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Universidad Nacional Autónoma

de México
Facultad de Estudios Superiores Aragón.

Carrera: Derecho.

Materia: Práctica Forense de Derecho privado.

Semestre: Sexto.

Grupo: 2654

Profesora: Roldan Orozco Jacqueline Sandra

Alumno: Galván Romero Brayan

Trabajo de Investigación sobre Juicios


Especiales.
Indice
INTRODUCCIÓN. .................................................................................................................. 3
JUICIO ORAL CIVIL ............................................................................................................. 3
Depuración del procedimiento .................................................................................... 4
Conciliación y/o mediación. .................................................................................................... 8
Audiencia de juicio. ................................................................................................................. 9
JUICIO ORAL FAMILIAR ..................................................................................................... 9
JUICIO ORAL .................................................................................................................. 11
OBJETIVO DEL JUICIO ORAL ................................................................................... 11
PROCEDIMIENTO ORAL ORDINARIO ..................................................................... 12
PROCEDIMIENTO ORAL ESPECIAL ........................................................................ 12
CONTROVERSIAS DE ARRENDAMIENTO .................................................................... 12
COMPETENCIA. ............................................................................................................. 13
JUICIO EJECUTIVO CIVIL ................................................................................................. 14
PROCEDENCIA .............................................................................................................. 15
LOS TÍTULOS EJECUTIVOS ....................................................................................... 15
PREPARACIÓN DE LA VÍA EJECUTIVA.................................................................. 16
PROCEDIMIENTO DEL JUICIO EJECUTIVO........................................................... 17
TERCERÍAS. ................................................................................................................... 18
Clases: ......................................................................................................................... 18
LAS TERCERÍAS COADYUVANTES. .................................................................... 19
LAS TERCERÍAS EXCLUYENTES. ........................................................................ 19
JUICIO SUCESORIO ............................................................................................................ 20
EL PAPEL DE LA ALBACEA ...................................................................................... 21
ETAPAS DE UN JUICIO SUCESORIO ...................................................................... 21
CLASES DE JUICIOS SUCESORIOS ........................................................................ 22
DOCUMENTOS QUE DEBEN ACOMPAÑARSE EN UN JUICIO
TESTAMENTARIO ......................................................................................................... 22
DATOS COMPLEMENTARIOS DE LA DEMANDA ................................................. 23
DOCUMENTOS PARA JUICIO INTESTAMENTARIO ............................................ 23
DATOS COMPLEMENTARIOS DE LA DEMANDA ................................................. 23
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................................... 24

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INTRODUCCIÓN.
Los juicios especiales son todos aquellos juicios que, por sus características
especiales, su proceso es distinto al de los juicios ordinarios. los juicios
especiales consisten en que todo juicio especial forzosamente tiene que
ofrecer pruebas en el escrito inicial de demanda o a la contestación respectiva.
En este tipo de juicios no existe la audiencia previa y de conciliación y por
consiguiente no existe la dilación probatoria; puede surgir por la naturaleza de
la pretensión que se hace valer, cuando se habla de los juicios ejecutivos,
hipotecario, desahucio, divorcio voluntario controversia del orden familiar,
jurisdicción voluntaria, por existir cláusula compromisoria que obligue a las
partes a no acudir al proceso jurisdiccional sino al árbitro o un juez privado.
En efecto, cualquier juicio que no sea ordinario es un juicio especial, es decir,
se trata de un juicio que su tramitación es diferente al juicio ordinario,
generalmente más rápido y sencillo, y esta circunstancia se presenta en todas
las ramas del derecho y en todos los países del mundo.

JUICIO ORAL CIVIL


Audiencia preliminar.
Desde un punto de vista personal, la audiencia preliminar constituye el eje
sobre el cual se desarrolla el juicio oral, ya que en ésta las partes establecen
los hechos sobre los cuales no hay controversia y aquellos que al ser litigiosos
deberán ser objeto de prueba. Asimismo, el juez determina qué pruebas se
admiten, los lineamientos sobre cómo deben prepararse y decreta las
sanciones procesales respecto de cada una de las pruebas. Sin embargo,
pudiera existir lo perspectiva errónea de que la audiencia preliminar es similar
a la audiencia previo de conciliación y de excepciones procesales que se
celebra en los juicios ordinarios civiles o tener por objeto en ambas audiencias
depurar el procedimiento resolver excepciones procesales y procurar la
conciliación entre las partes.
Si bien, ambas audiencias convergen en algunas etapas, las fases que
conforman la audiencia preliminar del procedimiento oral tienen sus
peculiaridades, tales como la obligación del jugador de abrir y cerrar cada
etapa, precluyendo los derechos de las partes en cada una de ellas

Etapas:

I. Depuración del procedimiento


II. Conciliación, en materia mercantil mediación de los partes
III. Fijación de acuerdos sobre hechos no controvertidos
IV. Fijación de acuerdos probatorios

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V. Admisión o calificación sobre admisibilidad de las pruebas
VI. Citación para audiencia de juicio
Los procedimientos orales en materia civil y mercantil han generado diversas
críticas y escepticismo entre juzgadores de fuero federal y común, litigantes y
académicos de todas partes del país, algunos ejemplos son: que el proceso
no debía llamarse oral, pues en realidad es mixto al conservar la fase
postulatoria escrita; que las audiencias en los procedimientos ordinarios
deben ser presididas por el juez y con el desahogo de pruebas en forma oral,
por lo que no hay diferencia real en el procedimiento; que al no ser recurribles
las resoluciones del procedimiento oral, habrá lugar a un mayor número de
violaciones procesales y que la justicia de mayor cuantía es más privilegiada
con recursos legales, por lo que pudiera apreciarse como una mejor justicia
para los ricos que para los pobres; que no hay mucho beneficio en cuanto al
tiempo, ya que incluso se incorporan más fases que antes no existían, tales
como las fases de fijación de acuerdos sobre hechos no controvertidos y
probatorios.
Muchas críticas e inconformidades provienen de la fría lectura de los
preceptos legales que prevén los procedimientos orales, pues pudiera
advertirse que son similares a los ordinarios, sólo con distinción de algunos
términos; sin embargo, quien hace esa comparación pierde de vista que esta
reforma no sólo está en la letra de la ley, sino que es una oportunidad para
quienes somos partidarios de obtener una impartición de justicia de calidad;
es un buen momento para cumplir con el procedimiento, ahora sí se pretende
cumplir con la aproximación del ciudadano con el juez, para que sea
debidamente oído en juicio; en pocas palabras, es la oportunidad de los
tribunales del país de mejorar su función. Ello se logrará con la forma de llevar
las audiencias, aplicando los principios del juicio oral: inmediación, oralidad,
contradicción, concentración, publicidad, igualdad y continuidad, cuyo estudio
ha sido ya materia de exposición en otras publicaciones del Instituto de
Estudios Judiciales. En los procedimientos orales tanto en la etapa
postulatoria como en la de audiencias se debe prevalecer estrecha
comunicación y pleno entendimiento entre los ciudadanos, sus abogados y los
jueces, y lo primero que se puede hacer para conseguirlo, como parte del
principio de oralidad, es utilizar un lenguaje sencillo, abandonando fórmulas
que engrosan los expedientes, evitando alegatos redundantes, excesivos y
antecedentes innecesarios; atendiendo a una argumentación clara, breve y
directa, pero que no raye en la insuficiencia para allegar al destinatario en
forma precisa los elementos necesarios para exponer el asunto o su
resolución.

