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Derecho a la vida.

Integridad
No
personal física,
ser discriminado.
psíquica y moral.

Defensa. Libertad personal.

Presunción de Peticionar ante las


inocencia. autoridades.
Derechos
humanos de
los
guatemaltecos

Protección de la
Circular y residir
libertad de
en el territorio de
conciencia y de
un Estado.
religión.

Propiedad Libertad de
privada. expresión.

Reunirse
Identidad y la
libremente y
nacionalidad.
asociarse.
El fortalecimiento de la Justicia

Ningún guatemalteco puede decir que nuestro sistema de justicia funcione apropiadamente. Hay mucha claridad en que se necesita
una reforma profunda de nuestro sistema de justicia. Evaluaciones internacionales como el Índice de Estado de Derecho del
Proyecto de Justicia Mundial de 2016, ubica a Guatemala entre los últimos lugares del mundo, en el puesto 97 de 113 países
evaluados.

Empezando por la forma en que ingresan los magistrados. Para nadie es secreto que lejos de que se tuviera un sistema en donde la
academia iba a proponer a las mejores personas, lo que terminó ocurriendo es que se politizó la academia. Ahora existen
universidades de cartón, que solo tienen una carrera de licenciatura en derecho, para mantener facultades de Derecho o Ciencias
Jurídicas y Sociales para participar en la elección. Lo mismo ocurre con el Colegio de Abogados, lejos de ser una institución que
ayude a profesionalizar al gremio y que pueda ayudar a presentar reformas importantes de iniciativas de ley, se ha convertido en
una institución política que funciona en su gran mayoría para gestionar los grandes recursos que maneja e incidir en las Comisiones
de Postulación.

La ampliación del plazo que duran los magistrados en sus cargos y el escalonamiento de los períodos es otro objetivo importante
que la reforma a la Constitución Política de la República debe plantear, no es posible esperar que exista independencia si una
persona solo dura cinco años en su cargo y cambian todos al mismo tiempo, esto tampoco garantiza continuidad de los casos.

Otro aspecto importante, es la necesidad de separar las funciones administrativas de aquellas jurisdiccionales. La razón clara es que
se distrae de su función principal de impartir justicia y es más eficiente que existan personas dedicadas a administrar los recursos de
una manera más transparente y eficiente, siempre supeditados al Organismo Judicial. A esto hay que agregarle la necesidad de
fortalecer la carrera judicial y que abarque todos los grados de la judicatura, para que una persona pueda profesionalizarse dentro
del sistema de justicia.

Estos principios, que hubieran hecho tan sencillo el diálogo político en el Congreso, lastimosamente se perdieron en la propuesta
inicial que presentó la Secretaría Técnica, que quiso incluir temas que no fortalecían la justicia ordinaria y se fue enredando la
discusión, debido a las múltiples versiones de enmiendas que ocurrieron en el Congreso.

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