Está en la página 1de 49

PARAPSICOLOGÍA UNIDAD IV

UNIDAD 4

4.1. LA PSICOKINESIS
4.1.1. Definición
4.1.2. Introducción
4.1.3. Perspectiva histórica
4.1.4. Especulaciones teóricas
4.1.5. Investigación moderna
4.1.6. Bio-PK: Psicokinesis sobre organismos biológicos
4.1.7. PK sobre fotografías

4.2. POLTERGEIST
4.2.1. Definición
4.2.2. Introducción
4.2.3. Perspectiva histórica
4.2.4. Perspectiva fenomenológica
4.2.5. Especulación teórica
4.2.6. Poltergeist y apariciones
4.2.7. Poltergeist y haunting
4.2.8. Metodología para la investigación poltergeist

GUIA DE ESTUDIO IV

LECTURAS SUGERIDAS
Psicokinesis: Una interacción directa mente-materia,
por Helmut Schmidt

Consideraciones sobre las causas de los Poltergeist,


por Carlos Alberto Tinoco

Unidad 4: Psicokinesis y Poltergeist

4.1. LA PSICOKINESIS

4.1.1. Definición

Influencia psíquica o mental sobre la materia.

En laboratorio se manifiesta como una influencia mental sobre una serie de distintos acontecimientos, tales
como el resultado de una tirada de dados o la operación de distintos elementos electrónicos.

Al igual que la PES, con la cual parece estar muy estrechamente relacionada, la PK no puede explicarse
dentro del marco de las ciencias físicas actuales y nos falta todavía mucho para lograr una comprensión
satisfactoria de su mecanismo.

Además, tampoco sabemos si la PES y la PK son procesos básicamente distintos o si son, simplemente,
manifestaciones distintas de un principio universal de la Psi. Sin embargo, la parapsicología experimental ha
aclarado ya muchas de las peculiares propiedades de la PK, que la ubican en un nivel distinto de las fuerzas
físicas comunes y que podrían servir como base para modelos teóricos futuros.

4.1.2. Introducción

¿La mente humana puede afectar el mundo exterior mediante la simple acción del pensamiento? Este
interrogante ha atrapado la imaginación humana a lo largo de muchos años. La parapsicología experirnental ha
1
mostrado que entre el hombre y el mundo exterior existe un cierto tipo de interacción mediante la cual la
mente influye sobre los acontecimientos externos sin que entre en juego la acción muscular ni ningún otro
vínculo existente dentro del alcance conocido de la física. A fines del siglo pasado se hicieron en Europa una
serie de intentos para estudiar esta posibilidad dentro de un marco científico, y estos estudios coincidieron con
un momento en que los médiums espiritistas y otros individuos que se dedicaban a las actuaciones psíquicas
habían comenzado a despertar el interés público y querían someterse, ellos mismos, a un estudio científico.

Algunas de estas investigaciones, informadas por científicos de probada reputación, sugerían la presencia
ocasional de efectos de PK realmente espectaculares, como por ejemplo el movimiento, por medio de la
mente, de objetos pesados que estaban fuera del alcance del individuo sometido al test. Los primeros trabajos
llevados a cabo en relación con la PK no fueron continuados con la intensidad que hubiera sido dable esperar,
en parte porque disminuyó el número de sujetos dotados, en parte el descubrimiento de las actividades de
médiums fraudulentos hizo surgir dudas sobre las medidas que los investigadores habían adoptado para
protegerse de las posibilidades de mistificación y engaño.

Un enfoque distinto de la PK fue sugerido por las afirmaciones de algunos jugadores que decían que podían
influir, mentalmente, sobre la forma en que caían los dados. Siguiendo esta línea, J.B.Rhine informó en el año
1940 que no sólo un pequeño grupo de jugadores sino también un gran sector de la población podían influir
mentalmente sobre la caída de los dados. El método estadístico de Rhine para el estudio de la PK no produjo
resultados tan espectaculares como los que habían sido informados en algunos de los estudios anteriores.

Pero como no podía contarse con la actuación de individuos especialmente dotados, el enfoque estadístico
sensitivo que posibilitaba la experimentación con sujetos comunes predominó en la investigación de la PK
durante las décadas siguientes, y sólo hace muy poco tiempo han comenzado a registrarse nuevos esfuerzos
serios destinados a lograr efectos más definidos de PK.

4.1.3. Perspectiva histórica

a. Los trabajos de J.B.Rhine. La idea de que el resultado de una tirada de dados puede ser determinado, al
menos parcialmente, por nuestra actitud mental y no sólo por las posibilidades indiscriminadas de la suerte, ha
tenido últimamente una muy amplia difusión. La mayoría de los científicos piensan que esa posibilidad debería
ser considerada como demasiado absurda para ser tomada eventualmente en serio. Sin embargo, los
investigadores del campo de la parapsicología consideran que ese efecto de la PK es un complemento natural
de la PES. Ambos fenómenos sugieren la existencia de una interacción entre la mente humana y el mundo físico
exterior. En el caso de la PES, los acontecimientos externos (que no son accesibles a nuestros sentidos físicos)
se tornan manifiestos para el sujeto, y en el caso de la PK parecería que la mente del sujeto actúa sobre el
mundo exterior.
J.B.Rhine y sus colaboradores de la Universidad de Duke comenzaron a aplicar, a partir de 1934, una serie de
tests sistemáticos para determinar la posible influencia de la mente sobre los dados. Poco tiempo después,
C.B.Nash desarrolló, en forma independiente, la idea de usar dados para tests de PK. Al comienzo los dados
eran arrojados manualmente pero en tests posteriores se utilizaron cubiletes, mientras el sujeto trataba,
mentalmente, de provocar la aparición de una cara determinada del dado. Tomando con la misma frecuencia
las seis caras como objetivos, se podía compensar una posible desviación provocada por la imperfección de los
dados.

Después de ocho años de experiencias con los dados, Rhine consideró que la existencia de la PK estaba lo
suficientemente probada como para publicar los resultados obtenidos por distintos investigadores. Las pruebas
más evidentes de la PK aparecieron, en estos primeros datos, como un efecto de declinación. Los sujetos
mostraban una tendencia común a obtener un puntaje ligeramente más alto al comienzo de una serie de tests
que hacia el final de los mismos. Además, si en una sesión se cumplían varias series de tests (por lo general 24
tiradas de dados), los puntajes tendían también a disminuir de la primera a la última serie de tests. La
declinación parece psicológicamente plausible, ya que puede reflejar la declinación del interés que el sujeto
tiene en el test.
Con el propósito de eliminar totalmente una posible simulación de los efectos de la PK, lograda gracias a la
habilidad manual del sujeto, Rhine comenzó a utilizar un cubilete manejado automáticamente, con una caja
mezcladora de alambre, que se detenía automáticamente a intervalos regulares. En la caja se sacudían un
dado, o más, y el sujeto trataba de forzar la aparición de muchos seis (o de algún otro número predeterminado,
elegido como objetivo). Gracias a la intervención de la máquina, podía lograrse una completa separación entre
el individuo y los dados, pero, a pesar de ello, el efecto de PK persistía.

2
Un experimento sobre el que informó Rhine en 1943 constituye un ejemplo típico de la importancia de ese
efecto. En el curso de ese experimento se trabajó aproximadamente 900 veces, a lo largo de un período de dos
días, con un cubilete que tenía dos dados. Participaban tres sujetos adultos. La cara del dado elegida como
objetivo apareció en un 19,2 por ciento de los tiros, mientras que las expectativas derivadas de la suerte eran
sólo de 1 a 6, o sea el 16,7%. La magnitud de este efecto quizá no parezca importante y uno podría llegar a
preguntarse si el resultado podría ser, simplemente, el resultado de una fluctuación estadística. Esas
fluctuaciones suelen ocurrir, tanto en presencia como en ausencia de la psi. Pero afortunadamente las ciencias
matemáticas nos informan sobre cuál puede ser la fluctuación que sería dable esperar en ausencia de la psi. En
el caso de las 1800 pruebas en las que se registraron 45 aciertos más de los que era dable esperar como
resultado de la suerte, ésta hubiera dado resultados tanto o aun más altos sólo una vez en cada 400
experimentos. En consecuencia, si los puntajes eran simples resultados de la suerte (sin intervención de la psi,
podía considerarse que los sujetos eran, en realidad, muy afortunados, ya que la posibilidad de que la suerte no
fuera la determinante de los resultados era de 400:1. La mayor parte de los experimentadores señalan la
importancia estadística de sus resultados refiriéndose en términos de la probabilidad para obtener resultados
tanto o aun más altos por la mera intervención de la suerte. En ese caso tendríamos p= 11400 o p= 0,0025. Una
serie de experimentos posteriores de PK llevados a cabo con dados confirmaron la existencia de ese efecto
que, en algunos casos, llega a tener una importancia estadística aun más significativa.

En las primeras etapas de la investigación, se consideró que la PK era una fuerza similar a las fuerzas eléctricas,
magnéticas o de gravitación. El ingeniero sueco Haakon Forwald hizo un intento muy interesante para medir la
“fuerza PK” en unidades físicas. Otro tipo de test de PK, el “test de ubicación,” ideado por W. E. Cox, se utilizó
también con el mismo propósito. Se hacía rodar el dado por un plano inclinado hasta la tapa de una mesa
dividida por una línea central, y el sujeto trataba de desviar el dado hacia la derecha o hacia la izquierda.
Forwald, que en la mayor parte de sus experimentos actuaba, simultáneamente, como sujeto y como
experimentador, observó una desviación significativa del dado en la dirección deseada. Luego calculó qué
cantidad de fuerza física hubiera sido necesaria para que, al actuar lateralmente sobre el dado, hubiera
producido la misma desviación. Sus resultados sugieren la existencia de fuerzas PK que puede llegar hasta el 10
por ciento de las fuerzas de gravitación que actúan sobre el dado. Sin embargo, la idea de la existencia de una
fuerza PK de esta magnitud no ofrece gran consistencia, ya que esa fuerza debería ser capaz de desviar un dado
suspendido por un hilo, cosa que aún no ha sido observada. Forwald llevó adelante sus intentos de interpretar
la PK en términos de energías y fuerzas familiares. Como las fuerzas eléctricas y magnéticas podían ser
excluidas fácilmente, Forwald centró sus especulaciones en las fuerzas de gravitación, mucho menos conocidas.
J.H.Rush formuló una crítica de los conceptos teóricos de Forwald.

Gran parte del trabajo de Forwald estuvo dedicado a establecer si la magnitud del efecto PK depende de la
naturaleza física de los dados. Los experimentos con dados de precisión, de distintos materiales y con dados de
madera con revestimiento de metal de distinto grosor, parecían indicar la existencia de una cierta relación
válida entre el material de los dados y el efecto PK. Sin embargo, estos resultados deben ser considerados con
suma prudencia, ya que se ha comprobado que la PK depende en gran medida de factores psicofísicos muy
sutiles. Por eso es muy posible que la expectativa consciente o inconsciente del sujeto (Forwald) en relación
con el resultado, puede determinarlo en mayor medida que la naturaleza física de los dados per se.

Sin embargo, los dados no son una herramienta ideal para un estudio cuantitativo de la PK, ya que el análisis
físico y matemático del rodar de un dado plantea, aun en ausencia de PK, un problema matemático realmente
complejo. Cuantitativamente puede decirse que el resultado de una tirada de dados es determinado en parte, y
de una manera causal, por la posición inicial del dado y por la estructura física del cubilete, pero también, en
parte, por pura obra de la suerte. El efecto de la suerte se fortalece (y puede llegar a ser prácticamente el
ciento por ciento) cuando los dados se sacuden con mucha intensidad. Tomemos ejemplo un dado que es
liberado automáticamente en el extremo superior de un plano inclinado y comienza a rodar hacia la mesa. Si la
inclinación es muy corta podremos comprobar que la cara: del dado que aparece está determinada totalmente
por la posición inicial del dado (0 por ciento de suerte). Si la inclinación aumenta, y el dado rebota con mayor
fuerza, el resultado es cada vez más difícil de predecir. Esta imposibilidad de predicción no resulta únicamente
de la carencia de una buena computadora que permita calcular en forma detallada la caída del dado. Se
vincula, más bien, con el “principio de incertidumbre básico” de la física moderna.

Este principio implica que las condiciones más importantes de la puesta en movimiento, tales como las
oscilaciones internas del dado, las vibraciones atómicas en la superficie inclinada y el movimiento de las
moléculas de aire que chocan con el dado, no pueden ser observadas nunca con la exactitud necesaria para

3
poder formular una predicción exacta de la forma en que caerá el dado. E.H. Walker ha hecho algunas
estimaciones numéricas sobre el grado de azar que es dable esperar en los experimentos de Forwald. Los
cálculos, que pese a algunos supuestos simplistas son en realidad muy complejos, muestran que el grado de
casualidad depende, en condiciones similares de test, del tamaño, el peso y la importancia de la inercia de los
dados. Los cálculos sugieren, además, que algunas de las diferencias observadas por Forwald al comparar
distintos dados pueden ser originados por los distintos grados de casualidad determinados por las condiciones
del test. Forwald manejó mejor los tests que proporcionaban un margen amplio de casualidad que los tests en
los que no se agitaba los dados con mucha energía, de manera que el resultado era determinado, en gran
medida, por la posición inicial de los dados.

Aunque la mayoría de los trabajos iniciales sobre PK se hicieron con dados, gradualmente se introdujeron otros
elementos destinados al mismo propósito. Una gran variedad de hechos diarios, que dependen de la
intervención de la suerte, tales como la formación de espirales de humo, la salida de agua de un surtidor, la
próxima lluvia, las fluctuaciones del mercado de valores, el resultado de un tiro de ruleta, pueden responder
quizás a las fuerzas de PK, pero la mayoría de estos hechos no pueden producirse dentro de las condiciones de
las pruebas cuantitativas de laboratorio. Un ejemplo de los primeros estudios de PK llevados a cabo sin recurrir
a los dados es un experimento realizado por Cox. En éste el azar intervino gracias a lo fortuito del tiempo
requerido para que una retransmisión hiciera un contacto eléctrico. Se activó una secuencia de
retransmisiones, cada una de las cuales impulsaba a la siguiente; el tiempo requerido para el cierre de la última
retransmisión fue medido por un reloj calibrado con una exactitud de un centésimo de segundo. En el
momento de cierre se observaron fluctuaciones estadísticas muy importantes, que señalaban la naturaleza
fortuita del proceso. En una oportunidad el sujeto trató de acelerar el cierre de la última retransmisión y en
otra trató de retardarla. En tests llevados a cabo con 6 grupos se comprobó que en 726 pruebas un grupo
obtuvo un éxito promedio de 56,7 por ciento cuando las posibilidades de éxito derivadas de la suerte eran del
50 por ciento. Un puntaje tan alto puede ser resultado de la suerte aproximadamente una vez dentro de un
millar de grupos de test, por eso el resultado puede considerarse estadísticamente significativo.

Los trabajos de Helmut Schmidt. Para una mejor comprensión de la naturaleza básica de la PK podría resultar
más útil estudiar su funcionamiento en sistemas muy simples y, en particular, su posible efecto en la fuente
natural más elemental de casualidad, representada por las pérdidas de unidades de energía. La declinación de
la radioactividad es un caso típico de pérdida de unidades de energía. Consideremos los átomos en una
muestra de un elemento radioactivo, el estroncio 90. Los núcleos de esos átomos son tan inestables que
decaen espontáneamente después de un promedio de vida de 30 años. Esto no significa que los átomos sufren
un proceso de envejecimiento; por el contrario, se ha comprobado que no se modifican hasta el momento
preciso de su declinación. ¿Cuál es la “causa” que determina la declinación del átomo en un momento
particular? La física moderna responde a este interrogante diciendo que no es necesario que exista una causa
específica, que la declinación es un resultado del azar, característico de los hechos que se producen a nivel
atómico. Si esta interpretación es correcta, las declinaciones radioactivas (y otras pérdidas de unidades de
energía) podrían llegar a representar un objetivo muy interesante para los esfuerzos de la PK, ya que nos
enfrentaríamos a un proceso básicamente simple y (a diferencia del de los dados) librado puramente al azar. El
azar básico que interviene en las declinaciones radioactivas les confiere también gran interés para los tests de
precognición.

Las declinaciones radioactivas representan, además, un gran desafío para los tests de PK, ya que resulta
sumamente difícil influir con medios físicos sobre esas declinaciones. Como el núcleo atómico constituye un
sistema tan pequeño, tan sujeto y tan protegido, el proceso de decaimiento es muy poco sensible a los campos
eléctricos y magnéticos, a las fluctuaciones de temperatura y a otros efectos externos. Este aspecto ha sido
puesto de manifiesto por Beloff y Evano, que fueron los primeros que quisieron influir sobre las declinaciones
radioactivas por medio de la PK. Estos investigadores instalaron una muestra radioactiva dentro de un contador
que registraba cada proceso de declinación y mostraba el número total de éstos, con intervalos de un minuto.
La variable fortuita que podía recibir la influencia de la PK era el número de declinaciones registradas dentro de
ese minuto de intervalo. El sujeto, que miraba las cifras exhibidas por el contador, trataba de obtener un
cálculo elevado para el primer minuto y un cálculo bajo para otro minuto. Este experimento, llevado a cabo con
30 estudiantes, no mostró un efecto PK, ya que el número de procesos de declinación registrados durante los
intervalos de un minuto parecía ser independiente del esfuerzo mental del sujeto. Pero a pesar de ello los
autores piensan que quizá la instalación experimental no contribuyó a crear las condiciones de desafío
necesarias para que los sujetos activaran sus capacidades potenciales de PK.

4
Chauvin y Genthon informaron sobre resultados muy promisorios logrados gracias a una instalación similar,
pero, lamentablemente, su trabajo no tuvo continuidad. Una desventaja práctica de la instalación descrita está
representada por el hecho de que el contador de las declinaciones radioactivas debe ser protegido con sumo
cuidado, a fin de que la radiación, introducida quizá fraudulentamente por cualquier fuente radioactiva, no
afecte los índices determinados por el contador. Además, las condiciones físicas, tales como el suministro de
voltaje para el contador, deben mantenerse con la más alta exactitud. A fin de evitar esas dificultades, en mis
últimos tests de PK utilicé el carácter fortuito de las declinaciones radioactivas en una forma ligeramente
distinta.

En estos tests, las declinaciones radioactivas actuaron como la fuente básica de casualidad en un generador
binario, un “acuñador electrónico” que podía producir una secuencia fortuita de cabezas y colas. El acuñador
electrónico está formado, básicamente por un tubo Geiger que registra el proceso de declinación que se
produce en una muestra de estroncio 90 y por una aguja electrónica de alta frecuencia que oscila muy
rápidamente Q millón de veces por segundo) entre dos posiciones posibles, la de la cabeza y la de la cola.
Cuando el aparato es activado, la aguja continúa oscilando hasta el momento en que el tubo Geiger registra la
última declinación. En este marco específico el tiempo promedio de espera para la declinación inmediata es de
un décimo de segundo, pero, en otros casos, el tiempo de espera es fortuito, de manera que existe la misma
posibilidad de que la aguja sea atraída por la cabeza como por la cola. Este es un acuñador electrónico casi
ideal, y aun cuando la fuente de la fuerza radioactiva o la sensibilidad del tubo Geiger pudieran cambiar, la
casualidad de la secuencia de cabezas y de colas generadas en esa forma no disminuiría.

En un test de PK el sujeto trata de reforzar la aparición, por ejemplo, de más cabezas que colas. Para que esta
tarea adquiera características de desafío psicológico, el acuñador es conectado a un panel que tiene nueve
lámparas formando círculo. Se enciende una lámpara por vez y cada vez que se generan una cabeza o una cola
la aguja da un paso en la dirección de las agujas del reloj o en la dirección inversa, respectivamente. De esta
manera, la luz, moviéndose a un promedio de un paso por segundo, cumple un recorrido fortuito entre las
nueve lámparas. Cuando se trata de un test estándar, el acuñador es condicionado para producir 128
decisiones, que toman aproximadamente dos minutos. El sujeto se sienta frente al panel y trata de influir para
que la luz dé más pasos en la dirección de las agujas del reloj que en la dirección inversa, lo que equivale a
determinar un movimiento de la luz. Esta tarea equivale a forzar la generación de más cabezas que colas en el
acuñador, pero los sujetos recibieron instrucciones de prestar atención exclusivamente a la luz expuesta en el
panel. Ninguno de los sujetos tenía un conocimiento exacto de la estructura interna del acuñador.

El primero de los experimentos llevados a cabo en estas condiciones dio un resultado sorprendente. La mayoría
de los sujetos (no seleccionados) mostraron tendencia a un puntaje negativo. En todas las oportunidades en
que trataban de influir para que la luz hiciera una rotación completa siguiendo la dirección de las agujas del
reloj, la luz mostraba tendencia a efectuar un movimiento inverso. Lo mismo sucedió cuando se les pidió que
influyeran para que la luz siguiera el movimiento opuesto al de las agujas del reloj. Esa manifestación de
carencia de PK ya había sido informada en experimentos anteriores, especialmente cuando los sujetos se
sentían incómodos dentro de las situaciones creadas por el test. (El sujeto tenía que sentarse solo frente al
panel en un gabinete oscuro.) Como en esa etapa yo centraba mi interés en observar cualquier efecto PK, en
cualquier dirección, en un test confirmatorio siguiente traté de reforzar los sentimientos negativos de los
sujetos. 0 les pedía que vincularan el test con sentimientos de fracaso (“Imaginen, muy vívidamente, alguna
situación en la que fracasaron o se sintieron muy incómodos”), o trataba de desanimarlos en alguna otra
forma. En esas condiciones obtuvimos un efecto PK significativamente negativo, con posibilidades contra el
efecto de la suerte de más de 1000:1 (p= <0,001).

Pero cuando se trata de tests prolongados no es agradable mantener al sujeto en estado de frustración. Por
eso, en la mayoría de los últimos tests traté de obtener efecto PK en la dirección deseada, recurriendo para ello
al estímulo y seleccionando sujetos adecuados. El primer sujeto notablemente positivo fue una joven que
recurrió a mí porque se sentía muy “psíquica” frente a las situaciones de todos los días, especialmente por la
intensidad con que recibía impresiones psíquicas relacionadas con otras personas. En un primer experimento,
integrado por 50 series de 128 pruebas cada una, de 2 minutos de duración, la joven obtuvo, en relación con la
aparición del número de cabezas deseadas, un puntaje promedio del 52,2 por ciento, en lugar del 50 por ciento
que hubiera sido dable esperar como resultado de la suerte. Y en un test posterior obtuvo un puntaje
promedio aun más alto (53,5 por ciento de aciertos en 25 series de tests). Estos resultados distan mucho de las
posibles fluctuaciones de la suerte. Las posibilidades contra la suerte exceden las de un billón a uno. Pero aun
con este sujeto tan bien dotado los resultados de PK no se daban fácilmente ni tampoco de manera rutinaria.

5
Cada sesión requería un esfuerzo nuevo y especial y muchos días no podíamos llevar a cabo los tests porque el
sujeto no se sentía dispuesto a emprender la tarea.

Otros investigadores continuaron los experimentos con el mismo equipo o con otros similares. Así, Eve André
informó sobre un estudio cumplido con tres sujetos muy motivados y seriamente interesados en la
investigación de la psi El problema general que debía investigarse consistía en determinar si uno podía
identificar ciertos estados de ánimo, actitudes mentales o condiciones externas (tales como el tiempo o el
momento del día) que podrían resultar especialmente adecuados para la acción de la PK. Los resultados dieron
pruebas de la existencia de la PK y mostraron que esos sujetos obtenían puntajes significativamente más altos
en las primeras horas de la mañana que durante la mitad de la tarde, concordando con el sentimiento general
del sujeto, que suele encontrarse más alerta y brillante durante las primeras horas de la mañana.
En los últimos experimentos de Honorton y Barksdale se usó el mismo tipo de generador de objetivo (pero con
un display diferente). En estos experimentos el sujeto veía únicamente dos lámparas que se encendían
respectivamente cada vez que se generaba una cabeza o una cola; pero el sujeto trataba de influir para que
una de las lámparas se encendiera con mayor frecuencia. El problema específico que se estudió consistía en
determinar si la PK podía operar mejor cuando el sujeto estaba en un estado de tensión muscular o cuando se
relajaba. Este problema fue planteado por una serie de informes, elaborados parcialmente en el plano
anecdótico, que relataban que algunos sujetos con condiciones espectaculares de PK solían trabajar en estados
de gran actividad corporal y acompañados probablemente por una gran tensión muscular. Por lo menos uno de
los diecisiete sujetos estudiados obtuvo resultados altamente significativos; puntajes positivos en las series con
tensión muscular y un puntaje negativo casi igualmente elevado (carencia de PK) en las series con relajación
muscular. Esto sugiere que la PK trabaja en estados de tensión y de relajación, pero que la actitud del sujeto
estuvo orientada de manera distinta en las dos condiciones.

En los experimentos sobre los que hemos informado la PK aparece como una consecuencia insignificante de
una serie de acontecimientos fortuitos. Se podría tratar de incrementar la eficacia de las pruebas de PK
operando con un número mayor de acontecimientos individuales fortuitos. Esto podría hacerse trabajando con
una sucesión muy rápida de acontecimientos fortuitos, o con muchos acontecimientos fortuitos producidos
simultáneamente.

Inclinándome por el primer enfoque elaboré un acuñador electrónico que podía producir una secuencia de
cabezas y colas a promedios de 30 y 300 decisiones por segundo. Los números de cabezas y de colas fueron
acumulados por tubos que los expulsaban, pero durante una serie las lecturas se modificaban tan rápido que el
sujeto no podía seguir la pista de sus aciertos y tuvo que limitarse a ver el resultado final.

Para una retroalimentación más directa de la actuación momentánea del sujeto usé dos tipos de exhibidor. El
más simple, aunque realmente muy útil, estaba provisto de un par de auriculares que señalaban cada cabeza o
cola generada mediante un clic en la oreja derecha o izquierda, respectivamente. A fin de que obtuviera más
cabezas que colas, se instruyó al sujeto para que se concentrara en la oreja derecha, a fin de recibir allí un
número mayor de clics. Por lo general, el volumen de los clics se mantenía más bien bajo, y los sujetos más
exitosos cerraban muchas veces los ojos y escuchaban los clics en el oído elegido como objetivo en la misma
forma en que podrían escuchar una voz distante, en un estado alerta pero relajado. El otro experimento se hizo
con la aguja de una pluma registradora conectada de tal manera que cada cabeza o cola que se generaba
hacían que la aguja se moviera un poco hacia la derecha o hacia la izquierda, respectivamente. El sujeto se
concentraba en las fluctuaciones estadísticas de la aguja y trataba de que se moviera hacia la derecha.

Es importante mencionar que el material exhibido es similar a otros usados para el entrenamiento de la
retroalimentación, en el que el sujeto aprende a controlar las funciones del cuerpo que no están sujetas
normalmente a la voluntad consciente. Tomemos como ejemplo los experimentos de Elmer Green en los que
los sujetos aprendían a aumentar la temperatura de la superficie de su piel (con el propósito de mejorar su
relajación). Un termómetro adherido a la piel se conectaba con el material presentado de manera que
cualquier incremento de la temperatura de la piel era señalado por un movimiento de la aguja hacia la derecha.
El individuo podía ver así, inmediatamente, cuál de sus esfuerzos determinaba el aumento de temperatura,
hasta que finalmente podía llegar a estar en condiciones de controlar la temperatura a voluntad. Aunque no
puede considerarse que éste sea un test de PK, se plantea el interrogante de si algunas de las facultades
especiales de la PK podrían ponerse de manera similar, bajo los efectos del control consciente.

