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CURSO DE PARAPSICOLOGÍA CIENTIFICA

UNIDAD II

2.1. HISTORIA DE LA PARAPSICOLOGIA


2.1.1. Etapa Mágica: De la antigüedad al siglo XVIII
2.2.2. Etapa Magnética: El mesmerismo
2.1.3. Etapa Espiritista: a. El caso Fox
b. La codificación Kardeciana
c. Tipos de mediumnidad
2.1.4. Etapa Metapsíquica: a. Orientación inglesa
b. Orientación francesa
2.1.5. Etapa Parapsicológica: J.B.Rhine (1930)
2.1.6. Síntesis cronológica: Efemérides

GUIA DE ESTUDIO II

LECTURAS SUGERIDAS
De espíritus y médiums en Iberoamérica: Una geografía de la metapsíquica,
por Alejandro Parra

Las lecciones de historia,


por John Beloff

Unidad 2: Historia de la parapsicología

2.1. HISTORIA DE LA PARAPSICOLOGÍA

Aunque la palabra parapsicología sugiere la existencia de un campo de investigación que existe “al lado de la
psicología”, su estudio no se relaciona únicamente con ella, sino, también, con la religión y con la antropología,
la física y otras materias. La historia de la parapsicología puede dividirse en tres períodos: el primero desde la
prehistoria hasta fines del siglo XIX; el segundo abarca las tres últimas décadas del siglo XIX y las primera
décadas del siglo XX y, el tercero, finalmente, el período actual.

Esta tendencia se agudizó a fines de 1920 y comienzos de 1930, y las pruebas de laboratorio relacionadas con la
PES se extendieron a la precognición y la PK. El trabajo de laboratorio iniciado durante este período (Rhine),
estableció las bases para los esfuerzos posteriores destinados a ampliar el campo de la investigación y vincular
la parapsicología con estudios y conceptos que se han desarrollado últimamente en otras disciplinas científicas.

2.1.1. Etapa Mágica: De la antigüedad al siglo XVIII

Algunos conceptos, tales como los que mencionan la actividad de la mente sobre la materia, el poder del
pensamiento, la vida después de la muerte y la clarividencia son anteriores a las primeras manifestaciones de
las civilizaciones de Asiria y de Babilonia. Las especulaciones religioso-filosóficas de la antigua China, vinculadas
siempre al culto de los antepasados, se asemejar mucho a las prácticas prehistóricas del Cercano Oriente. El
surgimiento de la ciencia moderna y el consiguiente cuestionamiento de las tradiciones religiosas, (Darwin),
hizo que se llevaran a cabo una serie de intentos destinados a encontrar un vínculo entre la investigación
científica y la religión (Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres). Esta investigación, que comenzó con
el estudio de las sesiones de los médiums, llegó, más tarde, a conclusiones que sugerían que lo que estaba en
juego no era la comunicación con los entes desencarnados sino manifestaciones de clarividencia y/o telepatía.

Su historia es muy similar a la de la civilización humana, especialmente la de los países occidentales. Sus raíces
arraigan también, muy firmemente, en la prehistoria de otras sociedades, especialmente en la de la antigua

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China. Así como las ciencias naturales deben mucho a las esperanzas, métodos, ilusiones y ambiciones de los
alquimistas y de la misma manera que la medicina y la psicología modernas están en deuda con los
conocimientos e ideas de los herboristas y shamanes, la parapsicología moderna se ha construido sobre las
bases religioso-culturales creadas por las civilizaciones primitivas y que, en cierta medida, continúan existiendo
en las sociedades “primitivas” y no industriales del mundo contemporáneo.

Dentro de las tendencias imperantes en nuestros días, se evidencia una marcada inclinación a convertir la
parapsicología en una sopa de letras, que contiene todo, desde la astrología hasta la filosofía Zen. Y aunque
indudablemente representaría una falta de criterio el excluir algunos de los principios, prácticas y practicantes
menos respetables, por el mero hecho de que carecen de prestigio, no es menos cierto que deben fijarse
límites y trazar, también, algunas líneas específicas.

Una palabra a la que la parapsicología de cualquier lugar del mundo prefiere no recurrir es ciencia oculta. Y
esto se debe a que dicha denominación está vinculada, muy estrechamente, a antecedentes no del todo
respetables. A ningún magnate naviero le es grato que le recuerden que su bisabuelo fue pirata. La palabra
superstición también es un anatema para los parapsicólogos actuales. No obstante, gran parte de la fascinación
que las experiencias psíquicas ejercen en nuestros días deriva de un mundo de magia y maravilla que nos
acompaña desde la infancia de la humanidad. Empleando una expresión freudiana que estuvo muy de moda,
podríamos decir que refleja “el pensamiento mágico infantil”. Pero, aun teniendo plena conciencia de estas
connotaciones históricas auténticamente humanas, es necesario trazar una línea divisoria neta entre las
investigaciones que se llevan a cabo actualmente en el campo de la parapsicología y algunos de sus
antecedentes.

A lo largo de la historia se ha podido registrar abundan los engaños, sean religiosos o de cualquier otro
carácter; las leyendas de sucesos milagrosos y de poderes sobrenaturales. Si se toman como base de juicio las
tradiciones orales o los mitos preservados por medios tales como las tablas de arcilla, la historia no registrada
incluía prácticas que más tarde se mezclaron, o chocaron con los conceptos cristianos. En la vida de los santos
se registraron muchos fenómenos de la Psi, pero aunque posiblemente esos fenómenos fueron
experimentados también por pecadores y por toda clase de individuos, no contamos con constancias que lo
prueben.

El flujo y reflujo de las tradiciones, rituales, prácticas y experiencias no han permitido que se concretaran los
datos históricos necesarios para el estudio, la exploración y el conocimiento consciente de lo psíquico. Sin
embargo, sería muy conveniente tratar de hacer una división. La historia de la parapsicología puede dividirse,
de modo general, en tres períodos. Primero, el período primitivo, tanto prehistórico como histórico, un
panorama amplio y comprehensivo de los fenómenos registrados hasta el siglo XIX; segundo: las últimas
décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX y, tercero: las décadas recientes.

A menudo se piensa en el pasado –también en el presente– en términos de categorías, llámense profecía,


encantamiento, ritual, diálogos con los muertos, culto de los antepasados, visiones, curaciones espirituales o
milagrosas, brujería o cualquier otra de la inmensa variedad de prácticas y alegatos religiosos, seudorreligiosos
o profanos. Pero, dejando de lado las categorías, una gran parte de la historia humana puede ser analizada en
términos de los hombres y de las mujeres que exploraron o dramatizaron sus acontecimientos, incluyendo la
psi. No importa la volubilidad o ligereza con que suele hablarse de “períodos” y “tendencias” históricos, o la
modestia de la actitud que quieren asumir algunos pioneros, de todas maneras es necesario reconocer el papel
decisivo que los individuos desempeñaron en el curso de la historia de la parapsicología.

Entre los nombres respetables aunque remotos que figuran en la historia de la parapsicología debemos
recordar a la Bruja de Endor, el rey Creso de Lidia y, lo que es muy interesante, también a Aristóteles. La
lingüística ha hecho estragos en la certidumbre histórica, como sucedió, por ejemplo, con la historia de Endor
en el Viejo Testamento (I Sam. 28: 3-25). El rey Saúl estaba trastornado y confuso cuando se dirigió a Endor. Allí
la “bruja” cooperó e invocó al espíritu de Samuel, quien denunció la perversidad de Saúl y profetizó su fin.
Según dice Tiemeyer (33), la palabra hebrea original, utilizada para designar las prácticas de la mujer de Endor
puede traducirse como “nigromancia, adivinación, brujería, poder profético o predicción mágica de la suerte”.
Porque el antiguo idioma “agrupa todas esas prácticas en una sola palabra”. Vale decir, que la Bruja de Endor
era una “médium” capaz, al parecer, de lograr que los espíritus de los muertos se manifestaran ante los vivos.
En el lenguaje actual se la hubiera llamado una psíquica, una sensitiva, una sensitiva psíquica o una médium. El
lector queda en libertad de hacer su propia elección.

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El rey Creso no estaba seguro de si debía luchar o no contra los persas. Como tenía el escepticismo propio de
un investigador trató, primero, de probar los poderes de los distintos oráculos que podía consultar en busca de
consejo. Para ello ideó un test lo bastante complejo como para descartar las meras conjeturas o la jerigonza
propia de los médiums, tan en boga entonces como en nuestros días. El Oráculo de Delfos fue el único que
contestó correctamente: “Creso está hirviendo juntos un cordero y una tortuga, en un recipiente de cobre con
tapa de cobre.” Cuando Creso consultó con el Oráculo de Delfos los planes de su guerra contra Persia, el
Oráculo dijo que si él cruzaba el río Halys, lo que implicaba la guerra con los persas, “destruiría un gran
imperio”. Creso consideró que esas palabras se referían a la destrucción del Imperio Persa; en realidad,
provocó la destrucción de su propio imperio. Lo que había pasado era que el experimento con la tortuga había
probado la eficiencia del oráculo en clarividencia o telepatía, pero no en precognición.

Aristóteles habló de la precognición con una objetividad que ha continuado siendo una norma entre los
investigadores. Escribió: “En cuanto a la adivinación que tiene lugar mientras se duerme y que se dice que está
basada en sueños, no podemos, ni rechazarla a la ligera con desdén, ni brindarle tampoco una confianza ciega.
El hecho de que todas las personas, o por lo menos muchas, supongan que los sueños poseen una significación
especial tiende a inspirarnos una confianza basada en el testimonio de la experiencia. Considerando que la
adivinación en sueños podría ser genuina, como lo afirman algunos sujetos, no podemos rechazarla porque
tiene cierta apariencia de razón. Partiendo de ésta, uno puede formarse una opinión similar en relación con
todos los otros sueños. Sin embargo, el hecho de que no veamos una causa probable que explique esa
adivinación, tiende a inspiramos disgusto.

El impacto que produjo Emanuel Swedenborg (1688-1772) fue intenso y duradero. Este hombre desafía
cualquier categorización. Era una autoridad muy respetada en metalurgia, afirmaba haber hablado con Dios, y
enunció, en forma muy detallada, un concepto de ley universal y también el de una estructura de la vida más
allá de la muerte. El 19 de junio de 1759 en la sección Sódermalin, de Estocolmo, estalló un gran incendio.
Según se cuenta, Swedenborg llegó esa misma tarde a la ciudad de Góteborg, a 300 millas de distancia. En el
curso de la cena con un grupo de amigos, hizo un relato en el que mencionaba una visión de la ciudad
ardiendo. A las 8 de la noche les había dicho que el fuego se había detenido a tres puertas de su propia casa. Al
día siguiente, domingo, el alcalde de Goteborg, que había oído hablar de las impresiones clarividentes de
Swedenborg, habló del incendio con él. En la noche siguiente, un mensajero proveniente de Estocolmo
confirmó que el fuego se había detenido.

Nadie puede ahora elegir entre los diversos informes relacionados con ese suceso. Pero lo que está más allá del
cualquier duda es la fuerza del impacto que la visión de Swedenborg produjo sobre sus contemporáneos y
sobre muchos escritores y pensadores de épocas posteriores. En un ensayo crítico sobre el incendio de
Estocolmo, Broad señaló que “ninguno de estos relatos tienen el menor valor probatorio”. Pero, naturalmente,
él estaba haciendo una revisión del caso con carácter retrospectivo, partiendo de las pautas de validación
imperantes en los siglos XIX y XX.

Los investigadores científicos, especialmente los que trabajan en temas de interés público, que tienen una gran
carga emocional, están siempre a merced de los hacedores de leyendas. No debe subestimarse el poder de los
escritores de ficción. En nuestro tiempo, la influencia de las películas cinematográficas debe sumarse a la de las
novelas y cuentos cortos que han sustituido a los relatos épicos del pasado. Por eso, aunque el trabajo más
importante de Swedenborg, la Arcana Coelestia interesó en un principio a filósofos tales como Kant y, más
tarde, a escritores del calibre de William. Blake y poetas de la categoría de William Butler Yeats, no puede
negarse que su enfoque, tan imaginativo, provocó algunas dificultades a los investigadores contemporáneos.

Quizá podría decirse que el mesmerismo y el espiritismo han influido en los comienzos de la parapsicología, en
el siglo XIX, en una forma que en nuestros días podría considerarse nociva. Estos movimientos, y otros
similares, tales como la Teosofía y la Ciencia Cristiana se basaban en el supuesto de que deberían llegar a ser
considerados como elementos básicos de la parapsicología. Hubo un largo período de lucha durante el cual se
discutió si la ciencia podía extraer y liberar esos principios de las instituciones para las que habían llegado a ser
tan esenciales. Sin embargo, y en forma muy gradual, los elementos parapsíquicos fueron separados del
mesmerismo y de la hipnosis y la investigación psíquica posterior logró independizarlos, también, del
movimiento espiritista.

2.2.2 Etapa Magnética: El mesmerismo

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Mesmer nació, el 23 de mayo de 1734, junto al lago Constanza, en Suabia (Alemania). Estudió música y se
doctoró en Filosofía y Medicina (1766) en Viena, a los 32 años. Fue muy influido por las teorías de Paracelso, y
en su tesis doctoral, titulada De Planetarium Influxu, aseguraba que existía una energía etérica creadora de
materia, que lo penetra todo y ejerce una gran influencia en los hombres. Tal energía recibió años más tarde el
nombre de fuerza magnética o energía Pilagilética. Según Mesmer, si no se lograba que dicha energía
permaneciese en armonía con el hombre, sobrevendría la enfermedad.

Pese a lo expuesto en su tesis doctoral, Mesmer no sabe cómo aplicar exactamente la fuerza curativa a las
personas enfermas. Un sabio jesuita, el padre Hell, le aconseja que utilice imanes, ya que éstos el representan
la fuerza de gravitación que mantiene equilibrio del Universo. Hace caso de los consejos del jesuita y empieza a
experimentar con varios imanes, hasta que, por fin, logra utilizar perfectamente la “fuerza magnética.”

Mesmer efectúa su primera curación importante en 1773 con ayuda de unos imanes. La paciente, llamada
Franziska Oesterlin, es una joven que sufre diversos trastornos, como desmayos, melancolía, retención de
orina, parálisis transitoria y fuertes crisis convulsivas. Mesmer le aplica un imán en cada muslo y un tercero en
el estómago. La joven cura instantáneamente y se arma el primer gran revuelo científico. Mesmer no tarda en
llenar de imanes la habitación, e incluso se cuelga uno en el cuello. Empieza a trabajar con los imanes, con los
cuales consigue curaciones (posiblemente por sugestión). Aplica a los enfermos de 3 a 4 imanes en el cuerpo, y
las curaciones se suceden, alcanzando cada vez mayor resonancia.

Al aumentar el número de pacientes, decide cambiar de sistema. Abandona los imanes y se limita a la
imposición de las manos, con lo cual construye su famosa teoría del «magnetismo animal». A partir de
entonces, lo magnetiza todo: animales, plantas, objetos, etc. A continuación, y para poder atender a todos sus
pacientes, inaugura el primer sanatorio magnético de Viena. Entonces construye su famosa baquet, o cuba de
la salud, simple recipiente de madera, de grandes dimensiones, en forma de cuba grande, en cuyo interior
pone botellas con agua magnetizada por él. De las botellas salen unas largas varillas, que los pacientes se
aplican en las diferentes zonas del cuerpo afectadas por las enfermedades.

Durante el tratamiento, Mesmer da vueltas a la cuba, sin dejar de observar a los enfermos. Las curaciones se
suceden día tras día, y así, de los pacientes tan infinitamente pobres del principio que casi no pagaban nada,
pasa a los infinitamente ricos y a la más alta sociedad de Viena. La baquet se pone de moda, junto con su
creador, el aumento de cuya reputación incrementa a la vez el número de envidiosos, la mayoría de ellos
médicos, quienes alegaban que Mesmer se apartaba de las enseñanzas tradicionales impartidas en la Facultad
de Medicina.

Durante un tiempo, Mesmer se dedica a dar conferencias sobre sus teorías en Suabia, Suiza y la Corte de
Baviera; precisamente aquí curó al director de la Academia de Ciencias de Munich, afecto de una gota que lo
tenía paralizado. Esto le valió ser elegido miembro de la Academia de Baviera.

Mesmer escribió 27 teoremas que describiremos a continuación:

1. Existe una influencia mutua entre los astros, la tierra y los cuerpos animados.

2. Existe un fluido continuo, y universalmente repartido originalmente en forma que el vacío no existe, tan
sutil que no tiene igual en la naturaleza, susceptible de recibir, propagar y comunicar todas las impresiones del
movimiento es el medio de esta influencia.
3. Esta acción recíproca, está sujeta a leyes mecánicas desconocidas hasta ahora.

4. El resultado de esta acción, sus efectos alternativos, pueden compararse con el flujo y reflujo.

5. Este reflujo es más o menos compuesto, según la naturaleza de las causas que lo determinan.

6. Siendo por esta operación, la más universal de cuántas la naturaleza nos ofrece, que las relaciones de
actividad se ejercen entre los astros, la tierra y sus partes constituyentes.

7. Las propiedades de la materia y de los cuerpos organizados dependen de este fenómeno.

8. El cuerpo animal siente los efectos alternativos de este agente, cuando se ingiere en la sustancia de los
nervios sobre los que obra.

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9. Se manifiestan en el tiempo humano propiedades análogas a las del imán, distinguiéndose igualmente los
polos diversos y opuestos, que pueden comunicarse, cambiarse, destruirse y reforzarse, observándose el
mismo fenómeno de inclinación que en el imán.

10. La propiedad del cuerpo animal que la hace susceptible a la influencia de los cuerpos celestes, y de la
acción y reacción de los que la rodean, manifestada por su analogía con el imán, me ha determinado á llamar
mi teoría Magnetismo animal

11. La acción y la virtud del magnetismo animal así explicada, puede ser comunicada a cuerpos animados e
inanimados, siendo los unos más susceptibles que los otros.

12. Esta acción y esta virtud pueden ser reforzadas y propagadas por los mismos cuerpos.

13. Se observa en la práctica una corriente sutil de fluido que atraviesa todos los cuerpos sin perder por esto
nada de su intensidad.

14. Su acción tiene efecto a largas distancias sin necesidad de intermediarios.

15. Se aumenta y refleja por medio de espejos como la luz.

16. Se comunica, se propaga y se aumenta por el sonido.

17. Está virtud magnética puede acumularse, concentrarse y trasportarse.

18. Se ha dicho que los cuerpos animados no son igualmente susceptibles: y hay alguno, aunque muy raro,
cuya sola presencia basta para destruir los efectos del magnetismo sobre los otros cuerpos.

19. Esta opuesta virtud, penetra también en los cuerpos; y puede ser igualmente comunicada, propagada,
acumulada, concentrada, trasportada y reflejada por espejos y propagada por el sonido, lo que constituye, no
solamente una privación, sitio tina virtud positivamente opuesta.

20. El imán, sea natural, sea artificial, es lo mismo que los otros cuerpos, susceptible al magnetismo animal,
así mismo que la virtud opuesta, sin que en uno u otro caso, su acción sobre el hierro y el agua sufra ninguna
alteración, lo cual prueba que el principio del magnetismo animal, difiere esencialmente del mineral.

21. La práctica dará nuevas luces sobre la naturaleza del fuego y de la luz en la teoría de atracción en la del
flujo y el reflujo y en la del imán y de la electricidad.

22. Dará a conocer que el imán y la electricidad artificial no tienen para los enfermos sino propiedades
comunes a una porción de otros agentes que la naturaleza nos ofrece, y que el resultado de los efectos
médicos son sólo debidos al magnetismo animal.

23. Y se reconocerá por los hechos, después de las reglas que estableceré, que este principio puede curar
inmediata mente las enfermedades de los nervios y mediante algún tiempo las demás.

24. Con su ayuda, el médico podrá apreciar el uso de los medicamentos y perfeccionar la acción que
provoquen.

25. Exponiendo mi método, demostraré por la teoría nueva de sus materias la utilidad universal del principio
que propongo.

26. Gracias a este conocimiento, el médico podrá juzgar seguramente sobre el origen, la naturaleza y el
progreso de las enfermedades, hasta las más complicadas; impedirá su desarrollo, y llegará a curar sin haber
expuesto al enfermo, sea cualquiera su temperamento y su sexo. Las mujeres, aún cuando estén embarazadas
o en el momento del alumbramiento podrán gozar de este beneficio.

27. Esta doctrina pondrá al médico en disposición de juzgar el grado de salud de cada individuo, y del
desarrollo de enfermedades á que podrá estar expuesto. El arte de curar llegará a la última perfección.

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En 1777 realizó una sorprendente curación que, paradójicamente, lo obligó a marcharse de Viena. Curó a María
Teresa Paradis, hija del secretario del Embajador y ahijada de la Emperatriz. Estaba ciega desde los cuatro años
de edad, pese a lo cual era una gran pianista, que disfrutaba de una magnífica pensión oficial y gozaba de la
protección de la emperatriz de Austria. Cuando la conoció Mesmer, llevaba ya diez años de tratamiento con el
mejor oculista europeo de la época, el doctor Von Stuerk, también oculista oficial de la Corte. María Teresa
Paradis estaba afectada de ceguera total, y Mesmer la sometió a tratamiento, a cuyo término la joven había
recuperado la vista casi completamente, cosa que no le agradó al oculista oficial, el citado Von Stoerk, quien
ejerció todo tipo de presiones en las altas esferas del país; incluso llegó a amenazar a la joven con retirarle la
pensión oficial. Al fin consiguió que el tratamiento fuese suspendido, con lo que, automáticamente, volvió a
manifestarse la ceguera (es de suponer que se trataba de una ceguera histérica), lo cual aprovechó el oculista
oficial para humillar a Mesmer. Se armó un gran escándalo, al que se unieron sus rivales médicos, los cuales
consiguieron que el escándalo adquiriese tal magnitud, que Mesmer se vio obligado a cerrar el sanatorio seis
meses más tarde y a marcharse a París.

Mesmer llegó a París, se instaló en la Place Luis le Grand y alquiló un piso en el número 16 (hoy, Place
Vendóme, sede del Bankers Trust). Publicó sus teorías sobre el magnetismo animal e ideó una cubeta para
curar a treinta personas simultáneamente, con el mismo sistema de agua magnetizada. La llenó de agua hasta
unos 30 cm. de altura y puso unos triángulos de hierro, que sobresalían del agua, para aplicarlos en las zonas
del cuerpo afectadas por la enfermedad. Tras confeccionarse un traje totalmente violeta, abrió su primer
consultorio en París.

El éxito fue tan grande y los enfermos acudían en tal cantidad, que el piso no tardó en quedarse pequeño.
Mesmer contrató a varios ayudantes, a los que enseñó el magnetismo. Reunían a los enfermos junto a la
cubeta y los ataban juntos con una cuerda, cogiéndose previamente de las manos, para formar una cadena
magnética. Cuando todo estaba preparado, sonaba una música de piano magnético o armónica magnética
(Mesmer había estudiado música), con lo cual creaba una “atmósfera nostálgica,” muy adecuada para el vacío
del alma. Acto mediante transferencia, sé producían los fenómenos; unos realizaban convulsiones, otros reían
inmoderadamente, lloraban, saltaban, gritaban, tosían, expectoraban, sudaban, permanecían tranquilos, etc.,
Algunos tratamientos tenían una duración de hasta tres horas; transcurrido este tiempo entre gritos, llantos,
movimientos de ojos, risas y convulsiones, sobrevenían la calma, la languidez, la modorra y, finalmente, el
sueño total. La mayoría de las personas que se sometían a estos tratamientos eran mujeres. Los enfermos que
sufrían las crisis más violentas eran puestos en una habitación completamente acolchada, para evitar que se
hirieran.

