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DERECHO DE PETICION-Reglas
SENTENCIA
Dentro del proceso de revisión de los fallos dictados por los Juzgados Octavo
Civil Municipal y Segundo Civil del Circuito de Santa Marta, en el trámite de la
acción de tutela interpuesta por Alfredo Rodríguez Rincón contra
ELECTRICARIBE S.A., E.S.P..
I. ANTECEDENTES.
1. Hechos:
Indica que dicho inmueble fue arrendado y que mientras el inquilino pagó el
canon cumplidamente, también afirmó encontrarse al día con los pagos por
concepto de servicios públicos domiciliarios.
1. Primera instancia
2. Impugnación
3. Segunda instancia
III. PRUEBAS
1. Competencia
Ahora bien, conforme a este escenario la Sala debe establecer cuáles son los
principales componentes y parámetros del derecho de petición y si el mismo
puede condicionarse a cualquier requisito que imponga el sujeto que debe
solucionarlo. Así mismo, es necesario recordar cuáles son las condiciones
necesarias para que se haga efectivo el rompimiento de la solidaridad previsto
en el parágrafo del artículo 130 de la Ley 142 de 1994. Con este cometido la
Sala reiterará la doctrina de esta Corte sobre (i) las reglas básicas del derecho
de petición y (ii) las condiciones para acceder al rompimiento de la solidaridad
previsto para las deudas derivadas de la prestación de un servicio público
esencial.
e) Este derecho, por regla general, se aplica a entidades estatales, esto es, a
quienes ejercen autoridad. Pero, la Constitución lo extendió a las
organizaciones privadas cuando la ley así lo determine.
Así las cosas, tenemos que una de las aplicaciones específicas del derecho
previsto en el artículo 23 constitucional, son las peticiones que presenten los
suscriptores o usuarios de los servicios públicos domiciliarios. De hecho, este
derecho se encuentra explícitamente regulado en el artículo 152 de la ley 142
de 1994, definido como parte esencial de esa relación contractual. Así mismo,
el artículo 159 ejusdem establece que la notificación de la decisión debe
efectuarse conforme a los términos establecidos en el Código Contencioso
Administrativo.
Bajo este marco, dada la naturaleza de las funciones que desempeñan las
empresas prestadoras de un servicio y su importancia dentro de un Estado
Social de Derecho, se concluye que las peticiones y recursos que le son
presentados, debe responderlos bajo las condiciones previstas en la
Constitución Política, el procedimiento administrativo y, por supuesto, de
conformidad con las disposiciones de la ley 14.
“En relación con las organizaciones privadas como sujeto pasivo del derecho
de petición, el propio artículo 23 de la Carta deja en cabeza del legislador su
reglamentación; pero ésta no puede ser entendida como un mandato directo
sino como una facultad que el legislador puede ejercer a su arbitrio, y que
hasta el momento no ha sido desarrollada. Sin embargo, es importante
recordar que esta Corporación, de conformidad con el artículo 86 de la Carta
Política y el artículo 42 del Decreto 2591 de 1991, se ha pronunciado en forma
reiterada a favor de la procedencia de la acción de tutela en contra de
particulares encargados de la prestación de un servicio público (art. 365 de la
C.P.), o cuando
desarrollan actividades que pueden revestir ese carácter, siempre y cuando
exista violación de un derecho fundamental. Ha tenido en cuenta la
jurisprudencia, que en estos casos, el particular asume poderes especiales que
lo colocan en una condición de superioridad frente a los demás coasociados, y
sus acciones u omisiones pueden generar una amenaza o vulneración de uno
o varios derechos constitucionales fundamentales que deben ser protegidos en
forma inmediata por la autoridad judicial competente.”
“1. Derecho a ser tratado dignamente por ésta (art. 1° de la C.P.), en la medida
en que "los usuarios de los servicios públicos son personas, no un recurso del
cual se puede periódicamente extraer una suma de dinero."
“2. Derecho a no ser discriminado por la empresa de servicios públicos
domiciliarios (Art. 13 C.P),
“4. Derecho a que sus recursos sean resueltos antes de que se corte el servicio
(Arts. 23 y 29 C.P.),
Para el efecto las empresas prestadoras deben mantener una oficina para
recibir, atender, tramitar y responder las peticiones, reclamos, o recursos,
verbales o escritos que presenten los usuarios, los suscriptores, o los
suscriptores potenciales, en relación con el servicio o los servicios que presta
dicha empresa
(...)
Las peticiones y recursos serán tramitados de conformidad con las normas
vigentes sobre el derecho de petición; teniendo en cuenta las costumbres de
las empresas comerciales en el trato con su clientela, salvo que la ley disponga
otra cosa.
