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PARAPSICOLOGIA UNIDAD V

ÁREAS LIMÍTROFES DE LA PARAPSICOLOGÍA

¿A QUÉ LLAMAMOS “AREAS LIMÍTROFES DE LA PARAPSICOLOGÍA”?

5.1. FENÓMENOS PARAPSICOLÓGICOS EN VEGETALES Y ANIMALES


5.1.1. Psi en vegetales
5.1.2. Psi en animales
5.2. SANACIÓN PARANORMAL
5.2.1. Definición
5.2.2. Introducción
5.2.3. Perspectiva histórica
5.2.4. Investigaciones modernas:
a. Los experimentos de B.Grad
b. Los experimentos de D.Krieger
c. Los experimentos de D.Dean
d. Los experimentos de G. y A.Watkins
e. Los experimentos de J.Goodrich.
5.2.5. Investigaciones sobre seres humanos

5.3. VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE


5.3.1. Introducción: Supervivencia y parapsicología
5.3.2. Experiencias Fuera del Cuerpo
5.3.3. Experiencias Cercanas a la Muerte
5.2.4. Reencarnación y Memoria Extracerebral
5.2.5. La Transcomunicación Instrumental

5.4. MISTICISMO Y FENOMENOLOGIA PARANORMAL


5.4.1. Estigmatización
5.4.2. Bilocación
5.4.3. Incorruptibilidad
5.4.4. Levitación
5.4.5. Xenoglosia
5.4.6. Luminiscencias
5.4.7. “Incendium Amoris”

5.5. TRUCOS Y FRAUDES COMO PRESUNTOS FENÓMENOS PARANORMALES


5.5.1. Efectos trucados en la parapsicología: a. Transmisión de pensamiento
b. Cumberlandismo
c. Estrategias de los pseudo-psíquicos
5.5.2. Efectos trucados en el espiritismo: a. Pseudo-telekinesias
b. La “pizarra espírita”
c. Luces “misteriosas” en sesiones espiritistas
d. Pseudo-ectoplasmias
5.5.3. Proezas del fakirismo

GUIA DE ESTUDIO V

LECTURAS SUGERIDAS
Recientes estudios y tendencias en la investigación de las experiencias fuera del cuerpo,
por Carlos S. Alvarado

Una comparación psicológica entre niños normales y aquellos que dicen recordar vidas pasadas,
por Erlendur Haraldsson

Estudios parapsicológicos y el cerebro humano,


por Stanley Krippner

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BIBLIOGRAFIA GENERAL

BIBLIOGRAFIA ESPECIALIZADA RECOMENDADA

ÁREAS LIMÍTROFES DE LA PARAPSICOLOGÍA

¿A QUÉ LLAMAMOS “ÁREAS LIMÍTROFES DE LA PARAPSICOLOGÍA”?

Existe un conjunto de eventos cuya etiología aún continúa controvertida por parte de la comunidad
parapsicológica. Se trata de un número de fenómenos y experiencias que se encuentran situados en la
“frontera” de la investigación moderna de la PES y la PK.

Esto no es debido a que tales fenómenos no sean objeto de estudio de la parapsicología, sin embargo, no
tienen la misma categoría de “certeza” que los fenómenos de Percepción extrasensorial o Psicokinesis –ambos
llevados a condiciones de control experimental bastante rigurosas– tal como sostiene la moderna investigación
de la orientación parapsicológica rhineana.

En consecuencia, hemos incluido aquí cinco temas que –aunque podrían ser explicados por la parapsicología–
los problemas implicados en estos estudios también comparten un lugar en otras doctrinas, disciplinas, ciencias
o artes, tales como la religión, la filosofía, la magia, la biología, la medicina, o la psicología, e incluso la magia:

Pregunta No.1: ¿Las habilidades psi son sólo patrimonio humano?


Podríamos, en parte, cuestionar la naturaleza hasta ahora antropocéntrica que ha mantenido desde su
fundación la investigación parapsicológica, si bien siempre ha existido un interés por explorar estos fenómenos
más allá de la naturaleza esencial humana extendida a otros reinos del mundo natural, tales como los animales
y los vegetales.

Pregunta No.2: ¿Existe vida después de la muerte?

Desde tiempos remotos, la magia y la religión se ocuparon del tema bajo distintas perspectivas, en Oriente y
Occidente. El desembarco del espiritismo y la teosofía inauguraron una plétora de “evidencias” en
contraposición a los dogmas religiosos y las doctrinas espiritualistas. La parapsicología tuvo su origen en el
estudio de la supervivencia del alma o la conciencia después de la muerte del cuerpo físico con los hallazgos del
espiritismo experimental, a mediados del siglo 19, y luego durante la psychical research iniciada en Inglaterra y
Estados Unidos y la metapsychique en Francia y otros países latinos. No obstante el cambio de dirección de la
orientación iniciada por Rhine y sus colaboradores en los años 30, un gran número de parapsicólogos no
abandonaron los estudios relacionados con la supervivencia, e iniciaron un estudio científico y sistemático de
los casos de niños que recuerdan vidas pasadas (reencarnación), las experiencias extracorporales, las
experiencias cercanas a la muerte y más recientemente la Transcomunicación instrumental.

Pregunta No.3: ¿Hay razones para suponer que los sanadores actúan usando habilidades psi?

La sanación por recursos parapsicológicos ha sido un tema altamente debatido e investigado. En culturas
“primitivas” y en sociedades civilizadas, la medicina científica combatió y ridiculizó a menudo a las prácticas
curanderiles, especialmente en centros urbanos. Recientemente, la medicina moderna ha reconocido la
enorme influencia que ejerce sobre el enfermo –social y psicológicamente– las prácticas curanderiles
tradicionales, al punto que el tema ya sido introducido en la medicina moderna, como la acupuntura y la
homeopatía. Sin embargo, ahora está bajo debate si la oración, en la forma de sanación a distancia, podría ser
considerado un método efectivo para curar. Si los curanderos curan por efectos de la sugestión o lo hacen por
mecanismos paranormales, continúa siendo un tema de discusión y objeto de variados experimentos y estudios
clínicos exhaustivos.

Pregunta No.4: ¿Existe un límite entre el fenómeno paranormal y la experiencia religiosa?

Existe un conjunto de fenómenos y experiencias místicas con contenido paranormal cuyas características
desafían a la razón. En algunos casos, algunos investigadores han aplicado hipótesis parapsicológicas para
explicarlos (macro-PES o macro-PK), en otros casos, es prudente trazar una frontera entre lo natural, lo

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paranormal, y lo sobrenatural. Estos fenómenos pueden ser estigmatización, la bilocación, la levitación, la
incorruptibilidad y muchos otros.

Pregunta No.5: ¿Todo lo que reluce es oro?

Uno de los grandes problemas de la parapsicología es acudir a la hipótesis paranormal cuando se puede
explicar por causas naturales o el simple fraude. Los eventos raros o poco comunes en el mundo natural, no
por ello deben atribuirse a causas paranormales. Conocer el límite que separa lo normal de lo paranormal es
parte del método de investigación parapsicológica. Aunque no todos estos eventos presuntamente
paranormales son tales. A menudo, causas naturales pueden explicarlos. Una de las grandes dificultades del
fenómeno paranormal es la repetibilidad en condiciones controladas. Cuando el evento paranormal es
demasiado ostensible y repetible, especialmente cuando esta desempeñado por un auto-denominado
“psíquico”, vidente, etc. es posible hallar fraudes, engaños y manipulaciones. A menudo, faquires, pseudo-
mediums y muchos pseudo-parapsicólogos utilizan trucos o juegos perceptuales típicamente usados por la
prestidigitación para demostrar sus presuntas habilidades paranormales en teatros y TV.

5.1. FENÓMENOS PARAPSICOLÓGICOS EN VEGETALES Y ANIMALES

La sensibilidad de las plantas a las emociones y pensamientos humanos fue descubierta recién en el año 1966,
gracias al trabajo de investigación llevado a cabo por Cleve Backster, especialmente a los relacionados con
plantas y camarones salados. Backster da a este fenómeno el nombre de “percepción primaria” y dice que se
trata de un sistema sensorial, o de capacidad de percepción, todavía indefinido, que existe en la vida celular. El
término es un sinónimo de “percepción extrasensorial”, salvo que desde el punto de vista de Backster no hay
nada “extra” en él. Más bien, esta capacidad es básica, o primaria, de los sentidos especializados de los
organismos superiores.

Siempre han circulado gran cantidad de anécdotas que sugieren la existencia de la psi en animales y el número
de las mismas aumenta diariamente. En los últimos tiempos se han publicado estudios experimentales que las
completan y respaldan. ¿Qué beneficios aporta el estudio de la psi en animales? Esos estudios nos pueden
informar eventualmente del efecto que la complejidad del sistema nervioso central tiene sobre el desempeño
de la psi, como también sobre el efecto de algunos componentes específicos del sistema nervioso central que
se encuentran en algunas especies pero faltan en otras. Podremos conocer algunos aspectos evolucionistas y
ecológicos de la psi, incluyendo la genética de factores relevantes para su desempeño. Esa información tardará
en Regar, pero representará una contribución muy importante para los estudios destinados a examinar la
relación íntima entre el desempeño de la psi y la psicobiología.

5.1.1. Psi en Vegetales

Las investigaciones que se llevan a cabo actualmente demuestran que las plantas reaccionan frente a los
pensamientos y sentimientos humanos. Charles Darwin, Sir Jagadis Chandra Bose y Luther Burbank hicieron un
trabajo pionero sobre las reacciones de las plantas. Reproduciremos aquí una revisión de parte del trabajo
llevado a cabo por investigadores de nuestros días, incluyendo a Cleve Backster (descubridor del fenómeno de
la percepción primaria en las plantas) y al autor de este capítulo (cuyo trabajo en parte respalda y en parte
contradice el de Backster), y también se incluye una descripción del método de los procedimientos
experimentales requeridos para lograr la comunicación hombre-planta. Se describe el equipo y el tipo de
planta, así como la preparación personal requerida para hacer esta investigación. Proporcionaremos resultados
gráficos del pensamiento y la emoción en la comunicación a larga distancia.

Las investigaciones de Backster comenzaron casi por casualidad el 2 de febrero de 1966, mientras estaba
haciendo un estudio con un polígrafo en su laboratorio de la ciudad de Nueva York, ubicado cerca de Times
Square. Después de varias horas de trabajo sintió que necesitaba descansar y se puso a regar una planta.
Cuando terminó de hacerlo, pensó si podría usar su equipo de prueba para medir el promedio de velocidad con
que el agua subía desde la raíz hasta las hojas.

Un polígrafo mide tres funciones en los seres humanos: cambios de la respiración, cambios de la presión
sanguínea y de la velocidad del pulso, y cambios en las características eléctricas de la piel. Esta última medición
recibe el nombre de respuesta galvánica de la piel (RGP), o reflejo psicogalvánico (RPG), y es el campo en el que
Backster demostró tener mayor experiencia. Cree que puede hacer la lectura del reflejo psicogalvánico en el
polígrafo.

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El médico neoyorkino John C. Pierrakos afirma haber desarrollado su capacidad para ver el campo de energía
de las plantas. Dice que éstas tienen un campo luminoso radiante que late rítmicamente de 10 a 30 veces por
minuto. Considera que hay dos capas de interacción alrededor de la superficie de la planta. La capa interna que
rodea las hojas y las ramas tiene una luz de color gris o azul; la capa exterior es más clara y se extiende de 1,25
a 2,50 centímetros con movimientos radiales multicolores. De tiempo en tiempo las hojas lanzan emanaciones
como bolas de fuego. Pierrakos dice que las hojas laten a distintas velocidades, de acuerdo con la dirección. Las
hojas que señalan el sur laten 28 veces por minuto; las que señalan al norte 32 veces por minuto; al oeste y el
este 28 veces por minuto. Este trabajo fue señalado por primera vez por George y Marjorie De La Warr.
Pierrakos comprobó que el campo de energía latía, aproximadamente, durante 2-4 segundos. Luego se produce
una inversión de movimiento y la energía del aire circulante fluye hacia la planta.

Durante su práctica como médico, Pierrakos recibió la visita de una paciente que se encontraba angustiada y
perturbada. Sobre el escritorio del médico había una planta de crisantemo blanco que, según había observado,
latía a una velocidad de 14-16 veces por minuto. Cuando la mujer se sentó al lado de la planta las pulsaciones
de ésta prácticamente desaparecieron, disminuyendo a 2-3 veces por minuto. El campo brillante que rodeaba a
la planta desapareció dejando una ligera emanación gris. Una serie de observaciones repetidas lo convencieron
de que las plantas eran muy sensibles a las emanaciones de los pacientes, junto a cuyo asiento estaban
ubicadas.

El doctor Jean Barry observó las variaciones que se producían en el desarrollo de los hongos cuando la atención
de un ser humano se centraba sobre los esporos. El desarrollo de algunas de esas plantas se retrasaba,
aparentemente, por obra de los pensamientos de una persona. Las pautas de desarrollo de otros esporos
aumentaban, también aparentemente, por el efecto de procesos mentales humanos.

George Lawrence, trabajando con un equipo único que incluía una planta unida a un telescopio, afirma haber
recibido señales de planetas distantes usando la planta como transmisor bioenergético. Sin embargo, resulta
difícil comprender esos resultados, por lo menos, hasta que las propiedades de la bioenergía sean definidas en
forma más completa. Un científico de Moscú, V.M. Pushkin, en su artículo Flower Recall, dice que en las células
vivas parece existir una psiquis desprovista de sistema nervioso. Trabajando con V.M. Fetisov, unieron
mediante electrodos una variedad de planta de geranio a un electroencefalograma. Otro miembro del grupo,
Georgi Arrushev, estudiante de psicología del Instituto pedagógico Lenin, de Moscú, era un excelente
hipnotizador. Habían llegado a la conclusión de que una persona hipnotizada podría actuar sobre una planta en
forma más directa y espontánea. El razonamiento se basaba en la premisa de que si una planta es, por lo
general, capaz de reaccionar frente a los estados psicológicos de una persona, es probable que responda bien a
trastornos emocionales intensos tales como el temor, la felicidad y la pena.

Un buen hipnotizador puede despertar en un sujeto, a voluntad, y bajo sus órdenes, las experiencias intensas
más diversas. Eligieron como sujeto a una estudiante, Tania, de temperamento vivaz y de gran espontaneidad
emocional. Se pusieron electrodos al geranio y se lo ubicó a 80 centímetros de la sujeto.

Después de que Tania fue hipnotizada se le sugirió que:


1. Era muy bonita (Frente a la visible respuesta de la sujeto se registró una marcada desviación de la
línea base de la planta).
2. Estaba expuesta a un viento frío repentino (La sujeto tuvo una respuesta física y comenzó a tiritar,
y hubo una nueva respuesta de desviación en la línea de base).
3. Debía mantenerse calma. (La sujeto mostró un estado de paz y quietud y la línea de base se
mantuvo firme.)
4. Estaba expuesta nuevamente a un viento frío. (Hubo respuestas similares a las señaladas en el
número 2).
5. Una criatura se le acercaba en un día soleado. (La respuesta de la planta fue similar a la señalada
en el número 1. La sujeto se tranquilizó y sonrió.)

Estas respuestas fueron repetidas muchas veces. Durante la visita que hice a Puslikin en julio de 1973 tuve la
oportunidad de ver los gráficos. Las desviaciones de la línea de base eran importantes y los resultados reales.

La conclusión a la que llegó Pushkin es que todos nuestros pensamientos y nuestra memoria son sólo una
especialización de la base informativa ubicada a nivel de la célula vegetal. Piensa que cualquier información

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tiene una forma material de existencia y que los procesos biofísicos delicados se cumplen en las moléculas de la
célula. Estos procesos llevan a una codificación física de los hechos psicológicos.

En los Estados Unidos de América, Cleve Backster ha extendido su investigación sobre la percepción primaria
hasta el nivel de la célula única. Su diseño experimental, sobre el que todavía no se ha informado, salvo una
entrevista filmada concedida a pedido de Edgar Mitchell, incluye bacterias de yogurt (que son plantas de una
célula única). El experimento es totalmente automatizado, y se elimina a los seres humanos del microambiente.
Se mantiene la leche en un frasco que contiene yogurt y al cabo de pocos segundos la bacteria comienza a
digerirlo. Otro recipiente con yogurt, ubicado a algunos pasos de distancia del anterior y revestido totalmente
de metal es conectado a un electroencefalograma. En el momento en que las bacterias de yogurt del recipiente
comienzan a actuar químicamente sobre la leche, la señal EEG para el segundo recipiente muestra una
desviación importante de la línea de base. Backster piensa que esto demuestra que las células tienen una
capacidad de comunicación que no depende del sistema nervioso.

Posiblemente el experimento más extraordinario de la comunicación hombre-planta es el que tiene lugar en


Findhom, una comunidad de alrededor de 150 personas que viven en la costa del Mar del Norte, en Escocia.
Los miembros de la comunidad de Findhorn afirman que invocan la ayuda de devas, término del sánscrito con
el que se designa a los seres angelicales que controlan los espíritus de la naturaleza responsables del
crecimiento de las plantas. Además, y de acuerdo con una antigua tradición celta, la comunidad deja un “lugar
desierto”, una parte intocada de la tierra del jardín, para los elfos y las hadas, como muestra de reconocimiento
y gratitud por su ayuda. Finalmente, la comunidad medita y habla con las plantas, alabando su belleza y
manifestándoles amor y agradecimiento. Toda esta actitud está basada en una filosofía que considera que las
plantas, el suelo y las fuerzas naturales (sol, viento, lluvia) son parte de la comunidad de la vida.

Cualquiera que haya sido la causa de su éxito, la comunidad de Findhorn ha logrado lo que podría llamarse un
milagro en agricultura. Según Peter Tompkins y Christopher Bird y de acuerdo con lo afirmado por la
comunidad misma, en el suelo árido y arenoso de Findhom no crecía absolutamente nada y sin embargo ahora
hay docenas de vegetales, flores y árboles desarrollándose con una belleza y un tamaño extraordinarios,
muchos de ellos en un clima menos templado del que hubiera podido considerarse normal para ellos. Se ha
informado sobre la existencia de zapallos de 15 y 20 kilos. La asociación británica de suelos ha investigado los
métodos agrícolas de Findhorn y ha confesado que se siente totalmente incapaz de explicar, en términos
convencionales, cómo han podido obtenerse esos resultados.
Para establecer un vínculo entre el hombre y la planta, la persona encargada de hacer el experimento debe
liberar hacia la planta una carga inicial de pensamiento-energía. La exhortación del experimentador aísla a la
planta de otras influencias secundarias, vale decir, la luz, la temperatura y las descargas eléctricas que- puedan
producirse en la habitación. La exhortación a una planta puede hacerse en la misma habitación, o en lugares
ubicados a centenares de kilómetros de distancia.

Mientras la planta es preparada el experimentador debe mantener tranquila su mente consciente y sus
funciones corporales, y trabajar lo más libre de perturbaciones emocionales que le sea posible. Cuanto mayor
es el nivel de control emocional, más preciosos son los resultados experimentales.

El experimentador debe concentrar entonces su mente para obtener una respuesta a:

(a) el acto de dañar otra planta;


(b) la destrucción de otra forma de vida, y;
(c) la liberación de un pensamiento relacionado con una forma de amor y con otras emociones,
curación, símbolos e imágenes visuales.

El equipo usado para hacer los siguientes registros es muy simple. La distribución de cables y alambres permite
lograr simultáneamente un registro en un cuadro o plano, y una señal audible que puede registrarse en un
grabador, o ser escuchada por medio de un pequeño transmisor.

Para preparar la planta se recomiendan electrodos de acero inoxidable, con los ángulos redondeados. Los
trabajos anteriores hechos con electrodos de aluminio mostraron la presencia de una actividad eléctrica
continua, que hace que su uso resulte muy poco práctico. El sistema de electrodos con acero inoxidable se
mantiene estable durante varios días, y los electrodos pueden dejarse durante una semana sin que la hoja de la
planta sufra el menor daño. En caso contrario las hojas pueden sufrir grandes daños y quemaduras graves.

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Para fijar los electrodos se recomienda frotar la superficie de contacto de éstos con una cucharada de agar
mezclada con una solución de cloruro de sodio. No se aconseja sujetar o fijar los electrodos, aunque muchas
personas lo han hecho, utilizando tornillos muy pequeños o bandas de goma.
El primer paso, tanto de la investigación como del investigador, consiste en llegar al mantenimiento de una
línea de base firme sobre el polígrafo (o sobre el plano o carta de registro), durante el desarrollo del
experimento. Si se produce una desviación de la línea de base, debe determinarse la causa de esa desviación.
Hay tres respuestas fundamentales derivadas de la actividad bioenergética de la planta:

(a) respuestas bioenergéticas en la planta misma como consecuencia de la actividad celular;


(b) respuestas bioenergéticas de la planta a su ambiente, y;
(c) equilibrio bioenergético de la planta con los campos energéticos del hombre.

Los efectos del primer factor están siempre presentes, pero los del segundo pueden disminuirse por medio de
la adaptación al lugar del experimento. En esta forma puede lograrse una línea de base estable, que permita
discriminar las señales provocadas por otras causas, para poder identificar su fuente.

El experimentador es un elemento muy importante dentro del experimento; quizás este componente de la
investigación hombre-planta, no aceptado hasta ahora, haya sido la variable impredictible que ha hecho tan
difícil la investigación científica en el área de la comunicación hombre-planta. En consecuencia, el personal
comprometido en la investigación, tanto el experimentador como el sujeto, deben prepararse creando un
sentimiento de paz y relajación. A algunos les resulta muy útil escuchar música. Otros pueden recurrir a la
meditación o a ejercicios respiratorios. Si una persona se siente muy tensa al comienzo, y encuentra que le
resulta muy difícil relajarse, comprobará que el sumergir la cara y las manos en agua fría lo ayuda a serenar la
mente intranquila. También es conveniente no comer, por lo menos durante las dos horas anteriores al
experimento. Finalmente, una conversación amistosa entre el experimentador y el sujeto, destinada a crear un
sentimiento de confianza mutuo y el deseo de participar en el experimento, puede contribuir a crear un
sentimiento de relajación y de participación cooperativa.

El experimentador debe ser lo bastante receptivo como para seguir el curso del experimento. El objetivo es
lograr el registro de los procesos emocionales y mentales del sujeto. Si el experimentador tiene un plan en
mente, éste queda impreso, (o reflejado), en el sujeto, distorsionando así el experimento. Cuando se forma un
pensamiento, se libera energía en el espacio y es esta energía la que queremos transcribir y registrar. La mente
del experimentador actúa como una onda transportadora neutral, tanto para el sujeto como para la planta. El
campo generado de esta manera excluye todas las interferencias secundarias, provenientes ya sea del sujeto o
de las fuerzas ambientales (externas) y produce transiciones simples y muy claras.
No se debe discutir lo que el experimentador desea lograr con el sujeto. Conviene pedirle simplemente a éste
que se siente en una posición que le resulte confortable y sugerirle que se muestre bien dispuesto hacia la
planta. La habitación no debe estar iluminada muy brillantemente, ni tener tampoco una luz en el techo, o
frontal, que ilumine directamente el rostro del sujeto. Estos rayos de luz provocan distracción y fatiga. Junto al
sujeto, o detrás de éste, debe haber una luz suave. La temperatura media de la habitación debe oscilar entre 65
y 70 grados Fahrenheit.

El pensamiento clave aquí es que cuando uno comienza, en la planilla de registro se nota una línea de base
sólida, que debe mantenerse así por un minuto.
Antes del experimento, y después de haber colocado los electrodos a las hojas, se establece una acción o
relación recíproca entre el experimentador y la planta. El experimentador debe tocar las hojas y mirar la
composición gráfica, controlando la forma en que la planta responde al contacto físico. En este momento al
sujeto se le pide también que toque y observe la planta. El interés, tanto del experimentador como del sujeto,
puede haberse concentrado más en la observación de la rápida respuesta al contacto entre el hombre y la
planta. Cuando el toque se hace con una varilla aislada no se nota ese tipo de respuesta.

Después de tocar la planta, el experimentador mantiene su mano izquierda 5 o 7 centímetros de distancia de la


hoja y “siente” el campo de energía que emana de ésta. Mientras esto sucede, el experimentador hace un
ligero movimiento circular con la mano izquierda, primero en una dirección y luego en la otra. Luego mueve su
mano hacia abajo, modificando la velocidad de su respiración, hasta que experimenta una extraña sensación de
atracción entre su mano y la hoja. Cuando esto se produce, el experimentador retrocede dos o tres pasos,
manteniendo la mano izquierda extendida para que actúe como una antena que libera la energía en la planta.
Se producirá una marcada desviación en la línea de base y, en esta etapa, el puente Wheatstone es equilibrado
para oponerse a la desviación. Con un nuevo sistema de electrodos, y poniendo entre estos una pasta de agar,

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este proceso de nivelación no requerirá más de, 10 o 15 minutos para estabilizarse. A medida que las
desviaciones se toman más débiles se debe ordenar mentalmente a la desviación que “invierta el signo”.
Cuando esto sucede la planta está preparada y dispuesta para la iniciación del experimento. La capacidad del
aparato registrador determina la ubicación de la línea de base. Cuando el experimentador abraza la planta
experimenta un sentimiento de tranquilidad de conciencia, desprovisto de tensión y la completa convicción de
que el individuo es “uno con la planta”. La conciencia parece ser un estado de “conocimiento” más que un
sentimiento de visión o percepción.

El experimento comienza cuando se obtiene una línea de base firme, que dura por lo menos un minuto.
Entonces se formulan una serie de preguntas, relacionadas con temas tales como el nombre de la persona, la
vocación, los sentimientos en relación con el trabajo que realiza, los sentimientos hacia una persona vinculada
íntimamente con el sujeto, las aspiraciones en la vida y lo pertinente al sexo.
A partir de la respuesta asentada, se comienzan a centrar los problemas en la posibilidad de concretar una
forma de pensamiento del individuo. De 5 a 10 minutos bastan para cualquier experimentación con una
persona. En un. lapso más prolongado la mente del individuo se distrae. Únicamente con algunas personas
excepcionales puede trabajarse durante un tiempo mayor; a veces hasta por una hora.

5.1.2. Psi en los animales

Muchos científicos conductistas han sido atraídos por el hecho de que los estudios llevados a cabo con
animales son, desde un punto de vista metodológico, mucho más confiables que los que se centran en seres
humanos, ya que es menor el número de factores que se deben controlar, se cuenta con mayores facilidades
para manipular el medio que rodea al organismo y para hacer estudios sistemáticos y continuados, (además de
que son menores las resistencias a los estudios que involucran una interferencia activa con el sistema
nervioso), etcétera.

En la actualidad se estudian ampliamente distintos tipos de conducta animal que muchas veces fueron
consideradas como indicadoras de la existencia de la psi. Una de estas conductas está ejemplificada por la
capacidad que tienen ciertos animales de volver a su lugar de origen después de haber sido sacados de él y
liberados a una distancia lo bastante grande como para eliminar la posibilidad de que el animal recurra al
reconocimiento de hitos familiares. El problema del regreso al hogar ha dado lugar a una investigación muy
amplia, relacionada especialmente con las palomas y ciertos pájaros migratorios. Matthews proporciona el
mejor de los resúmenes recientes de estos estudios.

La posibilidad de desempeñarse como mensajera involucra dos componentes:

(a) la selección de la dirección correcta inicial y;


(b) el mantenimiento de esa dirección durante un tiempo lo bastante largo como para permitir que el
animal llegue dentro del alcance de los hitos familiares.

Las claves celestes, tales como la posición del sol, de la luna, y de ciertas configuraciones estelares ayudan al
mantenimiento de la dirección. Pero hasta ahora no se ha desarrollado una teoría coherente que permita
explicar cómo se elige la dirección inicial adecuada. Pratt proporcionó un resumen de investigación en la que
trató de trazar un diseño experimental con palomas, que le permitiera proporcionar una prueba bien definida
de la “hipótesis de la psi”. Pero llegó a la conclusión de que para llevar a cabo estudios adecuados se requería
mucho tiempo y gran cantidad de fondos, razón por la que todavía no lo ha hecho. En consecuencia, hasta el
momento no contamos con evidencias experimentales relacionadas directamente con el problema de la
involucración de la psi en la capacidad que tienen algunos animales para desempeñarse como mensajeros.

Otro fenómeno relacionado con el anterior está representado por el empleo de la psi en la búsqueda o
seguimiento de rastros. Un caso típico podría ser el siguiente: una familia se muda abandonando un cachorro
muy mimado. Poco tiempo después de que la familia ha partido, el cachorro desaparece. Y pocos días o
semanas más tarde un animal, que se asemeja mucho al cachorro, llega al nuevo hogar de la familia dando
muestras muy claras de que los reconoce como a sus antiguos dueños.

Rhine y Feather presentaron la única prueba seria destinada a refrendar la validez del fenómeno de rastreo con
intervención de la psi. Para su análisis recurrieron a la colección de su laboratorio de casos animales

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espontáneos. Para aunar criterios, los autores estudiaron 54 casos (prestando especial atención a los detalles
útiles de información y a las características poco comunes que podían ayudar a identificar al cachorro). Los
casos de rastreos de larga distancia (más de 48 kilómetros) incluían 10 perros, 12 gatos y 3 pájaros. Pero como
lo señalan los autores, en estos casos no se muestra claramente la intervención de la psi. No sabemos cuántos
de los cachorros que fueron abandonados trataron de encontrar a sus dueños sin lograrlo. Resulta difícil
evaluar la posibilidad de que el rastreo con intervención de la psi sea resultado de la suerte, sobre todo porque
ésta disminuiría con la distancia. Algunos alegaron que pudo haberse usado una capacidad sensorial
intensificada, como podría ser, por ejemplo, la del olfato. Si esto debe tomarse seriamente en consideración
para casos en los que el tiempo transcurrido abarca varias semanas, y en los que el recorrido se ha hecho sobre
centenares de kilómetros de distancia, a lo largo de rutas muy transitadas, tenemos que pensar que estamos
frente a un fenómeno de agudeza sensorial tan poco conocida como cualquier otra de las posibilidades que
involucran la psi.

Al igual que en el caso de los animales mensajeros, la importancia del papel de la psi en el rastreo no ha sido
sometida todavía a un examen experimental adecuado. Podría investigarse si los cachorros dejados en
pensiones para perros, mientras sus dueños están de vacaciones, se orientan también en dirección de la nueva
ubicación de sus amos.

Algunos de los primeros estudiosos de las ciencias naturales quedaron impresionados por la extraordinaria
precisión de las actividades de los insectos que viven en comunidad, especialmente los de las colmenas.
Maeterlinck, continuando el trabajo iniciado por Eugene Maraís, pensó que el cumplimiento simultáneo de
pautas de una conducta complejas por tantos insectos simples, no podía explicarse, adecuadamente, en
términos de rasgos heredados o de pautas de conducta aprendidas. El término que empleó para designar ese
mecanismo de comunicación fue “el espíritu de la colmena.” Selous pensó que en la coordinación de los giros
repentinos de grandes bandadas de pájaros, estaba involucrado un proceso de transmisión del pensamiento.
Reik se ocupó de la comunicación por la psi en grupos de orugas. Insistió también en que debía prestarse
atención a la idea de Freud de que la presencia originaria de una “voluntad grupal en las sociedades de insectos
que viven en una colmena había sido reemplazada, evolutivamente, por el método de comunicación, en
apariencia superior, logrado gracias al procesamiento de señales-estímulo manifestadas externamente.

Estas teorías fueron formuladas durante las primeras etapas de la ciencia de la conducta animal. Los progresos
que hemos logrado recientemente en nuestra comprensión del papel desempeñado por los sonidos de alta
frecuencia y por los transmisores químicos de información externa (por ejemplo feromonos), al igual que los
progresos en nuestra comprensión de la evolución de la conducta social, han hecho que las teorías
relacionadas con la psi fueran consideradas como menos necesarias.

En ocasiones nos llegan referencias de un animal que habla, resuelve operaciones aritméticas, o puede predecir
el futuro. Por lo general se trata de un caballo o de un perro al que se le ha enseñado a responder a preguntas
verbales ladrando, golpeando, escarbando un número adecuado de veces, o eligiendo de una bandeja el block
impreso adecuado. Existen varios informes muy extensos sobre esos casos, los más conocidos se refieren a un
caballo llamado “Clever Hans” [Inteligente Juan] y a los famosos perros de Durov.

La posibilidad de la existencia de una inteligencia auténtica ha sido descartada por el fracaso en que han
incurrido esos animales cuando ninguno de los presentes sabe la respuesta correcta, y por el conocimiento que
tenemos actualmente sobre las limitaciones de la inteligencia animal. La mayoría de esos casos han podido
explicarse por la existencia de una clave muy sutil, manejada por el entrenador o por alguna otra persona
presente que conozca la respuesta. Las personas que miraban como el “Clever Hans” golpeaba sus cascos, se
inclinaban siempre ligeramente hacia adelante y todos aquellos que conocían la respuesta se relajaban y
echaban hacia atrás cuando el caballo completaba el número correcto de golpes. Esa ligera modificación de la
postura era, al parecer, la clave necesaria que indicaba a Clever Hans cuándo debía parar (en esta forma
mostraba una percepción sensitiva casi tan notable como lo sería la representada por la hipótesis de la
existencia de la psi, pero que no ofende nuestras teorías clásicas).

Algunos de los casos de animales inteligentes parecen haber superado esas dificultades. El último de estos fue
especialmente interesante. Chris, un perro “inteligente” fue adiestrado por su dueño, George Wood, para que
seleccionara entre una serie de paquetes de cartas de PES envueltos en sobres opacos, golpeando una vez para
señalar las que tenían un círculo, dos para las que tenían cuadrados, y así sucesivamente. Wood, que no sabía
cuáles eran las cartas incluidas en cada sobre, le presentaba uno por uno a Chris y registraba sus respuestas.
Este procedimiento dio resultados marcadamente positivos en todos los casos en que Wood y Chris trabajaron

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juntos, pero cuando se recurría a otro investigador para que controlara los resultados, el puntaje de Chris se
volvía negativo hasta el extremo de que no tenía ninguna significación estadística. Lamentablemente, no se
hicieron nuevos estudios para determinar si esa desviación era similar al puntaje negativo de los seres
humanos frente a las situaciones de stress.

Rhine y Feather han descrito tres categorías adicionales de conducta animal que sugieren interacciones de la
psi entre seres humanos y animales:

(a) reacción frente a un peligro inminente, ya sea para el animal p para su dueño;
(b) reacción frente a la muerte de un dueño distante; y
(c) anticipación de un hecho positivo, como sería el regreso del propietario a la casa, después de una
ausencia prolongada.

En un caso, se dejó al perro en casa del veterinario mientras sus amos iban a Florida. Una mañana el perro
comenzó a ladrar a las 10 en punto y continuó ladrando durante una hora. Esta conducta alertó al veterinario
que decidió mencionar ese hecho poco común a la familia cuando regresara. Esta se mostró atónita, ya que
habían soportado de 10 a 11 un diluvio de agua y relámpagos. Aunque estas coincidencias resulten realmente
sorprendentes, pueden mencionarse únicamente en forma descriptiva.

Rhine investigó experimentalmente la interacción de un perro y un entrenador en el proceso de ubicación de


minas submarinas simuladas que estaban ocultas. El perro, dirigido por el entrenador, debía señalar la
ubicación sentándose en una de las cinco áreas posibles. Los resultados fueron muy definidos, pero su
interpretación resultó difícil, porque cabía la posibilidad de que el entrenador hubiera ubicado esos puntos por
percepción de la psi y se los hubiera comunicado al perro en forma no verbal, o que cuando el estudio recién se
iniciaba, se hubieran hecho llegar señales sensoriales inadvertidamente. En varios laboratorios se han hecho
estudios utilizando animales puestos a prueba en ambientes artificiales. Osis y Foster experimentaron con
gatos en un laberinto en T que ofrecía dos posibilidades de elección. Se trataba de que los gatos eligieran, de
entre los dos brazos del laberinto, el que llevaba al lugar donde estaba el alimento. Las claves olfatorias fueron
reducidas al mínimo gracias a un ventilador que arrojaba aire sobre el lugar en que estaba el recipiente con el
alimento. Los resultados obtenidos por los gatos eran positivos cuando las condiciones que los rodeaban eran
“favorables”, cuando recibían un trato afectuoso, y negativos cuando las condiciones eran “desfavorables”,
casos en que se provocaban deliberadamente las distracciones, frotando la piel de los gatos a contrapelo, o
modificando la iluminación de la habitación.

En un estudio similar hecho por Bestall en Sudáfrica, para probar la precognición, se utilizaron ratones machos
en un laberinto que posibilitaba una doble elección; a cada ratón se le permitía una sola elección. Un tiempo
después de que los ratones hubieran hecha su elección, se empleó un procedimiento al azar para determinar,
para cada ratón, cuál lado era el correcto y cuál el incorrecto. A los que habían hecho la elección correcta se les
permitía tener relación con una hembra al cabo de seis horas, mientras que a los que habían elegido
incorrectamente se los condenaba a muerte. Bestall obtuvo resultados positivos con este procedimiento de
precognición y hasta encontró pruebas que sugerían variaciones cíclicas del puntaje, registradas día a día.

Craig usó un procedimiento similar de precognición empleando ratas en un laberinto que posibilitaba dos
elecciones. Las ratas no mostraron inclinación a elegir el lado correcto. Sin embargo, las ratas que elegían el
lado derecho empleaban más tiempo para recorrer el laberinto. Esto se comprobó en dos estudios sucesivos.

El conjunto más serio y definido de estudios animales de que tenemos conocimiento hasta el presente
involucró a ratones, topos y ardillas en un procedimiento de precognición de doble elección. Se probaron
distintas variantes, pero el procedimiento básico era el siguiente: se ubicaba al animal en una jaula pequeña,
dividida en dos por una tablilla baja, sobre la cual el animal podía saltar fácilmente. A intervalos periódicos se
sacudía, con un shock no muy intenso, uno u otro lado del suelo.

El animal era motivado presumiblemente para evitar el shock previendo cuál sería el lado que recibiría el shock,
a fin de ubicarse en el contrario. Un circuito lógico registraba constantemente la posición del animal. A
intervalos periódicos un generador de números al azar señalaba un lado u otro para que recibiera el shock, y si
el animal estaba de ese lado, el shock se administraba durante 5 segundos. El registro de la posición del animal,
más el del lado señalado cada vez para recibir el shock, proporcionaba un registro automático de los datos.
Hasta el momento se han hecho más de 20 series experimentales exitosas utilizando distintas variantes de este

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procedimiento general; dichas series incluyen los trabajos hechos tanto en Francia como en los Estados Unidos
de América.

Gracias a ellas se lograron varios hallazgos interesantes. Los más importantes de entre ellos son los siguientes:

(a) en la conducta rígida o estereotipada no se encuentran pruebas de psi;


(b) un shock apenas mediano es más eficaz que la falta de shock o que uno muy intenso, lo que
sugiere que los bajos niveles de activación o de stress pueden conducir mejor a la psi;
(c) las pruebas demasiado prolongadas con el mismo animal disminuyen los resultados y sugieren la
posibilidad de creación de hábito;
(d) la automatización total, lograda por medio de la computadora y destinada a eliminar el manejo
manual de un experimentador y a proporcionar el recuento de los resultados, no sólo no disminuye el efecto
sino que, por el contrario, parece acrecentarlo;
(e) la intercalación de intervalos fijos o variables entre las pruebas no afecta al parecer los resultados,
tampoco influye la duración del intervalo;
(f) los resultados más altos se obtienen en pruebas que siguen a otras en las que el animal tuvo un
desempeño correcto y en las que mostró relativamente poca tendencia a saltar (hasta el momento no se ha
hecho una interpretación muy clara de este hecho, pero el mismo es compatible con la idea de que el bajo
stress es eficaz para la psi); y
(g) el uso de una rueda en movimiento, dividida por la mitad por dos barreras, opuestas la una a la
otra, es tan eficaz como el uso de una cámara fija.

Schouten llevó a cabo en Holanda un experimento en cierta medida similar, pero utilizó gotas de agua, como
recompensa para ratas sedientas, en lugar de recurrir al shock como castigo. Comprobó también que los
animales que utilizaba obtenían mejores puntajes cuando no mostraban una conducta rígida o estereotipada.
Encontró pruebas que sugerían que otro animal, que sabía cuál era la elección correcta, había ayudado al otro a
hacer esa elección. En dos estudios completos se utilizó un procedimiento similar, aunque no idéntico; pero
Schouten no confirmó esos resultados.

Para valorar la respuesta del animal frente a acontecimientos inminentes (precognición), o distantes
(clarividencia), se hicieron varios estudios preliminares en los que se utilizó, con cierto éxito, la relación de la
conducta con el estado emocional, como sería el nivel de actividad. Pero ningún procedimiento fue repetido
con la frecuencia necesaria para posibilitar la valoración real de los resultados.

En un conjunto adicional de estudios se realizaron experimentos en los que las capacidades psi de los animales
fueron probadas por medio de procedimientos de PK. Se ubicaba en ambientes poco agradables a cucarachas,
lagartijas, pollos, (incluyendo algunos a medio salir del cascarón), y también gatos. Los factores que afectaban
la tranquilidad del ambiente, tales como shocks periódicos o estímulos provenientes de una lámpara caliente
(en un medio frío), eran controlados por un generador de números al azar. La hipótesis que se planteaba era
que los animales influirían sobre el generador para lograr que el ambiente fuera menos desagradable. Los
resultados no fueron muy definidos.

Las cucarachas de Schmidt recibieron un número mayor de shocks de lo que hubiera sido dable esperar como
resultado del azar. Las lagartijas de Watkins, puestas en ambientes fríos, mostraron distintas tendencias a
recibir calor de una lámpara, de acuerdo con la presión barométrica y la humedad del medio circundante. En
cuanto al estudio de Schmidt existe la posibilidad de que Schmidt mismo, a quien le disgustan las cucarachas,
haya podido actuar como el real agente PK. Los resultados mixtos de los estudios de Watkins pueden ser
considerados compatibles con las distintas necesidades de calor de las lagartijas ya que éstas suelen
encontrarse, día tras día, en medios que difieren ligeramente. Todos los autores implicados consideran que
esas conclusiones son sólo simples ensayos y esperan nuevas repeticiones y un mayor perfeccionamiento antes
de considerar que las conclusiones son tan definitivas como cuando el flujo de información surge del mismo
procedimiento.
En un grupo final de estudios se incluyen exámenes de interacciones entre seres humanos y animales, en las
que un ser humano trata de influir sobre la conducta de un animal. Distintas personas hicieron una serie de
estudios preliminares. El grupo de investigación de Graham Watkins informó sobre varios estudios exitosos, en
los que seres humanos, especialmente “curadores”, trataron de despertar a un ratón anestesiado antes de que
se despertara el ratón control anestesiado al mismo tiempo. Aunque el procedimiento implica una influencia
sobre la conducta, puede interpretarse que la influencia afecta la conducta por haber afectado los

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componentes bioquímicos de esa conducta. De esta manera, ese conjunto de estudios se muestra indeciso
entre el tema de este capítulo y el de la curación psíquica.

Otros estudios se ocupan de los intentos de algunos seres humanos para influir sobre un animal. Metta
encontró algunas pruebas de que un ser humano podía influir sobre larvas de mariposa para que se arrastraran
dentro de sectores determinados de platillos de petri. Extra hizo dos estudios que proporcionaron algunas
pruebas de que un ser humano podía influir sobre la forma de correr de una rata dentro de una caja con
compuerta corrediza. Resulta interesante observar que Metta pensó que en su estudio había empleado la PK,
mientras que Extra supuso que había utilizado un procedimiento telepático. Concordaban con la dirección del
flujo de información a través de la barrera, pero disentían en relación con las especies que servían de sujeto.

Richmond comprobó que podía influir sobre la dirección del movimiento de locomoción del paramecio, mirado
a través de un microscopio. Randall utilizó un diseño de experimentación mejor, pero, a diferencia de Knowies,
no pudo repetir sus resultados. Más tarde, Randall encontró pruebas de que el piojo de la madera podía ser
influido para que entrara en uno de los 5 sectores de una caja circular, y pruebas de que podía influir sobre los
topos para que saltaran sobre ciertos trozos de madera y no sobre otros. Sin embargo, no consideró que sus
resultados fueran concluyentes. Osis trató de influir sobre gatos colocados en un laberinto de doble elección. Al
igual que en su trabajo de PES del gato, se habían previsto series altas y series bajas, de acuerdo con las
condiciones de los gatos y con los tratamientos a que habían sido sometidos. Las series que habían sido
previstas como bajas mostraron, estadísticamente, una carencia importante de psi, mientras que las que
habían sido previstas como altas dieron sólo resultados ligeramente positivos. En ninguno de estos estudios la
prueba de la capacidad de los humanos para influir sobre la conducta de elección abierta de las especies
inferiores se ha basado sobre resultados estadísticos positivos e importantes. Los datos de Watkins (al
despertar ratones anestesiados) son excepciones, pero cualquier influencia PK, ejercida en estos estudios,
hubiera actuado sobre los procesos fisiológicos más que sobre la conducta elegida.

¿Qué hemos podido aprender de estos estudios animales? Hasta ahora muy poco, especialmente porque pocos
de los procedimientos descriptos han sido totalmente examinados, o seguidos en una forma sistemática. Sin
embargo, podemos mencionar algunos puntos, aunque sea con carácter de ensayo.

Los estudios que toman a animales como sujetos parecen ser más coherentes que los que involucran a seres
humanos, tanto en relación con los estudios completos, que llevan a la obtención de resultados, como en lo
que hace a los estudios de seguimiento que dan resultados similares a los del estudio inicial. Este último punto
es puesto de manifiesto por el éxito del procedimiento para evitar el shock, llevado a cabo con ratones, topos y
ardillas. Quizá los animales se desempeñan mejor en pruebas de laboratorio porque tienen menos elementos
de distracción, reciben menos “ruido” en sus sistemas psicobiológicos. Podría esperarse que su respuesta a una
situación de laboratorio fuese más estable que la de los seres humanos; no están sometidos a exámenes, no
tienen choques de personalidad con el experimentador, ni expectativas culturales, ni temores relacionados con
la posibilidad de éxito o fracaso del desempeño de la psi, etcétera. Quizá sea importante mencionar que pese al
aumento de la instrumentación y de la automatización, los resultados se mantienen constantes; esto
posiblemente se debe a que los animales sufren menos que los seres humanos el efecto deshumanizante de las
máquinas y las computadoras.

Al parecer, la prueba de la existencia de la psi puede obtenerse dentro de una muy amplia variedad de especies
y a distintos niveles de complejidad del sistema nervioso central. ¿El nivel de complejidad tiene algún efecto?
Los estudios hechos sobre la interacción de los seres humanos con los animales inferiores sugieren que el
sistema nervioso de los seres humanos (y/o la psiquis vinculada, si es que hay alguna) pueden ser capaces de
dominar, o dirigir, un sistema nervioso menos complejo (y la psiquis correspondiente si es que hay alguna).
Hasta ahora no hemos diseñado estudios que permitan ver si lo inverso también es verdadero (quizá por las
desagradables implicaciones que hubieran podido tener los resultados positivos). El único estudio hecho hasta
el momento, en el que entraron en competencia, directamente, dos niveles de complejidad del sistema
nervioso, es el que llevó a cabo Schmidt en relación con las cucarachas y en el cual resultaron ganadores los
seres humanos. Este problema puede enfocarse a través de una investigación sistemática, usando,
especialmente, el procedimiento PK. Por ejemplo, pueden aparearse un huevo de un día con un huevo a punto
de madurar, de manera que uno reciba calor y el otro no (controlando, naturalmente, las oscilaciones óptimas
de temperatura diferencial).
Un nivel moderado de despertar, o activación, parece óptimo para el desempeño de la psi. Un despertar
excesivo, que se traduce en condiciones negativas de funcionamiento, shock intenso y otras consecuencias
similares, parece conducir a resultados negativos, o producidos por el azar. Sí esta comprobación es válida,

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indica la existencia de una interacción entre estructuras que afectan el nivel del despertar y el procesamiento
de la información psi.

A pesar del conocido sentido de la orientación de los perros, la biología no parece ser suficiente para explicar
algunas de sus hazañas. Los periplos imposibles recorridos por algunos de estos animales, movidos por alguna
inflexible fuerza interior que los lleva hacia su punto de destino, desafían toda lógica, lo único seguro es que su
sistema de guía va bastante más allá de su sentido olfato.

La revista británica Fortean Times ha publicado recientemente una lista de los viajes más largos realizados por
perros para reunirse con sus amos; el récord, imbatido desde hace 70 años, lo ostenta el norteamericano
Bobbie. Los investigadores pudieron reconstruir su viaje gracias al testimonio de la gente que le dio de comer
durante el mismo, o le vio pasar. Se estima que recorrió casi 5.000 kilómetros. Bobbie fue el primero del que se
tiene noticia, pero con los años comenzaron a aparecer más casos que sorprendían por el esfuerzo o la
determinación demostrados por el animal. En 1979 Nick, una perra alsaciana, consiguió el segundo puesto en la
lista de periplos tras recorrer 3.200 kilómetros hasta su hogar en el estado de Washing-ton, tras perderse
cuatro meses atrás en el desierto de Arizona. En su viaje de regreso, si hubiera sido en línea recta, Nick tuvo
que atravesar el desierto de Arizona, el gran Cañón del Colorado, varios ríos helados y las montañas cubiertas
de nieve de Nevada y Oregon.

