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FALLO “ANTONIO SOFIA”

Año: 1959

Hechos:

El jefe de la Policía Federal negó autorización a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre
quien solicitó permiso para realizar un acto público, estando vigente el estado de sitio, en un
teatro destinado a analizar la situación de Paraguay, en relación a la vigencia de los derechos del
hombre; en consecuencia, se interpuso recurso fundado en la extensión de las facultades
excepcionales que el art. 23 de la Constitución Nacional atribuye al Poder Ejecutivo. La Cámara
Federal de Apelaciones revocó la decisión de la policía. El Procurador Fiscal de Cámara interpuso
recurso extraordinario.

La Corte sostuvo que el control de los actos de tal naturaleza resulta ajeno a la competencia
judicial, salvo casos estrictamente excepcionales por lo que tal control procedería: a) Tratándose
de la facultad de arrestar o trasladar personas de un punto a otro de la Nación, si mediara
transgresión franca y ostensible de los limites trazados por la Ley Fundamental, si el Presidente de
la República aplicara una pena o si, debidamente requerido al efecto, negara el derecho de opción
para salir del territorio argentino y b)respecto de la generalidad de las medidas de ejecución del
estado de sitio, cuando ellas sean clara y manifiestamente irrazonables y cuando impliquen
medios que no guarden relación alguna con los fines del art. 23

El Dr. Orgaz, en su voto, considero que el derecho de reunión es uno de los derechos esenciales
del individuo amparados por la Constitución Nacional. Dentro de la alta jerarquía de esos derechos
primarios es, en cierto sentido, el principal, pues más que un derecho concreto y aislado
constituye la condición normal para el ejerció de los demás derechos en una sociedad organizada
según el régimen democrático. Por ello cuando se lo restringe excesivamente, en rigor lo que se
restringe con exceso es el ejercicio de la libertad misma en la pluralidad de sus manifestaciones
fundamentales.

El Dr. Laplaza, en disidencia, sostuvo que el derecho de reunión, aunque no esté reglado por ley,
tácitamente emana de los arts. 14 y 33 de la CN y, sin duda, se cuenta entre los de máxima
jerarquía. Por eso no cabe admitir, de plano, que el estado de sitio importa suspender el ejercicio
del derecho de reunión como tal, con alcances generales en el tiempo y en el espacio, o sea,
dentro del ámbito de eficacia de las facultades de emergencia. Sin embargo, el linte de prudencia y
discrecionalidad reservado al poder Ejecutivo, durante el estado de sitio, no se excede por la sola
circunstancia de no autorizar alguna reunión pública, o en lugares de libre acceso al público,
cuando pudo válidamente detener a todos los concurrentes al acto realizado con o sin permiso
previo

Derechos en pugna: art. 14, 23 y 33 de la CN

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