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COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS
JURÍDICOS REGIONALES
RELATIVOS A DERECHOS
HUMANOS, REFUGIO Y ASILO
TOMO II
MÉXICO, 2002
Compilación de instrumentos jurídicos regionales relativos
a Derechos Humanos, refugio y asilo (tomo II)
COMITÉ EDITORIAL
Universidad Iberoamericana
Rector: Maestro Enrique González Torres
Vicerrector Académico: Maestro José Ramón Ulloa Herrero
Director Divisional de Estudios Profesionales: Maestro José Carreño Carlón
Directora Departamento de Derecho: Maestra Loretta Ortiz Ahlf
PRIMERA PARTE
INSTRUMENTOS SOBRE DERECHOS HUMANOS
ÁFRICA
CONVENCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA UNIDAD
AFRICANA (OUA) POR LA QUE SE REGULAN LOS
ASPECTOS ESPECÍFICOS DE PROBLEMAS DE
LOS REFUGIADOS EN ÁFRICA .................................................... 111
[7]
8 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
AMÉRICA
EUROPA
SEGUNDA PARTE
INSTRUMENTOS INTERAMERICANOS SOBRE
ASILO Y EXTRADICIÓN
[11]
12 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Sin duda, el desarraigo forzado es uno de los grandes temas que caracteri-
zaron al siglo XX y que se ha heredado en este nuevo siglo. La labor de docen-
tes, investigadores, funcionarios gubernamentales, de la sociedad civil y el
público en general debe ser el desarrollo de una cultura de los derechos huma-
nos, en la que se persiga el objetivo de hacer que el desarraigo forzoso ya no
se presente en el futuro, y mientras llega ese momento, evitar y combatir la xe-
nofobia y, desde luego, hacer válidos y prácticos los derechos de quienes aún
tienen que huir: los refugiados y otras personas obligadas al desarraigo.
La publicación de esta colección es sumamente relevante para las tres ins-
tituciones que vieron la necesidad de contar con estos instrumentos en idioma
español. Muchas veces el quehacer cotidiano de funcionarios de Gobierno, de
organizaciones de la sociedad civil, de académicos y estudiantes, se confron-
ta a la falta de instrumentos en español. Por lo tanto, con esta publicación se
pretende, modestamente, contribuir a la superación de este problema funda-
mental. Además, ha de hacer una importante contribución a la promoción y di-
vulgación de los derechos humanos y del derecho de los refugiados.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Universidad Iberoameri-
cana y el ACNUR están convencidos de que estos volúmenes harán su modesto
aporte para la realización de una cultura solidaria entre seres humanos indepen-
dientemente de su lugar de origen, sexo, idioma, religión o color de su piel.
[15]
16 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Para esta edición se han hecho todos los esfuerzos posibles para evitar erro-
res en la fecha de algunos instrumentos y de tipografía que aparecieron en la
primera edición.
La selección de los instrumentos jurídicos incluidos en este volumen no
pretende ser exhaustiva. Solamente intenta presentar los instrumentos más
relevantes para la protección a los refugiados.
Es importante extender nuestro agradecimiento a Gunther Maertens y Ka-
rina Gutiérrez, estudiantes de la Universidad Iberoamericana, que prepararon
la versión electrónica de los textos que se publican en este tomo. También se
expresa un especial reconocimiento a Cynthia Cárdenas Ruiz de Chávez, estu-
diante de la Universidad Iberoamericana que buscó muchos textos que ahora
son difíciles de encontrar en varias bibliotecas de la ciudad. Sin su trabajo esta
publicación no hubiera sido posible.
Resumen: I. Introducción; II. El asilo en el Sistema de las Naciones Unidas; 2.1 La Decla-
ración Universal de Derechos Humanos y la Declaración sobre Asilo Territorial; 2.2 La
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asilo Territorial (1977); 2.3 El asilo en los ins-
trumentos sobre refugiados; 2.4 Otros esfuerzos de la Naciones Unidas para llenar el va-
cío en materia de asilo; 2.5 Significado del reconocimiento de la condición de refugia-
do; 2.6 Las nociones de asilo y refugio en el Sistema de las Naciones Unidas; III.El asilo
en el Sistema Interamericano; 3.1 Observaciones generales; 3.2 El Sistema Latinoame-
ricano de Asilo; 3.2.1 Naturaleza del asilo en el Sistema Latinoamericano; 3.2.2 Perso-
nas que se pueden beneficiar del asilo; 3.2.3 Derecho de calificación y derechos y obli-
gaciones de los asilados; 3.2.4 Caso de asilo (Colombia contra Perú); a) Antecedentes;
b) Decisión de 20 de noviembre de 1950; c) Decisión de 27 de noviembre de 1950; d) De-
cisión de 13 de junio de 1951; e) Valoración; 3.3 Implicaciones del acto de sustracción
de personas de la jurisdicción que les amenaza; 3.3.1 Negativa de extradición; 3.3.2 Asilo
diplomático; 3.3.3 Asilo territorial; 3.4 El Sistema Interamericano de Asilo; 3.5 Los sis-
temas y sus procedimientos; 3.6 Las nociones de asilo y refugio en el Sistema Latinoame-
ricano e Interamericano; IV. Los Sistemas Latinoamericano e Interamericano de Asilo
frente al Sistema de las Naciones Unidas; V. Las nociones de asilo y refugio en Améri-
ca Latina; VI. Vigencia del Sistema Latinoamericano, del Sistema Interamericano y del
Sistema de las Naciones Unidas en América Latina; VII. Cuadros comparativos de nor-
mas contenidas en el Sistema Latinoamericano, en el Sistema Interamericano y en el Sis-
tema de las Naciones Unidas.
I. INTRODUCCIÓN
1 Funcionario del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Este es-
tudio es responsabilidad del autor y no refleja, necesariamente, la opinión del ACNUR o de las Naciones
Unidas.
[17]
18 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
2 Institut de droit international, reunión de Bath (11 de septiembre de 1950), Annuaire, 1950, artícu-
a los israelitas que al haber cruzado el Jordán hacia la tierra de Canaán, eligirán ciudades que servirán de
refugio a los homicidas involuntarios (Nm 35, 11). El refugio también se trata en el Deuteronomio, 4, 41
y 19, 1-14. Versión consultada, Biblia de América, La Casa de la Biblia, Madrid, 1994.
En el cristianismo también se encuentra el principio y la práctica del asilo. Su base se encuentra en la
Doctrina de Jesús y se ha practicado a través de los siglos con la forma de asilo santuario, que fue reco-
nocido y posteriormente denunciado por muchos Estados. Por ejemplo, Francia derogó el asilo en las
iglesias en 1539, Inglaterra en 1625 y España en 1750. Ahora bien, en relación con España, debe señalarse
que mediante el Concordato celebrado con la Santa Sede en 1737, España reconoció el asilo religioso con
ciertas restricciones. Cabe señalar también que el Codex iuris canonici de Benedicto XV, de 1917, esta-
blece que las iglesias gozan de derecho de asilo (canon 1179), y que los lugares sagrados están exentos
de la autoridad civil (canon 1160). Véase Código Canónico y Legislación Complementaria, Biblioteca de
Autores Cristianos, 4a. edición, España, 1952.
El Corán dispone el trato que debe acordarse a las personas que han tenido que abandonar sus tierras
debido a su fe religiosa, y determina que Medina, cuyos habitantes fueron los primeros en recibir la fe, debía
dar la bienvenida a los que llegaran a buscar asilo (Versículos 8 y 9, Surata LIX, titulada la Emigración).
Versión consultada, The Koran, traducción al inglés de N. J. Dawood, Penguin Books, Harmonndsworth,
Inglaterra, 1983.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 19
a disfrutar de él (artículo 14, párrafo 1). De esta formulación se desprende que
los Estados no están obligados a conceder asilo.
6. El derecho a buscar asilo en cualquier país significa que no hay límites geo-
gráficos ni culturales para buscarlo, y una vez concedido, se puede disfrutar de
él. Ahora bien, el acto consistente en el otorgamiento de asilo queda cuidado-
samente fuera de los derechos que la Declaración Universal reconoce, y por lo
tanto, entregado al derecho consuetudinario, en conformidad con el cual es
facultad soberana de cada Estado.
10. Al igual que la Declaración Universal (artículo 14, párrafo 2), la Declara-
ción sobre Asilo Territorial niega el derecho al asilo a personas procesadas por
delitos comunes o delitos contrarios a los principios y propósitos de las Nacio-
nes Unidas. Sin embargo, la Declaración sobre Asilo Territorial desarrolla más
esta disposición al establecer que no podrá invocar el derecho a buscar asilo,
o de disfrutar de éste, ninguna persona respecto de la cual existan motivos
fundados para considerar que ha cometido un delito contra la paz, un delito de
guerra o un delito contra la humanidad, de los definidos en los instrumentos
elaborados para adoptar disposiciones respecto de tales delitos (artículo 1,
párrafo 2).
13. La Asamblea General decidió que el ACNUR debía consultar a los go-
biernos para determinar la procedencia de convocar una conferencia interna-
cional. Las opiniones expresadas por los gobiernos indicaban la necesidad de
modificar aquel texto, y la procedencia de una conferencia internacional. Un
Grupo de Expertos de las Naciones Unidas modificó el texto producido por la
Dotación Carnegie y propuso un nuevo texto que consideró la Conferencia Inter-
nacional cuando se reunió en Ginebra de 10 de enero a 4 de febrero de 1977.
14. Este texto decía que todo Estado Contratante, actuando en ejercicio de sus
derechos soberanos, hará todo lo posible, con espíritu humanitario, por con-
ceder asilo en su territorio
(artículo 1).14
15. Si bien con la fórmula propuesta por el Grupo de Expertos se quedaba le-
jos de elevar el asilo a derecho subjetivo, se daba un paso intermedio declaran-
do que los Estados se esforzarían por conceder el asilo, significando que por
lo menos se comprometían, se entiende de buena fe, a considerar las peticio-
nes de asilo. Esta fórmula es muy positiva en el texto y podía serlo en la prác-
tica en países que actúan de buena fe. En otros, sin embargo, se hubiera pre-
sentado el problema de cómo apreciar y valorar el esfuerzo que hacían los
Estados.
el ejercicio de sus derechos soberanos y en atención a razones humanitarias, y agregaba que ningún otro
Estado podrá reclamar ante el ejercicio de este derecho. La enmienda de Cuba proponía que los Esta-
dos podían brindar asilo actuando en ejercicio de sus derechos soberanos, y con espíritu humanitario.
Una propuesta de Austria decía que un Estado podía conceder asilo en el ejercicio de su soberanía... por
razones humanitarias; una propuesta de Ecuador sugería que se dijera actuando en ejercicio de sus de-
rechos soberanos, hará todo lo posible, con espíritu humanitario; una propuesta de Pakistán considera-
ba que podía hacerse en el ejercicio de sus derechos soberanos; una de Perú decía en el ejercicio de su
soberanía, hará cuanto esté a su alcance, por razones humanitarias. Estas y otras propuestas de enmien-
da se encuentran en el Documento A/CONF/78/12, Anexo I, pp. 4-8.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 23
19. El borrador de Convención sobre Asilo estipula que todo Estado Contra-
tante, actuando en ejercicio de sus derechos soberanos, se esforzará, con espí-
ritu humanitario, por conceder asilo en su territorio a toda persona que pueda
acogerse a las disposiciones de la presente Convención (artículo 1). En un
párrafo adicional establece que ningún Estado Contratante debería denegar
el asilo por el sólo hecho de que pueda obtenerse en otro Estado. Cuando sea
manifiesto que una persona, antes de solicitar asilo de un Estado Contratante, ha
establecido un nexo con otro Estado o ya tiene en él estrechos vínculos, el Es-
tado Contratante podrá, si parece justo y razonable, requerir primero a esa
persona que solicite asilo de ese Estado.
