valdivieso no


justifica su asesinato por Hernando de Contreras azuzado por
su progenitora María de Peñalosa.

* Autodidacta

10 DE SEPTIEMBRE DEL 2003 / La Prensa


Forjadores de la nación
El obispo histórico

Simeón Pereira y Castellón.

Jorge Eduardo Arellano

El último Obispo de Nicaragua, o sea de la única diócesis que


abarcaba todo el territorio nacional, fue Simeón Pereira y
Castellón. Nacido muy cerca de Pueblo Nuevo —luego
Departamento de Estelí— el 2 de julio de 1863, se educó con
los jesuitas tanto en el país como en Ecuador, adonde viajó con
su hermano Félix.

De regreso, inició su carrera eclesiástica desplegando sus


virtudes, saber e inteligencia. De presbítero pasó a Capellán de
Granada, más tarde a Vicario General de la Diócesis, después
a Secretario Privado del Obispo Francisco Ulloa y Larios y,
simultáneamente, a capellán de la Iglesia de La Merced, hasta
que fue nombrado Obispo auxiliar con derecho a sucesión el 2
de diciembre de 1895: ¡a los 32 años!

Con esta dignidad tuvo que enfrentar la política anticlerical del


régimen de José Santos Zelaya, pero ya consagrado Obispo en
Catedral, el 25 de julio de 1896, por el Arzobispo de Guatemala
Ricardo Casanova y Estrada, quien ingresó al país en medio de
múltiples dificultades. La prohibición de las fiestas patronales y
una ley que despojaba a la Iglesia de sus bienes, motivaron al
joven prelado a protestar enérgicamente desde el púlpito; y, al
no retractarse —como se lo exigía Zelaya— fue reducido a
prisión, trasladado a Managua, detenido en el Cuartel Principal
y expulsado el 3 de noviembre de 1899. De nuevo en León, los
conflictos entre la Iglesia y el Gobierno se incrementaron,
teniendo que salir expulsado otra vez el 6 de enero de 1905.

Tras la caída del dictador liberal, Pereira y Castellón ocuparía


su cargo hasta el 10 de diciembre de 1913 cuando fue
nombrado obispo de León siéndolo por siete años: hasta el 10
de diciembre de 1913, día de su muerte. A raíz de ella se
valoró su administración admirable, pues había decorado
artísticamente tanto el interior como el exterior de Catedral,
promoviendo a los artistas Antonio Sarria —de Masaya— y
Jorge Navas Cordonero —de Granada—. El último, al igual que
la de Rubén Darío, esculpió su tumba en la que sobresale
Cristo con los brazos extendidos.

Monseñor Pereira denunció, en su carta del 9 de enero de 1912


—dirigida a un alto dignatario de la Iglesia Católica de los
Estados Unidos— la intervención militar, política y financiera
que padecía entonces Nicaragua: “¡Intervención! —
exclamaba—. Vos no imagináis, Eminentísimo Señor, lo duro
de esta palabra. Vos vivís en un pueblo poderoso y libre. Vos
no habéis sufrido los hondos quebrantos que han lacerado el
alma de nuestros hermanos... Vos no habéis sentido el dolor
del Obispo y del ciudadano al oír el eco de forradas botas
resonar bajo las naves de nuestros templos. Vos no habéis
llorado de dolor al ver flamear en las torres de vuestra Catedral
el pabellón de conquistar al ser arriado el Lázaro cruzado de
Cristo. Vos no habéis mirado nunca más alto que nuestra
bandera, en el país donde nacisteis, alzarse orgullosa y
dominante, alguna extranjera enseña; nunca la venerada tierra
donde reposan las caras cenizas de vuestros muertos han sido
holladas, intranquilizándola, en la paz bendita de sus sepulcros.
Vosotros no habéis convertido el santuario en cuartel y el ara
en donde se reparte el pan eucarístico en mesa de distribución
del rancho de soldados”. Hasta aquí un fragmento de ese texto
antológico del patriotismo nicaragüense.

