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Los 

fósiles1
(del latín fosillis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la actividad
de organismos pretéritos.2 Dichos restos, conservados en las rocas sedimentarias, pueden
haber sufrido transformaciones en su composición (por diagénesis) o deformaciones
(por metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio
de los fósiles es la paleontología. Dentro de la paleontología están la paleobiología, que
estudia los organismos del pasado —entidades paleobiológicas, que conocemos solo por
sus restos fósiles—, la biocronología, que estudia cuándo vivieron dichos organismos y
la tafonomía, que se ocupa de los procesos de fosilización.

Índice

 1Etimología y evolución del término


 2Localización
 3Tipos de fósiles
o 3.1Icnofósiles
o 3.2Microfósiles
o 3.3Resina fósil
o 3.4Pseudofósil
o 3.5Fósil viviente
 4Registro fósil
o 4.1Representatividad del registro fósil
 5Fosilización
o 5.1Procesos de descomposición
 5.1.1Procesos de descomposición aeróbica
 5.1.2Efectos de la descomposición
 5.1.3Caracterización de la descomposición
 5.1.4Origen, acumulación y preservación de la materia orgánica
o 5.2Procesos fosildiagénicos
 5.2.1Marcadores biológicos y sus utilidades
 5.2.2Rocas madre en la generación de hidrocarburos
o 5.3Procesos destructivos físico-químicos
o 5.4Transporte e hidrodinámica
o 5.5Fosildiagénesis
 5.5.1Esqueletos carbonatados
 5.5.2Esqueletos de aragonito
 5.5.3Esqueletos de calcita
 5.5.4Nódulos de carbonato y calizas litográficas
 5.5.5Fósiles piritizados
 5.5.6Preservación fósil como fosfato primario
 5.5.7Esqueletos calcáreos
 5.5.8Esqueletos silíceos
 5.5.9Fosilización de restos vegetales
 6ADN en fósiles
 7Importancia científica
 8Galería de imágenes
 9Véase también
 10Bibliografía
 11Notas y referencias
 12Enlaces externos

Etimología y evolución del término[editar]

Fósil de Charnia, el primer organismo complejo Precámbrico conocido; perteneciente a la biota del


periodo Ediacárico.

Fósil de trilobites.

Fósil de ammonites.

El vocablo fósil se deriva del verbo latino fodere, excavar, a través del sustantivo fossile,


aquello que es excavado. A lo largo de toda la historia, y antes, en la prehistoria, el hombre
ha encontrado fósiles, restos de seres vivos petrificados por los minerales con los que se
hallaban en contacto. Fueron esos minerales los que sustituyeron o preservaron su forma
externa.
El hombre primitivo les atribuía un significado mágico. Los autores de la Antigüedad
clásica los habían observado y, en general, interpretado correctamente. El término fósil lo
empleaba ya Plinio en el siglo I,34 y su uso fue recuperado en el siglo XVI por Agricola,
aludiendo a su carácter de cuerpo enterrado (como derivado de fossa) e incluía tanto los
restos orgánicos como los cuerpos minerales integrados en los materiales de la corteza
terrestre. Esta situación se mantuvo hasta principios del siglo pasado, si bien es verdad
que los auténticos fósiles solían diferenciarse como fósiles organizados.
El geólogo británico Lyell definió a los fósiles como restos de organismos que vivieron en
otras épocas y que actualmente están integrados en el seno de las rocas sedimentarias.
Esta definición conserva su validez, aunque actualmente el término tiene una mayor
amplitud, ya que se incluyen en el mismo las manifestaciones de la actividad de
organismos como excrementos (coprolitos), restos de construcciones orgánicas, huellas de
pisadas, impresiones de partes del cuerpo, dentelladas (icnofósiles), etc.

Localización[editar]

Afloramiento con abundantes fósiles de gasterópodos y bivalvos (moldes internos), expuestos en la


superficie del terreno por la erosión (reelaborados). Región de Puebla, México.

Artículos principales: Yacimiento paleontológico  y  Listado de yacimientos paleontológicos.

Existen regiones de la Tierra que son conocidas por su particular riqueza en fósiles; por
ejemplo, las pizarras de Burgess Shale en la Columbia Británica de Canadá,5 la caliza de
Solnhofen o los estratos ricos en dinosaurios de la Patagonia.
En España, destacan Atapuerca y Las Hoyas. El primero es un rico yacimiento
del Pleistoceno donde se han encontrado, entre otros, abundantes fósiles de homínidos. El
segundo es conocido por la presencia de Iberomesornis.
Tronco petrificado de Araucarioxylon arizonicum. Los materiales originales han sido sustituidos por
otros minerales, sin perder la estructura.