21. También introduce el concepto de estrechos vínculos con otro país. Esto
puede significar familiares, conocer el idioma, haber vivido o realizado estudios
en ese país, e incluso, tal vez, que en ese país haya una comunidad del mismo
origen o nacionalidad que la persona que busca asilo. En otras palabras, estre-
cho vínculo puede significar muchas cosas. Pero, ¿qué sucede si el país con el
que tiene supuestos estrechos vínculos no quiere brindar asilo a la persona que
lo necesita? Ahora bien, de proceder o no proceder el asilo en el país con el que una
persona tiene estrechos vínculos, el país en que se encuentra debe brindarle
protección hasta que se defina su situación. En todo caso, dos años más tarde,
el Comité Ejecutivo retomó esta noción en una conclusión relativa a refugia-
dos sin país de asilo.17
22. En relación con las personas que se pueden beneficiar del asilo, el borra-
dor de Convención establece que:
1. Cada Estado Contratante podrá otorgar los beneficios de esta Convención a toda
persona que solicite asilo y que, encontrándose ante la posibilidad cierta de ser:
17 En la Conclusión núm. 15 (XXX), Refugiados si país de asilo, de 1979, el Comité Ejecutivo con-
cluyó que debería tenerse en cuenta que no debe negarse el asilo únicamente en razón de que éste podría
buscarse en otro Estado. Sin embargo, en los casos en que pareciera que una persona, antes de solicitar asilo,
ya tuviera contacto o vínculos estrechos con otro Estado, podría pedírsele que solicitara asilo, en primer
término, a aquel Estado, si ello fuera equitativo y razonable (párrafo h, inciso iv).
24 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
a) perseguida por motivos de raza, color, origen nacional o étnico, religión, na-
cionalidad, parentesco, pertenencia a un grupo social determinado u opinión
política, incluida la lucha contra el colonialismo y el apartheid, la ocupación ex-
tranjera, la dominación extranjera y todas las formas de racismo; o
b) procesada o catigada por razones directamente relacionadas con la persecución
a que se refiere el apartado a) (artículo 2).
25. El borrador de Convención contiene tres artículos más que fueron aproba-
dos por la Conferencia. El primero trata la cuestión de actividades de los asi-
lados, y estipula que el asilado deberá acatar las leyes y los reglamentos del país
que conceda el asilo (párrafo 1º). Agrega que en la medida en que ello sea
posible con arreglo a la ley, los Estados Contratantes que concedan asilo no
permitirán que las personas acogidas a las disposiciones de la presente Conven-
ción se dediquen a actividades contrarias a los Propósitos y Principios de las
Naciones Unidas enunciados en la Carta (párrafo 2º).
18 Esta es la visión, por ejemplo, del Dr. Paul Weiss, que consideró que la enmienda adoptada es más
restrictiva... y se apartaría de la práctica actual de muchos Estados. Weiss, Paul, The draft United Nations
Convention on Territorial Asylum, British Yearbook of International Law, 1979. Citado en Hathaway,
James, The Law of the Status of Refugees, Butterworths, Canadá, 1991, p. 15. Traducción oficiosa a par-
tir del texto en inglés.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 25
19 La Convención de la OUA establece que por razones de seguridad, los Estados de asilo deberán,
en la medida de lo posible, instalar a los refugiados a una distancia razonable de la frontera de su país de
origen (artículo 2, párrafo 6). La Declaración de Cartagena contiene una disposición parecida refirién-
dose a la ubicación de campamentos de refugiados (Sexta Conclusión), y la Conclusión núm. 22 del Co-
mité Ejecutivo del ACNUR, titulada Protección de las personas que buscan asilo en situaciones de afluen-
cia en gran escala, adoptada en 1981, contiene una disposición parecida (párrafo g). Estas disposiciones
tienen un doble objetivo, por un lado proteger a los refugiados, y por otro evitar tensiones entre Estados.
20 Sección IV, recomendación B.
21 Por ejemplo, la Conclusión núm. 9 de 1977, titulada Reunión de las familias, y la Conclusión núm.
36. Sin duda, el asilo es el punto más débil de la estructura de las Naciones
Unidas para la protección y asistencia de refugiados, debido a la incertidum-
bre de su otorgamiento. Sin embargo, antes de proseguir conviene hacer cier-
tas aclaraciones acerca del alcance de la palabra asilo en el Sistema de las Na-
ciones Unidas.
volúmen I de esta serie. Esa introducción lleva por título Resumen del derecho de los refugiados.
25 Galindo Vélez, Francisco, El derecho de los refugiados. Jurídica: Anuario del Departamento de
39. Se trata, por lo tanto, de un sistema nacional, un corpus juris, con normas
y procedimientos claros que ponen en marcha las obligaciones internacionales
establecidas por el derecho de los refugiados. Esto incluye, inter alia, medidas
para solicitantes en puestos fronterizos, aplicación del principio de no devolu-
ción, procedimientos para entrevistar a solicitantes, para determinar su condición
de refugiado, que debe incluir una segunda instancia de revisión o apelación, do-
cumentos de identidad y de viaje para los refugiados reconocidos, respeto, por
lo menos, de los derechos establecidos en la Convención de 1951 y el Protocolo
de 1967, cooperación con el ACNUR, permitiéndole realizar su trabajo de
protección internacional y de supervisión de la aplicación de la Convención y
del Protocolo (artículos 35 y II, respectivamente).
45. El asilo que los Estados otorgan a los refugiados es diferente de la residen-
cia que se brinda a los extranjeros, pues estos últimos gozan, en caso de nece-
sidad, de la protección diplomática de su país. La gran mayoría de los refugia-
dos, tanto con o sin asilo, carecen de este recurso.27 Sin embargo, por medio
de la protección internacional, el ACNUR suple en gran medida esta falta de
protección diplomática y consular, pero su éxito depende de la colaboración
del Estado receptor de refugiados.
26 En el Sistema de las Naciones Unidas se han desarrollado tres soluciones duraderas, a saber, la re-
patriación voluntaria, que significa el regreso voluntario del refugiado a su país, la integración local, con-
sistente en permitir al refugiado permanecer en el territorio del Estado al que llegó después de haber hui-
do del suyo, y el reasentamiento en un tercer país. Se habla de reasentamiento en un tercer país, pues se
considera que el país de origen es el primer país, y el país al que llegó después de abandonar el suyo el
segundo país. La integración local y el reasentamiento implican la concesión del asilo, es decir, brindar
permiso a los refugiados para permanecer, residir y continuar con sus vidas.
En cuestión de reasentamiento, hay que aclarar que pueden presentarse reasentamientos temporales para
proteger a los refugiados. Este tipo de reasentamiento no implica la concesión del asilo.
27 Merece la pena mencionar que hay excepciones importantes, especialmente en América Latina.
Cuando la comunidad internacional inició su labor en favor de los refugiados, los agentes de persecución
eran claramente del Estado o vinculados a él. Después de muchos años, hay una importante evolución, ya
que en ciertas circunstancias, los agentes de persecución no son del Estado ni están vinculados a él, si-
no que provienen de otros sectores, por ejemplo, fuerzas irregulares de oposición, grupos armados vincu-
lados al tráfico de drogas, etc. En estas circunstancias puede haber refugiados que necesitan protección
porque uno de esos grupos los amenaza, y el Estado no está en condiciones de brindarles la protección que
necesitan. No se trata de que el Estado no quiera, sencillamente no puede.
30 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
47. Órganos como el Comité Ejecutivo del ACNUR han hecho una encomia-
ble labor de interpretación de los instrumentos vigentes, señalando que en caso
de no proceder el asilo permanente debe acordarse, por lo menos, protección
o asilo temporal. Además, ha proporcionado directrices claras a los Estados
para evitar confusiones y facilitar la concesión del asilo, así como para recor-
darles incansablemente que ellos, en definitiva, son los creadores del Sistema
de las Naciones Unidas para la protección de refugiados, y que la única manera de
ser consecuente con ese objetivo es abordando temas como el asilo con espíritu
humanitario.
28 En su Conclusión núm. 5 (XVIII) de 1977, titulada Asilo, el Comité Ejecutivo del ACNUR mostró
su preocupación por las personas que buscaban asilo [y] tenían serias dificultades en encontrar un país
dispuesto a concederles siquiera un refugio temporal
(párrafo b), exortó a los Estados a que aplicaran
prácticas liberales en la concesión de asilo permanente o al menos temporal (párrafo d), y a que coope-
rasen con el ACNUR, con espíritu de solidaridad, en el desempeño de sus funciones, especialmente respecto
del asilo (párrafo e). En la Conclusión núm. 15 (XXX) de 1979, titulada Refugiados sin país de asilo, el
Comité Ejecutivo recordó la obligación humanitaria de los Estados costeros de brindar asilo, o por lo
menos refugio temporal, a refugiados que llegan por vía marítima (párrafo c), enfatizó que el asilo debe
concederse sin discriminación por motivos de raza, religión, opinión política o de país de origen (párrafo
d), y proporcionó directrices claras a los Estados para la concesión de asilo en casos individuales para
tratar de eliminar el problema de refugiados trashumantes (párrafos h a n).
En el Sistemna de las Naciones Unidas se conoce al refugiado trashumante como refugiado en órbi-
ta, pues se ha hecho una traducción literal del concepto inglés de refugee in orbit. Esta traducción literal
no es apropiada en español, por lo que en este estudio se prefiere llamarles refugiados trashumantes. El pro-
blema de los refugiados trashumantes ha sido objeto de mucha preocupación y estudio. Por ejemplo, del
4 al 6 de junio de 1979 se celebró en Florencia, Italia, una mesa redonda, bajo los auspicios del Instituto
Internacional Humanitario y el ACNUR, para considerar los pormenores de este tema. El informe de esta
mesa redonda se encuentra en el documento HCR/120/27/79, GE. 79-4091.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 31
49. En África, el asilo se incluyó en la adaptación regional del Sistema de las Na-
ciones Unidas, a saber, en la Convención de la OUA. Esta Convención contiene
dos disposiciones relativas al asilo. La primera establece que los Estados
miembros de la OUA se comprometen a hacer todo lo que esté a su alcance,
dentro del ámbito de sus legislaciones respectivas, para acoger a los refugia-
dos y para asegurar el establecimiento de aquellos que, por razones fundadas, no
pueden o no desean regresar a su país de origen o al país de su nacionalidad
(artículo 2, párrafo 1º). Ciertamente, esta disposición no contiene nada que
cambie la regla consuetudinaria vigente en materia de asilo.
53. Debe recalcarse que el ACNUR, en tanto que agencia de las Naciones
Unidas que se ocupa de refugiados, ha sido facultado para sustraer a personas de
las jurisdicciones donde pueden tener temores fundados de persecución, como
parte de su labor de protección internacional. Esto se conoce generalmente
como reconocimiento bajo mandato, en referencia al mandato del ACNUR. En
cuanto al acto siguiente, o sea la concesión del asilo, hay que recordar que los
Estados lo siguen guardando celosamente como parte de los atributos de la
soberanía. La función del ACNUR en esta materia se limita a buenos oficios
para convencer a los Estados de otorgar asilo a los refugiados.
la Convención de 1951, el Protocolo de 1967, el Estatuto del ACNUR, y la Convención de la OUA. El Co-
mité Ejecutivo ha abordado este tema, por ejemplo, en la Conclusión núm. 69 (XLIII), Cese de aplicación,
de 1992.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 33
59. La palabra refugio se utiliza también en las conclusiones del Comité Eje-
cutivo del ACNUR. Por ejemplo, el Comité Ejecutivo ha subrayado el carác-
ter excepcional del refugio provisional y la necesidad esencial de que las per-
34 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
sonas a las que se ofreciese refugio provisional fuesen objeto de un trato bá-
sicamente humanitario.31 En este sistema también se ha considerado la noción
de buscar refugio. Así, el Comité Ejecutivo ha considerado que en situacio-
nes de afluencia en gran escala, debe admitirse a las personas en busca de asilo
en el Estado donde buscaron refugio en primer lugar
32
64. Por lo tanto, en el Sistema de las Naciones Unidas se usan las palabras asilo y
refugio. Ahora bien, la diferencia estriba en que refugio se considera solamente
una parte, o una etapa, en el proceso de búsqueda y concesión del asilo. Ade-
más, sólo debe brindarse en situaciones excepcionales, y no sólo en cir-
cunstancias de ingreso masivo de refugiados, sino también a individuos. En toda
circunstancia se debe tratar de conceder asilo. Ahora bien, si no puede hacer-
se, debe brindarse al menos refugio, es decir, por lo menos esa primera etapa.