En 1976 otro alsaciano, Spook, desapareció durante una travesía que sus dueños el matrimonio Rowe,
efectuaban por el estrecho de Haro, a una milla de la costa de la Columbia británica. Pensando que se habría
caído por la borda, lo dieron por perdido; nadar hasta a casta en aquellas aguas heladas parecía una hazaña
imposible. Siete meses después, el matrimonio regresó a su casa de California para ver a unos parientes y la
señora Rowe fue a la perrera local a buscar al terrier de su hermano, que había sido recogido por los perreros
locales. Repentinamente, un perro encerrado en una jaula cercana comenzó a aullar. Era Spook, demacrado y
exhausto tras recorrer los 1.600 kilómetros que le separaban de casa. En cuanto le abrieron la puerta, saltó a
los brazos de la señora Rowe. Los perreros le dijeron después que jamás habían visto a un can con las uñas más
gastadas, y mayor cantidad de heridas en las patas tras haberlo encontrado por la nieve.

Las teorías de los “campos morfogenéticos” de Rupert Sheldrake o el “alma grupal” de Gary Zukav abren
nuevas perspectivas en cuanto a lo que sabemos sobre evolución y reencarnación. Sheldrake, bioquímico
británico de fama mundial, que ha sido comparado a Darwin, desafió en la última década las convenciones
establecidas por la ciencia clásica con su hipótesis de la causación formativa, o campos morfogenéticos. Rupert
sostiene que las especies y organismos pueden aprender, desarrollarse y adaptarse a través de un proceso de
resonancia mórfica: “Si una paloma de Londres aprende un hábito nuevo, automáticamente palomas de otras
partes del mundo manifestarán una tendencia a aprender el mismo hábito. Del mismo modo ocurre en el
mundo inorgánico y en el humano. Cualquier sistema natural hereda una memoria colectiva. Existe, pues, una
vía no material de transmisión del conocimiento.” Ambas teorías se complementan, pues si Sheldrake está en
lo cierto, la conciencia grupal de las especies aumenta de frecuencia continuamente, al acumular los
conocimientos de cualquiera de sus individuos.

Los animales parecen cumplir las tareas propias de la psi en las mismas formas que los seres humanos; carencia
de psi en condiciones negativas, acostumbramiento, efectos de parcialidad en las respuestas y otras similares.
Debemos insistir en un último punto relacionado con la investigación animal: hasta que tengamos una
comprensión mayor de la psi y sus límites en los seres humanos, tropezaremos con dificultades en la mayoría,
sino en todos los estudios, hasta lograr la certeza de que la psi humana no está implicada, total o parcialmente,
en la obtención de esos resultados.

5.2. SANACIÓN PARANORMAL

5.2.1. Definición

“La curación psíquica,” “la curación paranormal” y la “curación mental”, son términos que se usan para
describir el alivio a los problemas físicos o psicológicos cuando no parece haber explicación médica, fisiológica o
psicodinámica adecuada para la curación. Como tal, es uno de los temas que abarca el término que se conoce
como “fenómeno psi,” esos reportes de interacción entre el organismo y el medio ambiente (incluso aquellos
entre los organismos) en que parece que la comunicación o la influencia que han ocurrido no se pueden
explicar por medio de nuestro entendimiento actual de los canales sensoriales y motores. Esos reportes son

12
anómalos porque parecen estar ajenos a los conceptos comunes de la ciencia como son el tiempo, el espacio y
la fuerza.

5.2.2. Introducción

La medicina carece de una teoría coherente o aun de una filosofía de los sistemas biológicos. No puede
explicar, por ejemplo, la remisión espontánea del cáncer resultante de las intervenciones curativas de un Oral
Roberts o un Ambrose Worral, sin hablar de las curas bien documentadas registradas en Lourdes, Francia, en
las que no intervinieron curadores. La medicina no puede continuar ignorando esos hechos o caratulándolos
simplemente como anomalías. Los estudiosos de la medicina deben comenzar a considera. Seriamente la
naturaleza del proceso de curación en todos los aspectos, incluyendo lo “milagroso” como parte de la
formulación mayor de la teoría biológica. Afortunadamente la aparición reciente de la teoría y práctica de la
acupuntura china en los Estados Unidos de América puede contribuir a estimular esta búsqueda.

Stanley Krippner y Jerry Solfvin explican la forma en que los parapsicólogos contemporáneos han seguido esa
tradición de investigación, probando las afirmaciones de la curación psíquica en el contexto de las cuatro
categorías principales de los fenómenos psi: la telepatía, la clarividencia, la precognición y la psicoquinesis. La
telepatía se refiere a ejemplos en los que la información parece obtenerla un “receptor” de un “emisor” por
medio de algunos medios anómalos. En la clarividencia, el “receptor” obtiene información acerca de objetos o
eventos en una forma fuera de lo normal. La información anómala acerca de los acontecimientos futuros está
clasificada como precognición porque no parece probable que esa información pudiera inferirse de lo que ya se
conoce. En la psicoquinesis (PK), se supone que un organismo puede influir en un objeto externo a través de
medios anómalos.

Si un curandero psíquico fuera capaz de reparar un hueso roto concentrándose en la persona enferma, se
investigaría la posibilidad de la psicoquinesis. Si el curandero pudiera diagnosticar la condición del tumor de un
extraño con sólo sostener un pedazo de papel que contenga el nombre de esa persona, se sospecharía que
existe la clarividencia. Si el curandero predijera un accidente que llegara a ocurrir, se podría considerar la
posibilidad de la precognición. Y si el curandero pudiera identificar un problema personal que estuviera
perturbando a alguien a quien nunca hubiera visto, se podría inferir que la telepatía habría tenido un papel. No
es necesario decir que cada uno de esos ejemplos tendría que examinarse para descartar alguna coincidencia,
claves sensoriales, memoria imperfecta, destreza manual, observación inexacta y falsificación deliberada de
hechos.

Con frecuencia, es difícil decidir si algo es ejemplo de unos fenómenos psi o de otros. Lo que pudiera ser
telepatía podría dársele también el término de clarividencia. Por esta razón, los primeros experimentos psi
utilizaban barajas de cartas, dados y otros materiales simples para pruebas sujetas a control. Esos controles
rigurosos alejan a la prueba de una situación parecida a la de la vida normal, pero facilitan las conclusiones una
vez que se termina el experimento.

Sin embargo, la curación psíquica, es tan compleja que no se puede investigar con sólo adivinar las cartas o con
intentar influir en la caída de los dados. Esa es una razón por la que los parapsicólogos hicieron muy poco en
esa área hasta hace poco. Otra razón por la que la curación psíquica es tan difícil de estudiar es que muchas
enfermedades físicas tienen una base psicosomática. Así, la creencia de que un tratamiento va a ser efectivo,
puede ser suficiente para producir una curación. Si eso sucediera, no habría ninguna anomalía involucrada y no
tendría que invocarse el psi para describir el fenómeno. Por lo tanto, la mayoría de los experimentos en la
curación psíquica se concentran en un aspecto de todo el proceso de curación, aspecto que puede manipularse
de tal forma que se puede determinar si está ocurriendo o no la curación psíquica. Algunos estudios de caso
han aparecido también en la literatura médica, proporcionando datos valiosos pero inconclusos.

5.2.3. Perspectiva histórica

En esa historia tan simple se encuentran todos los elementos de la cirugía y la medicina modernas; limpieza de
la herida, antisepsia, bacteriostasis, cirugía y el uso de sustancias químicas como “medicinas”. Además de
preocuparse por la herida local, el hombre aprendió que la amapola podía aliviar el dolor, que el alcohol era un
tranquilizante, que la cocción de corteza de sauce disminuía la fiebre y así, sucesivamente, con todos los
elementos de la farmacopea médica.

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Pero el hombre aprendió, además muy especialmente, que el apoyo que le brindaba una persona comprensiva
lo ayudaba a soportar todas las molestias provocadas por el proceso de una enfermedad o la curación de una
herida. Con el correr del tiempo en cada tribu se llegó a saber que ciertas personas podían brindar más
simpatía y comprensión que otras. De resultas de los requerimientos de la gente, dichas personas tuvieron que
dedicar cada vez más tiempo a los heridos o enfermos. A través de generaciones sucesivas esos individuos se
convirtieron es especialistas de la tribu, junto al patriarca o matriarca, el cazador o guerrero en jefe y el
hacedor de flechas. Llegaron a ser “hechiceros” o “médicos brujos”. Hubo buenos y malos hechiceros, pero
todos compartían los conocimientos transmitidos de generación en generación. Estos consistían en la
identificación de las distintas enfermedades, de los distintos tipos de espíritus que, según se suponía,
provocaban las enfermedades, de las distintas hierbas y ofrendas propiciatorias que debían utilizarse para
aplacar las posibles combinaciones de espíritu-enfermedad.

La diferencia existente entre los distintos hechiceros consistía en su grado de “poder”, es decir, en la evaluación
de su éxito. Este se relacionaba con la rapidez con que “adivinaban” la naturaleza de la combinación espíritu-
enfermedad y con que descubrían la combinación exacta de medicina, cirugía y “apaciguamiento” que
aceleraba la solución del problema.

Con el tiempo, el arte del hechicero se fragmentó en distintas especialidades. Existen pruebas de que hace
unos 4000 años en Egipto había algunos que practicaban cirugía, otros que practicaban medicina y otros que se
ocupaban de los espíritus y los dioses, es decir, sacerdotes.

Pero hasta unas pocas centurias atrás, los tres especialistas rendían pleitesía a los espíritus y a los dioses. En
realidad, podemos afirmar con certeza que la escisión entre el cirujano, el hechicero y el sacerdote se produjo
sólo en este siglo. Como la separación es tan reciente aun quedan heridas y cicatrices que todavía duelen, y al
hablar de la curación como de un arte o habilidad independiente de los roles del sacerdote, el cirujano y el
hechicero, nos enfrentamos, indudablemente, con un problema muy delicado. Sin embargo, en este capítulo
tratamos de describir la curación como un proceso distinto del que cumplen el sacerdote profesional, el
cirujano y el hombre dedicado a la medicina.

Las prácticas de curación psíquicas se remontan a los primeros intentos humanos para aliviar el malestar
psicológico o físico. En tanto la acupuntura se desarrollaba en China, un arquitecto llamado Inhotep se convirtió
en el médico principal de los faraones. Cuando murió en el año 3000 a.C. aproximadamente, la tumba de
Inhotep se convirtió en un lugar sagrado para los peregrinos que buscaban la recuperación de sus
enfermedades. Fueron tantos los individuos que tuvieron recuperaciones dramáticas que a Inhotep lo
consideraron un dios. Esculapio disfrutó una reputación similar en Grecia mientras los “templos de curación” se
extendían hacia Roma y sobrevivieron hasta la Edad Media.

A otros médicos antiguos como Hipócrates y Galeno en Grecia, Trita en Persia, se les reconocieron sus poderes
de curación psíquica. Jesús utilizó la “imposición” de las manos corno parte de su servicio religioso y les dijo a
sus discípulos que “curaran a los enfermos”. Dos de los primeros mártires cristianos, San Cosme y San Damián,
tenían reputación por haber ejercido la curación psíquica en Roma. Sin embargo, durante la Edad Media, la
Iglesia católica empezó la persecución de los curanderos psíquicos, considerándolos brujos o herejes. No
obstante, se dijo que varios monarcas reinantes podían curar con sólo “imponer” las manos y el “toque real” se
convirtió en una tradición. Se sabe que en 1684 se reunió una multitud tan grande en Inglaterra para que los
tocara Carlos II, que seis personas fueron pisoteadas hasta morir.

Se sabe que Paracelso, un médico suizo del siglo XVI, se servía de amuletos y de encantamientos para curar la
lepra, el cólera y el cáncer. El médico austriaco Franz Anton Mesmer que vivió en el siglo XVIII creía que sus
curaciones sorprendentes se debían a un “fluido magnético” invisible que pasaba a través de él a sus pacientes.
Tal vez el primer experimento psicológico controlado se realizó con cinco ciudadanos franceses por medio de
una comisión investigadora organizada para examinar las afirmaciones de Mesmer. A veces, los participantes
con los ojos vendados eran expuestos al “fluido curador” que supuestamente emitía uno de los estudiantes de
Mesmer y, en ocasiones, no los exponían. Durante algunas de las exposiciones, les dijeron que estaban
recibiendo el “fluido” y durante otras exposiciones, les dijeron que no lo estaban recibiendo. Para completar el
diseño experimenta], en ocasiones les decían que estaban recibiendo el “fluido” cuando no era así. Se
obtuvieron resultados entrecortados. Los participantes sintieron el “fluido” y los afectaba cuando creían que

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les estaba dando el tratamiento. No importaba si se estaba transmitiendo o no el “fluido”; las creencias del
participante eran el factor clave.

5.2.4. Investigaciones modernas

Un psiquiatra británico, Louis Rose, investigó 22 casos de supuestas curaciones exitosas llevadas a cabo por
varios curanderos psíquicos de la Gran Bretaña. Rose descubrió que la mayoría de los casos diferían de las
afirmaciones. Algunos casos sí tuvieron una dramática mejoría, pero otro enfermo empeoró después del
tratamiento. Un caso dramático fue el de un hombre al que le habían dicho, después de una biopsia, que tenía
cáncer en la laringe y necesitaba una cirugía. Después de visitar al curandero psíquico Harry Edwards, el cáncer
no se presentó al volver a examinarlo. Uno de los cirujanos explicó esa condición sugiriendo que el pedazo de la
laringe extirpada para la biopsia era el que contenía todo el tejido enfermo.

Inge Strauch, una psicóloga de Alemania Occidental, pidió a dos médicos que evaluaron el malestar de 247
pacientes antes y después del contacto con una curandera alemana. Descubrió que los desórdenes funcionales
eran más propensos a mostrar una mejoría “mayor de la que se esperaba” que los desórdenes orgánicos. La
causa psicosomática es más común en la primera categoría de malestares que en la segunda.

Kaja Finkler entrevistó a los pacientes que llegaban a un templo espiritista en el México rural, valorando sus
respuestas al tratamiento con el índice Médico de Cornell, una escala de 195 tópicos afirmativos y negativos
diseñados para medir el tipo y el grado de la enfermedad. Las entrevistas iniciales fueron conducidas en el
momento del tratamiento con chequeos unas dos y cinco semanas después. De acuerdo con el criterio del
índice Médico de Cornell, el 25 por ciento de los tratamientos tuvieron éxito, en tanto que el 36 por ciento no
lo tuvieron. Los otros no pudieron evaluarse adecuadamente. Cuando se estudiaron los desórdenes
psiquiátricos, se descubrió que los tratamientos espirituales fueron tan efectivos como la psicoterapia
occidental.

J.T.M. Attevelt recogió sus propios reportes de unos 3000 pacientes a quienes trataron los curanderos
psíquicos en Holanda. Aproximadamente dos terceras partes afirmaron tener una “mejoría definitiva”. El alivio
de los desórdenes orgánicos se reportó con la misma frecuencia que los desórdenes funcionales. Erlandur
Haraldsson y Olaf Olasson descubrieron que dos terceras partes de sus cuestionados reportaron haber sido
beneficiados en una sesión de curación psíquica sin considerar si creían o no en el fenómeno. Esos dos estudios
son importantes porque, si se repiten, demuestran que la creencia sola no es suficiente para explicar los
resultados, y que los problemas orgánicos a veces responden a la curación psíquica.

Veamos ahora los principales estudios en las investigaciones de Bernard Grad, Dolores Krieger, Douglas Dean,
Graham y Anita Watkins, y Joyce Goodrich.

a. Los experimentos de B.Grad. Se han reportado varios estudios con curanderos psíquicos en tanto otros
involucran voluntarios. Una revisión completa de esos estudios ha sido presentada por Jerry Solivin en el
volumen 4 de Advances in Parapsychologiml Research. Los esfuerzos pioneros de Bernard Grad, un médico
canadiense, demostraron que la curación psíquica y los curanderos psíquicos podrían ser llevados al laboratorio
y podrían proporcionar datos útiles.

Bernard Grad, en la Universidad McGill, trabajó con un curandero húngaro, el coronel Oskar Estebany, quien
contaba con una larga historia de tratar tanto a los animales como a la gente con sólo imponerles las manos en
las áreas afligidas. En uno de los experimentos Grad, los ratones recibieron pequeñas heridas infligidas
quirúrgicamente en la piel, y el índice de curación de las heridas se medía en forma objetiva todos los días. Los
ratones se dividieron en un grupo experimental y un grupo de control. Un investigador colocaba a cada ratón
del grupo experimental en una bolsa de papel y Estebany sujetaba la bolsa con todo y el ratón mientras hacía la
curación. A los ratones del grupo de control los ponían en bolsas de papel durante periodos equivalentes de
tiempo, pero a esos no los sujetaba Estebany. Los resultados mostraron que las heridas sanaban con más
rapidez en el caso de los ratones que recibían el tratamiento de curación. La diferencia en el índice de curación
era significativa estadísticamente hablando.

Las bolsas de papel se usaron para impedir que cualquier factor físico manejable o cualquier factor de
temperatura afectaran los resultados. En un intento por eliminar esa posibilidad aún más, Grad diseñó un
experimento en el que las semillas eran “heridas” al calentarlas en un horno a una temperatura que pudiera

15
matar a algunas y afectar adversamente a las que sobrevivieran. Esas semillas fueron plantadas en recipientes y
se regaron con una solución salina estéril (agua salada). La solución salina venía en recipientes sellados.
Estebany sostenía con las manos algunos de los recipientes y después los dejaba a un lado para que perdieran
cualquier calor que pudieran haber acumulado durante el tratamiento. Posteriormente, se regaron las semillas
del grupo experimental con esa solución. Las semillas del grupo controlado fueron regadas con la solución
salina de los recipientes que Estebany no estaba sujetando. La persona que regó las plantas no supo cuál agua
había recibido al tratamiento de Estebany. Una persona diferente (que también ignoraba cuáles semillas habían
sido tratadas experimentalmente) midió la cantidad de semillas que brotaron y la altura a la que llegaron los
brotes en cierto periodo de tiempo, al igual que el peso final de las plantas al final del experimento.

Para indicar si se obtuvo un efecto o no, se usan las estadísticas. Las pruebas estadísticas usan las propiedades
matemáticas conocidas de los números para permitirle a uno decidir cuándo la diferencia tal vez se debió a la
casualidad y cuándo la diferencia es tan grande que no parece probable. Si el resultado de la prueba particular
pudo haber ocurrido sólo cinco o menos veces en unas cien pruebas, uno empieza a dudar que esté dándose
una casualidad. El término “estadísticamente significativo” se usa cada vez que el resultado de un experimento
no pudo explicarse por medio de ninguna coincidencia como lo determinan las técnicas matemáticas.

El trabajo de Grad inspiró a G. H. Elguin y a Brenio Onetto-Bachler, de la Universidad de Chile, a trabajar con
tres grupos de ratones cancerosos. Los tumores de un grupo disminuyeron en forma significativa cuando se
concentraron en el intento de reducir el cáncer. Los tumores del grupo controlado no cambiaron, ni en un
tercer grupo que se concentró en el intento de aumentarlos.

b. Los experimentos de D. Krieger. Dolores Krieger se sintió estimulada con el trabajo de Grad y Smith para
experimentar con hemoglobina, que es el pigmento respiratorio de los glóbulos rojos. Krieger notó que la
hemoglobina “es una proteína que contiene hierro y, como todas las proteínas, puede actuar como ácido o
como base, dependiendo del medio en el que se encuentre. Esta habilidad podría convertirla en un vehículo
apropiado para el balance de las corrientes positivas y negativas de las energías vitales durante el proceso de
curación como se postula en la literatura orienta.”

El primer estudio de Krieger trataba de los efectos de la hemoglobina en la curación a través de la imposición
de las manos; una vez más, el coronel Estebany fue el curandero. Había 19 sujetos en el grupo que recibieron la
curación, y nueve del grupo control. Se notó que los valores de la hemoglobina aumentaron más durante los
seis días del experimento en el grupo de curación, pero no en el grupo de control. Después se descubrió que la
diferencia en el grupo de curación era mayor para los sujetos que meditaban que para los que no lo hacían.

En su segundo estudio, Krieger utilizó a 33 personas en el grupo de control y a 43 personas indispuestas en un


grupo que trabajó con Estebany. Cada una de las 43 personas fue tratada con la “imposición” de las manos
todos los días durante 14 días. Krieger volvió a encontrar que aumentaron los valores de la hemoglobina para
el grupo experimenta.

El tercer estudio de Krieger utilizó a 46 sujetos en el grupo experimental y a 29 en el grupo de control. Un


metro de color se utilizó para deteriorar los valores de hemoglobina, puesto que se consideraba un método
extremadamente objetivo para observar el cambio en los corpúsculos rojos de la sangre. Una vez más, los
valores de hemoglobina del grupo experimental demostraron un cambio mayor que los del grupo de control.

Después de un año, cuestionarios de seguimiento se enviaron a los miembros del grupo experimental y regresó
un 70 por ciento. Las respuestas al cuestionario mostraron que el 90 por ciento de los que contestaron tuvieron
índices normales de presión sanguínea, temperatura del cuerpo e índice del pulso durante un año. El 75 por
ciento de las respuestas al cuestionario mostraba que su apetito era “bueno”, en tanto el resto lo calificó como
“medio”; nadie usó la tercera alternativa de “bajo”. Sólo una de las personas que respondió al cuestionario citó
el uso del tabaco.

El mismo Estebany no mostró ningún cambio de hemoglobina durante el estudio. Además, la temperatura de
sus manos no cambió, Krieger concluye que “si se concibe al individuo saludable como un sistema abierto de
«energía circulante en flujo constante... entonces no es difícil visualizar a la persona enferma como alguien en
quien ese sistema se ha cerrado, por decirlo de alguna forma, en sí mismo. El papel del “curandero” estaría
relacionado con ayudar a la persona enferma a reestablecer ese sistema fluyente vital, abierto para restaurar,
al parecer, la comunicación con el propio medio ambiente.” Una vez que el curandero instiga esa “apertura”,
de acuerdo con Krieger, la persona enferma puede continuar mejorando en el curso del tiempo, previniéndose

16
que no haya más obstrucciones. Con base en esos estudios, Krieger desarrolló una técnica de curación, “el
toque terapéutico” que les ha enseñado a miles de enfermeras y a otros profesionales en el cuidado de la
salud.

c. Los experimentos de D. Dean. Douglas Dean. Ex-presidente de la Parapsychological Association, se interesó


en los resultados de un estudio piloto conducido por J. Schoneberg Setzer. El doctor Setzer sembró rábanos con
agua ordinaria y con agua que había estado en las pilas de las iglesias durante los servicios de los dorrúngos. Se
descubrió que el agua de la iglesia producía rábanos más grandes que la simple agua secular de un domingo,
pero rábanos inferiores al siguiente domingo. El trabajo posterior de Setzer reveló un ciclo de 14 días que
coincidía con el periodo lunar. Dean añade que: “... el efecto en sí parece ser genuino, porque se realizó otra
serie de experimentos conducidos por un espectroscopista líder en una compañía química muy importante en
Estados Unidos. Midió la concentración de iones de hidroxilo y la cantidad de uniones de hidrógeno en los dos
tipos de agua y descubrió la misma clase de oscilación de 14 días; de hecho, los domingos cercanos a la luna
llena había una reducción de la unión de hidrógeno comparada con el agua regular, pero los domingos
cercanos a la luna nueva, la unión de hidrógeno se mostraba en exceso. Tal vez a eso se deba que ese trabajo
que inició Setzer caiga en la categoría de los efectos astrofísicos sutiles. Aun así... sugiere que aun fuerzas muy
sutiles y débiles, pueden tener efectos químicos.

Dean también revisó el trabajo de Bernard Grad con Oskar Estebany. Grad concluyó que las manos de Estebany
debieron haber alterado el agua en cierta forma y procedió a probar la idea. Grad pasó la luz infrarroja (IR) a las
muestras de la solución salina de las botellas “tratadas” y las “no tratadas” usando un espectrofotómetro. Este
instrumento mide el porcentaje de la transmisión de la luz IR que aparece en colores tan visibles como la luz,
pero se describe con números, en vez de con nombres como el rojo, el anaranjado y el amarillo. El instrumento
mide el porcentaje de la transmisión para cada una de las longitudes de onda desde 400 a 3000 lumínicas; de
4000 a 750 es el rango visible y de 750 a 3000 es el infrarrojo.

El porcentaje de la transmisión para el agua salina “no tratada” y para la “tratada” fue el mismo de 400 a 2800
lumínicas punto a partir del cual hubo divergencia. Para el agua salina “sin tratar”, hubo un porcentaje de
transmisión del 80 por ciento de luz IR, pero para la “tratada”, la transmisión fue de 63 por ciento. Dean notó lo
siguiente: Este resultado en el enlace IR sugiere un cambio en la distancia del enlace de oxígeno e hidrógeno
(0.95) o en la cantidad de uniones de hidrógeno que son el enlace de una molécula de agua con las moléculas
de agua a su alrededor.

Dean le pidió a Grad que le enviara seis botellas de solución salina, algunas manejadas por un curandero y otras
que no hubieran sido manejadas por ningún curandero. Dean y un colega volvieron a notar la divergencia de
2800 a 3000 lumínicas, confirmando el trabajo de Grad. Usando instrumentos especiales, encontraron otra
divergencia en 3600 y en 4 400 milimicras; esas diferencias seguían siendo aparentes cuando Dean volvió a
examinar las botellas tres años después.

En 1974, Grad le dio a Dean cuatro botellas de agua destilada; a Dean no le dijeron cuáles botellas habían
tratado los curanderos (una de las cuales era la destacada curandera Oiga Worrall). Dean llevó las botellas a un
laboratorio de química que observó un enlace de oxígeno e hidrógeno menor al promedio en dos botellas de
agua. Esas fueron las dos botellas que “trataron” los curanderos. Dean comentó que fue como si los curanderos
hubieran hervido el agua y hubieran roto algunos enlaces de hidrógeno...”

Entonces enviaron las cuatro botellas a la Universidad de Delaware para medir “el calor de la dilución”. Una vez
más, las dos botellas 44 tratadas” mostraron un efecto definitivo del “calor de la dilución.” Esas botellas
volvieron a mostrar menos enlaces aún cuando se empleó una técnica de medición completamente diferente.

d. Los experimentos de G. y A. Watkins. Graham y Anita Watkins. Diseñaron un experimento en el que 12


voluntarios trabajaron con animales, desde una cierta distancia parte del tiempo. La tarea que se les dio a esos
individuos, la mayoría de los cuales no profesaban tener ninguna habilidad de curación paranormal, fue la de
hacer que los ratones volvieran con mayor rapidez de la anestesia de lo que se esperaría bajo circunstancias
ordinarias.

Se presentaron parejas de ratones puestos inconscientes con éter al mismo tiempo. Esos pares se eligieron con
mucho cuidado; eran del mismo sexo, del mismo tamaño y habían sido compañeros de camada. Después de
que ambos ratones estuvieron inconscientes, los colocaron en contenedores de plástico. Un ratón fue colocado
enfrente de cada uno de los 12 voluntarios, al voluntario se le pidió que “despertara” al animal. El otro ratón

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sirvió para control; por lo tanto, la cantidad de ratones en el grupo experimental fue la misma que la cantidad
del grupo de control.

Se condujeron pruebas bajo diversas circunstancias. En algunos casos, el voluntario y el ratón se encontraban
en un cuarto mientras el ratón de control se encontraba en otro cuarto. En otros casos, el voluntario y ambos
ratones se encontraban en el mismo cuarto. En otras ocasiones, los dos ratones se encontraban en la misma
habitación con el voluntario observando desde una ventana. Y en algunos casos, el voluntario tenía los ojos
vendados. En ningún caso se le permitió al voluntario hacer una imposición de manos con el ratón
inconsciente.

Los resultados de este estudio en general fueron significativos en cuanto a las estadísticas; los animales
asignados a los voluntarios requirieron de un promedio del 13 por ciento menos de tiempo para revivir que los
animales de control. No había diferencias bien definidas entre las diversas condiciones. Sin embargo, cuando se
observaba a los ratones a través de la ventana, los voluntarios que no estaban vendados lo hicieron mucho
mejor que los voluntarios vendados.

Watkins y Watkins descubrieron tres sujetos que lo hicieron muy bien al revivir a los ratones, tanto así que en
24 intentos, sus ratones revivieron con más rapidez que los ratones de control. Un sujeto adicional también
produjo resultados significativos; en ese caso, los ratones de control revivían con más rapidez.

Roger Wells y Judith Klein, dos de los colegas de Watkins y Watkins en la Foundation for Research on the
Nature of Man, reportaron resultados significativos después de un intento por repetir ellos mismos el
experimento con un descubrimiento adicional. Una vez que un ratón revive con más rapidez de lo que
esperaba, se registra el lugar en el que estaba. Los ratones que posteriormente fueron colocados en el mismo
lugar pudieron revivir con mayor rapidez que los que fueron colocados en otras partes, aunque el sujeto no
sepa de los primeros habitantes de ese lugar. Ese “efecto dilatado” sugiere que algunos lugares son mejores
que otros como sitios para la curación, o que un residuo del “poder de curación” sigue ahí para ayudar a revivir
al siguiente ratón.

e. Los experimentos de J. Goodrich. La disertación doctoral de Joyce Goodrich de la Union Graduate School se
centra en los procedimientos de curación psíquica visualizados por Lawrence LeShan. Después de haber escrito
varios ensayos sobre la investigación psíquica y después de haber estudiado intensamente todas las variedades
de fenómenos psi, LeShan decidió que la curación psíquica ofrecía el mayor potencial para la aplicación de los
fenómenos parapsicológicos. Después de entrevistar y de observar a docenas de curanderos. LeShan llegó a
una teoría del procedimiento de la curación psíquica. Empezó a aplicar la teoría primero aprendiendo la
curación psíquica por sí mismo y luego enseñándosela a otras personas.

LeShan sentía que la mayoría de los ejemplos de la curación psíquica ocurrían cuando el curandero se
encontraba en un estado alterado de conciencia, uno en el que el curandero parece “fusionarse” con el
paciente. Esa fusión se realiza con una actitud de amor y de preocupación por parte del curandero. A un nivel
inconsciente, los mecanismos de autocuración del cliente son estimulados para funcionar de una manera
acelerada. LeShan sugirió que ese estímulo puede provocarse por medio de la telepatía, en especial cuando el
curandero y el paciente se encuentran a cierta distancia.

El seminario típico de entrenamiento que conducía LeShan, empezaba con una discusión teórica de la “realidad
sensorial” y la “realidad clarividente”. Según la teoría de LeShan, un curandero cambia de la “realidad
sensorial” a la “clarividente” durante una sesión de curación. Para facilitar ese cambio, LeShan les enseñaba a
los estudiantes una serie de ejercicios diseñados para:

1. Reforzar su sentido de sí mismos, de modo que no se confundieran cuando se cambiaran de un


estado de conciencia a otro.
2. Desarrollar formas alternas de conceptualizar la realidad.
3. Desarrollar la habilidad para entrar en el estado alterado de conciencia asociado con la “realidad
clarividente.”
4. Intentar curar a otros estudiantes del seminario. LeShan se refiere a la curación distante como
Tipo Uno y a la “imposición” de las manos como Tipo Dos. Hace énfasis en la curación del Tipo Uno y, en los
seminarios, a la persona que curan se le dice tan sólo que sea receptiva, que no “haga” nada. El curandero
intenta entrar a la “realidad clarividente” y fusionarse con el cliente.
5. Es entonces cuando se llama a las personas con problemas médicos para intentar curarlas.

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Joyce Goodrich se convirtió en una de las estudiantes de LeShan y condujo su estudio en un intento por
discernir si la curación a la distancia en verdad funcionaba. En el experimento, a los curanderos se les asignaron
pacientes con quienes hicieron una curación cara a cara. Después, los curanderos intentaron durante varios
intervalos “fusionarse” con sus pacientes desde una distancia de varios kilómetros. Los pacientes llevaban un
registro valorando con cuidado sus experiencias en la curación.

Los resultados de este estudio fueron estadísticamente significativos. Los jueces independientes pudieron
identificar correctamente el momento en que los curanderos estuvieron trabajando con sólo examinar los
registros que llevaban los pacientes. LeShan ha descrito el estado de conciencia experimentado por los
curanderos en su libro The Médium, the Mystic and the Physicist.

Es esencial que haya un cuidado muy intenso y una visión del enfermo y uno como si fuéramos una persona,
como si estuviéramos unidos en un universo... en el que es posible esa unidad... Es un grupo de creencias
perfectamente válidas acerca de la realidad. En virtud de que este momento de conocimiento intenso por parte
del curandero fue válido y el enfermo fue una parte integral y central del sistema, el enfermo también lo sabía.

LeShan ha afirmado que la curación psíquica es un potencial básico humano, algo que mucha gente puede
desarrollar. Por otra parte, la curación sin preparación no es aconsejable; al igual que otras habilidades
humanas, la curación psíquica se desarrolla mejor dentro de una estructura de entrenamiento y disciplina.

5.2.5. Investigaciones sobre seres humanos

Algunos estudios adicionales han llevado, con éxito, a los sujetos humanos a estudios experimentales. William
Braud, un investigador estadounidense, reportó que los curanderos pudieron influir con éxito en las respuestas
galvánicas de la piel de los sujetos a cierta distancia. Elmar Gruber, un investigador alemán, reportó una
influencia psicoquinética de importancia en la respuesta motora humana.

F.W. Knowies, un médico estadounidense, trató el dolor crónico en sus propios pacientes con intentos de
curación a cierta distancia. Knowies permaneció lejos de la vista de los pacientes durante los experimentos y,
sin embargo, reportaron menos dolor cuando estaba “dispuesto” a alejar el dolor que cuando no lo estaba. Sus
procedimientos eran informales y no estaban sujetos a ningún análisis estadístico riguroso, pero sí
proporcionaron el interesante descubrimiento de que sus intentos funcionaban mejor con el dolor artrítico que
con el dolor inducido externamente.

P.J. Collipp condujo un estudio en el que 10 de 18 niños con leucemia recibieron curación distante por medio
de oraciones sin que los niños supieran que eran parte de un proyecto de investigación. Usando meses de
revisiones como medida de su éxito, hubo un cambio en favor de los niños por los que rezaron, contra los del
grupo de control. No obstante, los datos no fueron significativos estadísticamente hablando.

Esos datos no son concluyentes pero sí son provocadores. La parapsicología puede ser de ayuda a la medicina
para entender mejor esas áreas de investigación actual como el efecto del placebo, o el “toque terapéutico”, la
respuesta de relajamiento, la remisión espontánea de enfermedades serias, el papel de la expectativa en la
enfermedad y en la salud, y la eficacia sorprendente de muchos curanderos populares.

Un estudio parapsicológico con ratones está relacionado con muchos de esos temas. Jerry Solfvin, en el
European Joumal of Parapsychology narra la forma en que condujo un experimento con estudiantes
holandeses de veterinaria, cada uno de los cuales fue puesto a cargo de una jaula con 12 ratones. Les dijeron
que habían inyectado a la mitad de los ratones con una gran dosis de un parásito de paludismo de la sangre,
mientras que a la otra mitad le habían dado una pequeña dosis que no esperaban que se manifestara como
enfermedad durante el estudio. También les dijeron que un curandero famoso estaría enviando curación desde
cierta distancia a la mitad de los ratones de cada jaula. En realidad, no había ningún curandero y no había
diferencias en las inyecciones. No obstante, las expectativas de los estudiantes parecían estar unidas a los
resultados. Cuando se examinaron los porcentajes de las células de glóbulos rojos destruidas en cada ratón
después de nueve días, los ratones que mostraron el porcentaje más alto fueron los que sabían los estudiantes
que habían recibido la dosis más alta del parásito palúdico. Los ratones habían sido asignados al azar a los
grupos “de curación” y “de no curación”, aunque en realidad no había ningún curandero. Los ratones del grupo
de curación mostraron muchas menos células rojas destruidas. ¿Eso se debía al psi de los estudiantes o al psi

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que venía de otra fuente? Esas preguntas sin respuesta demuestran la promesa así como la paradoja de la
investigación de la curación psíquica.

Mientras los parapsicólogos y los médicos esperan a que se anuncien resultados más definitivos de laboratorio,
los curanderos psíquicos proporcionan una fuente mayor para cuidados de la salud holísticos para los grupos
nativos, en particular en las naciones en desarrollo y en las no occidentales. Michael Winkelman, después de un
estudio intensivo de 47 sociedades en las que los practicantes de los pueblos se encontraban presentes,
descubrió una división natural que se acerca mucho a lo que observamos a través de nuestros viajes a varias
partes del mundo. Las categorías de Winkelman incluyen al chamán (quien evolucionó en el “chamán-
curandero” y en el “curandero” cuando la mayoría de sus funciones fueron delegadas a otros practicantes), el
adivino (espiritista o medium), el sacerdote (y la sacerdotisa) y el practicante malévolo (el hechicero y la bruja).

Rex Stanford, un investigador parapsicológico, sugiere que podría haber elementos comunes entre los rituales
de la tradición chamánica, sesiones mediumnicas, círculos de oración religiosa y las varias formas de curación
psíquica. En todas esas situaciones:

1. Se hace una llamada para que se produzcan los fenómenos a los poderes que se cree existen de
modo independiente de la persona que los invoca.
2. Por lo general se usan rituales de uno u otro tipo para activar los poderes que se cree están
involucrados.
3. Por lo general, se asume que la producción del fenómeno psíquico pretendido es independiente
de la persona que invoca los poderes.
4. Una vez que se hace la invocación del ritual, el problema queda en las manos de los poderes
involucrados.
5. Sólo se debe apelar a los poderes si hay necesidades o preocupaciones de fuerza mayor. Eso
sugiere que la motivación fuerte puede ser importante para que ocurran fenómenos como la curación psíquica.

Se podría argumentar con razón que la mayoría de los ejemplos dramáticos de la supuesta curación psíquica ha
ocurrido bajo esas circunstancias, apoyando casi por completo si no es que en su totalidad el criterio de
Stanford. Sin embargo, la situación común de la prueba ha alentado un tipo diferente de atmósfera en que los
pacientes pueden sentirse renuentes a verbalizar y mucho menos a tomar parte en los sistemas de creencias
que podrían producir un fuerte efecto. Podría haber ventajas al acarrear niveles más altos de motivación en los
experimentos de curación psíquica, al igual que el sentido de responsabilidad exteriorizado que tiende a reducir
el sentido de compromiso personal con la tarea.

5.3. VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

5.3.1. Introducción: Supervivencia y parapsicología

Los exámenes de evaluación de la supervivencia después de la muerte y la comunicación con los muertos se
remontan a muchos años atrás. Es conocida la prueba realizada por el gran showman y mago Erich Weiss, el
célebre Harry Houdini. Para tratar de demostrar que sobreviviría a su propia muerte, poco antes de morir le
dijo a su esposa Beatrice que le enviaría el mensaje “Rosabelle, cree,” en el código que habían utilizado durante
sus actos de telepatía. Tres años después de su muerte a causa de una peritonitis, el médium Arthur Ford
conmovió a la opinión pública al asegurar que había recibido el mensaje. El caso llegó a la primera plana de los
diarios, pero desgraciadamente, es un triste ejemplo de una prueba fallida. Cuatro factores sirvieron para
desacreditarla: la presunta complicidad entre Ford y la señora Houdini, en utilizar la célebre sesión para
promover una serie de conferencias; la posibilidad de un fraude, ya que después de la muerte del médium se
demostró que en sus sesiones habla recurrido a diversos embustes, la posterior declaración de Beatrice
Houdini, de que el mensaje era falso y que su esposo jamás se habla comunicado con ella a través de un
médium; y el hecho de que ella conocía el contenido del mensaje y podía transmitirlo telepáticamente a Ford.

Mucho antes de Houdini, desde los comienzos de la investigación psíquica (o parapsicología), muchas personas
al borde de la muerte se dispusieron a la realización de “experimentos póstumos” para comunicar, a través de
un médium, hechos secretos verificables a fin de demostrar que el comunicador sobrevive después de la
muerte como personalidad identificable. En las líneas que siguen se describen algunas de las pruebas antiguas y
modernas y se añaden algunas sugerencias, basadas en las investigaciones del autor, para mejorar su calidad.

20
Investigar el problema de la supervivencia significa aceptar a título de ensayo la posibilidad de la supervivencia
y la comunicación después de la muerte. Se trata de meras hipótesis de trabajo. Las palabras como médium y
comunicador se utilizan aquí con fines didácticos, pero no se debe inferir de ello que la supervivencia y la
comunicación son hechos comprobados. Por el contrario, el objeto de los experimentos póstumos es
determinar si es posible comprobarlos.

En 1937 apareció un libro con el sugestivo título Extrasensory Perception [Percepción extrasensorial] de J.B.
Rhine. El término se refiere a la percepción sin el uso de los sentidos. En el libro se describen experiencias de
telepatía realizadas con naipes por el autor y sus colegas en la Universidad Duke. El libro causó, según Rhine, un
verdadero “alboroto” y se convirtió en un best-seller.

La aparente demostración de la telepatía entre los vivos realizada por Rhine lleva a muchos a creer que el
fenómeno fue “descubierto” en la década de 1930, cuando llegó a conocimiento del público y los científicos
norteamericanos. La verdad es que los investigadores del siglo XIX ya conocían la telepatía y empezaban a
aceptarla como hipótesis contraria a las comunicaciones de los muertos a través de médiums. Si ciertos hechos
conocidos por un muerto llegaban a una persona viva, aunque estuviera muy lejos de un médium, se creía
posible que el médium tomara conocimiento de los hechos por medio de la telepatía. El reconocimiento de ese
fenómeno, llamado ahora “súper-ESP” o llevó a muchas personas de la época a iniciar la búsqueda de pruebas
empíricas de la supervivencia por medio de experimentos en los cuales se transmitían hechos desconocidos por
los vivos, pero que se podían verificar.

Uno de los primeros intentos experimentales de obtener esa prueba fue realizado en 1866 en Rockland,
Massachusetts, Estados Unidos, por los hermanos Benja y Julia. Interesaba a ambos el problema de la vida
después de la muerte y las comunicaciones con los espiritus. Benja marcó un ladrillo con una mancha de tinta
lo partió en dos, dio un pedazo a Julia y ocultó el otro en un lugar conocido sólo por él. Su intención era que,
después de su muerte, su espíritu se comunicaría con Julia para indicarle el escondite del ladrillo. Si era capaz
de hacerlo y si Julia unía las dos piezas, eso sería la prueba de que el espíritu de Benja se había comunicado con
su hermana.

Después de la muerte de Benja, Julia y su madre trataron en repetidas ocasiones de comunicarse con él por
medio de la mesa, un procedimiento espiritista en el cual los participantes apoyan sus manos sobre una mesita,
que se mueve e inclina hacia uno u otro lado: supuestamente los espíritus transmiten sus mensajes por medio
de esos movimientos. Un día, al cabo de varios meses de pruebas, la mesa transmitió el mensaje: “Encontrarás
el ladrillo en el armario debajo del hacha. Benja”. Julia fue al lugar indicado y halló un pedazo de ladrillo que
encajaba perfectamente con el suyo. Por consiguiente, Benja había sobrevivido.
En 1915 veinticinco años después del suceso y de la muerte de su madre, Julia describió los hechos en una
carta a Richard Hodgson, secretario de la American Society for Psychical Research. Frederick Myers, uno de los
miembros más destacados de la Society for Psychical Research de Londres, sostuvo con entusiasmo que se
trataba de “una experiencia directa realizada con éxito.” Con todo, el entusiasmo puede parecer exagerado, ya
que no existe la plena seguridad de que todo sucedió de acuerdo con el relato. El caso depende de un informe
no verificado de Julia sobre hechos sucedidos muchos años antes. Por consiguiente, cabe dudar de la fiabilidad
de la testigo y su memoria. Tampoco se puede descartarla posibilidad de un embuste o de una explicación
normal. Tal vez Benja reveló el escondite antes de morir o bien Julia lo descubrió mientras aseaba el armario o
buscaba algo en su interior.

Otra prueba experimental inicial, menos sospechosa que la anterior, es la que realizó el propio Myers. En su
experimento, ciertos hechos debían ser revelados por medio de un mensaje que él enviaba después de su
muerte a través de un médium. Dejó su mensaje en un sobre sellado al cuidado de su amigo sir Oliver Lodge,
con la intención de comunicar el contenido después de su muerte. En 1904, tres años después de la muerte de
Myers, un texto realizado por la señora A.W. Verrall por medio de la “escritura automática” parecía aludir al
mensaje contenido en el sobre del muerto. Se abrió éste en presencia del consejo directivo de la Society for
Psychical Research y se compararon los textos. ¿Estaba bien o mal? Según la SPR, no existía similitud entre el
mensaje del sobre y lo escrito por Verrall. Su conclusión fue que “este experimento singular ha fracasado por
completo.” Sin embargo, posteriormente, algunos autores han sostenido que una interpretación del texto de
Verrall indica que éste no es una reproducción literal del mensaje de Myers, pero si tiene una clara relación con
él.

21
Sin embargo, este último argumento indica mejor que ningún otro que el experimento resultó defectuoso.
Myers quería obtener un resultado que indicara de manera clara e inequívoca dónde estaba la verdad. Pero su
experimento, lejos de llevar a conclusiones claras e inequívocas, suscitó toda clase de dudas y polémicas sobre
la relación entre el mensaje contenido en el sobre y el recibido por la médium.

Para un experimentador como el autor de estas líneas, la prueba del sobre sellado presenta otros
inconvenientes. En primer lugar, Myers se dio una sola oportunidad de comunicar el contenido del sobre, ya
que éste dejaba de tener valor en el momento de ser abierto. Cualquier mensaje posterior, por preciso que
fuese, ya quedaba sujeto a la explicación normal de que el contenido del sobre era conocido.

Los experimentos de Benja, Julia y Myers presentan el inconveniente de que si bien los sujetos tal vez conocían
la telepatía, ninguno de ellos reconoció la posibilidad de la clarividencia –la percepción extrasensorial de un
suceso u objeto– ni tomó precauciones para evitarla. Por consiguiente, se podría argumentar que una persona
clarividente –como tal vez Julia y sin duda la señora Verrall– había empleado esos poderes para descubrir el
escondite del ladrillo u obtener la información contenida en el sobre.

Evidentemente, el experimento ideal debe ser una prueba sencilla que permita la comunicación póstuma de
información que se pueda verificar la cantidad de veces que sea necesario; información no conocida por
ninguna persona viviente, no escrita y cuyo significado no deje lugar a la menor duda ni admita interpretación
alguna.

El primer investigador que intentó un experimento semejante fue el psicólogo y parapsicólogo inglés Robert H.
Thouless. La prueba de Thouless consiste en un mensaje cifrado elaborado por algún método estándar, en este
caso el llamado cuadrado de Vigenere. La codificación se realiza mediante una frase clave reducida a su vez a
una serie de letras tomadas al azar, que sirve para descifrar un texto que queda en manos de los científicos
investigadores. La frase clave no es confiada a nadie, ni oralmente ni por escrito. El comunicador debe
memorizarla y transmitirla después de su muerte.

La prueba de Thouless evita varios de los inconvenientes del sobre sellado. Mientras este último pierde todo su
valor apenas se abre el sobre y se revela su contenido, teóricamente el mensaje de Thouless se puede
examinar y verificar las veces que sea necesario.

Sin embargo, este experimento tiene sus propios inconvenientes. Su preparación dista de ser sencilla y
presenta graves dificultades al investigador: además de determinar si el mensaje recibido permite descifrar
correctamente un texto, debe superar el problema de saber a qué texto alude Thouless, porque su intención no
era dar el pasaje en si sino indicarlo por medio de un título literario o incluirlo en éste. Thouless murió en 1984.
Tal vez por estos motivos (y otro que se explicará más adelante) su prueba no ha tenido éxito.

Debido a las dificultades y los inconvenientes del método de Thouless, el profesor Ian Stevenson, destacado
investigador de las pruebas sobre la supervivencia y la reencarnación, elaboró una prueba sobre la base de un
candado de combinación, más fácil de realizar tanto por los sujetos como los investigadores. En la prueba de
Stevenson, el sujeto formula una clave que consta de una frase de seis palabras o una palabra de seis letras.
Por medio de una fórmula, las letras de la clave se traducen en números y se prepara el candado para que
pueda ser abierto por medio de esa combinación de números. El sujeto no revela la clave ni la deja por escrito.
Si comunica la palabra o frase clave después de su muerte a través de un médium, ésta se puede traducir en
números para abrir el candado. La ventaja de esta experiencia es que elimina por completo las dos fallas del
sobre sellado: se puede intentar abrir el candado por medio de combinaciones equivocadas sin que ello anule
el experimento y la combinación sólo puede ser correcta o equivocada, no hay ambigüedad posible.

El inconveniente del candado es que se trata de un mecanismo delicado de alta precisión que puede
sobrepasar la capacidad de un anciano. El fallecido J.G. Pratt, un destacado parapsicólogo y colega de
Stevenson, aunque no era anciano tuvo dificultades para realizar la prueba por haber olvidado cómo ajustar la
complicada combinación.

Experimentos recientes con las pruebas de Thouless y Stevenson indican que padecen un inconveniente
adicional: el peligro de que claves falsas o fraudulentas, no transmitidas por los sujetos, permitan leer el
mensaje o abrir el candado.

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A fin de evitar los inconvenientes de las pruebas de Thouless y Stevenson, Arthur Berger ha elaborado otro
experimento “cifrado” que ofrece menores dificultades que aquéllos para los sujetos y los investigadores. Una
de sus ventajas es que sólo se debe memorizar una palabra, no una frase. La segunda es que requiere apenas
una serie de números, no un método de cifrado tedioso y complejo ni un delicado mecanismo de cerrajería. La
tercera es que no requiere un candado caro y complicado sino un diccionario común que se puede consultar en
el hogar, la oficina o una biblioteca pública. Por último, aparentemente no se puede descifrar por medio de una
clave falsa.

