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El documento describe la evolución de la filosofía de gestión del talento humano desde enfoques tradicionales a enfoques más modernos. Explica que los enfoques tradicionales se centraban en el control externo de los empleados, mientras que los enfoques modernos reconocen que los empleados desean participar más y desarrollar sus talentos. También discute cómo la cultura y el clima organizacionales influyen en la filosofía personal de los empleados.
El documento describe la evolución de la filosofía de gestión del talento humano desde enfoques tradicionales a enfoques más modernos. Explica que los enfoques tradicionales se centraban en el control externo de los empleados, mientras que los enfoques modernos reconocen que los empleados desean participar más y desarrollar sus talentos. También discute cómo la cultura y el clima organizacionales influyen en la filosofía personal de los empleados.
El documento describe la evolución de la filosofía de gestión del talento humano desde enfoques tradicionales a enfoques más modernos. Explica que los enfoques tradicionales se centraban en el control externo de los empleados, mientras que los enfoques modernos reconocen que los empleados desean participar más y desarrollar sus talentos. También discute cómo la cultura y el clima organizacionales influyen en la filosofía personal de los empleados.
LA NUEVA FILOSOFIA DE LA GESTION DEL TALENTO HUMANO
(Grisel Colmenarez extraído de Chiavenato I, 2009,)
La mayor parte de las organizaciones se estructuró y organizó dentro de los
estándares de relativa estabilidad y permanencia. El modelo organizacional tradicional en que se inspiraron se moldeó a comienzos del siglo XX. Estas organizaciones fueron creadas para perdurar, como si fuesen inmutables, perfectas y acabadas y no necesitasen mejoramiento o ajustes con el tiempo. Las características principales del modelo mecanicista y tradicional eran: mando centralizado a través de la jerarquía y control externo y absoluto del desempeño de las personas, cargos definitivos con atribuciones estrictamente limitadas y tareas sencillas y repetitivas; normas y reglamentos para establecer orden y eficiencia; departamentos funcionales con objetivos específicos orientados a su especialidad; modelo estático y conservador en que no se prevé ningún cambio ni flexibilidad. Era como si el mundo no experimentase cambios Para ubicar el papel de la administración del Talento Humano, es necesario empezar a recordar algunos conceptos. Así pues, precisa traer a la memoria el concepto de administración general. Aunque existen múltiples definiciones, más o menos semejantes, para que el propósito de esta lectura, expresaremos que es: "La disciplina que persigue la satisfacción de objetivos organizacionales contando para ello una estructura y a través del esfuerzo humano coordinado". Como fácilmente puede apreciarse, el esfuerzo humano resulta vital para el funcionamiento de cualquier organización; si el elemento humano está dispuesto a proporcionar su esfuerzo, la organización marchará; en caso contrario, se detendrá. De aquí a que toda organización debe prestar primordial atención a su personal, (talento humano), en la práctica, la administración se efectúa a través del proceso administrativo: planear, ejecutar y controlar. Pero, ¿Qué significa para las organizaciones modernas el desarrollo del Talento Humano? Ciertos autores, tales como Chiavenato (2008) expresan: “dentro del talento humano, no sólo el esfuerzo o la actividad humana se reflejan o se evidencias, sino también existen otros factores que dan diversas modalidades a esa actividad: conocimientos, experiencias, motivación, intereses vocacionales, actitudes, aptitudes, habilidades, potencialidades, salud, etc. Sin embargo, hay que tomar en cuenta , que hoy en día en este mundo globalizante, cambiante y lleno de incertidumbres, no hay duda de que muchos trabajadores por lo general están insatisfechos con el empleo actual o con el clima organizacional imperante en un momento determinado y eso se ha convertido en una preocupación para muchos gerentes. Tomando en consideración los cambios que ocurren en la fuerza de trabajo, estos problemas se volverán más importantes con el paso del tiempo. Todos lo gerente, supervisores, jefes, patrones, deben actuar como personas claves en el uso de técnicas y conceptos de administración de personal para mejorar la productividad y el desempeño en el trabajo. Pero aquí nos detenemos para hacernos una pregunta: ¿Pueden las técnicas de administración del talento humano impactar realmente en los resultados de una organización? La respuesta es un "SI" definitivo. En el caso de