Los lugares que hacen posible una preservación excepcional (incluso a veces
conservando señales de tejidos blandos) son conocidos como Lagerstätten (lugares de
descanso o almacenamiento, en alemán).

Tipos de fósiles[editar]
Los fósiles más antiguos son los estromatolitos, que consisten en rocas formadas por la
precipitación y fijación de carbonato cálcico, merced a la actividad bacteriana.6 Esto último
se ha podido saber gracias al estudio de los estromatolitos actuales, producidos
por tapetes microbianos. La formación Gunflint contiene abundantes microfósiles
ampliamente aceptados como restos microbianos.7
Hay muchas clases de fósiles. Los más comunes son restos
de ammonoidea, caracoles o huesos transformados en piedra. Muchos de ellos muestran
todos los detalles originales del caracol o del hueso, incluso examinados al microscopio.
Los poros y otros espacios pequeños en su estructura se llenan de minerales.
Los minerales son compuestos químicos, como la calcita (carbonato de calcio), que
estaban disueltos en el agua. El paso por la arena o el lodo que contenían los caracoles o
los huesos y los minerales se depositaron en los espacios de su estructura. Por eso los
fósiles son tan pesados. Otros fósiles pueden haber perdido todas las marcas de su
estructura original. Por ejemplo, una concha de caracol originalmente de calcita puede
disolverse totalmente después de quedar enterrada. La impresión que queda en la roca
puede llenarse con otro material y formar una réplica exacta de la concha. En otros casos,
la concha se disuelve y tan solo queda el hueco en la piedra, una especie de molde que
los paleontólogos pueden llenar con yeso para descubrir la forma del resto.
Desde un punto de vista práctico distinguimos:
 nanofósiles (visibles al microscopio electrónico).
 microfósiles (visibles al microscopio óptico).
 macrofósiles o megafósiles (aquellos que vemos a simple vista).
Los fósiles por lo general solo muestran las partes duras del animal o planta: el tronco de
un árbol, el caparazón de un caracol o los huesos de un dinosaurio o un pez. Algunos
fósiles son más completos: registran una mayor cantidad de información paleobiológica. Si
una planta o animal queda enterrado en un tipo especial de lodo que no contenga oxígeno,
algunas de las partes blandas también pueden llegar a conservarse como fósiles.
Los más espectaculares de estos "fósiles perfectos" son mamuts lanudos completos
hallados en suelos congelados.8 La carne estaba tan congelada, que aún se podía comer
después de 20 000 años. Los fósiles más recientes, por convenio, son los referidos a
organismos que vivieron a finales de la última glaciación cuaternaria, es decir, hace unos
13 000 años aproximadamente. Los restos posteriores (Neolítico, Edad de los Metales,
etc.) suelen considerarse ordinariamente como subfósiles.
Finalmente deben considerarse también aquellas sustancias químicas incluidas en los
sedimentos que denotan la existencia de determinados organismos que las poseían o las
producían en exclusiva. Suponen el límite extremo de la noción de fósil (marcadores
biológicos o fósiles químicos).

Icnofósiles[editar]

Cruziana, icnogénero asociado a la interacción de los trilobites con un fondo marino sin consolidar


(contramolde en la base de un estrato).