Hasta aquí en breves líneas la vida de Simeón Pereira y


Castellón, el último Obispo de Nicaragua, Arzobispo titular de
Cizico y asistente al Sacro Solio Pontificio de 1914 a 1921.

El autor es historiador

1 DE DICIEMBRE DEL 2003 / La Prensa


Un arzobispado sometido a terremotos

Huérfano a la edad de año y medio, quedó bajo la responsabilidad de


su tío, monseñor José Antonio Lezcano y Morales. Inició sus estudios
eclesiásticos en 1881. A los 23 años fue ordenado presbítero en la
Catedral de León por el obispo Francisco Ulloa y Larios, el 15 de abril
de 1888. En 1912 fue electo diputado a la Asamblea Nacional
Constituyente y Presidente del Congreso Nacional.

Así puede resumirse la biografía del primer Arzobispo de Managua,


monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, consagrado obispo el 3 de
mayo de 1914. Estuvo desterrado a partir del 4 de enero de 1905.
Amigo personal de Madre Cabrini. Fundador de la Academia
Nicaragüense de la Lengua, y presidente de la misma. Inició la
construcción de la Catedral de Managua y su presencia reconfortó
mucho a la población cuando el terremoto del 31 de marzo de 1931.

Aunque monseñor Lezcano y Ortega era muy cuidadoso en su relación


con los diferentes gobernantes, hubo un hecho que ha significado una
sombra en medio de sus numerosas luces. En enero de 1937, en un
gesto de servilismo a Lilliam Somoza Debayle, se le nombró Reina de
la Guardia Nacional. Al arzobispo se le invitó para coronarla,
causando comentarios controversiales.

En julio de 1946, cuando se celebraba el centenario de haber sido


Managua elevada a ciudad, se consagró la Catedral de Managua.
Falleció el 6 de enero de 1952. Enterrado en Catedral, después del
terremoto, sus restos fueron trasladados a la Iglesia de Santa Ana.

MONSEÑOR GONZáLEZ Y ROBLETO

El arzobispado de monseñor Vicente González y Robleto, tuvo la mala


suerte de correr paralelo al período más duro y represivo de la
dictadura somocista.. Consagrado obispo el 1 de mayo de 1932 por
monseñor Lezcano y Ortega, se hizo cargo de Matagalpa en calidad de
obispo. El 9 de abril de 1938 le nombraron arzobispo coadjutor con
derecho a sucesión, y tomó posesión el 25 de agosto.

Asumió como arzobispo el 6 de enero de 1952. Nombró a monseñor


Carlos Borge y Castrillo como su obispo auxiliar, quien había estado a
cargo de la administración apostólica en Granada, antes de ser
nombrado obispo, monseñor Marco Antonio García y Suárez. A la
muerte de Anastasio Somoza García, en septiembre de 1956, no sólo
monseñor González y Robleto, sino toda la Conferencia Episcopal de
Nicaragua pasaron días de prueba por los honores dados al difunto y
las características del funeral, también por la actitud tomada ante la
represión y la tortura.

Otro serio problema lo causaron los sacerdotes que eran capellanes de


la Guardia Nacional, ostentado grados militares y con un
comportamiento abiertamente somocista. El 17 de febrero de 1966 fue
nombrado un nuevo obispo auxiliar, monseñor Donaldo Chávez
Núñez, consagrado el 24 de abril. Los sangrientos acontecimientos del
22 de enero de 1967 fueron otra prueba para la Iglesia Católica de
Nicaragua.

El 5 de junio ocurrió un hecho muy importante al ser nombrado por la


Santa Sede administrador apostólico de Managua, monseñor Julián
Barni, hasta entonces prelado de Juigalpa. Monseñor González y
Robleto falleció el 18 de junio de 1968. Sepultado en Catedral, luego
del terremoto de 1972 trasladaron sus restos a Chinandega.

MONSEÑOR BARNI

La presencia de monseñor Julian Barni en la Arquidiócesis de


Managua significó cambios positivos y más acordes con el Concilio
Vaticano II. Se dio la experiencia de la Iglesia de San Pablo Apóstol
con la Misa Popular Nicaragüense, dada a conocer en un disco que
contenía también los Salmos de Ernesto Cardenal, cantados por
William Agudelo. Se celebró el Primer Encuentro de Pastoral, en
enero y febrero de 1969.