Depuración del procedimiento


Esta etapa tiene como objetivo analizar y resolver los obstáculos procesales
que pudieran existir en el procedimiento y que hicieran imposible seguir con
el mismo, de tal forma que, en la fase de depuración, el juez analiza:

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I. Legitimación procesal de las partes.
II. Excepciones procesales opuestas.
Respecto al primero, debemos recordar que existen dos vertientes en torno a
la legitimación de las partes, en el proceso (ad procesum) y en la causa (ad
causam), siendo la legitimación procesal la facultad de acudir al órgano
jurisdiccional a iniciar la tramitación de un juicio (activa) o bien a repeler la
instancia intentada en su contra (pasiva). La legitimación ad procesum analiza
si la persona que realizó los actos antes mencionados tiene la aptitud para
hacerlo valer, ya sea porque hubiera comparecido ante el órgano jurisdiccional
en lo personal, o bien a través de representante o apoderado; mientras que
en la legitimación, en la causa se analiza si la persona que reclamó
determinadas prestaciones tiene la titularidad del derecho cuestionado en
juicio, luego entonces, la autoridad debe distinguir la legitimación en el
proceso, de la legitimación en la causa. La legitimación ad procesum es objeto
de estudio en la audiencia preliminar. En esta etapa, el juez oral emite el
pronunciamiento con relación a la correcta representación de las partes en el
juicio, es decir, si la parte actora inició el procedimiento por conducto de una
persona que contaba con representación legal y, en el caso de la parte
demandada, si ésta dio contestación a la demanda por conducto de una
persona que cuenta con facultades para ello. Esto para el supuesto de que
las partes lo hubieran realizado por medio de una tercera persona, o bien se
trate de personas morales, ya que en el caso de que lo hubieran realizado por
derecho propio, el análisis de la legitimación versará sobre si éstas cuentan
con la capacidad de ejercicio, a saber, ser mayores de edad y no tener
limitados sus derechos civiles.
Una vez que el juez oral ha resuelto que ambas partes se encuentran
debidamente legitimadas en el proceso al haber comparecido ante el órgano
jurisdiccional por conducto de persona que tiene la aptitud para ello,
continuará con la depuración del procedimiento, relativo a resolver las
excepciones procesales que hubiere opuesto la parte demandada.
Cabe destacar que previo a celebrar la audiencia preliminar, el juez, al señalar
el día y la hora en que se llevará a cabo dicha audiencia, se pronunciará
respecto de las pruebas que se hubieren ofrecido para acreditar o bien para
desvirtuar las excepciones procesales opuestas, poniendo a disposición del
oferente los oficios que en su caso procedan, a fin de que dichas pruebas se
encuentren debidamente preparadas para su desahogo en la audiencia
preliminar, ya que de lo contrario se declaran desiertas, de tal forma que la
preparación de las pruebas recae directamente en las partes, sin que pueda
diferirse la audiencia por falta de preparación.
Pese a lo anterior, habrá que analizar antes de hacer efectivo el apercibimiento
si no es posible desahogar la prueba efectivamente por causas imputables al
oferente, como sería el no realizar con tiempo las gestiones necesarias para
su debida preparación. De tal forma que, al encontrarnos dentro de la

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audiencia preliminar en la etapa de depuración, se desahogarán las pruebas
ofrecidas y que se encuentren relacionadas con las excepciones procesales,
decretándose la deserción de aquellas que no se encuentren preparadas.
Una vez realizado lo anterior, el juez resolverá la excepción procesal
correspondiente al valorar las pruebas que hubiesen aportado las partes. Si
bien, conforme a los artículos 978 del Código de Procedimientos Civiles y
1390 bis 8 de Código de Comercio, se aplican al procedimiento oral las
disposiciones generales, tales como son la clasificación de las excepciones
procesales,3 existen peculiaridades en el juicio oral respecto de alguna de
ellas, las cuales vale la pena mencionar.
Respecto a la excepción de incompetencia, tanto el trámite como su
resolución se realizan en los mismos términos que en el proceso escrito, es
decir, al oponer la parte demandada o reconvenida la excepción de
incompetencia por declinatoria, el juez al proveer sobre el escrito de
contestación ordenará de inmediato la integración del testimonio respectivo, a
fin de remitirlo a la alzada para que ésta resuelva los argumentos sobre los
que versa la excepción en comento, continuándose con el procedimiento. Sin
embargo, en el caso del juicio oral civil, debe tomarse en consideración que
en la audiencia de juicio se dictará la sentencia definitiva, de tal manera que
en el supuesto de que se hayan desahogado las pruebas ofrecidas por las
partes, hubieran formulado sus alegatos, sin que hasta ese momento la alzada
hubiera remitido la resolución de la excepción de incompetencia, el juez oral
suspenderá la audiencia de juicio para reanudarla una vez que se encuentre
la resolución de la misma, dejando por tanto pendiente sólo el dictado de la
sentencia definitiva y la exposición de la misma.
Tocante a las excepciones de litispendencia y cosa juzgada, se abarcan de
forma conjunta, ya que independientemente de los requisitos para su
procedencia, admiten las mismas pruebas y tienen los mismos efectos que en
el procedimiento ordinario, sin que exista un aspecto especial en el
procedimiento oral. Ahora bien, en torno a la excepción procesal de
conexidad, a primera vista podría estimarse que no hay cuestión alguna que
comentar respecto de esta excepción; sin embargo, es menester tomar en
consideración que, de acuerdo a las reformas publicadas en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal el 20 de septiembre del 2012, en las competencias
previstas para los juzgados de primera instancia y de proceso oral,4 ya no
sólo se considera la cuantía para establecer la competencia sino también la
vía intentada, tal es el caso de aquellos asuntos en los cuales aun cuando su
cuantía no sobrepasa el monto para que sean apelables, no podría tramitarse
en la vía oral por ser asuntos en los que la propia legislación establece un
trámite especial, como serían los juicios ejecutivos, especiales hipotecarios o
controversia de arrendamiento.
Tal aspecto cobra relevancia tratándose de la excepción de conexidad, ya que
pese a que exista conexidad de causas, al darse los requisitos previstos en el
artículo 39 del Código de Procedimientos Civiles y tener como efecto la