Artículo principal: Icnofósil

Los icnofósiles son restos de deposiciones, huellas, huevos, nidos, bioerosión o cualquier
otro tipo de impresión. Son el objeto de estudio de la Paleoicnología.
Los icnofósiles presentan características propias que les hacen identificables y permiten su
clasificación como parataxones: icnogéneros e icnoespecies. Los parataxones son clases
de pistas fósiles agrupadas por sus propiedades comunes: geometría, estructura, tamaño,
tipo de sustrato y funcionalidad. Aunque a veces diagnosticar la especie productora de un
icnofósil puede resultar ambiguo, en general es posible inferir al menos el grupo biológico
o el taxón superior al que pertenecía.
En los icnofósiles se pueden identificar varios tipos de comportamiento: filotaxia, fobotaxia,
helicotaxia, homostrofia, reotaxia,tigmotaxia y agropecuaria
El término icnofacies hace referencia a la asociación característica de pistas fósiles,
recurrente en el espacio y en el tiempo, que refleja directamente condiciones ambientales
tales como la batimetría, la salinidad y el tipo de sustrato.9 Las pistas y huellas de
invertebrados marinos son excelentes indicadores paleoecológicos, al ser el resultado de
la actividad de determinados organismos, relacionada con ambientes específicos,
caracterizados por la naturaleza del sustrato y condiciones del medio acuático, salinidad,
temperatura y batimetría. Especialmente la profundidad del mar condiciona el género de
vida de los organismos y, por tanto, no es de extrañar que se puedan distinguir toda una
serie de icnofacies de acuerdo con la batimetría, cuya nomenclatura, debida a Seilacher,10
se refiere al tipo de pistas más frecuentes y más características de cada una.
Un icnofósil puede tener varias interpretaciones:

 Filogenética: Estudia la identidad del organismo productor. Da lugar a los


parataxones.
 Etológica: Estudia el comportamiento del organismo productor.
 Tafonómica: Se interesa por la posición original y los procesos tafonómicos sufridos.
 Sedimentológica: Revela las condiciones paleoambientales de formación.
 Paleoecológica: Estudiada por las icnofacies.
Microfósiles[editar]

Microfósiles de sedimentos marinos.

"Microfósil" es un término descriptivo que se aplica al hablar de aquellos fósiles de plantas


o animales cuyo tamaño es menor de aquel que puede llegar a ser analizado por el ojo
humano. Normalmente se utilizan dos rasgos diagnósticos para diferenciar microfósiles
de eucariotas y procariotas:

 Tamaño: Los eucariotas son sensiblemente mayores en tamaño a los procariotas, al


menos en su mayoría.
 Complejidad de las formas: Las formas más complejas se asocian con eucariotas,
debido la posesión de citoesqueleto.
Resina fósil[editar]

Fósil de un insecto (Leptofoenus pittfieldae) conservado en ámbar.

Artículo principal: Ámbar
El ámbar (resina fósil) es un polímero natural encontrado en muchos tipos de estratos por
todo el mundo, incluso en el Ártico. Se trata de la resina fosilizada de árboles hace
millones de años. Se presenta en forma de piedras amarillentas.
En el ámbar pueden encontrarse fósiles de insectos y otros pequeños animales que, en su
momento, quedaron atrapados por la resina.

Pseudofósil[editar]

Pseudofósil: dendritas de pirolusita. Crecimientos minerales que asemejan restos vegetales.

Los pseudofósiles son patrones visuales en rocas, producidos por procesos geológicos,
que se asemejan a formas propias de los seres vivos o sus fósiles; un ejemplo clásico son
las dendritas de pirolusita (óxido de manganeso, MnO2), que parecen restos vegetales. La
interpretación errónea de los pseudofósiles ha generado ciertas controversias a lo largo de
la historia de la Paleontología. En el año 2003, un grupo de geólogos españoles puso en
entredicho el origen orgánico de los fósiles de Warrawoona que, según William Schopf,
correspondían a cianobacterias que constituían el primer rasgo de vida sobre
la Tierra hace 3500 millones de años. La base de tal replanteamiento era que estructuras
filamentosas, similares a estos supuestos microfósiles de Warrawoona, pueden ser
producidos a temperatura y presión ambiente por la combinación, en un medio alcalino, de
una sal de bario y un silicato.11 Un nuevo estudio publicado en 2015 por la
revista Proceedings of the National Academy of Sciences resolvió finalmente la
controversia. Los investigadores David Wacey y Martin Saunders utilizaron microscopía
electrónica de transmisión para examinar rebanadas ultradelgadas de los candidatos a
microfósiles y así construir mapas a escala nanométrica de su tamaño, forma, química y
distribución de carbón mineral. Esto hizo evidente que la distribución de carbono era
diferente a todo lo visto en microfósiles auténticos y revelando su origen mineral.1213

Fósil viviente[editar]
Artículo principal: Fósil viviente

Un fósil viviente es un término informal usado para referirnos a cualquier especie viviente
que guarde un gran parecido con una especie conocida por fósiles (se podría decir que es
como si el fósil hubiera "cobrado vida").
Los braquiópodos son un ejemplo perfecto de "fósiles vivientes". Lingula es un
braquiópodo actual del que se encuentran fósiles a través de todo el Cenozoico. Otro
ejemplo es el celacanto. Fue una gran sorpresa encontrar este pez en las costas
de África en 1938, cuando se pensaba que llevaban 70 millones de años extintos.

