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Enfermedad de

coronavirus
2019 (COVID-19)
Directamente al punto de atención

Última actualización: Mar 11, 2021


Tabla de contenidos
Descripción general 3
Resumen 3
Definición 3

Teoría 4
Epidemiología 4
Factores de riesgo 6
Etiología 18
Fisiopatología 26
Clasificación 28
Antecedentes de caso 30

Diagnóstico 32
Recomendaciones 32
Anamnesis y examen 47
Pruebas diagnósticas 51
Diferenciales 65
Criterios 69
Cribado 69

Manejo 72
Recomendaciones 72
Resumen del algoritmo de tratamiento 93
Algoritmo de tratamiento 96
Emergente 129
Prevención primaria 143
Discusión con el paciente 159

Seguimiento 164
Monitorización 164
Complicaciones 166
Pronóstico 179

Guías de práctica clínica 186


Guías de práctica clínica para el diagnóstico 186
Guías de práctica clínica de tratamiento 189

Recursos online 196

Referencias 200

Imágenes 283

Descargo de responsabilidad 292


Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Descripción general

Resumen
La enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) es una enfermedad respiratoria aguda infecciosa causada
por un nuevo coronavirus. Se ha informado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de varios casos

Descripción general
de neumonía de etiología microbiana desconocida asociados a la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei
(China), el 31 de diciembre de 2019. La OMS anunció que se había detectado un nuevo coronavirus
en muestras tomadas de estos pacientes. Desde entonces, la epidemia se ha intensificado y extendido
rápidamente en todo el mundo, y la OMS declaró por primera vez una emergencia de salud pública de
interés internacional el 30 de enero de 2020, y luego la declaró oficialmente como pandemia el 11 de marzo
de 2020. Se están llevando a cabo ensayos clínicos y pruebas diagnósticas para conocer más sobre el
virus, su origen, cómo afecta a los humanos y su manejo.

Definición
Una infección respiratoria aguda potencialmente grave causada por el nuevo coronavirus del síndrome
respiratorio agudo grave, coronavirus 2 (SARS-CoV-2).[1] La presentación clínica es generalmente la de
una infección respiratoria con una gravedad de los síntomas que va desde una enfermedad leve similar al
resfriado común, hasta una neumonía viral grave que provoca un síndrome de dificultad respiratoria aguda
potencialmente mortal. Los síntomas característicos incluyen fiebre, tos, disnea y pérdida del gusto/olor,
aunque algunos pacientes pueden ser asintomáticos. Las complicaciones de las enfermedades graves
incluyen, entre otras, la insuficiencia multiorgánica, el shock séptico y el tromboembolismo venoso. Los
síntomas pueden ser persistentes y continuar durante más de 12 semanas en algunos pacientes.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría

Epidemiología
Adultos
Teoría

• En China, el 87% de los casos confirmados tenían entre 30 y 79 años y el 3% tenían 80 años o más.
Aproximadamente el 51% de los pacientes eran hombres.[4]
• En Italia, la mediana de edad y la prevalencia de las comorbilidades fue mayor en comparación con
China.[5]
• En el Reino Unido, la edad media de los pacientes era de 73 años y los varones representaban el
60% de las admisiones en un estudio prospectivo de cohorte de observación de más de 20,000
pacientes hospitalizados.[6]
• En los EE.UU., los pacientes de edad avanzada (edad ≥65 años) representaron el 31% de todos
los casos, el 45% de los ingresos hospitalarios, el 53% de los ingresos en la unidad de cuidados
intensivos y el 80% de las muertes, con la mayor incidencia de resultados graves en los pacientes
de edad ≥85 años.[7] Los casos en niños, adolescentes y adultos jóvenes aumentaron entre
octubre y diciembre de 2020; sin embargo, los ingresos hospitalarios, los ingresos en unidades
de cuidados intensivos y las muertes siguen siendo bajas para estos grupos (2.5%, 0.8% y <0.1%
respectivamente, según los datos disponibles).[8]
Niños

• Las evidencias sugieren que los niños son menos susceptibles a la infección que los adultos, con una
probabilidad de 0.56 de ser un contacto infectado en comparación con los adultos. Los adolescentes
parecen presentar una susceptibilidad similar a los adultos.[9]
• La edad media de los niños con infección es de 6.5 años.[10] Las tasas de infección en niños y
adolescentes varían según la ubicación geográfica:[4] [11] [12] [13] [14] [15] [16]

• China - 2.1% (mediana de edad de 7 años)


• Italia - 1.2% (mediana de edad de 4 a 5 años; más alta en los hombres pero no
estadísticamente significativa)
• España - 0.8% (mediana de edad de 3 años)
• Estados Unidos - 13.2% (o 4294 casos por cada 100,000 niños de la población) a fecha de 4 de
marzo de 2021.
• [American Academy of Pediatrics: children and COVID-19 – state-level data report]
• En el Reino Unido, un estudio prospectivo de cohorte de observación encontró que los niños y adultos
jóvenes representaban el 0.9% de todos los pacientes hospitalizados en ese momento. La mediana
de edad de los niños ingresados en el hospital era de 4.6 años, el 56% eran varones, el 35% tenían
menos de 12 meses de edad y el 42% presentaban al menos una comorbilidad. En términos de etnia,
el 57% eran personas de raza blanca, el 12% eran del sur de Asia y el 10% eran de raza negra. La
edad menor de 1 mes, la edad de 10 a 14 años y la raza negra fueron factores de riesgo para el
ingreso en la unidad de cuidados intensivos.[17]
• En los EE. UU., un estudio de cohortes retrospectivo de más de 135.000 niños descubrió que la edad
media de los niños infectados era de 8.8 años y el 53% eran de sexo masculino. En términos de etnia,
el 59% eran personas de raza blanca, el 15% de raza negra, el 11% hispanos y el 3% asiáticos. Solo
el 4% de los niños dieron positivo en el análisis del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo
grave (SARS-CoV-2) en esta población, y las manifestaciones clínicas fueron típicamente leves.[18]
• A nivel mundial, la tasa de letalidad en los niños parece ser mayor en los países de ingresos bajos y
medios en comparación con los países de ingresos altos.[19]

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• La mayoría de los casos en niños provienen de grupos familiares, o niños que presentan
antecedentes de contacto cercano con un paciente infectado. Es infrecuente que los niños sean el
caso índice en las agrupaciones de transmisión en el hogar.[20] A diferencia de los adultos, los niños
no parecen tener un mayor riesgo de padecer enfermedades graves basado en la edad o el sexo.[21]

Teoría
Mujeres embara zadas.

• Un metanálisis de más de 2500 mujeres embarazadas con COVID-19 confirmado encontró que el
73.9% de las mujeres se encontraban en el tercer trimestre; el 50.8% eran de grupos de personas
de raza negra, asiáticos o de minorías étnicas; el 38.2% eran obesas; y el 32.5% presentaban
comorbilidades crónicas.[22]
• En el Reino Unido, la incidencia estimada de ingresos hospitalarios con infección confirmada de
SARS-CoV-2 en el embarazo es de 4.9 por cada 1000 maternidades. La mayoría de las mujeres
estaban en el segundo o tercer trimestre. De estos pacientes, el 41% tenía 35 años o más, el 56%
pertenecía a la raza negra u otros grupos étnicos minoritarios, el 69% tenía sobrepeso o era obeso, y
el 34% presentaba comorbilidades preexistentes.[23]
• En Estados Unidos, se han informado 75,279 casos en mujeres embarazadas (a fecha 8 de marzo de
2021), con 12,824 ingresos hospitalarios y 82 muertes.[24] Según un análisis de aproximadamente
400,000 mujeres de 15 a 44 años de edad con enfermedades sintomáticas, las mujeres embarazadas
de origen hispano y de raza negra no hispanas parecen verse desproporcionadamente afectadas
durante el embarazo.[25]
Profesionales de salud

• La incidencia de la infección en los profesionales de salud osciló entre el 0% y el 49.6% (por reacción
en cadena de la polimerasa), y la prevalencia de la seropositividad del SARS-CoV-2 osciló entre
el 1.6% y el 31.6%. Es probable que los amplios rangos de porcentaje estén relacionados con las
diferencias en los entornos, las exposiciones, las tasas de transmisión en la comunidad, el estado
de los síntomas, el uso de medidas de control de las infecciones y otros factores. No se observó
ninguna asociación entre el sexo y la edad y el riesgo de infección o seropositividad. Sin embargo, la
etnia de raza negra, asiática o de origen hispano se asoció significativamente con un mayor riesgo de
infección en comparación con la de raza blanca.[26] [27]
• Una revisión sistemática y un metanálisis de casi 130,000 profesionales de salud estimaron que
la seroprevalencia general de los anticuerpos del SARS-CoV-2 era del 8.7%, con una mayor
seroprevalencia informada en América del Norte (12.7%) en comparación con Europa (8.5%), África
(8.2%) y Asia (4%). Los factores de riesgo para la seropositividad incluían el sexo masculino, la etnia
de raza negra, asiática o hispana, trabajar en una unidad COVID-19, trabajar de cara a pacientes y
trabajar en servicios de atención sanitaria en primera línea.[28]
• Aproximadamente, el 14% de los casos informados a la Organización Mundial de la Salud son de
profesionales de salud (rango de 2% a 35%).[29]
• La mayoría de los profesionales de salud con COVID-19 informaron de contacto en el contexto de
asistencia sanitaria. En un estudio de más de 9000 casos informados en los profesionales de salud en
los EE.UU., el 55% tuvo contacto solo en un contexto de servicios sanitarios, el 27% solo en el hogar,
el 13% solo en la comunidad, y el 5% en más de un contexto.[30]
• Los profesionales de salud más frecuentemente afectados fueron las enfermeras. Solo el 5% de los
profesionales de salud desarrollaron enfermedades graves y el 0.5% murieron.[31] La incidencia de
enfermedad grave o crítica y la mortalidad en los profesionales de salud fue menor que la incidencia
de enfermedad grave o crítica y la mortalidad en todos los pacientes.[32]

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• Según un estudio realizado en Escocia, los profesionales sanitarios que trabajan de cara al paciente
presentaban tres veces más probabilidades de ser ingresados en un hospital que los que no trabajan
de cara al paciente. En el mismo estudio, los profesionales de salud y los miembros de sus hogares
representaron el 17% de los ingresos hospitalarios.[33]
Teoría

• El análisis de los datos de ingreso hospitalario de 13 lugares en los EE.UU. encontró que el
6% de los adultos hospitalizados eran trabajadores de la salud, y el 36% de estas personas
ocupaban funciones profesionales de enfermería. Alrededor del 90% de los profesionales de salud
hospitalizados presentaba al menos una afección subyacente, siendo las más frecuentes, la obesidad,
la hipertensión y la diabetes.[34]
Recursos

• [WHO: coronavirus disease (COVID-19) dashboard]

• [CDC: COVID data tracker weekly review]

• [UK Office for National Statistics: coronavirus (COVID-19) infection survey, UK statistical bulletins]

• [UK Department of Health and Social Care: REACT-1 studies – monthly results]

Factores de riesgo
Fuerte
contacto con el caso probable o confirmado
Las personas que han estado en contacto con un caso probable o confirmado tienen un
mayor riesgo de infección.

La Organización Mundial de la Salud define un contacto como una persona que ha sufrido cualquiera
de las siguientes exposiciones durante los 2 días anteriores y los 14 días posteriores al inicio de
los síntomas de un caso probable o confirmado: contacto en persona con un caso probable o
confirmado en un radio de 1 metro (3 pies) y durante al menos 15 minutos; contacto físico directo con
un caso probable o confirmado; atención directa a un paciente con COVID-19 probable o confirmado
sin utilizar el equipo de protección personal recomendado; u otras situaciones indicadas por las
evaluaciones de riesgos locales.[189]

Los Centers for Disease Control and Prevention de los Estados Unidos definen un contacto cercano
como alguien que ha estado a menos de 2 metros (6 pies) de una persona infectada durante al
menos 15 minutos en un período de 24 horas, comenzando 2 días antes de la aparición de los
síntomas (o 2 días antes de las pruebas en pacientes asintomáticos).[190]

residencia/trabajo/viajes en lugares con alto riesgo de transmisión


Las personas que viven o trabajan en un lugar con alto riesgo de contagio, o que viajan a
él, tienen un mayor riesgo de infección.

Las personas que residen o trabajan en una zona de alto riesgo de transmisión (p. ej., entornos
residenciales cerrados, entornos humanitarios), las personas que residen o viajan a una zona de
transmisión comunitaria y las personas que trabajan en un entorno sanitario (incluidos los centros
de salud y los domicilios) en cualquier momento en el plazo de los 14 días anteriores al inicio de los
síntomas corren un mayor riesgo de infección.[189]

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Las personas con riesgo de infección por las variantes de coronavirus del síndrome respiratorio agudo
grave 2 (SARS-CoV-2) que puedan ser motivo de preocupación incluyen:[191]

• Aquellas personas que hayan estado en, o transitado por, cualquier país con transmisión de

Teoría
variantes preocupantes (consulte las orientaciones locales para las listas de países afectados)
y que desarrollen síntomas dentro de los 10 días siguientes a la salida o al tránsito (o la fecha
de la toma de muestras para una prueba de SARS-CoV-2 positiva si es asintomática)
• Aquellas personas de las que se sabe que están infectados con una variante preocupante
según los resultados de la secuenciación, independientemente del historial de viajes
• Contactos de las personas descritas anteriormente.

edad avanzada
Las personas de edad avanzada corren un mayor riesgo de contraer infecciones y
enfermedades graves. [192]

En el Reino Unido, los datos de un estudio transversal indicaron que las personas de entre 40 y 64
años corren el mayor riesgo de infección, seguidas por los pacientes de 75 años o más, y luego por
las personas de entre 65 y 74 años.[193] La mayor tasa de mortalidad se observó en pacientes de 80
años o más.[194]

En los Estados Unidos, los pacientes ≥65 años representaron el 31% de todos los casos, el 45% de
los ingresos hospitalarios, el 53% de los ingresos en la unidad de cuidados intensivos y el 80% de las
muertes al principio de la pandemia, con la mayor incidencia de resultados graves en los pacientes de
≥85 años.[7]

Si bien la edad es un factor de riesgo independiente, el riesgo en las personas de edad avanzada
también está relacionado en parte con la probabilidad de que los adultos de edad avanzada sean más
propensos a presentar comorbilidades.

sexo masculino
Los hombres presentan un mayor riesgo de infección y enfermedad grave. [192]

En el Reino Unido, los datos de un estudio transversal descubrieron que las probabilidades ajustadas
de una prueba positiva eran mayores en los hombres (18.4%), en comparación con las mujeres
(13.3%).[193]

Se ha planteado la hipótesis de que esto puede deberse a la presencia de andrógenos, a un menor


nivel de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, en comparación con las mujeres, a que las mujeres
presenten una respuesta inmunitaria más potente, en comparación con los hombres, o a una mayor
prevalencia del consumo de alcohol y del tabaquismo; sin embargo, es necesario realizar más
investigaciones.[195] [196]

grupo étnico
Las personas que pertenecen a grupos étnicos negros, asiáticos y minoritarios (BAME)
presentan un mayor riesgo de infección y enfermedad grave. [197] [198]

En el Reino Unido, los datos de un estudio transversal revelaron que los pacientes sudasiáticos y
de raza negra tenían 1.93 y 1.47 probabilidades de sospecha de infección, respectivamente.[199]

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La edad media de los pacientes de las minorías étnicas era significativamente menor que la de
los pacientes blancos.[200] Las minorías étnicas del Reino Unido (incluidas las minorías de Asia
meridional, Asia oriental, personas de raza negra y otras minorías étnicas) ingresados en el hospital
presentaban más probabilidades de ser ingresadas en la unidad de cuidados intensivos y de necesitar
Teoría

ventilación mecánica invasiva, en comparación con los pacientes de raza blanca, a pesar de que
la gravedad de la enfermedad era similar en el momento del ingreso y de que eran más jóvenes y
presentaban menos comorbilidades.[201]

En los Estados Unidos, los datos ajustados por edad de los Centers for Disease Control and
Prevention (a fecha de 23 de enero de 2021) muestran que los hispanos o latinos, los indios
americanos no hispanos, los nativos de Alaska y las personas de raza negra no hispanas presentan
aproximadamente 3.6, 3.2 y 2.9 veces la tasa de ingresos hospitalarios de las personas de raza
blanca no hispanas, respectivamente.[202] Sin embargo, los estudios de cohortes realizados en
EE.UU. no han encontrado diferencias en los resultados entre los pacientes de raza negra no
hispanos e hispanos, en comparación con los pacientes de raza blanca tras ajustar los factores
sociodemográficos (p. ej., edad, sexo, seguro) y las comorbilidades. Estos pacientes pueden tener
un mayor riesgo de mortalidad y morbilidad debido a su desproporcionada representación entre los
ingresos hospitalarios.[203] [204] [205]

Las disparidades raciales en los resultados pueden atribuirse en parte a las mayores tasas de
comorbilidad de ciertos grupos étnicos.[206]

residencia en un centro de cuidados a largo pla zo


Las personas que se encuentran en un centro de cuidados de larga duración corren un
mayor riesgo de contraer infecciones y enfermedades graves. [122] [207]

En el Reino Unido, los residentes de residencias asistenciales representaron aproximadamente un


tercio del número total de muertes en Inglaterra y Gales durante la primera ola de la pandemia; otros
países informaron una experiencia similar. Esto se debió probablemente a la escasez de equipos de
protección individual, a una población vulnerable y a la falta de pruebas.[208] Un estudio realizado
en cuatro residencias de ancianos del Reino Unido encontró que el 26% de los residentes murieron
en un período de dos meses y que la mortalidad por todas las causas aumentó en un 203% en
comparación con años anteriores. Aproximadamente, el 40% de los residentes dieron positivo en
la prueba del SARS-CoV-2, y de éstos, el 43% eran asintomáticos y el 18% presentaba síntomas
atípicos.[209]

En Estados Unidos, la tasa de mortalidad por todas las causas a los 30 días fue del 21% en un
estudio de cohorte de más de 5000 residentes de residencias de ancianos. La edad avanzada, el sexo
masculino y el deterioro de la función cognitiva y física se asociaron de forma independiente con la
mortalidad.[210]

presencia de comorbilidades
Las personas con comorbilidades presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades
graves, y cuantas más comorbilidades, mayor es el riesgo. [211] [212]

En el Reino Unido, las comorbilidades más frecuentes que se registraron en un estudio de cohorte
de más de 20,000 pacientes hospitalizados fueron la enfermedad cardíaca (31%), la diabetes sin
complicaciones (21%), la enfermedad pulmonar crónica no asmática (18%) y la enfermedad renal
crónica (16%).[6]

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En EE.UU., aproximadamente el 91% de los adultos hospitalizados informaron, al menos, una
afección clínica subyacente, siendo las más frecuentes la hipertensión (56%), la obesidad (49%), las
enfermedades metabólicas (42%) y las cardiovasculares (33%). Aproximadamente, el 53% de los
niños presentaban al menos una enfermedad subyacente, siendo las más frecuentes la obesidad

Teoría
(37%), las enfermedades neurológicas (13%) y el asma (12%).[202] Se calcula que aproximadamente
el 56% de los adultos, y el 32% de los adultos jóvenes (de 18 a 25 años), corren el riesgo de padecer
una enfermedad grave debido a la presencia de, al menos, una comorbilidad.[213] [214]

A nivel global, la hipertensión (21%), la obesidad (18%) y la diabetes (18%) fueron las comorbilidades
más prevalentes. El cáncer, la enfermedad renal crónica, la diabetes y la hipertensión se asociaron
de forma independiente con la mortalidad. La enfermedad renal crónica fue estadísticamente la
comorbilidad más prominente como causa de muerte.[215]

obesidad
Las personas con obesidad corren un mayor riesgo de sufrir infecciones y enfermedades
graves. [216]

De los 2.5 millones de muertes informadas en todo el mundo a finales de febrero de 2021, 2.2
millones se produjeron en países en los que más de la mitad de la población está clasificada con
sobrepeso. En los países en los que menos de la mitad de la población adulta está clasificada con
sobrepeso, la probabilidad de muerte es aproximadamente una décima parte del nivel observado en
los países en los que más de la mitad de la población está clasificada con sobrepeso.[217]

Las personas con obesidad (≥30 kg/m²) u obesidad grave (≥40 kg/m²) presentan un mayor riesgo de
padecer enfermedad grave. Las personas con sobrepeso (25-30 kg/m²) pueden presentar un mayor
riesgo de padecer enfermedad grave; sin embargo, las evidencias son limitadas.[212] Los datos
de un metanálisis sugieren una asociación lineal entre dosis y respuesta entre el índice de masa
corporal y la gravedad de la enfermedad y la mortalidad.[218] Sin embargo, un estudio de cohortes
realizado en EE.UU. encontró una relación no lineal entre el índice de masa corporal y la gravedad
de la enfermedad, con el riesgo más bajo en los índices de masa corporal cercanos al umbral entre el
peso saludable y el sobrepeso, para después aumentar con un mayor índice de masa corporal.[219]

La obesidad se asocia a un mayor riesgo de avance de la enfermedad, ingreso hospitalario, ingreso


en la unidad de cuidados intensivos, necesidad de ventilación mecánica invasiva, complicaciones (p.
ej., tromboembolismo venoso e insuficiencia renal) y mortalidad intrahospitalaria, especialmente entre
los pacientes más jóvenes.[216] [220] [221]

enfermedad cardiovascular
Las personas con enfermedades cardiovasculares presenta un mayor riesgo de sufrir
enfermedades graves. [212]

Las arritmias, la enfermedad de las arterias coronarias y las enfermedades cardiovasculares están
significativamente asociadas al ingreso en la unidad de cuidados intensivos. La insuficiencia cardíaca,
las arritmias, las enfermedades coronarias y las enfermedades cardiovasculares también se asocian
significativamente a un mayor riesgo de mortalidad.[222]

Las personas con factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares (p. ej., hipertensión,
diabetes) también presentan un mayor riesgo de sufrir enfermedades graves y mortalidad (véase más
adelante).[223]

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diabetes
Las personas con diabetes de tipo 2 presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades
graves. Las personas con diabetes de tipo 1 o diabetes gestacional pueden presentar un mayor
riesgo de padecer una enfermedad grave; sin embargo, las evidencias son limitadas.[212]
Teoría

La diabetes se asocia a un mayor riesgo de avance de la enfermedad, ingreso en cuidados


intensivos, síndrome de dificultad respiratoria aguda, necesidad de ventilación mecánica invasiva y
mortalidad.[224] [225]

En el Reino Unido, un tercio de todas las muertes de pacientes hospitalizados se produjo en


pacientes con diabetes.[226] Un análisis de más de 19,000 pacientes ingresados en la unidad
de cuidados intensivos durante toda la primera oleada de la pandemia descubrió que la diabetes
de tipo 2 se asocia a un aumento del 20% de la mortalidad en pacientes con enfermedad grave,
independientemente de la edad, el sexo, el origen étnico, la obesidad o cualquier otra comorbilidad
importante.[227]

Entre los factores de riesgo de un mal pronóstico y una mayor mortalidad en los pacientes con
diabetes de tipo 1 o tipo 2 figuran la edad avanzada, el sexo masculino, la etnia distinta de la
caucásica, la privación socioeconómica, la insuficiencia renal, los antecedentes de accidente
cerebrovascular o insuficiencia cardíaca, los niveles más altos de hemoglobina glicosilada (HbA1c),
el índice de masa corporal más elevado, la proteína C-reactiva elevada, la cetoacidosis diabética y el
uso de insulina.[228] [229] [230] Sin embargo, los niveles de HbA1c no se asociaron con la mortalidad
en una cohorte estadounidense de gran tamaño muestral de pacientes hospitalizados.[231] Los
pacientes con diabetes recién diagnosticada presentan un mayor riesgo de mortalidad por todas
las causas en comparación con los pacientes con diabetes conocida, hiperglucemia o glucosa
normal.[232] El uso de la metformina se ha asociado con una menor mortalidad.[233]

Es probable que el mal pronóstico de estos pacientes se deba a la naturaleza sindrómica de la


diabetes, ya que factores como la hiperglucemia, la edad avanzada y la presencia de comorbilidades
(p. ej., obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares) contribuyen al aumento del
riesgo.[234]

enfermedad respiratoria crónica


Las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica EPOC, incluidos el enfisema
y la bronquitis crónica, presentan un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave. Las
personas con asma de moderada a grave, u otras enfermedades pulmonares crónicas (p. ej., fibrosis
quística, fibrosis pulmonar idiopática) pueden presentar un mayor riesgo de padecer una enfermedad
grave; sin embargo, la evidencia es limitada.[212]

La EPOC se asocia con un riesgo más de 3 veces mayor de enfermedad grave y mortalidad.[235]
Un estudio de cohorte prospectivo y multicéntrico a nivel nacional, realizado en el Reino Unido
(75,463 pacientes de 258 centros sanitarios) encontró que los pacientes con EPOC presentaban
menos probabilidades de recibir cuidados críticos que los pacientes sin una enfermedad respiratoria
subyacente.[236]

Los datos son insuficientes para concluir si el asma es un factor de riesgo de infección, ingreso
hospitalario, ingreso en la unidad de cuidados intensivos o muerte.[237] Según los metanálisis, el
asma no se asocia a un mayor riesgo de infección, enfermedad grave, peor pronóstico o mayor riesgo
de intubación o ventilación mecánica. Los resultados clínicos fueron similares entre los pacientes con

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asma y los pacientes sin asma. Los pacientes con asma presentaban un menor riesgo de muerte,
en comparación con los pacientes no asmáticos.[238] [239] Sin embargo, un estudio de cohorte
prospectivo nacional y multicéntrico realizado en el Reino Unido (75,463 pacientes de 258 centros
sanitarios) encontró que los pacientes con asma tenían más probabilidades de recibir cuidados

Teoría
críticos que los pacientes sin una enfermedad respiratoria subyacente. El asma grave se asoció
con una mayor mortalidad, en comparación con los pacientes con asma no grave en los pacientes
de 16 años o más. El uso de corticosteroides inhalados en pacientes con asma se asoció con una
menor mortalidad, en comparación con los pacientes sin una enfermedad respiratoria subyacente en
pacientes de 50 años o más.[236]

Las personas con apnea obstructiva del sueño pueden presentar un mayor riesgo de padecer
una enfermedad grave, independientemente de la edad, el sexo, el índice de masa corporal y las
comorbilidades; sin embargo, las evidencias son limitadas. La apnea obstructiva del sueño no se ha
asociado a un mayor riesgo de infección.[240]

No hay datos sobre si las enfermedades respiratorias pediátricas (incluido el asma infantil) son
factores de riesgo de infección o de gravedad.[241] No hay evidencias claras de que las personas con
asma o EPOC presenten un mayor riesgo de infección.[242] [243]

enfermedad renal crónica


Las personas con enfermedad renal crónica presentan un mayor riesgo de padecer una
enfermedad grave y pueden presentar un mayor riesgo de infección. [193] [212]

En el Reino Unido, los datos de un estudio transversal descubrieron que las probabilidades ajustadas
de una prueba positiva eran mayores en los pacientes con enfermedad renal crónica (32.9%), en
comparación con los que no la padecían (14.4%).[193]

La enfermedad renal crónica preexistente es un factor de riesgo independiente para desarrollar una
lesión renal aguda como complicación.[244]

embara zo
Las mujeres embara zadas presentan un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave.
[212]

Según un análisis de aproximadamente 400,000 mujeres de 15 a 44 años de edad con enfermedad


sintomática, las mujeres embarazadas presentaban más probabilidades de ser hospitalizadas,
de ser ingresadas en la unidad de cuidados intensivos, de recibir ventilación mecánica invasiva
u oxigenación por membrana extracorpórea y de morir, en comparación con las mujeres no
embarazadas.[25] El aumento del índice de masa corporal es un factor de riesgo de enfermedad
grave en las mujeres embarazadas.[245]

Consulte la sección Complicaciones para obtener más información sobre las complicaciones
asociadas al embarazo.

tabaquismo
Las personas que son o han sido fumadoras presentan un mayor riesgo de padecer una
enfermedad grave. [212]

El tabaquismo se asocia a resultados graves o críticos y a un mayor riesgo de ingreso en la unidad


de cuidados intensivos y de mortalidad. La asociación parece ser más significativa en los ex

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fumadores en comparación con los fumadores actuales. Los fumadores actuales presentan un
mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave en comparación con los no fumadores.[246]
Los fumadores presentan el doble de riesgo de mortalidad que los no fumadores.[247] Esto puede
deberse al aumento de la expresión en las vías respiratorias del receptor de la enzima convertidora de
Teoría

angiotensina-2 en los fumadores.[248]

La Organización Mundial de la Salud ha revisado las evidencias disponibles y ha llegado a la


conclusión de que el tabaquismo está asociado con una mayor gravedad de las enfermedades y la
muerte de los pacientes hospitalizados.[249]

neoplasia maligna
Las personas con cáncer corren un mayor riesgo de sufrir infecciones y enfermedades
graves. [212] [250]

Es probable que un mayor riesgo de infección se deba a los tratamientos inmunosupresores y/o a las
visitas recurrentes al hospital.[250]

Los pacientes con cáncer presentan un 76% más de propensión a contraer enfermedad grave, en
comparación con los que no sufren cáncer.[251] También presentan un mayor riesgo de deterioro,
de ingreso en la unidad de cuidados intensivos y de mortalidad por todas las causas (especialmente
los que padecen enfermedad metastásica, cáncer hematológico o cáncer de pulmón).[252] [253] La
proporción de las tasas de ingreso en la unidad de cuidados intensivos y las tasas de mortalidad
entre los grupos de cáncer y los que no lo son fue de 2.88 y 2.25, respectivamente.[254] El riesgo de
mortalidad hospitalaria combinada en pacientes con cáncer es del 14.1%.[255]

Los factores de riesgo de mortalidad son el sexo masculino, la edad avanzada, la presencia de una o
más comorbilidades, la hipertensión, la EPOC y la presencia de complicaciones (p. ej., síndrome de
dificultad respiratoria aguda, insuficiencia renal aguda). Los pacientes con neoplasias hematológicas
presentan un mayor riesgo de mortalidad, en comparación con las personas que padecen tumores
sólidos.[256] Si bien la quimioterapia activa o la quimioterapia en los últimos 30 días aumentó el
riesgo de muerte, las terapias dirigidas, la inmunoterapia, la cirugía y la radioterapia no parecían
aumentar el riesgo de enfermedad grave o de muerte.[257] [258]

Es posible que los niños con cáncer no sean más vulnerables a las infecciones, en comparación
con los niños sin cáncer. Los datos limitados muestran que la morbilidad general en los pacientes
pediátricos con cáncer es baja, con solo un 5% que requiere ingreso hospitalario por los
síntomas.[259] La supervivencia global de los niños con cáncer es muy alta (99.4%), y no se
observaron diferencias significativas en el riesgo de ingreso hospitalario o el ingreso en la unidad de
cuidados intensivos entre las neoplasias hematológicas y los tumores sólidos en los niños.[260]

trasplante de órganos sólidos


Las personas con un estado de inmunocompromiso debido a un trasplante de órgano
sólido presentan un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave. [212]

Los receptores de trasplante de órganos sólidos corren un mayor riesgo de ingreso hospitalario,
ingreso en la unidad de cuidados intensivos y mortalidad. Sin embargo, el aumento de la tasa
de ingresos hospitalarios puede reflejar una estrategia de manejo preferida de una vigilancia
más estrecha de los pacientes hospitalizados en lugar de ser un indicador de la gravedad de la

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enfermedad. La mortalidad general en los receptores de trasplantes de órganos sólidos fue del
20%.[261]

Las tasas de ingreso hospitalario y mortalidad en los receptores de trasplantes de hígado

Teoría
son desproporcionadamente elevadas, en comparación con los pacientes no trasplantados,
independientemente de la edad o del tiempo transcurrido tras el trasplante. La edad avanzada y la
diabetes son factores de riesgo importantes para la muerte de estos pacientes.[262]

síndrome de Down
Las personas con síndrome de Down presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades
graves. [212]

En el Reino Unido, un estudio de cohortes descubrió un riesgo 4 veces mayor de ingreso hospitalario
y 10 veces mayor de mortalidad en personas con síndrome de Down.[263] Esto puede deberse
posiblemente a la presencia de una disfunción inmunitaria, una cardiopatía congénita y una patología
pulmonar.

trastornos de la hemoglobina
Las personas con anemia de células falciformes presentan un mayor riesgo de padecer
una enfermedad grave. Las personas con talasemia pueden presentar un mayor riesgo de padecer
una enfermedad grave; sin embargo, la evidencia es limitada.[212]

En los Estados Unidos, entre 178 pacientes con anemia falciforme (edad media del paciente
<40 años), el 69% fueron hospitalizados, el 11% ingresaron en cuidados intensivos y el 7%
fallecieron.[264] La infección puede causar un síndrome torácico agudo en pacientes con anemia
falciforme.[265] [266]

hipertensión
Las personas con hipertensión pueden presentar un mayor riesgo de padecer
enfermedades graves; sin embargo, las evidencias son limitadas. [212]

La hipertensión se ha asociado con un aumento de los malos resultados compuestos, incluida la


mortalidad, la enfermedad grave, el síndrome de dificultad respiratoria aguda, la necesidad de ingreso
hospitalario en la unidad de cuidados intensivos y el avance de la enfermedad.[267] Los pacientes
con hipertensión presentan un riesgo 2.98 veces mayor de padecer una enfermedad grave, un riesgo
1.82 veces mayor de padecer una enfermedad crítica y un riesgo de mortalidad entre 2.17 y 2.88
veces mayor, en comparación con los pacientes sin hipertensión.[268] [269]

Inicialmente, existía la preocupación de que las personas a las que se administraba inhibidores
de la ECA o antagonistas de los receptores de la angiotensina II pudieran presentar un mayor
riesgo de infección o enfermedad grave debido a la regulación al aumento de la expresión del
receptor de la ECA2.[270] Sin embargo, las evidencias de alta certeza sugieren que el uso de estos
fármacos no está asociado con la enfermedad grave, y no hay ninguna asociación entre el uso
de estos medicamentos y un resultado positivo de la prueba del SARS-CoV-2 entre los pacientes
sintomáticos.[271] [272]

enfermedad cerebrovascular
Las personas con enfermedades cerebrovasculares pueden presentar un mayor riesgo de
padecer enfermedades graves; sin embargo, la evidencia es limitada. [212]

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Los pacientes con una anamnesis de enfermedad cerebrovascular presentan más probabilidades
de avanzar hacia resultados adversos, en comparación con los pacientes sin anamnesis de
enfermedades cerebrovasculares.[273] Los pacientes con enfermedades cerebrovasculares
preexistentes presentan 2.67 veces más probabilidades de presentar malos resultados, incluyendo el
Teoría

ingreso en la unidad de cuidados intensivos, la ventilación mecánica y la mortalidad.[274]

demencia
Las personas con demencia pueden presentar un mayor riesgo de sufrir infecciones y
enfermedades graves; sin embargo, las evidencias son limitadas. [212] [275]

En el Reino Unido, más de un cuarto de las personas que murieron con COVID-19 de marzo a junio
de 2020 presentaban demencia. La demencia y la enfermedad de Alzheimer fue la principal afección
de salud preexistente más frecuente en las muertes relacionadas con COVID-19 entre marzo y junio
de 2020.[276]

Un estudio retrospectivo de casos y controles de las historias clínicas electrónicas de pacientes en


EE.UU. encontró que los pacientes con demencia presentaban un mayor riesgo de infección, en
comparación con los pacientes sin demencia. También presentaron resultados significativamente
peores (riesgo de ingreso hospitalario a los 6 meses y riesgo de mortalidad), en comparación con
los pacientes con demencia pero sin COVID-19 y los pacientes con COVID-19 pero sin demencia. El
mayor riesgo se observó entre los pacientes con demencia vascular.[277]

hepatopatía crónica.
Las personas con hepatopatías crónicas, especialmente la cirrosis, pueden presentar
un mayor riesgo de padecer enfermedades graves; sin embargo, las evidencias son
limitadas. [212]

La hepatopatía crónica se ha asociado a un mayor riesgo de enfermedad grave y mortalidad.[278] La


tasa de mortalidad a los 30 días es mayor en los pacientes con cirrosis, siendo las principales causas
de muerte las complicaciones respiratorias y el empeoramiento súbito de la función hepática, que
conduce a una enfermedad hepática en fase terminal.[279]

Las personas con enfermedad del hígado graso asociada a la disfunción metabólica (enfermedad
del hígado graso no alcohólico) presentan un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave. La
gravedad de la enfermedad se ha asociado a la edad <60 años y a las puntuaciones intermedias o
altas de fibrosis-4 (FIB-4).[280] [281] [282]

inmunosupresión
Las personas inmunodeprimidas pueden presentar un mayor riesgo de padecer una
enfermedad grave; sin embargo, la evidencia es limitada. [212]

Esto incluye a las personas con antecedentes de trasplante de sangre o médula ósea,
inmunodeficiencias o uso prolongado de corticosteroides u otros medicamentos inmunosupresores.

La exposición a los glucocorticoides de ≥10 mg/día (prednisolona) se ha asociado con mayores


probabilidades de ingreso hospitalario en pacientes con enfermedades reumatológicas.[283] Los
pacientes tratados con ciclosporina/tacrolimus también presentaban un mayor riesgo de ingreso
hospitalario; sin embargo, no estaba claro si el aumento del riesgo estaba relacionado con el propio
fármaco, la enfermedad subyacente por la que se trataba al paciente u otros factores.[284]

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Los pacientes inmunodeprimidos no presentan un riesgo significativamente mayor de infección, en
comparación con la población general.[285]

Véase también Infección por VIH y Enfermedad autoinmunitaria a continuación.

Teoría
niños con ciertas afecciones subyacentes
Los niños con ciertas afecciones subyacentes pueden presentar un mayor riesgo de
padecer una enfermedad grave; sin embargo, las evidencias son limitadas. [212]

Estas afecciones incluyen la obesidad, la diabetes, el asma y las enfermedades pulmonares crónicas,
la inmunosupresión, la anemia de células falciformes y la enfermedad renal crónica. Los niños
también pueden estar en riesgo si son médicamente complejos; presentar trastornos genéticos,
neurológicos o metabólicos graves; o tienen una cardiopatía congénita.[212]

Débil
deficiencia de vitamina D
Las personas con deficiencia de vitamina D pueden presentar un mayor riesgo de sufrir
infecciones y enfermedades graves; sin embargo, las evidencias son limitadas. [286] [287]

En estudios observacionales y retrospectivos se ha encontrado una asociación entre la deficiencia de


vitamina D y un mayor riesgo de infección.[288] [289] [290] [291] [292] [293]

Un metanálisis encontró que la deficiencia de vitamina D aumentaba el riesgo de ingreso hospitalario


y mortalidad, y que los pacientes con enfermedades graves presentaban más probabilidades de tener
deficiencia de vitamina D, en comparación con los pacientes con enfermedad leve.[294]

En un estudio transversal realizado en Irán a 235 pacientes hospitalizados se observó que


los pacientes que presentaban suficientes niveles de vitamina D en suero al momento del
ingreso, definidos como nivel de 25(OH)D en suero ≥30 nanogramos/mL, presentaban niveles
significativamente más bajos de proteína C-reactiva en la sangre y un recuento total de linfocitos en la
sangre más alto, en comparación con aquellos con niveles insuficientes de vitamina D, lo que sugiere
que los niveles suficientes de vitamina D mejoraron la función inmunológica en estos pacientes. Las
enfermedades graves eran menos frecuentes en los pacientes con niveles adecuados de vitamina D,
y entre las personas mayores de 40 años que morían aproximadamente el 90% presentaban niveles
insuficientes de vitamina D.[295]

uso de inhibidores de la bomba de protones


Las personas a las que se administran inhibidores de la bomba de protones (IBP) pueden
presentar un mayor riesgo de infección y enfermedad grave; sin embargo, las evidencias
son limitadas.

Se sabe que los IBP aumentan el riesgo de infecciones debido a la hipoclorhidria. Hay evidencias
de una relación dosis-respuesta independiente entre el uso de medicamentos antisecretorios y la
positividad del COVID-19. Se observó un aumento significativo de las probabilidades de informar una
prueba positiva de COVID-19 entre las personas que tomaban inhibidores de la bomba de protones
en comparación con los que no tomaban inhibidores de la bomba de protones. Las personas a las
que se administraban antagonistas H2 no presentaban un riesgo elevado.[296]

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Los pacientes a los que se administran inhibidores de la bomba de protones (IBP) también pueden
presentar un mayor riesgo de infecciones secundarias, resultados clínicos graves y muerte.[297]
[298] Los usuarios actuales o habituales de IBP presentaban más probabilidades de tener resultados
graves en comparación con los que no usaban IBP. Además, los usuarios actuales del IBP
Teoría

presentaban más probabilidades de ser hospitalizados durante más tiempo en comparación con los
que no lo eran, aunque esto no era estadísticamente significativo. El uso de IBP en el pasado no está
asociado con una mayor susceptibilidad a la infección o con resultados graves.[299]

enfermedad autoinmune
Las personas con enfermedades autoinmunitarias pueden presentar un mayor riesgo de
infección y enfermedad grave; sin embargo, las evidencias son limitadas. [300]

Las enfermedades autoinmunitarias se asocian con un mayor riesgo de infección. Sin embargo,
los resultados clínicos no fueron considerablemente peores en comparación con las personas sin
enfermedades autoinmunitarias. El uso de corticoesteroides aumentaba el riesgo de infección y de
resultados graves, y el uso de fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD)
combinados aumentaba el riesgo de resultados graves. La monoterapia con DMARD, en particular los
inhibidores del factor de necrosis tumoral, redujo el riesgo de enfermedades graves y la mortalidad.
Otros factores asociados con la enfermedad grave en esta población son la edad avanzada y la
presencia de comorbilidades.[300]

En los pacientes con esclerosis múltiple, la discapacidad neurológica, la edad y la obesidad eran
factores de riesgo de enfermedad grave.[301]

En los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, el riesgo de infección fue comparable al de
la población general, y los resultados de los pacientes (ingreso hospitalario, ingreso en la unidad
de cuidados intensivos y mortalidad) fueron peores en la colitis ulcerosa y en los pacientes a los
que se administraban corticosteroides, tiopurinas, aminosalicilatos o un tratamiento combinado. Los
resultados son mejores en los pacientes que reciben fármacos biológicos.[302] [303] [304]

Infección por VIH


Las personas que viven con el VIH pueden presentar un mayor riesgo de mortalidad; sin
embargo, las evidencias son limitadas y contradictorias.

Todavía no está claro si la infección por VIH influye en la infección y en la evolución de la enfermedad.
Un estudio de cohortes retrospectivo realizado en el Reino Unido reveló que las personas con VIH
parecen presentar un mayor riesgo de mortalidad.[305] Un estudio de cohorte retrospectivo realizado
en Nueva York encontró que, si bien las personas con VIH no parecen presentar un mayor riesgo
de infección, sí presentan un mayor riesgo de sufrir malos resultados (principalmente mayores tasas
de enfermedad grave que requiere ingreso hospitalario) en comparación con las personas que viven
sin una infección por VIH diagnosticada. El riesgo de ingreso hospitalario aumentó con el avance del
estadio de la enfermedad del VIH.[306]

Los datos de los metanálisis son contradictorios. Un metanálisis encontró que la infección por el VIH
no estaba asociada con un mal resultado compuesto.[307] Sin embargo, otro metanálisis descubrió
que las personas infectadas por el VIH tenían un riesgo moderadamente mayor de mortalidad en
comparación con las personas sin VIH. Las personas que tomaron regímenes basados en tenofovir
disoproxil presentaron un menor riesgo de malos resultados.[308]

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dislipidemia
La dislipidemia parece estar asociada a un mayor riesgo de enfermedad grave y
mortalidad; sin embargo, las evidencias son limitadas. [309] [310]

Teoría
La asociación fue más fuerte en los hombres, en la edad avanzada y en los hipertensos.[311]

Inicialmente, existía la preocupación de que las personas a las que se administraban estatinas
pudieran presentar un mayor riesgo de infección o de enfermedad más grave, ya que se ha
demostrado que las estatinas aumentan la expresión de la ECA2 en animales y pueden promover la
activación de la vía inflamatoria en el síndrome de dificultad respiratoria aguda.[270] Sin embargo,
hasta ahora, los estudios no respaldan esta hipótesis, y algunos estudios han demostrado un efecto
protector.[312] [313] [314] [315]

cirugía
La mortalidad y las complicaciones quirúrgicas son mayores en los pacientes con
COVID-19, en comparación con los pacientes sin COVID-19. [316]

Un estudio retrospectivo de 34 pacientes en China que se sometieron a cirugías electivas durante


el período de incubación de COVID-19 encontró que todos los pacientes desarrollaron neumonía
después de la cirugía. Aproximadamente, el 44% de estos pacientes requirieron ser admitidos en la
unidad de cuidados intensivos y el 20% murieron.[317]

Las complicaciones pulmonares postoperatorias se producen en la mitad de los pacientes con


infección perioperatoria de SARS-CoV-2, y están asociadas con una mayor mortalidad, en particular
en los hombres y los mayores de 70 años.[318]

grupos sanguíneos A y B
Las personas del grupo sanguíneo A pueden presentar un mayor riesgo de infección y
mortalidad, y las del grupo sanguíneo B pueden presentar un mayor riesgo de infección;
sin embargo, las evidencias son limitadas. [319]

No hay evidencia de una asociación entre el grupo sanguíneo AB y el riesgo de infección. El grupo
sanguíneo O parece proteger contra la infección. Las personas que son Rh-positivas mostraban más
vulnerabilidad a la infección en comparación con las personas Rh-negativas.[319]

Un estudio de la asociación del genoma completo encontró que los pacientes con el grupo sanguíneo
A presentan un riesgo 45% mayor de sufrir una insuficiencia respiratoria en comparación con
otros grupos sanguíneos. También encontró un efecto protector en el grupo sanguíneo O. Dos loci
cromosómicos se asociaron con insuficiencia respiratoria y uno de ellos coincidió con el locus del
grupo sanguíneo AB0.[188] El dominio de unión del receptor del SARS-CoV-2 se une directamente
al antígeno del grupo sanguíneo A expresado en las células epiteliales respiratorias, vinculando
directamente el grupo sanguíneo A y el SARS-CoV-2.[320]

Disbiosis intestinal
Hay evidencias limitadas de que la disfunción de la microbiota intestinal puede estar
implicada en la patogénesis del COVID-19.

Los pacientes parecen tener un agotamiento de comensales beneficiosos (p. ej., Eubacterium
ventriosum, Eubacterium rectale Faecalibacterium prausnitzii, Roseburia y Lachnospiraceae taxa)

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y un sobrecrecimiento de patógenos oportunistas (p. ej., Clostridium hathewayi, Actinomyces
viscosus, Bacteroides nordii) durante el ingreso hospitalario.[321] [322] [323] Las asociaciones entre
la composición de la microbiota intestinal, los niveles de citocinas y los marcadores inflamatorios en
pacientes con COVID-19 sugieren que el microbioma intestinal está implicado en la gravedad de la
Teoría

enfermedad, posiblemente a través de la modulación de las respuestas inmunitarias del huésped.


La disbiosis intestinal tras la resolución de la enfermedad puede contribuir a la persistencia de los
síntomas.[324]

Factores ambientales
Clima y latitud : evidencias limitadas sugieren que las condiciones frías y secas y la mayor latitud
pueden aumentar la transmisión, y las condiciones cálidas y húmedas pueden reducir la tasa de
infecciones; sin embargo, las evidencias son contradictorias e insuficientes para demostrar esta
causalidad.[325] [326] [327] [328] [329] [330] [331]

Contaminación del aire : las evidencias limitadas sugieren una asociación entre la exposición a
la contaminación del aire del medio ambiente y el COVID-19; sin embargo, las evidencias no son
suficientes para demostrar esta causalidad.[332] [333] [334] [335]

Residencia en zonas urbanas o desfavorecidas : las evidencias limitadas sugieren que las
probabilidades ajustadas de una prueba positiva fueron mayores en las personas que viven en zonas
urbanas (26.2%), en comparación con las que viven en zonas rurales (5.6%), y en las personas que
viven en zonas más desfavorecidas (29.5%), en comparación con las que viven en zonas menos
desfavorecidas (7.7%).[193]

Etiología
virología

• El coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 (SARS-CoV-2) es un betacoronavirus


previamente desconocido que se descubrió en muestras de lavado broncoalveolar tomadas de grupos
de pacientes que presentaron neumonía de causa desconocida en la ciudad de Wuhan, provincia de
Hubei (China), en diciembre de 2019.[37]
• Los coronavirus son una familia numerosa de virus del ácido ribonucleico (RNA) con envoltura,
algunos de los cuales causan enfermedades en las personas (p. ej., el resfriado común, el síndrome
respiratorio agudo severo [SARS], el síndrome respiratorio de Oriente Medio [MERS]), y otros que
se propagan entre mamíferos y aves. Con escasa frecuencia, los coronavirus de animales pueden
transmitirse a los seres humanos y posteriormente entre seres humanos, como fue el caso del SRAG
y el MERS.
• El SARS-CoV-2 pertenece al subgénero de Sarbecovirus de la familia coronaviridae y es el séptimo
coronavirus del cual se conoce y que infecta a seres humanos. Se ha encontrado que el virus
presenta características similares a las del coronavirus del SARS proveniente de los murciélagos,
pero se diferencia del SARS-CoV y del MERS-CoV.[38] [39] El genoma completo ha sido determinado
y publicado en el GenBank. [GenBank]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría

Teoría
Ilustración que revela la morfología ultraestructural que muestra el coronavirus 2 del síndrome
respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) cuando se observa bajo el microscopio electrónico
Centers for Disease Control and Prevention

Variantes emergentes del SARS-CoV-2

• Todos los virus, incluyendo el SARS-CoV-2, evolucionan con el tiempo. El consorcio COVID-19
Genomics UK (COG-UK) ha secuenciado más de 250,000 variantes del virus a fecha de 17 de febrero
de 2021. [COG-UK: data]
• Las variantes preocupantes del SARS-CoV-2 son las siguientes.

• VOC 202012/01 (linaje B.1.1.7) : identificado por primera vez en Kent, en el sudeste de
Inglaterra, en septiembre de 2020, e informado a la Organización Mundial de la Salud en
diciembre de 2020. El origen no está claro. Actualmente, es la variante dominante en el Reino
Unido. La variante se ha informado en más de 90 países, y la transmisión comunitaria se ha
informado en un pequeño número de estos países. Hay evidencias que sugieren que esta
variante puede ser más transmisible. Se han informado tasas de ataques secundarios más
elevadas si el caso índice tiene esta variante. La tasa de ataques secundarios informada es
del 10% en los contactos de personas sin la variante, y del 10% al 13% en los contactos de
personas con la variante, en todas las regiones y grupos de edad (basado en datos del 30 de
noviembre de 2020 al 10 de enero de 2021). Las tasas estimadas de ataques secundarios son
entre un 10% y un 55% más altas que las del virus de tipo natural en la mayoría de las regiones
y grupos de edad.[40] Sin embargo, se sabe que las tasas de ataque secundario de las formas
no variantes varían bastante (véase Tasa de ataque secundario a continuación). Existe la
posibilidad de que la infección por esta variante se asocie a un mayor riesgo de gravedad
de la enfermedad, ingreso hospitalario y muerte en comparación con otras variantes.[41]
Hay evidencias congruentes de la actividad neutralizante cruzada en sueros de personas
convalecientes (es decir, el suero de personas que han sido infectadas con B1.1.7 muestra una
actividad neutralizante frente al virus de otros linajes, y lo contrario también es cierto).[40] La

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variante presenta mutaciones que se han asociado con la atenuación en otras variantes.[42]
Hay evidencias emergentes (aún no revisadas por pares) de que la variante puede causar
infecciones de mayor duración, en comparación con el SARS-CoV-2 no variante, y esto puede
contribuir a una mayor transmisibilidad.[43]
Teoría

• VOC 202102/02 (grupo B.1.1.7 con mutación E484K) : un pequeño número de secuencias
B.1.1.7 han adquirido la mutación E484K de la proteína de pico. Se ha informado un pequeño
grupo de casos en el suroeste de Inglaterra. No se han informado ingresos hospitalarios, ni
muertes con esta variante. No se han informado casos internacionales.[40]
• VOC 202012/02 (linaje B.1.351) : detectado por primera vez en la bahía de Nelson Mandela,
Sudáfrica, en octubre de 2020. La variante se ha informado en al menos 40 países, incluido
el Reino Unido. La variante presenta mutaciones de proteína de pico similares a la VOC
202012/01. El análisis de secuencias revela que la mutación N501Y informada en el Reino
Unido y Sudáfrica se originó de manera independiente. Estas mutaciones pueden afectar a
su transmisibilidad y perfil antigénico; sin embargo, los casos, los ingresos hospitalarios y las
muertes están disminuyendo actualmente en Sudáfrica.[40]
• VOC 202101/02 (linaje P.1) : un descendiente del B.1.1.28 linaje detectado por primera vez
en Japón en viajeros procedentes de Brasil. La variante contiene mutaciones que pueden
afectar a su transmisibilidad y perfil antigénico; sin embargo, no hay evidencias suficientes para
confirmarlo. Se ha informado en 12 países.[40] La variante se ha detectado ahora en el Reino
Unido y en los Estados Unidos.[44] [45]
• Linaje B.1.1.207 : dos secuencias fueron identificadas por primera vez en Nigeria, aunque
se desconoce dónde surgió la variante por primera vez. Estas secuencias comparten una
mutación no sinónima en la proteína de espiga en común con el linaje B.1.1.7, pero no
comparten ninguna de las otras mutaciones únicas del linaje B.1.1.7. Actualmente no hay
evidencias que sugieran que esta variante tenga algún impacto en la transmisión o la gravedad
de la enfermedad.[46]
• Variante Cluster 5 : detectado en personas en Dinamarca y asociado con la transmisión de
visones de granja. Las implicaciones clínicas de esta nueva variante aún no se comprenden
bien; sin embargo, se han informado mutaciones en la proteína de pico. Desde el 20 de
noviembre de 2020 no se han informado nuevos casos de la variante del racimo 5 en seres
humanos en Dinamarca y la variante ya no circula en los seres humanos. Todos los visones
de las granjas de visones afectadas y las granjas dentro de una zona asignada, fueron
sacrificados. Otros siete países han informado la presencia del SARS-CoV-2 en visones de
granja (Lituania, Grecia, España, Italia, los Países Bajos, Suecia y los Estados Unidos).[47] [48]
• Se necesitan más pruebas diagnósticas adicionales para comprender mejor el impacto de estas
variantes.
• En un estudio global de más de 12,000 mutaciones del virus del SARS-CoV-2 (en el que se
excluyeron las variantes anteriores), no se encontraron pruebas que sugiriesen que ninguna de las
variantes del SARS-CoV-2 identificadas estuviese asociada con una mayor transmisibilidad.[49]
Origen del virus

• La mayoría de los pacientes que se encontraban en las fases iniciales de este brote informaron de un
vínculo con el mercado de mariscos de Huanan en el sur de China, un mercado de animales vivos o
"mercado mojado", lo que sugiere un origen zoonótico del virus.[50] [51] [52] Una evaluación inicial
de la dinámica de la transmisión en los primeros 425 casos confirmados determinó que el 55% de los
casos anteriores al 1 de enero de 2020 estaban vinculados al mercado, mientras que solo el 8.6%
de los casos posteriores a esa fecha tenían alguna vinculación con el mercado. Esto sugiere que la

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
propagación de persona a persona se estaba produciendo entre contactos cercanos desde mediados
de diciembre de 2019.[52]
• Algunos estudios sugieren que el SARS-CoV-2 puede ser un virus recombinante entre un coronavirus
de murciélago y un coronavirus de origen desconocido.[38] [39] [53] [54] Se han sugerido los

Teoría
pangolines y los visones como posibles huéspedes intermedios.[55] [56] [57] [58] Sin embargo, en
la actualidad no hay evidencias que demuestren la posible vía de transmisión de un reservorio de
murciélagos al hombre a través de una o varias especies animales intermediarias.[59] Es necesario
seguir investigando para determinar el origen del SARS-CoV-2.
Dinámica de transmisión

• La transmisión respiratoria es el modo de transmisión dominante, siendo la proximidad y la


ventilación los principales determinantes del riesgo de transmisión.[60] Las evidencias disponibles
indican que la transmisión entre personas se produce principalmente por contacto directo, indirecto o
cercano con personas infectadas a través de secreciones infectadas como la saliva y las secreciones
respiratorias, o a través de gotas respiratorias que se expulsan cuando una persona infectada tose,
estornuda, habla o canta.[61]
• La transmisión por vía aérea puede producirse en los centros de salud durante los procedimientos
de generación de aerosoles. También hay algunos informes de brotes que sugieren que la transmisión
por aerosol es posible en la comunidad en determinadas condiciones; sin embargo, esos informes
se refieren a espacios cerrados y abarrotados con escasa ventilación en los que la persona infectada
puede haber estado respirando fuertemente (p. ej., restaurantes, coros, clases de gimnasia). Una
investigación detallada de estos grupos sugiere que la transmisión por gotitas y fómites también
podría explicar la transmisión en estos informes.[61] [62] Aunque se ha descubierto que el aire
cercano y lejano a los pacientes está frecuentemente contaminado con el ARN del SARS-CoV-2,
pocas de estas muestras contenían virus viables.[63]
• La transmisión por fómites (por contacto directo con fómites) podría ser posible, pero actualmente
no hay evidencias concluyentes de este modo de transmisión. En los pocos casos en que se
ha presumido la transmisión del fómites, no se ha descartado completamente la transmisión
respiratoria.[60] Se ha descubierto que el virus es más estable en plástico y acero inoxidable (hasta
72 horas) en comparación con el cobre (hasta 4 horas) y el cartón (hasta 24 horas) en condiciones
experimentales, pero esto no refleja las condiciones de la vida real.[64] En los contextos de atención
sanitaria, el virus está ampliamente propagado en el aire y en las superficies de los objetos tanto
en las salas generales como en las unidades de cuidados intensivos.[65] Sin embargo, no se ha
cultivado ningún virus a partir de estas muestras, lo que indica que el depósito puede reflejar un ARN
viral no viable.[66] [67] [68]
• La transmisión fecal-oral (o la transmisión respiratoria a través de las heces en aerosol) puede
ser posible, pero solo hay evidencias circunstanciales limitadas que respalden este modo de
transmisión.[60] La tasa de detección agrupada del ARN del SARS-CoV-2 en las heces de los
pacientes con COVID-19 es de aproximadamente el 51% y el 64% de las muestras siguen siendo
positivas durante un promedio de 12.5 días (hasta 33 días como máximo) después de que las
muestras respiratorias hayan resultado negativas.[69]
• No se ha informado de transmisión a través de otros fluidos corporales (incluida la transmisión
sexual o la transmisión sanguínea).[60] Si bien se ha detectado el virus en sangre, el líquido
cefalorraquídeo, el líquido pericárdico, el líquido pleural, la orina, el semen, la saliva, el tejido ocular,
las lágrimas y las secreciones conjuntivas, así como en el oído medio y la mastoides, la presencia de
virus o de componentes virales no equivale a la infecciosidad.[70] [71] [72] [73] [74] [75] [76] [77] [78]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
[79] [80] [81] [82] El SARS-CoV-2 no se transmite sexualmente, pero puede tener un efecto sobre la
fertilidad masculina, aunque este punto aún no se ha confirmado.[83]
• La transmisión vertical se produce con escasa frecuencia y se ha documentado la transmisión
transplacentaria. Existen escasas evidencias sobre el alcance de la transmisión vertical y sus tiempos
Teoría

de transmisión.[84] En general, el 6.3% de los bebés nacidos de madres con COVID-19 dieron
positivo en el SARS-CoV-2 al nacer. Se informó la transmisión en lactantes prematuros y a término.
También hay evidencias de anticuerpos frente al SARS-CoV-2 entre los bebés nacidos de madres
con COVID-19 que dieron negativo al SARS-CoV-2.[85] La tasa de infección no parece ser mayor
cuando el bebé nace por vía vaginal, es amamantado por su madre, o se le permite el contacto con
la madre.[86] Se han detectado fragmentos virales en la leche materna; sin embargo, este hallazgo
es infrecuente y, cuando ocurre, se ha asociado con síntomas leves en los lactantes. Los anticuerpos
anti-SARS-CoV-2 son más frecuentes en la leche materna en comparación con los fragmentos
virales.[87] Es poco probable que se produzca una transmisión vertical si se toman las precauciones
higiénicas correctas.[88]
• En una revisión se informó la transmisión nosocomial en el 44% de los pacientes; sin
embargo, esta revisión se limitó a las series de casos realizadas al principio del brote en Wuhan
antes de la toma de medidas adecuadas de prevención y control de la infección.[89] Las infecciones
intrahospitalarias (definidas como los pacientes diagnosticados más de 7 días después del ingreso
hospitalario) representan aproximadamente el 17% de las infecciones en el NHS de Inglaterra al
26 de octubre de 2020, y las tasas han sido tan altas como el 25% en algunas áreas.[90] En los
estudios de los profesionales de salud expuestos a casos índice (no en presencia de procedimientos
que generen aerosoles) se encontró escasa o ninguna transmisión nosocomial cuando se tomaron
precauciones con respecto al contacto y las gotas.[61] [91]
Dinámica de la transmisión en relación con los síntomas

• Transmisión sintomáticas

• La transmisión parece propagarse principalmente por medio de gotitas y el contacto cercano


con los casos sintomáticos infectados. La transmisibilidad depende de la cantidad de virus
viable que se desprenda y expulse una persona (la carga viral es más alta justo antes o
alrededor del momento de aparición de los síntomas y durante los primeros 5 a 7 días de
la enfermedad), el tipo de contacto, el entorno y las medidas de prevención y control de la
infección que se apliquen.[61] [92]
• Transmisión presintomática

• La transmisión puede producirse durante el período de incubación, generalmente de 1 a 3 días


antes del inicio de los síntomas.[92]
• Se informó de transmisión presintomática en el 12.6% de los casos en China y en el 6.4% de
los casos en Singapur.[93] [94]
• Las personas que no presentan síntomas pueden ser presintomáticas o pueden permanecer
asintomáticas de manera persistente.
• Transmisión asintomática

• Se ha informado la transmisión de casos asintomáticos (casos confirmados en el laboratorio


que nunca presentan síntomas); sin embargo, la mayor parte de las evidencias se basan en
los primeros datos de China y tienen limitaciones (p. ej., un pequeño número de casos, los
casos pueden haber sido presintomáticos).[95] [96] [97] [98] [99] [100] [101] La Organización

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
Mundial de la Salud afirma que los casos asintomáticos no son el principal impulsor de la
dinámica general de la epidemia.[102] En numerosos estudios se ha informado de que no hay
evidencias de transmisión asintomática por parte de los portadores del SARS-CoV-2.[103] [104]
[105] En un estudio de cribado posterior al confinamiento en casi 10 millones de residentes

Teoría
en Wuhan, no hubo pruebas positivas entre 1174 contactos cercanos de casos asintomáticos.
Además, se realizó un cultivo del virus en muestras de casos asintomáticos positivos y todos
los cultivos fueron negativos, lo que indica que los casos asintomáticos positivos del estudio no
eran infecciosos.[106]
• Es difícil estimar la prevalencia de los casos asintomáticos en la población. Un metanálisis de
más de 50,000 personas encontró que el 15.6% de los casos confirmados eran asintomáticos
en el momento de la prueba (rango de 2% a 75%), y casi la mitad desarrollaron síntomas más
tarde.[107] La estimación global de la proporción de personas que se infectan y permanecen
asintomáticas durante toda la infección se ha estimado entre el 17% y el 33%.[108] [109] [110]
• Los profesionales de salud pueden desempeñar un papel en la transmisión asintomática.
Alrededor del 7.6% de los profesionales de salud que trabajaron en unidades hospitalarias
con pacientes infectados dieron positivo en las pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2;
sin embargo, sólo el 58% de estos trabajadores informaron síntomas previos.[111] Un estudio
transversal de casi 2800 profesionales de salud encontró que el 5.4% de los profesionales de
salud asintomáticos que se enfrentaban a la COVID-19 dieron positivo, en comparación con el
0.6% de los profesionales de salud asintomáticos que no se enfrentaban al COVID-19.[112]
• Los niños son más propensos a ser asintomáticos.[107] Se ha considerado que la proporción
agrupada de casos asintomáticos en niños era significativa (alrededor del 40%).[113] [114]
Sin embargo, en estudios recientes se ha encontrado que la tasa de infección asintomática en
niños era muy baja (el 1% en comparación con el 9% en los adultos en un estudio, y el 0.6% en
comparación con el 1.8% en los adultos en otro estudio), lo que indica que los niños no parecen
ser impulsores particulares de la pandemia.[115] [116]

Eventos superpropagadores

• Se han informado acontecimientos de supercontagio. Estos eventos se asocian con un crecimiento


explosivo al principio de un brote y una transmisión sostenida en etapas posteriores.[117]
• Los eventos informados incluyen reuniones eclesiásticas/religiosas, reuniones familiares o sociales,
bodas, prácticas de coro, campamentos juveniles nocturnos o retiros de la escuela secundaria,
clases de gimnasia, actividades deportivas recreativas en interiores, conferencias de negocios y
actividades laborales en centros de llamadas.[60] [118] [119] [120] [121] También se ha informado
una transmisión generalizada en instalaciones de cuidados a largo plazo, refugios para personas sin
hogar, prisiones, centros de detención de inmigrantes e instalaciones de procesamiento de carne y
aves de corral, así como a bordo de cruceros.[122] [123] [124] [125] [126] [127] [128] [129] [130]
• Se ha informado de una transmisión limitada en guarderías, escuelas y universidades, y los casos
infectados pueden transmitir la infección a los miembros de su hogar.[131] [132] [133] Hay pocas
evidencias de alta calidad para cuantificar el alcance de la transmisión en las escuelas, o para
compararla con la transmisión en la comunidad. Sin embargo, la evidencia emergente sugiere una
tasa de ataque de infección general más baja en los estudiantes (0.15%), en comparación con el
personal de la escuela (0.7%).[134]
• Algunas personas son supereliminadores del virus, pero las razones que subyacen a los eventos de
supercontagio son a menudo más complejas que el simple exceso de eliminación de virus y pueden
incluir una variedad de factores de comportamiento, de huésped y ambientales.[135]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
Factores de transmisión viral

• Periodo de incubación
Teoría

• Se estima que el período de incubación es de entre 1 y 14 días, con una mediana de 5 a 7


días.[2] [136] El virus viable tiene una duración relativamente corta; la infecciosidad alcanza su
punto máximo alrededor de 1 día antes del inicio de los síntomas y disminuye en 7 días.[60]
• El período de incubación medio acumulado es de 9.6 días en los niños.[10]
• Número de reproducción (R#)

• Los informes sugieren que el número de reproducción, el número de personas que se


contagian de la infección de una persona infectada, se estima entre 2.2 y 3.3. Sin embargo, hay
una gran heterogeneidad entre los estudios y el número varía entre los países.[52] [137] [138]
[139] Los Centers for Disease Control and Prevention ofrecen una estimación actual de 2.5 (al
10 de septiembre de 2020).[140]
• El R₀ disminuye cuando se ponen en práctica medidas de salud pública (p. ej., el
distanciamiento social).[141]
• Intervalo de serie