65. Conviene destacar que se han realizado esfuerzos regionales que si bien no
transforman el asilo en derecho subjetivo, han producido ciertos compromisos
de los Estados, con las deficiencias que ya se han mencionado. Aunque este
artículo se centra en los sistemas de las Naciones Unidas y el Interamericano,
con cierto análisis de la situación en África, que resulta de la Convención de
la OUA, no hay que olvidar que en otros continentes también se han realizado
esfuerzos regionales considerables, por ejemplo en Europa,34 y, en menor me-
dida, en Asia.35
34 La Convención Europea sobre Extradición deja claramente establecido que no procede la extradición
por delitos políticos o conexos (artículo 3, párrafo 1). En 1967, el Consejo de Ministros del Consejo de
Europa recomendó actuar con un espíritu particularmente liberal y humanitario en relación con las per-
sonas que buscan asilo en el territorio de los Estados, pero también reconoció la necesidad de salvaguar-
dar el interés nacional y proteger a la comunidad de serios peligros. Se recomendó también que se obser-
vara el principio de no devolución, y que cuando fuera necesaria una excepción, se brindara al individuo
la posibilidad de proseguir a otro país (Consejo de Europa, resolución 14 (1967), titulada Asilo a perso-
nas en peligro de devolución).
El mismo Consejo de Ministros en su Declaración sobre Asilo Territorial de 1977, reafirmó que los
Estados miembros deben mantener su actitud liberal en relación con las personas que buscan asilo en sus
territorios (artículo 1), así como su derecho a otorgar asilo a refugiados comprendidos en la definición
contenida en la Convención de 1951, y a cualquier persona meritoria de recibir asilo por razones huma-
nitarias (artículo 2).
35 En el Continente Asiático, los principios de base en materia de asilo se encuentran en la resolución
sobre Principios Relativos al Trato de Refugiados del Comité Consultivo Afro-Asiático. Se establece que
los Estados tienen el derecho soberano de acordar asilo (artículo III, párrafo 1), recordando que tal con-
cesión no debe considerarse como acto inamistoso (artículo III, párrafo 2), y que en casos en que el asilo
no pueda acordarse por razones imperiosas de seguridad nacional, debe acordarse asilo provisional para
dar tiempo a la persona para encontrar un país dispuesto a recibirla (artículo III, párrafo 4).
36 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
67. Este sistema está abierto a los demás países del Continente, es decir, los
países no latinoamericanos, pero en la práctica éstos han mostrado grandes re-
servas y no se han hecho partes de estos tratados. Se trata, por lo tanto, de un Sis-
tema Latinoamericano de Asilo.
68. Hay que destacar, sin embargo, que hay otro sistema de asilo en el Conti-
nente Americano que resulta directamente de los derechos humanos. Se trata
del asilo que se incluye en la Convención Americana sobre Derechos Huma-
nos, también conocida como Pacto de San José.36 Este sistema se acerca más
al de las Naciones Unidas, pues se basa en los derechos humanos. Y la Conven-
ción Americana ha sido suscrita por varios países no latinoamericanos del con-
tinente con regímenes jurídicos diferentes,37 por lo que se puede pensar que cons-
tituye un Sistema Interamericano propiamente dicho. Este sistema no incluye
el asilo diplomático, marcando así una clara diferencia con el Sistema latinoame-
ricano, y acorde con lo que establece el Sistema Universal de las Naciones Unidas.
69. Desde el advenimiento del Sistema de las Naciones Unidas para la protec-
ción y asistencia de refugiados, y de la Convención Americana de Derechos
Humanos, se puede decir, para propósitos de análisis, que en la parte latinoa-
mericana del Continente Americano coexisten tres sistemas de protección de
perseguidos por razones políticas y otras. Éstos son:
36 Adoptada en San José, Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969, durante la Conferencia Especiali-
71. Hay que recalcar que el análisis que se presenta en este estudio no preten-
de ser exhaustivo, sino sencillamente brindar una idea bastante clara de lo que
comportan estos sistemas.
72. Es imprescindible señalar que el asilo en este sistema tiene dos variantes:
73. Para los objetivos de este estudio pueden retenerse los siguientes tratados
y convenciones:
el Tratado sobre Derecho Penal Internacional de 1889; trata del asilo
territorial en los artículos 15, 16 y 18, del asilo diplomático en el artículo
17, y de la negativa de extradición por delitos políticos o comunes conexos
con los políticos en el artículo 23;38
el Acuerdo sobre Extradición de 1911, conocido generalmente como
Acuerdo Bolivariano; trata la negativa de extradición por delitos políticos
o conexos en el artículo 4, menciona la búsqueda de asilo en el artículo 1,
y reconoce la institución del asilo en el artículo 18;39
la Convención sobre Asilo de 1928; trata el asilo diplomático, pero contie-
ne una disposición relativa a la extradición de acusados o condenados por
delitos en territorio extranjero;40
cano de Derecho Internacional Privado. Ha sido ratificado por Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú, que lo
denunció posteriormente, y Uruguay.
39 Firmado en Caracas, Venezuela, el 18 de julio de 1911 durante el Congreso Bolivariano. Son par-
tes: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. El 10 de agosto de 1935 se firmó en Quito, Ecuador,
el Acuerdo Interpretativo del Acuerdo de Extradición de 18 de julio de 1911. El objeto del Acuerdo Inter-
pretativo fue determinar el tiempo de detención provisional del prófugo que puede ser exigido por el Estado
requirente, como parte del procedimiento de petición de extradición que no se fija en el Acuerdo (artículo
9, inciso 2). El plazo fue fijado en 90 días para países bolivarianos limítrofes, y en 120 días para países
bolivarianos no limítrofes.
En relación con el asilo, el Acuerdo de 1911establece que fuera de las estipulaciones del presente
Acuerdo, los Estados signatarios reconocen la institución del asilo, conforme a los principios del Derecho
Internacional (artículo 18). No establece una distinción entre asilo territorial y asilo diplomático, pero al
tratarse de un acuerdo sobre extradición se considera que se trata solamente del asilo territorial.
40 Firmada en La Habana, Cuba, el 20 de febrero de 1928 durante la Sexta Conferencia Internacional
Americana. Ha sido ratificada por Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
38 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Uruguay y Perú. Firmada pero no ratificada por
Argentina, Bolivia, Chile y Venezuela. La República Dominicana la denunció en 1954. Haití la denunció
en 1967, pero revocó la denuncia en 1974.
La disposición relativa a la protección en territorio extranjero de acusados o condenados por delitos
comunes establece que si dichas personas se refugiaren en territorio extranjero, la entrega se efecturá me-
diante extradición, y sólo en los casos y en la forma que establezcan los respectivos Tratados y Conven-
ciones o la Constitución y leyes del país de refugio (artículo 1, párrafo 3).
41 Suscrito en La Habana, Cuba, el 23 de febrero de 1928. Ha sido ratificado por Bolivia, Brasil, Cos-
ta Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Re-
pública Dominicana y Venezuela. La cantidad de reservas y declaraciones formuladas por los países en el
momento de la ratificación presenta una situación complejísima que hace difícil saber qué régimen está
vigente entre qué Estados.
Durante esta Conferencia también se adoptó la Convención sobre Funcionarios Diplomáticos que se
refiere a la entrega de perseguidos o condenados por delito común refugiados en una misión (artículo 17),
y la Convención sobre Agentes Consulares, por la que se les obliga a entregar a acusados o condenados
que se refugien en consulados (artículo 19).
42 Firmada en Montevideo, Uruguay, el 26 de diciembre de 1933 durante la Séptima Conferencia In-
ternacional Americana. La han ratificado Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana. La
firmaron, pero no ratificaron, Argentina y Uruguay. República Dominicana la denunció en 1954. Haití la
denunció en 1967, pero revocó la denuncia en 1974.
43 Firmado en Montevideo, Uruguay, el 4 de agosto de 1939 durante el Segundo Congreso Sudame-
americana. La han ratificado Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití (que
la denunció y posteriormente revocó la denuncia), México, Panamá, Paraguay, Uruguay y Venezuela. La
firmaron, pero no ratificaron, Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Cuba, Honduras, Nicaragua, Perú y
República Dominicana.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 39
Interamericana sobre Extradición. La han ratificado Costa Rica, Ecuador, Panamá y Venezuela. La han
firmado, pero no ratificado, Argentina, Bolivia, Chile, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua, Paraguay,
República Dominicana y Uruguay. Esta Convención resulta del esfuerzo para elaborar un instrumento que
elimine los conflictos entre el Código de Bustamante y los Tratados de Montevideo.
48 Esta distinción entre tratados regionales y subregionales la hace Héctor Gross Espiell en su estudio
titulado El derecho internacional americano sobre asilo territorial y extradición en sus relaciones con la
Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 sobre el estatuto de los refugiados, asilo y protección inter-
nacional de Refugiados en América Latina, Universidad Autónoma de México, 1982, pp. 33-81. Este ar-
tículo también sirvió de introducción al libro del ACNUR titulado Compilación de instrumentos jurí-
dicos interamericanos relativos al asilo diplomático, asilo territorial, extradición y temas conexos, volumen
II, San José, Costa Rica, 1992, pp. XIII-LIVI.
El Tratado de Derecho Penal Internacional de 1889 y el Acuerdo Bolivariano de 1911 son ejemplos
de tratados subregionales.
40 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
76. En relación con el asilo diplomático o político, cabe recordar que se pue-
de brindar en legaciones, aeronaves o buques.49 Por su parte, el asilo territorial
o refugio se otorga en el territorio del Estado a donde la persona ha llegado al
haber dejado su país. Mientras que el asilo territorial se practica en todo el mun-
do, en la actualidad, el asilo diplomático sólo se reconoce como institución vi-
gente en los países latinoamericanos.
77. Sin embargo, en relación con la práctica del asilo diplomático hay que re-
cordar que muchos países no latinoamericanos lo han otorgado en diferentes
momentos de su historia.50 En cuanto al asilo diplomático en el Sistema de las
Naciones Unidas, a petición de la Asamblea General,51 el Secretario General
circuló un informe en que se confirma la práctica limitada del asilo diplomá-
tico.52 Desde entonces, la consideración de este tema por las Naciones Unidas
quedó pospuesto indefinidamente.53 Por fin, en el Sistema Interamericano tam-
49 En tratados como el de 1939 se establece, por ejemplo, que cuando el número de asilados es impor-
tante, los agentes diplomáticos o comandantes pueden habilitar otros lugares, bajo el amparo de su ban-
dera, para albergar a los asilados, manteniendo informado al gobierno del Estado territorial (artículo 8).
50 De acuerdo con Francisco Parra, en España se habían dado casos de asilo diplomático, por ejemplo, de
1833 a 1876, después de la muerte de Fernando VII. En 1841 y en 1843 el Caballero dAlborgo, encargado
comercial de Dinamarca en Madrid, brindó asilo a numerosos adversarios de Esparpeto, y cuando sus pro-
tegidos tomaron el poder le dieron el título de Barón del Asilo. En 1875, el Ministro de los Estados Uni-
dos en Madrid, al dar asilo al Sr. de Castro, justificó su acción ante su gobierno alegando que esta era una
práctica común en Madrid. En 1911, el Cónsul de los Estados Unidos en Matamoros concedió refugio
temporal al General Estrada. Casos citados en Parra, Francisco (Ministro de Venezuela en Perú), El Dere-
cho de Asilo: A los Estudiantes del Perú, Librería e Imprenta Gil, S.A., Lima, Perú, 1936, pp. 9-10.
Otros ejemplos que se pueden señalar, de acuerdo con Carlos Torres Gigena: En 1865 la Legación de los
Estados Unidos brindó asilo al General Canseco, Vicepresidente del gobierno peruano que había sido
depuesto. Además, durante los mismos sucesos Francia brindó asilo a varias personalidades del gobierno de-
puesto. El Reino Unido otorgó asilo en un buque de guerra que se encontraba en Argentina al General Juan
Manuel de Rosas en 1852. Un año antes, en su Legación en Buenos Aires, el Reino Unido había concedido
asilo a varios funcionarios argentinos. Casos citados en Torres Gigena, Carlos, Asilo Diplomático: Su Práctica
y su Teoría, La Ley, S.A., Buenos Aires, Argentina, 1960, pp. 50 y 154.
El asilo brindado en embajadas en Madrid durante la Guerra Civil Española, fue objeto de largas dis-
cusiones en el seno del Consejo de la Sociedad de las Naciones. Un resumen de los debates se encuentra
en el Informe del Secretario General sobre el asilo diplomático, documento de las Naciones Unidas A/
10139 (Part II), de 22 de septiembre de 1975, párrafos 142 a 150.
