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Una forma sencilla de orar es usando el modelo dejado por Jesús. La idea
no es repetir la oración vez tras vez. Podemos aprenderla para entender
algunos principios sobre cómo orar a Dios Padre para luego hablar con él
usando nuestras propias palabras. La oración del «Padre nuestro» en Mateo
6:9-13 dice:
6. Alabanza a Dios
Hay otras razones por las que debemos orar, mira algunas de ellas a
continuación.
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado
el Padre en el Hijo.
(Juan 14:13)
En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte
clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su
reverente sumisión.
(Hebreos 5:7)
Vemos que Jesús, aun siendo Dios hombre, cultivó una vida de oración y
clamor, pero también tuvo «reverente sumisión». ¡Cuánto más debemos
nosotros mostrar ese corazón reverente y sumiso a través de nuestras
oraciones y de nuestras conversaciones con el Padre!
Podemos llevar ante Dios todo tipo de peticiones, incluidas las peticiones
por salud y por el perdón de pecados. Dios anhela tocarnos con sanidad
física y sanidad espiritual. Somos justos gracias a Jesús (2 Corintios 5:21) y
por eso nuestra oración es eficaz y tiene poder.
Mientras más cultivemos nuestra relación con Dios, más fácil será
acercarnos a él con toda confianza para hablarle y presentarle nuestras
necesidades. También será cada vez más fácil escucharle y recibir su
misericordia, su gracia y su paz.
Podemos orar en todo momento por todas las situaciones o personas que
vengan a nuestra mente. También debemos interceder por nuestros
hermanos en la fe. Es importante pedir al Espíritu Santo las palabras
precisas para orar con sabiduría, de acuerdo con el corazón de Dios.