Registro fósil[editar]
El registro fósil es el conjunto de fósiles existentes. Es una pequeña muestra de la vida del
pasado distorsionada y sesgada.14 No se trata, además, de una muestra al azar. Cualquier
investigación paleontológica debe tener en cuenta estos aspectos, para comprender qué
se puede obtener a través del uso de los fósiles.

Representatividad del registro fósil[editar]

Muestra con hojas fósiles de Ginkgo biloba.

El número de especies totales (entre plantas y animales) descritas y clasificadas asciende


a 1,5 millones. Este número sigue en aumento, pues se descubren aproximadamente diez
mil insectos cada año (existe una gran diversidad de insectos, se conocen
850 000 especies). Se estima que solo falta un centenar de especies de aves por describir
(existe una baja diversidad de aves, pues solo se conocen 8600 especies). Las
estimaciones sobre las especies vivas posibles son de cinco millones. Se conocen unas
300 000 especies de fósiles, es decir, el 20 % del número de especies vivientes conocidas
y menos del 6 % de las probables. El registro fósil abarca desde hace 3770 millones de
años hasta la actualidad;15 sin embargo, el 99 % de sus representantes se encuentran
desde hace 545 millones de años hasta ahora. Son comparaciones asombrosas si
consideramos que el registro fósil incluye centenares de millones de años y que la fauna y
la flora vivientes representan solo un instante de tiempo geológico. Si la conservación de
los fósiles fuera aceptablemente buena, sería previsible que el número de especies
extintas superara en mucho el número de las especies actuales.
Hay varias explicaciones posibles a la pobreza relativa en especies extintas:

 Fuerte crecimiento en la diversidad biológica a través del tiempo. Esto provoca que los
expertos se pregunten si existía falta de variedad en el pasado geológico.
 Puesto que la diversidad se mide por el número de taxones
(especies, géneros, familias, etc.) que vivieron durante un intervalo de tiempo definido,
y que no todos los tiempos geológicos poseen la misma, hay que tener en cuenta el
hecho de que algunas partes de la columna geológica son mejor conocidas que otras.
El número de paleontólogos que trabajan en el Paleozoico y Precámbrico representa
un porcentaje muy bajo; sin embargo, la extensión de estos terrenos es considerable.
 Las rocas más recientes afloran en áreas mayores porque están más cerca de la
"parte alta del montón"
Todo sugiere que la diversidad actual puede no ser apreciablemente más alta que la media
en todo el tiempo que va desde el Cámbrico. Por lo tanto la baja cifra de especies extintas
no puede explicarse satisfactoriamente por la idea de que la diversidad crece con el
progreso evolutivo. Las especies se extinguen y son reemplazadas por otras durante el
curso del tiempo geológico. Se ha sugerido el plazo de 12 millones de años para un
reemplazo completo de todas las especies. La duración de los distintos biocrones está
entre 0,5 y 5 millones de años (2,75 millones de años el biocrón medio). Finalmente, como
conclusión, la cantidad de especies extintas estimadas es:
Fosilización[editar]
Véase también: Tafonomía

Para que un resto corporal o una señal de un organismo merezca la consideración de fósil
es necesario que se haya producido un proceso físico-químico que le afecte, conocido
como fosilización. En este proceso se pueden producir transformaciones más o menos
profundas que pueden afectar a su composición y estructura. Este proceso va en función
del tiempo, por lo que debe haber transcurrido un determinado intervalo a partir del
momento de producción del resto para que llegue a la consideración de fósil. La
fosilización es un fenómeno excepcionalmente raro, ya que la mayoría de los componentes
de los seres vivos tienden a descomponerse rápidamente después de la muerte.16

Molde en yeso de un Tarbosaurus en el Museo de Historia Natural de


Westfalia (Münster, Alemania). El fósil original se encuentra en el Instituto Paleontológico de Moscú.

La permineralización ocurre después del enterramiento, cuando los espacios vacíos en un


organismo (espacios que en vida estaban llenos de líquido o gas) se llenan con agua
subterránea, y los minerales que esta contiene precipitan, llenando dichos espacios.
En muchos casos los restos originales del organismo han sido completamente disueltos o
destruidos.