Muchas embajadas de países no latinoamericanos también brindaron asilo en Santiago después del
golpe militar en 1973.
51 Asamblea General, resolución 3321 (XXIX) de 14 de diciembre de 1974.
52 Documento de las Naciones Unidas A/10139, Part I and Add. 1 and Part II. Los debates en torno a este
tema fueron riquísimos y pueden consultarse en los siguientes documentos: A/C.6/SR.1551 de 28 de oc-
tubre de 1975; A/C.6/SR.1552 de 29 de octubre de 1975; A/C.6/SR.1554 de 31 de octubre de 1975; A/C.6/
SR.1555 de 3 de noviembre de 1975; A/C.6/SR.1556 de 4 de noviembre de 1975; y A/C.6/SR.1557 de 4 de
noviembre de 1975. El asilo diplomático se discutió bajo el número de agenda 111.
53 Asamblea General, resolución 3497 (XXX) de 15 de diciembre de 1975. En todo caso, es interesante
recordar que, en 1973, después del golpe militar en Chile, el nuevo Gobierno aceptó que se establecieran
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 41
80. El Tratado sobre Asilo y Refugio Político de 1939 estipula, en relación con
el asilo diplomático, solamente que el asilo puede concederse sin distinción
de nacionalidad ... (Capítulo I, artículo 1). En materia de asilo territorial, el
mismo Tratado establece que es inviolable para los perseguidos... (Capítu-
lo II, artículo 1, párrafo 1).
81. Bajo la Convención sobre Asilo Territorial de 1954, todo Estado tiene
derecho, en ejercicio de su soberanía, a admitir dentro de su territorio a las
refugios (safe heavens) para refugiados que se encontraban en aquel país. Estos refugios los administró un
Comité Nacional que incluía representantes de las iglesias, y los refugiados que deseaban salir de Chile
podían recibir la asistencia y protección necesarias. De ahí podían emigrar a varios países de segundo asilo
que generosamente respondieron al llamado del Alto Comisionado. Por supuesto, la idea de santuarios en
los que las personas pueden buscar asilo no es nueva en la historia, pero el establecimiento de refugios (safe
havens), que también se utilizó con los asiáticos sujetos a órdenes de expulsión en Uganda, antes de su
salida de ese país, constituye un instrumento novedoso en la práctica y la experiencia de la protección
internacional, diferente del asilo diplomático que se basa en la inviolabilidad de los locales diplomáti-
cos o en la reciprocidad y el consentimiento del Estado anfitrión. Documento de la Asamblea Gene-
ral A/AC.96/508 de 18 de septiembre de 1974, párrafo 18. Traducción libre a partir del texto en inglés.
42 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
personas que juzgue conveniente, sin que por el ejercicio de este derecho nin-
gún otro Estado pueda hacer reclamo alguno (artículo I). Agrega que cual-
quier violación de soberanía consistente en actos de un gobierno o de sus agen-
tes contra la vida o la seguridad de una persona, ejecutados en el territorio de
otro Estado, no puede considerarse atenuada por el hecho de que la persecu-
ción haya empezado fuera de sus fronteras u obedezca a móviles políticos o a
razones de Estado (artículo II, párrafo 2).
82. Para la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, el asilo será res-
petado por el Estado territorial de acuerdo con las disposiciones de la misma
Convención (artículo I, párrafo 1). También dispone que todo Estado tiene
derecho de conceder asilo; pero no está obligado a otorgarlo ni a declarar por
qué lo niega (artículo II). Se establece también que el asilo diplomático no
estará sujeto a reciprocidad, y que toda persona, sea cual fuere su naciona-
lidad, puede estar bajo la protección del asilo (artículo XX). Finalmente, la
Convención de 1981 estipula que nada de lo dispuesto en esta Convención po-
drá ser interpretado como una limitación del derecho de asilo, cuando éste pro-
ceda (artículo 6).
85. La Convención sobre Asilo de 1928 estipula que el asilo, diplomático bajo
esta Convención, es procedente en casos de delincuentes políticos (artículo
2). La Convención sobre Asilo Político de 1933, que al igual que la anterior sólo
trata del asilo diplomático, no especifica en qué casos procede el asilo, sino que
al sustituir el artículo 1 de la Convención de 1928, indica solamente que no es
lícito para los Estados dar asilo en legaciones, naves de guerra, campamen-
tos o aeronaves militares, a los inculpados de delitos comunes que estuvieron
procesados en forma o que hubieren sido condenados por tribunales ordinarios,
así como a los desertores de tierra y mar (artículo 1). Esta es una fórmula
interesante, pues se presenta en sentido de exclusión dejando claro a quién no
se puede otorgar asilo.
87. Por su parte, el Tratado sobre Asilo y Refugio Políticos de 1939 establece
que el asilo diplomático sólo puede concederse a perseguidos por motivos o
delitos políticos y por delitos comunes concurrentes en que no procede la ex-
tradición (Capítulo I, artículo 2). En relación con el asilo territorial, se dispone
que procede para los perseguidos ya mencionados (Capítulo II, artículo 11).
Por lo tanto, el asilo diplomático y el asilo territorial consagrados en este Tra-
tado protegen a perseguidos por motivos o delitos políticos y delitos comunes
conexos con los políticos.
44 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
89. La Convención sobre Asilo Territorial de 1954 establece que todo Estado
tiene derecho, en ejercicio de su soberanía, a admitir dentro de su territorio a
las personas que juzgue conveniente, sin que por el ejercicio de este derecho
ningún otro Estado pueda hacer reclamo alguno (artículo I). Esta fórmula es
sumamente amplia, pero refleja claramente el poder discrecional del Estado
territorial.
perseguido político;
delito político;
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 45
94. La figura de delito común conexo con el político implica que se ha come-
tido un delito de naturaleza común en el que prima un objetivo político. En
cuanto a delitos comunes perseguidos con finalidad política, aunque el delito
cometido sea común, su objetivo también es político y, en la mente de los per-
seguidores, la persecución es por móviles políticos. Lo que sucede en la mente
de los perseguidores es fundamental, pues con razón o sin ella, puede determi-
nar el futuro de las personas perseguidas.
97. Dentro del mismo orden de ideas se puede señalar que la Comisión Inter-
americana de Derechos Humanos en su informe a la Asamblea General de la
Organización de Estados Americanos de 1981-1982, manifestó que hasta el
año 1960 los exiliados políticos de los países americanos se trasladaban con
relativa facilidad a los países vecinos donde generalmente se les concedía el
asilo de conformidad con las disposiciones de convenios internacionales vigen-
tes y de la legislación interna. Un informe sobre refugiados políticos en Amé-
rica, preparado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, seña-
laba que varios factores habían previamente asegurado la aceptación y la
absorción de la mayoría de los refugiados latinoamericanos en la región.
ocasión, se proyectó una definición en los siguientes términos: Son delitos políticos las infraccio-
nes dirigidas contra la organización o el funcionamiento del Estado (párrafo 61).
La teoría subjetiva, que tiene en cuenta primordialmente los móviles y los fines que busca el trans-
gresor. Concede un relieve más acusado a los elementos psicológicos del delito. Con ésta se amplía
generalmente el campo de los delitos políticos, incriminando como tales a aquellos delitos previs-
tos como de derecho común, cumplidos no obstante con una finalidad política. Por ejemplo, los casos
de asalto a mano armada, hurto, ocupación o invasión ilegal de la propiedad, falsificación de docu-
mentos, etc. (párrafo 62).
La teoría ecléctica. Esta toma los elementos de cada una de las anteriores. De acuerdo a su clasi-
ficación serán delincuentes políticos los que: transgreden alguna norma que protege la seguridad del
Estado o el orden público interno; o transgreden alguna norma que tutela un bien de derecho común,
no político, siempre que lo hagan con una finalidad política; o para la comisión de un delito político,
para ocultarlo o para evitar la acción de la justicia, se comete, antes o después del delito común. Son
los casos de delitos comunes conexos con los políticos (párrafo 63).
La teoría predominante, que se ha desarrollado en Suiza, de acuerdo con la cual la naturaleza del
delito está determinada por el carácter político o común que predomina en el delito (párrafo 64).
Finalmente, están los casos de delitos del fuero común que no tienen ninguna conexión política,
pero en los que el Estado requirente busca obtener la devolución del delincuente por motivos pre-
dominantemente políticos o perseguirlo por móviles políticos. Se admite que estos delincuentes sean
considerados como delincuentes políticos, desde que corren el riesgo de ser perseguidos por moti-
vos políticos (párrafo 65).
55 Galindo Pohl, Reynaldo, Refugio y asilo en la teoría y la práctica política y jurídica, La protección
internacional de los refugiados en América Central, México y Panamá: Problemas jurídicos y humani-
tarios, Memorias del Coloquio de Cartagena de Indias, 1984, ACNUR, Centro Regional de Estudios del
Tercer Mundo, Universidad Nacional de Colombia, 1985, p. 155.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 47
99. Quién califica los motivos que dan lugar al asilo es fundamental para que
las personas necesitadas verdaderamente puedan beneficiarse de esta institu-
ción. Como lógicamente no puede pedirse al perseguidor que sea objetivo en
calificar, necesariamente el derecho de calificación incumbe al Estado que
otorga el asilo. Esto parece lógico y se ha reflejado en varios, pero no en todos,
los instrumentos interamericanos relativos al asilo y a la extradición.
100. De acuerdo con el Tratado sobre Derecho Penal Internacional de 1889, la
clasificación de la naturaleza de los actos corresponde al Estado requerido
para extraditar a la persona (Título III, artículo 23, párrafo 2). Según el Acuerdo
Bolivariano de 1911, en caso de cuestionamiento, será definitiva la decisión
de las autoridades del Estado al que se haga la demanda o que haya concedido
la extradición (artículo 4).
56 Citado en Monroy Cabra, Marco Antonio, El Sistema Interamericano y la Protección de los Refu-
giados, La protección internacional de los refugiados en América Central, México y Panamá: Problemas
jurídicos y humanitarios, op. cit., pp. 245-246.
48 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
105. El caso del asilo diplomático que Colombia brindó al conocidísimo po-
lítico peruano Víctor Raúl Haya de la Torre en su embajada en Lima es impor-
tante, porque puso a prueba, a nivel universal, la variante del asilo diplomáti-
co del Sistema Latinoamericano.
a) Antecedentes
106. El 3 de octubre de 1948, hubo una rebelión militar en Perú que el gobierno
controló el mismo día. Sin embargo, el gobierno buscó a los instigadores para
procesarlos, entre ellos, al Dr. Víctor Raúl Haya de la Torre, jefe de la Alianza
Popular Revolucionaria Americana (APRA). Pocos días después, el gobierno
fue depuesto por un golpe militar, y el nuevo gobierno prolongó el estado de
sitio, interrumpió ciertas garantías constitucionales y continuó la búqueda de los
57 La preparación de este resumen se ha basado en los siguientes documentos: Cour Internationale de
107. La concesión del asilo dio lugar a una disputa entre Colombia y Perú, y el
salvoconducto que solicitó Colombia para que el Dr. Haya de la Torre saliera
de Perú fue rechazado por el gobierno de ese país. El 31 de agosto de 1949
ambos países se pusieron de acuerdo para elevar el caso a la Corte Internacio-
nal de Justicia sobre la base del Acta de Lima, un acuerdo que ambos elaboraron.
109. Perú solicitó a la Corte que rechazara los argumentos de Colombia y que
dijera que el asilo había sido acordado en violación del artículo 1, párrafo 1, y
del artículo 2, párrafo 2, de la Convención de 1928. Posteriormente, Perú agre-
gó que mantener el asilo constituía una violación de la Convención de 1928.
113. La Corte abordó entonces la cuestión de las garantías que, según Co-
lombia, Perú debía brindar para que el Dr. Haya de la Torre saliera del país.
Colombia solicitó un salvoconducto cuando, según la Corte, no tenía el dere-
cho de calificación. De acuerdo con la Corte, para que se otorgara un salvocon-
ducto era necesario que el asilo se hubiera acordado de manera correcta y que
se hubiera mantenido, que el gobierno territorial exigiera que la persona saliera
del territorio nacional y que sólo entonces podía el agente diplomático exigir
el salvoconducto. Para la Corte, no proceder de esta manera daba al Estado
asilante un derecho incompatible con el espíritu de la Convención sobre Asilo
de 1928. Y como Perú no había solicitado que el Dr. Haya de la Torre saliera de
su territorio, Colombia no podía exigir ninguna garantía para su salida.