Este acontecimiento significó el enfrentamiento entre el sector


favorable al Concilio Vaticano II y el ultraconservador, encabezado
por los obispos Isidro Augusto Oviedo y Reyes, Marco Antonio
García y Suárez, Carlos Borge y Castrillo. Finalmente monseñor Barni
recibió un voto de confianza por haber organizado el encuentro.
Apoyó decididamente el proyecto “la vivienda de mi hermano”.

En enero de 1970 se dio un hecho lamentable, en ausencia de


monseñor Barni, cuando hubo un combate desproporcionado entre la
Guardia Nacional y militantes del FSLN, entre los muertos estuvo el
joven poeta y ex seminarista Leonel Rugama. El padre Francisco
Mejía, ya fallecido, un estimado y popular sacerdote se había
presentado para evitar la masacre, frente al Cementerio Oriental.

El padre Mejía fue capturado, golpeado y torturado en los sótanos de


la Casa Presidencial. Los obispos Borge y Chávez tuvieron una actitud
repudiada por un buen sector de la feligrasía católica. En cambio el
Obispo de Matagalpa, monseñor Octavio Calderón y Padilla y su
obispo auxiliar, monseñor Miguel Obando y Bravo, en un comunicado
expresaron un rechazo a los hechos y el ultraje al padre Mejía. A su
regreso, también monseñor Barni expresó su solidaridad con el
sacerdote.

MONSEÑOR OBANDO Y BRAVO

El 10 de agosto de 1958 fue ordenado sacerdote, como miembro de la


Congregación Salesiana, fundada por San Juan Bosco. Diez años
después, el 31 de marzo de 1968, se le nombró Obispo Auxiliar de
Matagalpa para apoyar al ya anciano obispo, monseñor Calderón y
Padilla. Al morir el Arzobispo de Managua, monseñor González y
Robleto, estuvo como administrador apostólico, monseñor Barni,
mientras tanto se especulaba sobre quién sería el nuevo arzobispo.

Sorpresivamente monseñor Obando y Bravo fue nombrado y tomó


posesión en abril de 1970. Dos años después, igual que monseñor
Lezcano y Ortega, esta vez en diciembre de 1972, caminó entre
cadáveres y escombros. El somocismo acostumbrado a un mal
disimulado compadrazgo con la Iglesia Católica, no pudo controlar al
arzobispo y surgieron las contradicciones, al extremo que Anastasio
Somoza Debayle llegó a llamarle el “Comandante Miguel”.

En la medida que se intensificó la lucha entre el FSLN y el


somocismo, los hechos obligaron a monseñor Obando y Bravo a ser
protagonista de importantes acontecimientos, entre ellos de mediador
en la toma de la casa del Dr. José María Castillo Quant, en diciembre
de 1974 y del Palacio Nacional, en agosto de 1978. Posteriormente al
cambio de gobierno en julio de 1979, continuó su presencia en la vida
nacional, surgen nuevas contradicciones que se acrecientan con la
venida del Papa Juan Pablo II, el 4 de marzo de 1983.

En medio de una guerra cruenta, el 25 de mayo de 1985, Juan Pablo II


colocó el bonete de cardenal en la cabeza de monseñor Obando y
Bravo. Mucho se ha discutido si lo hubiera sido de no haber existido
el triunfo de la revolución sandinista, la contrarrevolución y las
profundas contradicciones entre el arzobispo y el gobierno, sumado a
la oposición papal al FSLN por los hechos ocurridos durante su visita.

Lo cierto es que la presencia del cardenal Obando y Bravo, es una


realidad en el acontecer nacional, incluyendo el político, dentro de un
protagonismo que de tan grande no escapa al campo de las sombras.
En su labor, ha tenido como obispos auxiliares a los monseñores
Bosco Vivas y Robelo (Obispo de León), Abelardo Mata (Obispo de
Estelí), Leopoldo Brenes (Obispo de Matagalpa) y el actual, Jorge
Solórzano.