una organización, la productividad es el problema al que se enfrenta y el personal es una parte decisiva de la solución. Las técnicas del desarrollo y evolución del talento humano, aplicadas en contribuir a lograr alcanzar los objetivos y metas de la organización, deben efectuarse cumpliendo con los principios de la administración que son planificar, organizar, dirigir y controlar, tanto por los departamentos de administración del talento humano como por los gerentes de línea, ya han tenido un gran impacto en la productividad y el desempeño. Aun cuando los activos financieros, del equipamiento y de planta son recursos necesarios para la organización, los empleados - el talento humano - tienen una importancia sumamente considerable. El talento humano proporciona la chispa creativa en cualquier organización. La gente se encarga de diseñar y producir los bienes y servicios, de controlar la calidad, de distribuir los productos, de asignar los recursos financieros, y de establecer los objetivos y estrategias para la organización. Sin gente eficiente es imposible que una organización logre sus objetivos. El trabajo del director de talento humano es influir en esta relación entre una organización y sus empleados."La dirección del talento humano es una serie de decisiones acerca de la relación de los empleados que influye en la eficacia de éstos y de las organizaciones" En la actualidad, los empleados tienen expectativas diferentes acerca del trabajo que desean desempeñar. Algunos empleados desean colaborar en la dirección de sus puestos de trabajo, y quieren participar en las ganancias financieras obtenidas por su organización. Otros, cuentan con tan pocas habilidades de mercado que los empresarios deben rediseñar los puestos de trabajo y ofrecer una amplia formación antes de contratar. Así mismo, están cambiando los índices de población y la fuerza laboral. Con el mundo cambiante, se ha contaminado el desarrollo de una filosofía propia del Talento Humano, en donde las acciones de las personas siempre están basadas en sus suposiciones básicas; esto es particularmente cierto en relación con la administración de personal. Las suposiciones básicas con respecto a las personas, radica en sus valores, como por ejemplo, si se les puede tener confianza, si les desagrada el trabajo, si pueden ser creativas, por qué actúan de una manera diferente, es decir, como si no lograran adaptarse a la organización, es más manejan la forma como deben ser tratadas y no practicaran la misma estrategia con el resto de las personas, puede observarse que comprenden una filosofía propia de la administración de personal. El desarrollo del talento humano, tiene una visión más profunda, donde las decisiones que se tomen sobre el personal, con respecto a la contratación, a la capacitación que se les ofrece, la evaluación de desempeño que se les aplica, refleje una visión compartida. Pero ¿se puede desarrollar y evaluar el talento humano con estas condiciones? No cabe la menor duda, de que una persona trae consigo a su trabajo ciertas actitudes inicial basada en sus experiencias, educación y antecedentes, sin embargo, estás actitudes no está grabada en piedra y que deben mejorarse y cambiarse. Debe evolucionar continuamente en la medida en que la persona acumula nuevos conocimientos, información y experiencias, actitudes, personalidad, talento, destrezas, habilidades, estos constituyen realmente los valores que definen al individuo. Uno de los factores que darán forma a la filosofía personal de cada empleado será la de la alta administración de la organización y esto lo constituye su cultura organizacional como el factor externo y el clima organizacional como el factor interno. Aunque la filosofía de la alta administración puede o no ser explícita, generalmente se comunica por medio de sus acciones y se extiende a todos los niveles y áreas en la organización. Anteriormente, la cultura organizacional se maneja bajo ciertos parámetros industriales, y después de la revolución industrial, surgieron ciertos especialista del área industrial que mantenían suposiciones básicas acerca de del comportamiento de los individuos dentro de la organización. Dentro de la influencia sobre las suposiciones básicas propias acerca del personal, se puede destacar la McGregor D., que distinguían dos vertientes la Teoría X, que dentro de sus preceptos sostenía que el ser humano promedio, tienen un rechazo inherente hacia el trabajo y lo evitará si puede. Debido a éste rechazo al trabajo, la mayoría de las personas deben ser obligadas, controladas, dirigidas y amenazadas con castigos a fin de lograr que realicen un esfuerzo adecuado. Este afirmaba que el individuo se alejaba de las