Procesos de descomposición[editar]
Son los principales responsables en el mundo. Su efecto es la rareza con que se
conservan partes orgánicas blandas (0.01 % de los individuos en una comunidad marina
solo tienen partes blandas). La presencia de partes blandas son indicativas de condiciones
sedimentológicas y diagenéticas excepcionales.
Procesos de descomposición aeróbica[editar]
Son los más rápidos y eficaces para la biodegradación. Por ello, las condiciones anóxicas
son un requisito previo a la preservación de organismos ligeramente mineralizados y de
partes blandas. La demanda de oxígeno para la descomposición en un medio aeróbico es
muy alta (1 mol de Corg. requiere 106 moles de O2). Una reacción estándar sería así:
Efectos de la descomposición[editar]
La descomposición es la principal fuente de pérdida de información en el registro fósil y
la mineralización es la única vía de frenarla. Los tejidos pueden conservarse
como permineralizaciones, residuos orgánicos alterados o, con el deterioro prolongado,
como improntas. Si la descomposición supera a la mineralización, se destruyen los tejidos
y solo se conservan refractarios como la quitina, la lignina o la celulosa.
Caracterización de la descomposición[editar]
La descomposición en el registro fósil puede caracterizarse a tres niveles:
1. Identificación de la descomposición y pérdida de información en la estructura de
organismos fósiles.
2. Reconocimiento de minerales particulares y los marcadores geoquímicos
asociados a regímenes particulares de descomposición.
3. Preservación de microbios fósiles involucrados en el proceso de descomposición.
Origen, acumulación y preservación de la materia orgánica[editar]

Concentración de artejos desarticulados de crinoideo (Isocrinus nicoleti).

La mayor parte se recicla (dando lugar a CO2) dentro de la columna de agua,


particularmente en la zona eufótica. Una proporción relativamente pequeña de la materia
orgánica producida pasa a formar parte de los sedimentos adyacentes, y quedan
afectadas por los modificadores del flujo orgánico (bioestratinómicos), que son la foto-
oxidación, la actividad microbiana y los organismos detritívoros.

Procesos fosildiagénicos[editar]
La materia orgánica incluye además de lípidos libres, biopolímeros como los hidratos de
carbono, proteínas, quitina y lignina, algunos de los cuales serán utilizados para su
consumo y modificación por organismos bentónicos y diversos microorganismos. El resto,
no utilizado de esta manera, puede sufrir policondensación para formar geopolímeros, y
pasa a formar parte del protoquerógeno, precursor del querógeno. Con el entierro del
sedimento, la creciente condensación e insolubilización produce la lenta conversión
diagenética a querógeno que constituye el volumen de la materia orgánica en
antiguos sedimentos.
Marcadores biológicos y sus utilidades[editar]
Las moléculas orgánicas (fósiles químicos) son abundantes en muchos sedimentos y
rocas sedimentarias, y se denominan marcadores biológicos "biomarker". Su estudio e
identificación requieren técnicas sofisticadas de toma de muestra y análisis. Conservan un
registro muy detallado de la actividad biológica del pasado y están relacionados con
moléculas orgánicas actuales. Las posibles fuentes de marcadores biológicos en muestras
geológicas son tantas como moléculas se conocen en los organismos.
Rocas madre en la generación de hidrocarburos[editar]
Una roca madre es un volumen rocoso que ha generado o ha estado generando y
expeliendo hidrocarburos en cantidades suficientes para formar acumulaciones
de petróleo y gas. La mayoría de las rocas madre potenciales contienen entre 0,8 y 2 %
de carbono orgánico. Se acepta un límite aproximado del 0,4 % como el volumen más bajo
de carbono orgánico para la generación de hidrocarburos, estando el óptimo por encima
del 5-10 %. La naturaleza de los hidrocarburos generados depende fundamentalmente de
la composición del querógeno, que puede estar constituido por dos tipos de materia
orgánica:

 Proveniente de restos de plantas terrestres, en cuyo caso los sedimentos liberarán


gas principalmente.
 Proveniente de medios acuáticos (marino o lacustre) con
bacterias, algas, fito y zooplancton, en cuyo caso producirán petróleo con la
maduración suficiente.
Procesos destructivos físico-químicos[editar]

Moldes externos de amonites.