Uno de los objetivos de los tests llevados a cabo con el generador de alta velocidad era determinar si el índice
de puntaje disminuía al aumentar la velocidad de generación, en cuyo caso el sujeto dispondría de menos

6
tiempo en cada uno de los acontecimientos fortuitos. Comparando las velocidades de 30 y 300
acontecimientos por segundo, se comprobó que en ambas condiciones de retroalimentación se producía una
declinación considerable. Con el propósito de igualar dentro de lo posible, las situaciones de test, las series
individuales que se desarrollaban a la menor y mayor velocidad incluían de 100 a 1000 resultados,
respectivamente, de manera que cada test duraba aproximadamente 3 segundos. En una sesión típica se
hicieron entre 10 y 40 de estas series de tests breves. El experimento, en conjunto, incluyó 400 series de menor
velocidad (total = 40.000 resultados) y 400 series a la mayor velocidad (total = 400.000 resultados). Como cada
serie duraba sólo 3 segundos, el tiempo real dedicado al experimento fue sólo de 40 minutos, pero el tiempo
que transcurrió entre las series y el comienzo de una sesión fue mucho mayor. En lugar del 50 por ciento que
era dable esperar como resultado de la suerte, las series más lentas produjeron un 51,6 por ciento de cabezas y
las series más rápidas un promedio de sólo un 50,37 por ciento de cabezas. Ambos resultados tienen gran
importancia estadística.

Comparando estos resultados con los obtenidos en los tests anteriores llevados a cabo con un panel con luces
circulares, en los que los objetivos se producían a un promedio de uno por segundo, puede decirse que el
generador rápido demostró, mucho más eficientemente la existencia de la PK, ya que en un tiempo dado
podían obtenerse datos estadísticos mucho más significativos. Por otra parte, el aumento del índice de
generación, de 30 a 300 por segundo, no determinó un aumento de su eficiencia como consecuencia de la
declinación en el índice de puntaje de los desempeños individuales. De manera que un nuevo aumento en la
velocidad de generación, cosa técnicamente factible, puede no resultar provechosa.

El otro enfoque destinado también a lograr una mayor eficiencia consistió en el lanzamiento simultáneo de
muchos dados. Pero se podría ir mucho más allá en esa dirección y tratar, por ejemplo, de influir sobre las
reacciones químicas que resultan de la interacción de muchos billones de partículas. Los estudios de la acción
de la PK sobre los organismos vivientes o sobre una emulsión fotográfica pueden proporcionamos ejemplos de
este tipo.

4.1.4. Especulaciones teóricas

Los resultados de la parapsicología experimental señalan que los conceptos corrientes de la física no se
adecuan a una descripción completa de la naturaleza animada. La importancia de este descubrimiento puede
comprenderse únicamente si se aprecia el éxito extraordinario que la física moderna ha logrado al describir la
naturaleza en los niveles macroscópicos y microscópicos.

Poco tiempo después del desarrollo de la teoría del quantum, ésta pudo utilizarse para proporcionar una
comprensión cuantitativa de una enorme variedad de fenómenos. La comprensión teórica llevó a inventos
nuevos y espectaculares, que iban desde el rayo láser hasta la bomba atómica. El éxito de la teoría del
quantum, unido a su elegancia matemática y a su simplicidad y consistencia interna, llevaron a pensar que esta
teoría podría bastar para explicar, en principio, todos los fenómenos observables, incluyendo los procesos de la
naturaleza viviente.

Pero esta confianza en la omnipotencia de la teoría del quantum no fue compartida por todos los físicos. Niels
Bohr, que en los últimos años se interesó muy especialmente en la biología molecular y en los orígenes de la
vida, llegó a estar convencido de que, además de la teoría del quantum, en el comienzo de la vida se introduce
algún otro principio básicamente nuevo. Sin embargo, fueron los resultados experimentales de la
parapsicología los que mostraron por primera vez, explícitamente, que la teoría del quantum no proporciona
una descripción completa de la naturaleza y que algunos resultados experimentales son totalmente
incompatibles con la formulación e interpretación actual de esta teoría.

Esto plantea, a su vez, una gran cantidad de interrogantes. ¿Cuál es el error de la física actual? ¿Cuál de las
leyes generalmente aceptadas de la física es incompatible con los resultados de la investigación de la psi? ¿La
física ha incurrido en un error muy grave o sólo requiere modificaciones menores? ¿Los efectos de la psi
podrían ejercer alguna influencia sobre experimentos con sistemas inanimados llevados a cabo en los
laboratorios físicos o la psi puede aparecer sólo en la naturaleza viviente? De ser así, ¿en qué nivel debe
aparecer por primera vez la psi, en un virus, en una célula única, en una cucaracha, en un ratón o sólo y a partir
del hombre?

La teoría del quantum describe la naturaleza en términos de dos tipos de leyes, las leyes de conservación y las
leyes estadísticas. Entre las leyes de conservación son muy conocidas las de la energía y la del impulso de una

7
partícula libremente móvil. Estamos familiarizados con estas leyes a partir de la antigua física clásica y
continúan siendo igualmente válidas en el mundo microscópico de la mecánica del quantum. Por otra parte, las
leyes estadísticas desempeñan un papel mucho más importante en la teoría del quantum que en la física
clásica, ya que la teoría del quantum considera que el azar es uno de los elementos básicos de la naturaleza. Si
consideramos, por ejemplo, un átomo de estroncio radioactivo 90, veremos que la teoría: del quantum implica
que la declinación ocasional de éste es un proceso básicamente fortuito que no requiere una “causa”
específica. Los físicos se resistieron durante mucho tiempo a abandonar el concepto de causalidad estricta, que
fue uno de los pilares de la física clásica. Algunos físicos han considerado la posibilidad de la existencia de un
mecanismo oculto en el interior del núcleo atómico que podría determinar el momento exacto de su
declinación. Pero hasta ahora ninguna de estas teorías cuenta con una aceptación general porque son
demasiado complejas y poco plausibles y porque los físicos se han habituado al concepto de un proceso
elemental puramente fortuito.

La naturaleza estadística de los experimentos de PK antes mencionados podría sugerir que la PK quizás afecte
únicamente las leyes estadísticas de la física, mientras que las leyes de conservación (para la energía, el
impulso, etc.) se mantienen intactas. esta posibilidad resulta especialmente atractiva para los físicos que
quieren incorporar lo más fácilmente posible la psi dentro del marco ya existente de la física. Pero aunque
afecte “únicamente” los hechos estadísticos, la PK puede influir para que se obtengan resultados
espectaculares, ya que las leyes estadísticas desempeñan un papel dominante en nuestra vida diaria. Así, por
ejemplo, si usted hace correr agua fría y caliente dentro de su bañera lo leyes estadísticas prevén que al cabo
de cierto tiempo se llegará a una distribución uniforme de la temperatura. Un sujeto PK que pudiera invertir el
proceso y hacer que un lado de la bañera contuviera agua uniformemente caliente y la otra mitad agua
uniformemente fría, lograría afectar únicamente las leyes estadísticas (como la segunda ley de la
termodinámica) pero no las leyes de conservación (como por ejemplo la ley de conservación de la energía).

En la mayoría de los tests informados, llevados a cabo con equipos electrónicos muy complejos, los sujetos
involucrados no conocían la estructura interna de la maquinaria del test. Obtenían éxito concentrándose en el
resultado final, señalado por el panel que se exhibía. Esto sugiere que la PK podría no ser comprendida en
forma adecuada si se la plantea en términos de algún mecanismo mediante el cual la mente en una forma
calculada muy inteligentemente interfiere con la máquina, y que sería más conveniente considerar la PK como
un principio orientado a un propósito, que apunta exitosamente a un resultado final, sin que importe lo
intrincado que puedan ser los pasos intermedios.

Este punto de vista es respaldado por tests que comparan la acción de la PK sobre generadores binarios de
distinta complejidad. Por ejemplo, cuando reemplacé el acuñador común mencionado en el test de PK llevado
a cabo con el panel con luces circulares por otro recurso doblemente complejo (obtenido mezclando la
capacidad de dos de los generadores binarios comunes), no registré declinación alguna en los puntajes de PK.
En una prueba más reciente, llevada a cabo con generadores fortuitos que diferían todavía más drásticamente,
no observé tampoco diferencias en los puntajes promedios obtenidos con los dos generadores. En cada uno de
estos experimentos, los generadores comparados se conectaban al mismo panel exhibidor, sin que se
informara a los sujetos sobre las diferencias existentes entre los generadores. Esto se hacía con el propósito de
eliminar el posible efecto de una preferencia consciente o subconsciente que el sujeto pudiera experimentar
por una u otra de las situaciones de test.

El concepto de un proceso aumentado a un fin se opone a nuestra comprensión convencional de la naturaleza


en términos de causa y efecto. Pero la estructura convencional causa efecto es trastocada también en los tests
de precognición, en los que el sujeto predice, exitosamente, el resultado de un acontecimiento fortuito
posterior. En este caso, el hecho posterior actúa en alguna medida sobre el estado mental del sujeto.

Por lo general se considera que entre la PK y la precognición existe una relación estrecha, hasta el extremo de
que en los tests de laboratorio no es posible lograr una separación rigurosa entre la precognición y la PK.
Tomemos como ejemplo el caso típico en que una moneda es arrojada y se instruye simultáneamente al sujeto
para que trate de predecir (precognición) el lado que va a salir en un experimento, y fuerce luego,
mentalmente, la aparición en el próximo de, digamos, la cara. En el primer experimento no podemos
diferenciar, realmente, si el sujeto predice pasivamente el hecho o utiliza, sin darse cuenta, la PK para hacer
que el resultado se adapte a su predicción. Por ello, en estos casos no puede demostrarse la presencia de
“precognición pura.” La observación de “PK pura” en el segundo caso parece algo más clara y factible. Pero aun
estos resultados aparentes “de PK” pueden ser proporcionados por un sujeto que puede predecir el resultado
de los próximos lanzamientos de monedas y que “quiere participar en un test” cuando piensa que cuenta con

8
todas las condiciones para triunfar. Este ejemplo nos debería recordar que la diferencia entre PK y precognición
representa en la actualidad un problema esencialmente práctico, lo que no implica, necesariamente, que en el
proceso intervengan mecanismos básicamente distintos.

4.1.5. Investigación moderna

El Princeton Engineering Anomalies Research o PEAR [Investigaciones en Ingenieria Anómala de Princeton] está
actualmente dedicado a la investigación de la micro-PK, en condiciones rigurosas de control; el objeto del
programa de Ingeniería anómala es estudiar “los fenómenos físicos relacionados con la conciencia”.La
Universidad de Princeton, en New Jersey. La universidad está localizada en un enorme predio de varios
kilómetros cuadrados donde se asientan la mayor parte de facultades que alberga la Universidad. Precisamente
del sector perteneciente a la Facultad de Ingeniería de Princeton, un equipo interdisciplinario de científicos han
compuesto

El laboratorio de Princeton no es grande, pero es cálido y acogedor. Esta compuesto de varias habitaciones,
cada una de las cuales está ocupada por varias computadoras, una pequeña biblioteca y varios equipos
altamente sensibles. El programa originalmente fue fundado en 1979 por el decano de la Facultad de Ingeniería
y Ciencia Aplicada, el Dr.Robert Jahn, quien durante años sirvió como consultor especializado en proyectos
aeroespaciales para la NASA.

Tales estudios están basados en “el estudio riguroso de la interacción de la conciencia humana sobre
equipos físicamente sensibles, sobre sistemas y procesos convencionales de la práctica industrial moderna”. El
staff del laboratorio está compuesto, principalmente, por psicólogos y físicos que estudian la influencia de la
conciencia sobre diferentes diseños electrónicos, tales como generadores de números al azar, programas de
computación con sofisticados sistemas de aleatorización de los objetivos, entre otros aparatos que enumeraré
más adelante.

Además de Jahn, otros seis colaboradores trabajan en Princeton. La psicóloga Brenda J. Dunne es la asistente
más directa y coordina las actividades del laboratorio. Ella dirigió mi visita y me hizo conocer algunos de los
interesantes instrumentos del programa PEAR. Otro psicólogo en el laboratorio es Roger Nelson, quien desde
hace varios años ha colaborado con Brenda en el análisis de los resultados y el procesamiento de los datos
durante la ejecución de los experimentos. Para el mantenimiento de los equipos, el Ing. Johnston Bradish se ha
preocupado por diseñar y construir (junto al Dr.Jahn) la tecnología experimental del programa. Desde el punto
de vista acerca de las implicaciones de los estudios llevados a cabo en Princeton, York Dobins ha contribuído en
construir modelos teóricos para la ejecución de los experimentos, pues su formación como físico teórico le
permite señalar posibles fallas en el diseño de los experimentos y la corrección del disfuncionamiento de los
equipos.

Desde hace varios años, visitan Princeton varios investigadores interesados en incrementar su entrenamiento,
entre ellos, en el pasado, Dean Radin, quien ha montado su propio laboratorio en Las Vegas (Nevada). Además,
PEAR cuenta con una secretaria administrativa que controla las publicaciones y otras actividades no
especializadas del proyecto. Por otra parte, el laboratorio cuenta con varios patrocinadores, esto es, planes de
financiamiento que permiten su subsistencia, y entre las generosas personas y organizaciones que cooperan
con su sostenimiento figuran el Fetzer Institute, The McDonnell Foundation, The Ohrstrom Foundation, Mr.
Laurance Rockefeller, Donald Webster, entre otras agencias filantrópicas.

Antes de mencionar las actividades del laboratorio, lo cual resulta esencial para comprender que tipo de
trabajo se desarrolla allí, permítanme mencionar algunos de los interesantes modelos teóricos que sostiene el
grupo de Princeton. Toda investigación científica requiere de modelos teóricos generales y modelos específicos
para un diálogo constructivo entre éstos y los datos empíricos. Tales procesos han sido propuestos y
desarrollados bajo la premisa principal de que los procesos básicos por los cuales la conciencia intercambia
información con su medio ambiente, ordena dicha información y su interpretación. Este modelo coincide con
muchos de los conceptos de la mecánica cuántica observacional, los más importantes principios de la
complementariedad, y la mecánica ondulatoria por resonancia, así como las características fundamentales de
la conciencia.

En el proyecto PEAR, existen tres importantes aspectos acerca de las implicaciones y las aplicaciones de estas
investigaciones. Estos incluyen la ciencia básica lo cual exige una expansión del paradigma a través de las
estructuras teóricas existentes en la ciencia clásica, las aplicaciones tecnológicas, donde la conciencia actúa

9
sobre determinados sistemas aleatorios produciendo influencias con frecuencia devastadoras sobre sistemas
de procesamiento de información altamente sensibles como consecuencia del estado psicológico de los
operadores; y sus implicancias culturales, lo cual tiene un fuerte impacto sobre nuestra actual cosmovisión de
la realidad, nuestra relación con los otros, y nuestro sentido de vida como individuos y en la sociedad en su
conjunto.

La mayor parte de estos delicados artefactos funcionan en base a un sistema de distribución aleatoria de los
objetivos. Por ejemplo, la primera computadora está en enlace con un Generador de Números al Azar ( Random
Number Generator o RNG). Este generador produce en forma aleatoria una secuencia de números la cual, a
través de un sistema gráfico, el sujeto participa automáticamente del experimento durante una fracción de
minutos. Básicamente, el operador intentará influir sobre el sistema aleatorio del RNG, el cual desvía la
secuencia de números en una dirección diferente de aquella procesada aleatoriamente, y en la pantalla el
sujeto puede seguir la secuencia.

En otra computadora, el mismo sistema está conectado a un RNG, que determina una secuencia binaria de
números al azar (0 y 1) cuyos bits están frecuenciados por el sonido de un tambor. El operador puede influir
sobre el generador de secuencias y producir una casi imperceptible melodía. De esta forma, a través de la
gráfica de la computadora, el operador del experimento recibe un feedback inmediato de sus posibles aciertos
o eventuales errores. Este sistema permite que el condicionamiento psicológico sea óptimo, además, y gracias
a este generador de impulsos al azar, el experimentador produce un número de ensayos que manualmente
demandaría días. Otro artefacto, aún más atractivo, esta construido en base a una fuente herméticamente
sellada a través de la cual el operador puede influir sobre la caída caótica de agua que fluye por la fuente. Una
computadora, a su vez, registra y controla la fuente. El experimento ofrece múltiples opciones para combinar el
estado psicológico del sujeto respecto al sistema aleatorio de la fuente de agua.

En la mitad de la sala, una pared lateral contiene una enorme cascada en forma de curva de distribución U. El
experimento consiste en hacer desplazar cerca de nueve mil pequeñas pelotitas de no más de dos pulgadas de
diámetro en veinte canales, cada uno de los cuales tiene un contador digital que controla el número de
pelotitas que cada canal acumula durante el período que dura el experimento. La probabilidad muestra que la
dirección de las pelotitas que caen en forma de cascada de una altura no mayor de dos metros, a su vez
obstaculizadas por cientos de pivotes entre los cuales las pequeñas pelotitas se desplazan hacia las canaletas,
dibuja la curva de Gauss. De hecho, los contadores digitales muestran que el número de pelotitas en el centro
es proporcionalmente más alto, mientras que a ambos lados, el número disminuye hacia la derecha y hacia la
izquierda. Esta distribución aleatoria puede ser “influida” si el operador procura desviar la caída de las pelotitas
de manera más significativa hacia la derecha o hacia la izquierda, en caso de producirse una mínima desviación
anómala de la curva, a veces perceptible en la conformación de la curva, otras observable matemáticamente
en el promedio obtenido por los contadores, lo cual mostrará un probable indicio de actividad PK.

Otro instrumento muestra un disparador láser altamente sensible a cambios en el medio ambiente. Un sujeto
intenta influir sobre la dirección rectilínea del láser, el cual impacta sobre una pantalla cuyo diseño permite
detectar la más mínima desviación del haz de luz. Tal desviación aparece graficada en la pantalla de la
computadora, lo cual permite al sujeto ser testigo de su propio efecto PK, experimentando una sensación de
feedback. En las conclusiones de los investigadores de Princeton, “existe una desviación anómala del láser que
coincide significativamente con la voluntad del operador y que muestra la relación mente/máquina.”

De entre los numerosos programas de computación destinados a la experimentación se encuentra un


programa que muestra un menú con varias imágenes de vivos colores en un monitor tipo SVGA. El programa
consta de un sistema aleatorio que superpone una imagen seleccionada por el sujeto y otra imagen
seleccionada por la computadora (o eventualmente por el sujeto también). El operador debe “influir” sobre la
imagen que dominará la pantalla, pues la imagen elegida tiende a desaparecer lentamente por píxeles durante
unos minutos hasta que la otra imagen definitivamente captura la pantalla en su totalidad. Como el operador
debe influir sobre el circuito aleatorio de la computadora durante el mayor tiempo posible, los investigadores
han observado que, de hecho, algunos sujetos pueden “mantener” la imágen elegida más tiempo que lo que
determina el sistema aleatorio del programa.

4.1.6. Bio-PK: Psicokinesis sobre organismos biológicos

La posible influencia psi sobre organismos vivos fue estudiada con diversos niveles de entusiasmo. Una primera
clasificación permite diferenciar los trabajos con animales, ya sean humanos, tales como cuando se intenta

10
influenciar sobre la fisiología de otra persona con el pensamiento, como no-humanos actuando sobre el
crecimiento de tumores en ratones, de aquellos en que se emplean vegetales Esta clasificación utiliza la
división de los seres vivos en dos reinos propuesta por Aristóteles: vegetales, que agrupa a procariotas
(principalmente bacterias), algas, hongos y plantas, y los animales, que incluye también a los protozoos móviles
capaces de alimentarse.

Entre este último, a su vez, es posible diferenciar tres tipos:

(a) influencia sobre la actividad electrofisiológica de las plantas. Experimentos de este tipo consiste
en colocar electrodos sobre el tallo o las hojas para medir el potencial eléctrico, mientras los sujetos intentan
modificarlo donde se trató de certificar la influencia asociándola con la voluntad, la emotividad o la distancia,
entre otros patrones. La cantidad de variables intervinientes, las complejas características electromagnéticas,
tanto de las plantas como del ambiente que las rodea, y la refinada aparatología necesaria, hacen que los
resultados de estos esfuerzos aún se consideren provisorios y sujetos a revisión;

(b) influencia en el desarrollo o inhibición de vegetales microscópicos (hongos, bacterias, etc.).


Experimentos de este tipo consisten en colocar las cepas elegidas en cápsulas herméticas, unas usadas como
control y otras a influir por los sujetos, para –después de un tiempo establecido de reproducción normal–
realizar muestreos y contar las colonias usando un microscopio; y

(c) influencia sobre la germinación y el crecimiento de semillas. Experimentos de este tipo consisten
en colocar semillas en un medio apropiado para que los sujetos traten de modificar el crecimiento del lote-
objetivo, que luego es comparado con un lote-control. Si las diferencias entre ambos no pueden ser atribuidas
a una distribución normal, se considera que operó la así llamada “bio-PK.”

Los antecedentes aún no han sido relevados sistemáticamente. Un criterio para abordarlos podría ser cruzar los
resultados estadísticos conseguidos con el tipo de sujetos utilizados. Consiguieron resultados significativos
Grad, Miller, Mc Donald, Hickman & Dakin, Barrington, Hasted, Saklani, y Scofield & Hodges utilizando
curadores o personas consideradas con capacidades especiales, mientras que Vasse & Vasse, Novillo Paulí y
Nicholas trabajaron con personas comunes. Hickman y Moser obtuvieron resultados nulos utilizando curadores
o personas consideradas especiales, e incluso Lenington obtuvo resultados nulos utilizando personas comunes.
También se han reportado resultados opuestos a lo esperado, considerados dentro del efecto psi-missing,
como los experimentos de Shafer, McBeat, Thalbourne & Phillips con curadores.
Lamentablemente se pueden encontrar casi tantas variables como experimentos, sea el tipo de semillas
(centeno, trigo, mastuerzo, maíz, habas, etc.) o su cantidad (desde menos de diez a más de un centenar); sea el
líquido usado para regar (agua común, agua “bendita”, con agregados de cloruro de sodio, o tóxicos para
demorar o inhibir el crecimiento cuyo efecto los sujetos debían neutralizar); como el sustrato donde germinan
(tierra, arena, papel del filtro), asi como que las estrategias utilizadas por los sujetos (la imposición de manos
sobre el agua, el empleo de falsos curadores para aumentar el “efecto oveja” de los operadores, el uso de
semillas con alto valor emotivo para potenciar el “efecto preferencial”). Quizá el único punto en común sea la
elección del procedimiento estadístico empleado para evaluar los resultados, tales como el test de Análisis de
la Varianza (ANOVA) y el t de Student, aunque aplicados ya sea sobre el largo de las raíces, el largo de los tallos
o sobre el peso de las plantas. También se ha evaluado el número de semillas germinadas en relación al
número total de semillas utilizadas.

a. Efectos sobre el movimiento de organismos simples. Algunos experimentos han examinado la capacidad de
sujetos para afectar no el crecimiento sino el movimiento de los organismos simples. La motilidad y la
velocidad de movimiento de las llamadas “algas unicelulares” y de los paramecios, y las características del
movimiento de las larvas de polilla han sido significativarnente afectados en forma intencional en diversos
experimentos.

b. Efectos sobre las plantas. En una serie bien conocida de experimentos el doctor Bernard Grad de McGill
University estudió al sanador Oskar Estebany, quien afirmaba poder transmitir su capacidad de sanación por
medio del papel, el agua y otros materiales. El doctor Grad lesionó semillas de cebada regándolas con solución
salina al uno por ciento para retardar su tasa de crecimiento normal. Encontró que el efecto dañino de la
solución salina podía ser inhibido si Estebany sostenía la regadera durante quince minutos.

Según observa Benor, la aplicación de la sanación por medio de materiales secundarios (en este caso, la
solución salina, que desde los tiempos bíblicos parece portadora de efectos sanadores), parece dar argumentos

11
para mantener esta observación”. Pero si la sanación espiritual es posible –como lo sugieren tantos
experimentos– ¿por qué no habría de tratar el sanador directamente con el sujeto? ¿Por qué utilizar un
intermediario? Las razones pueden estar en la personalidad del sanador. El psicólogo LeShan ha dicho que
algunos sanadores no se sienten confortables “unificándose” con el sujeto, y el uso de un material
intermediario como el agua les permite mantener distancia del proceso.

c. Efectos sobre células. Las células cancerosas generalmente se adhieren a la superficie del recipiente en que
se cultivan. Los cambios en su metabolismo, la injuria o la muerte las hacen separarse y perder consistencia en
el medio que las rodea. Al contar el número de células en el medio, los investigadores evalúan el estado global
de salud del cultivo celular.

El psíquico británico Matthew Manning pone sus manos cerca de los recipientes que contienen células
cancerosas para intentar inhibir su crecimiento. Fue capaz de producir un cambio de doscientos por ciento a
mil doscientos por ciento en las características de crecimiento cuando se evaluó la vitalidad. Influyó sobre ellas
también desde una habitación distante, protegida además de influencias eléctricas.

d. Efectos sobre animales: Se han realizado muchos estudios para determinar los efectos de los métodos de
sanación en los animales. Algunos de los resultados son:

 En un trabajo que se cita a menudo, Grad estudió la capacidad de Estebany para sanar las heridas
quirúrgicas creadas artificialmente en cuarenta y ocho ratones de laboratorio, en comparación con un grupo
control que presentaba heridas idénticas, las heridas se producían por la remoción de porciones de 13x25
milímetros de piel de la espalda del animal previamente anestesiado). Estebany sostenía las jaulas con los
animales durante quince minutos dos veces por día a lo largo de catorce días. La cicatrización de este grupo fue
significativamente más rápida que la de los animales heridos de las jaulas que él no sostenía. Es un estudio
cuidadoso que nuevamente nos dice que la sanación se realiza, y no simplemente por sugestión.

 En otro experimento, Grad produjo bocio en ratas a través de una dieta provista de tiuracilo (una droga
que produce bocio) y carente de yodo. Estebany sostenía las jaulas con las ratas dos veces por día, lo que
parecía proteger las tiroides del aumento de tamaño. En comparación con las del grupo control, las glándulas
del grupo tratado crecieron con más lentitud.

 También Grad comprobó la afirmación de Estebany de que la sanación podía ser producida a través de
materiales secundarios. En condiciones experimentales similares a las anteriores, Estebany sostenía bolas de
algodón o lana en sus manos, que luego se colocaban sobre las jaulas de las ratas durante una hora, mañana y
tarde, seis días a la semana. Las glándulas tiroides de las ratas así tratadas crecieron mucho más lentamente
que las de los controles, y cuando volvió a proporcionárseles dieta con yodo recuperaron el tamaño normal
mucho más rápidamente que los controles.