1 DE DICIEMBRE DEL 2003 / La Prensa

Bula de San Pío X decidida por cartas nicaragüenses

El ministro de Relaciones Exteriores del presidente Adolfo Díaz


Recinos, Diego Manuel Chamorro,escribió cartas al Delegado
Apostólico en Centroamérica, monseñor Cagliero, proponiendo cómo
sería la división de las Diócesis de Nicaragua, y nombres de los
obispos. Se recomendó que Managua fuera Arquidiócesis y el
arzobispo monseñor Lezcano y Ortega; todo fue incluido un año
después, dos de diciembre de 1913, en la Bula de San Pío X

El Arzobispo de Managua, Monseñor Lezcano y Ortega, cuando


coronaba y bendecía a Lilliam Somoza Debayle, como Reina de la
Guardia Nacional.
Roberto Sánchez Ramírez
escritor@ibw.com.ni

Fue San Pío X, el Papa que el 2 de diciembre de 1913 creó la


Provincia Eclesiástica Managüense, compuesta por una Arquidiócesis,
tres Diócesis y un Vicariato Apostólico, desprendiendo la Diócesis de
León de la Arquidiócesis metropolitana de Guatemala.

Han pasado 90 años y aquella decisión papal que tanta controversia


causó, se acrecienta al leerse documentos que demuestran hubo
influencias políticas, al extremo que el ministro de Relaciones
Exteriores del presidente Adolfo Díaz Recinos, don Diego Manuel
Chamorro, envió cartas al Delegado Apostólico en Centroamérica
(ahora Nuncio), monseñor Juan Cagliero, expresando el deseo del
Gobierno sobre la nueva provincia eclesiástica y proponiendo
nombres de los futuros obispos.

En efecto, las cartas firmadas por don Diego Manuel, en diciembre de


1912, coinciden completamente con la Bula “Quum iuxta apostolicum
effatum” (Según el mandato Apostólico). La Arquidiócesis de
Managua comprendía: Managua, Masaya, Carazo, Matagalpa y
Jinotega. La Diócesis de León: León, Chinandega, Estelí y Nueva
Segovia. Diócesis de Granada: Granada, Rivas, Chontales y San Juan
del Norte. Vicariato Apostólico de Bluefields: Bluefields, Cabo
Gracias a Dios, Prinzapolka, Siquia, Río Grande y las Islas
adyacentes.

EL OBISPO MáRTIR

Monseñor Simeón Pereira y Castellon, históricamente es conocido


como el último Obispo de la Diócesis Nicaragüense y el obispo
número cuarenta y cinco de la Diócesis de León, aunque
incorrectamente se le designa como el primero. Fue secretario privado
del obispo Francisco Ulloa y Larios, a los 33 años, nombrado el 2 de
diciembre de 1895 Obispo Coadjutor con derecho a sucesión. El 25 de
julio de 1896 asumió ya como obispo, superando la oposición que le
hizo el Gobierno del general José Santos Zelaya López. El 4 de
noviembre de 1899 fue expulsado de Nicaragua.

A la muerte del obispo Ulloa y Larios, el 30 de julio de 1902, se


convirtió en Obispo de Nicaragua y aumentaron sus contradicciones
con el presidente Zelaya López. Hubo expulsiones de sacerdotes, entre
ellos los futuros obispos José Antonio Lezcano Ortega, Canuto Reyes,
Vicente Alejandro González Robleto, quien era seminarista. El 6 de
enero de 1905, el obispo Pereira y Castellón es de nuevo expulsado
junto a 27 sacerdotes, exilio que terminó a mediados de 1906. Al
ascender a la Presidencia Adolfo Díaz Recinos, varios sacerdotes se
involucraron en política a favor del Partido Conservador.

El padre José Antonio Lezcano Ortega desde 1912 es electo diputado


a la Asamblea Nacional Constituyente, ejerce el cargo de Presidente
de la Asamblea Legislativa. Sin embargo, el obispo Pereira y
Castellón, publica en el Boletín Diocesano que el Cardenal Secretario
de Estado le había encomendado en su visita a Roma que no
permitiera que los sacerdotes participaran en política partidaria. Varios
de éstos contrariaron las órdenes del obispo, dando lugar a
confrontaciones.