responsabilidades. En cuanto a la teoría Y, sostenía todo lo contrario, que el ser humano promedio no rechaza inherentemente el trabajo. Y que por el contrario las amenazas y, el control externo y el castigo no son los únicos medios para lograr que se realice un esfuerzo para alcanzar los objetivos de la organización, con ello se logrará, que los trabajadores estén más motivados al satisfacer sus necesidades de orden superior en cuanto al logro, estima y autorrealización. El ser humano promedio aprende, en condiciones apropiadas, no sólo aceptar sino también a buscar responsabilidades, lográndose un alto grado de ingenio, creatividad, en la solución de problemas organizacionales. No obstante, surgieron otras teoría de relaciones humanas, recursos humanos y ahora del talento humano, que llegaron a concluir que el individuo se adapta a cualquier realidad existente, pero que debe ser motivado e incentivado no sólo a lograr alcanzar los objetivos de la organización sino los propios. Una de las formas como la organización logre alcanzar sus metas, está en modificar una cultura organizacional obsoleta, tradicional, y que este cambio incida en su clima organizacional, por otro lado, es necesario aplicar ciertos subprocesos de recursos humanos que de una manera u otra, permitan mantener un ambiente laboral armonioso, que marche en prevención de riesgos y accidentes laborales. Entre estos se puede mencionar; realizar una práctica de selección de personal que cumpla con los perfiles, requisitos y exigencias para el cargo que necesita, que integre ciertas características individuales como capacidad, experiencia, habilidad, destrezas, educación y ciertas características físicas, de personalidad, de aptitud, intereses personales con las funciones a desempeñar, lo que permitirá una selección efectiva y correcta de la persona que ocupará el puesto vacante, y por otro lado determinar los deberes y naturaleza de las posiciones y los tipos de personas que deben ser contratadas para ocuparlos. Con respecto al comportamiento humano, esencial en la prevención de accidentes laborales es necesario resaltar que se debe contar con individuos abiertos a la sensibilidad, a la comunicación, la toma de decisiones, información referente al gasto de energía, caminar largas distancias y otros. Otro aspecto importante que tiene Desarrollo y Evaluación del Talento Humano en el área de la Seguridad Social y Laboral, reside en la implantación e implementación de las máquinas, herramientas, equipos utilizados, el conocimiento sobre cómo se maneja o aplica dichas herramientas en el campo de trabajo, esto permitirá evaluar los estadandares de desempeño tales como calidad o tiempo dedicado a cada labor, el tipo de habilidades que se requieren, y por lo tanto la capacitación. Así mismo, es necesario resaltar el contexto de puesto, que incluye la información referente a situaciones de condiciones físicas del trabajo, horario del trabajo y el contexto social y organizacional por ejemplo, en los términos de la gente con la que el empleado deberá interactuar normalmente. También podría incluirse aquí información referente a los incentivos financieros y no financieros que conlleva el empleo. La teoría neoclásica desplazó progresivamente la atención antes puesta en las llamadas “actividades-medio”, hacia los objetivos o finalidades de la organización. De allí ,que el enfoque basado en el proceso y la preocupación mayor por las actividades (medios) muere y mace o es sustituido por un enfoque centrado en resultados y objetivos alcanzados (fines), conocida hoy en día como administración por objetivos y evaluación por objetivos, y es debido a la preocupación acerca de ¿cómo administrar? Ó ¿para qué administrar? El énfasis en hacer correctamente el trabajo para alcanzar la eficiencia pasó al énfasis en hacer el trabajo más relevante para los objetivos de la organización, con el fin de lograr eficacia. El trabajo pasó de ser un fin en sí mismo, a ser un medio para obtener resultados. Esa profunda reformulación representa otra especie de revolución copernicana dentro de la administración: un nuevo cambio en el panorama gravitacional del universo administrativo. Esto debido a que tanto las personas como la organización probablemente están más preocupadas por trabajar que por producir resultados. La administración por objetivos (APO) o administración por resultados constituye un modelo administrativo bastante difundido y plenamente identificado con el espíritu pragmático y democrático de la teoría neoclásica. Su aparición es reciente- Drucker P. (1954), - considerado el creador de la Administración por Objetivos, surge cuando una empresa privada norteamericana estaba sufriendo