En esta prueba se abre un diccionario al azar y se escoge una palabra clave. A continuación se elabora un
mensaje cifrado cuya clave es la palabra elegida y su definición. Cifrado significa en este caso que se sustituyen
las letras del mensaje por números, de manera tal que sin la clave es imposible descifrarlo. El sujeto no pone la
clave por escrito, pero la memoriza porque sin ella no se podrá descifrar el mensaje. En cambio, no es
necesario que memorice el mensaje en si. La intención es que después de su muerte, el sujeto recuerde la clave
y la revele a través de un médium a fin de que se pueda descifrar el mensaje. La experiencia se basa en la
premisa de que sin esa clave verbal que sólo conoce el sujeto, no se puede descifrar un mensaje cifrado por el
mismo sujeto y con la misma clave. La revelación de esa clave que nadie más podía conocer constituirá la
prueba suficiente a prima facie de que el individuo ha sobrevivido y está revelando su identidad como el sujeto
que cifró el mensaje. Anthony Flew, el filósofo inglés y terrible escéptico que niega la posibilidad lógica de la
supervivencia ha reconocido que este experimento con una clave numérica permite demostrar que la persona
que se comunica después de la muerte es la misma que cifró el mensaje antes de morir.

Después de cifrar el mensaje por medio de su clave verbal, y antes de morir, el sujeto dejará su mensaje al
cuidado de los investigadores juntamente con el nombre y la edición del diccionario utilizado. Por ejemplo,
puede dejar el siguiente mensaje: 98 ó 18 10 6 29 12 32 26 21 39 53. Evidentemente, esta serie de números y
símbolos no tiene de por si significado alguno, y es imposible descubrir el mensaje sin poseer la clave. La
intención es que los números no signifiquen nada. Esta clase de escritura secreta –utilizada por espías y
diplomáticos– se puede emplear ahora, por primera vez, para determinar si el autor del mensaje sobrevivió a la
muerte. No se puede descifrar el mensaje sin conocer la palabra clave escogida entre cientos de miles de voces
de un diccionario. Pero si el sujeto autor del mensaje se comunica después de su muerte, los investigadores
podrán determinar fácilmente si la palabra es efectivamente la clave del mensaje. Esto se puede hacer sin
pérdida de tiempo. Si la palabra permite descubrir la frase oculta detrás de los números, entonces no cabe
duda de que es la clave.

Al igual que las pruebas de Thouless y Stevenson, ésta elimina los inconvenientes del sobre sellado porque las
palabras clave equivocadas no invalidan el experimento. Tampoco deja lugar a dudas ni interpretaciones. Una
palabra determinada permitirá o no permitirá descifrar el mensaje. En el ejemplo desarrollado aquí, la palabra
clave builder tomada del diccionario empleado por el sujeto –ningún otro– permitirá a los investigadores
traducir la serie de números 98 6 18 10 6 29 12 32 26 21 39 53 a la frase “We have souls” [Tenemos alma]. Así,
no queda duda de que builder es la palabra clave.

Un diccionario no condensado, por ejemplo el Webster, contiene unas seiscientas mil voces. La probabilidad de
descubrir la clave es de una en seiscientos mil, lo suficientemente pequeña como para descartar que el éxito de
la prueba se pueda atribuir razonablemente al azar. Los diccionarios más reducidos contienen unas ciento
cincuenta mil voces, de manera que aun así se puede descartar la intervención del azar.

Si se recibe un mensaje presuntamente de una persona muerta se planteará el problema de saber si en verdad
alguna palabra contenida en él constituye la clave del mensaje cifrado. Es de esperar que los sujetos que hagan
esa prueba incluirán en sus mensajes una señal que así lo indique: podría ser una palabra como test o mensaje
seguida de su nombre o el del investigador a quien se ha dejado el mensaje cifrado. Por consiguiente, el sujeto
debe recordar la señal, junto con la palabra clave.

También se deben realizar experimentos premortem con clarividentes que intenten una y otra vez descubrir la
clave mientras el sujeto está vivo. Ya que parecería más fácil descubrir la clave por medio de la telepatía
mientras el sujeto sigue vivo que recibirla después de la muerte de éste, el fracaso de la primera combinado
con el éxito de la segunda restará crédito a la objeción de que el sujeto vivo había transmitido la clave por
telepatía.

Además se podrá argumentar que el éxito de la prueba postmortem se debe a que el sujeto ahora si estuvo
dispuesto a revelar la clave. En la prueba se emplea el criterio de la fragmentación, por el cual la información y

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la responsabilidad están repartidas entre los distintos participantes –sujetos, médiums y experimentadores– a
fin de reducir la posibilidad de un embuste.

Una vez se le preguntó a Gardner Murphy, destacado psicólogo y precursor de la parapsicología en Estados
Unidos, cuál era el paso siguiente en las investigaciones sobre la supervivencia. Escribió que “nuestra tarea más
inmediata es hallar médiums poderosos.” Pero ésa es apenas la mitad del paso siguiente. Después de todo, se
necesitan dos para bailar un tango. Aunque se descubran médiums con grandes poderes paranormales, no
obtendrán pruebas de gran calidad sin la colaboración activa de comunicadores poderosos, capaces de enviar
pruebas materiales a través de aquéllos. Por eso, el segundo paso en la investigación –o un paso simultáneo y
paralelo de aquél– consiste en hallar comunicadores poderosos.

Los intentos de los investigadores por obtener las claves de Thouless y Pratt indican que aún no se ha
comprendido la necesidad de contar con comunicadores de gran poder. Después de la muerte de Thouless, la
Society for Psychical Research realizó catorce sesiones con ocho médiums poderosos para tomar contacto con
él. La clave no apareció. También la Survival Research Foundation ha tratado de descubrir la clave de Thouless.
Ha recurrido a médiums y anunciado en todo el mundo un premio de dos mil dólares a una obra de bien si se
descubre la clave. Pero a pesar de los esfuerzos y los recursos invertidos en su búsqueda, la clave de Thouless
no ha aparecido.

Pratt, que murió en 1979, no ha podido comunicar la clave que permitiría abrir un candado. Stevenson ha
tratado de comunicarse con él a través de buenos médiums; otros investigadores y el autor de estas líneas han
realizado diversos experimentos; hasta ahora, todo ha sido en vano.”

Una interpretación válida del fracaso de estas experiencias es que Thouless y Pratt eran comunicadores débiles
o malos que no debieron haberse ofrecido como sujetos de la experiencia. En un extenso estudio dedicado a
Leonore Piper, Richard Hodgson observa que algunas personas son incapaces de comunicarse aunque cuenten
con un médium tan poderoso como ella.” Nadie ha extraído las conclusiones de esa importante observación,
que sugiere al autor de estas líneas que los comunicadores son tan distintos entre si como el gordo pomposo
Ofiver Hardy lo era del flaco torpe Stan Laurel. La obra de Hodgson sugiere dos interrogantes. Si las personas
sobreviven después de la muerte, ¿quiénes serán los Oliver Hardy –comunicadores fuertes que pueden
suministrar pruebas materiales a los médiums– y quiénes los Stan Laurel, sujetos de escaso o nulo poder de
comunicación como Thouless y Pratt? ¿Y cómo se distinguen unos de otros?

El autor de este ensayo orientó sus investigaciones en el sentido de diferenciarlos comunicadores fuertes de los
débiles. Quería saber si existe alguna correspondencia entre las características y las circunstancias biográficas
de la persona y el hecho de ser un buen comunicador después de la muerte. Por ejemplo, ¿qué funciones
cumplen la religión, el sexo y las dotes personales? En otros ensayos expuso largamente sus estudios profundos
de las biografías de doce presuntos comunicadores y su reexamen de una serie de casos reveladores tomados
de la literatura parapsicológica a la luz de estos interrogantes. Las extensas comparaciones y los análisis
estadísticos de cualidades características y circunstancias relacionadas con las vidas de los comunicadores,
permitieron combinar la información para dibujar el retrato del comunicador “ideal.” Es un hombre firme en
sus intereses y emprendimientos; es un artista o bien muestra dotes de poeta o músico; su posición frente a la
posibilidad de sobrevivir después de la muerte es fuertemente pesimista o escéptica; sufre una muerte
desagradable o dolorosa; deja una obra inconclusa.

Aunque entre las doce biografías estudiadas habla una mujer, y aunque aparecen excelentes comunicadoras en
los abundantes casos documentados, la proporción de hombres es muy elevada (setenta y ocho por ciento).
Por eso, al buscar los comunicadores más fuertes y los resultados más prometedores, los investigadores
deberían concentrarse en los sujetos masculinos que muestran el perfil descrito.
Aparentemente, ni Thouless ni Pratt muestran estas características combinadas. Si se busca entre los muertos a
las personas que se adecuan a este perfil para tratar de comunicarse con ellas, y entre los vivos para realizar la
prueba de la clave numérica, tal vez se evitarán los experimentos condenados al fracaso como los de Pratt y
Thouless, se ahorrará tiempo y recursos y se obtendrán resultados de buena calidad. El autor ha puesto a
prueba la hipótesis de que la selección de comunicadores favorables o bien dotados (es decir, que se adecuan
al perfil descrito) como sujetos de investigación proporciona mejores probabilidades de éxito. El experimento
realizado, descrito en otra parte, apuntaba deliberadamente a una persona muerta que mostraba las
características del comunicador poderoso. Como resultado de la experiencia, se obtuvieron pruebas muy claras
y concretas.

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5.3.2. Experiencias Fuera del Cuerpo

Las experiencias fuera del cuerpo extracorporales o (EFC), a las que anteriormente se daba el nombre de
“proyección astral” y “clarividencia viajera”, constituyen un fenómeno universal en el sentido de que han sido
experimentadas en todas las épocas y culturas, aunque sólo un muy pequeño sector de la población llegó a
tener acceso a ellas.

En una EFC el individuo siente que su conciencia existe fuera de su cuerpo físico. El efecto que una experiencia
extracorporal ejerce sobre una persona la lleva, casi siempre, a adquirir la convicción de la supervivencia
después de la muerte, que es posiblemente el origen del concepto de alma, doctrina esencial de la mayoría de
las religiones.

En el año 1963, L. Landau informó en el Journal of the Society for Psychical Research el caso que relatamos a
continuación: “Conocí a mi esposa Eileen muchos años antes de que nos casáramos; en esa época solía
hablarme, frecuentemente, de sus experiencias extracorporales. Eran del tipo común y en algunas
oportunidades pude comprobar que en realidad había ocurrido algo paranormal. Por ejemplo, una tarde se
acostó diciendo que quería ver lo que estaba haciendo un amigo nuestro que pasaba sus vacaciones en
Corriwall. Cuando despertó pudo hacer una descripción exacta de una planta que cree fa en la roca que nuestro
amigo estaba fotografiando, de los detalles del lugar y también de un señor que estaba con él. Todo esto fue
confirmado ulteriormente y, lo que es aun más interesante, según supimos después, nuestro amigo tuvo la
impresión de que una figura oscura pasaba junto a él en ese momento.

A comienzos de septiembre de 1955 no me sentía bien. Se hizo mucha alharaca alrededor de esto pero,
finalmente, pese a haberme sometido a un examen médico completo, no se logró encontrar una causa real
para ese malestar. Eileen, que en ese momento vivía con su madre en Kent, pasé varias noches en mi casa
ocupando el dormitorio de huéspedes, que estaba frente al mío pero del otro lado del rellano de la escalera, en
la esquina sudoeste de la casa. Una mañana me dijo que había entrado en mi dormitorio durante la noche (¡sin
su cuerpo físico!) para controlar mi pulso y mi respiración. Le pedí que hiciera lo mismo la noche siguiente pero
que tratara de llevar, en esa oportunidad, algún objeto con ella; le di mi pequeño diario, que pesaba apenas 38
gramos.

Esa noche dejamos abiertas las puertas de ambos dormitorios ya que era difícil suponer que un objeto físico
pudiera atravesar la madera sólida. Antes de dormir me impuse la obligación de despertarme si se producía
algo inusual en la habitación. Me desperté repentinamente. Estaba amaneciendo y a través de las cortinas
parcialmente corridas entraba apenas la luz necesaria para poder leer. En el punto marcado con “A” estaba
Eileen, de pie, con el rostro dirigido hacia el noroeste, mirando directamente al frente, hacía la ventana. Vestía
un traje de noche y su cara estaba extremadamente pálida, casi blanca. Retrocedía lentamente en dirección a
la puerta, pero a pesar de eso parecía casi inmóvil. Cuando la figura, moviéndose a un promedio de alrededor
de 30 centímetros cada cinco segundos llegó hasta la posición “C”, salté de la cama y la seguí. Pude ver
entonces con toda claridad la figura móvil, que era casi totalmente opaca y tenía el aspecto de una persona
viviente, salvo por la extrema palidez de su rostro, pero pude ver también, al mismo tiempo, la cabeza de
Eileen, que dormía tranquilamente en su cama, cubierta por sábanas que se movían siguiendo el ritmo de su
respiración. Seguí a la figura, que aunque se movía todo el tiempo hacia atrás, miraba directamente hacia
adelante, aparentemente sin verme. Mantuve la distancia hasta que llegué a la puerta del dormitorio de
huéspedes y entonces la figura, que había llegado a la posición “D”, se desvaneció repentinamente. No pude
notar ningún efecto visible sobre Eileen, que no se había movido y cuyo ritmo respiratorio no se había
modificado.

Volví a mi dormitorio y en el punto “E”, sobre el piso, encontré un perro de juguete de goma, que pertenecía a
Eileen y que anteriormente había estado en una pequeña cómoda, en la posición marcada con la letra “F”. El
perro pesaba 107,5 gramos.

A la mañana siguiente, después del desayuno, le pregunté a Eileen por el diario. Me dijo que primero se había
dirigido al escritorio (posición “G”) a buscarlo, pero que algo le había impedido levantarlo. Pensó que le
resultaría más fácil llevar un objeto que le perteneciera y eligió entonces el perro de juguete de goma que
procuró luego llevar hasta mi cuarto. Lamentablemente me había levantado unos 30 segundos demasiado
tarde.

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Recuerdo haber salido de la cama (pero no exactamente cómo lo hice), haberme dirigido al escritorio y haber
visto el diario. Cuando era niña me habían enseñado que no debía tocar los diarios ni ¡u cartas de otras
personas y esa fue, posiblemente, la razón de que no quisiera tocar ése. En lugar de ello tomé mi perro de
juguete de goma y recuerdo haberlo llevado al cruzar la puerta y por el rellano de la escalera hada la otra
habitación; pero no recuerdo, realmente haber caminado. El perro no me resultó pesado ni difícil de sostener.
Pero no tengo memoria de lo que hice finalmente con él. Recuerdo haber visto a Lucian dormido y respirando
normalmente. Me sentí muy cansada y con deseos de volver a la cama. Hasta ese momento me pareció que mi
conciencia era normal, al igual que mi capacidad de ver lo que me rodeaba. Pero no recuerdo nada sobre la
forma en que volví a mi cuarto o cómo me acosté nuevamente.”

¿Qué debería haber hecho con ese informe una persona inteligente, alguien con fe en los conceptos corrientes
del mundo de las ciencias físicas? De acuerdo con nuestra concepción física, generalmente aceptada del mundo
y de la naturaleza del hombre, dicho informe no podía ser tomado al pie de la letra. Como todos “sabemos”, la
conciencia es un producto resultante de la actividad física del cerebro y del sistema nervioso y no puede existir
independientemente de estos ni tampoco externamente. En consecuencia, la conciencia de la señora Landau
no podía haber abandonado su cuerpo para entrar en la otra habitación. Es simplemente imposible pensar que
esa conciencia descorporizada pudiese ser percibida como una figura por una persona normal, y la idea de que
esa conciencia descorporizada pudiese transportar un objeto material a través del espacio es rechazada
automáticamente. Los objetos no se mueven, salvo en respuesta a fuerzas físicas conocidas, y además de no
existir las almas “descorporizadas” no ejercen fuerzas físicas conocidas.

¿Qué hacemos entonces al enfrentarnos con este caso? ¿Tomarlo como el resultado de una experiencia
psicótica, aun cuando el informante nos parezca cuerdo y digno de confianza? ¿Un grosero error de percepción
de hechos que pueden explicarse en términos físicos comunes, tales como el sonambulismo de la señora
Landau y la alucinación o error de percepción total del señor Landau? ¿Un engaño deliberado, destinado a
burlar a los tontos?

El efecto que ejerce sobre la persona la EFC es realmente enorme. En casi todos los casos su reacción lo induce
a decir, aproximadamente: “Ya no creo en la supervivencia después de la muerte, sé que mi conciencia
sobrevivirá a la muerte porque he experimentado que mi conciencia existe fuera de mi cuerpo físico.” La
convicción a la que han llegado los que tuvieron una EFC de que sobrevivirán a la muerte ha llevado
indudablemente al concepto de alma, concepto fundamental en la mayoría de las religiones.

El sistema de creencias imperante en la ciencia física actual considera que esas experiencias no son
significativas y que no indican en absoluto la existencia de ningún tipo de alma. Esta concepción del mundo
físico no es satisfactoria desde un punto de vista psicológico y no tiene tampoco solidez científica. Nos lleva a
una sola conclusión: la muerte es el único fin posible para cada uno de nosotros.

Hay tres fuentes de información importantes en relación con las EFC. La primera, de la que nos ocuparemos
aquí, implica el análisis de los informes de los individuos que han pasado por esa experiencia. La segunda, que
se considera más adelante, está integrada por los relatos escritos por individuos que piensan que han pasado
repetidas veces por esa experiencia y pueden enseñar a otros cómo lograrlo. La tercera fuente de información,
la más reciente, es el resultado de los escasos estudios de laboratorio de la EFC que se están llevando a cabo
actualmente.

En la actualidad existe una cantidad de excelentes recopilaciones de historias de EFC. Casi todas las
experiencias registradas en esas colecciones han sido experiencias únicas en la vida de los individuos
implicados. Por lo general no tienen ni la más ligera idea de lo que deben hacer para que la experiencia se
produzca deliberadamente, ya que su propia experiencia ha sido siempre “accidental”. Pero si se hace una
revisión de un gran número de esas experiencias pueden descubrirse algunos rasgos generales de las EFC que
nos enseñan algo sobre su naturaleza.

Las circunstancias que preceden una EFC varían y no sabemos en qué medida son realmente causales. Una
condición frecuente es la debilidad extrema, cercana a la muerte. Los experimentadores potenciales suelen
recibir el consejo, formulado en broma, de que la forma más segura de pasar por una EFC es estar al borde de
la muerte, ¡pero esa expresión al borde es indudablemente tramposa! La EFC suele ser precedida por una gran
tensión emocional. Pero en un gran número de casos no tenemos ninguna idea de por qué en un momento
dado un individuo ha llegado a una EFC. En otro limitado número de casos la persona ha utilizado

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deliberadamente alguna técnica aprendida en la literatura ocultista o de meditación que lo ayuda a inducir la
experiencia.
En muchas oportunidades los primeros indicios de una EFC están representados por la sensación que
experimenta la persona de estar flotando cerca del techo; el desafío aparente de las leyes de la gravedad es
muy común en la EFC. El individuo puede estar o no en su dormitorio o en cualquier lugar en que su cuerpo
físico esté ubicado y tener la experiencia de contemplarlo desde un punto exterior. Una reacción típica es la de
ver un cuerpo que parece familiar y enfermo, casi como si estuviera muerto.

Durante el transcurso de la EFC, la persona suele decirse que está soñando o que está pasando por una
experiencia anormal, pero al hacer un examen retrospectivo encuentra que su estado de conciencia parece ser
perfectamente normal, al igual que todas sus facultades mentales. En consecuencia, puede decirse a sí mismo
que lo que está sucediendo es totalmente imposible de acuerdo con lo que sabe sobre la naturaleza del
mundo, pero, sin embargo, está sucediendo. Puede pensar sobre ello, ejercer su sentido crítico y utilizar su
voluntad para probar distintas cosas. Esta aparente normalidad de conciencia registrada durante la EFC hace
que resulte tan interesante estudiarla como un estado de conciencia. Este, en sí mismo, no parece alterado,
pero la relación de la conciencia con el cuerpo físico está totalmente modificada.

La mayor parte de las personas que pasan por una EFC sienten que tienen un segundo cuerpo, no físico. Este es
generalmente una réplica, al parecer exacta, del cuerpo físico ordinario y por lo general viste ropas familiares.
El problema de determinar de dónde provienen las ropas es interesante desde un punto de vista teórico.

La persona que experimenta una EFC tiene muchas veces el deseo de ver a una persona querida o algún lugar
distante, y con sólo pensar en ello se encuentra en ese lugar. Puede tener la sensación de volar hacia allí o de
estar pasando por algún estado de transición, pero muchas veces se encuentra simplemente allí. Las barreras
materiales no parecen representar ningún obstáculo. Muchas veces la persona que tiene la EFC decide ir a la
habitación vecina, busca la puerta para girar el picaporte y encuentra que su brazo pasa directamente a través
de la puerta y que su segundo cuerpo, como un todo, puede hacer también lo mismo.

Cuando una persona está fuera de su cuerpo suele encontrar lo que le parece ser otros seres, personas
vivientes o entes reconocibles que considera como espíritus u otros seres inmateriales. Es muy raro que se de
una interacción recíproca, de cualquier tipo, con personas que conservan su cuerpo físico. El individuo que está
viviendo la EFC siente, comúnmente, que los otros no lo perciben de ninguna manera y que a él le es imposible
contactarse con ellos.

Una EFC típica es muy breve, dura de medio minuto a media hora. Las EFC más prolongadas se dan pocas veces
en personas comunes. Una característica frecuente es la presencia de tipo de “cordón”, que une el cuerpo
físico con el otro. Muchos estudiosos de las ciencias psíquicas han alegado que este cordón representa un
vínculo vital entre los dos cuerpos y que si lo cortaran se produciría la muerte. La “cuerda de plata”
mencionada en la Biblia (Ecles. 12:6) podría referirse a este fenómeno, pero los estudiosos de la Biblia creen,
por lo general, que con esa expresión se hace referencia a la médula espinal humana.
En casi todas las EFC informadas la persona implicada estaba totalmente convencida de que era una
experiencia “real”, no un sueño o alucinación; “sabía” que estaba en algún lugar distante y observaba lo que
pasaba allí. Desde un punto de vista parapsicológico más crítico, no podemos afirmarlo. O la persona no
reconocía el lugar en que había estado, en cuyo caso no teníamos la posibilidad de controlar la exactitud de la
posible PES implicada, o la persona ya estaba familiarizada con el lugar y no agregaba detalles que no le eran
conocidos de resultas de sus visitas comunes, o agregaba detalles que podía haber imaginado sobre la base del
razonamiento ordinario. Sin embargo, en algunos casos de EFC las descripciones de lugares distantes eran
exactas y detalladas y podían atribuirse a algún tipo de conocimiento extrasensorial.

Si las recopilaciones de historias de casos fueran nuestra única fuente de información sobre EFC, las
limitaciones que presenta este método nos plantearían una gran cantidad de reservas mentales para la
apreciación de los datos. En su mayoría son casos que se han presentado voluntariamente por distintos medios
y no sabemos qué representatividad tiene la persona que proporciona espontáneamente información sobre
una EFC, si se la considera en términos de la generalidad de las personas que las experimentan. Además,
muchos de estos casos han sucedido bastante tiempo antes de ser informados y, de ser así, pueden ir,
acompañados o no de notas escritas en ese momento. En consecuencia no sabemos cuántos agregados,
omisiones o distorsiones pueden haberse producido de resultas de deficiencias de la memoria. Además existe
siempre la posibilidad de manifestaciones de parcialidad en el relato. Las personas pueden informar no sólo su
propia EFC sino también sus interpretaciones de esa EFC, presentadas como un informe honesto.

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Sin embargo, el método basado en el análisis de una recopilación de casos ha resultado muy valioso porque ha
contribuido a esbozar los rasgos generales de la EFC y continuará siendo indudablemente muy valioso en el
futuro. Mi propia recopilación incluye en la actualidad varios centenares de casos y pienso analizar las
características de esas experiencias en relación con las características psicológicas individuales de quienes
participaron en ellas.

La literatura metafísica o de las ciencias ocultas difiere de la científica en que las afirmaciones que se hacen
sobre las EFC se basan en la autoridad de quien escribe y no en la observación, experimentación y análisis que
sirven de base a los otros científicos. La mayor parte de los parapsicólogos consideran esa literatura con
considerable ambivalencia, pensando, por una parte, que puede constituir una fuente de ideas e hipótesis muy
útiles, pero temiendo, por la otra, que contenga muchas distorsiones y alucinaciones de los distintos
narradores, presentadas como si fueran verdades cabales. Con el propósito de simplificar, podemos considerar
que la literatura sobre el ocultismo puede subdividirse en dos categorías importantes. La primera pertenecería
al tipo de escrito que afirma: “Tengo un secreto, pero usted no está lo bastante desarrollado espiritualmente
como para que pueda comunicárselo, aunque ya lo mencionaré.” Estos autores afirman que pueden tener EFC
a voluntad y cumplir todo tipo de hechos milagrosos en su transcurso, pero no quieren explicar claramente
cómo lo hacen y no ofrecen mostrar esas capacidades a los observadores. Algunas veces insinúan que si uno
aceptara la doctrina de su sistema de creencias quizá pudieran decir algo más. Puede haber una buena dosis de
verdad en lo que dicen, pero como una de las primeras exigencias de la investigación científica es que no se
deben tener secretos y que toda la información sea comunicada con libertad y exactitud, es comprensible que
los científicos no puedan otorgar gran confianza a ese tipo de literatura.

Otra categoría importante de literatura ocultista sobre las EFC está integrada por escritos presentados por
personas que parecen ser muy sanas y sensibles y que están haciendo lo mejor que pueden para comunicar sus
experiencias y sus conclusiones a otros. El contenido más común de sus escritos es: “Mire, ya sé que ésta es
una experiencia absurda y que usted posiblemente pensará que estoy loco al relatarla. No lo culpo por eso.
Pero creo que es verdadera y pienso que puedo enseñarle a hacerla si usted realmente se empeña. Si resulta,
podrá creer en mí, de lo contrario aceptaré que tiene todo el derecho de considerarme un loco.” Estas
personas, que parecen mentalmente sanas a juzgar por la forma en que escriben, están deseosas de compartir
toda su información para que otros se beneficien con ella. Al lector que quiere tener acceso a una exposición
sensible y clara de las vivencias que tiene este fenómeno para alguien que ha pasado por muchas de esas
experiencias, le resultará útil leer los artículos de personas tales como Oliver Fox, Sylvan Muldoon y Robert
Monroe.

Aunque los tres nombrados dan técnicas detalladas para tener una EFC, no sabemos si trabajan comúnmente
con otra persona. Las técnicas requieren dedicación y práctica prolongada y por eso son muy pocos los que lo
intentan realmente. Presentaremos dos casos:

a. El caso de Robert Monroe. Robert Monroe es un exitoso hombre de negocios norteamericano, de poco más
de 50 años, que en un libro publicado recientemente y titulado Journeys Out the Body describió más de mil
experiencias extracorporales propias.

Robert Monroe no se había interesado por los temas místicos u ocultistas hasta que comenzaron sus EFC, y
éstas se iniciaron en una forma que no tenía sentido para él. Empezó teniendo una serie de experiencias
extrañas que culminaron con unas vibraciones que sacudían su cuerpo. El examen médico no mostró daño de
ningún tipo y a pesar del temor provocado por la falta de información decidió dejar que esa vibración siguiera
para ver qué sucedía. Las vibraciones terminaron en una EFC y, con el correr de los años, pudo lograr un cierto
grado de control que le permitía inducirlas. En su libro se describen los métodos que adoptó.

En la época en que pudimos trabajar juntos tenía aproximadamente una EFC por semana, algunas veces
voluntaria y otras involuntariamente. Durante siete meses pude medir las ondas cerebrales y el ritmo cardíaco
de Monroe utilizando el Laboratorio de Electroencefalografía del Centro Médico de la Universidad de Virginia.
Durante varias horas de la tarde yacía en una camilla, algunas veces durmiendo y otras tratando de producir,
deliberadamente, una EFC, mientras un técnico monitoreaba los registros en la habitación inmediata. Un
número de cinco cifras elegido al azar era colocado sobre la repisa ubicada encima de la máquina registradora,
en la habitación del técnico, no en la de Monroe.

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En el curso de la octava noche que pasó en el laboratorio Monroe tuvo dos EFC muy breves. Una de ellas no
puede ser tomada en cuenta como experiencia paranormal porque la escena era demasiado vaga para poder
identificarla. La otra era una descripción razonablemente correcta de las actividades que el técnico desarrollaba
en la otra habitación, pero sus características seguían siendo demasiado generalizadas como para resultar
convincentes en cuanto a si era paranormal o no. No sentía que la posición en que estaba le permitiera ver el
número fijado como objetivo. Los registros de ondas cerebrales hechos en ese momento eran esencialmente
iguales a los que se producen durante el estadio I del sueño, aunque no había muchos MOR. El funcionamiento
cardíaco era normal y, era evidente que Monroe no se encontraba en un estado comparable a la muerte
mientras experimentaba esa breve EFC.
Después de haber completado este estudio fui trasladado a un nuevo puesto en la Universidad de California.
Cuando Monroe me visitó en el verano de 1968 estuve en condiciones de ubicarlo en un laboratorio mucho
más confortable que el anterior y en ese período pasó nuevamente por dos breves EFC. La pauta fisiológica fue
similar a la que habíamos visto antes, es decir, una pauta de ondas cerebrales del estadio del sueño, con pocos
MOR. Una de sus breves EFC (alrededor de once minutos) fue acompañada por una disminución de la presión
sanguínea. En ninguno de los casos la descripción del medio fue lo bastante específica como para justificar una
discusión de los aspectos parapsicológicos de la experiencia. Al encontrarse en un medio no familiar Monroe
sintió que no tenía el control suficiente sobre sus movimientos como para ver el número-objetivo integrado por
cinco dígitos.

Aunque la pauta de ondas cerebrales registrada durante la EFC de Monroe se vincula en las personas comunes
con el sueño, resulta difícil llegar a la conclusión de que esta forma de EFC sea simplemente una forma de
sueño.

b. El caso de Ingo Swann. Ingo Swann. Es un artista y escritor de poco más de treinta años que ha aprendido
cómo lograr una EFC mientras conserva un estado relativamente normal de conciencia (no muestra un estado
de alteración ni comienza a dormir). El doctor Karlis Osis y Janet Lee Mitchell, de la Society for Psychical
Research de la ciudad de Nueva York, llevaron a cabo una serie de experimentos con él.

Los experimentos eran similares a los realizados con Monroe. Swann se sentó en una silla cómoda provista de
electrodos destinados a medir las ondas cerebrales y las mediciones autónomas, y trató de tener una EFC para
poder ver un objetivo determinado ubicado cerca del techo. Se usó también inicialmente como objetivo un
número de cinco dígitos, pero Swann no pudo identificar con exactitud ningún número de cinco dígitos. No
sentía que pudiera “verlo” claramente durante su EFC. Por eso, en estos experimentos se usó una caja abierta
en su parte superior, cerca del techo, dentro de la que había una serie de objetos elegidos al azar. Esto
facilitaba el experimento porque bastaba con hacer simples discriminaciones de figura y fondo. Swann trató de
describir verbalmente y de dibujar los objetos. La caja-objetivo estaba suspendida a una altura suficiente como
para que ninguna persona que se encontrara en esa habitación, en posición normal, pudiera verla, pero
quedaba fácilmente expuesta a la observación de cualquiera que estuviese cerca del techo. Esta modificación
del procedimiento presenta ventajas importantes.

Con el propósito de evaluar la paranormalidad de las descripciones de Swann del material obtenido en la caja
suspendida, se utilizó una serie que incluía ocho objetivos distintos. Se modificó el orden de los dibujos y de las
descripciones verbales de Swann y luego un juez independiente trató de aparear los dibujos y descripciones
con los objetivos reales. Lo logró con los ocho dibujos y los objetivos. Este es un resultado muy poco probable
y, si fuera resultado del azar, se daría en menos de un caso en 40.000 oportunidades. En consecuencia, quedan
muy pocas dudas de la existencia de un componente extrasensorial en la EFC de Swann.

La investigación llevada a cabo con Swann se centró especialmente sobre las implicaciones que las EFC podrían
tener en relación con la supervivencia de algún tipo de alma después de la muerte.

El programa de investigación de la SIP se ocupó de este tipo de demostraciones utilizando para ellas objetivos
cuyas características perceptuales varíen en relación con el punto del espacio desde donde se los mira. Es decir
que el objetivo contenido en la caja suspendida será elegido de manera que se lo perciba, en cierta forma, si se
lo “mira” desde la perspectiva del cuerpo físico (aun cuando se excluya la percepción común), y en otra si se lo
ve desde la ubicación experiencial distinta de la conciencia, en el transcurso de una EFC. Por ejemplo, en un
cuarto vecino se ubicarán sistemas ópticos entre el sujeto y el objetivo. Estos distorsionarían el material
utilizado como objetivo, pero no tendrían ningún efecto si el sujeto, partiendo de la posición ocupada por su
cuerpo físico, usa realmente algún tipo de PES análoga a un rayo X.

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En un experimento piloto llevado a cabo con Swann, sobre una pantalla ubicada en la caja objetivo se
proyectaron dos diapositivas móviles de un caballo. La proyección se hizo de tal manera que un observador
ubicado en la posición experiencial de una EFC podía ver el caballo corriendo hacia la izquierda, que es lo que
Swann informó. Todos los datos iniciales de los estudios realizados con Swann hasta la fecha parecen respaldar
la hipótesis de que tiene algo similar a un ojo colocado en la posición de una EFC y no que usa PES desde la
posición de un cuerpo físico. Esta es una de las líneas más creativas de investigación de la parapsicología
moderna.

Swann visitó un laboratorio de física moderna en el que se usaba un magnetómetro superconductor. Este
aparato estaba totalmente cubierto con protectores de aluminio y de cobre y con un envase superprotector,
destinados a impedir que los campos magnéticos externos lo afectaran. En consecuencia, sus resultados podían
ser afectados únicamente por campos magnéticos de las partículas nucleares. Una hora antes del momento de
la observación, en el aparato se había inducido un campo magnético declinante, y su declinación, muy lenta,
resultó en una onda sinusoide firme captada por la planilla de registro. Por lo general en este resultado no se
visualizan cambios importantes durante varias horas.

Los físicos que mostraron interés en las EFC de Swann preguntaron si éste podía modificar el resultado
“centrando su atención” (la forma de Swann de inducir sus EFC especiales) en el interior del magnetómetro.
Cuando lo hizo, la frecuencia de la onda sinusoide se duplicó, repentinamente, durante un par de cielos, un
período de unos 30 segundos. Otro físico que se encontraba presente dijo de inmediato que quizá se trataba
únicamente de “ruido” dentro del aparato y que se hubiera sentido muy impresionado si Swann hubiese
podido interrumpir también el resultado. Este se interrumpió inmediatamente durante unos 45 segundos,
momento en el que Swann dijo que él quería “dejarlo seguir”; después de esto el resultado volvió a la
normalidad. Cuando Swann describió la forma en que lo hacía se produjeron perturbaciones similares. Después
de que Swann dejó el laboratorio las largas series de calibración no mostraron inestabilidades de ningún tipo en
lo que atañe al resultado de la onda sinosoidea.

Los físicos participantes consideraron este fenómeno como una simple observación preliminar, no como un
experimento; sin embargo esos resultados reforzaron algunas su-gestiones que yo había hecho varios años
antes tendientes a que se usaran instrumentos físicos (y personas o animales sensibles) como “detectores” de
los fenómenos paranormales desarrolladas en un espacio definido. El programa de investigación de la SIP se
ocupará de una variedad de métodos instrumentales destinados a detectar la presencia del segundo cuerpo
durante la EFC, satisfaciendo así un deseo de la Fundación para la Investigación Psíquica.

c. Modelos teóricos. Muchos investigadores han tratado de elaborar una teoría que explicara las EFC. Esta
teorización está todavía en sus primeros pasos ya que contamos con muy poca información sólida y fáctica
sobre la experiencia, pero quiero reseñar las tres teorías más importantes propuestas hasta ahora, sugerir una
nueva forma de acercamiento a las EFC y agregar una teoría particular mía, que complementa las otras.

La explicación “natural” que casi todas las personas que han pasado por la experiencia sostienen y que,
además, ha sido propuesta por algunos investigadores consiste en que no hay necesidad de explicarla; es,
precisamente, lo que parece ser. El hombre tiene un alma no física de algún tipo que en algunas circunstancias
es capaz de abandonar el cuerpo físico. Esta alma, tal como se manifiesta en lo que llamamos el segundo
cuerpo, es el lugar de la conciencia. Aunque en algunos aspectos es similar al cuerpo físico común, no está
sujeta a la mayoría de las leyes físicas de espacio y de tiempo y, en consecuencia, puede viajar a voluntad.

La objeción más importante de las que se han opuesto a esta teoría se basa en la observación de que en
muchos casos el que pasa por la experiencia extracorporal encuentra no sólo que tiene un segundo cuerpo,
sino que éste está totalmente vestido con ropas familiares, tales como por ejemplo el pijama con el que suele
acostarse. Muchas personas se sienten dispuestas a creer que el ser humano tiene un alma, pero ¿también la
tiene su pijama? Explicar el porqué de las ropas y de los distintos objetos no físicos encontrados en prácticas de
EFC atribuyendo un alma a casi todas las cosas diluye tanto la idea del alma que termina por no explicar
realmente nada.

En la explicación del alma independiente encontramos, además, otra gran desventaja: la palabra alma no es
simplemente un término descriptivo; por el contrario, tiene para nosotros todo tipo de connotaciones
explícitas e implícitas derivadas de las creencias religiosas propias de nuestra cultura. Aun cuando una persona
no haya tenido una preparación religiosa formal o haya rechazado conscientemente los elementos de esa
educación temprana, un concepto de tanta fuerza emocional como el de alma puede tener efectos muy

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marcados sobre ella, aunque sea en lo subconsciente. Como uno de los requisitos esenciales de la investigación
científica es la descripción exacta y la comunicación clara, es indudable que una palabra como alma resulta
difícil de manejar científicamente, y esto se debe a las reacciones profundas y ocultas que puede provocar en
los individuos que se dedican a la práctica de la ciencia.

Los que consideran que la idea de la existencia de un alma inmaterial no ha sido probada o es inaceptable
explican las EFC como experiencias alucinatorias de algún tipo, resultantes por ejemplo de un sueño lúcido, el
tipo de sueño en el que uno sabe que está durmiendo. Este es un sueño (lúcido) en el sentido de que nada
abandona el cuerpo físico para cambiar de ubicación. Para explicar los casos de EFC que proporcionan
información verídica sobre hechos distantes se ha sostenido que la PES, que ha sido bien probada, trabaja en
un nivel no consciente y que esta información es utilizada por la mente subconsciente para disponer la escena
alucinatoria o del sueño de modo que se adecue a la escena de la realidad.

El problema que plantea este tipo de explicación deriva de que es demasiado general. Como no tenemos
ninguna idea de cuáles son los límites de la PES, podemos utilizar este tipo de explicación para explicar
cualquier cosa dentro de esos términos. Por ejemplo, puede no ser verdad que usted esté leyendo realmente
este libro en este momento; usted puede estar sufriendo una alucinación en un estado alterado de conciencia
que, por obra de la clarividencia subconsciente, corresponda perfectamente a la experiencia que usted tendría
si leyera realmente este libro; en consecuencia no estará nunca en condiciones de descubrir la diferencia.

Cualquier investigación futura deberá iniciarse partiendo de estas diferenciaciones y de otras similares para
clarificar así nuestra comprensión del fenómeno de EFC. En el momento actual no tenemos los conocimientos
científicos necesarios para hacer buenas diferenciaciones. Hay varias cosas de las que podemos estar seguros
en relación con las EFC.

 Primero, algunas personas han pasado por la experiencia de sentirse ubicadas en una posición
distinta de la que ocupa su cuerpo físico, sintiendo sin embargo que continúan siendo dueñas de todas sus
facultades críticas y de otras características de su estado normal de conciencia.

 Segundo, su percepción de los hechos desde esa ubicación distante puede no corresponder en
absoluto a lo que pasa verdaderamente en la realidad (consenso) física; por ello la experiencia debe ser tratada
como un fenómeno fisiológico que no requiere ninguna explicación extraña (paranormal). La percepción de
hechos desde una ubicación diferente es algunas veces lo bastante exacta y lo bastante inverosímil como para
que lleguemos a la conclusión de que en la experiencia hay un componente paranormal que de inmediato hace
que el fenómeno resulte mucho más importante que si se tratara de uno simplemente psicológico. Como viola
nuestra visión del mundo físico, requiere indudablemente una explicación mucho más compleja.

 Finalmente, y a causa de la enorme influencia que ejerce sobre el sistema de creencias del
individuo, como por ejemplo llevarlo al convencimiento de que sobrevivirá después de muerto, la EFC es una
de las experiencias psicológicas más importantes, aun cuando se produzca con muy poca frecuencia.

La mayor parte de nuestras grandes tradiciones religiosas se basan en este tipo de experiencia. No seremos
capaces de comprender nuestra herencia religiosa ni nuestra filosofía de la vida hasta que no logremos una
comprensión adecuada de la EFC. Este es uno de los fenómenos más importantes del mundo y, a la vez, ha sido
uno de los más descuidados. Ni siquiera los investigadores psíquicos suelen prestarles atención. Pero no puede
subestimarse la importancia que tienen para llegar a la comprensión del hombre.

5.3.3. Experiencias Cercanas a la Muerte

Se ha producido mucha confusión tanto en la literatura científica como en la prensa con respecto a lo que es y
no es la ECM. Se ha visto la expresión “experiencia cercana a la muerte” utilizada especialmente para describir
los siguientes tipos de experiencias:

1. Una sensación subjetiva de calma y paz frente a la muerte o durante una situación que se
asemejara a ésta.

2. Una curiosa sensación de distanciamiento o ausencia emocional frente a una situación que
amenazara la vida, como caerse por un precipicio.

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3. Una viva revisión de la vida pasada en la Tierra, descrita a menudo con el término “vista
panorámica.”

4. La visión de formas espirituales, reconocidas a menudo por la persona moribunda como sus
parientes o amigos muertos. Estas formas suelen ser vistas de pie junto al lecho del paciente, o en algún otro
lugar de la habitación.

5. Verse envuelto completamente por una luz intensa y muy agradable.

6. Experimentar la sensación de dejar el cuerpo y funcionar de pronto fuera de él.

7. Entrar en un lugar físico, pero trascendental, evidentemente separado del mundo normal.

Según mi manera de pensar, la lista abarca demasiado. Aunque todas y cada una de estas experiencias o
sensaciones es interesante y debería ser estudiada cuidadosamente por los investigadores, la
conceptualización de la ECM que emplearemos en los capítulos siguientes será más concisa. Creo que la
expresión «experiencia próxima a la muerte» debería utilizarse sólo en determinadas circunstancias. En el resto
del libro, el término sólo se utilizará para describir aquellas experiencias que cumplan dos criterios básicos:

 El testigo debe estar o bien cerca de la muerte física, amenazado por la muerte, o percibirse en un
peligro semejante.

 La persona debe tener o bien una experiencia extracorpórea durante algún momento del episodio,
o sus observaciones deben dar a entender que está funcionando en semejante estado.

Con el empleo de dichos criterios, las sensaciones incluidas en los apartados 1-5 de la lista anterior no
constituyen una auténtica ECM si no van acompañados de otras experiencias. Estas experiencias podrían
incorporarse a una ECM, pero por sí solas no constituyen el fenómeno. Sólo se considerarán como auténticas
ECMs las experiencias categorizadas en los elementos 6 y 7 de la lista. Esto puede parecer superficial, pero
muchas veces he escuchado a psicólogos y científicos que creían debatir sobre la naturaleza de la ECM cuando
en realidad no estaban analizando este fenómeno.

Vamos a examinar la siguiente experiencia, de 1980, cuando la investigación científica de la ECM estaba
iniciándose. El informe fue enviado por Tracy Lovell cuya experiencia tuvo lugar en un intento de suicidio. En
aquel tiempo era estudiante de un colegio universitario y sucumbió a la presión de los exámenes finales en
combinación con un exceso de alcohol. Trató de suicidarse con una sobredosis de un medicamento que estaba
tomando:

“Estuve un rato paseando por el campus. En este punto mi memoria es muy neblinosa, pero con la ayuda de
algunos amigos he reconstruido el hecho. Parece ser que visité a algunos amigos y que proseguí el paseo, que
terminó en mi dormitorio, hasta que el encargado de la residencia se dio cuenta de que pasaba algo malo y
llamó a una ambulancia. En ese momento habían pasado tres horas. Me llevaron a la sala de emergencias y lo
único que recuerdo es que golpeé al médico que trataba de hacerme un lavado de estómago. Después me
llevaron a la unidad de cuidados intensivos.

El recuerdo termina con la sensación de estar paseando por el campus, muy entonada, y con un débil y
doloroso recuerdo de la sala de emergencias. Lo siguiente que recuerdo es ver mi cuerpo en una cama del
hospital, y que a su lado hay un médico y enfermeras. Las sensaciones que tuve no las había experimentado
antes. Las palabras no pueden hacerles justicia. Sentía una enorme paz y no tenía ninguna pregunta que hacer
con respecto a la escena que veía. Resultaba evidente, más real que la realidad. Sentía que estaba allí donde se
suponía que debía estar. La habitación era blanca, pero había un gran brillo a mi alrededor que se diferenciaba
del brillo de la habitación. Sentía como si estuviera en la habitación (en la esquina) pero al mismo tiempo
estaba en un espacio abierto. Todo era hermoso. No había ningún dolor. No tengo idea de lo que duró, pero
nunca lo olvidaré. Todo era pacífico y tranquilo; todo estaba bien.

Lo siguiente que recuerdo es despertar en la habitación, dentro de mi cuerpo. Mi madre estaba a mi lado y me
había puesto una mano en la frente. Las semanas siguientes son bastantes neblinosas. Pero el recuerdo de esa
experiencia es muy claro.”

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Este caso constituye una ECM auténtica porque cumple los dos criterios subrayados anteriormente: (1) el
sujeto estaba amenazado de muerte y (2) experimentó como respuesta a la situación un episodio
extracorpóreo.

“Estaba muy mal y tenía grandes dificultades para respirar. Una noche desperté del sueño hacia las nueve
dándome cuenta de que algo me impulsaba a despertar y me di cuenta de que no podía lograrlo. Los ojos se
me salían de la cabeza y me daba cuenta de que me estaba asfixiando. Puedo recordar que intenté despertar a
mi hermana, que estaba dormida en la misma habitación, pero, como no podía respirar, no era posible. Me dije
a mí misma que debía relajarme y aceptar que era incapaz de respirar, quedándome allí esperando la muerte.
Pero era incapaz de cerrar los ojos. De pronto me di cuenta de que empezaba a moverme hacia arriba, hacia el
techo, y pensé que iba a golpearme contra él en cualquier momento, por lo que me di la vuelta para evitar el
golpe, y entonces me vi a mí misma tumbada en el lecho, y pensé que parecía muy enferma, con unas terribles
grandes bolsas bajo los ojos. Me sentía ingrávida y de alguna manera me movía a través del techo, que ya no
tenía importancia. Me di cuenta de que iba cada vez más rápido. No estaba asustada, pero me preguntaba
adónde iba. De pronto oí por encima una voz varonil y rígida que me dijo: “Regresa, regresa allí.” Me encontré
entonces de vuelta en el lecho en cuestión de décimas de segundo. No tenía idea de cómo había llegado allí,
pero conseguí respirar y me senté, tosiendo sangre. Logré despertar a mi hermana y le dije lo que había
sucedido, pero ella me contestó que evidentemente aquello se debió a la fiebre. En cambio yo sé que la
experiencia fue totalmente real.”

A veces, las experiencias próximas a la muerte representan episodios simples como éstos, lo que no quiere
decir que toda las ECMs tengan tan escasas implicaciones. A veces, la fase extracorpórea pone en marcha una
serie de experiencias muy estructuradas o episodios visionarios.

Una de estas ECM complicadas fue informada en 1979 por un hombre joven llamado Rick Bradshaw, cuya ECM
se había producido a la edad de 18 años. Trabajaba como dependiente en una tienda de ultramarinos de
Peoria. Illinos, y, cuando estaba cargando el coche de un cliente, otro coche le atropelló. Momentáneamente
quedó aplastado entre los dos vehículos y enseguida le llevaron, sangrando, al hospital más cercano. Su último
recuerdo consciente fue el haber escuchado al médico que se hacía cargo de él pedir una transfusión de
sangre. Después, Rick experimentó lo siguiente:

“Algo más tarde, produjo un destello repentino de luz y me encontré flotando por encima de mi cuerpo físico.
Podía ver a los cirujanos que trabajaban con mi cuerpo. Había también una enfermera sentada delante de mí,
directamente encima de mi cabeza. La siguiente sensación fue la de notar que alguien colocaba las manos en
mis hombros. Tuve la impresión de que estaba sentado sobre algo que me conducía a través de un túnel guiado
por las manos que llevaba en mis hombros. En el túnel había unos colores profundos que pasaban a gran
velocidad junto a nosotros conforme íbamos penetrando en él. Me encontré enseguida en una habitación que
tenía forma, pero no sustancia real. Estaba envuelto por la niebla. En la habitación de mi derecha se
encontraban todos aquellos que había conocido y habían muerto. Ante mí había un objeto parecido a un podio;
había también una mesa de despacho, y lo que parecía ser una librería.

