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El libro

Desde los orígenes la humanidad ha tenido que hacer frente a una cuestión fundamental: la forma de preservar y
transmitir su cultura, es decir, sus creencias y conocimientos, tanto en el espacio como en el tiempo.
El planteamiento de esta cuestión supone, por un lado, determinar la forma de garantizar la integridad intelectual del
contenido de la obra y la conservación del soporte en el que fue plasmada y, por otro, encontrar el medio por el cual
se mantendrá inalterada la intención o finalidad para la cual se concibió.
Los orígenes de la historia del libro se remontan a las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros antepasados,
la pintura rupestre del hombre del paleolítico. Con un simbolismo, posiblemente cargado de significados mágicos,
estas pinturas muestran animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del hombre antiguo que
trataba de dominar las fuerzas adversas de la naturaleza, capturando su esencia mediante su representación.

Comunicación oral y formas rudimentarias[editar]


Las señales gestuales fueron la primera forma de expresar y transmitir mensajes. La palabra hablada es la manera
más antigua de contar historias. Mediante fórmulas de valor mnemotécnico se estructuraban narraciones, que
pasaban de generación en generación como valiosa herencia cultural de los más diversos grupos humanos. Dichas
reglas mnemotécnicas ayudaban tanto a la memorización como a la difusión de los relatos. Es el caso de
los poemas homéricos, que han merecido valiosos estudios sobre el particular. Posiblemente, gran parte de las
tradiciones y leyendas han tenido semejante inicio. Esta transmisión oral tenía el inconveniente de los «ruidos» que
deformaban el mensaje. La mayoría de las veces era el narrador (rapsoda, aeda, juglar) quien en función de sus
intereses la deformaba de una u otra forma.

La escritura[editar]
Cuando los sistemas de escritura fueron inventados en las antiguas civilizaciones, el hombre utilizó diversos
soportes de escritura: tablillas de arcilla, ostracon, placas de hueso o marfil, tablas de madera, papiros,
tablillas enceradas, planchas de plomo, pieles curtidas, etc.
La escritura fue el resultado de un proceso lento de evolución con diversos pasos: imágenes que reproducían
objetos cotidianos (pictografía); representación mediante símbolos (ideografía); y la reproducción de sílabas y letras.
Los más antiguos vestigios de escritura se encuentran, hacia finales del IV milenio a. C., en el Antiguo Egipto,
con jeroglíficos, y la antigua Mesopotamia, mediante signos cuneiformes (escritura cuneiforme; utilizaban una varilla
con sección triangular, que al hendir en placas de arcilla, dejaba una marca en forma de cuña). La usaron
los sumerios, acadios, asirios, hititas, persas, babilonios, etc. La escritura egipcia, que perduró más de tres milenios,
mediante jeroglíficos, representaba ideas abstractas, objetos, palabras, sílabas, letras y números. Evolucionó en las
escrituras hierática y demótica. Otros pueblos, como los hititas y los aztecas también tuvieron tipos propios de
escritura.

China[editar]

Manuscrito chino en seda del siglo V

La escritura china más antigua que se conoce son 50000 inscripciones sobre conchas de tortuga que incorporan
4500 caracteres distintos, y data del 1400 a. C. en el yacimiento de Xiaotun, en la provincia de Henan. Pero los
primeros libros reconocibles de China corresponden al siglo VI a. C., los jiance o jiandu, rollos de finas tiras
de bambú o madera grabados con tinta indeleble y atados con cordel. Estos textos servían principalmente a causas
institucionales, era la obra de funcionarios civiles o militares. 3
Desde Confucio en adelante (551-479 a. C.) los libros se convirtieron en importantes instrumentos de aprendizaje, se
escribieron tratados de filosofía, medicina, astronomía y cartografía.
En el período de los reinos combatientes (475-221 a. C.) La seda se usó mucho como soporte para escribir. La tela
era ligera, resistente al clima húmedo, absorbía bien la tinta y proporcionaba al texto un fondo blanco, sin embargo
era mucho más cara que el bambú, es por esto que en ocasiones se hacía una copia en bambú antes de grabarse
en seda los textos importantes.
La invención del papel según la tradición china, se atribuye a un eunuco de la corte imperial llamado Cai Lin en el
105 d. C. Usando nuevos ingredientes (trapos viejos, cáñamo, corteza de árbol y redes de pescar) creó un método
de fabricación de papel muy similar al que se usa hoy en día. Pero el papel tardó cientos de años en reemplazar al
bambú y la seda, fue hasta finales del siglo II d. C. que la corte imperial lo usó en cantidades importantes. Esta
innovación no se propagó fuera de China hasta el 610 d. C. aproximadamente, y alcanzó Europa a través de España
hasta el siglo XII.
A mediados del siglo VIII los chinos inventaron la impresión xilográfica, o el grabado en madera, y la necesidad de
reproducir un gran número de textos e imágenes budistas, calendarios, manuales de adivinación y diccionarios
promovió una rápida y temprana propagación de la xilografía. El primer libro impreso chino que se ha encontrado es
el Sutra del diamante del 868 d. C.
Los impresores chinos crearon los tipos móviles hacia el siglo XI, el escritor chino Ch'en Kua (1030-1095) narra la
historia de esta invención en su libro de cosas vistas y oídas (Mengshi Pitan), según el escritor el herrero JenTsung
de la dinastía de los Song del norte entre 1041-1049 logró crear caracteres móviles, para esto
utilizó arcilla endurecida al fuego sobre la cual había grabado unos caracteres móviles que fijo sobre una plancha de
hierro impregnada de resina de pino, cera y cenizas. También se le atribuye la creación de una mesa giratoria para
guardar los caracteres, esta técnica se llamaba tipografía tablearia. Hacia el 1300 Wang- Tcheng, un técnico
agrónomo, emplazó la arcilla por madera de azufaifo, que era mucho más dura. Pero este avance no revolucionó
la imprenta hasta el punto que lo hizo Gutenberg en Europa 400 años después. A diferencia de las lenguas
europeas, el chino escrito requiere miles de caracteres únicos, lo que hace mucho más eficaz los bloques de madera
individuales que los enormes conjuntos de tipos reutilizables. En contraste con el declive de las artes de los escribas
en occidente en los siglos que siguieron a la creación de la imprenta de tipos móviles, la caligrafía china conservó su
prestigio, era un arte. No obstante, a finales del siglo XV, China había producido más libros que el resto del mundo
junto.
Los árabes aprendieron la técnica para fabricar papel de sus contactos con China en el siglo VIII, y este se introdujo
en Europa en el siglo XII a través de la España musulmana. 3

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