119. La Corte declaró que en principio, el asilo no puede oponerse a la acción
de la justicia, a menos que esta justicia encubra lo arbitrario.58 La Corte con-
sideró que Colombia no había probado que el estado de sitio hubiera condu-
cido a la subordinación del Poder Judicial, ni que la suspensión de derechos
constitucionales hubiera abolido las garantías judiciales. Consideró también
que bajo la Convención de 1928 no podía interpretarse que hubiera subordina-
ción del Poder Judicial, sólo porque se viven momentos difíciles, pues equi-
valdría a reconocer un derecho de intervención.
121. El mismo día que la Corte adoptó su decisión, Colombia presentó una
solicitud de interpretación ante la Corte, de acuerdo con el artículo 60 del
Estatuto,59 y los artículos 79 y 80 del Reglamento. Colombia consideraba que
la decisión tenía lagunas que no permitían su ejecución, y quería saber si en vis-
ta de la decisión de la Corte que había rechazado su derecho de calificación,
esta calificación carecía de efecto por el mero hecho de que había surgido un
desacuerdo sobre el derecho de calificación en materia de asilo. Colombia tam-
bién quería saber si debía entregar al asilado en caso que Perú lo solicitara, o
bien si podía rechazar tal solicitud.
122. Por su parte, Perú declaró que la solicitud de Colombia era inaceptable,
porque en el fondo pretendía un nuevo juicio a través de la solicitud de inter-
pretación.
123. La Corte consideró que ninguna de las dos preguntas se le habían presen-
tado durante la instancia anterior y que, por lo tanto, no podía interpretar asun-
tos que no había considerado.
124. En relación con las lagunas que Colombía veía en la decisión, la Corte
consideró que se trataba de asuntos nuevos y que, por consiguiente, no podía
hacer una interpretación.
126. Perú alegó que la Corte debía señalar cómo debía ejecutarse su sentencia,
que rechazaba toda conclusión que liberara a Colombia de su obligación de
entregar al Dr. Haya de la Torre, que la Corte declarara que el asilo debía ha-
ber terminado y que en todo caso debía teminar en ese momento.
127. Ante la demanda de Colombia y Perú de que dijera cómo debía ponerse
fin al asilo, la Corte consideró que su función es decir el derecho, y que ofrecer
posibles soluciones la sacaría de su papel judicial. En cuanto a la cuestión de
saber si Colombia debía entregar al Dr. Haya de la Torre, la Corte decidió que
Colombia no tenía obligación de entregarlo.
e) Valoración
128. Colombia y Perú presentaron el caso del asilo del Dr. Haya de la Torre
ante la Corte Internacional de Justicia para que brindara una solución. La Corte
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 53
no sólo fue incapaz de brindar una solución, sino que enredó la interpretación
del asilo diplomático en América Latina e incluso dio la impresión que esta-
ba improvisando. La solución al asilo del Dr. Haya de la Torre se dio a través
de la negociación bilateral, es decir, como si el caso jamás se hubiera presen-
tado a la Corte. El Dr. Haya de la Torre pudo salir de la Embajada de Colom-
bia en Lima en 1953, es decir, varios años después de que recibió el asilo, y
viajó a México.
130. El Juez don Alejandro Álvarez61 declaró que la institución del asilo es par-
te del derecho internacional latinoamericano, porque se aplica especialmente en
los países latinos del Nuevo Mundo; no es parte del derecho internacional ame-
ricano continental, porque los Estados Unidos nunca han querido aceptar el
asilo.62
60 Los autores de la Convención sobre Asilo Territorial de 1954 tenían claramente en mente el problema
que surgió en relación con la calificación en el caso del asilo del Dr. Haya de la Torre. Por lo tanto, la Con-
vención de 1954 establece que: Otorgado el asilo, el Estado asilante puede pedir la salida del asilado para
territorio extranjero, y el Estado territorial está obligado a dar inmediatamente, salvo caso de fuerza ma-
yor, las garantías necesarias a que se refiere el artículo V y el correspondiente salvoconducto (artículo XII).
61 Chileno, juez de la Corte de 1946 a 1955.
62 Cour Internationale de Justice, Recueil des arrêts, avis consultatifs et ordonnances, Affaire du
droit dasile, (Colombie/Pérou),
op. cit, p. 33. Traducción libre a partir del texto en francés.
54 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
135. El Juez Read65 declaró que el expediente de este caso demuestra que, en un
periodo de más de un siglo, hay numerosos casos en que el asilo se concedió
y respetó en las repúblicas de América Latina. La gran difusión de la práctica
se revela en la réplica [de Colombia], de más de cincuenta casos en que el asilo
fue concedido y aplicado, refiriéndose a más de 244 individuos, así como a
varios grupos de personas para los que no se proporcionan cifras precisas.
Concierne a 17 Estados de América Latina
No se encuentra en ninguna parte
del expediente el ejemplo de un país de refugio perteneciente al mundo
panamericano, que haya accedido a la demanda de un Estado territorial de
136. La Corte logró que una convención hecha para resolver casos de asilo
resultara inaplicable y, para efectos prácticos, inexistente. Cómo juristas del
calibre de los magistardos de la Corte Interncional de Justicia fueron incapa-
ces de comprender la intención de los países latinoamericanos con el asilo
diplomático, resulta difícil de entender.
137. Hay que señalar que el argumento de Colombia que el Poder Judicial
quedaba supeditado al Poder Ejecutivo ha sido un problema constante, recu-
rrente y evidente en muchos países de América Latina. Esto ha evitado el de-
sarrollo parejo, coherente y consecuente de una institución como el asilo di-
plomático. Pero esto también se nota en los tratados sobre asilo territorial, ya
que no se ve un avance claro de un tratado a otro, lo que tal vez pueda expli-
carse si se considera que reflejan las coyunturas políticas que rodeaban su re-
dacción y aprobación.
138. Esto, sin embargo, no excusa a los jueces de la Corte Interncional, por-
que debieron haber visto que sí había una práctica en América Latina, y debie-
ron entender la intención y el propósito de las convenciones sobre asilo. Su
propósito es brindar protección, no entrar en un enredo de interpretaciones
jurídicas que no resuelve nada. El propósito de instituciones como la Corte
Internacional de Justicia debe ser dar solución jurídica a los problemas que se
le presentan, incluidas soluciones que puedan ejecutarse, sin que sean tan ra-
ras que solamente puedan arrastrarse hasta que se encuentre solución a los
problemas por otra vía. Su función es interpretar el derecho y hacer justicia.
Con esta finalidad debe pronunciar sentencias que se puedan ejecutar y que
eviten el aumento de tensiones entre los Estados.
139. El caso del Dr. Haya de la Torre motivó a los países latinoamericanos a
superar las deficiencias de intrumentos sobre asilo, como la Convención sobre
Asilo de 1928. Así surgieron las Convenciones de Caracas de 1954 que tratan
del asilo diplomático y del asilo territorial. Ciertamente comportan ciertos
avances, pero no establecen un sistema claro, único y coherente. Además, no
todos los países latinoamericanos las han ratificado.
142. El gobierno militar tenía en la mira a Cámpora, a su hijo Héctor Pedro
Cámpora y a Abad Medina como objetivos de su lucha contra la subversión,
por lo cual no los dejarían salir de la Misión diplomática mexicana. A diferen-
cia de sus tradicionales negativas para conceder salvoconductos, el gobierno
argentino no recurría al argumento de que los asilados estuvieran bajo proce-
so por delitos comunes; por el contrario, hasta el mismo presidente, el Gene-
ral Jorge Rafael Videla, los acusaba de delitos políticos, conditio sine qua non
para la concesión del asilo diplomático moderno. Por ese motivo, la dictadu-
ra argentina no negaba el derecho mexicano de concederles asilo; simplemente
ignoraba la petición de otorgar los salvoconductos.67
143. No cabe duda que el asilo diplomático en América Latina tiene muchísimas
carencias y problemas, pero es una institución válida que puede ayudar y, por
lo tanto, vale la pena mantener.68 Ahora bien, en estos tiempos modernos, el asilo
67 Serrano Migallón, Fernando, El asilo político en México, Editorial Porrúa, México, 1998, p. 193.
68 Hay que resaltar que en este tema no hay acuerdo entre los propios latinoamericanos. Así, el Dr. César
Sepúlveda considera que el problema fundamental del sistema latinoamericano es que las convenciones
interamericanas sobre asilo no establecen una norma general que todas juntas no constituyen un núcleo
consistente, y crean un régimen bisistémico y complicado, pues coexisten dos juegos de reglas un tanto
encontradas: uno que se funda en principios de humanidad o en un supuesto régimen consuetudinario; el
otro basado en normas convencionales que por cierto no son precisas. Además, hay Estados que son miem-
bros de la primera, pero no lo son de la segunda o tercera, o sea que ellas están en vigor entre grupos dife-
rentes de Estados. El Dr. Sepúlveda agrega que se ha hablado también de que el asilo diplomático en
América Latina es una institución fundada en el derecho consuetudinario, en la práctica general de los
Estados. Sin embargo, un examen de lo ocurrido en esa parte del mundo en los últimos 30 años y no tiene
caso remontarse a épocas anteriores revela que sólo unos cuantos países de nuestro hemisferio conce-
den habitualmente el asilo en sus misiones diplomáticas, y al hacerlo cada uno de ellos se ajusta a moda-
lidades diferentes. No puede afirmarse pues que se está frente a una práctica general y uniforme.
Sepúlveda, César, México ante el asilo: Utopía y realidad, Jurídica
, núm. 11, 1979. Consultado en el
CD-Rom de anuarios que ha elaborado la Universidad Iberoamericana.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 57
El Dr. Héctor Gros Espiel, por su parte, considera que con salvedades, el asilo diplomático constitu-
ye una costumbre regional latinoamericana. Gros Espiel, Héctor, El Derecho Internacional Americano
sobre asilo territorial y extradición
, op. cit., p. 54.
58 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
149. Esta es la única referencia en este Tratado de lo que puede ser el futuro
de una persona en estas circunstancias, teniendo en cuenta que este aspecto de
la prisión preventiva se aplica a personas que han dejado su país por causas
políticas como por causas puramente comunes, que no dan lugar a la extradi-
ción, o también por delitos que dan lugar a la extradición, pero que por algún
motivo no se cumple con los procedimientos de la demanda y se rechaza la
extradición. No se indica cúal puede ser la situación jurídica de una persona
después de su liberación, o en el caso de que una petición formal de extradición
haya sido negada sin que hubiera habido petición de detención. ¿Se le permi-
te a esa persona permanecer en el territorio del Estado que se ha pronunciado
en contra de su extradición y, de ser así, en qué condiciones? ¿Se le pide que
abandone el territorio de ese Estado y se dirija a otro país?
154. También hay que recordar que, bajo estos tratados, puede haber sustracción
de jurisdicción por delitos puramente comunes, y no solamente por aquellos
que tienen carácter político, o común conexo con el político. La extradición no
procede en relación con ciertos delitos de carácter puramente común, inter alia,
el duelo, el adulterio, injurias y calumnias, delitos contra los cultos (Tratado
de 1889, artículo 22; Tratado de 1940, artículo 20), o cuando el reclamado ha
cumplido su pena, ha sido amnistiado, o absuelto, o cuando los delitos no se
persiguen de oficio en el Estado requerido (Convención de 1981, artículo 4).
La negativa de extradición por parte del Estado requerido significa que esta
autoridad pone a la persona bajo su jurisdicción, y al abrigo de la jurisdicción
requirente.
157. Para la Convención sobre Asilo de 1928, el asilo diplomático no podrá
ser concedido sino en casos de urgencia y por el tiempo estrictamente indis-
pensable para que el asilado se ponga de otra manera en seguridad (artículo
2, párrafo 1, primero). No se resuelve, pues, la cuestión de la residencia futu-
ra del asilado, pero se ofrece un esclarecimiento importante en cuanto al sig-
nificado del asilo diplomático: Es un acto limitado en el tiempo, motivado por
60 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
159. Esta disposición contiene tres ideas: Primero, que el asilo es el acto de
sutracción de la persona respecto de la jurisdicción donde corre peligro; segundo,
que el Estado asilante no está obligado a recibirle, a menos que no haya otros
Estados dispuestos a hacerlo; y tercero, que se debe permitir al asilado perma-
necer en el territorio del Estado asilante, si otro Estado no está dispuesto a reci-
birlo. Hay que señalar que este es el único instrumento del Sistema Latinoamerica-
no que establece la obligación para el Estado asilante de permitir en su territorio
la permanencia de un asilado, si ningún otro Estado está dispuesto a recibirlo.