Algunas de las personas de la habitación se movían. La mejor manera de describir esos movimientos es como la
de flotar de un lugar a otro: no andaban. Me acuerdo también de una hermosa música que llenaba la
habitación y procedía de todas las direcciones. Tuve una sensación verdaderamente maravillosa, como si ya no
me importaran las preocupaciones del mundo. Es una sensación difícil de describir; nunca antes, ni desde
entonces, he tenido sensaciones que puedan resultar comparables.”

Esta parte inicial de la ECM representa la sensación común extracorpórea, seguida por una especie de viaje a
otro mundo. Pero la fase siguiente de la experiencia del joven adoptó un significado más personal. Entró en la
habitación una persona que irradiaba una sensación de poder y paz espiritual y, crípticamente, le pidió que
tomara una “decisión.” El comentario tenía mucho sentido y Rick comprendió que debía regresar a su vida
terrena, regresar junto a aquellas personas cuya buena voluntad le había ayudado. En cuanto tomó
mentalmente esta decisión, el ser mostró a Rick una visión “como si el cielo se hubiera abierto y me revelara
todas las cosas del pasado y el presente.” La experiencia resultó abrumadora e infundía un gran respeto, pero
Rick fue devuelto por el ser a su realidad momentánea, y le advirtió que lo que había visto del futuro lo
olvidaría en gran parte. El ser le explicó que sólo tendría una previsión del futuro poco antes de que éste
sucediera. Rick concluía su informe con estas palabras:

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“Fui devuelto a través del túnel y experimenté otro breve momento de oscuridad completa. Desperté en la
cama en la unidad de cuidados intensivos del hospital. Cuando recuperé la conciencia estaban allí mi padre, un
médico y una enfermera. En mi excitación y entusiasmo, traté de hablarles de lo que acababa de suceder. Pero
me era imposible hablar porque estaba enganchado a un aparato de respiración artificial. Pensaban que me
sentía confuso, por lo que me ataron los brazos a la cama.

Entonces se me ocurrió, comprendí lo que el ser quería decir con sus palabras. Sería un error ir por ahí
contándole a todo el mundo lo que había pasado, porque seguramente me considerarían loco. Mucho después
de mi hospitalización. me enteré de que otras personas habían tenido experiencias similares durante una lesión
física grave. Realmente me hace sentir bien saber que no soy el único. No hace falta decir que no soy la misma
persona. Mi experiencia fue hermosa y profunda y ha cambiado mi vida.”

Estos casos ilustran las formas más comunes de ECM Los primeros autores les dieron, respectivamente, los
nombres de experiencia próxima a la muerte “autoscópica” y “trascendental,” aunque posiblemente de
manera imprudente. El término «autoscopia» debe ser rechazado porque ha sido utilizado en psicología para
describir la experiencia patológica de ver un doppelganger (es decir, una forma fantasmal parecida a uno
mismo). Considero que serían términos más apropiados para este tipo de experiencia los de ECMs “simples” y
“escatológicas.” Las ECMs simples hacen referencia a aquellas experiencias breves en las que el perceptor
abandona momentáneamente el cuerpo durante una crisis en la que su vida corre peligro. Las ECMs
escatológicas se refieren a aquellas experiencias en las que el paciente o testigo experimenta una especie de
viaje al otro mundo, percibiendo el lugar de descanso final del alma. (La escatología, además de otras
acepciones es una rama de la teología que se refiere al estado final del alma).
Sin embargo, no todas las ECMs pueden incluirse dentro de algunas de estas categorías. Algunas personas
tienen ECMs «mixtas» en las que el estado extracorpóreo simplemente queda implicado en lugar de
experimentarse directamente. Esos episodios pueden conducir a un incipiente viaje al otro mundo, aunque no
resulta evidente a qué esfera se llega.
Muchas personas se enfrentan a su umbral personal del sobresalto mientras tratan de dar sentido al fenómeno
de la ECM. Algunos, probablemente, tendrán poca dificultad para evaluar experiencias como la desencarnación
momentánea de Tracy Lovell. Por nuestra educación religiosa y cultural, su reacción extracorporal frente a la
muerte nos parece creíble. Ciertamente, si la humanidad posee un alma, esa esencia podría dejar el cuerpo
cuando nos acercamos a la muerte. Pero cuando se trata de visiones escatológicas o viajes al otro mundo, de
presencias divinas, de revelaciones visionarias y cosas semejantes, el asunto parece distinto. Sobresalta
excesivamente la mente de la mayoría de las personas. Por eso, las mismas personas dispuestas a creer en la
historia de la señora Lovell pueden oponer resistencia al testimonio de Rick Bradshaw. El escéptico benigno lo
puede etiquetar como visión, si es amable, o como alucinación, expresándolo más crudamente. Sin embargo,
adoptar esa posición ante cualquier forma de ECM sería un error. Desde un punto de vista absolutamente
racionalista, ningún tipo de ECM tiene realmente mayor capacidad de sobresaltarla mente que otro de ellos.
Permanece en pie el hecho simple de que las ECMs adoptan muchos disfraces, algunos más complejos que
otros, y que no tenemos derecho a considerar seriamente unas ECMs mientras rechazamos otras. Ninguna
explicación teórica de la ECM podrá considerarse completa a menos que quepan en ella todas las formas de la
experiencia.

La definición y criterios para la ECM propuestos no tienen una base arbitraria. He elegido esta
conceptualización porque parece representar la forma en que la ECM es entendida de manera general por el
público. Aunque estas experiencias han aparecido desde hace años en la literatura científica y parapsicológica,
el tema no fue de conocimiento general hasta 1975. Ese año se publicó un libro pequeño y nada pretencioso
titulado Vida después de la vida, de Raymond A. Moody. El doctor Moody había sido profesor de filosofía y
estaba estudiando para obtener la licenciatura en medicina. El objetivo del libro era simplemente el presentar
varios relatos de ECMs de primera mano sin dogmatizar sobre ellos. El libro se convirtió pronto en un «best-
seller» y provocó el interés de varios investigadores médicos y científicos sociales. que llevaron más lejos la
exploración del tema. La consecuencia de estos estudios fue la fundación de Asociación Internacional para el
estudio de las experiencias cercanas a la muerte, en 1981.

El doctor Moody incluyó en su libro casos de ECM que eran casi siempre claros y de ellos se extrajeron los
criterios antes subrayados. Más tarde, algunos investigadores comenzaron a ampliar la definición, hasta que el
término “experiencia cercana a la muerte” perdió su significado original. Al principio de su libro, el doctor
Moody presentaba un ejemplo de ECM prototípica, que incorporaba la mayor parte de las “fases” o
componente experienciales del fenómeno que con más frecuencia aparecen en los informes. Este prototipo de
la ECM ha sido muy utilizado por otros autores del tema, a menudo hasta un punto en el que resulta

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redundante. Pero es aconsejable tenerlo en cuenta pues nos centra en los fenómenos específicos de los que
hablaremos en los capítulos siguientes. La Tabla 1 es un cuadro en el que he descompuesto en sus
componentes la ECM típica del doctor Moody, y el lector debería tenerlos en cuenta al leer el resto del libro.

Esta lista de componentes de una ECM típica probablemente no ha sido mejorada nunca, aunque desde 1975
algunos investigadores hayan demostrado que pueden surgir otros rasgos. Probablemente el descubrimiento
más notable es el de que algunas personas experimentan un mundo infernal o de pesadilla mientras están
clínicamente muertas. El propio doctor Moody amplió en 1977 su lista de componentes, para incluir los
siguientes: la persona puede percibir ciudades luminosas durante la ECM y/o puede recibir una “visión” de
conocimiento. Rick Bradshaw habló de un incidente de este tipo, en el que se le presentó su futuro.

A pesar de la naturaleza muy estructurada, y a veces predecible, de la ECM, hay que tener en cuenta que cada
informe de proximidad a la muerte es diferente de los otros. Ni un sólo informe incluirá todos los componentes
de la lista de la Tabla I ni hay rasgo alguno que sea universal de la ECM. Las fases o componentes de la ECM
pueden ser experimentadas también en orden diferente por cada individuo.

Nadie que estudie hoy los atajos a menudo extraños de la ECM pondrá en cuestión el hecho de que la obra
pionera del doctor Moody desencadenó el estudio científico del problema. Pero no queremos decir con esto
que ni la medicina ni la psicología hubieran considerado antes tales experiencias. Por tanto, antes de explorar
lo que la ciencia ha aprendido sobre la ECM desde 1975, comencemos por examinar lo que los estudiosos de la
religión y algunos psicólogos sabían anteriormente de dicha experiencia.

SIMILARIDADES ENTRE LAS VISIONES ESCATOLÓGICAS


CRISTIANAS PRIMITIVAS Y LAS ECMs CONTEMPORÁNEAS

Experiencias visionarias ECMs


1. El visionario suele experimentar una visión Al testigo de la ECM se le enseña a veces bien su
Apocalíptica del futuro. propio futuro o el del mundo, incluyendo los grandes
cataclismos.
2. El visionario es escoltado al otro mundo por un Al testigo le enseña la otra vida un guía espiritual o
santo o ángel. un amigo o pariente ya fallecidos.
3. Estas visiones son experimentadas mientras se La experiencia comienza cuando el individuo tiene
está fuera del cuerpo. una experiencia extracorpórea.
4. El viajero ve una especie de límite como un Algún tipo de límite, como niebla o agua separa el
puente, entre el plano terrestre y la esfera del otro plano terreno de la otra vida.
mundo.
5. El visionario sufre una conversión religiosa por El sujeto es transformado espiritualmente por la
causa de la experiencia. experiencia.
6. El visionario se siente deprimido cuando regresa El testigo de la ECM retorna a su cuerpo con desgano
al cuerpo, apartándose de la visión. por un sentimiento del deber, sintiéndose atraído
hacia la esfera del otro mundo.
7. Los que regresan de la muerte muestran un En raras ocasiones los supervivientes a una ECM
incremento de las facultades intelectuales. informan que desarrollaron de pronto nuevas
habilidades intelectuales o mostraron un incremento
de su capacidad.
8. A veces el visionario desarrolla dones psíquicos Muchos supervivientes de la EMP afirman que ha
tras la recuperación como la capacidad de saber aumentado su sensibilidad psíquica en la vida
cuándo va a morir la gente. cotidiana.

El nacimiento del amplio interés científico por experiencias similares data de 1975, cuando un desconocido
editor sureño sacó un pequeño libro titulado Life After Life. Estaba escrito por el doctor Raymond Moody,
profesor de filosofía que se había hecho médico, e incluía varios informes de ECMs que él había recogido
personalmente; sobre todo entre personas que habían sufrido momentáneamente una “muerte” clínica. El
libro causó sensación y pronto se convirtió en un «best-seller» en edición de libro de bolsillo.

Lo que estimuló primero el interés del doctor Moody por la ECM resulta evidente en el libro. Cuando aún no se
había graduado y se encontraba en la facultad conoció a un psiquiatra que había tenido una sorprendente ECM
algún tiempo antes. Aunque el doctor Moody no da el nombre del psiquiatra, resulta evidente que se refiere al
doctor George Ritchie, quien ya ha escrito mucho sobre la ECM que experimentó durante el servicio militar.

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(Casi se muere poco antes de entrar en la facultad de medicina por causa de una neumonía, y cuenta la historia
en su librito Returnfrom Tomorrow. Esta es la historia que repitió a Raymond Moody, que estudiaba en la
Universidad de Virginia, donde trabaja el doctor Ritchie.) Este caso representa probablemente el relato más
completo de una ECM que se ha recogido nunca. Sin embargo, el doctor Moody no sabía qué pensar de la
historia, y ni siquiera pensó mucho en ella en aquel tiempo.

Algunos años más tarde, el doctor Moody estaba enseñando filosofía en una facultad de Carolina del Norte.
Aunque el tema del alma y su inmortalidad es importante en la filosofía, el doctor Moody se sintió sorprendido
cuando un estudiante le contó que durante una operación quirúrgica su abuela tuvo una pseudomuerte. El
informe parecía idéntico al informe que le había contado el doctor Ritchie años antes. Las coincidencias eran
demasiado notables para que el instructor las olvidara, por lo que comenzó a hablar en sus clases de la cuestión
de la supervivencia. Aunque solía evitar mencionar específicamente las ECMs, muchos de sus estudiantes
comenzaron a hablarle de ellas. Cuando entró en la escuela de medicina, en 1972, el doctor Moody había
recogido varios testimonios semejantes. “Lo que me sorprendió desde el principio son las grandes similaridades
que existen entre los informes,” comenta en su libro, «a pesar del hecho de que proceden de gentes de
antecedentes religiosos, sociales y educativos muy variados».

El doctor Moody fue interesándose cada vez más por estos informes y empezó a dar conferencias sobre el
tema. Como consecuencia de ellas le llegaron más informes. El filósofo convertido en estudiante de medicina
llegó a reunir 150 casos que subdividió en tres categorías:

1. Los informes de personas que se recuperaron de episodios de muerte clínica o pseudomuerte.

2. Historias similares de personas que afirman haber tenido encuentros cercanos con la muerte
durante la enfermedad o por causa de una lesión.

3. Experiencias de los propios moribundos contadas a sus amigos y parientes, quienes de segunda
mano se las describieron al doctor Moody.

Evidentemente, en los libros recogidos en el caso del doctor Moody había problemas graves. No estaba escrito
de una manera erudita, aunque en mi opinión ésa no puede ser una crítica decisiva del libro. Más molesto era
el hecho de que el doctor Moody no publicara sus casos completos, sino que describía «secciones» de ellos
mientras iba discutiendo el tema. Tampoco el método que empleó para recoger estos casos fue muy rígido. A
pesar de estas críticas formales de la investigación pionera del doctor Moody, el gran número de casos que
publicó fue ciertamente impresionante. Se componían de ECMs simples y de experiencias de viajes al otro
mundo/escatológicas que parecían algo sacado de la Edad Media. En su siguiente libro, Reflexiones sobre vida
después de la vida, publicado dos años más tarde, el doctor Moody incluía informes más detallados de esos
viajes a otro mundo.

COMPARACIÓN ENTRE LA ECM TÍPICA Y LA ECM INFANTIL

1. Los testigos suelen ver una luz blanca con la que se fusionan.
2. Las personas que sufren una ECM hablan invariablemente de haber experimentado episodios
extracorporales y/o haber viajado a través de un túnel.
3. Los perceptores suelen ver en el otro mundo a sus parientes muertos o a guías espirituales.
4. Algunas personas ven una frontera que separa la Tierra de la otra vida.
5. A los testigos se les pide que regresen a la Tierra o que tomen ellos mismos esa decisión.
6. Los testigos sienten un éxtasis total durante el encuentro.
7. El regreso al cuerpo suele notarse.
8. Todos los niños informaban haber visto luces brillantes o parpadeantes durante su ECM.
9. Uno de los niños, años más tarde, describe una discreta experiencia extracorpórea, y también un túnel.
10. Dos de los niños se encuentran con figuras encantadoras que les guían a través de las puertas de la
muerte.
11. Un testigo recuerda haber visto esa frontera al describir su ECM infantil.
12. A los niños se les dice que regresen a su casa o se les pregunta si desean ver de nuevo a su madre.
13. Los padres notaron a veces que sus hijos se mostraban curiosamente serenos tras su encuentro cercano.
14. El regreso al cuerpo forma parte del informe de uno de los niños.

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Muy a menudo, los elementos “verídicos” (del término latino veritas, que significa verdad) de la ECM aparecen
con escasos comentarios. Los investigadores asumen simplemente que las observaciones fueron correctas y
que los perceptores realmente “vieron” u “oyeron” más allá de su capacidad sensorial mientras estuvieron
fuera del cuerpo. Como las personas gravemente enfermas o próximas a la muerte suelen perder la conciencia
y cierran los ojos, sus informes suelen parecer inexplicables e impresionantes.

No obstante, tomar tan literalmente los casos verídicos quizá no sea prudente, pues una historia contada por la
doctora Susan Blackmore demuestra las limitaciones de aceptar con tan bajo nivel crítico los informes sobre
ECMs y EFCs. La doctora Blackmore es actualmente psicóloga del Brain and Perception Laboratory de la
Universidad de Bristol. Es experta en experiencias extracorporales, aunque siga manteniendo una posición
extremadamente escéptica con respecto a lo paranormal.

En su agradable libro The Aventures of a Parapsychologist explica que en una ocasión investigó personalmente
un típico informe “verídico” de una OBE en los años ‘70. El caso se lo dio a conocer el doctor Karlis Osis, de la
American Society for Psychical Research. El informante era un arquitecto canadiense que durante su OBE cruzó
el océano hasta Londres. Mientras visitaba la ciudad, siguió una calle empedrada que bordeada unas casas de
tres pisos que se veían tras unas claras barandillas. La experiencia fue tan viva que memorizó incluso el camino
que siguió junto al río Támesis. Al regresar a su cuerpo, localizó el escenario de la OBE en un mapa y afirmó que
posteriormente contactó con un colega británico y le describió la OBE. Este comprobó después el lugar del
barrio de Fulham en Londres y “procedió a describir el carácter de la calle, los edificios, el estilo, las partes
traseras y los patios de entrada; todo exactamente tal como yo lo había visto.”

La doctora Blackmore quedó impresionada por el caso y viajó allí con su esposo para corroborar la historia,
pero sus descubrimientos no concordaban con el entusiasta informe de Canadá. Explica que localizó la calle con
facilidad, pero el resto de la investigación no concordaba.

La doctora Blackmore comprobó después si el perceptor se había proyectado al pasado. Examinó con su esposo
los mapas históricos de la zona, pero no encontró ninguna prueba de que hubiera existido nunca la calle
descrita por el perceptor.

Este caso puede servir de lección a los investigadores de la OBE y estudiantes del tema. Nunca deben aceptarse
literalmente los rasgos paranormales o “verídicos” de la experiencia. Esas afirmaciones deben ser investigadas
y corroboradas independientemente por el investigador con distanciamiento crítico. La tasa de errores en las
reivindicaciones paranormales es muy alta en parapsicología, ¡hecho que cualquier investigador experto
reconocerá fácilmente!

Pero si la ECM representa la huida objetiva de la conciencia con respecto al cuerpo, ¿es de esperar que estos
rasgos paranormales surjan repetidamente? La posibilidad, ciertamente, es lógica. Casi todas las personas han
dicho que su capacidad sensorial no disminuyó durante la experiencia, y que su ser flotante veía, oía y a veces
olía con facilidad. Esas afirmaciones parecen bastante curiosas, pues apenas hay razones para creer que el alma
o el ser extracorporal tenga oídos y ojos etéricos. Pero sigue en pie el hecho de que, con independencia de cuál
sea su naturaleza las personas que han tenido OBEs y ECMs experimentan de alguna manera vivamente el
mundo físico (o una representación de éste) por lo que al investigador le corresponde la responsabilidad de
examinar esas afirmaciones. Los partidarios de la ECM señalan que los individuos que tienen la experiencia
suelen percibirse en una especie de duplicado etéreo del cuerpo físico. Sin embargo esa percepción no es un
rasgo invariable de la experiencia pues algunos perceptores desencarnan totalmente durante la ECM. Suelen
experimentarse como bolas de luz o puntos de conciencia sin ninguna encarnación corporal. El método
mediante el cual esos perceptores experimentan su entorno sigue siendo en extremo problemático.

Probablemente el estudio más impresionante de los rasgos paranormales de la ECM fue el que hizo el doctor
Michael Sabom en los años 70. A veces describían correctamente complicados procedimientos y equipos o
repetían la conversación que habían tenido los médicos. Estos fueron los casos que acabaron finalmente con la
desgana del doctor Sabom para estudiar la ECM. Su laboriosa investigación de los historiales médicos de los
entrevistados y de los informes de los cirujanos es encomiable. ¿Pero hay algún problema en estos casos que
comprometa su importancia?

Uno de mis colegas ha sugerido que los casos del doctor Sabom quizá sean impresionantes tan sólo en un
aspecto superficial. Me hizo esta observación en una conferencia sobre lo paranormal celebrada en Denver en
noviembre de 1983. Me habían pedido que hablara sobre la evidencia de la supervivencia y me centré en la

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investigación general de la ECM, favoreciendo en particular las investigaciones del doctor Sabom. Ese mismo
día, más tarde, durante una mesa redonda, un parapsicólogo dijo lo siguiente: puesto que el doctor Sabom no
informó nunca sobre si algunos perceptores de la ECM durante una operación describieron mal sus
operaciones, los escasos casos verídicos de su colección pueden ser equívocos. Simplemente, no sabemos si
esos casos fueron excepciones (¿coincidencias?) dentro de una amplia colección de informes menos
impresionantes. Mi respuesta a esa crítica ponía de relieve los detalles extremos que se encontraban en los
mejores casos de Sabom. Los pacientes contribuyeron con observaciones tan precisas y exactas que cada caso,
tomado separadamente, sirve de corroboración de los rasgos paranormales de la ECM.

Examinemos una ECM verídica típica que cuenta el doctor Sabom en 1982 en su libro Recollections of Death.
Hacia la mitad del libro, el cardiólogo presenta seis casos de «prueba» en los que pacientes coronarios hacen
observaciones paranormales. El doctor Sabom investigó personalmente cada uno de los casos. Uno de ellos lo
aportó un mecánico jubilado de 62 años que fue entrevistado un año después de la experiencia. El mecánico
explicó al médico que su ECM tuvo lugar mientras los doctores trataban de reanimarle tras un grave fallo
coronario.

“Me llevaron al hospital y me dejaron allí... me quitaron la ropa y me pusieron sobre la mesa. Fue entonces
cuando tuve realmente el ataque cardíaco... de pronto me pareció que estaba subiendo. Me elevaba. La
habitación parecía estar incandescente. No sé de dónde procedió la luz. Yo miraba hacia abajo y estaban allí
trabajando sobre mí. Había sido como levantarse de la cama, sólo eso. Estaba por encima de mí mirando hacia
abajo. Trabajaban en mí, tratando de reanimarme. Como al principio no entendí que era mi cuerpo, no pensé
que estuviera muerto. Era una sensación inusual. Podía verlos trabajando sobre mí y comprendí entonces que
era sobre mí mismo sobre quienes estaban trabajando. No sentía dolor alguno y era una sensación de lo más
pacífica. La muerte no es nada de temer. No sentía nada. Me pusieron una inyección. El doctor B. vino y decidió
poner otra en mi izquierda... bueno no en la axila, sino en el costado. Luego cambió de opinión y fue al otro
lado, junto al corazón... vi que trataban de reanimarme con aquello. Me metieron algo, parecía como un
lubricante, y lo frotaban y ponían sobre el cuerpo, y luego saltaba. Pero ni siquiera entonces podía sentirlo. Lo
quitaron y lo volvieron a poner, y funcionó de nuevo.”

Cuando se recuperó el paciente describió al médico el proceso de reanimación, sobre todo el hecho de que el
médico cambiara el lugar de la inyección. El médico se sintió sorprendido por esa descripción y le dijo que
durante el proceso de reanimación él (el paciente) había estado legalmente muerto y no podía haber visto el
tratamiento. Aunque, evidentemente la historia le confundió, el doctor corroboró las observaciones del
paciente antes de abandonar la habitación.

El doctor Sabom entrevistó al testigo en profundidad y extrajo una considerable información concerniente al
procedimiento de defibrilación las inyecciones que recibió, dónde estaban las enfermeras en la habitación, etc.
Más tarde, el cardiólogo examinó los archivos del hospital en los que el médico que manejaba el caso había
anotado los procedimientos utilizados para salvar al perceptor. Salvo algunos errores insignificantes todas las
observaciones del paciente habían sido correctas. La aguja colocada en la ingle, por ejemplo no había sido una
inyección sino que se utilizó para extraer sangre y la jeringa se había insertado en el lado izquierdo (no el
derecho). Sin embargo el doctor Sabom pone de relieve en su libro que el informe podía estar equivocado o
simplemente que el paciente confundió los lados izquierdo y derecho mientras estaba desencarnado. Más
tarde, el doctor Sabom habló con la esposa de paciente y ésta testificó que su marido le había contado la ECM
nada más recuperar la conciencia. Dijo que había contado siempre la misma historia.

El problema de los informes de ECMs en quirófanos o salas de emergencia es que los investigadores que los
estudian trabajan desde una premisa falsa. Cuando los presentan para demostrar la realidad objetiva de la
ECM, simplemente suponen que los pacientes, por estar inconscientes, no tenían capacidad sensoria. Como los
pacientes, por causa de las drogas o en estado comatoso por otra razón, cierran los ojos, parece evidente que
no pueden ver u oír nada. Pero cada vez hay más pruebas de que las personas inconscientes o comatosas no
pierden totalmente la conciencia y pueden oír, registrar y recordar las cosas que se realizan en su presencia.
¿Estas supuestas ECMs quirúrgicas verídicas no podrían ser consecuencia de dicho fenómeno? Esta cuestión es
un problema, llamado en psicología “indicación sensoria,” que no había sido tratada por los investigadores de
la ECM. El doctor Sabom la menciona brevemente en su libro, pero emplea muy poco tiempo en considerarla o
evaluar sus casos bajo esa luz. Por tanto, en las páginas siguientes exploraremos el problema. Nos ocuparemos
primordialmente de dos cuestiones relacionadas.

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Como casi todas las personas al quedar inconscientes cierran los ojos, no se cuestionan que recojan
indicaciones ópticas. Pero cuando una persona pierde la conciencia, su capacidad auditiva es el último canal
sensorio que deja de funcionar, y este fenómeno es el que podría complicar gravemente la investigación sobre
las ECMs en quirófanos o salas de emergencia.

Para entender adecuadamente el problema de la indicación sensoria y su relación con la ECM debe explicarse
también un segundo fenómeno muy conocido en psicología. La sinestesia es un fenómeno curioso en el que la
información de un canal sensorio se transcribe y experimenta de otro modo. Esas transcripciones parecen
extrañas, pero ocasionalmente la gente informa que ha “oído” colores o ha “visto” la música. Las experiencias
sinestésicas son comunes en los informes de los que han tomado drogas psicodélicas, pero pueden
experimentarse también en otros estados de conciencia. Tuve una vez la experiencia mientras estaba
estudiando música en la facultad. Era una hora avanzada de la noche y había terminado un día agotador. Me
sentía demasiado cansado para dormir, por lo que puse la radio de la sala de estar y me senté en el sofá. Los
sonidos de una sonata de piano de Mozart llenaron la habitación, pero de pronto mis percepciones
comenzaron a cambiar. Comprendí que, en realidad, no estaba escuchando la música, sino que podía sentirla.
Cada acorde y cada nota se registraban en mi piel. Podía sentir que cada golpe del teclado golpeaba
literalmente mis miembros, hasta que la experiencia se volvió insoportable. Finalmente tuve que apagar la
música y recuperarme del episodio. Aquella misma noche, más tarde, volví a encender la radio, pero las
percepciones inusuales no se repitieron.

El hecho de que los pacientes quirúrgicos puedan oír mientras parecen estar inconscientes se conoce desde
hace años. El número del 4 de octubre de 1959 del British Medical Journal publicaba un editorial sobre el tema
en la que pedía a un médico del hospital St. Bartholomew de Londres que aportara su experiencia personal.

Muchos cirujanos estarán familiarizados con esos informes e historias. Sin embargo desde 1959 se han
realizado muchas investigaciones experimentales acerca de la capacidad sensoria de los pacientes
“inconscientes.” Los resultados de esos estudios se han mezclado pero indican que los pacientes quirúrgicos
siguen percibiendo su entorno.

Estos episodios quirúrgicamente relacionados con el sueño pueden ser significativos, puesto que dan a
entender que los sujetos o bien experimentaron una ECM o algo similar. O posiblemente los pensamientos de
los pacientes quirúrgicos inconscientes graviten sobre esos temas. ¿Acaso esos sueños pueden prepararla
escena para alucinaciones que se asemejen a la ECM? ¿Quizá la ECM apenas si es algo más que un sueño
cósmico catalizado por las drogas administradas para la operación o por el propio entorno quirúrgico? Estas
cuestiones son importantes y deben ser exploradas con mayor profundidad por los investigadores que estudian
la ECM.

La investigación de los doctores Millar y Watkinson demuestra que los pacientes quirúrgicos “inconscientes”
registran la información que se les presenta especialmente. Pero obsérvese que en este estudio el
descubrimiento era simplemente estadístico. Ninguno de los pacientes tenía recuerdo consciente de haber
oído anteriormente las palabras, y simplemente le parecía que las palabras objetivo eran “familiares” cuando
se les presentaba. Sólo un informe de la literatura existente hasta ahora sobre el recuerdo quirúrgico sugiere
que puedan hacerse observaciones sistemáticas durante la anestesia química. En 1963, el doctor John T. Brunn
habló sobre su experiencia personal ante un encuentro de la American Society for Clinical Hypnosis. Explicaba
el doctor Brunn que para una operación quirúrgica dental le dieron pentotal sódico. Antes de la operación se
hizo a sí mismo sugestiones hipnóticas para recordar los procedimientos utilizados. No sólo funcionaron esas
sugestiones, sino que recordó incluso las conversaciones mantenidas en la consulta por su dentista y las
enfermeras. Sin embargo, esos sorprendentes momentos de lucidez estaban mezclados con episodios de
desorientación. Investigaciones más recientes han sugerido que las personas que se encuentran en estado de
coma retienen niveles de conciencia similares.

Cada aspecto de este modelo de sinestesia/alucinación de la ECM puede apoyarse con evidencias que se
encuentran fácilmente en la literatura sobre conciencia quirúrgica. Pero aunque no se pueda acusar al
escéptico que haga estas sugerencias, ello no quiere decir que necesariamente tenga razón. Lo que tienen que
realizar los investigadores de la ECM es una reevaluación crítica de los casos de ECMs quirúrgicas y coronarías
del doctor Sabom. Si cada una de las afirmaciones hechas por estos pacientes puede explicarse por
identificación sensoria, comienza a venirse abajo la propuesta de la realidad objetiva de la ECM. Pero si algunos
casos superan la teoría de la identificación, la realidad objetiva de la ECM parecería probable.

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Como la identificación sensoria es un factor que contamina la investigación de la ECM, deberíamos buscar
casos que fuera complicado explicar mediante la sinestesia. Hay dos tipos de casos que podrían contrarrestar la
hipótesis de la identificación sensoria:

1. Casos en los que las observaciones quirúrgicas del paciente no pudieran ser consecuencia de
identificaciones orales o táctiles.

2. Casos en los que el paciente observara correctamente escenas que se producen fuera del
quirófano.

Desde el punto de vista específico de la parapsicología los casos de la ECM precognitiva suelen ser más
interesantes. Por su naturaleza de largo alcance, las visiones apocalípticas no pueden evaluarse científicamente
pero sí las experiencias precognitivas simples. Las ECMs bien documentadas que contienen elementos
precognitivos no pueden explicarse fácilmente como engaños. El problema de estos casos de «conocimiento
del futuro», sin embargo. es que raramente se documentan. La evidencia que hay tras ellos suele basarse tan
sólo en la afirmación del perceptor. Por ejemplo, la información precognitiva raras veces se pone por escrito
antes de que suceda y ni siquiera se comenta a un segundo testigo, como un amigo o pariente. A veces, la
precognición sólo es “recordada” cuando tiene lugar el hecho. Y esos casos son débiles porque pueden ser el
resultado de algún tipo de confabulación.

El otro factor significativo implicado en la ECM concierne al síndrome del “regreso” del que hablan los
perceptores de una ECM. La mayoría de los entrevistadores descubren que los supervivientes de la ECM
afirman que su experiencia les transformó. Tras enfrentarse a la muerte y triunfar sobre ella, estas personas
afortunadas consideran que la vida terrena es diferente y más gratificante. A menudo se vuelven menos
preocupadas por las recompensas materiales de la vida -como la seguridad financiera y las posesiones físicas y
se ocupan más por desarrollar mejor las relaciones interpersonales, comprometerse más con su iglesia, dicen
conocer mejor a las otras personas, etc. Los aspectos transformativos de la ECM suelen ser tan significativos
que se han escrito libros enteros sobre el fenómeno.

Las investigaciones, considerables, han demostrado incluso que estas transformaciones se deben
específicamente a la propia ECM, y no a la situación de amenaza de la vida que la produjo. Este hallazgo ha sido
documentado mediante el estudio de las vidas de los supervivientes de la ECM y de otras personas que
estuvieron cerca de la muerte pero no informaron de experiencias inusuales. Dicho de otro modo, la
proximidad de la muerte no cambia la vida de las personas a menos que se produzca una ECM.

Kenneth Ring, en 1984, en su libro Heading Toward Omega, publicó algunos datos estadísticos relacionados
con el tema. Habló con varios supervivientes de la ECM y descubrió que, al recuperarse, empezaron a hablar de
experiencias PES, frecuentes experiencias extracorporales, encuentros con fantasmas y otras experiencias
psíquicas. Le dijeron al doctor Ring que esas experiencias eran más comunes en su vida ahora que antes de la
ECM.

Evidentemente no es posible saber si estas personas estaban experimentando encuentros psíquicos reales o
simplemente se engañaban creyéndolo así. Pero sea como sea, la pauta que el doctor Ring encontró en sus
datos se ha confirmado ampliamente. Mientras el psicólogo de Connecticut recogía sus pruebas, el doctor
Richard Kohr del Pennsylvania Department of Education, por ejemplo, emprendía un proyecto similar. El doctor
Kohr dirigió su investigación analizando a más de 500 miembros de la Association for Research and
Enlightenment, una gran organización estadounidense dedicada al legado y enseñanzas de Edgar Cayce (1877-
1945), adivino famoso por su clarividencia. El estudio tenía como fin determinar qué tipo de personas eran
miembros de la ARE, pero el doctor Kohr lo utilizó para estudiar la ECM. Algunos elementos del formulario de la
investigación exploraban las creencias metafísicas de los entrevistados, incluyendo sus sentimientos ante la
muerte. Otras cuestiones trataban de saber específica mente si habían tenido experiencias psíquicas, y en caso
afirmativo de qué tipo. Basándose en las respuestas a la encuesta, el doctor Kohr aisló un subgrupo de
miembros del ARE que afirmaban haber tenido ECM. Descubrió que las personas que informan sobre ECMs
hablaban también de experiencias psíquicas diarias más comunes que quienes no habían tenido ECM. Sin
embargo, no está claro si estas experiencias se produjeron específicamente o no después de la ECM.

Aunque la doctora Margot Grey no ofrece datos estadísticos detallados en su libro, ha descubierto que las
personas que se recuperan de una ECM hablan con frecuencia de encuentros psíquicos. Algunos de sus
perceptores informaban que habían desarrollado incluso poderes curativos.

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Si estos informes y afirmaciones representan consecuencias psíquicas auténticas de la ECM, ¿qué significa eso?
Algunos autores sobre el tema afirman que esas consecuencias psíquicas demuestran la realidad objetiva de la
experiencia. Si las ECMs fueran puramente alucinatorias, ¿por qué la gente se volvería psíquica como
consecuencia? Los que creen en la realidad literal de la ECM sugieren que la experiencia es un hecho psíquico
poderoso que permite el desarrollo de las habilidades psíquicas: es decir, es un catalizador espiritual de nuestro
potencial psíquico interior. Esta teoría parece bastante razonable y es coherente con una interpretación literal
de la ECM.

La teoría según la cual podemos bloquear subconscientemente para que no entre en la conciencia la
información que nos amenaza es bien conocida por la psicología cognitiva, y numerosas evidencias
experimentales han confirmado el efecto. En psicología se da a este fenómeno el nombre de “defensa
perceptiva.”

El hecho de que los supervivientes a la ECM afirmen haber sido transformados por la experiencia no resulta
sorprendente. Es difícil no verse transformado por una experiencia tan poderosa, con independencia de que su
naturaleza sea psicológica, paranormal o incluso psicopatológica.

La persona que ha sufrido una ECM empieza probablemente a tener experiencias psíquicas más frecuentes en
su vida diaria, o que simplemente empieza a percibirlas por primera vez. Pero no creo que estas experiencias
surjan de la naturaleza específica de la propia ECM. Los perceptores pueden estar psicológicamente
programados por sus experiencias para abrirse más a la información psíquica, al tiempo que sus barreras psi se
vuelven mínimas.

Probablemente, los que han tenido una ECM se convierten en creyentes a ciegas en lo paranormal, lo que
significativa mente les abre a las influencias extrasensorias y al desarrollo de las habilidades psíquicas. Por
tanto, aunque la excelente investigación de Kenneth Ring. Margonn Grey y Richard L. Kohr nos dicen cosas
importantes sobre el poder de la creencia probablemente tiene escasa relación con la propia ECM.

5.2.4. Reencarnación y Memoria Extracerebral

La idea de la reencarnación es un principio importante del hinduismo, practicado por la mayoría de los
habitantes de la India. El hinduismo es la religión más antigua del mundo, remontándose sus orígenes al cuarto
milenio a. de C. Sus doctrinas y prácticas de hoy no difieren mucho de las de hace miles de años. Los
argumentos de los misioneros y conquistadores musulmanes y cristianos han tenido poco impacto entre los
indios, que casi todos siguieron profesando el hinduismo.

Su existencia la asumen o insinúan de forma general muchas escrituras y mitos hindúes. Si sabemos que en
nuestros días se dan en la India muchos casos de reencarnación, podemos pensar que es posible, y tal vez
demostrable, que estos casos se hayan producido con la misma frecuencia durante siglos. Cualesquiera que
sean su importancia y la interpretación correcta que les demos, su mera existencia ha proporcionado, tanto al
hinduismo como al budismo, una corriente continua de aparente soporte empírico.

Desde hace tiempo, la historia de los casos que hacen pensar en la reencarnación en la India (y en cualquier
otro lugar) sigue un esquema prácticamente convencional. El caso aparece normalmente cuando un niño
pequeño de dos a cuatro años empieza a hablar a sus padres o hermanos de una vida que tuvo en otro lugar y
en otro tiempo. El niño suele sentir una atracción muy fuerte hacia los hechos de esa vida y con frecuencia
insiste ante sus padres para que le dejen volver a la comunidad en la que afirma haber vivido anteriormente. Si
el niño hace bastantes afirmaciones concretas sobre la vida anterior, los padres (que normalmente son
reticentes) empiezan a investigar su veracidad.

Con frecuencia, o casi siempre, no se suele intentar esa comprobación hasta varios años después de que el niño
empiece a hablar de la vida anterior. Si se lleva a cabo alguna verificación, los miembros de las dos familias se
visitan y preguntan al niño si reconoce lugares, objetos y personas de su supuesta existencia anterior.
Entonces, el caso suele llamar mucho la atención en las comunidades implicadas y llega hasta los periódicos.

El caso de Ravi Shankar: Al poco de nacer, los padres de Ravi Shankar, en la localidad india de Kanauj,
observaron la extraña marca que éste mostraba bajo su barbilla: parecía una herida de navaja. Cuando

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comenzó a hablar, Ravi aseguró llamarse Munna y ser hijo de Jageshwar, un peluquero de otro distrito. Decía
que esa marca se la habían hecho un peluquero y un lavandero llamados Jawahar y Chaturi, quienes tras
degollarle le enterraron en la arena, y comentaba otras circunstancias de su vida que resultaban
incomprensibles para sus padres.

En efecto, todos los detalles se correspondían con un asesinato que había ocurrido seis meses antes y cuyos
culpables no pudieron ser condenados por falta de pruebas. Cuando, casualmente, llegó a oídos del peluquero
lo que Ravi contaba, visitó a su padre para pedirle más detalles, pero éste se negó a atenderle, temiendo
posiblemente las represalias de los asesinos. Finalmente, la madre de Ravi le permitió entrevistarse con el niño,
que contaba cuatro años. Éste, primero, se mostró temeroso, pero luego le trató como si fuese su padre,
recordando certeramente algunos detalles de la vida y muerte de su hijo, incluida una relación de los juguetes
que aquél poseía; asimismo reconoció a su anterior abuela y posteriormente a uno de sus asesinos. Al
enterarse, el padre de Ravi le golpeó por haber contado aquello a un extraño y le alejó de la ciudad durante un
año.

Cuando en 1964 el profesor Stevenson visitó India por primera vez, interrogó a muchos testigos que
confirmaron la veracidad de los hechos, cuidadosamente anotados por el maestro de Ravi, quien entonces
tenía 13 años y sólo guardaba un vago recuerdo. Lo que más le asombró fue la marca de su cuello: aunque se
había estrechado con el paso del tiempo, el científico pudo distinguir las trazas de una cicatriz producida por un
arma blanca.

Con este caso iniciaba el doctor lan Stevenson el estudio científico más notable sobre la reencarnación que se
ha realizado hasta la fecha. Stevenson fue director del Departamento de Psiquiatría en la Escuela de Medicina
de la Universidad norteamericana de Virginia y actualmente dirige en la misma la División de Estudios de la
Personalidad. El apoyo económico de un mecenas le ha permitido consagrarse a la investigación rigurosa de
más de dos mil casos de personas que manifestaban recuerdos conscientes de presuntas vidas anteriores.
Muestra especial predilección por las historias cuyos protagonistas son niños, debido a que éstos
frecuentemente comienzan a hablar de sus vidas anteriores de manera espontánea, ingenua y un tanto
indiferente antes de que aprendan a leer, y lo hacen sin interpretar lo que dicen. Además, generalmente no
han tenido tiempo, medios ni motivaciones para inventar unos conocimientos y una personalidad elaborada
que frecuentemente coinciden con los de alguien que ha fallecido antes de su nacimiento.

Muchas de tales historias han sido investigadas también por otros especialistas, como los profesores hindúes H.
N. Banerjee y Syam Sunderial, los doctores turcos Baier y Doksat, el parapsicólogo brasileño Hernani Guimaraes
Andrade. Pero Stevenson destaca sobre todos ellos por su metodología, dedicación y rigurosidad. Cuando tiene
conocimiento de una historia similar, no se contenta con realizar una larga serie de averiguaciones
preliminares. Una vez convencido de que el caso merece la pena, se desplaza al país de los hechos,
interrogando pormenorizadamente al sujeto, a su familia y a todas las personas que pueden tener alguna
relación con los hechos, para luego indagar todo lo referente a su presunta personalidad precedente. Para ello
se sirve de dos o más intérpretes, a fin de comparar la fidelidad de la traducción, grabando las entrevistas y
prestando una atención excepcional a todo tipo de detalles. Teniendo buen cuidado de eliminar toda posible
explicación alternativa de tales recuerdos, intenta corroborar la fiabilidad de los mismos mediante sucesivas
entrevistas, visitas a los lugares concernidos y análisis de todos los documentos posibles, aunque en la mayoría
de los casos se enfrenta a numerosas dificultades. Para todo ello utiliza una técnica que combina las
habilidades del psicólogo con las del detective, el historiador y el jurista. Ha desarrollado una cuidadosa
metodología científica que recibió numerosas alabanzas, procedentes en ocasiones de especialistas escépticos,
y las más prestigiosas publicaciones psiquiátricas han recogido los resultados de sus investigaciones.
Personalidades y conocimientos idénticos a los del difunto

Veamos las características más comunes en los casos investigados por él: los niños afirman reiteradamente
tener otra identidad, y en ocasiones manifiestan un comportamiento, reacciones, costumbres, fobias y gustos o
aficiones propias de adultos y similares a las del fallecido. Muestran habilidades y conocimientos específicos
que eran propios de éste. Frecuentemente, viven a menos de 25 kilómetros del lugar donde aseguran haber
habitado en su vida anterior y hablan la misma lengua, aunque en muchos casos las distancias que separan a
ambas familias son considerablemente superiores, tratándose en ocasiones de países e incluso de continentes
diferentes. Suelen expresar su deseo de encontrarse con su antigua familia o de volver al lugar donde vivían
anteriormente. Sus padres se muestran generalmente indiferentes ante sus afirmaciones y, sólo ante su
insistencia o bien por curiosidad, les conducen a los lugares donde dicen haber vivido e intentan localizar a sus
anteriores familias.

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Stevenson presta especial atención a los casos en que el niño da el nombre de los parientes y describe el
pueblo y la casa que habitó antes, comprobando que frecuentemente es capaz de encontrar el camino que
conduce hasta el lugar. De similar interés resulta el momento en que se encuentra con «su anterior» familia,
siendo frecuentemente capaz de reconocer a la esposa, padres, hermanos e hijos que «tuvo en su vida
anterior», así como los lugares que frecuentó o los objetos que le pertenecieron, o de conocer detalles
asombrosos de su vida e intimidad. El investigador americano tiene buen cuidado de averiguar si su
comportamiento y conocimiento se diferencian claramente de lo que ha podido aprender en su ambiente
inmediato.

La mayoría comienza a hablar de sus existencias anteriores entre los 2 y los 4 años, y deja de hacerlo entre los 5
y los 10. Su identificación dura una media de siete años y dejan de hablar del tema espontáneamente tras su
escolarización, frecuentemente porque se les castiga. En ocasiones, antes de que puedan expresarse
coherentemente comienzan a pronunciar palabras que sólo más tarde serán comprendidas y a apoyarlas con
gestos. El número de detalles referentes a su presunta vida anterior que manifiestan recordar estos niños varía
entre 3 y 70. En los casos que han sido investigados detalladamente, se comprobó la exactitud de cerca del 90
por ciento de los “recuerdos” que resultaban verificables.

Los conocimientos adquiridos en sus encarnaciones precedentes no les impiden vivir normalmente, aunque el
período en que los recuerdos de los niños se manifiestan con mayor intensidad suele ser conflictivo para éstos
y sus f amillas. En una considerable mayoría de casos, la supuesta vida anterior terminó de forma violenta, y
sus recuerdos se centran frecuentemente en las circunstancias que precedieron a su fallecimiento. Stevenson
estima que el intenso choque que produce una muerte violenta podría «avivar y preservar los recuerdos». De
ahí, la frecuente presencia de fobias entre los niños relacionadas con los elementos o instrumentos que
causaron la muerte en su existencia anterior, se trate del agua, de un cuchillo, arma de fuego o automóvil.

Lo que resulta más inexplicable es la presencia de características fisiológicas, enfermedades, deformaciones


congénitas, marcas de nacimiento o cicatrices que parecen heredadas de sus vidas previas; en ocasiones han
sido auscultadas, medidas y fotografiadas con detenimiento y se ha constatado que son muy similares a las que
tenía el fallecido o a las heridas que le causaron la muerte. Además, ciertas constantes de su comportamiento
son idénticas a las que caracterizaban a la persona fallecida. Son precisamente estas similitudes entre las
personalidades de ambos sujetos –que frecuentemente convencen a los familiares y amigos del difunto de que
éste se ha reencarnado– las que resultan más convincentes para Stevenson.

Los escépticos objetan que la frecuencia de semejantes casos es especialmente elevada entre pueblos que
creen en la reencarnación, como son los hindúes, los ceilandeses, los birmanos, los indios Tlingit de Alaska, los
indios Kutchin de Canadá o los drusos sirios y los libaneses. No obstante, cerca de la mitad de los casos
compilados por Stevenson –aunque no los mejor documentados– proceden de lugares como Turquía, América
o Europa, donde la reencarnación es vista como una creencia extraña; si bien el afloramiento progresivo de
este tipo de casos puede deberse al interés en el tema despertado por los medios informativos, que tiende a
disminuir la extrañeza que producen los mismos.

De hecho, si en países occidentales tienden a ignorarse o reprimirse como tonterías o juegos de niños las
manifestaciones de este género, en el sur de Asia o en Turquía, los padres han reaccionado en ocasiones
llenando la boca de los niños con jabón o porquería, sea por el escándalo que provocaron algunas de sus
expresiones o debido a la creencia de que quienes recuerdan su vida pasada morirán jóvenes. Por otra parte,
en contra de la idea que nos hacemos en Occidente, el ideal espiritual de los hindúes y budistas consiste en
escapar al ciclo de las reencarnaciones. Además, los casos occidentales presentan las mismas características
generales que los orientales, aunque en su mayoría son más difíciles de verificar. Y en los procedentes de zonas
subdesarrolladas resulta menos probable que los niños hayan adquirido, a través de libros o de los medios de
comunicación, ciertos conocimientos precisos que manifiestan.

Otro hecho que Stevenson se considera incapaz de explicar son las variaciones que en algunos aspectos se dan
entre diferentes culturas. Así, el intervalo promedio entre la muerte y el renacimiento, en los casos
investigados entre los Alevis de Turquía, es de 9 meses, mientras que en los hindúes es de 45 meses. El
porcentaje de niños que aseguran haber muerto violentamente varía del 25 por ciento entre algunas tribus
norteamericanas al 80 por ciento en ciertas regiones de Líbano, Siria y Turquía. Los cambios de sexo entre
ambas vidas se dan en un 20 por ciento de los casos birmanos y sólo en un 5 por ciento de los hindúes. Todos
ellos son factores que denotan una probable influencia cultural.

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Descartados los posibles fraudes, los investigadores más exigentes han propuesto varias explicaciones
alternativas para este tipo de casos:

 El sujeto es víctima de una alucinación, confundiendo imágenes muy vívidas -perdidas en el


desván de su memoria- con recuerdos de una existencia anterior.

 Las extrae de un (sistema genético de memoria inconsciente colectiva o banco de memoria de su


raza. Aunque fascinante, esta hipótesis es más especulativa aún que la de la reencarnación, ya que no se ha
podido encontrar un solo ejemplo que la apoye.