La durabilidad de los esqueletos es la resistencia relativa de estos a la fractura y


destrucción por agentes físicos, químicos y bióticos. Estos procesos destructivos pueden
dividirse en cinco categorías que siguen un orden más o menos secuencial:

1. Desarticulación: Es la disgregación de esqueletos constituidos por elementos


múltiples a lo largo de junturas o articulaciones preexistentes (puede darse incluso
antes de la muerte, como en mudas o exuvios de muchos artrópodos). La
descomposición destruye los ligamentos que unen
los osículos de equinodermos en unas pocas horas o días después de la muerte.
Los ligamentos como los de los bivalvos, compuestos por conquiolina, son más
resistentes y pueden permanecer intactos durante meses a pesar de la
fragmentación de las conchas.
2. Fragmentación: Se produce por el impacto físico de objetos y por agentes bióticos
como predadores (incluso antes de la muerte) y carroñeros. Algunas formas de
rotura nos permiten identificar al predador. Las conchas tienden a romperse a lo
largo de líneas de debilidad preexistentes como líneas de crecimiento o de
ornamentación. La resistencia a la fragmentación está en función de varios
factores:
o Morfología del esqueleto.
o Composición.
o Microestructura, espesor y porcentaje de matriz orgánica.
3. Abrasión: Es el resultado del pulido y molienda de los elementos esqueléticos,
produciendo un redondeamiento y una pérdida de los detalles superficiales. Se
han realizado estudios semicuantitativos de las proporciones de abrasión,
introduciendo conchas en un tambor rotatorio con gravas silíceas.17 Su grado de
intensidad está relacionado con diversos factores:
o La energía del medio.
o El tiempo de la exposición.
o El tamaño de la partícula del agente abrasivo.
o La microestructura de los esqueletos.
4. Bioerosión: Solo se puede identificar cuando está asociada a fósiles reconocibles
como esponjas clionas y algas endolíticas. Su acción destructora es muy alta en
medios marinos poco profundos, donde se puede observar actualmente una
pérdida de peso del 16 al 20 % en las conchas de moluscos contemporáneos. No
está claro si dichas proporciones se mantenían en el Paleozoico, cuando las
esponjas clionas eran menos abundantes.
5. Corrosión y disolución: Es el resultado de la inestabilidad química de los minerales
que forman los esqueletos en la columna de agua o en los poros del sedimento.
La disolución puede empezar en la interfase sedimento-agua y puede continuar a
profundidades considerables dentro del sedimento. La bioturbación de los
sedimentos normalmente favorece la disolución por la introducción de agua marina
dentro del sedimento que a la vez favorece la oxidación de sulfuros.
6. Corrasión: En la práctica, los efectos de abrasión mecánica, la mayoría de los de
bioerosión y de corrosión son difíciles de distinguir en los fósiles. Algunos autores
proponen el término de corrasión para indicar el estado general de las conchas,
resultado de cualquier combinación de estos procesos. El grado de corrasión
proporciona un índice general del tiempo que los restos han estado expuestos a
estos tres procesos.
Los procesos destructivos de desarticulación, fragmentación y corrasión son muy
evidentes en el registro fósil. Estos procesos afectan de manera diferente a los distintos
tipos de esqueletos. La mayoría de los organismos marinos se puede asignar a una de las
cinco categorías arquitectónicas de esqueleto: macizo, arborescente, univalvo, bivalvo o
de elementos múltiples.

 Esqueletos macizos: Resistentes a la rotura y muy resistentes a la destrucción


mecánica. Sin embargo, al permanecer en el suelo del mar intervalos prolongados de
tiempo, presentan a menudo efectos de corrasión en mayor magnitud que otros
esqueletos.
 Esqueletos arborescentes: Son los indicadores más sensibles de fragmentación; una
ausencia de rotura en tales esqueletos es un indicador excelente de mínima
perturbación del ambiente sedimentario.
 Esqueletos bivalvos: Se desarticulan con relativa rapidez después de la muerte,
aunque aquellos con ligamentos de conquiolina pueden permanecer articulados
durante períodos prolongados.
 Esqueletos de elementos múltiples: Son los mejores indicadores de un rápido
enterramiento.
Cuando se toman en conjunto los distintos tipos de esqueletos y sus sensibilidades a los
agentes destructivos, nos encontramos con unos excelentes indicadores de los procesos
sedimentarios, lo que puede usarse para definir distintas tafofacies.