161. Una vez más, se aclara que el asilo diplomático es un acto limitado en el
tiempo y que dura hasta que la persona se encuentra en seguridad, sin resolver
el problema sobre dónde encuentra esa seguridad, pues el país de destino no
es necesariamente el que otorga el asilo. Se dice claramente que corresponde al
Estado asilante trasladar al asilado, que el Estado territorial puede señalar la
ruta más adecuada, pero que esto no implica determinar hacia qué Estado se
dirigirá el asilado. Por tanto, el Estado que otorga el asilo no es necesariamente
el Estado a donde se dirigirá y residirá el asilado.
162. Parece difícil creer que los países latinoamericanos que han codificado la
institución del asilo diplomático se limitaran a la sustracción de la jurisdicción
que amenaza, sin resolver el problema de la residencia de la persona, una vez
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 61
69 Torres Gigena, Carlos, Asilo Diplomático: Su Práctica y su Teoría, op. cit., p. 225.
70 Énfasis del autor.
62 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
168. Que un asilado resuelva salir del territorio del Estado asilante indica que
se trata de una decisión de carácter individual y voluntaria. La conclusión a la
que conduce este breve análisis del Tratado de 1939 es que el refugio (asilo
territorial) tiene el sentido de sustracción de la persona de la jurisdicción que
le amenaza, lo que conlleva a otorgar estancia, por lo menos de carácter tem-
poral, y que la persona será un emigrado político en el Estado que le brinde el
permiso de residir en su territorio.
170. También establece que ningún Estado puede pedir a otro Estado que
coarte a los asilados o refugiados políticos la libertad de reunión o asociación
que la legislación interna de éste reconoce a todos los extranjeros dentro de su
territorio, a menos que tales reuniones o asociaciones tengan por objeto pro-
mover el empleo de la fuerza o la violencia contra el gobierno del Estado so-
licitante (artículo VIII).
siguiente se dispone que los internados políticos darán aviso al gobierno del
Estado en que se encuentran, siempre que resuelvan salir del territorio, y que
la salida les será concedida bajo la condición de que no se dirijan al país de su
procedencia, y que den aviso al gobierno interesado (artículo X).
172. Al tomar conjuntamente los temas discutidos en los párrafos que prece-
den, es decir el relativo a la libertad de expresión y asociación de los asilados,
y el relativo a los internados políticos que pueden recibir permiso para salir del
territorio, siempre que resuelvan salir de él, y bajo condición que no se dirijan
al país de su procedencia, viene al espíritu la idea de que la permanencia de la
persona en el territorio del Estado asilante es algo más que temporal. La no-
ción de siempre72 que resulevan salir indica que pueden salir y regresar a ese
territorio y que ésta disposición no prevé solamente una salida, para más de-
finitiva. De ser así, el asilo territorial en el Sistema Latinoamericano corres-
ponde a la vez a la determinación de la condición de refugiado, y al asilo
(permiso de residencia) del Sistema de las Naciones Unidas.
174. Se nota que las Convenciones de 1939 y 1954 establecen dos conceptos
adicionales para este sistema, emigrado político e internado político.
178. Esta fórmula contiene dos derechos, con un antecedente común, la per-
secución por delitos políticos o comunes conexos con los políticos:
181. Para disfrutar es necesario tener o recibir, y quien recibe no dispone ne-
cesariamente de una pretensión legal, sino que puede depender de la buena
voluntad del sujeto que otorga o entrega. No parece que el derecho a recibir dis-
te mucho del derecho a disfrutar. La consagración legal de estos derechos, en
todo caso, no se ha acompañado de una facultad legal de exigencia a un sujeto
de obligación claramente determinado. Los intérpretes de la Declaración Uni-
versal generalmente concuerdan en que el derecho a disfrutar está lejos de
instituir un derecho subjetivo frente al Estado. Lo mismo puede concluirse de la
expresión derecho a recibir de la Convención Americana. Recibir no signifi-
ca otorgar, y la obligación de otorgar no aparece, hasta hoy, en ningún instru-
mento internacional.
182. Si alguna vez se declarase el derecho subjetivo al asilo con todas las de la
ley, tendría que hacerse mediante una fórmula que estableciera, por una parte,
el derecho al asilo, y por otra, la obligación de otorgarlo. La larga y bien sen-
tada costumbre internacional de que el Estado tiene la última palabra, con gran
poder discrecional en cuanto al otorgamiento del asilo, no podría cambiarse
mediante lenguaje indirecto y ambiguo. Tendría que ser objeto de lenguaje ine-
quívoco y contundente. Parece, pues, que procede moderar el entusiasmo que
suscitó la Convención Americana. Vaya esto dicho con todo respeto para aque-
llos que consideran que instituyó el derecho al asilo como derecho subjetivo.
185. La noción de persecución por delito político o común conexo con el polí-
tico se aparenta a varios tratados y convenciones del Sistema Lationamericano,
y es más restrictiva que la del Sistema de las Naciones Unidas, desarrollado, a
partir de la Declaración Universal de Derechos Humanos, por la Convención
de 1951 y el Protocolo de 1967.
187. Hay que destacar que la Convención Americana designa o crea órganos
para conocer asuntos relacionados con el cumplimiento de sus disposiciones.
Estos órganos son:
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos;78 y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.79
78 La Comisión Interamericana fue creada en 1959 como órgano de la Organización de Estados Ame-
ricanos. Desde el advenimiento de la Convención Americana funciona también como órgano bajo dicha
Convención, artículos 34 a 51.
79 Artículos 52 a 69.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 67
189. Para los objetivos y propósitos de este estudio, es importante señalar que
la Convención Americana establece que cualquier persona o grupo de perso-
nas, o entidad no gubernamental legalmente reconocida en uno o más Estados
miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), puede presen-
tar a la Comisión peticiones que contengan denuncias o quejas de violación de
esta Convención por un Estado Parte (artículo 44). De ser considerada admi-
sible la denuncia o queja, la Comisión solicitará informaciones al gobierno del
Estado al cual pertenezca la autoridad señalada como responsable de la viola-
ción alegada ... y la Comisión fijará el plazo para la recepción de la infor-
mación (artículo 48, párrafo 1, inciso a). La Comisión también puede reali-
zar su propia investigación (artículo 48, párrafo 1, inciso d, y párrafo 2, para
casos particularmente graves y urgentes).
191. Por su parte, la Corte también tiene la capacidad de dictar medidas pro-
visionales. De acuerdo con esta disposición de la Convención Americana, en
casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar da-
ños irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo,
podrá tomar las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare
de asuntos que aún no estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a so-
licitud de la Comisión (artículo 63, párrafo 2).80
193. En el caso de la Corte hay que recordar que los Estados deben reconocer,
de manera expresa, su jurisdicción contenciosa (artículo 45).81 La situación es
diferente en relación con la jurisdicción consultiva de la Corte, ya que ésta se
aplica a todos los Estados miembros de la Organización de Estados America-
nos (OEA).82
sa de la Corte.
82 En relación con su jurisdicción consultiva, la Corte ha precisado que la competencia consultiva de
201. Estos son sólo algunos ejemplos de cómo los órganos interamericanos de
derechos humanos, a saber, la Comisión y la Corte, pueden tomar medidas para
mejorar la protección de refugiados y asilados. Se comprueba que no hay pro-
blemas desde el punto de vista de la doctrina, y que el reto consiste en qué
pueden hacer, en términos prácticos, para fortalecer el Sistema Universal de
las Naciones Unidas y el Sistema Latinoamericano. En efecto, a través de este
papel supletorio de la Comisión y la Corte, se puede fortalecer el Sistema de
las Naciones Unidas y dar nueva vigencia al Sistema Latinoamericano. En el
caso del Sistema Latinoamericano, se requerirá también que sea más publici-
tado y se conozca mejor su aplicación.
Dimensión de las Necesidades de Protección del Ser Humano en el Inicio del Siglo XXI, ACNUR, San José,
Costa Rica, 2001, pp. 389-407.
86 Voto Concurrente del Juez Antônio Augusto Cançado Trindade, Ibid., nota al pie de página núm.
5, p. 412.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 71
204. El Tratado sobre Asilo y Refugio Político de 1939 se refiere a asilo y asi-
lados en la parte relativa al asilo diplomático (artículos 1 a 10 y 14), y a refu-
gio y refugiados en la parte que trata el asilo territorial (artículos 11, 13 y 14).
Sin embargo, presenta también los conceptos de emigrados políticos (artículo
12) e internados políticos (artículo 15).
206. Estos son sólo algunos ejemplos adicionales que demuestran la falta de
continuidad que ha impedido que se desarrolle un sistema claro en cuanto a ter-
minología y, como se ha visto, en cuanto a derechos y obligaciones.
209. El análisis comparativo de estos sistemas hace resaltar una serie de seme-
janzas, pero también de importantes diferencias entre ellos. Esto se debe a sus
diversos orígenes históricos, ya que el Sistema Latinoamericano es anterior, in-
cluso a los esfuerzos de la Sociedad de las Naciones para ayudar a los refugia-
dos, y responde a la convulsa historia de las jóvenes repúblicas latinoameri-
canas. El Sistema de las Naciones Unidas busca establecer un corpus juris
universal en materia de refugiados.
210. Las nociones que motivan el otorgamiento del asilo de los Sistemas In-
teramericano y Latinoamericano no corresponden a la noción de fundado te-
mor de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia
a determinado grupo social u opiniones políticas del Sistema de las Naciones
Unidas. Por lo tanto, el Sistema de las Naciones Unidas es mucho más amplio.
También considera la persecución que ya se hubiera producido como la que
pudiera producirse, sin requerir que se haya cometido un delito político o un
delito común conexo con el político. El Sistema de las Naciones Unidas com-
prende, pues, tanto a personas singularizadas como a aquellas que podrían ser
singularizadas, y a agentes activos o pasivos.
215. El Sistema de las Naciones Unidas establece un regimen único para to-
dos los Estados que deseen hacerse partes, y cuenta con sólo dos instrumentos
a nivel mundial, a saber, la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967. Ade-
más, como ya se ha visto, estos instrumentos no son diferentes, ya que el pos-
terior es la adaptación en el tiempo y en el espacio de aplicación del anterior,
y ambos contienen los mismos principios y establecen las disposiciones que
permiten reservas, asegurando así un régimen mínimo y claro entre los Esta-
dos Partes. Además, este sistema ha demostrado que permite adaptaciones para
regiones específicas, por ejemplo, los casos de África y América Latina con la
Convención de la OUA y la Declaración de Cartagena, respectivamente.
las mismas reservas a los instrumentos de los que son partes. Tampoco se ha
seguido la regla de que el instrumento posterior remplaza al anterior, y esto sig-
nifica que todos los instrumentos están vigentes. Esto conduce a una situación
en que no es fácil establecer qué régimen está vigente entre qué Estados. Ade-
más, cada instrumento posterior no se basa en el anterior para ir desarrollan-
do un sistema único y coherente con principios y procedimientos claros.
218. En realidad se sabe de algunas personas que fueron salvadas por la insti-
tución del asilo diplomático, pero se desconocen los nombres y los números
de otras que también se salvaron porque el sistema no es público. Tampoco se
conocen, en otras partes del mundo que no reconocen la institución del asilo
diplomático, los nombres y los números de los que no se salvaron porque no
se reconoce esta institución.
219. Estos sistemas tienen como objetivo brindar protección, establecen prin-
cipios y procedimientos para ponerla en marcha, por ejemplo, el principio de
no devolución. Ahora bien, en el Sistema Latinoamericano este principio no
se incluye en todos los tratados.
220. En el sistema de la ONU no queda claro qué sucede con la persona en tér-
minos de dónde podrá residir. Los Estados partes se comprometen a respetar
principios de protección como el de no devolución, y a calificar a la persona
en términos de si es o no es refugiado de acuerdo con la definición de este tér-
mino que contienen los instrumentos.