Para 1912 era una necesidad reformar la provincia eclesiástica de


Guatemala. Se esperaba que León fuese la sede del Arzobispo
metropolitano, tal como es costumbre por ser la Diócesis madre, como
sucede en España, que el Cardenal Primado reside en Toledo y no en
Madrid. Sin embargo, el Gobierno de Díaz Recinos propuso a
monseñor Cagliero que la sede de la Arquidiócesis fuera Managua y el
arzobispo, monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, lo que fue
confirmado por la Bula de San Pío X.

Los otros obispos fueron José Piñol y Batres en Granada; obispo


auxiliar de Managua con residencia en Matagalpa, monseñor Isidoro
Carrillo y Salazar; vicario apostólico en Bluefields, fray Agustín
Bernaus y Serra. El involucramiento del gobierno conservador de Díaz
Recinos, provocó un rechazo del clero leonés que cerró filas alrededor
del obispo Pereira y Castellón, quien dadas las circunstancias fue
desde entonces conocido como el “Obispo Mártir”.

El obispo Pereira y Castellón realizó importantes obras en Catedral,


durante la ocupación norteamericana dirigió una carta al cardenal
James Gibbson. Recibió honores de parte del Papa Benedicto XV.
Falleció el 30 de enero de 1921. Las honras fúnebres fueron presididas
por el arzobispo José Antonio Lezcano y Ortega, a quien había
consagrado obispo el 3 de mayo de 1914. El entierro fue el 2 de enero
y se le sepultó en la Catedral, debajo de la imagen de San Pedro,
donde se le erigió un mausoleo.

HISTORIA DE LAS DIóCESIS

El sucesor de monseñor Simeón Pereira y Castellón, como Obispo de


la Diócesis de León, fue monseñor Agustín Nicolás Tijerino y
Loáisiga, consagrado el 23 de abril de 1922. Falleció el 28 de mayo de
1945. El siguiente obispo fue monseñor Isidro Augusto Oviedo y
Reyes, hasta entonces Obispo de Matagalpa. Se le nombró el 1 de
junio de 1946, introdujo en León la llamada “Gritería Chiquita”. Puso
su renuncia el 15 de mayo de 1969 y falleció el 30 de octubre de 1969.
Está sepultado en Chinandega.

Monseñor Manuel Salazar y Espinoza había sido nombrado


administrador apostólico de León, el 15 de mayo de 1969, el 29 de
junio recibió la ordenación episcopal, nombrado Obispo de León en
1973. Renunció en 1981 por razones de salud y se marchó a Costa
Rica, falleció en San José el 15 de agosto de 1995. El 5 de diciembre
de 1981 se nombró administrador apostólico al Obispo de Matagalpa,
monseñor Barni, quien tomó posesión el 7 de agosto de 1982.
Renunció en 1991 y entregó la Diócesis a monseñor Bosco Vivas y
Robelo el 25 de mayo de 1991. Falleció en León y está sepultado en la
Iglesia de San José, Matagalpa.

Monseñor Bosco Vivas y Robelo, el 21 de noviembre de 1981 fue


designado Obispo Auxiliar de Managua. Por un breve período estuvo
en Juigalpa. Recibió el nombramiento de Obispo de León el 2 de abril
de 1991 y tomó posesión el 25 de mayo. Realizó estudios en el
Seminario de Managua, en el Colegio Pío Latinoamericano y en la
Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma.

DIóCESIS DE GRANADA

El primer obispo fue monseñor José Piñol y Batres. A los seis meses
renunció y le sucedió monseñor Canuto José Reyes y Balladares. Tuvo
algunas desafortunadas decisiones, se le recuerda haber bendecido las
armas de las fuerzas de ocupación norteamericanas que combatían a
Sandino y su Carta Pastoral sobre el terremoto de Managua del 31 de
marzo de 1931. El 28 de abril de 1945 le nombraron como obispo
auxiliar a monseñor Borge y Castrillo. Monseñor Reyes y Balladares
falleció en León el 3 de noviembre de 1951.