 Todo se debe al fenómeno de la criptomnesia, que le permite utilizar informaciones asimiladas


previamente, pero que han sido olvidadas por la mente consciente, atribuyéndolas por error a una vida pasada.
Sabemos que la mente puede recordar todas sus vivencias y percepciones, aún las más nimias, que luego
pueden refundirse en sueños, recuerdos o pensamientos. Se ha visto que ésta es la explicación más coherente
para muchos casos. Por ello, Stevenson presta especial atención a los casos protagonizados por niños, que han
tenido poco tiempo para adquirir informaciones de forma inconsciente, y procura comprobar que sus padres
ignoraban los hechos de los que hablan los niños. Añade que una cosa es haber oído hablar de ciertas personas
y otra muy distinta es saber identificarlas entre un grupo de individuos, establecer el grado preciso de
parentesco que existe entre ellos, conocer el camino que conduce a su casa y dar detalles pormenorizados de
su vida.

 Las informaciones que se interpretan como recuerdos de una encarnación previa se corresponden
efectivamente con alguien que vivió en el pasado, pero el individuo las obtiene inconscientemente mediante su
percepción extrasensorial (PES). Tras advertir que es sumamente extraño que las informaciones obtenidas por
PES sean tan precisas y organizadas, Stevenson acepta que la super-PES podría explicar muchas de las
informaciones correctas facilitadas por los niños, pero advierte cuán difícil que resulta explicar por qué éstos
manifiestan poseer conocimientos relativos a una sola persona y lo hacen con notable coherencia y durante
períodos tan largos, mientras que ignoran todo de las que nada tienen que ver con su historia de forma
absoluta.

 La percepción extrasensorial por sí sola no justifica satisfactoriamente la organización de la


información de que dispone el sujeto siguiendo un esquema propio de la personalidad fallecida, lo mismo que
tampoco puede justificar la existencia de habilidades que no se han aprendido en la vida presente. Esta teoría
tampoco justifica la larga duración de varios años de la identificación del niño con la personalidad anterior. No
he descubierto en el niño motivos para una identificación tan prolongada. Tampoco se ha notado que los
padres tuviesen (excepto en pocos casos) ni motivos ni la información necesaria para influir en el niño
induciéndolo a una identificación con personas extrañas desconocidas. Además, podemos dudar de que las
influencias paternas lleguen a producir por sí solas una auténtica reivindicación de alteración de personalidad,
desconocida casi por completo o totalmente entre los niños (incluso entre los sicóticos), a no ser en los casos
que hacen pensar en el renacimiento.

 La mayoría de los demás detalles de los casos tampoco permiten decidir con seguridad entre las
hipótesis de posesión y de reencarnación. La conformidad de los recuerdos aparentes de muchos casos con la
Ley” psicológica de que el reconocimiento supera al recuerdo da ventaja a la hipótesis de la reencarnación
sobre la de la posesión.

 Los casos que hacen pensar en el renacimiento en que hay deformaciones o marcas de nacimiento
congénitas, siempre que estén comprobadas, van a favor de una explicación basada en la reencarnación, y no
de la posesión; pero no tiene que ser así también en otros casos de renacimiento. En este grupo no hay casos
de marcas de nacimiento tan bien comprobadas o tan libres de posibles cauces de comunicación normal como
algunos de los demás casos de renacimiento en los que no hay marcas de nacimiento. Sin embargo, hay casos
que sirven de ejemplo de las posibilidades que pueden ofrecernos para hacer una distinción clara entre
percepción extrasensorial, posesión y reencarnación.

Ninguna de estas hipótesis parece capaz de explicar las similitudes de comportamiento y cicatrices, si bien
estas últimas pueden tener una explicación parabiológica –como la tienen los estigmas y los dermogramas– y
las personalidades paralelas podrían entenderse como una forma de posesión o mimetismo paranormal,
hipótesis que también ha sido debidamente refutada por Stevenson.

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No obstante, las evidencias que ha reunido, como él mismo reconoce, son difíciles de asimilar, ya que
cuestionan la teoría comúnmente aceptada sobre la personalidad, según la cual la formación de ésta
dependería exclusivamente de las influencias de la herencia genética y del ambiente familiar y cultura¡.
Muchos de sus casos parecen indicar que el ambiente no explica todos los comportamientos, ni la educación
adquirida todos los conocimientos, ni la genética todas las características fisiológicas y anomalías congénitas
que muestran los niños.

Pese a haber recorrido más de millón y medio de kilómetros y dedicado treinta años a su investigación,
Stevenson sigue buscando aún el caso perfecto que le permita probar la hipótesis de la reencarnación. Este
caso debería cumplir una serie de rigurosas exigencias: la existencia de un informe escrito con los datos
facilitados por el niño antes de la intervención de cualquier investigador, para evitar las presiones debidas a
preguntas tendenciosas que éste pudiese plantearle; la existencia en su relato de detalles específicos y
abundantes sobre su presunta vida anterior, cuya exactitud se demuestre inexplicable tras un análisis
minucioso; similitudes de comportamiento entre el niño y el personaje que asegura haber sido en el pasado;
marcas de nacimiento o cicatrices que se diesen asimismo en el cuerpo del individuo fallecido; si aquel hablaba
un idioma o dialecto distinto al del niño, éste debería poder expresarse en esa lengua de forma espontánea.

Aunque no existan pruebas científicas concluyentes a favor de la reencarnación, sería tan poco razonable negar
cualquier posibilidad de supervivencia de la conciencia, como deducir de la posibilidad de que algunas
personalidades hayan vuelto a encarnarse una ley según la cual todos renaceremos en la Tierra después de
morir. Es posible que la reencarnación sea opcional, que pueda ser impuesta con propósito de retribución o
que pueda ser necesaria para el cumplimiento de una misión. De hecho, esto es lo que mantienen diversas
doctrinas, que ven en la necesidad de volver a este valle de lágrimas un verdadero castigo, y la mayoría de las
enseñanzas tradicionales se refieren a la supervivencia post-mortem como un renacimiento, sí, pero un
renacimiento en un mundo diferente, el acceso a otro de los múltiples estados del ser.

5.2.4. La Transcomunicación Instrumental

Desde hace unos treinta años se ha constatado una singular e inesperada tendencia de los fenómenos
paranormales: la de producirse a través de instrumentaciones técnicas. Como lo paranormal forma parte del
hombre, es lógico que hoy eso involucre también a las máquinas, y particularmente a esos instrumentos
electromagnéticos de los que no podemos prescindir: grabadora, televisión, computador, teléfono.

a. La psicofonía. La psicofonía, o grabación sobre cintas de “voces” de origen desconocido, es uno de los
fenómenos nuevos estudiados por la parapsicología. Es un fenómeno moderno, puesto que para manifestarse
se necesita la grabadora; pero también se utilizan aparatos de radio, amplificadores, estabilizadores y otros. Un
laboratorio bien organizado de psicofonía se parece a la cabina de mando, sin embargo, este fenómeno
recuerda muy de cerca la vieja, “mesita parlante” a cuyo alrededor se reunían las personas para evocar los
espíritus. Los tiempos cambian y, como es lógico, cambian también las técnicas, y la mesita ha sido
reemplazada por el magnetófono.

Qué sean las “voces”, es fácil decirlo: palabras y frases, generalmente breves, fragmentarias, que
inexplicablemente aparecen en la cinta magnética. Palabras que nadie ha pronunciado ni escuchado en el
momento de la grabación y que, en cambio, se pueden oír, más o menos claramente, al volver a pasar la cinta.
Lo más curioso es que estas voces se autodefinen “voces de los muertos”, lo que hace inmediatamente
evidente la comparación con la mesita de antigua memoria.

Los que hacen los experimentos (que ya son legiones, porque el de las “voces” es un fenómeno al alcance de
todos: para comenzar basta, efectivamente, una vieja grabadora y mucha buena voluntad y paciencia),
generalmente están convencidos de que las “voces” vienen realmente de los muertos; otros investigadores, en
cambio, creen que se trate de un fenómeno psicocinético, es decir, de la acción inconsciente de la psiquis
humana sobre la cinta magnética.
El descubrimiento casi casual de las “voces” remonta a 1959, cuando el director cinematográfico sueco
Friedrich Jürgenson colocó una grabadora cerca de la ventana de su casa de campo para grabar, por motivos
profesionales, el canto de algunos pájaros del bosque. Jürgenson, que murió en 1987 pasados los ochenta
años, fue un personaje ecléctico y muy interesante: pintor, arqueólogo, cantante lírico, escritor, director de
televisión, siempre había tenido mucha disponibilidad respecto de los lados ocultos y misteriosos de la

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existencia y, por tanto, pudo encuadrar rápidamente lo que le iba sucediendo. Cuando, pues, después de haber
dejado correr la cinta durante más de diez minutos, Jürgenson se puso a oírla, además del canto de los pájaros
escuchó también voces humanas. Quedó maravillado: su casa de campo estaba muy aislada y era, por tanto,
difícil pensar que alguien hubiese llegado hasta allí sin que él se hubiera dado cuenta. Repitió el experimento y
al volver a escuchar apareció una voz extraordinaria: ¡la de su madre difunta, que lo saludaba llamándolo por el
nombre.

Después de estos primeros episodios Jürgenson siguió grabando y reuniendo una casuística enorme de voces: y
siempre se trataba de voces de difuntos, conocidos por él y también desconocidos. Jürgenson, convencido
después de innumerables experimentos de la realidad del fenómeno y de su origen -según él trascendente,
dictó conferencias, escribió artículos y hasta un libro (Diálogos con el más allá), para hacer conocer el
fenómeno al gran público. Jürgenson siempre estuvo convencido de que las “voces” vienen de los difuntos y
considera que este contacto con la grabadora constituye un auténtico “puente” entre nuestras dos distintas
dimensiones.

El fenómeno “voces” fue después muy divulgado también por Konstantin Raudive, un letón que durante la
guerra se había trasladado primero a Suecia y después a Alemania. Escritor y filósofo, Raudive se interesó tanto
por el fenómeno, que le dedicó los últimos diez años de su vida: reunió casi ochenta mil voces y sobre eso
escribió dos libros que han sido traducidos a muchos idiomas y han hecho conocer el fenómeno casi en todas
partes.

Grabar “voces” no es difícil: para comenzar conviene usar una grabadora modesta, sencilla, y utilizar el método
microfónico, es decir, abrir el micrófono, poner a funcionar la grabadora, dejar que pase la cinta algunos
minutos y luego pasar a reescuchar para controlar si han quedado grabadas “voces.” Una vez hecha la
experiencia con este sistema, se puede pasar a la radio, lo cual consiste en unir la grabadora a la radio por
medio de algún cable y sintonizarse sobre una frecuencia cualquiera. Luego se graba. Hay también otras
técnicas, más complicadas, que se encuentran en la literatura especializada; pero generalmente, con la
práctica, cada uno encuentra el método que le sea más familiar. Se necesita paciencia, buen oído y también un
mínimo de acento musical; además algún conocimiento técnico para no equivocarse y no tomar por “voces”
simples ruidos de varia naturaleza. Puesto que muchos empiezan a grabar con la esperanza de escuchar las
voces de sus queridos muertos, tienen una fuerte motivación que, comprensiblemente, los lleva a desear
escuchar ciertas cosas. Y este comportamiento puede llevar a error.

Las “voces”, por lo demás, tienen características muy particulares: una entonación y un ritmo inconfundibles,
difícil de describir con palabras. Además, se trata de frases muy breves, telegráficas, que a veces se expresan en
idiomas distintos del experimentador; las reglas de la gramática se ignoran, y se forman palabras nuevas. A
veces las “voces” son poco claras, y especialmente en estos casos se puede caer en error; otras veces, en
cambio, son clarísimas e inequívocas.

A propósito de la brevedad de las frases, un experimentador dijo una vez que, grabando voces paranormales,
se tiene la impresión de abrir una ventana sobre una muchedumbre y escuchar salir del alboroto frases
separadas de aquí y de allí. Las “voces” a menudo hacen referencias claras a su condición de difuntos y al hecho
de que han sobrevivido a la propia muerte (“nosotros muertos estamos vivos”, “Somos las voces de los
muertos”, etc.) y expresan el deseo de que el contacto se haga más intenso y seguro.

Comprensivamente, aunque se trate de un fenómeno conocido ya desde hace treinta años, la psicofonía es un
campo en gran parte por explorar.

Por lo demás, aunque no muchos tengan conocimiento, la idea de comunicarse con el mundo espiritual por
medio de un instrumento técnico se remonta a 1921, y se debe al científico norteamericano Thomas Edison, el
inventor del fonógrafo, de la lámpara eléctrica, de las películas cinematográficas de cinta y de una infinidad de
otras cosas: Edison hizo 1099 inventos y unió su nombre a tres mil patentes. Tuvo mucho interés por los
fenómenos paranormales y sobre todo por las sesiones espiritistas, como se acostumbraba en su tiempo, y por
el estudio de la supervivencia. Como genio inventor, pensó hasta en un “medium mecánico” y trató
concretamente de realizarlo. Edison estaba convencido de que la supervivencia de la persona era un hecho real
y de naturaleza física, por lo menos hasta cierto punto. Lo que sobrevive a la muerte, desde su punto de vista,
sería una especie de copia electrónica del cuerpo viviente y podría transmitir energía física: por consiguiente,
según Edison, podría probablemente manifestar la propia presencia por medio de un instrumento, si solo fuese
posible construir uno que fuese suficientemente sensible.

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Con este fin, proyectó un instrumento capaz de reaccionar a los débiles impulsos físicos producidos por un
organismo muy frágil desde el punto de vista energético: trabajó en este proyecto durante algún tiempo, pero
evidentemente no logró llevarlo a término. Pero dejó un dibujo que en el momento de la muerte, en 1931,
nadie conocía, y que fue encontrado diez años después, en 1941, de una manera muy particular, es decir, a
través de un contacto mediumnico. Efectivamente, durante una sesión en Nueva York se manifestó la presunta
entidad de Edison, que dio las indicaciones para encontrar ese dibujo: indicó el nombre, apellido y dirección
exacta de una persona que sabía en dónde estaba el dibujo. Se encontró a la persona y el dibujo fue
encontrado por un colaborador de Edison presente en la sesión. El dibujo no tenía escritos o notas sobre el
funcionamiento de la máquina y sobre eventuales experimentos o resultados obtenidos; pero no se puede
excluir que sobre la base de ese dibujo algún experimentador ingenioso logre perfeccionar el instrumento y
hacerlo funcionar.

Por lo demás, otro grande de la ciencia, Guillermo Marconi, había pensado en la posibilidad de ponerse en
contacto con el mundo espiritual mediante las ondas hertzianas: lo confirmó la esposa después de la muerte de
Marconi.

Como para muchos otros fenómenos paranormales, no tenemos una interpretación definitiva para las
misteriosas “voces” que se graban por sí solas en la cinta: ¿voces de muertos o proyecciones de los vivos? Una
vez más no tenemos respuesta. Interprétese como se quiera, el fenómeno merece ser ulteriormente estudiado
porque, igual que buena parte de la casuística parapsicológica, representa un auténtico desafío a la
parapsicología.

b. Las psicoimágenes. Por “psicoimágen” se entiende el presentarse en la pantalla televisiva imágenes de


naturaleza paranormal. El fenómeno es más reciente que el que acabamos de describir y constituye, según
parece, una evolución de ése. Por lo demás, es un fenómeno muy raro, que no se deja reproducir con la misma
frecuencia de la psicofonía, al menos por ahora.

Los resultados hasta ahora más válidos fueron obtenidos por el alemán Klaus Schreiber, muerto
repentinamente en 1988 a los sesenta y seis años de edad. La historia de Schreiber prácticamente es la historia
de la psicovisión, por lo cual vale sin duda la pena narrarla. Pero hay que anotar que Jüirgenson y otros
experimentadores habían captado sobre sus grabadoras “voces” que preanunciaban la inminente aparición en
la pantalla televisiva de rostros y figuras de difuntos.

Klaus Schreiber había tenido una vida difícil y atormentada: había perdido dos hijos, Karin por enfermedad a los
diecisiete años, y Robert en dramáticas circunstancias, y también se le había muerto la primera esposa. Pero
Schreiber había logrado salir adelante: tenía otros tres hijos y había tenido la fortuna de casarse por segunda
vez con una mujer con la que iba perfectamente de acuerdo. Después se enfermó, artritis y bronquitis crónicas,
y quedó pensionado con anticipación. Pero siguió trabajando: se dedicaba al jardín, paseaba, se encontraba
con los amigos.

Precisamente en una reunión con ellos sucedió algo que revolucionaría su vida. Esa noche uno de los presentes
dijo que había oído hablar por radio de las “voces del más allá”, e inmediatamente se suscitó una acalorada
discusión, porque unos creían y otros sostenían que eso era imposible. Entonces Klaus Schreiber propuso hacer
una prueba: pusieron en la grabadora un casete nuevo y llamaron a un amigo de todos ellos, Peter, muerto
hacía poco después de una operación. El ambiente era de broma e, incluso, Schreiber invitó a Peter a tomar
una copa con los viejos amigos. Dejaron que pasara el casete unos minutos, y al volverlo a pasar escucharon
con gran maravilla general la voz de Peter, clara e inequívoca, que decía: “¡Salud, amigos!”.

Nadie había pronunciado estas palabras, y todos reconocieron el acento característico de Peter. Esa noche
terminaron la reunión antes de lo acostumbrado y regresaron a casa, pensativos y meditabundos. Pero esa
inesperada e inquietante grabación fue importante para Schreiber, porque le hizo nacer la esperanza de poder
volver a escuchar las voces de sus seres queridos. En efecto, desde entonces se dedicó totalmente a esa
actividad, organizó un pequeño laboratorio y empezó a hacer experimentos por horas y horas todos los días.
Los resultados no se hicieron esperar: uno tras otro sus seres queridos se hicieron oír en la grabación, dieron
noticias de ellos, lo llamaron por su nombre. La pequeña Karin le dijo que era su guía, le aseguró que estaba
bien y que era feliz, que lo seguía en su trabajo. Y Robert se demostró mucho más sereno a pesar de haber
terminado su vida terrena trágicamente.

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Después de dos años de experimentos con la grabadora, las “voces”empezaron a decir a Schreiber cosas
extrañas: “¡video! ¡Televisión! ¡Pantalla!”. En esos dos años Schreiber había adquirido total confianza en lo que
las “voces” le decían: comprendió inmediatamente que ya era tiempo de hacer experimentos con el televisor.
Compró filmadora, televisión y videograbadora, buscó frecuencias libres y empezó a pasar noches enteras ante
la pantalla televisiva en busca de señales paranormales.

Klaus Schreiber, a quien tuve ocasión de encontrar varias veces, siempre ha dicho que los resultados que ha
obtenido se deben a las indicaciones que las “voces” le han dado y también a la medianidad que mientras tanto
se ha dado cuenta de poseer y que evidentemente ha hecho posible las manifestaciones realmente
importantes que ha tenido. Schreiber no ha sido celoso de las técnicas usadas y las ha publicado sin problemas,
pero advirtiendo que probablemente funciona solo con él. En efecto, en cierto punto entra en juego la
intuición, la libre elección, y la sola técnica ya no es suficiente. Como para la psicofonía, aquí también se
necesita mucha paciencia, tenacidad, capacidad para no desistir, porque para obtener algún resultado se
requiere muchísimo tiempo.

Como ya había sucedido con la grabadora, Schreiber captó en la pantalla de televisión, y fijó con la
videograbadora las imágenes de sus seres queridos; además, una gran cantidad de imágenes de personas
desconocidas, algunas de las cuales quedaron desconocidas, mientras otras fueron reconocidas por terceras
personas. Este hecho llevó a Klaus Schreiber a descartar la hipótesis de que las imágenes que capta sean
proyecciones suyas. “Son proyecciones que vienen de la otra dimensión. Son producidas por difuntos a través
de vías para nosotros todavía incomprensibles, pero que les permiten a ellos reproducirse a sí mismos en la
pantalla igual como eran en vida, con el fin de hacerse reconocer y demostrar la propia supervivencia después
de la muerte.”

Klaus Schreiber siempre se ha hecho controlar de la mejor manera posible: por ejemplo, por el físico Errist
Senkowski, por el ingeniero Martin Wenzel, por el profesor Hans Bender, la máxima autoridad en el campo de
la parapsicología en Alemania. Todos han podido constatar que el fenómeno existe y que no es explicable en
base a los normales parámetros: algo real, de cualquier modo como se quiera explicarlo.

Mientras tanto, otros experimentadores, también en Italia, han empezado a ensayar con la psicovisión: y
curiosamente para todos ellos los comienzos están ligados a la psicofonía, por medio de la cual les han llegado
las exhortaciones a pasar a la televisión...

c. Otros métodos. La última, en orden de tiempo, influencia paranormal de un sistema electromagnético se


refiere al computador: se trata de pocos casos, pero bien documentados y hasta ahora inexplicables. El primero
sucedió hace algunos años y tuvo por protagonista al alemán Manfred Boden, cuyo computador empezó a
presentar textos no previstos en los programas: abreviaciones, frases enteras y números, con un sentido muy
preciso que extrañamente se refería al más allá, aparecían periódicamente entre los textos del computador,
aunque este no resultó defectuoso a pesar de los numerosos controles realizados, por lo que el caso (el
primero del que se tenga noticia) quedó sin ninguna explicación.

A este primer caso se añadieron después otros, el más conocido es el de Ken Webster en Inglaterra, que se
sigue repitiendo. Webster vive en la región de Chester en una vieja casa, junto con su compañera Debby:
ninguno de los dos se había ocupado de parapsicología y espiritismo, pero haciendo trabajos de reconstrucción
de la casa notaron una actividad de Poltergeist que los asustó bastante. En ese mismo período fue a vivir con
ellos una amiga llamada Nik, escritora. Para ayudarla en su trabajo, Ken Webster consiguió un computador
sencillo y lo instaló en casa. Una noche, volviendo de un paseo, Ken fue al computador para leer lo que la amiga
había escrito, pero encontró algo totalmente distinto de lo que esperaba: al comienzo de la hoja la sigla KND,
que tal vez significa Ken-Debby y Nik, y luego un texto en forma de poesía, todo escrito con mayúscula, muy
raro e inquietante, que hacía referencia a pesadillas, justos miedos, a la fe que no había que perder.

Mientras tanto seguía el Poltergeist y después de algún tiempo aparecieron en el computador otros textos que
nadie había escrito y que aparentemente habían sido compilados por el antiguo dueño de la casa, que se
quejaba de los cambios y del “robo” de su propia habitación. Después, entre el fantasmagórico autor de los
textos y Ken Webster se realizaron auténticos coloquios: llegaron más de 250 páginas de mensajes al
computador y aparecieron misteriosos escritos en el suelo, trazados con tiza. Una larga historia de personajes
del siglo XVI, en la época de Enrique VIII, el más activo de los cuales parecía ser el antiguo habitante de la casa
de Ken Webster.

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Aunque parezca extraño, también se conocen influencias paranormales por medio del teléfono: se trata de
llamadas telefónicas “imposibles”, es decir, hechas por personas que con seguridad se sabe que están muertas
o de cuya muerte se tiene información después y cuya voz se reconoce perfectamente. Estos casos se conocen
desde hace algunos años, y la colección más significativa fue hecha por los estudiosos norteamericanos D. Scott
Rogo y Raymond Bayless y publicada en un libro bajo el título Llamadas telefónicas del más allá. Estos dos
estudiosos son personas de probada seriedad y su investigación se basa en estudios muy cuidadosos,
interrogatorios a testigos, controles de las situaciones. No hay, pues, motivo para dudar de lo que se lee en su
libro, aunque el material es mucho más insólito del hasta ahora presentado.

Entre los muchos casos que se podrían citar, he aquí dos muy característicos: uno se refiere a una llamada
telefónica aparentemente recibida de una persona muerta desde hacía bastante tiempo, el otro una llamada
telefónica de un moribundo. El primer caso es narrado por una señora que lo vivió cuando tenía ocho años. La
hija de una amiga de familia estudiaba en el colegio y volvía periódicamente a casa; una vez, durante el viaje de
regreso, murió en un accidente automovilístico. Unos dos años después, Patricia Adams, es decir, la entonces
niña de ocho años, y la madre, estaban visitando a la amiga. Era el Día de Acción de Gracias, una de las
ocasiones en las que la muchacha acostumbraba volver a casa. Sonó el teléfono y fue a contestar la niña: la
operadora anunció una llamada interurbana, a cargo del destinatario. La niña llamó a la dueña de casa que
pasó al teléfono, escuchó, empalideció y cayó privada. Cuando volvió en sí, dijo que había escuchado en el
teléfono, perfectamente reconocible, la voz de la hija muerta que le decía: “Mamá, soy yo. Necesito veinte
dólares para volver a casa”. Veinte dólares era la suma que la madre le enviaba siempre a la hija cuando tenía
que viajar de regreso: la frase contenía, pues, una especie de señal en código, que sólo la madre podía
entender. Esto sucede a menudo en las llamadas telefónicas paranormales.

El segundo caso se refiere a tres amigos. El hecho sucedió en 1968 y tiene por protagonistas a Lee Epps de
Toledo en Ohio (Estados Unidos) y a sus amigos Don y Ethel Owen; estos últimos eran marido y mujer, mientras
que Lee era soltero y frecuentaba muchísimo la casa de los Owen. Después Lee se trasladó a otra ciudad y las
relaciones se hicieron más esporádicas: alguna llamada por teléfono y de vez en cuando una comida juntos.
Una noche Ethel, que estaba sola en casa, recibió una llamada telefónica de Lee, que le recomendaba decir a
Don que estaba muy mal y que se comunicara inmediatamente con él. Don llamó varias veces a casa de Lee,
pero sin obtener respuesta. Después se supo que la noche de la llamada Lee se encontraba en estado de coma
en el hospital y que había muerto a las 10:30, hora en la que Ethel había recibido su desesperado mensaje.

¿Qué pensar de esta casuística, que es bastante numerosa? Y ¿qué pensar de las otras influencias
paranormales sobre sistemas electromagnéticos de los que hemos hecho alusión brevemente? Ciertamente, se
trata de efectos psicocinéticos, es decir, acción de la psiquis sobre la materia, pero nos encontramos ante el
dilema de siempre: ¿proyecciones de vivos o intervenciones externas? Como siempre, no hay respuesta
definitiva, y cada uno debe decidir por sí mismo qué interpretación le parece más merecedora de ser tenida en
consideración.

A continuación presentaremos unas efemérides de los principales hallazgos de la TCI:

1928 - Thomas Edison trabaja en un aparato que usa productos químicos como permanganato de potasio.
Tenía la voluntad y la esperanza de que eso le permitiera la comunicación con los muertos.

1936 - Atila Von Szalay comienza a experimentar con una grabadora y un reproductor de sonidos con aguja de
la marca Packard Bell, intentando captar voces paranormales por medio de grabaciones en fonógrafo. Consigue
algunas voces, pero de pobre calidad.

1956 - Raymond Bayless se reúne con Atila Von Szalay en los experimentos y escribe un artículo para el Journal
of The American Society for Psychical Research, publicado en 1959.

1959 - Friedrich Juergenson, artista sueco y productor cinematográfico va a un bosque para grabar el canto de
los pájaros. Al reproducir los sonidos grabados descubre voces paranormales. Después de cuatro años de
grabaciones experimentales, convoca una conferencia internacional con la prensa para anunciar al mundo lo
que había descubierto.

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1964 - El primer libro de Juergenson sobre este tema aparece en Estocolmo con el título de Roesterna fraen
Rymden (Voces del Universo). Atila Von Szalay capta en cinta magnetofónica, por la primera vez, la voz de sus
parientes fallecidos.

1965 - El Dr. Konstantin Raudive, un filósofo letón, visita a Juergenson y concluye que el fenómeno es genuino y
comienza sus propios experimentos en Bad Krozingen, Alemania.

1967 - El médium alemán Sigrun Seutemann dice incorporar a Thomas A. Edison y le enseña a desarrollar un
aparato capaz de grabar las “voces del Más Allá”. Edison también dio algunas sugerencias sobre como
modificar los aparatos de TV y sintonizarlos en 740 MHz para obtener efectos paranormales. (Sesión grabada
en cinta magnetofónica por Paul Affolter, en Liestal, Suiza). Franz Seidl de Viena, desarrolla el “Psicofone.”
Theodor Rudolf, de Alemania, desarrolla un “goniómetro” para los experimentos de Raudive.

1968 - El Padre Leo Schmid de Oeschgen, en Suiza, fue enviado a una pequeña parroquia con el objetivo de
darle tiempo para experimentar con la grabación de voces. Su libro Wenn die Toten Reden [Cuando los Muertos
hablan] fue publicado en 1976, poco después de su muerte. Raudive publica su libro Unhoerbares wird Hoerbar
[Lo Inaudible se torna Audible] como resultado de las 72.000 voces que él mismo grabó.

1971 - La editorial Colin Smythe de Inglaterra publica en inglés una edición ampliada del libro de Raudive An
Amazing Experiment in Electronic Communication with the Dead [Un Sorprendente Experimento de
Comunicación Electrónica con los Muertos]. Marcello Bacci y sus colaboradores en Grosseto, Italia, realizan
contactos semanales con los Espíritus, los cuales continúan hasta hoy día.

1970 a 1980 - Se forman varias organizaciones en Europa y los Estados Unidos con el fin de experimentar y
estudiar las implicaciones de la EVP. La Verein fuer Tonbandstimmenforschung fue fundada por Hanna
Buschbeck en 1975 y más tarde dirigida por Fidelio Koeberie. La Forschungsgemeinschaft fuer Tonbanstimmen
comenzó en 1984 y fue dirigida por Hans Otto Koenig y después por el Dr. Ralf Dietermeyer quien edita la
publicación Die Parastimme. La AA-EVP (American Association: Electronic Voice Phenomena) fue fundada en
los Estados Unidos por Sarah Estep.

1971 - Paul Jones, G. W. Meek y Hans Heckmann abren un laboratorio en los Estados Unidos. Esta es la
primera investigación en firme para desarrollar un sistema de comunicación de la voz en los dos sentidos
mucho más sofisticados que el equipo usado en la EVP.

1973 - Joseph y Michael Lamoreax en el estado de Washington, tuvieron éxito en la grabación de voces
paranormales después de leer el libro de Raudive.

1975 - William Addams Welch, guionista y dramaturgo de Hollywood, escribe Talks with the Dead
(Conversaciones con los Muertos).

1978 - William J. O'Neil usando una banda lateral de radio modificada obtiene en poco tiempo contacto con un
médico americano quien manifestó que había muerto cinco años atrás

1980 - Investigadores de varios países observan las imágenes de los muertos que se presentan
esporádicamente en sus televisores.

1981 - Manfred Boden en Alemania Occidental obtuvo registros espontáneos de espíritus comunicantes a
través del computador.

1982 - George W. Meek realiza un viaje alrededor del mundo para distribuir registros grabados en cintas
magnetofónicas de 1-6 fragmentos de la comunicación entre William J. O'Neil y un científico americano que
había muerto hacía 14 años. También distribuyó un informe técnico de 100 páginas donde presentaba
diagramas del montaje, fotos, datos técnicos y orientación para la investigación. Al retornar a Washington D. C.
convocó una conferencia con la prensa y distribuyó gratuitamente las cintas magnetofónicas y los manuales
técnicos para los representantes de la prensa, radio y TV.

1982/88 - Hans Ofto Koenig en Alemania Occidental, desarrolla un sofisticado equipo electrónico que usa
osciladores con una frecuencia de pulsaciones extremadamente baja, luces ultravioleta e infrarroja, etc.

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1984/85 - Kenneth Webster, en Inglaterra, recibió, a través de diferentes computadores, 250 comunicaciones
de una persona que murió en el Siglo XVI. La mayoría son textos en inglés, los cuales son una disertación sobre
hechos históricos y detalles personales que darían soporte enteramente a cualquier investigación bibliográfica.

1985/88 - Jules y Maggie Harsch Fischbach, en Luxemburgo, desarrollan y operan dos sistemas electrónicos
superiores a cualquiera de los equipos desarrollados hasta ese entonces para la EVP. Esta comunicación se
torna significativamente más confiable y repetitiva que los sistemas elaborados anteriormente.

1985 - Klaus Schreiber, en Alemania Occidental, con la asistencia técnica del ingeniero Martin Wenzel,
comienza a obtener imágenes de las personas muertas en el tubo de imágenes de la TV usando sistemas de
feed-back opto-electronic. En muchos casos se logra la identificación de la imagen, la cual es seguida por
comunicaciones de audio, incluyendo dos contactos con personas fallecidas a través del audio-video de
Schreiber.

1987 - Jules y Maggie Harsch-Fischbach con la asistencia de un colega “del otro lado”, del mundo de los
espíritus, consiguieron imágenes de TV en secuencia y de buena calidad.

1987/88- Jules y Maggy Harsch-Fischbach establecieron contacto a través del ordenador debido a las
magníficas orientaciones y asistencia de los colaboradores del otro mundo. Esto permitió resolver cuestiones
técnicas con bastante rapidez.

1990 - Captan la primera transfotografía. En 1995, perfeccionan sistema y logran captar imágenes en colores.
Más recientemente, han obtenido aportes de plantas en su laboratorio de TCI en Luxenburgo.

5.4. MISTICISMO Y FENOMENOLOGIA PARANORMAL

Existe una vastísima fenomenología que traza la frontera entre lo parapsicológico y la presunta intervención
divina. Se denomina fenómenos preternaturales, y a menudo son considerados una parte del proceso de
beatificación o canonización de los santos.

Muchos de estos fenómenos –si se comprueban y son reales- podrían tener explicaciones normales, sin
necesidad de acudir a interpretaciones parapsicológicas y mucho menos intervenciones extra-mundanas. No
obstante, algunos parapsicólogos e investigadores de eventos anómalos se han ocupado de estos fenómenos.
La mística religiosa al respecto ha clasificado algunos de ellos.
A continuación describiremos brevemente algunos de estos fenómenos:

5.4.1. Estigmatización

La estigmatización es un fenómeno que consiste en la aparición de estigmas en el cuerpo humano, las heridas
que fueron producidas en el cuerpo de Cristo durante su pasión. Casi todas las personas estigmatizadas han
sido Católicos romanos, pero en este siglo han habido casos reportados en los medios de prensa de algunos
protestantes y Dumas consignó musulmanes con estigmas que reproducían las heridas de Mahoma; sin
embargo no hay mayor información disponible.

En la mayoría de los casos, los estigmas son heridas en las manos y en los pies que corresponden a los clavos
con los cuales Cristo fue crucificado; aunque también puede haber una herida en el pecho que produce la
punta de lanza con la cual un soldado romano puso fin a su agonía. Hay otras marcas menos frecuentes, como
la corona de espinas de su cabeza, la flagelación y las heridas de sus rodillas causadas por las caídas durante el
ascenso al Calvario; éstas también están presentes, variando enormemente en detalle de uno a otro
estigmatizado.

Después del primer caso, el de San Francisco de Asis en 1024, hubo cerca de 321 casos hasta fines del último
siglo. Este número es controversial porque Imbert-Gourbeyre hizo una lista de muchos casos inciertos y no-
controlados y otros que escaparon a su recopilación, pero hasta el presente esta lista no se ha corregido. De
acuerdo a ésta ha habido, en promedio, 30 casos por siglo, excepto los siglos XVI y XVII cuando se registraron
80 de 114 casos, respectivamente.

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Estudiando siglo por siglo la distribución geográfica de los casos en Italia y en Europa, se puede ver que la
dinámica del fenómeno es similar a la de una epidemia: hay un foco de inicio (13ra.C., Umbria, donde se
verificaron tres estigmatizaciones) hay una multiplicación centrífuga de casos que invaden progresivamente
toda Italia y Europa hasta que casi desaparecen en el siglo XIX. En el siglo XX han habido de 80 a 137 casos y,
teniendo en cuenta el pasado, el fenómeno solo se observó en Europa, en este siglo también han habido casos
en los Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica, África e India. Es interesante notar que los estigmas se ven con
frecuencia en mujeres.

La morfología del estigma varía enormemente; las heridas en las manos y los pies pueden ser
circulares, cuadradas, ovales, o solo puntos. En general se encuentran en el centro de la palma o las plantas de
los pies, pero ha habido casos donde se localizan por fuera de un centro. Pueden ocurrir sólo sobre la mano
(perdiéndose en las palmas), ser superficiales o profundos, o al punto de tomar todas las manos y los pies, estar
crecidos, y cubiertos por un material que parece la cabeza de un clavo (probablemente una crosta hemática).
Pueden permanecer abiertos, frescos y sangrantes, por un período de meses o años, o pueden aparecer sólo
una vez al año, durante la Semana Santa, estando completamente ausentes durante los otros meses del año.
Pueden cambiar de forma, tamaño y profundidad de un momento a otro, o reaparecer siempre en el mismo
sitio como la primera vez.

Los estigmas no pueden ser definidos como heridas –lesiones que aparecen sólo después de una
incisión o un corte– y como no son producidos por instrumentos cortantes, no tienden a sanar como si fueran
llagas. No son un defecto local en la superficie de la piel producida por la cascarilla de un tejido necroso, por lo
general alrededor del nuevo tejido vascular, llamado granulación de tejido, que indica la actividad del
organismo para sanar las lesiones; no son úlceras, que son generalmente una excavación de los tejidos
superficiales de un órgano de la piel con signos de cicatrización, ya que éstos no producen granulación de
tejidos. En cualquier caso, se los llama comúnmente heridas y, debido a que están caracterizados por una
alteración de los tejidos, éste es el nombre más cercano a su naturaleza anátomo-patológica. Un término más
médico sería lesión, pero es demasiado genérico.

Como estableció Benedicto XIV (1675-1758, Papa 1740-1758), los estigmas se pueden distinguir como
naturales, sobrenaturales o preternaturales (o incluso humanos, divinos o diabólicos) y tener seis
características anatomopatológicas diferenciables de otros tipos de lesión: (I) repentina en apariencia, (II)
grandes modificaciones tisulares (III), persistencia e inalterabilidad pese a toda terapia, (IV) hemorrágica, (V)
ausencia de infección o supuración, y (VI) v repentina y perfecta desaparición.

Ninguna de estas características (particularmente la rápida aparición/desaparición y la ausencia de


supuración) se puede explicar por las leyes normales de la patología general y la anatomía patológica, y la
Iglesia Católica ha considerado a los verdaderos estigmas fenómenos milagrosos (por ej. no pueden ocurrir sin
la intervención directa de Dios). Aún así, la opinión de las autoridades religiosas respecto a los estigmas no
siempre ha sido favorable y, especialmente en los últimos dos siglos, quienes padecieron los estigmas han sido
ocultados, burlados, e incluso perseguidos.

5.4.2. Bilocación

Entre 1620 y 1631 aproximadamente, una monja concepcionista franciscana española llamada María Jesús de
Ágreda (1602-1665) “voló” desde Soria hasta el actual estado norteamericano de Nuevo México en más de 500
ocasiones. Así consta, al menos, en la causa abierta por la Santa Inquisición contra la monja en 1635, y en la
que se afirma –además– que nadie en el convento notó nunca su ausencia durante aquellos vuelos, que en
ocasiones se repetían hasta dos veces en una misma jornada.

Algo más de 11.000 kilómetros separan Soria de Isleta Pueblo, una de las localidades de Nuevo México donde
aún se guarda memoria de los “paseos” de sor María Jesús de Ágreda. Hoy se necesitan más de diez horas de
avión para cubrir una distancia similar entre Madrid y Albuquerque, sin contar con otros pequeños
inconvenientes de la modernidad, como los desfases horarios o las escalas que se necesitan para unir dos
puntos tan lejanos entre sí. ¿Cómo, entonces, se explica que una mujer de apenas 18 años de edad comenzara
a desplazarse hasta Nuevo México, y que incluso allí se dedicara a repartir entre los indios rosarios y otros
objetos litúrgicos al tiempo que les instruía sobre las «verdades» de la fe cristiana?

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Los devotos no necesitan muchas explicaciones: desde muy niña, tras sentirse fascinada por una obra de Lope
de Vega en la que éste hablaba de la necesidad de evangelizar a las almas paganas de los indios, la joven María
Coronel (así se llamaba antes de profesar como religiosa) se sintió fuertemente atraída hacia las Indias.
Circunstancialmente, sus padres se separaron para fundar sendos conventos de clausura, lo que permitió a
María entregarse a una vida mística de contemplación y aislamiento del mundo real... y proyectarse de alguna
forma desconocida y aún no desvelada hasta los actuales estados de Nuevo México, Arizona y Texas (EE UU).

Sus “viajes” se produjeron poco tiempo antes de que la diócesis de México decidiese mandar evangelizadores
hasta aquellos territorios inexplorados, allanando de forma considerable la tarea que éstos tenían previsto
acometer en breve. Finalmente, cuando llegaron los primeros franciscanos encabezados por fray Alonso de
Benavides, se tropezaron con un espectáculo singular: miles de indios salían al paso de la comitiva de los frailes
pidiéndoles encarecidamente el bautismo. “Preguntado a los indios que nos dijesen la causa por la que con
tanto afecto nos pedían el bautismo y religiosos que los fuesen a adoctrinar puede leerse en el Memorial que el
padre Benavides redactó para Felipe IV en 1630, respondieron que una mujer aquélla que allí teníamos pintada
(que era un retrato de la madre Luisa de Carrión), les predicaba a cada uno de ellos en su lengua.”

No es extraño que los frailes recurrieran, para tratar de identificar aquella mujer, a sor María Luisa de Carrión
(1565-1636), famosa en su provincia natal, Palencia, por sus milagros y presagios y porque entre todos ellos era
bien conocida su “costumbre” de desdoblarse y aparecer en los lugares más peregrinos. Sin embargo, ni los
colores de su hábito (marrón, por más señas), ni los rasgos ancianos de su rostro en las fechas de la
evangelización de Norteamérica se correspondieron con la fémina descrita por los indios. Había, pues, que
seguir buscando a la responsable de aquellos actos.

Scott Rogo sugería por su parte en 1982 que lo que en realidad se manifiesta durante la bilocación es una
“representación ectoplasmática o etérea de la persona, que se envía a un lugar distante durante el milagro.”
Sin embargo, el padre pasionista Antonio Artola, que desde Bilbao ha empujado la causa para la beatificación
de la monja de Agreda, defiende todo lo contrario: que los bilocados dejan en su lugar habitual una suerte de
“reflejo” de ellos mismos, mientras que su cuerpo viaja automáticamente a otros lugares. Quizá ambas
explicaciones no sean contradictorias, y existan una y otra clase de experiencias, lo que aclararía por qué unas
veces el sujeto bilocado recuerda su punto de destino -pero nunca el método o forma de “transporte” y otras
se muestra asombrado de que un «doble» suyo haya estado actuando como si fuera él en otro lugar.

Desde 1971 existe en Virginia, USA, el Instituto Monroe, que investiga esta clase de experiencias, y que ha
contribuido como ninguna otra institución a describir este tipo de episodios psíquicos. De todos ellos siempre
ha quedado claro que los “viajeros astrales” no eran capaces de interferir con la materia y que rara vez eran
vistos por terceras personas. Este tipo de desdoblamientos no ofrecen, pues, una explicación satisfactoria al
amplio mosaico de detalles que acompañan a las bilocaciones y no deben como han tratado algunos
parapsicólogos ser aplicadas como llave maestra que «explique» uno de los fenómenos místicos más
fascinantes que se conocen.

¿Por qué me resulta tan interesante determinar si durante una bilocación se pueden trasladar o no objetos
físicos? Por dos razones principales. La primera, para desestimar la naturaleza “astral” del fenómeno de la
bilocación puesto de moda en los últimos años por autores como Robert Monroe, que sostienen que los viajes
astrales o las experiencias fuera del cuerpo podrían explicar tales casos. Y la segunda, porque el traslado
instantáneo de objetos físicos de un punto a otro del espacio, tiene mucho que ver con otro enigma: la
teleportación. En las teleportaciones, personas y materia parecen desvanecerse de un lugar y aparecer en otro,
alejado unas decenas o unos miles de kilómetros, sin que exista explicación física aparente.

Tampoco la bilocación es patrimonio exclusivo de santos, beatos o personas muy vinculadas al cristianismo. Sin
ir más lejos, en 1975 dos respetados miembros de la prestigiosa American Society for Psychical Research
(ASPR), Karlis Osis y Erlendur Haraldsson, investigaron otra clase de bilocación a la que bautizaron como
“yóguica.” Para hacerlo, se trasladaron a la India para seguirle la pista al controvertido guru Sri Sathya Sai Baba.
En su estudio se encontraba perfectamente documentada una bilocación vivida por Baba en 1965, y que tuvo
como escenario la casa familiar de Ram Mohan Rao, director de una escuela técnica en Kerela, ubicada muy
lejos de la residencia de Baba en aquella época. El informe dice textualmente que “un sadhu parecido a Sai
Baba (a quien sólo conocían por fotografías) estuvo en casa del director de la escuela durante más de una
hora.” Y añade: “cantó con ellos algunas de las canciones de Sai Baba, manipuló objetos y regaló presentes que
los anfitriones todavía conservan. Pocos meses después del incidente, un investigador local mostró un retrato
de Sai Baba a una muchacha de la escuela superior que había estado presente en el encuentro y le preguntó si

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conocía a aquel hombre. La muchacha le respondió sin ninguna vacilación que era el que había visto en la casa
del director de la escuela.”

5.4.3. Incorruptibilidad

Tras la muerte del futuro “santo incorrupto,” las personas que atienden al fallecido perciben una fragancia
inusual que puede durar días, semanas e incluso años. Célebre es, en ese sentido, el caso de santa Teresa, cuyo
cuerpo incorrupto emanaba “olor de santidad.”

Además, es clásica la ausencia de rigidez cadavérica, y aunque todos los cuerpos incorruptos están sometidos a
la lógica descomposición natural de los tejidos, ésta puede demorarse siglos enteros. Otra característica
sorprendente, que se encontró al examinar cuerpos incorruptos como el de santa Catarina de Bolonia, es que
después de meses o años muertos, algunos cuerpos se desangran. Otros conservan su temperatura durante
días y, por último, en casos como el de los restos mortales de san Felipe Neri, transcurrido un tiempo de su
muerte, éstos cambian brazos de lugar o levantan alguna extremidad de forma espontánea.

Sin embargo, ¿debemos interpretar la incorruptibilidad como un prodigio propio del misticismo? La respuesta
no es tan clara como parece, pues en ese sentido deberían haber evitado su descomposición santos tan
definitivos en la historia del cristianismo como san Francisco de Asís, santo Domingo, san Ignacio de Loyola o
san Vicente Ferrer. En cualquier caso, la incorruptibilidad no es un proceso que afecte siempre a todo el
cuerpo. Especialmente desconcertantes son casos como el de san Antonio de Padua, del que se conserva
únicamente su lengua porque el resto de su cuerpo se desintegró... Y no es un caso único: también san Juan
Nepomuceno nos legó la misma parte de su cuerpo, que se conservó intacta al menos hasta 1725, cuando, 382
años después de su muerte, el papa Benedicto XIV la describió como de tamaño, color y forma normales y
todavía suaves y flexibles.

Ni en su lecho de muerte los místicos se han librado de protagonizar fenómenos extraños. El más frecuente de
ellos es la emanación de un olor muy característico (a veces comparable al “perfume de rosas” denunciado
durante algunas apariciones de la Virgen), justo antes del óbito o durante los días y semanas posteriores. En el
Nuevo Testamento, los expertos encuentran una clara referencia a este fenómeno en la segunda epístola de
San Pablo a los Corintios (11, 15) cuando dice: «Somos el buen olor de Cristo delante de Dios», aunque se trata
de una frase que también ha sido sometida a otra clase de interpretaciones teológicas. Lo cierto es que desde
el siglo I hasta hoy no han faltado ejemplos de ese “olor de santidad”, que ha afectado a personajes tan
dispares como san Policarpo, san Simeón Estilita o la ya aludida santa Teresa. Pero, como es de «ley» en
cualquier fenómeno místico, tampoco el olor de santidad es un don reservado a los místicos. Médiums
espiritistas del siglo pasado como Stainton Moses declararon haber percibido con frecuencia cómo la
atmósfera que les envolvía se perfumaba de inmediato, e incluso tradiciones no cristianas como el budismo,
recogen episodios de esta clase.

5.4.4. Levitación

Entre la abundante documentación recogida por la Iglesia para respaldar su proceso de beatificación, se
encuentra, entre otros legajos, los testimonios escritos de personas que la vieron levitar. Especialmente
significativo es el de la hermana Ana de la Encarnación de Segovia, que vio cómo la santa de Ávila se elevaba
algunos palmos del suelo durante sus oraciones, y cómo, al recuperarse, ordenó a la atónita testigo que
guardara silencio absoluto sobre lo visto.

Herbert Thurston, un jesuita británico autor de un voluminoso estudio sobre esta clase de fenómenos. Así,
nombres prominentes como san Francisco, según biógrafos de su época como el hermano Leo, o San
Buenaventura, o San Ignacio de Loyola, que fue visto mientras levitaba en 1524, en varias ocasiones, en plena
Barcelona, forman parte de la extraña “élite” de los santos levitantes.

Aunque, sin duda, el más claro ejemplo lo encontramos en San José de Copertino, un místico italiano que vivió
durante el siglo XVII, y que se elevó en más de cien ocasiones. Uno de sus “vuelos” más famosos tuvo lugar en
1645, cuando el embajador español ante la Santa Sede se detuvo en el pueblo de Copertino y vio, para su
asombro, cómo el santo se despegó del suelo en medio de la iglesia conventual volando hasta los pies de una
estatua de la Virgen emplazada de un retablo, y flotó frente a ella durante todo el tiempo que duró su oración.