 En veintiún experimentos conducidos durante varios años, los sanadores trataron de despertar a las
ratas más rápidamente de la anestesia general. Fueron experimentos refinados en forma creciente. En una
variante tan sólo la imagen de la rata en experimentación se proyectó al sanador ubicado en una habitación
lejana, en un monitor de TV. Diecinueve de los veintiún estudios mostraron resultados muy significativos:
recuperación precoz de la anestesia en las ratas “tratadas”. Los experimentadores pudieron identificar un
“efecto persistente” en estas series de estudios. Se dieron cuenta de que cuando los sanadores habían utilizado
un costado de la mesa en la recuperación de las ratas, al alejarse ellos y colocar nuevas ratas, en ese lugar éstas
se recuperaban con mayor rapidez que las de los controles colocados en el otro costado de la mesa.

 En otro experimento se inyectó con una cepa de malaria o solución salina a un grupo de ratas. Se
informó a quienes manipulaban los animales que la inyección contenía microorganismos en “dosis altas” o
“dosis bajas”. También se les dijo que un grupo de sanadores trataría de sanar a unos animales y no a otros. En
efecto, se los engañó: no había dosis elevadas o bajas (las inyecciones de malaria eran idénticas), y no se
emplearon sanadores. En una fase del experimento los resultados parecían seguir la dirección de las
expectativas de los manipuladores. Las ratas que ellos creían que habían recibido dosis altas empeoraban y las
que ellos creían habían recibido dosis bajas iban mejor. Además, las ratas codificadas para sanar iban mejor
que las no designadas para sanación, aunque la información sobre los grupos era desconocida por los
manipuladores. No tendría que haber habido diferencia entre los grupos de dosis elevadas y dosis bajas, puesto
que no había diferencia en la fuerza de lo inyectado, y no tendría que haber habido diferencia entre el grupo
sanado y el no sanado, puesto que no había sanadores. Este experimento suscita interrogantes muy
12
importantes con respecto al diseño de los experimentos de doble ciego que se utilizan en la investigación
médica y su presunta infalibilidad. En situaciones de doble ciego, ni los experimentadores ni los sujetos saben
quién recibe o no el tratamiento que se estudia, como drogas nuevas. Puesto que los sujetos no saben que
reciben la droga o un placebo, no tendrían que ser susceptibles a los efectos de la sugestión, y dado el hecho de
que los experimentadores desconocen qué sujetos reciben la droga y cuáles no, tendrían que ser menos
proclives a equivocarse cuando evalúan los efectos que observan en los sujetos. Asumimos que estas
precauciones eliminan los efectos de expectativas y sugestión en ambos. Los estudios anteriores de malaria en
ratas, sin embargo, mostraron que las precauciones del doble ciego resultan insuficientes: los resultados del
experimento reflejaban las creencias y expectativas de los trabajadores del laboratorio.

Hallazgos similares se hicieron en estudios de doble ciego en humanos. Parece que los estudios de doble ciego
se orientan a veces en la dirección de los pensamientos y actitudes de los experimentadores. Esto puede
iluminar el hecho de que experimentadores escépticos parezcan incapaces de duplicar los resultados de los
creyentes y por qué los “verdaderos creyentes” parecen más aptos a producir resultados positivos. La validez
de décadas de hallazgos experimentales de investigación médica podría necesitar ser reevaluada si se probara
que la mente puede “empujar los resultados”.

e. Efectos sobre seres humanos. Durante más de un siglo los científicos han buscado evidencias del poder de
la plegaria. Comenzaron buscando pruebas en los seres humanos. En otro estudio realizado en la Mind Science
Foundation de San Antonio, Texas, los investigadores William G. Braud y Marilyn Schlitz estudiaron la habilidad
de sesenta y dos personas para influir en la fisiología de 271 sujetos. Los sujetos eran aislados de influencias, en
una habitación distante del mismo edificio. El rango de edades de los participantes estaba entre dieciséis y
sesenta y cinco años, y fueron seleccionados de entre voluntarios de la comunidad de San Antonio, con la
participación aproximada de igual número de hombres y mujeres. Se habían enterado de los experimentos por
los avisos de un diario local, charlas dadas por el staff de la institución y por los comentarios de otros
participantes.

Se realizaron trece experimentos. Los sujetos no fueron seleccionados sobre la base de ninguna característica
especial física, fisiológica o psicológica, sino por su interés en la investigación. Sólo para un experimento se
reclutaron sujetos “especiales”, necesitados de una influencia calmante en su fisiología. Es decir, individuos que
mostraran evidencia de actividad simpática autónoma como quejas relacionadas con el estrés, exageración de
la emotividad o de la actividad, cefaleas tensionales, hipertensión arterial, úlceras e hiperactividad mental o
física. Antes del experimento fueron seleccionados por tests que confirmaran una excitación mayor que la
media de su sistema nervioso simpático.

Los sujetos cuya fisiología se trataba de cambiar, se conectaban a instrumentos de medición muy sensitivos
para su actividad electrodérmica, es decir, la capacidad de la piel para conducir una corriente eléctrica, que
indica la actividad de la parte simpática autónoma del sistema nervioso. Cuando se producía una señal, el
influidor trataría de ejercer una acción calmante o una activación del sujeto distante, quien desconocía que ese
esfuerzo iba a ser realizado. En cada sesión el influidor realizaba intentos de veinte treintavos de segundo.
Durante estos “períodos de influencia”, el influidor trataba de usar la imaginería mental y técnicas de
autorregulación para inducir la condición (relajación o la activación, como lo exige el protocolo experimental)
en sí mismo, e imaginar y entender un cambio correspondiente en el sujeto distante. Entonces el influidor
imaginaría las salidas deseadas de los diez trazados; pequeñas desviaciones de los marcadores para los
períodos de calma y muchas desviaciones grandes para los períodos de activación.

Las intenciones parecen ser llegar al sujeto. El efecto resulta consistente, replicable y robusto. Bajo ciertas
condiciones, los investigadores notaron que el efecto de la imaginería transpersonal puede compararse
favorablemente con el efecto de la imaginería sobre la actividad fisiológica de uno mismo.

En algunos de los experimentos las imágenes específicas se transmitían de influidor a sujeto. Por ejemplo, un
sujeto reportaba espontáneamente que durante la sesión tuvo una muy vívida impresión del influidor que
venía al cuarto, caminaba detrás de su silla y la sacudía vigorosamente; la impresión fue tan fuerte que le
resultó difícil creer que el hecho no sucedió en la realidad. En esa sesión el influidor había empleado
justamente esa imagen para activar al sujeto desde lejos.
Al comienzo de una sesión el experimentador remarcaba a un influidor que el trazado electrodérmico del
sujeto era muy preciso y regulado, y le hacía recordar al grupo musical tecno-pop alemán Kraftwerk. Cuando el
experimentador fue al cuarto del sujeto al final de la sesión, por alguna razón desconocida el primer

13
comentario del sujeto fue que pensamientos sobre Kraftwerk habían acudido a su mente. El sujeto no podía
haber escuchado el comentario anterior del experimentador.

Los trece experimentos, con un total de 333 influidores y sujetos, contienen ciertas lecciones:

 El efecto de la imaginería transpersonal se compara favorablemente con la magnitud de los propios


pensamientos, sentimientos y emociones en la fisiología propia.
 Esta capacidad está aparentemente muy difundida en la población.
 Puede ocurrir a distancias de veinte metros (no se probaron distancias mayores).
 Sujetos con una gran necesidad de ser influidos, es decir, aquellos a quienes beneficiaría la influencia
parecen más susceptibles.
 El efecto puede ocurrir sin el conocimiento del sujeto.
 Quienes participan en estos estudios parecen no preocuparse de que el efecto podría ser usado para
dañar y de que no hay evidencia de la ocurrencia del daño.
 El efecto de la imaginería transpersonal no es invariable. Los sujetos parecen capaces de resguardarse o
evitar el efecto si este no es deseado.
 Los investigadores sospechan que ciertas condiciones psicológicas del sujeto, el influidor o el
experimentador pueden tener un rol en el éxito de la imaginería. Factores como la confianza, la fe, la esperanza
positiva, la motivación o el nivel de espontaneidad, la predisposición y la buena conexión, están entre los que
afectan el éxito de los intentos de la imaginería.

¿Cuál es la relación entre la imaginería transpersonal y la plegaria? Ambos tienen en común la habilidad de
traer cambios que ayudan los cuerpos de otros a distancia, sin el conocimiento consciente del sujeto. Si Dios
estuviera incluido en el lazo, ¿aumentaría el efecto global haciendo la plegaria más efectiva que la imaginería
sin Dios? ¿O Dios está conforme con trabajar a través de la imaginería y visualización sin reconocimiento
explícito del proceso? Estas preguntas no han sido contestadas por ninguna investigación que hayamos
revisado.

Como ejemplo de los temores existentes en las instituciones médicas sobre la curación espiritual,
consideremos una historia verdadera que se originó en un gran hospital. Varias enfermeras se interesaron en
aprender el toque terapéutico, una técnica desarrollada por la enfermera académica Dolores Krieger de New
York University. Se basa en una variación de la práctica de imposición de las manos, y ha sido científicamente
estudiada en varios experimentos cuidadosamente controlados. Las enfermeras tomaron un fin de semana
para seguir el curso, lo que aparentemente enojó a la directora de enfermería. Cuando regresaron a trabajar el
lunes, renovadas después de tomar el curso, las esperaba un gran cartel en el panel de información del
departamento: ¡NO HABRÁ SANACION EN ESTE HOSPITAL!

Uno de los secretos mejor guardados en medicina es la amplia evidencia experimental sobre “sanación
espiritual”. Daniel J. Benor, un psiquiatra estadounidense que trabaja en Inglaterra, examinó todos los estudios
publicados en lengua inglesa antes de 1990. Define la “sanación espiritual” como 1a influencia intencional de
una o más personas sobre otro sistema viviente sin la utilización de conocidos medios físicos de intervención”.
Su búsqueda le permitió hallar ciento treinta y un estudios, la mayor parte realizados sobre seres no humanos.
En cincuenta y seis había menos de una probabilidad en cien de que los resultados se debieran al azar y en
veintiún estudios la probabilidad del azar como explicación era de dos a cinco en cien.

¿Por qué resulta relativamente desconocida esta información? Generalmente y hasta el último tiempo, las
revistas médicas rehusaron publicar estudios sobre la sanación. Una de las razones de Benor para realizar esta
exhaustiva revisión fue la de reunir en un cuerpo este cúmulo de información de modo que la comunidad
médica pudiera consultarlo. No podemos examinarlos todos, por lo que se seleccionaron algunos de los
cincuenta y seis que muestran resultados significativos. Espero que estos ejemplos transmitan la naturaleza de
la investigación llevada a cabo en este terreno.

Muchos creyentes en la sanación espiritual afirman que para que ocurra la sanación el enfermo debe desearlo
activamente. Estos estudios demuestran otra cosa. Podemos asumir que los microorganismos no saben que
son sujetos de un experimento. Los efectos observados no dependen de lo que piensa el sujeto.

Estos experimentos apoyan la afirmación universal de los sanadores de que la sanación espiritual opera con
tanto poder a distancia como lo hace en proximidad. Sobre la base de estos estudios parece que la gente

14
común tiene la capacidad de producir cambios biológicos en otros organismos vivientes. Esto sugiere que por lo
menos en cierto grado, todos podemos poseer innatas capacidades sanadoras.

Aunque los escépticos a menudo critican la sanación espiritual como simple resultado de la sugestión o una
respuesta placebo, los experimentos demuestran que esto no es cierto, a no ser que los escépticos deseen
atribuir un elevado grado de conciencia a las bacterias y las levaduras. Los resultados sugieren que los efectos
de la sanación espiritual pueden ser completamente independientes de la psicología” del sujeto.

4.1.7. PK sobre fotografías

El caso de Ted Serios. A comienzos de los años sesenta, un círculo de personas interesadas en la parapsicología,
residentes en Chicago, sabían que uno de sus convecinos, Ted Serios, de 40 años, trabajador eventual, parecía
ser capaz de producir “fotografías mentales” en carretes de máquinas fotográficas normales. Impresionado por
lo que había visto, J. Eisenbud acogió a este hombre en su casa durante dos años. El asombroso resultado de
sus investigaciones fue publicado en su libro “El mundo de Ted Serios” del que se comentaba de manera
sensacionalista en la Psychoanalytic Review, que era ésta la aportación más importante a nuestros
conocimientos de los procesos mentales desde que Freud descubriera el psicoanálisis.

En el libro aparecen toda una serie de fotografías pretendidamente psicokinéticas que Ted había impresionado
consciente o inconscientemente en una película Polaroid de las de revelado automático. Todo lo que hace Ted
Serios es mirar el objetivo de la cámara a través de un pequeño cilindro de cartón (que él llama «gismo»). Se
pone en tensión, y cuando cree que ha llegado el momento hace una señal con el brazo para que el operador
dispare. Luego esperan a ver el resultado. En ocasiones se han conseguido fotografías de este tipo
prescindiendo incluso del juego de lentes de la cámara. A veces pasan horas hasta que se obtienen los primeros
resultados que suelen ser los llamados «blackies», es decir películas sin manifestaciones (fotografías
totalmente negras), a las que siguen otras con estructuras vagas que poco a poco evolucionan, hasta que
aparecen fotografías con objetos reconocibles. Unas veces se trata de edificios que se pueden identificar, como
en el caso de una fotografía en colores en la que se ve desde un ángulo insólito el hotel Hilton de Washington.
Otras veces, en cambio, aparecería un edificio que personas enteradas del fenómeno habrían de reconocer
más tarde, por casualidad, como sucedió con la Catedral de Nuestra Señora de Munich. También puede ser que
la representación fotográfica muestre complicadas estructuras que Eisenbud procedió a interpretar
psicoanalíticamente, partiendo de su introspección en el mundo imaginario-afectivo de Ted.

Cuando se le propuso reproducir objetivos seleccionados de antemano, Ted acertó, a veces, tan sólo en crear el
«marco adecuado». Así en vez del «Arco de Triunfo» de París, le salieron partes de un arco romano, y cuando
se le propuso como tema «Vista de la ciudad de Rotemburgo» lo que produjo fue una imagen curiosamente
alterada que sin corresponder de modo concreto a la vista de la ciudad, mostraba no obstante rasgos muy
propios de ella (antes del experimento se le había mostrado una reproducción de la ciudad). Se han observado
también reproducciones parciales, como ocurrió con la Plaza de San Marcos de Venecia. En esta ocasión, Ted
no acertó con la imagen deseada sino que aparecieron molinos de viento, en uno de los cuales no obstante, se
veían en el lado izquierdo, pequeñas ventanas, unas encima de otras, similares a las que existen en el lado
izquierdo del tan conocido Campanile de la Plaza de San Marcos.

Los experimentadores hicieron frente a la posibilidad de fraude con el mayor cuidado, exponiendo las
condiciones en que trabajaron de manera tan inequívoca que parece imposible negar su autenticidad alegando
el empleo de trucos. En una investigación posterior realizada por Pratt y Stevenson en la Universidad del Estado
de Virginia se llegó a la misma conclusión; estos parapsicólogos no pudieron, sin embargo, llevar a cabo sus
planeadas variaciones sistemáticas de las condiciones experimentales porque Ted se marchó inopinadamente a
Chicago. Esto mismo le había sucedido ya antes a Eisenbud.

«En los límites de la razón» es el título de una película realizada en 1968 por la emisora alemana Berlín Libre,
sobre la parapsicología experimental en todos los países. A esta película se incorporó a iniciativas del Instituto
de Friburgo, un experimento en Denver protagonizado por Ted Serios. El equipo berlinés, con André Libik como
director llevó su propia cámara Polaroid y carretes sellados. La filmación tuvo lugar en el Museo de Historia
Natural de la ciudad de Denver. Poco antes de comenzar le fue comunicado a Ted el objetivo que debería
reproducir: un hombre prehistórico. Lo primero que hizo Serios fue un dibujo imaginativo.

Pasando horas y horas sin resultado alguno. Luego se produjeron «blackies», y poco más tarde, once
fotografías, entre ellas dos en color, en las que se divisaba cada vez más claramente, un hombre en cuclillas. Es

15
interesante la diferente posición que adopta el brazo en las dos fotografías en blanco y negro que incluimos
aquí. Más tarde se supo que en realidad, Ted había reproducido parte de un mural que se encuentra en el
Museo de Historia Natural de Chicago. En la película de la televisión berlinesa se ve además una secuencia en
que Ted actúa sobre una cámara de televisión, de manera directa, cosa que consigue muy pocas veces. En el
monitor se ve fugazmente a un camión maniobrando en una plaza de aparcamiento. Este extraordinario
fenómeno de las fotografías telecinéticas necesita ser discutido ampliamente por su posible trascendencia para
la investigación telecinética.

4.2. POLTERGEIST

4.2.1. Definición

Su etimología germana significa “duende alborotador”. Es el conjunto de eventos anómalos que ocurren en
un determinado sitio, movimiento de objetos, combustiones espontáneas, etc. La variada interpretación que
el vulgo impresionado por estos relatos ha hecho a lo largo de los siglos acerca de estos inquietantes
disturbios, ha bautizado a estas viviendas así afectadas con una extensa variedad de nombres: “casas
embrujadas,” “casas endemoniadas,” “hechizadas,” “moradas mal-asombradas” (en portugués) o
“infestadas” (haunting, en inglés).

4.2.2. Introducción

La casuística recogida en diversas encuestas acerca de los encantamientos, presenta cierto número de
testimonios acerca de efectos acústicos y dinámicos vinculados a determinadas apariciones. Por otra parte, la
corporeidad y cromatismo de las imágenes percibidas, han sido valoradas de formas muy diversas en función
de los sujetos que describieron sus experiencias. Para algunos, la visión del espectro aparecía como translúcida
y semivaporosa. Los matices cromáticos estaban difuminados y la vaguedad de perfiles concordaba con esa
idea popular que el vulgo mantiene acerca de lo que debe ser un fantasma, es decir: una forma evanescente y
luminosa.

Pero otros individuos consultados puntualizaron que el personaje percibido fue confundido notoriamente con
un cuerpo real. La identidad de los rasgos fáciales con los de un ser humano material, en todos los detalles
anatómicos y tisulares, seria perfecta.

Tyrrell, uno de los especialistas en el tema, expone algunas de las notas esenciales que podrían calificar como
“impecable” una aparición. Entre ellas resalta la necesidad de que las imágenes aparezcan como sólidas y
nítidas, visibles desde cualquier perspectiva, que se desvanezca su figura con una luz ambiental anulada y no
permitan ver el fondo del recinto (opacidad del espectro).

Otro grupo de manifestaciones muy bien definidas parece en principio que se asocia también a un recinto
edificado: a una vivienda, almacén, templo o establecimiento comercial; en cuyo seno se registran extraños
fenómenos de carácter fisico o fisico-químico, con preferencia a otras manifestaciones parabiológicas o
psíquicas.

Sin embargo, podremos observar fácilmente que en estos casos los efectos parecen ser inducidos
involuntariamente por un habitante del inmueble o por cualquier otro sujeto que frecuenta aquel local. Puesto
que la gran mayoría de manifestaciones son similares a las observadas en el marco de las experiencias
mediúmnicas con el nombre de “telecinéticas,” esta fenomenologia compleja ha recibido el nombre de
“Telecinesia espontánea recurrente” y a los sujetos –preferentemente adolescentes o en algunos casos adultos
que sufren algún tipo de alteración psicopatológica– que la provocan: «dotados espontáneos de efectos
fisicos» y más popularmente “médiums espontáneos.”

4.2.3. Perspectiva histórica

Las mitologías babilónica, griega y romana recogen la identidad de seres etéreos, diminutos; capaces de turbar
la pacífica vida familiar de nuestros antepasados. “Trasgos,” “gnornos,” enanos, que no se esconden en la
oscuridad pero que huyen al rayar el alba, son asimilados por las tradiciones míticas de todos los pueblos. As!,
los «dimmu» asirios eran genios malignos cuya procedencia espiritual los remontaba hasta los seres fallecidos
sin la asistencia ceremonial mágico-religiosa que les era debida. Su venganza estribaba en torturar a sus
familiares de por vida, trastornando el orden de sus hogares. Algunas poblaciones helenas se referían a los
16
crueles «lamias», capaces de penetrar en nocturnidad hasta las vacijas donde dormían los moradores de la
vivienda, para extraerles la sangre; mórbido precedente de los legendarios «vampiros» balcánicos. Por su
parte, los pueblos germánicos elaboraron toda una teoría de oscuros genios, como los «kobbold»,
insignificantes y semi-invisibles ancianos que sólo se alimentaban con leche corrompida y que vengaban el
olvido de alimentarlos, con rotura de cacharros de barro, estrepito del escaso mobiliario de los campesinos y
esparciendo una densa humareda por el hogar.

La irrupción del cristianismo modifica los patrones ideo1ógicos acerca del origen de todos esos disturbios
hogareños. Aunque en los medios rurales se perpetúa hasta nuestros días (Galicia) la imagen del genio casi
microscópico o «duende» travieso y enredador, comienza a perfilarse la idea de que el causante de ciertos
estropicios y ruidos de dudoso origen, o se identifica con cualquier ánima que purga sus penas de este modo, o
no es otro que Satán o cualesquiera de sus demonios, capaces no sólo de arrebatar el control mental de
individuos inocentes (posesión diabólica), seguramente a través dé un brujo o bruja que ha pactado con el
espíritu del mal la perdición del prójimo, sino de interaccionar en el reducido marco físico de una vivienda
(infestación).

Una de las más antiguas referencias a las apariciones de espectros nos la ofrece Plinio el Joven, que relata lo
acaecido al filósofo Atenodoro, tras alquilar una nueva morada en la urbe romana. Una noche, habiendo
despedido ya a sus sirvientes y mientras se disponía, a la luz de su lamparilla de grasa, a escribir sus
especulaciones metafísicas, oyó deslizarse unas cadenas por las losas de su aposento. Al levantar su mirada
pudo contemplar una imagen espectral que le hacia señas para que le acompañase. El sabio se deslizó en pos
de ella hasta llegar al patio de la mansión, donde la figura se desvaneció. Cuando al día siguiente ordenó
excavar en aquel punto, pudieron localizarse –según Plinio– los restos óseos de un hombre que aún
conservaban prendidas unas argollas y cadenas.

Hemos de remontarnos hasta el siglo pasado para obtener evidencia de manifestaciones estudiadas con cierta
objetividad por estudiosos psíquicos, suavizando así las inevitables deformaciones con claro tono emocional
que impregnan otros muchos relatos de esta naturaleza. La Rectoría de Epwort, en el condado inglés de
Lincom, sufrió los efectos de un poltergeist y fue estudiada por el famoso qi4ímíco y acadérnico británico
Joseph Priestley, descubridor del oxígeno. Residia allí M. Wesley, uno de cuyos hijos se haría famoso como
fundador de la Iglesia Metodista.

Se escuchaban ayes desgarradores en los sombríos corredores del edificio y una terrible baraúnda que afectaba
a los muebles y las cristaleras emplomadas de las ventanas. Cesare Lombroso, un antropólogo conocido
internacionalmente por sus estudios en el campo de la criminología, nos describe así un Poltergeist que tuvo
lugar en la calle Baván, 6 (Turín), a partir del 16 de noviembre de 1900: «Inmediatamente percibí un ruido de
vasos que se fracturaban y de botellas que rodaban a mis pies. Éstas se encontraban situadas en cinco
anaqueles superpuestos. En el centro de la bodega habla una rústica mesita sobre la que solicité se colocara
una vela, esperando que al incrementar la luz los fenómenos cesaran enseguida. Por el contrario, vi tres
botellas vaciasen el suelo rodar como si hubieran sido empujadas de un puntapié... Con el fin de descubrir
algún subterfugio, examiné cuidadosamente las botellas situadas en el estante, cerciorándome de que no
existían hilos... A los pocos minutos, dos botellas, luego seis... saltaron al suelo como accionadas por una
invisible mano humana...”

Los testimonios aportados por centenares de observadores que han podido seguir las incidencias de estos
trastornos presentan una complejidad tipológica tal, que resulta difícil formular una clasificación coherente de
las manifestaciones fisicas y biológicas que se desarrollan en torno a los ínductores conscientes o inconscientes
de las mismas.

Hemos apuntado que aquéllos suelen identificarse como jóvenes de ambos sexos preferentemente muchachas
en los cuales no es infrecuente diagnosticar algún cuadro de carácter psicopatológico. Neurosis de conversión,
esquizofrenia paranoide, oligofrenia, son algunos de los síndromes frecuentes en muchos “médiums.” Otros
sujetos adolescentes presentan problemas psicológicos de adaptación o se encuentran incursos en alguna crisis
relacionada con la pubertad.

Otro orden de anomalías fisicas lo constituyen la variedad de solicitaciones dinámicas sobre cualesquiera
objetos de diverso volumen. Desde pequeños dedales y cortaplumas hasta pesados toneles o armarios, pueden
verse activados por fuerzas complejas que los obligan a rotar, desplazarse en el aire, evitar y entrar en colisión
con otros cuerpos.

17
Una llave puede saltar hacia atrás a partir de la cerradura, disparándose contra el tabique opuesto, algunos
vasos o jarrones han sido observados mientras se deslizaban sobre un tablero. Libros y sillones basculan en el
aire sin soporte material alguno, y la vena líquida que sale de un grifo llega a curvarse invirtiendo su dirección
hasta impregnar el enlucido de techos y paredes.

En ocasiones, la acción dinámica de estas fuerzas se configura en complejos patrones que estimulan al objeto
afectado, haciéndole describir extrañas trayectorias y giros como si estuviese animado de vida. En una aldea
próxima a Pirkkala (Finlandia), una sirvienta casi adolescente, Emnia Lindroos, generaba en su entorno todo
tipo de efectos cinéticos. En una ocasión, dos rodillos de madera se colocan bruscamente de pie e iniciaron una
extraña danza, entrechocando múltiples veces. Otro testigo expresó ante el tribunal que juzgaba el caso, “que
pudo observar cómo unos zapatos se desplazaron por el suelo como si algún ser invisible los tuviera calzados.”

Los efectos energéticos de presunta etiología paranormal pueden en ciertos casos manifestarse
simultáneamente sobre todos los objetos y elementos del mobiliario contenidos en un recinto, desplazándolos
en una sola dirección. En 1862 la vivienda de un magistrado de Niederdorf (Suiza) se vio perturbada por
desórdenes telecinéticos. En un momento dado, las ventanas se abrieron violentamente, fracturándose las
bisagras. Mesas y sillones se vieron derribado; tazas, cubiertos y cuadros, docenas de minúsculos objetos, son
arrastrados por el aire como si fueran impulsados por un intenso vendaval. Pero los testigos coinciden en
afirmar que no se acusaban síntomas de que alguna corriente de aire fuera la causante de tal estropicio.

Algunos Poltergeist se caracterizan porque la única manifestación observada está vinculada a fragmentos
rocosos de todos los tamaños que se desplazan por el aire provocando impactos que raras veces lesionan a los
testigos (litotelergia o paralitogénesis). La acción puede hacerse extensiva a tarugos de madera, frutas, arena y
otros materiales.

Muchos observadores han atestiguado acerca de fenómenos que podríamos encuadrar en la «hiloclastia»
(modificacíones en la estructura molecular o atómica de la materia), manchas de sangre, «aportes»,
«materializaciones», etc., que ya estudiamos en otro capítulo.