221. Para los Estados no hay obligación de permitir al refugiado que resida
indefinidamente en su territorio. Ahora bien, de permitirle residir en su te-
rritorio, el Estado se compromete a reconocerle una serie de derechos y a seguir
respetando medidas para su protección, de acuerdo con lo establecido en la
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 75
225. En relación con delitos comunes hay coincidencia, ya que tanto el Siste-
ma Latinoamericano como el de las Naciones Unidas establecen que no pue-
de brindarse protección a personas que han dejado su país por delitos general-
mente considerados como extraditables.
226. También hay que recalcar que, con la excepción de la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos, los instrumentos latinoamericanos carecen
de una instancia internacional que siga de cerca su aplicación, como es el caso
del ACNUR en el Sistema de las Naciones Unidas. En el Sistema Latinoame-
ricano, la Unión Panamericana y posteriormente la Organización de Estados
76 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
231. En este estudio se ha visto que el Sistema de las Naciones Unidas utiliza
la noción del asilo, así como la del refugio, referido este último a una etapa o
fase del asilo. Por su parte, el Sistema Latinoamericano usa también las pala-
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 77
bras asilo y refugio, este último como sinónimo de asilo territorial, aunque tam-
bién se usa, por ejemplo, en la Convención de La Habana de 1928, que trata so-
lamente de asilo diplomático. Además, la Corte Internacional de Justicia uti-
lizó la palabra refugiado en sus deliberaciones en el caso del Dr. Víctor Raúl
Haya de la Torre. Finalmente, la palabra refugio se usa también en los instru-
mentos relativos a la extradición, refiriéndose a los lugares donde las personas
extraditables han huído.
87 Parte II, Sexta consideración. Esta Declaración la adoptó el Seminario sobre acciones prácticas en
el Derecho de los Refugiados en América Latina y el Caribe, que se celebró en Tlatelolco, México, en 1999.
Puede consultarse en ACNUR, Protección y asistencia de refugiados en América Latina: Documentos
regionales 1981-1999, México, 2000, pp. 111-119.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 79
241. Ahora bien, es necesario ver el lado práctico de las cosas. A título de ejem-
plo, se puede mencionar un caso reciente en un país latinoamericano. Al lle-
gar al país, la persona solicitó asilo y fue dirigida al ministerio de relaciones
exteriores para que lo consideraran bajo el Sistema Latinoamericano. Por ra-
zones que se desconocen, la persona no fue considerada y fue deportada del
país. Con mucho esfuerzo, y sobre todo con mucha suerte, pudo regresar a ese
país a los pocos días, solicitó refugio y fue dirigida a la oficina del ACNUR y
a las autoridades de migración. Resultó ser un caso muy serio y fue reconoci-
do como refugiado.
lógica. A partir de entonces cobró auge la aplicación del Sistema de las Nacio-
nes Unidas.
247. Por otra parte, habría que preguntarse seriamente de qué serviría rein-
ventar la rueda cuando ésta ya existe en el Sistema de las Naciones Unidas. En
realidad, el esfuerzo debería dirigirse, en primer lugar, a poner verdaderamente
en práctica los tratados que se han suscrito, entre ellos la Convención de 1951
y el Protocolo de 1967. Muchos tratados, después de ratificados quedan en el
olvido, y esto es particularmente lamentable cuando se trata de convenciones
sobre derechos humanos.
88 Gros Espiel, Héctor, El Derecho Internacional Americano sobre Asilo Territorial y Extradición en
su Relaciones con la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados, op.
cit., p. 74.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 81
250. En cuarto lugar, habría que tomar medidas para dar nueva vigencia prác-
tica al Sistema Latinoamericano, visto bajo la luz de la Convención Americana
de Derechos Humanos. Además, lo que sucede con la aplicación de este sis-
tema debería ser de conocimiento público. Algunos países dan a conocer su
práctica con el Sistema Latinoamericano, y esta actitud hay que celebrarla. Sin
embargo, el sistema sigue siendo excesivamente reservado, lo que denota que
viene de otros tiempos. Su modernización comienza por hacerlo público.
251. En quinto lugar, pese a que en este estudio se habla de Sistema Latinoame-
ricano para facilitar el análisis, en realidad se trata de una serie de tratados con
poca o ninguna relación entre sí. Para que exista un verdadero Sistema Lati-
noamericano, debería hacerse un esfuerzo en torno a las Convenciones de Ca-
racas de 1954 que tratan el asilo territorial y el asilo diplomático, y la Conven-
ción de Caracas de 1981 relativa a la extradición. Los países de América Latina
deberían concentrarse en poner en marcha estos tres instrumentos, y asegurarse
que tengan vigencia en todos los países. Así, habría verdaderamente un Sis-
tema Latinoamericano, pero, desde luego, visto bajo la luz de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
252. Finalmente, para que se conozca qué sucede con la aplicación de este
sistema, habría que abrirlo y se puede pensar, por ejemplo, en que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos realice una relatoría para estudiar el
tema. Una de las conclusiones de la relatoría podría ser una recomendación
para que los países presenten informes periódicos sobre su práctica en la apli-
cación de las convenciones latinoamericanas de asilo. Este es solamente un
ejemplo, pero podría pensarse en otros. La verdad es que mientras no se sepa
82 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
gran cosa de este sistema, es difícil evaluar cómo está funcionando y más di-
fícil aún pensar en términos de medidas para lograr coordinación y comple-
mentaridad, por ejemplo, con el Sistema de las Naciones Unidas.
VII. CUADROS COMPARATIVOS DE NORMAS CONTENIDAS EN EL SISTEMA LATINOAMERICANO, EN EL
SISTEMA INTERAMERICANO Y EN EL SISTEMA DE LAS NACIONES UNIDAS
Estatuto del ACNUR El Alto Comisionado tiene compe- La competencia del Alto Comisiona- El Alto Comisionado deja de tener
tencia respecto de cualquier persona do no se extiende a una persona: competencia respecto de una per-
que se halle fuera del país de su na- a) que tenga más de una nacionali- sona si:
cionalidad o, si carece de nacionali- dad, a menos que se den en ella a) se ha acogido de nuevo, vo-
dad, fuera del país en el cual tiene su las condiciones fijadas en la defi- luntariamente, a la protección
residencia habitual, por tener o haber nición de refugiado con respecto del país de su nacionalidad;
tenido temores fundados de ser víc- a cada uno de los países de los b) ha recobrado, voluntariamente,
tima de persecuciones por motivos cuales sea nacional; la nacionalidad que había per-
de raza, religión, nacionalidad u opi- b) a la cual las autoridades compe- dido;
niones políticas, y no pueda o, debi- tentes del país en que haya fijado c) ha adquirido una nueva nacio-
do a ese temor, no quiera acogerse a su residencia reconozcan los de- nalidad y goza de la protección
la protección del gobierno del país de rechos e impongan las obligacio- del gobierno del país de su
su nacionalidad o, si carece de nacio- nes inherentes a la posesión de nueva nacionalidad;
nalidad, no quiera regresar al país nacionalidad de tal país; d) se ha establecido de nuevo, vo-
donde antes tenía su residencia habi- c) que continúe recibiendo protec- luntariamente, en el país que
tual (para. 6, B). ción o asistencia de otros órganos había abandonado o fuera del
y organismos de las Naciones cual había permanecido por te-
Unidas; o mor de ser perseguida;
d) respecto de la cual existan moti- e) por haber desaparecido las cir-
vos fundados para creer que ha cunstancias en virtud de las
cometido uno de los delitos com- cuales fue reconocida como
prendidos en las disposiciones de No se especifica. En la práctica se
los tratados de extradición o uno siguen los criterios de la Conven-
de los delitos especificados en el ción de 1951, el Protocolo de
art. VI del Estatuto del Tribunal 1967 y el Estatuto del ACNUR.
Militar Internacional aprobado en
Londres, o en las disposiciones
del párrafo 2 del art. 14 de la De-
claración Universal de Dere-
chos del Hombre (para. 7).
Declaración de las El otorgamiento por un Estado de El asilo concedido por un Estado, en No podrá invocar el derecho de bus-
Naciones Unidas asilo a personas que tengan dere- ejercicio de su soberanía, a las perso- car asilo, o disfrutar de éste, ninguna
sobre Asilo Territorial, cho a invocar el art. 14 de la De- nas que tengan justificación para in- persona respecto de la cual existan
1967 claración Universal de Derechos vocar el art. 14 de la Declaración motivos fundados para considerar
Humanos es un acto pacífico hu- Universal de Derechos Humanos, que ha cometido un delito contra la
manitario y que, como tal, no incluidas las personas que luchan paz, un delito de guerra o un delito
puede ser considerado como ina- contra el colonialismo, deberá ser contra la humanidad, de los defini-
mistoso por ningún otro Estado respetado por todos los demás Esta- dos en los instrumentos internacio-
(preámbulo, 4° párrafo). dos (art. 1, para. 1). nales elaborados para adoptar dispo-
siciones respecto de tales delitos
(art. 1, para. 2).
Declaración de Ratifica la naturaleza pacífica, La definición o concepto de refugia- No se especifica. En la práctica se si-
Cartagena apolítica y exclusivamente huma- do recomendable para su utilización guen los disposiciones de la Conven-
nitaria de la concesión de asilo o en la región es aquella que además ción de 1951 y el Protocolo de 1967.
del reconocimiento de la condi- de contener los elementos de la Con-
ción de refugiado, y subraya la vención de 1951 y el Protocolo de
VII. CUADROS COMPARATIVOS (continuación)
Tratado sobre Derecho El asilo es inviolable para los Ningún delincuente asilado en el Exceptuándose los desertores de la
Penal de 1889 perseguidos por delitos políti- territorio de un Estado podrá ser marina de guerra en aguas territoria-
cos (art. 16). entregado a las autoridades de les de un Estado. Esos desertores,
El asilo será respetado con re- otro, sino de conformidad con las cualquiera que sea su nacionalidad,
lación a los perseguidos por de- reglas que rigen la extradición deberán ser entregados por la autori-
litos políticos (art. 17, para. 2). (art. 15). dad local a pedido de la legación, o
No dan mérito a la extradición los en defecto de ésta, del agente consu-
delitos políticos y todos aquéllos lar respectivo, previa la prueba de la
que atacan la seguridad interna o identidad de la persona (art. 18).
externa de un Estado, ni los co-
munes que tengan conexión con
ellos (art. 23, para. 1).
Acuerdo Bolivariano de Los Estados signatarios recono- No se acordará la extradición de nin- No se considerará delito político ni
1911 cen la institución del asilo, con- gún prófugo criminal si el hecho por hecho conexo semejante el atentado
forme a los principios del derecho el cual se pide se considera en el en cualquier forma y medio contra la
internacional (art. 18). Estado requerido como delito políti- vida de la persona de un Jefe de Es-
co o hecho conexo con él y ninguna tado (art. 4, para. 2).
persona entregada por cualquiera de
los Estados Contratantes al otro será
juzgada ni castigada por ningún cri-
men o delito político, ni por ningún
acto conexo con él, cometido antes
de su extradición. Tampoco se acor-
dará la extradición si la persona con-
tra quien obra la demanda prueba
que ésta se ha hecho con el propósi-
to de juzgarle o castigarle por un
delito político o hecho conexo con él
(art. 4, para.1).
Convención Asilo 1928 No es lícito a los Estados dar asi- Los desertores de tierra y mar (art. 1,
lo en Legaciones, navíos de gue- para. 1).
rra, campamentos o aeronaves
militares, a personas acusadas o
condenadas por delitos comunes
ni a desertores de tierra y mar (art.
1, para. 1).
Las personas acusadas o conde-
nadas por delitos comunes que se
refugiaren en alguno de los lu-
gares señalados
deberán ser
entregadas tan pronto como lo re-
quiera el gobierno local (art. 1,
para. 2).
Si dichas personas se refugiaren
en territorio extranjero la entrega
se efectuará mediante extradi-
ción, y sólo en los casos y en la
forma que establezcan los respec-
tivos Tratados y Convenciones o
la Constitución y leyes del país
de refugio (art. 1, para. 3).
