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02/12/2020
SAN IGNACIO DE LOYOLA
II
En cambio en París (1528-34), donde se graduó como maestro en Artes (aunque
no terminó los estudios de Teología), San
Ignacio de Loyola consiguió reunir un grupo de seis compañeros a los que comunicó
sus ideas y con los que sembró el germen de la Compañía de Jesús, haciendo
juntos votos de pobreza y apostolado en la Cueva de Montmartre. Ante la
imposibilidad de marchar a hacer vida religiosa en Palestina, por la guerra contra
los turcos, se ofrecieron al papa Pablo III, quien les ordenó sacerdotes (1537).
El Relato del Peregrino (una parte en castellano y otra en latín 1553-1555) del
jesuita P. Luis Gonçalves da Câmara - Autobiografía de San Ignacio de Loyola en
Wikisource"... diez años después de su muerte y sin dar ningún tipo de
III
explicaciones, la cúpula de la orden [Compañía de Jesús] decidió ocultar el libro hoy
conocido como Autobiografía o Relato del peregrino, dictado por Loyola a un
compañero en 1555 y considerado su testamento espiritual y un texto histórico y
literario excepcional, inexplicablemente secuestrado por la Compañía desde 1565
hasta casi la segunda mitad del siglo XX. La Vida de Ignacio de Loyola (en latín
1572, en castellano 1583) del jesuita P. Pedro de Ribadeneyra
í
Niñez
ñigo (Ignacio) era el menor de trece hermanos, todos ellos hijos de Beltrán
Yáñez de Oñaz y Loyola, VIII señor de la casa de Loyola de Azpeitia, y Marina
Sáez de Licona y Balda, natural de la villa vizcaína de Ondarroa, donde nació
en la Casa torre Likona perteneciente a su familia. El padre era miembro de la
noble e ilustre familia de la casa de Balda de Azcoitia. Su niñez la pasó en el
valle de Loyola, entre las villas de Azpeitia y Azcoitia, en compañía de sus
hermanos y hermanas. Su educación debió ser marcada por las directrices del
«duro mandoble» y del «fervor religioso», aunque nada cierto se sabe de la
misma.
Juventud
IV
«dado a las vanidades del mundo y principalmente se deleitaba en ejercicio de
armas con un grande y vano deseo de ganar honra».
V
Y cobrada no poco lumbre de aquesta leción, comenzó a pensar más de veras
en su vida pasada, y en quánta necesidad tenía de hacer penitencia della. Y
aquí se le ofrecían los deseos de imitar los santos, no mirando más
circunstancias que prometerse así con la gracia de Dios de hacerlo como ellos
lo habían hecho. Mas todo lo que deseaba de hacer, luego como sanase, era la
ida de Hierusalem, como arriba es dicho, con tantas disciplinas y tantas
abstinencias, cuantas un ánimo generoso, encendido de Dios, suele desear
hacer.
Este deseo se vio acrecentado por una visión de la Virgen con el Niño Jesús,
que provocó la definitiva conversión del soldado en religioso. De allí salió con la
convicción de viajar a Jerusalén con la tarea de la conversión de los no
cristianos en Tierra Santa.
VI
ASPIRACIONES RELIGIOSAS
Aspiraciones religiosas
VII
FUNDACION DE LOS JESÚITAS
Viajó a Flandes e Inglaterra para conseguir dinero para su obra. Tenía ya muy
perfilado el proyecto y los compañeros que le siguieron. El 15 de agosto de 1534
los siete juraron en Montmartre «servir a nuestro Señor, dejando todas las cosas
del mundo» y fundaron la Sociedad de Jesús, que luego sería llamada la Compañía
de Jesús. Decidieron viajar a Tierra Santa y, si no podían, ponerse a las órdenes
del papa.
VIII
Tuvo tal mutación en su alma y ha visto tan claramente que el Padre le ponía con
Cristo, su Hijo, que no sería capaz de dudar de que el Padre le ponía con su
Hijo. Con esta expresión reveló la unión que desde entonces sintió con Cristo.
Laínez completó estos datos, añadiendo que la visión fue trinitaria, y que en ella el
Padre, dirigiéndose al Hijo, le decía: «Yo quiero que tomes a éste como servidor
tuyo» y Jesús, a su vez, volviéndose hacia Ignacio, le dijo: «Yo quiero que tú nos
sirvas».
En octubre de 1538, Ignacio se encaminó hacia Roma, junto con Fabre y Laínez,
para la aprobación de la constitución de la nueva orden. Un grupo de cardenales se
mostró a favor de la constitución y Paulo III confirmó la orden mediante
la bula Regimini militantis (27 de septiembre de 1540), pero limitaba el número de
sus miembros a sesenta. Esta limitación fue revocada a través de la bula Injunctum
nobis (14 de marzo de 1543). Así nacía la Societas Iesu, la Compañía de Jesús o,
como se le conoce comúnmente, «los Jesuitas».
Ignacio fue elegido superior general de su orden religiosa. Envió a sus compañeros
como misioneros por Europa para crear escuelas, universidades
y seminarios donde estudiarían los futuros miembros de la orden, así como los
dirigentes europeos.
En 1548, sus Ejercicios espirituales fueron finalmente impresos y fue llevado incluso
ante la Inquisición romana, pero fue rápidamente exculpado. Ignacio, con la ayuda
de su secretario Juan Alfonso de Polanco, escribió las Constituciones jesuitas,
adoptadas en 1554, las cuales crearon una organización monacal, exigiendo
absoluta abnegación y obediencia al papa y superiores (perinde ac cadaver,
«disciplinado como un cadáver»). Su principio fundamental se volvió el lema
jesuita: Ad maiorem Dei gloriam («A mayor gloria de Dios»).
IX
FUNDACION DE LOS JESÚITAS
X
LIBROS - ESCRITORES
Escritores
XI
PATRONAZGOS
Patronazgos
Argentina
Costa Rica
Bolivia
España
XII
Los itinerarios de san Ignacio de Loyola en diferentes momentos
Italia
México
República Dominicana
Instituciones educativas
México
XIII
Latina (AUSJAL) y del Sistema Universitario Jesuita. En la ciudad de Guadalajara
cuentan con el ITESO (Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente).
Perú
En el virreinato del Perú, en el Cuzco, había una universidad regentada por los
jesuitas de este nombre.
XIV
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XV