Bélmez de la Moraleda (1971) o Lichtemberg (Baden), en 1872 son escenarios de una singular fenofflétilogía
que de tener genuino carácter paranormal patentizaría que esa energía está efectivamente modulada por
agentes intelectuales. Sobre la superfície de hormigón, cerámica o vidrio se perfilan imágenes pictográricas,
que implican o bien una transformación parcial de su composición química que se traduce en un cambio de
valores cromáticos o bien, la proyección hiloclástica de pigmentos capaz de configurar dibujos o grafismos.

Los parapsicólogos suelen dar a estos fenómenos el nombre de “teleplastias.” Parece como si esa energía «psi»
aún no identificada (dado que jamás se ha encontrado un transductor adecuado para detectarla), siguiendo las
pautas de la física clásica, que demuestra la convertibilidad de cualquier tipo de energía en otta, presentase
también esa capacidad de transformación. As! se explicarían ciertas alteraciones de carácter térmico que se
traducen en variaciones y saltos de temperatura. Algunos especialistas recalcan que las manifestaciones
«poltergeist» van acompañadas de considerable descenso en la escala «termométrica», pero ese extremo no
ha podido ser confirmado por nosotros en el curso de nuestras investigaciones.

En Laroya (Almeria), durante el año 1945 se produjeron inexplicables combustiones espontáneas en almiares,
colchones, vestidos y muebles (metapirogénesis) cuya frecuencia y extensión superaron a dos conocidos
precedentes en Liptsy (1853) y Uralsk (1885), descritos por el gran metapsiquista Aksakoff.
Recordemos a estos efectos que algunos especialistas han señalado sorprendentes acciones del fuego,
perfilando imágenes sobre superficies textiles y de madera, buenas muestras de las cuales pueden aún
admírarse en el conocido «Museo de los espíritus» de Roma. Presuntas manos incandescentes dejaron sus
huellas sobre páginas de libros, camisas y tablas. Las últimas décadas han registrado otra sorprendente gama
de perturbaciones. Con el advenimiento y popularización de una tecnología que utiliza con profusión circuitos
eléctricos y dispositivos electromagnéticos, los recientes poltergeist acusan notables disturbios relacionados
con la energía eléctrica y los campos magnéticos.

H. Bender observó una mañana con asombro, cómo sobre la pantalla de un oscilógrafo de rayos catódicos que
los ingenieros estaban utilizando para el estudio de los disturbios en Rosenheim, apareció la traza de una
lemniscata (función gráfica en forma de ocho); y los aparatos telefónicos, relés, pilotos interruptores,
semiconductores y otros componentes de redes eléctricas, incluyendo lámaparas y pequeños motores, han
llegado a sufrir alteraciones en su funcionamiento, lo que induciría a presumir la acción inespecífica de intensos

18
campos magnéticos, o'bien la alteración hilociástica de constantes físicas en resistencias, inductancias y
barreras en la superficie activa de semiconductores. Forzando aún las hipótesis, algún parapsicólogo ha llegado
a señalar una acción microfisica sobre el flujo de electrones en un conductor sin que sea necesario alterar sus
características de impedancia.

En una peluquería de señoras en Madrid (1980), cuyos testificó que los mandos potenciométricos de un
generador de alta frecuencia para tratamientos de masaje muscular, tos reposaba en una camilla mientras los
electrodos del equipo estaban aplicados sobre su epidermis, se quejó amargatos reposaba en una camilla,
núentras los electrodos del equipo estaban aplicados sobre su epidermis, se quejó amargamente al acusar la
elevadisima intensidad de las contracciones. En esa misma peluquería, un tubo fluorescente giró en su
portalámparas hasta desprenderse del mismo. Y la propietaria del establecimiento relata cómo los
interruptores de los secadores eléctricos del cabello se accionaban ellos solos en algunas ocasiones.

Las manifestaciones de carácter óptico se circunscriben a determinados destellos luminosos (fotogénesis),


apariciones de esferas brillantes caso de Uralsk (Rusia) y percepciones fantasmagóricas, de las cuales es difícil a
veces determinar si tienen carácter alucinatorio de origen patológico u otro origen.

4.2.4. Perspectiva fenomenológica

Para demostrar la importancia primordial del problema de los poltergeist, daremos un primer paso gracias al
análisis fenomenológico de las relaciones que se refieren a estos acontecimientos. En el transcurso de los
siglos, las descripciones de incidentes inexplicables en el mundo físico presentan una uniformidad notable. Hoy
disponemos, con los trabajos de Owen, de Thurston, del autor suizo Fanny Moser y de algunos otros, de una
idea de conjunto de los casos históricos, comparados con los de la época moderna. Se han observado
similitudes asombrosas a través de los siglos y en todos los países. Esto queda reflejado con claridad por dichos
autores, y sobre todo por Owen, en su valiosa obra Can we explain the Poltergeist (1964). Se han reunido
informes recientes y se han analizado desde una vertiente fenomenológica por el oficial de la Policía francesa
Émile Tizané en su libro Sobre la pista del hombre desconocido (1950). Su análisis se basa en centenares de
casos que han sido objeto de investigaciones por parte de la Policía francesa en un período que va desde 1925
hasta 1950. Entre las características uniformes observadas por Tizané en la comparación que ha realizado de
los diferentes informes, resaltaremos las siguientes:

 El bombardeo que sucede a menudo en una casa cuando se ve sometida a una verdadera
andanada de proyectiles. Caen piedras en el tejado y otras rompen los cristales de las ventanas o
penetran por las aberturas. Rara vez se producen otros fenómenos en el interior de la casa, una
vez que ha comenzado el bombardeo desde el exterior.

 Se oyen ruidos en las puertas, las paredes o los muebles. Se producen en los mismos lugares o
bien en todas las partes de la casa.

 Las puertas, las ventanas o incluso los armarios bien cerrados se abren por sí solos.

 Los objetos son hábilmente cambiados de sitio o arrojados lejos. Por lo general, los más
frágiles no se rompen, aun cuando sufran una caída de bastantes metros, mientras que otros, más
sólidos, se destrozan por completo.

 A veces se aprecian crujidos y ruidos singulares.

 En ocasiones sucede que los objetos desplazados no presentan una trayectoria regular. Se
comportan como si alguien los transportara y a veces siguen los contornos de los muebles.

 Algunos ejemplos demuestran la existencia de objetos que penetran en un espacio cerrado.

 Cuando son manipulados por testigos presenciales, los objetos dan la impresión de estar
calientes.

 Objetos que parecen adoptar una forma en el aire.

19
En esta lista, hemos seguido el orden de extrañeza creciente adoptado por Tizané para las características de las
manifestaciones de poltergeist. En el presente contexto, extrañeza significa incompatibilidad con los procesos
energéticos habituales y con las leyes normales del universo físico. Si insistimos acerca de estos aspectos
particularmente extraños de los fenómenos en cuestión, es porque seguramente tienen una fuerte incidencia
en el problema de la explicación del poltergeist, al igual que en la construcción de una teoría útil. En cierto
modo, representan el contrapunto de las analogías cuidadosamente estudiadas por Roll y Artley,
parapsicólogos ingleses, entre la RSPK y los procesos energéticos, analogías que ellos han definido como
correlaciones espaciotemporales entre una persona y los incidentes en cuestión. Su análisis sugiere que la
energía responsable de tales fenómenos se atenúa con la distancia, y que existiría una conversión de la energía
psi en energía cinética. Parece que su mejor representación sería una curva exponencial de debilitamiento.

A continuación describiremos algunos casos investigados más conocidos:

1. El caso de Bremen-Friburgo, en 1965-1966: El equipo de Friburgo puede atestiguar acerca de los


fenómenos de poltergeist producidos en 1966, en el transcurso de los fenómenos de Bremen. Este caso es
conocido en Estados Unidos gracias a una película de televisión de la cadena ABC, titulado El mundo
desconcertante de la ESP. Los doctores Mischo y Timm, colaboradores nuestros, así como Geir Vilhjalmsson,
hicieron una exposición de sus observaciones personales durante la Decimo Primera Convención de la PA, en
Friburgo. Expondremos los detalles del caso.

A finales de junio de 1965, los periódicos alemanes hablaron de destrucciones inexplicables en la sección de
porcelanas de un almacén de Bremen. Se afirmaba que las tazas, platos, vasos y jarrones saltaban literalmente
de las estanterías. Una investigación a fondo de la Policía no arrojó luz alguna en cuanto a la causa de estos
hechos excepcionales. La agitación no cesó hasta que un aprendiz de quince años, Heiner S., no fue despedido.

Un habitante de Bremen, versado en parapsicología y que sospechó de la existencia de un fenómeno de


poltergeist, fue quien aconsejó el despido del muchacho. Tuvimos acceso a este caso dos días después del
despido. La sección de porcelanas del almacén estaba aún llena de porcelanas rotas. Se grabaron en una cinta
magnetofónica las declaraciones de los testigos. Las situaciones cruciales se reconstituyeron y fotografiaron, y
se analizó el transfondo psicológico. Se vio de forma clara que no podía existir duda alguna en lo referente a la
naturaleza psicocinética de los fenómenos en cuestión. Al parecer, tenían su origen en un sentimiento de
malestar extremo y de frustración en el muchacho. Heiner fue recomendado al servicio de adolescentes de una
clínica psiquiátrica, donde permaneció en observación durante varias semanas. Se produjeron acontecimientos
análogos a los de Bremen, con gran sorpresa de los psiquiatras y psicólogos.

Le buscamos unos padres adoptivos en Friburgo, donde comenzó a trabajar como aprendiz de electricista. En
marzo de 1966, hubo necesidad de instalar unos cables en el sótano de una nueva escuela. Había que fijar una
serie de ganchos en los muros de cemento. Para cada gancho, se taladraban dos agujeros de 8mm. en la pared,
y luego se fijaba el gancho con ayuda de dos tornillos en unos tacos de plástico. El capataz observó que los
tornillos bailaban en cuanto se sujetaban los ganchos. Se desplazaban o se sacaban de la pared sin dificultad, a
pesar de que habían sido perfectamente fijados, de modo que se podía tirar de ellos sin que fuesen arrancados.
A la mañana siguiente, siete ganchos se salieron junto con los tacos. Se nos informó de que uno de ellos había
seguido a Heiner que marchaba por un pasillo, y había torcido por una esquina al mismo tiempo que el
muchacho. Organizamos entonces una experiencia con el personal del Instituto de Friburgo y varios obreros.
Instalamos dos ganchos en la pared de cemento y nos aseguramos de que quedaban sólidamente fijados.
Colocamos al muchacho a un metro de la pared, mientras observábamos de cerca el torníllo. En el espacio de
dos minutos, se aflojaron de nuevo. Ninguno de nosotros los vio desatornillarse. Tomamos fotografías con flash
y grabaciones en cinta. Al cabo de dos días del éxito de esta experiencia, tratamos de obtener una
documentación filmada, pero los ganchos no se aflojaron. Nos felicitamos de no haber tratado de filmar este
fenómeno la primera vez, pues la luz parecía obstaculizarlo. Al mes siguiente, se registraron nuevos
fenómenos. En presencia del muchacho, estallaban los tubos de neón, los objetos cambiaban de lugar y el
material eléctrico quedaba destrozado. Por último, el muchacho fue despedido por el electricista y esto puso
fin al asunto.

La documentación exterior referente a estos hechos ofrece un nivel de autenticidad muy elevado. En efecto,
fueron muchos los fenómenos, se produjeron en varios lugares, los testigos fueron numerosos y pertenecían a
grupos sociales muy diferentes. Además, pudimos hacer observaciones nosotros mismos. El análisis interior es
también de una importancia particular. Se trata de la primera vez, en nuestras investigaciones sobre los
poltergeist, en que unos exámenes repetidos de psicodiagnóstico y entrevistas con el agente nos permitieron

20
hacer previsiones. Supusimos que las tensiones interiores del muchacho podrían provocar con toda
probabilidad explosiones de telecinesis, y así se verificó a continuación.

Las experiencias de laboratorio con dados, o con una balanza a la que se trataba de influir, no dieron resultado
alguno. Pero Heiner alcanzó un porcentaje extraordinario de éxitos en las experiencias de ESP (Percepción
sensoriomotora). En las situaciones en que se requería videncia, proporcionaba explicaciones astronómicas.
Estos resultados fueron publicados en el Zeitschrift fur Parapsychologie und Grenzbiete der Psychologie. Es
preciso añadir que, hacia el final de un período de RSPK, cuando los fenómenos se hicieron más raros, Heiner
comenzó a hacer trampas de vez en cuando.

2. El caso de Rosenheim, en 1967-1968. Gracias a la cooperación de técnicos, físicos, parapsicólogos e incluso


de la policía, éste caso de fama internacional alcanzó un nivel de autenticidad de los más elevados. A finales de
noviembre de 1967, y en el curso de los meses siguientes, se produjeron acontecimientos inexplicables en el
despacho dé un hombre de leyes de la ciudad de Rosenheim, en Baviera. Unos tubos fluorescentes, sujetos al
techo, a dos metros y medio de altura, se apagaban de forma continua.

Acto seguido, se comprobaba que estaban aflojados una media vuelta en sus soportes. Las bombillas eléctricas
estallaban. Se oían bruscas detonaciones y los fusibles automáticos se fundían sin causa aparente. El líquido de
revelado de una fotocopiadora aparecía desparramado. Se observaron perturbaciones en el teléfono, cuyo
tono aumentaba de forma insólita. Se grababan unas llamadas que nadie habían hecho. Esto hizo pensar en
que la causa podría radicar en una perturbación de la fuente de energía. El servicio de mantenimiento
emprendió una investigación a fondo e instaló un grabador Siemens Unirey en una línea, equipado con un
amplificador de tensión. Este aparato se montó en el pasillo del despacho con el fin de registrar la tensión del
sector. Las cintas de grabación del instrumento monitor, que había sido previamente sellado, acabaron por
detectar una desviación máxima de control continuo, que coincidía a veces con los fenómenos anormales.

El servicio técnico no pudo determinar la causa y, para finalizar, instaló una fuente de alimentación
independiente, al objeto de asegurarse de que el despacho recibía una corriente eléctrica sin perturbaciones.
Pero los fenómenos, así como la desviación, continuaron. Fue en este momento cuando intervinimos en la
investigación. Nos dimos cuenta muy pronto de que el centro de los fenómenos era una nueva empleada, una
muchacha de diecinueve años. Cuando ésta caminaba por los pasillos, las lámparas se balanceaban a su paso.
Comenzamos a sospechar que las desviaciones de los aparatos monitores no tenían nada que ver con la
corriente eléctrica, sino que representaban a su vez un efecto PK.

Dos físicos, el Dr. Karger y el Dr. Zicha, controlaron las variaciones de tensión en el sector, las cargas estáticas,
los,campos magnéticos estáticos exteriores, la posible presencia de contactos defectuosos, los efectos de
vibraciones ultrasónicas e infrasónicas, así como la posibilidad de intervenciones manuales y de fraudes. A
través de esas investigaciones, concluyeron que no era posible emitir ninguna explicación racional.
Desconectaron el dispositivo monitor que actuaba sobre el circuito eléctrico y lo alimentaron con una pila de
1,5 voltios. La desviación persistió. Sin razón aparente, actuaba una influencia mecánica desconocida sobre la
aguja del aparato.

El efecto PK quedaba, pues, demostrado. Tuvimos una prueba objetiva de que Ana María influía en las llamadas
telefónicas. Centenares de llamadas, en particular del número del servicio horario, el 00119, eran grabadas de
forma automática por la central. Testigos dignos de crédito afirmaron que nadie había utilizado en aquel
momento el único teléfono del despacho.

Cuando se reveló que tales acontecimientos eran típicos de los fenómenos de poltergeist, se produjeron otros.
Las mesas empezaron a dar vueltas por las paredes, los cajones se abrieron por sí solos y, al final, una pesada
estantería donde se encontraban unos 400 libros, se desplazó de su posición inicial junto a la pared. En el
momento en que se manifestaban los fenómenos, la muchacha se ponía cada vez más histérica y sufría de
espasmos muscutares durante los cuales era incapaz de flexionar los brazos. Cuando observamos que estas
experiencias tenían un efecto cada vez más nocivo sobre su salud, insistimos para que se despidiera y buscase
trabajo en otro despacho.

En este caso, hubiera deseado servirme de la hipnosis, con el fin de provocar los incidentes en cuestión por
sugestión poshipnótica. Los habría grabado con ayuda de un aparato de video Ampex. Pero los padres de la
joven se opusieron. Si se me hubiese autorizado utilizar la sugestión poshipnótica para provocar los fenómenos,
habría recurrido de nuevo a la misma con un fin terapéutico, al objeto de intentar liberar a la muchacha de las

21
causas de tales fenómenos. Un análisis de la distribución de los acontecimientos en el espacio en relación con
la posición del agente puso de manifiesto un efecto de atenuación comparable a los resultados obtenidos por
Roll y Artley. En este caso particular, la hipotética energía PSI parecía comportarse de una manera análoga a las
leyes físicas y no se observó ningún fenómeno que poseyera alguno de los caracteres de “extrañeza” de Tizané.
La influencia era mecánica y sin causa aparente.

En las experiencias de laboratorio, no hubo resultados PK, pero Ana María consiguió un alto porcentaje de
éxitos en las pruebas a distancia con naipes. Sólo provocaba estos resultados en el estado emotivo que le
causaban las entrevistas terapéuticas concernientes a su estado de conflicto interior. La importancia del
entorno social es patente en este caso. Numerosos fenómenos parecían estar en relación con el hombre de
leyes que, para Ana María, representaba una personalidad de transferencia. El aumento de la frecuencia e
intensidad de los incidentes se hallaba netamente relacionado con el entusiasmo de que aquél daba pruebas
respecto a tales hechos inexplicables. Fue él el primero que propuso la hipótesis de un efecto PK para las
perturbaciones eléctricas. En cuanto a los casos futuros, decidimos aplicar métodos sociométricos y analizar el
campo social.

Una última nota referente al presente caso. Más tarde se registraron nuevos fenómenos en una bolera donde
se encontraba Ana María con su prometido, un técnico aficionado a este juego. El sistema de control
electrónico de los bolos pareció haberse estropeado, sin duda tras un efecto PK. En consecuencia, el novio
rompió con Ana María, y la pobre chica tuvo que hacer frente de nuevo a un alud de entrevistas periodísticas.

4.2.5. Especulación teórica

Algunas veces el parapsicólogo está en condiciones de refutar los argumentos del escéptico de modo tan
completo que podría calificarse de devastador. Es raro encontrar un contraargumento de un escéptico que
resulte realmenie apto para ser sometido a prueba. La mayor parte de los comentarios de los escépticos sobre
los trabajos experimentales son vagos, en ocasiones difamatorios o simples afirrrraciones no corroboradas por
ningún hecho o consecuencia lógica.

Guy Lambert, que ha postulado la “teoría geofísica” de los poltergeist, no puede ser acusado de nada de eso.
Lamberi propuso la idea de que las corrientes de agua subterráneas –como arroyos o alcantarillas– podrían
producir efectos poltergeist si corrian por debajo o muy cerca de los cimientos de los edificios, y especialmente
si en tales canales se produce una caída de agua. En ese caso, el edificio (o edificios) puede verse sujeto a
presiones espasmódicas ascendentes producidas por la fuerza física (lo que se conoce como martillos de agua).
Esto, a su vez, produce, por ejemplo, extraños movimientos de objelos, así como crepitaciones, sonidos
semejantes a un sordo gruñir, susceptibles de ser tomados por los ruidos que causan los poltergeist. Si las
explicaciones de Lambert son correctas, cabe esperar que se produzca una alta incidencia de ese tipo de
fenómenos tras las mareas excepcionalmente altas, grandes lluvias o inundaciones. Más adelante, Lambert
sugirió una segunda idea: pequeños movimientos sísmicos locales demasiado pequeños para ser registrados
por los sismógrafos, podían contribuir a la supuesta actividad poltergeist.

Estas teorías no son nuevas: la que concierne a las aguas subterráneas cuenta al menos doscientos años. La
contribución de Lambert consistió en la recogida de pruebas de manera sistemática, lo que le permitió
contestar con la práctica las explicaciones teóricas. No tuvo dificultad en probar que en algunos casos los
efectos poltergeist podían ser achacados directamente a la intervención de fenómenos subterráneos. En
algunos otros casos, las apariencias apoyan su teoría geofísica (lo cual es algo realmente distinto). Existen, sin
erdbargo, algunos errores en sus formulaciones. Por ejemplo, Lamberi sostenía que los casos de poltergeist
tendían a ocurrir en zonas próximas a la costa, donde se registraban grandes mareas, con los consiguientes
efectos. Por desgracia, como le señalaron los críticos, en general esas regiones están densamente pobladas
(pensemos, por ejemplo, en Londres).

El primer ataque total a esa teoría se debió al doctor Alan Gauld, psicólogo de la Universidad de Nottingham, y
a Tony Comell, licenciado por Cambridge, con muchos años de experiencia en el estudio del fenómeno
poltergeist. Comenzaron combatiendo a Lambert en el terreno teórico. Gauld y Cornell estaban dispuestos a
aceptar que algunos efectos poltergeist, pequenos y poco abundantes -como, por ejemplo, ruidos, gemidos o
crepitaciones- podían ser el resultado de los llamados martillos de agua u otro tipo de acción de las aguas
subterráneas. Pero llamaron la atención sobre el hecho de que existían muchas otras circunstancias Y
problemas que no podía explicar la teoría de Lambert, sobre todo las trayectorias físicamente peculiares de los
objetos movidos por los poltergeist -no podían deberse a la simple acción de fuerzas vibratorias- y la iaturaleza,

22
en apariencia inteligente e intencionada, de muchos de los efectos de la actuación poltergeist. Más aún: Gauld
y Cornell insistieron en que la mayor parte de las casas no podrían resistir fuerzas subterráneas del tipo que
sería necesario para provocar el movimiento de objetos.

Sobre este último punto en particular, Gauld y Cornell estuvieron en condiciones de demostrar físicamente que
la teoría de Lambert no funcionaba en la práctica. En 1961 tuvieron la suficiente suerte de insialar sus
instrumentos en buen número de casas (de estructura sólida y en condiciones apropiadas para la confirmación
de la teoría de Lambert, en Cambridge) destinadas a ser demolidas. Después de prolongadas negociaciones con
los correspondientes departamentos municipales, a los miembros de los Laboratorios de Ingeniería de la
Universidad y a sus colaboradores se les autorizó a que realizaran las pruebas que quisieran en aquellas casas.
Se instaló el equipo necesario para producir fuerzas físicas del tipo que, según la teoría de Lambert, eran
responsables de los efectos atribuidos a los poltergeist. Pero las fuerzas producidas por Cornell y Gauld fueron
de mayor intensidad que aquellas que, según Lambert, explicaban los efectos poltergeist.

Incluso cuando se provocaron en una de las casas vibraciones tan fuertes que eran apreciables a dos casas de
distancia poniendo la mano sobre la pared, no se registraron movimientos de objetos que se parecieran ni
remotamente a los efectos poltergeist observados en distintas ocasiones. Se generaron efectos vibratorios
horizontales y venicales que al final fueron tan fuertes que Cornell comentó: “Uno puede oír cómo las casas
cantan con la vibración.” Pese a ello, no se observó ningún efecto que indicara el nuevo parecido con un
acontecer paranormal. Finalmente, con riesgo de que las casas se derrumbaran o el equipo instrumental se
estropeara, los investigadores estuvieron de acuerdo y llegaron a la conclusión de que habían dado un buen
entierro a la teoría de Lambert. Y que, si continuaban tratando así a las casas, era muy posible que se lo dieran
también a sí mismos.

Al exponer el modo como los parapsicólogos investigan el fenómeno poltergeist, tocamos de pasada los
factores psicológicos que pueden dificultar las tareas investigadoras, como por ejemplo el deseo de despertar
atención. Ahora vamos a dedicar un examen más detallado a la psicología de los individuos que ocuparon
lugares centrales en algunos casos bien atestiguados de actividad poltergeist. Con raras excepciones, los
efectos poltergeisi se desarrollan en torno a una persona foco, como por ejemplo Arinci narie Sch. o Julio, en
los casos que ya describimos. La persona foco, ¿posee un perfil psicológico típico? ¿Es característico que sea
hombre o mujer, extravertida o inirovertida, neurótica o de mentalidad equilibrada?

En lo que se refiere al sexo de las personas foco, pasemos a examinar los estudios de William Roll. De
inmediato se presenta a nuestros ojos un hecho: en los casos informados con anterioridad a 1900, algo así
como el 80% de las personas foco fueron mujeres. Pero en este siglo la distribución por sexos ha cambiado
notablemente, v las cifras demuestran que ambos sexos están igualmente afectados por la acción poltergeist.
Roll estableció también que la edad media de esas personas era de dieciséis años. Pero se ha producido un
cambio en la edad, que ha ido ascendiendo

Hace algo más de cien años, Esther Cox, de 19 años, fue el centro de un caso de poltergeist en Amherst,
Canadá. Era una chica sencilla y (se decía de ella) psiconeurótica. Esther vivía en un hogar muy pobre,
compartiendo la cama con su (atractiva) hermana Jane. Cuando el galán de Jane trató de violar a Esther, se
desató un efecto poltergeist. La familia Cox tuvo que enfrentarse a grandes alteraciones en el dormitorio de las
hermanas: las cajas comenzaron a levitar y volar por el aire, las sábanas fueron lanzadas por encima de la cama,
todo ello acompañado de ruidosos golpes. Se llamó a un médico para que atendiera a Esther, que tenía fiebre
muy alta, y hubo de enfrentarse a una inscripción que apareció en la pared, delante de sus ojos. Esther Cox,
eres mía para matar. Más tarde, un pedazo de yeso se desprendió de otro lugar de la pared y fue a parar a sus
pies, para lo cual tuvo que volar un trecho. Un doctor apreció, también, ruidos tan fuertes que parecían
producidos por un martillo pilón que golpeara sobre las tejas. Esther comenzó a caer en trance, y un sacerdote,
que ofreció sus servicios, fue saludado por un cubo de agua que comenzó a agitarse; esa misma agua parecía
hervir en presencia de Esther. Los incendios se incluyen en los efectos poltergeist, de los que se informó, y la
casa de los Cox estuvo a punto de quedar asolada.

Walter Hubbell, un mago que estaba de paso en la ciudad, acudió a visitar la casa varias veces y observó cómo
siete sillas caían al suelo cuando entró en una habitación. Posteriormente, sufrió un buen número de intentos
de asalto, fracasados, por parte del poltergeist (entre otras cosas, se le arrojaron algunos cuchillos). El libro de
Hubbell sobre el caso fue un best-seller. Aunque no es totalmente fiable, los testimonios de la familia, el
médico y el sacerdote no pueden ignorarse completamente.

23
Este caso ilustra muchos de los efectos poltergeist clásicos paulatinamente, y hoy el promedio está en los
veinte años. Esto se debe sobre todo, a la creciente proporción de personas foco de edad avanzada setenta
años o más.