Al quedarse pequeño el consultorio, Mesmer abrió una Clínica en Crétell y compró el Hotel Bullon. En estas
nuevas instalaciones, Mesmer montó cuatro cubetas más y destinó una de ellas a los pobres” que la
necesitaban y no podían pagar (Mesmer se mostró siempre muy caritativo). Pero estas ampliaciones resultaron
también insuficientes, por lo cual tuvo que magnetizar un árbol de la rue Bandy, al que ataba a miles de
enfermos, que también se curaban por completo.

Sus tratamientos magnéticos le proporcionaban a Mesmer muchísimo dinero. Un mes de terapéutica en la


cubeta costaba 10 luises por persona, y ganaba más de 100.000 luises al año. Su casa estaba constantemente
llena de obsequios y de invitaciones, llevaba un tren de vida de millonario, con portero, cochero, dos criados,
un mayordomo, una orquesta contratada en exclusiva y dos policías particulares, encargados de mantener el
orden y la disciplina en su casa, aparte la gran cantidad de personas que trabajaban para él en las cubetas
magnéticas. Se calcula que tenía un gasto anual de 20.000 luises.

También la envidia hizo su aparición en París. Los médicos rechazaron sus tratamientos, particularmente al
principio y oficialmente después, hasta que, al fin, pasaron a los ataques personales. Mesmer, desconfiado,
malhumorado y pensando siempre en su triste experiencia de Viena, dejó París, con lo que provocó un
escándalo entre la gente del pueblo, que eran sus amigos, y los que se oponían a él. Y, en efecto, se fue a Spa.

Tal y como había previsto, no tardaron en surgir las primeras protestas, que acabaron en un gran escándalo.
Los individuos, las sociedades, las agrupaciones y las sectas (incluida la masonería) se pusieron incondicional
mente de su parte. Las protestas eran cada vez más serias, se hicieron presiones para que Mesmer volviese a
París e incluso se llegó a hacer una colecta, que resultó un auténtico éxito. La gente gritaba cada vez con mayor
insistencia: “¡Muerte a la Academia!”

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Después de la tempestad, Mesmer regresó a París dispuesto a triunfar de nuevo. El recibimiento fue
inenarrable. El mago, el gran maestro, estaba de nuevo allí. Se instaló en Montmartre, y empezó de nuevo el
desfile de personas de todas las, clases sociales y condiciones. Sólo se prohibía la entrada a los locos, a los
epilépticos y a las personas con heridas purulentas, porque, según decía Mesmer, «el magnetismo no puede
nada contra estas enfermedades». Nuevamente París volvió a maravillarse con las espectaculares curaciones
de Mesmer que ahora llevaba siempre consigo una varita magnetizada, con cuya punta tocaba a los enfermos,
y éstos quedaban curados inmediatamente de sus dolencias. En las cubetas podía verse a importantes
personajes, nobles, políticos, taumaturgos, ocultistas, industriales, artistas, negociantes, charlatanes, magos...

Al comprobar el gran prestigio de Mesmer y el desconcierto causado por sus «milagrosas» curaciones “ Luis XIV
pidió a la Academia de Ciencias de París un informe oficial sobre el magnetismo animal. La Comisión se formó
el 12 de mayo de 1784, con cuatro médicos de la Facultad de París: Borie, Sallin, Darcet y Guillotin (Borie murió
y fue sustituido por Majault); cinco miembros de la Academia de Ciencias. Franklin (inventor del pararrayos), Le
Roi, Bailly, De Bory y Lavoisier. La conclusión definitiva fue la siguiente: “Comprobado que el fluido magnético
no puede ser reconocido por ninguno de nuestros sentidos y que no ejerce ninguna acción sobre uno ni sobre
los enfermos que se someten al mismo; que la imaginación sin magnetismo determina convulsiones, y el
magnetismo sin imaginación no produce absolutamente nada, hemos considerado que no existen pruebas
demostrativas de la existencia del fluido magnético animal.”

El informe fue redactado por Bailly, firmado por todos los miembros de la Comisión y entregado el 11 de agosto
de 1784. La Sociedad de Medicina entregó sus conclusiones cinco días más tarde, aunque la unanimidad de la
Comisión no fue total, puesto que Antoine Laurent de Jussiet se negó a firmar al considerar que había algo
misterioso en el magnetismo, que merecía la pena ser estudiado y descubierto. De esta forma se condenó
oficialmente, en el mundo dé la Ciencia, la existencia del magnetismo animal.

Mesmer, totalmente decepcionado y creyendo que había perdido su “poder magnético” lo había abandonado
lo abandonó todo y se marchó definitivamente de París. Durante un tiempo, Mesmer viajó. por Italia, Inglaterra
y Alemania, donde fue injustamente encarcelado. Puesto en libertad, se retiró a Suiza, donde permaneció casi
hasta su muerte curando a la gente modesta, a los campesinos y a los pobres y oyendo su música preferida. En
1802, Francia, en su deseo de desagraviar a Mesmer, le concedió una pensión oficial, en reconocimiento por
todo lo que había hecho en favor de la Humanidad y de la Ciencia. En 1812, la Academia de Berlín, que había
rechazado a Mesmer treinta y siete años antes, lo invitó a ingresar en ella con todos los honores, pero Mesmer
se negó. También lo rehabilitó la Academia de Prusia, al reconocerle sus méritos en el mismo año. Pero no se
presentó, y delegó en el Profesor Wolfart.

De nuevo en su tierra natal (Alemania), pasó los últimos días de su vida en Meersburgo, junto al lago
Constanza, donde murió el 5 de mayo de 1815.

Pese a todo lo que se ha dicho y escrito en contra de Mesmer, tachándolo de charlatán, no cabe la menor duda
de que fue un adelantado de la ciencia y piedra angular de la moderna hipnosis clínica. Surgieron muchos
imitadores del mismo, con lo cual se puso de moda la “mesmeromanía.” Los magnetizadores se depuraban
física y espiritualmente, para convertirse en receptores o polos del magnetismo de la Tierra.

Mesmer fue un auténtico revulsivo para el mundo científico. Cuando el general Lafayette visitó América en uno
de sus viajes, dijo a los americanos: “Traigo a América, además de armamento y municiones, el regalo más
preciado de Europa, el ‘mesmerismo,’ o sea, la munición más extraordinaria contra toda clase de
enfermedades y contra el dolor.” Así, de una manera tan simple, el magnetismo animal llegó a Estados Unidos
y se extendió poco a poco por el continente americano.

En París habían quedado tres discípulos aventajados y hombres de confianza de Mesmer: los hermanos
Puységur, nietos del mariscal de Francia, quienes aplicaban las mismas técnicas que su maestro. El mayor de los
hermanos, con el fin de suavizar los tratamientos y evitar las crisis que se producían en las cubetas, utilizó un
método menos violento y que ya anteriormente, como sabemos, había empleado el propio Mesmer.
Magnetizó un árbol (un olmo), y los enfermos que acudían a él se adormecían rápidamente, en lugar de
exaltarse al principio, como pasaba en las cubetas. Con este árbol, el marqués de Puységur obtuvo grandes
éxitos.

Armand Puységur (1751-1825) curó a un paciente llamado “Víctor” de un dolor en el pecho. El paciente cayó en
trance y se adormeció, pero, cosa extraña, sin dejar de moverse un solo instante (como un sonámbulo). Gracias

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a tal enfermo, el 4 de mayo de 1784 se pudo definir este particular estado como el «sonambulismo
magnético», aunque Puységur nunca pretendió haber superado a Mesmer, asegurando repetidamente que su
maestro ya conocía el estado de sonambulismo.

En 1813 el padre Faria, quien afirmaba haber adquirido todos sus conocimientos hipnóticos entre los yoguis de
la India y que tenía el título de “brahmin”, empezó por negar la existencia del fluido magnético, y lo
demostraba clavando la mirada en los ojos del sujeto, durante las exhibiciones públicas que solía ofrecer, y
gritando: “¡Duérmase!” Este nuevo sistema de inducción fue denominado por él fascinación.

A partir de Faria empezaron a aclararse las cosas y se formaron dos escuelas: la de los seguidores de Mesmer,
quienes creen en el fluido magnético, y la de los que niegan la existencia de cualquier tipo de fluido y aseguran
que todo consiste en el dominio de una conciencia sobre la otra. Todavía existen estas dos escuelas o
tendencias. Una de ellas es la hipnosis magnética, que cree en la existencia de un misterioso fluido magnético,
el cual puede ser proyectado por el ser humano. La otra es la de la hipnosis científica, y se basa en que todo
consiste en un fenómeno psicofisiológico.

2.1.3. Etapa Espiritista

a. El caso Fox:

El movimiento espiritista moderno apareció en un pequeño chalet de madera en el pueblo de Hydesville, en el


estado de Nueva York, el 31 de marzo de 1848.

Los hermanos Fox eran siete, pero sólo tres participaron en los hechos: Leah, que tenía treinta y cuatro años en
1848, Margaretta, de catorce, y Catherine, de doce. El relato definitivo del incidente, que hizo época, lo
proporcionó la madre cuatro días después en una declaración jurada, y ratificada como exacta por su marido.
Contó que la casa donde vivían provisionalmente había padecido temblores inexplicables en las paredes y
muebles, ruidos de pasos y golpes en las paredes y puertas. La familia llegó “a la conclusión de que la casa
debía albergar a algún espíritu inquieto y desgraciado.”

Cansada por las molestias, la familia se acostó temprano la noche del viernes 31 de marzo. Margaretta y
Catherine –las únicas que vivían aún con sus padres– sentían miedo de los ruidos y se habían instalado en la
habitación de sus padres. Sin duda, fue la presencia tranquilizadora de su padre y su madre lo que animó a las
chicas a responder con tanto descaro cuando comenzaron los golpeteos.

Las niñas oyeron los golpes y trataron de hacer un ruido parecido, chasqueando los dedos. Mi hija menor,
Cathie dijo: “Señor Slipfoot, ¡haga como yo!,” golpeando las manos. El sonido dio inmediatamente la misma
cantidad de golpes. Cuando ella se detuvo, el sonido cesó un rato. Entonces Margaretta dijo, en broma: «No,
haga como yo. Cuente uno, dos, tres, cuatro», golpeando las manos al mismo tiempo, y los golpeteos volvieron
como antes.

De esto pasaron gradualmente a comunicaciones más elaboradas, usando un código alfabético por medio del
cual se descubrió que los golpes eran obra de un espíritu; finalmente, la entidad se identificó como un
buhonero de treinta v un años que afirmaba haber sido asesinado en esa misma casa v cubos restos estaban
enterrados en el sótano.

Acudieron vecinos a verificar lo que ocurría: ellos también escucharon los golpes, hicieron sus propias
preguntas y recibieron respuestas. Al día siguiente llegaron más visitantes y por la noche, a petición del
espíritu, algunos hombres se pusieron a excavar en el sótano, para ver si podían comprobar la historia;
desgraciadamente el pozo se llenó de agua y hubo que abandonar el intento.

Para la familia Fox, en aquel momento, se trataba de la presencia de un fantasma. A lo largo de la historia se
han dado miles de relatos en que los muertos vuelven a la Tierra para transmitir mensajes o advertencias a los
vivos, pero en este caso aparecía un nuevo elemento: una conversación entre vivos Y muertos. Posteriormente
una historiadora del movimiento espiritista, Errima Hardinge Britteni, observó que eso significaba que no sólo
el buhonero supuestamente asesinado, sino legiones de espíritus, buenos y malos, encumbrados e inferiores,
podían comunicarse con la Tierra en ciertas condiciones incomprensibles para los mortales”.

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Al principio nadie entendió esas sutilezas, pero estaba claro que las hermanas Fox, de alguna manera, estaban
dotadas para recibir esas comunicaciones, los golpeteos sólo se presentaban en su presencia y, además,
ocurrían dondequiera que fueran ellas. Como sus vidas habían sido trastornadas por la publicidad, las niñas y su
madre se marcharon de Hydesville, se instalaron en casa de la hermana mayor Leah en Rochester pero los
golpeteos viajaron con ellas. Una y otra vez los mensajes insistían: “Habéis sido elegidas para comparecer ante
el mundo y convencer a los escépticos de la gran verdad de la inmortalidad.”

Las cosas avanzaron con extraordinaria rapidez. Mientras ellas vivían con su hermana Leah, en Rochester, los
espíritus explicaron a las chicas que debían alquilar el salón más grande de la ciudad y dar una demostración de
sus poderes: lo hicieron el 14 de noviembre de 1848. Ahora, por fin, todo el asunto había salido a la luz y
pronto se vio que la opinión pública estaba claramente dividida entre los adherentes entusiastas que habían
estado esperando una revelación de este tipo y los escépticos, no menos decididos, que veían estas
manifestaciones como una impostura en el mejor de los casos y como obra del demonio en el peor. Las
emociones estaban exacerbadas. Las chicas fueron ridiculizadas y sufrieron con frecuencia agresiones físicas;
hasta se atentó contra sus vidas. Cuando un comité investigó los fenómenos y no pudo encontrar pruebas de
superchería, sus conclusiones fueron ignoradas y se nombró un segundo comité, más severo. Cuando también
éste informó que no había encontrado pruebas de engaño, los enemigos de las chicas se enfadaron aún más.
Las hermanas Fox no podían llevar una vida normal. Se marcharon de Rochester a Troy, después a Albany,
capital del estado, y finalmente a Nueva York, donde llegaron en Junio de 1850.

A esas alturas habían aparecido otros mediums que pretendían emular a las hermanas Fox, pero ninguno
amenazó su preeminencia. Los fenómenos evolucionaron desde las preguntas y respuestas por medio de
golpes hasta la escritura automática y las manifestaciones en voz alta, culminando en la comunicación oral, en
la que los espíritus se «apoderaban» de las mediums. Los mensajes eran acompañados por toda clase de
fenómenos físicos: movimientos de muebles, teleportaciones, levitaciones de los asistentes o de la medium,
toda clase de ruidos y una amplia variedad de fenómenos luminosos. Una y otra vez, las hermanas fueron
puestas a prueba, con más severidad cuando Kate se sometió a las investigaciones de William Crookes mientras
visitaba Inglaterra. Crookes dio fe de su autenticidad con persuasiva insistencia.

Pero no todos estaban tan convencidos. Desde el principio, los escépticos afirmaron que las hermanas hacían
trampa. Nunca lograron demostrar sus afirmaciones, y las explicaciones que proponían eran, en general,
totalmente inadecuadas. Pero sus teorías iban a recibir un inesperado apoyo, primeramente de la familia de las
hermanas Fox y después de las mismas mediums.

Tres años después de aquellos acontecimientos que marcaron época, ocurridos el 17 de abril de 1851 en casa
de la familia Fox, en Hydesville (Estados Unidos), una tal señora Culver hizo unas declaraciones en Arcadia
(Nueva York) que causaron gran revuelo. Estaba emparentada con los Fox, ya que la hermana de su marido era
la esposa de David, hermano de las Fox. Declaró que durante dos años había creído sinceramente en la
comunicación por golpeteos; sin embargo, algo que vi en una visita que hice a las hermanas me hizo sospechar
que hacían trampa. Decidí que de alguna manera debía salir de dudas, y algún tiempo después me ofrecí a
Catherine para ayudarla en sus demostraciones. Catherine, al parecer, aceptó de buen grado su ofrecimiento, y
pasé a enseñarle cómo se hacían los trucos: Los golpes se producen con las puntas de los pies. Hay que utilizar
todos los dedos. Después de practicar durante casi una semana, con Catherine al lado enseñándome, también
yo fui capaz de producir estos golpes.

Hoy en día es imposible averiguar cuál fue el motivo de la revelación de la señora Culver. Puede que se tratara
simplemente de amor a la verdad, o que hubiera de por medio una cuestión de celos. A primera vista su
revelación no parece que pueda explicar todos los fenómenos relacionados con las hermanas Fox. Por otro
lado, es un hecho que se observó y examinó una y otra vez a las hermanas y que nunca fueron descubiertas en
flagrante impostura. Tal como señaló su defensor, Horace Greeley, editor del diario Tribune, era, en efecto,
posible que muchas cosas de las que ellas realizaban las pudiera hacer también un mago en el escenario. Sin
embargo éstos eran artistas profesionales con experiencia, y en cambio las dos niñas no poseían las mismas
habilidades que ellos, ni estaban entrenadas.

Sin embargo, los razonamientos de sus defensores y los resultados favorables de las investigaciones fueron
olvidados cuando el 24 de septiembre de 1888 Margaretta (entonces señora Kane) comunicó a un periodista
del New York Herald que tenía la intención de revelar que su actuación como medium había sido un engaño
desde el principio hasta el fin. Su hermana menor, Catherine (entonces señora Jencken) acudió desde Inglaterra
para apoyarla. El 21 de octubre se congregó en la Academia de la Música de New York una gran multitud que

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quería oír la confesión: Estoy aquí esta noche para denunciar, como una de las fundadoras del espiritismo, que
todo ha sido un engaño desde el principio al fin, que se trata de la más absurda de las supersticiones, la más vil
blasfemia conocida en el mundo.

El New York Herald describió la reacción: “Se produjo un terrible silencio. Todos sabían que se encontraban
ante la principal responsable del espiritismo, su fundadora, su más alta sacerdotisa y medium. Se puso de pie
sobre una pequeña mesa de pino, calzada sólo con medias. Mientras ella se mantenía inmóvil pudieron oírse
diversos golpes fuertes, tan pronto en las bambalinas, como detrás del escenario o en el pasillo... La señora
Kane se excitó. Comenzó a dar palmadas, a bailar y chilló. Es un engaño! ¡El espiritismo ha sido desde el
principio al fin una farsa! ¡No es más que un truco! ¡No hay nada de verdad en ello!” Siguió un torrente de
aplausos.

Ese hubiera debido ser el golpe mortal al movimiento de cuyo nacimiento Margaretta era responsable. No
obstante, pese a que la mayoría de los presentes quedaron convencidos, otros no, y sus reservas se vieron
justificadas al cabo de un año, cuando Catherine primero y Margaretta después se retractaron de su confesión.
Margaretta recalcó que todo lo que había dicho en contra del espiritismo era «absolutamente falso». Se negó a
decir quiénes la presionaron, pero mencionó que «altas jerarquías de la Iglesia Católica hicieron todo lo que
pudieron para que entrara en un convento». De hecho, se había convertido al catolicismo poco después de la
muerte de su marido.

También culpó a su hermana Leah, acusándola de haberlas arrastrado a ella y a Catherine en ese asunto. Pudo
muy bien ser que Leah animara a sus hermanas menores y que, siendo la que tenía más sentido práctico y
visión del futuro, tomara la decisión de embarcarse las tres en un tipo de vida en el que el stress emocional y
social era inevitable. No obstante, nunca anteriormente sus hermanas habían mostrado resentimiento.

¿Cuál era, pues, ¿la verdad que se escondía detrás de la confesión y posterior retractación? Indudablemente, si
Margaretta era capaz de producir sobre el escenario golpes simulados, demostrando así sus facultades para
engañar al público, hay motivos más que suficientes para pensar que también utilizó estos trucos durante sus
actuaciones como medium. La sospecha de que, al menos algunas veces, hacía trampa fue confirmada por una
fuente inesperada: su marido. El explorador del Ártico Elisha Kent Kane se había enamorado de Margaretta
cuando ésta contaba sólo 13 años de edad. En contra de la voluntad de su familia la estuvo cortejando durante
tres años, hasta que finalmente se casó con ella. A su muerte, Margaretta publicó las cartas y versos que él
había escrito durante aquellos años. Contenían abundantes pruebas de que su marido creía que hacía trampas.
“Oh, Maggie –escribió en una carta– ¿no te cansas nunca de esta monotonía sin fin de continuos engaños?” Y
en otra: “No puedo soportar el pensar que estás enredada en un asunto de maldad y engaños.”

El hecho de que Margaretta autorizara la publicación de estos documentos acusatorios sugiere que era
consciente de haber estado empleando trucos. Sin embargo, si aceptamos la declaración hecha en 1888 de que
todo fue un engaño desde el principio al final, nos encontramos casi con tantas cuestiones por resolver como si
aceptamos que todo es verídico. Una de las personas más famosas que se sentaron junto a las hermanas Fox
fue la cantante Jenny Lind, que distinguió entre los fenómenos físicos y mentales: “Aunque vosotras fuerais
capaces de producir estos sonidos, es imposible que contestéis las preguntas que me han sido contestadas esta
noche.”
Nos han quedado docenas de testimonios contemporáneos de gente convencida, a menudo en contra de su
escepticismo inicial de las cualidades psíquicas de las hermanas Fox. Esto no significa que las actuaciones de las
hermanas se aceptaran como lo que pretendían ser. Muchas personas entre ellas, Horace Greeley, admitían la
veracidad del fenómeno como tal, pero mantenían una opinión más abierta con respecto a su naturaleza: Sea
cual sea el origen o la causa de los golpeteos, lo que es un hecho es que las señoritas en cuya presencia se dan
estos ruidos no los producen. Las señoritas afirman haber sido informadas de que esto no es más que el
comienzo de una nueva era, en la cual los espíritus encarnados estarán más estrecha y claramente conectados
con aquellos que han adquirido inmortalidad. De todo esto no sabemos nada, ni podemos aventurar nada. Pero
si nos limitáramos a escribir las preguntas que hicimos y las respuestas que obtuvimos durante una sesión, se
nos acusaría de haberlo hecho adrede para apoyar la teoría que considera estos fenómenos como
manifestaciones de espíritus difuntos.

Parece razonable atribuir las “confesiones” de las dos hermanas menores a los avatares de su vida personal:
ambas eran aún colegialas cuando todo comenzó; ambas habían sido catapultadas desde un oscuro medio rural
hasta una posición prominente en una de las ciudades más grandes del mundo. El trágico fin de la romántica
historia de amor de Margaretta hubiera desequilibrado a cualquier muchacha menos vulnerable. Margaretta se

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dio a la bebida y a la droga, como había hecho su hermana antes de casarse con el abogado Heriry Jencken. A
pesar de que este matrimonio le dio dos hijos, terminó también con la temprana e inesperada muerte del
marido. En estas circunstancias, y quizás influenciadas también por los enemigos del espiritismo, no es de
extrañar que las dos hermanas –ninguna de las cuales fue nunca muy inteligente– llegaran a un estado de
confusión en el que la verdad y la falsedad se confundían.

En 1904, cuando todas las hermanas Fox habían muerto, una de las paredes de su vieja casa de Hydesville se
derrumbó. Entre las ruinas se encontró los restos de un cadáver. Fue imposible identificar a quién había
pertenecido el cuerpo. Sin embargo, constituye una curiosa afirmación del «mensaje» que habían recibido las
hermanas Fox medio siglo antes.

b. La codificación Kardeciana:

Hippolyte Léon Denizard Rivail, más conocido hoy bajo el seudónimo de Allan Kardec, nació en Lyon, Francia,
en 1804. Su padre, un distinguido jurista y juez local, quería darle la mejor educación posible, de modo que a
los 10 años lo envió al Instituto Yverdon en Suiza, fundado y dirigido por J.H. Pestalozzi (1746-1827), el hombre
que logró revolucionar la educación europea.