• Se ha estimado que el tiempo que transcurre entre el inicio de los síntomas en el paciente
primario y el inicio de los síntomas en el paciente infectado en una cadena de transmisión es de
aproximadamente 5.45 días (rango de 4.2 a 6.7 días).[142]
• Tasa de ataque secundario

• La tasa de ataques secundarios es la proporción de personas expuestas a un caso índice (o


primario) que desarrollan la enfermedad como resultado de la exposición.
• Se ha estimado que la tasa agrupada de ataques secundarios entre todos los contactos
cercanos de un caso inicial es del 7%.[143]
• El índice de ataque secundario difiere según el contexto del contacto. Un contacto prolongado
más familiar aumenta el potencial de transmisión. Las estimaciones agrupadas de la tasa de
ataques secundarios oscilan entre el 1.2% y el 5.9% en contextos sociales (dependiendo del
nivel de contacto y de si el contacto es con extraños o con familiares y amigos), el 1.9% en
centros de trabajo (basado en datos limitados), el 3.6% en centros sanitarios y el 21.1% en
contextos domésticos (aumenta con la exposición >5 días).[144]
• Otra revisión sistemática y metanálisis de la transmisión en los hogares estima que la tasa
agrupada de ataques secundarios en el domicilio es ligeramente inferior, del 16.6%. La tasa es
mayor en los casos de índice sintomático (18%) en comparación con los casos asintomáticos
(0.7%) y los adultos son más susceptibles a las infecciones que los niños. Los cónyuges del
caso inicial presentan más probabilidades de infectarse en comparación con otros miembros
del hogar.[145]
• La tasa de ataques secundarios aumenta con la gravedad del caso índice (es decir, del 0.3%
para los casos asintomáticos al 6.2% para los casos graves/críticos) según un estudio de 3410
contactos cercanos de 391 casos iniciales.[102]
• Se ha estimado que la tasa de ataques secundarios en los contactos cercanos de personas
presintomáticas es de, aproximadamente, el 7%, en comparación con el 1% en personas
asintomáticas y el 6% en personas sintomáticas.[146]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
• Los niños de menos de 5 años presentaban menores tasas de ataques secundarios en
comparación con los niños de más edad, y el riesgo de infección era mayor si el caso inicial
del hogar era la madre.[147] La tasa de ataques secundarios fue del 1.2% en los niños de una
guardería o escuela.[148]

Teoría
• Las tasas de ataque secundario para las variantes de SARS-CoV-2 pueden ser diferentes
(véase Variantes emergentes de SARS-CoV-2 más arriba).
• Carga viral

• La carga viral es mayor en las vías respiratorias altas (nasofaringe y orofaringe) al principio
del curso de la infección (por lo general, alcanza su máximo en la primera semana de la
enfermedad), y posteriormente aumenta en las vías respiratorias bajas (esputo). La carga
viral disminuye después del inicio de los síntomas. Los pacientes con enfermedades graves
presentan cargas virales más elevadas comparadas con los que tienen enfermedades leves.
La carga viral en las vías respiratorias altas es comparable en los pacientes asintomáticos y
sintomáticos; sin embargo, la mayoría de los estudios demuestran una eliminación más rápida
del virus entre las personas asintomáticas en comparación con las sintomáticas.[149]
• La carga viral parece ser uno de los principales impulsores de la transmisión del virus. En un
estudio de cohorte, la tasa de ataque secundario fue del 17% entre 753 contactos de casos
iniciales, con una variación del 12% cuando el caso inicial presentaba una carga viral inferior
6 10
a 1x10 copias/mL al 24% cuando el caso inicial tenía una carga viral de 1x10 copias/mL
o superior (en hisopos nasofaríngeos). Las cargas virales más elevadas en los hisopos de
los contactos asintomáticos se asociaron con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad
sintomática, y estos contactos presentaron períodos de incubación más breves que los que
presentaban una carga viral más baja.[150]
• Eliminación viral

• La duración media de la eliminación viral fue de 17 días en las vías respiratorias altas, 14.6
días en las bajas, 17.2 días en las heces y 16.6 días en las muestras de suero. La duración
máxima de la eliminación viral fue de 83 días en las vías respiratorias altas, 59 días en las
bajas, 126 días en las heces y 60 días en las muestras de suero. Sin embargo, no se detectó
ningún virus vivo más allá del día 9 de los síntomas, a pesar de la persistencia de una alta
carga viral. La duración de la eliminación viral fue mayor en los pacientes sintomáticos que en
los asintomáticos, y en los pacientes con enfermedades graves que en los que no lo son.[149]
• El período de infecciosidad es mucho más corto que la duración de la eliminación viral
detectable. No se ha aislado ningún virus viable en pacientes con enfermedad leve o moderada
después de 10 días de síntomas, o después de 20 días en aquellos con enfermedad grave
o crítica, a pesar de la continua eliminación del virus. Los datos sobre la dinámica de la
eliminación viral en personas con infección asintomática persistente son inconsistentes.[60] No
hay evidencias convincentes de que la duración de la excreción del virus se correlacione con la
duración de la infecciosidad.[151]
• Entre los factores asociados con la excreción prolongada del virus figuran el sexo masculino,
la edad avanzada, la hipertensión comórbida, el retraso en el ingreso en el hospital tras el
inicio de los síntomas o la enfermedad grave en el momento del ingreso, y el uso de ventilación
mecánica invasiva o de corticoesteroides.[152] Los pacientes inmunocomprometidos pueden
eliminar durante al menos 2 meses.[153]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría

Fisiopatología
La fisiopatología todavía no se comprende por completo; sin embargo, están surgiendo detalles.[154]
Teoría

Ciclo de replicación del virus


BMJ. 2020;371:m3862

El receptor de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE2)

• El coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 (SARS-CoV-2) se une al receptor ACE2 en los
seres humanos, lo que sugiere una patogénesis similar a la del SARS.[39] [155]
• Una característica estructural única del dominio de unión al receptor de la glicoproteína de pico del
SARS-CoV-2 (que es responsable de la entrada del virus en las células del huésped) confiere una
afinidad de unión potencialmente mayor para la ACE2 en las células del huésped en comparación con
el SARS-CoV-1.[156] Este sitio de clivaje similar a la furina no existe en otros coronavirus similares al
SARS.[157] La energía de unión entre la proteína Spike del SARS-CoV-2 y el ACE2 fue la más alta
para los humanos de todas las especies analizadas, lo que sugiere que la proteína Spike del SARS-
CoV-2 ha evolucionado de manera única para unirse e infectar a las células humanas que expresan el
ACE2.[158]
• Las evidencias mecánicas de otros coronavirus sugieren que el SARS-CoV-2 puede reducir la
regulación del ACE2, lo que da lugar a una sobreacumulación tóxica de angiotensina-II que puede
inducir el síndrome de dificultad respiratoria aguda y la miocarditis fulminante.[159] [160]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
• Sobre la base de un análisis de conjuntos de datos de secuenciación de ARN unicelular derivados
de los principales sistemas fisiológicos humanos, los órganos considerados más vulnerables a
la infección por SARS-CoV-2 debido a sus niveles de expresión de ACE2 son los pulmones, el
corazón, el esófago, los riñones, la vejiga y el íleon.[161] Esto puede explicar las manifestaciones

Teoría
extrapulmonares asociadas a la infección. También se ha identificado la expresión de ACE2 en el
diafragma, lo que puede provocar fibrosis y miopatía del diafragma.[162]
• La menor expresión de ACE2 en el epitelio nasal de los niños de menos de 10 años en comparación
con los adultos podría explicar por qué la COVID-19 es menos prevalente en los niños; sin embargo,
se requiere más investigación al respecto.[163]
La proteasa transmembrana serina 2 (TMPRSS2)

• El SARS-CoV-2 utiliza el TMPRSS2 del huésped para el cebado de la proteína S y la fusión de las
membranas de las células virales y del huésped.[164]
• Se ha observado una mayor expresión de TMPRSS2 en el epitelio nasal de las personas de raza
negra en comparación con los asiáticos, los latinos, los caucásicos y los mestizos, lo que puede ser
un factor que contribuya a la mayor carga de infección entre las personas de raza negra.[165]
Estudios de autopsia

• Pulmonares : los estudios de las autopsias han revelado que los pacientes que murieron de
insuficiencia respiratoria presentaban evidencias de daño alveolar difuso exudativo con congestión
capilar masiva, a menudo acompañado de microtrombos. La formación de la membrana hialina y
la hiperplasia atípica de neumocitos son frecuentes. Se ha identificado la obstrucción de la arteria
pulmonar por material trombótico, tanto a nivel macroscópico, como microscópico. Los pacientes
también presentaban signos de microangiopatía trombótica generalizada. Se ha observado una grave
lesión endotelial asociada a la presencia de virus intracelulares y a la alteración de las membranas
celulares. Otros hallazgos incluyen bronconeumonía, embolia pulmonar, hemorragia alveolar y
vasculitis. El crecimiento significativo de nuevos vasos sanguíneos a través de la angiogénesis
intususceptiva distingue la patología pulmonar del COVID-19 de la infección grave por gripe.[166]
[167] [168] [169] [170] [171] Algunos pacientes con enfermedad grave pueden desarrollar una
enfermedad pulmonar fibrótica para la cual el trasplante de pulmón puede ser la única opción de
tratamiento.[172]
• Neurológico : la exploración histopatológica de las muestras de cerebro mostró cambios hipóxicos
pero no encefalitis u otros cambios cerebrales específicos como consecuencia del virus en un estudio
de la autopsia. El virus se detectó a bajos niveles en el tejido cerebral.[173] Otro estudio encontró
cambios neuropatológicos leves, siendo el hallazgo más frecuente los cambios neuroinflamatorios
pronunciados en el tallo cerebral.[174]
• Cardíaco : el SARS-CoV-2 se ha detectado con frecuencia en el miocardio en estudios de autopsia.
Aunque los hallazgos patológicos cardíacos son frecuentes, la miocarditis aguda es infrecuente. Los
hallazgos más frecuentes fueron la dilatación cardíaca, la isquemia miocárdica y la trombosis.[175] Se
ha informado de que el virus, junto con los cambios inflamatorios, se encontró en el tejido cardíaco de
un niño con síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico.[176]
• Inmunología : los mecanismos que contribuyen al aumento de la trombosis implican una amplia
interacción entre el sistema inmunitario y la hemostasia.[177] La evaluación del infiltrado inmunológico
ha revelado una notable presencia de neutrófilos agregados en los pulmones y algunos otros órganos.
Los tapones neutrófilos, compuestos de neutrófilos con trampas extracelulares de neutrófilos (TEN)
o como agregados de TEN y plaquetas, estaban presentes en el corazón, riñón, hígado y cerebro.
Por lo tanto, las TEN pueden desempeñar un papel en la coagulopatía asociada a la infección por el

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
SARS-CoV-2. La presencia desproporcionada de neutrófilos y TEN agregadas en comparación con
la presencia esporádica de virus sugiere una respuesta inmunitaria autónoma inadaptada.[178] Las
NETs parecen desempeñar un papel en la patogénesis del infarto de miocardio con elevación del ST
en pacientes con COVID-19, según una pequeña serie de casos de pacientes con COVID-19 e infarto
Teoría

de miocardio.[179]
• Hepática: se ha observado una alta prevalencia de esteatosis hepática, congestión de los senos
hepáticos, trombosis vascular y fibrosis, junto con inflamación portal y lobular e hiperplasia o
proliferación de células de Kupffer.[180]
• Otros : otros hallazgos novedosos en la autopsia son la pancreatitis, la pericarditis, el microinfarto
suprarrenal, la mucormicosis diseminada secundaria y la activación microglial del cerebro.[181]
Disfunción endotelial.

• Existe la hipótesis de que el COVID-19 es una enfermedad del endotelio.[182] [183] [184] La
endoteliopatía y la activación plaquetaria parecen ser características importantes del COVID-19 en
pacientes hospitalizados y es probable que estén asociados con la coagulopatía, la enfermedad
crítica y la muerte.[185]
• La hiperviscosidad se ha informado en pacientes. Se sabe que daña el endotelio y es un factor de
riesgo conocido para la trombosis. El posible vínculo entre la hiperviscosidad y las complicaciones
trombóticas justifica investigaciones adicionales.[186]
Factores genéticos

• Se cree que los factores genéticos juegan un papel importante. En una serie de casos de cuatro
pacientes hombres que padecían de enfermedad grave, se identificaron variantes poco frecuentes
de una posible pérdida de función del cromosoma X TLR7, lo que se asoció con el deterioro de las
respuestas al interferón.[187]
• Se ha detectado un nuevo locus de susceptibilidad en un grupo de genes del cromosoma 3p21.31 en
pacientes con insuficiencia respiratoria, lo que puede confirmar la implicación del sistema del grupo
sanguíneo AB0.[188]

Clasificación
Organización Mundial de la Salud: gravedad de la enfermedad
COVID-19[2]
Enfermedad leve

• Pacientes sintomáticos que cumplen con la definición de caso para COVID-19 sin evidencia de
hipoxia o neumonía.
• Los síntomas frecuentes incluyen fiebre, tos, fatiga, anorexia, disnea y mialgia. Otros síntomas
no específicos incluyen dolor de garganta, congestión nasal, cefalea, diarrea, náuseas y vómitos,
y pérdida del olfato y el gusto. Otras manifestaciones neurológicas informadas incluyen mareos,
agitación, debilidad, convulsiones o hallazgos sugestivos de accidente cerebrovascular. Es posible
que los niños no informen fiebre o tos con tanta frecuencia como los adultos.
• Las personas de edad avanzada y las personas inmunodeprimidas pueden presentar síntomas
atípicos (p. ej., fatiga, disminución del estado de alerta, reducción de la movilidad, diarrea, pérdida de
apetito, delirio, ausencia de fiebre).

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
• Los síntomas debidos a adaptaciones fisiológicas del embarazo o acontecimientos adversos del
embarazo (p. ej., disnea, fiebre, síntomas gastrointestinales, fatiga) u otras enfermedades (p. ej.,
paludismo) pueden superponerse a los síntomas de COVID-19.
Enfermedad moderada

Teoría
• Adolescente o adulto: signos clínicos de neumonía (es decir, fiebre, tos, disnea, respiración rápida)
pero no presentan signos de neumonía grave, incluidos los niveles de saturación de oxígeno en la
sangre (SpO₂) ≥90% en el aire ambiente.
• Niños: signos clínicos de neumonía no grave (es decir, tos o dificultad para respirar, además de
respiración rápida y/o tiraje torácico) y no hay signos de neumonía grave. La respiración rápida se
define como:

• <2 meses de edad: ≥60 respiraciones/minuto


• 2-11 meses de edad: ≥50 respiraciones/minuto
• 1-5 años de edad: ≥40 respiraciones/minuto.
• Si bien el diagnóstico puede hacerse basasándose en la clínica, los estudios por imágenes del tórax
pueden ayudar en el diagnóstico e identificar o descartar las complicaciones pulmonares.
Enfermedad grave

• Adolescente o adulto: signos clínicos de neumonía (es decir, fiebre, tos, disnea, respiración rápida)
más uno de los siguientes:

• Frecuencia respiratoria > 30 respiraciones/minuto


• Dificultad respiratoria grave
• SpO₂ <90% en el aire ambiente.
• Niños: signos clínicos de neumonía (es decir, tos o dificultad para respirar) y al menos uno de los
siguientes:

• Cianosis central o SpO₂ <90


• Dificultad respiratoria grave (p. ej., respiración rápida, gruñidos, tiraje torácico muy grave)
• Señales generales de peligro: incapacidad para la lactancia materna o para beber, letargo o
inconsciencia, o convulsiones
• Respiración rápida (<2 meses: ≥60 respiraciones por minuto; 2-11 meses: ≥50 respiraciones
por minuto; 1-5 años: ≥40 respiraciones por minuto).
• Si bien el diagnóstico puede hacerse basasándose en la clínica, los estudios por imágenes del tórax
pueden ayudar en el diagnóstico e identificar o descartar las complicaciones pulmonares.
Enfermedad crítica

• Presencia de síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), sepsis, shock séptico, trombosis
aguda o síndrome inflamatorio multisistémico en niños.

National Institutes of Health: clasificación clínica de COVID-19[3]


Infección asintomática o presintomática

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría

• Las personas que dan positivo en la prueba del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave
(SARS-CoV-2) mediante una prueba virológica pero no presentan síntomas consistentes con el
COVID-19.
Enfermedad leve
Teoría

• Personas que presentan cualquiera de los diversos signos y síntomas (p. ej., fiebre, tos, dolor de
garganta, malestar, cefalea, dolor muscular, náuseas, vómitos, diarrea, pérdida del gusto y del olfato)
sin dificultad para respirar, disnea o imágenes anormales del tórax.
Enfermedad moderada

• Personas que presentan evidencias de enfermedad respiratoria inferior en la evaluación clínica o en


los estudios por imágenes y una saturación de oxígeno (SpO₂) >94% en el aire ambiente al nivel del
mar.
Enfermedad grave

• Las personas que presentan una frecuencia respiratoria >30 respiraciones por minuto, SpO₂ ≤94%
en el aire ambiente al nivel del mar, relación de la presión parcial arterial de oxígeno a la fracción de
oxígeno inspirado (PaO₂/FiO₂) <300, o infiltraciones pulmonares >50%.
Enfermedad crítica

• Personas con insuficiencia respiratoria, shock séptico y/o disfunción de múltiples órganos.
Síntomas persistentes o disfunción de órganos después de un COVID-19 agudo

• Personas que experimentan síntomas persistentes y/o disfunción de órganos después de la


enfermedad aguda. También conocido como síndrome COVID-19 post-agudo o COVID de larga
duración. Consulte la sección de Complicaciones para obtener más información.

Antecedentes de caso
Antecedentes de caso #1
Un hombre de 61 años se presenta en el hospital con fiebre, tos seca y disnea. También informa que
se siente muy cansado e indispuesto. Presenta antecedentes de hipertensión, que controla con ayuda
de enalapril. En la exploración, su pulso es de 120 lpm y su temperatura es de 38.7°C (101.6°F) y
su saturación de oxígeno es 88%. Parece gravemente enfermo. Se le ingresa en el hospital en una
sala de aislamiento y se le empieza a administrar oxígeno, fluidoterapia intravenosa y antibióticos
empíricos. Se solicitan cultivos de esputo y hemocultivos. La radiografía de tórax muestra infiltraciones
pulmonares bilaterales y la tomografía computarizada de tórax revela múltiples áreas lobulares y
subsegmentarias bilaterales de opacidad de vidrio esmerilado. Se envía un hisopo nasofaríngeo para
la prueba de reacción en cadena de la polimerasa de transcriptasa inversa en tiempo real y el resultado
da positivo para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) al día siguiente.
Se suspenden los antibióticos empíricos en función de los resultados de la microbiología y se inicia la
administración de dexametasona al paciente.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Teoría
Antecedentes de caso #2
Una mujer de 26 años se presenta en su clínica local de pruebas COVID-19 con síntomas de dolor de
garganta y pérdida del gusto. Asegura que no presenta fiebre y que no ha estado en contacto con un

Teoría
caso confirmado de COVID-19. Después de someterse a las pruebas, se le aconseja que se vaya a casa
y se confine hasta que le envíen los resultados de las pruebas por mensaje de texto y que llame a su
médico si sus síntomas empeoran. Ese mismo día recibe un mensaje de texto en el que se le confirma
que su prueba es positiva para el SARS-CoV-2, y que debe confinarse siguiendo las recomendaciones
de la sanidad pública local.

Otras presentaciones
Véase el [Diagnosis] apartado para obtener más información sobre otras presentaciones.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico

Recomendaciones
Principales recomendaciones
Se debe aislar a todos los casos posibles o confirmados inmediatamente. Se debe clasificar
a los pacientes con una herramienta de triaje y evaluación estandarizada del paciente para valorar la
gravedad de la enfermedad. Se deben seguir las guías de práctica clínicas locales para la prevención y
control de infecciones.[2]

Tener un índice elevado de sospecha clínica en todos los pacientes que presentan fiebre y/o
enfermedad respiratoria aguda. Las personas con antecedentes de residencia/trabajo/viajes en/a un
lugar de alto riesgo de transmisión o de transmisión en la comunidad y contactos de casos probables y
confirmados corren un mayor riesgo de infección.[189]

Se debe sospechar el diagnóstico en pacientes con tos continua, fiebre, o sentido del gusto
u olfato alterado. [428] Los pacientes también pueden presentar síntomas como disnea, fatiga, mialgia/
artralgia, dolor de garganta, cefalea, congestión nasal o rinorrea, producción de esputo, opresión en el
pecho o síntomas gastrointestinales (p. ej., náuseas, vómitos, diarrea).[429]

Se debe solicitar la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa en tiempo


real (RT-PCR) para confirmar el diagnóstico. Se prefieren las muestras de las vías respiratorias altas
y bajas. Las pruebas serológicas pueden ser útiles en algunos contextos.[430] Los resultados deben
interpretarse en el contexto de la probabilidad de enfermedad previa a la prueba.

Mantenga la máxima alerta en el caso de niños y adolescentes con síntomas


gastrointestinales agudos y signos de inflamación cardíaca. La evidencia hasta ahora sugiere
una evolución más suave o asintomática de la enfermedad en los niños.[431] Sin embargo, se ha
asociado temporalmente al COVID-19 en niños y adolescentes una infrecuente afección inflamatoria
multisistémica con algunas características similares a las de la enfermedad de Kawasaki y el síndrome
de shock tóxico.[432]

Se deben solicitar las siguientes pruebas diagnósticas de laboratorio en pacientes


hospitalizados : hemograma completo, panel metabólico completo, gasometría arterial, nivel de
glucemia, pantalla de coagulación, marcadores inflamatorios, biomarcadores cardíacos, creatina-cinasa
sérica y hemocultivos y cultivos y esputo para otros patógenos. La pulsioximetría puede revelar una baja
saturación de oxígeno.
Diagnóstico

Se debe priorizar la radiografía de tórax en pacientes que estén gravemente enfermos con
sospecha de neumonía. Se debe considerar la posibilidad de realizar una tomografía computarizada
(TC) del tórax si la radiografía de tórax es incierta o normal.[433] Consulte las guías de práctica clínica
locales.

Recomendaciones detalladas
Introducción
El COVID-19 es una enfermedad notificable. Se deben informar todos los casos que presenten
sospecha de infección, o casos confirmados a las autoridades sanitarias locales.

El reconocimiento temprano y el diagnóstico rápido son esenciales para prevenir la transmisión y


proporcionar cuidados de soporte de forma oportuna. Tener un alto índice de sospecha clínica de
COVID-19 en todos los pacientes con fiebre y/o enfermedad respiratoria aguda; sin embargo, se debe
tener en cuenta que algunos pacientes pueden no presentar signos o síntomas de una enfermedad
respiratoria febril.

Se deben establecer vías de atención para el COVID-19 a nivel local, regional y nacional para las
personas que presentan con sospecha o diagnóstico confirmado de COVID-19. Se debe examinar a los

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
pacientes en el primer punto de contacto dentro del sistema de salud, basándose en las definiciones
de los casos y la evaluación de los síntomas y asignar los casos con sospecha o confirmación a la vía
clínica. Los casos donde haya sospecha deben permanecer en la vía clínica hasta que se demuestre que
son negativos. Se debe aislar inmediatamente a todos los casos con sospecha y los casos confirmados
y aplicar los procedimientos de prevención y control de infecciones locales. Se debe clasificar a los
pacientes con una herramienta de triaje y evaluación estandarizada del paciente para valorar la gravedad
de la enfermedad. Se debe usar el juicio clínico, incluyendo la consideración de los valores y preferencias
del paciente y las políticas local y nacional, si están disponibles, para guiar las decisiones de manejo,
incluyendo el ingreso hospitalario y el ingreso en la unidad de cuidados intensivos, en lugar de los
modelos de predicción disponibles actualmente para el pronóstico.[2]

Antecedentes
Tomar nota detalladamente de los antecedentes para determinar el nivel de riesgo de COVID-19 y
evaluar la posibilidad de otras causas, incluido un historial de viajes y una evaluación de los factores de
riesgo.

Sospecha del diagnóstico en :[189]

• Personas que residen o trabajan en una zona de alto riesgo de transmisión (p. ej., entornos
residenciales cerrados, entornos humanitarios), personas que residen o viajan a una zona de
transmisión en la comunidad y personas que trabajan en un entorno sanitario (incluidos los centros
de salud y los hogares) en cualquier momento durante los 14 días previos al inicio de los síntomas
• Personas que han tenido contacto con un caso probable o confirmado. Un contacto es una
persona que ha presentado cualquiera de las siguientes exposiciones durante los 2 días anteriores
y los 14 días posteriores al inicio de los síntomas de un caso probable o confirmado:

• Contacto cara a cara con un caso probable o confirmado a la distancia de 1 metro (3 pies) y
durante al menos 15 minutos
• Contacto físico directo con un caso probable o confirmado
• Ha prestado atención directa a un paciente con probable o confirmado COVID-19 sin usar el
equipo de protección individual recomendado
• Otras situaciones indicadas por las evaluaciones de riesgos locales.

Diagnóstico
Los Centers for Disease Control and Prevention definen un contacto cercano como alguien que ha
estado a menos de 2 metros (6 pies) de una persona infectada durante al menos 15 minutos en un
período de 24 horas, comenzando 2 días antes del inicio de los síntomas (o 2 días antes de las pruebas
en pacientes asintomáticos).[190]

Pregunte a cualquier persona que busque atención sanitaria de rutina o de urgencia,


independientemente de si presenta síntomas, sobre un viaje reciente a países donde existe transmisión
de variantes preocupantes del síndrome respiratorio agudo grave 2 (SARS-CoV-2) (consulte la guía de
orientación local para la lista actual de países), o si es un contacto de un viajero que regresa de estos
países.[191]

Presentación clínica en adultos


Aproximadamente el 15% de los pacientes presentan con la tríada de síntomas de fiebre, tos
y disnea, y el 90% se presentan con más de un síntoma.[51] Algunos pacientes pueden ser
mínimamente sintomáticos o asintomáticos, mientras que otros pueden presentar una neumonía grave
o complicaciones como el síndrome respiratorio agudo, el shock séptico, el infarto agudo de miocardio,
la tromboembolia venosa o la insuficiencia multiorgánica. Según un estudio realizado en el Reino Unido,
aproximadamente el 25% de las personas que presentaban indicios de infección en el pasado eran
asintomáticas, y el 40% no presentaban ninguno de los tres síntomas clásicos (es decir, fiebre, tos seca
persistente, alteración del sentido del gusto/del olfato).[434]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
Los síntomas más frecuentes son:

• Fiebre
• Tos
• Disnea
• Sentido del gusto y del olfato alterado.
Los síntomas menos frecuentes incluyen:

• Mialgia o artralgia
• Fatiga.
• Producción de esputo
• Opresión en el pecho
• Síntomas gastrointestinales
• Dolor de garganta
• Cefalea
• Mareos.
• Síntomas neurológicos
• Síntomas oculares
• Síntomas cutáneos
• Rinorrea/congestión nasal
• Dolor torácico
• Hemoptisis.
Los signos y síntomas de la enfermedad respiratoria febril pueden no poseer la sensibilidad necesaria
para la sospecha de un diagnóstico temprano.[435] Una revisión de la Cochrane encontró que al menos
la mitad de los pacientes presentaba tos, dolor de garganta, fiebre, mialgia/artralgia, fatiga o cefalea.
La anosmia y/o la ageusia también eran frecuentes. La presencia de fiebre, mialgia/artralgia, fatiga y
cefalea aumentó sustancialmente la probabilidad de COVID-19 cuando está presente. La tos y el dolor
de garganta eran frecuentes en las personas sin COVID-19, por lo que estos síntomas por sí solos
eran menos útiles para el diagnóstico. Ningún síntoma o signo incluido en la revisión pudo diagnosticar
con precisión el COVID-19 y los autores llegaron a la conclusión de que ni la ausencia, ni la presencia
de signos o síntomas son lo suficientemente precisos como para descartar o no la enfermedad.
Diagnóstico

Sin embargo, la presencia de anosmia y/o ageusia puede ser útil como una señal de alerta para el
diagnóstico. La presencia de fiebre o tos también puede ser útil para identificar a las personas para
realizar más pruebas.[429] Los síntomas no respiratorios pueden aparecer antes del inicio de la fiebre
y los síntomas del tracto respiratorio inferior.[436] También se han informado con escasa frecuencia
síntomas del tracto urinario inferior.

Los datos preliminares de la Office for National Statistics del Reino Unido sugieren que las personas
infectadas con la variante VOC 202012/01 (linaje B.1.1.7) son más propensas a tener tos, dolor de
garganta, fatiga y mialgia, y son menos propensas a sufrir una alteración del sentido del gusto/del
olfato, en comparación con los infectados con otras variantes.[437] Sin embargo, el análisis de los datos
de los síntomas realizado por investigadores del King's College de Londres no encontró diferencias
significativas en los síntomas, la gravedad o la duración de la enfermedad causada por la nueva
variante.[438]

La presentación clínica ha variado ligeramente según la ubicación geográfica. Las impresiones iniciales
de los Estados Unidos señalan que la presentación clínica puede ser más amplia que la observada
en China e Italia, con dolor de pecho, dolores de cabeza, alteración del estado mental y síntomas
gastrointestinales, todos observados en la presentación inicial. También se ha observado una grave
disfunción hepática y renal que no afecta a los pulmones.[439] Los datos de los primeros pacientes
hospitalizados en Nueva York revelaron que, si bien los síntomas más frecuentes que presentaban
eran fiebre, tos, disnea y mialgia, los síntomas gastrointestinales parecían ser más frecuentes que en
China.[440]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
Gravedad

• 80% de los adultos presentan una enfermedad de leve a moderada


• 14% de los adultos presentan una enfermedad grave
• 5% de los adultos presentan una enfermedad crítica
• El 1% de los adultos presenta con una enfermedad asintomática.[4]
Los síntomas más frecuentes en los pacientes con enfermedades leves a moderadas, según un estudio
europeo, son dolor de cabeza, pérdida del olfato, congestión nasal, tos, astenia, mialgia, rinorrea,
disfunción gustativa y dolor de garganta. La fiebre se informó con menos frecuencia. La duración media
de los síntomas fue de 11.5 días. La presentación variaba según la edad, ya que los pacientes más
jóvenes solían tener problemas de oídos, nariz y garganta, mientras que los mayores solían tener fiebre,
fatiga y pérdida de apetito.[441] Los síntomas más frecuentes en pacientes con enfermedades graves
incluyen fiebre, disnea y anorexia.[138]

Mujeres embara zadas.

• Las características clínicas de las mujeres embarazadas son similares a las de los hombres y
mujeres adultas no embarazadas.[442] Los síntomas más frecuentes en las mujeres embarazadas
son la fiebre y la tos. Sin embargo, es menos probable que las mujeres embarazadas informen
fiebre y mialgia en comparación con las mujeres no embarazadas en edad reproductiva.[443]
• Es importante señalar que síntomas como la fiebre, la disnea, los síntomas gastrointestinales y la
fatiga pueden superponerse a los síntomas debido a las adaptaciones fisiológicas del embarazo, o
a los acontecimientos adversos que se presenten durante el embarazo.[2]
Presentaciones atípicas

• Pueden producirse presentaciones atípicas, especialmente en pacientes de edad avanzada y en


pacientes inmunocomprometidos (p. ej., caídas, delirio/confusión, disminución funcional, movilidad
reducida, síncope, hipo persistente, ausencia de fiebre). Los pacientes de edad avanzada y
aquellos que presentan comorbilidades pueden presentar síntomas leves, pero tienen un alto
riesgo de deterioro.[2]
• Se han informado casos de parotitis (posiblemente asociada a la linfadenitis intraparotídea),
lesiones vesiculobullosas orales, lesiones retinianas y alopecia androgenética en pacientes con
COVID-19; sin embargo, aún se desconoce si estos hallazgos están asociados a la infección por
SARS-CoV-2.[444] [445] [446] [447]
Coinfecciones

Diagnóstico
• La prevalencia conjunta de coinfección con virus y bacterias atípicas en pacientes positivos al
SARS-CoV-2 fue del 11.6% (16.8% en estudios en los que se analizó el 100% de los pacientes
para detectar copatógenos).[448]
• Se han informado coinfecciones bacterianas en el 7% de los pacientes hospitalizados, y en el
14% de los pacientes en unidades de cuidados intensivos. Las bacterias más comunes fueron
Mycoplasma pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, Haemophilus influenzae y Klebsiella
pneumoniae. Se informaron coinfecciones con patógenos fúngicos y virus (p. ej., el virus sincitial
respiratorio, la gripe A) con menos frecuencia.[449]
• Las coinfecciones son más frecuentes en los pacientes en estado crítico.[450]
• Las coinfecciones pueden estar asociadas a síntomas respiratorios prolongados, estancia
prolongada en cuidados intensivos, morbilidad y mortalidad si no se detectan y tratan a
tiempo.[451]
• Los pacientes con coinfección por gripe mostraron características clínicas similares a las de los
pacientes con COVID-19 solo.[452] [453]
• Los pacientes con tuberculosis o gripe y la coinfección por el SARS-CoV-2 presentan un
mayor riesgo de mortalidad, mientras que los resultados clínicos en los pacientes con VIH o
hepatitis crónica y la coinfección por el SARS-CoV-2 son comparables a los de los pacientes sin
coinfección.[454]

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Presentación clínica en niños


Los signos y síntomas pueden ser similares a los de otras infecciones respiratorias virales comunes y
otras enfermedades infantiles, por lo que se requiere un alto índice de sospecha de COVID-19 en los
niños.

La evidencia sugiere un curso de la enfermedad más leve, o asintomático, en la mayoría de los niños,
con bajas tasas de enfermedad grave y mortalidad. Los bebés menores de un año y los adolescentes
de 10 a 14 años tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave. Los factores de riesgo de
la enfermedad grave incluyen la presencia de comorbilidades y una mayor carga viral. La presentación
clínica en los niños es heterogénea e incluye un amplio espectro de características clínicas. Los síntomas
de presentación más frecuentes en los niños son la fiebre y la tos. Los síntomas gastrointestinales
(náuseas, vómitos, diarrea) también son frecuentes en los niños. Otros síntomas menos frecuentes son
la disnea, la congestión nasal, la rinorrea, la erupción, la conjuntivitis, la fatiga, el dolor abdominal y los
síntomas neurológicos. Se ha informado una mayor prevalencia de síntomas gastrointestinales en niños
>5 años de edad en comparación con los niños ≤5 años de edad.[431] La fiebre, la tos, la pérdida de
apetito y la disnea son menos frecuentes en los niños que en los adultos.[455]

Los síntomas más frecuentes en los neonatos incluyen fiebre, incapacidad para alimentarse, letargo,
irritabilidad, dificultades para alimentarse, disnea, hipoxia silenciosa y síntomas neurológicos. Se han
informado con escasa frecuencia casos de sepsis neonatal de inicio tardío y de encefalitis.[431] [456]
[457] [458]

Esté atento a los signos y síntomas del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (PIMS),
también conocido como síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Se debe considerar el
diagnóstico de PIMS/MIS-C en los niños que presentan fiebre y síntomas abdominales, especialmente
si desarrollan conjuntivitis o una erupción. Se debe remitir a un servicio de urgencias pediátricas para su
evaluación.[459] Consulte la sección de Complicaciones para obtener más información.

Las coinfecciones pueden ser más frecuentes en niños.[460] La coinfección fue documentada en el
6% de los niños en estudios de EE.UU. e Italia, siendo los patógenos más comunes el virus sincitial
respiratorio, los rinovirus, el virus de Epstein-Barr, los enterovirus, la gripe A, los coronavirus no SARS y
el Streptococcus pneumoniae.[12] [461]

Exploración física
Se debe realizar una exploración física. Se debe evitar el uso de un estetoscopio si es posible
Diagnóstico

debido al riesgo de contaminación viral. Los pacientes pueden estar febriles (con o sin escalofríos/
rigores) y presentar una tos evidente y/o dificultad para respirar. La auscultación del tórax puede revelar
crepitaciones inspiratorias, estertores y/o respiración bronquial en pacientes con neumonía o dificultad
respiratoria. Los pacientes con dificultad respiratoria pueden presentar taquicardia, taquipnea o cianosis
que acompañan a la hipoxia. Se ha observado bradicardia en una pequeña cohorte de pacientes con
enfermedad leve a moderada.[462]

Oximetría de pulso
La oximetría de pulso puede revelar una baja saturación de oxígeno (SpO₂ <90%). Los médicos
deben ser conscientes de que los pacientes con COVID-19 pueden desarrollar "hipoxia silenciosa": su
saturación de oxígeno puede descender a niveles bajos y precipitar una insuficiencia respiratoria aguda
sin la presencia de síntomas evidentes de dificultad respiratoria.[463]

Los pulsioxímetros pueden presentar una precisión subóptima en determinadas poblaciones. Los datos
limitados de estudios con un número reducido de participantes sugieren que la pigmentación de la
piel puede afectar a la precisión del pulsioxímetro. En un estudio, la hipoxemia oculta (definida en el
estudio como una saturación arterial de oxígeno <88% por gasometría arterial a pesar de una saturación
de oxígeno del 92% al 96% en la oximetría de pulso) no se detectó por oximetría de pulso con una
frecuencia casi tres veces mayor en los pacientes de raza negra en comparación con las personas
de raza blanca.[464] La Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA) ha advertido
que hay múltiples factores que pueden afectar a la precisión de la lectura de un pulsioxímetro (p. ej., la

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
mala circulación, la pigmentación de la piel, el grosor de la piel, la temperatura de la piel, el consumo
actual de tabaco o el uso de esmalte de uñas). La FDA recomienda tener en cuenta las limitaciones de
precisión cuando se utilice un pulsioxímetro para ayudar a tomar decisiones de diagnóstico y tratamiento
y utilizar las tendencias de las lecturas a lo largo del tiempo en lugar de los puntos de corte absolutos, si
es posible.[465]

Solo una pequeña proporción de los pacientes tienen otra disfunción orgánica, lo que significa que
después de la fase inicial de deterioro agudo, los métodos tradicionales para reconocer un mayor
deterioro (p. ej., la puntuación nacional de alerta temprana 2 [NEWS2]) pueden no ayudar a predecir a
los pacientes que van a desarrollar una insuficiencia respiratoria.[463]

Aunque todavía se recomienda el uso de NEWS2 en pacientes con COVID-19, el Royal College of
Physicians del Reino Unido actualmente recomienda que cualquier aumento de las necesidades de
oxígeno en estos pacientes debe desencadenar una llamada de escalado a una persona competente en
la toma de decisiones clínicas y provocar un aumento inicial de las observaciones al menos cada hora
hasta que se realice una revisión clínica.[466]

Análisis clínicos iniciales


Se deben solicitar los siguientes análisis clínicos en todos los pacientes con enfermedad
grave:

• GSA
• hemograma completo (HC)
• Perfil metabólico completo (PMC)
• Nivel de glucemia
• Cribado de coagulación
• Marcadores inflamatorios (p. ej., proteína C- reactiva del suero, velocidad de sedimentación
globular, interleucina-6, lactato deshidrogenasa, procalcitonina, amiloide A y ferritina)
• Biomarcadores cardíacos
• La creatina-cinasa y la mioglobina en suero.
Las alteraciones de laboratorio más frecuentes son la linfopenia, la leucocitosis, la leucopenia, la
trombocitopenia, la hipoalbuminemia, aumento de los biomarcadores cardíacos, aumento de marcadores
inflamatorios, aumento del dímero D y la función hepática y renal anormal.[440] [467] [468] [469]

Diagnóstico
Las alteraciones de laboratorio – en particular, la linfopenia, las anomalías leucocitarias y otros
marcadores de inflamación sistémica – son menos frecuentes en los niños.[470] [471] La mayoría de
los pacientes (62%) con enfermedad asintomática presentan con parámetros de laboratorio normales.
De aquellas personas que presentan alteraciones de laboratorio, la leucopenia, la linfopenia, el
aumento de la deshidrogenasa del lactato y el aumento de proteína C-reactiva fueron los hallazgos más
frecuentes.[472]

Se deben recoger muestras de sangre y esputo para su cultivo en pacientes con enfermedades graves
o críticas con el fin de descartar otras causas de infección de las vías respiratorias bajas y sepsis,
especialmente en pacientes con una anamnesis epidemiológica atípica. Deben recogerse muestras
antes de iniciar los antimicrobianos empíricos, si es posible.[2]

Pruebas moleculares
Las estrategias de comprobación varían mucho de un país a otro.[473]

Se requieren pruebas moleculares para confirmar el diagnóstico. Las pruebas moleculares


son solo una ayuda para el diagnóstico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que
los profesionales de salud consideren un resultado positivo o negativo en combinación con el tipo de
muestra, las observaciones clínicas, la historia clínica del paciente y la información epidemiológica.
Cuando el resultado de una prueba no se corresponda con la presentación clínica, se deberá tomar

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
una nueva muestra y volver a analizarla utilizando la misma prueba molecular o una diferente (véase
Limitaciones de las pruebas moleculares a continuación).[474]

Se debe solicitar una prueba de amplificación de ácidos nucleicos, como la reacción en cadena de la
polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) en tiempo real, para detectar el SARS-CoV-2 en pacientes
que presentan una sospecha de infección siempre que sea posible (véase la [Criteria] sección).[430]
Las pruebas deben realizarse de acuerdo con las orientaciones emitidas por las autoridades sanitarias
locales y adherirse a las adecuadas prácticas de bioseguridad. Se espera que los ensayos de uso común
sean capaces de detectar las variantes de SARS-CoV-2 de interés.[191]

A quién se debe examinar

• Las decisiones sobre a quién se debe realizar las pruebas se deben fundamentar en factores
clínicos y epidemiológicos.[430]
• En el Reino Unido, se recomienda hacer pruebas en el caso de:[475]

• Las personas con síntomas de una nueva tos continua, alta temperatura o alteración del
sentido del olfato/gusto
• Personas con infección respiratoria aguda, enfermedad similar a la gripe, pruebas clínicas
o radiológicas de neumonía, o empeoramiento agudo de la enfermedad respiratoria
subyacente, o fiebre sin otra causa (ya sea que se presente en la atención primaria o
secundaria).
• En los EE.UU., se recomienda hacer pruebas en:[476]

• Las personas con síntomas, incluso si son leves


• Las personas asintomáticas y que han estado en estrecho contacto (menos de 2 metros [6
pies] durante un total de 15 minutos o más en un período de 24 horas) con una persona con
una infección documentada
• Las personas asintomáticas y que no han estado en estrecho contacto con una persona con
infección documentada solo si así lo requiere un profesional de salud o un funcionario de
salud pública.
• La American Academy of Pediatrics recomienda que se realicen pruebas a los niños con síntomas
compatibles con el COVID-19, a los niños en estrecho contacto con una persona que presenta
Diagnóstico

una infección probable o confirmada, y a los niños que requieran cribado basados en las
recomendaciones de las autoridades de salud pública, o en otras situaciones (p. ej., antes de un
procedimiento médico como una cirugía electiva o como un requisito de la escuela o el lugar de
trabajo). La decisión de realizar una prueba no difiere según la edad del niño. No se recomienda
la realización de pruebas en el caso de otras enfermedades que no presentan síntomas comunes
(p. ej., la infección del tracto urinario, la celulitis), ni en el caso de los niños expuestos a contactos
cercanos de personas infectadas, a menos que esos contactos sean sintomáticos, o se cumplan
otros criterios.[477]
• Se debe consultar a las autoridades sanitarias locales para obtener orientación, ya que las
prioridades de las pruebas dependen de las recomendaciones locales y de los recursos
disponibles.
Muestras

• La muestra óptima para las pruebas depende de la presentación clínica y del tiempo transcurrido
desde el inicio de los síntomas. La OMS recomienda lo siguiente.[430]

• Muestras de las vías respiratorias altas: se recomiendan para las infecciones de fase
temprana, especialmente los casos asintomáticos o leves. Los frotis nasofaríngeos dan
un resultado más fiable que los orofaríngeos; los frotis nasofaríngeos y orofaríngeos
combinados mejoran aún más la fiabilidad.

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• Muestras de las vías respiratorias bajas: recomendadas para infecciones en etapas
posteriores, o pacientes en los que hay una fuerte sospecha de infección y su prueba de
muestras de las vías respiratorias altas fue negativa. Las pruebas adecuadas son esputo y/o
aspirado endotraqueal o lavado broncoalveolar en pacientes con enfermedades respiratorias
más graves. Sin embargo, hay que tener en cuenta el alto riesgo de transmisión de
aerosoles cuando se recogen muestras de las vías respiratorias bajas: no se recomienda
la recogida de una muestra de esputo inducido ya que puede aumentar el riesgo de
transmisión de aerosoles.
• Otras muestras respiratorias: se han realizado estudios combinados de frotis orofaríngeos y
nasales, frotis nasales o nasales de turbina media o inferior, o frotis linguales; sin embargo,
se requiere evaluación y validación adicional. La fluidoterapia oral puede ser adecuada
en algunas circunstancias (p. ej., en niños pequeños, pacientes de edad avanzada con
demencia).
• Saliva: los metanálisis de las muestras de saliva emparejadas y los hisopos nasofaríngeos
no encontraron diferencias estadísticamente significativas en la sensibilidad o la
especificidad entre estas muestras para la detección del SARS-CoV-2, especialmente en el
contexto ambulatorio. La sensibilidad no fue significativamente diferente entre las personas
asintomáticas y los pacientes externos. Los métodos de recogida de saliva pueden afectar
a la sensibilidad.[478] [479] [480] [481] Sin embargo, la OMS no recomienda actualmente
el uso de saliva como único tipo de muestra para los diagnósticos clínicos de rutina. En
cambio, la Infectious Diseases Society of America recomienda la saliva como una opción
adecuada para las pruebas moleculares en personas sintomáticas.[482]
• Muestras fecales: se debe considerar cuando las muestras de las vías respiratorias altas o
bajas son negativas y la sospecha clínica de infección permanece (puede utilizarse a partir
de la segunda semana después del inicio de los síntomas).
• Los tipos de muestra recomendados pueden diferir entre los países. Por ejemplo, en los Estados
Unidos, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recomiendan las siguientes
muestras de las vías respiratorias altas: frotis nasofaríngeo u orofaríngeo; frotis nasal de turbina
media; frotis nasal anterior; o lavado/aspirado nasofaríngeo/nasal. Las muestras recomendadas
para las vías respiratorias bajas incluyen: esputo, lavado broncoalveolar, aspirado traqueal, líquido
pleural y biopsia pulmonar.[483] El frotis de cornete nasal medio es una muestra aceptable para
ser recogido en casa o en el lugar.[483]
• Se deben recoger las muestras con arreglo a los procedimientos adecuados de prevención y

Diagnóstico
control de infecciones.
Resultado de las pruebas

• Un resultado positivo de la RT-PCR confirma la infección por SARS-CoV-2 (en el contexto de las
limitaciones asociadas a las pruebas de RT-PCR). Si el resultado es negativo y sigue existiendo
una sospecha clínica de infección (p. ej., un vínculo epidemiológico, hallazgos típicos en los rayos
X, ausencia de otra etiología), se debe volver a tomar la muestra del paciente y repetir la prueba.
Un resultado positivo confirma la infección. Si la segunda prueba es negativa, se debe considerar
la posibilidad de realizar una prueba serológica (véase más abajo).[430]
• La secuenciación genómica no se recomienda habitualmente, pero puede ser útil para estudiar la
dinámica de un brote, incluidos los cambios en el tamaño de una epidemia a lo largo del tiempo, su
propagación espacio-temporal y la prueba de hipótesis sobre las vías de transmisión.[430]
Complicaciones de la prueba del hisopo nasal

• Las complicaciones asociadas con las pruebas de hisopado nasal no están bien caracterizadas.
Los efectos adversos pueden incluir epistaxis, molestias nasales, cefalea, molestias en los oídos y
rinorrea.[484]
• Se ha informado de un caso de fuga de líquido cefalorraquídeo iatrogénico tras la realización de
pruebas nasales de COVID-19 en una mujer con un defecto en la base del cráneo sin diagnosticar
en la fovea etmoidal.[485]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
Pruebas de otras infecciones

• Se deben recoger hisopos nasofaríngeos para analizarlos y descartar la infección con otros
patógenos respiratorios (p. ej., la gripe, los patógenos atípicos) cuando esté clínicamente indicado
de acuerdo con la orientación local. Dependiendo de la epidemiología local y de los síntomas
clínicos, se analizarán otras posibles causas, como el paludismo, el dengue y la fiebre tifoidea,
según sea indicado. Es importante señalar que pueden producirse coinfecciones y que una prueba
positiva para un patógeno que no sea el COVID-19 no descarta la presencia de COVID-19.[2] [486]
• Cuando el SARS-CoV-2 y los virus de la gripe están en cocirculación, se deben realizar pruebas
para ambos virus en todos los pacientes hospitalizados con enfermedades respiratorias
agudas, y solo se deben realizar pruebas para el virus de la gripe en pacientes ambulatorios
con enfermedades respiratorias agudas si los resultados modifican el tratamiento clínico del
paciente.[3]

Limitaciones de las pruebas moleculares


Las pruebas moleculares son solo una ayuda para el diagnóstico. La OMS recomienda que el
profesional de salud considere un resultado positivo o negativo, en combinación con el tipo de muestra,
las observaciones clínicas, los antecedentes del paciente y la información epidemiológica. También
recomienda que los laboratorios se aseguren de que no se asigne incorrectamente un resultado positivo
a las muestras con valores umbral de ciclo altos debido al ruido de fondo, y que proporcionen el valor
umbral de ciclo en el informe al profesional salud. La prevalencia de la enfermedad altera el valor
predictivo de los resultados de las pruebas. A medida que disminuye la prevalencia de la enfermedad,
aumenta el riesgo de un falso positivo. Esto significa que la probabilidad de que una persona con
un resultado positivo esté realmente infectada disminuye a medida que disminuye la prevalencia,
independientemente de la supuesta especificidad de la prueba. Es necesario interpretar cuidadosamente
los resultados positivos débiles.[474]

Se deben interpretar los resultados de la prueba de RT-PCR con precaución.

• Las evidencias para el uso de la RT-PCR en el diagnóstico de COVID-19 todavía están


apareciendo y siguen existiendo incertidumbres sobre su eficacia y precisión. Las estimaciones
de la exactitud del diagnóstico deben interpretarse con cautela en ausencia de una norma de
referencia definitiva para diagnosticar o descartar la COVID-19. Además, se necesitan más
evidencias sobre la eficacia de las pruebas fuera de los entornos hospitalarios y en los casos
asintomáticos o leves.[487]
Diagnóstico

• Pocos estudios han intentado cultivar el virus vivo del SARS-CoV-2 a partir de muestras humanas.
Esto es un problema porque el cultivo viral se considera la prueba estándar por excelencia con
la que debe medirse y calibrarse cualquier prueba de índice de diagnóstico para los virus, para
comprender las propiedades predictivas de esa prueba.[488] Es necesario realizar pruebas
rutinarias prospectivas de muestras de referencia y de cultivo viral para establecer la utilidad
y fiabilidad de la RT-PCR para diagnosticar el COVID-19, y su relación con los factores de
los pacientes, como la fecha de inicio de los síntomas y el umbral de copia, a fin de ayudar a
pronosticar la infecciosidad.[489]
• Como no existe un "estándar de oro" claro para las pruebas de COVID-19, la evaluación de los
resultados de las pruebas puede ser un desafío. La adjudicación clínica puede ser el mejor "patrón
oro" disponible, basado en la repetición de hisopos, anamnesis, presentación clínica y estudios por
imágenes de tórax.[490]
No está claro si un resultado positivo indica siempre la presencia de un virus infeccioso.

• La RT-PCR detecta el ARN viral, pero no se entiende del todo cómo eso representa un virus
infeccioso. Para la transmisión se necesitan virus vivos completos, no los fragmentos identificados
por la PCR.[491] Esto podría conducir en última instancia a restricciones para las personas que
no presentan un riesgo de infección. Debido a que el ARN inactivo se degrada lentamente con
el tiempo, puede detectarse todavía muchas semanas después de que el paciente ya no sea
infeccioso.[488]
• Un estudio encontró que solo el 28.9% de las muestras positivas de RT-PCR SARS-CoV-2
demostraron crecimiento viral cuando se incubaron en células Vero. No se observó un crecimiento

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
en las muestras con un umbral de ciclo de RT-PCR >24, o cuando el inicio de los síntomas al
tiempo de prueba fue >8 días. Por lo tanto, la infecciosidad de los pacientes con un umbral de ciclo
>24 y una duración de los síntomas >8 días puede ser baja.[492] En otro estudio se comprobó
que los pacientes con un umbral de ciclo de 34 o más no excretan virus infecciosos.[493] En una
revisión sistemática se comprobó que los valores umbral de los ciclos eran significativamente
más bajos y los registros de copias más altos en los especímenes que producen cultivos de
virus vivos. Es poco probable que los que presentan un umbral de ciclo alto tengan un potencial
infeccioso.[491]
• [Centre for Evidence-Based Medicine: are you infectious if you have a positive PCR test result for
COVID-19?]
La interpretación de los resultados de las pruebas depende de la exactitud de la prueba
misma, y de las probabilidades previas y posteriores a la prueba de la enfermedad. La
exactitud del resultado depende de diversos factores, entre ellos el lugar y la calidad del muestreo,
la etapa de la enfermedad, el grado de multiplicación o eliminación del virus y la prevalencia de la
enfermedad.[490]

• Sensibilidad y especificidad: se ha estimado que la sensibilidad agrupada es del 87.8%, con


una especificidad estimada en el rango del 87.7% al 100%.[487]
• Probabilidad pretest: la estimación de la probabilidad pretest debe hacerse utilizando el
conocimiento de las tasas locales de infección a partir de datos nacionales y regionales, así
como los síntomas del paciente, la posible exposición a los casos, un historial médico previo de
COVID-19 o la presencia de anticuerpos, y la probabilidad de un diagnóstico alternativo.[490]
Cuando la probabilidad previa a la prueba es baja, los resultados positivos deben ser interpretados
con cautela, e idealmente una segunda muestra debe ser probada para su confirmación.[494]
• Probabilidad posterior a la prueba (post-test): cuanto menor sea la prevalencia de la
enfermedad en una población determinada, menor será la probabilidad posterior a la prueba.[495]
Por ejemplo, si se utiliza una prueba con una especificidad del 99% para analizar una población
sintomática de alto riesgo en la que la probabilidad de infección es del 50%, el valor predictivo
positivo es del 99%. Esto significa que por cada 100 personas con un resultado positivo en la
prueba, 99 personas tendrán una infección de SARS-CoV-2, pero 1 persona sin infección tendrá
un resultado falso positivo. Por el contrario, en una población asintomática de bajo riesgo, en la
que la probabilidad de infección es baja (p. ej., 0.05%), el valor predictivo positivo es de alrededor
del 4.3%. Esto significa que por cada 100 personas con un resultado positivo en la prueba, de 4 a
5 personas tendrán una infección de SARS-CoV-2, pero 95 a 96 personas sin infección tendrán un
resultado falso positivo.[496]
• [BMJ Practice Pointer: interpreting a covid-19 tests result]

Diagnóstico
Resultados falsos positivos

• Los resultados falsos positivos se pueden deber a un error de laboratorio o a una reacción
cruzada con anticuerpos formados por la exposición actual y pasada a infecciones estacionales de
coronavirus humano (p. ej., el resfriado común).[497] Los resultados de falsos positivos son más
probables cuando la prevalencia del SARS-COV-2 es de moderada a baja.[498]
• Existe una falta de datos sobre la tasa de pruebas de falsos positivos. Sin embargo, las
estimaciones preliminares en el Reino Unido están en el rango del 0.8% al 4%.[499] Esta tasa
podría traducirse en una proporción significativa de resultados falsos positivos diarios debido a la
baja prevalencia actual del virus en la población del Reino Unido, lo que afectaría negativamente al
valor predictivo positivo de la prueba.[494]
• Entre los ejemplos de las posibles consecuencias de los resultados falsos positivos de las pruebas
se incluyen:[494]

• Posponer o cancelar innecesariamente procedimientos o tratamientos electivos


• Posible exposición a la infección siguiendo una vía errónea en los entornos hospitalarios
durante los ingresos hospitalarios urgentes
• Pérdidas financieras debido al autoconfinamiento, pérdidas de ingresos y viajes cancelados
• Daño psicológico debido a un diagnóstico erróneo, incluyendo el miedo a infectar a otros o a
la estigmatización

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• Aumento de la depresión o de la violencia doméstica debido al encierro y al aislamiento
• Sobreestimar la incidencia y el alcance de la infección asintomática en la población.

Resultados falsos negativos

• Se han registrado tasas de falsos negativos de entre el 2% y el 29%.[490] Una revisión sistemática
determinó que la tasa de falsos negativos variaba entre los estudios del 1.8% al 58% (mediana del
11%); sin embargo, había una heterogeneidad sustancial y en gran medida inexplicable entre los
estudios.[500]
• La probabilidad de un resultado falso negativo en una persona infectada disminuye del 100% en el
día 1 de la infección al 67% en el día 4. La tasa media de falsos negativos baja al 38% el día del
inicio de los síntomas, disminuye al 20% el día 8, y posteriormente comienza a aumentar de nuevo
a partir del día 9.[501]
• Entre los ejemplos de las posibles consecuencias de los resultados falsos negativos de las
pruebas se incluyen:[490]

• Los pacientes pueden ser trasladados a pabellones que no sean de la COVID-19, lo que
lleva a la propagación de la infección intrahospitalaria
• Los cuidadores podrían propagar la infección a los dependientes vulnerables
• Los profesionales de salud corren el riesgo de propagar la infección a múltiples personas
vulnerables.

Pruebas serológicas
La serología no puede utilizarse como prueba diagnóstica única para las infecciones
agudas de SARS-CoV-2. Sin embargo, puede ser útil en diversos entornos (p. ej., pruebas moleculares
negativas, diagnóstico de pacientes con presentación tardía o síntomas prolongados, estudios de
serovigilancia).[430] [502]

[BMJ practice pointer: testing for SARS-CoV-2 antibodies]

La OMS recomienda recoger una muestra de suero emparejada, una muestra en la fase aguda y otra
en la fase de convalecencia de 2 a 4 semanas más tarde, en los pacientes en los que se sospecha
fuertemente que hay infección y el resultado de la RT-PCR es negativo.[430]
Diagnóstico

• La seroconversión o el aumento de los títulos de anticuerpos en el suero emparejado ayudan a


confirmar si la infección es reciente y/o aguda. Si la muestra inicial resulta positiva, podría deberse
a una infección pasada que no está relacionada con la enfermedad actual.
• La seroconversión puede ser más rápida y más robusta en pacientes con enfermedades graves en
comparación con aquellos con enfermedades leves o infecciones asintomáticas.
Los CDC recomiendan la realización de pruebas serológicas como método de respaldo al diagnóstico de
la infección aguda en los pacientes que se presentan de forma tardía (es decir, de 9 a 14 días después
de la aparición de los síntomas), además de otros métodos de detección viral (p. ej., RT-PCR, pruebas
de detección de antígenos), o en los pacientes que se presentan con complicaciones tardías (p. ej., el
síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico en los niños).[503]

• Se prefieren los ensayos con autorización de uso de emergencia de la FDA. No hay ninguna
ventaja de los ensayos si analizan la inmunoglobulina G (IgG), IgM e IgG, o el anticuerpo total.
• El valor predictivo positivo de la prueba debe optimizarse eligiendo pruebas de alta especificidad
(p. ej., >99.5%) y realizando pruebas a las personas o poblaciones con una alta probabilidad de
tener anticuerpos, o usando un algoritmo de prueba ortogonal. Los resultados deben interpretarse
en el contexto de los valores de predicción esperados (positivos y negativos).

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La Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América recomienda la realización de pruebas serológicas
en las siguientes circunstancias:[504]

• Evaluación de pacientes con alta sospecha clínica de infección cuando las pruebas diagnósticas
moleculares son negativas y han pasado al menos 2 semanas desde el inicio de los síntomas
• Evaluación del síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico en niños
• Estudios de serovigilancia.
Las respuestas de los anticuerpos al SARS-CoV-2 se producen generalmente durante las primeras 3
semanas de la enfermedad, siendo el tiempo de seroconversión de los anticuerpos IgG a menudo más
temprano que el de los anticuerpos IgM.[505] [506]

Una revisión de la Cochrane encontró que las pruebas de anticuerpos para IgG/IgM solo detectaron el
30% de las personas con COVID-19 cuando la prueba se realizó una semana después del inicio de los
síntomas, pero la precisión aumentó en la semana 2 con el 70% detectado y en la semana 3 con más
del 90% detectado. Los datos más allá de 3 semanas eran limitados. Las pruebas arrojaron resultados
falsos positivos en el 2% de los pacientes sin COVID-19. La revisión determinó que la sensibilidad de las
pruebas de anticuerpos es demasiado baja en la primera semana desde el inicio de los síntomas para
tener una función primordial en el diagnóstico de COVID-19, pero es probable que las pruebas tengan
una función útil en la detección de infecciones anteriores si se utilizan 15 o más días después del inicio
de los síntomas (aunque había muy pocos datos más allá de 35 días).[507]

Limitaciones de las pruebas serológicas


Las evidencias para el uso de pruebas de anticuerpos en el diagnóstico de COVID-19 todavía están
surgiendo y siguen existiendo incertidumbres sobre su eficacia y precisión. Las estimaciones de la
exactitud del diagnóstico deben interpretarse con cautela en ausencia de una norma de referencia
definitiva para diagnosticar o descartar la COVID-19. Se necesitan más evidencias sobre la eficacia de
las pruebas fuera de los entornos hospitalarios y en los casos asintomáticos o leves. La sensibilidad
estimada de las pruebas de anticuerpos osciló entre el 18.4% y el 96.1% (la sensibilidad más baja
informada fue la de una prueba en el punto de atención, aunque se informó una sensibilidad <50% para
una prueba de laboratorio), y la especificidad osciló entre el 88.9% y el 100%.[487]

Todavía se está empezando a comprender la respuesta de los anticuerpos al SARS-CoV-2; por lo tanto,
las pruebas de cribado de anticuerpos deben utilizarse con precaución y no para determinar infecciones
agudas.[430]

Diagnóstico
• Los resultados no indican con certeza la presencia o ausencia de una infección actual o previa,
ya que los anticuerpos IgM e IgG pueden tardar de 1 a 3 semanas en desarrollarse después de la
infección.[503] A menudo, un diagnóstico fiable solo es posible en la fase de recuperación cuando
han pasado las oportunidades de manejo o de interrupción de la transmisión.[430]
• La duración de la persistencia de los anticuerpos producidos en respuesta al SARS-CoV-2
sigue siendo objeto de estudio.[430] Algunas personas pueden no desarrollar anticuerpos
detectables después de la infección y en aquellas que lo hacen, los niveles de anticuerpos pueden
disminuir con el tiempo a niveles no detectables.[503] La presencia de anticuerpos que se unen
al SARS-CoV-2 no garantiza que sean anticuerpos neutralizantes, o que ofrezcan inmunidad
protectora.[430]
• Algunas pruebas pueden presentar una reactividad cruzada con otros coronavirus, como los que
causan el resfriado común, lo que puede dar lugar a resultados falsos positivos.[503]
• Las pruebas no deben utilizarse para determinar el estado de inmunidad de un individuo, ni para
tomar decisiones sobre la agrupación de personas que residen o visitan lugares de reunión de
muchas personas (p. ej., escuelas, dormitorios, centros penitenciarios) o personas que regresan a
su puesto de trabajo.[503]

Pruebas diagnósticas rápidas


Detección de anticuerpos

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• Si bien se han aprobado estuches de detección rápida de anticuerpos para la detección cualitativa
de anticuerpos IgG/IgM del SARS-CoV-2 en el suero, el plasma o la sangre total, la OMS no
recomienda el uso de estas pruebas fuera de los contextos de investigación, ya que aún no han
sido validadas.[508]
• Las evidencias son particularmente débiles para las pruebas serológicas en el punto de
atención. En un metanálisis se determinó que la sensibilidad general de los inmunoensayos
quimioluminiscentes (IEQL) para la IgG o la IgM era aproximadamente del 98%, y la sensibilidad
de los ensayos de inmunoabsorción enzimática (ELISA) era del 84%; sin embargo, los
inmunoensayos de flujo lateral (IFL), que se han desarrollado como pruebas en puntos de
atención, presentaban la sensibilidad más baja, del 66%. La sensibilidad más elevada de la prueba
fue 3 o más semanas después del inicio de los síntomas. Las pruebas disponibles no respaldan el
uso de las pruebas serológicas existentes en los puntos de atención.[509]
Detección de antígenos

• Las pruebas de antígenos se basan en la detección directa de las proteínas virales del SARS-
CoV-2 en frotis nasales y otras muestras respiratorias mediante un inmunoensayo de flujo lateral.
Los resultados suelen estar disponibles en menos de 30 minutos. Si bien las pruebas de antígenos
son sustancialmente menos sensibles que la RT-PCR, ofrecen la posibilidad de una detección
rápida, económica y temprana de los casos más infecciosos en los contextos adecuados. Si se
utiliza, las pruebas deben realizarse dentro de los primeros 5 a 7 días después del inicio de los
síntomas.[510]
• La OMS recomienda la realización de pruebas de antígenos solo en determinados escenarios
en los que no se dispone de RT-PCR, o en los que los prolongados plazos de entrega impiden la
utilidad clínica, siempre y cuando la prueba cumpla los requisitos mínimos de rendimiento de un
80% de sensibilidad y un ≥97% de especificidad en comparación con un ensayo de referencia de
RT-PCR.[510]
• La FDA ha advertido que pueden producirse falsos positivos con las pruebas de antígenos, incluso
cuando los usuarios no siguen las instrucciones de uso, y que el número de falsos positivos
aumenta a medida que disminuye la prevalencia de la enfermedad.[511]
• Las pruebas de antígenos han demostrado un mayor valor predictivo positivo (90%) que la RT-
PCR (70%), en comparación con los resultados del cultivo viral. El acuerdo sobre el porcentaje de
positivo para la detección del virus infeccioso para la prueba del antígeno fue similar al de la RT-
PCR cuando se comparó con los resultados del cultivo.[512]
• En algunos países también se dispone de pruebas de antígenos en laboratorio (no rápidas).

Estudios por imágenes de tórax


Diagnóstico

Todos los procedimientos de diagnóstico por imágenes deben realizarse de acuerdo con los
procedimientos locales de prevención y control de infecciones para evitar la transmisión. Los estudios por
imágenes de tórax se consideran seguros en las mujeres embarazadas.[513]

Se debe solicitar una radiografía de tórax a todos los pacientes en los que haya sospecha de
neumonía. Se encuentran infiltrados pulmonares unilaterales en el 25% de los pacientes e infiltrados
pulmonares bilaterales en el 75% de los pacientes.[50] [51] [514] Aunque la radiografía de tórax parece
tener una menor sensibilidad en comparación con la tomografía computarizada de tórax, presenta las
ventajas de que es menos intensiva en recursos, está asociada con menores dosis de radiación, es más
fácil de repetir secuencialmente y es portátil.[515]

Considere la posibilidad de solicitar una TC de tórax . La TC de tórax puede desempeñar un


papel en el diagnóstico en un número limitado de pacientes hospitalizados, especialmente cuando las
pruebas moleculares iniciales no han sido concluyentes, o cuando se está considerando un diagnóstico
alternativo.[516] Sin embargo, no es un diagnóstico para COVID-19 y se debe consultar la orientación
local para realizar una tomografía computarizada.