No obstante, sigue siendo normal que en la mayor parte de los casos, quienes se encuentran en el centro del
fenómeno poltergeist sean púberes o poco más. Este hecho parece apoyar la noción tradicional de que la
tensión sexual y las frustraciones son las causas principales que dan lugar a las manifestaciones poltergeist, una
idea que ha sido plenamente explotada por el cine comercial en películas tan vulgares y chocantes como El
exorcista y Carrie. En cierio modo era natural que los primeros investigadores considerasen que la pubertad, la
tensión sexual y el fenómeno poltergeist estaban relacionados.

Muchos casos de poltergeist se centran en tomo a chicas púberes, y en ocasiones los efectos incluyen ataques
de claro significado sexual o masoquista. De hecho, posteriormente, los casos de poltergeist han venido
extendiéndose de forma paulatina hasta afectar casi en número igual a muchachos y muchachas, circunstancia
que disminuye la posibilidad de que guarden relación con la sexualidad femenina frustrada. Más aún: en
muchos informes de los primeros tiempos (y actuales) ocurre más bien que la actividad cesa espontáneamente
después de unas cuantas visitas del médico o del sacerdote. Salvo que aceptemos la existencia de un uso
indebido y abusivo de la práctica profesional en gran escala, cuesta trabajo comprender que esas visitas
puedan resolver casos de sexualidad frustrada. Pero sí pueden hacer mucho para ayudar a un niño o niña que
se siente abandonado y desatendido. Este tema debemos desarrollarlo con mayor detalles.

Antes, sin embargo, tenemos que ocuparnos de otra explicación popular para aclarar el lazo que parece existir
entre los niños y los poltergeist. En muchos casos, los niños afectados por el fenómeno fueron examinados por
psiquiatras o psicoanalistas que torpemente declararon que sufrían de algún mal (o varios) de naturaleza
psíquica: histeria, depresión, agresividad (en exceso o defecto, en último caso conducente a la represión),
neurosis, etc., etc. Un problema importante en relación con esos diagnósticos, estriba en que el facultativo que
reconoce al niño está predispuesto al hallazgo de anormalidades funcionales. Por el contrario, sí el psiquiatra
ignora la razón por la que se le lleva al niño a la consulta, es posible que diagnostique neurosis.... pero es más
que posible que el niño se haya vuelto neurótico a causa de la persecución del poltergeist. El único modo
posible de diagnosticar seda disponer de un perfil de la personalidad del niño, trazado antes del comienzo de
las actividades poltergeist. Los casos en que se procede así son tan raros, que no ofrecen una imagen
coherente indicadora de los factores psicológicos, si hay alguno, que predisponen a los niños a converlirse en
foco central del fenómeno poltergeist.

Existe una prueba más firme que sugiere que los poltergeist no están relacionados con la frustración sexual o la
enfermedad mental, sino con el deseo de llamar la atención. En un estudio analítico de jóvenes de ambos
sexos, menores de dieciocho años y entre los cuales algunos habían sido focos de acontecimientos poltergeist,
William Roll hizo un notable descubrimiento. No menos del 62% de ellos estaban viviendo fuera de su hogar
cuando comenzaron las actividades poltergeist. De los demás, un 17% sólo vivía, o se hallaba presente en el
hogar, uno de sus progénitores. Estas cifras no parecen elevadas, aunque no podemos establecer la
comparación con los niños normales por carecer de datos semejantes relacionados con ellos.

Caben pocas dudas de que la carencia de ambiente familiar o un hogar inestable, tiende a reforzar la idea de
que los poltergeist puedan ser “instrumentos” utilizados por el sujeto para llamar la atención. Tenemos un
apoyo adicional a esa teoría, o así parece, en el repentino incremento experimentado, a parlir de 1950, por los
ataques poltergeist dirigidos contra personas ancianas. La actitud que en estos días adopta la sociedad frente a
esas personas de edad avanzada es indudablemente más dura y deshumanizada que la de tiempos anteriores.

Es preciso llevar a cabo muchos más trabajos y profundizar los estudios en este terreno antes de obtener
conclusiones definitivas. Pero si se busca una explicación psicológica de la razón de los efectos poltergeist, creo
que deberíamos acercarnos al problema empezando por observar a qué lleva la necesidad de atención en un
medio privado de afectos. En el caso de los adolescentes, esa necesidad de atención puede estar reforzada por
el período de la adolescencia, en sí misma una época de crisis e incertidumbres. Resulta obvio, de todos modos,
que esto no puede brindar una explicación completa. Muchos niños buscan llamar la atención, pero pocos de
ellos generan a su alrededor efectos poltergeist.

¿Qué podemos aprender del fenómeno poltergeist? Seria sorprendente que lográramos una visión clara, fiable
y coherente, puesto que estamos tratando de PC en su estado más anárquico. Nos enfrentamos a ambientes
circundantes incontrolados en los cuales quizá podamos estar en condiciones de medir lo que está ocurriendo,

24
pero no podemos confiar en controlar, predecir o manipular los acontecimientos. Una de las cosas que
podemos aprender es que existe un núcleo central de casos en los cuales las pruebas de la acción de la
psicocinesis son muy firmes (como en el caso de Rosenheim). Pero los efectos PC observados en otros casos
son demasiado desordenados, incontrolados y violentos para que podamos aprender algo sistemático sobre la
acción en las manifestaciones poltergeist.

4.2.6. Poltergeist y apariciones

Las apariciones representan una colección muy rica de fenómenos. Se las ha visto adoptando las formas de los
vivos y de los muertos, en el momento exacto de la muerte de la persona y muchas veces después de haber
transcurrido una gran cantidad de tiempo. Algunas apariciones son vistas continuamente y se convierten en el
punto centrado de los encantamientos más completos. Los pueden incluir no sólo fenómenos visuales sino
también táctiles y auditivos.

De la misma manera que existen varias hipótesis destinadas a explicar las apariciones, se han propuesto
también una serie de teorías para explicar los encantamientos. Aunque ninguna de estas teorías es totalmente
aceptable, parece que las apariciones al igual que los encantamientos son fenómenos objetivos, o por lo menos
semiobjetivos. En otras palabras, son fenómenos “físicos” y no alucinatorios. Los poltergeistas son un
determinado tipo de fantasmas y arrojan objetos y hacen otros despliegues físicos empujados o inducidos por
fuerzas invisibles. En algunos casos se han visto apariciones, pero por lo general sus irrupciones son breves.
Nuevas pruebas indican que los poltergeistas son provocados por frustraciones psicológicas y son proyectados
por una especie de “mente sobre la materia”. Sin embargo, los poltergeistas pueden compartir un mecanismo
similar con las apariciones y casas encantadas, una especie de emanación física del ser viviente que puede
persistir independientemente del agente y hasta sobrevivir a la muerte del cuerpo.

Aunque la investigación psíquica es una ciencia relativa. mente joven, durante muchos siglos se contaron
cuentos de almas en pena, espectros, espíritus de mal agüero y casas visitadas por fantasmas. El alma en pena
que hacía sonar sus cadenas y fue inmortalizada por Charles Dickens en su clásico A Christmas Carol fue
tomada realmente como estereotipo de una experiencia supuestamente verdadera registrada por el escritor
romano Plinio el Joven. Paracelso, el alquimista y médico medieval, escribió que los espíritus de los muertos
pueden llamar la atención de los seres vivos haciendo ruidos, sonidos de pasos invisibles y otras
manifestaciones extrafias a las que actualmente damos el nombre de encantamientos.

Pero la investigación psíquica fue la primera ciencia que se dedicó a estudiar en forma sistemática los informes
sobre fantasmas y mansiones encantadas, o sea, visitadas por fantasmas. Cuando se fundó la SPR, una de las
primeras comisiones organizadas por ésta se dedicó a investigar las denuncias sobre casas encantadas.

Para la mentalidad del público en general, ningún fenómeno puede estar tan vinculado a la parapsicologia
como la investigación de las casas supuestamente visitadas por fantasmas. Aunque la parapsicología actual ha
adoptado la filosofía científica y la metodología de la psicología experimental, no debemos olvidar que esta
tendencia es reciente y se inició con los tests estadísticos de PES dirigidos por J.B.Rhine en la Universidad de
Duke, cuyos resultados se publicaron por primera vez en 1934. Antes de esa fecha el trabajo de la
parapsicología fue menos experimental y mostró una mayor inclinación a recopilar casos espontáneos de
aparicíones, telepatía, encantamientos y otros fenómenos similares. En este capítulo expondremos gran parte
de este trabajo.

Cuando hablamos de apariciones nos referimos a todo un conjunto de fenómenos. G.N.M.Tyrrell, ex presidente
de la SPR, dedicó su conferencia recordatoria de Myers al tema de las apariciones. En esa conferencia,
publicada más tarde como libro bajo el título de Apparitions, Tyrrell subdividió las apariciones en cuatro
categorías:

(a) apariciones de seres vivientes


(b) apariciones de un individuo en el momento crítico de su enfermedad
(c) apariciones post mortem
(d) apariciones continuas

Estas cuatro categorías corresponden a los “tipos” más importantes de fantasmas. Pero antes de ocuparnos de
lo que son las apariciones haremos un breve resumen de cada uno de estos tipos. Cuando pensamos en
apariciones imaginamos invariablemente las apariciones de muertos o de las personas que han muerto en el

25
momento preciso en que se vio la aparición. Pero esto no es así. Gran cantidad de apariciones sobre las que se
ha informado representan figuras de personas vivientes. Como ejemplo de esto son famosos los experimentos
de S.H.Beard. Este era un caballero victoriano, amigo de Edmund Gurney, uno de los miembros fundadores de
la SPR e investigador incansable.

Beard trató de comprobar si podía proyectar una aparición de sí mismo a su novia, llamada L.S.Verity. Una
noche, antes de acostarse, se concentró deseando aparecer ante su novia, pero quedó dormido. Pese a que no
supo que había logrado cumplir su propósito, en ese mismo momento la señorita Verity vio junto a su cama su
aparición vestido totalmente en ropa de dormir. Se sorprendió tanto que comenzó a gritar y despertó a su
hermana menor, que~ compartía su cuarto. Esta joven vio también la figura.

El hecho de que la aparición fuese vista por dos personas plantea un problema difícil. Una teoría sobre las
apariciones a que éstas son en realidad alucinacionjs provocadas telepáticamente. El perceptor recibe
inconscidritemente una impresión de PES proveniente del agente que trata de llegar hasta él y de inmediato la
mente inconsciente del perceptor proyecta una alucinación visual para transmitir ese mensaje a la mente
consciente. Sin embargo, en el caso Beard-Verity dos perceptores vieron la forma, lo que hace que la teoría
telepática resulte difícil de aceptar.

Con el propósito de verificar sus experiencias Beard intentó llevar a cabo su experimento en otras
oportunidades. Antes de una de ellas informó su propósito a Gumey para que éste pudiera validar la
experiencia en caso de que ésta resultara exitosa. Y así fue realmente. Beard se concentró en la señorita Verity
y trató de acariciarle el cabello. (En esa época podía transferir su “conciencia” y aparecer él mismo.) Su novia
informó que mientras se encontraba completamente despierta había visto su forma y Beard le había acariciado
el cabello.

Henry Sidgwick informó sobre otro caso de una aparición. El caso se relacionaba con la señora Wilmot, que
apareció ante su esposo y el compañero de camarote de éste en el barco The City of Limerick, que hacía una
travesía por el Océano Atlántico. La señora Wilmot experimentaba una gran ansiedad por el viaje porque las
tormentas habían destrozado un buque que cumplía el mismo derrotero. Una noche, en el momento de
dormirse, la señora Wilmot sintió “que abandonaba su cuerpo” y viajaba en un cuerpo fantasmal para reunirse
con su esposo. La señora llegó al barco y entró en un camarote donde vio a su esposo. En una litera superior
había otro hombre pero a pesar de ello entró, besó a su esposo y salió. Su forma fue vista no sólo por su esposo
sino también poiel otro pasajero, el señor Tait. El informe de Wilmot dice: “Durante la noche que siguió al
octavo día de tormenta... soñé que veía a nú esposa que había abandonado los Estados Unidos y llegado hasta
la puerta de mi camarote vestida únicamente con su canúsón. Mientras estaba de pie en la puerta descubrió, al
parecer, que yo no era el único ocupante de la habitación, vaciló un poco y luego se acercó hasta donde yo
estaba, se detuvo y me besó, y luego, después de haberme acariciado durante unos pocos minutos, salió
silenciosamente. Al despertar, me sorprendió ver que mi compañero de camarote, cuya litera estaba ubicada,
aunque no en forma directa, sobre la mía, me miraba fijamente. Al cabo de un rato me dijo ‘qué tipo debe ser
usted para que una señora venga a visitarlo en esa forma.’ Insistí para que me diera una explicación que al
principio negó, pero finalmente me contó lo que había visto mientras estaba despierto en su litera. Su relato
coincidía exactamente con mi sueño.”

Más tarde la señora Wilmot describió correctamente el camarote de su esposo. Todos estos informes fueron
controlados por la hermana de Wilmot, que se encontraba a bordo del mismo barco.

Las apariciones correspondientes a momentos de crisis son formas que no pueden clasificarse realmente ni
entre las de los vivos ni entre las de los muertos. Aparecen, por lo general, en el momento exacto en que el
agente ha sufrido un accidente, o ha muerto, o pocos instantes después. El caso siguiente es típico de esa
situación.

Eldred Bowyer-Bower era un piloto de la Primera Guerra Mundial. El 19 de marzo de 1917 su avión fue
derribado sobre Francia. Esa misma mañana su medio hermana, la señora Spearman, que se encontraba en la
India vio su aparición: “En las últimas horas de la mañana del 19 de marzo yo estaba cosiendo y hablando con el
bebé. Joan (otra criatura) estaba en la salita y no vio nada. Experimenté la sensación muy vívida de que debía
darme vuelta; lo hice y vi a Eldred; parecía muy feliz y tenía el aire juguetón que tanto nos gustaba. Me sentí
tan contenta de verlo que traté de poner al bebé en un lugar más seguro para que pudiéramos hablar. “Qué
idea tuviste de venir hasta aquí,” le díje volviéndome nuevamente, pero en el momento en que extendía mis
brazos para darle un abrazo y un beso, Eldred desapareció. Lo llamé y lo busqué, pero nunca lo volví a ver.

26
En este caso sería imposible decir si la aparición fue vista en el mómento de la muerte o poco después. En una
revisión muy importante iniciada por la SPR en el año 1889 cuyos resultados fueron publicados en 1894 con el
título de The Census of Hallucinations, se recopilaron algunos datos de interés relacionados con las apariciones
de momentos de crisis. El proyecto se organizó con el propósito de reunir casos verídicos de apariciones y otros
fenómenos similares y descubrir qué porcentaje de la población normal parecía haber tenido esas experiencias.
Cuando el “Censo” terminó, se comprobó que 1684 personas de entre las 17.000 entrevistadas informaron
sobre esas experiencias. Ochenta de esos casos podían elasificarse como apariciones de momentos de crisis.
Cuando se los reflejó en un gráfico resultó evidente que esas experiencias mostraban una pauta coherente: una
aparición de momento de crisis era descripta como una forma vista dentro de las 12 horas inmediatas a la
desaparición del agente. Cuando los 80 casos fueron analizados para ver cómo se los podía agrupar, se
comprobó que en la mayoría de ellos, la aparición se había producido simultáneamente con la crisis. Pudo
elaborarse así una curva declinante; en la mayor parte de los casos informados la aparición coincidía con el
momento de la muerte y luego, a medida que el tiempo transcurrido a partir de ese momento era mayor, el
número de casos disminuía.

Las apariciones vistas al cabo de 12 horas de la muerte fueron clasificadas como apariciones post mortem, es
decir, apariciones del muerto. En algunas oportunidades estas apariciones son vistas después de transcurridos
varios años de la muerte del sujeto. Como es natural, muchas veces se las mencionó como prueba de que el
hombre sobrevive a la muerte. Uno de los casos más famosos fue caratulado como el caso de la mejilla
rasguñada a consecuencia de las características especiales de la aparición.

En muchos casos registrados en las primeras publicaciones de la literatura parapsicológica se mencionaban


únicamente las iniciales, ya que hace algunos años el informe de alguna impresión psíquica era considerado
como señal de anormalidad. Las personas que relataban esas experiencias insistían en conservar el anonimato
por razones obvias.

Debo agregar también, al pasar, que las apariciones no sólo representan formas de seres humanos, vivos o
muertos, sino también de animales. En su libro Animals Ghosts, Raymond Bayless recopiló varios de esos
informes. Aunque disponemos de poco espacio para discutir este tema aqui, queremos mencionar que las
apariciones animales caen dentro de la misma tipología que las apariciones humanas, se han presentado
algunas veces en momentos de crisis y otras después de la muerte y hasta han llegado a embrujar sus moradas
terrestres.

Para empezar diremos que cualquier teoría sobre las apariciones debe tomar en cuenta distintos factores que
resulta difícil amalgamar. Por ejemplo, un problema muy importante que suele plantearse cuando se formulan
teorías sobre las apariciones consiste en determinar si son o no físicas. En otras palabras, ¿las apariciones
ocupan algún espacio físico o son formas sobrenaturales de alucinaciones verídicas pero subjetivas?

Existen pruebas para ambos supuestos.

Las características “físicas” de las apariciones pueden resumirse en la forma siguiente:

(a) en algunas oportunidades las han visto varias personas simultáneamente;


(b) se ha sabido que han movido objetos físicos; y
(c) se las ha visto reflejadas en espejos.

Comparemos ahora estas características de las apariciones con las que son obviamente no físicas:

(a) se las ve completamente vestidas,


(b) pueden no ser vistas colectivamente,
(c) aparecen muchas veces junto con objetos materiales (por ejemplo, sosteniendo un objeto), y;
(d) atraviesan las paredes.

27
Teoría del campo psi de W.G.Roll. ¿Es posible que los “sitios donde aparecen fantasmas queden impregnados
de energía psíquica?

Cualquier teoría que se formule sobre las apariciones debería explicar estas distintas características. Una de las
primeras teorías expuestas para explicar los fantasmas fue la enunciada por Edmund Gurney. En esa teoría
afirma que una aparición es subjetiva y provocada por telepatía. El perceptor recibe una clave telepática y
luego la proyecta en forma de aparición. La teoría tiene sus méritos ya que explica por qué las apariciones
están tan prolijamente vestidas. El obstáculo con que tropezó fue que no pudo explicar las apariciones
percibidas simultáneamente por varias personas. En respuesta a esta objeción amplió la teoría hasta incluir el
concepto de telepatía contagiosa. Este concepto establece que cuando el sujeto proyecta una aparición puede
contagiar telepáticamente a otros que se encuentran en su presencia para que vean también la misma figura.
Es innecesario decir que en cuanto uno considera que las apariciones han sido vistas por grupos de personas y
también por animales esta teoría se vuelve inaceptable (como lo seiWamos en la sección dedicada a los lugares
embrujados). Debemos agregar que Gurney mismo no quedó finalmente muy satisfecho con su propio
concepto.

F.W.H.Myers, fue el segundo pionero de la investigación psíquica que abordó el problema de las apariciones.
Estuvo de acuerdo con que las apariciones no eran “físicas” en el sentido literal de la palabra, pero pensaba que
podían ocupar espacio físico. Myers hablaba en términos de espacio “metamaterial”, cuya interpretación
implica que puede existir un campo de cuarta dimensión (o campo-psi, como lo llama W.G. Roll que se mezcla
con el espacio físico. Un fenómeno, como el de una aparición, al producirse en esa dimensión puede llegar a
afectar el mundo físico.

Si esta afirmación resulta un poco vaga esto se debe a que Myers mismo no estaba muy seguro de su propio
modelo. Como lo explica Tyrrell en una exposición incompleta: “En la teoría de Myers se descubre una nota de
inseguridad en relación con lo que realmente pasa”. Sin embargo, la idea de Myers sobre la existencia de otra
dimensión física entrelazada con nuestro mundo explica por qué una aparición puede tener tanto atributos
físicos como no físicos.

Tyrrell formuló también una teoría que es poco más o menos una revisión de la de Gumey, pero mezclada con
la de Myers. La teoría de Tyrrell, compleja y difícil de comprender, afirma que la aparición es engendrada
telepáticamente. Esta unión telepática entre el agente y el perceptor unen y forman recíprocamente la forma
espectral. Esta unión de mentes elabora un “drama espectral”. El espectador que se pone en contacto con ese
drama puede incorporarse a él y ver también la aparición.
28
Recién en el año 1953 se hizo una revalorización total de las teorías sobre las apariciones. En esa época Hornell
Hart, sociólogo de la Universidad de Duke puso en práctica un minucioso proyecto destinado a hacer un nuevo
planteo. de nuestra concepción total de las apariciones. Hart y sus colaboradores comenzaron su tarea
recopilando casos bien probados de apariciones para poder discriminar los siguientes puntos: (a) la relación
existente entre las apariciones de los vivos y las apariciones de los muertos, (b) si las apariciones mostraban
tener alguna motivación, conocimiento e identidad personal (la mayor parte de las teorías sobre apariciones se
refieren a éstas como autómatas desprovistos de mente), y (c) qué relación tiene todo esto con el problema de
la supervivencia después de la muerte.

Hart reunió varios casos tomando como base el carácter probatorio de cada incidente. ¿Cuándo se había hecho
el informe? ¿Quién lo había hecho? ¿Quiénes lo habían presenciado? Estos eran sólo algunos de los
interrogantes que se planteaban. Tomó luego los casos que había recopilado y señaló sus características,
clasificándolos en las siguientes categorías: apariciones de individuos que habían muerto 12 o más horas antes;
apariciones críticas de personas muertas menos de 12 horas antes; apariciones vistas en el momento de la
muerte; apariciones de seres vivos, reconocidos por el perceptor como tales, y apariciones de seres vivos en
relación con los cuales el perceptor no tenía ese conocimiento.

Hart descubrió que las características de todas esas apariciones eran idénticas. En otras palabras, todas tenían
la misma naturaleza intrínseca. Descubrió también que las apariciones parecían tener una vida consciente
propia: reaccionaban frente a las personas y los objetos físicos que las rodeaban en la misma forma que una
persona normal.

Es posible que las apariciones son entidades independientes y espaciales. Pero el defecto que encuentro en las
teorías propuestas por Hart, Myers y otros es que todos trabajan partiendo del supuesto de que una aparición
pese a ser independiente y espacial es vista por el órgano físico de la visión. Creo que esto es una falsedad.
Sabemos que las impresiones psi se manifiestan bajo la forma de una percepción normal de los sentidos (como
sucede en la clarividencia y en la clariaudiencia), pero afirmo sin embargo que esas experiencias son realmente
alucinatorias, aunque hayan sido provocadas psíquicamente. Y creo que lo mismo puede decirse en relación
con la percepción visual de una aparición. No la estamos viendo con nuestros ojos. Quizá la aparición, al,
mostrarse en una especie de cuarta dimensión, no afecta en realidad nuestros nervios ópticos, sino que más
bien, enciende nuestra clarividencia.

De este modo una aparición, y suponiendo que sea una entidad con conocimiento consciente, puede hacer que
la veamos como si estuviera vestida o acompañada por un objeto físico. Las pruebas que sustentan este punto
de vista provienen de dos factores relacionados con las apariciones: se las ve durante la noche, en habitaciones
totalmente oscuras, y sin embargo pueden percibirse hasta sus menores detalles. Además muchas veces
parecen resplandecer. Si estos fantasmas fueran objetos materiales no los veríamos resplandecer ni podríamos
percibir tantos detalles en una habitación oscura. Por eso creo que debemos resolver esa paradoja postulando
que cuando una aparición se presenta hay realmente algo psíquico que hace que la veamos. Por eso debe
“envolverse” en ropas y dar la impresión de que se encuentra también allí físicamente.

El resplandor de las apariciones nos lleva directamente al tema tan controvertido del aura humana. Se ha dicho
que esta aura es una especie de campo de fuerza psíquica que rodea al cuerpo humano. Algunas personas
dotadas de poderes psíquicos que afirman haber visto el aura dicen que pueden detectar por su intermedio el
carácter, la enfermedad y el estado de ánimo.

Sin embargo existen algunas pruebas de carácter anecdóticó que respaldan la afirmación de la existencia de un
aura. La doctora Gerda Walther, parapsicóloga alemana que se desempeñó en una época como se cretaria del
famoso científico e investigador psíquico barón A. F. von Schrenck Notzing, pudo percibir auras por sí misma.
No es fácil rechazar una afirmación de este tipo formulada por un científico de nota. La doctora Walther vio
auras en distintas oportunidades y una vez vio un aura negra alrededor de un hombre que murió poco tiempo
después. Estas experiencias fueron de naturaleza espontánea.

Aquí volvemos a enfrentarnos con un problema muy similar al planteado por las apariciones. Si el aura existe,
¿por qué es necesairio descubrirla por medio de los perceptores físicos? El carácter ilusorio del aura, si es que
ésta realmente existe, parece provocado por el hecho de que posiblemente se la ve psíquica y no físicamente,
como Kilner y sus seguidores pensaron.

29
4.2.7. Poltergeist y haunting

Cuando una aparición es vista habitualmente por varios testigos en un lugar específico y durante un largo
período se dice que el lugar está encantado. Los encantamientos parecen ser una elaboración en tomo de una
aparición. Las apariciones son experiencias visuales, pero los encantamientos incluyen frecuentemente
experiencias visuales (apariciones), experiencias auditivas (ruido de pasos, golpes en la pared) y hasta
experiencias táctiles (viento frío, sensación de ser empujados, etcétera). Pero no todos los encantamientos
incluyen la presencia de una aparición.

Los primeros investigadores psíquicos dejaron constancia de varios de estos encantamientos. Uno fue
registrado por Rosina Despard, que vivió en Cheltenham, Inglaterra, en una casa frecuentada por fantasmas.
Aunque se trata de un caso muy antiguo es importante porque la señorita Despard (que en el. informe figura
bajo del nombre de Rose Morton) llevó un diario detallado en el que hizo constar las experiencias que vivieron,
ella y sus familiares, en la casa mencionada.

La familia Despard se mudó a la casa de Cheltenham en el año 1882. Un mes más tarde Rose vio por primera
vez la aparición, a la que continuaría viendo frecuentemente durante los años siguientes. Rose se despertó y
vio una figura que recorría el pasillo fuera de su habitación. Se trataba de una mujer alta, que cubría su rostro
con un pañuelo. Rose la siguió, pero la perdió de vista cuando su vela se apagó. Durante los años que
transcurrieron entre 1882 y 1884 la figura fue vista varias veces no sólo por Rose sino también por su hermana,
su hermano y una persona de servicio. En algunas oportunidades la figura era percibida por una persona y no
por las otras: “En las primeras horas de la noche del 11 de agosto de 1884 estábamos sentados en la sala, con
el gas encendido y los postigos sin cerrar ... mi hermana mayor, la señora de K. y yo vimos la figura, estaba de
pie en el balcón exterior, mirando por la ventana. Permaneció así algunos minutos, caminó hasta el final y
luego volvió nuevamente, después de lo cual nos pareció que había desaparecido. Poco después entró en la
sala, donde yo pude verla, pero mi hermana no.”

En otra oportunidad la figura fue vista por Rose pero no por su padre, que estaba en la misma habitación. En
realidad él nunca vio la figura. Trataron de hacer experimentos con el fantasma y para ello colocaron cuerdas
atravesadas en una escalera por la que el ánima en pena solía subir. Rose vio cómo la figura se deslizaba
rectamente a través de las cuerdas. Los animales reaccionaban en forma extraña frente al fantasma y en varias
oportunidades pareció que un cachorro “veía” algo y corría aterrorizado cuando la aparición estaba cerca.

