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1.

- Pues concebida
Pues concebida,
Fuiste sin mancha,
Ave María,
Llena de gracia.

¡Oh Virgen Madre! Cuando este valle


Nuestra abogada, perdido estaba,
refugio dulce vino el remedio
de quien te llama. de tus entrañas.

Aurora hermosa, Olivo verde,


luna sin mancha, paloma blanca,
sol refulgente, iris que anuncia
estrella magna. paz a las almas.

A Ti suspiran Para alabarte


todas las almas siempre en la gloria,
arrepentidas donde esperamos
oye sus ansias. cantar victoria.

Sois nube hermosa, Has que tu Hijo


llena y cargada nos de Su gracia
de aguas que salen y en ella siempre
del mar de gracia. perseverancia.
2.- Dulces himnos
Dulces himnos cantando a María,
vencedora del fiero dragón.
Saludemos al plácido día,
de su hermosa y feliz concepción.

Concebida María sin mancha,


fuente pura de eterna belleza,
del dragón infernal la cabeza,
quebrantó con Su pie virginal.

De su madre en el seno aparece


como lirio de púdico aroma,
como blanca e inocente paloma,
como rayo de luz matinal.

Fue tan puro su instante primero,


cual de Mayo aromática brisa,
como Eva la dulce sonrisa
al pisar del Edén el jardín.

Como plácido aliento amoroso


que en un huerto de célicas flores
aspiró perfumada de olores
el más bello y sin par serafín.

Como brilla sembrado de estrellas


de los cielos el fúlgido manto
de inocencia, de gracia y encanto
brilla así de Tu ser el albor.
3.- Salve, salve, cantando a María
Salve, salve, cantando a María,
que más pura que Tú, sólo Dios.
Y en el cielo una voz repetía:
¡Más que Tú, sólo Dios, sólo Dios!

Con torrentes de luz que te inundan,


los arcángeles besan Tus pies,
las estrellas tu frente circundan,
y hasta Dios complacido te ve.

Pues llamándote pura y sin mancha,


de rodillas los mundos están,
y en tu espíritu arroba y ensancha,
tanta fe, tanto amor, tanto afán.

¡Ah! Bendito el Señor en la Tierra


pura y limpia te pudo formar
como forma el diamante la sierra,
como cuaja las perlas el mar.

Y al mirarte entre el ser y la nada,


modelando tu cuerpo exclamó:
¡Desde el seno será inmaculada,
si del suyo nacer debo Yo!

Porque Tú, Madre Virgen y pura,


del que dijo: “Haya luz y hubo luz”,
y en tu vida te amó con ternura,
y en tus brazos cayó de la cruz.
4.- ¡Oh Virgen de Concepción!
¡Oh Virgen de Concepción! A Vos venimos Señora
Madre querida de Dios, humildemente rendidos
entre las bellas criaturas y también arrepentidos
la escogida fuiste Vos. nos curéis de tan grande mal.

Eres más linda que sol, Esperando de vuestro Hijo


más blanca que la azucena, nos conceda lo deseado
más brillante que la Luna y confiando en vuestra gracia
y de gracia toda llena. ya nos vamos remediados.

Tu primer nombre es María, Y al separarnos de Vos


Santísima es el segundo, nos vamos muy consolados
de Concepción el tercero por ser nuestra medianera
y abogada de este mundo. y nuestra fiel abogada.

Vos tenéis, dulce Señora Ya se acercan los momentos


remedio muy adecuado de retirarnos de Vos.
para libertar al hombre ¡Oh Virgen de Concepción,
del rigor y del pecado. adiós, pues, adiós, adiós!
5.- Sale al mundo con grata sonrisa
Sale al mundo con grata sonrisa,
desplegando candor y hermosura,
la doncella más grata y más pura
la escogida por Madre de Dios.

Cual mística y blanca azucena,


nos presenta su copa nevada,
ella muestra su faz nacarada,
más radiante y más bella que el sol.

El mortal extasiado miraba


la pureza sin par de María;
aterrado el infierno gemía,
a sus plantas de rabia y furor.

Los angélicos coros pregonan


de su Reina los dulces encantos,
por la esfera resuenan los cantos,
difundiendo consuelo y amor.

Todo el mundo celebra sus glorias,


todo el cielo le rinde loores,
y el Divino Señor de señores
contemplándola hermosa sonrió.
6.- Por eso el cristianismo
Por eso el cristianismo
con grata melodía
repite de María
su nombre sin cesar.

Cual un botón de rosa Sus galas juveniles


qué bello se presenta son todos querubines,
así también se ostenta y mil doradas nubes
María Virginal. ornan Su pedestal.