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Pero, al igual que sucede con la práctica totalidad de los fenómenos místicos, la levitación no es patrimonio
exclusivo de santos y beatos. Aunque, eso sí, a diferencia de los vuelos de personas laicas, generalmente
médiums del siglo pasado, como D.D. Home, quien llegó a ascender ante testigos notables como Leon Tolstoi,
las elevaciones de los santos se producen indistintamente en el interior o exterior de viviendas, de día o de
noche, con luz tenue o cegadora, y sin que generalmente medie sospecha alguna de truco o fraude.

5.4.6. Xenoglosia

Xenoglosia es un vocablo creado por Charles Richet. Procede del griego xenos (extraño) y glossa (lengua). Con
él, pretendió definir una de las anomalías que se producían durante las sesiones mediúmnicas del siglo pasado,
y en las que los mediums hablaban en lenguas desconocidas para ellos, que en pocas ocasiones eran
identificadas y traducidas. En ese entorno espíritualista, aquellas manifestaciones se interpretaron
inmediatamente como la posesión que los desencarnados hacían de los médiums, obligándolos a hablar en sus
lenguas de origen. Sin embargo, el misterio tiene una edad muy anterior al siglo XIX. Ya en el siglo XVI se
hablaba de la existencia de un «lenguaje de los ángeles», que sólo unos pocos conocían por una suerte de
ciencia infusa.

Aún anteriormente, en el Nuevo Testamento se explica, durante el episodio de Pentecostés, cómo una especie
de lengua de fuego se sitúa sobre las cabezas de los apóstoles y tras ello comienzan a predicar en lenguas que
desconocen. Pero, sin duda, el máximo apogeo de este fenómeno se produce durante la edad de oro de los
místicos y culmina con modernas iluminadas como Teresa Neumann, quien en estado de éxtasis hablaba en
perfecto arameo, tal y como confirmaron orientalistas alemanes de reconocido prestigio como Wuzt.

Las hipótesis que se barajan son bien diversas: desde las que apuestan por la criptomnesia (esto es, la
existencia de una memoria oculta de recuerdos y lecturas retenidas inconscientemente), la criptesia (personas
que son capaces de leer libros cerrados o a través de cuerpos opacos), la “pesca telepática” (en la que el
místico o el médium captan el idioma de la mente de alguien que lo conoce), hasta la “registro akáshico,”
desde donde el idioma es capturado de los discutidos registros akáshicos de forma más o menos consciente.

5.4.7. Luminiscencias

Uno de los muchos biógrafos de San Ignacio de Loyola, narra que cuando éste fue visto elevarse sobre el suelo,
una tenue luz se dejaba ver en la estancia sin que nadie supiera indicar su procedencia. En abril de 1608 –según
se puede leer en el Processus Ordinarius cursado para determinar la santidad del monje italiano Bernardino
Realini– un tal Tobías da Ponte acudió hasta la celda del beato para pedirle consejo. Decidió aguardar, hasta
que una fuerte luminosidad comenzó a salir de la estancia. Intrigado, da Ponte empujó la puerta y vio a fray
Realini levitando a unos centímetros del piso, de rodillas, y rodeado por una intensa luminiscencia.

No en vano, algunos críticos de esta clase de fenómenos, como el francés Aimé Michel, apuntan a que
semejantes fenómenos luminosos pudieron dar pie a las representaciones artísticas de la aureola que envuelve
a los santos. Una aureola, por cierto, a veces descrita como una especie de llamas que rodean al santo y que –
como en el caso de san Felipe Neri–, no sólo alumbran, sino que sumergen al místico en «fiebres» de tal calibre
que ningún organismo humano podría resistirlas por mucho tiempo.

5.4.8. “Incendium Amoris”

El caso de San Felipe es paradigmático en ese sentido. Cuentan sus biógrafos que no eran raras las ocasiones en
las que, en medio de un crudo invierno, era necesario abrir de par en par las ventanas de su celda y airear su
cama, ante las tremendas temperaturas que generaba aquel santo varón. Otros santos como Estanislao de
Kotska, Catalina de Génova o Verónica Giuliani sufrieron de idéntico mal, llevándoles a vivir auténticas crisis
nerviosas que pronto se conocieron como “Incendium amoris” o incendios de amor.

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Especialmente notable es el caso de la monja dominica María Villani, a quien, apenas nueve horas después de
su muerte, el 16 de marzo de 1670, se le practicó una autopsia que arrojó un resultado desconcertante. Sor
María había padecido durante sus 86 años de vida numerosos ataques de incendium amoris, pero los doctores
que ejecutaron la necropsia, Domenico Trifone y Francesco Pinto, nunca imaginaron que al abrir el cuerpo de la
religiosa se encontrarían con que el corazón estaba tan caliente... que desprendía humo.

En vida, quienes padecen de estos peculiares accesos místicos, señalan que el calor se concentra
principalmente en la garganta y el corazón, obligando al paciente a ingerir enormes cantidades de líquido. Por
lo general, aparecen los calores en momentos de especial tensión sentimental (religiosa) y pese a lo incómodo
que resulta el fenómeno, ningún santo oculta que tales calores tienen algo de placentero. Un caso destacado es
el del sacerdote capuchino Pío de Pietrelcina, que vivió hasta 1968 y cuya temperatura nunca pudo ser
determinada con precisión. O los termómetros estallaban o, en el mejor de los casos, marcaban fiebres
«imposibles» de 48 grados. Y ese, como detallaré más adelante, era sólo una de las “irregularidades” en las que
incurría a diario este peculiar religioso italiano.

En algunas ocasiones, los que sufren de esta clase de dolencia mística ganan una extraordinaria resistencia a las
llamas, siéndoles totalmente indoloro tomar carbones ardiendo entre sus manos, o acercarse a hogueras sin
sufrir por ello quemaduras de ningún tipo, como de hecho le sucedió a santa Catalina de Siena. Y es que es de
nuevo Aimé Michel quien nos recuerda que “no existe un sólo caso en el que esta hipertermia no esté
acompañada de otros prodigios, como si la aparición de la misma exigiera alguna reacción química generadora
de energía.”
Santa Lidvina murió en 1433 tras vivir sin probar bocado durante 28 años. La religiosa italiana Domenica del
Paradiso no comió nada sólido durante otros 20, falleciendo finalmente en 1533. En Alemania, la beata Isabel
von Reute permaneció en idénticas circunstancias durante tres lustros, para morir en 1420. Durante el siglo
pasado, Ana Catalina Emmerich, una vidente con fama de santidad, no sólo vivía sin comer, sino que leía el
pensamiento, levitaba y su cuerpo recibía los golpes de la pasión de Cristo cada viernes. Los médicos que han
atendido estos casos se resisten a aceptar el fenómeno, aunque han determinado una serie de características
clave del mismo: sus protagonistas son casi siempre mujeres; generalmente terminan con graves problemas de
parálisis en sus extremidades inferiores, que suelen tener arqueadas hacia adentro; tras los primeros meses de
ayuno absoluto, la piel del abdomen termina pegándose a la columna y el estómago rechaza cualquier
elemento sólido; por último, los protagonistas de estos “ayunos divinos” suelen ser personas obsesionados con
ideas religiosas o personales. No es pues, extraño, encontrarse con casos como el de Catalina de Siena, quien
murió a los 33 años de edad después de haber pasado toda su vida conventual ingiriendo tan sólo hostias
consagradas, y vomitando cualquier otro alimento que su confesor le obligaba a ingerir.

5.5. TRUCOS Y FRAUDES COMO PRESUNTOS FENÓMENOS PARANORMALES

Uno de los principales problemas de la parapsicología es la detección del fraude. Muchos se ha escrito al
respecto. Es parte de la formación de un parapsicólogo conocer un número de técnicas de prestidigitación y
magia teatral (también algunas técnicas de sugestión e hipnosis) como recurso pedagógico y como un ejemplo
de advertencia acerca de los alcances y limitaciones de los fenómenos parapsicológicos.
A continuación describiremos algunas de las técnicas más usuales en parapsicología, espiritismo, y
faquirismo que deben ser consideradas y que a menudo se prestan para el fraude y el charlatanismo, o como
formas de explotación de la fe y la creencia.

Los efectos trucados más usuales en parapsicología son: (a) transmisión de pensamiento, (b) cumberlandismo,
y (c) prácticas de los pseudo-psíquicos.

5.5.2. Efectos trucados en parapsicología

a. Transmisión del pensamiento. La transmisión del pensamiento, de operador a sujeto, es una de las ilusiones
más comunes pues a menudo no sólo es presentada en el escenario sino también ante el público callejero. Es
conocida su manera de operar: el sujeto, generalmente una mujer, está sentado en una silla, con los ojos
vendados. Desplazándose por la sala o, cuando la sesión tiene lugar al aire libre, dentro del círculo que dejan
libre los espectadores el operador muestra un objeto o recoge una pregunta e instantáneamente el sujeto
designa el objeto o contesta la pregunta.

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Cuando la experiencia es efectuada por grandes artistas como eran los hermanos Isola o Robertson y su
médium Lucile, el espectador tiene la ilusión de un fenómeno psíquico. En realidad el fenómeno no es
paranormal; la transmisión de las palabras del operador al sujeto no se efectúa por medio del pensamiento,
sino con ayuda de palabras y de ademanes, por lo que existen dos sistemas de transmisión: 19 por la palabra,
29 por el ademán. Además existen sistemas mixtos.
En general, las palabras a trasmitir figuran en listas donde reciben un número de orden; estas listas, a su vez,
también están numeradas. De manera que para comunicar una palabra bastará con enviar el número de la lista
y luego el de la palabra. Por supuesto que estos números no son pronunciados; la mayoría de las veces son
trasformados en palabras que entran en una frase banal. El sujeto efectúa la operación inversa, trasformando
las palabras en cifras que indican la palabra que debe revelar o el acto que debe efectuar.

Los códigos utilizados son muy numerosos. Pero la mayor parte derivan de un código descrito en un librito que
data de 1850. Supongamos que el operador desee trasmitir la palabra gorra. Hay una lista que ha sido
establecida para las ropas. Por ejemplo la siguiente:

1. Media
2. Blusa
3. Gorra
4. Chaleco
5. Cinturón
6. Pantalón
7. Sombrero
8. Gabán
9. Calcetín
10. Camisa

Además, el operador y el sujeto han convenido una correspondencia entré preguntas y cifras. Así, diga
significará la cifra 1, como, la cifra 2, indique, la cifra 3, conteste, la cifra 4, hable, la cifra 5, etc. Se deduce que
cuando el operador diga: “indique el objeto que estoy tocando,” el sujeto responderá inmediatamente: una
gorra.

Por supuesto que los códigos utilizados son mucho más complicados que el transcripto aquí. Es necesario tener
listas preparadas para los colores, los metales, las alhajas, el contenido de la cartera, los objetos que hay en
una habitación, los meses, los días de la semana, los aires de óperas y de operetas, etc. y, en la pregunta
planteada, el operador debe trasmitir, como hemos dicho, dos números, el de la lista y el del objeto de dicha
lista. Además un buen “transmisor” debe, en lo posible, mezclar sus palabras “claves” en la conversación hacia
el público, de modo que no se pongan en evidencia.

Como lo hemos dicho, la transmisión del pensamiento también se puede efectuar por signos. En este caso el
número del código corresponde a determinado además discreto: la posición de la mano o del pie, levantar el
pulgar del pie para que se levante la punta del zapato, la boca más o menos entreabierta, pestañeos,
fruncimiento de cejas, movimientos imperceptibles del mentón, dirección de la mirada, imposición de las
manos sobre la cabeza, etc.

Es así como la posición del brazo y de la mino permiten formar numerosas combinaciones capaces de designar
cifras. La posición del brazo derecho podrá indicar el número de una lista, y la del brazo o la mano izquierdos,
indican el número correspondiente al objeto. La ventaja del procedimiento por ademanes es, por una parte su
rapidez y, por la otra, su discreción. Su inconveniente es que el operador debe estar siempre a la vista del
sujeto y por ello es que algunos experimentadores utilizan sistemas mixtos.

¿Es necesario agregar que la venda que el sujeto tiene ante los ojos carece por completo de eficacia? Algunas
formas de trucar la venda se fundan en los pliegues de la tela, que debe ser muy fina: las partes plegadas no se
unen y dejan entre ellas una pequeña banda de medio centímetro de ancho a través de la cual es posible ver.
También es posible sacar algunos hilos de una venda opaca, colocando luego la zona adelgazada ante los ojos
del sujeto. Si se desea demostrar a un espectador que la venda es realmente opaca, ésta se le aplicará de
manera que la parte transparente quede sobre su frente.

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Los vendedores de aparatos de prestidigitación venden una venda trucada, constituida por una banda de tela
delgada, cuyos bordes están cosidos, formando un tubo plano. En su interior hay una banda análoga pero
opaca y perforada por dos aberturas que corresponden a los ojos. Finalmente, en el interior de este segundo
tubo plano puede deslizarse una tira de tela opaca que también tiene dos aberturas. Esta tira puede ser movida
por medio de los cordones que sirven para fijar la venda a la cabeza. Cuando las aberturas coinciden el sujeto
ve perfectamente a través de ella. En el caso contrario la venda es impenetrable y puede ser entregada para
revisar.

Hay vendas trucadas que permiten ver hacia atrás. Están constituidas por una ancha tira y una placa de algodón
que lleva en uno de sus bordes un pequeño espejo. Este es fácilmente disimulado por un poco de algodón o
por el dedo pulgar, cuando se muestra la venda a los espectadores.

Señalemos finalmente el hecho de que una venda no preparada permite ver parcialmente gracias a la
prominencia de la nariz. Veremos que esta particularidad puede ser utilizada en el cumberlandismo así como
en la experiencia de los objetos ocultos en paquetes y que siempre se la utiliza en la experiencia llamada del
camino trazado con tiza.

También es con ayuda de ademanes discretos que el operador puede trasmitir a su sujeto una serie de
números escritos secretamente en el pizarrón por un espectador. La operación se efectúa fácilmente por
medio de los dedos más o menos extendidos, replegados etc. Algunos sujetos y operadores adquieren una
sorprendente virtuosidad en este ejercicio. Hemos visto actuar sujetos que enunciaban las cifras con una
rapidez prodigiosa aunque los movimientos de los dedos del operador eran casi imperceptibles, aún para quien
conocía el procedimiento.

Generalmente la experiencia termina con la designación de cifras a medida que son borradas por el
prestidigitador. En este caso, éste sostiene el pizarrón con la mano izquierda, de una manera natural, y el
sujeto, algo retirado, enuncia las cifras borradas merced a las indicaciones que le dan los dedos que sostienen
el pizarrón, que evidentemente son invisibles para los espectadores porque el mismo pizarrón los oculta. Un
truco sencillo y audaz que difiere de los procedimientos que acabamos de describir, consiste en que el
operador y el sujeto se aprendan de memoria una lista de objetos que generalmente se encuentran en una
sala. Sin decir una palabra, el operador señala sucesivamente los objetos en un orden convenido y el sujeto los
va designando fingiendo dudar un poco. Este ejercicio, efectuado rápidamente, puede cerrar brillantemente
una sesión de transmisión del pensamiento realizada con ayuda de los recursos habituales.

b. Cumberlandismo. Las experiencias de cumberlandismo son presentadas a menudo con el nombre de


telepatía. En realidad el cumberlandismo no es una transmisión del pensamiento pero, cuando se lo practica
lealmente, tampoco es un truco. Es un fenómeno de naturaleza psicomotriz. Y ésta es su descripción, según
Charles Richet: “Un individuo A, escribe Ch. Richet en su Tratado de Metapsíquica, sensible o pretendiendo
serlo y, de cualquier modo muy inteligente, se compromete a adivinar el pensamiento de una persona
cualquiera teniéndola por la mano. Hace subir al escenario a una persona B, tomada al azar entre los
espectadores. El desdichado B, intimidado al verse ofrecido así como espectáculo, titubeante, torpe, toma la
mano de A. A lo hace caminar a su lado, rápida o lentamente, y por la manera de caminar de B pronto adivina,
gracias a cierta perspicacia, a donde quiere conducirlo B. De este modo llega directamente a un lugar de la sala
(el lugar en que B pensaba). Se detiene ante uno de los asistentes y, teniendo siempre la mano de B, quien
continúa dirigiéndolo con sus movimientos, revisa los bolsillos del asistente, saca un pañuelo, y lo lleva a otro
punto cualquiera del teatro; todo eso con gran sorpresa de los presentes y sobre todo de B, que ha dirigido
todo sus movimientos ¡y se imagina que A ha leído su pensamiento! En realidad A se ha limitado a interpretar
hábilmente los movimientos inconscientes, involuntarios y naturales del pobre B, quien no sabe que es él
mismo, con sus músculos, con movimientos insignificantes, quien ha dado indicaciones extremadamente
exactas. Y el público abandona la sala cada vez más convencido de que ha habido telepatía; de modo que la
creencia en la telepatía, fenómeno evidente y sencillo se impone a la multitud. Pero en este caso no hay más
telepatía que en la contracción de los músculos de una rana, excitado por una pila eléctrica.”

La percepción de los movimientos inconscientes del sujeto se puede obtener de diferentes maneras. Algunos
experimentadores sostienen solamente el índice del espectador benévolo; otros interponen una cinta entre su
mano y la del guía, lo que hace a la experiencia más impresionante pero no más difícil; otros se hacen tener la
mano izquierda levantada a la altura del hombro lo que produce una amplificación de los movimientos
inconscientes; algunos oprimen ligeramente la muñeca. Finalmente hay prestidigitadores que operan sin
ningún contacto, con los ojos vendados. Estos son guiados por los movimientos de los pies o por los de la

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fisonomía del sujeto. Ya hemos advertido que la venda utilizada no tiene ninguna eficacia. Aunque no esté
trucada, permite ver por la parte inferior, gracias a la prominencia de la nariz; si está trucada permite la visión
directa. Además, tanto en uno como en otro caso, tiene la ventaja de aislar al operador del ambiente, de
facilitar su concentración y de adormecer la desconfianza del sujeto, cuyos movimientos involuntarios son
entonces más netos.

c. Estrategias de los pseudo-psíquicos. Se puede decir que la práctica del arte adivinatorio se presenta bajo dos
aspectos: uno conjetural y el otro adivinatorio propiamente dicho. Solamente esta segunda forma de la
videncia pertenece a lo paranormal. Esta es la que solicita el consultante y es la única que debía ser utilizada en
una videncia rigurosamente honesta.

Efectivamente la “conjetura” es una operación racional. Se basa en un conjunto de deducciones lógicas basadas
en la fisonomía, la ropa, las alhajas, la actitud, la mirada, la manera de expresarse, las manos, la conversación,
etc. Permite reunir elementos de información capaces de sorprender al consultante pero que en realidad no le
dicen nada que ya no supiera.

El rostro es rico en enseñanzas. Permite determinar al primer golpe de vista el temperamento del consultante:
bilioso, nervioso, sanguíneo, linfático, y conocer también sus tendencias patológicas y su psicología general.

La forma del rostro, referida a los tipos geométricos de los fisiognomistas modernos o a los tipos planetarios de
los autores antiguos, informa con precisión y amplitud acerca de las predisposiciones fisiológicas y patológicas,
de los caracteres psicológicos y de la predestinación general del sujeto.

La ropa, las alhajas, la actitud, también proporcionan preciosas indicaciones. La manera como se presenta tina
persona indica su carácter afable, cortés o grosero, e informa acerca de su educación. La voz, por su suavidad o
rudeza, revela las tendencias profundas; la mirada permite descubrir las preocupaciones secretas; los ojos se
animan apenas se las menciona en la conversación.

Además, a menudo los consultantes se descubren durante la conversación. Muchos de ellos hablan
inconsideradamente y son los más fáciles de penetrar. Exponen con extraordinaria complacencia su pasado y
sus sentimientos. A veces los videntes se sienten embarazados por el aluvión de informaciones que recogen así
sin solicitarlas.

Pero algunas personas son reticentes. En ese caso, la gran habilidad de parte del adivino consiste no en
preguntar, sino dejarse preguntar. Es sabido que tres preocupaciones esenciales agitan a los seres humanos: el
amor, el dinero y el poder; se podrían agregar los celos. Después de algunos minutos de conversación no es
difícil descubrir el motivo que ha impulsado al sujeto a efectuar la consulta.

Las videntes utilizan también un sistema que consiste en lanzar al azar frases banales mezcladas con
designaciones exactas: fechas, nombres de lugares y de personas, etc. Ahora bien, alguna de esas frases o
alguno de esos nombres evocan casi necesariamente en cualquier persona, acontecimientos vividos, imágenes
de lugares o de individuos. Así los nombres: Luis, Santiago, Bernardo, que escribimos sin intención
determinada, hacen surgir inmediatamente en nuestro espíritu figuras de parientes o de amigos.

Apenas es enunciado un nombre conocido por él, el consultante reacciona asintiendo o confirmando y
generalmente agrega algunos nuevos detalles. Ya está indicado el camino: la vidente lo sigue resueltamente. Lo
más curioso es que bastan una o dos frases convenientes entre veinte que no significan nada, un nombre
correcto entre otros numerosos nombres cualesquiera, para que el consultante se declare convencido de haber
recibido extraordinarias revelaciones.

Este procedimiento es utilizado especialmente en las sesiones públicas, donde entre un centenar de oyentes
cualquier nombre propio encuentra siempre quien lo “tome” a veces llega a ocurrir que dos o tres personas se
declaran vinculadas al mismo, de manera que esta “pesca con caña” sólo tiene una lejana relación con la
lucidez.

5.5.2. Efectos trucados en el espiritismo

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a. Pseudo-telekinesias. El desarrollo habitual de las sesiones espiritistas de salón, que son trucadas, es el
siguiente: los experimentadores y el médium se colocan alrededor de una mesa y ponen las manos sobre ella.
Generalmente el médium es controlado por sus dos vecinos quienes sostienen sólidamente sus muñecas y
ponen los pies sobre los suyos. A veces está atado y fijado a su silla por correas, cuerdas o cintas; y algunas
veces las ataduras son precintadas o cubiertas por sellos lacrados.

El pseudo-médium produce a menudo el desplazamiento de objetos con ayuda de una de sus manos liberada
de las de quienes lo controlan. He aquí cómo opera generalmente: el control de la izquierda sostiene
fuertemente la muñeca izquierda del médium, mientras que éste se le incita a aplicar su mano derecha sobre la
de la persona que se encuentra a su derecha. Una vez hecha la oscuridad, el médium acerca su mano izquierda
a su mano derecha, retira rápidamente ésta de la muñeca del control y la reemplaza instantáneamente por la
mano izquierda, de modo que la ausencia de contacto con el control de la derecha se ve reducida a una
fracción de segundo. Entonces ambos controles están en contacto con la misma mano, mientras que la mano
liberada puede producir desplazamientos de objetos. Antes del final de la experiencia, una maniobra inversa
vuelve a poner las manos en su disposición primitiva. Eusapia realizaba hábilmente esta sustitución de manos
cuando el control se debilitaba. Carancini, que fue fotografiado en flagrante delito, y Linda Gazzera, utilizaban
habitualmente este procedimiento.

El médium Vallée también liberaba una de sus manos y entonces producía todos los fenómenos habituales de
las sesiones oscuras: rápidos golpes sobre las espaldas de los asistentes, tamborileos, vibración de las cuerdas
de una guitarra, etc. El Dr. Osty puso fin a su impostura.

Debemos observar sin embargo que el correcto aferramiento de las manos de¡ médium sigue siendo el mejor
procedimiento que se puede utilizar para evitar el fraude. Especialmente, el empleo de ataduras es
completamente ilusorio. Como lo dice justamente Price, en mi calidad de prestidigitador, afirmo que es
absolutamente imposible sujetar con seguridad a una persona en una silla con una simple cuerda y
especialmente si ésta es un poco rígida. Un buen artista en esta materia, se liberará por sí mismo de cualquier
cuerda”. Agreguemos que un buen prestidigitador se volverá a colocar casi instantáneamente sus ataduras
intactas, en el momento deseado. Sin embargo, como observa Price, “un ovillo de seda poco retorcida,
frustrará todos sus trucos. Será capaz de liberarse muy fácilmente rompiendo la seda, pero no podrá volver a
colocarse dentro de sus ataduras, condición sine qua non para todo médium atado.” Por su parte, y con la
misma finalidad que Price, el Dr. Vasse d'Amiens preconiza la utilización de catgut o de cintas adhesivas del tipo
esparadrapo.

Es positivo que los Davenport, Carancini, Harold Evans, Stanislawa P., y Albertine, para no citar otros médiums,
se liberaban fácilmente de sus ataduras efectuadas de la manera corriente y se las volvían a colocar con la
mayor facilidad. Especialmente Albertine, introducida hasta el cuello en un saco cerrado con cordones y fijado
a los brazos de un sillón con ataduras precintadas, conseguía sin embargo producir telekinesias, levitaciones de
pantallas luminosas y escritura directa, aunque ataduras y precintos se encont-raban intactos después de la
sesión. Esta médium, lo mismo que Stanislawa P., fue desenmascarada por el doctor Osty en el Institut
Métapsychique International.

El desplazamiento y la levitación de mesas se pueden obtener de diferentes maneras. He aquí una, utilizada
frecuentemente. En una oscuridad relativa, el médium desliza su pie bajo una de las patas de la mesa, hace
presión sobre la tabla con una de sus manos, en un lugar diametralmente opuesto, para equilibrar
aproximadamente el impulso del pie y mantener la mesa en una posición más o menos horizontal, y luego
levanta el pie, lo que realiza la pseudo-telekinesia de la mesa.

También puede utilizar pequeños aparatos formados esencialmente por una especie de vástago fijado al
antebrazo y que puede deslizarse bajo la mesa. Una simple tablilla o una regla sostenidas por dos o tres
pulseras, y a las que se hace avanzar bajo la tabla de la mesa, bastan para levantarla a voluntad.

Una mesita liviana puede ser levitada con ayuda de un anillo provisto de una hendidura. El médium clava
previamente en el medio de la mesa una especie de clavo de cabeza grande, pintado de oscuro, lo que se
puede hacer fácilmente al apoyar las manos sobre la mesilla. Luego, en el momento de producir la telekinesia,
hace deslizar la hendidura de la sortija bajo la cabeza del clavo y le basta con levantar la mano para levantar la
mesa.

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Un procedimiento más sencillo consiste en agregar a un anillo una especie de gancho en forma de U, pintado
de color carne, y deslizar una de las ranuras de este gancho bajo la tabla de la mesa; en este caso el truco es
invisible aún a plena luz.
También se utilizan hilos y cabellos para producir desplazamientos de objetos. Los procedimientos a que se
puede recurrir son muy numerosos. Por ejemplo se une el dedo medio de la mano derecha con el de la mano
izquierda por medio de un hilo negro de cincuenta centímetros de largo, lo que casi no obstaculiza los
movimientos y es invisible con la luz ligeramente atenuada, especialmente si el hilo es delgado. Haciendo pases
alrededor de la mesa, se hace pasar el hilo por debajo de la tabla y se lo trae hacia sí hasta que se aplique sobre
la columna central. Entonces se elevan las manos y la mesilla la sigue a distancia, en el espacio, sin ningún
contacto. Antes de que las manos sean controladas, el hilo, provisto de dos lazos, puede estar fijado en el
chaleco y es colocado en su lugar en el momento deseado. Como es bastante difícil calzar rápidamente el dedo
en un lazo pequeño, los lazos deben ser más grandes que el diámetro de los dedos.

Es evidente que en todos estos ejercicios de seudo telekinesia, la gran habilidad consiste en hacer realizar la
levitación por un cómplice quien generalmente no está sometido a control.

Los mediums utilizados para imitar los “raps” son muy numerosos. He aquí los más comunes y prácticos: Se
coloca la mano sobre la mesa con el dedo medio, cuya uña ha sido cubierta de resina, replegado. Entonces la
uña se adhiere a la tabla y la menor contracción del dedo, absolutamente imperceptible aún a pequeña
distancia, produce un pronunciado crujido análogo a un golpe. También es posible impregnar con resina la cara
inferior del dedo medio y colocar la mano extendida sobre la mesa, pero, a plena luz, el movimiento del dedo
es muy visible; de modo que el primer procedimiento es más seguro. Algunos sujetos producen ruidos
haciendo crujir una de sus articulaciones; otros utilizan el dedo gordo del pie y lo hacen resonar apoyándolo
sobre el dedo vecino y haciéndolo caer bruscamente. Algunos utilizan la ventriloquia, lo que permite hacer oír
ruidos a distancia, en los muebles o en las paredes. Además se pueden utilizar pequeños aparatos: “cri-cri”,
suela articulada, martillo americano, etc., todos estos objetos se venden en las casas de accesorios para
prestidigitación. El cri-cri es un minúsculo aparato constituido esencialmente por un pequeño bloque de plomo
en el cual se encastra una lámina de acero ligeramente convexa.

Al ejercer una presión sobre la lámina, dejándola luego escapar, se obtiene un golpe seco que imita un “raps.”
Si se coloca el instrumento dentro de un pequeño saco de tela el ruido resulta sordo y es difícil precisar su
origen.

La suela articulada tiene el aspecto de una suela común, pero en su interior hay una lámina articulada de acero
que permite producir fácilmente los “raps” al desplazar el pie en el interior del zapato. Se la puede utilizar
aunque los pies sean controlados.

b. La “pizarra espirita”. El truco de las llamadas pizarras espiritas, pertenece hoy casi exclusivamente a la
prestidigitación. Pero lo describimos porque fue ampliamente utilizado por Slade. Además, algunos espiritistas
siguen considerándolo artículo de fe.

Posiblemente se conocerá el efecto producido: dos pizarras con marco de madera y preferentemente ficticias,
es decir de cartón pintado, son presentadas, vírgenes de toda inscripción. Se las coloca una contra otra y se las
ata con una cinta. Al separarlas se comprueba que una de ellas o las dos, están cubiertas de escritura o de
dibujos. Se pueden utilizar numerosos procedimientos para obtener este resultado. Se escribe previamente el
mensaje sobre una de las pizarras se la cubre con una placa suelta (de cartón o de metal) del mismo color que
la pizarra y que ajusta exactamente en el marco. También se puede escribir sobre esta placa, aplicando su cara
escrita sobre la cara correspondiente de la pizarra. En estas condiciones, las dos pizarras parecen vírgenes.

La continuación de la experiencia surge por sí misma: se coloca la pizarra intacta sobre la preparada; se atan
juntas y, durante la operación, se las da vuelta de modo que la inferior se convierta en superior y viceversa;
entonces la placa movible se aplica a la pizarra virgen y, al separarlas, s.e las encuentra cubiertas de
inscripciones.

Con un poco de habilidad es posible entregar las pizarras antes de la experiencia para que sean examinadas, o
más bien dar la ilusión de un control. Se hace examinar la pizarra no preparada, fuego se toma la pizarra
preparada y por medio de un juego de manos se la sustituye por la primera y de ese modo se hace examinar
nuevamente la misma pizarra.

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Slade, que a veces operaba de este modo, utilizaba también una doble pizarra cerrada con llave. A favor de la
oscuridad se limitaba a retirar el eje de la bisagra, trazaba sus inscripciones y luego ponía todo en su lugar.
También se utilizan pizarras cubiertas por un rectángulo de seda negra que se escamotea en el momento
oportuno o, mejor aún, que se enrolla en el marco por medio de un sistema mecánico, para estos dispositivos
no se pueden utilizar de cerca y sólo pertenecen a la prestidigitación de escenario.

También se pueden utilizar procedimientos mis sutiles. Dos pizarras de cartón son atadas juntas por medio de
una cinta sellada con lacre. Si se oprimen los costados se hace curvar ambas pizarras en sentido opuesto y se
puede escribir sobre las caras internas por medio de un pequeño trozo de tiza fijado en una varilla metálica.
Slade utilizaba este procedimiento poniéndose en el dedo índice un dedal sobre el cual se fijaba un trozo de
lápiz de pizarra. Las pizarras pueden ser envueltas por un papel “glacé” blanco en el que ha sido escrita con
tinta en caracteres invertidos, la inscripción que se desea hacer aparecer. Con el pretexto de limpiar la pizarra,
se la humedece ligeramente, se la envuelve con el papel y la inscripción se calca.

c. Luces “misteriosas”en sesiones espiritistas. Los fenómenos luminosos son relativamente frecuentes durante
las sesiones. Son puntos luminosos, chispas, nebulosas, globos fosforescentes que aparecen en el aire, a veces
a varios metros de altura. Estas producciones se desplazan con más o menos rapidez, cambian de forma,
presentan variaciones de intensidad y luego desaparecen, a menudo bruscamente.

Antes, los fenómenos luminosos pseudo-paranormales se obtenían por medio de aceite fosforado contenido
generalmente en un pequeño frasco: al destaparlo, el fósforo se hace luminiscente a causa de la penetración
del aire; al cerrarlo la luz se desvanece. Este dispositivo es conocido bajo el nombre de lámpara de fósforo. El
médium Valentine utilizaba el aceite fosforado de una manera diferente: se frotaba con él las piernas,
levantaba su ropa en la oscuridad y trazaba en el aire círculos luminosos. De Rochas lo desenmascaró.

Ahora se utiliza de preferencia sustancias fosforescentes tales como el sulfuro de calcio, de bario o de estroncio
conteniendo rastros de impurezas. Basta con impregnarse la extremidad de los dedos para producir en la
oscuridad luces fugitivas que se hacen desaparecer cerrando la mano. Mr. Thompson utilizaba botones
fosforescentes cubiertos de esas sustancias.

Se pueden obtener globos luminosos con ayuda de globos de goma pintados de diferentes colores y revestidos
interiormente con una preparación fosforada o una sustancia química luminiscente. El médium o su cómplice
los inflan en la oscuridad, los hacen saltar (provistos de un hilo, vuelven al operador), y finalmente, los
desinflan, lo que los hace desvanecer. Se puede pintar una cara en esos globos, lo que permite obtener rostros
luminosos bastante impresionantes; si el médium es ventrílocuo puede dar a las caras una apariencia de vida.
También se utilizan cápsulas de goma conteniendo hidrógeno fosforado, fácilmente inflamable; se las aplasta
entre los dedos y producen luces, una especie de fuegos fatuos y coronas fosforescentes.

d. Pseudo-ectoplasmias. El problema de la ectoplasmia simulada está estrechamente vinculado con el de los


falsos moldes ectoplásmicos. Como es sabido, experimentadores denodados, como Aksakof, el profesor
Denton, Reimers y Oxley, Zollner, Morselli, Chiaia y especialmente Geley han tratado de obtener moldes de
miembros ectoplásmicos de manos y pies) o de rostros por medio de un procedimiento relativamente sencillo:
se coloca cerca M sujeto un cubo lleno de agua muy caliente sobre la que flota una capa de parafina fundida.
Se pide a las entidades ectoplásmicas que sumerjan sus manos o sus pies en el líquido, las retiren y depositen
los moldes de parafina después de desmaterializar el miembro. Para obtener los calcos basta con llenar los
moldes de yeso.

Los citados metapsiquistas ¿han conseguido realmente obtener moldes auténticamente paranormales? Es
difícil responder a esta pregunta pues, como lo hacemos notar más adelante con respecto a las fotografías
trucadas, a menudo los elementos del informe de una experiencia son insuficientes para permitir la formación
de un juicio seguro. Si los experimentadores ignoran la prestidigitación (y generalmente este es el caso), el
fraude ha podido deslizarse en su experimento pasando desapercibido.

Para fabricar un molde así, se pueden utilizar diversos procedimientos. En primer lugar se puede preparar
primeramente un vaciado con azúcar derretida o hielo, sumergirlo rápidamente varias veces en la parafina y
luego hacer disolver el azúcar o derretir el hielo, poniendo el molde y su contenido en agua. Se obtiene así un
molde sin junturas, de abertura estrecha, que parece provenir de un miembro ectoplásmico que se hubiera
desmaterializado después de sumergirse en la parafina.

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Como ocurre a menudo en ilusionismo, las técnicas más sencillas en las que generalmente no se piensa son las
que resultan más prácticas. El siguiente procedimiento, experimentado por nosotros, presenta precisamente
ese carácter; además tiene sobre los métodos precedentes la ventaja de poder ser utilizado durante el
transcurso de una sesión mediumnica.

Se comienza por hacerse una ligadura en el brazo y luego se lo deja pendiente, después de cubrir la mano con
glicerina; la circulación venosa se encuentra reducida y la mano se hincha progresivamente. Después de
esperar diez minutos, se sumerge la mano en la parafina fundida y se repite dos o tres veces la operación para
que la película del guante sea bastante espesa. Una vez terminada la operación se saca la ligadura y la mano
recobra su volumen normal; entonces, por medio de bruscas sacudidas en sentido vertical, se desprende el
guante. Cuando la palma llega junto a la abertura correspondiente a la muñeca, se contrae la mano y el paso se
efectúa fácilmente. Apenas sacada la mano, se oprime ligeramente el guante en la región de la muñeca para
achicar la abertura. Entonces se obtiene un molde con todas las características de un molde de origen
paranormal.

5.5.4. Proezas del faquirismo

Se designa generalmente con el nombre de yoguis a los ascetas hindúes que tratan de adquirir la santidad por
medio de la contemplación, las modificaciones y ciertos ejercicios físicos e intelectuales. La mayor parte de los
autores se han referido a los fakires, quienes a diferencia de los yoguis, han afirmado que éstos poseen
poderes sobre si mismos, sobre los demás, sobre los animales y vegetales, y sobre las cosas inanimadas:
insensibilidad, invulnerabilidad e incombustibilidad voluntarias, dominio del sistema muscular y de los aparatos
digestivo, circulatorio y respiratorio, e hiper-resistencia a la falta de aire y de alimentos.

Falsos o verdaderos, los fenómenos de faquirismo han tentado a algunos ilusionistas que se han esforzado por
reproducirlos de una manera artificial, aunque presentándolos bajo la etiqueta de paranormalidad. Las
principales experiencias que presentan habitualmente y que examinaremos sucesivamente son: (a) Cama de
clavos, (b) Escalera de sables, (c) Insensibilidad al dolor, (d) Interrupción del pulso, (e) Disminución o
aceleración del ritmo cardíaco, y (f) pseudo-levitación.

a. Cama de clavos. El fakir se tiende sobre una tabla provista de clavos. Un hombre puede llegar a apoyarse con
todo su peso sobre el pecho del fakir y sin embargo los clavos no penetran en la piel. La multiplicidad de los
clavos, por otra parte no muy agudos, es todo el secreto de la prueba. Es fácil comprender que si un hombre
que pesa setenta kilos se coloca sobre cien clavos, cada clavo no soportará sino setecientos gramos, fuerza
insuficiente para asegurar la penetración de un clavo cuya punta no es muy aguda.

b. Escalera de sables. Se presentan al público hojas de sables. Con una de ellas, elegida por los espectadores, el
empresario corta una hoja de papel, es decir que los sables parecen estar bien afilados. Entonces se los dispone
a modo de escalones, a lo largo de dos montantes y el fakir, con los pies desnudos, sube por la escalera así
formada.
La prueba se basa en los siguientes principios: en primer lugar, las hojas están afiladas en forma de bisel y
dispuestas oblicuamente. En estas condiciones, cada hoja presenta al pie, no la parte cortante, sino la parte
plana del bisel. Por otra parte, es sabido que una hoja afilada corta difícilmente si se la hace actuar
perpendicularmente sobre el objeto a cortar, pero corta fácilmente si se la hace deslizar; esto es posible
comprobarlo cuando se corta un trozo de pan. De manera que el fakir tiene la precaución de colocar el pie bien
de plano, sin hacerlo deslizar. Además, lo coloca a lo largo y no a través de la hoja para aumentar la superficie
de contacto, lo que disminuye la presión ejercida (el mismo principio que en la tabla de clavos). Finalmente,
ciertas partes del sable sobre las cuales no se apoya el pie (por ejemplo la extremidad o la base), están bien
afiladas y ellas son las que permiten cortar fácilmente una hoja de papel.

c. Insensibilidad al dolor. Ciertas partes del cuerpo, mejillas, cuello, piel de las regiones torácica y abdominal,
etc., son atravesadas por largas agujas o puñales, sin dolor aparente. Aquí, el truco es simple porque en
realidad, no lo hay. Efectivamente, las regiones traspasadas están muy poco inervadas y la experiencia se
efectúa sin dolor y hasta sin peligro si los objetos son previamente esterilizados a la llama.

Se puede hacer salir sangre a voluntad de los pinchazos. Si se retira lentamente la aguja, los tejidos no se
comprimen bastante pronto y sale sangre. Si se retira la aguja rápidamente, los tejidos se cierran e impiden que
salga sangre. Además la efusión de sangre es favorecida por el empleo de agujas aplanadas y de punta fina.

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Finalmente, la experiencia se hace más espectacular utilizando una aguja hueca, con una cabeza que constituye
un depósito. Una presión ejercida sobre esta cabeza cuya parte plana es de goma proyecta un líquido rojo por
la punta. Evidentemente con esta aguja se puede producir fácilmente el efecto deseado.

Un cuchillo con una muesca semicircular permite simular un profundo corte, La muesca, ocultada por el pulgar,
es calzada disimuladamente en un dedo o en la nariz, haciendo además de cortar. Aún de muy cerca, los
espectadores tienen la impresión de que el cuchillo está incrustado en la carne. Un poco de tinta roja
depositada previamente en el borde de la muesca, deja una huella sobre la piel que completa la ilusión. Es
preferible ejecutar esta prueba por medio de un cuchillo de doble hoja. La hoja trucada está disimulada en el
interior del cabo y el cuchillo puede ser examinado de cerca. Al pasarlo de una a otra mano, se hace girar la
doble hoja y se realiza la prueba de la manera acostumbrada. Después de la experiencia, una maniobra inversa
vuelve a poner la hoja normal en su lugar.

También se hacían introducir clavos en la cabeza con grandes golpes de martillo. Para ello, el operador
presentaba el clavo perpendicularmente a la superficie del cráneo del paciente pero, desde el primer
martillazo, lo inclinaba de modo que sólo penetrara entre la piel y los huesos.

La falta de sensibilidad a los pinchazos y cortes parece ser también atributo de esos fakires de feria quienes,
ante un público atónito, mastican y luego tragan hojas de cactus erizadas de espinas, higos chumbos y trozos
de vidrio.

En cuanto a las experiencias de insensibilidad al calor, se puede obtener cierta resistencia a las quemaduras por
medio de una capa compuesta de jabón y de una solución saturada de alumbre. La mano cubierta con esta
composición puede manipular impunemente carbones encendidos.

Gracias a este producto, hemos visto a un juglar aplicar el pie desnudo, sin quemarse, sobre una placa de hierro
al rojo, colocar inmediatamente la placa sobre sus cabellos y, finalmente pasarle la lengua. Terminaba el
ejercicio bebiendo media cucharada de aceite hirviendo, en la cual previamente había echado con disimulo un
fragmento de metal, probablemente una aleación Darcet (bismuto, estaño y plomo), cuya fusión hacía
descender la temperatura del aceite.

Es posible, sin sufrir daños, sumergir la mano en un recipiente de plomo fundido, con tal de arrojar
previamente un trozo de plomo frío en la masa líquida. Es sabido que algunos obreros metalúrgicos se lavan las
manos en un chorro de metal fundido (1500 a 1600 grados) después de mojarlas en agua. La brusca
evaporación del agua produce una capa de vapor que protege la piel contra la elevada temperatura del metal.

También se puede producir la ilusión de la incombustibilidad con menos riesgos, desplazando lentamente una
cerilla encendida sobre el borde inferior de la mano, desde la extremidad del meñique hasta la muñeca, y luego
en sentido contrario. Para realizar esta experiencia, que se efectúa sin ninguna preparación, basta simplemente
con mantener la cerilla en estrecho contacto con el borde de la mano del dedo.

Del “mismo modo, es fácil dar la impresión de incombustibilidad, introduciéndose en la boca, por medio de un
tenedor, pasas de uva empapadas en alcohol (ron o aguardiente) y encendidas. Basta con espirar ligeramente
en el momento de introducir las pasas y cerrar la boca. El peligro de quemarse es nulo; la llama se extingue
inmediatamente. Aunque es igualmente sencillo, este ejercicio es mucho más espectacular que la experiencia
precedente.

d. Interrupción del pulso. La detención del pulso se obtiene fácilmente con ayuda de una almohadilla colocada
bajo la axila. Una presión del brazo hace que la almohadilla se apoye sobre la arteria humeral y el pulso deja de
latir. Con un poco de habilidad se lo puede hacer imperceptible y luego reiniciarlo. Para el observador, todo
ocurre como si disminuyera la frecuencia del pulso. Debe notarse que algunos sujetos obtienen la interrupción
y disminución del pulso por la simple contracción de los músculos anteriores de la axila y, por consiguiente, sin
almohadilla. Diebel hacía latir al mismo tiempo, su pulso izquierdo a una frecuencia lenta o normal y su pulso
derecho a una frecuencia rápida. El truco consistía en utilizar una almohadilla para el brazo izquierdo y hacer
temblar un tendón en la muñeca derecha, de manera que el pulso arterial se confundía con el temblor.

e. Disminución y la aceleración del ritmo cardíaco. También se puede obtener el aumento de la frecuencia y la
amplitud del pulso radial, permaneciendo durante algunos instantes en estado de apnea voluntaria. Darse un

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golpe bastante violento en el codo, por supuesto con disimulo, es también un procedimiento práctico para
obtener los mismos resultados.

Hagamos notar, finalmente, que la compresión del nervio neumogástrico en la región del cuello provoca la
disminución del ritmo cardíaco y, por consiguiente, la del pulso. Pero no sabemos que este procedimiento
fisiológico haya sido utilizado por los falsos fakires.

f. Pseudo-levitación. Se coloca al sujeto horizontalmente, con la cabeza y los pies apoyados sobre dos sillas y se
le pide que se mantenga tan rígido como sea posible y coloque los brazos a lo largo del cuerpo. Entonces se
disponen cuatro operadores alrededor del sujeto, dos de cada lado. Cierran los puños y extienden el índice de
cada mano. El operador que está del lado de la cabeza y a la derecha del paciente, coloca su índice derecho
bajo la cadera de éste y su índice izquierdo bajo el hombro. El que se encuentra frente a él hace lo mismo, pero
simétricamente. El segundo operador de la derecha pone su índice izquierdo bajo la cadera, junto con el índice
de su vecino y su índice derecho bajo la pierna derecha del hombre tendido. Su camarada, que está delante de
él, hace lo mismo.

En estas circunstancias se pide a los operadores que levanten al sujeto y éstos no lo consiguen. Entonces, a una
señal dada se hace efectuar a los operadores dos profundas inspiraciones y, al finalizar la segunda inspiración
se ordena: ¡arriba! Los operadores levantan las manos y se sorprenden de la facilidad con que levantan al
hombre tendido.

El sujeto también puede estar de pie. Con un sujeto de peso mediano, siete dedos, repartidos como
explicaremos, permiten levantarlo. En este caso se necesitan cinco personas para realizar la experiencia. El
primer operador se coloca delante del sujeto y le el índice de la mano derecha bajo el mentón. El segundo
operador, colocado a la derecha del sujeto, pone su índice bajo el `codo derecho del paciente quien tendrá los
codos firmemente aplicados al cuerpo, con los brazos replegados. El tercer operador de la derecha, en cuclillas,
coloca el índice de su mano derecha por delante del taco del sujeto. Los otros dos operadores se colocan a la
izquierda de la persona que debe ser levantada y actúan lo mismo que los dos precedentes.

El secreto de esta curiosa experiencia reside en el hecho de llenar los pulmones. Cuando éstos están repletos
de aire, la caja torácica forma un punto de apoyo fijo y resistente para los músculos que se insertan, por una
parte, en los costados del pecho y los omóplatos, y por otra, en la articulación de la espalda y en el húmero. La
fuerza de estos músculos es mucho menor durante el período de espiración.

GUIA DE ESTUDIO V

1. Sintetice con sus palabras los hallazgos y conclusiones de la labor de Cleve Backster experimentando con
plantas.
2. ¿Cuáles son las categorías descritas por Rhine y Feather de conducta animal que sugiere interacción psi
entre el hombre y los animales?
3. ¿Qué diferencias encuentra entre la investigación psi en animales y la investigación de la relación psi-
animal y el hombre?
4. ¿Qué sugiere la teoría de los “campos morfogenéticos” de Sheldrake?
5. ¿A qué llamamos curación psíquica?
6. Itemice algunos antecedentes históricos sobre curaciones psíquicas.
7. ¿Qué tipo de experimentos llevó a cabo Bernard Grad con O. Estebany sobre ratones?
8. Describa el experimento de Dean usando botellas de agua.
9. ¿Cuáles instrucciones impartía LeShan a los participantes de sus seminarios de “sanación psíquica?
10. ¿A qué conclusiones arriba Rex Stanford acerca de puntos en común en los rituales de tradición shamánica?
11. Explique con sus palabras el experimento que R.H.Thouless diseñó para probar la supervivencia. ¿Cómo
cooperó Ian Stevenson?
12. ¿A que se llama “experiencia fuera del cuerpo”?
13. Describa las características que encuentra en el texto acerca de una EFC (la fenomenología de la
experiencia, duración, sensaciones, etc.)
14. ¿Qué tipo de experiencias llevó a cabo Ingo Swann?
15. Sintetice con sus palabras algunos modelos teóricos propuestos para las EFCs.
16. Describa la fenomenología de una “experiencia cercana a la muerte”?
17. ¿A qué conclusiones llega Raymond Moody en relación con las ECMs?