• La British Society of Thoracic Imaging (BSTI) recomienda la tomografía computarizada en


pacientes con sospecha clínica de COVID-19 que están gravemente enfermos si la radiografía de
tórax es incierta o normal. Sin la sospecha de COVID-19, la radiología es inespecífica y podría
representar muchos otros procesos de enfermedad. El BSTI, en colaboración con el NHS de

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
Inglaterra, ha producido una herramienta de apoyo a la decisión en radiología para ayudar a los
médicos a decidir si se debe solicitar o no un estudio por imágenes de tórax.[433] [BSTI: radiology
decision tool for suspected COVID-19]
• Algunas instituciones del Reino Unido recomiendan un enfoque más pragmático para los pacientes
con alta sospecha clínica de COVID-19, recomendando una TC de tórax solo después de dos
radiografías de tórax indeterminadas o normales en combinación con una prueba de RT-PCR
negativa.[517]
• El American College of Radiology recomienda reservar la TC para los pacientes sintomáticos
hospitalizados con indicaciones clínicas específicas para la TC y hace hincapié en que una TC de
tórax normal no significa que un paciente no tenga COVID-19 y que una TC de tórax anormal no es
específica para el diagnóstico de COVID-19.[518]
La TC de tórax tiene una sensibilidad para el diagnóstico de COVID-19 superior al 90% en adultos
sintomáticos. Sin embargo, la especificidad es menor, con un rango entre el 25% y el 83%. La precisión
parece ser menor entre los niños; sin embargo, hay pocos datos en esta población.[516]

Se han informado hallazgos anormales en la TC de tórax en hasta un 97% de los pacientes en un


metanálisis de 50,466 pacientes hospitalizados.[519] La evidencia de neumonía en la TC puede preceder
a un resultado positivo de RT-PCR para el SARS-CoV-2 en algunos pacientes.[520] Las alteraciones en
los estudios por imágenes de la TC pueden estar presentes en pacientes asintomáticos. La estimación
conjunta de la tasa de hallazgos positivos en la TC de tórax en los casos asintomáticos fue del 47.6%
(principalmente opacidades de vidrio deslustrado).[521] Algunos pacientes pueden presentar un hallazgo
torácico normal a pesar de un RT-PCR positivo.[522] Además, los resultados de la prueba de RT-PCR
pueden ser falsos negativos, por lo que los pacientes con hallazgos típicos en la TC deben repetir la
prueba RT-PCR para confirmar el diagnóstico.[523] Las mujeres embarazadas parecen presentar con
mayor frecuencia hallazgos de TC más avanzados, en comparación con la población adulta general; sin
embargo, los resultados son similares a los de la población adulta general.[524] La TC es más sensible
que la RT-PCR en la detección de COVID-19, pero presenta una especificidad muy baja.[525]

Características típicas

• Los hallazgos más frecuentes son la opacidad del vidrio esmerilado, ya sea de forma aislada o
coexistiendo con otros hallazgos como la consolidación, el engrosamiento del tabique interlobular
o el patrón de adoquín desordenado. La pauta de distribución más frecuente es la distribución
bilateral, periférica/subpleural, posterior de las opacidades, con un predominio del lóbulo inferior.
La afectación extensiva/multilobular con las consolidaciones es más frecuente en los pacientes de
edad avanzada y en las personas con enfermedades graves.[526]
• La opacidad del vidrio esmerilado presenta el mayor rendimiento diagnóstico para la neumonía

Diagnóstico
COVID-19, seguido de la opacidad de vidrio esmerilado más la consolidación, y solo la
consolidación.[527] La presencia simultánea de la opacidad del vidrio esmerilado y otras
características de la neumonía viral presentó un rendimiento óptimo en la detección de COVID-19
(sensibilidad 90% y especificidad 89%).[528]
• La exploración por TC generalmente muestra un aumento en el tamaño, número y densidad de
las opacidades de vidrio molido en el período inicial de seguimiento, con una progresión a áreas
mixtas de opacidades de vidrio esmerilado, consolidaciones y patrón de adoquín desordenado que
alcanzan su máximo en el día 10 a 11, antes de resolverse gradualmente o persistir como fibrosis
desigual.[526]
• Un pequeño estudio comparativo encontró que los pacientes con COVID-19 son más propensos
a tener una afectación bilateral con múltiples moteados y opacidad de vidrio esmerilado en
comparación con otros tipos de neumonía.[529]
• Los niños suelen presentar hallazgos normales o alteraciones leves en la tomografía
computarizada de tórax. Los signos más frecuentes en los niños son la opacidad irregular
del vidrio esmerilado y, menos frecuentemente, sombras irregulares no específicas, áreas de
consolidación y un signo de halo. Las alteraciones son más frecuentes en los lóbulos inferiores
y son predominantemente unilaterales. El derrame pleural es infrecuente. Los niños pueden
presentar signos de neumonía en las imágenes de tórax, a pesar de presentar síntomas mínimos o
ningún síntoma.[530]
Características atípicas

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico

• El agrandamiento vascular pulmonar, el engrosamiento del tabique interlobular o intralobular, el


engrosamiento pleural adyacente, los broncogramas de aire, las líneas subpleurales, el patrón
de adoquín desordenado, la distorsión de los bronquios, la bronquiectasia, el signo de retracción
vacuolar y el signo de halo son características atípicas. También se han informado con escasa
frecuencia derrames pleurales, derrames pericárdicos, cavitación, neumotórax y linfadenopatía
mediastínica.[526]
La OMS recomienda los estudios por imágenes del tórax en los siguientes casos:[515]

• Pacientes sintomáticos con sospecha de COVID-19 cuando la RT-PCR no está disponible, los
resultados de la prueba de RT-PCR se retrasan, o la prueba inicial de RT-PCR es negativa pero
existe una alta sospecha clínica de COVID-19 (para el diagnóstico)
• Los pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19 que no están actualmente
hospitalizados y tienen síntomas leves (para decidir sobre el ingreso hospitalario frente al alta
domiciliaria)
• Pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19 que no están actualmente hospitalizados
y presentan síntomas de moderados a graves (para ayudar a decidir sobre el ingreso en la sala
ordinaria frente al ingreso en la unidad de cuidados intensivos)
• Pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19 que están actualmente hospitalizados y
presentan síntomas de moderados a graves (para informar el manejo terapéutico).

Pruebas emergentes
Amplificación isotérmica mediada por bucle de transcripción inversa

• Los ensayos de amplificación isotérmica mediada por bucle de transcripción inversa (RT-LAMP)
son una prueba emergente para detectar el ARN viral del SARS-CoV-2. Aunque los ensayos son
simples y rápidos, hay menos evidencias para su uso. Se han desarrollado y se están evaluando
ensayos para el SARS-CoV-2.[531] [532] [533]
Ultrasonido de pulmón

• La ecografía pulmonar se utiliza como herramienta de diagnóstico en algunos centros como


alternativa a la radiografía y a la tomografía computarizada de tórax. Aunque solo hay evidencias
Diagnóstico

de muy baja certeza que respaldan su exactitud diagnóstica, podría ser útil como modalidad de
estudio por imagen complementaria o alternativa.[515] Presenta las ventajas de la portabilidad,
la evaluación en la cama, la reducción de la exposición del profesional de salud, un proceso de
esterilización más sencillo, la ausencia de exposición a la radiación ionizante y la repetibilidad
durante el seguimiento. También puede ser más fácil de conseguir en entornos de recursos
limitados. Sin embargo, también tiene limitaciones (p. ej., es incapaz de discernir la cronicidad de
una lesión) y pueden requerirse otras modalidades de estudio por imágenes. Las líneas B son el
patrón prominente en los pacientes con COVID-19, ocurriendo con una frecuencia conjunta del
97%. Las alteraciones de la línea pleural también son frecuentes con una frecuencia conjunta
del 70%. Aunque estos hallazgos no son específicos del COVID-19, aumentan la probabilidad de
enfermedad en el contexto de una presentación clínica característica. Otros hallazgos incluyen
consolidaciones, engrosamiento pleural y derrame pleural.[534] La ecografía puede utilizarse en
mujeres embarazadas y niños.[535] [536]
• Las posibles funciones de las ecografías incluyen: reducir la transmisión nosocomial, monitorizar la
evolución de los pacientes; y un posible papel en las subpoblaciones que son vulnerables pero que
no son aptas para la TC (p. ej., las mujeres embarazadas).[537]
• [BSTI: lung ultrasound (LUS) for COVID-19 patients in critical care areas]
Aislamiento viral

• El aislamiento viral no se recomienda como un procedimiento de diagnóstico de rutina. Todos


los procedimientos que implican el aislamiento viral en el cultivo de células requieren personal
capacitado e instalaciones de nivel 3 de bioseguridad (BSL-3).[430]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
Calprotectina

• La calprotectina es un biomarcador emergente de interés. Las concentraciones de calprotectina


suelen aumentar tras una infección o un traumatismo, y en las enfermedades inflamatorias. Se
ha demostrado que los niveles de calprotectina sérica/fecal son significativamente elevados en
los pacientes con COVID-19 que padecen una enfermedad grave, y puede tener un significado
pronóstico.[538]

Manejo de las afecciones coexistentes


Best Practice ha publicado un tema separado sobre el manejo de las afecciones coexistentes en el
contexto de COVID-19. [BMJ Best Practice: Management of co-existing conditions in the context of
COVID-19]

Anamnesis y examen
Principales factores de diagnóstico
fiebre (común)
Informado en aproximadamente el 77% de los pacientes.[138] En una serie de casos, solo el 44% de
los pacientes tuvo fiebre en la presentación, pero se desarrolló en el 89% de los pacientes después
del ingreso hospitalario.[539] La evolución puede ser prolongada e intermitente y algunos pacientes
pueden presentar escalofríos/rigores. En los niños, la fiebre puede estar ausente o ser breve y de
rápida resolución.[540]

tos (común)
Informado en aproximadamente el 68% de los pacientes.[138] La tos suele ser seca; sin embargo, se
ha informado de una tos productiva en algunos pacientes.

disnea (común)
Informado en aproximadamente el 38% de los pacientes.[138] La mediana de tiempo desde el inicio

Diagnóstico
de los síntomas hasta el desarrollo de la disnea es de 5 a 8 días.[50] [51] [541] Puede durar semanas
después de la aparición inicial de los síntomas. Se han informado las sibilancias en el 17% de los
pacientes.[542]

sentido del olfato/gusto alterado (común)


La presencia de anosmia y/o ageusia puede ser útil como señal de alarma para el diagnóstico.[429]
Se ha informado una disfunción olfativa (anosmia/hiposmia) en aproximadamente el 41% de los
pacientes, y una disfunción gustativa (ageusia/disgeusia) en aproximadamente el 35% de los
pacientes.[138] La prevalencia parece ser mayor en los estudios europeos.[543] Puede ser un
síntoma temprano antes del inicio de otros síntomas, o puede ser el único síntoma en pacientes con
una enfermedad leve o moderada.[544] La prevalencia de la anosmia/ageusia que se presentó antes
de otros síntomas fue del 13% al 73%, al mismo tiempo que otros síntomas fue del 14% al 39%, y
después de otros síntomas fue del 27% al 49%.[545] Se informó la completa resolución o mejora de
los síntomas en el 89% de los pacientes 4 semanas después del inicio.[546] La anosmia o la hiposmia
se asocian significativamente con un mayor riesgo de dar positivo en las pruebas de COVID-19, y
es un buen factor pronóstico de la infección.[547] Muchos fármacos se asocian con cambios en el

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
gusto y el olfato (p. ej., los antibióticos, los inhibidores de la ECA) y deben tenerse en cuenta en el
diagnóstico diferencial.[548]

Otros factores de diagnóstico


fatiga (común)
Informado en aproximadamente el 30% de los pacientes.[138] Los pacientes también pueden informar
malestar general. La fatiga y el agotamiento pueden ser extremos y prolongados, incluso en pacientes
con enfermedades leves.

mialgia o artralgia (común)


Se ha informado en aproximadamente el 17% (mialgia) y el 11% (artralgia) de los pacientes.[542] Se
ha informado artritis con escasa frecuencia.[549]

producción de esputo/expectoración (común)


Informado en aproximadamente el 18% de los pacientes.[138]

opresión en el pecho (común)


Se ha informado en aproximadamente el 22.9% de los pacientes.[468]

síntomas gastrointestinales (común)


Informado en el 20% de los pacientes. La prevalencia agrupada ponderada de síntomas específicos
es la siguiente: pérdida de apetito 22.3%; diarrea 2.4%; náuseas/vómitos 9%; y dolor abdominal
6.2%. Los síntomas gastrointestinales parecen ser más frecuentes fuera de China, aunque esto
puede deberse al aumento de la consciencia y la información de estos síntomas a medida que la
pandemia avanza.[550] Los síntomas gastrointestinales no se asocian con una mayor probabilidad de
dar positivo en las pruebas de COVID-19; sin embargo, la anorexia y la diarrea, cuando se combinan
con la pérdida del olfato/sabor y la fiebre, fueron 99% específicas para la infección por COVID-19 en
un estudio prospectivo de casos y controles.[551] La presencia de síntomas gastrointestinales puede
ser un factor pronóstico del avance a la enfermedad grave.[552] [553] Sin embargo, la presencia de
Diagnóstico

estos síntomas no parece afectar a la tasa de ingreso en la unidad de cuidados intensivos, ni a la


mortalidad.[554] Se ha informado de una hematoquecia.[555]

dolor de garganta (común)


Informado en aproximadamente el 16% de los pacientes.[138] Generalmente, se presenta al principio
de la evolución clínica.

cefalea (común)
Informado en aproximadamente el 16% de los pacientes.[138]

mareos (común)
Se ha informado en, aproximadamente, el 11% de los pacientes.[542]

síntomas neurológicos (común)


Se ha informado de confusión en, aproximadamente, el 11% de los pacientes.[542] La prevalencia
de la confusión/delirio y la agitación es elevada (65% y 69%, respectivamente) en los pacientes
de la unidad de cuidados intensivos.[556] El delirio se asocia con un mayor riesgo de mortalidad,
y su inicio rápido puede indicar un deterioro clínico.[557] El uso de benzodiacepinas y la ausencia

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
de visitas familiares (virtuales o en persona) han sido identificados como factores de riesgo de
delirio.[558] La prevalencia agrupada de la ansiedad, la depresión y el insomnio es del 15.2%, 16%
y 23.9%, respectivamente.[559] El estado mental alterado era tan frecuente en pacientes jóvenes
hospitalizados (<60 años) como en pacientes de edad avanzada en un estudio.[560] [561]

síntomas oculares (común)


Se ha informado en el 11% de los pacientes. Los síntomas oculares más frecuentes son la sequedad
ocular o la sensación de cuerpo extraño (16%), el enrojecimiento (13,3%), el lagrimeo (12,8%),
el picor (12,6%), el dolor ocular (9,6%) y la secreción (8,8%). La conjuntivitis fue la enfermedad
ocular más frecuente en los pacientes con manifestaciones oculares (88.8%).[562] La mayoría de los
síntomas son leves y se prolongan de 4 a 14 días sin complicaciones. Los síntomas prodrómicos se
presentan en el 12.5% de los pacientes.[563] Se informó de síntomas oculares leves (p. ej., secreción
conjuntival, frotamiento de los ojos, congestión conjuntival) en el 22.7% de los niños de un estudio
transversal. Los niños con síntomas sistémicos presentaban más probabilidades de desarrollar
síntomas oculares.[564]

rinorrea/congestión nasal (infrecuente)


Se ha informado de rinorrea en, aproximadamente, el 8% de los pacientes, y de congestión nasal en,
aproximadamente, el 5% de los pacientes.[542]

dolor torácico (infrecuente)


Se ha informado en, aproximadamente, el 7% de los pacientes.[542] Puede indicar neumonía.

síntomas cutáneos (infrecuente)


La prevalencia agrupada de las lesiones cutáneas generales es del 5.7%. Los síntomas más
frecuentes son una presentación similar a un exantema viral (4.2%), una erupción maculopapular
(3.8%) y lesiones vesiculobulosas (1.7%). Otras manifestaciones son la urticaria, las lesiones
parecidas a la sabañón, el livedo reticularis y la gangrena de los dedos de las manos y de los
pies.[565] En el estudio de síntomas de COVID del Reino Unido, el 17% de los pacientes informó una
erupción como primer síntoma de la enfermedad, y el 21% de los pacientes informó una erupción

Diagnóstico
como único signo clínico.[566] No está claro si las lesiones de la piel se deben a una infección viral, a
las consecuencias sistémicas de la infección o a los fármacos que el paciente puede estar tomando.
Se necesitan más datos para comprender mejor la afectación cutánea.

[British Association of Dermatologists: Covid-19 skin patterns]

síntomas del tracto urinario inferior (infrecuente)


Hay evidencias emergentes de que los pacientes pueden presentar raramente signos, síntomas y
características radiológicas y de laboratorio indicativas de la afectación del tracto urinario inferior
y del sistema genital masculino. Esto puede incluir molestias, hinchazón o dolor escrotal (orquitis
aguda, epididimitis o epididimoorquitis), priapismo de bajo flujo, alteración de la espermatogénesis,
hemorragia vesical, retención urinaria aguda y empeoramiento de los síntomas existentes del tracto
urinario inferior. Se requiere más estudios sobre este tema.[567]

hemoptisis (infrecuente)
Se ha informado en, aproximadamente, el 2% de los pacientes.[542] Puede ser un síntoma de
embolia pulmonar.[568]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
sonidos de respiración bronquial (infrecuente)
Puede indicar neumonía.

taquipnea (infrecuente)
Puede presentarse en pacientes con dificultad respiratoria aguda.

taquicardia (infrecuente)
Puede presentarse en pacientes con dificultad respiratoria aguda.

cianosis (infrecuente)
Puede presentarse en pacientes con dificultad respiratoria aguda.

crepitaciones/estertores durante la auscultación (infrecuente)


Puede presentarse en pacientes con dificultad respiratoria aguda.
Diagnóstico

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Pruebas diagnósticas
1ª prueba para solicitar

Prueba Resultado
Reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa en positivo para el ARN viral
tiempo real (RT-PCR) del SARS-CoV-2; puede ser
Importante : la Administración de Medicamentos y Alimentos de positivo para los virus de la
EE. UU. (FDA) ha advertido que pueden producirse resultados
gripe A y B y otros patógenos
falsos negativos con cualquier prueba molecular para la detección
del coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 (SARS- respiratorios
CoV-2) si se produce una mutación en la parte del genoma del
virus evaluada por dicha prueba. Los objetivos genéticos múltiples
para determinar un resultado final presentan menos probabilidades
de verse afectados por el aumento de la prevalencia de variantes
genéticas. Se deben considerar los resultados negativos en
combinación con las observaciones clínicas, la historia clínica del
paciente y la información epidemiológica.[569]

Se debe solicitar una RT-PCR para el SARS-CoV-2 en pacientes con


sospecha de infección siempre que sea posible (véase la [Criteria]
sección).[430] Se espera que los ensayos de uso común sean
capaces de detectar las variantes de SARS-CoV-2 de interés.[191]

Las pruebas moleculares son solo una ayuda para el diagnóstico.


La Organización Mundial de la Salud recomienda que el profesional
de salud considere un resultado positivo o negativo, en combinación
con el tipo de muestra, las observaciones clínicas, la historia clínica
del paciente y la información epidemiológica. Cuando el resultado de
una prueba no se corresponda con la presentación clínica, se debe
tomar una nueva muestra y volver a analizarla utilizando la misma
prueba molecular o una diferente.[474]

Las decisiones sobre a quién se debe realizar las pruebas se

Diagnóstico
deben fundamentar en factores clínicos y epidemiológicos.[430] Se
debe consultar a las autoridades sanitarias locales para obtener
orientación, ya que las prioridades de las pruebas dependen de las
recomendaciones locales y de los recursos disponibles.

En el Reino Unido, se recomienda hacer pruebas en: (1) personas


con síntomas de una nueva tos continua, temperatura alta o
alteración del sentido del olfato/gusto; (2) personas con infección
respiratoria aguda, enfermedad similar a la gripe, evidencia clínica o
radiológica de neumonía, o empeoramiento agudo de la enfermedad
respiratoria subyacente, o fiebre sin otra causa (ya sea que se
presente en la atención primaria o secundaria).[475]

En los EE.UU., se recomienda hacer pruebas en: (1) personas con


síntomas, aunque sean leves; (2) personas asintomáticas y han
estado en contacto cercano (menos de 2 metros [6 pies] durante
un total de 15 minutos o más en un período de 24 horas) con una
persona con infección documentada; (3) personas asintomáticas y
no han estado en contacto cercano durante al menos 15 minutos
con una persona con infección documentada solo si lo requiere un
profesional de salud o un funcionario de salud pública.[476]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico

Prueba Resultado
La American Academy of Pediatrics recomienda que se realicen
pruebas a los niños con síntomas compatibles con el COVID-19, a
los niños en estrecho contacto con una persona que presenta una
infección probable o confirmada, y a los niños que requieran cribado
basados en las recomendaciones de las autoridades de salud
pública, o en otras situaciones (p. ej., antes de un procedimiento
médico como una cirugía electiva o como un requisito de la escuela
o el lugar de trabajo). La decisión de realizar una prueba no difiere
según la edad del niño. No se recomienda la realización de pruebas
en el caso de otras enfermedades que no presentan síntomas
comunes (p. ej., la infección del tracto urinario, la celulitis), ni en
el caso de los niños expuestos a contactos cercanos de personas
infectadas, a menos que esos contactos sean sintomáticos, o se
cumplan otros criterios.[477]

La muestra óptima para las pruebas depende de la presentación


clínica y del tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas.
La Organización Mundial de la Salud recomienda las muestras de
las vías respiratorias altas (frotis nasofaríngeos y/u orofaríngeos)
para las infecciones de etapa temprana, especialmente los casos
asintomáticos o leves, y las muestras de las vías respiratorias
bajas (esputo y/o aspirado endotraqueal o lavado broncoalveolar
en pacientes con enfermedades respiratorias más graves) para
las infecciones de etapa posterior o pacientes en los que hay una
fuerte sospecha de infección y la prueba de la muestra de las vías
respiratorias altas fue negativa. En algunas circunstancias pueden
recomendarse otras muestras (p. ej., frotis de cornete nasal medio,
frotis de nariz anterior, lavado/aspiración nasofaríngea/nasal, saliva,
heces); consulte la orientación local.[430] [483] [504] Los metanálisis
de las muestras de saliva emparejadas y los hisopos nasofaríngeos
no encontraron diferencias estadísticamente significativas en la
sensibilidad o la especificidad entre estas muestras para la detección
del SARS-CoV-2, especialmente en el contexto ambulatorio. La
sensibilidad no fue significativamente diferente entre las personas
asintomáticas y los pacientes ambulatorios. Los métodos de recogida
Diagnóstico

de saliva pueden afectar a la sensibilidad.[478] [479] [480] [481]

Un resultado positivo de la RT-PCR confirma la infección por SARS-


CoV-2 (en el contexto de las limitaciones asociadas a las pruebas
de RT-PCR). Si el resultado es negativo y sigue existiendo una
sospecha clínica de infección (p. ej., un vínculo epidemiológico,
hallazgos típicos en los rayos X, ausencia de otra etiología), se
debe volver a tomar la muestra del paciente y repetir la prueba. Un
resultado positivo confirma la infección. Si la segunda prueba es
negativa, se debe considerar la posibilidad de realizar una prueba
serológica (véase más abajo).[430]

Se ha estimado que la sensibilidad agrupada es del 87.8%, y que la


especificidad está en el rango del 87.7% al 100%.[487]

Se deben interpretar los resultados de la prueba con precaución.


Aún están apareciendo evidencias del uso de la RT-PCR en el
diagnóstico de COVID-19, y siguen existiendo incertidumbres
sobre su eficacia y precisión.[487] No se comprende por completo
si un resultado positivo representa siempre un virus infeccioso,
especialmente en los umbrales de ciclos altos.[488] [491] [492]
[493] La interpretación del resultado depende de la exactitud de la

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico

Prueba Resultado
prueba misma y de las probabilidades previas y posteriores a la
prueba de la enfermedad.[490] Cuando la probabilidad previa a la
prueba es baja, los resultados positivos deben ser interpretados
con cautela, e idealmente una segunda muestra debe ser probada
para su confirmación.[494] Cuanto menor sea la prevalencia de
la enfermedad en una población determinada, menor será la
probabilidad posterior a la prueba.[495] Los resultados falsos
positivos pueden deberse a un error de laboratorio o a una reacción
cruzada con anticuerpos formados por la exposición actual y
pasada a infecciones estacionales de coronavirus humano (p. ej.,
el resfriado común), y son más probables cuando la prevalencia de
la enfermedad es moderada a baja.[497] [498] Las estimaciones
preliminares de la tasa de falsos positivos en el Reino Unido están
en el rango del 0.8% al 4%.[499] Se han registrado tasas de falsos
negativos de entre el 2% y el 29%.[490] Una revisión sistemática
determinó que la tasa de falsos negativos variaba entre los estudios
del 1.8% al 58% (mediana del 11%); sin embargo, había una
heterogeneidad sustancial y en gran medida inexplicable entre los
estudios.[500]

Se deben recoger frotis nasofaríngeos para descartar la gripe y otras


infecciones respiratorias de acuerdo con la guía de orientación local.
Es importante señalar que pueden producirse coinfecciones y que
una prueba positiva para un patógeno que no sea el COVID-19 no
descarta la presencia de COVID-19.[2] [486] Cuando el SARS-CoV-2
y los virus de la gripe están en cocirculación, se deben realizar
pruebas para ambos virus en todos los pacientes hospitalizados
con enfermedades respiratorias agudas, y solo se deben realizar
pruebas para el virus de la gripe en pacientes ambulatorios con
enfermedades respiratorias agudas si los resultados modifican el
tratamiento clínico del paciente.[3] En algunos países se dispone
de ensayos múltiples de prueba única para diagnosticar la infección
causada por la gripe A, la gripe B y el SARS-CoV-2.
oximetría de pulso puede mostrar una baja

Diagnóstico
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave. saturación de oxígeno (SpO₂
<90%)
Se recomienda en pacientes con problemas respiratorios y cianosis.

Los médicos deben ser conscientes de que los pacientes con


COVID-19 pueden desarrollar "hipoxia silenciosa": su saturación
de oxígeno puede descender a niveles bajos y precipitar una
insuficiencia respiratoria aguda sin la presencia de síntomas
evidentes de dificultad respiratoria.[463]

Los pulsioxímetros pueden presentar una precisión subóptima en


determinadas poblaciones. Los datos limitados de estudios con un
número reducido de participantes sugieren que la pigmentación de
la piel puede afectar a la precisión del pulsioxímetro. En un estudio,
la hipoxemia oculta (definida en el estudio como una saturación
arterial de oxígeno <88% por gasometría arterial a pesar de una
saturación de oxígeno del 92% al 96% en la oximetría de pulso)
no se detectó por oximetría de pulso con una frecuencia casi tres
veces mayor en los pacientes de raza negra en comparación con las
personas de raza blanca.[464] La Administración de Medicamentos y
Alimentos de EE. UU. (FDA) ha advertido que hay múltiples factores
que pueden afectar a la precisión de la lectura de un pulsioxímetro

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Prueba Resultado
(p. ej., la mala circulación, la pigmentación de la piel, el grosor de
la piel, la temperatura de la piel, el consumo actual de tabaco o el
uso de esmalte de uñas). La FDA recomienda tener en cuenta las
limitaciones de precisión cuando se utilice un pulsioxímetro para
ayudar a tomar decisiones de diagnóstico y tratamiento y utilizar
las tendencias de las lecturas a lo largo del tiempo en lugar de los
puntos de corte absolutos, si es posible.[465]

Solo una pequeña proporción de los pacientes tienen otra disfunción


orgánica, lo que significa que después de la fase inicial de deterioro
agudo, los métodos tradicionales para reconocer un mayor deterioro
(p. ej., la puntuación nacional de alerta temprana 2 [NEWS2])
pueden no ayudar a predecir a los pacientes que van a desarrollar
una insuficiencia respiratoria.[463]
GSA puede mostrar una baja
Se debe solicitar en los pacientes con enfermedades graves como se presión parcial de oxígeno
indica para detectar la hipercapnia o la acidosis.

Se recomienda en pacientes con dificultad respiratoria y cianosis que


presenten una baja saturación de oxígeno (SpO₂ <90%).
hemograma completo (HC) linfopenia; leucocitosis;
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave. leucopenia; trombocitopenia;
disminución de los
La linfopenia, la leucocitosis, la trombocitopenia, la disminución eosinófilos; disminución de la
de los eosinófilos, la disminución de la hemoglobina y la elevada
proporción de neutrófilos en relación con los linfocitos se asocian hemoglobina
de manera significativa con las enfermedades graves y pueden ser
útiles para predecir el avance de la enfermedad. Los casos graves
tienen más probabilidades de presentar linfopenia y trombocitopenia,
pero no leucopenia.[570]

La elevada amplitud de la distribución de los eritrocitos (en


Diagnóstico

el momento del ingreso hospitalario y en aumento durante la


hospitalización) se ha asociado con un aumento significativo del
riesgo de mortalidad en los pacientes hospitalizados.[571]

Los recuentos absolutos de los principales subconjuntos de linfocitos,


en particular los recuentos de células T CD4+ y CD8+, se reducen
significativamente en los pacientes con enfermedades graves.[572]

Se ha informado de la existencia de trombocitopenia de fase tardía


(es decir, que se produce tres semanas o más después del inicio de
los síntomas), pero es infrecuente.[573]
perfil metabólico completo (PMC) aumento de las enzimas
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave. hepáticas; aumento de la
bilirrubina total; insuficiencia
El aumento de las enzimas hepáticas, la bilirrubina total, la creatinina renal; hipoalbuminemia;
y la urea sérica, así como la hipoalbuminemia, se asocian de manera
significativa con la enfermedad grave y pueden ser útiles para trastornos de electrolíticos
predecir el avance.[570]

Se ha informado de hipopotasemia en el 54% de los pacientes.[574]


Se ha registrado hipocalcemia en el 63% de los pacientes y

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Prueba Resultado
se asocia con malos resultados.[575] [576] Puede haber otros
desórdenes electrolíticos.
nivel de glucemia variable
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

Un alto nivel de glucemia en ayunas durante el ingreso predice


independiente un mal pronóstico.[577]

La hipoglucemia también se ha asociado al aumento de la mortalidad


en un estudio retrospectivo de cohortes.[578]
cribado de coagulación aumento del dímero D;
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave. tiempo de protrombina
prolongado; aumento del
El aumento del dimero D, el aumento de fibrinógeno (y el producto fibrinógeno
de degradación de la fibrina) y el tiempo prolongado de protrombina
se asocian significativamente con la enfermedad grave y pueden ser
útiles para pronosticar el avance de la enfermedad.[570] [579]

El riesgo de enfermedad grave y de mortalidad es dos y cuatro veces


mayor, respectivamente, en los pacientes con niveles elevados del
dímero D.[580] Los pacientes con niveles muy altos del dímero D
tienen un mayor riesgo de trombosis.[581] [582]
biomarcadores cardíacos puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

El aumento de troponina I sérica y la banda miocárdica de la


creatina cinasa (CK-MB) están significativamente asociadas con la
enfermedad grave, y pueden ser útiles para predecir el avance de la
enfermedad.[570]

Otros biomarcadores cardíacos (p. ej. el péptido natriurético cerebral,


la troponina T cardíaca) también pueden estar aumentados y están

Diagnóstico
asociados con enfermedades graves y peores resultados.[583] [584]

Se ha encontrado que la CK-MB está aumentada en las


enfermedades leves de los niños. El significado de esto es
desconocido.[471]
proteína C-reactiva sérica puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

El aumento de la proteína C-reactiva se asocia significativamente con


la enfermedad grave y puede ser útil para pronosticar el avance de la
enfermedad.[570]

Los pacientes con un aumento de la proteína C-reactiva en el


momento de la presentación inicial presentaban más probabilidades
de sufrir una lesión renal aguda, tromboembolismo venoso,
enfermedad crítica y mortalidad intrahospitalaria durante su estancia
hospitalaria, en comparación con los pacientes con niveles más
bajos.[585]
velocidad de sedimentación globular en suero puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

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Prueba Resultado
Es generalmente elevado en pacientes con COVID-19.[469]

lactato deshidrogenasa en suero puede estar elevada


Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

El aumento de la deshidrogenasa láctica sérica se asocia


significativamente con la enfermedad grave y puede ser útil para
pronosticar el avance de la enfermedad.[570]
nivel de interleucina-6 en suero puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

El aumento del nivel de interleucina-6 se asocia significativamente


con la enfermedad grave y puede ser útil para pronosticar el avance
de la enfermedad.[570]

Es menos probable que esté aumentada en los niños.[586]


procalcitonina sérica puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

El aumento de la procalcitonina sérica se asocia significativamente


con la enfermedad grave y puede ser útil para pronosticar el avance
de la enfermedad.[570]

El aumento de la procalcitonina sérica puede ser más frecuente en


los niños.[460]

Puede estar aumentada en pacientes con infección bacteriana


secundaria.[50] [51]

No hay evidencias suficientes para recomendar la realización de


pruebas rutinarias de procalcitonina para orientar las decisiones
sobre el uso de antibióticos.[587]
Diagnóstico

Sin embargo, puede ser útil para limitar el uso excesivo de


antibióticos en pacientes con neumonía asociada a COVID-19.[588]
nivel de ferritina en suero puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

La ferritina elevada se asocia significativamente con enfermedades


graves y puede ser útil para pronosticar el avance de la
enfermedad.[589]

Puede indicar el desarrollo del síndrome de liberación de


citoquinas.[590]
amiloide sérico nivel A puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

Los niveles aumentan en la enfermedad grave; por lo tanto,


puede ser útil como un biomarcador para predecir el avance de la
enfermedad.[591]
creatina-cinasa y mioglobina en suero puede estar elevada
Se debe solicitar en pacientes con enfermedad grave.

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Prueba Resultado
Aumento de la creatina-cinasa y la mioglobina sérica están
significativamente asociadas con la enfermedad grave, y pueden ser
útiles para pronosticar el avance de la enfermedad.[570]

cultivos de esputo y hemocultivos negativo para infección


Se deben recoger muestras de sangre y esputo para su cultivo bacteriana
en pacientes con enfermedades graves o críticas con el fin de
descartar otras causas de infección de las vías respiratorias bajas y
sepsis, especialmente en pacientes que presentan una anamnesis
epidemiológica atípica.[2]

Las pruebas son más útiles cuando existe preocupación por


patógenos resistentes a múltiples fármacos.[588]

Deben recogerse muestras antes de iniciar los antimicrobianos


empíricos, si es posible.
radiografía de tórax infiltraciones pulmonares
Se debe solicitar en todos los pacientes que presentan sospecha de unilaterales o bilaterales
neumonía.

Se encuentran infiltrados pulmonares unilaterales en el 25% de los


pacientes y bilaterales en el 75% de los pacientes.[50] [51] [514]

Aunque la radiografía de tórax parece tener una menor sensibilidad


en comparación con la tomografía computarizada de tórax,
presenta las ventajas de que es menos intensiva en recursos, está
asociada con menores dosis de radiación, es más fácil de repetir
secuencialmente y es portátil.[515]

Diagnóstico

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Otras pruebas que se deben considerar

Prueba Resultado
Tomografía computarizada (TC) de tórax opacidad de vidrio esmerilado
Se debe considerar la posibilidad de realizar una TC de tórax. aislada o coexistente
Consulte la orientación local para saber si debe realizar una con otros hallazgos
tomografía computarizada. La British Society of Thoracic Imaging
(p. ej., consolidación,
(BSTI) recomienda la tomografía computarizada en pacientes con
sospecha clínica de COVID-19 que están gravemente enfermos si la engrosamiento del tabique
radiografía de tórax es incierta o normal. [BSTI: radiology decision interlobular, patrón de
tool for suspected COVID-19] Algunas instituciones del Reino Unido adoquín desordenado);
recomiendan un enfoque más pragmático para los pacientes con alta
distribución bilateral,
sospecha clínica de COVID-19, recomendando una TC de tórax solo
después de dos radiografías de tórax indeterminadas o normales en periférica/subpleural,
combinación con una prueba de RT-PCR negativa.[517] El American posterior con predominio del
College of Radiology recomienda reservar la TC para los pacientes lóbulo inferior
sintomáticos hospitalizados con indicaciones clínicas específicas
para la TC y hace hincapié en que una TC de tórax normal no
significa que un paciente no tenga COVID-19 y que una TC de tórax
anormal no es específica para el diagnóstico de COVID-19.[518]

La TC de tórax tiene una sensibilidad para el diagnóstico de


COVID-19 superior al 90% en adultos sintomáticos. Sin embargo,
la especificidad es menor, con un rango entre el 25% y el 83%. La
precisión parece ser menor entre los niños; sin embargo, hay pocos
datos en esta población.[516]

Se han informado hallazgos anormales en la tomografía de tórax


en hasta el 97% de los pacientes hospitalizados.[519] La evidencia
de neumonía en la TC puede preceder a un resultado positivo
de RT-PCR para el SARS-CoV-2 en algunos pacientes.[520] Las
alteraciones en los estudios por imágenes de la TC pueden estar
presentes en pacientes asintomáticos. La estimación conjunta
de la tasa de hallazgos positivos en la TC de tórax en los casos
asintomáticos fue del 47.6% (principalmente opacidades de vidrio
Diagnóstico

deslustrado).[521] Algunos pacientes pueden presentar un hallazgo


torácico normal a pesar de un RT-PCR positivo.[522] Además, los
resultados de la prueba de RT-PCR pueden ser falsos negativos, por
lo que los pacientes con hallazgos típicos en la TC deben repetir la
prueba RT-PCR para confirmar el diagnóstico.[523]

Los hallazgos más frecuentes son la opacidad del vidrio esmerilado,


ya sea de forma aislada o coexistiendo con otros hallazgos como
la consolidación, el engrosamiento del tabique interlobular o
el patrón de adoquín desordenado. El patrón de distribución
más frecuente es la distribución bilateral, periférica/subpleural,
posterior de las opacidades, con un predominio del lóbulo inferior.
La afectación extensiva/multilobular con las consolidaciones
es más frecuente en los pacientes de edad avanzada y en las
personas con enfermedades graves. El agrandamiento vascular
pulmonar, el engrosamiento del tabique interlobular o intralobular,
el engrosamiento pleural adyacente, los broncogramas de aire,
las líneas subpleurales, el patrón de adoquín desordenado, la
distorsión de los bronquios, la bronquiectasia, el signo de retracción
vacuolar y el signo de halo son características atípicas. También
se han informado con escasa frecuencia derrames pleurales,
derrames pericárdicos, cavitación, neumotórax y linfadenopatía

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Prueba Resultado
mediastínica.[526] La opacidad del vidrio esmerilado presenta el
mayor rendimiento diagnóstico para la neumonía COVID-19, seguido
de la opacidad de vidrio esmerilado más la consolidación, y solo la
consolidación.[527]

Los niños suelen presentar hallazgos normales o alteraciones leves


en la tomografía computarizada de tórax. Los signos más frecuentes
en los niños son la opacidad irregular del vidrio esmerilado y,
menos frecuentemente, sombras irregulares no específicas, áreas
de consolidación y un signo de halo. Las alteraciones son más
frecuentes en los lóbulos inferiores y son predominantemente
unilaterales. El derrame pleural es infrecuente.[530]

La exploración por TC generalmente muestra un aumento en el


tamaño, número y densidad de las opacidades de vidrio molido
en el período inicial de seguimiento, con una progresión a áreas
mixtas de opacidades de vidrio esmerilado, consolidaciones y patrón
de adoquín desordenado que alcanzan su máximo en el día 10
a 11, antes de resolverse gradualmente o persistir como fibrosis
desigual.[526]

El valor predictivo positivo fue bajo (1.5% a 30.7%) en las


regiones de baja prevalencia, y el valor predictivo negativo osciló
entre el 95.4% y el 99.8% en un metanálisis. La sensibilidad
y la especificidad agrupadas fueron del 94% al 96% y el 37%,
respectivamente.[592] [593] La presencia simultánea de la opacidad
del vidrio esmerilado y otras características de la neumonía viral
presentó un rendimiento óptimo en la detección de COVID-19
(sensibilidad 90% y especificidad 89%).[528]

La TC es más sensible que la RT-PCR en la detección de COVID-19,


pero presenta una especificidad muy baja.[525] En una cohorte de
más de 1000 pacientes en un área hiperendémica de China, la TC
de tórax presentó una mayor sensibilidad para el diagnóstico de
COVID-19 en comparación con la RT-PCR inicial de muestras de

Diagnóstico
hisopos (88% frente a 59%). La mejora de los resultados anormales
de la TC también precedió al cambio de la positividad de la RT-
PCR a la negatividad en esta cohorte durante la recuperación. La
sensibilidad de la TC de tórax fue del 97% en los pacientes que
finalmente presentaron resultados positivos en la RT-PCR. Sin
embargo, en este escenario, el 75% de los pacientes con resultados
negativos de RT-PCR también presentaron resultados positivos en
la TC de tórax. De estos pacientes, el 48% se consideraron casos
altamente probables, mientras que el 33% se consideraron casos
probables.[594]

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Prueba Resultado

Tomografías transversales de un hombre de 32 años, que


muestran la opacidad y consolidación del lóbulo inferior del pulmón
derecho cerca de la pleura el día 1 después del inicio de los
síntomas (panel superior), y la opacidad y consolidación bilateral
del vidrio de tierra el día 7 después del inicio de los síntomas
serología positivo para anticuerpos
Importante : una prueba positiva para la proteína de pico IgM o del virus SARS-CoV-2;
IgG podría indicar una infección previa o una vacunación previa con
Diagnóstico

seroconversión o aumento de
una vacuna COVID-19. Para evaluar la evidencia de una infección
los títulos de anticuerpos en
previa en una persona que ha recibido una vacuna de ARNm, se
debe utilizar una prueba que evalúe específicamente la IgM o la sueros emparejados
IgG a la proteína de la nucleocápside. Un ensayo positivo basado
en la proteína de la nucleocápside indica una infección previa.
Actualmente, no se recomiendan las pruebas de anticuerpos para
evaluar la inmunidad tras la vacunación.[338] [339] [340]

No puede utilizarse como diagnóstico independiente para las


infecciones agudas; sin embargo, puede ser útil en diversos entornos
(p. ej., pruebas moleculares negativas, diagnóstico de pacientes
con presentación tardía o síntomas prolongados, estudios de
serovigilancia).[430] [502]

[BMJ practice pointer: testing for SARS-CoV-2 antibodies]

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda recoger


una muestra de suero emparejada, una muestra en la fase aguda
y otra en la fase de convalecencia, de 2 a 4 semanas después,
en los pacientes en los que se sospecha fuertemente que existe
infección y el resultado de la RT-PCR es negativo. La seroconversión
o el aumento de los títulos de anticuerpos en el suero emparejado

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Prueba Resultado
ayudan a confirmar si la infección es reciente y/o aguda. Si la
muestra inicial resulta positiva, podría deberse a una infección
pasada que no está relacionada con la enfermedad actual. La
seroconversión puede ser más rápida y más robusta en pacientes
con enfermedades graves en comparación con aquellos con
enfermedades leves o infecciones asintomáticas.[430]

Los Centers for Disease Control and Prevention recomiendan la


realización de pruebas serológicas como método de respaldo al
diagnóstico de la infección aguda en los pacientes que presentan
de forma tardía (es decir, de 9 a 14 días después de la aparición de
los síntomas), además de otros métodos de detección viral (p. ej.,
RT-PCR, pruebas de detección de antígenos), o en los pacientes
que se presentan con complicaciones tardías (p. ej., el síndrome
multisistémico inflamatorio pediátrico en los niños).[503]

La Infectious Diseases Society of America recomienda la realización


de pruebas serológicas en las siguientes circunstancias: evaluación
de pacientes con una elevada sospecha clínica de infección
cuando las pruebas diagnósticas moleculares son negativas y han
transcurrido al menos dos semanas desde el inicio de los síntomas;
evaluación del síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico en
niños; y estudios de serovigilancia.[504]

Las respuestas de los anticuerpos al SARS-CoV-2 se producen


generalmente durante las primeras 3 semanas de la enfermedad,
siendo el tiempo de seroconversión de los anticuerpos IgG a menudo
más temprano que el de los anticuerpos IgM.[505] [506]

La sensibilidad estimada de las pruebas de anticuerpos osciló


entre el 18.4% y el 96.1% (la sensibilidad más baja informada fue
la de una prueba en el punto de atención, aunque se informó una
sensibilidad <50% para una prueba de laboratorio), y la especificidad
osciló entre el 88.9% y el 100%. Las estimaciones de la exactitud
del diagnóstico deben interpretarse con cautela en ausencia de

Diagnóstico
una norma de referencia definitiva para diagnosticar o descartar la
COVID-19.[487]

Limitaciones de las pruebas: las pruebas serológicas no pueden


utilizarse para determinar la infección aguda; los resultados no
indican con certeza la presencia o ausencia de infección actual o
anterior; el diagnóstico fiable solo suele ser posible en la fase de
recuperación, cuando han pasado las oportunidades de tratamiento
o interrupción de la transmisión; la reactividad cruzada con otros
coronavirus, que puede dar lugar a resultados falsos positivos.[430]
[503]

Si bien se han aprobado estuches de detección rápida de


anticuerpos para la detección cualitativa de anticuerpos IgG/IgM
del SARS-CoV-2 en el suero, el plasma o la sangre total, la OMS
no recomienda el uso de estas pruebas fuera de los contextos de
investigación, ya que aún no han sido validadas.[508]
prueba de antígenos positivo para el antígeno del
Prueba diagnóstica rápida. Se basa en la detección directa de virus del SARS-CoV-2
las proteínas virales del SARS-CoV-2 en frotis nasales y otras
muestras respiratorias mediante un inmunoensayo de flujo lateral.
Los resultados suelen estar disponibles en menos de 30 minutos.

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Prueba Resultado
Si bien las pruebas de antígenos son sustancialmente menos
sensibles que la RT-PCR, ofrecen la posibilidad de una detección
rápida, económica y temprana de los casos más infecciosos en los
contextos adecuados. Si se utiliza, las pruebas deben realizarse
dentro de los primeros 5 a 7 días después del inicio de los síntomas.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la realización de
pruebas de antígenos solo en determinados casos en que no se
disponga de RT-PCR, o en que los prolongados plazos de entrega
impidan la utilidad clínica, siempre y cuando la prueba cumpla
los requisitos mínimos de rendimiento de sensibilidad del 80% y
especificidad del ≥97% en comparación con un ensayo de referencia
de RT-PCR.[510]

La Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados


Unidos ha advertido que pueden producirse resultados de falsos
positivos en las pruebas de antígenos, incluso cuando los usuarios
no siguen las instrucciones de uso, y que el número de resultados
positivos falsos aumenta a medida que disminuye la prevalencia de
la enfermedad.[511]

En algunos países se dispone de pruebas rápidas de antígenos de


flujo lateral para uso doméstico sin receta médica.[595]

En algunos países también se dispone de pruebas de antígenos en


laboratorio (no rápidas).
Diagnóstico

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Pruebas emergentes

Prueba Resultado
amplificación isotérmica mediada por bucles de la transcripción positivo para el ARN viral del
inversa (RT-LAMP) SARS-CoV-2
Un proceso similar a la RT-PCR, pero utiliza temperaturas constantes
y produce más ADN viral en comparación con la RT-PCR. Aunque
es simple y rápida, es una tecnología más reciente y hay menos
evidencias para su uso. Se han desarrollado y se están evaluando
ensayos para el SARS-CoV-2.[531] [532] [533]

Se ha aprobado en los EE.UU. un kit de prueba para realizar en


casa que proporciona resultados rápidos en 30 minutos, bajo una
autorización de uso de emergencia para la auto-prueba en casa y
este proporciona resultados rápidos.[596]
ultrasonido de pulmón Líneas B; alteraciones de la
La ecografía pulmonar se utiliza como herramienta de diagnóstico en línea pleural
algunos centros como alternativa a la radiografía y a la tomografía
computarizada de tórax. Aunque solo hay evidencias de muy baja
certeza que respaldan su exactitud diagnóstica, podría ser útil como
modalidad de estudio por imagen complementaria o alternativa.[515]

Presenta las ventajas de la portabilidad, la evaluación en la cama,


la reducción de la exposición del trabajador sanitario, un proceso de
esterilización más sencillo, la ausencia de exposición a la radiación
ionizante y la repetibilidad durante el seguimiento. También puede
ser más fácil de conseguir en entornos de recursos limitados. Sin
embargo, también tiene limitaciones (p. ej., es incapaz de discernir la
cronicidad de una lesión) y pueden requerirse otras modalidades de
estudio por imágenes.

Las líneas B son el patrón prominente en los pacientes con

Diagnóstico
COVID-19, ocurriendo con una frecuencia conjunta del 97%. Las
alteraciones de la línea pleural también son frecuentes con una
frecuencia conjunta del 70%. Aunque estos hallazgos no son
específicos de COVID-19, aumentan la probabilidad de enfermedad
en el contexto de una presentación clínica característica. Otros
hallazgos incluyen consolidaciones, engrosamiento pleural y derrame
pleural.[534]

Puede utilizarse en mujeres embarazadas y niños.[535] [536]

Entre las posibles funciones se encuentran: reducir la transmisión


nosocomial; monitorizar la evolución de los pacientes; y un posible
papel en las subpoblaciones que son vulnerables pero que no son
aptas para la TC (p. ej., las mujeres embarazadas).[537]

[BSTI: lung ultrasound (LUS) for COVID-19 patients in critical care


areas]
calprotectina elevada
La calprotectina es un biomarcador emergente de interés. Las
concentraciones de calprotectina suelen aumentar tras una infección
o un traumatismo, y en las enfermedades inflamatorias. Se ha
demostrado que los niveles de calprotectina sérica/fecal son

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Prueba Resultado
significativamente elevados en los pacientes con COVID-19 que
padecen una enfermedad grave, y puede tener un significado
pronóstico.[538]
Diagnóstico

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Diferenciales

Afección Signos/síntomas Pruebas


diferenciadores diferenciadoras
Neumonía adquirida en la • Falta de residencia en o • Hemocultivo, cultivo
comunidad historial de viajes a una zona de esputo o pruebas
con transmisión continua, moleculares: positivo para el
o falta de contacto cercano organismo causante.
con un caso sospechoso/ • RT-PCR: negativo para el
confirmado de COVID-19 en ARN viral del síndrome
los 14 días anteriores a la respiratorio agudo grave
aparición de los síntomas. del coronavirus 2 (SARS-
• Generalmente no es posible CoV-2) (es posible que haya
diferenciar el COVID-19 coinfecciones).
de la neumonía bacteriana • TC de tórax: nódulos
adquirida en la comunidad centrilobulares,
a partir de los signos y impactaciones de
síntomas. Sin embargo, los mucoides.[599]
pacientes con neumonía
bacteriana presentan más
probabilidades de presentar
un rápido desarrollo de
los síntomas y un esputo
purulento. Es menos
probable que tengan
mialgia, anosmia o dolor
pleurítico.[597] [598]

Infección gripal • Falta de residencia en o • Solo las pruebas pueden


historial de viajes a una zona distinguir entre la infección
con transmisión continua, de la gripe y el COVID-19
o falta de contacto cercano e identificar la coinfección.
con un caso sospechoso/ Cuando el SARS-CoV-2 y
confirmado de COVID-19 en los virus de la gripe están

Diagnóstico
los 14 días anteriores a la en cocirculación, se deben
aparición de los síntomas. realizar pruebas para
• No se puede diferenciar el ambos virus en todos los
COVID-19 de las infecciones pacientes hospitalizados con
del tracto respiratorio enfermedades respiratorias
adquiridas en la comunidad agudas, y solo se deben
a partir de los signos y realizar pruebas para
síntomas. el virus de la gripe en
• El período de incubación pacientes ambulatorios con
es más corto.[600] Los enfermedades respiratorias
síntomas generalmente agudas si los resultados
alcanzan su punto máximo modifican el tratamiento
durante los primeros 3 clínico del paciente.[3]
a 7 días de enfermedad • RT-PCR: positivo para el
con la gripe, comparado ARN viral de la gripe A o B;
con la semana 2 o 3 negativo para el ARN viral
de enfermedad con el del SARS-CoV-2 (es posible
COVID-19.[601] que haya coinfecciones).
• Es más frecuente en • Radiografía de tórax: es
niños.[601] Los niños con menos probable que sea
COVID-19 tienden a ser anormal.[600]
de más edad y son más

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico

Afección Signos/síntomas Pruebas


diferenciadores diferenciadoras
propensos a presentar • Tomografía computarizada
comorbilidades, fiebre, de tórax: hay evidencias
síntomas gastrointestinales, emergentes de que la
cefalea y dolor de pecho en tomografía computarizada
comparación con los que puede utilizarse para
presentan gripe.[602] diferenciar entre la gripe y
• La rinorrea, el dolor de el COVID-19. Los pacientes
garganta y la disnea son de COVID-19 son más
más frecuentes.[600] Los propensos a presentar
trastornos olfativos y/o opacidades redondeadas o
gustativos de reciente lineales, signo de pavimento
aparición fueron menos loco, agrandamiento
frecuentes en un estudio de vascular y engrosamiento
casos y controles.[603] septal interlobular, pero
tienen menor tendencia
a presentar nódulos,
signo de árbol en árbol,
bronquiectasia y derrame
pleural.[604] [605]
• Marcadores inflamatorios
y análisis de coagulación:
están surgiendo evidencias
de que los marcadores
inflamatorios (lactato
deshidrogenasa, tasa de
sedimentación de eritrocitos,
proteína C-reactiva) y los
parámetros de coagulación
no son tan elevados en
los pacientes con gripe
en comparación con el
COVID-19.[606]
Diagnóstico

Resfriado común • Falta de residencia en o • RT-PCR: positivo para


historial de viajes a una zona el organismo causante;
con transmisión continua, negativo para el ARN viral
o falta de contacto cercano del SARS-CoV-2 (es posible
con un caso sospechoso/ que haya coinfecciones).
confirmado de COVID-19 en
los 14 días anteriores a la
aparición de los síntomas.
• No se puede diferenciar el
COVID-19 de las infecciones
del tracto respiratorio
adquiridas en la comunidad
a partir de los signos y
síntomas.

Otras infecciones • Falta de residencia en o • Hemocultivo o cultivo de


respiratorias virales o historial de viajes a una zona esputo a partir de pruebas
bacterianas con transmisión continua, moleculares: positivo para el
o falta de contacto cercano microorganismo causal.
con un caso sospechoso/ • RT-PCR: negativo para
confirmado de COVID-19 en el ARN viral del SARS-
los 14 días anteriores a la
aparición de los síntomas.

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Afección Signos/síntomas Pruebas


diferenciadores diferenciadoras
• No se puede diferenciar el CoV-2 (es posible que haya
COVID-19 de las infecciones coinfecciones).
del tracto respiratorio
adquiridas en la comunidad
a partir de los signos y
síntomas.
• El adenovirus y el
micoplasma deben
considerarse en grupos de
pacientes con neumonía,
especialmente en entornos
cerrados como los
campamentos militares y las
escuelas.

Neumonía por aspiración • Falta de residencia en o • RT-PCR: negativo para


historial de viajes a una zona el ARN viral del SARS-
con transmisión continua, CoV-2 (es posible que haya
o falta de contacto cercano coinfecciones).
con un caso sospechoso/ • TC de tórax: difícil de
confirmado de COVID-19 en distinguir en la TC; sin
los 14 días anteriores a la embargo, la afectación
aparición de los síntomas. pulmonar anterior puede
• Diferenciar el COVID-19 de ser un signo más sugerente
la neumonía por aspiración de una neumonía por
no suele ser posible a partir COVID-19.[607]
de los signos y síntomas.

Neumonía por • Falta de residencia en o • Cultivo de esputo: positivo


Pneumocystis jiroveci historial de viajes a una zona para Pneumocystis.
con transmisión continua, • RT-PCR: negativo para
o falta de contacto cercano el ARN viral del SARS-
con un caso sospechoso/ CoV-2 (es posible que haya

Diagnóstico
confirmado de COVID-19 en coinfecciones).
los 14 días anteriores a la • TC de tórax: la opacidad
aparición de los síntomas. del vidrio esmerilado suele
• Diferenciar la COVID-19 estar distribuida de forma
de la neumonía por más difusa, con tendencia
pneumocystis jirovecii no a no afectar a las regiones
suele ser posible a partir de subpleurales.[599]
los signos y síntomas.
• Los pacientes suelen estar
inmunocomprometidos
(p. ej., seropositivos) y la
duración de los síntomas
puede ser más larga.

Síndrome respiratorio de • Historial de viajes a Oriente • Reacción en cadena de la


Oriente Medio (MERS) Medio o contacto con un polimerasa transcriptasa
caso confirmado de MERS. inversa (RT-PCR): positivo
• No es posible diferenciar para el ARN viral MERS-
el COVID-19 del MERS CoV.
basándose en los signos y
síntomas.
• Los datos iniciales sugieren
que el curso clínico de

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Afección Signos/síntomas Pruebas


diferenciadores diferenciadoras
COVID-19 es menos grave
y la tasa de letalidad es
menor en comparación con
el MERS.

Síndrome de dificultad • No se han informado casos • RT-PCR: positivo para el


respiratoria aguda grave de SRAG desde 2004. ARN viral del síndrome
(SARS) respiratorio agudo grave
(SARS-CoV).

Infección por el virus de la • Puede ser difícil de • RT-PCR: positivo para ARN
gripe aviar A (H7N9) diferenciar en función de la viral específico de H7.
anamnesis epidemiológica,
ya que la gripe aviar H7N9
es endémica en China.
• El contacto estrecho con
aves infectadas (p. ej., el
agricultor o el visitante de un
mercado de animales vivos
en zonas endémicas), o el
hecho de vivir en una zona
en la que la gripe aviar es
endémica.

Infección por el virus de la • Falta de residencia en o • RT-PCR: positivo para ARN


gripe A aviar (H5N1) historial de viajes a una zona viral H5N1.
con transmisión continua,
o falta de contacto cercano
con un caso sospechoso/
confirmado de COVID-19 en
los 14 días anteriores a la
aparición de los síntomas.
• El contacto estrecho con
aves infectadas (p. ej., el
Diagnóstico

agricultor o el visitante de un
mercado de animales vivos
en zonas endémicas), o el
hecho de vivir en una zona
en la que la gripe aviar es
endémica.

Tuberculosis pulmonar • Se debe considerar • Radiografía de tórax:


el diagnóstico en opacidades fibronodulares
zonas endémicas, en los lóbulos superiores
especialmente en pacientes con o sin cavitación; el
inmunocomprometidos. patrón atípico incluye
• La anamnesis de síntomas opacidades en los lóbulos
suele ser más prolongada. medios o inferiores, o
• La presencia de sudores linfadenopatía hilar o
nocturnos y la pérdida de paratraqueal, y/o derrame
peso pueden ayudar a pleural.
diferenciar. • Frotis de bacilos ácido-
alcohol resistentes de esputo
y cultivo de esputo: positivo.

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Afección Signos/síntomas Pruebas


diferenciadores diferenciadoras
• Pruebas moleculares:
positivo para Mycoplasma
tuberculosis.

Neutropenia febril • Sospecha de sepsis • HC: neutropenia.


neutropénica en pacientes • RT-PCR: negativo para el
con antecedentes de ARN viral del SARS-CoV-2.
tratamiento anticanceroso
sistémico reciente que
presentan fiebre (con o sin
síntomas respiratorios), ya
que ésta puede ser rápida y
poner en peligro la vida.[608]
• Los síntomas de COVID-19
y la sepsis neutropénica
pueden ser difíciles
de diferenciar en la
presentación inicial.

Criterios
Definiciones de caso
Se dispone de varias definiciones de casos:

• [WHO: public health surveillance for COVID-19 – interim guidance]


• [CDC: coronavirus disease 2019 (COVID-19) 2020 interim case definition]
• [PHE: COVID-19 – investigation and initial clinical management of possible cases]
• [ECDC: case definition for coronavirus disease 2019 (COVID-19)]

Diagnóstico
Cribado
Manejo de los contactos
Definición

• La Organización Mundial de la Salud define un contacto como una persona que ha sufrido cualquiera
de las siguientes exposiciones durante los 2 días anteriores y los 14 días posteriores al inicio de los
síntomas de un caso probable o confirmado:[609]

• El contacto cara a cara con un caso probable o confirmado dentro de 1 metro (3 pies) y durante
más de 15 minutos
• Contacto físico directo con un caso probable o confirmado
• Ha prestado atención directa a un paciente con probable o confirmado COVID-19 sin usar el
equipo de protección individual recomendado
• Otras situaciones indicadas por las evaluaciones de riesgos locales.
• Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) definen un contacto cercano como alguien que
ha estado a menos de 2 metros (6 pies) de una persona infectada durante al menos 15 minutos en

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
un período de 24 horas, comenzando 2 días antes del inicio de los síntomas (o 2 días antes de las
pruebas en pacientes asintomáticos).[190]
• Consulte la orientación local, ya que las definiciones de un contacto pueden variar en función de los
consejos de salud pública locales.
Períodos de cuarentena

• Los contactos deben permanecer en cuarentena en casa y monitorizar su salud por un período de
hasta 14 días a partir del último día de posible contacto con la persona infectada.
• En el Reino Unido, el Public Health England recomienda un período de cuarentena de 10 días (o
de autoconfinamiento) después de una posible exposición (se redujo de 14 días a 10 días el 14 de
diciembre de 2020).[610]
• Los CDC han acortado el tiempo de cuarentena mínimo después de una posible exposición de 14
días a 7-10 días. La cuarentena puede terminar después del día 7 si el paciente realiza pruebas
negativas y no se han reportado síntomas durante el período de cuarentena. La cuarentena puede
terminar después del día 10 sin necesidad de hacer pruebas y si no se han reportado síntomas
durante el período de cuarentena. Los criterios adicionales (por ejemplo, la vigilancia de los síntomas,
el uso de mascarillas) deben continuar hasta el día 14 en ambos casos.[611]
• Consulte la orientación local para conocer los lugares y periodos de tiempo de cuarentena
recomendados, ya que las recomendaciones varían según el asesoramiento local en materia de salud
pública.

Cribado de los viajeros


Se puede recomendar un cribado de salida y entrada, en países cuando los países aún están abiertos,
particularmente cuando se repatria a personas de las áreas afectadas. Los viajeros que regresan de las
zonas afectadas deben monitorizar por sí mismos los síntomas durante 14 días y seguir los protocolos
locales del país receptor. Algunos países pueden exigir que los viajeros entren en cuarentena obligatoria
en un lugar designado (p. ej., un hotel). Se aconseja a los viajeros que desarrollen algún síntoma que se
pongan en contacto con su proveedor nacional de servicios sanitarios, preferiblemente por teléfono.[612]
Un estudio de 566 nacionales japoneses repatriados desde la ciudad de Wuhan determinó que el cribado
basado en síntomas funcionaban mal y que se pasaban por alto los casos presintomáticos y asintomáticos.
Esto pone de relieve la necesidad de pruebas y seguimiento.[613]

Centros de cribado desde el automóvil


Diagnóstico

En algunos países se han creado centros de cribado desde automóviles para que las pruebas de cribado
sean más seguras y eficientes. La persona en estudio no abandona su coche durante todo el procedimiento,
que incluye el registro y el cuestionario, la exploración, la recogida de muestras y las instrucciones sobre lo
que debe hacer después. Este método tiene la ventaja de aumentar la capacidad de prueba y de prevenir la
infección cruzada entre los participantes en el espacio de espera.[614]

Cribado térmico
Hay pocas pruebas científicas que respalden el cribado térmico con cámaras térmicas o productos de
cribado térmico como método fiable para la detección de COVID-19 o de cualquier otra enfermedad febril,
especialmente si se utiliza como método principal de prueba.[615]

Los termómetros de infrarrojos sin contacto suelen presentar una sensibilidad y especificidad razonables
para detectar la fiebre; sin embargo, su rendimiento varía en diferentes contextos. Los factores ambientales
(p. ej., la temperatura absoluta, la variación de la temperatura, la humedad relativa) desempeñan un papel
importante en la exactitud del resultado. Los falsos negativos pueden observarse en personas que usan
maquillaje en la zona objetivo o que transpiran mucho. Los falsos positivos pueden verse en personas que
están embarazadas, en período menstrual, o recibiendo un tratamiento hormonal sustitutivo, o en aquellas
que han consumido recientemente alcohol o bebidas calientes, o que han realizado una actividad física
intensa. Además, la fiebre no está presente en las personas asintomáticas o presintomáticas, y puede no
estar presente en las personas sintomáticas, lo que significa que las personas infectadas podrían pasar
desapercibidas.[616]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Diagnóstico
Si bien la frente es el lugar más factible para el escaneo, se cree que es más propensa a las variaciones
fisiológicas y ambientales, y la muñeca puede ser una mejor opción ya que puede proporcionar mediciones
más estables en diferentes circunstancias.[617]

Los termómetros de infrarrojos sin contacto demostraron niveles de precisión variables en todas las
poblaciones y tenían una baja sensibilidad para temperaturas >37.5# (>99.5#) en adultos en comparación
con los termómetros de arteria temporal. Por lo tanto, puede que no sean el dispositivo más preciso para la
detección masiva de la fiebre durante una pandemia.[618]

Diagnóstico

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Recomendaciones
Principales recomendaciones
El manejo depende principalmente de la gravedad de la enfermedad y se centra en los
siguientes principios: confinamiento en un lugar adecuado; medidas de prevención y control de la
infección; tratamiento de los síntomas; cuidados de soporte optimizados; y soporte a los órganos en
enfermedad grave o crítica.