fuertes presiones. Desde la intervención keynesiana durante la depresión que siguió a la crisis de 1929, el capitalismo sufrió sucesivamente mayores injerencias y controles gubernamentales, pues se llegó a creer que las decisiones nacionales no podían depender de la acción de los empresarios. El empresario de la década de 1950 estaba muy consciente, pérdida de sus márgenes de ganancias y de la necesidad de reducir gastos, y se concentraba más en los resultados que en esfuerzos superfluos y dispersos, que en el comportamiento humano, la seguridad social, industrial y laboral que requiere ese individuo. La presión económica de la época generó dentro de las empresas una “administración por presión”, pero la presión ejercida sobre los gerentes no condujo a mejores resultados. Ello debido a que los dirigentes de las empresas interpretaban como rebeldía la apatía de los gerentes para producir los resultados esperados. Como respuesta, las empresas hacían más fuertes los controles y con eso se cerraba más el círculo vicioso: mayor control, mayor resistencia; mayor resistencia, mayor control. Fue entonces cuando se buscó una forma de equilibrar los objetivos, admitir una mayor participación del colectivo laboral organizacional, descentralizar las decisiones, permitir el autocontrol y la auto evaluación, la supervisión preventiva, proporcionando mayor libertad y mayor flexibilidad en los controles, dentro de la organización La administración por objetivos surgió como método de evaluación y control sobre el desempeño de áreas y organizaciones en crecimiento rápido. Inicialmente constituyó un criterio financiero de evaluación y de control. Pero, ¿en el contexto nacional, este enfoque administrativo está cumpliendo su propósito? ¿A nivel de Higiene y Seguridad Laboral se está dirigiendo éste enfoque, en la protección y prevención de situaciones de riesgos y/o de accidentes laborales? Como criterio financiero fue válido, pero en el enfoque global de la empresa trajo como consecuencia una distorsión profesional, pues los criterios de ganancia y de costo no son suficientes para explicar la organización social y humana. La respuesta de los niveles medios e inferiores de la organización a ese criterio fue de descontento y apatía, lo cual ocasionó conflictos entre los funcionarios de nivel medio e inferior y la alta dirección. Fue entonces cuando comenzaron a surgir las ideas de descentralización y administración por resultados. El único modo que encontró la dirección para revertir el proceso antes descrito fue la descentralización de las decisiones y la fijación de objetivos para cada área clave, es decir cada cual escogería “cómo” alcanzar los resultados. El administrador tiene que saber y entender lo que, en términos de desempeño, se espera de él en función de las metas de la empresa, y su superior debe saber qué contribución puede exigir y esperar de él, juzgándolo de conformidad con las mismas. En realidad, la administración por objetivos (APO) es un sistema dinámico que integra la necesidad de la empresa de alcanzar sus objetivos de lucro y crecimiento, con la necesidad del gerente de contribuir a su propio desarrollo. Es un estilo exigente y equilibrado de administración de empresas. Dicho enfoque (APO), los gerentes principales y subordinados de una organización definen, en conjunto, sus metas comunes y especifican las áreas principales de responsabilidad de cada posición, en relación con los resultados esperados de cada uno, utilizando esas medidas como guías para mejorar la operación del sector y para verificar la contribución de cada uno de sus miembros, por lo tanto esta perspectiva (APO)se convierte en un método por el cual el administrador y su superior definen conjuntamente las metas y especifican las responsabilidades para cada posición, en función de los resultados esperados, pasando estos últimos a conformar los estándares de desempeño bajo los cuales los gerentes serán evaluados. Analizado el resultado final, el desempeño del gerente y/o supervisor puede ser evaluado objetivamente y los resultados alcanzados pueden compararse con los resultados esperados. Prácticamente, todos los sistemas de la Administración por Objetivos tienen alguna forma de evaluación y revisión regular del progreso realizado, a través de los objetivos ya alcanzados y de aquellos por alcanzar, permitiendo así el tener en cuenta algunas previsiones, y el fijar nuevos objetivos para el periodo siguiente. Sin embargo, la implantación de la Administración por Objetivos requiere del fuerte apoyo de un equipo mancomunado, que vele por la integridad física, mental, social, de los individuos y que dicho equipo se este previamente entrenado y preparado, para