Transporte e hidrodinámica[editar]
Si se considera como partículas sedimentarias los restos esqueléticos de los organismos,
se podrá realizar estudios sobre su comportamiento hidrodinámico (conchas
de braquiópodos, bivalvos, gasterópodos, cefalópodos, ostrácodos y crinoideos). En
general se conoce poco del comportamiento hidrodinámico de estas partes duras, tan
abundantes e importantes ecológicamente en ambientes de aguas poco profundas de
medios modernos y del registro fósil. El comportamiento hidrodinámico de las conchas es
complejo e imprevisible, principalmente debido a la gran diversidad de formas
involucradas.

Fosildiagénesis[editar]
Artículo principal: Fosildiagénesis
La comprensión de los procesos diagenéticos es fundamental para interpretar
correctamente la mineralogía original, estructura de esqueletos y conchas, sus afinidades
taxonómicas y su paleoecología. Un problema que se plantea muy frecuentemente es
deducir cual ha sido la mineralogía original de grupos extintos
(corales rugosos, arqueociátidos, estromatopóridos...). La transición hasta el estado de
fósil depende mucho de la composición esquelética.
Esqueletos carbonatados[editar]
Después del enterramiento el carbonato se altera en mayor o menor magnitud durante
la diagénesis temprana.
Esqueletos de aragonito[editar]
El aragonito normalmente se transforma en calcita mediante uno de estos procesos
principalmente:

 Disolución total: Si las aguas de la zona vadosa no están saturadas en carbonatos


se produce la disolución total del esqueleto y el relleno por calcita. El área vacía
reproduce un molde de la concha y no se conserva la estructura de la concha. Se
pueden formar drusas con cristales hacia el centro. El tiempo que dura el proceso es
variable.
 Calcificación: En este segundo caso los esqueletos de las conchas preservan las
estructuras relictas (distintas capas o lamelas de las conchas). Incluso se pueden
preservar cristales enteros de aragonito que nos dan una información muy valiosa. El
reemplazamiento se produce de forma gradual y respeta la estructura original.
Esqueletos de calcita[editar]
En general, los esqueletos fósiles que estaban constituidos por calcita mantienen
frecuentemente esta composición original (a menos que se hayan silicificado o
dolomitizado). El contenido en magnesio tiende a reducirse, de forma que puede haber
alteración diagénica con alto o bajo contenido de calcita. Existen técnicas especiales como
la catodoluminiscencia que permiten determinar su contenido original a partir de áreas
relictas que han conservado su composición original.
Nódulos de carbonato y calizas litográficas[editar]
La preservación de partes blandas está asociada en muchas ocasiones con
la precipitación de carbonatos en forma de nódulos y estratificados, como es el caso de las
calizas litográficas. Los nódulos carbonatados están constituidos por siderita o calcita y
asociados a sedimentos arcillosos ricos en microorganismos. Contienen fósiles que a
menudo se conservan en tres dimensiones incluyendo a veces partes blandas fosilizadas.
Su tamaño varía entre 10 y 30 centímetros aunque se han encontrado de hasta
10 metros (incluyendo un plesiosaurio completo). El contenido en microorganismos y
su descomposición son los factores primarios que controlan el grado de anoxia, Eh y pH.
En presencia de oxígeno, la respiración microbiana produce CO2 que se acumula en el
agua de los poros del sedimento, favoreciendo la disolución de los carbonatos
En ausencia de oxígeno las bacterias del sedimento utilizan una serie de oxidantes
alternativos en el proceso de la respiración (Mn, NO3-, Fe o SO42-) y cuando todos los
oxidantes han desaparecido son las reacciones de fermentación las que dominan
produciéndose metano. Las calizas litográficas se forman en medios lacustres y marinos,
son de grano muy fino y finamente bandeadas. Un ejemplo son las famosas calizas de
Solnhofen del Jurásico de Baviera que contienen los fósiles de Archaeopteryx. El
carbonato en estos depósitos se puede originar a partir de una fuente biogénica (como
algas calcáreas) o como un precipitado químico.
Fósiles piritizados[editar]
La pirita sedimentaria se encuentra como un componente menor de sedimentos marinos
clásticos tanto actuales como antiguos. Los estudios en sedimentos actuales han
demostrado que la formación de pirita autigénica se suele dar en la diagénesis muy
temprana a tan solo unos centímetros por debajo de la interfase agua-sedimento. Un
aumento de la cantidad de microorganismos o la profundidad de enterramiento, impide
la difusión de oxígeno en el sedimento y los microorganismos se ven obligados a respirar
anaeróbicamente. La mineralización detiene la pérdida de información asociada a la
descomposición de macroorganismos y la precipitación de pirita en la diagénesis temprana
es un importante medio para la preservación de los fósiles. En los tejidos blandos
como músculos y también quitina, durante la diagénesis temprana se puede producir la
piritización. Cuando la descomposición es más avanzada y por lo tanto más tardía la
formación de pirita, se destruirán tejidos blandos y solo los compuestos biológicos
resistentes (denominados refractarios) como celulosa y lignina se conservan. Las partes
biogénicas duras como las conchas (carbonato cálcico y magnesio) y los huesos (fosfato
de calcio) son algunas de las estructuras biológicas más resistentes a la descomposición.
De las dos, el carbonato de calcio es el más inestable y por consiguiente el que con más
probabilidad puede ser reemplazado por pirita. La pirita sedimentaria presenta varias
morfologías:

