Está en la página 1de 2

 Los procesos mentales en el desarrollo de la autoconciencia:

Burguet y Bueno (2014), plantean que cuando hablamos de conciencia se hace


referencia al estado de la mente que va a permitir a una persona darse cuenta de lo que
sucede a su alrededor y dentro de sí mismos. Todos los seres humanos tenemos conciencia,
aunque esto no impide que muchos de nuestros procesos mentales se produzcan de manera
preconsciente, es decir, el cerebro no solo tiende a interpretar la realidad de la forma más
precisa, sino que promoverá respuestas más relacionadas con su interpretación de la
realidad. Un ejemplo ante un suceso , la explicación de cada testigo , no siempre van a
coincidir, ya que cada quien lo ha visto, filtrado a través de sus emociones (subjetividades,
objetivos y motivaciones).

Todo inicia con los órganos de los sentidos, quienes estimulan a las áreas receptoras del
cerebro, enviando una señal al tálamo, que es la estructura neural que seleccionara que
estímulos son relevantes y que deben de ser tomados en cuenta, focalizando en ellos su
atención. El tálamo conecta con regiones muy diversas e importantes del cerebro, entre las
que se puede mencionar la corteza prefrontal, que se encarga de gestionar la capacidad de
razonar, planificar el futuro y tomar decisiones, y además el hipocampo y la amígdala, que
conforman los centros gestores de la memoria y las emociones, por lo tanto estas
conexiones son las que generan las experiencias previas y los estados emocionales a la
percepción consciente, lo que hace que el tálamo de prioridad a las informaciones
entrantes que resulten significantes y ameriten de nuestra atención, solo las informaciones
priorizadas son memorizadas ,solo entonces las informaciones priorizadas son transmitidas
hacia la corteza cerebral donde son guardadas en la memoria y se hacen conscientes y se
racionalizan. Sin seguir estos pasos la autoconciencia es fisiológicamente imposible.

Es importante destacar que el ser consciente no implica reflexionar sobre la mente y los
pensamientos propios, por lo tanto la conciencia y la autoconciencia son definiciones
distintas.

Para Greenberg, Pyszczynski, y Solomon (1986) la autoconciencia se va a producir


produce cuando el sujeto se toma a sí mismo como objeto de atención. Por ello, Wicklund
(1975) considera que el término característico de la teoría también puede denominarse
como "atención autofocalizada", y entr otros sinónimos podemos encontrar: la
autoatención, autofocalización, autoconciencia. Cuando la atención consciente de la
persona está focalizada sobre sí mismo, sobre sus pensamientos , se considera que se está
en un estado de autoconciencia objetiva.

La autoconciencia es el proceso mental que permite al individuo ser consciente de su


consciencia , es decir, poder reflexionar sobre nuestra mente y pensamientos, que
analicemos de manera consciente nuestro interior y nuestro yo, e incluso todos los
procesos mentales que nos llevan a ella. Es un proceso solo humano, y nos permite
interpretar el mundo de una manera extraordinaria, dando respuesta reflexiva, ya que nos da
la oportunidad de cambiar patrones de conductas.

La autoconciencia es tan profunda que nos permite reflexionar sobre la realidad, y que tan
real es lo que percibimos, este proceso reflexivo, que obligan al cerebro a analizarse a sí
mismo, una y otra vez para profundizar en la interioridad, con la finalidad de ver hasta qué
punto se trata de una reinterpretación para hacerla coherente con el resto de entradas
sensoriales, nuestra experiencia previa e incluso con nuestros deseos y expectativas.

La autoconciencia es imprescindible para el análisis de la interioridad, y para producirse


precisa de la actividad coordinada de las zonas cerebrales implicadas en el raciocinio, la
memoria y las emociones es decir los procesos cognitivos básicos.

BURGUET, M.; BUENO, D. (2014): Educación para una cultura.: Una propuesta desde la
pedagogía y la neurociencia. Barcelona. Universidad de Barcelona.

Greenberg, J., Pyszczynski, T., y Solomon, S. (1986). The Causes and Consequences of the Need
for SelfEsteem: A terror Management Theory. En R. F. Baumeister (Ed), Public and private self
(pp. 198-212). New York: Springer-Verlag.

Wicklund, R. A. (1975). Objective Self-Awareness. Advances in Experimental Social


Psychology, 8, 233-275.

También podría gustarte