Convencido de que la intuición es la fuente de todo conocimiento, Pestalozzi estimulaba a sus discípulos para
que se desarrollaran como individuos, al tiempo que les sometía a un programa extensísimo que comprendía
10 horas diarias de lecciones sobre todos los aspectos de las artes y de las ciencias. Aquellos que, como Rivail,
procedían de familias católicas, recibían también instrucción religiosa. Rivail permaneció seis años en Yverdon y
esta estancia influenció profundamente el curso de su vida. Pronto decidió convertirse en profesor, para
difundir los trabajos de Pestalozzi en Francia, y abrió su propia escuela en París en 1826. Para entonces ya
había publicado el primero de lo que sería un total de 22 libros de texto sobre gramática francesa, matemáticas
y reforma educativa. También inició una serie de cursos gratuitos sobre ciencias, que mantuvo durante 10
años.

Obligado a cerrar su escuela en 1834 por motivos económicos, Rivail tuvo que trabajar como contable para
mantener a su familia, aunque continuó dando clases particulares gratuitas en su casa, y, a principios de la
década de 1850, durante la que su carrera sufriría un cambio radical, era un educador conocido, progresista y
librepensador. Anna Blackweil, que tradujo algunos de sus libros al inglés, le recordaba “más parecido a un
alemán que a un francés.” Era, decía, un hombre enérgico y perseverante, pero frío y cerebral, incrédulo por
naturaleza y por formación, y un razonador agudo y lógico. Llevaba una vida tranquila y modesta y era muy
trabajador; nadie veía en él al futuro fundador de una nueva doctrina espiritualista.

Pero en 1848, en los Estados Unidos, habían sucedido unos hechos que iban a cambiar toda la filosofía de Rivail
y a influenciar la de millones de otras personas. En el hogar de la familia Fox, en Hydesville, Nueva York, las
mesas se movían solas y se oían misteriosos golpecitos, que aparentemente provenían de los «espíritus» de los
muertos. Esto significó el surgimiento del movimiento espiritualista, que iba a hacer furor en París, así como en
otras ciudades europeas.

Rivail, a pesar de que sentía interés por todos los temas, se mostró al principio muy escéptico. En unos de sus
primeros libros había escrito: “Si se han estudiado las ciencias, hay que reírse ante la credulidad supersticiosa
de los ignorantes y no es posible creer en fantasmas», y cuando, en 1854, un amigo le dijo que las mesas no
solo saltaban, sino que transmitían mensajes de los muertos, Rivail replicó: “Sólo lo creeré cuando lo vea.”

No parece que estuviera ansioso por verlo, porque hasta el año siguiente no asistió a una sesión, donde
presenció una demostración de “escritura en cesta,” una forma primitiva de escritura automática, en la que las
manos de los asistentes se colocaban dentro de una cesta, a través de la cual era conducido sin lápiz. “Pude
darme cuenta –recordó más adelante–, de que había algo serio tras aquella aparente trivialidad... corno la
revelación de una nueva ley, que decidí investigar a fondo.”

Lo hizo sin perder tiempo, y pronto observó que, mientras los mensajes recibidos en las sesiones eran a
menudo frívolos, invariablemente adquirían un tono serio cuando se dirigían a él personalmente. Su amigo, el
autor teatral Victorien Sardou, le pidió que revisase unos libros de notas tomadas por el grupo con el que él
había estudiado los fenómenos espiritualistas durante cinco años. Rivail quedó impresionado por “la sabiduría
y la caridad que emanaban de las comunicaciones serias,” y emprendió una intensa serie de sesiones con una
medium llamada Japhet, en las que propuso una serie de preguntas para que los espíritus las contestaran.

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El año siguiente, publicó más de 500 preguntas, respuestas y comentarios personales bajo el título de Le Livre
des Esprits [El libro de los espíritus], que revisó y aumentó tres años más tarde. Se publicó bajo el nombre de
Allan Kardec, un nombre tomado de la ascendencia bretona de Rivail, y que al parecer fue elegido por los
propios espíritus. Así, Rivail se convirtió en Kardec, y cuando murió en 1869 había escrito o, como él prefería
decir, había “compilado y ordenado,” cinco libros y dos monografías, insistiendo en que el contenido principal
no provenía de su trabajo, sino del de numerosos espíritus «avanzados» que se comunicaban a través de
diferentes mediums.

Sus obras principales fueron: El libro de los espíritus (1857 y 1860), El libro de los médiums (1861), El Evangelio
según el espiritismo (1864), Cielo e infierno (1865) y Génesis (1867). También fundó, editó y escribió gran parte
de la revista Revue Spirite, hasta su muerte en 1869.

A pesar de su fe inconmovible en la comunicación con los espíritus de los muertos, la filosofía de Kardec no
formaba parte de la corriente espiritualista sino que era, según sus palabras, espiritista. La diferencia era crucial
para los seguidores de ambas filosofías, y les condujo por caminos muy distintos.

La premisa básica del espiritismo kardeciano es que hay dos mundos que contienen seres materiales e
“incorpóreos,” respectivamente. El espíritu es una sustancia formada por materia «quintaesenciada» que está
fuera del alcance de nuestros cinco sentidos normales, que se une con el cuerpo físico mediante un cuerpo
intermedio, semimaterial, llamado “periespíritu.” Al nacer, tomamos formas temporales, materiales, y cuando
éstas son destruidas por la muerte física, el espíritu permanece, para reaparecer quizá en otra reencarnación.
Nuestro propósito es evolucionar hacia la perfección, y nos reencarnamos tan a menudo como sea necesario
para lograrlo. Todos somos la suma de lo que hemos sido, lo que hemos hecho o pensado en vidas anteriores, y
todo el proceso, según Kardec, no es milagroso ni sobrenatural, sino que es el resultado de leyes naturales e
inmutables.

Mientras que el espiritualismo, tal como lo veía Kardec, simplemente manifestaba una creencia en algo más
allá de la materia, el espiritismo trataba de la “relación del mundo material con los espíritus,” entidades reales
que están siempre en contacto con nosotros. Kardec nunca pretendió que fuese una nueva religión, sino una
filosofía racional basada en hechos demostrados repetidamente que recuperaba el sentido original de todas las
religiones. No pretendía, como alegaban sus críticos, sustituir al cristianismo. “La moral del espiritismo no es
diferente de la de Jesús,” escribió, añadiendo que, tal como la enseñanza de Jesús recuperó las de Moisés, el
espiritismo era una recuperación de principios cristianos básicos que habían sido abandonados por la mayoría
de las iglesias establecidas. “¿Por qué –preguntaba– se practican tan poco las enseñanzas morales de Cristo? ¿Y
por qué aquellos que proclaman la sublimidad de las mismas son los primeros en transgredir la primera de sus
leyes, la de la caridad universal?”

Los libros de Kardec forman el estudio más claro y extenso del mundo invisible escrito hasta el momento. Es
interesante compararlos con los escritos de Emanuel Swederiborg y los de Andrew Jackson Davies “el vidente
de Poughkeepsie,” cuyo Principios de la naturaleza se publicó en 1847. Aunque los tres profundizaron en un
mismo campo, Kardec es el único que no era ni un medium ni un místico, sino un recopilador de escritos salidos
de otras manos. Su propia contribución a estos libros se limita a comentarios sobre el material recibido, y en
éstos se presenta como un hombre razonable e inteligente. Como él mismo decía: “estudié los hechos con
cuidado y perseverancia, los coordiné y deduje de ellos sus consecuencias.”

Kardec fue uno de los primeros investigadores psíquicos serios, y encontró tiempo además para estudiar
fenómenos paranormales de muchos tipos en toda Francia. Veinte años antes de la fundación de la Society for
Psychical Research, publicó relatos detallados, en la Revue Spirite y en El libro de los mediums, de varios casos
excelentes que a menudo olvidan los historiadores. Escribió extensamente sobre el medium Jean Hillaire, el
curandero Jacob el Zuavo, la posesión masiva de la ciudad de Morzine y varios ejemplos de lo que ahora
llamamos actividad poltergeist. Mantuvo correspondencia con D.D. Home, el psíquico inglés, a quien admiraba
mucho, y fue testigo de multitud de fenómenos paranormales, llegando a ver una mesa, de 100 kg balancearse
en un ángulo de 45 grados sobre una sola pata. Pero le interesaban menos estos fenómenos que sus
implicaciones.

Todo efecto inteligente, argumentaba, debe tener una causa inteligente, y había evidencia más que suficiente
en favor de la realidad de la comunicación con los “muertos.” Pero esto no quería decir que hubiera que
aceptar todo lo que éstos dijeran o escribieran. “No faltan escritores en el mundo invisible –decía– pero, como

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en la Tierra, escasean los buenos.” Algunos espíritus, comentó, “saben menos que nosotros en la Tierra». El
investigador debía ser «crítico y lógico.”

Kardec murió mucho antes de la edad de oro de la psicología francesa y de la primera psiquiatría, en la que
pioneros como Janet, Charcot y Bernheim proporcionaron un enfoque más clínico para estudiar las
anormalidades hasta entonces inexplicadas de la experiencia humana (muchas de las cuales continúan siendo
aún hoy un misterio). Se puede creer que, a pesar de su honestidad e inteligencia, fue simplemente engañado
por astutos falsos mediums. Pero no parece probable, por dos razones principales. Primera, los fenómenos que
explicó y las conclusiones a las que llegó fueron esencialmente las mismas que las de otros investigadores,
algunos de ellos grandes científicos, como Robert Hare en los Estados Unidos o Alfred Russell Waltace y más
adelante Sir William Crookes, en Inglaterra, quienes hubieron de modificar sus creencias a causa de lo que
habían presenciado.

Segunda, tal como insistía el propio Kardec, lo importante era lo que decían los mensajes mejores de los
espíritus, no el fenómeno en sí. El mensaje, de hecho, y no el medium era lo importante. “Pueden reírse de las
mesas que se mueven, pero nunca se reirán de la filosofía, la sabiduría y la caridad que emanan de las
comunicaciones serias.”

Como era de esperar, Kardec no fue muy apreciado por la Iglesia Católica, que incluyó su obra en el Index
librorum prohibitorum en 1866, pero aun así él replicaba a menudo con todo detalle a las críticas. Una vez
agradeció a un sacerdote haberle atacado “educadamente y en un francés más o menos correcto», y cuando en
1861 quemaron un montón de obras suyas en Barcelona, comentó simplemente, «pueden quemar libros, pero
no ideas.”

Sus libros se han seguido publicando en varias lenguas, y sus ideas han tenido una influencia considerable en
diversos países, especialmente en Brasil, donde el movimiento espiritista pronto ganó respetabilidad gracias
sobre todo al apoyo del doctor y estadista Adolfo Bezerra de Meneses. Hoy, las estadísticas estiman que más
de 20 millones de brasileños practican el espiritismo y, de acuerdo con lit insistencia de Kardec en la caridad
como su deber primordial, han llevado a cabo algunas de las obras .sociales más importantes del mundo.

Brasil posee ahora grandes hospitales que combinan el tratamiento médico y el espiritual, orfelinatos, centros
de enseñanza para rnediums y curanderos y lugares de reunión públicos donde se imparte gratuitamente
consejo y cuidados a todo aquel que lo solicita. En uno de ellos, en el centro de Sáo Paulo, 200 mediums
voluntarios atienden cada día a 1000 personas. Se han vendido varios millones de ejemplares de los libros de
Kardec y de otros inspirados por éstos, y el retrato de Kardec ha aparecido tres veces en los sellos brasileños.
Este honor habría quizá molestado al hombre que escribió, en la «Conclusión» de El libro de los espíritus: “En
que consiste el trabajo especial característico del espiritismo moderno? En hacer un todo coherente de lo que
hasta ahora ha estado esparcido; en explicar, en términos claros y precisos, lo que hasta ahora hit estado
oscurecido por el lenguaje alegórico, en eliminar los productos de la superstición y de la ignorancia de las
creencias humanas, dejando sólo lo que es real y verdadero.”

c. Tipos de mediumnidad:

Desde el punto de vista de las reacciones del médium, las variaciones individuales de sus tonalidades
perceptivas y la profundidad del trance, la facultad puede ser consciente. Ocurre cuando el trance es
superficial, no ha alcanzado mucha profundidad, el médium sabe lo que está ocurriendo y al concluir la
manifestación recuerda todos sus detalles. Muchas veces sufre un drama íntimo, se siente confundido y duda
sobre el origen de los mensajes, ya que no está seguro sobre si provienen de un espíritu o de su propio ser
interior, y la duda también se apodera de quienes le acompañan. El mensaje puede ser transmitido en un
idioma conocido o desconocido por el médium. También el médium puede en algunas ocasiones adoptar
posturas o inflexiones vocales características del espíritu.

I. Mediumnidad escribiente o psicógrafo: El espíritu comunicante impulsa la mano del


médium y va trazando sobre el papel su mensaje. Cuando el médium es totalmente inconsciente de lo que
escribe se le llama médium mecánico ya que el espíritu mueve la mano del médium como si fuera una
herramienta, aisladas de la conciencia, de la voluntad y del control del médium. La acción del espíritu se ha
proyectado directamente sobre la región periespiritual que corresponde al brazo del médium, pasando a tener
control sobre sus movimientos. En ocasiones, algunos médiums escriben con las dos manos simultáneamente,
dando curso a dos mensajes diferentes provenientes de entidades distintas.

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II. Mediumnidad vidente: El médium percibe la visión de los espíritus o de elementos
pertenecientes a su entorno. El vidente no capta por medio. de la visión física, ya que puede hacerlo tanto con
los ojos cerrados como abiertos, a plena luz o en absoluta oscuridad. En el análisis de los contenidos que son
captados por los videntes, debe tomarse en cuenta que en muchos casos se trata de ideoplastías,
pensamientos-formas que son ideados por los espíritus, y que deben ser descifrados o interpretados pues son
de carácter simbólico. Figuras tales como paisajes, objetos, flores, animales, rostros, los colores en sí mismos,
son recursos de que se valen los espíritus para ofrecer sutiles recomendaciones.

III. Mediumnidad auditiva: El médium escucha la voz de los espíritus o diversos sonidos
producidos por ellos. Muchas personas poseen esta facultad de oír palabras, ruidos y hasta comunicaciones
enteras, transmitidas por los espíritus, al punto de poder seguir una conversación con el ser Invisible como si se
tratara de un encarnado. Los médiums auditivos confiesan que oyen bajo una forma distinta la voz de los
espíritus, afirmando que la voz del encarnado la captan con su aparato auditivo, mientras que la del espíritu la
sienten en su interior, como si fuera “dentro de su cerebro”, sugiriendo esto la acción del mediador
periespiritual.

IV. Mediumnidad intuitiva: El médium capta en estado consciente las ideas que el
espíritu le transmite, sirviéndole de traductor o intérprete, con sus propias palabras. Tiene como variedad, la
mediumnidad de inspiración, en la cual es más difícil distinguir las ideas propias del médium de las sugeridas
por el espíritu. Entre los conferencistas artistas, escritores y personas sensibles habituadas a la práctica de la
meditación es muy frecuente la inspiración, manifestada como sintonía de pensamientos ofrecidos por los
espíritus, así como captaciones no úricas que penetran en otras dimensiones psíquicas, mas allá de nuestro
espacio y nuestro tiempo, donde fluyen corrientes superiores de pensamientos.

V. Mediumnidad de efectos físicos: abarca los fenómenos que se traducen en


manifestaciones materiales visibles, tangibles, particularmente la formación de cuerpos, aparición de objetos,
su modificación estructural o traslado de lugar, por la exteriorización en el médium de una fuerza que obra
sobre la materia y la modifica, bajo el influjo de la voluntad de las entidades espirituales que intervienen. Se la
ha llamado también mediumnidad objetiva. Estas son sus principales divisiones.

 Mediumnidad de aportes: Los espíritus provocan la penetración de objetos en lugares completamente


cerrados, haciendo uso de la energía del médium. Los aportes pueden verificarse en la oscuridad o a plena luz.
Algunos han sido bien observados y bien examinados en sesiones experimentales en las cuales se cumplen
rigurosas condiciones de control. Ante la vista de los presentes, aparece de pronto un objeto que con
anterioridad no se hallaba en el ambiente, no importa la distancia desde la cual haya sido traído ni la naturaleza
ni el tamaño del objeto mismo.Mediumnidad de materialización: Los espíritus se hacen temporalmente
tangibles y visibles, en forma parcial o total, adquiriendo los contornos o las formas que tuvieron en vida.
También los espíritus pueden aprovechar recursos de la naturaleza, a manera de porciones de energía
ectoplásmica provista por los animales, los vegetales y los minerales, las cuales fueron denominadas por
Guimaraes Andrade: ectozooplasma, ectofitoplasma y ectomineroplasma.

VI. Mediumnidad de voz directa: Los espíritus hacen oír su voz, sin servirse de los
órganos de fonación del médium. A solicitud de los espíritus se puede colocar, dentro de la sala en que se
realiza la reunión, una corneta. la cual es levitada por la acción espiritual, y valiéndose de ella, se expresan
físicamente en forma de voces, las entidades espirituales. Generalmente, los espíritus hablan con su propia voz,
la cual es amplificada por la corneta. Algunas veces se manifiestan varias voces al mismo tiempo.

VII. Mediumnidad de levitación: Debido a la acción de los espíritus, se produce el alzamiento y suspensión
en el aire, de personas, animales u objetos, empleando la energía de los médiums. Cuando ocurre la levitación
del médium, éste generalmente se encuentra en trance profundo. En algunos casos se han observado
formaciones ectoplásmicas luminosas que elevan y sostienen los objetos o seres en el aire, las cuales han sido
denominadas “palancas fluídicas.”

VIII. Mediumnidad curativa: Los espíritus realizan diversas curaciones físicas y psíquicas, valiéndose de
médiums especialmente dotados. Esta facultad varía desde el diagnóstico, expedición de recetas, aplicaciones
magnéticas, alivio de síntomas diversos, hasta las espectaculares intervenciones quirúrgicas, que pueden
realizarse a nivel del cuerpo físico y también en el campo periespiritual, desde el cual se refleja a nivel

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somático, ya que las alteraciones o disfunciones que están ocurriendo en el periespíritu se traducen en
enfermedades orgánicas. Existen muchas y variadas formas de curación psíquica, anímica, que no pueden
catalogarse de mediúmnicas, dado que la energía o los fluidos curativos son proporcionados por el propio
sujeto, sin intervención espiritual, tales como la aplicación del magnetismo, las vibraciones mentales para la
cura a distancia o el psicodiagnóstico paranormal.

2.1.4. Etapa Metapsíquica

a. La orientación inglesa. En 1869, la Sociedad Dialéctica de Londres, bajo la presidencia de Sir John Lubbock,
decidió incluir en el cuadro de sus investigaciones a los fenómenos físicos supranormales. Un comité, surgido
de su seno, trabajó sin médium, en el domicilio particular de sus miembros, para tener el máximo de
seguridades contra el fraude. En esas condiciones los observadores obtuvieron “raps” y movimientos de la
mesa, con y sin contacto, y luego respuestas a las preguntas efectuadas por medio de golpes que respondían a
un código. Los delegados llegaron así a una conclusión (bajo su responsabilidad personal, pues la Sociedad se
negó a hacer suyo el informe) favorable a los fenómenos llamados espiritistas. Acerca de su origen fueron
discretos y se limitaron a afirmar que existe una fuerza capaz de mover cuerpos pesados sin contactos
materiales, y que esta fuerza depende, de una manera todavía desconocida, de la presencia de seres humanos.

Los estudios de Sir William Crookes: El eminente químico y físico inglés, miembro de la Sociedad Real de
Londres, se encontró en 1869 con el médium escocés Dunglas Home. Este encuentro fue seguido por una serie
de experimentos psicofísicos cuyos resultados fueron:

 La alteración del peso del médium.


 La ejecución de melodías sin contacto de las manos sobre diversos instrumentos de música: acordeón
encerrado en una jaula, armónica, guitarra, pianos cerrados con llave, etc.
 Movimientos de objetos y muebles alejados del médium.
 Elevación en el aire del médium.
 Fenómenos luminosos: globos, llamas, nubes, luces.
 Materializaciones, generalmente parciales: miembros, órganos humanos vaporoso o carnales, luminosos u
oscuros, a veces totales, bajo la forma de fantasmas.
 Transferencia de materia a través de, la materia: una campanilla pasa desde la habitación vecina a la de la
experiencia, a través de la puerta; una flor se separa por sí misma de un. ramo y pasa a través de la mesa.

Los experimentos se escalonaron entre 1870 y 1873. El sabio creó una serie de complicados aparatos para
medir con precisión cada categoría de fenómenos y asegurarse de su realidad. Home se prestó
voluntariamente a todas las exigencias. Al final de estas investigaciones, William Crookes dedujo
prudentemente que existe una fuerza asociada de una manera aún inexplicable al organismo humano.

En 1873, William Crookes encontró en Londres una joven médium de diecisiete años, Florence Cook. Desde las
primeras manifestaciones de su Florence Cook o, mejor dicho, sus testigos, habían visto materializarse cerca de
ella un fantasma vestido de blanco, extraordinariamente completo y activo que decía llamarse Katie King y
tomar a la muchacha bajo su protección. Las observaciones se multiplicaron en la casa del mismo Sir William
Crookes, con todas las precauciones posibles: el sabio pudo asegurarse con sus propias manos de la realidad
tangible del fantasma, cortar un bucle de sus cabellos, y un trozo de su túnica y contemplar a la luz de su
lámpara de fósforo a Katie King sonriente y festiva, esbelta, rubia y clara con su túnica blanca, al mismo tiempo
que su médium dormida Florence Cook, pequeña y morena, vestida de terciopelo negro o de merino azul. El
jueves 21 de mayo de 1874, después de haberse manifestado durante tres años, Katie King se despidió
largamente de la asamblea antes de desaparecer para siempre, en la fecha fijada desde su primera aparición.

Este extravagante testimonio debido a la pluma de Sir William Crookes, produce evidentemente cierta
perplejidad. El mismo lo termina con su célebre frase: “No digo que esto es posible, digo que es.” Lo volvemos
a encontrar en 1898 como presidente de la Society for Psychical Research y orientado hacia otro camino, la
telepatía o acción a distancia de un pensamiento sobre otro. Inspirado por sus investigaciones eléctricas,
amplía la hipótesis del éter y sus vibraciones: basta con admitir que el pensamiento hace vibrar ese éter en el
cual estamos totalmente sumergidos.

Hacia el año 1873, en Cambridge mientras el materialismo que había terminado por invadir nuestras costas
estaba por así decirlo en su apogeo, un pequeño círculo de amigos se agrupó a su alrededor para investigar las
manifestaciones de un mundo espiritual fundándose en la hipótesis uniformista es decir que, si existe un

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mundo espiritual y si ese mundo ha sido, en cualquier época, capaz de manifestarse y de ser descubierto, lo
mismo debe ocurrir en cualquier otra oportunidad.

Las investigaciones se ampliaron como una bola de nieve. Los hechos recogidos parecieron tan notables que,
por extensión, se fundó en 1882, por iniciativa de William Barret, de Dublin, y de J. Romanes, la Society for
Psychical Research (SPR). Su objeto consistía en arrojar alguna claridad en todo ese conjunto conocido bajo el
nombre de mesmerismo, espiritismo, telepatía, transmisión del pensamiento, etc. La primera de las finalidades
anunciadas era el examen de la naturaleza y amplitud de la influencia que una mente puede ejercer sobre otra
excluyendo todo modo de percepción generalmente reconocido. Para decirlo de otra manera, en su sentido
más amplio el estudio de la telepatía. Las más distinguidas personalidades de la época prestaron su patrocinio.
Sucesivamente fueron presidentes: Henry Sidgwick, Balfour Stewart, William Crookes, William James y A. J.
Balfour.