 Framboides: Agregados esféricos de microcristales en forma


de cubos y octágonos en sedimentos arcillosos. Su tamaño varía de unas micras a
aproximadamente 1 milímetro de diámetro.
 Sedimentos piritizados: Son sedimentos infiltrados en cavidades biogénicas que han
sido consolidadas por pirita. Pueden llegar a reemplazar a los granos detríticos.
 Relleno de cavidades: El relleno por pirita euhedral de cavidades es muy común en
sedimentos arcillosos. Dichas cavidades constituyen en muchos casos el espacio que
ocupaban moluscos, braquiópodos y alvéolos de huesos.
 Incrustaciones: Son precipitaciones en la superficie exterior de los fósiles.
 Texturas pseudomórficas: En las pseudomorfosis, la pirita puede reemplazar tanto
minerales detríticos como fósiles, incluyendo también la preservación de estructuras
sedimentarias, madrigueras y coprolitos.
La formación de pirita está controlada por la concentración de carbono orgánico, sulfato y
minerales detríticos férricos. En un ambiente marino normal los minerales férricos y los
sulfatos están presentes en abundancia y la formación de pirita es controlada por el
suministro de carbono orgánico. Sin embargo, en ambientes de agua dulce la formación de
pirita está muy limitada por la baja concentración de sulfato.
Preservación fósil como fosfato primario[editar]
El fósforo es un elemento fundamental en la vida. Se concentra en tejidos duros, como
huesos o algunas cutículas, o más a menudo en partes blandas. Por consiguiente no
sorprende que esté involucrado en la fosilización. El esqueleto de vertebrados está
principalmente compuesto de hidroxiapatito (Ca10(PO4)6(OH)2). Algunos OH pueden ser
reemplazados localmente, por iones de F-, sobre todo en dientes, produciendo un hidroxi-
fluorapatito menos soluble. Los caparazones fosfáticos de invertebrados tienen
composiciones similares con alguna variación. La composición de los huesos fósiles
contienen más flúor. El volumen medio del flúor de los huesos de peces marinos y de agua
dulce es respectivamente 4300 ppm y 300 ppm, mientras que los fósiles contienen
22 100 ppm y 19 900 ppm de flúor.
Esqueletos calcáreos[editar]
Los esqueletos de carbonato de calcio pueden pasar a apatito sin cambio en la morfología
externa. En ambientes naturales, esta alteración diagénica está asociada a depósitos de
fosfato. La transformación bacteriana de organismos calcáreos en apatito se ha
demostrado en laboratorio. Estas observaciones y experimentos hacen pensar en el
siguiente posible mecanismo:

1. El fósforo necesario para reemplazar carbonato por apatito procede de los


microorganismos del sedimento.
2. Los microorganismos (bacterias, algas, hongos) promueven la descomposición,
liberando iones fosfato y acidificando el agua intersticial de los sedimentos (esta
acidificación que puede ser muy localizada, promueve la disolución de los
carbonatos). El fosfato liberado se combina con calcio para formar apatito que se
forma preferentemente en la interfase carbono/microorganismo reemplazando al
carbonato disuelto. Este reemplazamiento preserva la forma externa de la concha
original y al igual que en la fosilización del apatito primario, el flúor juega un papel
importante al ser la composición final carbonato-flúor-apatito.

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