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acumulación de los juicios para que se resuelvan en una sola sentencia, se
debe considerar que ambos se tramiten en la misma vía, de forma que no
podría acumularse a un proceso oral un juicio tramitado en primera instancia
en la vía especial hipotecaria, aunque se dieran los supuestos antes
señalados, razón por la cual se reitera que la vía en la que se tramita un juicio
cobra relevancia para el momento de resolver la excepción de conexidad.
Por último, en torno a la excepción de falta de personalidad, la parte
demandada desconoce la representación de la persona que inició la demanda
en su contra, admitiéndose únicamente como prueba para esta excepción la
documental. Ahora bien, al igual que en los demás procedimientos, si resultan
procedentes los argumentos alegados por la demandada, el juez debe
distinguir si esa falta de personalidad es subsanable o no, ya que dependiendo
de dicha determinación serán las implicaciones en el proceso ante la falta de
personalidad de la parte actora.
En el caso de que la falta de personalidad no sea subsanable, en la audiencia
preliminar, el juez oral sobreseerá el juicio, ordenando devolver los
documentos exhibidos por las partes, volviendo las cosas al estado en que se
encontraban hasta antes de la presentación de la demanda, Sin embargo, en
el caso de que la falta de personalidad fuere subsanable, surge una
peculiaridad en los procesos orales, ya sea civil o mercantil.
Si bien en los procedimientos escritos la declaratoria de falta de personalidad
de la parte actora no suspende el procedimiento, ello no acontece en los
juicios orales; como vimos con antelación, la audiencia preliminar se
constituye de varias etapas, las cuales no podrían llevarse a cabo
válidamente, es decir, el juez oral no podría proponer alternativas de solución
en la etapa de mediación y/o conciliación cuando la parte actora no se
encuentra debidamente representada y, por tanto, la persona que comparece
en la audiencia legalmente no podría aceptar la propuesta ni celebrar
convenio alguno puesto que ante la falta tampoco podría celebrar acuerdos
sobre hechos no controvertidos ni acuerdos probatorios, de tal forma que en
los procedimientos orales al declararse procedente la excepción de falta de
personalidad y que ésta fuera subsanable, la audiencia preliminar no podría
continuar en las siguientes etapas, sino que aplicando supletoriamente la
parte general de la legislación mercantil y procesal civil, habrá de diferirse
dentro de los diez días siguientes para que el actor en continuación de la
audiencia preliminar acredite debidamente su personalidad y se continúe con
las demás etapas de dicha audiencia. Ello tiene lugar, básicamente, por estas
dos razones:
I. Para llevarse a cabo las siguientes etapas de la audiencia preliminar
se requiere que, en el caso de que ambas partes comparezcan, éstas
se encuentren debidamente representadas, puesto que no sería legal-
mente válido que una persona a la que se le acaba de decretar su falta
de personalidad realice acuerdos procesales, como son la fijación so-
bre hechos no controvertidos y acuerdos probatorios.

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II. Habiendo concluido la etapa postulatoria, todas las promociones de las
partes deben realizarse de manera verbal y en las audiencias, de tal
forma que en la continuación de la audiencia preliminar, la persona que
compareció en representación de la parte actora a instar al órgano ju-
risdiccional exhibirá el documento con el cual subsane la deficiencia de
su personalidad y solicitará verbalmente en dicha audiencia al juez que
se le dé cumplimiento a la prevención que hubiera realizado al declarar
procedente la excepción de falta de personalidad.
Ahora bien, en el supuesto de que sea el actor el que promueve la falta de
personalidad del demandado, ésta debe realizarse en vía incidental y la forma
de promoverlo dependerá de la etapa en la que se encuentre el juicio, es decir,
si se promueve en la etapa postulatoria (al momento de desahogar la vista
que se le dio con la contestación a la demanda), el incidente de falta de
personalidad deberá ser por escrito; sin embargo, una vez concluida la etapa
postulatoria da inicio la fase oral del juicio y, por tanto, el incidente deberá
formularlo oralmente.

Conciliación y/o mediación.


Una de las grandes diferencias que existe entre el proceso escrito y el oral es
precisamente esta etapa. Mientras que en el juicio ordinario civil la conciliación
se lleva a cabo a través de un conciliador, encontrándose por ello impedido el
juzgador para proponer alternativas de solución a las partes. En el proceso
oral no sólo es una facultad, sino una obligación, ya que al establecer los
artículos 1003 del Código de Procedimientos Civiles y 1390 bis 35 del Código
de Comercio que el juez debe hacer del conocimiento de las partes las
ventajas y beneficios de celebrar un convenio, otorga al juzgador un papel
más activo en la conciliación entre las partes, puesto que inclusive al
establecer el artículo 170 fracción XVI del ordenamiento antes invocado, que
no será causa de excusa o recusación las propuestas que realice el juez
dentro de esta etapa de la audiencia preliminar, tiene como objetivo que tanto
las partes como el juzgador, en aras de dar una solución a los conflictos,
realicen propuestas o contrapropuestas reales, sin que ello se pueda
sancionar.
En la mediación, el tercero únicamente escucha a las partes, trata de
establecer una empatía entre ellas y a partir de lograrlo, los contendientes son
los que proponen soluciones a la controversia, siendo ese tercero o mediador
el que da forma jurídica a las soluciones a las que hubieran llegado las partes
como se observa, la mediación puede llevar días e incluso meses, así como
tener una técnica a fin de lograr que las partes sean empáticos con su
contraria y llegar a un convenio; sin embargo, en la conciliación a través de
escuchar a las partes, ese tercero o conciliador, les propone diversas
soluciones al conflicto, sin que trate de empatizarlas.

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Audiencia de juicio.
La audiencia de juicio tiene por objeto el desahogo de las pruebas que se
encuentren debidamente preparadas, en el orden que el juez estime
pertinente, dejando de recibir las que no se encuentren así. Para lo anterior,
el juez, previo a iniciar el desahogo de las pruebas admitidas a las partes en
la audiencia preliminar, debe establecer el orden en el cual procederá a su
desahogo, sin que para ello deba sujetarse a un orden específico, lo que
permite al juez poder desahogarlas de manera alternada.
Otra de las diferencias que tiene la audiencia de juicio en los procesos orales
y la audiencia en la que se desahogan las pruebas en el proceso escrito, es
que al iniciarse la audiencia de juicio, Etapas del juicio oral mercantil y civil 79
el secretario de acuerdos identifica a los que van a intervenir en el desarrollo
de la audiencia y los protesta, lo que no acontece en el proceso escrito, ya
que conforme se desahogan las pruebas se va protestando a los que
intervienen en el desahogo de la prueba. Una vez terminada esta fase, se abre
el periodo de alegatos, formulados oralmente por las partes con objeto de
conocer el por qué, a su consideración, sus argumentos deben declararse
fundados al tenor de las pruebas que aportó durante la secuela del juicio. Una
vez realizado lo anterior, el juez declarara visto el asunto. Con esta última
declaración queda perfectamente delimitado que ha concluido la etapa que
tienen las partes para ofrecer las pruebas supervenientes que pudieran tener,
quedando pendiente únicamente el dictado de la sentencia definitiva, la cual
de referirse a un procedimiento oral civil se dictará en el mismo acto de la
audiencia de juicio y de ser un procedimiento oral mercantil se citará a las
partes para la continuación de la audiencia dentro del término de diez días
siguientes. En ambos procedimientos el juez expone, de forma oral y breve,
las razones del por qué emitió la sentencia definitiva en un determinado
sentido, utilizando un lenguaje accesible en su explicación, pues en ocasiones
las partes no cuentan con conocimientos jurídicos. Realizado lo anterior, leerá
únicamente los puntos resolutivos, entregándoles a las partes que hubieran
comparecido a la audiencia copia fotostática simple de la sentencia que por
escrito se hubiera pronunciado