La labor realizada por la SPR en pocos años fue enorme: reunión y acumulación de hechos y documentos, su
examen y análisis riguroso, confrontación de las fechas y los lugares con los documentos oficiales, actas de
estado civil, participaciones y recortes de la prensa. Interrogatorio y confrontación de testigos, investigaciones
referentes a su buena fe, su veracidad y estado físico, intelectual y moral. Eliminación de los hechos falsos o
dudosos, discusión de los errores. Comprobación de los hechos considerados indiscutibles, por la experiencia,
toda la extensión de las posibilidades.

Esto condujo rápidamente a la publicación de los numerosos volúmenes de los Proceedings de la Society for
Psychical Research, y del Journal de la Society for Psychical Research. En 1886, sus colegas encargaron a
Edmund Gurney, ya conocido por sus trabajos referentes a la psicología fisiológica y al hipnotismo, que sacara
las primeras conclusiones de ese conjunto de documentos. Fredéric William Henry Myers y Frank Podmore
aportaron su colaboración a la obra titulada The Phantasms of Living en 1891, traducida al francés y abreviada
bajo el título Les hallucinations télépathiques.

Resumiendo, las investigaciones tuvieron dos fases: De 1876 a 1882, experimentos acerca de la transmisión del
pensamiento en estado normal; de 1882 a 1890, acumulación de testimonios que vinculaban las transmisión
experimental del pensamiento con la telepatía espontánea. La encuesta de Gurney permite diferenciar con más
precisión las alucinaciones telepáticas. La alucinación puramente subjetiva es cosa de enfermos. No es rara en
el terreno patológico. Quienes la padecen la experimentan en general con frecuencia, y son muy tenaces:
muchos enfermos viven con sus personajes imaginarios. Las alucinaciones auditivas son mucho más frecuentes
que las visuales, y los casos en que la forma o la voz son reconocidas no constituyen la regla. Por el contrario, la
alucinación telepática es rarísima. En los testimonios recogidos, cuando intervino la alucinación telepática, los
sujetos gozaban de buena salud (veinticuatro personas levemente enfermas sobre cuatrocientos ochenta y
nueve casos observados). El fenómeno fue excepcional y muy generalmente único en la vida del sujeto. Fugaz,
desde pocos segundos a pocos minutos. Frecuentemente visual, y la forma o la voz fueron reconocidas con
frecuencia. Y finalmente el carácter distintivo, lo mismo que con los sueños: la coincidencia con la realidad fue
casi siempre la muerte del agente, en una enorme proporción: trescientos noventa y nueve casos sobre
seiscientos sesenta y ocho casos relatados en la obra. Ahora bien, las estadísticas de muerte accidental de la
población masculina daban entonces una proporción del 5%.

La telepatía es un hecho demostrado por la experiencia (transmisión experimental del pensamiento) , y por la
observación (casos espontáneos) . Se produce con más frecuencia cuando el agente se encuentra en un estado
de grave crisis, enfermedad, peligro de muerte o muerte. La muerte no parece desempeñar un papel
específico, salvo como crisis única, suprema, privilegiada en la existencia de una persona: “El momento de la
muerte es el centro de un grupo de experiencias singulares, algunas de las cuales preceden mientras que otras
siguen a la muerte”. En resumen, se trata de un estudio serio, crítico y sereno. Observaciones interesantes,
pero en cuanto a explicaciones, una serie de puntos de interrogación.

Gurney falleció poco antes de la publicación de su obra. Su colaborador y amigo Frederic Myers recogió los
mismos elementos y, movido por el presentimiento de su propio fin (1901), abandonando la prudencia y la fría
reserva que habían caracterizado los trabajos de su predecesor, publicó sus reflexiones y sus hipótesis de
espiritista. En ella se aventuran todas las conclusiones y perspectivas que de intento no aparecían en la obra de
Gurney. La Personalidad Humana es una obra sorprendente, plena de ricas ideas relativamente originales y
hasta fecundas.

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Todo hombre es a la vez profundamente unitario e infinitamente complejo. Hereda de sus antepasados
terrestres un organismo múltiple y, por así decirlo, colonial, polizoico y quizás también polipsícluico en el más
alto grado, pero al mismo tiempo un alma o un espíritu absolutamente inaccesibles a nuestros medios actuales
de análisis y que dirige y unifica ese organismo. Alma que se ha originado en un medio espiritual o metaetéreo
y que, aunque se encuentre encarnada en un cuerpo, sigue en comunicación con ese medio y regresa a él
después de la muerte corporal. El alma se encuentra en el origen mismo de la vida, la fuerza de cohesión y de
sustentación, realizando la síntesis psíquica de la personalidad humana. La telepatía mostraría solamente uno
de sus aspectos, una ley análoga a la ley de gravitación del mundo material. El sueño no es una fase negativa y
estéril de la actividad, una simple reducción de las sensaciones, las percepciones y las reacciones motrices.
Posee un poder reparador único. El control muscular no está suprimido, y las percepciones son vivas, tanto
desde afuera como desde adentro: una digestión difícil, unos ruidos, provocan sueños específicos. El sueño
permite también la existencia de una hipermnesia o una exaltación de las emociones. El enriquecimiento de la
memoria va acompañado de facultades de reflexión, de argumentación y hasta de razonamiento matemático
que escaparían a nuestra conciencia vigílica: todos hemos encontrado durante el sueño la solución de toda
clase de problemas que nos habían atormentado en vano durante el estado de vigilia.

La American Society for Psychical Research constituyó la réplica norteamericana de la de Cambridge. Sus
experiencias más celebres tuvieron como médium a Mrs. Piper, que comenzó su carrera en 1884. Mrs. Piper
era esencialmente una psicómetra: teniendo en la mano algún objeto absolutamente insignificante, describía el
retrato físico y moral, las ocupaciones, las costumbres, y los sucesos pasados, presentes o futuros de la vida de
su propietario. Pero siempre, según lo manifestaba, por intermedio de personalidades diversas, espiritoides e
inmateriales, que le dictaban sus respuestas. La más frecuente y perspicaz, aunque no la única, era el Dr.
Phinuit. A veces alguno de sus controles, como ella los llamaba, al no encontrarse en condiciones de responder,
iba a buscar a algún otro habitante del espacio, mejor informado. Los primeros estudios del caso Piper fueron
publicados por Hodgson y William James y, después de la muerte de Hodgson, por William James solo. Las
observaciones fueron continuadas con infatigable paciencia en todos los terrenos, por el profesor Hyslop.

a. La orientación francesa

En 1854, la Academia de Ciencias de París, con Chevreul, Faraday, Babinet y otros, se declaró no solamente en
contra del espiritismo, sino contra los fenómenos paranormales como tales. Éstos eran destruidos por un doble
ataque: o bien se reducían a hechos conocidos, movimientos inconscientes o movimientos nacientes, o bien no
existían y no eran más que alucinaciones y supercherías. Una larga serie de metapsiquistas, entre los cuales
Francia ocupó posiblemente el primer lugar, se dedicó apasionadamente a descifrar esos fenómenos
rechazados por la ciencia oficial.

En 1853, de setiembre a noviembre, el conde de Gasparín experimentó con las mesas giratorias en Valleyres
(Suiza). Por su fecha y por el método riguroso de investigación y de notación, estas experiencias son las
primeras a las que se puede calificar como serias. Demostrar que el fenómeno de las mesas giratorias es real y
de una naturaleza puramente física, que no se puede explicar por la acción mecánica de nuestros músculos, ni
por la acción misteriosa de los Espíritus.

Solamente tienen una convicción invencible quienes han sentido producirse bajo sus dedos esos movimientos,
de una naturaleza especial, que nuestros músculos no podrían imitar. Han visto a la mesa negarse a veces a
toda rotación a pesar de la impaciencia de los experimentadores y sus vehementes requerimientos; y luego han
asistido a su comienzo, tan suave, tan dulce, tan espontáneo al principio, que se produce bajo los dedos que
apenas lo rozan. A veces han visto que las patas, pegadas al piso, no se separan del mismo a ningún precio, a
pesar de la excitación de las personas que forman la cadena. Otras veces las han visto elevarse en forma franca
y enérgica, precediendo a las manos y sin esperar las órdenes para ejecutar con un vigor casi pavoroso
pensamientos apenas concebidos. Han escuchado con sus propios oídos los golpes grandes y pequeños, los
primeros que amenazan con romper la mesa, y los segundos que apenas se pueden percibir y cuya prodigiosa
delicadeza no podría ser imitada por ninguno de nosotros. Las observaciones:

 Elevación de mesas, pesadas, lastradas con pesos suplementarios, a las cuales la acción muscular de los
operadores era impotente para mover.
 Raps que reproducen (a veces con un pequeño error) números pensados por los operadores.
 La mesa no sabe ni expresa por medio de raps nada que no sepan los operadores. Y Flammarion
efectuará esta reflexión tan atinada: la mesa no ha comunicado nunca una verdadera revelación científica que
haya constituido una neta anticipación sobre lo que podría saber un espectador en ese momento.

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 Importancia de dos elementos: la voluntad y la acción física, la intención y el tacto.

De Gasparín arriesga una hipótesis: la de un fluido emitido por las manos bajo el impulso de la voluntad. Quiero
levantar el brazo y lo levanto, todo un mecanismo fisiológico es movido por mi voluntad. La acción sobre las
mesas es igualmente misteriosa, pero no más. Marc Thury, profesor de física y de astronomía en la Academia
de Ginebra, al reiniciar en 1855 las experiencias de de Gasparín con un material cuidadosamente estudiado,
sacaba análogas conclusiones, de una manera semejante y más categórica, en once puntos:

1. Hay un fluido, producido por el cerebro y que circula a lo largo de los nervios.

2. Este fluido puede franquear los límites del cuerpo.

3. Bajo la influencia de la voluntad puede dirigirse a uno u otro sitio.

4. Actúa sobre los cuerpos inertes, pero elude el contacto de ciertas sustancias, como el vidrio.

5. Levanta las partes a donde se dirige o acumula.

6. Actúa sobre los cuerpos inertes por atracción o repulsión.

7. También puede determinar movimientos interiores en la materia y provocar ruidos.

8. Se produce y desarrolla girando, por la voluntad y la unión de las manos de un modo determinado.

9. Se transmite de un a persona a otra, por vecindad o por contacto. Sin embargo, algunas personas
obstruyen la comunicación.
10. No tenemos ninguna conciencia de los movimientos particulares del fluido que determina la voluntad.

11. Este fluido es probablemente idéntico al fluido nervioso y al fluido electromagnético. Si se denomina

psicodo (he aquí un od de nuevo género) al poder del alma de actuar sobre el organismo para hacerse

obedecer, se puede llamar estado ecténico al estado especial del organismo en el cual el alma puede

de alguna manera extender los límites habituales de su acción, y fuerza ecténica a la que se desarrolla

en ese estado. La fuerza ecténica explicaría los movimientos telekinésicos.

Desde 1861, Camille Flammarión se dedicó a las mesas giratorias y a los fenómenos espiritistas. Hombre de
fortuna, que disponía de tiempo y de simpáticas relaciones científicas, estaba al corriente de todas las
investigaciones: “Puedo decir que desde hace cuarenta años, casi todos los médiums célebres han pasado por
mi salón de la Avenida del Observatorio, en París.” En el círculo Allan Kardec, de la calle Valois, él mismo había
ensayado, en su juventud, la escritura automática. Conoció como médium a muchos hombres y mujeres de
mundo, como Victorien Sardou. Conoció también al escocés Home, al romano Augusto Poliú y al inglés Slade,
pero se dedicó especialmente a Eusapia Paladino.

Se tomaban las mayores precauciones, contra el fraude. La médium se desvestía antes de la sesión ante una
asistente de su sexo, y se volvía a vestir ante ella. Se revisaban sus cabellos y su boca. La sala de sesiones era
preparada por los mismos experimentadores, y la médium sólo penetraba en ella en el momento de entrar en
acción. Sus vecinos le tenían las manos y a veces se le ataban los pies. El taburete estaba conectado a un
tambor de Marey que registraba los desplazamientos a fin de descartar la hipótesis de una alucinación
colectiva. La mesa, muy pesada, estaba provista a veces de planchas que cubrían sus costados hasta el suelo,
para evitar una posible maniobra de las rodillas.

El coronel de Rochas, oficial politécnico, se entusiasmó por los trabajos de von Reichenbach. En 1891, bajo el
título Fluide des magnétiseurs, publicó un resumen de la obra del químico alemán y emprendió, junto con un
físico amigo suyo, una serie de experiencias que se llevaron a cabo en un laboratorio de la Escuela Politécnica.

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Desdichadamente un inspector general los hizo privar rápidamente del laboratorio y el general André, entonces
ministro de Guerra, hizo retirar anticipadamente a su fantasioso subordinado.

Este incidente en su carrera no interrumpió, por el contrario estimuló, las investigaciones del conde de Rochas.
Igual que Flammarion y en los mismos círculos, multiplicó las experiencias con los grandes médiums. En su
propiedad del Agnélas, a 3 kilómetros de Voiron, en Isére, estudió a Eusapia Paladino y perfeccionó sus dos
grandes hipótesis de exteriorización de la sensibilidad y la motricidad. Al mismo tiempo publicó en Michel
Carré, en 1896, la primera traducción francesa de las experiencias efectuadas en 1866 por von Reichenbach,
acerca de los efectos mecánicos del od.

Las experiencias de von Reichenbach habían sido realizadas con “sensitivos histéricos más o menos
superficiales, y su testimonio era doblemente sospechoso; era imposible que un hombre normal comprobara
sus afirmaciones, existía un gran peligro de sugestión y de orientación del testimonio, aunque fuera de un
modo enteramente involuntario. De Rochas trabajó intensamente para descartar esas objeciones dirimentes:
imaginó sabios dispositivos destinados a demostrar la verdad de las afirmaciones de los sensitivos en cuestión.
Después de haberse asegurado, por así decirlo, de su material, pasó a las experiencias propiamente dichas: El
sujeto, dormido, con los ojos cuidadosamente vendados, recibe un vaso lleno en sus tres cuartas partes de
agua, que sostiene sobre la palma de la mano izquierda abierta y sobre el cual coloca y mantiene su mano
derecha. El operador efectúa algunos pases a lo largo del brazo y la mano derechos y, después de uno o dos
minutos, explora por medio de pellizcos y pinchazos la sensibilidad cutánea de dicha mano... Llega un momento
en que el sujeto deja de reaccionar. Entonces basta con pellizcar o pinchar bruscamente a algunos centímetros
por encima de la piel para provocar reacciones inmediatas y muy vivas. Lo mismo sucede si se pellizca o pincha
el agua del vaso: “Algunos sujetos... pueden proyectar su fluido nervioso en ciertas condiciones fuera de la piel
y Producir así el fenómeno que he estudiado bajo el nombre de exteriorización de la sensibilidad. Una acción
mecánica ejercida sobre esos efluvios fuera del cuerpo puede propagarse gracias a ellos y re montarse así hasta
el cerebro que la registra.”

Por extensión de Rochas trató de demostrar que la fuerza que, en el sistema nervioso, es el instrumento de la
motricidad, la que transporta a la periferia del organismo los impulsos de los centros cerebrales, puede
también exteriorizarse a considerable distancia y producir los fenómenos de telekinesia. Todas las
observaciones del coronel de Rochas fueron efectuadas sobre grandes médiums en trance o sobre sujetos
profundamente sumidos en sueño hipnótico. Éste es el mayor obstáculo contra la validez de las experiencias y
la generalización de sus conclusiones.

La hipótesis de un fluido humano comenzaba a acreditarse y cada experimentador aportaba su variante. Ante
el tribunal de Saint-Quentin, donde comparecía como testigo, el Dr. Baraduc expuso que, en su opinión: Cada
segmento de nuestro organismo, segmento cerebral, pulmonar, gástrico o genital, tiene una radioactividad,
una serie de vibraciones diferentes por naturaleza que, por su poder de emanación, pueden ejercer una
influencia telepática, una especie de telegrafía sin hilos, sobre la radioactividad pasiva de los órganos de otra
persona, en hipotensión vital. Y construyó un biómetro, a partir de la idea del magnetómetro de un predecesor
más oscuro, el abate Fortín: En la base, reposando sobre el zócalo, se encuentra el condensador en contacto
directo con la tierra. Se trata de hojas de estafío separadas por una sustancia aisladora. Encima hay un
multiplicador metálico formado por un largo hilo cuyas espiras se encuentran aisladas... Finalmente hay una
aguja magnética pero no imantada, que se mueve sobre un cuadrante”. La aguja giraba sobre su eje al
acercarse el dedo del experimentador.

Más tarde el Dr. Audollent presentó un biómetro galvanómetro con una gran bobina y muy sensible. En 1904,
el Dr. Joire describió su estenómetro, para los mismos usos y más sensible aún. Todos estos aparatos no tenían
sino una finalidad: medir, de una manera más o menos exacta, la fuerza emitida por el cuerpo humano.

El Dr. Grasset formuló una crítica esencial: ninguno de esos aparatos habría puesto en evidencia una fuerza
nueva, irreductible a las otras formas ya conocidas de la fuerza física, calor, electricidad, etc. Algunos de ellos
ponen en evidencia muy claramente la naturaleza eléctrica de dicha influencia, tal como el complicado aparato
de Puyfontaine presentado en los servicios de Charcot en la Salpétriére. Su utilización habría demostrado
solamente que el cuerpo humano no funciona sin desprender fuerzas eléctricas o calóricas suficientes para
afectar un galvanómetro muy sensible, lo que ya se podía tener por seguro.

Emile Boirac, miembro correspondiente del Instituto, rector de la Academia de Dijón, presentó en 1911 ante la
Academia de Ciencias La psychologie inconnue. Esta obra, sutil y precisa, avanza paso a paso por un terreno

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peligroso. Aunque no innova, aunque reconocemos en ella la herencia de Reichenbach, de de Rochas y hasta
de Flammarión y de Maxwell, gracias a su habilidad renueva las posiciones a favor del magnetismo animal y del
espiritismo, considerado por lo menos como hipótesis de trabajo. Según Boirac, los fenómenos paranormales
se agrupan en tres categorías:

(1) Los fenómenos hipnoides que ya pertenecen al hipnotismo científico. Tales son los casos,
antes espiritistas, de desdoblamiento de la personalidad cuya manifestación más común es la escritura
automática.

(2) Otra serie de hechos, muy discutidos, implica una acción a distancia de un organismo
viviente sobre otro, acción diferente de la sugestión y del sueño hipnótico, pero acción de un orden natural,
eventualmente científico. Se trata de una manifestación del magnetismo animal.

(3) Los fenómenos espiritoides, finalmente, se deben exclusivamente a una inteligencia


desconocida, irreductible al orden científico. Se trata de un terreno enteramente oculto.

Habría un vínculo entre el magnetismo animal, fenómeno físico, y la telepatía, fenómeno todavía extrafisico. Es
un camino que se abre para un estudio racional. De paso Boirac analiza los fenómenos de aparente
transposición de los sentidos: por ejemplo la lectura de un texto o la descripción de una fotografía con los ojos
vendados, pasando los dedos sobre la superficie impresa o impresionada. Su hipótesis inicial se descomponía
en dos tiempos:

 La hiperestesia hipnótica permitiría al sujeto registrar las menores particularidades de la superficie en


contacto con sus dedos, sin tener conciencia de ello.

 El sistema de las sensaciones táctiles inconscientes resucitaría, siempre en el inconsciente, al sistema


visual correspondiente. Tan sólo la resultante intelectual de esta operación penetraría en la
conciencia.

Finalmente vincula atrevidamente los hechos de telekinesia con los de telepatía. Ya vimos que las personas no
difunden igualmente la fuerza magnética. Desde este punto de vista, el conjunto de la humanidad se divide en
cuatro grupos:

- Los irradiantes- conductores: operadores o agentes.


- Los no irradiantes-conductores: personas neutras, la mayoría.
- Los no irradiantes-aisladores: los sujetos.
- Los irradiantes-aisladores: los médiums de efectos físicos.

El estado normal de la fuerza emitida por la radiación humana es su absoluta fluidez: atraviesa la mayoría de
los cuerpos, humanos o inanimados, sin detenerse, sin desperdicios y sin modificación, así como la electricidad
atraviesa un cuerpo conductor. Los efectos de la electricidad, luminosos, calóricos u otros, son tanto más
evidentes cuanto más resistencia hace el conductor escogido. La fuerza magnética es exactamente de la misma
naturaleza. Se revela gracias a los sujetos que la detienen o, mejor dicho, la filtran difícilmente
transformándola. El fluido a través de ellos se transformaría en algo viscoso.

En 1919, el Dr. Geley fundador y primer director, junto con Jean Meyer, del Institut de Métapsychique
International en París, resumía sus experiencias de materialización, realizadas en diversos círculos desde 1912 y
personalmente con su médium Eva C. durante el invierno 1917-1918: “Se exterioriza una sustancia, sea en
forma gaseosa o vaporosa, sea en forma liquida o sólida. La forma vaporosa es la más frecuente y conocida.
Cerca del médium se diseña o aglomera una especie de vapor invisible, de niebla, ligada a menudo a su
organismo por un vínculo de la misma sustancia. Luego se produce una condensación en diversos puntos de
esa niebla... Finalmente esos puntos de condensación toman la forma de órganos cuyo desarrollo se completa
muy rápidamente... La sustancia propiamente dicha se desprende de todo el cuerpo del médium, pero
especialmente de los orificios naturales... La salida más frecuente es por la boca. Entonces se advierte que la
sustancia se exterioriza de la parte interior de las mejillas, del velo del paladar y de las encías... La sustancia se
presenta bajo un aspecto variable: a veces el de una pasta maleable, verdadera masa protoplásmica. A veces
como hilos numerosos y tensos. A veces en forma de cordones de diferente grosor. A veces como una ancha

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banda desplegada. A veces en forma de membrana. Otras veces como una tela delgada de contornos
indefinidos e irregulares.”

Para el Dr. Geley, los fenómenos paranormales o espiritoides son paralelos a los fenómenos normales. Las
formaciones espíritas incompletas, los simulacros de órganos que se desvanecen ante nuestra mirada dentro
de la masa blanquecina emitida por el médium se encuentran diariamente en biología animal o vegetal.
Además de las formaciones orgánicas normales, de las producciones fetales logradas, hay monstruosidades y
representaciones aberrantes. Nada más curioso al respecto que esas curiosas neoplasias llamadas quistes
dermoides, en las cuales se encuentran dientes, cabellos, órganos diversos, vísceras y hasta formaciones fetales
más o menos completas. Lo mismo que la fisiología normal, la fisiología paranormal tiene sus productos bien
realizados y sus productos abortados, sus monstruosidades, sus producciones dermoides. El paralelismo es
completo.

La totalidad de la creación procedería de una sustancia única, indefinidamente diferenciada, y obedecería a un


dinamismo superior de naturaleza psíquica: la ideoplastia o imperio de una idea directriz sobre la materia.
Tenemos un ejemplo a escala humana en las facultades de los médiums: Eusapia Paladino, entre otros,
esculpiendo a distancia, en pocos minutos, en arcilla, un rostro o manos. La ideoplastia se manifiesta tanto en
los hechos espíritas como en las reparaciones espontáneas de órganos mutilados, de las que los invertebrados
nos ofrecen numerosos ejemplos. Si el hombre no tiene en este sentido las mismas facultades que los animales
inferiores, es porque la actividad cerebral desvía para su provecho una parte importante de la energía
ideoplástica.