Ahora bien, tal doctrina ha sido reiterada en varias ocasiones por las diferentes
salas de revisión de la Corte Constituciona. De hecho, recientemente la Sala
Séptima, con ponencia del Magistrado Humberto Antonio Sierra Porto, en un
caso similar al presente, en el que la E.S.P. ELECTRICARIBE cobró un
conjunto de facturas en contravía a lo dispuesto en los artículos 130 y 140 de la
Ley 142 de 1994, consideró lo siguiente:
“Del contexto del expediente, así como de los documentos probatorios que
obran en él, no se aprecia de manera clara, que la empresa hubiere iniciado,
seguido o agotado todos los mecanismos necesarios para exigir del usuario
moroso el pago de lo adeudado, así como tampoco se denota que se hubieren
adelantado las acciones judiciales que la misma Ley 142 de 1993, pone a
disposición de las empresas en casos como el presente, en donde la conducta
del usuario trae implicaciones de orden civil y penal.
“En efecto, la Sala no olvida que la Ley estableció una responsabilidad solidaria
del propietario, el usuario y el tenedor del inmueble frente a la obligación legal
de cumplir con el pago de los servicios públicos; pero igualmente no debe
olvidarse que la empresa prestadora del servicio, tiene igualmente la
responsabilidad de evitar el incremento desmesurado de cuentas insolutas,
sabiendo de ante mano que dicha solidaridad a la que se hace mención se
rompe cuando las facturas no pagadas son más de tres. De esta manera, si las
facturas no canceladas sumaron, como así sucede en el presente caso, más de
cincuenta y tres (53) meses, es consecuencia de la negligencia de la empresa
ELECTRICARIBE S.A. E.S.P. en asumir los correctivos más drásticos, para
frenar esta situación.
“Por esta razón, en el presente caso, no existen motivos para que la accionante
asuma las consecuencias jurídicas de tal omisión, más aún cuando, las
medidas que ahora se pretenden tomar respecto de ella, hacen evidente un
trato discriminatorio en relación con las que la empresa, al parecer, no asumió
frente al inquilino moroso, pues la empresa permitió que dicho inquilino se
beneficiaría de una u otra manera por más de cuatro años, con el suministro
del servicio de energía, el cual nunca canceló.
“La Ley 142 de 1994 en su artículo 140 consagra el deber de las empresas
prestadoras de los servicios públicos de suspender el servicio ante la mora en
el pago de las facturas, sin exceder dos periodos de facturación en el evento en
que éste sea bimestral y de tres periodos cuando sea mensual.
Así pues, teniendo en cuenta que por regla general, las E.S.P. se encuentran
obligadas a suspender la prestación del servicio cuando se compruebe la falta
de pago de tres (3) mensualidades y que el desconocimiento de tal deber
conlleva el rompimiento de la solidaridad entre el propietario, el suscriptor y el
usuario, procede la Sala de Revisión a estudiar la presente solicitud de amparo.
5. Caso concreto.
Ahora bien, teniendo en cuenta que en tal escrito no se le indicaron al actor los
recursos que procedían contra el mismo, acude a la acción de tutela para que
se decrete la ruptura de la solidaridad y se ordene la reconexión del servicio.
Pues bien, la Sala también evidencia que el actor con su petició adjuntó los
medios necesarios para probar y acreditar las diferentes cuestiones requeridas
por la empresa para poder estudiar el rompimiento de la solidaridad.
Pues bien, tal y como se observó, el artículo 140 de la Ley 142 de 1994
dispone que la E.S.P. debe suspender la prestación del servicio cuando se
compruebe la omisión del pago de tres (03) mensualidades de facturación. A
su vez, el parágrafo del artículo 130 ordena que, si la empresa incumple con
dicha obligación, se rompe la solidaridad prevista entre propietario del
inmueble, suscriptor y usuario, respecto de los compromisos generados en la
prestación del servicio.
Así las cosas -ha establecido esta corporación- cuando quiera que una E.S.P.
desconozca el rompimiento de la solidaridad, genera un trato discriminatorio
entre los contratantes, pues a partir de la negligencia de la empresa (que no
suspende el servicio a tiempo y no adelanta las acciones judiciales necesarias
para excluir las acciones ilícitas del usuario) y de la indolencia del inquilino (que
no paga las facturas y efectúa un consumo ilícito), se responsabiliza
económicamente al arrendador.
Así pues, dadas las anteriores consideraciones, la Sala concluye que también
es necesario proteger el mínimo vital y el debido proceso del señor Alfredo
Rodríguez Rincón, vulnerados por el incumplimiento de las obligaciones a
cargo de la empresa prestadora de servicios públicos.
V. DECISIÓN
RESUELVE
Magistrada Ponente
Magistrado
Magistrado
Secretaria General