Las apariciones de la figura fueron haciéndose gradualmente menos frecuentes hasta que desapareció, pero
continuaron oyendo ruidos de pasos espectrales que recorrían la casa. Estos, a su vez se debilitaron hasta
desaparecer. Al investigar la historia de la casa se descubrió que una antigua moradora de ésta había muerto
allí, después de haber caído en un alcoholismo rrónico. La figura informada y descripta por Rose se asemejaba,
al parecer, a dicha persona.

Las casas encantadas o frecuentadas por fantasmas constituyen un fenómeno raro; en la literatura
parapsicológica se mencionan muy pocos casos que hayan sido realmente probados. La parapsicología de
nuestros días es una ciencia que difiere totalmente de la que estuvo en boga al finalizar la era victoriana,
cuando los parapsicólogos trataban muy especialmente de dar validez a las “historias de fantasmas”.

¿Cómo se investigan actualmente las casas encantadas? En los últimos años los parapsicólogos han usado tres
métodos, a los que puede darse respectivamente el nombre de técnica descriptiva, técnica experimental y
técnica de detección. La técnica descriptiva es similar a la que empleó Rose Despard. Consiste básicamente en
la recopilación de informes de los testigos. La Fundación para la Investigación Psíquica (FIP), un centro de
investigación independiente ubicado en Durham, Carolina del Norte, ha mostrado interés des de hace mucho
tiempo en investigar casos de encantamientos famosos. W. T. Joines, profesor asociado de ingeniería eléctrica
de la Universidad de Duke, informó sobre las investigaciones llevadas a cabo en relación con uno de esos casos.
El encantamiento se produjo en Filadelfia y Joines viajó hasta allí para recoger pruebas.

La familia Chen había vivido en la casa desde junio de 1967, pero cuando Joines investigó el caso la señora Chen
vivía allí con sólo tres miembros del núcleo originario. La familia informó haber visto apariciones, oído pasos y
presenciado el movimiento de objetos de la casa (fenómeno denominado teleportación o telekinesis). A una de
las hijas le habían sacado las colchas de la cama. En otra oportunidad vio una aparición, gritó y despertó a su
hermana, que también vio la figura.

30
A Joines le quedaba poco por hacer, sólo reunir los testimonios y esperar que algo paranormal se le
manifestara a él mismo durante el curso de la investigación. Un incidente extraño se produjo cuando de pronto
cayó una fuente con frutas artificiales que Joines había acomodado con todo cuidado. Lamentablemente, fuera
de verificar que el encantamiento podría existir realmente, esta investigación no nos proporciona revelaciones
sobre la naturaleza de sus mecanismos.

Uno de los métodos más antiguos para investigar un supuesto encantamiento consiste en recurrir a un
individuo con dotes psíquicas especiales y en quien pueda confiarse, para comprobar si sus impresiones”
corresponden a las de los habitantes. Durante una investigación de una casa encantada, un grupo de
investigadores de la SPR llevó consigo al psíquico inglés Douglas Johnson, cuyas impresiones sobre el
encantamiento coincidieron totalmente con las de la familia.

Pero fue la doctora Gertrude Schmeidler quien perfeccionó esta técnica y la elaboró conviertiéndola en un
enfoque experimental sistemático para el estudio de los encantamientos. Una amiga de la doctora Schmeidler
le dijo que creía que su casa estaba encantada. Pese a no haber tenido experiencias concretas, visuales o
auditivas, había tenido innumeras sensaciones de temor y ansiedad que se vinculaban siempre a determinadas
partes de la casa. Sus dos hijos compartían esos sentimientos.

La doctora Schmeidler hizo que cada uno de los miembros de la familia señalara en unos planos las zonas de la
casa que parecían “infestadas.” Cuando le devolvieron los planos pidió a un grupo de personas psíquicamente
dotadas que visitaran la casa. Estas la recorrieron, tratando de determinar cuál era el punto focal del
encantamiento, si es que el mismo existía. Luego los psíquicos llenaron una “lista de control” relacionada con la
“personalidad” de la infestación. Los resultados fueron significativos. Dos de los psíquicos ubicaron el
encantamiento en los mismos lugares en que lo había hecho la familia. Cuatro de los psíquicos coincidieron
entre ellos y con la familia sobre la naturaleza de la personalidad del encantamiento. Pero en este caso nos
encontramos nuevamente con que, pese a que este enfoque es nuevo y experimentalmente válido, no puede
decirnos nada sobre la naturaleza de los encantamientos. Además, las concor dancias puestas de manifiesto
pueden ser consecuencia, únicarnente, de manifestaciones de telepatía y clarividencia entre los participantes.

El tercer enfoque para estudiar los encantamientos se elaboró, también, sobre un precedente histórico: la
afirmación de que los animales reaccionan en forma extraña cuando están en casas encantadas. Graham
Watkins aplicó esta técnica de detección.

Watkins fue llamado para investigar una habitación encantada en una casa de Kentucky. Llevó consigo un
perro, un gato, una rata y una culebra de cascabel para ver cómo respondían al supuesto encantamiento. Las
reacciones fueron notables y poco comunes. El perro entró en el cuarto pero inmediatamente se puso a gruñir
y retrocedió; no se pudo lograr que entrara nuevamente. El gato reaccionó de manera similar y saltó de los
brazos de su dueño en el momento en que éste entró en la habitación. Maulló y escupió en dirección a una silla
desocupada y de aspecto inofensivo ubicada en un ríncon del cuarto. La rata no reaccionó, pero la serpiente de
cascabel se puso rígida al mirar en dirección a la misma silla que había sobresaltado al gato. Ninguno de estos
animales tuvo reacciones anómalas al entrar en una habitación elegida para control. En la habitación “especial”
había ocurrido una tragedia (que no se define en el informe).

Eleanor Sidgwick propuso una de las primeras teorías científicas sobre encantamientos. Es bien sabido que
algunos individuos pueden tocar un objeto y recibir impresiones psi sobre su propietario a través de la PES. A
este fenómeno se le da el nombre de psicometría. Si un objeto puede retener en alguna forma memorias o
impresiones psíquicas, ¿no puede hacerlo también una casa? La señora Sidgwick pensó que la situación era
similar. Supuso que una casa podía quedar impregnada de alguna manera con los pensamientos, emociones y
acciones de sus anteriores ocupantes. Si se llevaba a la casa a una persona con dotes psíquicas especiales esa
persona podía detectar esas impresiones y experimentar esas acciones y emociones como provenientes
directamente de la casa.

La idea de la señora Sidgwick fue elaborada posteriormente por otros dos parapsicólogos, H.H. Price y W.G.
Roll. Price postuló la existencia de un éter psíquico. Este éter es un puente entre la mente y la materia e
impregna totalmente la materia y el espacio. En ciertas condiciones poco comunes los pensamientos y las
escenas pueden quedar impresos en el éter y permanecer allí durante años. Las muertes, las tragedias y otros
hechos similares pueden generar las condiciones psíquicas necesarias para provocar impresiones duraderas.
Algunos individuos son muy sensibles a esas impresiones y cuando se ponen en contacto con una casa
encantada entran telepáticamente en contacto con esos pensamientos y emociones que pueden “repetirse”

31
como apariciones, sonidos espectrales y otros fenómenos similares. La teoría de Price puede llamarse de la
telepatía diferida. Lamentablemente, la teoría no considera los movimientos misteriosos de los objetos
mencionados en los encantamientos ni se preocupa tampoco por el hecho de que las apariciones parecen ser
muchas veces seres conscientes. Por ejemplo, el fantasma de Rose Despard trataba de eludir, deliberadamente
a los que lo miraban.

W.G. Roll habló de la existencia de un campo psi. Según esta teoría, todos los objetos tienen campos psi que los
abarcan y se expanden a partir de ellos, y durante un encantamiento el individuo se contacta y lee las
impresiones de una casa desde su campo psi. Esta teoría queda sujeta a las mismas objeciones que el concepto
de Price. Varios encantamientos fueron presenciados y testimoniados por individuos sin dotes psíquicas
especiales; resulta difícil comprender por qué esas personas pueden “leer” repentinamente el campo psi de
una casa pese a no ser capaces de realizar una psicometría ni de dar muestras de otras capacidades psíquicas.

Cuando las personas piensan en fantasmas, apariciones y encantamientos lo hacen muchas veces en términos
de “espíritus”, de la actividad de los muertos y de otros seres sobrenaturales. Pero la idea de que las casas
encantadas representan realmente la actividad de la personalidad de una persona anteriormente viva que ha
sobrevivido a la muerte, exige una considerable cantidad de análisis.

Uno de los primeros promotores de la teoría espiritista de los encantamientos fue Ernesto Bozzano, un
parapsicólogo italiano que reunió varios centenares de casos de encantamientos y separó sus características.
Aplicó luego estas características a las distintas teorías de los encantamientos y a la teoría espiritista y llegó a
las conclusiones siguientes que, según pensó, respaldaban su teoría espiritista:

(a) los fantasmas de los muertos pueden encantar lugares en los que no muneron y, en algunos
casos, en los que ni siquiera vivieron;
(b) los encantamientos están integrados por movimientos telekinéticos de objetos que indican algún
tipo de presencia física;
(c) los encantamientos parecen estar especialmente vinculados a las muertes, mientras que otras
tragedias o emociones no parecen generar encantamientos;
(d) los encantamientos no son continuos sino intermitentes; y
(e) cuando se cumplen algunos actos, tales como exorcismos, oraciones por los muertos y otras
acciones específicas, los encantamientos suelen terminar.

Bozzano enunció además un sexto punto que merece un comentario especial. Como podrá notarse, todas las
teorías mencionadas anteriormente difieren en algo de las que se han propuesto para explicar las apariciones.
Sin embargo, la mayor parte de los encantamientos se caracterizan por la presencia, de una aparición o
apariciones. Bozzano pensó que al tratar de explicar los encantamientos recurriendo a teorías distintas de las
empleadas para explicar las apariciones, se incurría en un sofisma teórico. Estoy de acuerdo con él sobre este
punto. De alguna manera las apariciones y los encantamientos están estrechamente vinculados, y esta
vinculación debería ayudarnos a descubrir lo que son en realidad los encantamientos.

Partiendo de este concepto, Bozzano trató de identificar las apariciones vistas en casas encantadas; encontró
que el 80 por ciento de sus 304 casos estaban vinculados a una muerte y que por lo general la aparición
representaba la figura de la persona muerta. Desde el punto de vista de la prueba resulta muy notable el hecho
de que esas apariciones no fueran reconocidas hasta que se encontraban viejas fotografías o retratos que
correspondían a la descripción verbal de los testigos que habían visto al fantasma.

En 1970 Scott Rogo aportó una teoría no demasiado original sobre los encantamientos, en la que trató de
unificar los puntos de vista de Bozzano con los datos provenientes de las investigaciones de los aparecidos. Las
pruebas de las apariciones sustentan el concepto de que son entes conscientes y con conocimiento que
representan alguna forma que abandona el cuerpo en el momento de la muerte (y pueden ser vistas como una
aparición) o aun durante la vida del sujeto (percibidas entonces como una EEC). Mi afirmación coincide con el
punto de vista que adoptó finalmente Hornell Hart.

La personalidad que sobrevive a la muerte puede ser poco más que una conglomeración de pautas de la
personalidad. La duración de su existencia es un punto discutible, ya que las pautas de personalidad pueden
dispersarse o expandirse gradualmente en algún “campo consciente,” como el experimentado por los grandes
místicos que dicen haber llegado a ser uno con el universo. Durante el transcurso de un hecho trágico, estas
pautas de personalidad, reunidas en un cuerpo espectral, pueden estar unidas con una firmeza fuera de lo

32
común, tanto entre sí como a un lugar asociado. Esta vinculación las obliga a mantener una relación muy
estrecha con ese lugar.

En otras palabras, pueden ser pautas o fragmentos de personalidad consciente o semiconsciente atrapados en
un “éter psíquico” o “campo psi” de una determinada casa o lugar. Pero a lo largo de un período prolongado el
campo psi puede rectificar su “curva” y en ese caso el encantamiento termina. Esto explicaría por qué los
encantamientos parecen desaparecer gradualmente a medida que pasa el tiempo. Como ya lo he señalado,
esta teoría aúna los conceptos de Bozzano, Roll y Price y aporta una teoría general de los encantamientos
compatible con las teorías y datos de las apariciones.

4.2.8. Metodología para la investigación poltergeist

No cabe duda que una de las facetas más controvertidas de la moderna Parapsicología es la relativa a la
investigación de los fenómenos espontáneos, más concretamente los fenómenos aglutinados bajo el epígrafe
de psicokinesia espontanea recurrente o PKER.

Esta controversia gira alrededor de los múltiples problemas que plantea la investigación de un fenómeno
caracterizado esencialmente por su elusividad, por su resistencia al análisis bajo condiciones de laboratorio, y
por el escaso número de investigaciones de alto rigor que sobre el mismo se han llevado a cabo a lo largo de los
más de cien años de existencia de la Parapsicología como disciplina científica.

Por si fuera poco, la espectacularidad intrínseca de la PKER ha supuesto, desde siempre, una concepción
excesivamente romántica, literaria y fantástica de abordar su investigación, contribuyendo aún más a un
cúmulo de teorías (desde la concepción mágica y esotérica hasta la visión espiritualista kardeciana) y formas de
abordar los casos (desde exorcismos ortodoxos hasta fórmulas mágicas de andar por casa) que lejos de aclarar
el panorama, incrementan la vaguedad terminológica y favorecen las elucubraciones teóricas más
disparatadas.

Todo ello ha supuesto que no existan prácticamente formulaciones concretas y operativas referentes a la
metodología de investigación de este tipo de fenómenos (dando por sentado que el abordaje se basa,
fundamentalmente, en la autoridad, experiencia, habilidad o perspicacia del investigador); más aún, no sólo
carecemos de unas estrategias rigurosamente definidas de investigación, sino que además no existe un modelo
íntegrativo generalizado de estas estrategias, que permita que cualquier investigador (independientemente de
sus creencias, expectativas o motivaciones) lleve a cabo una investigación cuyos resultados puedan ser
comparables, contrastables o verificables por otro especialista en un momento dado. Aunque han aparecido
algunos intentos integradores, éstos no son suficientemente representativos del quehacer de toda la
comunidad de especialistas en esta temática.

En definitiva, mientras la parapsicología experimental amparándose en el método científico, ha desarrollado


unas estrategias de investigación más o menos estandarizadas que permiten, en un momento dado, la
repetitibilidad de las experiencias; el ámbito de la fenomenología espontánea parece no desprenderse de la
idea de que una investigación de campo es única, irrepetible e intransferible, y que, «todo vale». Es habitual
que los informes sobre casos de PKER tiendan a valorarse más por el «principio de autoridad» que por la
fiabilidad de las estrategias, procedirnientos o instrumentación utilizada para su investigación. Por lo que,
parece como si el ámbito del estudio de casos espontáneos se hubiera quedado al margen de los principales
avances de la parapsicología, en cuanto a su aplicación metodológica se refiere.

La estructura del cuestionario está basada en un instrumento similar desarrollado por Roll y en el modelo de
investigación tridimensional propuesto por Emilio de Castro, Héctor González Ordi y Manuel Berrocal Muela de
la Sociedad Española de Parapsicología de Madrid.

Consta de seis apartados principales a lo largo de 39 ítems. El primer apartado intenta condensar los aspectos
generales del caso, en términos de localización física y temporal de los fenómenos, frecuencia e intensidad de
los mismos, y características generales de las personas directamente implicadas en el caso. El segundo
apartado, especificacion del comportamiento de los fenomenos en general, suministra información a cerca de
las condiciones, tanto físicas como personales, que más favorecen la aparición de los fenómenos. El tercer
apartado, dimension parapsicologica, estudia pormenorizadamente los diversos fenómenos que tienen lugar
en el inmueble objeto de investigación, distinguiendo entre Fenómenos Físicos y Fenómenos No-físicos
(parapsíquicos o para biológicos). El cuarto apartado, dimension psicologica, supone una primera aproximación

33
a la existencia de posibles trastornos psicológicos en los afectados del caso. En sí misma, esta dimensión no
posee ningún valor diagnóstico, sino simplemente exploratorio. Huelga decir, que la exploración psicológica, en
caso de ser necesaria para la investigación, deberá realizarse por un profesional de la salud adecuadamente
cualificado.

El quinto apartado, dimensión psicosocial, hace referencia a las posibles relaciones que los inquilinos hayan
establecido con otras personas para solucionar el problema, antes de solicitar nuestra colaboración; y qué
influencia han tenido dichas personas en la evolución del caso. Finalmente, el sexto apartado, posibilidad de
una futura investigación, delimita la colaboración que los afectados nos puedan prestar a lo largo de nuestra
investigación; en este sentido, este apartado puede suponer una buena estimación del “rapport” entre los
investigadores y los afectados del caso.

A. ASPECTOS GENERALES DEL CASO:

1. ¿Dónde tienen o han tenido lugar los fenómenos?


2. ¿Cuándo empezaron a producirse los fenómenos?
3. ¿En la actualidad, ocurren los fenómenos con más frecuencia e intensidad que
en períodos anteriores? Si es así, ¿con qué frecuencia y con qué intensidad?
4. ¿Quiénes componen los miembros de la familia o grupo que sufren estos
fenómenos? ¿Qué edades tienen?
5. ¿Qué fenómenos han aparecido más recientemente?
6. ¿Existe alguna persona, que hubiera presenciado los fenómenos, que tenga o
haya tenido algún tipo de experiencias psíquicas en el pasado (sueños que se cumplen, telepatía, etc.). Si es así,
por favor, consigne los datos ke esta persona o personas y qué tipo de experiencias tuvieron.
7. ¿Algún testigo de los fenómenos ha estado interesado en temas
parapsicológicos y/o esotéricos antes de que los fenómenos tuvieran lugar? Si es así, indique qué personas son
y qué tipo de temas les gustan preferentemente.
8. ¿Ha habido algún intento de buscar una explicación natural a estos
fenómenos? Por ejemplo, existen razones para pensar que alguien está haciendo estas cosas como una
travesura o que estos acontecimientos pueden ser debidos al lugar donde está emplazado el inmueble, a la
acción de roedores, cañerías, al viento, los cambios de temperatura, o causas similares?
9. ¿Hay en el inmueble animales domésticos? Si es así, ¿cómo reaccionan frente a
los fenómenos?
10. ¿Ha habido algún visitante en la casa o en la zona que haya presenciado
también los fenómenos? Si es así, ¿cree usted que podría ayudarnos en la investigación voluntariamente? En
caso afirmativo, escriba los nombres, teléfonos y direcciones de dichas personas.
11. ¿Tiene usted o alguna otra persona que haya presenciado los fenómenos
alguna idea o teoría sobre su causa? Si es así, expóngala ampliamente.

C. COMPORTAMIENTO DE LOS FENÓMENOS EN GENERAL

12. ¿Son los fenómenos más frecuentes o intensos en determinados momentos


del día? Si es así, describa estos períodos detalladamente.
13. ¿Son más frecuentes e intensos en unos lugares que en otros?, ¿están los
fenómenos asociados a un lugar muy concreto del inmueble? Si es así, describa en qué lugares.
14. ¿Ocurren los fenómenos con más frecuencia e intensidad en presencia o
proximidad de unas determinadas personas más que de otras? Si es así, exponga quiénes son estas personas.
15. ¿Ocurren los fenómenos si estas determinadas personas no están en el
inmueble?
16. ¿Hay alguien que haya sabido que los fenómenos ocurrían cuando no había
nadie próximo a la zona?

D. DIMENSIÓN PARAPSICOLÓGICA

1. Fenomenología Física. Solamente se contestarán a las preguntas 17 a 24 (ambas inclusive) si existe algún tipo
de fenomenología física. Por ejemplo, movimientos inexplicables de objetos, producción de sonidos extraños y
de difícil identificación, etc.

34
17. Describa con toda claridad los fenómenos que tienen lugar en el inmueble que
usted habita.
18. ¿Con qué frecuencia se dan estos fenómenos? (Cuantas veces al día, semana,
mes, etc.).
19. Si se han producido movimientos inexplicados de objetos, ¿observó algo
extraño en la manera en que estos se desplazaban o se detenían? Por ejemplo, si los objetos se movían
alrededor de las esquinas, se disparaban con gran fuerza, se quedaban parados en el aire, etc.
20. ¿Se han producido sonidos estridentes de forma inusual causados por
movimientos de objetos? Si es así, describa esos sonidos.
21. ¿Se ha producido algún tipo de sonido (que no fuera fácilmente exp!icable por
causas naturales) que no estuviera asociado con los movimientos de objetos? Si es así, describa estos sonidos.
22. ¿Ha habido alguna persona que hubiera visto un objeto empezar a moverse
cuando nadie estaba cerca M mismo, ni podía ser manipulado por persona alguna? Si es así, describa el
fenómeno.
23. ¿Se han producido los fenómenos cuando nadie se encontraba en la zona en
donde éstos tenían o tienen lugar? Si es así, describa los fenómenos ocurridos.
24. ¿Existen objetos en particular que se hallan movido más que otros? Si es así,
describa y explique cuáles son.

2. Fenomenología No Física: Solamente se contestarán a las preguntas 25 a 32 (ambas inclusive):

25. Si ha ocurrido algún tipo de fenomenología inusual que no implique


movimientos de objetos o algún otro tipo de fenómeno físico. Por ejemplo, sensaciones extrañas de frío o
calor, sensaciones de agarrones, tirones, contactos corporales, etc; percepción de olores extraños sin ninguna
fuente de emisión identificable, predicción de acontecimientos futuros, sensación de haber tenido una
experiencia determinada en el lugar anteriormente, percepción de figuras animales o humanas en el inmueble
(apariciones), etc. Describa claramente estas experiencias.
26. ¿Con qué frecuencia se ha producido estas experiencias?
27. ¿Quién se dio cuenta de que ocurrían estos fenómenos por primera vez y
cuándo fue?
28. ¿Qué otras personas, si las ha habido, han tenido este tipo de experiencias y
cuándo tuvieron lugar?
29. ¿Ha habido alguna ocasión en donde estas experiencias fueran
experimentadas por algunas personas y no por otras? Si es así, describa claramente en qué ocasiones ocurrió y
qué personas las experimentaron y cuáles no.
30. Existe alguna persona, que esté estrechamente relacionada con el inmueble,
que no hubiera experimentado o visto nunca los fenómenos que se están tratando? Si es sí, enumere las
personas que son.
31. Ha habido alguna persona de fuera que hubiera experimentado o visto
también los fenómenos? Si es así, enumere quiénes son y en qué ocasión tuvieron sus experiencias en relación
con su caso.

3. Dimensión psicológica

32. ¿Ha observado algún tipo de comportamiento anormal (cambios de


personalidad, problemas para conciliar el sueño, cambios en el ritmo de vida cotidiano, etc.) en algunos de los
miembros que conviven con usted a raíz de la aparición de los fenómenos? si es así, enumere las personas en
cuestión y cuáles son los cambios que usted ha observado.
33. ¿Ha notado que se comporta extrañamente o que siente o piensa cosas que no
son habituales en su forma de ser, a raíz de la aparición de los fenómenos? Si es así, describa cuáles son las
cosas en las que usted se encuentra extrañas y qué repercusión han tenido en su vida cotidiana.

4. Dimensión psicosocial

34. ¿Ha acudido usted, o alguna de las personas que conviven con usted, en busca
de consejo o ayuda de personas con creencias religiosas específicas o poderes sobrenaturales (sacerdotes,
curanderos, magos, espiritistas, videntes, etc.), antes de ponerse en contacto con nosotros? Si es así, describa
la relación que tuvieron con estas personas y el tipo de ayuda que les prestaron, así como los efectos de dicha
ayuda en la evolución de los fenómenos.

35
35. Ha recurrido usted, o alguna de las personas que conviven con usted, a algún
profesional de la salud para que les ayudase a resolver su problema (médicos, psiquiatras, psicólogos, u otro
tipo de servicios sociales), antes de ponerse en contacto con nosotros? Si es así, describa el tipo de ayuda que
les brindaron, y qué efectos tuvieron en la evolución del caso.
36. ¿Ha tenido usted, o alguna de las personas que conviven con usted, relación
con los medios de difusión (prensa, radio o TV), antes de establecer contacto con nosotros? Si es así, describa
este tipo de relación y qué efectos tuvo sobre el caso.

Posibilidad de una futura investigación

37. ¿Aceptaría usted, y aquellos que conviven con usted, una investigación seria y
rigurosa de los fenómenos que le están ocurriendo, por especialistas que pudieran hacer observaciones directa
y personalmente?

38. Puesto que nuestra forma de investigar requiere el uso del «secreto
profesional», esto es, que cualquier tipo de información que usted, o los que conviven con usted, nos faciliten
será absolutamente confidencial y no saldrá de nuestros archivos. ¿Estaría dispuesto/a no dejar que nadie
extraño al grupo implicado (especialmente los medios de difusión) interfiriera nuestra investigación a menos
que, de mutuo acuerdo entre usted y nosotros, lo consideraremos adecuado?

39. Si los fenómenos están relativamente inactivos en este momento, esto es, no
se producen, por lo que, no existe perspectiva de investigación. ¿Se pondría usted en contacto con nosotros en
el momento en que los fenómenos se hiciesen presentes o más activos?

GUIA DE ESTUDIO IV

1. ¿Qué diferencia encuentra a su criterio, entre los estudios en psicokinesis de J.B.Rhine y Helmut Schmidt?
2. ¿En que consiste los experimentos usando un RNG?
3. ¿Que implicaciones tiene la psicokinesis para la física?
4. Describa brevemente algunos de los experimentos del grupo PEAR.
5. ¿A qué se llama bio-PK?
6. Mencione al menos tres de los experimentos de Bernard Grad estudiando el efecto de la bio-PK sobre
animales.
7. ¿Qué tipo de estudios llevó a cabo William Braud?
8. ¿Cómo se estudió el efecto de la oración en hospitales?
9. ¿Qué tipo de estudios se condujeron con Ted Serios?
10. ¿Qué significa la palabra “poltergeist?
11. ¿Cuáles son las principales características de un fenómeno poltergeist? Describa brevemente.
12. Describa la fenomenología del caso Rosenheim.
13. ¿A qué conclusiones llegaron los investigadores respecto a Ana Maria?
14. ¿Qué propone la teoría geofísica del poltergeist?
15. ¿Qué entendemos por “apariciones”?
16. Describa las categorías de apariciones señaladas por G.N.M.Tyrrell.
17. ¿Qué diferencias encuentra entre las apariciones físicas de las no-físicas?
18. Describa la fenomenología de un “haunting.”
19. ¿Qué tipo de estudio diseño Schmeidler con psíquicos?
20. Mencione la clasificación de las apariciones de Ernesto Bozzano.

36
21. Diseñe una investigación de un caso poltergeist usando el cuestionario construido por los miembros de la
Sociedad Española de Parapsicología de Madrid.