cualquier eventualidad, es por ello, que la APO, decae, ya que su perspectiva de trabajo radicaba en el camino “hágalo usted mismo”, y no es aconsejable en la administración, pues ésta exige coordinación e integración de esfuerzos. De allí que nace o surge otro enfoque de nueva filosofía para la Gestión del Talento Humano, donde sus principales características se orientaban a la creciente competitividad nacional e internacional, reto mejorar de la productividad, dentro de un entorno y con factores orientados a la globalización de la competencia, donde se logra la tercerización de funciones/servicios, mejorando con en ello la calidad de servicios y lográndose alcanzar la tan anhelada generación de valor, que no es más que darle valor a los empleados, (desde cualquier estrato laboral) clientes, accionistas y así encontrar la supervivencia de la organización, alineando su gestión. La Evaluación por Competencias Marelli (2000) define: “La competencia es una capacidad laboral, medible, necesaria para realizar un trabajo eficazmente, es decir, para producir los resultados deseados por la organización. Está conformada por conocimientos, habilidades, destrezas y comportamientos que los trabajadores deben demostrar para que la organización alcance sus metas y objetivos”. Y agrega que son: “capacidades humanas, susceptibles de ser medidas, que se necesitan para satisfacer con eficacia los niveles de rendimiento exigidos en el trabajo”.
Ibarra (2000) la define como “la capacidad productiva de un individuo que se
define y mide en términos de desempeño en un determinado contexto laboral, y no solamente de conocimientos, habilidades o destrezas en abstracto; es decir, la competencia es la integración entre el saber, el saber hacer y el saber ser”.
“Competencia es: Saber actuar, querer actuar y poder actuar”
Las competencias pueden consistir en motivos, rasgos de carácter,
conceptos de uno mismo, actitudes o valores, contenido de conocimientos, o capacidades cognoscitivas o de conducta: cualquier característica individual que se pueda medir de un modo fiable, y que se pueda demostrar que diferencia dé una manera significativa entre los trabajadores que mantienen un desempeño excelente de los adecuados o entre los trabajadores eficaces e ineficaces.
Las competencias pueden relacionarse con el desempeño en un sencillo
modelo de flujo causal que indica que los motivos, los rasgos de carácter, el concepto de uno mismo y los conocimientos suscitados por una situación, sirven para predecir unas conductas que, a su vez, predicen un desempeño concreto. Las competencias incluyen una intención, una acción y un resultado.
Intención Acción Resultado
Características Conducta que Actuación del
Personales del presenta el individuo en el individuo individuo Puesto de Trabajo
En las organizaciones, estas conductas llevan a una mejora constante de la
calidad, la productividad, las ventas y otros resultados económicos, así como a la innovación en el desarrollo de nuevos productos y servicios. Los modelos causales ofrecen a los directores de empresa una forma muy sencilla de «evaluación de riesgos», en la calificación de los candidatos para un puesto de trabajo. El riesgo de contratar a una persona que no tiene motivación por el logro se traduce en «menor mejora de la actuación, menos conducta emprendedora y menos ideas para nuevos productos o servicios».
Todas las personas poseen un conjunto de atributos y conocimientos, que
pueden ser tanto adquiridos como innatos, y que definen sus competencias para una determinada actividad. Sin embargo, no es el objetivo de las competencias estudiar exhaustivamente el perfil físico, psicológico o emocional de cada persona: se trata de identificar aquellas características que puedan resultar eficaces para las tareas de la empresa. Así se definirán las competencias clave para la organización.
Las competencias claves tienen una influencia decisiva en el desarrollo del
puesto de trabajo y, por tanto, en el funcionamiento de la empresa. Si se produce una adecuación (es decir, un ajuste) entre las competencias de la persona y las requeridas por su puesto, el ajuste será óptimo. Si, por el contrario, hay un desfase entre las competencias requeridas por el puesto y las características de la persona, su adecuación se verá afectada negativamente. La idea inicial, de las evaluación por competencia, se realiza primero en base a los objetivos, es decir, hacer énfasis en el qué, de allí que la evaluación en base a competencias, s el complemento de una política de administración por objetivos, donde se logra el énfasis en el cómo, dando como resultado recompensas de conductas exitosas, que permiten el éxito en la organización.