JUICIO ORAL FAMILIAR

El juicio oral familiar se adicionó al Código de procedimientos civiles de la


Ciudad de México (CPCCDMX) el 9 de junio de 2014, adicionándose el titulo
décimo octavo y los artículos del 1019 al 1080, en los cuales se establecieron
los principios del proceso oral familiar, y la forma de tramitarse las
controversias, con las audiencias preliminar y de juicio.

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El artículo 1019 del CPCCDMX señala qué tipo de controversias se tramitarán
bajo el proceso oral, entre las cuales se establecen las controversias
relacionadas a la filiación, suspensión o pérdida de la patria potestad; cambio
de régimen patrimonial controvertido, alimentos, guarda y custodia; régimen
de convivencias, violencia familiar; sin embargo, éstos últimos no se han
implementado por disposición del Consejo de la Judicatura.
También se tramitan los procedimientos de jurisdicción voluntaria, divorcio por
mutuo acuerdo; pérdida de patria potestad por menores acogidos por una
institución pública o privada de asistencia social, adopción nacional.
Los principios en los juicios orales, señala el tratadista Fermín Torres, son las
directrices, lineamientos o criterios fundamentales contenidos de forma
expresa en el ordenamiento procesal y que rigen el procedimiento.
Los principios que rigen a los juicios orales están establecidos en el artículo
1020 del CPCCDMX, son: la oralidad, inmediación, publicidad, igualdad,
contradicción, continuidad y concentración.

• Oralidad: Se refiere al predominio de la palabra hablada sobre la es-


crita, teniendo su principal papel en las audiencias.
• Publicidad: Debe de entenderse como el derecho que tienen las par-
tes y los terceros de presenciar todas las diligencias, sin que los terce-
ros puedan revisar los expedientes físicos.
• Igualdad: Son las mismas oportunidades que tienen las partes dentro
del proceso, en la que no existen privilegios en favor de algunas de las
partes, ambas partes tienen el derecho de ofrecer pruebas y de
desahogarlas, así como el uso de la palabra para formular peticiones y
objeciones.
• Inmediación: El juez debe de estar presente y dirigir las audiencias,
escuchando personalmente lo que dicen las partes en las audiencias,
lo que los testigos declaran y lo que los peritos responden a las pre-
guntas.
• Contradicción: Es que cualquier petición de una de las partes se hace
del conocimiento de la contraria, para que manifieste su conformidad o
inconformidad.
• Continuidad: El juez tiene la obligación de desarrollar el proceso y evi-
tar su diferimiento o suspensión, de tal manera que el asunto se re-
suelva con el mínimo de actos procesales.
• Concentración: Su objetivo es que toda actividad procesal se lleve a
cabo en el menor número de actos. Que en una sola audiencia se
desahoguen las pruebas, pero también se resuelvan todas las cuestio-
nes planteadas por las partes en el proceso.

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El proceso oral familiar se encuentra dividido en dos partes procesales. La
primera: la audiencia preliminar; y la segunda: la audiencia de juicio.
La audiencia preliminar es aquella en la que se depurará el procedimiento,
procurando, en la medida de lo posible, la solución del conflicto a través de un
convenio; y se subdivide en dos partes, una que se lleva ante el secretario de
acuerdos y que se le denomina junta anticipada, y la segunda parte, que se
lleva ante la presencia del juez, se le denomina audiencia ante el juez.
La junta anticipada se lleva a cabo ante el secretario de acuerdos, cuya
función principal es el cruce de información entre las partes, la propuesta de
convenio al que pudieran llegar y establecer acuerdos probatorios y fijar
hechos no controvertidos.
Es la segunda parte de la audiencia preliminar, en la que el juez examina la
legitimación de las partes, con la finalidad de depurar el procedimiento y
aprobará, en su caso, el convenio, dando por terminado el proceso. Si no se
llegara a un convenio aprobará los acuerdos sobre hechos no controvertidos
y fijación de los acuerdos probatorios, resolverá las medidas provisionales que
quedaren pendiente, señalando día y hora para el desahogo de las pruebas.
La audiencia de juicio será presidida por el juez, será publica, y
excepcionalmente privada, y orales en todas las participaciones. El juez dirige
el debate, con sus formalidades, modera la discusión y alegatos, limita el
tiempo y las oportunidades de participación y podrá imponer el orden y
sancionar.
En esta audiencia se desahogarán todas las pruebas que se hayan admitido,
las partes expresarán sus alegatos de apertura y de cierre y el juez dictará
sentencia en la misma audiencia, atendiendo el principio de concentración.

JUICIO ORAL

El procedimiento oral es aquel en que predomina la palabra hablada como


medio de expresión, se caracteriza por la inmediación de la relación entre el
juez y las personas cuyas declaraciones tiene que recibir y valorar (partes,
testigos, peritos, etc.), existe identidad de las personas físicas que constituyen
el tribunal durante el juicio y aquellas que lo fallan, la concentración de la
sustanciación de la causa en un periodo único, es decir que se desenvuelva
en una sola audiencia o en el menor número de ellas y que no sea lícito
impugnar separadamente las distintas etapas del proceso, es decir las
principales ventajas del proceso oral son: economía, celeridad y sencillez.

OBJETIVO DEL JUICIO ORAL

• Incrementar la transparencia en las acciones de impartición de justicia.


• Conocer y evaluar la tarea del poder judicial.
• Valorar las tareas del juzgador y dignificación social de la magistratura.

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• Incrementar la eficiencia y garantizar el respeto a las garantías funda-
mentales.
Una vez que el juez oral ha resuelto que ambas partes se encuentran
debidamente legitimadas en el proceso —al haber comparecido ante el
órgano jurisdiccional por conducto de persona que tiene la aptitud para ello—,
continuará con la depuración del procedimiento, relativo a resolver las
excepciones procesales que hubiere opuesto la parte demandada.