LECTURAS SUGERIDAS

PSICOKINESIS: UNA INTERACCION DIRECTA MENTE-MATERIA 1

Helmut Schmidt2

Los fenómenos psíquicos presentan una inusual relación entre la mente humana y el mundo exterior. Aún no
podemos explicar o comprender esta relación del mismo modo que nosotros comprendemos la física, como
para ofrecer un modelo consistente para su operación, o un formalismo matemático. En todo caso psi parece
estar en contra de nuestra percepción intuitiva de la naturaleza y con las presunciones centrales de la ciencia
clásica. A continuación, discutiremos algunos de los experimentos que han establecido firmemente la
existencia de psi y han mostrado que la operatividad de psi es mucho más extraña de lo que nosotros hubimos
supuesto.

Psicokinesis y Otras Formas de Psi

Los estudios científicos de la telepatía comenzaron en Inglaterra hace cien años. Fue en aquel tiempo cuando
se descubrieron las ondas de radio, de manera que parecía natural interpretar a la telepatía como una “radio
mental” donde los mensajes eran enviados por un “emisor” humano a otro “receptor” humano. Pero entonces,
Charles Richet, el famoso fisiólogo francés, conmovió a la comunidad científica publicando experimentos
similares sin el emisor humano. En estos experimentos de “clarividencia” el percipiente humano parecía capaz
de identificar juegos de cartas mezcladas al azar que no habían sido vistas por ninguna otra persona. Y los
resultados experimentales se convirtieron aún más inquietantes cuando J.B.Rhine publicó los resultados
positivos de unos experimentos de precognición en laboratorio donde los sujetos tenían que predecir la
secuencia en la que aparecerían luego algunos mazos de cartas, después de ser mezcladas. Se sabe de
fenómenos de precognición o profecía desde la antigüedad, y muchas de las actuales experiencias espontáneas
de la gente conciernen a la precognición. Lo que hace a la precognición particularmente enigmática en cuanto a
la aparente relación de un evento externo con la mente humana es que ésta parece violar la secuencia de
tiempo aceptada entre causa y efecto, la ley de la causalidad. Si una persona recibe una impresión mental de
un evento futuro, entonces este futuro evento parece haber “actuado en el pasado” causando la impresión
mental anterior.

El último de los fenómenos psíquicos en encontrar aceptación entre los investigadores fue la psicokinesis (PK),
una aparente influencia mental directa sobre el mundo exterior. En 1934, J.B.Rhine y su esposa consideraron
con seriedad el hecho de que muchos jugadores siempre sentían que incluso en los juegos como la ruleta,
donde no hay más que hacer sino esperar un resultado, la actitud mental positiva es vital para tener éxito. El
matrimonio Rhine trabajó con dados que eran arrojados con un cubilete o por medio de un aparato mecánico,
mientras los sujetos trataban mentalmente de obtener un resultado específico. Después de cuatro años de
trabajo, los Rhine publicaron los resultados que sugerían la existencia de una influencia mental real sobre los
dados. Los efectos fueron débiles en el sentido de que el promedio de éxitos se apoyaba solo muy levemente
por encima del nivel del azar, de manera que se requerían procedimientos de evaluación estadística para
detectar el efecto. Estos experimentos dieron un lugar para la crítica: ¿Estaban muchos de los investigadores

1
Informe original remitido por el autor a la Revista Argentina de Psicología Paranormal. Traducido del inglés
por Jorge Villanueva.
2
Helmut Schmidt nació en Alemania y se educó como físico teórico. Es considerado un pionero en el uso de la
moderna tecnología en la investigación parapsicológica. Ha enseñado en universidades de Alemania, Canadá y
Estados Unidos. Ha trabajado como investigador psi en la Compañía Boeing en Seattle, el Instituto de
Parapsicología en Durham (Carolina del Norte), y en la Mind Sciences Foundation en San Antonio (Texas).
Desde 1994, trabaja como investigador independiente en Nuevo México.
37
involucrados tan honestamente en esta situación que estaban altamente motivados para “conseguir
resultados”? ¿Los investigadores tal vez cometían errores subconscientes en sus registros de datos? ¿O tal vez
los resultados negativos no eran publicados? Los Rhine, que sabían de estos problemas, trataban como fuera
posible de superarlos, y estaban satisfechos de encontrar patrones internos (tales como los altos puntajes,
razonables particularmente desde el punto de vista psicológico, al comienzo y al final de la sesión) los cuales
eran, en su mayor parte, improbables de resultar a causa del fraude o de negligencia.

En principio, parecía razonable interpretar a la PK como una “fuerza mental” comparable a una fuerza eléctrica
o gravitacional. Tal fuerza, sin embargo, debería ser mensurable por medio de una escala muy sensible. Pero
ningún sujeto fue capaz de hacer un dado más pesado o más liviano en escala. Otra dificultad con la idea de
una fuerza, era que esta fuerza tendría que operar de manera inteligente y selectiva sobre un dado, que
además el sujeto no podía ver. Esto sugiere que la PK puede actuar solo donde el azar este involucrado en el
resultado.

Las investigaciones posteriores mostraron que fue difícil, e incluso imposible, distinguir entre diferentes formas
de psi. Por ejemplo, no podemos distinguir si la telepatía se produce por un efecto PK del emisor sobre el
cerebro del percipiente o si la telepatía tiene un mecanismo propio. De igual forma, no podemos distinguir con
facilidad entre la PK y la precognición. Si una persona es capaz de influenciar el resultado de la caída de un
dado, esa persona tal vez podría haber usado solo su precognición para determinar cuando será el momento
óptimo de lanzamiento para conseguir un buen resultado. Parece muy posible que todos los fenómenos
psíquicos estén basados sobre un principio común, de manera que hacer una distinción entre diferentes
mecanismos pueda no ser razonable. Esto nos lleva a emplear el término psi en función de todos los
fenómenos psíquicos. Y si aquí me estoy refiriendo a los experimentos de psicokinesis, entonces solo quiero
describir la situación experimental del test, donde un sujeto intenta obtener un resultado determinado.

La idea de que la PK actúa solo sobre procesos aleatorios parece particularmente interesante desde el punto de
vista de la moderna teoría cuántica. La teoría cuántica representa una ruptura radical con la antigua física
clásica en el sentido de que la aleatoriedad se transforma en un elemento fundamental de la naturaleza.
Considerando que, en la imagen de la física clásica, los átomos se mueven como los planetas en órbitas
predecibles, la teoría cuántica dice que algunos procesos en la naturaleza están determinados por puro azar. La
desintegración radioactiva es un típico caso de procesos aleatorios puros. Imagine, por ejemplo, una pequeña
pieza radioactiva de Estroncio 90 con muchos átomos individuales. Entonces, ocasionalmente, un átomo se
desintegra espontáneamente y se la puede registrar con un contador Geiger. Así se puede inferir que un átomo
de Estroncio tiene un promedio de vida de unos 30 años. Sin embargo, de acuerdo a la teoría cuántica es
imposible predecir cuando un átomo en particular se desintegrará. No hay un mecanismo interno dentro del
átomo que controle la desintegración por computadora, de una manera determinística. Cada desintegración es
más bien el resultado de puro azar.

Afortunadamente, no todo en el mundo cuántico es azar y caos. Hay leyes absolutas que son obedecidas sin
excepción, tal es el caso de la ley de conservación de la energía. Si pensamos que la PK actúa solo sobre
procesos aleatorios, esto implica que la acción PK no está asociada con una transferencia de energía, o con
alguna fuerza en el sentido físico. Entonces la PK cambia solo las probabilidades de los resultados de los
procesos al azar, la PK no produce efectos que transgreden las leyes de la física convenida. La idea de que la PK
actúa solamente sobre procesos aleatorios parece intelectualmente atractiva y coherente con los experimentos
que estamos discutiendo. Quizás apunta a una profunda relación entre la PK y la teoría cuántica. No obstante,
deberíamos ser cautos para no dejarnos seducir por una suposición fascinante que se convierta en un prejuicio
que bloquee la investigación en otras direcciones. En este sentido, algunos investigadores creen que además de
la “micro-PK”, que actúa solo sobre procesos aleatorios, existirían también efectos de “macro-PK”, de origen
diferente. Al respecto, existen casos particulares de “poltergeist”, entre otros efectos espontáneos
enigmáticos. No hablaré de esto, porque quiero discutir solamente los efectos que han sido sólidamente
confirmados en un laboratorio.

Un primer intento de afectar mentalmente la desintegración radioactiva fue llevado a cabo por John Beloff y
sus estudiantes en Escocia. Este experimento no fue exitoso. Luego, Remy Chauvin en Paris publicó los
resultados altamente exitosos de un experimento con niños (Chauvin & Genthon, 1965). El equipo consistía de
un contador Geiger que registraba la desintegración radioactiva de una débil fuente. El movimiento de una
serie de luces en un atractivo display mostraba cada evento de desintegración, y la tarea de los niños consistía
en acelerar, algunas veces, o disminuir otras, el promedio de conteo a intervalos de un minuto. Probablemente,
lo que ayudó a Chauvin a conseguir resultados positivos era su particular y contagioso entusiasmo y una

38
afortunada selección de niños, entre los cuales había uno de 14 años en particular, que obtuvo un alto puntaje.
El equipo de Chauvin parecía más atractivo porque es conceptualmente simple y se puede visualizar
directamente la tarea de fragmentar o mantener unidos los núcleos atómicos. Pero el control de los factores
externos requiere de mucho más cuidado y se hace mejor dentro de un laboratorio de física.

Experimentos de PK con Generadores de Números Aleatorios

Más fáciles de controlar son los experimentos que usan un generador digital de números al azar (RNG =
Random Number Generator). La fuente aleatoria es un contador Geiger que registra señales de intervalos
aleatorios, la duración de los cuales están transformados en números aleatorios digitales. En un experimento
típico de PK el generador produce una serie aleatoria de los números cero o uno que actúa en un display para
que el sujeto tenga siempre un objetivo al que apuntar. Un display simple pero efectivo muestra un panel con
un círculo compuesto de nueve lámparas, donde una sola lámpara está prendida a la vez. El panel esta
conectado de manera que el 1 mueva la luz en dirección horaria (en el sentido de las agujas del reloj) y que el 0
mueva la luz en dirección anti-horaria.

Activando el RNG, luego de una o dos decisiones por segundo promedio, la luz hace un “camino azaroso” en el
círculo de lámparas. Y si queremos influenciar el RNG como para generar más unos que ceros, le pedimos al
sujeto que mueva la luz preferentemente en dirección horaria.

Obteniendo Resultados Significativos

La mayoría del trabajo actual en materia de psicokinesis está hecho con gente fácilmente dispuesta y ordinaria.
Pero en la población general, las capacidades psi son débiles de manera que tenemos que experimentar con
muchas personas antes que podamos estar seguros de que hubo un efecto real. La situación es similar al caso
donde los investigadores quieren verificar la eficacia de una nueva medicación. Si queremos descubrir, por
ejemplo, si las aspirinas ayudan a prevenir los ataques cardíacos, tenemos que intentarlo sobre muchas
personas. En algunos casos puede ayudar, en otros no, pero al final tenemos que usar los métodos estadísticos
para determinar si los resultados se debieron a meras fluctuaciones al azar o si se deben a un efecto real.

Tan pronto comencé a trabajar con el detector de PK con el círculo de 9 lámparas, tuve la suerte de encontrar
dos psíquicos profesionales que mostraron, en tests exploratorios, puntajes sobresalientes. La máquina ahora
también tenía un dispositivo de registro incorporado de manera que la secuencia completa de los unos y los
ceros, fuera automáticamente registrada. En aquel entonces, trabajaba en el Instituto de Parapsicología
fundado por J.B.Rhine que atrajo a muchos visitantes, y dos de ellos resultaron interesados en ese momento.
Uno de ellos, el Sr. R. era un conocido sanador sudamericano, un hombre modesto con interés en la
investigación científica de la PK, dispuesto a intentar lo que sea con tal de experimentar lo que yo tuviera para
ofrecer. El Sr. R. estaba convencido de tener capacidades de sanación mental y tenía curiosidad por saber si la
sanación estaba relacionada con los efectos de la PK que yo estaba estudiando. Otra visitante era Karen G., una
joven mujer norteamericana, llena de energía y ambición, ansiosa por demostrar sus habilidades psíquicas.
Para este experimento (Schmidt, 1971), teníamos todo el equipo; el generador aleatorio, el display, y el
dispositivo de registro en una sala experimental amplia, iluminada y agradable.

El equipo y yo estábamos listos siempre que uno de los dos participantes quisiera hacer una prueba o una serie
de pruebas. Cada prueba, que comprendía 128 movimientos de luces, tomaba cerca de dos minutos.
Normalmente yo estaba cerca, pero no miraba el display de lámparas porque quería minimizar un posible
efecto PK de mi parte. En este tipo de experimentos, es útil comenzar con algunas sesiones informales donde
los participantes puedan hacer uso del equipo y seleccionar la dirección del objetivo y la velocidad preferida de
operación. Karen parecía hacerlo mejor con una intención agresiva, tratando de empujar las luces en sentido
horario. En cambio, con el Sr. R. descubrimos que la luz mostraba una tendencia a moverse en sentido anti-
horario simplemente cuando él lo miraba con curiosidad y actitud inquisitiva.

Ambos participantes estuvieron de acuerdo en hacer un experimento de mayor importancia compuesto de 50


juegos de dos minutos cada uno donde tratarían de mantener la misma actitud mental como cuando lo habían
hecho durante el test piloto esperando un resultado similar. Antes de comenzar y entre las sesiones de prueba,
dejé que la máquina funcionara sola y verificaba que no hubiese desvió ni hacia los unos ni hacia los ceros.

Durante el experimento, los dos sujetos operaron bajo las mismas condiciones físicas. E incluso, cuando Karen
se sentaba en la máquina, hubo una sistemática tendencia en sentido horario, pero con el Sr. R. había una

39
tendencia hacia el sentido anti-horario de aproximadamente la misma magnitud. Cuando se completaron las
100 pruebas en total sentimos bastante alivio, y Karen se sentía particularmente exhausta. Ambos participantes
habían mantenido la misma tendencia de puntaje que ellos habían obtenido en el estudio piloto anterior. Estas
sesiones con Karen mostraron un promedio del 52,2% de movimientos en sentido horario mientras que las
sesiones del Sr. R. dieron solo un 47,75% de sus 6400 movimientos en dirección al sentido horario. Las
probabilidades en contra para obtener por azar una diferencia tan grande (o más grande) entre los puntajes de
los dos sujetos era de más de 10 millones a uno. De modo que el azar, como una explicación para los
resultados, bien puede ser descartado.

El Momentum del Crecimiento de la Investigación PK

Los promedios de estos dos psíquicos profesionales fueron excepcionales. Aunque también las pruebas con los
voluntarios más fácilmente disponibles mostraron, a una escala más baja, efectos PK significativos. Algunos de
estos tests usaban un display más simple pero igualmente efectivo. Allí se conectó el generador aleatorio a dos
lámparas de color de manera que un 0 o un 1 activara o una lámpara roja o una verde (u otros colores que los
participantes podrían haber seleccionado), mientras el sujeto trataba de visualizar y hacer aparecer el objetivo
de color. Estos experimentos estimularon a un creciente número de investigadores a llevar a cabo similares
experimentos de PK. Un estudio de Dean Radin (1997) indica que ya en 1987 unos setenta diferentes
investigadores habían realizado experimentos de PK con generadores electrónicos aleatorios. La significación
estadística reunida de estos experimentos es astronómica, a condición de que los experimentos fueron
conducidos con suficiente cuidado. El más prolífico grupo de investigación comenzó en la Universidad de
Princeton dirigido por Robert Jahn, decano del Departamento de Ingeniería Mecánica. Este grupo procura
demostrar que los efectos PK, al menos a un nivel menor, pueden ser producidos cotidianamente por sujetos
normales no seleccionados (Jahn, et al., 1997). La investigación de este grupo también ha comparado la acción
PK sobre generadores electrónicos aleatorios o sobre aparatos mecánicos aleatorios. Los resultados parecen
confirmar que la PK puede actuar sobre cualquier proceso aleatorio. La principal ventaja de estos generadores
electrónicos aleatorios es que pueden ser fácilmente construidos y permiten controlar los experimentos en
detalle.

El interés en la investigación de la PK se incrementó bastante cuando las computadoras personales llegaron a


ser fácilmente accesibles. La pantalla de la computadora ofrece una atractiva variedad de experimentos, de
manera que cualquiera con una computadora y conocimientos de computación (como el uso del lenguaje
BASIC) pueda hacer más interesantes y confiables experimentos de PK. Estos experimentos se han convertido
en algo particularmente sencillo y seguro de conducir debido a algunas peculiares características de la PK que
discutiremos luego.

Acerca de la Operación del Mecanismo de la PK

(a) Orientación del objetivo:

Cuando se observaron los primeros efectos PK con generadores de números aleatorios parecía natural tratar de
descubrir algún tipo de generador aleatorio que pudiera ser más sensible a los efectos de la PK. Sin embargo,
experimentos que comparaban diferentes tipos de generadores aleatorios indicaban que la estructura física del
generador aleatorio (basado en auténticos procesos aleatorios) no importaba en absoluto. Esto fortaleció la
idea de una operatividad de la PK orientada hacia el objetivo: El sujeto tenía éxito al concentrarse en el
resultado final presentado por el display, y la naturaleza (el mecanismo PK) se ocupó del resto. El sujeto no
tiene porque saber acerca de las partes individuales que conducen al éxito; tampoco las naturalezas físicas de
las partes importan. ¿Se podría tal vez interpretar la PK orientada al objetivo en el sentido de que el evento
final deseado, cuando el sujeto veía el display deseado, actuara hacia atrás en el tiempo sobre las partes
individuales que conducen al resultado?

(b) Los límites de nuestro sentido común

Desde nuestra niñez más temprana vamos reuniendo información del mundo del cual conformamos una
impresión general de sentido común, una sensación de lo que consideramos plausible. Este sentido común es
una maravillosa herramienta para conducirnos eficientemente en el mundo, y sería muy difícil crear una
computadora con buen sentido común. Al mismo tiempo, el sentido común también puede ser un obstáculo,
como un prejuicio, cuando tratamos con aquellas cosas que están fuera de nuestra experiencia cotidiana. En la
teoría cuántica aún los expertos tienen problemas para comprender hechos a un nivel atómico en términos

40
suficientemente plausibles, y en la teoría de la relatividad lleva mucho esfuerzo mental modificar nuestra
propia intuición, romper prejuicios, y entender porque el veloz movimiento de un astronauta hace que él
envejezca menos rápidamente que la gente en la Tierra.

Un fundamento de nuestro sentido común y pensamiento es la ley de la causalidad, en el sentido de que


cualquier cosa que decidamos hacer ahora, afectará el presente y el futuro, pero nunca pudiera afectar lo que
ocurrió en el pasado. La idea de que la secuencia de tiempo normal entre causa y efecto pueda invertirse, o
sea, que algo que yo hago ahora pueda afectar lo que pasó antes, nos parece bastante absurdo e incluso
ilógico. No obstante, la evidencia experimental que discutiremos sugiere que en la operación de psi, la
secuencia de tiempo normal entre causa y efecto puede ser invertido en el sentido de que mi acción puede
afectar realmente lo que sucedió en el pasado. Parece obvio que mi acción dentro del pasado debería estar
sujeta a algunas restricciones. Por el contrario, esto nos podría conducir a contradicciones lógicas y a
escenarios fantasiosos de un viaje en el tiempo como de ciencia ficción. Pero los efectos psi, en realidad, están
sujetos a restricciones que a menudo fastidian mucho a los investigadores. Por ejemplo, psi nunca funciona
ciento por ciento efectivamente, y a veces es confuso ver como un experimento produce efectos psi mientras
que otro, en una situación bastante similar, no muestra ningún signo de psi.

(c) Acción sobre el pasado

Las primeras señales de que el futuro podría tener un efecto retroactivo en el presente provienen de la
precognición. Supongamos, por ejemplo, a una persona que podría psíquicamente prever una futura decisión
de un generador aleatorio (o el resultado de una carrera de caballos). Entonces se podría argumentar que el
resultado futuro (de la decisión del generador aleatorio o de la carrera de caballos) debería afectar de alguna
manera retroactivamente, el presente estado mental de las personas. No obstante, existe una explicación
alternativa. El sujeto podría adivinar al azar y luego entonces hacer uso de la PK para afectar al generador
aleatorio o el resultado de la carrera de caballos. Por lo tanto, parece importante estudiar más directamente
una posible acción en el pasado, en un experimento de PK.

La PK orientada al objetivo ya sugiere tal posibilidad. Para ver hasta donde podemos extender esto,
consideremos el siguiente experimento. Utilicemos un generador aleatorio binario para producir una secuencia
aleatoria de unos y ceros la cual es primeramente almacenada en la memoria de la computadora. Entonces,
días o meses después, alimentamos la secuencia binaria en un display de manera que un “1” almacenado hace
un movimiento en sentido horario y un 0 hace un movimiento en sentido anti-horario. El display muestra lo
mismo que en los primeros experimentos. Usted puede esperar que el sujeto tratando, digamos, de moverlo
más en sentido horario (correspondiendo a un exceso de unos almacenados) podría no tener ya más éxito con
el esfuerzo PK porque las decisiones para los unos y los ceros ya se hicieron con anterioridad.

Sin embargo, el resultado de muchos de estos experimentos muestran que la PK en esta situación funciona así
como antes. Parece como si los esfuerzos del sujeto en la sesión de PK hubieran actuado retroactivamente en
el tiempo al periodo anterior, como cuando los eventos aleatorios fueron generados y grabados. Nuevamente,
el sujeto se concentró sobre el último display y la naturaleza se ocupó del resto.

Respecto al mismo primer test de PK con eventos aleatorios pre-grabados (Schmidt, 1976) utilicé un simplísimo
display fijo. Primero generé y grabé varios conjuntos de 201 bits (ceros y unos) e hice copias de estos archivos.
Después dejé que la computadora leyera cada conjunto y generara por cada uno de los unos y los ceros, un
click fuerte y uno débil que fue grabado en una cinta de cassette. De este modo, se tradujo la secuencia inicial
de 201 unos y ceros a una secuencia de clicks débiles y fuertes en una cinta de audio (que nadie estaba
escuchando en ese momento). El sujeto, el Sr. M.H., un psíquico profesional que había actuado bien en otros
experimentos, tomó el cassette y lo llevó a su casa. Y toda vez que H.L. se sentía particularmente bien,
escuchaba la parte siguiente del cassette tratando de captar los clicks más débiles que los fuertes. El sujeto
debía escuchar los clicks débiles como si escuchara tenues sonidos en un bosque, procurando no perder
ninguno. Al final del experimento, los clicks débiles y fuertes del cassette estuvieron acordes con la secuencia
de unos y ceros en el archivo de la computadora. Pero hubo un significativo exceso de unos, correspondiente a
un exceso de débiles clicks en la cinta.

¿Cómo sabemos que la PK se introdujo en el pasado? ¿Podría esto no solo afectar la memoria de la
computadora sino cambiar lo que se hubiera registrado anteriormente? Dos razones hablan contra esta
interpretación: Primero, nunca hemos visto un sujeto capaz de alterar la información sólidamente almacenada
(macroscópicamente) en la memoria de la computadora. La PK parece actuar sólo donde la aleatoriedad esta

41
involucrada, lo cual ocurre solamente en el momento de la generación de eventos aleatorios. Segundo, cuando
hacemos muchas copias de la secuencia almacenada (sin observar los registros), la PK también funciona y, en
definitiva, todas las copias coinciden al final. Esto sugiere una acción PK desde el origen, en el que se copiaron
los diferentes discos. De lo contrario, la PK debería haber actuado simultáneamente sobre todas las copias
hechas y almacenadas en diferentes lugares.

Hay una interpretación levemente diferente que puede parecer (dependiendo del gusto personal) todavía más
exótica que una acción en el pasado (Schmidt, 1976). El problema es que la teoría cuántica cuestiona estas
ideas básicas, como la realidad absoluta del mundo exterior. Para la teoría cuántica no tiene sentido decir lo
que realmente ha sucedido, o sea, si se registró en la memoria un 1 o un 0, antes que un observador humano
haya visto el resultado. En esta ilustración, incluso la secuencia de unos y ceros macroscópicamente registrados
(y posiblemente muchas veces copiados) tampoco es físicamente real hasta que el sujeto haya visto el
resultado. El salto cuántico a la realidad ocurre cuando el sujeto consigue feedback, y en ese momento empuja
el resultado en la dirección deseada. Esta idea ha llevado a formular una teoría cuántica extendida de psi cuyos
experimentos están en camino de lograr una distinción entre este mecanismo y una acción más directa en el
pasado.

Los experimentos PK con eventos aleatorios pre-registrados nos permiten canalizar a un crítico a distancia, la
evidencia de psi en laboratorio. La idea es simple. Primero generamos una secuencia de números aleatorios
binarios y almacenamos la secuencia en el disco de la computadora. Le enviamos al crítico una copia sellada del
disco y dejamos que él especifique si ahí debería haber más ceros o más unos en el disco. Hasta aquí nadie
debería haber observado los datos. Después alimentamos los datos de nuestro propio disco en el display
circular de lámparas y dejamos que el crítico haga un intento de PK en la dirección especificada por él. Al
terminar, dejamos que el crítico observe la copia de su diskette. Y si el sujeto tuvo éxito, el crítico puede, en
realidad, encontrar una tendencia en la dirección que él haya previamente especificado. Estos experimentos
han dado resultados significativos y pueden ayudar a incrementar la credibilidad de la investigación psi
(Schmidt, 1993).

Modernos Experimentos de PK con una Computadora Personal

(a) La Fuente de Aleatoriedad

Trataremos ahora como una persona con una computadora y conocimiento de un lenguaje como el BASIC
puede ejecutar experimentos de PK. No obstante, hay que considerar que la PK puede actuar solamente sobre
verdaderos procesos aleatorios, mientras que los programas aleatorios ofrecidos por el lenguaje de la
computadora son cuasi-aleatorios. Esto indica que la computadora puede solo ofrecer algo así como una tabla
fija de números aleatorios. Si uno inicia la tabla en un cierto punto especificado por un “número seminal” tiene
que leer los números subsiguientes, que aparecerán al azar. Pero si uno comienza siempre con el mismo
“número seminal”, consigue siempre el mismo número de secuencia, que no deja lugar para operar a la PK.
Podemos proponer tres soluciones a este problema:

(1) Usted podría comprar un generador de números aleatorios externo que se conecta a la computadora por un
serial port.

(2) Hay gente amiga que ha conectado un generador aleatorio similar al Internet
[http://www.fourmilab.ch/hotbits/]. Desde allí usted puede transferir verdaderos números aleatorios como si
ellos salieran del generador. Si usted almacena los números aleatorios en la memoria de su computadora y no
los mira en ese momento, entonces puede usar esos números para posteriores pruebas de PK.
(3) Como alternativa, podría pedir a un grupo de investigadores que tengan un verdadero generador aleatorio
cargar una cantidad de números aleatorios en un diskette y usar estos números para sus experimentos.

Y si usted no tiene suficiente confianza en la calidad de los números aleatorios de cualquier otra persona, use
su programa cuasi-aleatorio para re-aleatorizar los números iniciales (usando la operación lógica XOR entre los
números aleatorios iniciales y los números cuasi-aleatorios). Entonces, se puede excluir cualquier tendencia
sistemática en los números aleatorios resultantes y usted tiene números aleatorios ideales para un
experimento de PK.