Ella es la más gallarda, De todas las virtudes,


ella es la más hermosa, su aureola centellea,
es Reina poderosa y a sus pies serpentea
del coro celestial. el dragón infernal.

Sus ojos brilladores, Porque es un gran tesoro,


sus labios purpurinos, la Virgen más perfecta,
su talle peregrino, la Virgen más selecta
su aspecto virginal. la Virgen más sin par.

Todo ello, todo indica, Por eso exclamo yo,


que es Madre y es doncella, también con voz festiva:
que no hay vestigio en ella ¡Viva María, viva,
de mancha original. la Virgen eternal!

Su traje es la pureza, Y triste del que necio,


su cetro la humildad, contrario a la razón:
en su alma la piedad, la limpia Concepción
e imperio celestial. quisiera audaz negar.
7.- Tu gloria, tu gloria
Tu gloria, tu gloria,
gozoso este día.
¡Oh dulce María!
Publica mi voz.

¡Oh Virgen, oh Madre! Tu mano potente


¡Oh cándida estrella! después de mil penas
Cuán pura, cuán bella sus duras cadenas
la aurora te vio. al hombre rompió.

Tu faz ante el orbe Tu voz poderosa


en noche sumido que al bárbaro aterra
del sol prometido la mística tierra
la luz anunció. de gozo inundó.

Tu oriente dichoso De tierra doncella,


¡oh hermosa María! vencido se humilla
de paz y alegría Luzbel que a la silla
al hombre llenó. suprema anheló.

La erguida cabeza Mil veces felices,


pisó valeroso mil veces Señora,
Tu pie victorioso mil veces la hora
del fiero dragón. que el mundo te vio.

Tú salvas al mundo, Rendido mi pecho


Tú aplacas al cielo, celebra tu gloria.
Tú das a este suelo ¡Victoria, victoria!
un Rey Salvador. ¡María triunfó!
8.- Salve Virgen bella
Salve Virgen bella,
pastora agradable;
de los pecadores,
amorosa Madre.
Salve templo vivo
del Verbo inefable, Salve, misteriosa
Madre de Dios Hijo, zarza inexplicable;
Hija de Dios Padre. que en divino fuego
exhala volcanes.
Salve, Madre nuestra,
luna inalterable, Salve Aurora bella
incorrupto cedro, que en luces repartes
palma hermosa, salve. estrellas que alumbran
luceros brillantes.
Salve de los cielos,
Reina a quien Salve, te repiten
constantes, coros celestiales
angélicos coros y los hombres todos
rinden vasallaje. también te alabamos.
9.- Toda hermosa
Toda hermosa eres María
desde tu instante primero,
pues la mancha original
no tuvo en tu ser derecho.

Tú eres de Jerusalén
la gloria y sumo contento; Ruega por nosotros pía,
Tú eres de Israel la tu intercesión sea presto,
alegría porque nos confiera
y honra del cristiano gracias
pueblo. Jesucristo, Señor nuestro.

¡Oh eres de los Por Tu inmaculado ser,


pecadores, Virgen y Madre del
la abogada a cuyo Verbo,
esfuerzo! del enemigo maligno
¡Oh María, deben todos déjanos, Señora, exentos.
tan favorable decreto!
Nicaragua que es tu
¡Oh prudentísima Virgen, pueblo,
de la castidad espejo! te canta con alegría:
¡Oh clementísima Madre, ¡Viva en cielos y Tierra
abriga a todo tu gremio! la Concepción de María!
10.- Del cielo ha bajado (El Ave de Lourdes)
Del cielo ha bajado
la Madre de Dios:
cantemos el Ave
a su Concepción.
Ave, Ave, Ave María,
Ave, Ave, Ave María.

En Lourdes de Francia así apareció.


su trono fijó Ave, Ave, Ave María, Su rara hermosura
la Reina del cielo, Ave, Ave, Ave María. profunda emoción
la Madre de Dios. causó a Bernardita
Ave, Ave, Ave María, Un traje vestía que absorta quedó.
Ave, Ave, Ave María. de blanco color Ave, Ave, Ave María,
que al talle ajustaba Ave, Ave, Ave María.
Un largo rosario azul ceñidor.
que el cielo labró Ave, Ave, Ave María, La Virgen entonces
sostiene en sus manos Ave, Ave, Ave María. agrado mostró
más puras que el sol. mirando a la niña
Ave, Ave, Ave María, Cubría su cuerpo con dulce expresión.
Ave, Ave, Ave María. todo alrededor Ave, Ave, Ave María,
precioso vestido Ave, Ave, Ave María.
Son siempre los niños de blanco color.
imán de su amor. Ave, Ave, Ave María, “No ocultes tu nombre,
Y allá a Bernardita Ave, Ave, Ave María. celeste visión,
su rostro mostró. -la niña suplica-
Ave, Ave, Ave María, Sus pies virginals decidme quién sois”.
Ave, Ave, Ave María. desnudos dejó Ave, Ave, Ave María,
en ellos dos rosas Ave, Ave, Ave María.
De luz rodeada de eterno candor.
y eterno esplendor Ave, Ave, Ave María, Por una o dos veces
la Reina del cielo Ave, Ave, Ave María. la Virgen sonrió,
y al fin, la tercera en mi Concepción”.
así contestó: “Yo soy la hermosura Ave, Ave, Ave María,
Ave, Ave, Ave María, que a Dios cautivó, Ave, Ave, Ave María.
Ave, Ave, Ave María. yo soy toda pura
11.- Virgencita incomparable
Virgencita incomparable,
de mi lira tierno amor.
Oye atenta el himno amable
que consagro a Tu loor.