PROCEDIMIENTO ORAL ORDINARIO

Artículo 822. Se tramitarán por el procedimiento oral ordinario, las


controversias que se susciten con motivo de:
I. Nulidad de matrimonio;
II. Guarda, custodia y convivencia de niños, niñas y adolescentes;
III. Acciones de divorcio necesario;
IV. Alimentos;
V. Reconocimiento, desconocimiento y contradicción de paternidad, así
como la posesión del estado de hijo; y
VI. Pérdida y suspensión de la patria potestad.
PROCEDIMIENTO ORAL ESPECIAL

Artículo 852.Se tramitarán en el procedimiento oral especial los asuntos


relativos:
I. Divorcio por mutuo consentimiento;
II. Enajenación y transacción de derechos
III. patrimoniales de niños, niñas, adolescentes,
IV. incapaces y ausentes;
V. Adopción; y
VI. Restitución internacional de menores.

CONTROVERSIAS DE ARRENDAMIENTO
La existencia de tribunales especializados en nuestro país inicia con la
publicación el 29 de enero de 1969, de la Ley Orgánica de los Tribunales del
Fuero Común del Distrito y Territorios Federales, promulgada por el entonces
Presidente de la República Gustavo Díaz Ordaz, en la que se establecieron
de manera separada a la Materia civil, juzgados especializados que
conocerían exclusivamente de asuntos del orden familiar, lo que representó
un gran avance en la impartición de justicia del Distrito Federal. Dos décadas
después, y atendiendo a las necesidades sociales y las crecientes cargas de
trabajo que enfrentaban los juzgados civiles, así como al creciente problema
inquilinario que se vivía en el Distrito Federal, el 26 de Febrero de 1985 entran
en funciones los juzgados encargados de conocer exclusivamente de todas

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las controversias generadas con motivo del arrendamiento dentro del Distrito
Federal de inmuebles destinados a habitación, comercio, industria o cualquier
otro uso, giro o destino permitido por la ley. Actualmente, el Consejo de la
Judicatura del Distrito Federal, como órgano de administración, vigilancia y
disciplina del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en ejercicio de
las facultades que la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, en sus artículos 49 y 63, ha dispuesto la existencia hasta hoy de
diecisiete juzgados especializados en materia de arrendamiento inmobiliario.
Dichos órganos judiciales, en cuanto a su legal existencia y organización se
encuentran regulados en los artículos 2 fracción V, 48 fracción IV, 49, 53, 58,
60, 61, 62 y 63 de la referida Ley Orgánica.

COMPETENCIA.

Por otra parte, el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, atendiendo al


trabajo y a las necesidades de organización interna que presentan los
Juzgados del Arrendamiento Inmobiliario ha establecido estructuras
organizacionales tipo, definiendo la integración mínima de servidores públicos
de un juzgado y la descripción esquemática de la organización de dichos
órganos judiciales, señalando la denominación de los puestos y niveles
salariales y jerárquicos que los integran. Conforme al Dictamen de Estructura
Orgánica de los Juzgados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
y a los Organigramas autorizados para Juzgados del Arrendamiento
Inmobiliario, emitidos por el Pleno del Consejo de la Judicatura del Distrito
Federal en Acuerdo 14-39/2006, del día cuatro de octubre de 2006, cada uno
de dichos juzgados deberá estar integrado por un Juez; dos Secretarios de
Acuerdos de Juzgado, un Secretario Conciliador; dos Secretarios
Proyectistas; dos Secretarios Actuarios de Juzgado y dos Pasantes de
Derecho.
El Objetivo de los Juzgados del arrendamiento inmobiliario es contribuir al
logro de la paz social, a través de un sistema de administración e impartición
de justicia pronta, expedita, gratuita, completa, imparcial, transparente y
confiable, que garantice el estado de derecho, mediante la resolución de las
controversias generadas con motivo del arrendamiento dentro del Distrito
Federal de inmuebles destinados a habitación, comercio, industria o cualquier
otro uso, giro o destino permitido por la ley.
En conclusión, administrar justicia en materia de arrendamiento inmobiliario,
con arreglo a la legislación y demás normatividad aplicable, mediante el
conocimiento de los hechos que las partes le expongan, dictando las
resoluciones respectivas.

FUNCIONES:

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• Conocer de los procedimientos de jurisdicción voluntaria, relacionados
con la materia de su competencia;
• Conocer de todas las controversias generadas con motivo del arrenda-
miento dentro del Distrito Federal de inmuebles destinados a habita-
ción, comercio, industria o cualquier otro uso, giro o destino permitido
por la ley.
• Conocer de las diligencias de consignación en todo lo relativo a la ma-
teria de su competencia;
• Diligenciar los exhortos, requisitorias y despachos, relacionados a la
materia de su competencia;
• Establecer y supervisar los mecanismos para la recepción, registro,
control, guarda y custodia de documentos y valores;
• Vigilar la actualización permanente del Libro de Gobierno;
• Ordenar en términos de ley la práctica de diligencias;
• Ordenar las prácticas de estudios y dictámenes periciales en los asun-
tos de su competencia cuando así se requiera;
• Resolver sobre la admisión y trámite de las demandas, escritos y de-
más promociones que sean presentadas en el juzgado;
• Presidir y dirigir las audiencias de ley para desahogo de pruebas;
• Rendir los informes que le sean solicitados por la autoridad federal en
los juicios de amparo;
• Dictar las medidas que sean necesarias para garantizar que los proce-
sos judiciales se desarrollen con estricto apego a derecho;
• Dictar los acuerdos y sentencias, en los términos de la Ley;

JUICIO EJECUTIVO CIVIL


Es el proceso especial que inicia con el embargo de bienes propiedad del
demandado a efecto de garantizar las resultas del juicio, para posteriormente
oírlo en defensa y resolver la controversia con fuerza vinculativa para las
partes, siendo indispensable para intentar la acción que se exhiba como base
un documento que tenga el carácter de título ejecutivo y que por tanto, traiga
aparejada ejecución.
Es importante destacar que la SCJN ha establecido en su jurisprudencia que
el juicio ejecutivo no se dirige a declarar derechos dudosos o controvertidos
sino llevar a efecto los que han sido reconocidos en un acto con tal fuerza que
constituye una presunción del legítimo derecho del actor y de que está
suficientemente probado, por lo que debe ser inmediatamente atendido,
siendo necesario que en el título se consigne la existencia de un crédito cierto,
líquido y exigible, y finalmente, que en él conste que el ejecutante es el
acreedor, que el ejecutado es el deudor y que la pretensión exigida es
precisamente la debida.

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PROCEDENCIA

El Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal señala que para


que un juicio ejecutivo civil tenga lugar se necesita un título que traiga
aparejada ejecución.