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18. Mencione al menos tres características de la ECM en niños.
19. Sintetice con sus palabras en caso Ravi Shankar.
20. ¿Cuáles son las principales hipótesis que explicarían el recuerdo de una vida pasada antes de concluir en la
hipótesis de la reencarnación?
21. ¿Qué diferencia encuentra entre una psicofonía y una psicoimágen?
22. Describa las características básicas de una persona estigmatizada.
23. ¿Qué es una bilocación? Sintetice el caso de Maria Jesús de Agreda.
24. Explique con sus palabras la experiencia de xenoglosia.
25. Practique y dramatice (escenificando) un efecto trucado en parapsicología, por ejemplo, uno de los
ejercicios de transmisión de pensamiento.

LECTURAS SUGERIDAS

RECIENTES ESTUDIOS Y TENDENCIAS EN LA


INVESTIGACION DE LAS EXPERIENCIAS FUERA DEL CUERPO

Carlos S. Alvarado

La experiencia fuera del cuerpo (EFC) se caracteriza por la sensación de encontrarse localizado fuera del cuerpo
físico y de percibir el medio ambiente desde esa nueva posición. La literatura sobre el tema es vasta, como
puede verse en las revisiones de Blackmore (1982), Irwin (1985a), y en mis artículos sobre áreas específicas de
investigación de este fenómeno (Alvarado, 1982a, 1982b, 1986, 1988). Pero a pesar de estos estudios, todavía
no sabemos mucho sobre la naturaleza de esta experiencia.

Tradicionalmente, la EFC se ha considerado de importancia teórica debido a sus implicaciones acerca de la


cuestión de la supervivencia después de la muerte. La aparente separación de mente a cuerpo durante la EFC
se ha interpretado como una evidencia acerca de la cual ambos aspectos del ser humano son entidades
independientes una de la otra, y que la mente (o la conciencia humana) puede existir sin el cuerpo. De hecho,
la muerte ha sido considerada por algunos como una EFC permanente. Los escritos de Bozzano (1934/1937),
Muldoon y Carrington (1951), Myers (1903), y Rogo (1973) ilustran estas perspectivas teóricas. Estos autores
apoyan el modelo de proyección según el cual la experiencia se basa en que algo -la mente, el espíritu, o una
variedad de cuerpos sutiles- sale del cuerpo llevando consigo la parte conciente del ser humano.

En contraste, muchos otros autores han defendido la posición que la experiencia es una creación psicológica
que depende de necesidades, memoria y un sinnúmero de variables cognoscitivas. Este es el caso de Eastman
(1962), Osty (1930), y más recientemente, de Blackmore (1982), Gabbard y Twemlow (1984), e Irwin (1985a).
Lamentablemente, a nivel estrictamente científico, nuestros conocimientos sobre el tema no nos permiten
considerar ninguna de estas posibilidades como demostradas.

Otro aspecto de interés para los parapsicólogos, es la posibilidad de que la EFC sea un estado de conciencia
favorable para la manifestación de fenómenos psi, de la misma forma que los sueños o el estado de privación
sensorial parcial del Ganzfeld (Palmer, 1978). Por estas razones, algunos parapsicólogos han tratado de
estudiar la experiencia en condiciones experimentales, tratando de encontrar una evidencia de la Percepción
Extrasensoria (PES), o detectar indicios físicos de la presencia del sujeto durante las pruebas experimentales
(para revisiones sobre el tema véase a Alvarado, 1982 a, 1982 b). Otros autores, como Bozzano (1934/1937)
y Hart (1954), han prestado atención a reportes de PES y de apariciones de la persona que siente que esta fuera
del cuerpo, en EFC espontáneas. Este énfasis en el aspecto parapsicológico de las EFC es evidente en los
experimentos de Tart (1968) y de Osis y McCormick (1980). Por otra parte, es posible estudiar la EFC desde
otros puntos de vista que no están directamente relacionados con aspectos parapsicológicos. Para poder
entender los interrogantes de los parapsicólogos en el estudio de las EFC es necesario abandonar
momentáneamente la forma tradicional de estudiar la experiencia. Es necesario que entendamos primero la
naturaleza de la EFC como un estado de conciencia, que sepamos más sobre la psicología y la fenomenología
del problema bajo estudio.

Variables Psicológicas

Varios estudios han tratado de relacionar la EFC con aspectos psicológicos tales como las variables de
personalidad y variables cognoscitivas (para ulteriores revisiones véase, Alvarado, 1988; e Irwin, 1985a). La

66
mayor parte de las variables de personalidad estudiadas -extraversión, búsqueda de peligro, neuroticismo- no
han revelado correlaciones significativas o hallazgos consistentes. Es decir, no tenemos evidencia acerca de lo
cual, variables de personalidad específicas estén relacionadas con la ocurrencia de esta experiencia.
Recientemente, McCreery (1993) encontró correlaciones positivas entre la EFC y diferentes pruebas de
esquizotípia que cuantifican la incidencia de experiencias de personas normales relacionadas o parecidas a
síntomas esquizofrénicos sin tener tal diagnóstico. Esto no necesariamente indica una sicopatología, sino que
abre la investigación de la EFC a nuevas dimensiones que podrían relacionar la experiencia con los mismos
mecanismos de aquellos individuos con posibles tendencias hacia la esquizofrenia. En nuestra opinión lo más
probable es que estemos tratando con mecanismos cognoscitivos comunes a estos dos grupos de experiencias
que reflejan tanto patología como fenómenos no-patológicos en la población general.

McCreery también estudió la relación entre la EFC y la anhedonia física, o la inhabilidad para disfrutar de
placeres físicos manifestados en esquizofrénicos y en la esquizotipia. Sus hallazgos muestran que las personas
con EFC tienen mejores experiencias físicas en general que los que no informaron EFC. Esto no apoya la
interpretación psicopatológica de la experiencia, y es similar a descubrimientos anteriores que encontraron
que las personas con EFC estaban mejor adaptadas a su vida y a sus problemas que las personas que no habían
tenido EFC (Gabbard & Twemlow, 1984).
Otros estudios han explorado variables cognoscitivas tales como la sensación de vividez y el control de
imágenes mentales, la tendencia a la fantasía y a la absorción. Las dos últimas variables tienden a mostrar
correlaciones positivas consistentes con la EFC (resumidas en la Tabla 1).

La tendencia a la fantasía es un concepto que agrupa a individuos que tienen una vida física y mental. Son
personas con alta incidencia de fenómenos parapsicológicos, compañeros imaginarios y fenómenos tales como
imágenes mentales sumamente vívidas. La absorción es la capacidad de utilizar la atención en aspectos
internos o externos al organismo. Incluye fenómenos tales como perder la conciencia de los alrededores
cuando la persona esta ocupada en una tarea o una acción específica y un estado de alterado de conciencia.
Tanto la tendencia a la fantasía como la absorción están relacionadas con la susceptibilidad hipnótica.

TABLA 1

LA EXPERIENCIA FUERA DEL CUERPO EN RELACIÓN CON LA ABSORCIÓN


Y LA TENDENCIA A LA FANTASÍA

Variable Estudio Significación Estadística

Absorción Gabbard & Temlow, 1984 n.s.


Glickson, 1990 n.s.
Estudio 1 .05
Estudio 2 .05
Estudio 3 n.s.
Irwin, 1980 .001
Irwin, 1981 .001
Irwin, 1985 .02
Myers et al., 1983 .001

Tendencia a la Fantasía Alvarado & Zingrone (en prensa) .01


Myers et al., 1983 .002
Wilson & Barber, 1983 .001*

 Este es nuestro análisis usando los datos de los autores.

Características de las EFC

Otra forma de estudiar la experiencia es a través de sus características, reportes tales como ver el
cuerpo físico, percibirse a si mismo en un cuerpo similar al cuerpo físico o sin ningún cuerpo, viajes a lugares
distantes, emociones tales como el miedo y sensaciones de bienestar, claridad mental, ver luces y túneles, y

67
muchas otras observaciones y sensaciones. Tales características han sido mencionadas por muchos
investigadores.

Muldoon y Carrington (1951) presentaron una compilación de casos de “proyección astral” tomados
principalmente de la literatura espiritista y parapsicológica. Los autores observaron, al final de su libro, las
siguientes características en común entre los relatos: sensaciones de flotar y de moverse, ver el cuerpo físico y
el “cordón astral” entre el “cuerpo astral” y el cuerpo físico, sensaciones de crujidos y estallidos en la cabeza,
catalepsia del cuerpo físico, pérdida de conciencia momentánea saliendo y regresando al cuerpo, sensación de
depresión antes de la experiencia, y repercusión, o la sensación de choque al regresar al cuerpo físico.

Recientemente, autores tales como Alvarado (1984), Gabbard y Twemlow (1984), Giovetti (1983), y Green
(1968) han estudiado la variedad e incidencia de la fenomenología de las EFC. Otros investigadores han
estudiado las llamadas experiencias cercanas a la muerte, de las cuales, la sensación de estar fuera del cuerpo,
es uno de los componentes más frecuentes (Ring, 1980; Sabom, 1982).

En un trabajo reciente, discutimos la importancia de estos estudios y presentamos sugerencias para el


desarrollo de un programa de investigación basado en la exploración de las características internas de la
experiencia (Alvarado, 1994). En este trabajo planteamos la necesidad de tener información más detallada
acerca de las descripciones y la incidencia de características específicas. Nuestros conocimientos actuales se
limitan casi en su totalidad a porcentajes de informes de ver el cuerpo físico, sensaciones de viajar y otras
características. Pero las características varían mucho más de lo que estos porcentajes reflejan, como puede
verse en la recopilación de casos (Crookall, 1961) y en los relatos de sujetos dotados (Muldoon & Carrington,
1929).

Características tales como obtener información verídica o ser visto como una aparición durante la experiencia
podrían tener relaciones específicas con otras variables. Es posible que tales componentes parapsicológicos de
las EFC muestren correlaciones positivas con la absorción, la tendencia a la fantasía, o el estado de conciencia
del individuo al comienzo de la experiencia. Estos aspectos parapsicológicos quizá estén relacionados con otras
características de las EFC. Por ejemplo, podría postularse que las apariciones, durante este fenómeno, están
relacionadas con la forma en que la persona se percibe a si misma durante el fenómeno, con un cuerpo o sin
cuerpo alguno. ¿Existe una relación positiva entre verse a si mismo en su cuerpo y los reportes de apariciones?
Solo futuros estudios podrán contestar este interrogante.

Nuestro entendimiento de este fenómeno, sin embargo, no puede quedar limitado a los aspectos
parapsicológicos aún cuando éste sea nuestro principal interés como parapsicólogos. Es similar a los esfuerzos
por entender los estados de conciencia alterada en relación a la PES. Por más que estudiemos a la PES en el
Ganzfeld, nuestro entendimiento de los resultados positivos obtenidos hasta ahora no progresarán mucho,
hasta que entendamos el estado de conciencia que el Ganzfeld produce (veánse los comentarios al respecto de
Stanford, 1993). Como todo en parapsicología nuestra tarea no es glorificar lo parapsicológico o separarlo de
otros aspectos del ser humano, sino entenderlo mejor en términos de su relación con otras variables y
procesos conocidos por la ciencia.

Consecuentemente, debemos considerar que el entendimiento de este fenómeno, sin embargo, no debe
limitarse a la dimensión psi, la cual podría ser periferal a la experiencia. El estudio de correlaciones psicológicas
y la fenomenología de la experiencia presentan la posibilidad de ayudarnos a comprender a la EFC en su
totalidad y, eventualmente, en relación a cada uno de sus múltiples aspectos.

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UNA COMPARACION PSICOLOGICA ENTRE NIÑOS NORMALES


Y AQUELLOS QUE DICEN RECORDAR VIDAS PASADAS 1

Erlendur Haraldsson

INTRODUCCIÓN

Las investigaciones de los casos-tipo de reencarnación (CTR) han sido de interés en primer lugar por su
verificabilidad. ¿Las declaraciones de los niños que dicen recordar su vida anterior corresponden a eventos
verificables con la vida de alguien fallecido? Hay otro enfoque potencial de investigación para estos casos, que
no ha merecido sino hasta ahora alguna atención. Tiene que ver con los aspectos psicológicos de los niños. ¿El
carácter psicológico de los niños que dicen recordar vidas pasadas permite explicar estos casos? ¿Estos niños se
diferencian psicológicamente de los otros en general?

En las discusiones críticas de los casos de niños que dicen recordar vidas pasadas, se ha argumentado que
algunos factores psicológicos o psico-sociológicos normales podrían conducir a un niño a decir que ha vivido
una vida pasada. Por ejemplo, en una revisión del Volumen 2 de Cases of the Reincarnation Type: Ten Cases in
Sri Lanka [Casos de Reencarnación-Tipo: Diez Casos en Sri Lanka] de Stevenson (1977a), Brody (1979) propuso
algunos factores potenciales: una vida de rica en fantasía, una necesidad de compensar el aislamiento social,
alta sugestionabilidad (en culturas donde la creencia en la reencarnación juega un rol fundamental), tendencias
disociativas, búsqueda de atención, y malas relaciones con sus padres, pueden provocar en el niño el decir que
pertenece a cualquier otra parte. Veinte años atrás, Stevenson (1977a) señalaba que los sujetos de estos casos
que decían haber vivido una vida en una clase socio-económica diferente que sus familias creían recordar a
menudo haber vivido en una clase social más alta que una clase social más baja. Esto podría apoyar la hipótesis
del «escape a la fantasía», pero también esta abierto a otras interpretaciones. El objeto de este informe es
probar algunas de estas hipótesis psicológicas normales.

Hay también cuestiones en relación a las características psicológicas de los CTRs que no provienen de los
críticos sino de aquellos que viven con los niños y los conocen mejor. Por ejemplo, algunas veces los
investigadores tienen casos en los que los CTRs son más maduros que otros niños, o que su dominio de la
lengua materna es extraordinario en el sentido de que ellos hablan más a la medida que se van desarrollando.
Estos casos no han sido aún seriamente estudiados. En 1973, I. Stevenson, L.P. Mehrotra, y el autor,
comenzaron un estudio psicológico de niños en India que decían recordar vidas pasadas, pero este estudio se
interrumpió abruptamente cuando uno de nosotros padeció un serio accidente de tránsito en India.

La principal cuestión del presente estudio tiene que ver con el desarrollo cognitivo de los niños que dicen
recordar una vida pasada, y el problema de si difieren de otros niños en algunos de los factores psicológicos
mencionados, lo cual podría predisponer a los niños a hablar acerca de sus supuestas vidas pasadas. ¿Las
habilidades y personalidades de los niños que dicen recordar vidas pasadas difieren en forma significativa de
otros los niños en general? ¿Muestran una mayor tendencia a fabular que otros niños? ¿Son más
sugestionables? ¿Tienden a vivir aislados socialmente? ¿Son estos casos indicadores de una mayor tendencia a
padecer procesos disociativos que otros niños?

1
Informe originalmente publicado en la Revista Argentina de Psicología Paranormal.

70
En el presente estudio, se administró una batería de tests psicológicos a un grupo de niños de Sri Lanka que
dicen recordar una vida anterior y a un igual número de niños de control, y se entrevistó por medio de
cuestionarios a sus padres y maestros acerca de la conducta de estos niños; así como también se consiguieron
sus registros escolares.

Durante los últimos ocho años he investigado más de cuarenta nuevos casos en Sri Lanka, que es uno de los
países donde se encuentran muchos CTRs cada año (Stevenson, 1977a). En pocos casos las declaraciones de
estos niños se ajustan a los hechos en la vida de las personas que vivieron antes que el niño naciera
(Haraldsson, 1991; Mills, Haraldsson y Keil, 1994). En otros casos -y son más comunes en Sri Lanka que en la
mayoría de los otros países- no se encontró a nadie cuyas vidas correspondieran a las declaraciones del niño
(ver también Cook et al., 1983a, 1983b). En algunos de estos casos «no resueltos», algunas de las declaraciones
eran lo suficientemente detalladas como para verificarse o falsificarse, pero resultaron ser falsas.

La mayoría de los niños con recuerdos activos de su vida pasada tenían entre 3 a 5 años, y algunos pocos tests
psicológicos objetivos permitieron comprender los factores mencionados en niños tan pequeños. Otra
complicación es que estos niños son raros y difíciles de encontrar; sin embargo, para una comparación más
significativa con otros niños se requiere de una muestra de tamaño más adecuado. Por lo tanto, con el objeto
de obtener una muestra suficientemente amplia para este estudio, se tuvo que incluir a todos los sujetos que
estaban disponibles mayores de 13 años. Ya que algunos de los tests no podían usarse con niños menores de 7
años, los niños en nuestra muestra alcanzaban un promedio de entre 7 a 13 años. En esta edad la mayoría de
los niños ya no hablaban más acerca de sus vidas pasadas, sin embargo todos ellos a una edad más temprana
habían hablado durante más tiempo acerca de estos recuerdos.

Parte de los datos de este estudio fueron presentados en un informe publicado en el Journal of Nervous and
Mental Disease (Haraldsson, 1995). Este informe presenta una muestra amplia, y no omite ningún detalle.

MÉTODO

Sujetos

Los sujetos eran 30 niños de Sri Lanka que habían tenido recuerdos de una vida anterior. Había 12 varones y 18
mujeres, que tenían entre 7 años y 1 mes y 13 años y dos meses. El grupo control consistía de 30 niños de la
misma edad, el mismo sexo, y del mismo vecindario, quienes no habían hablado de haber tenido una vida
anterior. La edad promedio de los niños con recuerdos era de 9 años y 4,7 meses, y 9 años y 4,1 meses para el
grupo de control (t= 1,08, N= 60, n.s.). Los niños pertenecían a una amplia zona sur y zona centro de Sri Lanka y
estaban igualmente localizados tanto en ciudades como en zonas rurales. De los 30 que incluían casos de
recuerdos de vidas pasadas, 22 habían sido previamente investigados por el autor, y solo sobre cinco de ellos
se publicaron informes detallados (Haraldsson, 1991; Mills et al., 1994). Ocho casos habían sido investigados
por Stevenson y sus colaboradores, pero no se publicó ningún informe acerca de ellos.

Tests Psicológicos

The Peabody Picture Vocabulary Test - Versión revisada (Dunn & Dunn, 1981), consiste en una lista de 175
palabras ordenadas con el objeto de incrementar la dificultad. Al niño se le lee cada ítem, se le muestra cuatro
ilustraciones en blanco y negro en una página y se le pide elegir una fotografía que ilustre bien el significado de
la palabra estímulo presentada oralmente. El test era traducido al singalés por P. Vimala. Se administraba el
test sin estar estandarizado para los niños singaleses. Incluso se usó un grupo control para comparar.

The Coloured Progressive Matrices (Raven, Court, and Raven, 1976, 1984) se lo conoce como un «test de claro
pensamiento y observación». Mide la capacidad para razonar por analogía (Raven, 1963) y es usado a menudo
como un breve test de eficiencia intelectual. Fue diseñado para niños jóvenes y estudios antropológicos con
personas que no entienden inglés.

The Gudjonsson Suggestibility Scale (GSS) (Gudjonsson, 1984, 1987) fue desarrollado para «contribuir a las
respuestas individuales de ‘preguntas direccionales’ e instrucciones con feedback negativo’ cuando se pide un
informe de un hecho eventual para recordar» (Gudjonsson, 1992). Se lee una breve historia ficticia al sujeto,
después de lo cual se le pregunta si puede relatar lo que recuerda de la historia. Entonces se le hacen 20
preguntas al sujeto acerca del contenido de la historia, 15 de las cuales son tendenciosas de alguna forma.

71
Finalmente, se le dice en forma severa al sujeto que ha cometido varios errores, y esto hace necesario volver a
las preguntas nuevamente.

Lo que el GSS mide es: (1) Recuerdo Libre (el número de ítems que recuerda de una historia); (2) Fabulaciones
(el número de ítems ofrecidos bajo el recuerdo libre que no se encontraban en la historia); (3) Producción de
Sugestionabilidad (muchos de los ítems generan previamente un feedback negativo); (4) Desvío de la
Sugestionabilidad (un cambio característico en la naturaleza de la respuesta para cada una de las 15 preguntas
sugestibles y las otras 5 preguntas no-sugestibles); (5) Sugestionabilidad Total (la suma de lo producido y el
desvío). Hay dos tipos de Gudjonsson Sugestibility Scale, la historia del Formulario 2 es más apropiada para los
niños (Gudjonsson, 1987; Danielsdottir et al., 1993). El test fue traducido al singalés y adaptado para los niños
de Sri Lanka por dos psicólogos locales (Shanez Fernando y P. Vimala).

Child Behavior Checklist -Formulario para Padres (Achenbach & Edelbrock, 1983) esta diseñado para registrar
capacidad y problemas de conducta de los niños entre 4 y 16 años. Esto también estudia la competencia social
y su desempeño escolar y revela el tipo y número de un amplio margen de problemas (118 ítems) que los niños
pueden tener. Fue administrado por P. Vimala a la madre del niño y a otro pariente cercano. El CBCL fue
traducido al singalés por P. Vimala. Nuestras sesiones fueron bastante extensas, y a sugerencia de Vimala,
decidimos no preguntar los ítems III (competencia social), IV (actividad social), y cuatro ítems adicionales (No.
59, 60, 73, 96) concerniente a problemas sexuales.

Child Behavior Checklist -Formulario para los Maestros (Achenbach & Edelbrock, 1986) fue administrado al
maestro de cada uno de los niños. El CBCL-T esta diseñado para obtener informes de los maestros acerca de los
problemas de sus alumnos, funcionamiento adaptativo, y desempeño escolar. La mayoría de los ítems son los
mismos que para el Formulario para Padres. Las figuras de desempeño escolar (grados para los resultados del
tests) fueron obtenidos directamente de las principales escuelas o de los libros de desempeño escolar de los
niños.

Métodos Estadísticos

La información para estas muestras iguales de los CTRs y los niños de control fueron analizados por el test de t
para muestras apareadas y el test de Wilcoxon. Las comparaciones entre los casos «resueltos» y los «no-
resueltos» en la Tabla 4 son analizados por el test de t de doble muestra.

Procedimiento

Cada sujeto era visitado sin previo aviso en su casa o escuela por el autor, un intérprete, y un psicólogo de Sri
Lanka. Algunos de los miembros de nuestro equipo, en la mayoría de los casos, habían entrevistado
previamente al niño/a y a sus padres acerca del caso. Los maestros nos ayudaron a encontrar un niño control
en la misma clase como el sujeto, cuyo cumpleaños estuviera más cercano al del sujeto. Si el sujeto estaba en
su casa, buscábamos un niño de control en el vecindario que tuviera una edad tan aproximada como fuera
posible. Expresamos nuestro agradecimiento con regalos y dulces y una pelota a todos y cada uno de los niños
de la casa, particularmente después que la sesión terminaba. Todas las familias cooperaron y ayudaron mucho.
El CBCL (Formulario para el Maestro) era administrado casi un año y medio después de los otros
tests/cuestionarios a los maestros de 22 a 30 pares.

RESULTADOS

Los niños que decían recordar vidas pasadas eran diferentes en varios aspectos de los otros niños, como puede
verse en la Tabla 1. Una comparación entre ellos con el grupo de niños de control reveló que su desempeño en
el Peabody Picture Vocabulary Test (PPVT) era mucho más grande (t= 5,38, N= 60, p< .001, todos los tests a dos
colas), lo cual indica que tenían un conocimiento sustancialmente más completo de palabras y una mejor
comprensión del lenguaje. Este resultado es consistente con sus altos promedios en clase con el singalés (su
lengua madre) en 69,68, comparado a 52,83 del grupo de control (t= 4,54, N= 60, p< .001).

Los resultados usando las matrices progresivas de Raven son también significativamente más altos para los
niños que dicen recordar vidas pasadas (t= 3,28, N= 60, p<.01), lo cual indica su alta capacidad para razonar por
analogía. Además, los resultados de la Gudjonsson Suggestibility Scale muestran que no son más
sugestionables que otros niños (t= -1,83, N= 60, p<. 01). No hay indicadores de que ellos fabulen más que otros

72
niños. Si se calcula el número de respuestas fabuladas en un porcentaje total de respuestas, los niños que dicen
recordar vidas pasadas muestran significativamente menos fabulaciones que los niños de control ( t= 2,43, N=
60, p<. 05).

El desempeño escolar de los niños que dicen recordar vidas pasadas es mejor que el de los niños de control, de
acuerdo a las declaraciones de sus padres con el Child Behavior Checklist (t= 5,69, N= 60, p< .0001). Lo más
importante es que su más alto desempeño escolar queda confirmado por sus grados de examinación logrados
en sus escuelas (ver Tabla 2). La media de sus grados son mucho más altos que los de los niños de control ( t=
4,13, N= 60, p< .0001). Cuando se los clasifica de acuerdo a su posición en clase (percentil= 73,8), su
superioridad como alumnos en muy obvia (t= 4,54, N= 60, p<. 0001).

TABLA 1
VARIAS MEDICIONES PSICOLÓGICAS

Materias Control Test-t pareados


(N= 30) (N= 30)
Gudjonsson Suggestibility Scale

Memoria 11,27+ 4,72 77,77+ 5,41 3,28**


Fabulaciones 3,10+ 2,17 3,73+ 3,36 -0,91
Fab.,% de resp.totales 23,00+16,50 33,67+23,62 -2,43*
Produjo Sugestibilidad 6,67+ 2,93 5,68+ 3,78 -1,13
Desvio Sugestibilidad 4,43+ 3,34 13,11+ 4,61 -1,83

Peabody Picture Vocabulary Test


117,67+27,64 98,77+27,08 5,38***

Raven Coloured Progressive Matrices


23,80+ 5,97 20,30+ 5,92 3,23**

Child Behavior Checklist -Formulario para Padres

Actividades Sociales 4,64+ 1,25 4,38+ 2,19 0,76*


Competencia Social 8,38+ 1,64 8,46+ 1,86 0,78 (N= 29)
Desempeño Escolar 2,78+ 0,36 2,20+ 0,57 5,69***
Problemas de puntaje 41,33+18,83 26,77+13,19 4,50***

Child Behavior Checklist -Formulario para Maestros

Trabajan arduamente 4,64+ 1,25 3,86+ 1,21 2,61*


Se comportan 5,07+ 1,22 3,96+ 1,29 3,43**
Aprendizaje 4,70+ 1,14 3,59+ 1,08 3,45**
Felices 4,44+ 1,22 4,26+ 0,71 0,78
Adaptación 4,82+ 1,04 3,90+ 1,01 3,66**
Puntaje del Problema 26,29+ 20,49 25,29+ 15,10 0,28

_________________
Esta tabla muestra la media y las desviaciones standard de varias mediciones psicológicas y resultados del test
de t para muestras pareadas comparando 30 niños que dicen recordar vidas pasadas y 30 niños de control.

* p< .05; **p< .01; ***p< .001 (todas a dos colas).

1. Los puntajes en bruto no son usados en ninguno de estos tests que han sido estandarizados para los niños de
Sri Lanka.
2. El maestro de una de las materias no pudo ser trazado. Los padres de uno de los niños no no nos quería
contactar con uno de sus maestros porque no querían que el maestro supiera que su hijo hablaba de una vida
anterior.

73
A la edad de 10 años, los niños de Sri Lanka participan en una competencia de exámenes a nivel nacional. Los
que obtienen excelentes puntajes consiguen ser admitidos en escuelas altamente seleccionadas. Algunos de
nuestros niños estaban en estas escuelas.

En las materias escolares que eran cursadas por todos los 60 niños (el singalés, la religión, y la aritmética) el
grupo objetivo conseguía grados significativamente más altos que los de control, especialmente en su lengua
madre, el singalés (t= 4,54, N= 60, p< .0001). Nuestros niños estudiaban diferentes materias según variaban en
edades y en asistencia a diferentes escuelas.

Además, los maestros valoraban en forma significativamente más alta al grupo objetivo en su funcionamiento
adaptativo que sus pares (t= 3,66, N= 56, p< .01); los niños que decían recordar vidas pasadas aprendían más,
se comportaban mejor en la escuela, y trabajaban más duro que sus pares (ver Tabla 1).

TABLA 2
PROMEDIOS, DESVIACIONES STANDARD Y RESULTADOS
DE LAS MUESTRAS COMPARADAS

Materias Control Test de t


(N= 30) (N= 30) pareados

Rangos de clase percentil 73,83+22,40 49,84+27,36 4,54***


Promedio de éxito escolar 64,72+19,97 50,45+18,90 4,13***
Singalés 69,68+18,95 52,83+21,50 4,54***
Religión 70,07+24,85 57,00+25,83 2,37*
Matemáticas 54,57+30,66 41,20+29,39 2,92**
Ciencias Sociales 62,59+23,95 53,81+26,47 1,54 (22)2
Inglés 51,87+29,32 47,17+29,55 0,65 (23)
Ciencia 54,86+23,46 45,77+28,30 1,73 (22)
Arte 67,54+12,22 50,54+27,43 2,61*(11)
Salud 71,20+19,78 56,90+25,50 1,72 (10)
Música 71,43+28,58 59,00+16,38 1,92 (7)
___________________
* p< 05; **p< .01; ***p< .001 (todos a una cola).

1. Medias y desviaciones standard de los grados escolares y los resultados de los tests de t de muestras
pareadas comparando 30 niños que dicen recordar vidas pasadas y 30 niños de control.

2. Número de pares entre paréntesis cuando eran más bajos que 30.

De acuerdo a sus padres, los niños que decían recordar vidas pasadas parecían tener algunos problemas de
conducta, y el número de problemas variaban considerablemente. El Child Behavior Checklist -Formulario para
Padres, reveló un puntaje mucho más alto de problemas para el grupo de control (t= 4,50, N= 60, p< .0001).
Incluso, de acuerdo a sus padres, el grupo objetivo no era más ni menos activo o socialmente competente que
otros niños. Por otra parte, de acuerdo a sus maestros (que observaban a los niños solo en la escuela) estos
niños no tenían más problemas de conducta que otros niños (t= .28, N= 56, n.s.). En efecto, parecían estar
mejor adaptados (ver Tabla 1).

Los ítems individuales del CBCL de la Tabla 3 presentan a los niños que decían recordar vidas pasadas quienes
puntuaban en forma significa más alto o más bajo que los niños de control. Por ejemplo, de acuerdo a sus
padres, son más argumentativos, más nerviosos, sienten que tienen que ser perfectos, como que están solos,
son más retraídos (tienen menos contacto social), son más confusos, son más interesados por su pulcritud y
aseo personal, hablan un montón, son temerosos y ansiosos, consiguen fastidiarse mucho, y hablan y caminan
dormidos. Algunos de los niños tienen temores; en algunos casos estos temores parecen estar relacionados a
sus supuestos recuerdos de una vida anterior (Stevenson, 1990).

74
TABLA 3
ITEMS INDIVIDUALES DEL CHILD BEHAVIOR CHECKLIST1

Form. para Padres Form. para Maestros

Habla mucho 3,31** 0,98


Nervioso, alta tensión 3,18** 0,98
Siente que el/ella tiene que ser perfecto/a 3,08*** 2,51*
Quiere estar solo/a 2,92** 2,31*
Retraído/a, no se relaciona con otro/as 2,80** 2,02*
Confuso/a o parece estar en las nubes 2,80** 0,77
Demasiado/a interesado/a en su aseo personal 2,74** 1,19
Pobre actividad escolar -2,72** -1,96
Habla demasiado 2,53** 0,71
Demasiado miedoso/a y ansioso/a 2,49** 1,43
Consigue molestarse mucho 2,53** 0,71
Habla o camina dormido/a2 2,40* -
Amenaza a la gente 2,36** 0,00
Se desconcierta fácilmente 2,28* 1,58
Obstinado/a, arisco/a o irritable 2,28* 0,35
Se rehúsa hablar 2,20 0,28
Se siente o se queja que no se lo/a quiere 2,13* 1,34
Recoge cosas que no necesita 2,03* 1,00
Se distrae 2,02* 1,27
Movimientos nerviosos o sacudidas 2,02* 0,91
Teme que ocurra algo malo 1,43 -2,13*
Insípido/a, triste o deprimido/a 1,96* -2,03*
Desobediente en la escuela 1,00 -2,02*
No se lleva bien con otros niños 0,31 -2,02*
Impulsivo/a, actúa sin pensar 1,57 -2,00*
Dificultad para seguir órdenes 0,34 -1,96*
Conducta explosiva o impredecible 1,24 -1,96*
______________
*p< .05; **p< .01; ***p< .001 (todos a una cola).

1. Se describen los ítems individuales del Child Behavior Checklist, Formularios para Padres y Maestros, en los
cuales ambos grupos diferían en forma significativa, valores de Z de tests de suma de rangos de Wilcoxon.
Treinta pares para el CBCL (Padres), 28 pares para el CBCL (Maestros).

2. Este ítems no esta presente en el Formulario para Maestros.

De acuerdo a sus maestros, los niños que dicen recordar vidas pasadas difieren notablemente de los otros
niños en los 10 ítems del CBCL. Maestros y padres coinciden en «creen que tienen que ser perfectos», que
quisieran estar solos, y que tienen menos contacto social.

Es interesante notar que los maestros también dicen que los niños que dicen recordar vidas pasadas temen
más que otros niños puedan hacer algo malo, son insípidos tristes o depresivos, se llevan mejor con otros
niños, son menos desobedientes en la escuela, son menos impulsivos y explosivos, y tienen muy pocas
dificultades en seguir las órdenes que sus pares.

DISCUSIÓN

No cabe duda que algunos niños desarrollan imágenes y fantasías de eventos pasados (que ocurrieron antes de
que ellos hayan nacido) que ellos consideran que pertenece a un recuerdo de eventos que han vivido. La
pregunta es: ¿Cómo surgen estas imágenes o fantasías? ¿Son nada más que fantasías que dan de algún modo
una falsa impresión de recuerdos, como ocurren en las experiencias de deja-vu? ¿Son fantasías mezcladas con
imágenes de eventos actuales que los niños perciben por medios paranormales? ¿O son éstos razonamientos

75
de eventos reales observados directamente por la conciencia del niño antes de haber nacido? El estudio
publicado aquí ha sido un intento por valorar las características de algunas explicaciones psicológico-normales
y mundanas acerca del origen de estas imágenes o fantasías.

Todos los niños en este estudio dicen recordar una vida anterior durante una edad específica que ronda los 3 a
5 años. Cuando se les administra tests psicológicos entre los 7 a 13 años, difieren en muchos puntos de los
otros niños. Sus grandes habilidades verbales son particularmente distintivas. Tienen un extenso vocabulario y
un gran dominio del lenguaje que sus pares de control. Se desempeñan en forma excelente en la escuela. La
evidencia de esto aparece tanto de sus grados como de sus maestros, quienes los ven trabajar duro, aprenden
más fácilmente, y se comportan mejor que otros niños. Los niños que dicen recordar vidas pasadas tienden a
pensar que deben ser perfectos, más que otros niños; este sentido de perfeccionismo podría contribuir
ciertamente a su excelente desempeño escolar.

Estos hallazgos fueron un poco inesperados y va más allá de conjeturar que es lo que predispone a un niño a
decir que recuerda su vida pasada. Esto sugiere que los niños raramente tienen una tendencia a la fantasía. El
presente estudio incluyó una medida no enteramente satisfactoria de este rasgo; no obstante, el número de
ítems incorporados durante el recuerdo libre de la historia en la Gudjonsson Suggestibility Scale indicó una
fabulación. Los niños que decían recordar vidas pasadas tenían un puntaje débil y muy bajo en esta medición,
aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa. Debemos notar, sin embargo, que los niños que
tenían una tendencia a fantasear y que también tenían buenos recuerdos y capacidad para razonar no podían
agregar detalles a un test verbal de memoria.

Otro importante hallazgo posterior es la cuestión de la sugestionabilidad, que merece mencionarse. Nuestra
muestra incluyó 16 niños cuyos casos eran «no resueltos», lo cual significa que nadie ha identificado los
eventos que corresponden a las declaraciones del niño; en los otros 14 casos en donde se identificaba a una
persona su caso era considerado «resuelto». El total de puntajes de sugestionabilidad de los casos resueltos fue
significativamente más bajo que los puntajes de los casos no-resueltos (t= 2,27, N= 30, p= .03). Ver detalles en
la Tabla 4.

TABLA 4
MEDICIONES DE SUGESTIBILIDAD

Controles Casos Casos Dif. entre ambos


(N= 30) No-Resueltos Resueltos (test de t)

Sugestionabilidad desviada 7,43 7,87 5,29 2,65**


Sugestionabilidad generada 5,68 4,87 3,93 0,77
Sugestionabilidad Total 13,11 12,75 9,21 2,27*

_______________
*p< .05; **p< .01 (ambas a dos colas).

1. Medias de medidas de sugestionabilidad del Gudjonsson Suggestibility Scale para los niños de control y los
casos «resueltos» y «no-resueltos» de reencarnación.

Estos hallazgos indican que los niños que hacían declaraciones verificables acerca de sus vidas pasadas eran
menos sugestionables que los otros niños, quienes podrían estar narrando fantasías. El último grupo de niños
son algo sugestionables como los niños en general. Cook et al. (1983a, 1983b) han demostrado que estos dos
grupos -los casos resueltos y los no resueltos- tienen otras diferencias importantes. Inmediatamente después
deberíamos distinguir los dos grupos de casos en futuros estudios. Tales estudios, sin embargo, deben estudiar
muestras más grandes.

El rol de la sugestión ha sido especialmente tratado por personas que señalan que las culturas en las cuales
estos casos son hallados con más facilidad son en las culturas que creen en la reencarnación. Los que
anteponen este hecho indudable como una explicación suficiente y global de los casos observa
superficialmente la evidencia en relación a los padres quienes a menudo tratan de reprimir a los niños y los
niños, por su parte, podrían vehementemente oponer cualquier intento de represión. Un buen ejemplo de
perseverancia contra su oposición paternal fue el caso del niño Dilupa Nanayakkara, cuyos padres (católico-

76
romanos) trataron de reprimir su relato acerca de una vida anterior (Haraldsson, 1991). Stevenson y Chadha
(1990) y Mills (1990) han observado algunas veces como estos niños (en India) sufren una considerable presión
de parte de sus padres para que se abstengan de hablar acerca de sus aparentes recuerdos. Algunos de los
niños son regañados y unos pocos incluso aporreados por hablar de sus recuerdos. Muchos de ellos les dicen a
sus madres que no son sus verdaderas madres, otras veces las madres no quieren oír esto y a menudo les hace
temer que puedan perder al niño. Sin embargo, debe decirse que en muchos casos las declaraciones de los
niños reciben el apoyo e incluso el estímulo de sus padres, especialmente en los casos resueltos. No obstante,
parece dudoso que los casos resueltos puedan ser atribuidos únicamente a la sugerencia de la influencia
cultural en donde estos casos ocurren.

El aislamiento social es otro factor que puede contribuir causalmente a los niños a recordar sus vidas pasadas.
Los datos del presente estudio no indican esto claramente. Por un lado, los padres de los niños que dicen
recordar vidas pasadas no los consideran menos activos o menos competentes socialmente que sus pares. Sus
maestros, incluso, creen que ellos son más aptos que sus pares, lo cual no indica que sean socialmente
aislados. Por otro lado, estos niños no quieren estar más solos que lo que lo están otros niños quienes se
sienten a menudo retraídos en la vida de relación. Parecen vivir bajo una considerable tensión emocional. Sin
embargo, también son argumentativos, obstinados, y locuaces; características éstas que son, de igual modo,
difíciles indicadores de aislamiento social. Es también importante notar que solo 5 de los 30 niños no tenían
hermanos ni hermanas; los niños tenían en promedio dos o tres hermanos y por lo tanto no podrían haber
tenido un medio aislado socialmente. La hipótesis de que los niños que viven en aislación social tienen más
recuerdos de su vida anterior no parece estar apoyado en el presente estudio.

Como mencioné, los niños que dicen recordar vidas pasadas muestran características «opuestas»: son
argumentativos, obstinados, hablan excesivamente, y algunas veces son combativos y amenazadores hacia
otras personas. Obtuvieron un alto promedio en el Child Behavior Checklist (CBCL) en relación a los puntajes de
sus padres. Es difícil saber como interpretar estas conductas, especialmente porque los niños en otros aspectos
parecen más maduros que otros. ¿Es la conducta patológica el resultado de antagonismos auto-provocados
debido a sus supuestos recuerdos de una vida anterior, en el supuesto de que estos recuerdos sean
incompatibles con los de sus padres? Incluso, ¿podría su preferencia estar siendo solamente derivada en el
deseo de pensar permanentemente alrededor de sus recuerdos? ¿O se sienten diferentes y extraños de otras
personas porque solo ellos tienen recuerdos de una vida anterior y los otros no? Debemos ser cautos en
interpretar estas diferencias.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de este estudio? La hipótesis de aislación social de Brody (1979) y la alta
sugestionabilidad como posibles factores causativos para los casos de recuerdos de una vida anterior en niños
no quedaron confirmados en este estudio. Lo mismo para el caso de la hipótesis de una rica fantasía en la
medida que eran encuestados por una tendencia en la fabulación. Podemos decir que en la manera en que han
sido encuestados, las hipótesis psicológicas normales no son adecuadas para explicar porque algunos niños
dicen recordar sus vidas pasadas. Incluso es posible que las tendencias inusuales a la disociación puedan
provocar en los niños hablar acerca de sus vidas anteriores; esta hipótesis será probada en un próximo estudio.

Claramente surge de este estudio que los niños que recuerdan


vidas pasadas son un grupo de niños inusualmente talentosos. Expertos en niños dotados y talentosos hablan
con frecuencia de «genialidad» para describir a estos niños (Heller, Mönks & Passow, 1993). Además, un
experto en niños dotados ha hecho el comentario que el modelo de los ítems problemáticos en los niños que
dicen recordar vidas pasadas en este estudio es similar al de los niños que tienen una gran capacidad (F.J.
Mönks, comunicación personal).

Esto nos vuelve la pregunta de porque los niños en este estudio


que dicen recordar vidas pasadas muestran un alto nivel de desarrollo cognitivo comparado con los niños
normales. ¿Son niños de gran capacidad para crear historias de una vida anterior probablemente más que otros
niños, o son niños que recuerdan una vida anterior porque son personas más talentosas?
El hecho de que unos pocos casos investigados por el autor
(Haraldsson, 1991; Mills, Haraldsson & Keil, 1994) muestren cierta evidencia de conocimiento adquirido en
forma paranormal o de recuerdos de eventos pasados que el niño jamás ha experimentado en su vida, no
indica que todos estos niños estén diciendo historias fantasiosas. Keil (1991), Mills (1989) y Pasricha (1990)
tienen la impresión de que en algunos de sus casos, y por supuesto, los de Stevenson, alguna forma de
paranormalidad tiene que ver con esto. En este sentido es más probable que la genialidad de los niños que

77
dicen recordar vidas pasadas sea un modelo característico general en estos casos, que los niños talentosos que
son unos más propensos que otros niños a imaginar historias de una vida anterior.

Por supuesto, nuestros hallazgos de genialidad necesitarían una réplica en otro país antes que nosotros
podamos decir si la genialidad es una característica general de los niños que dicen recordar vidas pasadas. Si la
genialidad es una característica general en estos casos, e impresiones informales los hacen parecer un poco
parecidos entre si, entonces nosotros habremos hallado una característica más en los niños que dicen recordar
vidas pasadas, para lo cual, junto con recuerdos, fobias, predisposiciones (a ciertos modelos de conducta
inusuales o no encontradas en las declaraciones del niño), marcas de nacimiento y deformaciones, no
encontramos ninguna fácil explicación normal en un buen número de casos. Además, Stevenson (1987) ha
publicado que algunos niños revelan habilidades no aprendidas, algunas de las cuales podrían ser interpretadas
en forma paranormal.

Estas características mencionadas se van sumergiendo poco a poco en un modelo que debe ser visto en su
conjunto. Los supuestos recuerdos se han convertido gradualmente solo una parte del fenómeno que desafía
cualquier explicación normal, y esto los convierte en características susceptibles de una interpretación
paranormal. Todos nosotros (Keil, Mills, Pasricha, y el autor) que en años recientes hemos hecho un esfuerzo
sistemático por investigar de manera independiente estos casos, hemos llegado a la conclusión de que algunos
de éstos requieren una interpretación paranormal.

La cuestión crucial y más difícil es, ¿cuál es la interpretación paranormal? Mills y Pasricha sostienen la hipótesis
de la reencarnación, aunque Keil ha argumentado que la hipótesis de percepción extrasensorial (super- psi)
puede explicar suficientemente el fenómeno (Keil estudia en su mayor parte los supuestos recuerdos). Yo he
permanecido prudente a este tema. Estoy esperando que se reúna más información sobre la cual basar mi
evaluación personal.

Esta área de investigación tiene muchos problemas y fallas potenciales que a menudo hacen difícil obtener
datos sólidos. Después de investigar más de 50 casos en Sri Lanka durante ocho años, he encontrado cada vez
más difícil la hipótesis del super-psi. Puede ser buena para explicar los supuestos recuerdos, pero la encontré
poco convincente (debo admitirlo intuitivamente) como para explicar las fobias y los modelos de conducta
compleja, sin mencionar las marcas de nacimiento y las malformaciones, para las cuales, debo decir, yo he
encontrado mucha más evidencia en Sri Lanka. Las marcas de nacimiento y las malformaciones se comienzan a
formar durante el desarrollo del embrión y mucho antes que el niño nazca, lo que hace que la hipótesis del
super-psi pareza incluso menos satisfactoria.

Puede ser prematuro preguntarse esto, pero, si aceptáramos tentativamente la hipótesis de la reencarnación,
¿es también la madurez temprana y la genialidad de estos niños lo que traen consigo en su niñez, en alguna
forma o sentido, de igual manera que traen consigo otras características?

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78
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further analyses of features in cases of the reincarnation type. Journal of the Society for Psychical Research, 56,
818, 82.

ESTUDIOS PARAPSICOLOGICOS Y EL CEREBRO HUMANO2

Stanley Krippner3

INTRODUCCION

La psicología es el estudio científico de la conducta y la experiencia; y la parapsicología estudia aquellos


fenómenos anómalos de la conducta y la experiencia que parecen estar fuera de los mecanismos de explicación
conocidos, la transferencia de información entre los organismos biológicos y el medio ambiente y los seres
vivos entre si, por ejemplo, lo “psi”. En el siglo pasado, se llevó a cabo una considerable investigación en un
intento por comprender estos casos y para determinar si ellos merecían atención e investigación (Rao &
Palmer, 1987). La Parapsychological Association (1989), un grupo internacional de parapsicólogos, ha dicho que
“el compromiso para el estudio de los fenómenos psi no requiere asumir la realidad de 'procesos o factores no-
ordinarios'.” Pese a esta cuidadosa definición, la parapsicología ha sido considerada por algunos críticos como
una “pseudociencia” (Stanovich, 1985) o una “ciencia desviada” (Ben-Yehuda, 1985).

Para comprender a estos críticos, se debe recordar que la ciencia occidental surgió de la filosofía y
originalmente se autoproclamó como una búsqueda por comprender la naturaleza. Cuando esta búsqueda
llegó a ser más rigurosa, se impusieron grandes exigencias bajo la empresa científica. Hoy día algunos críticos
exigen que la parapsicología produzca experimentos psi “repetibles” antes de poderla considerar una legítima
ciencia. En un nivel de investigación, ya hay resultados repetibles, específicamente los hallazgos de cerca un
50% de un grupo no seleccionado afirma haber tenido una “experiencia psíquica”, que supuestamente tiene
que ver con los fenómenos psi más frecuentes, tales como la “telepatía”, la “clarividencia”, la “precognición”, y
la “psicokinesis”. El porcentaje puede variar de una cultura a otra, o por edad, o por nivel educacional, pero ha
sido repetidamente observada, en uno y otro estudio, durante las últimas décadas.

Estas experiencias han sido ignoradas o ridiculizadas por la mayoría de los psicólogos o sociólogos, pese a los
recientes descubrimientos que indican que este tipo de experiencia “no solo es potencialmente significativa
para nuestras propias vidas, sino que también sirve como una función importante para nuestra sociedad en su
conjunto” (Neher, 1990). Las experiencias psi subjetivas se distinguen de la agudización de la sensibilidad, la
imaginación creativa, el autocontrol de los procesos corporales, y aumento de la memoria, permitiendo a la
ciencia una visión amplia de lo que puede llamarse “capacidades humanas de reserva”. En consecuencia, la
parapsicología es simplemente una comprensión de tales experiencias para que sea digna de un significativo
esfuerzo de investigación.

La Society for Psychical Research, fundada en Gran Bretaña en 1882, fue la mayor organización con el objeto de
determinar científicamente a psi, comenzando por evaluar estudios que pudieran desarrollarse en base a
experimentos controlados. El “Informe del Censo de Alucinaciones”, organizado por los miembros de la
sociedad, llevó a cabo un análisis y clasificó cerca de 17000 respuestas a la pregunta de, “¿ha tenido usted...
alguna vez la vívida impresión de ver, o haber sido tocado..., o escuchado una voz; para que tal impresión,
como haya podido averiguar, no fuera debida a una causa externa?”. Se obtuvieron respuestas afirmativas en 1
de cada 10 interrogados, sobre sujetos que experimentaron más alucinaciones visuales que alucinaciones
auditivas o táctiles (Sidgwick, Sidgwick & Johnson, 1984).

Algunas veces, las investigaciones fueron llevadas a cabo por correo. Una de ellas, publicada en 1979, obtuvo
354 cuestionarios completos de residentes de la ciudad de Charlottesville, en el área Virginia, y 268 de
estudiantes de la Universidad de Virginia. Una de las preguntas era, ¿ha tenido usted alguna vez en estado de
vigilia una vívida impresión de ver, oir, o ser tocado por otro ser, y que esa impresión, como haya podido
averiguar, no fuera debida a una causa física o 'natural' externa?” Esta fue esencialmente la misma pregunta
2
. Conferencia pronunciada en la conferencia internacional sobre “Sugestión y Capacidades de Reserva del
Cerebro/Mente en el Proceso de Aprendizaje”, Viktorsberg, Austria, 7-9 Octubre 1994. Artículo remitido por el
autor para la Revista Argentina de Psicología Paranormal.