Agraciada doncellita Más espléndida que el astro


más gentil que fresca aurora que da al cuerpo su verdura,
que de lirio y rosa dora y a los cielos la hermosura
la nevada y crespa sien. de su esmalte en vivo azul.

Más garbosa que el lucero Admirable doncellita,


que precede el nuevo día ni las fuentes cristalinas,
pues envidia su ufanía ni las flores peregrinas
los luceros que la ven. me retratan Tu primor.

Virgencita donairosa Ya no encuentro que te


más gallarda que la luna, iguale
cuando en noche triste y ni en los cielos ni en la
bruna Tierra
de su sombra rasga el tul. porque el orbe nada encierra
que refleje Tu candor.
12.- Sagrada Reina del cielo (El Ave María)
Sagrada Reina del cielo, Más hermosa que la luna, Los ángeles en el cielo,
luciente estrella del día. y más linda que el sol eres te alaban con alta voz,
Dadme gracias con que os y por todos los creyentes y nosotros en la Tierra
pueda Señora bendita Tú eres. digamos: Madre de Dios.
cantar el Ave María.
Más hermosa que ninguna Hermosa flor de las flores,
Por la gracia singular, sin duda Tú sola eres gocemos tu intercesión,
que el ángel os anunció, porque fuiste escogida ruega por nosotros Madre,
sednos propicia María entre todas las mujeres. por Tu limpia Concepción.
pues eres Madre de Dios.
Con los ángeles del cielo, Madre tierna y cariñosa,
Cuando el ángel San Gabriel os rendimos el tributo, flor preciosa entre las flores,
bajó lleno de alegría, de cantar aquí en la Tierra: tu misericordia salve
la salutación que os dio ¡Señora, bendito es el fruto! a los pobres pecadores.
fue: ¡Dios te salve, María!
Cuando el sol nació en Alta torre de David,
Los ángeles en el cielo, Oriente de Jacob escala fuerte,
los hombres con eficacia brillando en eterna luz rogad Señora por nosotros
placenteros te aclamamos: de tu rostro nació el alba en la hora de la muerte.
¡Señora llena de gracia! y de tu vientre Jesús.
Pues eres Madre de Dios,
Yo postrado y reverente, ¡Oh quién merecer pudiera, la más firme luz y guía,
tu sacro nombre bendigo, ser tu esclavo dueña mía, digamos todos a voces:
y te pedimos mercedes con un letrero en el pecho ¡Amén, Jesús y María!
porque el Señor es contigo. que diga: ¡Santa María!
13.- Adiós, Reina del cielo
Adiós Reina del cielo, Madre del Hijo, adiós,
Madre del Salvador. de Espíritu Santo
Adiós, ¡oh Madre mía! ¡oh casta Esposa, adiós!
¡Adiós, adiós, adiós!
Adiós, ¡oh Madre
De tu divino rostro Virgen!
la belleza al dejar; Más pura que la luz;
permíteme que vuelva jamás, jamás me
tus plantas a besar. olvides
delante de Jesús.
Más dejarte, ¡oh María!
no acierta el corazón, Adiós, del cielo
te lo entrego Señora, encanto,
dame tu bendición. del universo honor,
abrazo el alma mía
Adiós Hija del Padre, en tu gloria y amor.
14.- Alabado
Alabado sea el Santísimo
Sacramento del altar
y María concebida
sin pecado original.
Alabemos a la Reina
de la corte celestial
que es María concebida
sin pecado original.

Démosle al contrario guerra


cantando con alegría,
viva en los cielos y Tierra
la Concepción de María.

Los ángeles del cielo


te alaban con alegría,
y nosotros en la Tierra,
la Concepción de María.
Alabemos por mil veces
al Sacramento divino
para que aquí se aparte
todo espíritu maligno.

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