Se debe considerar si el paciente puede ser manejado en casa. Por lo general, los pacientes con
enfermedades asintomáticas o leves pueden ser atendidos en su domicilio en un centro comunitario.[2]

Se debe ingresar a los pacientes con enfermedades moderadas o graves en un centro


sanitario adecuado. Evalúe a los adultos por su fragilidad para el ingreso. Los pacientes con
enfermedades críticas requieren cuidados intensivos; se debe implicar al equipo de cuidados intensivos
en la toma de decisiones sobre el ingreso en la unidad de cuidados críticos cuando sea necesario. Se
debe monitorizar a los pacientes estrechamente para detectar signos de avance de la enfermedad.[2]
[619]

Se deben proporcionar alivio de los síntomas según sea necesario. Esto puede incluir
tratamientos para la fiebre, la tos, la dificultad para respirar, la ansiedad, el delirio o la agitación.[2] [620]

Se deben iniciar los cuidados de soporte, de acuerdo con la presentación clínica. Esto podría
incluir oxigenoterapia, fluidoterapia intravenosa, profilaxis de tromboembolismo venoso, oxígeno nasal
de alto flujo, ventilación mecánica no invasiva o invasiva u oxigenación de membrana extracorpórea. La
sepsis y el shock séptico deben manejarse, de acuerdo a los protocolos locales.[2]

Se deben considerar los antibióticos empíricos si existe sospecha clínica de infección


bacteriana. Es posible que sea necesario el uso de antibióticos en pacientes con enfermedad
moderada, grave o crítica. Se debe administrar en el plazo de 1 hora a partir de la evaluación inicial a
los pacientes para los que haya sospecha de sepsis, o si el paciente cumple con los criterios de alto
riesgo. El régimen debe estar basado en el diagnóstico clínico, los datos locales de epidemiología y
susceptibilidad y las guías de práctica clínica locales de tratamiento.[2] [587]

Se debe considerar la posibilidad de un tratamiento con corticoesteroides sistémicos


durante 7 a 10 días en adultos con enfermedad grave o crítica. Las evidencias de calidad
moderada sugieren que los corticoesteroides sistémicos probablemente reducen la mortalidad a los 28
días en pacientes con enfermedad grave y crítica y probablemente reducen la necesidad de ventilación
invasiva.[3] [619] [621]

Se debe evaluar si el paciente requiere alguna rehabilitación o seguimiento después del


alta hospitalaria. Se deben suspender las precauciones basadas en la transmisión (incluyendo el
aislamiento) y dar el alta a los pacientes de la vía de atención 10 días después del inicio de los síntomas,
más al menos 3 días sin fiebre y síntomas respiratorios.[2]
Manejo

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Recomendaciones detalladas
Lugar de la atención
La decisión sobre el lugar de atención depende de diversos factores, entre ellos la presentación clínica,
la gravedad de la enfermedad, la necesidad de cuidados de soporte, la presencia de factores de riesgo
para la enfermedad grave y las condiciones del entorno familiar (incluida la presencia de personas
vulnerables). Se debe tomar la decisión caso por caso utilizando los siguientes principios generales.[2]

• Enfermedad leve: se debe manejar en un centro de atención médico, en un centro comunitario


o en el hogar. El aislamiento en el hogar puede considerarse en la mayoría de los pacientes,
incluidos los asintomáticos.
• Enfermedad moderada: se maneja en un centro de atención médica, en un centro comunitario
o en casa. El aislamiento en el hogar puede considerarse en pacientes de bajo riesgo (es decir,
pacientes que no presentan un alto riesgo de deterioro).
• Enfermedad grave: se maneja en un centro de atención médico apropiado.
• Enfermedad crítica: manejo en una unidad de cuidados intensivos/críticos.
El lugar de atención dependerá también de la orientación de las autoridades sanitarias locales y de los
recursos disponibles. En algunos países, se han puesto en marcha órdenes de cuarentena forzosa.

Manejar a las personas que requieren ingreso hospitalario y que corren el riesgo de infectarse con
una variante preocupante del SARS-CoV-2 en una habitación individual con instalaciones de baño y
procedimientos adecuados de control de la infección mientras dure su período de confinamiento. En
los casos en los que la prueba sea positiva, comente con el centro local/regional especializado en
enfermedades infecciosas la evaluación adicional del riesgo y el manejo adecuado del caso.[191]

Los factores de riesgo más importantes para el ingreso hospitalario son la edad avanzada (odds ratio de
>2 para todos los grupos de edad de más de 44 años, y odds ratio de 37.9 para las personas de 75 años
o más), la insuficiencia cardíaca, el sexo masculino, la enfermedad renal crónica y un índice de masa
corporal (IMC) incrementado.[622] La mediana de tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el ingreso
hospitalario es de unos 7 días.[50] [541]

Es menos probable que los niños necesiten ingreso hospitalario, pero si reciben el ingreso, generalmente
solo requieren cuidados de soporte.[21] [623] Los factores de riesgo para el ingreso en la unidad de
cuidados intensivos en niños incluyen la edad <1 mes, el sexo masculino, las afecciones médicas
preexistentes y la presencia de signos o síntomas de infección de las vías respiratorias bajas en
el momento de la presentación.[624] La mayoría de los niños que requieren ventilación presentan
comorbilidades subyacentes, más generalmente enfermedades cardíacas.[625] Se ha informado que
los niños con COVID-19 presentan tasas de ingreso hospitalario, de ingreso en la unidad de cuidados
intensivos y de uso de ventiladores mecánicos similares a las de los niños con gripe estacional.[602]

En total, el 19% de los pacientes hospitalizados requiere ventilación no invasiva, el 17% requiere
cuidados intensivos, el 9% requiere ventilación invasiva y el 2% requiere oxigenación por membrana
extracorpórea.[542] La tasa de ingreso en cuidados intensivos varía entre los estudios; sin embargo,
Manejo

en un metanálisis de casi 25,000 pacientes se determinó que la tasa de ingreso era del 32%, y la
prevalencia agrupada de la mortalidad en los pacientes de la unidad de cuidados intensivos era del
39%.[626] Otro metanálisis más reciente encontró que la tasa de mortalidad en pacientes en la unidad
de cuidados intensivos era del 35.5%.[627] Las razones más comunes para el ingreso en la unidad de
cuidados intensivos son la insuficiencia respiratoria hipoxémica que lleva a la ventilación mecánica y

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
la hipotensión.[628] Los pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos eran de edad
avanzada, predominantemente hombres, con una duración media de estancia de 23 días (entre 12 y
32 días).[629] Los factores de riesgo más importantes para las enfermedad crítica son la saturación de
oxígeno <88%; la troponina sérica elevada, la proteína C-reactiva y el dímero D; y, en menor medida, la
edad avanzada, el IMC >40, la insuficiencia cardíaca y el sexo masculino.[622] Los factores de riesgo
más frecuentes para la mortalidad en la unidad de cuidados intensivos fueron la ventilación mecánica
invasiva, la lesión renal aguda y el síndrome de dificultad respiratoria aguda.[630]

Manejo de COVID-19 leve


Los pacientes con sospecha o confirmación de enfermedad leve (es decir, los pacientes sintomáticos
que cumplen la definición de caso de COVID-19 sin evidencias de hipoxia, ni neumonía) y los pacientes
asintomáticos deben ser confinados para contener la transmisión del virus.[2]

Lugar de la atención

• Se debe manejar a los pacientes en un centro de atención médico, en un centro comunitario o en


casa. El aislamiento en casa puede considerarse en la mayoría de los pacientes, con telemedicina
o visitas a distancia, según sea más adecuado.[2] [3] Esta decisión requiere un juicio clínico
cuidadoso y debe estar informada por una evaluación del entorno del hogar del paciente para
garantizar que: se puedan cumplir las medidas de prevención y control de la infección y otros
requisitos (p. ej., higiene básica, ventilación adecuada); el cuidador pueda prestar atención
y reconocer cuándo el paciente puede estar empeorando; el cuidador cuente con el soporte
adecuado (p. ej., alimentos, suministros, apoyo psicológico); la comunidad cuente con el soporte
de un profesional sanitario capacitado.[609]
Período de cuarentena

• Se deben suspender las precauciones basadas en la transmisión (incluido el confinamiento) y


dar el alta a los pacientes de la vía de atención: 10 días después de la prueba positiva (pacientes
asintomáticos); 10 días después del inicio de los síntomas más al menos 3 días sin fiebre y sin
síntomas respiratorios (pacientes sintomáticos).[2]
• Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de EE.UU. recomiendan suspender el
aislamiento domiciliario una vez que hayan transcurrido al menos 10 días (o hasta 20 días en
pacientes gravemente inmunocomprometidos) desde el inicio de los primeros síntomas, y que
hayan pasado al menos 24 horas desde la última fiebre sin el uso de antipiréticos, y que los
síntomas hayan mejorado, si se utiliza una estrategia basada en los síntomas. En las personas
asintomáticas, el CDC recomienda suspender el confinamiento domiciliario, una vez que hayan
pasado al menos 10 días desde la fecha de la prueba positiva. En el caso de los pacientes
gravemente inmunocomprometidos que son asintomáticos, se puede interrumpir el aislamiento
cuando hayan transcurrido al menos 10 días y hasta 20 días desde la fecha de una prueba
positiva; considere la posibilidad de consultar con especialistas en enfermedades infecciosas y
expertos en control de infecciones. Como alternativa, el CDC recomienda al menos dos pruebas
negativas de reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) en muestras
respiratorias recogidas con 24 horas de diferencia antes de terminar el confinamiento si se
Manejo

utiliza una estrategia basada en pruebas. Se prefiere una estrategia basada en los síntomas; sin
embargo, se puede considerar una estrategia basada en evidencias en pacientes gravemente
inmunodeprimidos.[631] Si se hospitaliza al paciente, la guía de orientación de los CDC para
interrumpir el aislamiento es la misma que para la enfermedad moderada (ver más abajo).

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
• La orientación sobre cuándo poner fin a la cuarentena depende de las recomendaciones locales y
puede diferir entre los países. Por ejemplo, en el Reino Unido el período de cuarentena es de 10
días en pacientes con enfermedades más leves que son atendidos en la comunidad.[632]
Prevención y control de infecciones

• En el caso de los pacientes que se encuentran confinados en sus casas, se debe recomendar
a los pacientes, y a las personas que forman parte de la misma familia, que sigan las medidas
adecuadas de prevención y control de infecciones:

• [WHO: home care for patients with suspected or confirmed COVID-19 and management of
their contacts]
• [CDC: interim guidance for implementing home care of people not requiring hospitalization
for coronavirus disease 2019 (COVID-19)]

Manejo de síntomas

• Fiebre y dolor: se recomienda el paracetamol o el ibuprofeno.[2] [620] En la actualidad, no existen


evidencias de eventos adversos graves en los pacientes con COVID-19 que toman fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno, ni de efectos como resultado del uso
de los AINE en la utilización de asistencia sanitaria de urgencia, la supervivencia a largo plazo o la
calidad de vida de los pacientes con COVID-19.[2] [620] [633] [634] [635] [636] [637] [638] [639] El
ibuprofeno solo debe tomarse en la dosis eficaz más baja durante el período más breve necesario
para controlar los síntomas.
• Tos: se debe recomendar a los pacientes que eviten acostarse de espaldas ya que esto provoca
que la tos sea ineficaz. Se deben utilizar medidas sencillas (p. ej., una cucharadita de miel
en pacientes de 1 año o más) para ayudar a toser.[620] Un metanálisis determinó que la miel
muestra resultados superiores a los cuidados habituales (p. ej., los antitusígenos) para mejorar los
síntomas de infección de las vías respiratorias altas, en particular la frecuencia y la gravedad de la
tos.[640]
• Disfunción olfativa: se debe considerar la posibilidad de un tratamiento (p. ej., entrenamiento
olfativo) si la disfunción olfativa persiste más allá de dos semanas. A menudo mejora
espontáneamente y no requiere un tratamiento específico. No hay evidencias que respalden el uso
de tratamientos en pacientes con COVID-19.[641]
Cuidados de soporte

• Se debe aconsejar a los pacientes sobre una nutrición y rehidratación adecuada. Demasiado
líquido puede empeorar la oxigenación.[2]
• Aconseje a los pacientes que mejoren la circulación del aire abriendo una ventana o una puerta
(los ventiladores pueden propagar la infección y no deben utilizarse).[620]
• Se debe proporcionar salud mental básica y apoyo psicosocial a todos los pacientes, y manejar
cualquier síntoma de insomnio, depresión o ansiedad según sea indicado.[2]
Monitorizar
Manejo

• Se debe monitorizar estrechamente a los pacientes con factores de riesgo de enfermedad grave y
aconsejar a los pacientes sobre los signos y síntomas de deterioro o complicaciones que requieren
atención urgente inmediata (p. ej., dificultad respiratoria, dolor torácico).[2] [3]

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• Se recomienda la monitorización de la oximetría de pulso en el domicilio en pacientes sintomáticos
con factores de riesgo de avance a una enfermedad grave que no estén hospitalizados. Es
necesario ofrecer información al paciente y realizar un seguimiento adecuado.[2]

Manejo de COVID-19 moderado


Los pacientes con sospecha o confirmación de enfermedad moderada (es decir, con signos clínicos
de neumonía pero sin signos de neumonía grave) deben confinarse para contener la transmisión del
virus.[2]

Lugar de la atención

• Se debe manejar a los pacientes en un centro de atención médico, en un centro comunitario o en


casa. El confinamiento en el hogar, con telemedicina o visitas a distancia, según sea más indicado,
puede considerarse en pacientes de bajo riesgo. Se debe manejar a los pacientes con alto riesgo
de deterioro en un centro de atención médico.[2] [3]
Período de cuarentena

• Se deben suspender las precauciones basadas en la transmisión (incluyendo la cuarentena) y dar


el alta a los pacientes de la vía de atención, 10 días después del inicio de los síntomas, más al
menos 3 días sin fiebre y síntomas respiratorios.[2]
• Los CDC recomiendan suspender el confinamiento, una vez que hayan transcurrido al menos 10
días (sin estar gravemente inmunodeprimidos) o 20 días (gravemente inmunodeprimidos) desde
el inicio de los síntomas y que hayan transcurrido al menos 24 horas desde la última fiebre sin el
uso de antipiréticos, cuando los síntomas han mejorado, si se utiliza una estrategia basada en
los síntomas. En las personas asintomáticas, el CDC recomienda suspender el confinamiento,
una vez que hayan transcurrido al menos 10 días (sin inmunidad grave) o 20 días (con inmunidad
grave) desde la fecha de la prueba positiva. Los pacientes gravemente inmunodeprimidos pueden
producir virus competentes para la replicación más allá de los 20 días y requieren pruebas
adicionales y consultas con especialistas en enfermedades infecciosas y expertos en control
de infecciones antes de suspender el confinamiento. Como alternativa, recomienda al menos
dos pruebas RT-PCR negativas en muestras respiratorias recogidas con 24 horas de diferencia
antes de terminar el confinamiento si se utiliza una estrategia basada en pruebas. Se prefiere una
estrategia basada en los síntomas; sin embargo, se puede considerar una estrategia basada en
evidencias en pacientes gravemente inmunodeprimidos.[642] Si el paciente está aislado en su
casa, la guía de orientación de los CDC para suspender el aislamiento es la misma que para la
enfermedad leve (ver arriba).
• La orientación sobre cuándo poner fin a la cuarentena depende de las recomendaciones locales
y puede diferir entre países. Por ejemplo, en el Reino Unido el período de cuarentena es de 14
días a partir de una prueba positiva en pacientes hospitalizados, y de 10 días en pacientes con
enfermedades más leves que son atendidos en la comunidad. Los pacientes inmunocompetentes
que hayan dado positivo en la RT-PCR y completado su período de aislamiento de 14 días están
exentos de las pruebas antes del alta hospitalaria si están dentro de los 90 días del inicio de la
Manejo

enfermedad por primera vez o de la prueba, a menos que desarrollen nuevos síntomas.[632]
Prevención y control de infecciones

• Se deben implementar procedimientos locales de prevención y control de infecciones cuando se


manejan pacientes con COVID-19. En el caso de los pacientes que se encuentran confinados en

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sus hogares, se debe recomendar a los pacientes y a los miembros de una familia que sigan las
medidas adecuadas de prevención y control de las infecciones (véase más arriba).
Manejo de síntomas y cuidados de soporte

• Se deben manejar los síntomas y proporcionar cuidados de soporte según sea indicado (ver
arriba).
Antibióticos

• Se deben considerar los antibióticos empíricos si existe sospecha clínica de infección


bacteriana.[2] [3] También se puede considerar la posibilidad de administrar antibióticos a las
personas mayores (en particular a las que se encuentran en centros de atención a largo plazo) y a
los niños de menos de 5 años para proporcionarles un tratamiento empírico con antibióticos para
una posible neumonía.[2]
Monitorizar

• Se debe monitorizar estrechamente a los pacientes para detectar signos o síntomas del avance de
la enfermedad.
• Si se atiende al paciente en su casa, se debe aconsejar sobre los signos y síntomas de deterioro
o complicaciones que requieren atención urgente inmediata (p. ej., dificultad respiratoria,
dolor torácico). Se recomienda la monitorización de la oximetría de pulso en el domicilio en
pacientes sintomáticos con factores de riesgo de progresión a enfermedad grave que no estén
hospitalizados. Es necesario educar al paciente y realizar un seguimiento adecuado.[2]
• Si se atiende al paciente en el hospital, se debe monitorizar estrechamente a los pacientes para
detectar signos de deterioro clínico utilizando las puntuaciones médicas de alerta temprana (p.
ej., la National Early Warning Score 2 [NEWS2]), y responda inmediatamente con intervenciones
adecuadas de cuidados de soporte.[2]
Corticosteroides

• La OMS no recomienda el uso de corticoesteroides en pacientes con las enfermedades más


leves, ya que pueden aumentar el riesgo de mortalidad en estos pacientes.[621] En el Reino
Unido, el NHS de Inglaterra respalda estas guías de práctica clínica y no recomienda el uso de
corticoesteroides en pacientes con COVID-19 no grave.[643] En Estados Unidos, el panel de guías
de práctica clínica de los National Institutes of Health desaconseja el uso de corticosteroides en
pacientes no hospitalizados con enfermedad leve o moderada.[3]

Manejo de COVID-19 grave


Los pacientes con sospecha o confirmación de enfermedad grave corren el riesgo de un rápido deterioro
clínico.[2]

• La enfermedad grave en adultos se define como el hecho de presentar signos clínicos de


neumonía sumado, al menos, a uno de los siguientes síntomas:
Manejo

• Frecuencia respiratoria > 30 respiraciones/minuto


• Dificultad respiratoria grave
• SpO₂ <90% en aire ambiente

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• La enfermedad grave en los niños se define como el hecho de presentar signos clínicos de
neumonía sumado, al menos, a uno de los siguientes síntomas:

• Cianosis central o SpO₂ <90


• Dificultad respiratoria grave
• Señales generales de peligro: incapacidad para la lactancia materna o para beber, letargo o
inconsciencia, o convulsiones
• Respiración rápida (<2 meses: ≥60 respiraciones por minuto; 2-11 meses: ≥50 respiraciones
por minuto; 1-5 años: ≥40 respiraciones por minuto).

Lugar de la atención

• Se debe manejar a los pacientes en un centro de atención médico adecuado bajo la orientación de
un equipo de especialistas.[2]
• Evaluar a todos los adultos por su fragilidad en el momento de su admisión en el hospital,
utilizando la Escala de fragilidad clínica (CFS). [Clinical Frailty Scale] Un metanálisis encontró que
un aumento en la fibrosis quística (FQ) estaba asociado con un aumento en la mortalidad (cada
aumento de un punto en la FQ estaba asociado con un aumento del 12% en la mortalidad).[644]
Sin embargo, algunos estudios sugieren que se requiere una comprensión más matizada de la
fragilidad y los resultados, y se debe tener cuidado al poner demasiado énfasis en la influencia de
la fragilidad por sí sola, cuando se analiza el pronóstico en las personas de edad avanzada.[645]
• Se debe implicar a los equipos de cuidados intensivos en las discusiones sobre el ingreso en
unidades de cuidados intensivos de los pacientes donde:

• La puntuación del CFS sugiere que la persona es menos frágil (p. ej., CFS <5), es probable
que se beneficie del soporte de cuidados intensivos de los órganos y el paciente quiere
tratamiento de medicina intensiva; o bien
• La puntuación CFS sugiere que la persona es más frágil (p. ej., CFS ≥5), hay incertidumbre
con respecto al beneficio del soporte a los órganos de cuidados críticos, y se necesita
asesoramiento sobre cuidados críticos para ayudar a la decisión sobre el tratamiento.
• Se debe tener en cuenta el impacto de las patologías subyacentes, las comorbilidades y la
gravedad de las enfermedades agudas.[619]
Período de cuarentena

• Se deben suspender las precauciones basadas en la transmisión (incluyendo la cuarentena) y dar


el alta a los pacientes de la vía de atención, 10 días después del inicio de los síntomas, más al
menos 3 días sin fiebre y síntomas respiratorios.[2]
• Los CDC recomiendan suspender el confinamiento una vez que hayan pasado al menos 10 días
y hasta 20 días desde la primera aparición de los síntomas, y al menos 24 horas desde la última
fiebre sin el uso de antipiréticos, y los síntomas hayan mejorado, si se utiliza una estrategia basada
en los síntomas. Considere la posibilidad de consultar a expertos en control de la infección antes
de suspender el confinamiento. Los pacientes gravemente inmunodeprimidos pueden producir
virus competentes para la replicación más allá de los 20 días y requieren pruebas adicionales y
Manejo

consultas con especialistas en enfermedades infecciosas y expertos en control de infecciones


antes de suspender el confinamiento. Como alternativa, recomienda al menos dos pruebas RT-
PCR negativas en muestras respiratorias recogidas con 24 horas de diferencia antes de terminar el
confinamiento si se utiliza una estrategia basada en pruebas. Se prefiere una estrategia basada en

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los síntomas; sin embargo, se puede considerar una estrategia basada en evidencias en pacientes
gravemente inmunodeprimidos.[642]
• La orientación sobre cuándo poner fin a la cuarentena depende de las recomendaciones locales y
puede diferir entre países. Por ejemplo, en el Reino Unido el período de cuarentena es de 14 días
a partir de una prueba positiva en pacientes hospitalizados. Los pacientes inmunocompetentes
que hayan dado positivo en la RT-PCR y completado su período de aislamiento de 14 días están
exentos de las pruebas antes del alta hospitalaria si están dentro de los 90 días del inicio de la
enfermedad por primera vez, o de la prueba, a menos que desarrollen nuevos síntomas.[632]
Prevención y control de infecciones

• Se deben implementar procedimientos locales de prevención y control de infecciones cuando se


manejan pacientes con COVID-19.
Oxígeno

• Se debe iniciar inmediatamente la terapia de oxígeno suplementario en cualquier paciente con


signos de emergencia (es decir, obstrucción o ausencia de respiración, dificultad respiratoria grave,
cianosis central, shock, coma y/o convulsiones), o cualquier paciente sin signos de emergencia
y SpO₂ <90%.[2] [3] No hay evidencia de beneficio de la terapia de oxígeno en pacientes con
COVID-19 en ausencia de hipoxemia.[646]
• Se establece un objetivo de SpO₂ a ≥94% durante la reanimación en adultos y niños con signos
de emergencia que requieren un manejo de emergencia de las vías respiratorias y oxigenoterapia.
Una vez que el paciente esté estable, se recomienda un objetivo SpO₂ >90% en niños y adultos no
embarazadas, y ≥92% a 95% en mujeres embarazadas. En los niños pequeños es preferible usar
cánulas nasales.[2] Algunas guías de práctica clínica recomiendan que SpO₂ se mantenga a un
nivel no superior al 96%.[647]
• Algunos centros médicos pueden recomendar diferentes objetivos de SpO₂ para apoyar la
priorización del flujo de oxígeno para los pacientes más gravemente enfermos en el hospital. Por
ejemplo, el NHS de Inglaterra recomienda un objetivo del 92% al 96% (o del 90% al 94% si es
clínicamente indicado).[648]
• Se deben considerar las técnicas de posicionamiento (p. ej., sentarse con apoyo), y el manejo
de la limpieza de las vías respiratorias para optimizar la oxigenación y ayudar a la eliminación
de las secreciones en los adultos. Se deben considerar la colocación en decúbito prono del
paciente despierto (durante 8-12 horas/día, repartidas en periodos más cortos a lo largo del día)
en pacientes graves que requieren oxigenoterapia.[2] [3] Se ha demostrado que la colocación
temprana en posición de decúbito prono de los pacientes despiertos y no intubados mejora la
saturación de oxígeno y puede retrasar o reducir la necesidad de cuidados intensivos.[649] [650]
[651] [652] [653]
• Se debe monitorizar a los pacientes estrechamente para detectar signos de insuficiencia
respiratoria hipoxémica aguda y progresiva. Los pacientes que continúan sufriendo un deterioro, a
pesar de la oxigenoterapia estándar requieren un soporte avanzado de oxígeno/ventilación.[2] [3]
Manejo de síntomas y cuidados de soporte
Manejo

• Líquidos y electrolitos: se debe usar una fluidoterapia cautelosa en adultos y niños sin
hipoperfusión tisular y sin respuesta a los líquidos, ya que la rehidratación agresiva puede
empeorar la oxigenación.[2] Se debe corregir cualquier alteración electrolítica o metabólica, como
la hiperglucemia o la acidosis metabólica, según los protocolos locales.[654]

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• Fiebre y dolor: se recomienda el paracetamol o el ibuprofeno.[2] [620] En la actualidad, no existen
evidencias de eventos adversos graves en los pacientes con COVID-19 que toman fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno, ni de efectos como resultado del uso
de los AINE en la utilización de asistencia sanitaria de urgencia, la supervivencia a largo plazo
o la calidad de vida de los pacientes con COVID-19.[633] [634] [635] [636] [637] [638] [639] El
ibuprofeno solo debe tomarse en la dosis eficaz más baja durante el período más breve necesario
para controlar los síntomas.
• Tos: se debe recomendar a los pacientes que eviten acostarse de espaldas ya que esto provoca
que la tos sea ineficaz. Se deben utilizar medidas sencillas (p. ej., una cucharadita de miel en
pacientes de 1 año o más) para ayudar a toser. Se puede considerar la posibilidad de utilizar un
supresor de la tos a corto plazo en determinados pacientes (p. ej., si la tos es angustiosa para el
paciente) siempre que no existan contraindicaciones.[620] Un metanálisis determinó que la miel
muestra resultados superiores a los cuidados habituales (p. ej., los antitusígenos) para mejorar los
síntomas de infección de las vías respiratorias altas, en particular la frecuencia y la gravedad de la
tos.[640]
• Disnea: mantener la habitación fresca y fomentar la relajación, las técnicas de respiración y el
cambio de posiciones del cuerpo. Se deben identificar y tratar cualquier causa reversible de la
disnea (p. ej., edema pulmonar). Se deben considerar una prueba de oxígeno, si está disponible.
Se deben considerar una combinación de opiáceos y benzodiacepinas en pacientes con disnea
moderada a grave o en pacientes con dificultad respiratoria.[620]
• Ansiedad, delirio y agitación: se debe identificar y tratar cualquier causa subyacente o reversible
(p. ej., ofrecer consuelo, tratar la hipoxia, corregir las anormalidades metabólicas o endocrinas,
abordar las coinfecciones, minimizar el uso de fármacos que puedan causar o empeorar el
delirio, tratar la abstinencia de sustancias, mantener ciclos de sueño normales, tratar el dolor o
disnea).[2] [620] Se debe considerar la posibilidad de utilizar una benzodiacepina para el manejo
de la ansiedad o la agitación que no responda a otras medidas. Se debe considerar el uso de
haloperidol o una fenotiazina para el manejo del delirio.[620] También se puede considerar
la posibilidad de utilizar dosis bajas de haloperidol (u otro antipsicótico adecuado) para la
agitación.[2] Las intervenciones no farmacológicas son el pilar del manejo del delirio cuando es
posible y la prevención es clave.[655]
• Cuidado bucal: una parte importante de la atención general a los pacientes hospitalizados,
ventilados o no, y a los que se someten a cuidados en reducción o de final de la vida.[656]
• Se debe proporcionar soporte básico psicosocial y a la salud mental a todos los pacientes, y
manejar cualquier síntoma de insomnio o depresión según sea indicado.[2]
Profilaxis de tromboembolia venosa

• Evaluar el riesgo de sangrado lo antes posible después del ingreso, o en el momento de la


primera revisión por parte del especialista utilizando un instrumento adecuado de evaluación de
riesgos.[657]
• Se debe iniciar la profilaxis de la tromboembolia venosa (TEV) en adultos y adolescentes
hospitalizados con COVID-19 según el estándar de atención de otros pacientes hospitalizados sin
COVID-19, siempre que no existan contraindicaciones. Un diagnóstico de COVID-19 no debería
Manejo

influir en las recomendaciones del pediatra sobre la profilaxis para la TEV en niños hospitalizados.
Las mujeres embarazadas deben ser atendidas por un especialista.[2] [3] [658] [659] Se debe
comenzar lo antes posible y en el plazo de las 14 horas a partir del ingreso, y continuar durante la
duración de la estancia hospitalaria o 7 días, el plazo que sea más largo.[657]

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• La heparina de bajo peso molecular, la heparina no fraccionada o el fondaparinux son las opciones
recomendadas para la tromboprofilaxis estándar.[2] El National Institute for Health and Care
Excellence del Reino Unido recomienda la heparina de bajo peso molecular de primera línea,
reservando el fondaparinux o la heparina no fraccionada para los pacientes que no pueden
tener heparina de bajo peso molecular.[657] La heparina no fraccionada está contraindicada
en pacientes con trombocitopenia grave. El fondaparinux se recomienda en pacientes con
antecedentes de trombocitopenia inducida por la heparina. No se recomiendan los anticoagulantes
orales directos. Se recomienda la tromboprofilaxis mecánica (p. ej., dispositivos de compresión
neumática intermitente) si la anticoagulación está contraindicada o no está disponible.[659] [660]
• Se desconoce la dosis óptima. Se recomiendan dosis estándar de profilaxis antes que los
regímenes de dosis intermedias o de tratamiento completo en pacientes sin una indicación
establecida para una anticoagulación de dosis más alta.[2] [657] [659] Algunos médicos están
utilizando regímenes de dosis intermedias o completas de tratamiento en lugar de dosis
profilácticas, ya que les preocupan los trombos no detectados; sin embargo, esto puede provocar
sangrados importantes.[661] No hay datos suficientes para recomendar el aumento de las dosis
de anticoagulantes para la profilaxis para la TEV en pacientes con COVID-19 fuera del marco de
un ensayo clínico.[3] Sin embargo, algunas guías de práctica clínica recomiendan que se puede
considerar la posibilidad de aumentar las dosis en los pacientes gravemente enfermos.[658] [662]
El National Institute for Health and Care Excellence en el Reino Unido solo recomienda que se
consideren dosis intermedias en pacientes que estén recibiendo apoyo respiratorio avanzado,
y la decisión debe basarse en una opinión multidisciplinaria o de alto nivel, o en protocolos
acordados localmente.[657] Se debe reevaluar diariamente los riesgos de TEV y de sangrado en
estos pacientes.[657] El NHS de Inglaterra recomienda que no se ofrezcan dosis terapéuticas, a
menos que exista una indicación estándar para la anticoagulación terapéutica, ya que los ensayos
demuestran que las dosis terapéuticas no mejoran el resultado clínico de la enfermedad grave en
el ámbito de los cuidados intensivos.[663] Puede que sea necesario ajustar la dosis en pacientes
con un peso corporal extremo o con insuficiencia renal.[657]
• En el caso de pacientes que ya estén recibiendo un anticoagulante para otra enfermedad,
continuar con la dosis terapéutica actual del paciente a menos que esté contraindicado por un
cambio en las circunstancias clínicas. Se debe considerar la posibilidad de cambiar a heparina
de bajo peso molecular si el estado clínico del paciente se está deteriorando y el paciente no está
actualmente con heparina de bajo peso molecular.[657]
• Se debe monitorizar a los pacientes para detectar signos y síntomas sugerentes de la presencia
de tromboembolismo y proceder con las vías de diagnóstico y manejo indicados si se sospecha
clínicamente.[2] Si el estado clínico del paciente cambia, se debe evaluar el riesgo de TEV, se
debe reevaluar el riesgo de sangrado y revisar la profilaxis para la TEV.[657]
• Se debe continuar la administración hasta el alta hospitalaria.[2] Generalmente, no se recomienda
la profilaxis rutinaria para la TEV después del alta, excepto en ciertos pacientes de alto riesgo.[3]
[658] [659] Se debe asegurar de que los pacientes que requieren profilaxis para la TEV después
del alta puedan usarla correctamente u organizar que alguien los ayude.[657]
• Actualmente, no hay evidencias suficientes para determinar los riesgos y beneficios de la
anticoagulación profiláctica en pacientes hospitalizados con COVID-19.[664] Un análisis
retrospectivo de más de 4000 pacientes encontró que la anticoagulación se asociaba con una
Manejo

menor mortalidad e intubación entre los pacientes hospitalizados de COVID-19. La anticoagulación


terapéutica se asoció a una menor mortalidad en comparación con la anticoagulación profiláctica,
pero la diferencia no fue estadísticamente significativa.[665] Un estudio observacional de cohortes
con más de 4000 pacientes encontró que el inicio temprano de la anticoagulación profiláctica en

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pacientes hospitalizados se asoció con un menor riesgo de mortalidad a los 30 días y no aumentó
el riesgo de eventos de sangrado graves, en comparación con la no anticoagulación.[666] Los
médicos deben basarse en los principios del manejo de la anticoagulación basados en la evidencia
anterior a COVID-19, combinados con enfoques racionales para hacer frente a los desafíos
clínicos.[658]
Antimicrobianos

• Se deben considerar los antibióticos empíricos si hay sospecha clínica de infección bacteriana.
Se debe administrar en el plazo de una hora a partir de la evaluación inicial a los pacientes con
sospecha de sepsis o si el paciente cumple con los criterios de alto riesgo (o en el plazo de cuatro
horas a partir del establecimiento de un diagnóstico de neumonía); no espere a los resultados de
la microbiología. Se debe basar el régimen en el diagnóstico clínico (p. ej., neumonía adquirida
en la comunidad, neumonía adquirida en el hospital, sepsis), en los datos de epidemiología y
susceptibilidad locales y en las guías locales de tratamiento.[2] [3] [587]
• Algunas guías de práctica clínica recomiendan antibióticos empíricos para patógenos bacterianos
en todos los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad sin COVID-19 confirmado. Es
probable que los patógenos bacterianos en los pacientes con COVID-19 y neumonía sean los
mismos que en los pacientes anteriores con neumonía adquirida en la comunidad y, por lo tanto,
las recomendaciones antimicrobianas empíricas deberían ser las mismas.[588] Sin embargo, el
National Institute for Health and Care Excellence en el Reino Unido recomienda que es razonable
no comenzar con antimicrobianos empíricos si se está seguro de que las características clínicas
son típicas de COVID-19.[587] No hay evidencias suficientes para recomendar antimicrobianos
empíricos de amplio espectro a falta de otra indicación.[3]
• Algunos pacientes pueden requerir la continuación de la antibioticoterapia, una vez que se haya
confirmado la presencia de COVID-19, dependiendo de las circunstancias clínicas (p. ej., evidencia
clínica o microbiológica de infección bacteriana independientemente de los resultados de la prueba
del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave [SARS-CoV-2], el resultado de la prueba
del SARS-CoV-2 es positivo pero las características clínicas no son típicas de COVID-19). En
estas circunstancias, se debe revisar la elección del antibiótico en función de los resultados de la
microbiología y cambiar a un antibiótico de espectro más estrecho si procede, revisar el uso de
antibióticos por vía intravenosa en un plazo de 48 horas, considerar la posibilidad de cambiar a la
terapia oral y administrar durante un total de 5 días a menos que haya una indicación clara para
continuar.[587]
• Se debe reevaluar a diario el uso de antibióticos. Se debe disminuir la terapia empírica basándose
en los resultados de la microbiología y el juicio clínico. Se debe revisar regularmente la posibilidad
de cambiar el tratamiento intravenoso por vía oral. La duración del tratamiento debe ser lo más
breve posible (p. ej., de 5 a 7 días). Deberían establecerse programas de administración de
antibióticos.[2] Un metanálisis encontró que la prevalencia de la prescripción de antibióticos
en pacientes con COVID-19 era del 75%, lo cual es un valor significativamente mayor que la
prevalencia estimada de la coinfección bacteriana. Por lo tanto, es probable que el uso innecesario
de antibióticos sea elevado en estos pacientes.[667]
• Se deben tratar las coinfecciones confirmadas por laboratorio (p. ej., el paludismo, la tuberculosis,
Manejo

la gripe) según sea indicado, de acuerdo con los protocolos locales.[2] El tratamiento de la gripe
es el mismo en todos los pacientes, independientemente de la coinfección por SARS-CoV-2. Se
debe iniciar el tratamiento empírico con oseltamivir en los pacientes hospitalizados que presenten
sospechas de presentar alguna de las dos, o ambas infecciones lo antes posible sin esperar los

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resultados de las pruebas de la gripe. El tratamiento antiviral se puede interrumpir una vez que se
haya descartado la gripe.[3]
Corticosteroides

• La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda encarecidamente el tratamiento con


corticoesteroides sistémicos (dosis bajas de dexametasona o hidrocortisona intravenosa u oral)
durante 7 a 10 días en adultos con enfermedad grave o crítica. Esta recomendación se basa en
dos metanálisis que agruparon los datos de ocho ensayos aleatorizados (más de 7000 pacientes),
incluyendo el ensayo RECOVERY del Reino Unido. Las evidencias de calidad moderada sugieren
que los corticoesteroides sistémicos probablemente reducen la mortalidad a los 28 días en
pacientes con enfermedad grave y crítica. También es probable que reduzcan la necesidad
de ventilación invasiva. No hay evidencias que comparen directamente la dexametasona y la
hidrocortisona. Los daños del tratamiento en este contexto se consideran menores. No está claro
si estas recomendaciones pueden aplicarse a los niños o a los que están inmunocomprometidos.
La OMS no recomienda los corticoesteroides en los pacientes con enfermedades más leves, ya
que pueden aumentar el riesgo de mortalidad en estos pacientes.[621] [668] [669] [670] También
hay evidencia de que los corticoesteroides probablemente reducen la duración de la estancia
en la unidad de cuidados intensivos (certeza baja) y aumentan los días sin ventilador (certeza
moderada).[671] [672]
• En el Reino Unido, el National Institute for Health and Care Excellence recomienda la
dexametasona o la hidrocortisona en los pacientes con COVID-19 grave o crítico (de acuerdo con
la guía de orientación de la OMS). Las autorizaciones de comercialización cubren esta indicación
en el Reino Unido.[619] [NICE: COVID-19 prescribing brief – corticosteroids]
• En Europa, la Agencia Europea de Medicamentos ha respaldado el uso de dexametasona para
pacientes con enfermedad grave que requieren oxigenoterapia o ventilación mecánica.[673]
• En los Estados Unidos, el panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health
recomienda la dexametasona, ya sea en solitario, o en combinación con el remdesivir, (véase
la [Emerging] sección para obtener información sobre remdesivir), en pacientes hospitalizados
que requieren oxigenoterapia. El grupo de expertos recomienda que no se use la dexametasona
en pacientes que no requieran oxigenoterapia. Se pueden utilizar corticoesteroides alternativos
en situaciones en las que no se disponga de dexametasona.[3] La Infectious Diseases Society
of America respalda el uso de la dexametasona en pacientes hospitalizados con enfermedad
grave.[674]
• Se debe monitorizar a los pacientes para detectar efectos adversos (p. ej., hiperglucemia,
infecciones secundarias, efectos psiquiátricos, reactivación de infecciones latentes) y evaluar
las interacciones farmacológicas.[3] Siga las políticas locales sobre gastroprotección durante
el tratamiento con corticoides. Es poco probable que se produzcan interacciones clínicamente
significativas entre el remdesivir y los corticoesteroides; sin embargo, el lopinavir/ritonavir puede
aumentar las concentraciones de hidrocortisona.[619]
• Los corticosteroides inhalados (p. ej., la budesonida) también están siendo objeto de ensayos
clínicos.[675]
Manejo

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Recomendaciones y evidencia para el uso de corticosteroides en pacientes hospitalizados con COVID-19


BMJ. 2020;370:m3379
Manejo

Monitorizar

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

• Se debe monitorizar estrechamente a los pacientes para detectar signos de deterioro clínico y
responder de inmediato con las intervenciones de cuidados de soporte más indicadas.[2]
Alta y rehabilitación

• Se debe evaluar rutinariamente a los pacientes de edad avanzada en cuanto a la movilidad, la


deglución funcional, el trastorno cognitivo y los problemas de salud mental, y sobre la base de esa
evaluación determinar si el paciente está listo para recibir el alta, y si presenta algún requisito de
rehabilitación y seguimiento.[2]
Cuidados paliativos

• Las intervenciones de cuidados paliativos deben ser accesibles en cada institución que atienda a
pacientes con COVID-19. Se debe identificar si el paciente tiene un plan de atención anticipada y
respetar las prioridades y preferencias del paciente al formular el plan de atención del mismo.[2]
Se deben seguir las guías de práctica clínica sobre cuidados paliativos.

Manejo de COVID-19 crítico


Se debe ingresar o trasladar a los pacientes con enfermedades críticas (es decir, presencia de síndrome
de dificultad respiratoria aguda, sepsis o shock séptico) a una unidad de cuidados intensivos/críticos.
Se deben utilizar los paquetes de medidas existentes (es decir, tres o más prácticas basadas en la
evidencia que se aplican al mismo tiempo y de forma sistemática para mejorar la calidad de la atención),
seleccionados de forma local por parte del hospital o la unidad de cuidados intensivos y que se hayan
adaptado según sea necesario a las circunstancias locales.[2]

Lugar de la atención

• Se debe manejar a los pacientes en una unidad de cuidados intensivos/críticos bajo la orientación
de un equipo de especialistas.[2]
• Comente los riesgos, beneficios y posibles resultados de las opciones de tratamiento con los
pacientes y sus familias, y permítales expresar sus preferencias sobre su manejo. Se deben tener
en cuenta los deseos y expectativas del paciente al considerar el límite máximo del tratamiento.
Utilice las herramientas de apoyo a las decisiones si están disponibles. Ponga en marcha
planes de escalada de tratamiento y comente cualquier plan de cuidados anticipados existente o
voluntades anticipadas de rechazar el tratamiento con pacientes que presentan comorbilidades
avanzadas preexistentes.[620]
Período de cuarentena

• Se deben suspender las precauciones basadas en la transmisión (incluyendo la cuarentena) y dar


el alta a los pacientes de la vía de atención, 10 días después del inicio de los síntomas, más al
menos 3 días sin fiebre y síntomas respiratorios.[2]
• Los CDC recomiendan suspender el confinamiento una vez que hayan pasado al menos 10 días
y hasta 20 días desde la primera aparición de los síntomas, y al menos 24 horas desde la última
fiebre sin el uso de antipiréticos, y los síntomas hayan mejorado, si se utiliza una estrategia basada
Manejo

en los síntomas. Considere la posibilidad de consultar a expertos en control de la infección antes


de suspender el confinamiento. Los pacientes gravemente inmunodeprimidos pueden producir
virus competentes para la replicación más allá de los 20 días y requieren pruebas adicionales y
consultas con especialistas en enfermedades infecciosas y expertos en control de infecciones

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antes de suspender el confinamiento. Como alternativa, recomienda al menos dos pruebas RT-
PCR negativas en muestras respiratorias recogidas con 24 horas de diferencia antes de terminar el
confinamiento si se utiliza una estrategia basada en pruebas. Se prefiere una estrategia basada en
los síntomas; sin embargo, se puede considerar una estrategia basada en evidencias en pacientes
gravemente inmunodeprimidos.[642]
• La orientación sobre cuándo poner fin a la cuarentena depende de las recomendaciones locales y
puede diferir entre países. Por ejemplo, en el Reino Unido el período de cuarentena es de 14 días
a partir de una prueba positiva en pacientes hospitalizados. Los pacientes inmunocompetentes
que hayan dado positivo en la RT-PCR y completado su período de aislamiento de 14 días están
exentos de las pruebas antes del alta hospitalaria si están dentro de los 90 días del inicio de la
enfermedad por primera vez, o de la prueba, a menos que desarrollen nuevos síntomas.[632]
Prevención y control de infecciones

• Se deben implementar procedimientos locales de prevención y control de infecciones cuando se


manejan pacientes con COVID-19.
Oxígeno nasal de alto flujo o ventilación no invasiva

• Se debe considerar la posibilidad de realizar un ensayo de oxígeno nasal de alto flujo (ONAF)
o de ventilación no invasiva (p. ej., presión positiva continua en las vías respiratorias [CPAP] o
presión positiva de dos niveles en las vías respiratorias [BiPAP]) en pacientes seleccionados con
el síndrome de dificultad respiratoria aguda leve (SDRA). Se debe considerar la posibilidad de
colocación en decúbito prono con el paciente despierto (durante 8-12 horas/día, repartidas en
periodos más cortos a lo largo del día) en pacientes graves que requieran oxígeno nasal de alto
flujo (ONAF) o ventilación no invasiva.[2]
• Se recomiendan precauciones para evitar la transmisión por el aire para estas intervenciones
(incluida la CPAP de burbujas) debido a la incertidumbre sobre el potencial de aerosolización.[2]
Se han sugerido nuevos métodos para proteger a los médicos que no tienen acceso al equipo de
protección personal estándar durante los procedimientos de generación de aerosoles.[676] [677]
[678] [679]
• Los pacientes con hipercapnia, inestabilidad hemodinámica, disfunción multiorgánica o estado
mental anormal no deberían recibir, por lo general, HFNO, aunque los datos que están emergiendo
sugieren que puede ser seguro en pacientes con hipercapnia leve a moderada y hipercapnia que
no empeora. Los pacientes con insuficiencia respiratoria hipoxémica e inestabilidad hemodinámica,
insuficiencia multiorgánica o estado mental anormal no deben recibir estos tratamientos en lugar
de otras opciones como la ventilación invasiva.[2]
• Hay un debate en curso sobre el modo óptimo de asistencia respiratoria antes de la ventilación
mecánica.[680] El NHS de Inglaterra recomienda la PPCVRP como la forma de elección de
ventilación no invasiva en pacientes con insuficiencia respiratoria hipoxémica (tipo 1). No respalda
el uso de oxígeno nasal de alto flujo (HFNO) basado en la falta de eficacia, el uso de oxígeno
(el HFNO puede poner una sobrecarga en los suministros de oxígeno con el riesgo de que falle
el suministro del sitio), y la propagación de la infección.[681] Otras guías de práctica clínica
recomiendan el oxígeno nasal de alto flujo (HFNO) sobre la ventilación no invasiva, a menos
Manejo

que el HFNO no esté disponible.[3] [647] A pesar de la tendencia a evitar el HFNO, se ha


demostrado que tiene un riesgo de generación de aerosoles similar al de las mascarillas de
oxígeno estándar.[682]
• Una ventilación por presión positiva continua en las vías respiratorias (PPCVR) temprana puede
proporcionar un puente a la ventilación mecánica invasiva. Se debe reservar el uso del BiPAP

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
para los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica agudizada hipercápnica (insuficiencia
respiratoria de tipo 2).[681]
• Las evidencias indirectas y de baja certeza sugieren que la ventilación no invasiva probablemente
reduce la mortalidad en los pacientes con COVID-19, de manera similar a la ventilación mecánica,
pero puede aumentar el riesgo de transmisión.[683] [684]
• Se debe monitorizar estrechamente a los pacientes para detectar si existe deterioro agudo. Si los
pacientes no mejoran después de una breve prueba de estas intervenciones, entonces requieren
una intubación endotraqueal urgente.[2] [647]
• Orientación más detallada sobre el manejo de los SDRA en COVID-19 está fuera del alcance de
este tema; consulte a un especialista para obtener más orientación.
Ventilación mecánica

• Se debe considerar la intubación endotraqueal y la ventilación mecánica invasiva en pacientes que


sufren un grave deterioro a pesar de las medidas avanzadas de soporte ventilatorio no invasivo/de
oxígeno.[2] [3]
• Dos tercios de los pacientes que requerían de cuidados intensivos en el Reino Unido tenían
ventilación mecánica a las 24 horas de su ingreso.[685] En Nueva York, el 33% de los pacientes
hospitalizados desarrollaron un fallo respiratorio que llevó a la ventilación mecánica. Estos
pacientes tenían más probabilidades de ser hombres, de ser obesos y de presentar un aumento
en los marcadores inflamatorios y las pruebas de función hepática.[440] Los pacientes pasaron
un promedio de 18 días en un respirador (rango 9-28 días).[686] Los pacientes que requirieron
ventilación mecánica invasiva presentaron una tasa de mortalidad del 36% al 88% en los
estudios.[687] [688] [689]
• La intubación endotraqueal se debe realizar por parte de un proveedor con experiencia,
tomando precauciones para evitar la transmisión por el aire.[2] Se recomienda la intubación por
videolaringoscopia, si es posible.[3] Los niños pequeños, los adultos que son obesos o las mujeres
embarazadas pueden desaturarse rápidamente durante la intubación y, por lo tanto, requieren una
preoxigenación con una fracción del 100% de oxígeno inspirado (FiO₂) durante 5 minutos.[2]
• Los pacientes ventilados mecánicamente con SDRA deben recibir una estrategia de ventilación
que proteja los pulmones, de bajo volumen corriente/baja presión inspiratoria (se recomiendan
objetivos más bajos en los niños). En los casos de SDRA moderados a graves, se prefiere una
estrategia de presión positiva al final de la espiración (PEEP) más alta que una estrategia de
PEEP más baja. Sin embargo, se recomienda la individualización de la PEEP, en la que se
monitoriza al paciente por los efectos beneficiosos o perjudiciales y la presión de conducción
durante el ajuste, teniendo en cuenta los riesgos y beneficios de la titulación de la PEEP.[2]
[3] [647] El NHS de Inglaterra recomienda una estrategia de baja PEEP en pacientes con una
distensibilidad normal donde el reclutamiento puede no ser necesario.[690]
• Aunque algunos pacientes con neumonía por COVID-19 cumplen los criterios para el SDRA,
se discute si la neumonía COVID-19 es una enfermedad específica con fenotipos atípicos. Las
evidencias esporádicas sugieren que la principal característica de la presentación atípica es la
disociación entre la mecánica pulmonar bien conservada y la gravedad de la hipoxemia.[691] [692]
[693] [694] [695] [696] Sin embargo, se ha criticado este enfoque.[697] [698] Se ha argumentado
Manejo

que un enfoque basado en evidencias que extrapola los datos de los SDRA no relacionados
con COVID-19 es el enfoque más razonable para los cuidados intensivos de los pacientes de
COVID-19.[699] Como consecuencia de ello, algunos médicos han advertido de que el uso de
ventiladores impulsados por protocolos puede estar causando lesiones pulmonares en algunos
pacientes, y que los ajustes de los ventiladores deben basarse en hallazgos fisiológicos en

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lugar de utilizar protocolos estándar. Un alto nivel de PEEP puede tener un efecto perjudicial en
los pacientes con un cumplimiento normal.[691] La PEEP siempre debe ser cuidadosamente
ajustada.[700]
• Se debe considerar la ventilación en posición prona en pacientes con SDRA grave durante 12
a 16 horas por día. Las mujeres embarazadas en el tercer trimestre pueden beneficiarse al ser
colocadas en posición de decúbito lateral. Se requiere cuidado en los niños.[2] [3] [647] En algunos
pacientes pueden ser factibles duraciones más largas.[701] Un estudio de pequeño tamaño de
cohorte de 12 pacientes en la ciudad de Wuhan, China, con SDRA relacionado con COVID-19
sugiere que pasar períodos de tiempo en posición en decúbito prono puede mejorar la capacidad
de reclutamiento pulmonar.[702] En dos pequeñas series de casos se comprobó que muchas
personas toleran la posición prona mientras están despiertas, respiran espontáneamente o reciben
ventilación no invasiva. En los pacientes que lo toleraron, se produjo una mejora en la oxigenación
y una disminución de la frecuencia respiratoria.[703] [704]
• Se sugieren maniobras de reclutamiento alveolar, pero no se recomiendan las maniobras de
reclutamiento en escalera.[3] [647]
• Una orientación más detallada sobre el manejo de los síndromes de dificultad respiratoria
aguda (SDRA) en COVID-19, incluida la sedación y el uso de bloqueo neuromuscular durante
la ventilación, está fuera del alcance de este tema; consulte a un especialista para obtener más
orientación.
Vasodilatador pulmonar inhalado

• Se debe considerar la posibilidad de realizar una prueba de un vasodilatador pulmonar inhalado


en adultos con SDRA grave e hipoxemia a pesar de optimizar la ventilación. Se debe reducir
gradualmente si no hay una rápida mejoría en la oxigenación.[3] [647]
Oxigenación por membrana extracorpórea

• Se debe considerar la oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC) de acuerdo con la


disponibilidad y la competencia si los métodos anteriores fallan.[2] [647] [705] [706] La oxigenación
por membrana extracorpórea (OMEC) no es adecuada para todos los pacientes, y solo se puede
considerar para la OMEC a aquellas personas que cumplan ciertos criterios de inclusión.[707]
• No hay evidencias suficientes para recomendar a favor o en contra del uso rutinario de la
OMEC.[3]
• La tasa de supervivencia estimada a los 60 días de los pacientes rescatados por oxigenación por
membrana extracorpórea (OMEC) con COVID-19 (31%) fue similar a la de estudios anteriores
de OMEC para el SDRA grave.[708] En un estudio internacional de cohortes de 1035 pacientes
se determinó que, tanto la mortalidad estimada 90 días después del inicio de la OMEC, como la
mortalidad en los que lograron un resultado final de muerte o alta eran <40%, lo que concuerda
con las tasas de supervivencia previamente informadas en la insuficiencia respiratoria hipoxémica
aguda.[709]
• La oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC) venosa de un acceso y doble etapa
con extubación temprana parece ser segura y eficaz en pacientes que presentan insuficiencia
respiratoria COVID-19.[710]
Manejo

Manejo de shock séptico/sepsis

• El manejo de la sepsis y el shock séptico en pacientes con COVID-19 está fuera del alcance de
este tema. Véase la [Complications] sección.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
Manejo de síntomas y cuidados de soporte

• Se debe considerar el manejo de fluidos y electrolitos, el tratamiento antimicrobiano, la profilaxis


para la TEV y el manejo de los síntomas, según corresponda (véase más arriba).
• Es preferible la heparina no fraccionada al fondaparinux en pacientes críticos si no se puede
utilizar la heparina de bajo peso molecular.[659] Algunas guías de práctica clínica recomiendan
que se considere la posibilidad de aumentar las dosis en los pacientes gravemente enfermos.[658]
[662] El National Institute for Health and Care Excellence en el Reino Unido solo recomienda que
se consideren dosis intermedias en pacientes que estén recibiendo apoyo respiratorio avanzado,
y la decisión debe basarse en una opinión multidisciplinaria o de alto nivel, o en protocolos
acordados localmente. Se debe reevaluar diariamente los riesgos de TEV y de sangrado en
estos pacientes.[657] El NHS de Inglaterra recomienda que no se ofrezcan dosis terapéuticas, a
menos que exista una indicación estándar para la anticoagulación terapéutica, ya que los ensayos
demuestran que las dosis terapéuticas no mejoran el resultado clínico de la enfermedad grave en
el ámbito de los cuidados intensivos.[663]
Corticosteroides

• Se debe considerar la posibilidad de utilizar corticoesteroides sistémicos para el tratamiento de


pacientes en estado crítico (véase más arriba). En los EE.UU., el panel de guías de práctica
clínica de los National Institutes of Health recomienda la dexametasona, ya sea en solitario, o en
combinación con el remdesivir, en pacientes hospitalizados que requieren oxígeno de alto flujo o
ventilación no invasiva. El panel recomienda la dexametasona sola en pacientes con ventilación
mecánica u oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC).[3]
• Un metanálisis encontró un mayor riesgo de TEV con la administración de corticosteroides en
pacientes con enfermedad crítica. Sin embargo, no se dispone de resultados definitivos debido a
los diferentes regímenes de corticosteroides y a la heterogeneidad de los estudios.[711]
Alta y rehabilitación

• Se debe evaluar rutinariamente a los pacientes de cuidados intensivos en lo que respecta a la


movilidad, la deglución funcional, el trastorno cognitivo y las preocupaciones respecto a la salud
mental y, basándose en esa evaluación, determinar si el paciente está listo para recibir el alta y si
presenta algún requisito de rehabilitación y seguimiento.[2]
Cuidados paliativos

• Las intervenciones de cuidados paliativos deben ser accesibles en cada institución que atienda a
pacientes con COVID-19. Se debe identificar si el paciente tiene un plan de atención anticipada y
respetar las prioridades y preferencias del paciente al formular el plan de atención del mismo.[2]
Se deben seguir las guías de práctica clínica sobre cuidados paliativos.

Manejo de mujeres embara zadas


Las mujeres embarazadas deben ser atendidas por un equipo multidisciplinario que incluya especialistas
en obstetricia, perinatología, neonatología y cuidados intensivos, así como los servicios de obstetricia y
Manejo

soporte a la salud mental y psicosocial. Se recomienda un enfoque de la atención que esté centrado en
la mujer y que sea respetuoso y cualificado.[2] En el caso de mujeres con enfermedad grave o crítica, se
debe organizar un equipo multidisciplinario lo antes posible después de que se produzca la hipoxemia

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materna para evaluar la madurez del feto, el avance de la enfermedad y las mejores opciones para el
parto.[712]

Se dispone de datos limitados sobre el manejo de las mujeres embarazadas con COVID-19; sin
embargo, por lo general, las mujeres embarazadas pueden ser tratadas con las mismas terapias de
soporte detalladas anteriormente, teniendo en cuenta los cambios fisiológicos que se producen con el
embarazo.[2]

La prevalencia de mujeres embarazadas asintomáticas que han dado positivo en el SARS-CoV-2 y


que han ingresado para el parto parece ser baja (<3% en una cohorte de Connecticut, y 0.43% en una
cohorte de California).[713] [714] El cribado de mujeres y sus parejas de parto antes del ingreso puede
no ser útil. Más del 15% de las pacientes de maternidad que son asintomáticas dieron positivo en la
prueba de infección por el SARS-CoV-2, a pesar de haber dado negativo en un estudio de observación
de pequeño tamaño muestral en Nueva York, utilizando una herramienta telefónica de cribado. Además
de esto, el 58% de las personas asintomáticas de soporte dieron positivo a pesar de que el cribado fue
negativo.[715] Otro estudio realizado en una población obstétrica de Nueva York reveló que el 88% de las
mujeres que dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2 al momento del ingreso eran asintomáticas en
el momento de la presentación.[716]

Lugar de la atención

• Se debe manejar a las mujeres embarazadas en un centro de atención médico, en un centro


comunitario o en su domicilio. Es posible que las mujeres con enfermedad leve, sospechada o
confirmada, no necesiten cuidados agudos en un hospital, a menos que exista la preocupación
de un rápido deterioro o la imposibilidad de volver al hospital rápidamente.[2] Se deben seguir los
procedimientos locales de prevención y control de infecciones como en el caso de las personas no
embarazadas.
• Se debe considerar la posibilidad de atender en el domicilio a las mujeres con enfermedades
asintomáticas o leves, siempre que la paciente no presente signos de enfermedad potencialmente
grave (p. ej., disnea, hemoptisis, nuevo dolor/presión en el pecho, anorexia, deshidratación,
confusión), no existan comorbilidades, y no existan problemas obstétricos; la paciente pueda
cuidarse por sí sola y sea posible la monitorización y el seguimiento. De lo contrario, se debe
atender a las mujeres embarazadas en un entorno hospitalario con una monitorización adecuada
de la madre y el feto, siempre que sea posible.[513] [717] [718]
• Se deben posponer las visitas de rutina prenatales o postnatales para las mujeres que se
encuentran confinadas en casa y reprogramarlas una vez haya finalizado el período de
aislamiento. La prestación de asesoramiento y atención debe realizarse por medio de servicios de
telemedicina siempre que sea posible. Se debe asesorar a las mujeres sobre una dieta saludable,
la movilidad, el ejercicio, la ingesta de micronutrientes, el tabaquismo, así como el consumo de
alcohol y el consumo de sustancias. Se debe aconsejar a las mujeres que busquen atención
urgente si desarrollan algún empeoramiento de la enfermedad o señales de peligro, o señales de
peligro del embarazo.[2]
• El American College of Obstetricians and Gynecologists ha publicado un algoritmo para ayudar a
decidir si es más adecuado el ingreso en el hospital o la atención en el hogar. [ACOG: outpatient
Manejo

assessment and management for pregnant women with suspected or confirmed novel coronavirus
(COVID-19)]
Corticosteroides prenatales

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• Se debe considerar la posibilidad de utilizar corticoesteroides prenatales para la maduración


pulmonar del feto en mujeres con riesgo de parto prematuro (24 a 37 semanas de gestación).
Se recomienda precaución porque los corticoesteroides podrían empeorar el estado clínico de la
madre, y la decisión debe tomarse conjuntamente con el equipo multidisciplinario.[513] [718] [719]
La OMS recomienda el uso de corticoesteroides prenatales solo cuando no hay evidencias clínicas
de infección materna y se dispone de atención adecuada para el parto y el recién nacido, y en
mujeres con COVID-19 leve después de evaluar los riesgos y beneficios.[2]
• No hay evidencias de que los corticoesteroides en las dosis prescritas para la maduración
pulmonar fetal causen ningún daño en el contexto de COVID-19, pero tampoco hay evidencias
de seguridad. El efecto desconocido en el resultado materno debe sopesarse con el beneficio
neonatal, en particular en las gestaciones prematuras posteriores.[720]
Tratamientos

• La mayoría de los ensayos clínicos realizados hasta la fecha han excluido a las mujeres
embarazadas. Sin embargo, no se deben negar a las mujeres embarazadas tratamientos
potencialmente eficaces debido a preocupaciones teóricas sobre la seguridad de estos agentes
terapéuticos en el embarazo. Las decisiones deben tomarse mediante un proceso de toma de
decisiones compartido entre la paciente y el equipo clínico.[3]
• No hay evidencias convincentes de que los corticoesteroides sistémicos aumenten la incidencia
de anomalías congénitas. Se cree que los beneficios de los corticoesteroides en las mujeres
embarazadas o lactantes con enfermedades graves o críticas superan los riesgos.[619]
Profilaxis para la TEV

• Los National Institutes of Health recomiendan la anticoagulación de dosis profiláctica en las


mujeres embarazadas que son hospitalizadas con enfermedades graves, siempre que no haya
contraindicaciones para su uso. La anticoagulación durante el trabajo de parto y el parto requiere
atención especializada y planificación, y debe ser manejada de manera similar a las mujeres
embarazadas con otras afecciones que requieren anticoagulación. no se recomienda la profilaxis
para la TEV después del alta hospitalaria.[3]
• El Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (RCOG) también ha publicado guías de
orientación sobre la prevención de la TEV en las mujeres embarazadas.[720]
El trabajo de parto y el parto

• Se deben aplicar medidas locales de prevención y control de infecciones durante el trabajo de


parto y el parto. Se deben examinar a los compañeros de parto para detectar la infección por
COVID-19 usando la definición de caso estándar.[2]
• Se debe individualizar el modo de nacimiento basado en las indicaciones obstétricas y las
preferencias de la mujer. Se prefiere el parto vaginal en mujeres con infección confirmada
para evitar complicaciones quirúrgicas innecesarias. La inducción del trabajo de parto, las
intervenciones para acelerar el trabajo de parto y el parto por cesárea se recomiendan
generalmente solo cuando se justifica desde el punto de vista médico por el estado de la madre y
el feto. El estado positivo de COVID-19 por sí solo no es una indicación para una cesárea.[2] [513]
Manejo

[718]
• Se recomienda retrasar el pinzamiento del cordón umbilical (no antes de 1 minuto después del
nacimiento) para mejorar los resultados de salud materno-infantiles y nutricionales. Se cree que
el riesgo de transmisión a través de la sangre es mínimo, y no hay evidencias de que el retraso en

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
el pinzamiento del cordón umbilical aumente el riesgo de transmisión viral de la madre al recién
nacido.[2]
• Se debe considerar a los bebés nacidos de madres con sospecha de infección o infección
confirmada como a una persona bajo pruebas diagnósticas y se les debe separar de los recién
nacidos sanos. Se debe realizar la prueba de la infección 24 horas después del nacimiento, y de
nuevo 48 horas después del nacimiento.[721]
Cuidados de los recién nacidos

• Los expertos no se ponen de acuerdo en cuanto a la idoneidad de separar a la madre del


bebé después del parto; se toman decisiones caso por caso utilizando la toma de decisiones
compartida.
• Un análisis retrospectivo de cohortes, la mayor serie hasta la fecha, no encontró evidencias
clínicas de transmisión vertical en 101 recién nacidos de madres con infección presunta o
confirmada de SARS-CoV-2, a pesar de que la mayoría de los recién nacidos comparten
dormitorio con la madre y de las prácticas de lactancia materna directa. Esto sugiere que la
separación puede no estar justificada y que la lactancia materna parece ser segura.[722] La
transmisión de madre a hijo parece ser poco frecuente durante la internación conjunta, siempre
que se tomen las precauciones adecuadas en cuanto a las gotas y el contacto.[723]
• La OMS recomienda que las madres y los bebés permanezcan juntos, a menos que la madre esté
demasiado enferma para cuidar de su bebé. Debe fomentarse la lactancia materna aplicando al
mismo tiempo medidas adecuadas de prevención y control de las infecciones (p. ej., realizar la
higiene de las manos antes y después del contacto con el bebé y utilizar una mascarilla durante la
lactancia).[2] La OMS recomienda que los beneficios de la lactancia materna superan los posibles
riesgos de transmisión.[724]
• Los CDC recomiendan que se considere la posibilidad de separar temporalmente a un recién
nacido de una madre con COVID-19 confirmado o sospechoso después de sopesar los riesgos y
beneficios, ya que las evidencias actuales sugieren que el riesgo de que un recién nacido reciba
la infección de su madre es bajo; los profesionales de salud deben respetar la autonomía de la
madre en el proceso de adopción de decisiones médicas. Si no se lleva a cabo la separación,
deben aplicarse medidas para reducir al mínimo el riesgo de transmisión.[725] A una madre con
infección confirmada se le debe aconsejar que tome todas las precauciones posibles para evitar
la transmisión al bebé durante la lactancia (p. ej., la higiene de las manos, el uso de un paño que
cubra la cara). Un cuidador sano alimentará al recién nacido con la leche extraída.[726]
• El RCOG recomienda que las madres con infección confirmada y los bebés sanos permanezcan
juntos durante el período postnatal inmediato. Se recomienda comentar los riesgos y beneficios
con los neonatólogos y las familias, a fin de personalizar los cuidados en los bebés que pueden
ser más susceptibles a la infección. El RCOG advierte que los beneficios de la lactancia materna
superan cualquier riesgo potencial de transmisión del virus a través de la leche materna, y
recomienda las precauciones preventivas adecuadas para limitar la transmisión al bebé.[720]
• La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda que las madres y los recién nacidos
puedan permanecer en la misma habitación, con las debidas precauciones de prevención y
control de infecciones, según la práctica habitual del centro. Sin embargo, puede ser adecuado
Manejo

separar temporalmente a la madre y al recién nacido (o hacer que el recién nacido sea atendido
por cuidadores no infectados en la habitación de la madre) cuando la madre está gravemente
enferma de COVID-19 y no puede atender al bebé de forma segura. La AAP respalda firmemente
la lactancia materna como la mejor opción de alimentación. La leche materna puede extraerse
después de tomar las medidas de higiene adecuadas y ser administrada por parte de un cuidador

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
no infectado. Si la madre decide amamantar al niño por sí misma, se recomiendan medidas de
prevención adecuadas. Tras el alta hospitalaria, se debe aconsejar a las madres con COVID-19
que practiquen medidas de prevención (p. ej., higiene de manos, higiene respiratoria/mascarilla)
para el cuidado del recién nacido hasta que: estén afebriles durante 24 horas sin el uso de
antipiréticos; hayan pasado al menos 10 días desde el inicio de los primeros síntomas (o 10
días desde una prueba positiva en mujeres asintomáticas); y los síntomas hayan mejorado. Un
recién nacido con infección documentada pero sin síntomas requiere un estrecho seguimiento
ambulatorio tras el alta durante 14 días después del nacimiento.[721]

Manejo de las personas que viven con el VIH


Las recomendaciones para el triaje, manejo y tratamiento de COVID-19 en personas con VIH son
las mismas que las de la población general. Continuar la terapia antirretroviral y la profilaxis de las
infecciones oportunistas siempre que sea posible, incluyendo a los pacientes que requieran ingreso
hospitalario. Se debe consultar con un especialista en VIH antes de ajustar o cambiar los medicamentos
antirretrovirales, y prestar atención a las posibles interacciones farmacológicas y a la superposición de
toxicidad con los tratamientos de COVID-19.[3]

Manejo de las afecciones coexistentes


Best Practice ha publicado un tema separado sobre el manejo de las afecciones coexistentes en el
contexto de COVID-19. [BMJ Best Practice: Management of co-existing conditions in the context of
COVID-19]

Resumen del algoritmo de tratamiento


Tenga en cuenta que las formulaciones/vías y dosis pueden diferir entre los nombres y marcas de los
fármacos, las fórmulas de los fármacos o las localizaciones. Las recomendaciones de tratamiento son
específicas para cada grupo de pacientes: ver aviso legal

Manejo

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo ( Resumen )
COVID-19 leve

1ª se debe considerar el confinamiento en el


domicilio

más monitorización

más manejo de síntomas y cuidados de soporte

Considerar antipirético/analgésico

Considerar terapias experimentales

COVID-19 moderado

1ª se debe considerar el confinamiento en el


domicilio o el ingreso hospitalario

más monitorización

más manejo de síntomas y cuidados de soporte

Considerar antibióticos

Considerar antipirético/analgésico

Considerar terapias experimentales

COVID-19 grave

1ª ingreso hospitalario

más se debe considerar la oxigenoterapia

más manejo de síntomas y cuidados de soporte

más profilaxis de tromboembolia venosa

más monitorización

Considerar antibióticos

Considerar corticosteroide

Considerar tratamiento de coinfecciones

Considerar antipirético/analgésico

Considerar terapias experimentales

Considerar plan de alta y rehabilitación

Considerar cuidados paliativos

COVID-19 crítico

1ª ingresos en la unidad de cuidados


Manejo

intensivos/críticos

más manejo de síntomas y cuidados de soporte

más se debe considerar el oxígeno nasal de


alto flujo o la ventilación no invasiva

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo ( Resumen )
más se debe considerar la ventilación
mecánica invasiva

Considerar vasodilatador pulmonar inhalado

Considerar oxigenación por membrana extracorpórea

Considerar manejo de la sepsis/shock séptico

Considerar corticosteroide

Considerar tratamiento de coinfecciones

Considerar terapias experimentales

Considerar plan de alta y rehabilitación

Considerar cuidados paliativos

Manejo

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Algoritmo de tratamiento
Tenga en cuenta que las formulaciones/vías y dosis pueden diferir entre los nombres y marcas de los
fármacos, las fórmulas de los fármacos o las localizaciones. Las recomendaciones de tratamiento son
específicas para cada grupo de pacientes: ver aviso legal
Manejo

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Agudo
COVID-19 leve

1ª se debe considerar el confinamiento en el


domicilio

» Los pacientes con sospecha o confirmación


de enfermedad leve (es decir, los pacientes
sintomáticos que cumplen la definición de caso
de COVID-19 sin evidencias de hipoxia, ni
neumonía) y los pacientes asintomáticos deben
ser confinados para contener la transmisión del
virus.[2]

» Se debe manejar a los pacientes en un centro


de atención médico, en un centro comunitario
o en casa. El aislamiento en casa puede
considerarse en la mayoría de los pacientes,
con telemedicina o visitas a distancia, según sea
más adecuado.[2] [3] Esta decisión requiere un
juicio clínico cuidadoso y debe estar informada
por una evaluación del entorno del hogar
del paciente para garantizar que: se puedan
cumplir las medidas de prevención y control
de la infección y otros requisitos (p. ej., higiene
básica, ventilación adecuada); el cuidador pueda
prestar atención y reconocer cuándo el paciente
puede estar empeorando; el cuidador cuente
con el soporte adecuado (p. ej., alimentos,
suministros, apoyo psicológico); la comunidad
cuente con el soporte de un profesional sanitario
capacitado.[609] El lugar de atención dependerá
de la orientación de las autoridades sanitarias
locales y de los recursos disponibles.