(b) Prometedoras Formas de Displays

42
Los displays que han sido más ampliamente usados traducen los números aleatorios en una secuencia de unos
y ceros. En un display simple, imagine un punto que cruza la pantalla de izquierda a derecha. Y mientras la
computadora lentamente lee la secuencia de unos y ceros, un 1 empuja el punto levemente hacia arriba y
empuja un cero hacia abajo. El sujeto trata de incrementar el movimiento ascendente, correspondiente a un
aumento de la frecuencia de unos. Otro display muestra en la pantalla un péndulo oscilante, donde un 1 en la
secuencia de bits aumenta levemente la amplitud de la oscilación mientras que un 0 la disminuye. El sujeto
trata de ampliar o disminuir el promedio de la amplitud de las oscilaciones. Los programadores habilidosos
podrían también incorporar una prueba de PK en un video-juego. Esto permite ver si un juego atractivo ofrece
mejores resultados, o si demasiados juegos podrían distraer de la tarea básica del experimento.

(c) Pruebas Confiables que Puede Hacer en su Hogar

A menudo parece preferible dejar trabajar a una persona en pruebas de PK en la tranquilidad de su hogar. Las
pruebas de PK con números aleatorios pre-registrados son particularmente convenientes para tales
procedimientos. Si el sujeto tiene una computadora, usted podría simplemente entregarle un diskette con el
programa y con los números aleatorios archivados para ser utilizados. Si usted conserva una copia del archivo
de números aleatorios, cuando el sujeto haya completado todos los juegos, usted podría conseguir los
resultados desde su propio archivo. Y si el sujeto no tiene una computadora, usted podría considerar la
preparación del primer experimento con el feedback de una cinta de audio.

¿Adonde vamos luego?

He enfatizado la línea de investigación PK con generadores de números aleatorios que ha establecido


sólidamente la existencia de la PK y ha demostrado algunas de sus extrañas características. Pero estamos aún
muy lejos de una teoría global como para incorporar a psi en nuestra cosmovisión de una manera más
uniforme.

Algunos físicos creen que la solución del problema debería llegar desde la física, como una extensión de la
teoría cuántica actual. En realidad, la teoría cuántica ha hecho surgir algunas preguntas con respecto al rol del
observador humano, y ciertos cambios en la teoría cuántica podrían resolver la cuestión y al mismo tiempo
explicar a psi. Debemos recordar que los físicos modernos han tenido éxito con aquellos fenómenos que
parecían inadmisibles a nuestra intuición ingenua al igual que la psi. Otros investigadores creen que el
problema de psi esta vinculado al problema de la conciencia y que este problema está más allá del alcance de
cualquier físico.

Para la futura investigación parece bueno recordar que la psi puede guardar todavía muchas sorpresas. De este
modo, sería bueno re-examinar y cuestionar las ideas que hemos discutido. Una idea que a menudo se da por
supuesta es que, en pruebas de PK, el sujeto debe conseguir feedback de un display para concentrarse en el
objetivo final. Sin embargo, más recientemente, algunos investigadores han reportado efectos anómalos en
generadores aleatorios sin aparente feedback, por ejemplo, cuando el generador tan solo se colocó en medio
de un grupo de personas cargadas emocionalmente (Radin, 1997). Pero todavía no sabemos si esto es un
efecto nuevo o si aquí tenemos solo un caso de efecto del experimentador.

Tan desafiantes como las profundas preguntas teóricas están las realistas. En particular, queremos saber que
rol podría jugar la PK en la vida real. Los trabajos de laboratorio indican, por ejemplo, que intensos efectos de
PK opuestos a la dirección deseada aparecen cuando los sujetos se encuentran bajo presión. Esto sugiere que
en la vida real, cuanto más presionados estamos, más suerte parece trabajar en nuestra contra. Sería
interesante llevar a cabo un experimento más parecido a las situaciones de la vida real para estimar el
significado práctico de un efecto como éste. De igual importancia, desde el punto de vista práctico, es si la PK
se podría desarrollar en forma más sistemática y si se la puede hacer suficientemente confiable y de utilidad.

REFERENCIAS

CHAUVIN, R. & GENTHON, J. (1965). Eine untersuchung über die möglichkeit psychokinetischer experimente
mit Uranium und Geigerzähler. Zeitschrift für Parapsychologie und Grenzgebiete der Psychologie 8, pp.140-147.

JAHN, R.L. et al. (1997). Correlations of random binary sequences with pre-stated operator intention. Journal of
Scientific Exploration, 11, pp.345-367.

43
RADIN, D. (1997). The Consciousness Universe. Harper Collins Publishers: New York, NY.

SCHMIDT, H. (1971, 24 de Junio). Mental influence on random events. New Scientists and Science Journal,
pp.757-758.

SCHMIDT, H. (1976). PK effect on pre-recorded targets. Journal of the American Society for Psychical Research,
70, pp.267-291.

SCHMIDT, H. (1993). Observations of a psychokinetic effect under highly controlled conditions. Journal of
Parapsychology, 57, pp.351-372.

CONSIDERACIONES SOBRE LAS CAUSAS DE LOS POLTERGEIST 3

por Carlos Alberto Tinoco4

Introducción

Los fenómenos de Poltergeist, denominados más correctamente como Psicokinesis Espontánea Recurrente 5,
desafían la inteligencia humana desde hace siglos. A pesar que los vestigios históricos son cada vez más
imprecisos cuanto más vayamos atrás en el tiempo, hay antecedentes de la existencia de RSPK desde el siglo IX
d.C., y más precisamente en el año 856 2. Sólo como curiosidad, es importante citar otro caso ocurrido en el
año 856 d.C., en la pequeña ciudad alemana de Binger, bañada por el río Rhin, donde se observó caída de
piedras, así como otros ruidos perturbadores. Los testimonios atribuían a los espíritus la causa de tales
fenómenos. Se hicieron tentativas de develar los fenómenos a través del exorcismo, que se mostró inútil (Roll,
1974, p.2). Otros casos fueron registrados en los años 1184 en el país de Gales (Roll, 1974, p.3), en 1682 en
Great Island, New Hampshire (Roll, 1974, p.3); en 1750, en Saxonia, caracterizado por piedras que cayeron
durante algunas semanas, donde un clérigo y sus hermanas fueron víctimas; en 1753, en el monasterio ruso de
Tzarekonstantinoff ruidos y golpes ocurrian sin interferencia de manos humanas; en 1792 ocurrió un caso de
RSPK en Londres, conocido con el nombre de “Cock Lane Case”. En el siglo XIX, los informes pasaron a ser más
numerosos y detallados, hasta los casos más modernos.
Por regla general, los poltergeist están asociados a la presencia, principalmente, de una joven durante la etapa
adolescente, con problemas afectivos reprimidos. Esa persona es denominada por la parapsicología
“epicentro”, o simplemente “agente psi” (Lessa, 1975, p.68).

CAUSAS DE LOS FENOMENOS DE RSPK

Mucho se ha discutido y todavía se discute sobre las causas de los poltergeist. Para algunos investigadores de
los siglos XIX y XX, tales casos nunca pasarán de fraudes o farsas bien elaboradas. Resumidamente, veremos las
propuestas elaboradas para explicar tales fenómenos:

1. En 1913, Hyslop (1975, p.68) propuso que los casos de RSPK eran producto del fraude inconsciente
ocurrido por la disociación psíquica del agente psi.

2. En 1922, Herenwald Carrington sugirió que los Poltergeist serían producidos por una especie de energía
irradiada por el cuerpo del agente psi en la pubertad, cuando las energías de la sexualidad están en desarrollo
en sus organismos. Según Fátima Regina Machado (1994), esta hipótesis “se adecua a la mayoría de los casos,
ya que la mayoría de los agentes son adolescentes. Pero no podemos olvidar que la historia registra casos en
que el agente no es un púber y, en ese punto, podemos decir que la teoría de Carrington es limitada.”

3. En las décadas de los 50 y 60, William Roll y otros atribuían como causa de los Poltergeist, las tensiones o
emociones reprimidas por los agentes psi y exteriorizadas por ellos, causando RSPK. Son consideradas típicas,

3
Traducido del portugués por Marcelo Oliva Moyano para la Revista Argentina de Psicología Paranormal.
4
El autor es Ingeniero civil, miembro del Instituto de Pesquisas Psicobiofísicas, y autor de varios libros de
parapsicología.
5
Del inglés Recurrent Spontaneous Psychokinesis, RSPK. La expresión, cuya abreviatura es RSPK fue
propuesta por William G. Roll (1972).
44
las siguientes características del agente psi, examinadas en laboratorio: “La base intelectual era normal, pero su
desarrollo intelectual era bastante atrasado. Su tolerancia a la frustración era muy baja. El reaccionó
rápidamente a los estímulos, y con una tendencia a reacciones histéricas; era fácilmente irritable. Había
indicadores de una pérdida de control y de integración (debilidad del ego). La proyección era el mecanismo de
defensa dominante. Tenía una tendencia para disimular e inventar cuando ocurrían conflictos debidos a la
tensión. Los conflictos entre sus altas ambisiones y sus limitados recursos, entre su necesidad emocional de
contactos y sentimientos de quedar desplazado por la sociedad, deben ser considerados para explicar la
‘descarga psicokinética’ de tensión agresiva para sustituir objetos como una manera inconsciente de resolver
esos conflictos” (Jacobson, 1976, p.85-86).

4. En 1969, William G.Roll presentó una importante hipótesis sobre la causa de los poltergeist. Estudiando el
Poltergeist que tuvo lugar en Newark, New Jersey, Roll propuso la existencia del “Campo Psi” (Psi Field). Sería
un campo de naturaleza electromagnética, centrado en el agente psi y capaz de desplazar objetos o causar
otros disturbios físicos psicokinéticamente. El Dr.John L.Artley efectuó un estudio que, junto a Roll, propusieron
una fórmula correlacionando el número de ocurrencias en función de la distancia entre el punto inicial de cada
una de ellas y el punto donde está situado el agente psi. De entre las varias funciones estudiadas, la que mejor
se adecuaba era la de la declinación exponencial. La fórmula propuesta para el RSPK de Newark (Roll, 1969),
fue: N= N1 e -K2 R, donde N= al número de ocurrencias; K1 e K2 son parámetros constantes, asociados a los
puntos iniciales de disturbios de R; e= es la base de los logaritmos neperianos; y R= la distancia entre el
epicentro y el inicio de los movimientos.

En el caso de la RSPK de Newark (Roll, 1969, p.148), los valores encontrados fueron: -0,1007 R, N= 20,4.e. En el
caso de RSPK de Miami, la función propuesta fue: -0,115 R, N= 31,7.

En el estudio realizado por Roll del Poltergeist de Miami (Roll, 1971), 36 movimientos psicokinéticos (Roll,
1973) fueron seleccionados para el análisis, de entre un total de 224. Para Roll, el “haz de energía” que mueve
los objetos (energía RSPK) sería producido dentro o cercano al agente psi. De ahí, extendiéndose a los objetos,
ese haz los mueve psicokinéticamente, como una especie de “avalancha”. Esos puñados de energía 1a RSPK,
serían la base física de los Poltergeist.

Se hicieron muchas críticas a los estudios de Roll. Su trabajo no es concluyente ni se aplica a todos los casos de
RSPK. Pero a pesar de las críticas, se trata de una iniciativa importante en dirección al entendimiento de las
causas de los fenómenos de RSPK.

5. En la década del ’70, Scott Rogo (1974), destacó la posibilidad de realizar un abordaje terapéutico, para
hacer cesar las manifestaciones PK. Propuso también que la causa del Poltergeist estaría en el grupo familiar
implicado, y no sólo en el agente psi. De ahí la terapia grupal. Esa proposición muestra un modo de hacer cesar
el Poltergeist. Pero no explicaría directamente sus causas.

6. En 1972, el Dr.Ian Stevenson propuso que las causas de los Poltergeist serían: (a) el agente psi, o (2)
espíritus desencarnados. Stevenson (1972) confeccionó una tabla relacionando las diferencias entre los dos
casos sugeridos. Como se puede ver, el Dr.Ian Stevenson no aclara las causas de los Poltergeist. Sólo indica
donde tienen lugar.

7. Roll y otros (1978), propusieron correlacionar los Poltergeist con la epilepsia. Ellos descubrieron que de 92
casos estudiados, sólo cuatro presentaban sujetos epicentros portadores de epilepsia. Ese porcentaje de
apenas un 4% era demasiado bajo para reforzar esa hipótesis. Esa idea necesitaba aún de mayores
fundamentos. Sobre el asunto, Gauld & Cornell (1979) escribieron que “... no se puede afirmar que haya
relación alguna entre el fenómeno y la enfermedad.”

8. André Percia de Carvalho (1991) sugiere una correlación entre factores sociales y culturales con los
Poltergeist. Dependiendo del contexto religioso donde surja, el Poltergeist podría presentar características
indicativas de la acción de espíritus, de orixás, de demonios, etc. La creencia del grupo donde ocurre el
Poltergeist, trabajaría como motivadora del agente psi o del propio grupo que deslindaría las responsabilidades
de estar produciendo aquel fenómeno. Carvalho denomina a ese proceso “Psicodinámica de los Fenómenos
Paranormales”. Este sería una forma a través de la cual psi se presenta sobre un determinado contexto cultural
en un determinado individuo. Carvalho llega a proponer una “Parapsicología Comunitaria”. Esa neurosis
cultural propuesta por Carvalho, no explica la causa de los Poltergeist.

45
En lo que se refiere a las explicaciones psicológicas, hay críticas contrarias. Sobre eso, Carlos Alvarado (1993)
dice: “El hecho de que algunos argumentos psicológicos sean más aceptables dentro de nuestro paradigma
científico actual no quiere decir que tengamos que aceptar metodologías cuestionables. Es de esperar que
futuros estudios cambien el campo de la psicología de los Poltergeist de manera que los resultados de la
investigación sean más válidos y confiables.”

9. Hernani Guimaraes Andrade, apoyándose en las ideas del astrónomo y físico alemán Johann Karl Fredrich
Zollner, de la Universidad de Leipzig (Zollner, 1908/1975), propone una hipótesis para explicar los casos de
RSPK. Viviríamos en un espacio tridimensional que a la vez estaría inmerso en un universo de cuatro
dimensiones, habitado por “seres” inteligentes de cuatro dimensiones. Serían los agentes desencarnados
(Guimaraes Andrade, 1972). Esos seres manipularían a nuestro mundo tridimensional, de fuera para adentro,
produciendo Poltergeist. Por lo tanto, “utilizarían” agentes psi como intermediarios. La propuesta de Andrade
es muy compleja, y es adecuada como una explicación espiritista de los Poltergeist.

10. Durante el período inicial de las investigaciones parapsicológicas, merece destacarse una etapa
ciertamente importante, también conocida como “período metapsíquico”. Fue en esa época (a fines de siglo
XIX y principios del siglo XX), que aparecieron los famosos “médiums de efectos físicos”. Era el período de las
“materializaciones” y de las ectoplasmías. Muchas cosas importantes fueron abandonadas por una acusación
de fraude. El “ectoplasma” era una sustancia móvil y extraña, sacada del cuerpo del “médium”. Hay, aún hoy,
moldes en cera de manos humanas, pies, rostros, etc. elaborados por los “agentes desencarnados”. En esa
época, la idea en boga era que los poltergeist eran producidos para generar RSPK. Charles Richet (1922),
William Crookes (Conan Doyle, 1952), y muchos otros hombres ilustres, fueron testigos de ectoplasmías. La
lista sería enorme como para ser citados aquí. Esta hipótesis no es aceptada actualmente. Una “esponja” fue
pasada sobre aquella época, donde todo fue reducido al fraude. La historia registra que, de hecho, muchos
fraudes ocurrieron. Pero, ¿todos los fenómenos de PK de aquella época serían fraudulentos?

11. Los soviéticos V.M.Inyushim (1970), V.Grishenko (Inyuskin & Grishenko, 1960), N.Vorobed (Ostander &
Schroeder, 1974, p.236), F.Gibaudlin y G.Sergeyev (1967), sostenían y creían haber descubierto un plasma frío
interpenetrando todos los medios biológicos. Sería el “bioplasma”. Según sus descubridores, se trata de un
“cuerpo” constituido de plasma polarizado (iones y partículas juntas, caóticamente), diferente en cada ser vivo,
en cada órgano, en cada tejido, y, posiblemente, en cada molécula orgánica, de modo que el carácter
específico determinaría la forma del organismo.

Sergeyev formuló una hipótesis bioplasmática de la psicokinesis. Según él, la mente y las emociones generan un
poderoso efecto sobre el bioplasma, que podría ser exteriorizado, polarizando los átomos de los cuerpos
circundantes y así, moviéndolos (Ostrander & Schoreder, 1974, p.442). Esta hipótesis es semejante a la referida
anteriormente. Muchos de esos estudios soviéticos fueron publicados en Occidente por Benson Helbert, en el
periódico titulado “Journal of Paraphysics”. Con la caída de la Unión Soviética, esas investigaciones deben
haber sido interrumpidas.

En 1978, Carlos Alvarado hizo un importante análisis comparativo entre las investigaciones parapsicológicas
soviéticas y las occidentales (Alvarado, 1978). Hay una gran semejanza entre los descubrimientos soviéticos y
aquellos realizados durante el “período metapsíquico” de la parapsicología. Según la parapsicología soviética,
sería el bioplasma. Por el artículo de Alvarado, es posible establecer una nítida identidad entre el “ectoplasma”
de Charles Richet (en 1923), la “fuerza psíquica” de J.W.Crawford (en 1918), la “fuerza nerviosa” de Emile
Boirac (en 1918), etc., y el famoso “bioplasma” ruso. Alvarado sugiere una revisión de aquellas investigaciones,
en el punto en que fueron abandonadas por los metapsiquistas, como un camino promisorio para que no sean
repetidos los errores del pasado.

12. El físico E.H.Walker (1972a, 1972b, 1975), formuló una hipótesis amplia de psi, incluyendo la ESP y la PK.
Esa hipótesis, una extensión de la “Teoría de la Consciencia” de Walker, está basada en el concepto de
variables ocultas de la mecánica cuántica.

Se sabe que la mecánica clásica coincide en que el estado futuro de un sistema físico puede ser determinado si
tuviéramos una descripción completa del estado precedente del sistema. En mecánica cuántica, entre tanto, un
dado sistema se desenvuelve en dos diversos estados subsecuentes posibles y de acuerdo con una
interpretación de la escuela de Copenhagen, la descripción final o el estado vector del sistema, incorpora todos
los estados potenciales. Por ejemplo, cuando se hace la mensuración o la “observación” del sistema, el estado
vector (también llamado vector estado] pierde esta cualidad probabilística indefinida y queda “reducido” a un

46
estado real. Desafortunadamente, el formalismo matemático de la mecánica cuántica no especifica lo que es
exactamente una “observación”, y estas dificultades conducen al famoso problema de la mensuración en
mecánica cuántica. La tentativa de contornear ese problema es la introducción de “variables ocultas” que
conducirán a reconciliar las concepciones, determinista y probabilística, en el desenvolvimiento del estado
vector. Esas variables ocultas no son concebidas para volverse inaccesibles a la mensuracion física y funcionar
independientes del espacio y el tiempo.

La posibilidad de que la observación podrá causar un estado particular de un sistema físico, fuera de otros
muchos posibles, sugiere que los observadores del fenómeno no son independientes y están asociados unos a
otros en la medida en que ellos deban coincidir con el estado final del sistema. Esta “unión” es mantenida por
las variables ocultas, a través de la “voluntad”. Desde que las variables ocultas no son “localizadas”, no están
limitadas por el espacio-tiempo y son capaces de unir a los observadores que están separados temporal y
espacialmente.

La psicokinesis es explicada como un proceso donde la voluntad del sujeto/experimentador (variables ocultas),
determina el colapso del vector estado de un sistema físico al nivel de las partículas subatómicas, con estados
potenciales microscópicamente diversos. Como propone Walker, “la psicokinesis involucra el mismo proceso
básico que la clarividencia con un cambio. El sistema afectado no es un proceso cuántico del cerebro, sino el
efecto producido en un proceso físico que tiene un carácter divergente. La certeza en el estado inicial del
sistema impuesto por la mecánica cuántica, conduce a estados potenciales macroscópicamente diferentes”
(Rao, 1977).

La hipótesis de Walker es una tentativa elegante y formal de explicar psi por medio de conceptos compatibles
con la física moderna, conciliando sus conocimientos de Parapsicología y de mecánica cuántica, que es una
combinación poco común. Para Walker, los fenómenos psi deben involucrar algunos procesos físicos. El trabajo
de Walker (1972a, 1972b) es demasiado complejo como para ser descrito en el espacio de este artículo.

Conclusiones

En el ítem anterior fueron propuestas de manera muy resumida las principales hipótesis explicativas
sobre las causas de los Poltergeist. Ninguna de ellas es capaz de explicar la RSPK. Ninguna fue lo
suficientemente probada de modo de convertirse en una “teoría general del Poltergeist”. Algunas de ellas son
meramente especulativas.

Las hipótesis más promisorias, por ahora incompletas, son: (a) la formulada por William G.Roll sobre el campo
psi; (b) aquellas formuladas por los metapsiquistas, en el inicio de la Parapsicología; y (c) la hipótesis del
bioplasma de los soviéticos, poco conocida en Occidente. Por lo que parece, ellas tienen algo en común: una
“sustancia” (o un campo) de naturaleza hasta ahora ignorada y que podría ser exteriorizada del cuerpo de
algunos sensitivos. Esa sustancia (o ese campo) sería capaz de servir de “avalancha” (energía RSPK), produciría
los Poltergeist y estaría asociada a la voluntad inconsciente del agente psi, o dentro del grupo implicado.

La cuestión central de los Poltergeist sería obtener una respuesta a la pregunta: ¿De qué modo, factores
psicológicos presentes en la psiqué de los agentes o de los grupos implicados, podrían ser exteriorizados,
actuando en los objetos materiales, desplazándolos? ¿Cuál es la frontera entre la realidad material y la
psíquica?

Carl G.Jung (Von Franz, 1994) propone la existencia de una realidad única, común a lo psíquico y lo físico, por el
denominada unus mundus, o el mundo uno, concepto que ya existía en la mente de algunos filósofos
medievales. Ese “mundo” postulado por Jung no puede ser visualizado por nosotros y trasciende nuestra
aprehensión conciente.

Entretanto, de la cuestión central del estudio de los poltergeist, el autor escribió: “... creemos que el análisis
sistemático de los fenómenos de Psicokinesis Espontánea nos llevará a una nueva visión del universo. Nos
importa, por lo tanto, que meticulosos registros se hacen, unos después de otros, con paciencia y exactitud,
hasta que una enorme cantidad de datos sean acumulados. Solamente entonces, en medio de esa masa de
registros, fortaleciendo los medios capaces de construir una teoría.” (Tinoco, 1989).
REFERENCIAS

47
ALVARADO, C.S. (1978). ¿Descubrimientos psíquicos tras la cortina de hierro?: La parapsicología soviética a la
luz de la historia de la investigación psíquica. Psi Comunicación 4, No.7-8, pp.19-28.-

ALVARADO, C.S. (1993). Avaliacoes psicológicas de sujeitos poltergeist. Revista Brasileira de Parapsicologia 2,
pp.32-34.-

CONAN DOYLE, A. (1952). El Espiritismo: Su Historia, Sus Doctrinas, Sus Hechos. Schapire: Buenos Aires.

GUIMARAES ANDRADE, H. (1972). Materia Psi. O Clarim: Matao, SP.

GAULD, A. & CORNEL, A.D. (1979). Poltergeist. Routledge & Kegan Paul: Londres.

GRISHENKO, V. & INYUSKIM, V.M. (1968). Sobre la esencia biológica del efecto kirlian (Concepto de plasma
biologico). Universidad de Kirov, Kasaque (Ed.): Alma Ata [en ruso].

HYSLOP, J.H. (1913). Poltergeist phenomena and dissociation. Journal of the American Society for Psychical
Research 7, pp.1-56.-

INYUSKIM, V.M. (1967). Posibilidades de estudiar tejidos en descarga de alta frecuencia; influencia biológica de
la luz roja monocromática. Universidad de Kirov (Ed.): Alma Ata [en ruso].

INYUSKIM, V.M. (1970). Plasma biológico del organismo humano con animales. Sloboda: Praga [en ruso].
JACOBSON, N.O. (1976). Vida sem morte. Editora Nórdica: Río de Janeiro.

LESSA, A.P. (1975). Precognicao. Livraria Duas Cidades: Sao Paulo.

MACHADO, R.F. (1994). Um fantasma en minha casa? Revista Brasileira de Parapsicología 4, pp.8-15.-

OSTRANDER, S. & SCHROEDER, L. (1974). Experiencias Psiquicas Alem da Cortina de Ferro. Cultrix: Sao Paulo.

PERCIA DE CARVALHO, A. (1991). As Casas Mal-Assombradas. IBRASA: Sao Paulo.

RICHET, Ch.(1922). Traite du Metapsychique. Alcan: Paris.

RAO, K.R. (1977). On the nature of psi: An examination of some attempts to explain ESP and PK. Journal of
Parapsychology 41, pp.1-58.-

ROGO, D.S. (1974). Psychoterapy and poltergeist. Journal of the Society for Psychical Research 47, pp.433-446.-

ROLL, W.G. (1969). The Newark disturbances. Journal of the American Society for Psychical Research 63,
pp.123-174.-

ROLL, W.G. (1971). The Miami disturbances. Journal of the American Society for Psychical Research 65, pp.409-
454.-

ROLL, W.G. (1974). The Poltergeist. The New American Library: New York.

ROLL, W.G. (1973). Radial and tangencial forces in the Miami distrubances. Journal of the American Society for
Psychical Research 67, pp.267-281.-

ROLL, W.G. (1978). Toward a theory of the poltergeist. European Journal of Parapsychology 2, pp.167-200.-

SERGEYEV, G. (1967, 2/4). Empleo de los principios de la bioinformación en el diagnóstico. Trabajo presentado
en el Simposio de Parapsicología y Salud de la Sección de Parapsicología Técnica afiliada al Instituto de
Ingeniería de Moscú [en ruso].-

STEVENSON, I. (1972). Are Poltergeist living or are they death? Journal of the American Society for Psychical
Research 68, pp.233-252.-

48
TINOCO, C.A. (1989). Poltergeist: Fenomenos de Psicocinesia Espontanea. IBRASA: Sao Paulo.

VON FRANZ, M.L. (1994). Advinhacao e Sincronicidade. Cultrix: Sao Paulo.

WALKER, E.H. (1972). Consciousness in the quantum theory of measurement: Part I. Journal of the Study of
Consciousness 4, pp.46-63.

WALKER, E.H. (1972). Consciousness in the quatum theory of measurement: Part II. Journal fo the Study of
Consciousness 4, pp.257-277.-

WALKER, E.H. (1975). Foundations of paraphysical and parapsychology. En L.Oteri (Ed.). Quatum Physics and
Parapsychology. Parapsychology Foundation: New York.

ZOLLNER, J.K.F. (1908). Physica Trascendental. Federacao Espirita Brasileira (Ed.): Rio de Janeiro.

FIN DE LA UNIDAD 4

49

También podría gustarte