El Dr. Geley se interesó también por la clarividencia y por el curioso fenómeno de las correspondencias
cruzadas, bastante diferente según su origen, espontáneo o experimental. Dos corresponsales, A y B, separados
en el espacio, convienen en escribirse simultáneamente una carta para estudiar la coincidencia de sus
pensamientos. Se trata de simples experiencias de telepatía, que tuvieron la misma fortuna que las demás:
buenos resultados con los médiums o entre personas acostumbradas a vivir y a pensar juntos. Resultados
inciertos y poco demostrativos, poco diferentes del azar con la humanidad corriente. El Dr. Verrall, la Sra.
Verral, Miss Helen Verrall, la Sra. Holland, miss Alice Johrison, Piddington y la señora Sidgwick, se dedicaron
especialmente a su investigación en el seno de la S. P. R. En Francia las investigaciones fueron menos
profundas.

El Dr. Eugene Osty estudió minuciosamente los fenómenos de telepatía, clarividencia, clariaudiencia, y todos
los fenómenos de conocimiento a distancia en el espacio o en el tiempo que los anglosajones han reunido bajo
el nombre de percepción extrasensorial y que Osty denomina metagnomía. Su ambición consistía en vincular la
metagnomía con la psicofisiología. Sus experiencias de 1910 a 1922, que refiere en su Connaissance supra-
normale, fueron efectuadas con todos los videntes de ambos sexos de cierta categoría. Luego las continuó
especialmente con Pascal Forthuny.

Las observaciones fueron las siguientes:

 El alejamiento de una persona en el espacio o en el tiempo, y hasta su muerte, no modifican en nada


los datos obtenidos sobre ella por un clarividente.

 Las representaciones mentales del médium perturban la pureza de su dictado inconsciente: un


médium espiritista nunca escuchará otra cosa que un espíritu. Otra persona obtendrá los mismos
resultados sin hacer intervenir al más allá (ésta es también una observación de Maxwell y de
Flammarión).

 Las facultades mediúmnicas están sometidas a eclipses que las anulan. Muchos médiums se fatigan
rápidamente; por el contrario, de Fleuriére era estimulado por las experiencias repetidas. Un choque
emotivo violento puede hacer aparecer la facultad en algunos y la hace desaparecer en otros. Las
drogas y el alcohol, que por supuesto son nocivos a la salud del médium, excitan generalmente, según
las observaciones de Brugmans, Richet y otros, sus facultades extrasensoriales.

 Los médiums metágnomos nunca tienen a su disposición el registro completo de las manifestaciones
metagnómicas, sino solamente algunas de ellas: videncia, audiencia, cenestesia.

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 Finalmente existe una correlación afectiva entre el médium y el sujeto al cual examina: de aquí partirá
más tarde la noción de pareja telepática. El médium será muy desigual según las personalidades con
las cuales se le haga entrar en contacto.

 Las condiciones de trabajo del médium:

 Debe establecer una continuidad entre su cuerpo y el sujeto a examinar, sea por la presencia de éste o
por la de uno de sus allegados, sea por medio de un objeto que haya pertenecido al sujeto, el cual es
más o menos manipulado por el médium.

 Las predicciones son siempre particulares. Los sucesos generales solamente son vistos a través de las
vidas privadas sometidas al examen. Es así como ningún vidente predijo al Dr. Osty la guerra de 1914-
1918, aunque desde 1910 se le anunciaban sucesos mezclados con la guerra.

Finalmente, en el trabajo aparecen tres fases psíquicas.

1. La elaboración inconsciente de la información, sobre la cual nada podemos saber.

2. La elaboración de imágenes mentales, auditivas, táctiles, visuales, cenestésicas y otras, verdaderas


respuestas del subconsciente solicitado, acompañadas a menudo de un sentimiento muy violento de
placer, de dolor, de angustia o de alegría. A veces la sensación es tan viva que las palabras estallan sin
poder ser retenidas o controladas por el médium que habría deseado atenuar diplomáticamente su
alcance.

3. La traducción de las imágenes mentales bajo la forma de palabras coherentes.

Posiblemente el estudio de los errores de predicción es la parte más fecunda de la obra del Dr. Osty. Los
errores de videncia –sobre los cuales casi no podemos extendernos– obedecen a diversas causas: Mala
utilización del médium, interrogado, por ejemplo, acerca de sucesos generales, o interrumpido en su
exposición y guiado en determinado sentido por el consultante. Esta intervención puede conducir a todos los
errores imaginables. El metagnomo es siempre en mayor o menor grado un alucinado: toda imagen proyectada
con cierta fuerza sobre él, es captada. Del mismo modo, un pensamiento o un fuerte deseo inconsciente del
consultante, ejercen influencia sobre el médium y, sumando su impulso a las pulsiones del inconsciente del
vidente, provocan toda clase de interferencias. La inteligencia consciente del médium puede traducir mal la
imagen alucinatoria. De este modo, un médium célebre predijo un día a un cliente los episodios de su muerte,
que se produjeron detalladamente a la muerte del padre de aquél.

La obra de Charles Richet vino a coronar sus investigaciones más o menos convergentes, repartidas a lo largo
de cerca de setenta años. Constituye un resumen de los conocimientos metapsíquicos de la época. Durante
toda su larga vida (1850-1935), el gran sabio se interesó vivamente en los fenómenos paranormales. Agregado
de medicina en 1878, profesor de fisiología en 1887, miembro de la Academia de Medicina en 1898 y de la
Academia de Ciencias en 1914, premio Nobel en 1913, el descubridor de la anafilaxia realizó las experiencias
metapsíquicas más variadas. Elegido en 1905 presidente de la SPR de Londres y más tarde presidente del
Instituto Metapsíquico Internacional de París, mantuvo estrechas relaciones con los metapsiquistas de todo el
mundo. Firme adversario de la hipótesis, espiritista, aportó a estas investigaciones de una categoría tan
especial, la lealtad, el vigor y la claridad mental que distinguían todos sus trabajos.

El Tratado de Metapsíquica de 1922, divide los fenómenos paranormales en dos grandes categorías, que
corresponden a las dos grandes clases de médiums capaces de producirlos:

1. Los fenómenos objetivos, exteriores, de naturaleza mecánica, física o química (la psicokinesia de los
modernos).

2. Los fenómenos subjetivos, mucho más frecuentes; nociones de ciertas realidades que nuestros
sentidos no pueden revelarnos (el fenómeno ESP, o percepción extrasensorial de los modernos).

Miles de experiencias intentan demostrar de una manera irrefutable la metapsíquica objetiva. Richet reúne
todos los hechos a que ya nos hemos referido y muchos otros recogidos en todo el mundo. En cuanto a la

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ectoplasmia, Richet también suma su testimonio directo a las experiencias anteriores. En la Villa Carmen, de
Argel, se produjeron manifestaciones de fantasmas.

La médium Marthe Béraud produjo especialmente ante él en 1904 el fantasma llamado Bien Boa. Tocado con
una especie de casco, con espesos bigotes, envuelto en un velo blanco, el fantasma circulaba entre los
asistentes o incluso se prestó a soplar en un recipiente de agua con barita. Lo mismo que si se tratara de un
vulgar habitante de la tierra, los asistentes oyeron el susurro de las burbujas de aire y vieron que se producía la
reacción química de la expiración.

La categoría de la médium, una joven de excelente sociedad, el cuidado con que Richet revisaba la sala de
sesiones, la desmaterialización del ectoplasma que desaparecía y se disolvía sobre el parquet, todo eso lo
impulsó a descartar las objeciones que él mismo se hacía: ¿Por qué el cuerpo y la manga de Marthe, en la
fotografía parecen tan vacíos? ¿Por qué no se ve la mano derecha de Marthe? ¿Por qué, en todas esas
fotografías, nunca se ve claramente el rostro de Marthe, tal como se ve el de Aischa, por ejemplo? ¿Por qué el
rostro de Bien Boa (el fantasma) se parece tanto al que podía tener Marthe si hubiera pegado una espesa barba
negra a su labio superior? ¿Por qué después que Bien Boa me prometió que su mano se fundiría dentro de la
mía, no he podido obtener nada parecido, aunque había declarado que dicha experiencia era verdaderamente
el experimentum crucis fundamental? ¿Por qué, cuando Bien Boa se pasea alrededor del gabinete, por la sala,
no es permitido tocarlo?

Estas son por supuesto objeciones muy serias. Más tarde Marthe Béraud habría confesado N sus allegados de
Argel su superchería infantil y la complicidad del cochero árabe Areski, que se alternaba con ella en el papel de
fantasma. En 1927, Richet, completando su pensamiento, escribió la obra Notre sixiéme sens. En su opinión, los
fenómenos criptestésicos ponen en evidencia dos hechos:

 La existencia en el hombre de un sexto sentido y quizá, dada su complejidad, de un séptimo sentido.


En todo caso de un aparato psíquico capaz de registrar sucesos del mundo exterior, hechos o
pensamientos, sin que nuestra inteligencia haya podido ser advertida por los sentidos normales.

 Nuestro aparato psíquico es impresionado por lo que él llama las vibraciones de lo real: El mundo real
emite vibraciones que nos rodean. Todas son percibidas por nuestros sentidos. Otras, no perceptibles
por los sentidos, son descubiertas por aparatos de física. Pero además hay otras, que no son
percibidas por nuestros sentidos ni, por nuestros aparatos, que actúan sobre ciertas inteligencias
humanas y les revelan fragmentos de la realidad.

 Como el pensamiento forma parte integrante de la realidad, esta hipótesis incluye y desborda la
telepatía. ¿Por qué ciertas personas captan ciertas ondas, electivamente pero no conscientemente?
Misterio. Pero el hecho de que esas ondas de una realidad enteramente vibrante no se mezclen, no
constituye para Richet un fenómeno más curioso que la captación por nuestros aparatos de
radiotelefonía de mensajes claros de París, Londres, Tokio y otros lugares, en cantidad casi infinita y
cada uno en su propia longitud de onda, como si fuera el único.

La metapsíquica ha caído en el olvido y hasta en cierto descrédito. Sólo después de muchos años, por extraños
caminos, bajo formas diferentes, sin pretensión de síntesis y hasta bajo otro nombre que el de metapsíquica,
ha podido reiniciar su marcha en Europa.

2.1.5. Etapa Parapsicológica: J.B.Rhine

La Parapsicología experimental y cuantitativa había tenido algunos antecedentes en la etapa


metapsíquica, pero éstos habían sido algo pobres. Es cuando el Profesor William Mc. Dougall, que había sido
trasladado por el Rector de la Universidad de Duke el Dr. William Preston Few, desde Harvard a Duke en 1927,
interesándose por los fenómenos de una existencia post-mortem. Con la apertura del Departamento de
Psicología de la Universidad de Duke, el Dr. Preston Few decidió crear un Staff de Psicólogos, dejando esto a
cargo del recientemente llegado Mc. Dougall.

Los Rhine aparecieron en Duke a consecuencia de sus estudios post-doctorales y por el interés desatado en
aquella época en el Espiritismo y habían recogido multitud de informes sobre el tema de la Supervivencia
después de la muerte y otros temas psíquicos. Además, tenían la ayuda invalorable de Mc.Dougall en el campo
de la Psicología, quien tenía el informe perteneciente al Asistente de Superintendencia de Escuelas de la Ciudad

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de Detroit el Sr. John F. Thomas, que contaba con un fuerte apoyo financiero. La misma Universidad de Duke le
otorgó a Thomas el grado de PhD (Doctor en Filosofía - Psicólogo) por sus tesis basadas en estudios sobre la
mediumnidad. Los primeros estudios se realizaron bajo la dirección de Mc.Dougall y luego bajo la dirección de
Rhine, ya que el mismo Mc.Dougall vio en Rhine un fuerte espíritu de trabajo en el área que iban a desempeñar
en Duke. Dos puntos importantes podemos destacar: el primero que la parapsicología comenzaba a ser
estudiada en el ámbito universitario y el segundo era el énfasis otorgado a los temas de supervivencia dentro
del campo de la psicología.

J.B.Rhine nació el 29 de Septiembre de 1895. Pasó su niñez de Escuela en Escuela hasta que en 1914 pudo
recibirse en Marshaville (Ohio) de bachiller de Enseñanza Superior. Hacia 1912, el joven Joe se inscribe en la
Ohio Northern University, para cursar estudios Superiores de Teología, pero esta carrera se ve interrumpida en
1914 por, la Segunda Guerra Mundial y se ve obligado a servir de voluntario en el Cuerpo de Marina de los
Estados Unidos, donde llegó a Sargento y Campeón de rifle militar en 1919. Conoce a quien sería su futura
esposa, Louisa Ella Weckesser, en las clases de Psicología en el College Wooster, en 1916. En 1920 contrae
matrimonio y ambos se anotan en la Universidad de Chicago por el camino de la Ciencia Biológica, cuando en
1925 ya habían obtenido el BS, MS, y PhD. Mientras que Louisa Rhine estudiaba latín, Joe Rhine enseñaba
fisiología vegetal en la Virginia West University.

Hacia aquella época también se vincularon con un psicólogo eminente de la Harvard University, el Dr. William
Mc.Dougall (1871-1937). Este tema y esta inquietud motivaron a muchos universitarios de Duke interesados
también, como tantos otros, en estos temas y por otro lado no comprometían su prestigio científico al estudiar
un tema “tabú” dentro de la misma Universidad. En esto, se notó un cálido compañerismo que acompañó a los
miembros del Staff (aún bajo la dirección de Mc.Dougall) que prevalecía en el proyecto de investigación
psíquica. Los primeros estudios cualitativos no logran más que resultados pobres científicamente, se necesitaba
un control más riguroso y tecnificado de las experiencias, conservadas en registros más precisos.

Uno de ellos, Karl Zener diseñó un mazo de cartas compuesto de figuras abstractas: Círculo, Estrella, Cuadrado,
Cruz y Ondas, que repetidas cinco veces por símbolo, formaban un conjunto de 25 cartas. Al principio se
idearon algunos test de clarividencia con éstas hacia 1933, quién junto a un estudiante que le asistía a Rhine, el
J.Gaither Pratt realizaron más de 300 ensayos totales con un sujeto receptor Hubert Pearce, que obtuvo un
muy buen nivel de significación. Rhine publica, luego de esto, un informe titulado Extrasensory Perception
editado en 1934.

Más tarde, el Dr. Robert Lee Flowers sucesor-rector del Dr. Few en Duke, le dio a Rhine una subvención para
continuar sus trabajos de investigación, adoptando el término Parapsicología, tomado del alemán
Parapsychologie, y se designó un Laboratorio dependiente del Departamento de Psicología. Algunos de los
tests eran registrados en hojas especialmente diseñadas de modo tal que se aseguraba el control del
experimento, la utilización de biombos desmontables, sobres opacos, etc. brindaban la ayuda necesaria que se
requería para estos primeros trabajos. Otro hecho significativo fue, en 1937, la edición del Journal of
Parapsychology (con el cuño de la Prensa Universitaria de Duke), y un manual de procedimientos de tests en
Parapsicología, publicado por Stuart y Pratt.

A partir de aquellos años, surgieron también las críticas de parte de psicólogos, pero el Dr. Edward Huntington,
presidente del Instituto Americano de Estadística Matemática declara que “si hay que atacar la labor realizada
en Duke en Parapsicología, debe ser por otro lado que el de las matemáticas”. Otra investigación importante,
son las series de juegos realizados en Duke: Serie Pearce-Pratt, serie Pratt-Woodruff (este último era profesor
de Psicología en el New York City College) en 1939 obteniendo una relación crítica de 5. También en cuestión
de becas y subvenciones, se contó con un apoyo invalorable (en 1950 la Fundación Rockefeller, en 1951 el
Fullbright Scholar, en 1953 la Oficina de Investigación Naval, en 1957 el premio William Mc.Dougall a la mejor
investigación en Parapsicología). También son de interés los estudios sobre Psicoquinesis, cuyo primer informe
se publicó en 1943.

El 30 de Julio de 1964, tras la jubilación de Rhine, el Laboratorio de la Universidad de Duke se traslada a una
institución privada en Durham mismo. Allí y desde hace 26 años, se trabaja en la investigación y enseñanza de
la Parapsicología. La Fundación Para el Estudio de la Naturaleza del Hombre (su acrónimo en inglés FRNM) que
dirigió Rhine hasta su muerte (actualmente esta dirigido por el Dr. K. Ramakrishna Rao) forma también parte de
la historia de la Parapsicología, a nivel Institucional, e invita a todo aquel interesado a unirse a sus filas
estudiantes y profesionales de cualquier campo de la ciencia, a los cursos que realiza anualmente en la sede de
la institución americana

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Una de las mayores virtudes de Rhine era su interés por el planteo de la ciencia y el desafío que implicaba su
estudio otro de sus principales objetivos fue el de establecer perennemente la realidad de la ESP con un
método científicamente cuantificable.

Su interés por el método, no le quitó mérito a su concepto filosófico del mismo y del fenómeno en si, e indagó
en las múltiples posibilidades que ofrece el conocimiento filosófico para ello. En este sentido, Rhine conjugó
dos armas fundamentales: la primera, es la utilización de material de registro de datos, instrumental
tecnológico, objetivos cuantificables, y la segunda, un sistema de evaluación preciso y concreto. Esto
demandaba una tarea casi inexistente y original, mentes preclaras que llevaran esto a cabo. Rhine y sus
colaboradores, sin duda lo eran. El examen preliminar de Telepatía (o GESP), dejaba de ser el objetable relato
de un médium en una sesión espiritista. Ahora un sujeto normal, en un test de características psicologistas
(imitando las condiciones de los test psicométricos de evaluación psicológica) podría hallarse la clave de la ESP.

En Clarividencia y Precognición la utilización de biombos desmontables, sobres opacos, y otras precauciones


contra indicios sensoriales eran algunas de las medidas de seguridad tomadas por Rhine. Con respecto a la
Psicoquinesia (PK), no se necesitó más que simples dados arrojados al azar. Ahora bien, si todo el diseño
experimental estaba claro como poder una vez registrados todos los resultados, evaluar con precisión si el
sujeto examinado tenía capacidad psi o no. De acuerdo a las leyes que rigen el azar, sólo puede acertarse cierta
cantidad de veces un objetivo (o predecir la caída del dado) una en miles o millones de veces.

Entonces surgió la idea de utilizar y aplicar la estadística matemática para resolver el problema, que
otras ciencias aplican a sus registros experimentales a los obtenidos por clave extrasensorial.

Las primeras series de Telepatía-Clarividencia (Pearce-Pratt, Pratt-Woodruff, Soal-Shackleton, Turner-Ownbey,


etc.) fueron evaluadas con interesantes resultados. Todo esto hizo que el científico no carezca en absoluto de
orientación y teórica filosófica, completando su interesante pensamiento sobre la naturaleza de la mente
humana.

La ciencia en general no se conforma con la tecnificación de sus métodos, y aún más en las ciencias
humanísticas. También elabora una filosofía de los mismos. Cuando Thouless y Wiessner acuñaron el término
psi, para explicar los fenómenos subjetivos y objetivos de la Parapsicología (ESP y PK), Rhine dedujo
interesantes teorías acerca de psi y de sus distintos tipos. Un axioma fundamental en este sentido fue: lo psi no
es físico, pero interactúa en el mundo físico. Esto constituyó una importante arma contra el escepticismo.
Algunos sujetos, que filosofaban mal, interpretaron que lo psi era de naturaleza “espiritual” y nada más alejado
de la verdad. El decía: “El único rasgo distintivo de esta energía psíquica reside en el hecho de que funciona sin
relación restrictiva de ninguna clase (que por lo menos se conozca) ante los criterios de espacio-tiempo-masa.
Pero eso es solo repetir que esa energía no es física, desde que los criterios de espacio-tiempo-masa son los
concepto definitorios de este campo”

Otro aspecto básico de todo esto era la normalidad del fenómeno psi cuando algunos científicos del pasado le
otorgaban secuelas psicopatológicas graves; psi es una facultad inherente en el hombre, no pertenece a
ninguna clase “monopólica” de sujetos dotados, sino de todos los seres humanos algunos más “despierto” que
otros. Psi es un fenómeno de naturaleza humana, aunque también se registren algunos casos excepcionales en
los animales. Psi es voluntario, pero se “equivoca”; es decir que si bien está dentro de ciertos límites el sujeto
de un grado de orientación específica conciente de la función PSI, pero está sujeto a error (psi-missing), cuando
el sujeto, en ciertas condiciones psicológicas puede inhibir su facultad. Psi es inconsciente y funciona con todas
las variables psicológicas conocidas (atención, memoria, percepción subliminal, actividad volitiva, etc.) lo que
nos permite deducir que es profundamente humano y en esto radica el nivel de su importancia. Desde un
punto de vista interdisciplinario, Rhine consideraba a psi como una facultad inherente en el hombre e
intervinculada con los demás procesos físicos, biológicos y fisiológicos (entre otros) en los cuales puede ser
educida.

2.1.6. Síntesis cronológica: Efemérides

1871. Informe de la Dialectical Society de Londres, sobre denuncias parapsíquicas, en especial las asociadas con
mediumnidad.

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1876. Conferencia del profesor William Barret en las reuniones de la British Association for the Advancement of
Science en Glasgow, sobre la identificación de naipes a distancia por un sujeto hipnotizado.

1882. Fundación de la Society for Psychical Research (Sociedad para la Investigación Psíquica).

1884. Introducción de métodos estadísticos en parapsicología. El profesor Charles Richet los aplica a datos
obtenidos de pruebas de ESP. Se funda la American Society for Psychical Research (Sociedad Americana para la
Investigación Psíquica). Esta entidad se unió con la Society for Psychical Research y posteriormente recobró su
independencia.

1893. Albert Coste logra el título de doctor en medicina, acordado por la Universidad de Montpellier, con una
tesis sobre parapsicología.

1911. Se establece en la Universidad de Stanford un laboratorio subvencionado para la investigación psíquica.

1912. Se establece el Fondo Hodgson en Harvard para la investigación de fenómenos psíquicos.

1917. Publicación de una investigación experimental de percepción extrasensorial, dirigida en un


departamento universitario de psicología por el doctor John E. Coover de la Universidad de Stanford.

1921. Primer Congreso Internacional de Investigación Psíquica en Copenhague.

1924. Se funda la Boston Society for Psychical Research bajo la dirección del doctor Walter Franklin Prince.

1927. Se inicia en Duke la investigación en parapsicología bajo la dirección del profesor William MeDougall, en
el Departamento do Psicología. El laboratorio de parapsicología se estableció en 1934.

1933. Se ordenan diplomas Ph. D. (Phílosophy Doctor) por sus trabajos de investigación en parapsicología, a
John F. Thomas (Universidad de Duke), Hans Bender (Universidad de Bonn), y W.H.C. Tenhaeff (Universidad de
Utrecht).

1934. La publicación de la monografía Extrasensory Perception, por J. B. Rhine, introdujo los tests
estandarizados de naipes, para la investigación de ESP.

1935. Se establece la Walter Franklin Prince Memorial Fellowships (Cofradía de Homenaje a Walter Franklin
Prince), para la investigación de parapsicología en Duke.

1937. Se funda el Journal of Parapsychology con el cuño de la imprenta de la Universidad de Duke. Primer
manual sobre procedimientos de tests en parapsicología, por C. E. Stuart y J. G. Pratt. Pronunciamiento del
presidente del Instituto de Estadísticas Matemáticas aprobando los métodos de evaluación estadística en
parapsicología. Simposio sobre parapsicología a cargo de la Aristotelian Society y la Mund Association en Gran
Bretaña.