» Es posible que las mujeres embarazadas con


enfermedad leve sospechada o confirmada no
requieran cuidados intensivos en un hospital,
a menos que exista la preocupación de un
rápido deterioro o la imposibilidad de regresar al
hospital rápidamente.[2]

» Se debe aconsejar a los pacientes y a


los miembros del hogar que cumplan las
medidas adecuadas de prevención y control de
infecciones:

» [WHO: home care for patients with suspected


or confirmed COVID-19 and management of
their contacts]

» [CDC: interim guidance for implementing


home care of people not requiring hospitalization
Manejo

for coronavirus disease 2019 (COVID-19)]

» Se deben suspender las precauciones


basadas en la transmisión (incluido el
confinamiento) y dar el alta a los pacientes
de la vía de atención: 10 días después de la

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo
prueba positiva (pacientes asintomáticos);
10 días después del inicio de los síntomas
más al menos 3 días sin fiebre y sin síntomas
respiratorios (pacientes sintomáticos).[2] Los
Centers for Disease Control and Prevention
(CDC) de EE.UU. recomiendan suspender
el aislamiento domiciliario una vez que
hayan transcurrido al menos 10 días (o
hasta 20 días en pacientes gravemente
inmunocomprometidos) desde el inicio de
los primeros síntomas, y que hayan pasado
al menos 24 horas desde la última fiebre sin
el uso de antipiréticos, y que los síntomas
hayan mejorado, si se utiliza una estrategia
basada en los síntomas. En las personas
asintomáticas, el CDC recomienda suspender
el confinamiento domiciliario, una vez que
hayan pasado al menos 10 días desde la
fecha de la prueba positiva. En el caso de los
pacientes gravemente inmunocomprometidos
que son asintomáticos, se puede interrumpir
el aislamiento cuando hayan transcurrido al
menos 10 días y hasta 20 días desde la fecha
de una prueba positiva; considere la posibilidad
de consultar con especialistas en enfermedades
infecciosas y expertos en control de infecciones.
Como alternativa, el CDC recomienda al
menos dos pruebas negativas de reacción
en cadena de la polimerasa de transcripción
inversa (RT-PCR) en muestras respiratorias
recogidas con 24 horas de diferencia antes
de terminar el confinamiento si se utiliza una
estrategia basada en pruebas. Se prefiere
una estrategia basada en los síntomas; sin
embargo, se puede considerar una estrategia
basada en evidencias en pacientes gravemente
inmunodeprimidos.[631] Si se ingresa al
paciente, la guía de orientación de los CDC
para suspender la cuarentena es la misma
que para la enfermedad moderada (ver más
abajo). La orientación sobre cuándo poner fin a
la cuarentena depende de las recomendaciones
locales y puede diferir entre los países. Por
ejemplo, en el Reino Unido el período de
cuarentena es de 10 días en pacientes con
enfermedades más leves que se manejan en la
comunidad.[632]
más monitorización
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
Manejo

seleccionados
» Se debe monitorizar estrechamente a los
pacientes con factores de riesgo de enfermedad
grave y asesorar a los pacientes sobre los
signos y síntomas de deterioro o complicaciones

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo
que requieren atención urgente inmediata (p. ej.,
dificultad respiratoria, dolor torácico).[2] [3]

» Se recomienda la monitorización de la
oximetría de pulso en el domicilio en pacientes
sintomáticos con factores de riesgo de
avance a una enfermedad grave que no
estén hospitalizados. Es necesario ofrecer
información al paciente y realizar un seguimiento
adecuado.[2]
más manejo de síntomas y cuidados de soporte
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe aconsejar a los pacientes que eviten
acostarse de espaldas ya que esto hace que
la tos sea ineficaz. Se deben utilizar medidas
sencillas (p. ej., una cucharadita de miel en
pacientes de 1 año o más) para ayudar a
toser.[620] Un metanálisis determinó que la miel
muestra resultados superiores a los cuidados
habituales (p. ej., los antitusígenos) para
mejorar los síntomas de infección de las vías
respiratorias altas, en particular la frecuencia y
la gravedad de la tos.[640]

» Se debe aconsejar a los pacientes sobre una


nutrición y rehidratación adecuada. Demasiado
líquido puede empeorar la oxigenación.[2]

» Aconseje a los pacientes que mejoren la


circulación del aire abriendo una ventana o una
puerta (los ventiladores pueden propagar la
infección y no deben utilizarse).[620]

» Se debe proporcionar salud mental básica


y apoyo psicosocial a todos los pacientes,
y manejar cualquier síntoma de insomnio,
depresión o ansiedad según sea indicado.[2]

» Se debe considerar la posibilidad de un


tratamiento para la disfunción olfativa (p. ej.,
entrenamiento olfativo) si persiste más de dos
semanas. No hay evidencias que respalden
el uso de estos tratamientos en pacientes con
COVID-19.[641]
Considerar antipirético/analgésico
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
Manejo

seleccionados
Opciones primarias

» paracetamol: niños: se debe consultar


el formulario de medicamentos local para
obtener orientación sobre la dosis; adultos:

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Agudo
500-1000 mg por vía oral cada 4-6 horas
cuando sea necesario, máximo 4000 mg/día

» ibuprofeno: niños: consultar el formulario de


medicamentos local para obtener orientación
sobre la dosis; adultos: 300-600 mg por vía
oral (de liberación inmediata) cada 6-8 horas
cuando sea necesario, máximo 2400 mg/día

» Se recomienda el paracetamol o el
ibuprofeno.[2] [620] En la actualidad, no existen
evidencias de eventos adversos graves en los
pacientes con COVID-19 que toman fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como
el ibuprofeno, ni de efectos como resultado del
uso de los AINE en la utilización de asistencia
sanitaria de urgencia, la supervivencia a largo
plazo o la calidad de vida de los pacientes con
COVID-19.[633] [634] [635] [636] [637] [638]
[639]

» El ibuprofeno solo debe tomarse en la dosis


eficaz más baja durante el período más breve
necesario para controlar los síntomas. No
se recomienda en mujeres embarazadas
(especialmente en el tercer trimestre), ni en
niños de menos de 6 meses de edad (los límites
de edad varían según el país).
Considerar terapias experimentales
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben considerar las terapias
experimentales o emergentes adecuadas.

» Las terapias antivirales tendrán un mayor


efecto al principio del curso de la enfermedad,
mientras que las terapias inmunosupresoras/
antiinflamatorias probablemente tengan un
mayor efecto más adelante en el curso de la
enfermedad.[3]

» Véase el [Emerging] sección para más


información.
COVID-19 moderado

1ª se debe considerar el confinamiento en el


Manejo

domicilio o el ingreso hospitalario

» Los pacientes con sospecha o confirmación


de enfermedad moderada (es decir, con
signos clínicos de neumonía pero sin signos

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Agudo
de neumonía grave) deben confinarse para
contener la transmisión del virus.[2]

» Se debe manejar a los pacientes en un centro


de salud, en un centro comunitario o en su
domicilio. Puede considerarse el confinamiento
en el domicilio, mediante telemedicina o visitas a
distancia, según proceda, en pacientes de bajo
riesgo. Se debe manejar a los pacientes con alto
riesgo de deterioro y a las mujeres embarazadas
en un centro de salud.[2] [3]

» Se deben implementar procedimientos locales


de prevención y control de infecciones cuando
se manejan pacientes con COVID-19. En el caso
de los pacientes que se encuentran aislados
en sus hogares, aconseje a los pacientes y a
los miembros de sus hogares que sigan las
medidas adecuadas de prevención y control de
las infeccione:

» [WHO: home care for patients with suspected


or confirmed COVID-19 and management of
their contacts]

» [CDC: interim guidance for implementing


home care of people not requiring hospitalization
for coronavirus disease 2019 (COVID-19)]

» Se deben suspender las precauciones


basadas en la transmisión (incluyendo la
cuarentena) y dar el alta a los pacientes de
la vía de atención, 10 días después del inicio
de los síntomas, más al menos 3 días sin
fiebre y síntomas respiratorios.[2] [642] Los
Disease Control and Prevention (CDC) de los
Estados Unidos recomiendan suspender el
confinamiento, una vez que hayan transcurrido
al menos 10 días (sin estar gravemente
inmunocomprometidos) o 20 días (gravemente
inmunocomprometidos) desde el inicio de
los síntomas, y que hayan transcurrido al
menos 24 horas desde la última fiebre sin
el uso de antipiréticos y que los síntomas
hayan mejorado, si se utiliza una estrategia
basada en los síntomas. En las personas
asintomáticas, el CDC recomienda suspender el
confinamiento, una vez que hayan transcurrido
al menos 10 días (sin inmunidad grave) o 20
días (con inmunidad grave) desde la fecha de
la prueba positiva. Los pacientes gravemente
inmunodeprimidos pueden producir virus
Manejo

competentes para la replicación más allá de


los 20 días y requieren pruebas adicionales y
consultas con especialistas en enfermedades
infecciosas y expertos en control de infecciones
antes de suspender el confinamiento. Como
alternativa, el CDC recomienda al menos dos

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo
pruebas negativas de reacción en cadena de
la polimerasa de transcripción inversa (RT-
PCR) en muestras respiratorias recogidas
con 24 horas de diferencia antes de terminar
el confinamiento si se utiliza una estrategia
basada en pruebas. Se prefiere una estrategia
basada en los síntomas; sin embargo, se
puede considerar una estrategia basada
en evidencias en pacientes gravemente
inmunodeprimidos.[642] Si el paciente está
confinado en su casa, la guía de orientación
de los CDC para suspender el confinamiento
es la misma que para la enfermedad leve (ver
arriba). La orientación sobre cuándo poner fin a
la cuarentena depende de las recomendaciones
locales y puede diferir entre países. Por ejemplo,
en el Reino Unido el período de cuarentena
es de 14 días a partir de una prueba positiva
en pacientes hospitalizados, y de 10 días en
pacientes con enfermedades más leves que
son atendidos en la comunidad. Los pacientes
inmunocompetentes que hayan dado positivo
en la RT-PCR y hayan completado su período
de aislamiento de 14 días están exentos de
las pruebas antes del alta hospitalaria si están
dentro de los 90 días de la aparición inicial de
la enfermedad o de la prueba, a menos que
desarrollen nuevos síntomas.[632]
más monitorización
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe monitorizar estrechamente a los
pacientes para detectar signos o síntomas
del avance de la enfermedad. Si se atiende
al paciente en su casa, se le debe aconsejar
sobre los signos y síntomas de deterioro o
complicaciones que requieren atención urgente
inmediata (p. ej., dificultad respiratoria, dolor
torácico). Se recomienda la monitorización de la
oximetría de pulso en el domicilio en pacientes
sintomáticos con factores de riesgo de avance
hacia una enfermedad grave que no estén
hospitalizados. Es necesario ofrecer educación
al paciente y realizar un seguimiento adecuado.
Si el paciente recibe atención en el hospital,
se le debe monitorizar estrechamente para
detectar signos de deterioro clínico utilizando las
puntuaciones médicas de alerta temprana (p.
Manejo

ej., la National Early Warning Score 2 [NEWS2]),


y responder inmediatamente con intervenciones
adecuadas de cuidados de soporte.[2]
más manejo de síntomas y cuidados de soporte

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Agudo
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe aconsejar a los pacientes que eviten
acostarse de espaldas ya que esto hace que
la tos sea ineficaz. Se deben utilizar medidas
sencillas (p. ej., una cucharadita de miel en
pacientes de 1 año o más) para ayudar a
toser.[620] Un metanálisis determinó que la miel
muestra resultados superiores a los cuidados
habituales (p. ej., los antitusígenos) para
mejorar los síntomas de infección de las vías
respiratorias altas, en particular la frecuencia y
la gravedad de la tos.[640]

» Se debe aconsejar a los pacientes sobre una


nutrición y rehidratación adecuada. Demasiado
líquido puede empeorar la oxigenación.[2]

» Aconseje a los pacientes que mejoren la


circulación del aire abriendo una ventana o una
puerta (los ventiladores pueden propagar la
infección y no deben utilizarse).[620]

» Se debe proporcionar salud mental básica


y apoyo psicosocial a todos los pacientes,
y manejar cualquier síntoma de insomnio,
depresión o ansiedad según sea indicado.[2]

» Se debe considerar la posibilidad de un


tratamiento para la disfunción olfativa (p. ej.,
entrenamiento olfativo) si persiste más de dos
semanas. No hay evidencias que respalden
el uso de estos tratamientos en pacientes con
COVID-19.[641]
Considerar antibióticos
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben considerar los antibióticos
empíricos si existe sospecha clínica de infección
bacteriana.[2] [3] También se puede considerar
la posibilidad de administrar antibióticos a
las personas mayores (en particular a las
que se encuentran en centros de atención a
largo plazo) y a los niños de menos de 5 años
para proporcionarles un tratamiento empírico
con antibióticos para una posible neumonía.
El régimen debe basarse en el diagnóstico
clínico, los datos locales de epidemiología y
Manejo

susceptibilidad y las guías de práctica clínica


locales de tratamiento.[2]
Considerar antipirético/analgésico

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Agudo
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
Opciones primarias

» paracetamol: niños: se debe consultar


el formulario de medicamentos local para
obtener orientación sobre la dosis; adultos:
500-1000 mg por vía oral cada 4-6 horas
cuando sea necesario, máximo 4000 mg/día

» ibuprofeno: niños: consultar el formulario de


medicamentos local para obtener orientación
sobre la dosis; adultos: 300-600 mg por vía
oral (de liberación inmediata) cada 6-8 horas
cuando sea necesario, máximo 2400 mg/día

» Se recomienda el paracetamol o el
ibuprofeno.[2] [620] En la actualidad, no existen
evidencias de eventos adversos graves en los
pacientes con COVID-19 que toman fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como
el ibuprofeno, ni de efectos como resultado del
uso de los AINE en la utilización de asistencia
sanitaria de urgencia, la supervivencia a largo
plazo o la calidad de vida de los pacientes con
COVID-19.[633] [634] [635] [636] [637] [638]
[639]

» El ibuprofeno solo debe tomarse en la dosis


eficaz más baja durante el período más breve
necesario para controlar los síntomas. No
se recomienda en mujeres embarazadas
(especialmente en el tercer trimestre), ni en
niños de menos de 6 meses de edad (los límites
de edad varían según el país).
Considerar terapias experimentales
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben considerar las terapias
experimentales o emergentes adecuadas.

» Las terapias antivirales tendrán un mayor


efecto al principio del curso de la enfermedad,
mientras que las terapias inmunosupresoras/
antiinflamatorias probablemente tengan un
Manejo

mayor efecto más adelante en el curso de la


enfermedad.[3]

» Véase el [Emerging] sección para más


información.

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Agudo
COVID-19 grave

1ª ingreso hospitalario

» Los pacientes en los que haya sospecha


de enfermedad grave, o bien enfermedad
confirmada corren el riesgo de un rápido
deterioro clínico y deben ser ingresados en un
centro de salud adecuado bajo la orientación
de un equipo de especialistas. La enfermedad
grave en adultos se define como presentar
signos clínicos de neumonía más al menos uno
de los siguientes: frecuencia respiratoria >30
respiraciones por minuto, dificultad respiratoria
grave, o SpO₂ <90% en el aire ambiente. La
enfermedad grave en los niños se define como
la presencia de signos clínicos de neumonía
más al menos uno de los siguientes: cianosis
central o SpO₂ <90%, dificultad respiratoria
grave, signos generales de peligro (incapacidad
para la lactancia materna o beber, letargo o
inconsciente, o convulsiones), o respiración
rápida (<2 meses: ≥60 respiraciones por minuto;
2-11 meses: ≥50 respiraciones por minuto; 1-5
años: ≥40 respiraciones por minuto).[2]

» Evaluar a todos los adultos por su fragilidad


en el momento de su admisión en el hospital,
utilizando la Escala de fragilidad clínica (CFS).
[Clinical Frailty Scale] Se debe implicar a
los equipos de cuidados intensivos en las
discusiones sobre el ingreso en unidades
de medicina intensiva.[619] Un metanálisis
encontró que un aumento en la fibrosis quística
(FQ) estaba asociado con un aumento en la
mortalidad (cada aumento de un punto en la FQ
estaba asociado con un aumento del 12% en la
mortalidad).[644] Sin embargo, algunos estudios
sugieren que se requiere una comprensión
más matizada de la fragilidad y los resultados,
y se debe tener cuidado al poner demasiado
énfasis en la influencia de la fragilidad por sí
sola, cuando se analiza el pronóstico en las
personas de edad avanzada.[645]

» Se deben implementar procedimientos locales


de prevención y control de infecciones cuando
se manejan pacientes con COVID-19.

» Las mujeres embarazadas deben ser


atendidas por un equipo multidisciplinario
Manejo

que incluya especialistas en obstetricia,


perinatología, neonatología y cuidados
intensivos, así como los servicios de obstetricia
y soporte a la salud mental y psicosocial. Se
recomienda un enfoque de la atención que esté
centrado en la mujer y que sea respetuoso y

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo
cualificado.[2] Se debe organizar un equipo
multidisciplinario lo antes posible después de
que se produzca la hipoxemia materna, a fin
de evaluar la madurez del feto, el avance de
la enfermedad y las mejores opciones para el
parto.[712]

» Se deben suspender las precauciones


basadas en la transmisión (incluyendo la
cuarentena) y dar el alta a los pacientes
de la vía de atención, 10 días después del
inicio de los síntomas, más al menos 3 días
sin fiebre y síntomas respiratorios.[2] Los
Centers for Disease Control and Prevention
(CDC) de EE.UU. recomiendan suspender
el confinamiento, una vez que hayan pasado
al menos 10 días y hasta 20 días desde la
aparición de los primeros síntomas, y al menos
24 horas desde la última fiebre sin el uso de
antipiréticos, y los síntomas hayan mejorado, si
se utiliza una estrategia basada en los síntomas.
Considere la posibilidad de consultar a expertos
en control de la infección antes de suspender
el confinamiento. Los pacientes gravemente
inmunodeprimidos pueden producir virus
competentes para la replicación más allá de
los 20 días y requieren pruebas adicionales y
consultas con especialistas en enfermedades
infecciosas y expertos en control de infecciones
antes de suspender el confinamiento. Como
alternativa, el CDC recomienda al menos dos
pruebas negativas de reacción en cadena de
la polimerasa de transcripción inversa (RT-
PCR) en muestras respiratorias recogidas
con 24 horas de diferencia antes de terminar
el confinamiento si se utiliza una estrategia
basada en pruebas. Se prefiere una estrategia
basada en los síntomas; sin embargo, se
puede considerar una estrategia basada
en evidencias en pacientes gravemente
inmunodeprimidos.[642] La orientación sobre
cuándo poner fin a la cuarentena depende de
las recomendaciones locales y puede diferir
entre países. Por ejemplo, en el Reino Unido el
período de cuarentena es de 14 días a partir de
una prueba positiva en pacientes hospitalizados.
Los pacientes inmunocompetentes que hayan
dado positivo en la RT-PCR y completado su
período de aislamiento de 14 días están exentos
de las pruebas antes del alta hospitalaria si
están dentro de los 90 días del inicio de la
Manejo

enfermedad por primera vez, o de la prueba, a


menos que desarrollen nuevos síntomas.[632]
más se debe considerar la oxigenoterapia

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe iniciar inmediatamente la terapia de
oxígeno suplementario en cualquier paciente
con signos de emergencia (es decir, obstrucción
o ausencia de respiración, dificultad respiratoria
grave, cianosis central, shock, coma y/o
convulsiones), o cualquier paciente sin signos
de emergencia y SpO₂ <90%.[2] [3]

» Se establece un objetivo de SpO₂ a ≥94%


durante la reanimación en adultos y niños
con signos de emergencia que requieren un
manejo de emergencia de las vías respiratorias
y oxigenoterapia. Una vez que el paciente esté
estable, se recomienda un objetivo SpO₂ >90%
en niños y adultos no embarazadas, y ≥92%
a 95% en mujeres embarazadas. En los niños
pequeños es preferible usar cánulas nasales.[2]
Algunas guías de práctica clínica recomiendan
que SpO₂ se mantenga a un nivel no superior al
96%.[647]

» Algunos centros médicos pueden recomendar


diferentes objetivos de SpO₂ para apoyar
la priorización del flujo de oxígeno para los
pacientes más gravemente enfermos en el
hospital. Por ejemplo, el NHS de Inglaterra
recomienda un objetivo del 92% al 96% (o del
90% al 94% si es clínicamente indicado).[648]

» Se debe considerar el uso de técnicas de


posicionamiento (p. ej., posición de asiento
elevada con apoyo), y el manejo de la limpieza
de las vías respiratorias para optimizar la
oxigenación y ayudar a la eliminación de
las secreciones en los adultos. Se debe
considerar la colocación en decúbito prono con
el paciente despierto (durante 8-12 horas/día,
repartidas en periodos más cortos a lo largo
del día) en pacientes graves que requieren
oxigenoterapia.[2] [3] Se ha demostrado
que la colocación temprana en posición de
decúbito prono de los pacientes despiertos y
no intubados mejora la saturación de oxígeno
y puede retrasar o reducir la necesidad de
cuidados intensivos.[649] [650] [651] [652] [653]

» Se debe monitorizar a los pacientes


estrechamente para detectar signos de
Manejo

insuficiencia respiratoria hipoxémica aguda y


progresiva.[2] [3]
más manejo de síntomas y cuidados de soporte

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Agudo
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Líquidos y electrolitos: se debe usar
una fluidoterapia cautelosa en adultos y niños
sin hipoperfusión tisular y sin respuesta a los
líquidos, ya que la rehidratación agresiva puede
empeorar la oxigenación.[2] Se debe corregir
cualquier alteración electrolítica o metabólica,
como la hiperglucemia o la acidosis metabólica,
según los protocolos locales.[654]

» Tos: se debe recomendar a los pacientes


que eviten acostarse de espaldas ya que esto
provoca que la tos sea ineficaz. Se deben utilizar
medidas sencillas (p. ej., una cucharadita de
miel en pacientes de 1 año o más) para ayudar
a toser. Se puede considerar la posibilidad
de utilizar un supresor de la tos a corto plazo
en determinados pacientes (p. ej., si la tos es
angustiosa para el paciente) siempre que no
existan contraindicaciones.[620] Un metanálisis
determinó que la miel muestra resultados
superiores a los cuidados habituales (p. ej.,
los antitusígenos) para mejorar los síntomas
de infección de las vías respiratorias altas,
en particular la frecuencia y la gravedad de la
tos.[640]

» Disnea: mantener la habitación fresca


y fomentar la relajación, las técnicas de
respiración y el cambio de posiciones del
cuerpo. Identifique y trate cualquier causa
reversible de la disnea (p. ej., edema pulmonar).
Considere una prueba de oxígeno, si está
disponible. Considere una combinación de
opiáceos y benzodiacepinas en pacientes con
disnea moderada a grave o en pacientes con
dificultad respiratoria.[620]

» Ansiedad, delirio y agitación: se debe


identificar y tratar cualquier causa subyacente
o reversible (p. ej., ofrecer consuelo, tratar la
hipoxia, corregir las anormalidades metabólicas
o endocrinas, abordar las coinfecciones,
minimizar el uso de fármacos que puedan
causar o empeorar el delirio, tratar la abstinencia
de sustancias, mantener ciclos de sueño
normales, tratar el dolor o disnea).[2] [620] Se
debe considerar la posibilidad de utilizar una
benzodiacepina para el manejo de la ansiedad
Manejo

o la agitación que no responda a otras medidas.


Se debe considerar el uso de haloperidol o
una fenotiazina para el manejo del delirio.[620]
También se puede considerar la posibilidad
de utilizar dosis bajas de haloperidol (u otro
antipsicótico adecuado) para la agitación.[2] Las

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Agudo
intervenciones no farmacológicas son el pilar
del manejo del delirio cuando es posible y la
prevención es clave.[655]

» Cuidado bucal: una parte importante de la


atención general a los pacientes hospitalizados,
ventilados o no, y a los que se someten a
cuidados en reducción o de final de la vida.[656]

» Síntomas de salud mental: proporcionar


soporte básico psicosocial y a la salud mental a
todos los pacientes, y manejar cualquier síntoma
de insomnio o depresión según sea indicado.[2]
más profilaxis de tromboembolia venosa
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
Opciones primarias

» enoxaparina: consulte a un especialista


para obtener información sobre la dosis

» dalteparina: consulte a un especialista para


obtener información sobre la dosis

Opciones secundarias

» fondaparinux: consulte a un especialista


para obtener información sobre la dosis

» heparina: consulte a un especialista para


obtener información sobre la dosis

» Evaluar el riesgo de sangrado lo antes posible


después del ingreso, o en el momento de la
primera revisión por parte del especialista
utilizando un instrumento adecuado de
evaluación de riesgos.[657]

» Se debe iniciar la profilaxis de la


tromboembolia venosa (TEV) en adultos y
adolescentes hospitalizados con COVID-19
según el estándar de atención de otros
pacientes hospitalizados sin COVID-19,
siempre que no existan contraindicaciones.
Un diagnóstico de COVID-19 no debería influir
Manejo

en las recomendaciones del pediatra sobre la


profilaxis para la TEV en niños hospitalizados.
Las mujeres embarazadas deben ser atendidas
por un especialista.[2] [3] [658] [659] Se debe
comenzar lo antes posible y en el plazo de las
14 horas a partir del ingreso, y continuar durante

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Agudo
la duración de la estancia hospitalaria o 7 días,
el plazo que sea más largo.[657]

» La heparina de bajo peso molecular, la


heparina no fraccionada o el fondaparinux
son las opciones recomendadas para la
tromboprofilaxis estándar.[2] El National Institute
for Health and Care Excellence del Reino
Unido recomienda la heparina de bajo peso
molecular de primera línea, reservando el
fondaparinux o la heparina no fraccionada para
los pacientes que no pueden tener heparina
de bajo peso molecular.[657] La heparina no
fraccionada está contraindicada en pacientes
con trombocitopenia grave. El fondaparinux se
recomienda en pacientes con antecedentes
de trombocitopenia inducida por la heparina.
No se recomiendan los anticoagulantes orales
directos. Se recomienda la tromboprofilaxis
mecánica (p. ej., dispositivos de compresión
neumática intermitente) si la anticoagulación
está contraindicada o no está disponible.[659]
[660]

» Se desconoce la dosis óptima. Se


recomiendan dosis estándar de profilaxis antes
que los regímenes de dosis intermedias o de
tratamiento completo en pacientes sin una
indicación establecida para una anticoagulación
de dosis más alta.[2] [657] [659] Algunos
médicos están utilizando regímenes de dosis
intermedias o completas de tratamiento en lugar
de dosis profilácticas, ya que les preocupan los
trombos no detectados; sin embargo, esto puede
provocar sangrados importantes.[661] No hay
datos suficientes para recomendar el aumento
de las dosis de anticoagulantes para la profilaxis
para la TEV en pacientes con COVID-19 fuera
del marco de un ensayo clínico.[3] Sin embargo,
algunas guías de práctica clínica recomiendan
que se puede considerar la posibilidad de
aumentar las dosis en los pacientes gravemente
enfermos.[658] El National Institute for Health
and Care Excellence en el Reino Unido
solo recomienda que se consideren dosis
intermedias en pacientes que estén recibiendo
apoyo respiratorio avanzado, y la decisión debe
basarse en una opinión multidisciplinaria o de
alto nivel, o en protocolos acordados localmente.
Se debe reevaluar diariamente los riesgos de
TEV y de sangrado en estos pacientes.[657]
Manejo

El NHS de Inglaterra recomienda que no se


ofrezcan dosis terapéuticas, a menos que exista
una indicación estándar para la anticoagulación
terapéutica, ya que los ensayos demuestran que
las dosis terapéuticas no mejoran el resultado
clínico de la enfermedad grave en el ámbito de

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Agudo
los cuidados intensivos.[663] Puede que sea
necesario ajustar la dosis en pacientes con
un peso corporal extremo o con insuficiencia
renal.[657]

» En el caso de pacientes que ya estén


recibiendo un anticoagulante para otra
enfermedad, continuar con la dosis terapéutica
actual del paciente, a menos que esté
contraindicado por un cambio en las
circunstancias clínicas. Considere la posibilidad
de pasar a la heparina de bajo peso molecular
como opción preferida para la profilaxis del
tromboembolismo venoso si el estado clínico
del paciente se está deteriorando y el paciente
no recibe actualmente heparina de bajo peso
molecular.[657]

» Se debe monitorizar a los pacientes para


detectar signos y síntomas sugerentes de la
presencia de tromboembolismo y proceder con
las vías de diagnóstico y manejo indicados si se
sospecha clínicamente.[2] Si el estado clínico
del paciente cambia, se debe evaluar el riesgo
de TEV, se debe reevaluar el riesgo de sangrado
y revisar la profilaxis para la TEV.[657]

» Se debe continuar la administración hasta


el alta hospitalaria.[2] Generalmente, no se
recomienda la profilaxis rutinaria para la TEV
después del alta, excepto en ciertos pacientes
de alto riesgo.[3] [658] [659] Se debe asegurar
de que los pacientes que requieren profilaxis
para la TEV después del alta puedan usarla
correctamente u organizar que alguien los
ayude.[657]

» Actualmente, no hay evidencias suficientes


para determinar los riesgos y beneficios de
la anticoagulación profiláctica en pacientes
hospitalizados con COVID-19.[664] Un análisis
retrospectivo de más de 4000 pacientes
encontró que la anticoagulación se asociaba
con una menor mortalidad e intubación entre
los pacientes hospitalizados de COVID-19.
La anticoagulación terapéutica se asoció a
una menor mortalidad en comparación con la
anticoagulación profiláctica, pero la diferencia
no fue estadísticamente significativa.[665] Un
estudio observacional de cohortes con más de
4000 pacientes encontró que el inicio temprano
de la anticoagulación profiláctica en pacientes
Manejo

hospitalizados se asoció con un menor riesgo de


mortalidad a los 30 días y no aumentó el riesgo
de eventos de sangrado graves, en comparación
con la no anticoagulación.[666] Los médicos
deben basarse en los principios del manejo
de la anticoagulación basados en la evidencia

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Agudo
anterior a COVID-19, combinados con enfoques
racionales para hacer frente a los desafíos
clínicos.[658]
más monitorización
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe monitorizar estrechamente a los
pacientes para detectar signos de deterioro
clínico y responder de inmediato con las
intervenciones de cuidados de soporte más
indicadas.[2]
Considerar antibióticos
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben considerar los antibióticos empíricos
si hay sospecha clínica de infección bacteriana.
Se debe administrar en el plazo de una hora
a partir de la evaluación inicial a los pacientes
con sospecha de sepsis o si el paciente cumple
con los criterios de alto riesgo (o en el plazo
de cuatro horas a partir del establecimiento
de un diagnóstico de neumonía); no espere
a los resultados de la microbiología. Se debe
basar el régimen en el diagnóstico clínico (p. ej.,
neumonía adquirida en la comunidad, neumonía
adquirida en el hospital, sepsis), en los datos de
epidemiología y susceptibilidad locales y en las
guías locales de tratamiento.[2] [3] [587]

» Algunas guías de práctica clínica recomiendan


antibióticos empíricos para patógenos
bacterianos en todos los pacientes con
neumonía adquirida en la comunidad sin
COVID-19 confirmado. Es probable que los
patógenos bacterianos en los pacientes con
COVID-19 y neumonía sean los mismos que
en los pacientes anteriores con neumonía
adquirida en la comunidad y, por lo tanto, las
recomendaciones antimicrobianas empíricas
deberían ser las mismas.[588] Sin embargo, el
National Institute for Health and Care Excellence
en el Reino Unido recomienda que es razonable
no comenzar con antimicrobianos empíricos
si se está seguro de que las características
clínicas son típicas de COVID-19.[587] No
hay evidencias suficientes para recomendar
Manejo

antimicrobianos empíricos de amplio espectro a


falta de otra indicación.[3]

» Algunos pacientes pueden requerir la


continuación de la antibioticoterapia, una
vez que se haya confirmado la presencia de

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Agudo
COVID-19, dependiendo de las circunstancias
clínicas (p. ej., evidencia clínica o microbiológica
de infección bacteriana independientemente de
los resultados de la prueba del coronavirus 2
del síndrome respiratorio agudo grave [SARS-
CoV-2], el resultado de la prueba del SARS-
CoV-2 es positivo pero las características
clínicas no son típicas de COVID-19). En estas
circunstancias, se debe revisar la elección del
antibiótico en función de los resultados de la
microbiología y cambiar a un antibiótico de
espectro más estrecho si procede, revisar el
uso de antibióticos por vía intravenosa en un
plazo de 48 horas, considerar la posibilidad de
cambiar a la terapia oral y administrar durante
un total de 5 días a menos que haya una
indicación clara para continuar.[587]

» Se debe reevaluar a diario el uso de


antibióticos. Se debe disminuir la terapia
empírica basándose en los resultados de la
microbiología y el juicio clínico. Se debe revisar
regularmente la posibilidad de cambiar el
tratamiento intravenoso por vía oral. La duración
del tratamiento debe ser lo más breve posible
(p. ej., de 5 a 7 días). Deberían establecerse
programas de administración de antibióticos.[2]
Considerar corticosteroide
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
Opciones primarias

» dexametasona: adultos: 6 mg por vía oral o


intravenosa una vez al día durante 7-10 días

» hidrocortisona: adultos: 50 mg por vía oral


o intravenosa cada 8 horas durante 7-10 días

Opciones secundarias

» prednisolona: adultos: 40 mg/día por vía


oral en 1-2 dosis fraccionadas durante 7-10
días

O
Manejo

» metilprednisolona: adultos: 32 mg/día por


vía oral o intravenosa administrados en 1-2
dosis fraccionadas durante 7-10 días

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Agudo

Recomendaciones y evidencia
para el uso de corticosteroides en
pacientes hospitalizados con COVID-19
BMJ. 2020;370:m3379

» La Organización Mundial de la Salud (OMS)


recomienda encarecidamente el tratamiento
con corticoesteroides sistémicos (dosis bajas
de dexametasona o hidrocortisona intravenosa
u oral) durante 7 a 10 días en adultos con
COVID-19 grave. Esta recomendación se basa
en dos metanálisis que agruparon los datos
de ocho ensayos aleatorizados (más de 7000
pacientes), incluyendo el ensayo RECOVERY
del Reino Unido. Las evidencias de calidad
moderada sugieren que los corticoesteroides
sistémicos probablemente reducen la mortalidad
a los 28 días en pacientes con COVID-19
grave y crítico. También es probable que
reduzcan la necesidad de ventilación invasiva.
No hay evidencias que comparen directamente
la dexametasona y la hidrocortisona. Los
daños del tratamiento en este contexto se
Manejo

consideran menores. No está claro si estas


recomendaciones pueden aplicarse a los niños
o a los que están inmunocomprometidos.[621]
[668] [669] [670] También hay evidencia de que
los corticoesteroides probablemente reducen la

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Agudo
duración de la estancia en la unidad de cuidados
intensivos (certeza baja) y aumentan los días sin
ventilador (certeza moderada).[671] [672]

» [BMJ rapid recommendations: a living WHO


guideline on drugs for COVID-19]

» En el Reino Unido, el National Institute for


Health and Care Excellence recomienda la
dexametasona o la hidrocortisona en pacientes
con COVID-19 grave (de acuerdo con la guía de
orientación de la OMS). Las autorizaciones de
comercialización cubren esta indicación en el
Reino Unido.[619]

» [NICE: COVID-19 prescribing brief –


corticosteroids]

» En Europa, la Agencia Europea de


Medicamentos ha respaldado el uso de
dexametasona para pacientes con enfermedad
grave que requieren oxigenoterapia o ventilación
mecánica.[673]

» En los Estados Unidos, el panel de guías


de práctica clínica de los National Institutes of
Health recomienda la dexametasona, ya sea en
solitario, o en combinación con el remdesivir,
(véase la [Emerging] sección para obtener
información sobre remdesivir), en pacientes
hospitalizados que requieren oxigenoterapia.
El grupo de expertos recomienda que no se
use la dexametasona en pacientes que no
requieran oxigenoterapia. Se pueden utilizar
corticoesteroides alternativos en situaciones en
las que no se disponga de dexametasona.[3] La
Infectious Diseases Society of America respalda
el uso de la dexametasona en pacientes
hospitalizados con enfermedad grave.[674]

» Se debe monitorizar a los pacientes para


detectar efectos adversos (p. ej., hiperglucemia,
infecciones secundarias, efectos psiquiátricos,
reactivación de infecciones latentes) y evaluar
las interacciones farmacológicas.[3] Siga
las políticas locales sobre gastroprotección
durante el tratamiento con corticoides. Es
poco probable que se produzcan interacciones
clínicamente significativas entre el remdesivir y
los corticoesteroides; sin embargo, el lopinavir/
ritonavir puede aumentar las concentraciones de
hidrocortisona.[619]
Manejo

» El tratamiento debe detenerse si la persona es


dada de alta del hospital antes de completar el
ciclo de 10 días.[619]
Considerar tratamiento de coinfecciones

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Agudo
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben tratar las coinfecciones confirmadas
por laboratorio (p. ej., el paludismo, la
tuberculosis, la gripe) según sea indicado,
de acuerdo con los protocolos locales.[2] El
tratamiento de la gripe es el mismo en todos
los pacientes, independientemente de la
coinfección por SARS-CoV-2. Se debe iniciar
el tratamiento empírico con oseltamivir en
los pacientes hospitalizados que presenten
sospechas de presentar alguna de las dos, o
ambas infecciones lo antes posible sin esperar
los resultados de las pruebas de la gripe. El
tratamiento antiviral se puede interrumpir una
vez que se haya descartado la gripe.[3]
Considerar antipirético/analgésico
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
Opciones primarias

» paracetamol: niños: se debe consultar


el formulario de medicamentos local para
obtener orientación sobre la dosis; adultos:
500-1000 mg por vía oral cada 4-6 horas
cuando sea necesario, máximo 4000 mg/día

» ibuprofeno: niños: consultar el formulario de


medicamentos local para obtener orientación
sobre la dosis; adultos: 300-600 mg por vía
oral (de liberación inmediata) cada 6-8 horas
cuando sea necesario, máximo 2400 mg/día

» Se recomienda el paracetamol o el
ibuprofeno.[2] [647] En la actualidad, no existen
evidencias de eventos adversos graves en los
pacientes con COVID-19 que toman fármacos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como
el ibuprofeno, ni de efectos como resultado del
uso de los AINE en la utilización de asistencia
sanitaria de urgencia, la supervivencia a largo
plazo o la calidad de vida de los pacientes con
COVID-19.[633] [634] [635] [636] [637] [638]
[639]
Manejo

» El ibuprofeno solo debe tomarse en la dosis


eficaz más baja durante el período más breve
necesario para controlar los síntomas. No
se recomienda en mujeres embarazadas
(especialmente en el tercer trimestre), ni en

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Agudo
niños de menos de 6 meses de edad (los límites
de edad varían según el país).
Considerar terapias experimentales
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben considerar las terapias
experimentales o emergentes adecuadas.

» Las terapias antivirales tendrán un mayor


efecto al principio del curso de la enfermedad,
mientras que las terapias inmunosupresoras/
antiinflamatorias probablemente tengan un
mayor efecto más adelante en el curso de la
enfermedad.[3]

» Véase el [Emerging] sección para más


información.
Considerar plan de alta y rehabilitación
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe evaluar rutinariamente a los pacientes
de edad avanzada en cuanto a la movilidad,
la deglución funcional, el trastorno cognitivo y
los problemas de salud mental, y sobre la base
de esa evaluación determinar si el paciente
está listo para recibir el alta, y si presenta algún
requisito de rehabilitación y seguimiento.[2]
Considerar cuidados paliativos
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Las intervenciones de cuidados paliativos
deben ser accesibles en cada institución
que atienda a pacientes con COVID-19. Se
debe identificar si el paciente tiene un plan de
atención anticipada y respetar las prioridades
y preferencias del paciente al formular el plan
de atención del mismo.[2] Se deben seguir
las guías de práctica clínica sobre cuidados
paliativos.
COVID-19 crítico

1ª ingresos en la unidad de cuidados


intensivos/críticos
Manejo

» Los pacientes con enfermedades críticas


(es decir, presencia de síndrome de dificultad
respiratoria aguda, sepsis o shock séptico)
deben ser ingresados o trasladados a una

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unidad de cuidados intensivos/críticos bajo la
orientación de un equipo de especialistas.[2]

» Comente los riesgos, beneficios y posibles


resultados de las opciones de tratamiento
con los pacientes y sus familias, y permítales
expresar sus preferencias sobre su manejo. Se
deben tener en cuenta los deseos y expectativas
del paciente al considerar el límite máximo del
tratamiento. Utilice las herramientas de apoyo
a las decisiones si están disponibles. Ponga en
marcha planes de escalada de tratamiento y
comente cualquier plan de cuidados anticipados
existente o voluntades anticipadas de rechazar
el tratamiento con pacientes que presentan
comorbilidades avanzadas preexistentes.[620]

» Se deben implementar procedimientos locales


de prevención y control de infecciones cuando
se manejan pacientes con COVID-19.

» Las mujeres embarazadas deben ser


atendidas por un equipo multidisciplinario
que incluya especialistas en obstetricia,
perinatología, neonatología y cuidados
intensivos, así como los servicios de obstetricia
y soporte a la salud mental y psicosocial. Se
recomienda un enfoque de la atención que esté
centrado en la mujer y que sea respetuoso y
cualificado.[2] Se debe organizar un equipo
multidisciplinario lo antes posible después de
que se produzca la hipoxemia materna, a fin
de evaluar la madurez del feto, el avance de
la enfermedad y las mejores opciones para el
parto.[712]

» Se deben suspender las precauciones


basadas en la transmisión (incluyendo la
cuarentena) y dar el alta a los pacientes
de la vía de atención, 10 días después del
inicio de los síntomas, más al menos 3 días
sin fiebre y síntomas respiratorios.[2] Los
Centers for Disease Control and Prevention
(CDC) de EE.UU. recomiendan suspender
el confinamiento, una vez que hayan pasado
al menos 10 días y hasta 20 días desde la
aparición de los primeros síntomas, y al menos
24 horas desde la última fiebre sin el uso de
antipiréticos, y los síntomas hayan mejorado, si
se utiliza una estrategia basada en los síntomas.
Considere la posibilidad de consultar a expertos
en control de la infección antes de suspender
Manejo

el confinamiento. Los pacientes gravemente


inmunodeprimidos pueden producir virus
competentes para la replicación más allá de
los 20 días y requieren pruebas adicionales y
consultas con especialistas en enfermedades
infecciosas y expertos en control de infecciones

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Agudo
antes de suspender el confinamiento. Como
alternativa, el CDC recomienda al menos dos
pruebas negativas de reacción en cadena de
la polimerasa de transcripción inversa (RT-
PCR) en muestras respiratorias recogidas
con 24 horas de diferencia antes de terminar
el confinamiento si se utiliza una estrategia
basada en pruebas. Se prefiere una estrategia
basada en los síntomas; sin embargo, se
puede considerar una estrategia basada
en evidencias en pacientes gravemente
inmunodeprimidos.[642] La orientación sobre
cuándo poner fin a la cuarentena depende de
las recomendaciones locales y puede diferir
entre países. Por ejemplo, en el Reino Unido el
período de cuarentena es de 14 días a partir de
una prueba positiva en pacientes hospitalizados.
Los pacientes inmunocompetentes que hayan
dado positivo en la RT-PCR y completado su
período de aislamiento de 14 días están exentos
de las pruebas antes del alta hospitalaria si
están dentro de los 90 días del inicio de la
enfermedad por primera vez, o de la prueba, a
menos que desarrollen nuevos síntomas.[632]
más manejo de síntomas y cuidados de soporte
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Considere el manejo de fluidos y electrolitos,
el tratamiento antimicrobiano, la profilaxis
de la tromboembolia venosa y el manejo de
los síntomas, según corresponda. Consulte
COVID-19 grave anterior para información más
detallada.

» Se prefiere la heparina no fraccionada al


fondaparinux en pacientes en estado crítico si
no se puede utilizar la heparina de bajo peso
molecular como la opción preferida para la
profilaxis de tromboembolismo venoso.[659]
Algunas guías de práctica clínica recomiendan
que se considere la posibilidad de aumentar
las dosis en los pacientes gravemente
enfermos.[658] [662] El National Institute
for Health and Care Excellence en el Reino
Unido recomienda que se consideren dosis
intermedias en pacientes que estén recibiendo
apoyo respiratorio avanzado, y la decisión
debe basarse en una opinión multidisciplinaria
o de alto nivel, o en protocolos acordados
Manejo

localmente. Se debe revisar diariamente


los riesgos de tromboembolia venosa y
sangrado en estos pacientes.[657] El NHS
de Inglaterra recomienda que no se ofrezcan
dosis terapéuticas, a menos que exista una

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Agudo
indicación estándar para la anticoagulación
terapéutica, ya que los ensayos demuestran que
las dosis terapéuticas no mejoran el resultado
clínico de la enfermedad grave en el ámbito de
los cuidados intensivos.[663] Puede que sea
necesario ajustar la dosis en pacientes con
un peso corporal extremo o con insuficiencia
renal.[657]

» Siga las guías de práctica clínica locales


para el tratamiento del dolor, la sedación y el
delirio.[3]

» Se debe poner en práctica intervenciones


estándar para prevenir las complicaciones
asociadas a las enfermedades críticas.[2]
más se debe considerar el oxígeno nasal de
alto flujo o la ventilación no invasiva
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe considerar la posibilidad de realizar
un ensayo de oxígeno nasal de alto flujo (ONAF)
o de ventilación no invasiva (p. ej., presión
positiva continua en las vías respiratorias
[CPAP] o de presión positiva de dos niveles
en las vías respiratorias [BiPAP]) en pacientes
seleccionados con síndrome de dificultad
respiratoria aguda leve (SDRA). Se debe
considerar la colocación en decúbito prono con
el paciente despierto (durante 8-12 horas/día,
repartidas en periodos más cortos a lo largo
del día) en pacientes graves que requieran
oxígeno nasal de alto flujo (HFNO) o ventilación
no invasiva.[2]

» Se recomiendan precauciones para evitar la


transmisión por el aire para estas intervenciones
(incluida la CPAP de burbujas) debido
a la incertidumbre sobre el potencial de
aerosolización.[2]

» Los pacientes con hipercapnia, inestabilidad


hemodinámica, disfunción multiorgánica o
estado mental anormal no deberían recibir, por
lo general, oxígeno nasal de alto flujo (HFNO),
aunque los datos que están emergiendo
sugieren que puede ser seguro en pacientes
con hipercapnia leve a moderada y que no sufre
empeoramiento. Los pacientes con insuficiencia
Manejo

respiratoria hipoxémica e inestabilidad


hemodinámica, insuficiencia multiorgánica o
estado mental anormal no deben recibir estos
tratamientos en lugar de otras opciones como la
ventilación invasiva.[2]

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Agudo
» Hay un debate en curso sobre el modo
óptimo de asistencia respiratoria antes de la
ventilación mecánica.[680] El NHS de Inglaterra
recomienda la PPCVRP como la forma de
elección de ventilación no invasiva en pacientes
con insuficiencia respiratoria hipoxémica (tipo 1).
No respalda el uso de oxígeno nasal de alto flujo
(HFNO) basado en la falta de eficacia, el uso de
oxígeno (el HFNO puede poner una sobrecarga
en los suministros de oxígeno con el riesgo de
que falle el suministro del sitio), y la propagación
de la infección.[681] Otras guías de práctica
clínica recomiendan el oxígeno nasal de alto
flujo (HFNO) sobre la ventilación no invasiva, a
menos que el HFNO no esté disponible.[3] [647]
A pesar de la tendencia a evitar el HFNO, se ha
demostrado que tiene un riesgo de generación
de aerosoles similar al de las mascarillas de
oxígeno estándar.[682]

» Una ventilación por presión positiva continua


en las vías respiratorias (PPCVR) temprana
puede proporcionar un puente a la ventilación
mecánica invasiva. Se debe reservar el uso
del BiPAP para los pacientes con insuficiencia
respiratoria crónica agudizada hipercápnica
(insuficiencia respiratoria de tipo 2).[681]

» Se debe monitorizar estrechamente a los


pacientes para detectar si existe deterioro
agudo. Si los pacientes no mejoran después
de una breve prueba de estas intervenciones,
entonces requieren una intubación endotraqueal
urgente.[2] [647]
más se debe considerar la ventilación
mecánica invasiva
Se recomienda el tratamiento para TODOS
LOS pacientes en el grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe considerar la intubación endotraqueal
y la ventilación mecánica en pacientes que
sufren grave deterioro, a pesar de las medidas
avanzadas de soporte ventilatorio no invasivas/
de oxígeno.[2] [3]

» La intubación endotraqueal se debe realizar


por parte de un proveedor con experiencia,
tomando precauciones para evitar la transmisión
por el aire.[2] Se recomienda la intubación
por videolaringoscopia, si es posible.[3] Los
Manejo

niños pequeños, o los adultos que son obesos


o están embarazadas, pueden desaturarse
rápidamente durante la intubación y, por lo tanto,
requieren una preoxigenación con una fracción
del 100% de oxígeno inspirado (FiO₂) durante 5
minutos.[2]

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Agudo
» Los pacientes ventilados mecánicamente
con el síndrome de dificultad respiratoria
aguda (SDRA) deben recibir una estrategia de
ventilación con protección de los pulmones,
de bajo volumen corriente y baja presión
inspiratoria (se recomiendan objetivos más bajos
en los niños). En los casos de SDRA moderados
a graves, se prefiere una estrategia de presión
positiva al final de la espiración (PEEP) más
alta que una estrategia de PEEP más baja. Sin
embargo, se recomienda la individualización
de la PEEP, en la que se monitoriza al paciente
por los efectos beneficiosos o perjudiciales y
la presión de conducción durante la titulación,
teniendo en cuenta los riesgos y beneficios de
la titulación de la PEEP.[2] [3] [647] El NHS de
Inglaterra recomienda una estrategia de baja
PEEP en pacientes con una distensibilidad
normal donde el reclutamiento puede no ser
necesario.[690]

» Aunque algunos pacientes con neumonía


por COVID-19 cumplen los criterios para el
SDRA, se discute si la neumonía COVID-19
es una enfermedad específica con fenotipos
atípicos. Las evidencias esporádicas sugieren
que la principal característica de la presentación
atípica es la disociación entre la mecánica
pulmonar bien conservada y la gravedad de
la hipoxemia.[691] [692] [693] [694] [695]
[696] Sin embargo, se ha criticado este
enfoque.[697] [698] Se ha argumentado que un
enfoque basado en evidencias que extrapola
los datos de los SDRA no relacionados con
COVID-19 es el enfoque más razonable para
los cuidados intensivos de los pacientes de
COVID-19.[699] Como consecuencia de ello,
algunos médicos han advertido de que el uso de
ventiladores impulsados por protocolos puede
estar causando lesiones pulmonares en algunos
pacientes, y que los ajustes de los ventiladores
deben basarse en hallazgos fisiológicos en lugar
de utilizar protocolos estándar. Un alto nivel de
PEEP puede tener un efecto perjudicial en los
pacientes con un cumplimiento normal.[691]
La PEEP siempre debe ser cuidadosamente
ajustada.[700]

» Se debe considerar la ventilación en posición


prona en pacientes con SDRA grave durante 12
a 16 horas por día. Las mujeres embarazadas
Manejo

en el tercer trimestre pueden beneficiarse al


ser colocadas en posición de decúbito lateral.
Se requiere cuidado en los niños.[2] [3] [647]
En algunos pacientes pueden ser factibles
duraciones más largas.[701]

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Agudo
» Se sugieren maniobras de reclutamiento
alveolar, pero no se recomiendan las maniobras
de reclutamiento en escalera.[3] [647]
Considerar vasodilatador pulmonar inhalado
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe considerar un ensayo de un
vasodilatador pulmonar inhalado en adultos con
síndrome de dificultad respiratoria aguda grave e
hipoxemia a pesar de optimizar la ventilación. Se
debe reducir gradualmente si no hay una rápida
mejoría en la oxigenación.[3] [647]
Considerar oxigenación por membrana extracorpórea
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe considerar la oxigenación por
membrana extracorpórea (OMEC) de acuerdo
con la disponibilidad y la competencia si los
métodos anteriores fallan.[2] [647] [705] [706]
La oxigenación por membrana extracorpórea
(OMEC) no es adecuada para todos los
pacientes, y solo se puede considerar para la
OMEC a aquellas personas que cumplan ciertos
criterios de inclusión.[707]

» No hay evidencias suficientes para


recomendar a favor o en contra del uso rutinario
de la OMEC.[3]

» La tasa de supervivencia estimada a los


60 días de los pacientes rescatados por
oxigenación por membrana extracorpórea
(OMEC) con COVID-19 (31%) fue similar a la
de estudios anteriores de OMEC para el SDRA
grave.[708]

» En un estudio internacional de cohortes de


1035 pacientes se determinó que, tanto la
mortalidad estimada 90 días después del inicio
de la OMEC, como la mortalidad en los que
lograron un resultado final de muerte o alta
eran <40%, lo que concuerda con las tasas de
supervivencia previamente informadas en la
insuficiencia respiratoria hipoxémica aguda.[709]

» La oxigenación por membrana extracorpórea


(OMEC) venosa de un acceso y doble etapa
Manejo

con extubación temprana parece ser segura y


eficaz en pacientes que presentan insuficiencia
respiratoria COVID-19.[710]
Considerar manejo de la sepsis/shock séptico

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Agudo
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» El manejo de la sepsis y el shock séptico en
pacientes con COVID-19 está fuera del alcance
de este tema. Véase la [Complications] sección.
Considerar corticosteroide
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
Opciones primarias

» dexametasona: adultos: 6 mg por vía oral o


intravenosa una vez al día durante 7-10 días

» hidrocortisona: adultos: 50 mg por vía oral


o intravenosa cada 8 horas durante 7-10 días
Puede continuar hasta 28 días para
pacientes con shock séptico. National
Institute for Health and Care Excellence.
COVID-19 rapid guideline: critical care in
adults. 2021 [internet publication]. https://
www.nice.org.uk/guidance/ng159

Opciones secundarias

» prednisolona: adultos: 40 mg/día por vía


oral en 1-2 dosis fraccionadas durante 7-10
días

» metilprednisolona: adultos: 32 mg/día por


vía oral o intravenosa administrados en 1-2
dosis fraccionadas durante 7-10 días

»
Manejo

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Agudo

Recomendaciones y evidencia
para el uso de corticosteroides en
pacientes hospitalizados con COVID-19
BMJ. 2020;370:m3379

» La Organización Mundial de la Salud (OMS)


recomienda encarecidamente el tratamiento
con corticoesteroides sistémicos (dosis bajas
de dexametasona o hidrocortisona intravenosa
u oral) durante 7 a 10 días en adultos con
COVID-19 crítico. Esta recomendación se basa
en dos metanálisis que agruparon los datos
de ocho ensayos aleatorizados (más de 7000
pacientes), incluyendo el ensayo RECOVERY
del Reino Unido. Las evidencias de calidad
moderada sugieren que los corticoesteroides
sistémicos probablemente reducen la mortalidad
a los 28 días en pacientes con COVID-19
grave y crítico. También es probable que
reduzcan la necesidad de ventilación invasiva.
No hay evidencias que comparen directamente
la dexametasona y la hidrocortisona. Los
daños del tratamiento en este contexto se
Manejo

consideran menores. No está claro si estas


recomendaciones pueden aplicarse a los niños
o a los que están inmunocomprometidos.[621]
[668] [669] [670] También hay evidencia de que
los corticoesteroides probablemente reducen la

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Agudo
duración de la estancia en la unidad de cuidados
intensivos (certeza baja) y aumentan los días sin
ventilador (certeza moderada).[671] [672]

» [BMJ rapid recommendations: a living WHO


guideline on drugs for COVID-19]

» En el Reino Unido, el National Institute for


Health and Care Excellence recomienda la
dexametasona o la hidrocortisona en pacientes
con COVID-19 crítico (de acuerdo con la guía
de orientación de la OMS). Las autorizaciones
de comercialización cubren esta indicación en el
Reino Unido.[619]

» [NICE: COVID-19 prescribing brief –


corticosteroids]

» En Europa, la Agencia Europea de


Medicamentos ha respaldado el uso de
dexametasona para pacientes con enfermedad
grave que requieren oxigenoterapia o ventilación
mecánica.[673]

» En los Estados Unidos, el panel de guías


de práctica clínica de los National Institutes of
Health recomienda el uso de dexametasona,
ya sea en solitario, o en combinación con el
remdesivir, (véase la [Emerging] sección de
información sobre el remdesivir), en pacientes
hospitalizados que requieren oxígeno de
alto flujo o ventilación no invasiva. El panel
recomienda la dexametasona en solitario
en pacientes con ventilación mecánica u
oxigenación por membrana extracorpórea. Se
pueden utilizar corticoesteroides alternativos
en situaciones en las que no se disponga
de dexametasona.[3] La Infectious Diseases
Society of America respalda el uso de la
dexametasona en pacientes hospitalizados con
enfermedad grave.[674]

» Se debe monitorizar a los pacientes para


detectar efectos adversos (p. ej., hiperglucemia,
infecciones secundarias, efectos psiquiátricos,
reactivación de infecciones latentes) y evaluar
las interacciones farmacológicas.[3] Siga
las políticas locales sobre gastroprotección
durante el tratamiento con corticoides. Es
poco probable que se produzcan interacciones
clínicamente significativas entre el remdesivir y
los corticoesteroides; sin embargo, el lopinavir/
Manejo

ritonavir puede aumentar las concentraciones de


hidrocortisona.[619]

» El tratamiento debe detenerse si la persona es


dada de alta del hospital antes de completar el
ciclo de 10 días.[619]

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Agudo
» Un metanálisis encontró un mayor riesgo de
tromboembolismo venoso con la administración
de corticosteroides en pacientes con
enfermedad crítica. Sin embargo, no se
dispone de resultados definitivos debido a los
diferentes regímenes de corticosteroides y a la
heterogeneidad de los estudios.[711]
Considerar tratamiento de coinfecciones
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben tratar las coinfecciones confirmadas
por laboratorio (p. ej., el paludismo, la
tuberculosis, la gripe) según sea indicado,
de acuerdo con los protocolos locales.[2] El
tratamiento de la gripe es el mismo en todos
los pacientes, independientemente de la
coinfección por SARS-CoV-2. Se debe iniciar
el tratamiento empírico con oseltamivir en
los pacientes hospitalizados que presenten
sospechas de presentar alguna de las dos, o
ambas infecciones lo antes posible sin esperar
los resultados de las pruebas de la gripe. El
tratamiento antiviral se puede interrumpir una
vez que se haya descartado la gripe.[3]
Considerar terapias experimentales
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se deben considerar las terapias
experimentales o emergentes adecuadas.

» Las terapias antivirales tendrán un mayor


efecto al principio del curso de la enfermedad,
mientras que las terapias inmunosupresoras/
antiinflamatorias probablemente tengan un
mayor efecto más adelante en el curso de la
enfermedad.[3]

» Véase el [Emerging] sección para más


información.
Considerar plan de alta y rehabilitación
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Se debe evaluar rutinariamente a los pacientes
de cuidados intensivos en lo que respecta a la
Manejo

movilidad, la deglución funcional, el trastorno


cognitivo y las preocupaciones respecto a la
salud mental y, basándose en esa evaluación,
determinar si el paciente está listo para

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Agudo
recibir el alta y si presenta algún requisito de
rehabilitación y seguimiento.[2]
Considerar cuidados paliativos
Se recomienda el tratamiento para ALGUNOS
pacientes en un grupo de pacientes
seleccionados
» Las intervenciones de cuidados paliativos
deben ser accesibles en cada institución
que atienda a pacientes con COVID-19. Se
debe identificar si el paciente tiene un plan de
atención anticipada y respetar las prioridades
y preferencias del paciente al formular el plan
de atención del mismo.[2] Se deben seguir
las guías de práctica clínica sobre cuidados
paliativos.
Manejo

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Emergente
Inhibidores de la interleucina 6 (IL-6)
Los inhibidores de la IL-6 inhiben la señalización mediada por la IL-6 al unirse competitivamente a los
receptores de la IL-6. La IL-6 es una citocina proinflamatoria. Se están probado estos fármacos (p. ej.,
tocilizumab, siltuximab) en pacientes para el tratamiento del síndrome de liberación de citocinas inducido
por el SARS-CoV-2. Ya se han aprobado en algunos países para determinadas afecciones, pero no están
autorizados para esta indicación.

Las guías de orientación del Reino Unido recomiendan considerar una dosis única de
tocilizumab en adultos hospitalizados que cumplan los siguientes criterios:[836]

• La infección se confirma mediante pruebas microbiológicas, o cuando un equipo multidisciplinar


presenta un alto nivel de confianza en que las características clínicas y radiológicas sugieren que
COVID-19 es el diagnóstico más probable; Y
• El paciente está recibiendo (o ha completado un curso de) dexametasona o un corticosteroide
equivalente (a menos que esté contraindicado); Y
• El nivel de proteína C-reactiva es ≥75 mg/L; Y la saturación de oxígeno es <92% en aire ambiente O
hay necesidad de oxigenoterapia; OR
• Aún no se ha administrado un inhibidor de la IL-6 durante el ingreso y en las 24 a 48 horas siguientes
al inicio de la asistencia respiratoria.
Las guías de orientación del Reino Unido siguen recomendando únicamente una dosis única
de sarilumab en adultos en estado crítico con neumonía que requiera asistencia respiratoria (oxígeno
nasal de alto flujo, presión positiva continua en las vías respiratorias o ventilación no invasiva, o ventilación
mecánica invasiva) cuando la infección se confirme mediante pruebas microbiológicas (o cuando un equipo
multidisciplinar presente un alto nivel de confianza en que las características clínicas y radiológicas sugieran
que el diagnóstico más probable es COVID-19). Los pacientes deben cumplir los criterios específicos de
elegibilidad (y no cumplir los criterios de exclusión).

Estas recomendaciones se basan en los datos de los ensayos RECOVERY y REMAP-CAP del Reino Unido.

