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VICERRECTORADO ACADÉMICO
ESCUELA DE DERECHO
SECCIÓN: M-635
Hechos:
El Príncipe Bauffremont, francés, contrae matrimonio con una mujer
originalmente belga quien, por el matrimonio, adquiere la nacionalidad francesa.
El 1 de agosto de 1874, la Corte de París pronuncia la separación de
cuerpos entre el Príncipe de Bauffremont y su esposa. La ley aplicable al fondo, la
ley francesa, no permitía el divorcio en esa época.
Como la separación de cuerpos le permitía a ella establecer su domicilio,
distinto del de su esposo, se traslada temporalmente al Ducado de Sajonia-
Altenburgo (antiguo Ducado de Alemania).
El 3 de mayo de 1875, ella obtiene la nacionalidad de dicho Ducado. Una
nueva ley del Ducado considera divorciados a los católicos en separación de
cuerpos y ella recobra su libertad matrimonial.
El 24 de octubre de 1875, ella contrae matrimonio con el Príncipe Bibesco,
rumano, en Berlín. Procedimiento El Príncipe Bauffremont demanda ante el
Tribunal del Sena, tanto la nulidad de la naturalización que ella obtuvo sin su
autorización, como la nulidad del segundo matrimonio de la mujer, contraído
estando vigente el primer matrimonio que lo prohibía.
El 10 de mayo de 1876, él gana el juicio. El Tribunal del Sena declara que la
Princesa no pudo válidamente adquirir una nacionalidad extranjera sin la
autorización de su marido y que, por lo tanto, ella era francesa al momento de
contraer el segundo matrimonio. Asimismo, afirma que aunque el marido hubiera
estado de acuerdo, el cambio de nacionalidad no era el resultado del ejercicio
legítimo de una facultad otorgada por la ley, sino del abuso de tal facultad.
El 17 de julio de 1876, la Corte de París se declara incompetente para
conocer de la nulidad de la naturalización, pero competente para conocer de los
efectos legales que dicha naturalización produce respecto de la ley francesa. Sin
la autorización del marido, la adquisición voluntaria de una nacionalidad extranjera
no liberaba a la Princesa de las exigencias de la ley francesa y, aun cuando
hubieran estado de acuerdo los esposos, ellos no hubieran podido eludir las
disposiciones de orden público a través de un cambio de nacionalidad. De esta
forma, la naturalización de ella era inoperante para el marido, y confirma la
sentencia de primera instancia que mantenía a la esposa ligada por la primera
unión matrimonial. Resolución
El 18 de marzo de 1878, la Corte de Casación rechaza los argumentos de
ella, estimando que ella obtuvo una nacionalidad extranjera, no con el fin de
ejercitar los derechos y cumplir las obligaciones que derivan de una nueva
nacionalidad, sino con el fin de escapar de la prohibición de la ley francesa y
contraer el segundo matrimonio. Existe fraude a la ley cuando las partes
voluntariamente cambian los puntos de contacto con el solo fin de
sustraerse de la ley normalmente competente.