1938. Mesa redonda sobre métodos de parapsicología realizada por la American Psychological Association en
Columbus, Ohio. Primer informe sobre experimentos sobre precognición, comenzado en 1933, en el
laboratorio de parapsicología de la Universidad de Duke.

1940. Publicación de Extrasensory Perception after Sixty Years (la Percepción Extrasensorial después de sesenta
años), una revisión crítica y examen de la evidencia de ESP, por cinco miembros del comité directivo del
laboratorio de parapsicología de la Universidad de Duke.

1943. Informe sobre experimentos de psicocinesia iniciados en el laboratorio Duke en 1934.

1950. Donación de la Fundación Rockefeller a Duke para investigación en el laboratorio de parapsicología.


Simposio en Londres sobre parapsicología organizado por la British Society of Experimental Biologists. La Royal
Society of Medicine (Section on Psychiatry) organiza una conferencia sobre el tema de parapsicología en
Londres, a cargo de J. B. Rhine.

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1951. El primer Fulbright Scholar (estudiante aventajado) que recibe una donación para viajar con fines de
estudio en materia de parapsicología. El doctor S.G. Soal, de la Universidad de Londres, visita la Duke
University. La Royal Institution de Gran Bretaña escucha una conferencia presentada por Robert H. Thoules
sobre investigación en parapsicología.

1953. El laboratorio de parapsicología de la Universidad de Duke recibe una donación de la Oficina de


Investigación Naval para la investigación de ESP en los animales. La Universidad de Pittsburgh recibe una
donación del A. W. Mellon Educational and Charitable Trust para investigación en parapsicología en el
Departamento de Física. Se establece un profesorado de parapsicología bajo la dirección del doctor W.H.C.
Tenhaeff, en la Universidad de Utrecht. Se realiza un Congreso Internacional de Parapsicalogía en la
Universidad de Utrecht, organizado por la Parapsychology Foundation de Nueva York, la Universidad y el
ministro de Educación de Holanda. La Fundación Ciba de Londres organiza un simposio sobre percepción
extrasensorial.

1954. La American Philosophical Association, Eastern Division, organiza un simposio sobre parapsicología.

1955. La Ralpli Drake Perry Research Fellowships (Sociedad de Investigación Ralph Drake Perry) en
Parapsicología se establece en Duke.

1956. El St. Joseph College de Philadelphia y el Wayland College, de Plainview, Texas, establecen un laboratorio
de parapsicología.

1957. La Parapsychologícal Association, una sociedad profesional de investigadores de este campo, se funda el
19 de junio. El Premio William Me Dougall (U$S 1000) por Trabajo Distinguido en Parapsicología, se establece el
22 de junio por parte del laboratorio de parapsicología de Duke.

1960. Se establece en la Universidad de Duke, el Fondo para Estudios de Parapsicología. Abierto para
estudiantes calificados, interesados en la materia, de cualquier procedencia. La Canadian Physiological Society
organiza un simposio sobre parapsicología en Winnipeg.

1961. Se funda la Psychical Reseárch Foundation, en Durham, N. C., para investigar el problema de la
supervivencia post-mortem. La University of King's College, Halifax, autoriza la inauguración de un laboratorio
de parapsicología. La Fundación de la Familia Ittleson hace una donación a la Fundación Menninger para
investigación sobre la “creatividad y lo paranormal”. El Departamento de Psicología del City College de Nueva
York anuncia el establecimiento de becas para graduados, para la investigación de parapsicología, con vistas al
grado de Master en Psicología.

1962. Se establece en Durham, NC, la Fundación para la Investigación sobre la Naturaleza del Hombre. La
primera unidad de la Fundación es el Fondo McDougall para Parapsicología.

GUÍA DE ESTUDIO II

Responder en una página parte estas preguntas que corresponden a esta unidad

1. Mencione las etapas en la historia de la parapsicología

2. ¿Qué tipo de casos o experiencias paranormales puede encontrar mencionadas en el Antiguo Testamento?

3. ¿Qué tipo de experiencia manifestó Emmanuel Swedenborg el 19 de Junio de 1759?

4. ¿Cómo descubrió Mesmer el “magnetismo animal”?

5. Mencione al menos tres teoremas que recuerde de Mesmer.

6. ¿Cómo efectuaba sus “curaciones” Mesmer en Paris?

7. ¿Cuál fue la reacción del establishment académico (la Comisión del Rey y la Academia de Medicina de París)
acerca del “magnetismo animal”?

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8. ¿Donde se inició el espiritismo y por quienes?

9. ¿Cómo perpetraron su fraude las hermanas Fox?

10. ¿Que libros escribió Allan Kardec?

11. Mencione algunas características de la codificación Kardeciana. ¿Cuáles son las principales doctrinas que
abrevan en el espiritismo?
12. ¿En que se caracteriza la mediumnidad vidente y en que se diferencia de la auditiva?

13. ¿A que se llama médiums de aportes?

14. ¿Qué tipos de estudios se llevaron a cabo con el médium D.D.Home y Florence Cook?

15. ¿Quién se ocupó de investigar científicamente el fenómeno llamado “movimiento de mesas” y a qué
conclusiones llegó?

16. ¿Cuáles fueron las conclusiones a las que arribó Osty estudiando al psíquico Pascal Forthuny?

17. Distinga los dos principales tipos de fenómenos clasificados por Charles Richet en su Tratado de
Metapsíquica.

18. ¿Quién inicia los primeros estudios parapsicológicos cuantitativos en la Universidad de Duke?

19. Describa algunos de los eventos más notables ocurridos entre 1950 y 1955.

LECTURAS SUGERIDAS

DE ESPÍRITUS Y MÉDIUMS EN IBEROAMÉRICA:


UNA GEOGRAFÍA DE LA METAPSÍQUICA1

Para el estudioso de la antigua literatura de investigación psíquica, la historia de la parapsicología tiene muchas
perspectivas. ¿Quién alguna vez no se conmovió con las clásicas sesiones de espiritismo Victoriano donde los
científicos observaban levitaciones de mesas, fantasmas ectoplasmáticos, luces, campanas que volaban "solas",
acordeones y otros instrumentos musicales sonar sin mano alguna que los ejecutase? Hasta donde sabemos, el
modelo original que hemos heredado de los primeros parapsicólogos proviene de los países anglosajones y
germanos, y excepcionalmente de otros de origen latino, como Italia y Francia. Médiums tales como Eusapia
Palladino, Jean Guzik, Franek Kluski, Stephan Ochorowicz, Daniel Dunglas Home y muchos otros aparecen como
los principales protagonistas de una historia rica en fenómenos y casos que ya son antológicos, tanto para el
iniciado como para el más veterano parapsicólogo.

No hay libro ni revista especializada en temas paranormales que al desarrollar la historia de la parapsicología
deje de mencionarlos. En todo caso, sus sesiones, los científicos que las estudiaron, y la época en donde se
desarrollaron tales acontecimientos representan hoy el escenario que muchos quisiéramos se repita. Pero los
avatares del destino de la investigación parapsicológica han desencadenado la desaparición, o al menos, el
silenciamiento de estos extraordinarios casos. Si comparamos la historia de la parapsicología con la historia del
arte, por ejemplo, observaremos que no existen progresos sistemáticos, sino el breve surgimiento de alguna
nueva escuela o movimiento, normalmente centrado alrededor de ciertos genios, imitando su obra hasta que
ésta finalmente se disuelve o eclipsa, luego de lo cual una nueva escuela o movimiento surge en cualquier otro
lugar, dedicada a ideales diferentes, hasta que ésta a su vez también se extingue y es reemplazada.

En la historia de la parapsicología encontramos, sin embargo, numerosos ejemplos de progresos prometedores,


normalmente centrados alrededor de ciertos individuos dotados que aseguran poseer poderes sobrenaturales
y que por un tiempo, hacen suponer como si fuera inminente una nueva era. Pero, ¿qué sucede? El fenómeno
1
Publicado en las Actas del Primer Congreso Internacional y Brasilero de Parapsicología de Recife,
Pernambuco, 31, 1-2 Noviembre, 1997.
28
declina, estos sujetos pierden su poder o son desacreditados, y lo que comenzó con buenas perspectivas, se
convierte en un falso amanecer. Tal vez, el ejemplo más reciente de lo que decimos sea el de los dobladores de
metales, que comenzó con el advenimiento de Uri Geller a principios de la década del ’70.

El parapsicólogo inglés John Beloff (1994) advierte que en el caso de la parapsicología el fenómeno en cuestión
no está tan extendido como para un análisis crítico, de modo que nosotros dependemos de los informes y
registros. Es esto precisamente, el porqué los fenómenos paranormales están bajo sospecha de una forma que
no lo están los hechos históricos convencionales. Una consecuencia de todas estas fluctuaciones es que
muchos fenómenos intensos no se observan con frecuencia hoy día, y tienden a ser considerados como
fraudulentos aún por quienes son muy conocedores de hechos históricos. Beloff concluye diciendo, en síntesis,
que escribiendo la historia de la parapsicología esta convencido que esa historia tiene enseñanzas y que el
pasado no es irrelevante para los problemas e inquietudes actuales.

¿Qué fue de los fenómenos trascendentes producidos por aquellos médiums dotados de facultades
impresionantes? ¿Dónde hallar estos médiums actualmente? ¿Como estudiar un caso de materialización
ectoplasmática como podemos hoy analizar un caso Poltergeist? En forma inteligente, el parapsicólogo y
filósofo americano Stephan Braude (1993) responde esta pregunta cuando dice que los médiums estaban
convencidos que los fenómenos que producían se debían a espíritus desencarnados y no a sus propias
capacidades psi. Cuando un médium era incapaz de producir algún fenómeno, lo atribuía al fracaso del
"comunicador" o una mala comunicación entre este y el otro mundo. Pero si los fenómenos que se producían
eran impresionantes, el médium no temía de la magnitud de éstos si se producían dentro de los seguros límites
de las sesiones en donde se desarrollaban. Es probable que en la medida que se divulgó la idea de que los
médiums podían ser agentes de PK -afirma Braude- al tiempo fueron incapaces de reproducir tales prodigios
debido a su condicionamiento psicológico (consciente o inconsciente), que eran ellos mismos quienes
producían los fenómenos. De ahí es posible deducir porque, a través de los años, de médiums impresionantes
como D.D.Home o Eusapia Palladino, los hubieron menos extraordinarios, como el austriaco Rudi Schneider, en
los años 30, o la rusa Nina Kulagina en los '70, quien era apenas capaz de mover objetos, y aún con grandes
esfuerzos y sufrimientos.

Médiums Iberoamericanos

Desde la formación de la Society for Psychical Research, y la American Society for Psychical Research (entre
1882 y 1885), la necesidad de agruparse en una dirección común fue una actitud típica de aquellos tiempos en
los que la investigación de la naturaleza humana era una aventura, más que una actividad profesional.

Pero, ¿qué sabemos de la actividad de médiums más autóctonos, como por ejemplo casos en Argentina, Brasil,
Chile, España, México, u otros países iberoamericanos? En realidad muy poco. Como señalaba la parapsicóloga
Nancy L. Zingrone (Zingrone, 1996) en un reciente debate acerca de la parapsicología en los países
Iberoamericanos, tanto la Society for Psychical Research en 1882 como la Parapsychological Association en
1957 se fundaron en una época de "imperialismo," esto es, se fundaron para institucionalizar perspectivas
específicas de los fenómenos estudiados, y el tipo de práctica científica endosada por estas organizaciones.
Tanto la SPR como la PA creían firmemente en su autoridad, tanto por su conocimiento específico como por su
visión etnocéntrica de las culturas en las cuales fueron formadas. Si entraban en "conversaciones" con
personas de otras culturas y otras visiones teóricas lo hacían para enseñar su sistema de creencias, no para
entrar en un diálogo basado en la premisa de que perspectivas diferentes a la propia podían ser igualmente
incisivas y útiles para el progreso de la parapsicología. La visión del mundo anglo-americano de estas
organizaciones era, y todavía son hoy en día, en parte, un tanto inmunes a las críticas y perspectivas de otros
individuos.

En nuestra propia geografía hispano-portuguesa es posible hallar estas visiones. A consecuencia de ello se
organizaron proyectos unipersonales o micro-grupales, que -como verdaderos pioneros-, comenzaron
programas de estudio e investigación. Me limitaré a mencionar solo los médiums y sus investigadores que
destacaron por su actuación en el campo de los -así llamados- efectos físicos de la mediumnidad.

España

En la Península Ibérica hubo un atractivo interés por las cuestiones del Espiritismo. Ya en 1860, el obispo de
Barcelona organizó un auto de fé donde se quemaron algunos de los libros de Allan Kardec. El mismo Kardec
declaró: "Podrán quemar libro, pero no ideas." Casi tres décadas después, en 1888, se reunió en Barcelona el

29
Primer Congreso Internacional Espiritista, de la mano de Fernando Colavida y Antonio Torres Solanot y Casas
(Vizconde de Torres Solanot), un publicista y editor del primer periódico espiritista Revista de Estudios
Psicológicos, quienes fundaron en 1873 la Sociedad Espiritista Española, dentro de la cual actuó una de sus
primeras médiums, la poetisa Amalia Domingo Soler (1835-1909), autora de numerosas obras clásicas del
espiritismo hispano-parlante; Otero Acevedo, Miguel Vives y Vives, el pacifista Manuel Navarro Murillo, el
médico cirujano Víctor Melcior y Farré, autor de un libro titulado Los Estados Subconscientes y las Aberraciones
de la Personalidad, publicado en 1904; y Quintín López Gómez (López Gómez, n/d), autor del primer diccionario
de parapsicología en español (uno de los primeros glosarios del mundo) y editor de la Revista de Estudios
Psicológicos Lúmen, entre 1910 y 1920.

Uno de los primeros estudiosos de la doctrina espirita y sagaz investigador fue el astrónomo José Comas Solá,
quien impresionado por la obra del Coronel Albert de Rochas Exteriorización de la Motilidad (publicado en
español en 1897) menciona la curación de un médium por sugestión. Comas Solá integró en aquellos años un
grupo que estudió a una joven médium de quince años, Carmen Domínguez, bajo el pseudónimo de "Z". Hacia
1907, Comas Solá se muestra escéptico de la etiología espirita de las manifestaciones de la médium Z y escribe
en el periódico La Voz de la Verdad, algunos comentarios críticos. Se convierte así en el primer "Crookes"
español quien había sido invitado a participar de las sesiones de la médium para controlar tales
manifestaciones. No obstante apoya el desarrollo de la investigación psíquica y presenta algunos fenómenos
sencillamente como "inexplicables" (Comas Solá, 1910)

El Vizconde de Torres Solanot, un espiritista convencido, tuvo más suerte que Comas Solá y en 1877 halló a una
extraordinaria médium llamada Amelia, pero a consecuencia de las sesiones que la hicieron famosa se la llamó
la Médium de las Flores, durante cuyas sesiones aparecían flores "aportadas" por el espíritu Marietta (Torres
Solanot, 1899). Los espiritistas acostumbraban a escribir las memorias de sus sesiones donde se controlaban a
los médiums con rigor, maniatados y observados con vigilante mirada para evitar posibles fraudes. Las sesiones
se desarrollaron a lo largo de cuatro años, de 1877 a 1880, durante las cuales se observaron aportes de flores
(llegaron a aparecer más de 300 flores frescas, muchas de la cuales eran especies raras en España), escritura
directa, descenso de la temperatura, lluvia de piedras y otros objetos, materializaciones luminosas, sonidos
musicales de origen desconocido, y correspondencias cruzadas que Torres Solanot denominó
"psicotelegrafías".

Hacia la década del '20, se crea en Madrid la Sociedad Española de Estudios Metapsíquicos, cuya dirección
general estuvo a cargo del Conde de Gimeno y el Marqués de Santa Clara, intelectuales de la Real Academia de
Ciencias y Letras, el abogado Fernando Weyler, el médico Juan de Nogales y el editor Manuel de Aguilar, quien
publicó en España varias de las obras de los investigadores europeos. Durante este breve período, se
alcanzaron a traducir y publicar muchos libros, tales como las obras de Geley, Osty, Richet, Flournoy, Lombroso
y otros, de parte de editoriales tales como Araluce, Bauzá, Aguilar, y Maucci. Su actividad fue variada: editaron
varios ejemplares de la Revista de Estudios Metapsíquicos, siguiendo los lineamientos del Congreso de
Investigaciones Psíquicas de Varsovia en 1927, y experimentaron con el famoso psíquico español de visión
dermo-óptica Joaquín de Argamasilla. El Marqués de Santa Clara publicó el primer libro de psicología y
metapsíquica en España titulado Un Tanteo en el Misterio (Santa Clara, n/d), donde describe los experimentos
llevados a cabo por nueve profesores Real Academia de Medicina de Madrid sobre Joaquín de Argamasilla.
Desafortunadamente, el advenimiento de la Guerra Civil Española censuró muchas publicaciones y actividad
institucional, y sólo algunos profesionales aislados prestaron atención al tema.

Argentina

El Espiritismo latinoamericano comenzó casi paralelamente en todos los países de habla-hispana y habla-
portuguesa. Aunque en algunos de ellos, estaba camuflado bajo formas muy supersticiosas, la mejor y más
acabada documentación que existe de los antecedentes del Espiritismo en Argentina, son los archivos de la más
antigua sociedad espiritista latinoamericana: la Sociedad Espiritista Constancia, fundada en 1877 (actualmente
activa), que en sus comienzos formaron parte de sus filas y se convirtieron en sus más activos propulsores
varios prestigiosos hombres de la cultura, la política y la ciencia (Mariño, 1963).

De los más impresionantes médiums de notables efectos físicos que surgieron en el siglo pasado, pueden
destacarse Camilo Brediff, quien, entre 1880 a 1888, fue el primero conocido que ante testigos, produjo todo
tipo de fenómenos, tales como materializaciones ectoplasmáticas a plena luz, movimientos de mesas sin
contactos, y golpes sin causa aparente. Aunque acerca de este médium casi no existen memorias de sus
sesiones ni de él mismo, se sabe que Brediff abandonó todo para dedicarse a otras tareas cuando no consiguió

30
reproducir tales fenómenos en años posteriores, y la Sociedad Constancia comenzó a organizar sesiones para
entrenar médiums con facultades pictográficas y psicográficas (Parra, 1990).

Otra médium excepcional fue Estela Guerineau, de la provincia de Tucumán. Frente a Cosme Mariño demostró
varios fenómenos notables, tales como movimientos de mesas, algunas sin contacto de parte de la médium, ni
de ninguno de los asistentes y escrituras sobre pizarras lacradas herméticamente. En una oportunidad, Mariño
señaló que la mesa se movía hacia varias direcciones apuntando diferentes letras, cuyo mensaje era: "Deseo
probar mis fuerzas". Uno de los participantes, el esposo de la médium sugirió que podía sentarse cualquiera en
una silla encima de la mesa, pero como ninguno de los asistentes aceptó, decidieron colocar una pesada
maceta con camelias sobre la silla. Aunque para transportar la maceta fueron necesarias tres personas, a plena
luz, y frente a todos, la pesada maceta salió disparada de la mesa sin que hubiera sido siquiera tocada. Para
cerciorarse de la autenticidad de los hechos, se hallaban presentes el doctor Aristóbulo del Valle, Senador por
la Provincia de Buenos Aires, y el General Francisco Bosch, quienes tomaron las manos de la médium para
evitar cualquier posible manipulación (Mariño, 1963).

En 1896 el doctor Ovidio Rebaudi funda un grupo llamado Sociedad Magnetológica Argentina, en Buenos Aires.
Algunas de las experiencias fueron publicadas en su Revista de Magnetología. Investigadores independientes
estudiaban las llamadas "radiaciones vitalizantes" de los efluvios magnéticos sobre la momificación de animales
y la "exteriorización del fantasma de los vivos". Los integrantes de estos grupos fueron llamados magnetólogos,
entre quienes se destacaban Manuel Frascara, Joaquín García, Luis González, Alejandro Paquet y Luis
Vandevelde, quien había perfeccionado sus estudios de Magnetología con Henry Durville en Francia, y había
cursado en la Facultad de Magnetología de París. Las actividades de la nueva y reciente sociedad fue muy rica.
Realizaban experiencias de fascinación, sugestión, y orden post-hipnótica (Vandevelde, 1938). Además
disponían de un local cedido por Constancia, un salón para conferencias, un laboratorio de química y física, una
biblioteca y una publicación mensual. Los miembros de la nueva sociedad comenzaron a realizar interesantes
investigaciones sobre fenómenos de fotografía trascendental, donde aparecían imágenes o figuras humanas
borrosas detrás de la médium Rosalía. En 1909, algunos miembros de la sociedad se dedicaron al estudio de la
exteriorización de la motricidad y sensibilidad, que habían sido originalmente tomadas de los textos del
Coronel Albert de Rochas (Rebaudi, 1900)

Algunos de los miembros de la Sociedad Espiritista Luz del Porvenir de La Plata, en la Provincia de Buenos Aires,
realizaron experiencias de mediumnidad con Osvaldo Fidanza, conocido por sus fenómenos de materialización.
Una serie de sesiones tuvieron lugar entre 1909 y 1910 y otra serie a mediados de 1918. Según los documentos
de la época, en las sesiones se manifestaban fenómenos de escritura directa, aportes, y fotografías
trascendentales. Estaban concurridas por una numerosa asistencia por parte de miembros de Constancia y Luz
del Porvenir, donde participaron como observadores siete profesores de la Universidad de La Plata, entre ellos,
el matemático Pedro Serié. La disposición de la sala de sesiones y los controles eran rigurosos, ya que en
aquellas sesiones decía manifestarse un espíritu llamado Ætes. El médium se encontraba en una jaula
herméticamente cerrada, pero en dos ocasiones se observó a Fidanza inexplicablemente fuera del recinto.
Encontramos ciertas semejanzas con las experiencias realizadas por la médium napolitana Eusapia Palladino y
el escocés Daniel Dunglas Home en Europa; o a Eleonor Piper, en los Estados Unidos (Serié, 1910).

En 1954, los hermanos Armando y Rodolfo Ferretti organizaron una serie de sesiones para los miembros de la
Sociedad Constancia con el médium Joao Rodríguez Cosme, un médium brasilero de escasa cultura, que
provocaba todo tipo de manifestaciones mediúmnicas de origen físico, tales como levitaciones, aportes, y
ectoplasmias. Los asistentes observaron discos de colores azul y rojo, curiosos efectos luminosos, levitaciones
de mesas y voces directas. Se realizaron cinco encuentros en casa de los Ferretti, tres en el salón de la Sociedad
Constancia y otras tres en la casa del mismo Rodríguez Cosme en Brasil, que se publicó en el libro de sesiones
titulado Extraordinarios y Recientes Fenómenos Metapsíquicos en la Argentina (Ferreti & Ferreti, 1954).