Durante un tiempo administró la Diócesis monseñor Borge y Castrillo.


El Papa Pío XII nombró como obispo a monseñor Marco Antonio
García y Suárez, tomó posesión el 9 de agosto de 1953. Falleció el 9
de julio de 1972. Su sucesor fue monseñor Leovigildo López y Fitoria,
quien asumió el 7 de octubre de 1972.

VICARIATO DE BLUEFIELDS

El primer vicario apostólico fue monseñor Agustín Bernaus y Serra.


Tomó posesión el 19 de mayo de 1915. Falleció el 18 de agosto de
1930. Está sepultado en el Cementerio de Bluefields. Su sucesor fue
fray Matías Solá y Farrel, consagrado obispo en marzo de 1931, llegó
a Bluefields en julio. Debido a los problemas causados por la guerra
civil española, se hizo cargo del Vicariato la Provincia Capuchina de
San José, Detroit, Michigan.

El primer vicario de origen norteamericano fue monseñor Mateus


Niedhammer, tomó posesión el 20 de noviembre de 1953. Falleció el
25 de junio de 1970, en Puerto Cabezas, ciudad donde residía, ya para
entonces había sido consagrado obispo auxiliar, monseñor Salvador
Schlaefer el 12 de agosto de 1970. Falleció el 22 de octubre de 1993,
en Ciudad Rama. Le sucedió el entonces obispo auxiliar, monseñor
Pablo Schmitz, quien tiene como obispo auxiliar a monseñor David
Zywiec.
DIóCESIS DE MATAGALPA

En 1913 fue parte de la Arquidiócesis de Managua, atendida por el


Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua con residencia en
Matagalpa, fue monseñor Isidoro Carrillo y Salazar, quien a su vez fue
el primer Obispo de la Diócesis, al ser creada el 19 de diciembre de
1924 por el Papa Pío XI. Cuando la creación de la Provincia
Eclesiástica Managüense tuvo problemas con el delegado apostólico,
monseñor Juan Cagliero. Falleció el 16 de abril de 1931. Sepultado en
Catedral.

Temporalmente asumió como administrador apostólico el Arzobispo


de Managua, monseñor Lezcano y Ortega. El 29 de enero de 1932, se
nombró obispo a monseñor Vicente Alejandro González y Robleto,
recibió la consagración el 1 de mayo y tomó posesión el 8 de mayo. El
9 de abril de 1938, el Papa Pío XI, lo nombró Arzobispo Coadjutor
con derecho a sucesión del Arzobispo Lezcano y Ortega. El 14 de
abril de 1940 asumió como nuevo obispo, monseñor Isidro Augusto
Oviedo y Reyes, después Obispo de León.

A monseñor Oviedo y Reyes le sucedió monseñor Octavio José


Calderón y Padilla, consagrado obispo en la Catedral de León el 26 de
enero de 1947 y asumió el 3 de marzo de 1947. Falleció el 2 de marzo
de 1972. El siguiente obispo fue monseñor Julián Luis Barni,
nombrado el 24 de julio de 1972 y quien el 30 de julio de 1982 se
trasladó como Obispo de la Diócesis de León. Monseñor Carlos Santi
fue nombrado obispo el 31 de julio de 1982. Falleció el 15 de mayo de
1991. El actual obispo es monseñor Leopoldo Brenes.

JUIGALPA, EsTELí Y JINOTEGA

El primer Obispo de Estelí fue monseñor Clemente Carranza y López,


un humilde sacerdote nacido en Nandasmo. Le sucedió monseñor
Rubén López Ardón, quien renunció, y en la actualidad es monseñor
Abelardo Mata. En Juigalpa, en su orden, han sido obispos: Julián
Barni, Pablo Antonio Vega y Bernardo Hombach Luktermeir. Jinotega
ha tenido un solo obispo, monseñor Pedro Lisímaco Vílchez

1 DE DICIEMBRE DEL 2003 /


El santo padre Putoy
Yo había estado ya en Ars, Francia, cuando conocí al padre Ignacio
Putoy Segura, párroco de La Concepción, departamento de Masaya.
Al comienzo de nuestra relación me pareció un persona aislada y de
difícil carácter, sin embargo, luego de algunas visitas que le hice
comencé a cambiar mi equivocada apreciación.