Los sistemas de evaluación de desempeño basado en competencias a los
estándares de actuación en el trabajo y las medidas de resultados más tradicionales, aquellas conductas de trabajo necesarias para realizar tareas especificas del puesto de trabajo y cumplir con las responsabilidades del mismo, así como aquellas competencias mostradas tanto para los empleados de rendimiento alto y los de rendimiento medio en los puestos de trabajo claves (objetivos cuantitativos y cualitativos)
¿Por qué el Modelo de Competencias?
Sencillamente, es un modelo que otorga la facilidad para comprender
cuando se logra una concordancia entre los desempeños requeridos por la empresa y los desempeños conductuales de las personas. Si no hay alineamientos entre sentido de la organización y las conductas laborales de las personas, se dificulta el logro de las metas y la viabilidad de largo plazo ( Flannery, Hofrichter y Patten, 2007) Existen dos tipos de competencias, aquellas conocidas por competencias individuales o de gestión, que se encarga de los aspectos profundos intrínsecos de la personalidad, que están relacionados con el nivel de desempeño capaz de alcanzar el individuo en su puesto de trabajo y las competencias especificas o de conocimientos, son destrezas adquiridas a través del conocimiento y de la experiencia laboral también conocidas como competencias técnicas. La importancia del enfoque a nivel de los subsistemas de RRHH, específicamente en el área de selección de personal, permite dilucidar el perfil de competencia o función, habilidad del individuo, predice con alta efectividad el desempeño laboral futuro. Por otro lado, a nivel de inducción, permite direccionar con eficiencia las acciones de éste subsistema, en cuanto a la capacitación, entrenamiento y planes de carrera, permite saber dónde invertir y generar información útil para tomar decisiones respecto a personas con brechas difíciles de mejorar, ya sean reubicaciones u otras acciones de desarrollo o desvinculación. En la evaluación de desempeño, este enfoque permite plantear metas de desempeño que se conviertan más precisas y ajustado a cada caso particular, lográndose con ello validez y confiabilidad en el proceso de la gestión y desarrollo del Talento Humano, por lo tanto, el Talento Humano se evalúa, para cuantificar en rasgo humanos, (actitudes, aptitudes, valores, personalidad, conocimiento, experiencia, estilos de trabajo) para cuantificar características grupales (liderazgo, comunicación, estilo de liderazgos, redes de interacción) para cuantificar características organizacionales(Clima, cultura, cambio, satisfacción, desempeño, calidad de vida) para tomar decisiones (selección, desarrollo, ascenso, salarios), para llevar un registro histórico (clima, cultura, motivación),para controlar (la estrategia o la operación)
Beneficios de los Planes de Carrera
TIPS PARA IMPLEMENTAR UN PLAN DE CARRERA
Wayne y Noé definen al "Plan de Carrera" como un “Proceso continuo por
el cual un individuo establece sus metas de carrera e identifica los medios para alcanzarlas. Las carreras individuales y las necesidades organizacionales no son cosas separadas ni diferentes. Las empresas deben ayudar a los empleados en la planeación de su carrera para que se puedan satisfacer las necesidades de ambos.” Un Plan de Carrera es un método aplicable al desarrollo de futuras aptitudes, que se fundamenta en la colocación del colaborador en puestos de trabajo cuidadosamente estudiados para proporcionarle la oportunidad de desarrollar las competencias necesarias para puestos de exigencias mayores. En la práctica son muy pocas las empresas que ya han incorporado los Planes de Carrera dentro de su planificación de largo plazo, aunque la formalización de muchas empresas en procesos de crecimiento, están incorporando profesionales en el área de desarrollo humano lo cual nos permite avizorar mejor futuro para la implementación de Planes de Carrera siempre y cuando cuenten con el apoyo de la alta dirección. Un Plan de Carrera debe estar incorporado en la cultura corporativa para fortalecer la estrategia de la organización Para que exista el ambiente adecuado para desarrollar Planes de Carrera deben existir indicios tales como: Satisfacción del trabajo y lo que este representa en el día a día, Estabilidad laboral Mantenimiento sostenido de igualdad de oportunidades, Apoyo de las líneas superiores de liderazgo, Difusión de las oportunidades y proyecciones futuras Verdadero