Brasil

En Brasil hubo desde siempre una gran cantidad de médiums de efectos físicos. El Espiritismo en Brasil apareció
hacia mediados de los años 60 del siglo pasado a través del estadista portugués Becerra de Meneses, quien
difundió rápidamente la doctrina espirita. En el pasado y actualmente, la cantidad de médiums ha sido
impresionante. El más veterano de ellos, el nonagenario Francisco Cándido "Chico" Xavier ha sido uno de los
más populares, llegando a escribir más de 200 libros bajo la guía del espíritu "André Luiz". Chico Xavier mereció
premios y derechos de autor multimillonarios que fueron cedidos enteramente para obras de caridad. Su obra
psicografiada más famosa, Parnaso de Alem Tumulo [Paraiso Mas Allá de la Tumba] ha sido traducida a casi

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tantos idiomas como las obras de Jorge Luis Borges (Lisboa, 1994). Otros médiums controvertidos, Luiz Antonio
Gasparetto, Ze Arigó, Edson Cavalcante Queiroz, Doña Edelarcil, y Thomas Green Morton, han sido polémicos y
controvertidos por sus intervenciones, algunas de la cuales han sido sospechadas de fraudes y engaños
(Playrfair, 1975)

Sin embargo, el famoso médium brasilero Carlos Mirabelli (1889-1951) ha llamado la atención a tal punto, que
la comunidad parapsicológica internacional giró sus ojos sobre Sudamérica entre 1920-1940. A los veinticuatro
años padece permanentes persecuciones, ya por fanáticos religiosos, por la prensa local o la misma policía,
teniendo que soportar más de quince procesos por "ejercicio ilegal de la medicina". Actúa en La Casa de
Caridad San Luis, para canalizar sus motivaciones asistencialistas, como su sustancial colaboración en el
nacimiento de distintas organizaciones, tales como la Academia de Estudios Psíquicos "César Lombroso" y la
Academia Brasilera de Metapsíquica (ambas en Río de Janeiro), y el Instituto Psíquico Brasilero de San Pablo,
que tenían como principal objetivo la certificación y el estudio de las asombrosas capacidades adjetivadas por
algunos como "mirabellianas", durante las cuales nunca a lo largo de su vida fue descubierto en ningún tipo de
fraude, pese a las insistentes campañas de difamación llevadas contra su persona. Mirabelli fue investigado por
varios metapsiquistas, entre ellos un delegado de la SPR, Theodore Besterman, quien viajo especialmente a Río
de Janeiro para estudiar el caso, que incluía psicografía, psicofonías, incorporación, transfiguración,
clarividencia, transporte, desmaterialización de objetos o del propio cuerpo del médium, materializaciones de
espíritus, bicorporeidad, psicometría, moldeados, irradiaciones luminosas, sonidos trascendentes como los
emitidos por instrumentos y voces de fuentes invisibles, pinturas en acuarela, crayón, lápiz, óleo, y levitación
de objetos y del propio médium, incluso una fotografía que muestra a Mirabelli con guardapolvo blanco
levitando, que recorrió todo el mundo y lo hizo famoso (Palhano, 1994; Playfair, 1975).

Algunos años más tarde, en 1948, R.A. Ranieri, un oficial de policía del Estado de Sao Paulo, publicó las
memorias de dos médiums de Minas Gerais, el caso de Francisco Lins Peixoto (apodado "Peixotinho") y el
médium Fabio Machado, quien producía frente a calificados testigos fenómenos de materialización luminosa.
En su libro (Rainieri, 1955) relata sus experiencias con cinco médiums de efectos físicos en Brasil, como Ifigenia
Franca, Enio Weindlin, Levi, Altino, y Eleninha. En dos oportunidades, los asistentes practicaron la clásica sesión
de vaciados en parafina, donde amplios recipientes de parafina líquida a alta temperatura estuvieron en el
centro de la sesión. Los asistentes -a plena luz- observaron "algo" invisible sumergirse en la parafina donde
flotó el moldeado de dos manos entrecruzadas en acto de rezo. Los detalles de ambas manos fueron tan
perfectos que Ranieri analizó las huellas dactilares que resultaron pertenecer a Eleuterio Blum Ferlich,
comandante General de la Fuerza Pública de Sao Paulo, fallecido pocos años antes y a quien Ranieri dedica su
obra (Beloff & Playfair, 1993; Playfair, 1975).

México y otros países

En México, Canuto Caballero y J.G.Betancur fundan a principios de siglo el Círculo Magnetológico en San Pedro
(Coahuila), quienes disponían de una enorme biblioteca y gran cantidad de socios. Sin embargo, se puede decir
que los primeros estudios en metapsíquica comenzaron hacia 1919 con los trabajos del médico alemán Gustav
Pagenstecher sobre la señora María Reyes de Zierold con pruebas psíquicas en el curso de sus terapias
hipnóticas. Pagenstecher residía en México y ocupó cargos jerárquicos en la Oficina de Sanidad de México, D.F.
María Reyes no era específicamente médium, sino una paciente con facultades de psíquica dotada muy
notables durante sus trances hipnóticos. Ambos, investigador y psíquica, recibieron la visita del entonces
presidente de la American Society for Psychical Research, Walter Franklin Prince, quien junto al médico
desarrollaron 62 sesiones de psicometría, entre 1919 y 1920, con objetos diversos, cartas ensobradas,
describiendo detalladamente datos o características de tales objetos con suma precisión (Pagenstecher, 1920).
Pagestecher acuñó el término Percepción Extrasensorial (mucho antes que J.B.Rhine) y publicó dos libros
donde describió sus experiencias (Pagenstecher, 1946a, 1946b).

En los años 30, el sacerdote jesuita mexicano Carlos María de Heredia fue muy conocido en los Estados Unidos
y Sudamérica desenmascarando médiums fraudulentos. Heredia, que era íntimo amigo de Harry Houdini, no
era escéptico y admitía la realidad de los fenómenos psíquicos pero con "limitaciones", y obstinadamente
contraponía el catolicismo frente a lo que consideraba un enemigo de la Iglesia: el Espiritismo. Participaba en
muchos programas de TV donde hacia despliegue de sus reality-shows desafiando a los espiritistas por sumas
de U$ 10,000 o más, a cambio que le demuestren sus presuntas facultades como médium. El Padre Heredia era
un hombre muy carismático con el público y en México publicó Fraudes Espiritistas y Los Fenómenos
Metapsíquicos que logró vender más de 100.000 ejemplares, traducidos al inglés y al francés (Heredia, 1951).

32
En 1939, una serie de sesiones desarrolladas en el Instituto Mexicano de Investigaciones Síquicas (IMIS) por
Rafael Alvarez y Alvarez fueron el centro de atención, entre 1940 a 1952. El propósito de instituto era investigar
la mediumnidad de Luis Martínez (Don Luisito), en cuya presencia se materializaba su espíritu guía llamado
Maestro Amajur. Durante las sesiones del IMIS asistieron numerosas personalidades de la política mexicana
con quien Alvarez y Alvarez estaba bien relacionado, incluyendo dos ex-presidentes. Se producían aportes a
plena luz y en formas bien definidas que se movían y actuaban, e incluso miembros de la American Society for
Psychical Research de New York fueron invitados a participar, hacia 1943. El jesuita Carlos María de Heredia,
quien se hizo conocido en el mundo desenmascarando médiums de materialización fraudulentos, participó de
estas reuniones y observó sesiones de materialización. En una de ellas, el espíritu levantó al médium en trance
por el aire y lo arrojó a dos metros de distancia. Heredia se vio obligado a firmar los Protocolos y testificar la
autenticidad de las manifestaciones, los cuales efectivamente aparecen publicados por Gutierre Tibón y Alberto
Algazi (Algazi & Tibón, 1960; Algazi, 1975; Gomezharper de Treviño, 1990).

Independientemente de estos casos, algunos más increíbles que otros, parece posible mencionar otros países
en Latinoamérica que descollaron por sus médiums. En Chile, Tomás Ríos González analizó el caso de un
médium anónimo que levitaba mesas sin tocarlas en una Sociedad Espirita de Chile, en 1914 (Moog, 1949), y
Ernesto Moog fundó en 1945 la Sociedad de Estudios Metapsíquicos de Chile que publicó la pequeña revista
Cuadernos de Estudios Psíquicos. Moog era un hombre equilibrado y modesto de Santiago que investigó varios
casos Poltergeist, y médiums intelectuales (Moog, 1949). En Bogotá, el Dr. Luis Zea Uribe, un catedrático de la
Facultad de Medicina de Colombia de principios de siglo informó las facultades de una mujer de 35 años madre
de seis hijos, quien durante sus trances manifestaba facultades de xenoglosia por un espíritu que se hacía
llamar Ramón de la Infiesta, a quien René Sudré comparó con Mrs. Eleonor Piper (Uribe, n/d)

John Beloff (1993) advierte que la historia de la parapsicología está aún inconclusa. Las sospechas de fraude y
engaño han pendido de un hilo sobre la cabeza de los investigadores y los médiums. Más recientemente, el
parapsicólogo puertorriqueño Alfonso Martínez Taboas (1979) declaraba que muchos de estos fenómenos, por
las condiciones con las cuales se estudiaban, se transformaron en sospechosos debido a su remoto pasado y a
su insuficiente repetibilidad. Aprenderemos mucho más de ellos el día que los prejuicios sociales y culturales -y
en parte también los psicológicos- que sortearon sus antiguos protagonistas, disminuyan en el futuro.

REFERENCIAS

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LAS LECCIONES DE HISTORIA

John Beloff 2

LAS LECCIONES DE HISTORIA

John Beloff 3

2
Doctor en Psicología. Ex-editor del Journal of the Society for Psychical Research. Fue profesor de
parapsicología en la Universidad de Edinburgo, en Escocia.
3
Doctor en Psicología. Ex-editor del Journal of the Society for Psychical Research. Fue profesor de
parapsicología en la Universidad de Edinburgo, en Escocia.
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INTRODUCCIÓN

Años atrás, fui invitado por un editor londinense a escribir una breve historia de la parapsicología (Beloff,
1993). En este libro, intenté delinear la evolución de nuestra disciplina desde la época del mesmerismo e
incluso aún antes, hasta la actualidad. Siempre tuve presente que esto no sería una tarea fácil, pero esa
dificultad no fue solamente en cuanto a su aspecto práctico, tratando de condensar un gran número de hechos
en una narración que pudiera ser comprensible, sino que, el verdadero desafío, fue como mantener el interés
de los lectores sobre una historia que no puede ser presentada como una sucesión de hechos históricos
exitosos como quien intentaría hacer si fuera a escribir la historia de cualquiera de las ciencias convencionales.

Sin embargo, diciendo esto, no estoy minimizando los esfuerzos de los investigadores, por el contrario, su
dedicación a la ciencia enfrentando toda clase de obstáculos puede ser descrita como heroica. Pero en relación
a los tres principales criterios de éxito en la ciencia convencional: conocimiento teórico, aplicación práctica y
prestigio intelectual, no se puede pretender que la parapsicología (o investigación psíquica; utilizaré estos
términos de manera recíproca) lo haya comprobado hasta ahora por si misma. De este modo, deberíamos
considerarlo como nuestra primera lección de historia: esa lección es la humildad. La dura verdad que tenemos
que enfrentar es que la cruda realidad del fenómeno psi no ha sido verificada a satisfacción de todos.

LA RELEVANCIA DE LA HISTORIA

Sin embargo, para sernos honestos a nosotros mismos deberíamos decir que solo ese avance espectacular ha
llegado a ser una regla en las ciencias físicas o naturales. Pensemos simplemente lo que ha sucedido en áreas
como la investigación en medicina, la información tecnológica, la física de las partículas o la cosmología, por
nombrar solo unos pocos ejemplos sobresalientes y para darse cuenta lo que significan estos progresos. En el
caso de las ciencias humanas o sociales, por el contrario, ya sea en economía, sociología, antropología, o, en
especialmente en psicología. Primero, descubrimos que no hay muchos hallazgos revolucionarios o
permanentes progresos como una sucesión de puntos de vista, o escuelas de pensamiento, emparejadas a una
progresiva sofisticación en cuanto a técnica y metodología. Por ejemplo, la aplicación de análisis
computarizados en las ciencias sociales ha aumentado considerablemente el poder de estas ciencias. La
parapsicología no se compara desfavorablemente con esas otras ciencias humanas cuando introduce una
estadística depurada o la innovación instrumental.

No obstante, las vicisitudes en el área de la parapsicología son mucho más dramáticas que en estas otras
ciencias, especialmente en lo que concierne a los “fenómenos intensos”, pues para hablar de historia de la
parapsicología, es necesario distinguir entre un fenómeno que, llevado al valor nominal es de por si,
evidentemente de carácter paranormal, es decir, un fenómeno intenso; de aquellos en los que se evalúa la
paranormalidad por un análisis estadístico, es decir, un fenómeno poco ostensible. Esto último, aunque
conocido desde el siglo XIX, no llega ser importante hasta la “Revolución Rhineana” (como me gusta
denominarla). En cuanto a la historia de los fenómenos intensos concierne, lo que encontramos es algo que
tiene muchas más reminiscencias en la historia del arte que en la historia de la ciencias, sean éstas naturales o
sociales. Por ello, en la historia del arte, y esto es legítimo en literatura y en música, así como en artes visuales,
no existen progresos sistemáticos. Lo que usted encontrará en lugar de ello, es el breve surgimiento de alguna
nueva escuela o movimiento, normalmente centrada alrededor de ciertos genios, copiados por seguidores no
inspirados, e imitando su obra hasta que ésta finalmente se disuelve o eclipsa, luego de lo cual una nueva
escuela o movimiento surge en cualquier otro lugar, dedicada enteramente a ideales diferentes, hasta que ésta
a su vez, también se extingue y es reemplazada.

De igual manera, encontramos en la historia de la parapsicología, numerosos ejemplos de progresos


prometedores, normalmente centrados alrededor de ciertos individuos dotados que aseguran poseer poderes
sobrenaturales y que por un tiempo, hacen suponer como si fuera inminente una nueva era. Pero, ¿qué
sucede? El fenómeno declina, estos sujetos pierden su poder o son desacreditados, y lo que comenzó con
buenas perspectivas, se convierte en un falso amanecer. Tal vez, el ejemplo más reciente de lo que decimos sea
el de los dobladores de metales, que comenzó con el advenimiento de Uri Geller a principios de la década del
’70.

Por supuesto, una diferencia crítica entre la historia del arte y la historia de la parapsicología es que la obra
artística normalmente parece viva, y por ello no hay porque diferir frente al juicio de los historiadores. En el
caso de la parapsicología, en cambio, el fenómeno en cuestión no está tan extendido como para un examen
crítico, de modo que nosotros dependemos absolutamente de los informes y registros. Se podría decir, por

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supuesto, que no hay diferencia alguna respecto a la historia de los políticos, donde estamos tratando
igualmente sobre sucesos pasados de los que solo los documentos históricos pueden dar testimonio. En la
naturaleza del caso, es esto precisamente, el porqué los fenómenos paranormales están bajo sospecha de una
forma que no lo están los hechos históricos convencionales. Tal vez, si los grandes exponentes de estos
fenómenos del pasado se hubiesen dedicado a producir hechos paranormales (por ejemplo, los Objetos
Paranormales Permanentes), en lugar de materializaciones espurias o levitaciones de mesas, estaríamos mas
cerca de la posición del historiador de arte, cosa que en realidad no sucedió. Lo que en este punto quiero
señalar es que como aparecen aquellos destellos de creatividad que generalmente asociamos con la actividad
artística, la manifestación del fenómeno paranormal aparece también de manera ciclotímica. Esto debería ser
así, si lo consideramos a su debido momento. Mientras tanto, lo estoy proponiendo como nuestra segunda
lección de historia.

Una consecuencia de todas estas fluctuaciones es que muchos fenómenos intensos no se observan con
frecuencia hoy día, y tienden a ser considerados como fraudulentos aún por quienes son muy conocedores de
hechos históricos. Por otra parte, no solo los críticos de la parapsicología dudan de la importancia de la
evidencia histórica, sino también muchos experimentados parapsicólogos. La posición que ellos adoptan es
que, si un fenómeno dado no puede ser educido con propósitos experimentales, podría ser prudente
simplemente ignorarlo. La parapsicología de acuerdo a esta escuela de pensamiento debería interesarse
exclusivamente en cuestiones que todos nosotros podemos esperar resolver. Debo disentir en este aspecto. Si
aspiramos a ser algo más que solo técnicos, es necesario mantener una perspectiva. Limitar nuestra atención
en el aquí y ahora es, creo, una señal de provincialismo. Prefiero pensar del estudio de lo paranormal como el
despliegue de un vasto paisaje repleto de toda clase de flora y fauna fantástica y exótica, y que son demasiado
importantes como para ignorarlas, estando aún actualmente inaccesibles. En síntesis, escribiendo la historia de
la parapsicología me he convencido que esa historia tiene enseñanzas y que el pasado no es irrelevante para los
problemas e inquietudes actuales.

EL EFECTO DE DECLINACIÓN

Un aspecto de ese curso irregular que nuestra ciencia ha tomado ha sido la continúa disminución de la
intensidad de los fenómenos paranormales que tratamos de estudiar. Esto se puede percibir más visiblemente
en el caso del fenómeno parafísico. En la actualidad, la mediumnidad física es solo una cosa del pasado, de lo
que resulta que solo los casos de poltergeist son los fenómenos de macro-PK más accesibles para estudiar.
Curiosamente, estos casos constituyen la excepción, y aunque ellos han cambiado muy poco desde hace siglos
no muestran todavía señales de desaparecer. Desgraciadamente, estos fenómenos son hechos de corta
duración y aunque son estudiados seriamente, presentan grandes dificultades prácticas para efectuar una
investigación sistemática y categórica.

Sea como sea, si en la actualidad usted quiere realizar un estudio sobre PK, el método probado es conseguir
que el sujeto trate de influir un sistema binario electrónico del Generador de Números al Azar (Random
Number Generator, o RNG). En realidad, el uso de esta técnica ha sido puesta en duda por algunos
parapsicólogos contemporáneos al punto en que muchos dudan acerca de si ésta sea la forma de demostrar
convincentemente la macro-PK. Pero con todo, en esta era computarizada, recién ahora estamos capacitados
para desarrollar millones de pruebas en un breve lapso, de modo que hasta un efecto PK de un solo minuto nos
podría proporcionar un interesante promedio integral, solo que en este caso la dirección del puntaje
permanecerá constante. Desafortunadamente, muy pocos sujetos están dotados de esta regularidad durante
un lapso lo bastante intenso como para proporcionar promedios que sean mucho más significativos que
cuando debíamos recurrir al arduo proceso del lanzamiento de dados en épocas pasadas. En verdad, un
reciente meta-análisis llevado a cabo por Radin y Ferrari (1991) demostró que la valoración total del efecto de
los experimentos con dados es levemente superior a los de los experimentos con el RNG, aunque ambos son en
extremo marginalmente significativos.

El breve término del efecto de declinación fue, en efecto, una característica familiar en el laboratorio de
parapsicología en donde la investigación de J.B. Rhine tuvo su mayor auge. En realidad, en los primeros
trabajos de PK, la declinación intra-sesional proporcionó probablemente el indicio más evidente de que algo
fuera de lo común estaba ocurriendo. Desafortunadamente, de esto pronto se transluce que un efecto de
declinación para la ESP no es menor que para la PK, y que éste podría continuar a través y a lo largo de todas
las sesiones. Por lo general, todos los sujetos con altos puntajes de ESP perdieron finalmente su facultad.
Incluso, Pavel Stepanek cuyos diez años de carrera como sujeto ESP le merecieron una mención en el Libro
Guiness de los Records, también perdió su capacidad. Cuando, luego de algún tiempo, Stepanek fue testeado

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nuevamente por el doctor Kappers en Ámsterdam hace poco tiempo, solo pudo producir promedios cercanos
al azar (Kappers et al., 1990). No creo que esto haya sido por una falta de motivación o cansancio en su caso,
como algunas veces se ha expuesto como una explicación para el efecto de declinación, pues fue conocida la
gran resistencia de Stepanek, a quien nunca se lo vio cansado físicamente. Ni siquiera podemos tomar en serio
el intento de Martín Gardner de explicar como Stepanek podría haberlo llevado a cabo en forma fraudulenta
(Gardner, 1989). Si realmente fuera un tramposo debía haber perfeccionado la técnica a medida que adquirió
más práctica. Cualquiera que sea la explicación de ese largo período de declinación de sus facultades, debe ser
seguramente una explicación más profunda y valedera.

DOS FALSOS AMANECERES

Una consecuencia de esas vicisitudes históricas es que, más de una vez, nos parece estar parados en el umbral
de una nueva era en la que la parapsicología podría llegar a ser mayor de edad y finalmente, ganar el
reconocimiento universal. En particular, me impresionaron dos ejemplos mientras escribía esta historia. El
primero se refiere a la fundación de la Society for Psychical Research (SPR) de Londres en 1882; el segundo, a la
creación del Laboratorio dirigido por Rhine en la Universidad de Duke. Los comienzos de la SPR fueron bastante
modestos. Su inicio se debió al generoso apoyo financiero de los espiritistas, quienes inicialmente se
incorporaron como miembros para que esto pudiera funcionar. Aún así, rápidamente comenzaron a atraer a
eminentes profesores y científicos y a muchos otros notables de la Inglaterra victoriana, y durante una década
pudo enorgullecerse por incluir en su Consejo no menos de ocho miembros de la Royal Society [de Ciencias].
Pero lo más importante en sus relaciones públicas en aquellos días fue la gran productibilidad, y el elevado
nivel de erudicción mantenido como lo testifican los antiguos Proceedings (Actas) de la SPR. Esto se debió
gracias a unos pocos pero infatigables entusiastas entre quienes se encontraban Myers, Gurney, Hodgson y
Eleanor Sidgwick, que son las figuras más destacables. Sus trabajos incluyen una vasta colección de casos
espontáneos, test con médiums y psíquicos, experimentos de laboratorio empleando hipnosis, y mucho más.
Particularmente Myers, disfrutó de una reputación internacional y fue figura prominente en el primer congreso
europeo de psicología, pues, en los finales del siglo XIX, existía especialmente en Francia gran interés por el
tema de la disociación, ejemplificado por los diversos automatismos inconscientes. Esto fue una característica
distintiva del trabajo de Myers con los médiums sobre la que desarrolló su teoría del yo subliminal.

¿En qué se equivocó? ¿Qué hizo que esta prometedora iniciativa se frustrara? ¿Por qué los miembros de la
sociedad no se han incrementado desde aquellos primeros días? Podríamos tener una respuesta si recurrimos
a un artículo de William James (1909/1960). Puedo decir que James, incuestionablemente, fue la figura más
brillante que llegara a ser presidente de la SPR (durante el período 1894-95), aunque su mayor aporte en este
campo, a mi parecer, fue el de haber descubierto a la incomparable Leonora Piper, a quien gustaba llamar su
“white crow” [cuervo blanco], quien fuera de toda duda, lo convenció de la realidad del fenómeno psíquico. En
un artículo escrito en 1909, recuerda un encuentro con Henry Sidgwick, el primer presidente de la Sociedad,
que murió en 1900:

«Como todos los fundadores, Sidgwick esperaba éxitos asegurados en los resultados; y le escuché decir, un año
antes de su muerte, que si alguien le hubiera manifestado en sus comienzos, que veinte años después tendría
tantos interrogantes como al principio, podría juzgar a la profecía como increíble. Parecía imposible que toda
esta evidencia pudiera presentar resultados finales tan pobres.» (James, 1909/1960, p.310)

James entonces procedió a discutir sus propias experiencias de las que, nos dice, han sido similares a las de
Sidgwick:

«Durante 25 años estuve al tanto de la literatura de la investigación psíquica y he tenido contacto con
numerosos investigadores. También he dedicado bastantes horas... a presenciar los fenómenos. No estoy
teóricamente más allá de lo que estaba cuando comencé y estoy dispuesto a creer que el Creador ha tenido
eternamente en mira esta parte de la naturaleza como un perfecto interrogante permanentemente, incitando
nuestra curiosidad y nuestras expectativas y sospechas, todas en su justa medida; así que, aunque fantasmas,
clarividencias, raps, y mensajes de los espíritus estén siempre existiendo, y nunca puedan ser explicados del
todo, no podrán ser en si mismos susceptibles de una corroboración total (James, 1909/1960, p.310).