• Los datos preliminares (aún no revisados por pares) del ensayo RECOVERY del Reino Unido
descubrieron que el tocilizumab redujo la mortalidad a los 28 días, en comparación con la atención
habitual en los pacientes que requerían oxígeno y presentaban evidencia de inflamación. Los
resultados mostraron que el 29% de los pacientes del grupo de tocilizumab murieron en un
plazo de 28 días, en comparación con el 33% del grupo de atención habitual, lo que supone una
reducción del 14% en la mortalidad relativa. El tocilizumab también aumentó la probabilidad de
recibir el alta hospitalaria en un plazo de 28 días del 47% al 54%. Estos beneficios se observaron
independientemente del nivel de asistencia respiratoria, y fueron adicionales a los beneficios de los
corticosteroides.[837]
• Los datos del ensayo REMAP-CAP mostraron un mayor número de días sin soporte de órganos y
una reducción de la mortalidad cuando se administraron inhibidores de la IL-6 a pacientes críticos
que recibían soporte de órganos en la unidad de cuidados intensivos en las 24 horas siguientes al
ingreso, en comparación con el tratamiento estándar (que incluía corticosteroides en la mayoría de los
pacientes).[838]
Según el National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido, es posible que cualquier
beneficio de tocilizumab o sarilumab sea más probable con un uso más temprano, cuando el avance de la
enfermedad y cualquier disfunción orgánica en desarrollo pueden ser más reversibles.[839] [840]
Manejo

El panel de guías de los National Institutes of Health de EE.UU. recomienda una dosis única de
tocilizumab, en combinación con dexametasona (o un corticosteroide alternativo adecuado),
en determinados pacientes hospitalizados que presentan una rápida descompensación
respiratoria debido a la COVID-19 progresiva. [3]

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• Esto incluye:

• Pacientes recientemente hospitalizados (p. ej., en un plazo de 3 días) que han sido ingresados
en la unidad de cuidados intensivos en las 24 horas anteriores y que requieren ventilación
mecánica invasiva, ventilación mecánica no invasiva u oxígeno nasal de alto flujo; OR
• Pacientes recientemente hospitalizados, no en la unidad de cuidados intensivos, con
necesidades de oxígeno que aumentan rápidamente y que requieren ventilación mecánica no
invasiva u oxígeno nasal de alto flujo y presentan marcadores de inflamación significativamente
aumentados (p. ej., el nivel de proteína C-reactiva es ≥75 mg/L).
• Algunos miembros del panel también recomiendan el tocilizumab en pacientes que presentan
necesidades de oxígeno que aumentan rápidamente mientras reciben un corticosteroide y tienen un
nivel de proteína C-reactiva ≥75 mg/L, pero que aún no requieren ventilación mecánica no invasiva
u oxígeno nasal de alto flujo. Sin embargo, no hay evidencias suficientes para especificar cuáles de
estos pacientes se beneficiarían de la adición de tocilizumab.
• El tocilizumab solo debe administrarse en combinación con un corticosteroide.
The Infectious Diseases Society of America de Estados Unidos recomienda el uso de
tocilizumab en adultos hospitalizados con enfermedad grave o crítica progresiva que presenten
marcadores elevados de inflamación sistémica, además del tratamiento estándar (es decir, corticosteroides),
en lugar del tratamiento estándar en solitario.[674]

• Esta recomendación es condicional, basada en evidencias de baja certeza. Los pacientes, en


particular los que responden solo a los corticosteroides, que valoran mucho el hecho de evitar los
posibles eventos adversos del tocilizumab y poco la reducción incierta de la mortalidad, rechazarían
razonablemente el tocilizumab.
Existen recomendaciones contradictorias en las guías de práctica clínica internacionales sobre el uso de
estos agentes, por lo que es importante comprobar las guías de orientación y los protocolos locales.

Están emergiendo evidencias.

• La revisión sistemática y el metanálisis más recientes (a fecha de 7 de enero de 2021) encontraron


que el tocilizumab se asoció con una mejora de la supervivencia no ajustada (cociente de riesgos
0.83), pero no se demostró un beneficio concluyente para otros resultados.[841]
• El ensayo EMPACTA de fase 3 controlado y aleatorizado encontró que el tocilizumab reducía la
necesidad de ventilación mecánica en los pacientes hospitalizados en comparación con el placebo,
aunque no se observaba ninguna diferencia estadística en la mortalidad entre ambos brazos.[842]
Sin embargo, el ensayo aleatorizado controlado en fase 3 COVACTA no alcanzó su punto final
primario de estado clínico, y encontró que el tocilizumab no mejoró la mortalidad.[843] Otros ensayos
aleatorizados también dan resultados contradictorios.[844] [845] [846] [847] [848] [849] [850]
• Un ensayo aleatorizado y controlado de fase 3 encontró que no se observó ningún beneficio del
sarilumab en oxigenoterapia y el estándar local de atención, en comparación con el placebo.[851]
• Las evidencias son contradictorias y se ha sugerido que el valor del tratamiento con inhibidores de la
IL-6 puede depender del momento del tratamiento y del uso concomitante de corticosteroides.[852]
Debe evitarse el uso de tocilizumab en pacientes que estén significativamente inmunocomprometidos.[3]
Se debe consultar un vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir estos fármacos.

Remdesivir
Manejo

El remdesivir es un fármaco antiviral de amplio espectro, que se encuentra en fase de estudio, el cual inhibe
la ARN polimerasa dependiente del ARN. Se ha aprobado su uso en muchos países para el tratamiento del
COVID-19.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

• En el Reino Unido y Europa, se ha aprobado el remdesivir de forma condicional en adolescentes


(≥12 años de edad que pesen al menos 40 kg) y adultos con neumonía que requieran oxigenoterapia
(oxígeno de bajo o alto flujo u otro tipo de ventilación no invasiva al inicio del tratamiento).[853]
• En EE.UU., se ha aprobado el remdesivir para el tratamiento de adolescentes (≥12 años de edad que
pesen al menos 40 kg) y adultos que requieran el ingreso hospitalario y cuenta con una autorización
de uso de emergencia para su uso en niños.[854]
La Organización Mundial de la Salud desaconseja el uso de remdesivir en pacientes
hospitalizados, además de la atención estándar, independientemente de la gravedad de la
enfermedad .[621] [669]

• Esta recomendación débil o condicional se basa en una revisión sistemática y un metanálisis en


red de cuatro ensayos aleatorizados con 7333 pacientes hospitalizados, e incluyó el ensayo NIAID-
ACTT-1 (en el que se basó la aprobación original de los EE.UU. del remdesivir) y el ensayo de
Solidarity de la OMS. Actualmente, no hay evidencias de que el remdesivir mejore los resultados
de los pacientes, como el tiempo transcurrido hasta la mejoría clínica, la necesidad de ventilación
mecánica o la mortalidad. Sin embargo, el metanálisis no demostró que el remdesivir no presente
ningún beneficio.[669] El ensayo Solidarity de la OMS determinó que el remdesivir parece tener poco
o ningún efecto en los pacientes hospitalizados, como lo indican la mortalidad general, el inicio de la
ventilación y la duración de la estancia hospitalaria.[855]
• En otra revisión sistemática y metanálisis en red en vivo se observó que el remdesivir puede no
reducir la mortalidad (evidencia de baja certeza) o el tiempo hasta la resolución de los síntomas
(evidencia de certeza moderada), en comparación con el estándar de atención médica.[671] [672]

Manejo

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Recomendaciones y evidencias para el uso de remdesivir en pacientes hospitalizados con COVID-19


BMJ. 2020;370:m3379
Manejo

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. recomienda
el uso de remdesivir en pacientes hospitalizados que requieren oxigenoterapia. [3]

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• Puede administrarse en solitario (p. ej., para pacientes que requieren un mínimo de oxigenoterapia),
o en combinación con dexametasona (p. ej., para pacientes que requieren cantidades cada vez
mayores de oxigenoterapia).
• El panel también recomienda el uso de remdesivir, en combinación con dexametasona, en pacientes
hospitalizados que requieren oxígeno de alto flujo o ventilación no invasiva. No recomienda el
remdesivir en pacientes que requieren ventilación mecánica invasiva u oxigenación por membrana
extracorpórea (OMEC).
• El panel reconoce que remdesivir también puede ser adecuado en pacientes hospitalizados que no
requieren oxígeno, pero que presenta un alto riesgo de avance de la enfermedad.
• El tratamiento recomendado es de 5 días o hasta que se produzca el alta hospitalaria, lo que suceda
antes. Algunos expertos recomiendan un curso de 10 días en pacientes que no han mostrado una
mejoría clínica sustancial al quinto día.
La Infectious Diseases Society of America recomienda el uso de remdesivir en pacientes
hospitalizados con enfermedad grave. [674]

• Esta recomendación se basa en una evidencia de certeza moderada. El curso de tratamiento


recomendado es de 5 días en pacientes con oxígeno y de 10 días en pacientes con ventilación
mecánica u oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC).
• El panel desaconseja el uso rutinario de remdesivir en pacientes hospitalizados que no requieren
oxígeno y que presenten una saturación de oxígeno >94% en el aire de la habitación, basándose en
evidencias de muy baja certeza.
Existen recomendaciones contradictorias en las guías de práctica clínica internacionales sobre el uso del
remdesivir, por lo que es importante que se revise la guía de orientación y los protocolos locales.

Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Casirivimab/imdevimab
El casirivimab y el imdevimab son anticuerpos monoclonales neutralizantes intravenosos de
inmunoglobulina G-1 humana con actividad frente al coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2
(SARS-CoV-2). Los dos anticuerpos se unen a epítopos no superpuestos del dominio de unión al receptor
de la proteína de pico para bloquear la entrada del virus en las células del huésped. El casirivimab/
imdevimab (anteriormente conocido como REGN-COV2) ha recibido una autorización de uso de emergencia
en los Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad leve a moderada en niños y adultos.[856]

• La autorización de uso de emergencia en EE.UU. cubre a los pacientes con resultados positivos en
las pruebas virales directas que tengan 12 años o más y pesen al menos 40 kg, y que se encuentren
en alto riesgo de avance hacia una enfermedad grave y/o al ingreso hospitalario. Esto incluye a los
pacientes con 65 años o más, o que presentan ciertas afecciones médicas crónicas.
• La Agencia Europea del Medicamento ha aconsejado que el casirivimab/imdevimab puede utilizarse
en pacientes de 12 años o más que no requieran oxigenoterapia y que presenten un alto riesgo de
evolucionar hacia la enfermedad grave; sin embargo, la agencia aún no ha emitido una autorización
de comercialización.[857]
El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma que
no hay datos suficientes para recomendar o desaconsejar el uso de casirivimab/imdevimab para
Manejo

el tratamiento de pacientes ambulatorios con COVID-19 leve a moderado, y que no debería considerarse el
estándar de atención médica.[3]

• Se debe priorizar a los pacientes con mayor riesgo de avance de la enfermedad para el tratamiento, y
los pacientes hospitalizados no deben recibir casirivimab/imdevimab fuera de un ensayo clínico.

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La Infectious Diseases Society of America desaconseja el uso rutinario de casirivimab/
imdevimab en pacientes ambulatorios. [674]

• Sin embargo, recomienda que casirivimab/imdevimab puede ser una opción de tratamiento razonable
en pacientes ambulatorios o en pacientes con enfermedad leve o moderada que estén ingresados en
el hospital para el tratamiento de otras afecciones distintas del COVID-19 y que presenten un mayor
riesgo de avanzar a una enfermedad grave, tras la toma de decisiones informadas.
Están emergiendo evidencias.

• La autorización de uso en caso de emergencia se basó en un ensayo aleatorizado, doble ciego y


controlado con placebo en adultos no hospitalizados con síntomas leves o moderados, en el que se
comprobó que el casirivimab/imdevimab reducía el número de ingresos hospitalarios o las visitas a
los servicios de urgencias en pacientes con alto riesgo de avance de la enfermedad en los 28 días
siguientes al tratamiento, en comparación con el placebo. Este estudio aún no se ha publicado.[856]
• Un análisis provisional de un ensayo en curso, aleatorizado, doble ciego, de fase 1-3 en pacientes
no hospitalizados encontró que el casirivimab/imdevimab reducía la carga viral desde el valor inicial
hasta el día 7, con un mayor efecto en los pacientes cuya respuesta inmunológica aún no se había
iniciado, o que tenían una carga viral alta en el valor inicial.[858]
• El casirivimab/imdevimab no está autorizado para su uso en pacientes hospitalizados, ni en personas
que requieren oxígeno, ya que no se han demostrado sus beneficios para estos pacientes. Se ha
suspendido el reclutamiento de pacientes que requieren oxígeno de alto flujo o ventilación mecánica,
debido a una posible señal de seguridad y a un perfil de riesgo/beneficio desfavorable en este
momento. Sin embargo, se sigue reclutando a los pacientes hospitalizados que no requieren oxígeno,
o que requieren un flujo bajo de oxígeno.[859]
• Un estudio de preimpresión encontró que el casirivimab/imdevimab neutraliza con éxito el B.1.1.7 y el
B.1.351 circulantes Variantes de SARS-CoV-2.[860]
• Según un comunicado de prensa del fabricante, los resultados provisionales de un ensayo de fase
3 en curso en el que se evalúa el uso de casirivimab/imdevimab para la prevención en personas
con alto riesgo de infección debido a la exposición en casa descubrieron que la vacunación pasiva
con casirivimab/imdevimab dio lugar a la prevención de la infección sintomática en el 100% de los
pacientes, en comparación con el placebo (8 casos en el grupo de placebo frente a 0 en el grupo
de casirivimab/imdevimab), y a tasas globales de infección sintomática o asintomática un 50%
menores.[861] Los resultados aún no se han publicado.
Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Bamlanivimab/etesevimab
El bamlanivimab (antes conocido como LY-CoV555) y etesevimab (antes conocido como LY-CoV016) son
anticuerpos monoclonales neutralizantes intravenosos de inmunoglobulina G-1 humana con actividad
frente al SARS-CoV-2. Los dos anticuerpos se unen a epítopos diferentes, pero superpuestos, del dominio
de unión al receptor de la proteína de pico para bloquear la entrada del virus en las células del huésped.
El bamlanivimab en monoterapia y bamlanivimab/etesevimab han recibido una autorización de uso de
emergencia en los Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad leve a moderada en niños y
adultos.[862] [856]

• La autorización de uso de emergencia en EE.UU. cubre a los pacientes con resultados positivos en
las pruebas virales directas que tengan 12 años o más y pesen al menos 40 kg, y que se encuentren
en alto riesgo de avance hacia una enfermedad grave y/o al ingreso hospitalario. Esto incluye a los
Manejo

pacientes con 65 años o más, o que presentan ciertas afecciones médicas crónicas.
La Agencia Europea del Medicamento ha aconsejado que el bamlanivimab/etesevimab puede utilizarse
en pacientes de 12 años o más que no requieran oxigenoterapia y que presenten un alto riesgo de
evolucionar hacia una enfermedad grave; sin embargo, la agencia aún no ha emitido una autorización
de comercialización. La agencia también concluyó que, a pesar de las incertidumbres en torno a los

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beneficios de la monoterapia con bamlanivimab, puede considerarse una opción de tratamiento para esta
indicación.[863]

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. recomienda
bamlanivimab/etesevimab para el tratamiento de pacientes ambulatorios con enfermedad leve
a moderada que presentan un alto riesgo de avance clínico (según los criterios de autorización de uso de
emergencia).[3]

• El tratamiento debe iniciarse lo antes posible después de que el paciente haya recibido un resultado
positivo en la prueba y dentro de los 10 días siguientes al inicio de los síntomas.
• El panel desaconseja el uso de bamlanivimab/etesevimab en pacientes hospitalizados, excepto en
el contexto de un ensayo clínico. Sin embargo, la combinación debe considerarse en pacientes con
enfermedad leve o moderada que estén hospitalizados por una razón distinta a la de COVID-19 pero
que, por lo demás, cumplan los criterios de autorización de uso de urgencia.
El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma
que no hay datos suficientes para recomendar o desaconsejar el uso de bamlanivimab para el
tratamiento de pacientes ambulatorios con enfermedad leve a moderada, y que no debería considerarse el
estándar de atención médica.[3]

• Se debe priorizar a los pacientes con mayor riesgo de avance de la enfermedad para el tratamiento, y
los pacientes hospitalizados no deben recibir bamlanivimab fuera de un ensayo clínico.
La Infectious Diseases Society of America recomienda bamlanivimab/etesevimab en pacientes
ambulatorios con enfermedad leve a moderada que presentan un alto riesgo de avance a enfermedad
grave, basándose en evidencias de baja certeza. El panel desaconseja el uso de bamlanivimab en
monoterapia en pacientes hospitalizados con enfermedad grave.[674]

• Los pacientes con enfermedad leve o moderada que presenten un alto riesgo de progresión a
enfermedad grave ingresados en el hospital por razones distintas de COVID-19 también pueden
recibir bamlanivimab/etesevimab.
Están emergiendo evidencias.

• Se ha suspendido otro ensayo que estudiaba la eficacia del bamlanivimab en pacientes hospitalizados
sobre la base de datos de ensayos que sugieren que es poco probable que el bamlanivimab ayude a
los pacientes hospitalizados a recuperarse en caso de enfermedad avanzada. Siguen en curso otros
estudios sobre el bamlanivimab en el caso de enfermedad leve a moderada que se ha diagnosticado
poco antes del tratamiento, en el caso de enfermedad recientemente diagnosticada en el contexto
ambulatorio y la prevención de la enfermedad en los residentes y el personal que trabaja en los
centros de cuidados a largo plazo.[864]
• El bamlanivimab, en combinación con el remdesivir, no demostró eficacia entre los pacientes
hospitalizados que presentaban COVID-19 sin insuficiencia orgánica final.[865]
• Entre los pacientes con enfermedad leve a moderada, el tratamiento con bamlanivimab/etesevimab
se asoció a una reducción significativa de la carga viral en el día 11, en comparación con el placebo;
sin embargo, no se observaron diferencias significativas en la reducción de la carga viral con la
monoterapia de bamlanivimab.[866]
• En un estudio de preimpresión se observó que el bamlanivimab no neutraliza el B.1.1.7 y el B.1.351
circulantes Variantes del SARS-CoV-2.[860]
• Según un comunicado de prensa, el bamlanivimab redujo el riesgo de infección en un 80% en
una residencia de ancianos en el ensayo BLAZE-2; sin embargo, los resultados aún no se han
publicado.[867]
Manejo

Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Plasma de convalecientes

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
El plasma de convalecientes es un producto sanguíneo que contiene anticuerpos contra el SARS-CoV-2
procedentes de pacientes que se han recuperado. El plasma de convalecencia de alto título (es decir,
plasma con altos títulos de anticuerpos contra el SARS-CoV-2) ha recibido una autorización de uso de
emergencia en los EE.UU. para el tratamiento de pacientes hospitalizados en las primeras fases de la
enfermedad, y para aquellos pacientes hospitalizados que presentan la inmunidad humoral deteriorada y no
pueden producir una respuesta de anticuerpos adecuada. El plasma de convalecientes de bajo título ya no
está autorizado.[868] No se ha autorizado para esta indicación en el Reino Unido, ni en Europa.

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma que
actualmente no hay evidencias suficientes para recomendar o desaconsejar el uso del plasma de
convalecientes. [3]

• La Infectious Diseases Society of America recomienda el plasma de convalecientes solo en el


contexto de un ensayo clínico.[674]
Están emergiendo evidencias.

• La autorización de uso de emergencia se basó en la publicación previa (no revisada por pares) de
un estudio abierto, multicéntrico y de programa de acceso ampliado con más de 35,000 pacientes,
que encontró que el plasma de convalecientes reducía la mortalidad a los 7 días en pacientes
hospitalizados en un 9% cuando se administraba en los 3 días siguientes al diagnóstico, y en un 12%
cuando se administraba 4 o más días después.[869]
• Un metanálisis y una revisión sistemática de cuatro ensayos controlados aleatorizados revisados por
pares (1060 pacientes) y seis ensayos controlados aleatorizados no publicados (10.722 pacientes)
hallaron que el tratamiento con plasma de convalecencia no se asoció significativamente con una
disminución de la mortalidad por todas las causas (ni con ningún beneficio para otras medidas de
resultado), en comparación con el placebo o la atención estándar, basándose en evidencias de baja a
moderada certeza.[870]
• Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado por placebo en pacientes de edad avanzada con
enfermedad leve que recibieron plasma convaleciente dentro de las 72 horas siguientes al inicio de
los síntomas, encontró que la administración temprana redujo el avance a la enfermedad grave.[871]
• En una revisión de la Cochrane se observó que las evidencias actualmente disponibles sobre la
seguridad y eficacia del plasma de convalecientes para el tratamiento de pacientes hospitalizados son
de baja o muy baja certeza.[872]
• Ya se ha cerrado el reclutamiento del brazo de plasma de convalecencia del ensayo RECOVERY,
ya que un análisis preliminar de los datos no encontró evidencias convincentes de que un mayor
reclutamiento proporcionara una evidencia concluyente de un beneficio de mortalidad que mereciera
la pena, ni en general, ni en ningún subgrupo predefinido.[873]
• Se ha interrumpido un ensayo clínico de los National Institutes of Health que evaluaba la seguridad y
la eficacia del plasma de convalecencia en el tratamiento de pacientes de los servicios de urgencias
que desarrollaban síntomas leves o moderados. Un análisis provisional de los datos del ensayo
determinó que, aunque el plasma de convalecencia no causaba ningún daño, era poco probable que
beneficiara a este grupo de pacientes.[874]

Baricitinib
El baricitinib es un inhibidor oral de la cinasa Janus. Se cree que previene la producción desregulada de
citocinas proinflamatorias en pacientes con enfermedades graves o críticas. Ya se ha aprobado el baricitinib
en algunos países para el tratamiento de determinadas afecciones. Se ha concedido una autorización de
uso de emergencia en los EE.UU., en combinación con remdesivir, para el tratamiento de la enfermedad
posible o confirmada en niños hospitalizados de 2 años o más y en adultos que requieren oxigenoterapia,
ventilación mecánica invasiva u oxigenación por membrana extracorpórea.[875] No se ha autorizado para
esta indicación en el Reino Unido, ni en Europa.
Manejo

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma que
no hay datos suficientes para recomendar o desaconsejar el uso de baricitinib , en combinación
con remdesivir, para el tratamiento de pacientes hospitalizados, en los casos en los que se pueden utilizar
corticosteroides como alternativa.[3]

136 Este PDF del tema de BMJ Best Practice se basa en la versión web que fue actualizada por última vez: Mar 11, 2021.
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• En los casos poco frecuentes en que no se puedan utilizar corticoesteroides, el panel recomienda el
baricitinib en combinación con el remdesivir para el tratamiento de los pacientes hospitalizados y no
intubados que requieren oxigenoterapia.
• El grupo de expertos desaconseja el uso de baricitinib en monoterapia, excepto en el contexto de un
ensayo clínico. No hay datos suficientes para recomendar ni desaconsejar el uso de baricitinib en
combinación con corticosteroides.
La Infectious Diseases Society of America recomienda baricitinib con remdesivir en
pacientes hospitalizados con enfermedad grave que no pueden recibir corticosteroides debido a una
contraindicación, en lugar del remdesivir en solitario.[674]

• La combinación solo debe administrarse con un corticosteroide en el contexto de un ensayo clínico.


Están emergiendo evidencias.

• La autorización para uso de emergencia se basa en un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado
con placebo, en el que se determinó que el baricitinib, junto al remdesivir, reducía el tiempo de
recuperación (definido como el hecho de recibir el alta hospitalaria, o de ser hospitalizado pero sin
necesidad de oxigenoterapia, ni de atención médica continua) en un plazo de 29 días después de
iniciar el tratamiento, en comparación con los pacientes que recibieron el placebo junto al remdesivir.
La mediana del tiempo de recuperación fue de 7 días para el baricitinib más el remdesivir y de 8 días
para el placebo junto al remdesivir.[876]
Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Ivermectina
La ivermectina es un fármaco antiparasitario de amplio espectro. Se ha demostrado su eficacia frente
al SARS-CoV-2 in vitro.[877] Ya se ha aprobado la ivermectina en algunos países para las infecciones
parasitarias, pero no se ha autorizado para esta indicación.

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma
que actualmente no hay evidencias suficientes para recomendar o desaconsejar el uso de la
ivermectina. [3]

• La Infectious Diseases Society of America desaconseja el uso de la ivermectina en pacientes


ambulatorios y hospitalizados fuera del contexto de un ensayo clínico y añade que se requieren más
ensayos de suficiente diseño.[674]
La evidencia es limitada.

• Los resultados de varios ensayos aleatorizados y estudios de cohortes retrospectivos se han


publicado o se han puesto a disposición como informes preliminares (aún no revisados por pares).
Algunos estudios no mostraron ningún beneficio, ni empeoramiento de la enfermedad tras el uso de
la ivermectina; otros informaron de un menor tiempo hasta la resolución de los síntomas, un menor
tiempo hasta la eliminación del virus, una mayor reducción de los marcadores inflamatorios y menores
tasas de mortalidad en los pacientes que recibieron ivermectina, en comparación con los pacientes
que recibieron un fármaco de comparación o placebo. Se necesitan resultados de ensayos clínicos
con la capacidad estadística adecuada, bien diseñados y bien realizados.[3]
• En una revisión sistemática y un metanálisis se determinó que el agregado de ivermectina a la
atención habitual daba lugar a una importante mejoría clínica y a una reducción significativa de la
mortalidad por todas las causas, en comparación con la atención habitual; sin embargo, la calidad de
Manejo

las evidencias era muy baja.[878]


• Un ensayo controlado aleatorizado de pequeño tamaño muestral encontró que entre los adultos con
enfermedad leve, un curso de 5 días de ivermectina no mejoró significativamente el tiempo hasta
la resolución de los síntomas en comparación con el placebo; sin embargo, el estudio presentaba
importantes limitaciones y pueden ser necesarios ensayos más amplios para comprender los efectos
de la ivermectina en otros resultados clínicamente relevantes.[879]

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Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Anakinra
La anakinra es un inhibidor de la interleucina 1 intravenoso/subcutáneo. Se está probando en pacientes para
el tratamiento del síndrome de liberación de citocinas inducido por el SARS-CoV-2. Ya se ha aprobado la
anakinra en algunos países para determinadas afecciones, pero no se ha autorizado para esta indicación.

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma
que actualmente no hay evidencias suficientes para recomendar, ni desaconsejar el uso de la
anakinra. [3]

El National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido afirma que no hay
evidencias disponibles para determinar si la anakinra es eficaz, segura o rentable para el tratamiento de
adultos y niños con linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria desencadenada por el SARS-CoV-2 o un
coronavirus similar.[880]

La evidencia es limitada.

• Un estudio retrospectivo de pequeño tamaño muestral descubrió que el agregado de altas dosis
de anakinra a la ventilación no invasiva y a la atención estándar (incluida la hidroxicloroquina y el
lopinavir/ritonavir) en pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda de moderada a grave e
hiperinflamación se asociaba a una mayor tasa de supervivencia a los 21 días.[881]
• Un amplio estudio retrospectivo descubrió que la anakinra se asociaba a una reducción significativa
de la mortalidad en pacientes hospitalizados, en comparación con los pacientes que no recibían
inhibidores de la interleucina.[882]
• En un pequeño estudio prospectivo de cohorte se determinó que la anakinra reducía
significativamente la necesidad de ventilación mecánica invasiva y la mortalidad en pacientes con
enfermedad grave.[883]
• En una pequeña serie de casos retrospectivos se comprobó que la anakinra podía ser beneficiosa en
pacientes con síndrome de liberación de citocinas cuando se iniciaba pronto después del inicio de la
insuficiencia respiratoria hipóxica aguda.[884]
• Se ha suspendido un ensayo de fase 3 en el que se comparaba la anakinra con un estándar de
atención optimizado en pacientes hospitalizados debido al exceso de mortalidad en el brazo de
intervención.[885]
• Un ensayo controlado aleatorizado y abierto descubrió que la anakinra no mejoraba los resultados en
pacientes con enfermedad leve a moderada.[886]
Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Regdanvimab
El regdanivimab (antes conocido como CT-P59) es un anticuerpo monoclonal neutralizante en fase
de estudio con actividad frente al SARS-CoV-2. El regdanvimab ha recibido una autorización de
comercialización condicional en Corea del Sur para el tratamiento de adultos con síntomas leves de edad
≥60 años o con, al menos, una enfermedad subyacente, y para todos los adultos con síntomas moderados.
La Agencia Europea de Medicamentos está revisando actualmente los datos.

La evidencia es limitada.
Manejo

• Según un comunicado de prensa del fabricante, el regdanivimab redujo el avance de la enfermedad


leve-moderada a grave en un 50%, y de moderada a grave en un 68%. Sin embargo, aún no se han
publicado los resultados del ensayo de fase 2/3.[887] El regdanivimab también ha demostrado su

138 Este PDF del tema de BMJ Best Practice se basa en la versión web que fue actualizada por última vez: Mar 11, 2021.
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capacidad neutralizadora frente a mutaciones emergentes de importancia clave, incluida la variante
B.1.1.7.[888]

Inmunoglobulina intravenosa
La inmunoglobulina intravenosa (IGIV) es un producto sanguíneo preparado a partir de suero de donantes
sanos. Presenta un efecto inmunomodulador que suprime la respuesta inmunitaria hiperactiva. La
inmunoglobulina intravenosa (IGIV) ya se ha aprobado en algunos países para determinadas afecciones,
pero no está autorizada para esta indicación.

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. desaconseja
el uso de la IGIV no específica para el SARS-CoV-2, excepto en el contexto de un ensayo clínico.[3]

La evidencia es limitada.

• Un estudio retrospectivo de 58 pacientes con enfermedad grave descubrió que la IGIV, cuando se
utiliza como tratamiento adyuvante en las 48 horas siguientes al ingreso, puede reducir el uso de la
ventilación mecánica, reducir la estancia en el hospital/unidad de cuidados intensivos y reducir la
mortalidad a los 28 días; sin embargo, este estudio tenía varias limitaciones.[889]
• Actualmente no hay evidencias suficientes para recomendar la IGIV.[890]
Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Tratamiento con células madre


Las células madre mesenquimales son un producto en fase de investigación que se han estudiado por sus
propiedades inmunomoduladoras. Se cree que pueden reducir los cambios patológicos que se producen
en los pulmones e inhibir la respuesta inmunitaria inflamatoria mediada por células.[891] Las células madre
mesenquimales no se han aprobado para esta indicación.

El panel de directrices de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. desaconseja el uso de


células madre mesenquimales excepto en el contexto de un ensayo clínico.[3]

La evidencia es limitada.

• El remestemcel-L (células madre mesenquimales humanas cultivadas ex vivo a partir de la médula


ósea de donantes adultos sanos) se encuentra actualmente en ensayos de fase 3 para el tratamiento
del síndrome de dificultad respiratoria aguda de moderada a grave en pacientes dependientes de
respiradores. Un análisis provisional de los datos reveló que no es probable que el ensayo cumpla
su objetivo de reducción de la mortalidad a los 30 días y ha interrumpido el reclutamiento, aunque el
ensayo se completará con los pacientes actualmente inscritos, con el seguimiento previsto.[892]

Interferones
Los interferones son una familia de citocinas con propiedades antivirales. Ya se ha aprobado el uso
de interferones en algunos países para determinadas afecciones, pero no están autorizados para esta
indicación.

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. desaconseja
Manejo

el uso de interferones para el tratamiento de pacientes graves o en estado crítico, excepto en el contexto
de un ensayo clínico.[3]

La evidencia es limitada.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

• El ensayo Solidarity de la OMS determinó que el interferon beta-1a parece tener poco o ningún efecto
en los pacientes hospitalizados, como lo indican la mortalidad general, el inicio de la ventilación y la
duración de la estancia hospitalaria.[855]
• Un ensayo aleatorizado de fase 2, controlado con placebo, encontró que el interferón beta-1a
nebulizado se asociaba con una mayor probabilidad de mejoría clínica y una recuperación más
rápida.[893]
• Un ensayo de fase 2 encontró que el peginterferón lambda reducía la carga viral y aumentaba el
número de participantes con un hisopo nasofaríngeo negativo el día 7 en pacientes ambulatorios con
enfermedad leve a moderada en comparación con el placebo.[894] [895]
Se debe consultar un vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir estos fármacos.

Vitamina D
La suplementación con vitamina D se ha asociado con un menor riesgo de infecciones respiratorias agudas
como la gripe.[896] [897] [898] [899]

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. afirma que
no hay datos suficientes para recomendar, ni desaconsejar el uso de la vitamina D. [3]

El National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido recomienda la
administración de suplementos de vitamina D a las personas adultas (incluidas las mujeres
embarazadas y lactantes), los jóvenes y los niños mayores de 4 años entre octubre y principios de marzo
(y en otras épocas del año si corren el riesgo de padecer una deficiencia de vitamina D) para mantener la
salud de los huesos y los músculos. Sin embargo, no recomienda la suplementación para prevenir o tratar
únicamente el COVID-19, excepto como parte de un ensayo clínico.[900]

La evidencia es limitada.

• Actualmente no hay evidencias para recomendar la vitamina D para la profilaxis, o el tratamiento del
COVID-19.[901]
• En un metanálisis se observó que los suplementos de vitamina D podrían tener un papel en la
reducción de la gravedad de la enfermedad, pero señaló que se requieren más evidencias.[902]
• En un ensayo piloto controlado y aleatorizado se encontró que el calcifediol en dosis altas redujo
significativamente la necesidad de tratamiento en la unidad de cuidados intensivos en pacientes
hospitalizados, y puede mejorar los resultados clínicos.[903]

Vitamina C
Los suplementos de vitamina C se han mostrado prometedores en el tratamiento de las infecciones
virales.[904] En algunos centros médicos se están probando altas dosis de vitamina C intravenosa para el
tratamiento de la enfermedad grave.[905]

El panel de directrices de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. afirma que no hay datos
suficientes para recomendar, ni desaconsejar el uso de la vitamina C para el tratamiento de pacientes
no críticos o críticos.[3]

La evidencia es limitada.

• No hay evidencias que respalden o refuten el uso de la vitamina C en el tratamiento de pacientes con
COVID-19; sin embargo, hay varios ensayos actualmente en curso.[906]
• En un ensayo piloto controlado y aleatorizado se encontró que una alta dosis de vitamina C por vía
Manejo

intravenosa puede mostrar beneficios potenciales para mejorar la oxigenación y reducir la mortalidad
en pacientes en estado crítico; sin embargo, el ensayo no tuvo la suficiente potencia.[907]

Colchicina

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La colchicina es un fármaco antiinflamatorio que regula a la baja múltiples vías proinflamatorias. Se cree
que sus efectos inhibitorios sobre la actividad de los neutrófilos, la generación de citocinas y la interfaz
inflamación/trombosis, junto con la ausencia general de evidencias de inmunosupresión sistémica, lo
convierten en un tratamiento útil.[908] Ya se ha aprobado la colchicina en algunos países para indicaciones
como la gota y la fiebre mediterránea familiar, pero no está autorizada para esta indicación.

La Medicines and Healthcare products Regulatory Agency del Reino Unido afirma que la
colchicina no debe utilizarse excepto en el contexto de un ensayo clínico, o a menos que exista una
indicación adicional autorizada para su uso.[909]

La evidencia es limitada.

• Los estudios no son concluyentes en pacientes con enfermedad leve o moderada, y los efectos
adversos son significativos.[910] Se necesitan más ensayos controlados aleatorizados.
• La colchicina se estaba estudiando en el ensayo RECOVERY; sin embargo, el reclutamiento se ha
cerrado ya que un análisis intermedio de los datos del ensayo no encontró evidencias convincentes
de que un mayor reclutamiento proporcionara una prueba concluyente del beneficio sobre la
mortalidad.[911]

Antibióticos
La azitromicina es un antibiótico macrólido y la doxiciclina es un antibiótico de tetraciclina. Se han aprobado
ambos para su uso en diversas infecciones bacterianas.

La Medicines and Healthcare products Regulatory Agency del Reino Unido recomienda que
la a zitromicina y la doxiciclina no se utilicen en atención primaria (ni en pacientes hospitalizados
para la azitromicina), a menos que existan indicaciones adicionales para las que su uso siga siendo
indicado.[912]

La evidencia no respalda el uso de estos fármacos.

• El ensayo RECOVERY del Reino Unido encontró que la azitromicina no mostró ningún beneficio
clínico significativo (es decir, duración de la estancia hospitalaria, necesidad de ventilación mecánica
invasiva, mortalidad a los 28 días) en los pacientes hospitalizados, en comparación con la atención
estándar habitual en solitario.[913]
• El ensayo PRINCIPLE del Reino Unido está evaluando actualmente tres estrategias de tratamiento
en personas de edad avanzada (mayores de 65 años, o mayores de 50 años con una enfermedad
subyacente): atención habitual en solitario; atención habitual junto a azitromicina; y atención habitual
junto a doxiciclina.[914] Un análisis provisional del ensayo concluyó que la azitromicina y la doxiciclina
no ofrecían ningún efecto beneficioso significativo, en términos de tiempo de recuperación, ingreso
hospitalario o muerte, en comparación con el tratamiento estándar en pacientes de 50 años o más
que fueron tratados en casa en las primeras fases de la infección.[912] [915]
Se debe consultar un vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir estos fármacos.

Lopinavir/ritonavir
El lopinavir/ritonavir es un inhibidor de la proteasa oral. Su uso se ha aprobado para el tratamiento de la
infección por el VIH, pero no está autorizado para esta indicación.

La Organización Mundial de la Salud desaconseja tajantemente el uso de lopinavir/ritonavir ,


Manejo

independientemente de la gravedad de la enfermedad. Esta recomendación se basa en evidencia de baja a


moderada certeza.[621] [669]

El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. desaconseja
el uso de lopinavir/ritonavir excepto en el contexto de un ensayo clínico.[3]

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• La Infectious Diseases Society of America también desaconseja el uso de lopinavir/ritonavir


basándose en una evidencia moderada.[674]
La evidencia no respalda el uso de este fármaco.

• El ensayo Solidarity de la OMS determinó que el lopinavir/ritonavir parece tener poco o ningún efecto
en los pacientes hospitalizados, como lo indican la mortalidad general, el inicio de la ventilación y la
duración de la estancia hospitalaria.[855]
• El ensayo RECOVERY del Reino Unido descubrió que no existe un efecto beneficioso de lopinavir/
ritonavir en los pacientes hospitalizados, sin diferencias significativas en la mortalidad a los 28 días, el
riesgo de avance a ventilación mecánica o muerte, o la duración de la estancia hospitalaria entre los
dos brazos de tratamiento (lopinavir/ritonavir, frente a la atención habitual sola).[916]
• En un revisión sistemática y un metanálisis se observó que el lopinavir/ritonavir no tenía ninguna
ventaja significativa en cuanto a la eficacia sobre el cuidado estándar, ningún antiviral u otros
tratamientos antivirales.[917]
Se debe consultar el vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir este fármaco.

Hidroxicloroquina/cloroquina
La hidroxicloroquina y la cloroquina son fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad por
vía oral con efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores. Estos fármacos han demostrado ser eficaces
frente al SARS-CoV-2 in vitro.[918] [919] Ya se han aprobado la hidroxicloroquina y la cloroquina en algunos
países para determinadas afecciones, pero no se han autorizado para esta indicación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja encarecidamente el uso de


hidroxicloroquina o cloroquina , independientemente de la gravedad de la enfermedad, basándose en
evidencias de baja a moderada certeza.[621] [669]

• La OMS también desaconseja encarecidamente el uso de hidroxicloroquina para la prevención del


COVID-19. Una revisión sistemática y un metanálisis en red descubrieron que la hidroxicloroquina
presentaba un efecto pequeño o nulo sobre la mortalidad y el ingreso hospitalario. Se encontró
un moderado o nulo efecto sobre la infección confirmada por el laboratorio, pero probablemente
aumentaron los eventos adversos que llevaron a la interrupción.[920] [921]
El panel de guías de práctica clínica de los National Institutes of Health de EE.UU. desaconseja
el uso de hidroxicloroquina o cloroquina en pacientes hospitalizados.[3]

• El panel recomienda que no se utilicen ninguno de estos fármacos en pacientes no hospitalizados,


excepto en el contexto de un ensayo clínico.
• El panel desaconseja el uso de la hidroxicloroquina para la profilaxis postexposición.
La Infectious Diseases Society of America también desaconseja encarecidamente el uso
de hidroxicloroquina o cloroquina en pacientes hospitalizados, basándose en pruebas de certeza
moderada.[674]

La evidencia no respalda el uso de estos fármacos para el tratamiento.

• Una revisión de la Cochrane encontró que la hidroxicloroquina no presenta ningún beneficio clínico
en los pacientes hospitalizados, con evidencia de moderada a alta certeza de varios ensayos
aleatorizados, y un probable aumento de los eventos adversos asociados a su uso. La evidencia para
la prevención del ingreso hospitalario en pacientes ambulatorios es muy incierta. Las evidencias de la
profilaxis previa o posterior a la exposición son limitadas.[922]
Manejo

• En una revisión sistemática de las evidencias actuales se llega a la conclusión de que hay evidencias
de poca solidez procedentes de ensayos y estudios de cohortes de que la hidroxicloroquina no
presente ningún efecto positivo en la mortalidad por todas las causas, ni en la necesidad de
ventilación mecánica. Los ensayos muestran evidencias poco sólidas de la ausencia de efectos
positivos sobre la intubación o la muerte y el alta hospitalaria, mientras que las evidencias de
los estudios de cohorte sobre estos resultados siguen siendo insuficientes. Los datos no son

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suficientemente sólidos para respaldar un beneficio del tratamiento con hidroxicloroquina para otros
resultados (p. ej., ingreso en la unidad de cuidados intensivos, resolución de síntomas). En los
ensayos en los que la hidroxicloroquina se inicia en el ámbito ambulatorio, hay escasas evidencias
de que reduzca el ingreso hospitalario; sin embargo, no hay evidencias suficientes de los estudios de
cohorte.[923] [924]
• El ensayo Solidarity de la OMS determinó que la hidroxicloroquina parece tener poco o ningún efecto
en los pacientes hospitalizados, como lo indican la mortalidad general, el inicio de la ventilación y la
duración de la estancia hospitalaria.[855]
• En el ensayo RECOVERY del Reino Unido se encontró que la hidroxicloroquina no reduce el riesgo
de muerte a los 28 días, en comparación con la atención habitual.[925]
Se debe consultar un vademécum local para obtener información sobre contraindicaciones, precauciones,
efectos adversos e interacciones farmacológicas antes de prescribir estos fármacos.

Ensayos clínicos
Hay otros tratamientos en fase de ensayo clínico en todo el mundo.

• [Global coronavirus COVID-19 clinical trial tracker]


Se están llevando a cabo ensayos internacionales para identificar los tratamientos que pueden ser
beneficiosos, como el ensayo Solidarity de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el ensayo de
evaluación aleatorizada de la terapia COVID-19 (RECOVERY) del Reino Unido. El ensayo RECOVERY está
testando actualmente estos tratamientos: ácido acetilsalicílico; baricitinib; dimetilfumarato; y casirivimab/
imdevimab.

• [RECOVERY trial]
• [WHO: “Solidarity” clinical trial for COVID-19 treatments]

Prevención primaria
Vacunas

• Las vacunas están disponibles bajo autorizaciones temporales de uso de emergencia o de


comercialización condicional en varios países.

• Los programas de inmunización generalmente priorizan a las personas que corren mayor riesgo
de padecer la enfermedad grave o de muerte (p. ej., los residentes y el personal de los centros
de atención, las personas de edad avanzada, los profesionales de salud y las personas con
problemas de salud subyacentes). Sin embargo, las prioridades difieren entre los países y se
debe consultar la guía de orientación local.
• Se desconoce si las vacunas previenen la infección asintomática o la transmisión de personas
infectadas a pesar de la vacunación. Las personas vacunadas deben continuar siguiendo
las recomendaciones de salud pública. Se desconoce la seguridad y la eficacia, incluida la
duración de la inmunidad, más allá de 2 meses. Los consejos se actualizarán a medida que
se evalúe la información sobre el impacto de la vacunación en la transmisión del virus y la
protección indirecta en la comunidad.[336] [337] [338] [339] [340]
• En los EE.UU., los Centers for Disease Control and Prevention recomiendan que las personas
que han sido vacunadas no necesitan estar en cuarentena después de la exposición a una
persona con COVID-19, siempre que cumplan los siguientes criterios: han sido completamente
Manejo

vacunadas y han pasado al menos 2 semanas desde la segunda dosis de una serie de 2 dosis
o han pasado al menos 2 semanas desde la dosis de una vacuna de una sola dosis; están
dentro de los 3 meses de su última dosis en la serie; y han permanecido asintomáticos desde
su exposición actual.[341]
• Las nuevas evidencias no publicadas sugieren la eficacia en el mundo real en la reducción
de la tasa de infección, la gravedad de la enfermedad, el ingreso hospitalario y la infección

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asintomática; sin embargo, estos estudios no han sido revisados por pares o publicados todavía
y se requieren más investigación.[342] [343] [344] [345]
• La vigilancia de los eventos adversos es sumamente importante y puede revelar otros
acontecimientos adversos graves menos frecuentes que no se hayan detectado en los
ensayos clínicos.

• Por ejemplo, la vacuna Pandemrix® utilizada durante la pandemia de gripe porcina de


2009-2010 fue retirada del mercado debido a su asociación con la narcolepsia.[346]
• Las nuevas vacunas de ARNm autorizadas no se han autorizado anteriormente para su uso en
seres humanos, por lo que no se dispone de datos de seguridad y eficacia a largo plazo para
estos tipos de vacunas.
• Se han informado casos de COVID-19 confirmados por laboratorio después de la vacunación.
Los síntomas pueden confundirse con efectos adversos asociados a la vacuna en los
primeros días después de la vacunación. Presentar un alto nivel de sospecha de los síntomas
informados y evitar descartar las dolencias como relacionadas con la vacuna hasta que los
receptores de la vacuna sean examinados y se descarte una verdadera infección.[347]
• Todas las sospechas de reacciones adversas deben informarse mediante el sistema de la
Yellow Card en el Reino Unido. [Yellow Card: coronavirus (COVID-19)]
• Todas las potenciales reacciones adversas deben informarse a través del Vaccine Adverse
Event Reporting System (VAERS) en los Estados Unidos. [Vaccine Adverse Event Reporting
System]
• Los horarios de las dosis de las vacunas pueden diferir de un lugar a otro.

• Se ha sugerido la posibilidad de extender el plazo de tiempo entre las dosis, reducir el


número de dosis, cambiar la dosis (media dosis), o mezclar y emparejar diferentes vacunas
COVID-19 para vacunar a más personas. Sin embargo, no hay evidencias que respalden estas
estrategias.[348]
• La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los países que atraviesan
circunstancias epidemiológicas excepcionales puedan considerar la posibilidad de retrasar la
administración de la segunda dosis de las vacunas ARNm durante un breve período (hasta
42 días según los datos de los ensayos clínicos disponibles actualmente) como enfoque
pragmático para maximizar el número de personas que se benefician de una primera dosis
mientras sigue aumentando el suministro de vacunas. Sin embargo, las evidencias de esta
ampliación de plazo no son sólidas. Los países deben asegurarse de que cualquier ajuste del
programa en los intervalos de las dosis no afecte a la probabilidad de recibir la segunda dosis.
La OMS no es partidaria de modificar las dosis.[338] [339]
• En el Reino Unido, el Joint Committee on Vaccination and Immunisation recomienda que se dé
prioridad a la administración de la primera dosis de cualquier vacuna al mayor número posible
de personas que reúnan los requisitos necesarios, en lugar de la segunda dosis.[349] [350] Sin
embargo, no hay evidencias que respalden un intervalo de dosis prolongado entre la primera
y la segunda dosis, y esto está fuera de las recomendaciones de dosis autorizadas por el
fabricante.[351]
• En los Estados Unidos, los Centers for Disease Control and Prevention recomiendan que la
segunda dosis de una vacuna de ARNm puede programarse hasta 6 semanas después de
la primera dosis si no se puede cumplir el intervalo de dosificación recomendado. La agencia
sigue insistiendo en que la segunda dosis debe administrarse lo más cerca posible del intervalo
recomendado y afirma que las dos vacunas de ARNm que están disponibles en Estados
Unidos pueden considerarse intercambiables en circunstancias excepcionales.[352]
• Se han iniciado ensayos clínicos en el Reino Unido para determinar si se pueden utilizar
diferentes vacunas para el régimen de 2 dosis.[353]
• Se debe consultar las guías de práctica clínica locales antes de administrar las vacunas.
Manejo

Los pacientes deben dar un consentimiento informado libre y voluntario antes de la


vacunación.[354]
• En la siguiente tabla se comparan las vacunas autorizadas en el Reino Unido, Europa y
Estados Unidos. Se puede también haber autorizado estas vacunas en otros países.

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• Además de éstas, se han autorizado en China CoronaVac® y Sinopharm® (versión inactivada


del virus coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2 [SARS-CoV-2]) y se ha autorizado
en Rusia la vacuna Sputnik V® (una vacuna vectorial de adenovirus) y presenta una eficacia
del 91.6%.[355]
• Todavía se están desarrollando otras vacunas candidatas, como las vacunas de ARNm, las
vacunas de ADN, las vacunas de vectores virales, las vacunas de subunidades proteínicas,
las vacunas de virus vivos atenuados, las vacunas de virus inactivados y los sistemas de
administración intranasal.[356]
• [WHO: draft landscape and tracker of COVID-19 candidate vaccines]

Manejo

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La vacuna Vacuna de
COVID-19 de Vacuna Moderna AstraZeneca Vacuna Janssen
Pfizer/BioNTech contra COVID-19 contra COVID-19 COVID-19

Sinónimos Vacuna de Vacuna contra Vacuna Ad26.COV2.S;


ARNm COVID-19 COVID-19 de recombinante JNJ-78436725
BNT162b2; ARNm-1273 COVID-19
Comirnaty® ChAdOx1 S

Tipo de vacuna La vacuna de ARNm formulada por Vacuna vectorial Vacuna vectorial
nanopartículas de lípidos que codifica la de adenovirus de adenovirus
proteína de pico del SARS-CoV-2 (chimpancé) tipo 26 (humano)
incompetente para incompetente para
la replicación que la replicación que
lleva el código lleva el código
genético de la genético de la
proteína pico del proteína de pico del
SARS-CoV-2 SARS-CoV-2

Eficacia global* 95% 94% 55% a 80% (según 66%


el intervalo de
dosis)

Autorización Reino Unido, Reino Unido, Reino Unido, Europa, Estados


Estados Unidos, Estados Unidos, Europa, Australia Unidos
Europa, Canadá, Europa
Australia

Indicaciones Inmunización activa Inmunización activa de individuos ≥18 años de edad


de individuos ≥16
años de edad

Dosis autorizada** régimen de dos régimen de dos régimen de dos RÉGIMEN DE


dosis dosis dosis DOSIS ÚNICA

0.3 mL (30 0.5 mL (100 10 10


0.5 mL IM (5 × 10 0.5 mL IM (5 × 10
microgramos) IM; microgramos) IM;
partículas virales); partículas virales)
la segunda dosis la segunda dosis
segunda dosis 4-12
al menos 21 días al menos 28 días
semanas después
después de la después de la
de la primera dosis
primera dosis primera dosis

Contraindicaciones Hipersensibilidad al principio activo o a cualquier excipiente; reacción alérgica


inmediata a la primera dosis de los regímenes de dos dosis (no debe recibir la
segunda dosis)

Precauciones Historia de anafilaxia/reacciones alérgicas Historia de anafilaxia/reacciones alérgicas


Manejo

Enfermedad febril grave y aguda Enfermedad febril grave y aguda

Trastornos hemorrágicos o Trastornos hemorrágicos o


anticoagulación anticoagulación

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La vacuna Vacuna de
COVID-19 de Vacuna Moderna AstraZeneca Vacuna Janssen
Pfizer/BioNTech contra COVID-19 contra COVID-19 COVID-19

Paciente inmunocomprometido Paciente inmunocomprometido

Embarazo y periodo de lactancia materna Embarazo y periodo de lactancia materna

Tratamiento previo con anticuerpos


monoclonales COVID-19 o plasma

Eventos adversos* Frecuente : cefalea; Frecuente : cefalea; Frecuentes : Frecuente :


artralgia; mialgia; artralgia; mialgia; cefalea; artralgia; reacciones en
reacciones en reacciones en mialgia; reacciones el lugar de la
el lugar de la el lugar de la en el lugar de la inyección; cefalea;
inyección; fatiga; inyección; fatiga; inyección; fatiga; tos; fatiga; mialgia;
fiebre; escalofríos; fiebre; escalofríos; malestar general; artralgia; náuseas;
náuseas náuseas; fiebre; escalofríos; fiebre; escalofríos
vómitos; diarrea; náuseas; vómitos;
Infrecuente : erupción cutánea; diarrea; enfermedad Infrecuente:
linfadenopatía; linfadenopatía seudogripal anafilaxia; urticaria;
malestar general; hipersensibilidad
anafilaxia; Infrecuente : Poco frecuentes (no clasificada
hipersensibilidad; malestar; parálisis : linfadenopatía; como anafilaxia);
parálisis facial facial periférica mareos; temblor;
periférica aguda aguda; anafilaxia; disminución del hiperhidrosis;
hipersensibilidad; apetito; dolor erupción cutánea;
hinchazón de la abdominal; estornudos; dolor
cara (si hay rellenos hiperhidrosis; orofaríngeo;
dermatológicos) prurito; erupción dolor en las
cutánea; trastornos extremidades;
neuroinflamatorios; dolor de espalda;
anafilaxia debilidad muscular;
astenia; malestar
general

Interacciones No se han estudiado las interacciones con otras vacunas/fármacos (la OMS
recomienda un mínimo de 14 días entre la administración de las vacunas de
COVID-19 y otras vacunas)

Información para [Pfizer/BioNTech [Moderna [AstraZeneca [Janssen COVID-19


profesionales de COVID-19 vaccine] COVID-19 vaccine] COVID-19 vaccine] vaccine]
salud

Comparación de las vacunas COVID-19 autorizadas que se han seleccionado. Los datos están
evolucionando; consulte el formulario de medicamentos local o las guías de práctica clínica para obtener
información detallada para su ubicación. *Los datos se basan en ensayos clínicos de fase 3; consulte las
secciones Datos de eficacia de la vacuna y Datos de seguridad de la vacuna para obtener información
detallada. **Los esquemas de dosis pueden diferir en algunos lugares. Última revisión/actualización: 11 de
Manejo

marzo de 2021.

Vacunas y anafilaxia o reacciones vasovagales

• Se han informado reacciones alérgicas graves, incluida la anafilaxia, fuera de los ensayos
clínicos en la población general tras la vacunación.

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• En Estados Unidos, el seguimiento del VAERS detectó 4.7 casos de anafilaxia por cada millón de
dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, y 2.5 casos por cada millón de dosis de la vacuna Moderna a
18 de enero de 2021.[357]
• En el Reino Unido, la monitorización del sistema de notificación de la Yellow Card detectó 190 casos
de anafilaxia con la vacuna de Pfizer/BioNTech (1-2 casos por cada 100,000 dosis), y 150 casos de
anafilaxia con la vacuna de AstraZeneca a fecha de 21 de febrero de 2021.[358]
• Se ha sugerido que las reacciones tras las vacunas pueden deberse a la presencia de lípidos de
etilenglicol pegilado (PEG), o de derivados de PEG como los polisorbatos.[359]

• La OMS recomienda que los antecedentes de anafilaxia a cualquier componente de la vacuna


son una contraindicación para la vacunación de todas las vacunas. Las personas con una
reacción alérgica anafiláctica inmediata a la primera dosis no deben recibir dosis adicionales.
Se deben administrar las vacunas solo en contextos donde se pueda tratar la anafilaxia, y
observar durante, al menos, 15 minutos después de la vacunación.[338] [339] [340]
• La OMS recomienda a las personas con una reacción alérgica no anafiláctica inmediata
a la primera dosis de una vacuna de ARNm (es decir, urticaria, angioedema o síntomas
respiratorios como tos, estridor o sibilancias sin ningún otro síntoma en las 4 horas siguientes a
la administración) no deben recibir dosis adicionales a menos que lo recomiende un profesional
de salud con conocimientos especializados. Los antecedentes de cualquier reacción alérgica
inmediata a cualquier otra vacuna o terapia inyectable se consideran una precaución, pero no
una contraindicación, para la vacunación. Realizar una evaluación del riesgo para determinar
el tipo y la gravedad de la reacción y la fiabilidad de la información. Estas personas pueden
seguir siendo vacunadas, pero los riesgos deben sopesarse frente a los beneficios de la
vacunación, y debe observarse al receptor durante 30 minutos después de la vacunación
en contextos sanitarios donde la anafilaxia puede tratarse inmediatamente. También se han
informado reacciones anafilácticas en personas sin antecedentes de reacciones alérgicas
graves. Las alergias alimentarias, al veneno de los insectos, de contacto o estacionales, y la
rinitis alérgica, el eczema y el asma no se consideran motivos de precaución. No existe ninguna
contraindicación, ni motivo de precaución para la vacunación en personas alérgicas al látex, al
huevo o a la gelatina.[338] [339]
• La Medicines and Healthcare products Regulatory Agency, con sede en el Reino Unido,
recomienda actualmente que cualquier persona con antecedentes de reacciones alérgicas a los
ingredientes de la vacuna no la reciba, pero las personas con cualquier otra alergia, como una
alergia alimentaria, pueden recibir la vacuna.[360]
• En los Estados Unidos, los Centers for Disease Control and Prevention recomiendan que las
personas con una contraindicación a un tipo de las vacunas actualmente autorizadas (p. ej.,
una vacuna de ARNm) tengan una precaución con la otra (p. ej., la vacuna de vector viral). Sin
embargo, debido a la posible hipersensibilidad cruzada entre los ingredientes de las vacunas
de ARNm y de vectores virales, debe consultarse a un alergólogo/inmunólogo para que ayude a
determinar si el paciente puede recibir la vacunación con seguridad.[352]
• Las guías de práctica clínica sobre la vacunación de personas con antecedentes de alergia o
anafilaxia pueden diferir de un lugar a otro; consulte la orientación local.
• Las personas con antecedentes de haber recibido rellenos dermatológicos pueden desarrollar
hinchazón en el lugar de la inyección del relleno o cerca de este (p. ej., los labios, la cara) tras
la administración de una vacuna de ARNm. Esto parece ser temporal y puede tratarse con
corticosteroides.
• Se han informado reacciones locales de inicio tardío alrededor del lugar de la inyección (mediana de 8
días después de la primera vacunación), y en ocasiones, son de tamaño bastante grande (p. ej., de al
menos 10 cm de diámetro).[352] [361]
• Pueden producirse reacciones relacionadas con la ansiedad, incluyendo reacciones vasovagales e
hiperventilación. Asegúrese de que se toman precauciones para evitar lesiones por desmayo.
Manejo

Vacunas y poblaciones específicas de pacientes

• Los datos disponibles de los ensayos clínicos sobre el uso de las vacunas en poblaciones
específicas son limitados o inexistentes. A pesar de ello, la OMS recomienda que las siguientes
poblaciones puedan recibir la vacuna, dependiendo de la vacuna utilizada:[338] [339] [340]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

• Personas de edad avanzada (sin límite de edad)


• Personas con comorbilidades que han sido identificadas como un aumento del riesgo de
enfermedad grave
• Personas inmunocomprometidas que forman parte de un grupo recomendado para la
vacunación
• Personas que viven con el VIH y que forman parte de un grupo recomendado para la
vacunación
• Personas con enfermedades autoinmunitarias que no presentan contraindicaciones para la
vacunación y que forman parte de un grupo recomendado para la vacunación
• Personas con antecedentes de parálisis de Bell que no presentan contraindicaciones para la
vacunación
• Personas con antecedentes de infección sintomática o asintomática por SARS-CoV-2.
• Se recomienda un retraso en la vacunación en personas que presentan una enfermedad febril aguda
o con COVID-19 aguda actual (hasta que se encuentren afebriles y se hayan recuperado de la
enfermedad aguda), y en personas que hayan recibido previamente un tratamiento de anticuerpos
pasivos para COVID-19 (durante al menos 90 días).
• Se puede considerar la posibilidad de retrasar la vacunación en personas que hayan presentado
una infección confirmada por SRAS-CoV-2 en los 6 meses anteriores (hasta casi el final de este
periodo). La respuesta de los anticuerpos a la primera dosis de vacunas de ARNm en personas con
inmunidad preexistente es igual, o puede superar, los títulos encontrados en las personas que no
presenten inmunidad preexistente después de la segunda dosis, según un estudio de preimpresión.
Además, la reactogenicidad es significativamente mayor en las personas que han sido infectadas
por el SARS-CoV-2 en el pasado.[362] Se ha demostrado que las personas con infección previa
generan fuertes respuestas humorales y celulares a una dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer/
BioNTech, con evidencia de altos títulos de neutralización del virus vivo in vitro.[363] Otro estudio de
preimpresión encontró que una dosis de la vacuna puede ser suficiente para las personas que ya han
sido infectadas con el SARS-CoV-2; sin embargo, se requieren estudios adicionales.[364]
• La OMS recomienda una evaluación individual de riesgos y beneficios para las personas de edad
avanzada que se encuentran en un estado muy frágil y presentan una esperanza de vida prevista
de menos de 3 meses.[339] La Norwegian Medicines Agency recomienda realizar evaluaciones
más exhaustivas de los pacientes ancianos muy frágiles antes de la vacunación, después de
que 23 pacientes murieran poco después de recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech. Sin embargo,
actualmente se desconoce si existe una conexión entre estas muertes y la vacuna. La agencia ha
investigado hasta ahora 13 de estas muertes y ha llegado a la conclusión de que las reacciones
adversas frecuentes de las vacunas de ARNm, como la fiebre, las náuseas y la diarrea, pueden haber
contribuido a los resultados fatales en algunos de los pacientes más frágiles.[365] [366]
Vacunas y mujeres embara zadas o en período de lactancia

• Se debe tener cuidado con las mujeres embara zadas y en periodo de lactancia, ya que
no se dispone de datos de seguridad y eficacia. Se han iniciado ensayos clínicos en mujeres
embarazadas para algunas vacunas.