interés del colaborador en la organización, es decir amor por la camiseta y verdadero interés del directorio, accionistas o propietarios de la organización en el capital humano y que el trabajo provea en cada individuo de verdadera satisfacción, verdadera responsabilidad social y unidad de dirección en el tiempo. El primer paso del proceso de los Planes de Carrera, es hacer que los nuevos colaboradores tengan un programa de inducción, el cual debe orientar al nuevo colaborador sobre la forma en que el rendimiento del trabajo contribuye al éxito de la organización y cómo los bienes, servicios y valores agregados que genera la organización, contribuyen al beneficio de la sociedad. Las evaluaciones de carrera al tener dos caras, deben considerar:
Para la Organización estar preparados para sostener: Assessment Centers – que permitan evaluar y desarrollar Facilitadores Internos para fomentar el crecimiento en el tiempo . Programa Internacional de Certificación de Facilitadores
Para el Colaborador deberá proveerse:
Manuales con Descripción de Funciones – para que todos estén claros de sus responsabilidades y alcances de su gestión. Mapa de Carrera – que consideren las posibilidades de ascenso fundamentados en el organigrama presente y las proyecciones de crecimiento, recalcando que la antigüedad no avala los ascensos. Sesiones sobre Planificación de Carrera – que se canalicen mediante sesiones de consultoría / coaching / mentoring.
Es importante resaltar, que en las organizaciones modernas actuales, la
filosofía de la gestión del talento humano, ha evolucionado constantemente, ya que esta inmersa en un ciclo y cada ciclo representa unos cambios, cambios que deben transitar por fases y procesos para que puedan actuar y generar un producto nuevo. Es por ello, que se establecen ciertas características que de una manera u otra, permiten conocer la importancia de esta nueva filosofía de la gestión del talento, entre las cuales se destacan: Supervivencia para la Organización que exige total alineación con los objetivos y metas propuestas en la planificación. Creciente competitividad nacional e internacional Reto: mejora de la productividad. Factores: globalización de la competencia. Tercerización de funciones/servicios. Mejora en la calidad de servicios. Generación de valor: empleados, clientes, accionistas. Reformulación de las misiones organizacionales y que entre ellas exista conexión, viabilidad y coherencia. Relevancia a los esfuerzos realizados para la obtención de las metas. Lograr establecer un cambio de un Enfoque tradicional un enfoque moderno Así, como la gestión del talento humano, a través de los elementos organizacionales pretende obtener un cambio, sus actividades gerenciales están enfocadas hacia: Formación en la ejecución de las operaciones del negocio. Capturar, Modelar y difundir el conocimiento. Dotar a las funciones de flexibilidad. Incorporar Supervisores/Gerentes en las tareas de GTH. Establecer competencias en desarrollo de sistemas. Establecer competencias en la dirección por objetivos. Establecer competencias para lograr la gestión de cambios y por lo tanto alcanzar la calidad total, que permita la creación del valor organizacional. Lograr transformar estructuras tradicionales a Arquitecturas Organizativas, que conlleven a organizaciones que aprenden Una vez conquistado, en buena lid cada una de estas actividades de la G.T.H, ya se pudiera aplicar y consolidar: Gestión de la Lealtad Inteligencia Emocional Gestión del Conocimiento Modelos Biogerenciales Gestionar el Talento en sus distintas aplicaciones se ha convertido en la clave para el éxito empresarial, ya que sin él, sería prácticamente imposible enfrentarlas exigencias actuales y futuras del mercado y del contexto organizacional mundial, gestionarlo es el reto principal y primordial que tienen que afrontar, para ello es necesario una visión más integradora en la mentalidad de los directivos y trabajadores de las diferentes organizaciones y siempre pensar que las propuestas metodológicas que se utilizan deben implementarse en su totalidad para lograr la sinergia funcional del proceso, una vez logrado esto lo que resta es dirigir el Talento hacia el destino de impacto deseado y con ello se obtendrán los resultados deseados.
La Gestión Del Talento Es Un Proceso Que Surgió en Los Años 90 y Se Continúa Adoptando Por Empresas Que Se Dan Cuenta Lo Que Impulsa El Éxito de Su Negocio Son El Talento y Las Habilidades de Sus Empleados