James no fue pesimista o derrotista por naturaleza, y pienso que sus palabras reflejan lo que muchos deben
haber sentido en su tiempo. Aunque comparado con el nuestro, no parece haber habido una ausencia de
fenómenos para estudiar. La SPR estuvo por entonces preocupada en el famoso caso de las “correspondencias
cruzadas”. Pero fue posible solo por la disponibilidad de un sinnúmero de dotados automatistas, la mayoría de

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los cuales no eran médiums profesionales en absoluto, sino personas cultas e incluso mujeres universitarias,
como Margaret Verral y su hija Helen, acerca de quienes no hemos visto a nadie que se les parezca.

Prosigamos y consideremos el caso de la “Revolución Rhine”. En 1933, J.B.Rhine producía una monografía
titulada Extra-Sensory Perception [Percepción Extrasensorial], la cual incluía las investigaciones parapsicológicas
llevadas a cabo durante varios años. Rhine le envió la monografía a W.F.Prince, presidente por entonces de la
Boston Society for Psychical Research y uno de sus principales mentores. Sin embargo, Prince tal vez no tuvo
idea de la importancia de este informe, ya que en 1934 se la editó en un tiraje de tan solo 900 copias. Al año
siguiente, Bruce Humphries de Boston, un editor comercial, tomó el libro y lo lanzó al mercado literario. Pienso
que se puede decir que ninguna otra publicación en la historia de la parapsicología o la investigación psíquica
ha logrado tantos elogios y gozar de tan amplia circulación. Los periodistas de ciencia en América escribieron
entusiastas artículos acerca de Rhine en la prensa nacional y los Departamentos de Psicología en todos los
Estados Unidos, solicitaron estos novedosos tests de adivinanza de naipes que, vaya casualidad, tenían el estilo
que la psicología americana estaba adoptando en aquel entonces en todos lados. De seguro, si hubo un avance
sensacional en parapsicología este puede serlo. Pero, ¿qué sucedió? ¿Cuál fue el error?

Una breve respuesta sería que el fenómeno no era fácilmente accesible. Rhine consideraba casi como un
artículo de fe a la ESP como un don universal -todos nosotros la tenemos en un pequeño grado pues por donde
se vea, debería clasificarse como un efecto estadístico. Además, sus experiencias iniciales con estudiantes
voluntarios en la Universidad de Duke parecían confirmar esta suposición. No cabe duda que sus primeros
resultados podrían ser desatendidos debido a las condiciones poco rigurosas de observación que entonces
prevalecían, pero en su monografía hay citados no menos de ocho individuos que fueron capaces de
mantenerse al margen del azar, bajo condiciones seguras de observación, durante un período bastante
extenso, y lograr totalizar puntajes significativos superiores al nivel de azar. Esos resultados no pueden dejarse
fácilmente de lado. De los sujetos mencionados, el más sobresaliente fue Hubert Pearce, un estudiante de
teología de Duke. Yo creo que nadie hizo más para confirmar la legitimidad de la actuación de Pearce que el
argumento ridículo que Marck Hansel estuvo impulsado a inventar para desacreditarlo (Hansel, 1966). Pero,
¿porqué hubo tan pocos “Hubert Pearces” e incluso resultados similares en otras universidades? ¿y porqué fue
Rhine incapaz de descubrir otro “Hubert Pearce”? No tengo la respuesta a ambas preguntas, pero dudo que
podamos perfeccionar mucho la explicación ofrecida por Rhine en el prólogo que escribió para la edición de
1964 de Extrasensory Perception. Rhine afirma que existía, en ese tiempo y lugar, un excepcional fervor y un
espíritu de equipo como no los hubo en otros momentos que lo igualara, sea allí o en cualquier otro lado. Si
Rhine fue exacto, tal vez podría proporcionarnos uno de los indicios a los reiterados “falsos amaneceres” de la
parapsicología en los que he puesto una cuidadosa atención. Cualquiera sea la razón, podemos volver con
posterioridad a esto. Al parecer, las manifestaciones psi son situaciones dependientes en un nivel que tiene
pocos paralelos en psicología. En realidad, podría ir mucho mas lejos al punto de decir que esta conclusión
podría ser la mayor lección de todas.

Esta Revolución Rhineana tuvo dos principales objetivos. El primero fue demostrar, a satisfacción de toda la
comunidad científica, la existencia de la ESP -una realidad para el mismo Rhine que nunca vaciló en negar. El
segundo objetivo fue hacer a la parapsicología académicamente respetable. Rhine confió en esto y lo consiguió
llevando lo paranormal fuera del oscuro cuarto de sesiones (su desafortunada pelea con la médium Margery le
dejó una impresión indeleble) y en la claridad de un laboratorio, se podría decir que Rhine rindió culto a la
ciencia. Esta ocupó el lugar de Dios después que hubo perdido la fe religiosa de su juventud, aunque su madre
confió en que podría llegar a ser un sacerdote. Incluso, cuando Rhine murió en febrero de 1980, estos dos
originarios objetivos estuvieron muy próximos a cumplirse. Por un lado, el golpe bajo de los escépticos cobro
fuerzas momentáneamente y muchos eminentes científicos estuvieron prestando su apoyo a la nueva
organización escéptica, CSICOP (Committee for the Investigation of Claims of the Paranormal [Comité para la
Investigación de los Supuestos Fenómenos Paranormales]), fundada en 1976. Por el otro, el ocultismo popular
y la moda “New Age” [Nueva Era] no echaron luz a estos estudios para el público en general, haciendo aún más
difícil a la parapsicología poder ofrecer una información responsable.

EL PROBLEMA DEL FRAUDE

Los científicos delincuentes no son nada nuevo en la historia, y no creo, a pesar de los casos de W.J.Levy en el
Laboratorio de Rhine y de S.G.Soal en Inglaterra, que obtuvieron amplia publicidad, que la parapsicología haya
llamado la atención porque estos renegados hayan tenido participación. Lo indiscutible es que la parapsicología
es, por razones obvias, mucho más vulnerable que las ciencias convencionales, a los nefastos efectos de tales
escándalos. En ambos casos, la única gracia salvadora es que los mismos parapsicólogos fueron quienes

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denunciaron a los delincuentes. Con el tiempo, sin embargo, lo que ha causado más daño a la imagen de la
parapsicología ha sido la confusión creada por los falsos dotados, aquellos pseudo-psíquicos que
deliberadamente pretendieron engañar a los investigadores y algunas veces consiguieron su cometido. ¿Cómo
debemos actuar para evitar estos abusos?

Se han sostenido diferentes conclusiones de parte de distintas figuras de prestigio respecto a esta particular
lección de historia. Algunos parapsicólogos que conozco son reacios a tomar cualquier aparente psíquico
conocido, prefiriendo trabajar con voluntarios anónimos que no tienen caprichos ni grandes pretensiones, no
exigen un tratamiento especial y en quienes se puede confiar y se someterán humildemente a cualquier
condición que se les imponga. Aún si, al final del día, sus promedios podrían no ser muy significativos. Sin
embargo, yo lo prefiero de una manera distinta. Creyendo -como lo hago- que la capacidad psi es tan rara
como valiosa, pienso que nos arriesgamos a perder haciendo caso omiso a esto, puesto que podría ser difícil de
enfrentar.

Sin duda, si uno pudiera decir con certeza que un individuo determinado es auténtico o un fraude, la situación
podría mucho más simple. Pero la historia sugiere que algunos de los más talentosos actores son los que
hemos aprendido en llamar “casos mixtos”. A menudo, Eusapia Palladino es mencionada como un clásico
ejemplo de esta categoría (Beloff, 1991) pero en realidad, más o menos todos los médiums físicos, desde la
hermanas Fox en adelante, fueron detectados en fraude y, del mismo modo, Eva Carriere o Margery también
dieron sobrados motivos para la sospecha. Una consecuencia de esto es que la SPR, promovida por Hodgson y
Podmore, determinó que la mediumnidad física era más incómoda que meritoria. En lo sucesivo, algunos
prometedores médiums como Mrs.Leonard fueron disuadidos a comprometerse en esto. Como resultado de
esta política, la mayoría de los mejores trabajos con los médiums físicos en este siglo fue los realizados en el
Instituto Metapsíquico de París.

LA MATERIALIZACIÓN

A riesgo de conmover a algunos de los parapsicólogos más ortodoxos, me gustaría decir algo sobre la
controvertida cuestión de la materialización. Pienso que todos podemos estar de acuerdo en el hecho de que
hubo cierta forma de materialización completa, y este fenómeno podría sobrepasar cualquier otra clase de
fenómeno paranormal conocido en toda la investigación psíquica. Después de todo, nada podría ser más
increíble que la existencia de un ser que durante una sesión puede hablar, caminar, y aparecer (completamente
vestido) como si fuera una persona viva. En consecuencia, no podría culpar a nadie por considerar que en
realidad no existe un solo caso genuino de materialización como ésta. Sin embargo, nadie podría negar que
existe en la literatura, algunos relatos un poco enigmáticos que pudieran sugerir lo contrario.

Un año después de las famosas sesiones de Nápoles, en octubre de 1909, Hereward Carrington publicó un
artículo en el periódico americano McClure’s Magazine titulado “Eusapia Palladino: La Desesperación de la
Ciencia”. Hoy día, Palladino no es considerada como antes, una médium de materialización. Si ella fue capaz de
hacer levitar una pequeña mesa sin utilizar sus pies o sus manos, o pudo hacer que las cortinas o su falda
ondularan en un cuarto cerrado, los investigadores quedaron satisfechos. Todas estas materializaciones, que
ella generó en ciertas ocasiones fueron de muy poco valor, en su mayor parte. No obstante, no siempre parece
haber sido así. En este artículo, Carrington relata esta curiosa anécdota acerca de un miembro del Institut
General Psychologique [Instituto General de Psicología], M. Yourievitch que desde 1905 hasta 1908, llevó a
cabo extensas sesiones inconclusas con Eusapia. Algunas de las luminarias de la escena intelectual francesa,
tales como Pierre y Marie Curie y Henri Bergson participaron en las sesiones. Respecto a Yourievitch,
Carrington escribe:

«Su padre había muerto hace algunos años. En una de las sesiones de Eusapia un cuerpo sólido aunque
invisible, tangible a través de la cortina se le acercó diciéndole ser su padre. Ahora bien, su padre tenía la
peculiaridad de tener un dedo deformado: afilado en punta y con una uña deformada para adaptarse al dedo.
M.Yourievitch preguntó a su «padre» en ruso -un lenguaje totalmente desconocido para Eusapia- si podía
poner su mano en la arcilla húmeda que se hallaba en el gabinete, detrás de la cortina. Luego de cierto tiempo,
siendo la médium cuidadosamente sujeta y vigilada, mientras tanto, los investigadores pidieron que se
encendieran las luces. Entonces, examinaron la arcilla en el gabinete y encontraron la impresión de una mano:
el primer dedo mostraba marcas idénticas de deformidad como las que tenía su padre muerto.» (Carrington,
1909, p.662).»

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¿Qué se puede pensar de semejante historia? ¿Esta Carrington tratando de ponernos una soga al cuello? ¿O
esta corriendo el riesgo de ser expuesto ante el mundo como un mentiroso pudiendo alguien acusarlo? ¿O
quizá Yurievitch inventó todo el incidente solo para ver como Carrington mordía el anzuelo? Y si así fuera, ¿qué
podemos decir del eminente psiquiatra y criminalista italiano Lombroso? En su libro acerca de Palladino,
Lombroso describe la materialización completa de su propia madre (Lombroso, 1909/1988). También informa
que Morselli, el Director de una clínica psiquiátrica de Génova, que llevó a cabo lo que fue, creo, la más extensa
serie de test con Eusapia nunca antes realizada, que fuera publicada en dos volúmenes, tuvo igualmente un
encuentro con su madre durante una sesión -muy a pesar suyo, ya que, según Lombroso, Morselli no era
precisamente un espiritista. Incluso, Lombroso relata que Bozzano, otro pionero de la investigación psíquica
italiana, tuvo una vez un encuentro con su lejana mujer en una sesión. A lo largo de su vida, Bozzano había
tenido un largo litigio con ella, y era la última persona a quien él hubiera querido encontrar! Aún hablándole en
un dialecto genovés que Eusapia, una napolitana, no pudo haber conocido. Por supuesto, todo esto es un
rumor. Honestamente, no estamos obligados a creer en todas estas historias, pero deberíamos preguntarnos
porqué tantos académicos han dicho la misma mentira sin razón aparente!

Volveré a una evidencia más interesante de materialización completa. En 1924, cierto F.W. Pawlowski, un
americano de descendencia polaca que era por entonces profesor de Ingeniería Aeronáutica en la Universidad
de Michigan, fue un fin de semana a Europa y participó en una sesión en Varsovia ofrecida por el médium
Franek Kluski. Pawlowski escribe sus observaciones en un artículo que publicó en el Journal of the American
Society for Psychical Research (Pawlowski, 1925). (“Franek Kluski”, ahora sabemos [ver Weaver, 1992] fue el
pseudónimo de Teofil Modrzejewski, un banquero, fue también escritor, periodista y un poeta de cierta fama).
Casi accidentalmente, luego de asistir a unas sesiones del médium Jan Guzik, descubrió que poseía el don de la
mediumnidad como su padre. Aunque nunca hizo uso de estos dones con fines mercantilistas, incluso sabiendo
que era tal vez, el mes notable médium de materialización de todos los tiempos. Una de las más extraordinarias
características de sus sesiones fue el gran número de diversas apariciones que invadían permanentemente el
cuarto donde se realizaba la sesión, haciendo estas muchas veces travesuras y hablando diferentes idiomas.
Ocasionalmente, se observaron extrañas apariciones de pájaros y mamíferos. Por supuesto, todo esto sucedió
con una iluminación muy tenue, aunque la mayoría de los fantasmas son descritos como seres con luminosidad
propia. Pero lo más extraño, es que aparecían de un tamaño menor del que tuvieron en vida, alcanzando el
tamaño de un adulto normal a medida que transcurría la sesión, ganando el médium en energía.

¿Pudo haber sido una alucinación de Pawlowski todo esto? De hecho no es admitido como una posible
explicación pues cabe la posibilidad que el médium emplease ingeniosas estratagemas. Durante las sesiones de
Kluski era común pedir a las apariciones que sumergieran sus manos en cera de parafina líquida. Entonces
cuando la cera se enfriaba, podía tomar forma en un guante de no mas de un milímetro de espesor. Un ser
humano no puede sacarse un guante sin hacerlo trizas, pero como un fantasma puede desmaterializarse,
podría ser capaz de abandonar un molde vacío y averiado cuando se desmaterializa. Y esto es lo que los
fantasmas de Kluski tuvieron la gentileza de hacer. Después, se puede vertir sulfato de cal en el guante vacío y
así obtenerse un molde de yeso. Estos moldes muestran una minuciosa textura y las marcas de piel de una
mano humana. Y para cerciorarse precisamente de que no pudiera sustituirse algún otro guante en ningún
momento de las sesiones, se añadían ciertos productos químicos a la parafina líquida como la colestrina, sin
que el médium o los asistentes lo supiesen, especialmente en las sesiones dirigidas por Geley en París.

Afortunadamente, algunos de esos moldes de yeso han sido conservados hasta hoy. La mayoría de ellos están
en el Institut Metapsychique International de París, pero he visto algunas muestras en la SPR de Londres, y hay
muchas ilustraciones en el libro de Geley (1927/1975). Algunos de los moldes de Kluski son muy complejos,
mostrando las dos manos entrelazadas. Otra curiosa característica de algunos moldes es que, aunque tienen las
dimensiones de la mano de una persona adulta, tienen el tamaño de las manos de un niño -lo cual coincide con
las observaciones de Pawlowsky de que los fantasmas solo se desarrollan en su tamaño normal durante el
transcurso de una sesión. Hay un pasaje hacia el final del artículo de Pawlowsky que es insoportablemente sutil
a la luz de todo lo que se ha divulgado, allí el declara:

«Estoy perfectamente convencido que estamos en el umbral de una nueva ciencia y probablemente de una
nueva era. Para cualquiera, es imposible descartar o negar estos fenómenos y es imposible también explicarlos
por hábiles trucos. Me doy cuenta perfectamente que es difícil para cualquier persona aceptarlos.»

«Estoy perfectamente convencido que estamos en el umbral de una nueva ciencia y probablemente de una
nueva era. Para cualquiera, es imposible descartar o negar estos fenómenos y es imposible también explicarlos
por hábiles trucos. Me doy cuenta perfectamente que es difícil para cualquier persona aceptarlos.»

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Y unas pocas líneas más abajo agrega: “Aceptarlos significaría cambiar completamente nuestra actitud hacia la
vida y la muerte, forzándonos a revisar todas nuestras ciencias y nuestra filosofía” (Pawlowsky, 1925, p.503).

Bueno, hasta aquí conocemos demasiado bien lo que actualmente se ha divulgado. Kluski ofreció su última
sesión en 1926, luego de solo siete años de actividad mediúmnica, murió en 1942, a los 70 años. No se vio ni
remotamente nada parecido otra vez (sino, ver Beloff & Playfair, 1993). Hoy nuestras esperanzas están
centradas, no en individuos excepcionales como Kluski, sino en la excelente creatividad metodológica de
nuestros principales investigadores, quienes, a pesar de su falta de fondos, se dan maña para lograr progresos,
si bien no espectaculares, si bastante seguros. Con todo, no creo que se puedan minimizar las investigaciones
de hoy día, si dijera que cualquier ingeniosa iniciativa fuera capaz de rendir dividendos indefinidamente. Por
cuanto, si hay una lección que la historia debería habernos enseñado, es que el quid de la cuestión es la
innovación, y que la rutina puede resultar fatal para lograr éxito.

CONCLUSIONES

Si nosotros aceptáramos la interpretación escéptica y enfocáramos la historia de la parapsicología como nada


más que una sucesión de éxitos y de fracasos, entonces así podrían explicarse la paulatina desaparición de los
fenómenos. De tanto en tanto, los investigadores responsables que llegan a toparse con algún conjunto
especial de fenómenos paranormales, suelen ser desacreditados, y la conmoción se diluye hasta que un nuevo
conjunto de impostores, con un nuevo repertorio de fraudes llega a primer plano y el ciclo se repite.

Una imperfecta interpretación escéptica fracasó por no ofrecer nada preciso y plausible, ni una contra-
hipótesis normal a los distintos casos como los que he mencionado, y que son los que componen nuestra
historia. Eso hace que debamos considerar otras posibilidades, no obstante algo traídas de los pelos, para
explicar este efecto de paulatina desaparición en esta historia sobre la que tengo un cuidado especial. Me
gustaría, para finalizar, proponer la siguiente idea.

Podríamos decir que un fenómeno paranormal representa una violación al orden natural, si bien la naturaleza
parece reaccionar ante tales violencias de la misma manera que nuestros cuerpos reaccionan ante una
infección. Por lo tanto, incluso si nosotros pudiéramos por un momento lograr ser mas astutos, la naturaleza se
tomaría venganza y tendríamos que comenzar un nuevo rumbo. No hay duda que esto suena muy
antropomórfico -algo así como decir que la naturaleza aborrece el vacío- pero prosigamos con el tema.
Imaginemos la importancia de esta violación o infección, la naturaleza vigorosamente se esforzará por
reacomodar el status quo.

Por lo tanto, se pueden deducir dos implicaciones de este modelo. Primero, podríamos predecir que cada
nuevo fenómeno o cada nueva investigación en parapsicología probablemente prosperará, si de algún modo, la
naturaleza ha tenido la posibilidad de reunir sus defensas. En tal caso desaparecerá gradualmente, dejando
solo una estela de duda, de confusión y de sospecha.

Segundo, podríamos deducir cuanto tiempo perdurará el debilitamiento del fenómeno en cuestión, a través de
la más mínima desviación de la norma que esto representa. En esta analogía con la inmunología sabemos que
los organismos extraños, bacilos, o lo que sean, pueden sobrevivir indefinidamente en los tejidos de un cuerpo
sano, informándonos que se han diseminado lo suficiente como para engañar al sistema inmunológico y fingir
que no existe una amenaza para el sujeto que los lleva. Por lo tanto, podríamos predecir una larga vida para el
fenómeno psi en el laboratorio, aún cuando existen muchas innovaciones que debieran ser consideradas.

Intuitivamente, habría que tratar de ordenar la diversidad de fenómenos paranormales dentro de una jerarquía
de acuerdo al grado en que alteran el status quo. De este modo, en una escala de valores, las materializaciones
completas podrían señalar el punto más alto, mientras que la micro-PK de un RNG, podrían representar el
punto más bajo. Las respuestas libres de ESP adecuadas podrían ocupar una posición entre ambos extremos, y
el punto central que busco señalar aquí es que no importa con que fenómeno en particular nos estamos
enfrentando. Es en vano esperar que podamos llegar a la fórmula perfecta que, si nos adherimos sinceramente,
podría garantizarnos un resultado exitoso. La repetibilidad en nuestro campo nunca puede ser absoluta. En
cambio, debemos reconocer que estamos inmersos en una batalla de ingenio contra las conservadoras fuerzas
de la naturaleza, y el éxito siempre dependerá en que durante nuestra existencia seamos capaces de estar un
paso mas adelante.

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En todo caso, estas son las lecciones que luego de un cuidadoso análisis, tengo de mi lectura de nuestra
historia. Las ofrezco a consideración de mis lectores.

REFERENCIAS

Beloff, J. (1991) Once a cheat always a cheat? Eusapia Palladino revisited. Proceedings of the Presented Papers:
The 34th.Annual Convention of the Parapsychological Association.

Beloff, J. (1993) Parapsychology: A Concise History. New York: St.Martin’s Press.

Beloff, J. & Playfair, G.L. (1993) Peixotinho: A Latter-Day Brazilian Klusky? Journal of the Society for Psychical
Research 59, Pp.204-206.-

Carrington, H. (1909) Eusapia Palladino: The Despair of Science. McClure’s Magazine 33, Pp.660-675.-

Gardner, M. (1989). How Not to Test a Psychic. Buffalo, NY: Prometheus.

Geley, G. (1927/1975) Clairvoyance and Materialization: A Record of Experiments. New York: Arno.

Hansel, C.E.M. (1966) ESP a Scientific Evaluation. New York: Scribner’s.

James, W. (1909/1960) The final impressions of a psychical researcher. En G.Murphy & R.D.Ballou (Eds.) William
James on Psychical Research (pp.309-325). New York: Viking.

Kappers, J. Akkerman, A.E. van der Sidje, P.C. & Bierman, D.J. (1990) Resuming work with Pavel Stepanek.
Journal of the Society for Psychical Research 56, Pp.138-147.-

Lombroso, C. (1909/1988) After Death -What? (con una Introduccion de Colin Wilson). Wellingborough,
Northants: Aquarian Press. Pp.68-69.-

Pawlowski, F.W. (1925) The mediumship of Franek Kluski of Warsaw. Journal of the American Society for
Psychical Research 19, Pp.481-504.-

Radin, D.I. & Ferrari, D.C. (1991) Effects of consciousness in the fall of dice: A meta-analysis. Journal of Scientific
Exploration 5, Pp.61-83.-

Weaver, Z. (1992). The enigma of Franek Kluski. Journal of the Society for Psychical Research 58, Pp.289-301.-

FIN DE LA UNIDAD 2

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