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Quiero iniciar este corto mensaje, primero que todo deseándoles lo mejor a cada
uno de ustedes, que la paz de Dios que supera todo entendimiento reine en
nuestras vidas, reine en nuestros corazones, y sobre todo que podamos entender
que DIOS es quien nos da la fortaleza para luchar y cumplir con nuestra labor de
líderes en esta preciosa iglesia llamada Iglesia Familiar Grey de Dios. Para que
podamos cumplir con una excelente labor como líderes, para que podamos ser
excelentes instrumentos de Dios, llevar el evangelio y hacer discípulos, debemos
tener una muy buena relación con Dios, esto es muy indispensable.
Como cristianos debe ser una prioridad cultivar nuestra relación con Dios, y una
de las mejores maneras para crecer en nuestro andar con Jesús es la oración.
Ahora bien, ¿qué es orar? ¿Cómo oramos?
A través de la Biblia vemos claramente que orar es hablar con Dios o como decía
nuestro hermano Miguel Burgos, hace unos días en un devocional, él decía: orar
es entrar en intimidad con DIOS. Cuando oramos abrimos nuestro corazón a Dios
para contarle cómo nos sentimos, en la oración podemos derramar nuestra alma
ante el padre.
Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie
en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les
aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a
orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto.
Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no
hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que
serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su
Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.
Aquí vemos que la oración es entre nosotros y Dios, no para impresionar a los
demás. Nuestro corazón no tiene la actitud correcta si lo que buscamos es que los
demás nos vean y admiren nuestras palabras. Al orar, nuestro deseo más grande
debe ser pasar tiempo con Dios y hablarle desde lo más profundo de nuestro
corazón, desde lo mas profundo de nuestro ser.
Es cierto que nuestro Padre sabe de antemano lo que necesitamos, pero como a
todo buen padre, a él le encanta escuchar la voz de sus hijos. (poner ejemplo
pastor Yimis e hijo o rafa). Vemos así que el énfasis de la oración debe ser
fortalecer nuestra relación con Dios, acercarnos a él, pasar tiempo en su presencia
y compartir con él. Oramos porque nuestra relación con Dios es importante y vital.
Jóvenes no es orar por orar, no se trata de buscar palabras bonitas, palabras
técnicas o palabras que vengan del diccionario de la real academia o de la alta
sociedad, tampoco se trata de que sea un discurso con Dios de 10 horas o 20
horas. De lo que se trata jóvenes es que busquemos la presencia de Dios con
todo nuestro corazón y con toda nuestra alma no importa que nuestras palabras
no sean las más técnicas o bonitas del mundo, porque a DIOS lo que le importa es
que le abramos nuestro corazón y el derramemos nuestra alma.
No dudes en acercarte al Padre celestial con tus oraciones. Verás el gozo enorme
que sentirá tu corazón al fortalecer tu relación con él a través de la oración.