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“Desde toda la eternidad, Cristo estuvo unido con el Padre, y cuando se revistió de la naturaleza

humana, siguió siendo uno con Dios. El es el vínculo que une a Dios con la humanidad”. (Elena G.
de White, Mensajes Selectos (Ellen G. White Estate, Inc., 2012), pp. 268, 269 [229]).

“El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta,
y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las
inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo
derecho”. (Elena G. de White, Mensajes Selectos (Ellen G. White Estate, Inc., 2012), p. 291 [247]).

“Cristo es el Hijo de Dios preexistente y auto-existente. El mensaje que Él le dio a Moisés para que
se lo diera a los hijos de Israel fue: “Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”.
El profeta Miqueas escribe acerca de Él, “Pero tú, Belén Efrata, si bien eres pequeña entre los miles
de Judá; mas de ti me saldrá el que será Señor en Israel; cuyas salidas han sido desde el principio,
desde la eternidad”.
Por medio de Salomón, Cristo declaró: “Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes
de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra. Antes de los
abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. Antes que los montes
fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada... Cuando ponía al mar su
estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de
la tierra, Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante
de él en todo tiempo”.
Al hablar de su preexistencia, Cristo lleva la mente hacia atrás a través de las edades sin fin. Él
nos asegura que nunca hubo un tiempo en el que no estuviera en íntima comunión con el Dios
eterno”. (Elena G. de White (29 de agosto, 1900), Resistance to Light-No. 3, Signs of the Times).

“Christ is the pre-existent, self-existent Son of God. The message He gave to Moses to give to the
children of Israel was, “Thus shalt thou say unto the children of Israel, I AM hath sent me unto
you.” The prophet Micah writes of Him, “But thou, Bethlehem Ephratah, tho thou be little among
the thousands of Judah, yet out of Thee shall He come forth unto Me that is to be ruler in Israel;
whose goings forth have been from of old, from everlasting.”
Through Solomon Christ declared: “The Lord possessed Me in the beginning of His way, before
His works of old. I was set up from everlasting, from the beginning, or ever the earth was. When
there were no depths, I was brought forth; when there were no fountains abounding with water.
Before the mountains were settled, before the hills was I brought forth.... When He gave to the sea
His decree, that the waters should not pass His commandment; when He appointed the foundations
of the earth; then I was by Him, as one brought up with Him; and I was daily His delight, rejoicing
always before Him.”
In speaking of His pre-existence, Christ carries the mind back through dateless ages. He assures
us that there never was a time when He was not in close fellowship with the eternal God”. (Ellen G.
White (29 de agosto, 1900), Resistance to Light-No. 3, Signs of the Times).

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