El primer problema con el padre Putoy era su figura. Si no hubiera


sido por la sotana, se le habría creído un campesino común y corriente
de apenas un metro cincuenta centímetros de estatura, tan delgado que
apenas pasaba de las cien libras, moreno y el pelo chirizo, casi cortado
a rape. Me parece haber sido el año 1963 cuando conversamos por
primera vez.

Había sido ordenado sacerdote por el Obispo de León, monseñor


Pereira y Castellón, el 8 de diciembre de 1913, luego de realizar
estudios en el Seminario de San Ramón, llegado de Masaya, ciudad
donde había nacido en un humilde hogar. En el Seminario sería
catedrático a la vez que tesorero en 1923. Desde 1928 fue nombrado
por monseñor Lezcano y Ortega, como párroco de La Concepción,
hasta su muerte el 3 de mayo de 1966.

Pese a la diferencia física, cuando veía o me acordaba del padre Putoy,


también se me venía la imagen del Santo Cura de Ars. Durante
muchos años hizo sus recorridos a caballo. Su humildad era tan grande
que en marzo de 1966, monseñor González y Robleto dispuso elevarlo
a la categoría de Canónigo, es decir, sería llamado monseñor. Sólo fue
posible que aceptara bajo el ordeno y obediencia al arzobispo.

Vivió en el barrio indígena de Monimbó, en Masaya. Permanecía en


La Concepción los fines de semana, días festivos y en especial la
Semana Santa, en la que algunas veces me encargó las lecturas
bíblicas. Viajaba de Masaya a San Marcos en bus y luego a La Concha
en unos taxis todos desvencijados. Las limosnas cubrían estrictamente
el transporte y su comida. Era muy cuidadoso en la relación con sus
feligreses, en especial las personas de pocos recursos económicos.
Cuando falleció solamente encontraron en sus haberes unas cuantas
monedas que no sumaban un córdoba.

Ironías de la vida. El sacerdote que vivió en extrema pobreza, luego de


su muerte, le fue levantado un monumento en cuya parte superior está
su pequeña figura. Monumento merecido, construido en Italia a un
costo de varios miles de dólares. Al momento de ser trasladados los
restos del padre Putoy, del atrio de la iglesia al costado norte, se
estableció que el cuerpo estaba incorrupto, igual que fue su conducta
como hombre y sacerdote.

FUENTE INFORMATIVA

Escribir la historia eclesiástica de Nicaragua ha sido la obra de casi


toda la vida de Edgard Zúñiga. Cuenta con una extraordinaria
biblioteca, numerosos documentos, una buena parte inéditos, en fin el
conocimiento y material bibliográfico para ser uno de los mejores
especialistas sobre el tema. A eso se agrega su experiencia como
catedrático que fue de la Unica, y en la actualidad de la Universidad
Thomas More.

El período de 1524 a 1821 fue editado en un tomo que financió el


empresario cristiano Felipe Mántica Abaunza. De 1821 a 1913
conforman otro tomo del que apenas se editaron 200 ejemplares y tuvo
el apoyo de la Embajada de Suecia. Ambos tomos fueron publicados
en uno solo, con el financiamiento de Adveniat, organismo de los
obispos católicos de Alemania.

Actualmente Edgard trabaja en otro tomo que abarcará el siglo XX,


lamentablemente el proyecto no ha continuado por no contar con el
apoyo de algún organismo o institución. Consideramos que cualquier
trabajo o investigación sobre el tema tiene que recurrir necesariamente
a la obra de Edgard Zúñiga. Ojalá pueda recibir la ayuda necesaria
para completar una parte valiosa de nuestra historia. Por nuestra parte,
especial agradecimiento por la valiosa cooperación recibida

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