. Doctor en psicología. Director del Saybrook Institute de San Fransico, California.


3

80
hecha por la sociedad británica hace un siglo atrás. Fue contestada aproximadamente por el 17% de los
residentes como por los estudiantes consultados, y poco más del 13% dio respuestas positivas en la encuesta
anterior. Sin embargo, la mayoría de las alucinaciones en el grupo británico fueron visuales mientras que en los
grupos americanos los relatos fueron principalmente auditivos o táctiles (Palmer, 1979).

LA PARAPSICOLOGIA Y LOS ESTUDIOS SOBRE SUEÑOS

El empleo del estudio de casos ha permitido el examen de los hechos que describen en mayor profundidad
aquellos solicitados en investigaciones y cuestionarios. La más conocida de esas colecciones es la de Louisa
Rhine (1977); hacia 1973, su colección de supuestos psi ascendía a 12.837 casos espontáneos. El principal
objetivo del trabajo de Louisa Rhine fue el estudio de los procesos básicos de psi; por ejemplo, ella identificó la
principal condición por la cual se considera a psi como alucinaciones, intuiciones, sueños reales, y sueños no-
reales (distinguiéndose por sus simbolismos y fantasías). Ian Stevenson (1970) presentó un completo estudio
de 35 casos de “impresiones telepáticas”, concluyendo que ellas compartían las mismas características que las
encontradas recogidas en décadas anteriores. Por ejemplo, es típico que “una relación, no solo particular, será
necesaria para que tales experiencias ocurran.”

Los parapsicólogos contemporáneos podrían señalar que las respuestas de los cuestionarios de los casos
estudiados están sujetos a variables confusas, tales como coincidencia, inferencia inconsciente, filtración
sensorial, exageración de los hechos, datos falsos de la memoria, o directamente, absolutas mentiras. Sin
embargo, estos informes anecdóticos, en especial los recopilados por Rhine, estimularon a Ullman y Krippner
(Ullman y Krippner con Vaughan, 1989) a investigar sueños anómalos en condiciones de laboratorio. Ullman,
Krippner y sus colaboradores obtuvieron sugestivos resultados acerca de los cuales algunos sujetos podían
incorporar material pictórico (elegido al azar una vez que los sujetos estaban en la cama) dentro de sus sueños,
con niveles de buena significación estadística. Por ejemplo, un sujeto soñando acerca de ir al Madison Square
Garden para comprar entradas para un match de boxeo. Esa misma noche, un psicólogo, en un lugar distante,
había enfocado su atención en la imagen de un match de boxeo.

Esos experimentos fueron realizados en el Maimónides Medical Center de Brooklyn, durante los años 1960 a
1970. Los procedimientos básicos de la investigación en laboratorio fue el de fijar electrodos en la cabeza del
sujeto y colocarlo en un cuarto a prueba de sonido; entonces se seleccionó aleatoriamente un sobre
conteniendo la fotografía. Un psicólogo podía entonces llevar el sobre a un lugar distante, abrirlo, y observar la
foto impresa mientras el sujeto en el laboratorio (en cama y durmiendo) intentaba incorporar material de la
obra impresa dentro de sus sueños, sin haberla visto. Una vez completado el estudio experimental, jueces
independientes compararon el sueño con la colección total de obras impresas, intentando identificar la obra de
arte utilizada en la noche de cada experimento (p.e. Krippner & Ullman, 1970). Dos de cada tres veces en estas
sesiones experimentales, se obtuvieron resultados estadísticamente significativos, con una destacada
diferencia contra el azar.

Investigadores sobre sueños tan importantes como David Foulkes (Belvedere & Foulkes, 1971), Gordon Globus
(Globus et al., 1968), Calvin Hall (1967), Robert L. Van de Castle (1971), y Keith Hearne (1987) intentaron
repetir estos experimentos. A causa de que la valoración de la repetibilidad de estos otros laboratorios fue
inconsistente, el equipo de trabajo del Maimónides no dijo haber demostrado en forma concluyente que la
comunicación en sueños puede a veces trascender el espacio y el tiempo. Sin embargo se abrió una promisoria
línea de investigación. Años después, Montague Ullman, Stanley Krippner y Michael Persinger, este último un
neurocientífico canadiense, revisaron por completo los datos de las investigaciones del Maimónides Medical
Center, seleccionando la primera noche en que cada sujeto en un experimento de telepatía hubo visitado el
laboratorio. Ellos compararon los resultados de aquellas noches con respecto a los registros
geomagnéticos, descubriendo que los sujetos que obtuvieron aciertos telepáticos tienden a obtener mayores
aciertos durante las noches en que la actividad geomagnética es más calma que durante las noches de
tormenta eléctrica o una alta actividad de las manchas solares (Persinger & Krippner, 1989).

Persinger (1974) ha señalado que es necesario usar los fenómenos psi en formas originales e ingeniosas,
observando:

“A través de las culturas y a lo largo de la historia la gente ha venido hablando de las experiencias psi.
Averigüemos lo que ellas nos están diciendo... Es a través del examen de las analogías de la conducta verbal que
podemos encontrar bastante compatibilidad para comprender los factores responsables de estos hechos
(p.13)”.

81
Persinger (p.e., Schaut & Persinger, 1985) examinó varias colecciones de casos espontáneos, incluyendo los 35
reunidos por Stevenson (1970), y señaló que parecen tener lugar más frecuentemente cuando la actividad
geomagnética es calma, que los días antes o después de la experiencia, y más baja que en los meses promedio
de actividad. Este resultado puede aplicarse a cualquier colección de casos (p.e. Persinger & Krippner, 1989)
donde se registraron los datos de la experiencia. Si son repetibles, estos efectos pueden ayudar a comprender
el mecanismo subyacente del fenómeno psi y podrían indicarnos un modelo predecible para una potencial
replicabilidad de estos hechos.

LAS EXPERIENCIAS PSI Y EL CEREBRO

Un modelo basado en la actividad cerebral fue propuesto hacia los años 1880 por varios de los fundadores de
la Society for Psychical Research británica (Gurney, Myers & Podmore, 1886). Creían que esas experiencias
estaban construidas por los mismos recursos del cerebro (o lo que podría denominarse “capacidades de
reserva”) una vez iniciado el estímulo (p.e. una imagen seleccionada al azar en una prueba experimental, una
situación de crisis en la vida real involucrando una situación afectiva) coloca a los mecanismos constructivos en
movimiento. Este modelo será sorprendentemente coincidente con los conceptos de la memoria estudiados un
siglo después. Un modelo sostiene que la memoria se “almacena” en la corteza cerebral, determinados
recuerdos se manifiestan ya sea por la estimulación externa o por patrones de muy baja descarga eléctrica del
cerebro, y el contexto del estímulo puede acceder a una íntegra secuencia de recuerdos (Teyler & DiScenna,
1984).

Elizabeth Loftus (1980) dice que la información penetra en la memoria un corto período de tiempo, donde
puede ser olvidada o guardada por relación y con buen resultado transferida a un largo período de memoria. La
información recuperada de la memoria luego de un largo período depende de pequeños indicios que permiten
a la gente revisar diferentes partes del material requerido. Morton F.Reiser (1990) emplea el término “red
nodal” para describir como se almacenan los recuerdos. Estas redes de representación mental (p.e. imágenes,
palabras) son organizadas por “vínculos afectivos” (p.e.emociones, sentimientos), y a menudo conducen a una
“asociación de ideas” que permite la recuperación de eventos sucedidos mucho antes. Durante el sueño, las
lagunas cerebrales reprimen descargas eléctricas regulares estimulando la región superior del cerebro,
principalmente la corteza visual motora, resultando así un conjunto de imágenes congeladas dentro del sueño
(Hobson, 1988). A menudo, esas imágenes recordadas incluyen el carácter que las vincula con un hecho
importante de su vida en el pasado a través de una “asociación de ideas”, resultando así un argumento que
podría ser útil en psicoterapia o en el auto-desenvolvimiento personal (Krippner & Dillard, 1988).

Se ha hecho muy poco trabajo con las bases fisiológicas de la manifestación de psi en sueños. Tal vez, el
impulso inicial (p.e., el laboratorio de imágenes, los eventos de la vida real), influye el modelo disparador del
área pontina, evocando representaciones mentales en la corteza que produce un “encuentro” que origina la
convicción de que no actuó el factor azar. Tal vez la naturaleza holográfica del cerebro (Pribam, 1971) permite
al soñador “alcanzar” a incorporar el estímulo que es entonces “unido” con un recuerdo adecuado. En los
experimentos con sueños en el Maimónides, los “encuentros” fueron a menudo inequívocos (como el caso del
sueño del Madison Square Garden). Pero algunas veces, fueron simbólicos, como cuando la foto seleccionada
al azar fue la de un gangster muerto en el ataúd y el sueño se concentró en una rata muerta dentro de una caja
de cigarros. Así, frecuentemente, otros recuerdos parecen confundir el efecto psi; la “asociación de ideas”
descrita por Reiser puede conducir a una experiencia en estado de vigilia que “igualó” al estímulo inicial, pero
las imágenes análogas fueron mezcladas con otro material que no fue relacionado con la imagen del
laboratorio.

La estrategia de la investigación iniciada por Persinger podría eventualmente responder estos interrogantes.
Por ejemplo, Persinger combinó dos informes anteriores de la investigación británica de la telepatía (Gurney,
Myers, & Podmore, 1886; Sidgwick, Sidgwick, & Johnson, 1894) con los más recientes relatos aparecidos en la
revista Fate (Persinger & Schaut, 1988), y en todos ellos se incluye la fecha del fenómeno. Las experiencias
espontáneas ocurrían probablemente cuando el clima estaba más bien calmo, que cuando había tormentas
eléctricas o gran actividad de manchas solares (Sanker Narayan, & Srinivasan, 1985). Persinger (1989) ha
propuesto dos interpretaciones del efecto del campo geomagnético. La primera es que el psi es un campo
geomagnético correlacionado; los disturbios solares y las consecuentes tormentas geomagnéticas afectan esta
correlación. La segunda es que los campos geomagnéticos afectan la receptividad del cerebro a psi, que
permanece constante. En esta última interpretación, psi esta siempre en el espacio y tiempo, esperando
manifestarse en una crisis, una emoción o por estímulos favorables en condiciones experimentales. La

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actividad geomagnética puede afectar la capacidad de detección del cerebro de esta información,
especialmente las sendas neurales que facilitan la consolidación y el acceso consciente a esta información. Sin
esta actividad geomagnética, el estímulo psi en estado consciente no será tan factible y “las capacidades
latentes de reserva” no podrán ser utilizadas.

Siguiendo con este argumento, Persinger (1989) señala que la intensa actividad del lóbulo temporal se equilibra
con la actividad geomagnética de la tierra. Cuando hay una súbita disminución en la actividad geomagnética,
allí parece haber un incremento de los procesos que facilitan la recepción de psi, especialmente la telepatía y la
clarividencia. El incremento de la actividad geomagnética puede suprimir los niveles de melatonina pineal. La
melatonina esta correlacionada con los desórdenes vinculados con el lóbulo temporal, como la depresión.
Persinger ha postulado que el aumento de la actividad geomagnética puede contribuir para manifestar psi,
como la psicokinesis espontánea o experimental. Algunos de los resultados de estos estudios (p.e. Braud &
Dennis, 1989) sostienen esta conjetura y Gertrude Schmeidler (1994, p.216) ha propuesto que un sujeto
dotado de psicokinesis que esta más “motivado” (por la actividad geomagnética), estaría más dispuesto a
maximizar sus efectos psi.

Algunos parapsicólogos se especializaron en estudiar la presunta supervivencia más allá del cuerpo físico, y las
apariciones de los seres queridos que mencionan sus parientes. Como consecuencia de la asociación de
melatonina con los ataques convulsivos corticales, Persinger pensó que las apariciones frente a los seres
queridos afligidos serían más evidentes durante una alta actividad geomagnética. Estos incrementos podrían
suprimir niveles de melatonina, contribuir a reducir ataques convulsivos corticales, y permitirle el acceso a los
fragmentos de memoria cortical que aparecen en los relatos de fantasmas, espíritus, y otras imágenes
relacionadas con los seres queridos fallecidos. El análisis de Persinger (1988) de más de 200 de estos reportes
indica que tienden a ocurrir en días en que la actividad geomagnética es intensa respecto a los días anteriores o
posteriores.

De acuerdo a Persinger (1989) los parámetros de estimulación de la amígdala y el hipocampo del cerebro
humano les coloca en una posición única para mediatizar experiencias psi. La coherencia de los períodos
endógenos de neuronas individuales o grupos de neuronas dentro del hipocampo aumentan las probabilidades
de ser “conductoras” o susceptibles de influencia de campos electromagnéticos de pulso semejante o
frecuencia natural. Hay diferencias en la resonancia como una función de la sensibilidad del cerebro del sujeto;
el período común de amigdalitis esta cercana a los 4 ciclos por segundo mientras que los períodos comparables
de una persona con epilepsia límbica esta cercana a los 9 ciclos por segundo.

De particular interés para psi es la capacidad del hipocampo de mostrar largos períodos de potencialización, el
primer paso para la memoria. Unos 400 ciclos por segundo de estimulación eléctrica de solo 1 segundo puede
conducir a cambios semi estables en la actividad eléctrica y producir un marcado aumento de las espinas
dendríticas en 10 minutos. Esta plasticidad indica que solo unos pocos segundos de un estímulo psi apropiado
podría evocar cambios estables en la micro estructura cerebral y, por lo tanto, modificar la memoria. Una vez
que la memoria es consolidada, esta podría aparecer tan “real” como la memoria adquirida en forma
tradicional.

Psi y los Lóbulos Temporales

Dos lóbulos temporales del cerebro constituyen cerca del 40% del funcionamiento del área superior llamado el
cerebelo; de esta manera, podría haber un gran potencial de disfunción o funcionamiento anómalo del lóbulo
temporal que para otros lóbulos. Los lóbulos temporales integran estímulos perceptuales de todo tipo, así
como también varios aspectos de otras funciones cognitivas como la memoria, el aprendizaje, el lenguaje, y el
sentido del yo, e inclusive las funciones emocionales, sexuales, y agresivas. A causa de estas capacidades, las
experiencias psi también pueden integrarse en los lóbulos temporales (Neppe, 1990).

Las profundas estructuras de los lóbulos temporales son, en su mayoría, partes eléctricamente inestables del
cerebro humano, y un lóbulo temporal inestable puede ser modificado por técnicas como la meditación. La
actividad de los procesos del lóbulo temporal a los fenómenos psi tienen dos importantes implicaciones. La
primera, las características fenomenológicas de las experiencias psi, en especial las espontáneas, bien podrían
ser dominadas por las funciones de los lóbulos temporales. Tal evidencia se ve claramente en la cantidad de
experiencias psi espontáneas que incluyen sueños e imaginación en vigilia, que son características de una
experiencia con intenso significado personal (Persinger, 1974). Segundo, la inestabilidad eléctrica de los lóbulos

83
temporales da a entender que muchos otros estímulos compiten por sustratos neurales que facilitan las
experiencias psi, así como el estímulo de experiencias parecidas a psi.

Por ejemplo, ninguna otra condición cerebral estimula experiencias espontáneas de psi tan íntimamente como
la epilepsia límbica del lóbulo temporal. Si la descarga permanece dentro de un lóbulo y no se propaga a otras
regiones motoras, entonces no ocurren convulsiones epilépticas. De hecho, el observador podría no darse
cuenta que la persona esta experimentando un ataque convulsivo; sin embargo, hay a menudo, fenómenos
experienciales claros que son generados aún sin post-descargas (Persinger, 1989). No obstante, podría ser un
error no asumir que las experiencias psi son una forma de epilepsia límbica; en primer lugar, el fenómeno psi es
frecuentemente descrito durante sueños nocturnos normales aunque la epilepsia es amplificada y anormal.
Más aún, el detonante de una experiencia psi es un hecho externo mientras que un ataque epiléptico es
provocado por un hecho interno. No obstante, sus muchas semejanzas proveen una oportunidad para un
estudio original.

Persinger (1989) intentó esta investigación examinando las colecciones británicas de telepatía espontánea y los
relatos de clarividencia así como también los artículos de la revista Fate, encontrando que el pico de
experiencias espontáneas de psi ocurrían entre las 2:00 y las 4:00 hs. con un pico secundario entre las 21:00 a
23:00 hs. Esas fueron las horas en las que los ataques convulsivos del lóbulo temporal eran más
frecuentemente descritos antes de administrar un medicamento anticonvulsivo. Sin embargo, los pico más alto
de telepatía/clarividencia tenían lugar a las 16:00 (Persinger & Schaut, 1988); este pico no coincide con los
registros acerca de los ataques convulsivos del lóbulo temporal.

Jan Erhenwald (1975) fue uno de los primeros exploradores en lo que hace a una posible interrelación entre psi
y el déficit del funcionamiento del cerebro que permite al organismo recibir información relacionada con psi.
William Roll (1977; Lowe & Roll, 1988) ha sido otro pionero en la investigación de las posibles conexiones entre
la epilepsia y la PK. En una encuesta a 78 estudiantes, Roll encontró una notable incidencia de experiencias
alucinatorias olfativas y auditivas entre las 10 personas que mencionaron haber experimentado supuestas
experiencias psi. A este respecto, Vernon N.Neppe (1990) ha notado que los pacientes con aparentes
disfunciones del lóbulo temporal frecuentemente dicen tener vívidas experiencias psi. Neppe ha desarrollado
lo que denomina el Cuestionario para el Lóbulo Temporal Neppe [Neppe Temporal Lobe Questionnaire] que
permite probar descripciones de posibles síntomas del lóbulo temporal tales como alucinaciones auditivas (“oír
voces”), así como síntomas no específicos, como la despersonalización. Neppe administró el cuestionario a 6
personas que habían hablado de experiencias tipo psi y otros 6 que no hablaron nada acerca de esto. Ninguno
de sus sujetos tenía antecedentes de padecimientos psiquiátricos. El primer grupo tuvo un promedio de 6,2
síntomas del lóbulo temporal, el otro grupo tenía un promedio de 0,3, y la estadística fue altamente
significativa.

La asociación entre los síntomas del lóbulo temporal y los relatos de experiencias psi parecen sugerir un estado
fisiológicamente contínuo en el funcionamiento anómalo del lóbulo temporal. Estos procesos cerebrales
pueden permitirnos descubrir el campo de acción de las experiencias anómalas y el resultante de informes
verbales. La existencia independiente de síntomas en el lóbulo temporal implica que los relatos verbales de
presunto psi no son una inevitable consecuencia de la condición del cerebro. Tampoco estos relatos están
limitados a gente que padece síntomas en el lóbulo temporal; Neppe (1990) entrevistó a 4 médiums
espiritistas, analizó su alucinación olfativa; así como la alucinación olfativa descrita por los 6 sujetos de su
estudio anterior. Una larga proporción de estos olores fueron naturalmente agradables, y fueron
frecuentemente descritos como “perfumados” y “florales”; las alucinaciones olfativas placenteras raramente
están asociadas con epilepsia en el lóbulo temporal.

Michael Winkelman (1992) estudio los informes etnográficos y fenomenológicos de los estados alterados de
conciencia de los shamanes nativos y los shamanes sanadores, hallando evidencias de descarga eléctrica del
lóbulo temporal. Los pocos datos resultantes de un claro avalúo de esta hipótesis incluye un reporte en el que
se detectó epilepsia en una tribu Wapogoro de África, un grupo que hace frecuente el empleo de los estados
alterados de conciencia (Jilek-Aall, 1965). Winkelman (1992) también encontró relaciones entre síntomas del
lóbulo temporal y los relatos de “posesión” espirita de médiums nativos. En ambos grupos, hubo frecuentes
casos de amnesia, temblores, convulsiones, comportamientos motores compulsivos, y otros signos que
concluyeron con lo que Neppe llamó “la continuidad fisiológica del funcionamiento anómalo del lóbulo
temporal.”

84
Psi y otras áreas cerebrales

En contraste con los lóbulos temporales, hay poca evidencia acerca del importante rol que juegan presuntos
procesos psi en otras áreas de la corteza cerebral. Sin embargo, los lóbulos frontales, como la función de la
corteza cognitivo-motora, podría lógicamente estar asociada con la psicokinesis. Los lóbulos occipitales son
igualmente candidatos al surgimiento de las apariciones, las “visiones” y la percepción de la así llamada “aura”
a causa de su implicancia con las asociaciones visuales. Los lóbulos parietales están relacionados con las
distorsiones visuales y espaciales tales como aquellas que caracterizan algunas descripciones de supuesto psi
(Neppe, 1983). Como resultado de un análisis de los miembros de dos familias con disfunciones en el lóbulo
temporal cuyos miembros tuvieron experiencias semejantes a psi, Neppe sugirió que podría haber
predisposiciones familiares para presuntos fenómenos psi (Hurst & Neppe, 1981).

Persinger (1989) lamenta la escasez de literatura sobre la asimetría cerebral y los procesos psi. El hemisferio
derecho de la corteza cerebral esta más especializado en la detección de las relaciones espaciales entre la
forma del estímulo y sus asociaciones afectivas, que la precisión de los detalles. Lingüística y analíticamente, el
hemisferio izquierdo es más activo (Budzynski, 1986; Ross & Mesulam, 1979), aunque hay notables excepciones
(p.e. la gente zurda, oradores nativos del Japón y otros idiomas que incorporaron sonidos semejantes a los
encontrados en la naturaleza). Unos pocos experimentos parapsicológicos han utilizado material objetivo y
condiciones mecánicas hacia la activación del hemisferio derecho, obteniendo con frecuencia resultados
estadísticamente significativos (p.e. Braud & Braud, 1977).

Otros experimentos parapsicológicos han comparado “el desempeño psi del hemisferio izquierdo” con el
“desempeño psi del hemisferio derecho”, y otros examinaron la influencia de los hemisferios cerebrales
durante los test psi registrando los movimientos del ojo de los sujetos mientras ellos hacían sus respuestas;
cuando los resultados de estos estudios lograban significación estadística, favorecían al hemisferio derecho
(Schmeidler, 1994, pp.149-150). Robert F.Quider (1984) seleccionó al azar 40 sujetos en cuatro condiciones:
dos con instrucciones “sugestopédicas” para relajarse y visualizar (uno con música, y otro sin música), y dos sin
estas instrucciones (uno con música y otro sin música). Los puntajes psi no mostraron un efecto de estas
instrucciones, pero fueron significativamente más altas respecto a “con música” que “sin música”.

Esta línea de investigación merece atención en vista de la estrecha relación con frecuencia mencionada entre la
imaginación mental y psi (George & Krippner, 1984). Por ejemplo, T.X.Barber y Sheryl Wilson (1982) estudiaron
26 sujetos con vívida imaginación mental. En comparación con 25 sujetos de control, los “eidéticos” no solo
fueron mejores sujetos para la hipnosis, como niños y como adultos, sino que dijeron haber tenido más
experiencias telepáticas, clarividentes y precognitivas. Además, mencionaron mayores experiencias
“extracorpóreas”, sueños lúcidos, testimonios de apariciones, ver el “aura”, y tener visiones místicas.

Entretanto, varios estudios parapsicológicos han intentado identificar los eventos del cerebro que acompañan
psi, principalmente como “aciertos” en test de telepatía, clarividencia, y precognición. En principio, los
investigadores examinaron las ondas cerebrales identificadas por la tecnología del electroencefalograma;
siguiendo los registros que muestran gran actividad en el área del cerebro. Los tres principales tipos de ondas
cerebrales que han sido estudiadas son: alfa (bajo, ondas regulares típicas de los estados de relajación de una
exploración común); beta (rápida, ondas irregulares de atención activa), theta (ondas regulares, más lentas que
alfa, encontradas en relajación profunda o durante algunas formas de imaginación mental). Cuando se
desarrollaron electroencefalogramas más sensibles se pudieron estudiar la forma compleja de la única
respuesta cerebral medida en milisegundos; esto es, referido como una “respuesta evocada”.

En 1929, Hans Berger (1940) mostró que las corrientes eléctricas rítmicas que emana el cerebro y pueden
detectarse en la superficie del cuero cabelludo por el EEG que Berger inventó con la esperanza que este podría
ser usado en el estudio de la telepatía. Décadas después, se encontró alguna relación entre los “aciertos” psi y
la actividad de las ondas alfa (Schmeidler, 1984, p.147). Cuando el análisis de la respuesta manifiesta se hizo
con los así llamados sujetos “dotados”, los 100 milisegundos que componen algunos momentos de la respuesta
manifiesta, aunque no siempre, mostraron una respuesta significativa al estímulo psi (Warren, McDonough, &
Donn, en prensa; May, Luke, Trask, & Frivold, 1992). Otra línea de investigación ha enfocado la consonancia del
EEG entre los “agentes” y “percipientes” telepáticos.

Un grupo de investigadores pidió a “emisores” elevar el nivel de la actividad cerebral de los “percipientes”
(especialmente las ondas theta del hemisferio cerebral derecho), y disminuir la actividad cerebral de los

85
“emisores” (Dobrovanova & Lebedeva, 1994). En un estudio con biofeedback, Jean Millay (1981) encontró que
algunos individuos eran capaces de identificar e incrementar la fase constante y la fase relativa de
sincronización de las ondas cerebrales cuando intentaban comunicarse telepáticamente con una significativa
correlación estadística entre el puntaje obtenido por el grupo telepático y el grupo de absoluta sincronización.
En otro estudio de biofeedback, se pidió a los sujetos generar o suprimir respectivamente ondas alfa mientras
desarrollaban test de clarividencia (Honorton, Davidson & Blinder, 1971). Las ondas alfa manifiestas en una
pareja de gemelos espontánea y simultáneamente parecen aparecer en el EEG del otro gemelo, localizados
ambos en diferentes habitaciones (Duane & Behrendt, 1965).

OBSERVACIONES CONTROLADAS Y ESTUDIOS EXPERIMENTALES

Cualesquiera sean los métodos cuidadosamente seguros que usen los parapsicólogos, necesitan protegerse
contra posibles desperfectos técnicos, mal funcionamiento de los equipos, efectos ópticos, errores por
indicios sensoriales, y manipulación fraudulenta. En realidad, en la convención 1983 de la Parapsychological
Association, su cuerpo directivo resolvió, en parte, que la asociación “dé la bienvenida a la colaboración de
prestidigitadores que..., prescindiendo de su opinión acerca de la existencia de psi, estén dispuestos a cooperar
[con los parapsicólogos]... respecto al empleo de un control adecuado contra el fraude.”

Cuando los parapsicólogos diseñan una investigación, el proceso necesita unirse a varios de los métodos
básicos usuales en ciencia: (1) Los procedimientos deben ser públicos. El diseño y los resultados necesitan ser
comunicados profesionalmente en publicaciones especializadas. Los informes deben incluir una detallada
descripción de lo que se realizó y como se hizo, de manera que otro investigador pueda repetir el
procedimiento, al menos en principio. (2) Las definiciones deben ser precisas. Aún admitiendo que se desarrolle
un cuerpo de datos empíricos, cada variable necesita ser bien definida, así como deben ser específicas las
técnicas por las cuales se midieron. (3) La colección de los datos debe ser lo más objetiva posible. Una vez que el
experimento esta ya encaminado, el investigador necesita acatar y seguir los registros que obtiene, aún cuando
tales datos desafíen la hipótesis original. (4) Los resultados deben ser repetibles, al menos en cierto grado. Otro
investigador podría querer controlar los resultados y reproducirlos. Si los datos han sido recogidos
incorrectamente, si las variables fueron medidas inadecuadamente, o si el procedimiento fue influido en forma
negativa por las necesidades del investigador, los resultados de este experimento obviamente fallarán al ser
repetidos. Las conclusiones extraídas serán evaluadas de acuerdo a la repetibilidad de los datos acumulados.
(5) Las aproximaciones deben ser acumulativas y sistemáticas. Los científicos se esfuerzan en unificar cuerpos
enteros de conocimiento a través del uso de la teoría y la construcción de un organizado sistema de
proposiciones.

Los investigadores psi, en general, coinciden en la necesidad de tener todos estos cuidados en mente cuando
investigan los fenómenos parapsicológicos. La no-predictibilidad y la variabilidad de los sujetos hacen a la
investigación en ciencias biológicas una tarea por si misma dificultosa. Cuando esto aparece a la investigación
psi la dificultad es doble porque los tópicos bajo discusión son complejos y elusivos. Por consiguiente, la falta
de un experimento estrictamente repetible puede ser comprensible, pero esto ha permitido a críticos como
Neher (1990) caratular a la parapsicología como una “ciencia sin éxito”. Sin embargo, una serie de
experimentos que cumplieron en buena parte las exigencias científicas, es el trabajo de Helmut Schmidt (p.e.,
1981), que desarrolló un generador de números (RNG) en el que electrones emitidos por una partícula
radioactiva de Estroncio-90 sobre un dispositivo de luces se encienden y apagan aleatoriamente. Un cuidadoso
examen preliminar demostró que bajo condiciones controladas el rendimiento esperado era en el orden del
azar. Se le sugirió al sujeto tratar de hacer que el registro de rendimiento sea igual a más rápido (o más lento)
que la emisión de electrones; el registro automático exhibía los puntajes. Una vez que Schmidt obtuvo
resultados significativos que el interpretó como apoyando la hipótesis psi, construyó equipos disponibles para
otros investigadores, algunos de quienes también obtuvieron resultados significativos (p.e., Houtkooper, 1977).
Neher (1990), en su evaluación crítica, encontró que la repetibilidad con el RNG es suficientemente
“estimulante para proporcionar algunas de las más firmes pruebas de la existencia de psi.”

Otra línea de investigación que provee una evidencia para, al menos, un cierto tipo de repetibilidad es el uso de
un campo visual homogéneo (o “ganzfeld”) para evocar imágenes que son luego comparadas con objetivos
ocultos. Un crítico y un parapsicólogo (Hyman & Honorton, 1986) examinaron 36 estudios usando ese diseño; y
aunque diferían acerca de la calidad de la investigación, coincidieron en que “hay, sobretodo, un significativo
efecto en la base de los datos que no puede ser razonablemente explicada por la selección de información de
análisis múltiple.”

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Ellos recomendaron ciertas precauciones para futuros estudios incluyendo el control contra todo tipo de
filtración sensorial, examinando y registrando los métodos de aleatorización, un completo informe de juicios y
protocolos de feedback, el control de múltiples análisis estadísticos, y una progresiva especificación del número
de juegos y tipos de experimentos. Once series fueron llevadas a cabo conforme estas consideraciones. Por
ejemplo, la selección del objetivo (de un paquete de cuatro posibles objetivos) fue computarizada. Hubo 241
“percipientes” y 355 juegos, hubo 122 aciertos directos en estos juegos con un promedio de aciertos del 34%.
Por azar, se esperaba solo el 25%. Los resultados estadísticos fueron altamente significativos (Honorton,
Berger, Varvoglis, Quant, Derr, Schechter, & Ferrari, 1990).

Utts (1991) en la revista Statistical Science publicó un número de meta-análisis adicional de la investigación
parapsicológica. Según ella “la evidencia global indica que hay un efecto anómalo que requiere explicación.” En
respuesta a este artículo, Diaconis (1991) insiste que “los escépticos han ido a observar las pruebas y
encontraron errores sutiles y errores no-sutiles.” ¿Puede ser completamente eliminado el fraude en la
investigación psi? Hyman (1981) dice que “no existe... ningún experimento inmune al fraude.” No obstante, hay
ciertas precauciones que necesitan ser consideradas por los parapsicólogos: (1) La aislación del sujeto del
objetivo psi en forma que elimine indicios sensoriales o actividad muscular; (2) tomar precauciones para
asegurar que la persona que registra las respuestas desconozca cual puede ser la naturaleza del objetivo; (4)
determinar cuántos juegos serán efectuados antes de comenzar el experimento; (3) usar un método de
aleatorización para seleccionar el objetivo; (4) examinar los sujetos con altos puntajes (o repetir aquellos
experimentos exitosos) en diferentes laboratorios en un intento por volver a obtener estos resultados; (6)
establecer medidas de seguridad adecuadas que impidan la alteración de los datos del experimento; (7) escribir
una adecuada descripción de los procedimientos experimentales de antemano, es decir, una parte puede ser
distribuida a aquellos dentro y fuera de la comunidad parapsicológica. Esta descripción debería plantear el
propósito del experimento.

¿La mayoría de los estudios parapsicológicos cumplen estos objetivos? Un comité de la US National Research
Council concluyó que no existe justificación científica alguna en las investigaciones llevadas a cabo en un
período de 130 años a favor de la existencia del fenómeno parapsicológico” (Druckman & Swets, 1988).
Aunque el informe ampliado de la historia de la investigación psi durante las últimas décadas y su contenido
estuvo caracterizado por varios errores (Palmer, Honorton, & Utts, 1989), sus conclusiones fueron, aún así, muy
severas.

Ciencia “Posmoderna” y Parapsicología

La parapsicología ha sido pionera en la investigación de varios aspectos de la conducta humana y la


experimentación que ahora es una parte de la psicología tradicional, p.e. la hipnosis, la personalidad múltiple,
la sanación anómala. Otros tópicos investigados por las primeras sociedades de investigación psíquica (p.e.,
sueños lúcidos, experiencia cercana a la muerte, experiencias extracorpóreas) están comenzando a introducirse
a la corriente psicológica y los mecanismos de esos fenómenos están en camino de ser comprendidos. Quizá la
telepatía, la clarividencia, la precognición y la psicokinesis, algún día seguirán el mismo camino. El prefijo
“para” no incluye mecanismos ordinarios para el fenómeno psi. Neher (1990) señala que “parapsicología”
simplemente significa “al lado de” la corriente de la psicología. Luego, examinando las dos áreas, Collins y Pinch
(1982) concluyen que “no hay nada... en psicología que categóricamente haga a la parapsicología no científica”.
También dicen que “no se ha demostrado concluyentemente que existan principios específicos físicos que
estén en oposición con la parapsicología”. Truzzi (1980) considera que la parapsicología es una “legítima
empresa científica”, ya sea que psi exista o no porque los parapsicólogos emplean el método científico, como
objetivos aleatorios, juicio de doble ciego, grupos de control, y test estadísticos. Para Leahy (1983),
“metodológicamente, la parapsicología es una ciencia; sustancialmente, el veredicto esta aún detenido.”

Esta situación ilustra las observaciones de Foucault (1980). Creía en el poder de penetración de todos los
aspectos de los esfuerzos científicos para obtener conocimiento, que esta legitimidad científica era
inherentemente política, y que esta legitimidad científica resulta en definiciones, categorizaciones, y
clasificaciones que construyen la “realidad.” Cierto conocimiento, en determinados tiempos y lugares, llega a
ser considerado “legítimo” (Lather, 1990), mientras que otro conocimiento queda al borde del camino. El
aforismo “conocimiento es poder” podría ser revertido con facilidad: Poder (p.e. político, económico, religioso,
o ideológico) determina lo que se considera conocimiento (y por lo tanto “realidad”) en cualquier ubicación
temporal o espacial determinada. Aplicaría la perspicacia de Foucault para la investigación psi; el conocimiento

87
acumulado por los parapsicólogos, acerca de hechos anómalos carentes de cualquier tipo de base, por
consiguiente, fracasa en llegar a ser legítimo y tener un rol en el discurso científico tradicional.

Los científicos “posmodernos” son muy aficionados a puntualizar que la ciencia moderna sostiene que sólo dos
“historias” acerca de la conciencia son creíbles: “el planteo central del materialismo” y el “nuevo
epifenomenalismo”. El planteo central del materialismo sostiene que todos los eventos mentales y físicos
pueden ser explicados por la ciencia física y sus leyes. Hay una “identidad” entre mente y cerebro que
dispone eventualmente todas las condiciones que realcen los procesos mentales y la conducta para reducirse
a la física y la química. El “nuevo epifenomenalismo” sostiene que los eventos mentales y físicos subsisten
como dos territorios diferentes, aunque la mayor parte (sino todos) los eventos mentales existen en una
relación causal con los eventos físicos, aunque surgiendo en condiciones que obedecen a las leyes de la física y
la química (Campbell, 1984).

La “ciencia posmoderna”, en cambio, intenta superar el dualismo mente/cuerpo que ha caracterizado a la


ciencia moderna de occidente. Por ejemplo, Charles Laughin (Laughin, McManus, & d'Aquili, 1990) ha
rechazado como impropio al fenómeno que están tratando de abordar tanto al planteo central materialista
como al nuevo epifenomenalismo. Más bien, Laughin aboga un:

“... monismo estructural que sosti ene que mente y cuerpo (incluyendo la experiencia y la
conducta) son dos formas imperfectas de percibir y comprender la misma totalidad
desconocida que podríamos llamar “el ser”. El “conocimiento espiritual” es una forma de
conocimiento del ser; el conocimiento “fí sico” es otra forma de conocimiento del ser. Ninguna
de las más espirituales disciplinas (teología, parapsicología, psicología transpersonal,
antropología, etc.) ni las disciplinas más fi sicalistas (fí sica, química, fi siología, etc.) pueden
ser la cabal interpretación de la realidad como lo exige el planteo central del materialismo...
Además, la conciencia por si misma no separa claramente entre atributos espirituales (no
causales) y mundanos (causales) (como lo exige el nuevo epifenomenalismo).”

La estructura monista sostiene que “mente” y “cuerpo” (o “mente” y “cerebro”) son dos perspectivas de una
misma realidad. La “mente” es como el “cerebro” en su funcionamiento; y el cerebro provee la estructura de la
mente. Desde esta perspectiva, ni las ciencias sociales y psicológicas ni las neurociencias pueden considerarse
como un data acabado de la conciencia. La realidad esta simultáneamente en muchos niveles, ninguno de los
cuales es fundamental. Pero estos niveles han nacido de la mente analítica tratando de darle sentido a un
campo esencialmente indiferenciado de procesos sistemáticamente relacionados. De esta manera, Laughlin
abre la puerta a las consideraciones de lo transpersonal, diciendo que sin ellos la situación de la investigación
de la conciencia podría ser incompleta en toda su riqueza.

Laughlin propone que el principio operativo de la conciencia de la mayoría de la gente se mueve hacia un
“esfuerzo después de la significación” más que un “esfuerzo después de la verdad”. Para Laughlin, el cerebro
constantemente impone orden en sus experiencias para permitir a la gente llevar a un fin determinado a sus
vidas y alcanzar experiencias significativas. El trabajo de Laughlin enfoca la premisa de que la conciencia y la
neurofisiología son dos puntos de vista de la misma realidad. Este efecto de “dos manos aplaudiendo” sugiere
que por cada evento de la conciencia hay una interrelación correspondiente y casual de eventos fisiológicos.”
Los procesos psico-sensoriales (p.e. “una mano”) y los procesos cognitivo-intencional-espirituales (p.e. “la otra
mano”) permiten encontrar la construcción del “mundo viviente” en cada momento de la conciencia.

Laughlin ve el “mundo viviente” como un permanente de fluir de experiencias directas mediante una
“red conciente” individual. Predice que tales discursos contemplativo-espirituales, como la meditación, se
combinarán con las neurociencias produciendo “un poderoso e inminente acercamiento al estudio de
la conciencia” Los adeptos contemplativos tendrán papeles vitales en los estudios de la conciencia porque ellos
aumentarán su autoconocimiento como resultado del estudio de “estructuras del proceso sensorial” como
formas, modelos, y épocas temporales (“una mano”) con estas “estructuras de la experiencia” como el afecto,
el despertar, el conocimiento, la cognición, y la intención (“la otra mano”). Esta experiencia directa de la
totalidad del ser individual podría eliminar una distinción absoluta entre la “mente” y el “cuerpo”. De acuerdo a
Laughlin, es virtualmente imposible para una naturaleza contemplativa sostener creencias y teorías basadas en
un cisma entre las cosas mentales y las cosas físicas.

Para Laughlin, los recientes avances en la filosofía de la ciencia están apartándose del modernismo, o sea, las
posiciones positivistas. Este cambio esta determinado por el creciente interés en los métodos de investigación

88
fenomenológicos, el papel que desempeña la observación en mecánica cuántica, el alejamiento de una
metodología reduccionista para aproximaciones más descriptivas, tales como el sistema de análisis caótico, y la
crítica postmoderna en las ciencias sociales. La investigación de Laughlin acerca de la conciencia es consistente
con el postmodernismo que conduce a una posición construccionista acerca de la manera en que la gente
formula sus ideas acerca de la realidad, pero es más comprensible que las posiciones constructivistas que
describen en detalle los puntos de apoyo neurobiológicos de la intención humana (“las dos manos”).

Para Laughlin, es abrumadora la evidencia acerca de la cual las redes alcanzan la aprehensión del medio
ambiente. Esto tiene sus orígenes desarrollados en estructuras que están presentes antes, en, o solo después
de nacer, como la organización que esta en gran parte determinada genéticamente. El cerebro
permanentemente construye un mundo de experiencias con significado para si misma y su estructura es
indeleble pero flexiblemente grabada sobre cada momento de la conciencia. Laughlin afirma que la aceptación
de esta posición podría estimular a los científicos a ser menos rígidos en sus exigencias al observar anomalías
que ellos han desestimado a causa de su rigidez, y a reconocer que sus jactanciosas teorías serán verdaderas
solo cuando ellos estén socialmente favorecidos o culturalmente aprobados.

El sistema de análisis caótico, mencionado por Laughlin (1992) es un método de investigación favorecido por
los postmodernistas. La teoría del caos es una rama de las matemáticas que se especializa en el estudio de
procesos tan complejos que en principio no parecen estar gobernados por ninguna de las leyes físicas
conocidas, sino aquellas que actualmente tienen un orden definido por un vector de cálculo y su geometría
asociada. Ejemplos de procesos caóticos podrían ser el agua corriendo en una corriente o chocando en el lecho
de una cascada, cambios en la población animal, y cambios electroencefalográficos en el cerebro. Desde la
perspectiva de la teoría del caos, la actividad del cerebro durante la epilepsia es menos “caótica” que el
funcionamiento del cerebro; en realidad, el EGG de un epiléptico es extremadamente regular solo antes de un
ataque de petit mal (Pool, 1989). Krippner (1994) ha sugerido que las bifurcaciones entre varios atacantes
caóticos y no-caóticos pueden servir de base a los cambios en el dormir observados por los
investigadores de los sueños (p.e. Hobson, 1988) con movimientos rápidos de los ojos durmiendo siendo
caóticamente más complejo que los movimientos no-rápidos de los ojos en el sueño. La más baja
dimensionalidad o la orden más grande del movimiento rápidos de los ojos en el sueño pueden ser vistas desde
la parte narrativa que el soñador después atribuye al sueño. Los atacantes periódicos pueden representar un
intento por extraer imágenes adicionales del banco de memoria del soñador que facilitaría la continuación de
una historia que es más coherente y fisiológicamente más útil para el soñador. Porque tanto la actividad
geomagnética como el movimiento rápido de los ojos son sistemas potencialmente caóticos, harán
ampliamente posible para psi ingresar esta confluencia de sistemas, especialmente si psi es en si mismo
caótico.

La metodología del caos varía en la intensidad, desde la interrelación de causa y efecto a más interactiva, los
acercamientos multivariables que ponen acento en la importancia de patrones definidos, forma,
autoorganización, y calidad adaptativa de procesos complejos. Aunque existe un desenfrenado debate entre
postmodernistas acerca de la utilidad de cualquier método científico empleando las matemáticas, creo que el
sistema de análisis caótico provee una rica y elegante forma de describir varios procesos psicológicos tales
como los patrones de ondas cerebrales del EGG. Si nos entretenemos con la idea de que cualquier disciplina de
investigación científica es también otra narrativa que podría proporcionar información útil para nuestra
compresión del mundo, el sistema de análisis caótico es una vía que esta igualmente apta para darnos formas
nuevas y valiosas de conceptualizar la conciencia.

La mayoría de los métodos experimentales y sus consiguientes test estadísticos están basados en afirmaciones
lineales. Si la matemática no lineal del análisis de sistemas caóticos ha resultado útil para la comprensión de
fenómenos complejos en otras ciencias físicas, biológicas y sociales, es probable que ellos den, de aquí en más,
valiosas maneras de comprender los fenómenos psicológicos como pueden verse en el contexto de una
narrativa. Han habido algunas recientes especulaciones acerca del análisis de sistemas caóticos que aseguran
que su metodología y el análisis de los datos es fraudulento, y que tales representaciones topológicas derivadas
como los atacantes construccionistas y la dimensión fractal considera no representar “el auténtico” caos, son
meros artificios matemáticos que no son indicadores del sistema sujeto a análisis. Un subtexto a esta crítica es
una extensiva preparación necesaria con el objeto de usar la investigación del caos para el estudio de la
conciencia y otros fenómenos. En este punto, la oposición del análisis de sistemas caóticos supone dimensiones
políticas y económicas, que se ven envueltas en luchas que involucran poder y territorio.

89
En verdad, desde una perspectiva postmoderna, todos los métodos de investigación pueden ser vistos como
inherentemente políticos, enlazados con temas del poder y legitimidad. Los métodos de investigación
ampliamente usados son penetrados con un poderoso grupo de presunciones acerca del investigador, que es
ser investigado, y la relación entre ambos. Aún los métodos supuestamente “objetivos” son políticamente
costosos a causa de que ellos definen, controlan, evalúan, manipulan e informan. En otras épocas, los
postmodernistas defendían el abandono del método científico por completo porque es la resaca de un
positivismo desacreditado. Sin embargo, estos métodos en ciencias humanas como las historias orales y el
estudio de casos han ganado respeto entre los postmodernistas, aunque se considera esencial identificar el
lugar que ocupa y el contexto en el que se relató la historia, la interrelación entre el investigador y el
participante de la investigación, los motivos del investigador, y la cosmovisión de ambos. En ciencia
“postmoderna”, los temas de estudio de un investigador no presumen tener una existencia objetiva (como fue
el caso con el descubrimiento de elementos químicos de la ciencia moderna), y el rol que el investigador juega
en el proceso de investigación.

La Parapsicología puede encontrar gran receptividad en una parte de los científicos “postmodernos”, más que
de los científicos modernos. Entretanto, la Parapsychological Association (1989) ha expresado claramente que
“considerar un hecho como un fenómeno psi no constituye una explicación de ese hecho, solo indica que ese
hecho necesitará una explicación científica.” Con esto en cuenta, Hovelman y Krippner (186) presentaron 11
recomendaciones para el futuro de la parapsicología:

(1) Mientras los parapsicólogos usen los métodos usuales de la ciencia, sus hallazgos son, por definición, no-
revolucionarios, aún si ellos proporcionan datos que puedan necesitar una revisión de los paradigmas; de ahí
que los parapsicólogos deberían abstenerse de hacer afirmaciones extremas.

(2) La información acerca de la vida después de la muerte es aún más ambigua e irreal que la obtenida en la
investigación de laboratorio; de ahí que los parapsicólogos no deberían expresarse con seguridad acerca de
este tema.

(3) Los parapsicólogos no deberían basarse en conclusiones firmes acerca de la evidencia de casos
espontáneos dado que este material esta abierto a varios tipos de errores y sobreinterpretaciones.

(4) Los parapsicólogos no deberían afirmar que son capaces de explicar el fenómeno psi mediante la actual
terminología (p.e. percepción “extrasensorial”); estos términos son meramente descriptivos y probablemente
se transformen en una terminología estándar construida más empíricamente.

(5) En vista de la naturaleza no uniforme de los hallazgos experimentales de los parapsicólogos, no deberían
echar mano de expresiones que necesariamente constituyen un fenómeno psi.

(6) Los parapsicólogos deberían considerar cuidadosamente los argumentos de los críticos y cooperar con
intención científica entre ellos en todo lo que sea posible; tal vez, llegará el día cuando la distinción entre los
parapsicólogos y los críticos desaparezca cuando ambos grupos se unan en una actividad científica en común.

(7) Los parapsicólogos deberían separarse de aquellos que afirman presentar nociones incomprobables y
carentes de lógica mezcladas con ideas metafísicas

(8) Los parapsicólogos deberían proporcionar datos completos cuando publiquen sus experimentos; este
procedimiento estimulará a otros a intentar replicar y ayudará a prevenir a algunos críticos de hacer
acusaciones injustificadas.

(9) Los parapsicólogos deberían dedicar más esfuerzos para repetir los trabajos de sus colegas.

(10) Los parapsicólogos deberían compenetrarse en mayor cantidad de proyectos a largo alcance y una
comunicación inter-institucional.

(11) Los parapsicólogos deberían estudiar el amplio espectro de fenómenos psi sin importar que explicación
resulte más útil; psi puede ser hasta ahora mal interpretado por efecto de una expectativa personal, o pasar
por alto errores estadísticos, o campos de acción no detectados.

90
Por lo tanto, el criterio esencial de los parapsicólogos incluye la necesidad de dar importancia a la naturaleza
especulativa del campo, para ser sincero acerca de este controvertido estado, y no ir más allá de lo que la
evidencia garantiza. Sin embargo, las modestia debería estar combinada con una devoción a los
procedimientos científicos y un compromiso por la búsqueda de la verdad y su comprensión. Como la
Parapsychological Association (1989) concluyó: “La parapsicología tiene un siglo de trayectoria ofreciendo
imaginación científica y rigor al estudio de un fenómeno típicamente ignorado por otros investigadores
cualquiera sea el eventual éxito que esta investigación produzca, puede no ser de ayuda pero suma
conocimiento acerca de la humanidad y la condición humana.”

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