• La OMS recomienda no utilizar las vacunas en las mujeres embarazadas, a menos que
los beneficios superen los posibles riesgos (p. ej., profesionales de salud con alto riesgo
de exposición, mujeres con comorbilidades que las sitúan en un grupo de alto riesgo de
enfermedad grave). Recomienda que se ofrezca la vacunación a las mujeres en periodo de
lactancia materna y que formen parte de un grupo recomendado para la vacunación, de forma
equivalente. No recomienda retrasar el embarazo, ni interrumpir la lactancia después de la
Manejo

vacunación.[338] [339] [340]


• El Public Health England recomienda que las mujeres embarazadas no se vacunen de forma
rutinaria; sin embargo, se puede considerar la posibilidad de vacunación cuando los posibles
beneficios superen los posibles riesgos para la madre y el feto.[367] Recomienda que las
mujeres que están en periodo de lactancia materna puedan recibir la vacuna.[368]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
• El American College of Obstetricians and Gynecologists recomienda que no se dejen de
administrar vacunas COVID-19 a mujeres embarazadas o en período de lactancia que cumplan
con los criterios de vacunación basados en los grupos de prioridad recomendados. Se deben
comentar los riesgos y beneficios con la persona antes de la vacunación. Se debe respaldar a
las mujeres embarazadas y lactantes que rechazan la vacunación en su decisión.[369]
Datos sobre la eficacia de las vacunas

• La vacuna COVID-19 de Pfizer/BioNTech

• La eficacia se basa en un análisis provisional de los resultados de un ensayo de fase 3 de


43,448 participantes (con asignación al azar a los brazos de la vacuna y el placebo en una
proporción de 1:1). Se informa que la vacuna presenta una eficacia del 95% en la prevención
del COVID-19 sintomática después de 2 dosis, en comparación con el placebo (solución
salina), en personas de 16 años o más. Esto se basa en un análisis de 170 casos confirmados
de COVID-19 con un inicio, al menos, 7 días después de la segunda dosis entre los receptores
sin evidencias de infección existente o previa por SARS-CoV-2 (8 casos en el brazo de la
vacuna frente a 162 casos en el brazo del placebo). La eficacia fue del 52% tras la primera
dosis. Entre 10 casos de enfermedad grave con inicio después de la primera dosis, 9 casos
se produjeron en el brazo de placebo y se produjo 1 caso en el brazo de la vacuna. Esto
solo proporciona evidencias preliminares de la protección mediada por la vacuna contra la
enfermedad grave.[336]
• La vacuna parece presentar una eficacia superior al 90% en el mundo real, según un análisis
de la campaña de vacunación masiva de Israel. La eficacia estimada al menos 7 días después
de la segunda dosis fue del 92% para la infección documentada, del 94% para la enfermedad
sintomática, del 87% para el ingreso hospitalario y del 92% para la enfermedad grave.[370]
También se ha comprobado que reduce el número de pacientes de ≥70 años que requieren
ventilación mecánica en un 67% entre octubre-diciembre de 2020 y febrero de 2021.[371]
• Los estudios preliminares sugieren que la vacuna puede ser eficaz contra las nuevas variantes
de SARS-CoV-2 con mutaciones de la proteína de pico (es decir, B.1.1.7 y B.1.351 y las
mutaciones N501Y); sin embargo, la neutralización del B.1.351 variante puede ser más
débil.[372] [373] [374] [375] [376] Se requiere más estudios sobre este tema.
• El fabricante ha comenzado a probar si una tercera dosis (de refuerzo) es segura y eficaz
contra las variantes de SARS-CoV-2 que circulan actualmente y las emergentes.[377]
• Vacuna Moderna contra COVID-19

• La eficacia se basa en un análisis provisional de los resultados de un ensayo de fase 3 de


30,420 participantes (con asignación al azar a los brazos de la vacuna y el placebo en una
proporción de 1:1). Se ha informado que la vacuna es 94.1% eficaz en la prevención de
COVID-19 sintomático después de 2 dosis en comparación con el placebo (solución salina)
en personas de 18 años o más. Esto se basa en un análisis de 196 casos confirmados de
COVID-19 con un inicio al menos 14 días después de la segunda dosis entre los receptores
sin evidencias de infección existente o previa por SARS-CoV-2 (11 casos en el brazo de la
vacuna frente a 185 casos en el brazo del placebo). Entre los 30 casos de enfermedad grave
(incluyendo una muerte) con inicio después de la primera dosis, todos los casos se produjeron
en el brazo de placebo y ninguno en el de la vacuna.[337]
• Los estudios preliminares sugieren que la vacuna puede ser eficaz contra las nuevas variantes
de SARS-CoV-2 con mutaciones de la proteína de la espiga (es decir, B.1.351 y los linajes
B.1.1.7). Aunque los títulos de anticuerpos neutralizantes fueron más bajos para el B.1.351
en comparación con las variantes anteriores del SARS-CoV-2, se esperaba que los niveles
fueran protectores, aunque esto aún está por confirmar.[375] [378] [379] Se requieren más
estudios sobre este tema. El fabricante probará una dosis de refuerzo adicional para estudiar
la capacidad de aumentar aún más los títulos de neutralización frente a las cepas emergentes
Manejo

más allá de la serie de vacunación primaria existente. También está avanzando un candidato
de refuerzo a la variante emergente frente a B.1.351 de linaje B.1.351 (conocida como
ARNm-1273.351) en ensayos preclínicos y de fase 1.[380]
• Vacuna de AstraZeneca contra COVID-19

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

• La eficacia se basa en un análisis provisional de los datos agrupados de cuatro ensayos


clínicos controlados aleatorizados en curso con 11,636 participantes realizados en el Reino
Unido, Brasil y Sudáfrica. Se informa que la vacuna presenta una eficacia del 70.4% en la
prevención frente al COVID-19 sintomático después de 2 dosis, en comparación con el control
(vacuna meningocócica o salina) en personas de 18 años o más. Esto se basa en un análisis
de 131 casos confirmados de COVID-19 con un inicio al menos 15 días después de la segunda
dosis entre los receptores sin evidencias de infección existente o previa por SARS-CoV-2 (30
casos en el brazo de la vacuna frente a 101 casos en el brazo del placebo). Los resultados de
los ensayos aún no se han publicado. Entre los 2 casos de enfermedad grave, todos los casos
ocurrieron en el brazo de control y ninguno en el brazo de la vacuna. Actualmente, los datos de
eficacia y seguridad son limitados en las personas ≥65 años de edad.[381]
• La eficacia de la vacuna parece ser mayor cuando el intervalo entre las dosis es más largo. Los
datos de un análisis primario de los ensayos clínicos fueron congruentes con los observados
en el análisis intermedio, e incluyen los resultados de un mes más de recogida de datos con
332 casos de enfermedad sintomática informados. El estudio ha revelado que una única dosis
estándar proporciona un 76% de protección global frente a la enfermedad sintomática en
los primeros 90 días tras la vacunación. La eficacia alcanzó el 80% tras la segunda dosis en
aquellos con un intervalo de dosificación de 12 semanas o más. Sin embargo, la eficacia era
solo del 55.1% si las dos dosis se administraban con menos de 6 semanas de diferencia.[382]
La OMS recomienda un intervalo de 8 a 12 semanas entre las dosis.[340]
• Un estudio de preimpresión sugiere que la vacuna puede ser eficaz contra la infección
sintomática causada por la variante B.1.1.7 de SARS-CoV-2.[383] Sin embargo, el despliegue
de la vacuna en Sudáfrica se ha detenido después de que un estudio descubriera que no
protegía frente a la enfermedad leve y moderada causada por la variante B.1.351.[384]
• Vacuna Janssen COVID-19

• La eficacia se basa en un análisis intermedio de los datos agrupados de un ensayo clínico


controlado y aleatorizado en curso con 43,783 participantes realizado en Sudáfrica,
Sudamérica, México y Estados Unidos. Se ha informado que la vacuna presenta una eficacia
del 66.9% y del 66.1% en la prevención de la enfermedad moderada a grave/crítica al
menos 14 días y 28 días después de la vacunación, respectivamente, en comparación con el
placebo (solución salina) en personas de 18 años o más. La eficacia para la prevención de la
enfermedad grave/crítica fue del 76.7% y del 85.4% al menos 14 días y 28 días después de la
vacunación, respectivamente. Estas cifras se basan en un análisis de 464 casos confirmados
de COVID-19 con inicio, al menos, 14 días después de la vacunación entre receptores sin
evidencia de infección por SARS-CoV-2 existente o previa (116 casos en el brazo de la vacuna
frente a 348 casos en el brazo del placebo), y 259 casos confirmados de COVID-19 con inicio
al menos 28 días después de la vacunación (66 casos en el brazo de la vacuna frente a 193
casos en el brazo del placebo). La eficacia de la vacuna fue mayor en Estados Unidos (74%)
que en Sudáfrica (52%). Los resultados de los ensayos aún no se han publicado.[385]

Datos de seguridad de la vacuna

• La vacuna COVID-19 de Pfizer/BioNTech

• La seguridad se basa en un análisis provisional de los resultados de un ensayo de fase 3 de


43,448 participantes. El subconjunto de reactogenicidad incluyó 8183 participantes.[336]
• Las reacciones adversas locales fueron más frecuentes en el grupo de la vacuna en
comparación con el placebo, siendo la reacción más frecuente el dolor en el lugar de la
inyección dentro de los 7 días posteriores a la misma (83% después de la primera dosis y 78%
después de la segunda dosis en los participantes más jóvenes; 71% después de la primera
Manejo

dosis y 66% después de la segunda dosis en los participantes de edad avanzada). Menos
del 1% de los participantes informaron que sufrían dolores intensos. Las reacciones adversas
locales fueron similares después de la primera y segunda dosis.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
• Las reacciones adversas sistémicas fueron más frecuentes en el grupo de la vacuna, en
comparación con el placebo, y se informaron con mayor frecuencia por pacientes más jóvenes
y después de la segunda dosis. Las reacciones adversas sistémicas más frecuentes después
de la segunda dosis fueron la fatiga (59% en los participantes más jóvenes; 51% en los
participantes de más edad), la cefalea (52% en los participantes más jóvenes; 39% en los
participantes de más edad) y la fiebre (16% en los participantes más jóvenes; 11% en los
participantes de edad más avanzada). Se informaron eventos sistémicos graves en <2% de
los participantes después de cualquier dosis, excepto por la fatiga y la cefalea después de la
segunda dosis.
• Otros eventos adversos poco frecuentes incluyen linfadenopatía, lesión de hombro (asociada
a la administración de la vacuna), arritmia ventricular paroxística y parestesia en la pierna
derecha.
• Vacuna Moderna contra COVID-19

• La seguridad se basa en un análisis provisional de los resultados de un ensayo de fase 3 de


30,420 participantes.[337]
• Se han informado reacciones adversas locales y sistémicas solicitadas en el 87.8% de los
participantes dentro de los 7 días siguientes a la primera dosis en el grupo de la vacuna, en
comparación con el 48% en el grupo del placebo, y en el 92.2% de los participantes en el plazo
de los 7 días siguientes a la segunda dosis en el grupo de la vacuna, en comparación con el
42.8% en el grupo del placebo. Las reacciones adversas más frecuentes que se han informado
incluyen reacciones en el lugar de la inyección, fatiga, cefalea, mialgia y artralgia. Estas
reacciones se informaron con mayor frecuencia y fueron más graves después de la segunda
dosis. Las reacciones adversas solicitadas fueron más frecuentes entre los participantes de 18
a 64 años de edad en comparación con los adultos de ≥65 años.
• Se informaron eventos adversos no solicitados relacionados con la vacunación (hasta 28 días
después de cualquier inyección) en el 8.2% de los participantes del grupo de la vacuna, en
comparación con el 4.5% del grupo del placebo. La incidencia de eventos adversos graves
fue mayor en el grupo de la vacuna, en comparación con el grupo del placebo (0.5% frente a
0.2%). Los eventos adversos no solicitados más frecuentes (informados en al menos el 1% de
los participantes) fueron la fatiga y la cefalea. La incidencia relativa de estos eventos no se vio
afectada por la edad.
• La parálisis de Bell se observó más frecuentemente en el grupo de la vacuna (tres casos) en
comparación con el grupo del placebo (un caso), lo que sugiere que puede ser más que un
evento fortuito. Esto requerirá una monitorización estrecha cuando se vacunan poblaciones
más grandes fuera de los ensayos clínicos.
• Vacuna de AstraZeneca contra COVID-19

• La seguridad se basa en un análisis provisional de los datos agrupados de cuatro ensayos


clínicos controlados aleatorizados en curso con 23,745 participantes realizados en el Reino
Unido, el Brasil y Sudáfrica (los resultados de los ensayos aún no se han publicado).[381]
• Los eventos adversos más frecuentes fueron: reacciones en el lugar de la inyección (>60%);
cefalea, fatiga (>50%); mialgia, malestar general (>40%); fiebre, escalofríos (>30%); artralgia,
náuseas (>20%). Las reacciones adversas fueron más leves y se informaron con menos
Manejo

frecuencia después de la segunda dosis y en adultos de ≥65 años.


• Vacuna Janssen COVID-19

• La seguridad se basa en un análisis provisional de los datos agrupados de un ensayo


clínico controlado y aleatorizado en curso con 43,783 participantes realizado en Sudáfrica,

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Sudamérica, México y Estados Unidos (los resultados del ensayo aún no se han publicado). El
subconjunto de reactogenicidad incluyó a 6736 participantes.[385]
• Los efectos adversos informados con mayor frecuencia fueron: reacciones en el lugar de la
inyección (48.6%); cefalea (38.9%); fatiga (38.2%); y mialgia (33.2%). Aproximadamente, el
0.7% y el 1.8% de las reacciones adversas solicitadas locales y sistémicas, respectivamente,
se informaron como de grado 3. Los informes de reacciones solicitadas fueron menos
frecuentes entre los participantes ≥60 años de edad. Otras reacciones adversas posiblemente
asociadas a la vacuna incluyeron urticaria, eventos tromboembólicos y acúfenos. Un evento
grave de una reacción de hipersensibilidad (no clasificada como anafilaxia) y un caso de
reactogenicidad sistémica grave estuvieron probablemente asociados a la vacuna.

Limitaciones del ensayo de la vacuna

• Una limitación fundamental de los datos es la corta duración del seguimiento de la seguridad y la
eficacia. Los ensayos no presentaron una potencia suficiente para detectar de manera fiable los
eventos adversos menos frecuentes, y la mediana del tiempo de seguimiento fue solo de 2 meses
después de la segunda dosis. En los ensayos no se aborda la cuestión de si la vacuna previene la
transmisión o afecta a la infecciosidad, y aún no se ha determinado la duración de la protección. No
hay datos sobre los niños o los adolescentes más jóvenes, las mujeres embarazadas o lactantes, o
las personas inmunodeprimidas. Tampoco hay datos para evaluar la eficacia en poblaciones de alto
riesgo de enfermedades graves, en personas previamente infectadas con el SARS-CoV-2, en relación
con los efectos a largo plazo de la enfermedad, o en relación con la mortalidad.[336] [337]
• Preocupa el hecho de que los ensayos no estén diseñados para detectar una reducción de cualquier
resultado grave, como los ingresos hospitalarios, el uso de cuidados intensivos o muertes, o si las
vacunas pueden interrumpir la transmisión del virus – dos objetivos finales primarios primordiales
en los ensayos de eficacia de las vacunas.[386] Además, desde que se publicaron los ensayos,
surgieron preguntas importantes sobre las exclusiones de los datos finales de eficacia, así como
preocupaciones sobre el uso de medicamentos para el dolor y la fiebre, el desenmascaramiento y los
comités de adjudicación de eventos primarios.[387]
• Es poco probable que se realice un seguimiento planificado a largo plazo de los participantes en el
contexto de los ensayos debido a la ética de seguir a un receptor de placebo a largo plazo sin ofrecer
la vacuna. Esto podría amenazar inadvertidamente las investigaciones en curso sobre la vacuna que
aún no han definido las relaciones inmunológicas de la protección contra COVID-19, que podrían
variar según la plataforma de la vacuna, las características individuales, los grupos de edad y el
subconjunto de la población.[388] [389] [390]
• En ensayos anteriores de vacunas contra el coronavirus se identificaron la inmunopatología celular
y el aumento de la dependencia de anticuerpos (ADE en inglés) como posibles problemas de
seguridad. Existe la preocupación de que el ADE del SARS-CoV-2 se deba a la exposición posterior
a la vacunación al SARS-CoV-2 de tipo natural y a la exposición previa a otros coronavirus (como los
que causan el resfriado común).[391] [392] Los datos disponibles no indican un riesgo de enfermedad
potenciado por la vacuna con las vacunas de ARNm; sin embargo, los datos son limitados y el riesgo
a lo largo del tiempo, potencialmente asociado con la disminución de la inmunidad, sigue siendo
desconocido y debe evaluarse más a fondo.[336] [337]
Prevención y control de infecciones para los profesionales de salud

• Se debe consultar siempre los protocolos locales sobre prevención y control de infecciones; aquí solo
se detallan los principios básicos.
• Se debe aislar inmediatamente todos los casos de los que haya sospecha o bien los casos
confirmados en un área separada de los demás pacientes. Se debe colocar a los pacientes en
habitaciones individuales adecuadamente ventiladas, si es posible. Cuando no se disponga de
Manejo

habitaciones individuales, se debe ingresar todos los casos en la misma habitación y asegurarse de
que haya al menos 1 metro (3 pies) entre los pacientes.[393]
• Aplicar las precauciones estándar en todo momento:[393]

• Practicar la higiene de las manos y la higiene respiratoria


• Se debe proporcionar a los pacientes una mascarilla médica para su uso

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
• Se debe llevar un equipo de protección individual
• Se debe practicar un manejo seguro de los desechos y la limpieza del medio ambiente.
• Se deben aplicar precauciones adicionales de contacto y de goteo antes de entrar en una habitación
donde se ingresan casos:[393]

• Usar una mascarilla médica, guantes, una bata apropiada y protección ocular/facial (p. ej.,
gafas o un protector facial)
• Se debe usar equipo de un solo uso o bien desechable.
• Se debe aplicar las precauciones para evitar la transmisión por el aire al realizar procedimientos de
generación de aerosoles, incluida la colocación de los pacientes en una sala de presión negativa.[393]

• Algunos países y organizaciones recomiendan tomar precauciones para evitar la transmisión


por el aire para cualquier situación que implique el cuidado de un paciente con COVID-19.
• Todas las muestras recogidas para los análisis clínicos deben considerarse potencialmente
infecciosas.[393]
• El equipo de protección individual adecuado proporciona a los profesionales de salud un alto nivel
de protección frente al COVID-19. Un estudio transversal de 420 profesionales de salud desplegados
en Wuhan con el equipo de protección personal adecuado dio resultados negativos para el SARS-
CoV-2 en las pruebas moleculares y serológicas cuando regresaron a casa, a pesar de que todos
los participantes tuvieron contacto directo con los pacientes de COVID-19 y realizaron al menos
un procedimiento de generación de aerosoles.[394] Las mascarillas quirúrgicas estándar son tan
eficaces como las mascarillas de respiración para prevenir la infección de los profesionales de salud
en los brotes de enfermedades respiratorias virales como la gripe, pero se desconoce si esto se aplica
a la COVID-19.[395]
• Se dispone de orientaciones detalladas sobre la prevención y el control de las infecciones:

• [WHO: infection prevention and control during health care when coronavirus disease
(COVID-19) is suspected or confirmed]
• [CDC: interim infection prevention and control recommendations for healthcare personnel during
the coronavirus disease 2019 (COVID-19) pandemic]
• [BMJ: covid-19 – PPE guidance]

telesalud para los médicos de atención primaria

• Es importante que los médicos de atención primaria eviten la evaluación en persona de los pacientes
con sospecha de COVID-19 en la atención primaria cuando sea posible para evitar la infección.[396]
La mayoría de los pacientes pueden ser manejados a distancia mediante consultas telefónicas o de
vídeo. Se dispone de algoritmos para tratar a estos pacientes:

• [BMJ: covid-19 in primary care (UK)]


• [BMJ: covid-19 – a remote assessment in primary care]

Medidas generales de prevención para el público en general

• Se debe aconsejar a la gente que:[397] [398]

• Lavarse las manos a menudo con agua y jabón durante al menos 20 segundos, o con un
desinfectante para manos a base de alcohol (que contenga al menos un 60% de alcohol),
especialmente después de estar en un lugar público, sonarse la nariz o toser/estornudar. Se
Manejo

debe evitar el contacto de los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.

• Se debe evitar el contacto cercano con las personas (es decir, mantener una distancia de por
lo menos 1 metro [3 pies]), incluyendo apretones de manos, en particular con las que están
enfermas, tienen fiebre o están tosiendo o estornudando. Evite ir a lugares concurridos y mal
ventilados. Es importante tener en cuenta que las distancias recomendadas difieren entre

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los países (p. ej., en los Estados Unidos y el Reino Unido se recomienda una distancia de 2
metros ) y se debe consultar la orientación local. Sin embargo, no hay evidencias que respalden
la recomendación de una distancia de 2 metros[399]

• Practicar la higiene respiratoria (es decir, cubrir la boca y la nariz al toser o estornudar,
desechar el pañuelo inmediatamente en un recipiente cerrado y lavarse las manos)

• Busque atención médica temprana si presenta fiebre, tos y dificultad para respirar y comparta
su historial de viajes y contactos anteriores (viajeros o casos sospechosos/confirmados) con su
profesional de salud.
• Quedarse en casa y aislarse si se está enfermo, incluso con síntomas leves, hasta la
recuperación (excepto para recibir atención médica)
• Limpie y desinfecte diariamente las superficies que se tocan con frecuencia (p. ej., interruptores
de luz, pomos de puertas, encimeras, manijas, teléfonos).

• [BMJ Learning: Covid-19 – handwashing technique and PPE videos]


• [WHO: coronavirus disease (COVID-19) advice for the public]
• [Centre for Evidence-Based Medicine: what is the evidence to support the 2-metre social distancing
rule to reduce COVID-19 transmission?]
Mascarillas faciales en entornos comunitarios

• Las recomendaciones sobre el uso de mascarillas faciales en entornos comunitarios varían de un


país a otro.[400] Es obligatorio llevar una mascarilla en público en ciertos países o en determinadas
situaciones, y en algunos países se pueden llevar mascarillas según los hábitos culturales locales.
Consulte la guía de orientación de salud pública local para obtener más información.
• No hay evidencias científicas directas o de alta calidad que respalden el uso generalizado de
mascarillas por parte de personas sanas en el ámbito de la comunidad y hay riesgos y beneficios
que deben tenerse en cuenta. Los datos sobre la eficacia se basan en estudios observacionales y
epidemiológicos limitados e incoherentes.[92] El primer ensayo controlado aleatorizado para estudiar
la eficacia de las mascarillas en la comunidad (además de otras medidas de salud pública como el
distanciamiento social) determinó que la recomendación de utilizar mascarillas quirúrgicas cuando se
está fuera del hogar, entre otras, no redujo el incidente de infección por SARS-CoV-2 en comparación
con la no recomendación de utilizar mascarillas. Sin embargo, el estudio no evaluó si las mascarillas
podían disminuir la transmisión de enfermedades de quienes las usaban a otras personas.[401] Una
revisión de la Cochrane encontró que el uso de una mascarilla puede hacer poca o ninguna diferencia
en el número de personas que contraen enfermedades similares a la gripe; sin embargo, esto se
basa en evidencias de baja certeza, y no incluye los resultados de los estudios de la actual pandemia
COVID-19.[402] Las evidencias de la eficacia de las mascarillas para la prevención de las infecciones
de las vías respiratorias son más sólidas en los centros de atención sanitaria, en comparación con
los centros comunitarios; las evidencias directas sobre la eficacia comparativa en la infección por el
SARS-CoV-2 son insuficientes. La fuerza de la evidencia para cualquier uso de la mascarilla frente
a la no utilización en entornos comunitarios es baja.[403] [404] Los ensayos aleatorizados no han
abordado la cuestión del control de la fuente.
• A pesar de la falta de evidencias de buena calidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
advierte que en las áreas de posible transmisión o transmisión conocida en la comunidad o en
grupo, las personas deben usar una mascarilla no médica en las siguientes circunstancias: contextos
de interiores o exteriores donde no se pueda mantener la distancia física; contextos de interiores
con ventilación inadecuada, independientemente de si se puede mantener la distancia física; y
situaciones en las que no se pueda mantener la distancia física y la persona presenta un mayor
riesgo de complicaciones graves (p. ej., edad avanzada, afección subyacente). Los cuidadores y
las personas que viven con posibles casos o casos confirmados deben usar una mascarilla médica
Manejo

en la misma habitación, independientemente de si el caso presenta síntomas. Los niños de hasta


5 años no deben usar mascarilla para el control de la fuente. Se recomienda un enfoque basado
en los riesgos para los niños de 6 a 11 años de edad. Se requieren consideraciones especiales
para niños inmunocomprometidos, o para niños con determinadas enfermedades, trastornos del
desarrollo o discapacidades. La OMS aconseja que las personas no deben usar mascarillas durante
la actividad física de intensidad vigorosa. El uso de una mascarilla por sí solo no es suficiente para

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
proporcionar una protección adecuada y debe utilizarse junto con otras medidas de prevención y
control de infecciones, como la higiene frecuente de las manos y el distanciamiento social.[92]
• Entre los posibles daños y desventajas del uso de mascarillas figuran: el posible aumento del riesgo
de autocontaminación debido a la manipulación de la mascarilla facial y al contacto con la cara
o los ojos, o cuando no se renuevan las mascarillas no médicas cuando están mojadas o sucias;
la cefalea y/o las dificultades respiratorias; las lesiones cutáneas faciales, la dermatitis irritante
o el empeoramiento del acné; las molestias; la dificultad de comunicación; la aceptación social y
psicológica; la falsa sensación de seguridad; el cumplimiento deficiente; las cuestiones de gestión
de desechos; y las dificultades para los pacientes con afecciones respiratorias crónicas o problemas
respiratorios.[92] Las mascarillas también pueden crear un hábitat húmedo donde el virus puede
permanecer activo y esto puede aumentar la carga viral en el tracto respiratorio; la respiración más
profunda causada por el uso de una mascarilla puede empujar el virus más profundamente hacia
los pulmones.[405] No hay datos suficientes para cuantificar todos los efectos adversos que podrían
reducir la aceptabilidad, el cumplimiento y la eficacia de las mascarillas.[406]
• Las mascarillas de tela tienen una eficacia limitada en la prevención de la transmisión del virus en
comparación con las mascarillas de grado médico.[407] La eficacia depende del tipo de material
utilizado, el número de capas, el grado de humedad de la mascarilla y la colocación de la mascarilla
en la cara. En un estudio en el que se comparó el uso de mascarillas de tela con las mascarillas
quirúrgicas en los profesional de salud, las tasas de todos los resultados de infección fueron más
elevadas en el brazo de la mascarilla de tela, y la tasa de enfermedades similares a la gripe fue
estadísticamente significativa en este grupo. La retención de la humedad, la reutilización de las
mascarillas de tela y la mala filtración pueden aumentar el riesgo de infección.[408]

• [BMJ: facemasks for the prevention of infection in healthcare and community settings]
Desinfectantes para manos a base de alcohol

• Los CDC han emitido una advertencia sobre los desinfectantes a base de alcohol que contienen
metanol (que pueden etiquetarse como que contienen etanol). Debe considerarse la posibilidad de
intoxicación por metanol en pacientes que presenten signos y síntomas relevantes (p. ej., cefalea,
deterioro de la visión, náuseas/vómitos, dolor abdominal, pérdida de coordinación, disminución del
nivel de conciencia) que informen de la ingestión de desinfectante para manos o del uso tópico
repetido y frecuente. Se han informado casos de ceguera permanente y muerte.[409]
• El uso frecuente de desinfectantes para las manos puede provocar resistencia a los microbios.
También se han informado casos de ingestión accidental y exposiciones oculares involuntarias,
especialmente en niños.[410] [411]
Medidas de control asociadas a los viajes

• Muchos países han aplicado medidas de control relacionadas con los viajes que incluyen el
cierre completo de las fronteras, restricciones parciales de viaje, controles de entrada o salida y/
o cuarentena de los viajeros. En general, las evidencias de bajo a muy bajo nivel sugieren que las
medidas de control asociadas a viajes pueden ayudar a limitar la propagación de la infección a través
de las fronteras nacionales. Es probable que las restricciones a los viajes transfronterizos sean más
eficaces que los controles de entrada y salida, y es probable que los controles sean más eficaces en
combinación con otras medidas (p. ej., cuarentena, observación).[412]
• Cribado de entrada/salida: las personas que viajan desde zonas de alto riesgo de infección
pueden ser examinadas mediante cuestionarios sobre su viaje, el contacto con personas enfermas,
los síntomas de la infección y/o la medición de su temperatura. Las evidencias de baja certeza
sugieren que el examen en los centros de viaje puede retrasar ligeramente la importación de casos
infectados; sin embargo, la base de evidencias procede de dos estudios de modelos matemáticos
y está limitada por sus supuestos. Las evidencias sugieren que una sola prueba de cribado en
personas aparentemente sanas puede pasar por alto entre el 40% y el 100% de las personas
infectadas, aunque la certeza de esto varía de muy baja a moderada. En los entornos de muy baja
prevalencia, el cribado de los síntomas o de la temperatura puede dar lugar a pocos falsos negativos
Manejo

y a muchos verdaderos negativos, a pesar de la baja precisión general. La repetición de los cribados
puede dar lugar a que, con el tiempo, se identifiquen más casos y se reduzca el daño causado por las
falsas garantías.[413] El cribado de entrada en los tres principales aeropuertos de los Estados Unidos
encontró un bajo rendimiento de casos diagnosticados en laboratorio (un caso por cada 85,000
viajeros) entre enero y septiembre de 2020.[414]

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• Cuarentena: se está utilizando la cuarentena obligatoria para aislar a las cohortes fácilmente
identificables de personas con riesgo potencial de exposición reciente. A pesar de la evidencia
limitada, en una revisión de la Cochrane se determinó que la cuarentena era importante para reducir
el número de personas infectadas y las muertes, especialmente cuando se iniciaba antes y se
utilizaba en combinación con otras medidas de prevención y control. Sin embargo, las evidencias
actuales son limitadas porque la mayoría de los estudios se basan en estudios de modelización
matemática que hacen suposiciones sobre importantes parámetros de los modelos.[415] Los efectos
psicosociales de la cuarentena forzosa pueden tener repercusiones duraderas.[416] [417]
• Los viajeros que llegan al Reino Unido deben permanecer confinados durante 10 días, a menos que
hayan viajado desde un país exento. Los viajeros que hayan visitado un país con prohibición de viajar
en los 10 días anteriores a su llegada deben autoconfinarse, junto con su familia, durante 10 días a
partir del día de salida de estos países. [Public Health England: how to quarantine when you arrive in
England]
Distancia social

• Muchos países han aplicado medidas obligatorias de distanciamiento social a fin de reducir y retrasar
la transmisión (p. ej., confinamiento de ciudades, órdenes de permanencia en el hogar, toques
de queda, cierres de negocios no esenciales, prohibiciones de reuniones, cierres de escuelas y
universidades, restricciones y prohibiciones de viaje, trabajo a distancia, cuarentena de personas/
viajeros expuestos).
• Aunque las pruebas del distanciamiento social de COVID-19 son limitadas, están surgiendo, y las
mejores evidencias disponibles parecen respaldar las medidas de distanciamiento social para reducir
la transmisión y retrasar la propagación. El momento y la duración de estas medidas parecen ser
críticos.[418] [419] Al comparar los países con intervenciones no farmacéuticas más restrictivas (p.
ej., medidas de permanencia en el domicilio y de cierre de negocios obligatorias) con los países
con intervenciones no farmacéuticas menos restrictivas, la aplicación de cualquier intervención no
farmacéutica se asoció con una reducción significativa de crecimiento de los casos. Sin embargo,
no se observó un efecto beneficioso claro y significativo de las intervenciones no farmacéuticas más
restrictivas, en comparación con las menos restrictivas en ninguno de los países estudiados. Cabe
señalar que el estudio presenta importantes limitaciones.[420]
• Investigadores de Singapur han descubierto que las medidas de distanciamiento social (aislamiento
de las personas infectadas y cuarentena de las familias, cierre de escuelas y distanciamiento
en el lugar de trabajo) reducen significativamente el número de infecciones en los modelos de
simulación.[421]
• Los daños también deben considerarse. Las políticas de salud pública se basan principalmente en
modelos y estos modelos a menudo ignoran los posibles daños, incluidos el exceso de muertes y las
desigualdades derivadas de los daños económicos, los efectos negativos para la salud y los efectos
en las poblaciones vulnerables.[422] Entre las consecuencias negativas de la cuarentena masiva
basada en la comunidad figuran la angustia psicológica, la inseguridad alimentaria, las sobrecargas
económicas, la disminución del acceso a la atención sanitaria, el aumento de las desigualdades en
materia de comunicación, la administración alternativa de educación y la violencia de género.[423]
Proteger a las personas extremadamente vulnerables

• El blindaje es una medida utilizada para proteger a las personas vulnerables (incluidos los niños)
que corren un riesgo muy elevado de padecer una enfermedad grave a causa de COVID-19 porque
presentan una afección de salud subyacente. El blindaje implica minimizar todas las interacciones
entre los que son extremadamente vulnerables y otras personas para protegerlos de entrar en
contacto con el virus.
• Los grupos extremadamente vulnerables incluyen:[424]
Manejo

• Receptores de trasplantes de órganos sólidos


• Las personas con cánceres específicos
• Personas con afecciones respiratorias graves (p. ej., fibrosis quística, asma grave o EPOC
grave)

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
• Personas con enfermedades raras que aumentan significativamente el riesgo de infecciones (p.
ej., anemia falciforme homocigota, inmunodeficiencia combinada grave)
• Las personas que reciben terapias de inmunosupresión suficientes para aumentar
significativamente el riesgo de infección
• Personas con problemas del bazo (p. ej., esplenectomía previa)
• Adultos con síndrome de Down
• Adultos en diálisis o con enfermedad renal crónica
• Mujeres embarazadas con enfermedades cardíacas importantes (congénitas o adquiridas)
• Otras personas que también han sido clasificadas como clínicamente altamente vulnerables
sobre la base de un juicio clínico y una evaluación de sus necesidades.
• El gobierno del Reino Unido recomienda que se inste a las personas clínicamente extremadamente
vulnerables a que tomen precauciones específicas basadas en las actuales restricciones de salud
pública:

• [Public Health England: guidance on shielding and protecting people who are clinically
extremely vulnerable from COVID-19]
• Se debe consultar la guía de orientación actual para obtener recomendaciones específicas (las
recomendaciones pueden diferir de un país a otro).
• Se dispone de consejos de protección para niños y jóvenes. Se debe consultar la guía de orientación
actual para obtener recomendaciones específicas (las recomendaciones pueden diferir de un país a
otro).

• [Royal College of Paediatrics and Child Health: COVID-19 – guidance on clinically extremely
vulnerable children and young people]

Modificaciones del estilo de vida

• Las modificaciones en el estilo de vida (p. ej., el abandono del hábito de fumar, la pérdida de peso)
pueden ayudar a reducir el riesgo de COVID-19, y pueden ser un complemento útil para otras
intervenciones.[425]
• La OMS recomienda a los consumidores de tabaco que dejen de consumir tabaco, dados los
daños bien establecidos asociados con el consumo de tabaco y la exposición al humo de segunda
mano.[249] El Public Health de Inglaterra también recomienda dejar de fumar. [Public Health
England: COVID-19 – advice for smokers and vapers]
Profilaxis previa o postexposición

• No se recomiendan fármacos para la profilaxis previa a la exposición, ni para la profilaxis posterior a


la exposición, salvo en el contexto de un ensayo clínico.[3] Véase el [Emerging] sección para más
información.
Pasaportes de inmunidad

• Algunos gobiernos están discutiendo o implementando certificaciones para las personas que han
contraído y se han recuperado de COVID-19 basadas en pruebas de anticuerpos (a veces llamadas
"pasaportes de inmunidad"). La posesión de un pasaporte permitiría a las personas tener una mayor
gama de privilegios (p. ej., trabajo, educación, viajes). Sin embargo, la OMS no respalda estas
certificaciones ya que actualmente no hay evidencias de que las personas que se han recuperado de
la infección y tienen anticuerpos estén protegidas contra la reinfección.[426] Otras posibles cuestiones
Manejo

son la falta de apoyo público a esas medidas, la posibilidad de discriminación de grupos de personas,
los errores en las pruebas (incluida la reactividad cruzada con otros coronavirus humanos), el
acceso a las pruebas, el fraude, las objeciones jurídicas y éticas, y las personas que se infectan
intencionalmente para obtener una certificación.[427]

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Discusión con el paciente


Medidas generales de prevención

• Se deben lavar las manos a menudo con agua y jabón durante al menos 20 segundos o con
un desinfectante para manos a base de alcohol (que contenga al menos un 60% de alcohol),
especialmente después de estar en un lugar público, sonarse la nariz o toser/estornudar. Se debe
evitar el contacto de los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.

• Se debe evitar el contacto cercano con las personas (es decir, mantener una distancia de por
lo menos 1 metro [3 pies]), incluyendo apretones de manos, en particular con las que están
enfermas, tienen fiebre o están tosiendo o estornudando. Evite ir a lugares concurridos y mal
ventilados. Es importante tener en cuenta que las distancias recomendadas difieren entre los
países (p. ej., en los Estados Unidos y el Reino Unido se recomienda una distancia de 2 metros [6
pies]) y se debe consultar la orientación local.
• Practicar la higiene respiratoria (es decir, cubrir la boca y la nariz al toser o estornudar, desechar
inmediatamente los pañuelos de papel en un recipiente cerrado y lavarse las manos).

• La persona enferma debe quedarse en casa, incluso con síntomas leves, hasta su recuperación
(excepto para recibir atención médica)

• Limpie y desinfecte diariamente las superficies que se tocan con frecuencia (p. ej., interruptores de
luz, pomos de puertas, encimeras, manijas, teléfonos).[397] [398]
• [BMJ Learning: Covid-19 – handwashing technique and PPE videos]

• [WHO: coronavirus disease (COVID-19) advice for the public]


Mascarillas

• A pesar de la falta de evidencia de buena calidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS)


advierte que en las áreas de transmisión presunta o conocida en la comunidad o en grupo,
las personas deben usar una mascarilla no médica en las siguientes circunstancias: entornos
interiores o exteriores donde no se pueda mantener la distancia física; entornos interiores con
ventilación inadecuada, independientemente de si se puede mantener la distancia física; y
situaciones en las que no se pueda mantener la distancia física y la persona tiene un mayor riesgo
de complicaciones graves (p. ej., edad avanzada, afección subyacente). Los cuidadores y las
personas que viven con casos presuntos o confirmados deben usar una mascarilla médica en
la misma habitación, independientemente de si el caso presenta síntomas. Los niños de hasta 5
años no deben usar mascarillas para el control de la fuente. Se recomienda un enfoque basado
en los riesgos para los niños de 6 a 11 años de edad. Se requieren consideraciones especiales
para niños inmunocomprometidos, o para niños con determinadas enfermedades, trastornos
del desarrollo o discapacidades. La OMS aconseja que las personas no deben usar mascarillas
durante la actividad física de intensidad vigorosa. El uso de una mascarilla por sí solo no es
suficiente para proporcionar una protección adecuada y debe utilizarse junto con otras medidas de
prevención y control de infecciones, como la higiene frecuente de las manos y el distanciamiento
Manejo

social.[92]
• [WHO: coronavirus disease (COVID-19) advice for the public – when and how to use masks]
• [Public Health England: how to make a cloth face covering]
• [CDC: use masks to slow the spread of COVID-19]
Oximetría de pulso

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• Es posible que los pacientes deban utilizar un pulsioxímetro en su casa. Es necesario educar al
paciente y realizar un seguimiento adecuado.

• [Health Education England: adult pulse oximetry monitoring video]

Recomendaciones a los viajeros

• Muchos países han aplicado prohibiciones de viaje internacionales/han cerrado sus fronteras,
han emitido consejos para los viajes internos. Algunos países están restringiendo la entrada
a los extranjeros que viajan desde las zonas afectadas en los 14 días anteriores, o están
aplicando periodos de cuarentena (p. ej., en casa o en una instalación designada como un lugar
de hospedaje medicalizado) donde se monitoriza estrechamente la salud de la persona y su
estado de infección. Algunos países están exigiendo una prueba negativa antes de la salida y
después de la llegada, y están aplicando medidas de viaje para protegerse de las nuevas variantes
internacionales del virus. Las mascarillas pueden ser obligatorias durante los vuelos.
• Consulte la orientación local para conocer las recomendaciones específicas sobre restricción de
viajes en su país:

• [WHO: coronavirus disease (COVID-19) travel advice]


• [CDC: COVID-19 – travel]
• [NaTHNac: travel health pro]
• [Public Health England: travel advice – coronavirus (COVID-19)]
• [UK Department for Transport]
• [Smartraveller Australia: COVID-19]
• [Government of Canada: coronavirus disease (COVID-19) – travel, quarantine and borders]
• [Ministry of Manpower Singapore: advisories on COVID-19]

Mascotas y animales

• En este momento, no hay evidencias de que los animales de compañía (incluidos los animales
domésticos y otros animales) desempeñen un papel significativo en la propagación de COVID-19,
y se considera que el riesgo de que los animales propaguen COVID-19 a las personas es muy
bajo. No hay evidencias de que el virus pueda propagarse a las personas a través de la piel o el
pelaje de los animales de compañía.[1134]
• Se ha informado un número muy reducido de mascotas se ha infectado con el virus después de
un contacto cercano con personas con COVID-19 confirmado; sin embargo, miles de mascotas
han sido sometidas a pruebas en los EE.UU. y ninguna ha dado positivo. Hay evidencia de que los
gatos y hurones son muy susceptibles a la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio
agudo grave (SARS-CoV-2), mientras que los perros y el ganado no son susceptibles o son poco
susceptibles. Los grandes gatos en cautiverio (leones, tigres y un puma) y los gatos domésticos de
compañía han dado positivo tras el contacto con humanos sintomáticos. También se ha informado
transmisión entre gatos. Se ha informado la presencia del virus en el visón de las granjas, y una
vez que el virus se introduce en una granja, puede propagarse entre el visón y entre el visón
Manejo

y otros animales de la granja. También existe la posibilidad de que el visón pueda transmitir la
infección a los humanos en estos entornos.[1135] [1136] [1137] [1138] [1139] Los gorilas de un
zoológico estadounidense han dado positivo. Se sospecha que los gorilas adquirieron la infección
de un miembro del personal asintomático.[1140]

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• Aconseje a los pacientes que limiten el contacto con sus mascotas y otros animales,
especialmente mientras son sintomáticos. Aconsejar a las personas que no dejen que las
mascotas interactúen con personas o animales fuera de la casa, y si un miembro de la casa se
siente mal aislarlos de todos los demás, incluyendo las mascotas.[1141]
• [CDC: coronavirus disease 2019 (COVID-19) – pets and other animals]
Retomar la actividad física

• Se debe recomendar que se retome el ejercicio físico de forma escalonada solo cuando el
paciente haya estado libre de síntomas durante al menos 7 días. Se debe aconsejar a los
pacientes que comiencen con, al menos, 2 semanas de esfuerzo mínimo, y que utilicen la
automonitorización diaria para realizar un seguimiento de los progresos y decidir si se aumenta
o disminuye en una fase. Los pacientes con antecedentes de enfermedad grave, afectación
cardíaca, síntomas continuos o síntomas psicológicos adversos requieren una evaluación clínica
adicional antes de retomar la actividad física.[1142]
• La American Academy of Pediatrics ofrece orientación sobre el regreso a la práctica de actividades
deportivas después de COVID-19 en niños:

• [AAP: COVID-19 interim guidance – return to sports and physical activity]

Manejo

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo

Sugerencia de retorno a la actividad física después del COVID-19: estratificación


del riesgo para excluir rasgos sugestivos de miocarditis o COVID-19 postagudo
y reanudación escalonada de la actividad física después de 7 días sin síntomas
BMJ. 2021;372:m4721

Recursos
Manejo

• [WHO: coronavirus disease (COVID-19) pandemic]

• [CDC: COVID-19]
• [NHS England: coronavirus (COVID-19)]
• [NHS England: COVID-19 patient rehabilitation booklet]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Manejo
• [NHS England: your COVID recovery]

Manejo

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento

Monitorización
Monitorización
Seguimiento

Se debe monitorizar regularmente los siguientes aspectos en los pacientes hospitalizados


para facilitar el reconocimiento temprano del deterioro y monitorizar las complicaciones:[2] [662]

• Constantes vitales (temperatura, frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca, presión arterial,


saturación de oxígeno)
• Parámetros hematológicos y bioquímicos
• Parámetros de coagulación (dímero D, fibrinógeno, recuento de plaquetas, tiempo de protrombina)
• electrocardiograma (ECG)
• Estudios por imágenes de tórax
• Signos y síntomas de tromboembolismo venoso o arterial.
Escalas de alerta temprana médicas

• Se deben utilizar escalas de alerta temprana médicas que faciliten el reconocimiento temprano
y la escalada terapéutica de los pacientes en deterioro (p. ej., la puntuación nacional de alerta
temprana 2 [NEWS2], las escalas de alerta temprana pediátrica [PEWS]) cuando sea posible.[2]
• No hay datos sobre el valor de usar estas puntuaciones en pacientes con COVID-19 en el contexto
de atención primaria.[1118]
• La puntuación de la evaluación secuencial del fallo orgánico (SOFA) no posee una precisión
discriminante adecuada para la predicción de la mortalidad en pacientes antes de la intubación por
neumonía COVID-19.[1119]
Mujeres embara zadas.

• Controlar los signos vitales tres o cuatro veces al día y la frecuencia cardíaca fetal en las
mujeres embarazadas con infección confirmada que son sintomáticas e ingresadas en el
hospital. Realizar ecografías de crecimiento fetal y evaluaciones Doppler para vigilar la posible
restricción del crecimiento intrauterino en mujeres embarazadas con infección confirmada que son
asintomáticas.[718] Se debe realizar una ecografía del crecimiento fetal 14 días después de la
resolución de los síntomas.[720]
Seguimiento posterior al alta hospitalaria

• Los pacientes que presentan sospecha o confirmación de COVID-19 (de cualquier gravedad de la
enfermedad) que muestren síntomas persistentes, nuevos o cambiantes deben tener acceso a la
atención de seguimiento.[2]
• Se han publicado guías de práctica clínica para el seguimiento respiratorio de los pacientes con
neumonía COVID-19. Los algoritmos de seguimiento dependen de la gravedad de la neumonía
y pueden incluir la consulta clínica y la revisión (cara a cara o por teléfono) por un médico o una
enfermera, imágenes del tórax, pruebas de la función pulmonar, ecocardiograma, muestreo de
esputo, prueba de caminata y evaluación de la saturación de oxígeno.[1120]
• Más de la mitad de los pacientes que recibieron el alta hospitalaria presentaban alteraciones
de la función pulmonar y en las imágenes del tórax 12 semanas después del inicio de los
síntomas.[1121] Las pruebas funcionales respiratorias pueden revelar una capacidad de difusión
alterada, un patrón restrictivo o un patrón obstructivo.[1122]
Puntuaciones de pronóstico en el desarrollo

• Se están investigando o desarrollando varias puntuaciones de pronóstico y riesgo clínico para


el COVID-19; sin embargo, se necesita una validación externa más amplia en varios grupos de
población antes de poder recomendar su uso. La Organización Mundial de la Salud recomienda
utilizar el juicio clínico, incluyendo la consideración de los valores y preferencias del paciente y las
políticas local y nacional si están disponibles, para guiar las decisiones de manejo, incluyendo el

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento
ingreso en el hospital y en la unidad de cuidados intensivos, en lugar de los modelos de predicción
disponibles actualmente para el pronóstico.[2]

• A-DROP : una versión modificada de CURB-65 que mostró una mejor precisión en

Seguimiento
la predicción de la muerte en hospital cuando los pacientes ingresan con neumonía
COVID-19, en comparación con otras puntuaciones de neumonía adquirida en la comunidad
ampliamente utilizadas.[1123] 
• APACHE II : una herramienta clínica eficaz para predecir la mortalidad hospitalaria que
funcionó mejor que las puntuaciones de SOFA y CURB-65 en pacientes con COVID-19. Una
puntuación de 17 o más es un indicador temprano de muerte y puede ayudar a orientar la
toma de decisiones clínicas ulteriores.[1124] 
• CALL : un sistema de puntuación de factores de riesgo que califica a los pacientes en base
a cuatro factores: comorbilidades, edad, recuento de linfocitos y nivel de deshidrogenasa
láctica. Un estudio encontró que el 96% de los pacientes con puntuaciones bajas de CALL
no avanzaron a una enfermedad grave.[1125] 
• COVID-GRAM : una calculadora basada en la web que estima la probabilidad de que
un paciente desarrolle una enfermedad crítica y se basa en las siguientes 10 variables
en el momento del ingreso: anomalía radiográfica de tórax, edad, hemoptisis, disnea,
inconsciencia, número de comorbilidades, antecedentes de cáncer, proporción de neutrófilos
en relación con los linfocitos, deshidrogenasa láctica y bilirrubina directa. Se requieren
estudios de validación adicionales, especialmente fuera de China.[1126] 
• COVID-19MRS : se encontró que es una herramienta clínica rápida e independiente
del operador que predice objetivamente la mortalidad en un estudio de cohorte
retrospectivo.[1127]
• COVID-19 SEIMC : una puntuación de predicción de mortalidad para predecir la mortalidad
a 30 días de los pacientes que acuden a los servicios de urgencias hospitalarios, basada
en la edad, el SaO₂ bajo ajustado a la edad, la relación entre neutrófilos y linfocitos, la tasa
de filtración glomerular estimada, la disnea y el sexo. Se ha validado externamente con dos
grandes conjuntos de datos de pacientes hospitalizados con enfermedad confirmada por
laboratorio y muestra un alto grado de precisión.[1128]
• QCOVID : un novedoso algoritmo de predicción de riesgo clínico para estimar el riesgo
de ingreso hospitalario y la mortalidad basado en la edad, el origen étnico, la privación, el
índice de masa corporal y una serie de comorbilidades. En un estudio de cohortes basado
en la población se comprobó que el algoritmo funcionaba bien, mostrando niveles muy
altos de discriminación por muertes e ingresos hospitalarios.[1129] El modelo de riesgo se
está utilizando en el Reino Unido para ayudar a los médicos a identificar a los adultos con
múltiples factores de riesgo que los hacen más vulnerables a la COVID-19, e informar de las
decisiones sobre las cohortes de vacunación y el blindaje.[1130]
• SCARP : una novedosa calculadora de riesgo que proporciona predicciones clínicamente
significativas sobre si los pacientes hospitalizados evolucionarán hacia la enfermedad
grave o la muerte, basándose en variables fácilmente disponibles (p. ej., oximetría de
pulso, oxigenoterapia, frecuencia respiratoria, pulso). La calculadora se ha sometido a una
validación interna y temporal, pero se necesitan más estudios.[1131]
• 3F : un modelo de predicción de la mortalidad basado en tres características clínicas:
edad, saturación mínima de oxígeno y tipo de visita con el paciente (es decir, pacientes
hospitalizados frente a pacientes ambulatorios y visitas de telesalud). En un estudio se
observó que el modelo mostraba una alta precisión cuando se aplicaba a conjuntos de datos
retrospectivos y prospectivos de pacientes de COVID-19.[1132]
• 4C : una puntuación desarrollada y validada en un estudio de cohorte prospectivo del Reino
Unido de adultos ingresados en el hospital con COVID-19. La puntuación utiliza los datos
demográficos de los pacientes, las observaciones clínicas y los parámetros sanguíneos
habitualmente disponibles en el momento del ingreso hospitalario y puede caracterizar
con precisión a los pacientes con un riesgo de muerte bajo, intermedio, alto o muy alto.
La puntuación superó a otras herramientas de estratificación de riesgos, mostró la utilidad
de la toma de decisiones clínicas y presentó un rendimiento similar al de modelos más
complejos.[1133]

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Complicaciones

Complicaciones Calendario Probabilidad


Seguimiento

síndrome de cuidados intensivos posteriores variable alto

Los primeros informes sugieren que los pacientes de COVID-19 tratados en la unidad de cuidados
intensivos pueden presentar un síndrome de cuidados intensivos posteriores, un espectro de
discapacidad psiquiátrica, cognitiva y/o física (p. ej., debilidad muscular, disfunción cognitiva, insomnio,
depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, delirio, encefalopatía) que afecta a los
supervivientes de enfermedades graves y persiste después de que el paciente ha sido dado de alta de
la unidad de cuidados intensivos. La debilidad afecta al 33% de los pacientes que reciben ventilación
mecánica, al 50% de los pacientes con sepsis, y a <50% de los pacientes que permanecen en la unidad
de cuidados intensivos durante más de una semana. La disfunción cognitiva afecta al 30% al 80% de los
pacientes. El riesgo puede minimizarse con el manejo de la medicación, la rehabilitación física, el apoyo
familiar y las clínicas de seguimiento.[3]

tromboembolismo venoso variable alto

La incidencia agrupada de tromboembolismo venoso, trombosis venosa profunda y embolia pulmonar


entre los pacientes hospitalizados fue del 14.7%, 11.2% y 7.8%, respectivamente. La prevalencia fue
significativamente mayor en los pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos, a pesar de la
tromboprofilaxis.[994] Los pacientes de COVID-19 con eventos tromboembólicos presentan 1.93 veces
más probabilidades de morir comparados con los pacientes sin tromboembolismo venoso.[995]

La coagulopatía en la COVID-19 tiene un carácter protrombótico, lo que puede explicar los informes
de complicaciones tromboembólicas.[996] Los pacientes pueden estar predispuestos a sufrir
tromboembolismo venoso debido a los efectos directos de COVID-19, o a los efectos indirectos de la
infección (p. ej., respuesta inflamatoria grave, enfermedad crítica, factores de riesgo tradicionales).[661]
Los eventos trombóticos pueden deberse a una tormenta de citoquinas, lesiones hipóxicas, disfunción
endotelial, hipercoagulabilidad y/o aumento de la actividad plaquetaria.[997]

Los factores de riesgo con mayor evidencia para predecir el tromboembolismo venoso son la edad
avanzada y los niveles elevados de dímeros D.[998] Los pacientes con niveles muy altos del dímero D
presentan el mayor riesgo de trombosis y pueden beneficiarse de la monitorización activa.[581] [582]

Si se sospecha de la presencia de tromboembolismo venoso, realice una angiografía tomográfica


computarizada o una ecografía del sistema venoso de las extremidades inferiores.[999]

Tratar a los pacientes con un evento tromboembólico (o que se sospecha que tienen una enfermedad
tromboembólica si no es posible obtener imágenes) con dosis terapéuticas de tratamiento anticoagulante
según el estándar de atención para pacientes sin COVID-19. Actualmente no hay datos suficientes para
recomendar a favor o en contra el uso de dosis terapéuticas de fármacos antitrombóticos o trombolíticos
para el COVID-19. Los pacientes que requieren oxigenación por membrana extracorpórea o terapia de
reemplazo renal continua, o que presentan trombosis de catéteres o filtros extracorpóreos, deben ser
tratados con terapia antitrombótica según los protocolos institucionales estándar para las personas que no
presentan COVID-19.[3]

Se prefiere la anticoagulación parenteral inicial con heparina de bajo peso molecular o heparina no
fraccionada en pacientes hospitalizados en estado agudo; sin embargo, pueden utilizarse anticoagulantes
orales directos siempre que no haya posibilidades de que se produzcan interacciones farmacológicas
(para el dabigatrán y el edoxabán se requiere una terapia puente con un anticoagulante parenteral).
La warfarina puede utilizarse después de la superposición con la anticoagulación parenteral inicial. La
anticoagulación parenteral con heparina de bajo peso molecular o fondaparinux se prefiere a la heparina
no fraccionada en pacientes críticos. Los anticoagulantes orales directos son la opción de preferencia
en los pacientes ambulatorios, siempre que no haya posibilidades de que se produzcan interacciones
farmacológicas y la warfarina se considera una alternativa adecuada. Se recomienda el tratamiento

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anticoagulante durante un mínimo de 3 meses. El tratamiento trombolítico se recomienda en pacientes
con embolia pulmonar seleccionados.[659]

Seguimiento
La American Society of Hematology ha publicado el borrador de las recomendaciones de la guía de
práctica clínica sobre el uso de anticoagulación en pacientes con COVID-19.[1000]

Se ha informado una alta incidencia (14.7%) de trombosis venosa profunda asintomática en una
cohorte de pacientes con neumonía COVID-19.[1001] Un estudio de la autopsia de 12 pacientes reveló
una trombosis venosa profunda en el 58% de los pacientes en los que no se sospechaba de una
tromboembolia venosa antes de la muerte.[1002] Estos estudios destacan la importancia de presentar
una alta sospecha de tromboembolismo venoso en pacientes con signos de coagulopatía, incluyendo un
aumento del nivel del dímero D.

Si bien estos pacientes corren un mayor riesgo de sufrir eventos trombóticos, también pueden presentar
un riesgo elevado de sangrados. En un pequeño estudio retrospectivo, el 11% de los pacientes con alto
riesgo de tromboembolia venosa también presentaban un alto riesgo de sangrado.[1003]

Se han detectado anticuerpos antifosfolípidos y anticoagulante lúpico en un pequeño número de


pacientes en estado crítico. La presencia de estos anticuerpos con escasa frecuencia puede dar lugar
a acontecimientos trombóticos en algunos pacientes (especialmente los que están genéticamente
predispuestos) que son difíciles de diferenciar de otras causas de la trombosis multifocal. En otros
pacientes, los anticuerpos antifosfolípidos pueden ser transitorios y desaparecer en unas pocas semanas.
Se desconoce la importancia de este hallazgo, aunque se cree que estos anticuerpos pueden no estar
implicados en la patogénesis de la tromboembolia venosa en pacientes con COVID-19 grave. En estos
pacientes, se debe considerar la anticoagulación.[1004] [1005] [1006] [1007] [1008]

Se ha sugerido que un nuevo término (p. ej., trombosis pulmonar asociada a COVID-19, coagulopatía
pulmonar intravascular difusa o síndrome tromboinflamatorio obstructivo de los vasos pulmonares
microvasculares COVID-19 [MicroCLOTS]) en lugar del término embolia pulmonar, ya que se ha formulado
la hipótesis de que la fisiopatología es diferente; se forman trombos locales en los vasos pulmonares,
debido a un proceso inflamatorio local en lugar de los clásicos émbolos procedentes de otras partes del
cuerpo.[1009] [1010] [1011] Sin embargo, esto no se ha convertido en una práctica aceptada.

Se han informado casos de trombosis arterial, trombosis venosa cerebral e isquemia aguda de
las extremidades secundaria a la trombosis.[1012] [1013] [1014] [1015] [1016] La prevalencia del
tromboembolismo arterial parece ser considerable, con un 3.9%; sin embargo, las evidencias son
limitadas.[994]

complicaciones cardiovasculares variable alto

El COVID-19 se asocia con una alta carga inflamatoria que puede dar lugar a complicaciones
cardiovasculares con una variedad de presentaciones clínicas. La inflamación del miocardio puede
provocar miocarditis, insuficiencia cardíaca, arritmias, síndrome coronario agudo, deterioro rápido y
muerte súbita.[1017] [1018] Estas complicaciones se pueden producir en la presentación o desarrollarse
a medida que la gravedad de la enfermedad empeora.[1019] No se sabe hasta qué punto la insuficiencia
cardíaca sistólica aguda está mediada por miocarditis, tormenta de citoquinas, complicaciones
trombóticas de los pequeños vasos, disfunción microvascular o una variante de la miocardiopatía inducida
por el estrés.[1020]

Se han informado lesiones miocárdicas en el 20% de los pacientes hospitalizados. Los factores asociados
con el desarrollo de la lesión miocárdica incluyen la edad avanzada, el sexo masculino y la presencia de
comorbilidades.[1021] Las lesiones cardíacas se asociaron con un mayor riesgo de mortalidad, ingreso en
la unidad de cuidados intensivos, ventilación mecánica y desarrollo de coagulopatía.[1022]

Se han informado complicaciones cardiovasculares en el 14.1% de los pacientes durante el ingreso


hospitalario, con una tasa de mortalidad general del 9.6%. Los pacientes con comorbilidades
cardiovasculares o factores de riesgo preexistentes corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones
cardiovasculares y mortalidad. Las complicaciones incluyen arritmias o palpitaciones (18.4%), lesión

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miocárdica (10.3%), angina (10.2%), infarto agudo de miocardio (3.5%) e insuficiencia cardíaca aguda
(2%).[1023] También se han informado casos de miocarditis fulminante, taponamiento cardíaco, cor
Seguimiento

pulmonale, síndrome de takotsubo y pericarditis.[1024] [1025] [1026] [1027] [1028]

Los elevados biomarcadores cardíacos y las arritmias emergentes se asocian con el desarrollo de
COVID-19 grave y la necesidad de ingreso en la unidad de cuidados intensivos.[1029]

La prevalencia de las enfermedades cardíacas es elevada entre los pacientes que están gravemente
enfermos o en estado crítico y estos pacientes suelen requerir cuidados intensivos y presentan un mal
pronóstico y una tasa de mortalidad hospitalaria más alta. Es más probable que estos pacientes requieran
ventilación no invasiva o invasiva, y presentan un mayor riesgo de eventos tromboembólicos y shock
séptico en comparación con los pacientes sin antecedentes de enfermedades cardíacas.[1019] [1030]
[1031] [1032] [1033]

Se debe realizar un ECG y solicitar niveles de troponina I (hs-cTnI) o T (hs-cTnT) de alta sensibilidad
y péptido natriurético N-terminal pro-cerebral (NT-proBNP) en pacientes con síntomas o signos
que sugieran una lesión miocárdica aguda para poder hacer un diagnóstico. Los resultados deben
considerarse en el contexto clínico.[1034]

Se debe monitorizar la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca y el equilibrio de fluidos y realizar


un control ECG continuo en todos los pacientes con sospecha o confirmación de lesión miocárdica
aguda.[1034]

Hay datos limitados para recomendar cualquier tratamiento farmacológico específico para estos
pacientes. En el manejo se debe implicar a un equipo multidisciplinario que incluya especialistas en
cuidados intensivos, cardiólogos y especialistas en enfermedades infecciosas.[1020] Es importante tener
en cuenta que fármacos como la hidroxicloroquina y la azitromicina pueden prolongar el intervalo QT y
provocar arritmias.[1034] Las guías de práctica clínica para el manejo de la miocarditis relacionada con
COVID-19 están disponibles.[1035]

La infección puede tener consecuencias a largo plazo para la salud cardiovascular en general; sin
embargo, es necesario seguir investigando.[1036] Un estudio de 100 pacientes que se habían recuperado
recientemente de COVID-19 descubrió que las imágenes de resonancia magnética cardiovascular
revelaban una inflamación miocárdica continua en el 60% de los pacientes, independientemente de
las afecciones preexistentes, la gravedad y la evolución general de la enfermedad aguda, y el tiempo
transcurrido desde el diagnóstico original.[1037]

daño renal agudo variable alto

La incidencia agrupada de lesiones renales agudas es del 10.6%, que es mayor que la incidencia
en pacientes hospitalizados sin COVID-19. Los pacientes con daño renal agudo presentan un riesgo
significativamente mayor de mortalidad intrahospitalaria (odds ratio de 11.05). La tasa de mortalidad y
la incidencia en los pacientes de China fue significativamente menor que la de los pacientes de fuera
de China. Los factores de riesgo incluyen la edad avanzada ≥60 años, el sexo masculino y la infección
grave.[1038]

En una cohorte de pequeño tamaño muestral del Reino Unido, el 29% de los niños hospitalizados
cumplían los criterios de diagnóstico de lesión renal aguda y la mayoría de los casos se daban en niños
ingresados en la unidad de cuidados intensivos y en aquellos con síndrome multisistémico inflamatorio
pediátrico.[1039]

Puede desarrollarse en cualquier momento antes o durante el ingreso en el hospital. Las causas incluyen
cambios hemodinámicos, hipovolemia, infección viral que conduce directamente a una lesión tubular
del riñón, procesos vasculares trombóticos, patología glomerular o rabdomiolisis.[730] La infección renal
directa ha sido confirmada en un estudio de la autopsia de un solo paciente.[1040]

Los pacientes deben cumplir con los criterios de lesión renal aguda para su diagnóstico. [NHS England:
acute kidney injury (AKI) algorithm] Se debe realizar un análisis de orina de sangre, proteínas y glucosa

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para ayudar a identificar la causa subyacente. Se recomienda la toma de imágenes si se sospecha de una
obstrucción del tracto urinario.[730]

Seguimiento
Si es posible, se debe suspender la toma de cualquier fármaco que pueda causar o empeorar el daño
renal agudo. Se debe apuntar a lograr un estado óptimo de fluidos (euvolemia) en todos los pacientes.
Se debe considerar un diurético de asa para tratar solo la sobrecarga de líquidos. Se debe manejar la
hiperpotasemia de acuerdo a los protocolos locales. Se deben consultar los protocolos locales para
obtener orientación sobre la terapia de reemplazo renal.[730]

En algunos casos puede ser necesario el aporte de especialistas (p. ej., incertidumbre sobre la
causa, resultados anormales de análisis de orina, necesidades complejas de manejo de fluidos,
indicaciones para la terapia de reemplazo renal), y algunos pacientes pueden requerir ingreso en
cuidados intensivos.[730] La terapia de reemplazo renal continua (TRCR) se recomienda en pacientes
críticamente enfermos con lesión renal aguda que desarrollan indicaciones para la terapia de reemplazo
renal; la terapia de reemplazo renal intermitente y prolongada se recomienda sobre la hemodiálisis si la
TRCR no está disponible o no es posible.[3]

Se debe monitorizar el estado de los fluidos diariamente, así como la urea sérica, la creatinina y los
electrolitos al menos cada 48 horas (o más a menudo si está indicado clínicamente). Se debe monitorizar
a los pacientes para detectar el desarrollo o al avance de la enfermedad renal crónica durante al menos 2
o 3 años después de la lesión renal aguda.[730]

Se han informado casos de nefritis y glomerulopatía colapsante.[1041] [1042]

lesión hepática aguda variable medio

La lesión hepática puede estar asociada a una enfermedad hepática preexistente, a una infección vírica,
a una toxicidad farmacológica, a una inflamación sistémica, a la hipoxia o a problemas hemodinámicos;
sin embargo, el mecanismo subyacente no está claro. La prevalencia global es del 25%, aunque no existe
una definición uniforme de lesión hepática en estos pacientes y la prevalencia depende de la definición
utilizada en los estudios. La prevalencia global puede ser tan baja como el 9% cuando se utilizan criterios
estrictos para el diagnóstico. La prevalencia de alanina aminotransferasa y aspartato aminotransferasa
elevadas es del 19% y el 22%, respectivamente. La prevalencia de la hipertransaminasemia es mayor en
los pacientes con enfermedad grave, en comparación con los pacientes con enfermedad no grave.[1043]

Los factores de riesgo asociados con una lesión hepática grave incluyen la edad avanzada, la
enfermedad hepática preexistente y el COVID-19 grave.[1044]

El uso de medicamentos en el tratamiento de COVID-19 (p. ej., lopinavir/ritonavir) puede tener un efecto
perjudicial sobre la lesión hepática.[1044]

Se han publicado guías de práctica clínica sobre el tratamiento del trastorno hepático en pacientes con
COVID-19.[1045]

complicaciones neurológicas variable medio

Los pacientes suelen presentar complicaciones neurológicas centrales o periféricas, posiblemente


debidas a la invasión viral del sistema nervioso central, a la respuesta inflamatoria o a la desregulación
inmunológica.[1046]

Se ha informado de manifestaciones neurológicas en el 4% al 57% de los pacientes en estudios


retrospectivos de observación de gran tamaño. Las manifestaciones del sistema nervioso central eran
más frecuentes que las del sistema nervioso periférico.[1046] Sin embargo, la mayoría de los estudios
incluyeron síntomas menores como cefalea y mareos, que se clasifican como síntomas de COVID-19
en este tema más que como complicaciones. Las complicaciones neurológicas son infrecuentes en
niños.[1047]

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Las complicaciones neurológicas incluyen enfermedad cerebrovascular aguda, deterioro de la conciencia,
ataxia, convulsiones, signos del tracto corticoespinal, meningoencefalitis, encefalopatía, encefalomielitis,
Seguimiento

lesiones desmielinizantes periféricas, neuropatía periférica, hemorragia intracerebral, trombosis de los


senos venosos cerebrales, miopatía, miastenia grave, síndrome de Guillain-Barré y otras neuropatías, y
hallazgos anormales en los estudios por imágenes de resonancia magnética del cerebro.[1046] [1048]

Los pacientes pueden presentar estas manifestaciones, o pueden desarrollarlas durante el curso de la
enfermedad. Las complicaciones neurológicas tienden a desarrollarse una o dos semanas después del
inicio de la enfermedad respiratoria.[1049]

Se ha informado de enfermedades cerebrovasculares agudas (incluyendo accidente cerebrovascular


isquémico, accidente cerebrovascular hemorrágico, trombosis venosa cerebral y accidente isquémico
transitorio) en el 0.5% al 5.9% de los pacientes. El tipo más frecuente fue el accidente cerebrovascular
isquémico (0.4% a 4.9%).[1046] El accidente cerebrovascular es relativamente frecuente entre los
pacientes hospitalizados de COVID-19 en relación con otras infecciones respiratorias virales, y presenta
un alto riesgo de mortalidad intrahospitalaria. Los factores de riesgo incluyen la edad avanzada y
el sexo masculino. La mediana de tiempo desde el inicio de los síntomas de COVID-19 hasta el
accidente cerebrovascular fue de 8 días.[1050] [1051] El accidente cerebrovascular se presenta más
tarde en la enfermedad grave y más temprano en la enfermedad leve a moderada.[1052] El accidente
cerebrovascular isquémico parece ser más grave y dar lugar a peores resultados (discapacidad grave)
en los pacientes con COVID-19, siendo la puntuación media de la NIH Stroke Scale más elevada entre
las personas que presentan COVID-19 en comparación con los que no.[1053] Se han publicado guías
de práctica clínica para el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico agudo en pacientes con
infección por COVID-19.[1054]

Se ha informado del síndrome de Guillain-Barré. Se han informado patrones, tanto postinfecciosos,


como preinfecciosos.[1046] La edad media de los pacientes era de 55 años con predominio de pacientes
hombres. La mayoría de los pacientes presentaban síntomas respiratorios y/o graves de COVID-19,
aunque también se ha informado en pacientes asintomáticos. Se ha informado una mayor prevalencia
de la forma sensoriomotora clásica y de la polineuropatía desmielinizante inflamatoria aguda, aunque
también se han observado variantes poco frecuentes.[1055]

Los pacientes con trastornos neurológicos preexistentes pueden desarrollar una exacerbación de sus
síntomas neurológicos y COVID-19 grave.[1056]

Los pacientes pueden mostrar cambios cerebrales en los estudios por imágenes de resonancia magnética
meses después de la recuperación, lo que sugiere que las consecuencias a largo plazo pueden ser
posibles.[1057]

La afectación neurológica es frecuente en niños y adolescentes. En una serie de casos de 1695


pacientes de menos de 21 años de edad, el 22% de los pacientes presentaban afectación neurológica
documentada. Las personas con afectación neurológica presentaban más probabilidades de padecer un
trastorno neurológico subyacente en comparación con las que no lo padecían, pero un número similar
estaban previamente sanas. En la mayoría de los casos, los síntomas fueron transitorios. Sin embargo,
aproximadamente el 12% presentaba afecciones potencialmente mortales, como encefalopatía grave,
infección/demielinización del sistema nervioso central, síndrome de Guillain-Barre/variantes y edema
cerebral agudo fulminante.[1058]

síndrome post-COVID-19 (COVID de larga duración) variable medio

Definición : los signos y síntomas que se desarrollan durante o después de una infección congruente
con COVID-19, continúan durante más de 12 semanas, y no se explican por diagnósticos alternativos. El
COVID-19 sintomático en curso se define como los signos y síntomas de 4 a 12 semanas. No se cree que
el síndrome esté vinculado a la gravedad de la enfermedad o a signos y síntomas específicos durante la
fase aguda de la enfermedad.[1059] Los síntomas prolongados son frecuentes en muchas infecciones
virales y bacterianas. También se conoce como secuelas postagudas de la infección por SARS-CoV-2
(PASC).