LOS TÍTULOS EJECUTIVOS

Son aquellos documentos que expresando el nombre del acreedor y del


deudor contienen en sí mismos un crédito cierto, líquido y exigible derivado
del acto jurídico en él contenido y a los cuales la ley otorga el beneficio a la
aparejada ejecución, pudiendo iniciarse la acción ejecutiva para que
sumariamente se embarguen y rematen bienes del obligado.
Los títulos ejecutivos en particular.
Las sentencias ejecutorias, es decir, aquellas que han quedado firmes y en
contra las cuales no existe ningún recurso ordinario.
La confesión de la deuda hecha ante juez competente por el deudor o por su
representante con facultades para ello, debiendo tomarse en cuenta que si el
actor promovió en la vía ordinaria civil y lo pide, se continuará en la vía
ejecutiva por la parte confesada y en cuanto al resto seguirá el juicio su curso.
Los convenios celebrados en juicio ante el juez, ya sea de las partes entre sí
con terceros, a menos de que el interesado intente la vía de apremio.
Los convenios y laudos arbitrales emitidos por la Procuraduría Federal del
Consumidor, a menos que el interesado prefiera intentar la vía de apremio.
Los documentos privados después de ser reconocidos ante el juez por quien
los hizo o mandó extender, bastando que se reconozca la firma, aunque se
niegue la deuda.
El primer testimonio de una escritura pública, expedida por el notario público
ante quien se otorgó.
Las ulteriores copias de las escrituras notariales otorgadas por mandato
judicial, con citación de la persona a quien interesa.
Los documentos públicos que conforme a la ley hacen prueba plena, es decir,
aquellos expedidos por las autoridades en ejercicio de sus funciones, que no
han sido objetados o impugnados expresamente en su autenticidad o
exactitud por la parte a quien perjudique.
Las pólizas originales de los contratos celebrados con la intervención de
corredores públicos.
El dictamen uniforme de corredores públicos, si las partes ante el juez o en
escritura pública los hubiere aprobado o se hubieren sujetado a él.
Los títulos que traen aparejada ejecución pueden contener obligaciones de
dos tipos: unilaterales o recíprocas.
Unilaterales: una de las partes adquiere los derechos y la otra las
obligaciones.

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Recíprocas: todas las partes en la relación jurídica adquieren derechos y a su
vez obligaciones. En este caso, la parte que solicita la ejecución, al presentar
la demanda debe consignar las prestaciones debidas al demandado o
comprobar fehacientemente su cumplimiento.
A su vez, tanto las unilaterales como las recíprocas pueden contener
obligaciones de dar (dinero, cosa determinada o especie), de hacer, de
cumplimiento liso o llano, sujeto a condición o sujeto a plazo.

PREPARACIÓN DE LA VÍA EJECUTIVA.

Con relación a los medios preparatorios del proceso, conviene señalar que el
CPCDF distingue, por una parte, los medios preparatorios del juicio en general
y, por la otra, los medios preparatorios del juicio ejecutivo.
En términos generales, la primera clase de medios preparatorios puede
promoverse con el objeto de lograr: la confesión del futuro demandado acerca
de algún hecho relativo a su personalidad o a la calidad de su posesión o
tenencia, la exhibición de alguna cosa mueble o algún documento, o el
examen anticipado de testigos, “cuando éstos sean de edad avanzada o se
hallen en peligro inminente de perder al vida, o próximos a ausentarse a un
lugar con el cual sean tardías o difíciles las comunicaciones” y no pueda aún
ejercerse la acción o bien la declaración de los citados testigos sea necesaria
“para probar alguna excepción”. Al promoverse la medida preparatoria debe
expresarse el motivo por el que se solicita y el litigio que se trata de plantear
o que se teme. Cerciorado el juez de estos extremos, debe decretar la medida
con audiencia de la contraparte. Una vez iniciado el proceso principal, el juez,
a instancia de parte, ordenará agregar a aquél las diligencias practicadas para
que surtan sus efectos.
El juicio ejecutivo civil puede prepararse promoviendo la confesión judicial de
deuda liquida y exigible, el reconocimiento judicial o notarial de documento
privado que contenga deuda líquida y exigible o la liquidación, por medio de
un incidente previo, de la cantidad hasta entonces ilíquida de una deuda
contenida en instrumento público o privado reconocido judicialmente.
Por último, aparte de los medios preparatorios del juicio en general y del juicio
ejecutivo, el CPCDF también regula la preparación del juicio arbitral
fundamentalmente a través de la designación del árbitro en los casos en que,
existiendo el acuerdo de someter un litigio al arbitraje, no esté nombrada la
persona que vaya a fungir como árbitro o la que haya sido renuncie a serlo.
En estos dos supuestos, el nombramiento se lleva a cabo en una junta, en la
que el juez exhorta a las partes a nombrar de común acuerdo a la persona
que deba desempeñar el cargo de árbitro y, a falta de dicho acuerdo, el juez
hace el nombramiento de entre las personas que anualmente son listadas por
el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

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PROCEDIMIENTO DEL JUICIO EJECUTIVO

El proceso se integra de dos secciones:


1.- Sección principal. Contiene la demanda, auto de ejecución, contestación,
pruebas, desahogo de las mismas, alegatos y sentencia.
2.- Sección de ejecución. Se forma con copia cotejada de la demanda, copia
simple del auto de ejecución, requerimiento y embargo de bienes, depositaria,
avalúos y remate (calificación de posturas, fincamiento y aprobación),
posesión de los bienes adjudicados y otorgamiento de escrituras.
Es preciso observar que la demanda debe llenar los requisitos generales y
basarse en un título ejecutivo.
La admisión se realizada dictando el auto de ejecución, el cual debe ordenar
que se requiera al deudor para que haga pago de su adeudo, indicar el monto
del crédito y apercibirlo para que en caso de no cubrirlo se le embarguen
bienes de su propiedad bastantes para cubrir el monto del crédito y las costas.
Es importante destacar que se considera consentida la vía ejecutiva si no es
impugnada mediante el recurso de apelación en contra del auto admisorio, el
cual procederá en efecto devolutivo.
El requerimiento de pago se lleva a cabo en la sección de ejecución una vez
que es admitida la demanda, realizándose en forma personal y bajo los
siguientes dos supuestos.
Si el deudor es localizable, el requerimiento se hará en su domicilio y si no es
hallado después de habérsele buscado por una sola vez, se le dejará citatorio
para que dentro de las veinticuatro horas siguientes espere al ejecutor y si no
lo hace, se practicará la diligencia con cualquier persona que se encuentre en
la casa o a falta de ella, con el vecino inmediato.
Si el deudor no es localizable por no tener casa en el lugar y no saberse su
paradero, el requerimiento se le hará durante tres días consecutivos en el
Boletín Judicial y se fijará cédula en los sitios públicos de costumbre (estrados
de la Tesorería del Distrito Federal), surtiendo sus efectos las notificaciones a
los ocho días siguientes.
Embargo. Se debe llevar a cabo una vez que se ha verificado el requerimiento
sin obtener el pago, siguiéndose las reglas de cualquier secuestro judicial. El
deudor puede evitar el embargo consignando la cantidad reclamada a las
resultas del juicio, en billete de depósito de Nacional Financiera y en este
caso, el juez decidirá su suerte en la sentencia definitiva. Si es procedente la
acción se entregarán las cantidades al actor y si no son suficientes para cubrir
el adeudo y sus costas, se practicará el embargo por lo que falte.
Realizado el embargo se debe emplazar al deudor para que en un término no
mayor de nueve días pueda oponer las excepciones y defensas que tenga,
siguiendo todos los demás trámites del juicio ordinario y ventilándose
conjuntamente, pero de manera independiente, la sección de ejecución.