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Epidemiología : la persistencia de las secuelas osciló entre 14 días y 3 meses desde la infección en
adultos previamente sanos de 18 a 50 años, e incluyó fatiga persistente (39% a 73%), disnea (39% a

Seguimiento
74%), disminución de la calidad de vida (44% a 69%), deterioro de la función pulmonar (39% a 83%),
miocarditis (3% a 26%), síntomas neurológicos persistentes (55%), diagnósticos psiquiátricos (5.5%),
y alteración persistente del sentido del gusto/del olfato (33% a 36%).[1060] En un estudio italiano, casi
el 90% de los pacientes hospitalizados que se recuperaron de COVID-19 informaron la persistencia de
al menos un síntoma 2 meses después del alta. Solo el 12.6% de los pacientes no presentaba ningún
síntoma asociado, el 32% presentaba uno o dos síntomas, y el 55% tres o más síntomas.[1061] En otro
estudio en el Reino Unido se observó que casi el 75% de los pacientes que reciben el alta hospitalaria
siguen siendo sintomáticos a los 3 meses.[1062] Se ha informado la persistencia de los síntomas
hasta 9 meses después de la enfermedad, incluso en muchos pacientes externos con enfermedad
leve.[1063] Una enfermedad prolongada también puede producirse entre los adultos jóvenes que no
presentaban comorbilidades subyacentes. En un estudio de encuesta de adultos sintomáticos, el 35%
no había vuelto a su estado de salud habitual 2 o 3 semanas después de la prueba. Entre las personas
de 18 a 34 años de edad que no presentaban ninguna afección médica crónica subyacente, el 20% no
había vuelto a su estado de salud habitual.[1064] El número de síntomas en el seguimiento se asoció
con la carga de síntomas durante la fase aguda de la infección y el número de comorbilidades en los
pacientes no hospitalizados.[1065] Se ha informado la existencia de síntomas persistentes en las mujeres
embarazadas y los niños, pero parecen ser menos frecuentes en los niños que en los adultos.[3] [1066]

Diagnóstico : utilizar un enfoque holístico y centrado en la persona que incluya antecedentes clínicos
completos (incluidos los antecedentes de COVID-19 aguda presunta o confirmada, la naturaleza y la
gravedad de los síntomas anteriores y actuales, el momento y la duración de los síntomas desde el
comienzo de la enfermedad aguda y los antecedentes de otras afecciones de salud) y una exploración
adecuada que incluya la evaluación de los síntomas físicos, cognitivos, psicológicos y psiquiátricos, así
como de las capacidades funcionales. Se debe remitir urgentemente a los servicios agudos pertinentes a
los pacientes con signos o síntomas que puedan haber sido causados por una complicación aguda o que
suponga una amenaza para la vida (p. ej., hipoxemia grave, signos de enfermedad pulmonar grave, dolor
torácico cardíaco, síndrome inflamatorio multisistémico en niños).[1059]

Signos y síntomas : los síntomas varían mucho, pueden recaer y remitir o fluctuar, pueden cambiar
de manera impredecible y pueden ocurrir solo en personas que presentan una enfermedad leve. Los
síntomas comunes a largo plazo incluyen tos persistente, febrícula, dificultad para respirar, fatiga, dolor,
dolor/presión torácico, palpitaciones, mialgia, artralgia, cefalea, cambios en la visión, pérdida de audición,
dolor de oído, acúfenos, dolor de garganta, pérdida del gusto/olor, movilidad reducida, entumecimiento
de las extremidades, mareos, temblores, pérdida de memoria, cambios de humor, erupciones cutáneas,
síntomas gastrointestinales, dificultades neurocognitivas, trastornos del sueño, delirio (personas de
edad avanzada) y alteración de la salud mental (e. g., ansiedad, depresión).[3] [832] [1059] Algunos
de los síntomas pueden superponerse con el síndrome de cuidados intensivos (véase más arriba). La
incapacidad de volver a las actividades normales, afecciones de salud emocional y mental y las pérdidas
financieras son frecuentes.[1067]

Pruebas diagnósticas : adaptar las pruebas diagnósticas a la presentación clínica y descartar cualquier
complicación aguda o que ponga en peligro la vida y diagnósticos alternativos. Las pruebas diagnósticas
pueden incluir análisis de sangre (p. ej., hemograma completo, pruebas de función renal y hepática,
proteína C-reactiva, ferritina, función tiroidea), saturación de oxígeno, mediciones de la presión arterial
y la frecuencia cardíaca, prueba de tolerancia al ejercicio, radiografía de tórax, electrocardiograma y
evaluación psiquiátrica.[3] [832] [1059] Alrededor del 9% de los pacientes presentaron un deterioro en
las radiografías de tórax durante el seguimiento, lo que puede indicar fibrosis pulmonar. También se ha
informado la existencia de un dímero D y una proteína C-reactiva persistentemente elevados.[1068]

Manejo : ofrecer asesoramiento e información sobre el automanejo, incluidas las formas de automanejo
de los síntomas (p. ej., establecer objetivos realistas, antipiréticos para la fiebre, técnicas de respiración
para la tos crónica, oximetría de pulso en casa para monitorizar la disnea, rehabilitación pulmonar,
regreso al ejercicio por etapas); con quién ponerse en contacto si se presenta preocupación por
los síntomas o si se necesita ayuda; fuentes de ayuda (p. ej., grupos de apoyo, foros en línea); y
cómo obtener apoyo de otros servicios (p. ej., atención social, vivienda, apoyo financiero). Un plan
de rehabilitación personalizado y multidisciplinario que cubre los aspectos físicos, psicológicos y

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Complicaciones Calendario Probabilidad


psiquiátricos de la rehabilitación es una parte importante del manejo. Muchos pacientes se recuperan
espontáneamente con soporte holístico, descanso, tratamiento sintomático y un aumento gradual
Seguimiento

de la actividad. Puede que se requiera derivación a un especialista en pacientes en los que existe
una preocupación clínica junto con síntomas respiratorios, cardíacos o neurológicos que son nuevos,
persistentes o progresivos.[832] [1059]

Seguimiento : se debe acordar con el paciente la frecuencia con que es necesario el seguimiento y la
monitorización (ya sea en persona o a distancia), y qué profesionales de salud deben participar. Tenga
en cuenta el nivel de necesidad del paciente y los servicios implicados. Adapte la monitorización a los
síntomas del paciente y considere la posibilidad de realizar una automonitorización en casa (p. ej., la
frecuencia cardíaca, la presión arterial, la oximetría de pulso). Esté alerta a los síntomas que podrían
requerir una derivación o una prueba diagnóstica.[1059]

[NICE COVID-19 rapid guideline: managing the long-term effects of COVID-19]

[BMJ webinar: long COVID – how to define it and how to manage it]

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Complicaciones Calendario Probabilidad

Seguimiento

"Covid de larga duración" en el servicio de atención primaria


BMJ. 2020;370:m3026

Paro cardíaco variable medio

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Complicaciones Calendario Probabilidad


El paro cardíaco intrahospitalario es frecuente en pacientes críticos con COVID-19, y se asocia con una
escasa supervivencia, especialmente entre los pacientes de edad avanzada. De los 5019 pacientes en
Seguimiento

estado crítico con COVID-19, el 14% presentó un paro cardíaco en el hospital. Los factores de riesgo
incluían la edad más avanzada, el sexo masculino, la presencia de comorbilidades y el ingreso en un
hospital con un número menor de camas en la unidad de cuidados intensivos. Aproximadamente, el 57%
de los pacientes recibieron resucitación cardiopulmonar. Los ritmos más frecuentes en el momento de la
reanimación fueron la actividad eléctrica sin pulso (49.8%) y la asistolia (23.8%). De los que recibieron
reanimación, el 12% sobrevivió hasta el alta hospitalaria, siendo la mayoría de estos pacientes menores
de 45 años.[1069]

Paro cardíaco con COVID-19


BMJ. 2020;371:m3513

shock séptico variable baja

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Complicaciones Calendario Probabilidad


Se ha informado entre el 4% y el 8% de los pacientes en series de casos.[50] [51] [541] [1070]

Seguimiento
Las guías de práctica clínica para el manejo del shock en pacientes críticamente enfermos con COVID-19
recomiendan una estrategia conservadora de fluidos (se prefieren los cristaloides a los coloides)
y un agente vasoactivo. La noradrenalina (norepinefrina) es el agente de primera línea preferido y
la vasopresina o la adrenalina (epinefrina) se consideran alternativas adecuadas. Se puede añadir
vasopresina a la noradrenalina si la presión arterial media objetivo no se puede alcanzar con la
noradrenalina en solitario.[3] [647] La dopamina solo se recomienda como vasopresor alternativo en
determinados pacientes (p. ej., los que presentan un bajo riesgo de bradicardia o taquiarritmias). La
dobutamina se recomienda en aquellos pacientes que muestran evidencia de hipoperfusión persistente,
a pesar de una carga de fluidos adecuada y el uso de vasopresores. Se recomienda una baja dosis de
corticoesteroides para el shock refractario.[3]

coagulación intravascular diseminada variable baja

La coagulación intravascular diseminada (CID) es una manifestación del fallo de la coagulación, y un


vínculo intermedio en el desarrollo del fallo multiorgánico. Los pacientes pueden presentar un alto riesgo
de sangrado/hemorragia o tromboembolismo venoso.[1071] La incidencia conjunta de la CID es del 3%
y se asocia a un mal pronóstico. La incidencia fue mayor en los pacientes con enfermedad grave y en
los ingresados en la unidad de cuidados intensivos, y en los no supervivientes, en comparación con los
supervivientes.[1072]

La coagulopatía se manifiesta como un aumento de fibrinógeno, un aumento del dímero D y un cambio


mínimo en el tiempo de protrombina, tiempo parcial de tromboplastina y recuento de plaquetas en las
primeras etapas de la infección. El aumento de los niveles de interleucina 6 se correlaciona con el
aumento de los niveles de fibrinógeno. La coagulopatía parece estar relacionada con la gravedad de la
enfermedad y la consiguiente tromboinflamación. Se debe monitorizar estrechamente el nivel de Dímero
D.[1073]

El tratamiento anticoagulante con heparina de bajo peso molecular o heparina no fraccionada se ha


asociado con un mejor pronóstico en pacientes con COVID-19 grave que tienen una puntuación de
coagulopatía inducida por sepsis (SIC) de ≥4 o un aumento del dímero D marcadamente elevado.[1074]
En los pacientes con trombocitopenia inducida por la heparina (o con antecedentes de esta), se
recomienda el argatroban o la bivalirudina.[1071]

Si se produce sangrado, se deben seguir la orientación estándar para el manejo de manifestaciones de


sangrado asociadas con la CID o la coagulopatía séptica; sin embargo, las manifestaciones hemorrágicas
sin otros factores asociados son poco frecuentes.[1073] [662]

insuficiencia respiratoria aguda variable baja

Se ha informado en el 8% de los pacientes en series de casos.[51]

La principal causa de letalidad en pacientes con COVID-19.[926]

Los niños pueden evolucionar rápidamente hacia la insuficiencia respiratoria.[11]

síndrome de liberación de citocinas variable baja

El síndrome de liberación de citoquinas puede causar SDRA o disfunción de múltiples órganos, lo que
puede llevar a la muerte.[1075] Se ha informado frecuentamente de la existencia de aumento de citocinas
proinflamatorias séricas (p. ej., el factor de necrosis tumoral alfa, la interleucina-2, la interleucina-6, la
interleucina-8, la interleucina-10, factor estimulante de colonias de granulocitos, proteína quimiotractante
de monocitos 1) y marcadores inflamatorios (p. ej., la proteína C reactiva, la ferritina sérica) en pacientes
con COVID-19 grave. Esto probablemente representa un tipo de linfohistiocitosis hemofagocítica
secundaria inducida por virus, que puede ser mortal.[50] [557] [590] [1076] La interleucina 6, en particular,
se ha asociado con un COVID-19 grave y un aumento de la mortalidad.[1077]

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Complicaciones Calendario Probabilidad


Un estudio encontró que los pacientes que requieren admisión en la unidad de cuidados intensivos
presentan niveles significativamente más elevados de interleucina-6, interleucina-10 y factor de necrosis
Seguimiento

tumoral alfa, y menos células T CD4+ y CD8+.[1078]

Sin embargo, el nivel medio combinado de interleucina-6 en suero fue notablemente menor en los
pacientes con COVID-19 grave o crítico, en comparación con los pacientes con otros trastornos asociados
con un aumento de citocinas como el síndrome de liberación de citocinas, la sepsis y el SDRA no
asociado a COVID-19. Estos hallazgos cuestionan el papel de la tormenta de citocinas en la disfunción de
los órganos inducida por COVID-19, y es necesario seguir investigando.[1079]

Se ha informado del síndrome de liberación de citocinas en niños, aunque los casos parecen ser
raros.[1080] Véase la sección sobre el síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico.

síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico variable baja

Una afección infrecuente, pero grave, informada en niños y adolescentes aproximadamente de 2 a 4


semanas después del inicio de COVID-19, probablemente debido a un proceso inflamatorio posinfeccioso.
El síndrome tiene una fuerte asociación temporal con la infección por el coronavirus 2 del síndrome
respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2).[1081] [1082] [1083] También conocido como PIMS, síndrome
inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico asociado
temporalmente con el SARS-CoV-2 (PIMS-TS), así como otras variaciones.

El síndrome comparte características frecuentes con la enfermedad de Kawasaki y el síndrome de shock


tóxico, pero las definiciones de los casos varían.[432] [1083] [1084] [1085] La mayoría de los pacientes
presentan fiebre, así como características de shock, afectación cardíaca (p. ej., marcadores cardíacos
elevados, insuficiencia cardíaca congestiva, disfunción cardíaca, miocarditis, dilatación o aneurisma de la
arteria coronaria, hipotensión, derrame pericárdico, regurgitación mitral), síntomas gastrointestinales (p.
ej., dolor abdominal, vómitos, diarrea) y marcadores de inflamación significativamente aumentados.[1081]
[1082] Se han sugerido otras características clínicas y de laboratorio, como trombocitopenia, fatiga,
cefalea, mialgia, dolor de garganta y linfadenopatía, para afinar la definición del caso.[17] Puede haber
hallazgos mucocutáneos, muchos de los cuales se superponen con la enfermedad de Kawasaki.[1086]

Se han reconocido tres tipos de manifestaciones clínicas: fiebre persistente y síntomas gastrointestinales
(el tipo más frecuente); shock con disfunción cardíaca; y síntomas coincidentes con los criterios de
diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki.[1087]

Una revisión sistemática de 27 estudios (913 casos) encontró que la edad media de los pacientes era
de 9.3 años y que el 57% de los pacientes eran hombres. En el 31% de los casos se registró, al menos,
una comorbilidad, siendo las más frecuentes la obesidad, el asma y la enfermedad pulmonar crónica.
Las manifestaciones más frecuentes fueron la fiebre (99%), los síntomas gastrointestinales (87%) y
los síntomas cardiovasculares como la disfunción miocárdica (55%), los aneurismas de las arterias
coronarias (22%) y el shock (66%). La prevalencia agrupada de los síntomas respiratorios fue del 41%, y
la de los síntomas neurológicos, del 36%. Otros síntomas incluyeron conjuntivitis (57%), erupción cutánea
(59%) y cambios en la mucosa oral (42%). Los marcadores inflamatorios y cardíacos estaban elevados
en la mayoría de los pacientes, y el 38% presentaba hallazgos anormales en la radiografía de tórax.
Aproximadamente, el 79% de los pacientes requirió ingreso en la unidad de cuidados intensivos, el 63%
necesitó soporte inotrópico, el 57% anticoagulación y el 33% necesitó ventilación mecánica. La tasa de
mortalidad fue del 1.9%.[1088]

En un estudio de observación multicéntrico realizado en el Reino Unido, se informaron 78 casos en


21 unidades de cuidados intensivos pediátricos. La mediana de edad era de 11 años y el 67% eran
hombres. Los niños de grupos étnicos minoritarios representaron el 78% de los casos. Fiebre, shock,
dolor abdominal, vómitos y diarrea eran las características frecuentes de presentación. Alrededor del 36%
presentaba evidencia de anomalías de la arteria coronaria. En cuanto al tratamiento, el 46% necesitó
ventilación invasiva y el 83% requirió soporte de vasopresores.[1089]

En EE.UU. se han informado 2617 casos, con 33 muertes (desde el 1 de marzo de 2021).[1090] En una
serie de casos de EE.UU. con 1116 pacientes diagnosticados de MIS-C, aquellos con MIS-C presentaban

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Complicaciones Calendario Probabilidad


más probabilidades de padecer las siguientes características, en comparación con los pacientes con
COVID-19 grave: edad de 6 a 12 años; etnia de raza negra no hispana; afectación cardiorrespiratoria;

Seguimiento
cardiovascular sin afectación respiratoria; mucocutánea sin afectación cardiorrespiratoria; mayor
proporción de neutrófilos/linfocitos; mayor nivel de proteína C-reactiva; y menor recuento de plaquetas.
Estos patrones pueden ayudar a diferenciar entre MIS-C y COVID-19.[1091]

Las complicaciones cardiovasculares más frecuentes incluyen shock, arritmias cardíacas, derrame
pericárdico y dilatación de la arteria coronaria.[1092]

El manejo es principalmente de soporte e implica un equipo multidisciplinario (enfermedades infecciosas


pediátricas, cardiología, reumatología, medicina intensiva). Los pacientes suelen ser tratados con
inmunoglobulina intravenosa, soporte vasopresor, corticosteroides, moduladores inmunológicos,
anticoagulación, terapia antiplaquetaria y soporte respiratorio.[1081] [1082] En el Reino Unido se dispone
de una vía de manejo consensuada a nivel nacional.[1093] El American College of Rheumatology ha
publicado guías de práctica clínica sobre el diagnóstico y el manejo del MIS-C.[1094]

Si bien parece plausible una asociación entre este síndrome y el COVID-19 sobre la base de las
evidencias actuales, la asociación no es definitiva y es necesario seguir investigando. Todavía no está
claro si este síndrome es la enfermedad de Kawasaki con el SARS-CoV-2 como factor desencadenante,
o si se trata de un síndrome diferente, aunque cada vez hay más evidencia que sugiere que son dos
síndromes distintos. El síndrome parece producirse en niños que no han manifestado las primeras etapas
de COVID-19, pero es similar a la fase más avanzada de COVID-19 en adultos.[1095] Desde el punto de
vista inmunológico, el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico asociado a Covid-19 (PIMS) parece
ser una entidad clínica distinta de la enfermedad de Kawasaki, ya que no se observaron en una cohorte la
neutrofilia y el aumento del recuento de monocitos, características de la enfermedad de Kawasaki.[1096]

Se ha informado un caso de MIS-C en un neonato y se ha asociado temporalmente con la exposición


prenatal.[1097]

Se han informado casos de enfermedad inflamatoria multisistémica similar a la COVID-19 en


adultos.[1098]

complicaciones asociadas al embara zo variable baja

El resultado del embarazo suele ser bueno, aunque hay pocos datos sobre la exposición durante
las primeras etapas del embarazo. Los factores de riesgo de enfermedades graves en las mujeres
embarazadas incluyen comorbilidades preexistentes (p. ej., hipertensión crónica, diabetes), alta edad
materna y alto índice de masa corporal. Las mujeres embarazadas presentan más probabilidades de
necesitar ingreso en la unidad de cuidados intensivos y ventilación invasiva, especialmente las que tienen
una comorbilidad preexistente. El parto prematuro es más frecuente en las mujeres embarazadas con
COVID-19, en comparación con las mujeres embarazadas sin la enfermedad. El parto por cesárea se
produce en aproximadamente el 50% de los casos, siendo la indicación más común la neumonía materna
grave o la preocupación por una descompensación materna repentina. Las muertes perinatales son
infrecuentes y se producen en menos del 1% de los casos. La morbilidad materna es similar a la de las
mujeres en edad reproductiva.[22] [443] Se han informado mortinatos. Sin embargo, no hay evidencias
de que haya aumentado el número de mortinatos a nivel regional o nacional durante la pandemia en
Inglaterra, en comparación con los mismos meses del año anterior y a pesar de que las tasas de infección
de la comunidad varían en las distintas regiones.[1099]

Las limitadas evidencias de baja calidad sugieren que el riesgo de infección en los recién nacidos es
extremadamente bajo. La mayoría de las infecciones se adquieren en el período postnatal, aunque se
ha informado de infecciones adquiridas congénitamente. A diferencia de los niños que generalmente
tienen una infección asintomática, dos tercios de los casos neonatales son sintomáticos y una proporción
significativa requiere cuidados intensivos, aunque el pronóstico general parece ser excelente.[443] [1100]

aspergilosis variable baja

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Se ha informado aspergilosis pulmonar invasiva en pacientes críticos con SDRA moderado a grave.[1101]
[1102] [1103] Un estudio prospectivo observacional encontró que un tercio de los pacientes ventilados
Seguimiento

mecánicamente con COVID-19 tenían aspergilosis pulmonar supuestamente invasiva.[1104]

La intubación durante más de 7 días puede ser un factor de riesgo. Otros posibles factores de riesgo
son la edad avanzada, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la inmunosupresión, la enfermedad
grave o el uso de altas dosis de corticoesteroides. Se debe considerar la aspergilosis en pacientes que
deterioran a pesar de los cuidados de soporte óptimos o que presentan otras características radiológicas
o clínicas sospechosas.[690] [1105]

Prescribir la terapia antimicótica adecuada de acuerdo con las guías de práctica clínica locales.[1106]
Se ha publicado una guía sobre el diagnóstico y el manejo de la aspergilosis pulmonar asociada a
COVID-19.[1107]

lesión pancreática variable baja

Se ha informado de una lesión pancreática leve (definida como niveles elevados de amilasa o lipasa
sérica) en el 17% de los pacientes de una serie de casos.[1108] Se desconoce si se trata de un efecto
viral directo o se debe a la respuesta inmunológica perjudicial que se produce en algunos pacientes. No
se ha informado de ninguna pancreatitis aguda clínica.[1109] [1110] Los antecedentes de pancreatitis no
parecen ser un factor de riesgo para la inflamación del páncreas en pacientes con COVID-19.[1111]

anemia hemolítica autoinmune variable baja

Se ha informado de la existencia de anemia hemolítica autoinmunitaria caliente o fría (primer episodio)


en 7 pacientes tras la aparición de los síntomas de COVID-19 y dentro de un plazo compatible con el
síndrome de liberación de citoquinas. Cuatro pacientes presentaban una neoplasia maligna indolente del
linfoide B. Se desconoce si la anemia hemolítica está relacionada con la infección por COVID-19.[1112]

trombocitopenia inmune variable baja

Se ha informado con poca frecuencia trombocitopenia inmune. La mayoría de los casos fueron en
pacientes de más de 50 años de edad, con solo el 7% de los casos informados en niños. La mayoría de
los casos se observaron en pacientes con COVID-19 moderado a grave; sin embargo, el 7% de los casos
fueron en pacientes COVID-19 asintomáticos. El inicio se produjo en el 20% de los casos 3 semanas
después del inicio de los síntomas de COVID-19, con la mayoría de los casos informados después de la
recuperación clínica. Los sangrados graves que amenazan la vida son poco frecuentes. El tratamiento
consistía en el uso de corticosteroides, inmunoglobulina intravenosa y agonistas de los receptores de
trombopoyetina.[1113]

tiroiditis subaguda variable baja

Se han informado casos de tiroiditis subaguda en pacientes con COVID-19 que requieren cuidados
intensivos.[1114] El primer caso conocido de tiroiditis subaguda se informó en una mujer de 18 años. La
tiroiditis subaguda es una enfermedad de la tiroides de origen viral o posviral.[1115]

complicaciones gastrointestinales variable baja

Los pacientes en estado crítico pueden desarrollar complicaciones gastrointestinales; sin embargo, no
está claro si se trata de una manifestación de una enfermedad crítica en general, o si es específica de
la COVID-19. Un estudio encontró que los pacientes con COVID-19 presentaban más probabilidades de
desarrollar complicaciones gastrointestinales en comparación con los que no presentaban COVID-19,
específicamente transaminitis, íleo grave e isquemia mesentérica.[1116] Se ha identificado trombosis
macrovascular arterial/venosa en casi el 50% de los pacientes con isquemia intestinal. La mortalidad

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Complicaciones Calendario Probabilidad


general en los pacientes de COVID-19 con isquemia gastrointestinal y oclusión trombótica mesentérica
radiológicamente evidente fue del 38.7% y del 40%, retrospectivamente.[1117]

Seguimiento
Pronóstico

Mortalidad
La principal causa de muerte es la insuficiencia respiratoria por el síndrome de dificultad respiratoria aguda
(SDRA).[926] La tasa global de mortalidad agrupada por SDRA en los pacientes de COVID-19 es del 39%;
sin embargo, esta tasa varía significativamente entre los países (p. ej., China 69%, Irán 28%, Francia 19%,
Alemania 13%).[927] Los factores de riesgo de insuficiencia respiratoria son la edad avanzada, el sexo
masculino, las enfermedades cardiovasculares, los marcadores de laboratorio (como la deshidrogenasa
láctica, el recuento de linfocitos y la proteína C-reactiva) y una carga viral elevada al ingreso.[928]

Las personas de menos de 65 años de edad presentan un riesgo muy leve de muerte incluso en los
epicentros de las pandemias, y las muertes en personas de menos de 65 años de edad sin ninguna afección
subyacente son infrecuentes.[929]

Las tasas de mortalidad han disminuido con el tiempo, a pesar de la estabilidad de las características de
los pacientes. Las tasas de mortalidad disminuyeron bruscamente en los EE.UU. durante los primeros
6 meses de la pandemia.[930] [931] En un estudio realizado entre pacientes con enfermedades críticas
ingresados en una unidad de cuidados intensivos de un sistema sanitario académico de EE.UU., la tasa
de mortalidad disminuyó del 43.5% al 19.2% durante el periodo de estudio.[932] En otro estudio realizado
en el Reino Unido, la mortalidad intrahospitalaria ajustada disminuyó del 52.2% en la primera semana de
marzo de 2020 al 16.8% en la última semana de mayo de 2020.[933] Esto puede reflejar el impacto de los
cambios en la estrategia hospitalaria y los procesos clínicos, así como un mejor cumplimiento a las terapias
estándar de atención basadas en la evidencia para la enfermedad crítica a lo largo del tiempo, como el
oxígeno nasal de alto flujo para evitar la intubación, la posición en decúbito prono y la disminución del uso
de la ventilación mecánica. Se requieren más estudios para confirmar estos resultados e investigar los
mecanismos causales.

Tasa de letalidad por infección (TLI)

• Se define como la proporción de muertes entre todas las personas infectadas, incluidos los casos
confirmados, los casos no diagnosticados (p. ej., los casos asintomáticos o ligeramente sintomáticos)
y los casos no informados. La TLI proporciona una imagen más precisa de la letalidad de una
enfermedad, en comparación con la tasa de letalidad.
• Aproximadamente, el 10% de la población mundial puede haber sido infectada para octubre de 2020,
con una tasa de letalidad por infección (TLI) global estimada de 0.15% a 0.2% (0.03% a 0.04% en los
<70 años de edad).[934]
• La mejor estimación actual de la TLI de los Centers for Disease Control and Prevention de los
EE.UU., según la edad (a 10 de septiembre de 2020):[140]

• 0 a 19 años – 0.003
• 20 a 49 años – 0.02
• 50 a 69 años – 0.5
• ≥70 años – 5,4%.
• Basándose en estas cifras, la TLI global para las personas de menos de 70 años de edad es de
aproximadamente el 0,18%.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento
• La TLI puede variar según los lugares. Un metanálisis informa que la estimación puntual de la tasa de
letalidad por infección (TLI) es del 0.68% en todas las poblaciones, con una alta heterogeneidad (a
partir de julio de 2020). La tasa varió en todas las localidades entre el 0.17% y el 1.7%.[935]
• Entre las personas a bordo del crucero Diamond Princess, una situación única en la que se ha podido
Seguimiento

realizar una evaluación precisa de la TLI en una población en cuarentena, la TLI fue del 0.85%. Sin
embargo, todas las muertes se produjeron en pacientes de más de 70 años de edad y la tasa en una
población más joven y saludable podría ser mucho más baja.[936]
• Estas estimaciones presentan limitaciones y es probable que cambien a medida que surjan más datos
en el curso de la pandemia.
Estudios de seroprevalencia

• Las estimaciones de la TLI se pueden deducir de los estudios de seroprevalencia.

• Las estimaciones de seroprevalencia en todo el mundo oscilan entre el 0.37% y el 22.1%, con
una estimación agrupada del 3.38% (basada en datos de 23 países a agosto de 2020).[937]
• Reino Unido: la seroprevalencia fue del 7.1% en el Reino Unido en general, según la primera
ronda de resultados del estudio de anticuerpos COVID-19 del Biobank del Reino Unido. La
infección previa se produjo con más frecuencia entre las personas que vivían en Londres
(10.4%), y menos frecuente entre las que vivían en el suroeste de Inglaterra y Escocia (4.4% en
ambos).[938]
• EE.UU.: se cree que menos del 10% de las personas tienen anticuerpos detectables del
coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), según datos de julio a
septiembre de 2020.[939] Se dispone de estimaciones actuales de seroprevalencia para 10
sitios en los Estados Unidos. [CDC: commercial laboratory seroprevalence survey data]
• China: la seroprevalencia fue del 3.2% al 3.8% en Wuhan y disminuyó en otras ciudades chinas
al aumentar la distancia al epicentro.[940]
• Estos estudios sugieren que la prevalencia de las infecciones es mucho mayor de lo que sugieren
los recuentos oficiales de casos y, por lo tanto, el virus es mucho menos letal de lo que se pensaba
inicialmente.
Tasa de letalidad de casos (TL)

• Se define como el número total de muertes informadas dividido por el número total de casos
detectados informados. La TL está sujeta a un sesgo de selección, ya que es probable que se
prueben los casos más graves/hospitalarios.
• La estimación actual de la Organización Mundial de la Salud de la tasa global de letalidad (TGL) es
del 2.2% (a fecha de 28 de febrero de 2021).[941] Esta es mucho más baja que la tasa de mortalidad
de los coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS), que fue del 10%, y del síndrome
respiratorio de Oriente Medio (MERS), que fue del 37%.[50]
• La TL varía considerablemente de un país a otro.

• En China, se ha informado que la tasa de mortalidad infantil general se encuentra entre el 1.4%
y el 2.3% (0.9% en pacientes sin comorbilidades).[4] [942]
• La TL aumenta con la edad.

• En los EE.UU., la mayoría de las muertes se produjeron en pacientes de ≥65 años. La TL fue
más elevada entre los pacientes de ≥85 años (10% a 27%), seguida de los de 65 a 84 años
(3% a 11%), posteriormente los de 55 a 64 años (1% a 3%), y finalmente los de 20 a 54 años
(<1%).[7]
• En China, la mayoría de las muertes se produjeron en pacientes de ≥60 años.[4] La TL fue más
elevada entre los pacientes de ≥80 años (13,4%), seguida de los de 60 a 79 años (6,4%), y
posteriormente los de menos de 60 años (0,32%).[942]
• En Italia, la TL fue más elevada entre los pacientes de ≥80 años (52,5%), seguida de los de 70
a 79 años (35,5%), y posteriormente los de 60 a 69 años (8,5%).[943]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento
• Las muertes son infrecuentes en los niños.[7] [21] En un estudio, el 70% de las muertes se
produjeron en personas de 10 a 20 años, el 20% en personas de 1 a 9 años y el 10% en niños
menores de 1 año.[944]
• La TL aumenta con la presencia de comorbilidades.

Seguimiento
• En China, la mayoría de las muertes se produjeron en pacientes que presentaban afecciones
de salud subyacentes preexistentes (10.5% por enfermedades cardiovasculares, 7.3% por
diabetes, 6.3% por enfermedades respiratorias crónicas, 6% por hipertensión y 5.6% por
cáncer).[4]
• La TL aumenta con la gravedad de la enfermedad.

• La TL es más elevada en los pacientes con enfermedades críticas, entre el 26% y el 67% en los
estudios.[4] [945] [946]

Limitaciones de la TLI/TL

• La estimación de la TLI y la TL en las primeras etapas de una pandemia está sujeta a considerables
incertidumbres y es probable que las estimaciones cambien a medida que se recojan más datos.
Las tasas tienden a ser elevadas al comienzo de una pandemia y posteriormente, tienden a bajar a
medida que se dispone de más datos.[947]
• En la actualidad no existe una definición fija de un caso confirmado, y las definiciones de los casos
varían. Un resultado positivo de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es, a veces, el único
criterio para reconocer un caso; sin embargo, un resultado positivo de la prueba de PCR no equivale
necesariamente a un diagnóstico de COVID-19, ni significa que una persona esté infectada o sea
infecciosa.[948] [949]
• Es posible que el número de muertes informadas en un día determinado no refleje con exactitud
el número de muertes del día anterior debido a las demoras asociadas a la comunicación de la
información sobre muertes. Esto hace difícil saber si el número de muertes está cayendo en el tiempo
a corto plazo.[950]
• Los pacientes que mueren "con" COVID-19 y los pacientes que mueren "a causa del" COVID-19
pueden contarse en el número de muertes en algunos países. Por ejemplo, en Italia solo el 12% de
los certificados de defunción informaron la causalidad directa de COVID-19, mientras que el 88% de
los pacientes que murieron presentaron, al menos, una comorbilidad.[947] [951]
Tasa de mortalidad por países

• El número de muertes (por cada 100,000 habitantes) varía en los distintos países:[952]

• Corea del Sur – 0.7


• Japón – 1.2
• Australia – 3.3
• Alemania – 11.3
• Canadá – 24.6
• Francia – 46.6
• Suecia – 57.4
• Italia – 59.1
• Estados Unidos – 60.3
• Reino Unido – 62.6
• España – 65.0
• Bélgica – 86.8.

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento

Factores pronósticos
Entre los factores de pronóstico que se han asociado con el aumento del riesgo de enfermedad grave y de
mortalidad figuran los siguientes:[953] [954]
Seguimiento

• Factores del paciente

• Mayor edad
• Sexo masculino
• Obesidad
• Antecedentes de tabaquismo
• Grupo sanguíneo A
• Presencia de comorbilidades

• Hipertensión
• Enfermedad cardiovascular
• Insuficiencia cardíaca
• Enfermedad cerebrovascular
• Demencia
• Diabetes
• Enfermedad pulmonar crónica
• Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
• Neoplasia maligna activa
• inmunosupresión
• Enfermedad renal crónica
• Síntomas/signos

• Mialgia
• Producción de esputo
• Escalofríos
• Náuseas
• Disnea
• Taquipnea
• Hipoxemia
• Insuficiencia respiratoria
• Hipotensión
• Taquicardia
• Pruebas diagnósticas

• Linfocitopenia
• Leucocitosis
• Neutrofilia
• Trombocitopenia
• Hipoalbuminemia
• Hígado, insuficiencia renal o lesión cardíaca
• Aumento de los marcadores inflamatorios (proteína C-reactiva, procalcitonina, velocidad de
sedimentación globular)
• Aumento de deshidrogenasa láctica

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento
• Aumento de la creatina-cinasa
• Aumento de los marcadores cardíacos
• Aumento del dímero D

Seguimiento
• Aumento de la interleucina 6
• Infiltrado consolidado o derrame pleural en los estudios por imágenes de tórax
• Alta puntuación en la evaluación secuencial de fallo de órganos (SOFA).

Las enfermedades subyacentes más frecuentes en los pacientes fallecidos eran la hipertensión, la diabetes
y las enfermedades cardiovasculares.[955]

La relación entre la presión arterial parcial de oxígeno y la fracción de oxígeno inspirado (PaO₂/FiO₂) ≤200
mmHg y la insuficiencia respiratoria en el momento del ingreso también se asocian independientemente con
un mayor riesgo de mortalidad hospitalaria.[956] Casi la mitad de los pacientes que recibieron ventilación
mecánica invasiva fallecieron. La tasa de mortalidad fue mayor en los pacientes mayores de 80 años (84%)
en comparación con los pacientes más jóvenes ≤40 años (48%).[957]

Reingreso hospitalario
Aproximadamente, el 9% de más de 106,000 pacientes fueron reingresados en el mismo hospital en los 2
meses siguientes al alta del ingreso hospitalario inicial. Se produjeron múltiples reingresos en el 1.6% de los
pacientes. La mediana de tiempo desde el alta hasta el primer reingreso fue de 8 días. Menos del 0.1% de
los pacientes murieron durante el reingreso. Los factores de riesgo para el reingreso incluyen:[958]

• Edad ≥65 años


• Presencia de enfermedades crónicas (EPOC, insuficiencia cardíaca, diabetes, enfermedad renal
crónica, obesidad)
• Ingreso hospitalario en el plazo de 3 meses anteriores a la primera hospitalización de COVID-19
• Dar de alta a un centro de enfermería especializada o con atención médica a domicilio.

Reinfección
Existe información limitada sobre la reinfección. La positividad de la RT-PCR recurrente en los pacientes
de 1 a 60 días después de la recuperación oscila entre el 7% y el 23% en los estudios, con una tasa
agrupada estimada del 12%.[959] Los pacientes con una enfermedad inicial más prolongada y una edad
más temprana tenían más probabilidades de experimentar una positividad recurrente en pruebas de RT-
PCR, mientras que los que tenían una enfermedad grave, diabetes y un bajo recuento de linfocitos tenían
menos probabilidades.[960] Actualmente no está claro si esto se debe a una reinfección; si se debe a
factores como el tipo de recogida de muestras y los errores técnicos asociados a las pruebas de hisopo, la
infección por el SARS-CoV-2 mutado o la excreción vírica persistente; o si el resultado de la prueba fue un
falso negativo en el momento del alta.[961]

Los estudios han informado repetidamente de pruebas RT-PCR positivas hasta 90 días después de la
infección inicial; por lo tanto, es muy probable que estos casos sean en realidad infecciones iniciales
prolongadas. Es importante señalar que, si bien se ha informado una efusión viral persistente hasta 90
días después del inicio de la infección, no se ha identificado el virus competente para la replicación 10 a 20
días después del inicio de los síntomas (según la gravedad de la enfermedad).[962] Un estudio de cohorte
de 200 pacientes con infección pasada descubrió que, a pesar de la positividad persistente de la RT-PCR
faríngea hasta 90 días después de la recuperación, no se observó la transmisión a los contactos cercanos,
lo que indica que estos pacientes no son contagiosos en la fase postsintomática de la infección.[963]

Se han informado verdaderos casos de reinfección (definidos como dos episodios de infección con una
separación mínima de tres meses por cepas de virus con diferentes secuencias genómicas) en Hong
Kong, la India, el Ecuador y Bélgica.[964] [965] [966] [967] También se han informado dos posibles
casos de reinfección en los Estados Unidos; sin embargo, aunque diferentes variantes genómicas fueron
responsables de los dos episodios en ambos hombres, las infecciones se produjeron con menos de dos
meses de diferencia.[968] [969]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento
Se han informado casos de reinfección con variantes del SRAS-CoV-2 en Brasil, el Reino Unido y
Sudáfrica.[970] [971] [972] [973]

Inmunidad
Seguimiento

La respuesta inmunitaria, incluida la duración de la inmunidad, aún no se comprende del todo. Hay
evidencias que sugieren que es probable que la infección por el SARS-CoV-2 confiera una inmunidad
protectora contra la reinfección.[502] [974] [975] [976] [977] Sin embargo, la calidad de los estudios es
variable y la comparación de los resultados es difícil.[978] Un estudio del Public Health England descubrió
que la inmunidad adquirida de forma natural, como resultado de una infección pasada, proporciona un 83%
de protección frente a la reinfección, en comparación con las personas que no han tenido la enfermedad
anteriormente. La protección parece durar al menos 5 meses.[979] Según un amplio estudio retrospectivo,
las personas seropositivas al SARS-CoV-2 parecían tener un menor riesgo de infección futura, al menos
durante varios meses.[980]

Estudios emergentes sugieren que la mayoría de las personas desarrollan una fuerte y amplia respuesta
de células T tanto con células T CD4+ como CD8+, y algunas presentan un fenotipo de memoria.[981]
Un estudio previo a la impresión encontró que la inmunoglobulina G (IgG) spike era relativamente estable
durante 6 meses, las células B con memoria específica de spike eran más abundantes a los 6 meses que
al mes, y las células T CD4+ y CD8+ disminuyeron con una vida media de 3 a 5 meses en adultos (en su
mayoría con enfermedades leves) que se recuperaron de COVID-19.[982] Otro estudio realizado en más de
12,000 profesionales de salud encontró que la infección previa de SARS-CoV-2 que generaba respuestas
de anticuerpos ofrecía protección contra la reinfección para la mayoría de las personas en los 6 meses
posteriores a la infección.[983] Esto es un buen antecedente para una potencial inmunidad a largo plazo.

La respuesta inmunitaria al SARS-CoV-2 implica, tanto la inmunidad celular, como la producción de


anticuerpos. Se cree que la inmunidad adaptativa al SARS-CoV-2 se produce dentro de los primeros 7 a 10
días desde la infección. Se detecta una potente respuesta de las células B y plasmablast en las primeras
etapas de la infección, con secreción de inmunoglobulina A (IgA) y anticuerpos IgM entre los días 5 y 7, y de
IgG entre los días 7 y 10 a partir del inicio de los síntomas. Los títulos de IgA e IgM disminuyen después de
aproximadamente 28 días, y los títulos de IgG alcanzan su máximo a los 49 días. Las células T se activan
simultáneamente durante la primera semana de la infección y las células T CD4+ y T CD8+ de memoria
específicas del SARS-CoV-2 alcanzan su máximo nivel a las dos semanas, pero siguen siendo detectables
durante ≥100 días. Las respuestas de los anticuerpos y de las células T difieren entre los individuos y
dependen de la edad y de la gravedad de la enfermedad. Los estudios previos han descubierto que es
probable que la respuesta de las células T esté presente en la mayoría de los adultos, al menos, entre 6 y 8
meses después de la infección primaria.[984] [985]

Aunque ha habido preocupaciones sobre la disminución temprana de los anticuerpos neutralizadores de IgG
durante la convalecencia, no se cree que esto sea un problema, porque los niveles de anticuerpos siempre
disminuyen después de la fase aguda de una infección, y son los niveles de los títulos de anticuerpos
después de una infección los que son importantes, ya que esto representa la generación de células
plasmáticas de larga vida para protegerse contra una infección posterior.[984] Se han detectado anticuerpos
hasta 8 meses después de la infección.[986]

El análisis de una amplia cohorte de donantes de suero convalecientes en la ciudad de Nueva York sugiere
que el 99,5% de los pacientes con enfermedad leve confirmada se seroconvierten 4 semanas después
de la enfermedad. Los anticuerpos IgG se desarrollaron durante un período de 7 a 50 días desde el inicio
de los síntomas, y de 5 a 49 días desde la resolución de los síntomas. Esto sugiere que las personas con
enfermedades leves pueden tener la capacidad de desarrollar inmunidad.[987] Sin embargo, entre los
pacientes que se recuperaron de una enfermedad leve en China, los títulos de anticuerpos neutralizantes
variaron sustancialmente.[988] Hay datos que sugieren que las personas asintomáticas pueden presentar
una respuesta inmunitaria más débil a la infección; sin embargo, esto aún no se ha confirmado.[989]

Las pruebas de las muestras de sangre tomadas antes de la pandemia de COVID-19 han demostrado
que algunas personas ya presentan células inmunes que reconocen el SARS-CoV-2. Los estudios han
informado de la reactividad de las células T frente al SARS-CoV-2 en un 20% a 50% de las personas sin
exposición conocida al virus.[990] Aproximadamente, el 5% de los adultos no infectados y el 62% de los
niños no infectados de entre 6 y 16 años presentaban anticuerpos que reconocían el SARS-CoV-2 en un
estudio.[991] Esto puede ser una consecuencia de la verdadera memoria inmunológica derivada en parte de

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Seguimiento
una infección previa con coronavirus del resfriado común, o de otros coronavirus de animales desconocidos.
Sin embargo, es necesario seguir investigando para determinar si existe una inmunidad preexistente al
SARS-CoV-2 en la población humana.

Seguimiento
Se ha comprobado que los anticuerpos IgG maternos frente al SARS-CoV-2 se transfieren a través de la
placenta tras una infección asintomática o sintomática en el embarazo.[992]

Los datos emergentes de un estudio preimpreso sugieren que las respuestas de las células T no se ven
afectadas en gran medida por las variantes del SARS-CoV-2.[993]

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Guías de práctica clínica

Guías de práctica clínica para el diagnóstico

Europa

COVID-19: guidance for health professionals


Publicado por: Public Health England Última publicación: 2021

COVID-19 pandemic
Publicado por: European Centre for Disease Prevention and Control Última publicación: 2021

Assessment of COVID-19 in primary care


Publicado por: Scottish Intercollegiate Guidelines Network Última publicación: 2021

COVID-19 position statement: presentations and management of COVID-19 in


older people in acute care
Guías de práctica clínica

Publicado por: Scottish Intercollegiate Guidelines Network Última publicación: 2020

Internacional

Country & technical guidance - coronavirus disease (COVID-19)


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2021

Diagnostic testing for SARS-CoV-2: interim guidance


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Antigen-detection in the diagnosis of SARS-CoV-2 infection using rapid


immunoassays: interim guidance
Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Public health surveillance for COVID-19: interim guidance


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Infection prevention and control during health care when coronavirus


disease (COVID-19) is suspected or confirmed: interim guidance
Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Prevention, identification and management of health worker infection in the


context of COVID-19
Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Use of chest imaging in COVID-19: a rapid advice guide


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

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América del Norte

Interim guidelines for collecting and handling of clinical specimens for


COVID-19 testing
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

Interim infection prevention and control recommendations for healthcare


personnel during the coronavirus disease 2019 (COVID-19) pandemic
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

COVID-19 real-time learning network


Publicado por: Infectious Diseases Society of America Última publicación: 2021

COVID-19 interim guidance


Publicado por: American Academy of Pediatrics Última publicación: 2021

Guías de práctica clínica


Overview of testing for SARS-CoV-2 (COVID-19)
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2020

Interim guidelines for COVID-19 antibody testing


Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2020

Infectious Diseases Society of America guidelines on the diagnosis of


COVID-19: molecular diagnostic testing
Publicado por: Infectious Diseases Society of America Última publicación: 2020

Infectious Diseases Society of America guidelines on the diagnosis of


COVID-19: serologic testing
Publicado por: Infectious Diseases Society of America Última publicación: 2020

Infectious Diseases Society of America guidelines on infection prevention in


patients with suspected or known COVID-19
Publicado por: Infectious Diseases Society of America Última publicación: 2020

COVID-19 testing guidance


Publicado por: American Academy of Pediatrics Última publicación: 2020

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Asia

A rapid advice guideline for the diagnosis and treatment of 2019 novel
coronavirus (2019-nCoV) infected pneumonia
Publicado por: Zhongnan Hospital of Wuhan University Novel Última publicación: 2020
Coronavirus Management and Research Team; Evidence-Based
Medicine Chapter of China International Exchange and Promotive
Association for Medical and Health Care

Diagnosis and clinical management of severe acute respiratory syndrome


coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection
Publicado por: Peking Union Medical College Hospital Última publicación: 2020
Guías de práctica clínica

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Guías de práctica clínica de tratamiento

Europa

BMJ's coronavirus (covid-19) hub


Publicado por: BMJ Última publicación: 2021

Coronavirus (COVID-19)
Publicado por: National Institute for Health and Care Excellence Última publicación: 2021

COVID-19: guidance for health professionals


Publicado por: Public Health England Última publicación: 2021

COVID-19 rapid guideline: critical care in adults


Publicado por: National Institute for Health and Care Excellence Última publicación: 2021

Guías de práctica clínica


COVID-19: the green book, chapter 14a
Publicado por: Public Health England Última publicación: 2021

COVID-19
Publicado por: European Centre for Disease Prevention and Control Última publicación: 2021

Coronavirus (COVID-19) infection in pregnancy


Publicado por: Royal College of Obstetricians and Gynaecologists Última publicación: 2021

COVID-19: information for the respiratory community


Publicado por: British Thoracic Society Última publicación: 2021

Coronavirus specialty guides


Publicado por: NHS England Última publicación: 2020

COVID-19 rapid guideline: reducing the risk of venous thromboembolism in


over 16s with COVID-19
Publicado por: National Institute for Health and Care Excellence Última publicación: 2020

COVID-19 rapid guideline: managing the long-term effects of COVID-19


Publicado por: National Institute for Health and Care Excellence Última publicación: 2020

COVID-19 position statement: presentations and management of COVID-19 in


older people in acute care
Publicado por: Scottish Intercollegiate Guidelines Network Última publicación: 2020

Community palliative, end of life and bereavement care in the COVID-19


pandemic
Publicado por: Royal College of General Practitioners; Association for Última publicación: 2020
Palliative Medicine

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Europa

Recommendations for COVID-19 clinical management


Publicado por: National Institute for the Infectious Diseases (Italy) Última publicación: 2020
Guías de práctica clínica

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Internacional

Country & technical guidance - coronavirus disease (COVID-19)


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2021

COVID-19 clinical management: living guidance


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2021

Drugs to prevent COVID-19: WHO living guideline


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2021

COVID-19 guidance and the latest research in the Americas


Publicado por: Pan American Health Organization Última publicación: 2021

Surviving Sepsis Campaign guidelines on the management of critically ill


adults with coronavirus disease 2019 (COVID-19) in the ICU

Guías de práctica clínica


Publicado por: Surviving Sepsis Campaign Última publicación: 2021

Therapeutics and COVID-19: living guideline


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Home care for patients with suspected or confirmed COVID-19 and


management of their contacts: interim guidance
Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Criteria for releasing COVID-19 patients from isolation: scientific brief


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Mask use in the context of COVID-19: interim guidance


Publicado por: World Health Organization Última publicación: 2020

Rapid advice guidelines for management of children with COVID-19


Publicado por: International multidisciplinary working group Última publicación: 2020

ISTH interim guidance on recognition and management of coagulopathy in


COVID#19
Publicado por: International Society of Thrombosis and Haemostasis Última publicación: 2020

Global interim guidance on coronavirus disease 2019 (COVID-19) during


pregnancy and puerperium from FIGO and allied partners: information for
healthcare professionals
Publicado por: International Federation of Gynecology and Obstetrics Última publicación: 2020

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Internacional

ISUOG interim guidance on coronavirus disease 2019 (COVID-19) during


pregnancy and puerperium: information for healthcare professionals – an
update
Publicado por: International Society of Ultrasound in Obstetrics and Última publicación: 2020
Gynecology
Guías de práctica clínica

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América del Norte

Coronavirus disease 2019 (COVID-19) treatment guidelines


Publicado por: National Institutes of Health Última publicación: 2021

COVID-19 real-time learning network


Publicado por: Infectious Diseases Society of America Última publicación: 2021

Infectious Diseases Society of America guidelines on the treatment and


management of patients with COVID-19
Publicado por: Infectious Diseases Society of America Última publicación: 2021

Interim clinical guidance for management of patients with confirmed


coronavirus disease (COVID-19)
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

Guías de práctica clínica


Healthcare workers: information on COVID-19
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

Interim clinical considerations for use of COVID-19 vaccines currently


authorized in the United States
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

Interim U.S. guidance for risk assessment and work restrictions for
healthcare personnel with potential exposure to SARS-CoV-2
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

Discontinuation of transmission-based precautions and disposition of


patients with SARS-CoV-2 infection in healthcare set tings
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

Discontinuation of isolation for persons with COVID-19 not in healthcare


set tings
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

COVID-19 interim guidance


Publicado por: American Academy of Pediatrics Última publicación: 2021

Caring for children and youth with special health care needs during the
COVID-19 pandemic
Publicado por: American Academy of Pediatrics Última publicación: 2021

Coronavirus disease (COVID-19): outbreak update


Publicado por: Government of Canada Última publicación: 2021

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Guías de práctica clínica

América del Norte

Management of infants born to mothers with suspected or confirmed


COVID-19
Publicado por: American Academy of Pediatrics Última publicación: 2021

Interim guidance for implementing home care of people not requiring


hospitalization for coronavirus disease 2019 (COVID-19)
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2020

Diagnosis and management of COVID-19 disease


Publicado por: American Thoracic Society Última publicación: 2020

Thromboembolism and anticoagulant therapy during the COVID-19 pandemic:


interim clinical guidance from the Anticoagulation Forum
Guías de práctica clínica

Publicado por: Anticoagulation Forum Última publicación: 2020

Evaluation and management considerations for neonates at risk for


COVID-19
Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention Última publicación: 2020

Novel coronavirus 2019 (COVID-19)


Publicado por: American College of Obstetricians and Gynecologists Última publicación: 2020

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Guías de práctica clínica

Asia

Updates on COVID-19 (coronavirus disease 2019) local situation


Publicado por: Ministry of Health Singapore Última publicación: 2021

Coronavirus disease
Publicado por: Chinese Center for Disease Control and Prevention Última publicación: 2021

New coronavirus infectious disease (COVID-19) related information page


Publicado por: National Institute of Infectious Diseases Japan Última publicación: 2021

COVID-19 infection
Publicado por: Japanese Association for Infectious Diseases Última publicación: 2021

Management of critically ill patients with COVID-19 in ICU: statement from


front-line intensive care experts in Wuhan, China

Guías de práctica clínica


Publicado por: Chinese expert working panel Última publicación: 2020

Handbook of COVID-19 prevention and treatment


Publicado por: First Affiliated Hospital, Zhejiang University School of Última publicación: 2020
Medicine

Diagnosis and treatment protocol for novel coronavirus pneumonia (trial


version 7)
Publicado por: National Health Commission of the People's Republic Última publicación: 2020
of China; National Administration of Traditional Chinese Medicine of the
People's Republic of China

Diagnosis and clinical management of severe acute respiratory syndrome


coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection
Publicado por: Peking Union Medical College Hospital Última publicación: 2020

Oceanía

Coronavirus disease 2019 (COVID-19)


Publicado por: Department of Health Australia Última publicación: 2021

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Recursos online

Recursos online
1. Diagnosis (external link)

2. American Academy of Pediatrics: children and COVID-19 – state-level data report (external link)

3. Johns Hopkins University: coronavirus COVID-19 global cases (external link)

4. BMJ talk medicine: BMJ Best Practice podcast (external link)

5. BMJ talk medicine: the BMJ podcast (external link)

6. BMJ Best Practice: Management of co-existing conditions in the context of COVID-19 (external link)

7. WHO: coronavirus disease (COVID-19) dashboard (external link)

8. CDC: COVID data tracker weekly review (external link)

9. UK Office for National Statistics: coronavirus (COVID-19) infection survey, UK statistical bulletins
(external link)

10. UK Department of Health and Social Care: REACT-1 studies – monthly results (external link)

11. GenBank (external link)

12. COG-UK: data (external link)

13. Yellow Card: coronavirus (COVID-19) (external link)


Recursos online

14. Vaccine Adverse Event Reporting System (external link)

15. WHO: draft landscape and tracker of COVID-19 candidate vaccines (external link)

16. Pfizer/BioNTech COVID-19 vaccine (external link)

17. Moderna COVID-19 vaccine (external link)

18. AstraZeneca COVID-19 vaccine (external link)

19. Janssen COVID-19 vaccine (external link)

20. WHO: infection prevention and control during health care when coronavirus disease (COVID-19) is
suspected or confirmed (external link)

21. CDC: interim infection prevention and control recommendations for healthcare personnel during the
coronavirus disease 2019 (COVID-19) pandemic (external link)

22. BMJ: covid-19 – PPE guidance (external link)

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Recursos online
23. BMJ: covid-19 in primary care (UK) (external link)

24. BMJ: covid-19 – a remote assessment in primary care (external link)

25. BMJ Learning: Covid-19 – handwashing technique and PPE videos (external link)

26. WHO: coronavirus disease (COVID-19) advice for the public (external link)

27. Centre for Evidence-Based Medicine: what is the evidence to support the 2-metre social distancing
rule to reduce COVID-19 transmission? (external link)

28. BMJ: facemasks for the prevention of infection in healthcare and community settings (external link)

29. Public Health England: how to quarantine when you arrive in England (external link)

30. Public Health England: guidance on shielding and protecting people who are clinically extremely
vulnerable from COVID-19 (external link)

31. Royal College of Paediatrics and Child Health: COVID-19 – guidance on clinically extremely vulnerable
children and young people (external link)

32. Public Health England: COVID-19 – advice for smokers and vapers (external link)

33. Emerging (external link)

34. Criteria (external link)

35. Centre for Evidence-Based Medicine: are you infectious if you have a positive PCR test result for

Recursos online
COVID-19? (external link)

36. BMJ Practice Pointer: interpreting a covid-19 tests result (external link)

37. BMJ practice pointer: testing for SARS-CoV-2 antibodies (external link)

38. BSTI: radiology decision tool for suspected COVID-19 (external link)

39. BSTI: lung ultrasound (LUS) for COVID-19 patients in critical care areas (external link)

40. British Association of Dermatologists: Covid-19 skin patterns (external link)

41. WHO: public health surveillance for COVID-19 – interim guidance (external link)

42. CDC: coronavirus disease 2019 (COVID-19) 2020 interim case definition (external link)

43. PHE: COVID-19 – investigation and initial clinical management of possible cases (external link)

44. ECDC: case definition for coronavirus disease 2019 (COVID-19) (external link)

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45. WHO: home care for patients with suspected or confirmed COVID-19 and management of their
contacts (external link)

46. CDC: interim guidance for implementing home care of people not requiring hospitalization for
coronavirus disease 2019 (COVID-19) (external link)

47. Clinical Frailty Scale (external link)

48. NICE: COVID-19 prescribing brief – corticosteroids (external link)

49. Complications (external link)

50. ACOG: outpatient assessment and management for pregnant women with suspected or confirmed
novel coronavirus (COVID-19) (external link)

51. BMJ rapid recommendations: a living WHO guideline on drugs for COVID-19 (external link)

52. Global coronavirus COVID-19 clinical trial tracker (external link)

53. RECOVERY trial (external link)

54. WHO: “Solidarity” clinical trial for COVID-19 treatments (external link)

55. CDC: commercial laboratory seroprevalence survey data (external link)

56. NHS England: acute kidney injury (AKI) algorithm (external link)

57. NICE COVID-19 rapid guideline: managing the long-term effects of COVID-19 (external link)
Recursos online

58. BMJ webinar: long COVID – how to define it and how to manage it (external link)

59. WHO: coronavirus disease (COVID-19) advice for the public – when and how to use masks (external
link)

60. Public Health England: how to make a cloth face covering (external link)

61. CDC: use masks to slow the spread of COVID-19 (external link)

62. Health Education England: adult pulse oximetry monitoring video (external link)

63. WHO: coronavirus disease (COVID-19) travel advice (external link)

64. CDC: COVID-19 – travel (external link)

65. NaTHNac: travel health pro (external link)

66. Public Health England: travel advice – coronavirus (COVID-19) (external link)

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67. UK Department for Transport (external link)

68. Smartraveller Australia: COVID-19 (external link)

69. Government of Canada: coronavirus disease (COVID-19) – travel, quarantine and borders (external
link)

70. Ministry of Manpower Singapore: advisories on COVID-19 (external link)

71. CDC: coronavirus disease 2019 (COVID-19) – pets and other animals (external link)

72. AAP: COVID-19 interim guidance – return to sports and physical activity (external link)

73. WHO: coronavirus disease (COVID-19) pandemic (external link)

74. CDC: COVID-19 (external link)

75. NHS England: coronavirus (COVID-19) (external link)

76. NHS England: COVID-19 patient rehabilitation booklet (external link)

77. NHS England: your COVID recovery (external link)

Recursos online

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Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Imágenes

Imágenes

Imágenes
Figura 1: Número de casos de COVID-19 informados semanalmente por región de la OMS, y muertes en
todo el mundo a fecha de 28 de febrero de 2021
Organización Mundial de la Salud

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Imágenes Enfermedad de coronavirus 2019 (COVID-19) Imágenes

Figura 2: Ilustración que revela la morfología ultraestructural que muestra el coronavirus 2 del síndrome
respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) cuando se observa bajo el microscopio electrónico
Centers for Disease Control and Prevention

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Imágenes
Figura 3: Ciclo de replicación del virus
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Figura 4: Tomografías transversales de un hombre de 32 años, que muestran la opacidad y consolidación


del lóbulo inferior del pulmón derecho cerca de la pleura el día 1 después del inicio de los síntomas (panel
superior), y la opacidad y consolidación bilateral del vidrio de tierra el día 7 después del inicio de los
síntomas

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Figura 5: Recomendaciones y evidencia para el uso de corticosteroides en pacientes hospitalizados con


COVID-19
BMJ. 2020;370:m3379

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Figura 6: Recomendaciones y evidencias para el uso de remdesivir en pacientes hospitalizados con


COVID-19
BMJ. 2020;370:m3379

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Figura 7: "Covid de larga duración" en el servicio de atención primaria


BMJ. 2020;370:m3026

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Figura 8: Paro cardíaco con COVID-19


BMJ. 2020;371:m3513

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Figura 9: Sugerencia de retorno a la actividad física después del COVID-19: estratificación del riesgo para
excluir rasgos sugestivos de miocarditis o COVID-19 postagudo y reanudación escalonada de la actividad
física después de 7 días sin síntomas
BMJ. 2021;372:m4721

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Descargo de responsabilidad
BMJ Best Practice está dirigido a profesionales médicos licenciados. BMJ Publishing Group Ltd
(BMJ) no promueve, ni respalda el uso de ningún fármaco o terapia contenida en esta publicación, ni
tampoco diagnostica a los pacientes. Como profesional del ejercicio de la medicina, usted tiene la plena
responsabilidad respecto a la atención y el tratamiento de sus pacientes y debe utilizar su propio criterio
clínico y experiencia al utilizar este producto.

Este contenido no pretende abarcar todos los posibles métodos de diagnóstico, tratamientos, seguimiento,
fármacos ni cualquier contraindicación o efecto secundario. Además, dado que esas normas y prácticas
médicas cambian a medida que se dispone de nuevos datos, se deben consultar diversas fuentes.
Recomendamos encarecidamente que verifique de forma independiente el diagnóstico, los tratamientos
y el seguimiento especificados y que se asegure de que es adecuado para su paciente dentro de su
región. Además, con respecto a los medicamentos de venta con receta, se aconseja consultar el prospecto
del producto que acompaña a cada fármaco para verificar las recomendaciones de uso e identificar
cualquier cambio en la pauta de dosificación o las contraindicaciones, en particular si el fármaco que se
va a administrar es nuevo, se utiliza con poca frecuencia o presenta un rango terapéutico limitado. Debe
asegurarse siempre de que los fármacos que receta están autorizados para su uso especificado y en las
dosis especificadas en su país.

La información incluida en BMJ Best Practice se proporciona "tal cual" sin ninguna declaración, condición o
garantía de que sea exacta y esté actualizada. BMJ y sus licenciadores y licenciatarios no asumen ninguna
responsabilidad por ningún aspecto del tratamiento administrado a ningún paciente con la ayuda de esta
información. En la máxima medida en que la ley lo permita, BMJ y sus licenciadores y licenciatarios no
incurrirán en responsabilidad alguna, incluida, entre otras, la responsabilidad por daños y perjuicios, que se
derive del contenido. Quedan excluidas todas las condiciones, garantías y otros términos que, de otro modo,
podrían estar implícitos en la ley, incluidas, entre otras, las garantías de calidad satisfactoria, la idoneidad
para un fin determinado, el uso de un cuidado y una capacidad razonables y la no infracción de los derechos
de propiedad.

Figura 1 – Estilo de numeración de BMJ Best Practice

Números de 5 dígitos: 10,000

Números de 4 dígitos: 1000

numerales < 1: 0.25


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BMJ no garantiza la exactitud y fiabilidad de las traducciones, ni el contenido proporcionado por terceros
(incluidos, entre otros, los reglamentos locales, las guías de práctica clínica, la terminología, los nombres
de los fármacos y las dosis de los mismos). El BMJ no se hace responsable de los errores y omisiones
derivados de la traducción y adaptación o de cualquier otro tipo. Cuando el BMJ Best Practice enumera
los nombres de los fármacos, lo hace únicamente por las Denominaciones Comunes Internacionales
recomendadas (DCIr). Es posible que ciertas fórmulas de fármacos se refieran a los mismas fármacos con
nombres diferentes.

Este enfoque está en consonancia con la orientación del International Bureau of Weights and Measures
Service.

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Colaboradores:

// Revisores por pares:

William A. Petri, Jr., MD, PhD


Professor
Division of Infectious Diseases and International Health, University of Virginia, Charlottesville, VA
DIVULGACIONES: WAP declares that he has no competing interests.

Xin Zhang, MD, PhD


Attending Physician
The Fifth Medical Center of PLA General Hospital, Clinical Division and Research Center of Infectious
Disease, Beijing, China 
DIVULGACIONES: XZ declares that he has no competing interests.

Ran Nir-Pa z, MD
Associate Professor in Medicine
Department of Clinical Microbiology and Infectious Diseases, Hadassah Hebrew University Medical Center,
Jerusalem, Israel
DIVULGACIONES: RNP has received research grants from US-Israel Binational Science Foundation,
Hebrew University, Rosetrees Trust, and SpeeDx. He is chair of the European Society of Clinical
Microbiology and Infectious Diseases (ESCMID) Study Group for Mycoplasma and Chlamydia Infections
(ESGMAC). RNP is a consultant for and has stocks in eDAS Healthcare. He is also chairperson of the
Israeli Society for Infectious Diseases guidelines committee.

// Asesores expertos:

Nicholas J. Beeching, MA, BM BCh, FRCP, FRACP, FFTM RCPS (Glasg), FESCMID, DCH, DTM&H
Consultant and Honorary Senior Lecturer in Infectious Diseases
Royal Liverpool University Hospital and Liverpool School of Tropical Medicine, Liverpool, UK
DIVULGACIONES: NJB is partially supported by the National Institute of Health Research Health Protection
Unit (NIHR HPRU) in Emerging and Zoonotic Infections at University of Liverpool in partnership with Public
Health England (PHE), in collaboration with Liverpool School of Tropical Medicine. He is affiliated with
Liverpool School of Tropical Medicine. The views expressed are those of the author and not necessarily
those of the NHS, the NIHR, the Department of Health, or PHE.

Tom E. Fletcher, MBE, PhD, MBChB, MRCP, DTM&H


Senior Clinical Lecturer and Defence Consultant in Infectious Diseases
Royal Liverpool University Hospital and Liverpool School of Tropical Medicine, Liverpool, UK
DIVULGACIONES: TEF is a consultant/expert panel member to the World Health Organization, and is
funded by the UK Surgeon General, the NHS, and Liverpool School of Tropical Medicine. TEF is partially
supported by the National Institute of Health Research Health Protection Unit (NIHR HPRU) in Emerging
and Zoonotic Infections at University of Liverpool in partnership with Public Health England (PHE), in
collaboration with Liverpool School of Tropical Medicine. He is affiliated with Liverpool School of Tropical
Medicine. He has received research grants from the Wellcome Trust, Medical Research Council, and the
UK Public Health Rapid Support Team (UK-PHRST). The views expressed are those of the author and not
necessarily those of the NHS, the NIHR, the Department of Health, or PHE.

Robert Fowler, MDCM, MS (Epi), FRCP(C)


Colaboradores:
H. Barrie Fairley Professor of Critical Care
University Health Network and Interdepartmental Division of Critical Care Medicine, Director, Clinical
Epidemiology and Health Care Research, Institute of Health Policy, Management and Evaluation, Dalla
Lana School of Public Health, University of Toronto, Chief, Tory Trauma Program, Sunnybrook Hospital,
Toronto, Canada
DIVULGACIONES: RF declares that he has no competing interests.

// Editores:

Adam Mitchell,
Section Editor (Infectious Diseases)/Drug Editor, BMJ Best Practice
DIVULGACIONES: AM declares that he has no competing interests.

Irene Chiwele,
Lead Section Editor, BMJ Best Practice
DIVULGACIONES: IC declares that she has no competing interests.

Julie Costello,
Comorbidities Editor, BMJ Best Practice
DIVULGACIONES: JC declares that she has no competing interests.

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