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El remate se realiza una vez agotado el procedimiento en la sección principal,
(si se considera procedente la acción), y sobre los bienes embargados para
que con su producto se haga pago al acreedor.

TERCERÍAS.

Son la serie concatenada de actos de carácter especial, en donde el tribunal,


ejercitando su facultad jurisdiccional, resuelve el planteamiento realizado por
uno o más terceros dentro de un juicio preexistente del cual son ajenos,
haciendo valer intereses propios y distintos, ya sean concordantes o adversos
a los del actor y el demandado con la finalidad, en el primer caso, de auxiliar
al logro de las pretensiones de alguna de las partes (tercería coadyuvante) u
oponerse, en el segundo, a que se ejecute la sentencia dictada o que en su
oportunidad se emita con bienes que considera propios (tercería excluyente
de dominio) o sobre los cuales afirma tener mejor derecho (tercería excluyente
de preferencia).
Aunque en éstas el tribunal ejercita su facultad jurisdiccional, no se puede
considerarlas como un verdadero proceso especial, ya que su procedencia
está subordinada a la existencia de un juicio en que los terceros son ajenos,
pero sin el cual sus actuaciones no tendrían razón de ser.
El código adjetivo civil para el Distrito Federal señala que el interés del tercero
siempre debe ser propio y distinto a los de las partes en enjuicio en que actúa.

Clases:

Las tercerías se pueden clasificar desde diferentes puntos de vista:


Atendiendo al momento en que se interponen:
De nueva intervención. Se interponen antes de haberse dictado la sentencia.
De oposición. Tienen lugar después de haberse emitido la sentencia.
Atendiendo a la manera en que se actúa:
Voluntarias. El tercero acude a juicio de manera espontánea.
Necesarias. El tercero es obligado a comparecer al proceso, ya sea a petición
de parte o por virtud de la ley. Atendiendo a la finalidad que persigue:
Coadyuvantes. El tercero auxilia a la procedencia de las pretensiones
aducidas por alguna de las partes en el juicio.
Excluyentes. El tercero se opone a que se ejecuten las pretensiones aducidas
por alguna de las partes en el juicio con parte o la totalidad de los bienes
embargados o sobre los que se ejercitó la acción.
Estas últimas pueden ser de tres tipos: de dominio, cuando se funda en el
dominio sobre los bienes embargados o sobre los que se ejercitó la acción,
de preferencia, cuando se funda en el mejor derecho del tercero para que se
le cubra su crédito con el producto de los bienes embargados o sobre los que
se ejercitó la acción; y de crédito hipotecario, que es un matiz de la de
preferencia y se funda en el mejor derecho del tercero sobre el inmueble

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embargado o que es base de la acción, derivado de la existencia a su favor
de una garantía real hipotecaria.
Respecto de las tercerías hay que tomar en cuenta lo siguiente:
El juez competente para conocerlas es aquél que conoce del juicio en el que
se promueven, debiendo tener en cuenta que si se plantea a un juez de paz y
el interés de la tercería excede de la cuantía encomendada a estos
funcionarios judiciales, el expediente se tiene que remitir al juez de lo civil
competente en turno.
Se deben sustanciar en la vía y forma en que se tramite el juicio donde se
interponga. Debiéndose emplazar a las partes del juicio principal.
No suspenden el negocio principal. Teniendo en cuenta que si son excluyentes
de dominio sólo interrumpen el remate y si son de preferencia sólo aplazan el
pago al acreedor, hasta que éstas se deciden.
Si las partes se allanan a la demanda del tercerista o incurren en rebeldía.
Hay que tener en cuenta que si la tercería es de preferencia, el juez debe
dictar la sentencia correspondiente y si es de dominio, ordenará la cancelación
de los embargos trabados sobre los bienes objeto de esta.
En caso de que el juicio principal se haya seguido en rebeldía del demandado
continuará con el mismo carácter en la tercería. Si se conoce su domicilio se
le emplazará de la demanda de tercería.

LAS TERCERÍAS COADYUVANTES.

En ellas se deben de tener en cuenta lo siguiente:


Se pueden oponer en cualquier juicio, no importando la acción que se hubiere
ejercitado o el estado en que el proceso se encuentre, siempre que no se haya
pronunciado sentencia ejecutoria.
Al tercerista se le considerará asociado con la parte cuyo derecho coadyuva
y puede:

• Salir a pleito en cualquier estado en que se encuentre el procedimiento,


siempre que no se haya pronunciado sentencia que cause ejecutoria.
• Hacer las gestiones que estime oportunas dentro del juicio.
• Salir a pleito en cualquier estado en que se encuentre el procedimiento,
siempre que no se haya pronunciado sentencia que cause ejecutoria.
• Hacer las gestiones que estime oportunas dentro del juicio. Siempre
que no deduzca la misma acción o excepción de alguna de las partes,
a menos que haya sido designado como representante común.
• Continuar la acción y defensa si el principal se desiste.
• Apelar e interponer los recursos procedentes.

LAS TERCERÍAS EXCLUYENTES.

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Son aquellas en que el interés del tercerista es adverso al de las partes del
juicio principal y se deben tener en cuenta:
Que para que se dé entrada a este tipo de tercerías hay que tener en cuenta
que:
Si es de dominio no puede ejercitarla aquél que consintió en la constitución
del gravamen o del derecho real sobre el mismo.
Si es de preferencia no pueden intentarla el acreedor que tiene hipoteca o
derecho real sobre una finca distinta a la embargada; el acreedor que sin tener
derecho real no haya embargado el bien objeto de la ejecución; y el acreedor
a quien el deudor señale bienes suficientes para garantizar el crédito.
Si es de crédito hipotecario se puede solicitar que se inscriba la demanda en
el Registro Público y que el depósito se haga por cuenta del tercero.
Es necesario al promover la tercería que se presente el título en que se funde,
sin el cual será desechada de plano.
Pueden oponerse en toda clase de negocios cualquiera que sea su estado,
siempre y cuando no se hayan adjudicado los bienes rematados, si son de
dominio o no se hubiere hecho el pago al demandante, si son de preferencia.
La interposición de este tipo de tercerías autoriza al demandante para pedir
que se mejore la ejecución en otros bienes del deudor.
Si son varios los opositores, se decidirá incidentalmente la controversia en
unión del ejecutante y ejecutado, pero si la tercería es sobre una parte de los
bienes embargados el procedimiento se continuará hasta vender y hacer pago
a los acreedores con los bienes no comprendidos en la misma.
Asimismo, es importante destacar que cuando se presentan tres o más
terceristas haciendo oposición de preferencia, si están conformes, se
seguirá un solo procedimiento y se resolverá en una misma sentencia
la cual graduará los créditos y en caso de oposición, se deberá seguir
el juicio de concurso de acreedores

JUICIO SUCESORIO
Todos los testamentos que se realizan ante un notario deben ser registrados
en el Archivo General de Notarías. Cuando se interpone un juicio sucesorio y
se desconozca si existe tal documento, el juez debe ordenar su búsqueda en
este archivo, en caso de ser encontrado o no, debe existir un reporte de
búsqueda por parte del Registro Nacional de Avisos de Testamento.
Cuando no existe un testamento se debe recurrir a un juicio sucesorio donde
se repartan, conforme a derecho, los bienes entre los familiares directos de
una persona fallecida. Este tipo de sucesión también se le llama legítima, ya
que existen familiares que solicitan el reparto de los bienes.
Cómo lo indica el Código Civil Federal, los familiares que tiene derecho a
recibir parte de una herencia son:
En primer lugar, están los hijos, esposos y concubinos.

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En segundo lugar, se encuentran los padres, primos y sobrinos hasta el cuarto
grado. Sólo los parientes en primer grado heredan en partes iguales.
No se puede tomar posesión o disponer de un bien antes de que exista un
proceso sucesorio, salvo que se trate de herederos únicos. Los herederos
deben nombrar una albacea que administre los bienes para poder continuar
con el trámite de la sucesión.

EL PAPEL DE LA ALBACEA

El albacea puede ser designada mediante un testamento y en caso de que no


exista tal, la persona designada se niegue a desempeñar el cargo, o se trate
de una sucesión legítima, también conocida como intestamentaria, los
herederos tienen la facultad de elegir a uno mediante votación. No obstante,
de conformidad con el artículo 1680 del Código Civil Federal, estarán
imposibilitados para ejercer el cargo las siguientes personas:

1. Los Magistrados y Jueces que estén ejerciendo jurisdicción en el lugar


en el que se abre la sucesión.
2. Los que hayan sido removidos por sentencia en otra ocasión del cargo
de albacea.
3. Los que hayan sido condenados por delitos contra la propiedad.
4. Los que no tengan un modo honesto de vivir.
Una albacea tiene el objetivo de representar a los herederos frente a terceros,
así como para cumplir determinados mandatos específicos que la ley
establece. Entre sus principales funciones se encuentran las de presentar el
testamento ante un juez o notario; el aseguramiento de los bienes de la
herencia; la formación de inventarios; la administración de los bienes; la
rendición de cuentas; el pago de las deudas correspondientes; la partición de
los bienes; la defensa de la herencia, y la validez del testamento.

ETAPAS DE UN JUICIO SUCESORIO

Por lo general tiene cuatro etapas que contempla un juicio sucesorio, las
cuales son:

• Etapa 1: Se determina si el testamento es válido y su existencia. Si


existe tal documento, se otorgan los bienes a las personas nombradas
ahí. También se nombra a la albacea.
• Si no existe un testamento, se debe acreditar la familiaridad de las per-
sonas que solicitan los bienes.

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• Etapa 2: También llamada de inventarios y avalúos. En esta etapa la
albacea debe presentar el inventario y avalúo de los bienes, los cuales
deben ser aprobados por los herederos.
• Etapa 3: En esta etapa, la albacea debe presentar un informe de gastos
e ingresos que se tuvieron durante el juicio. De igual forma debe ser
aprobada por los herederos.
• Etapa 4: Se determina el reparto de los bienes, siempre en conjunto
con los herederos. El reparto se debe hacer conforme a la ley en cuanto
grados de parentesco.
Este juicio no necesariamente se debe llevar ante un juzgado, un otario
público puede llevar la vigilancia de estas etapas siempre en conformidad con
la albacea y herederos.

CLASES DE JUICIOS SUCESORIOS

Existen 2 clases de juicios sucesorios:

I. Juicios Testamentarios
La persona fallecida si hizo testamento y son los herederos las perso-
nas que el autor del testamento quiso que fueran sus herederos. Se
debe respetar la última voluntad de la persona fallecida.

II. Juicios Intestamentarios


La persona fallecida no hizo testamento. En este supuesto, sabemos
quiénes son herederos con base en lo que establece la ley. Son perso-
nas integradas al núcleo familiar del muerto, según los grados de pa-
rentesco.
Una persona que se considere heredero puede iniciar un juicio sucesorio, para
lo cual la ley exige acredite estar entre aquellas personas que deben ser
consideradas herederas.

DOCUMENTOS QUE DEBEN ACOMPAÑARSE EN UN JUICIO TESTA-


MENTARIO

I. El testamento
II. Acta de defunción
III. Acta de matrimonio en el caso de que la persona muerta haya estado
casada al momento de su muerte
IV. Actas de nacimiento de los hijos en el caso de que haya tenido hijos.
V. Escrituras públicas de los bienes inmuebles, factura de los bienes mue-
bles.

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DATOS COMPLEMENTARIOS DE LA DEMANDA

I. Ultimo domicilio de la persona muerta


II. Una relación de las personas que pudieron haber sido herederas y pro-
porcionar sus respectivos domicilios.
III. Una relación a modo de inventarios de los bienes del difunto
DOCUMENTOS PARA JUICIO INTESTAMENTARIO

I. Acta de defunción
II. Acta de matrimonio en el caso de que la persona muerta haya estado
casada al momento de su muerte.
III. Actas de nacimiento de los hijos en el caso de que haya tenido hijos.
IV. Escrituras públicas de los bienes inmuebles, factura de los bienes mue-
bles.
DATOS COMPLEMENTARIOS DE LA DEMANDA

I. Ultimo domicilio de la persona muerta


II. Una relación de las personas que se presumen son herederas y pro-
porcionar sus respectivos domicilios.
III. Una relación a modo de inventarios de los bienes del difunto

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BIBLIOGRAFIA

➢ Becerra Bautista, José, El proceso civil en México; 8ª edición, México, Po-


rrúa, 1980;
➢ Fairén Gullén, Víctor, «Un nuevo descubrimiento sobre la historia del jui-
cio ejecutivo en España: el ordenamiento sevillano de 1360», Estudios de
derecho procesal, Madrid, 1955
➢ Liebman, Enrico Tullio, «Sobre el juicio ejecutivo», Estudios de derecho
procesal en honor de Hugo Alsina, Buenos Aires, Ediar, 1946
➢ Soberanes Fernández, José Luis, Historia del juicio ejecutivo civil, México,
UNAM, 1977

➢ Vicente y Caravantes, José, Tratado histórico critico filosófico de los pro-


cedimientos judiciales en materia civil, según la nueva Ley de enjuicia-
miento Civil, con sus correspondientes formularios, Madrid, 1856-1859.

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