El asilo de delincuentes políticos
en Legaciones, navíos de guerra,
campamentos o aeronaves milita-
res, será respetado en la medida
que, como un derecho o por hu-
manitaria tolerancia, lo admitie-
ren el uso, las Convenciones o las
leyes del país de refugio y de
VII. CUADROS COMPARATIVOS (continuación)
Código Bustamante Están excluidos de la extradición No se considera delito político, ni La cesación de los beneficios
1928 los delitos políticos y conexos
hecho conexo, el asesinato u ho- del refugio no autoriza a poner
(art. 355). micidio del Jefe de un Estado Con- en el territorio del Estado per-
Tampoco se acuerda la extradi- tratante o de cualquier persona que seguidor al refugiado (art. 12).
ción si se prueba que la petición en él ejerza autoridad (art. 357)
de entrega se ha formulado de Los oficiales, marinos o tripulan-
hecho con el fin de juzgar y cas- tes de naves o aeronaves de gue-
tigar al acusado por un delito de rra o mercantes que hubiesen de-
carácter político
(art. 356). sertado (art. 361).
Convención Asilo El asilo político, por su carácter No es lícito a los Estados dar asi- Ver definición.
Político, 1933 de institución humanitaria, no lo en legaciones, naves de guerra,
está sujeto a reciprocidad. Todos campamentos o aeronaves milita-
los hombres pueden estar bajo su res, a los inculpados de delitos
protección, sea cual fuere su na- comunes que estuvieren procesa-
cionalidad, sin perjuicio de las dos en forma o que hubieren sido
obligaciones que en esta materia condenados por tribunales ordi-
tenga contraídas el Estado a que narios, así como tampoco a los
pertenezcan; pero los Estados desertores de tierra y mar.
que no reconozcan el asilo po- Las personas mencionadas en el
lítico sino con ciertas limitacio- párrafo precedente, que se refu-
nes o modalidades, no podrán giaren en algunos de los lugares
ejercerlo en el extranjero sino en señalados en él, deberán ser en-
la manera y dentro de los límites tregados tan pronto lo requiera el
con que lo hubieren reconocido gobierno local (art. 1).
(art. 3).
ble para los perseguidos por moti- a los que en ellos se asilen (asilo
vos o delitos políticos y por delitos diplomático) (art. 9).
políticos concurrentes en que no
proceda la extradición (art. 11).
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
Convención 51 A: Básicamente, la Convención y B: Todo refugiado tiene, respecto Los Estados partes de estos instru- Toda controversia entre las par- Ningún Estado Contratante podrá,
Protocolo 67 el Protocolo establecen tres ti- del país donde se encuentra, mentos determinan la condición de tes, respecto a la interpretación por expulsión o devolución, poner
pos de trato para los refugiados: deberes que, en especial, entra- refugiado. o aplicación de la Convención en modo alguno a un refugiado en
a) El trato más favorable que se ñan la obligación de acatar sus o del Protocolo, que no haya las fronteras de territorios donde su
brinda a extranjeros, por leyes y reglamentos, así como podido ser resuelta por otros vida o su libertad peligre por causa
ejemplo, derecho de asocia- las medidas adoptadas para el medios, será sometida a la Cor- de su raza, religión, nacionalidad,
ción (art. 15), empleo remu- mantenimiento del orden públi- te Internacional de Justicia, a pertenencia a determinado grupo
nerado (art. 17), empleo por co (Convención, art. 2). petición de cualquiera de las social, o de sus opiniones políticas
cuenta propia (art. 18), ejer- A: partes en la controversia (Con- (art. 33, para. 1).
cicio de profesiones libera- Proporcionar documentos de vención, art. 38; Protocolo, art. Sin embargo, no podrá invocar los
les (art. 19, para. 1), derecho identidad a los refugiados (art. IV). beneficios de esta disposición el re-
de vivienda (art. 21) y a en- 27); La Convención no permite re- fugiado que sea considerado, por
señanza no elemental (art. Proporcionar títulos de viaje a servas a los siguientes artícu- razones fundadas, como un peligro
22, para. 1). los refugiados; los: 1° (definición del término para la seguridad del país donde se
b) El trato que se brinda a los Cooperar con el ACNUR (Con- refugiado); 3° (prohibición de encuentra, o que, habiendo sido
extranjeros en general, por vención, art. 35; Protocolo, art. la discriminación; 4° (libertad objeto de una condena definitiva
ejemplo, exención de reci- II). de religión); 16°, para. 1 (acceso por un delito particularmente grave,
procidad (art. 7, para. 1), li- a los tribunales de justicia); 33° constituya una amenaza para la co-
bertad de circulación (art. (no devolución); 36° (infor- munidad de tal país (art. 33, para.
26), gravámenes fiscales mación sobre leyes y reglamen- 2).
(art. 29). tos nacionales); 37° (relación Los Estados Contratantes no expul-
c) El mismo trato que a sus pro- con convenciones anteriores); sarán a refugiado alguno que se ha-
pios nacionales, por ejem- 38° (solución de controver- lle legalmente en el territorio de ta-
plo, libertad de religión (art. sias); 39° (firma, ratificación y les Estados, a no ser por razones de
4), derechos de propiedad in- adhesión); 40° (cláusula de seguridad nacional o de orden pú-
telectual e industrial (art. aplicación territorial); 41° blico (art. 32, para. 1).
14), acceso a los tribunales (cláusula federal); 42° (reser- La expulsión del refugiado única-
(art. 16, para. 1), asistencia vas); 43° (entrada en vigor); mente se efectuará, en tal caso, en
pública (art. 23), legislación 44° (denuncia); 45° (revisión); virtud de una decisión tomada con-
del trabajo y seguros sociales y 46° (notificaciones al Secre- forme con los procedimientos lega-
(art. 24). tario General de las Naciones les vigentes. A no ser que se opon-
Puesto que la familia, elemen- Unidas. gan a ello razones imperiosas de
to natural y fundamental de la Por su parte, el Protocolo no seguridad nacional, se deberá per-
sociedad, es un derecho del re- permite reservas a los siguien- mitir al refugiado presentar pruebas
fugiado, se recomienda a los tes artículos de la Convención: exculpatorias, formular recurso de
gobiernos que adopten medidas 1°, 3°, 4°, 16°(1) y 33°. apelación y hacerse representar a
para la protección de la familia este efecto ante la autoridad compe-
del refugiado, se mantenga la tente (art. 32, para. 2).
unidad de la familia, y aseguren Los Estados Contratantes concede-
la protección de refugiados me- rán, en tal caso, al refugiado un pla-
nores de edad, niños asilados y zo razonable dentro del cual pueda
a los jóvenes, especialmente en gestionar su admisión legal en otro
lo relativo a la tutela y la adop- país. Los Estados Contratantes se
ción (Acta Final de la Confe- reservan el derecho a aplicar duran-
rencia de Plenipotenciarios, 28/ te ese plazo las medidas de orden
07/51, recomendación B9). interior que estimen necesarias (art.
32, para. 3).
Estatuto del ACNUR El ACNUR determina la condición El Alto Comisionado asegurará la pro-
de refugiado bajo este instru- tección de los refugiados por los me-
mento. dios siguientes:
a) promoviendo la conclusión y
ratificación de convenios inter-
nacionales para proteger a los re-
fugiados, vigilando su aplicación
y proponiendo modificaciones a
los mismos;
b) promoviendo, mediante acuer-
dos especiales con los gobiernos,
la ejecución de todas las medidas
destinadas a mejorar la situación
de los refugiados y a reducir el
número de los que no requieran
protección;
c) asistiendo a los gobiernos y a los
particulares en su esfuerzo para
fomentar la repatriación volunta-
ria de los refugiados o su asimi-
lación en nuevas comunidades
nacionales;
d) promoviendo la admisión de los
refugiados, sin excluir a los de
las categorías más desampara-
das, en los territorios de los Es-
tados;
e) tratando de obtener que se conce-
da a los refugiados permiso para
trasladar sus haberes y especial-
mente los necesarios para su
reasentamiento;
f) obteniendo de los gobiernos in-
formación acerca del número y la
situación de los refugiados que se
encuentran en sus territorios, y
de las leyes y reglamentos que
les conciernen;
VII. CUADROS COMPARATIVOS (continuación)
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
Declaración de las A: Los Estados que concedan asilo Corresponde al Estado que conce- Ninguna de las personas a que se
Naciones Unidas no permitirán que las personas de el asilo calificar las causas que refiere el párrafo 1 del Art. 1 (perso-
sobre Asilo Territorial, que hayan recibido asilo se de- lo motivan (art. 1, para. 3). nas que se pueden beneficiar del
1967 diquen a actividades contrarias asilo) será objeto de medidas tales
a los propósitos y principios de como la negativa de admisión en la
las Naciones Unidas (art. 4). frontera o, si hubiera entrado en el
territorio en que busca asilo, la expul-
sión o la devolución obligatoria a
cualquier Estado donde puede ser ob-
jeto de persecución (art. 3, para. 1).
Podrán hacerse excepciones al prin-
cipio anterior sólo por razones fun-
damentales de seguridad nacional o
para salvaguardar a la población,
como el caso de una afluencia en
masa de personas (art. 3, para. 2).
Si un Estado decide en cualquier
caso que está justificada una excep-
ción a este principio, considerará la
posibilidad de conceder a la perso-
na interesada, en las condiciones
que juzgue conveniente, una opor-
tunidad, en forma de asilo provi-
sional o de otro modo, a fin de que
pueda ir a otro Estado (art. 3, para.
3).
Declaración de Reconoce que la reunificación de A: Los Estados determinan la condi- Reitera la importancia y significa-
Cartagena las familias constituye un principio Reitera a los países de asilo la ción de refugiado y/o el ACNUR. ción del principio de no devolución
fundamental en materia de refugia- conveniencia de que los cam- (incluyendo la prohibición del re-
dos, el cual debe inspirar el régi- pamentos y asentamientos de chazo en las fronteras), como pie-
men de tratamiento humanitario en refugiados ubicados en zonas dra angular de la protección inter-
el país de asilo
(parte III, 13a. fronterizas sean instalados al nacional de los refugiados. Este
conclusión). interior de los países de asilo a principio imperativo en cuanto a los
una distancia razonable de las refugiados, debe reconocerse y res-
fronteras con miras a mejorar petarse en el estado actual del dere-
las condiciones de protección cho internacional, como un princi-
en favor de éstos, a preservar pio de jus cogens (parte III, 5a.
sus derechos humanos y poner conclusión).
en práctica proyectos destina- Reitera a los países de asilo la con-
dos a la autosuficiencia e inte- veniencia de que los campamentos
gración en la sociedad que los y asentamientos de refugiados ubi-
acoge (parte III, 6a. conclu- cados en zonas fronterizas sean
sión). instalados al interior de los países
Expresa su preocupación por el de asilo a una distancia razonable de
problema de los ataques milita- las fronteras, con miras a mejorar
res a los campamentos y asen- las condiciones de protección en
tamientos de refugiados que favor de éstos, a preservar sus dere-
han ocurrido en diversas partes chos humanos y a poner en práctica
del mundo, y propone a los go- proyectos destinados a la autosufi-
biernos de los países de Cen- ciencia e integración en la sociedad
troamérica, México y Panamá que los acoge (parte III, 6a. conclu-
que apoyen las medidas que so- sión).
bre el tema ha propuesto el Alto
Comisionado al Comité Exe-
cutivo del ACNUR (parte III,
7a. conclusión).
Tratado sobre Derecho B: A: La clasificación de los delitos polí- Expulsión: culaquiera de los Estados
Penal de 1889 Cuando el pedido de extradi- La Nación de refugio tiene el ticos y de los comunes que ten- signatarios podrá expulsar, con arreglo
ción se presenta en debida for- deber de impedir que los asila- gan conexión con ellos, se hará a sus leyes, a los delincuentes asilados
ma, el gobierno requerido re- dos realicen en su territorio ac- por la nación requerida, con en su territorio (se entiende delincuen-
mitirá todos los antecedentes al tos que pongan en peligro la arreglo a la ley que sea más fa- tes no políticos), siempre que después
juez o tribunal competente, paz pública de la Nación con- vorable al reclamado (art. 23, de requerir a las autoridades del país
quien ordenará la prisión del tra la cual han delinquido (art. inciso 2). dentro del cual se cometió alguno de los
reo y el secuestro de los objetos 16). delitos que autorizan la extradición, no
concernientes al delito si a su El jefe de la legación está obli- se ejercitase por éstos acción represiva
juicio procediese tal medida gado a poner inmediatamente alguna art. 5).
(art. 32). En caso de que proce- el hecho (haber otorgado asilo)
da la prisión del refugiado, se le en conocimiento del gobierno
hará saber su causa en el térmi- del Estado ante el cual está
VII. CUADROS COMPARATIVOS (continuación)
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
Tratado Asilo y A: El Estado que acuerde el asilo Mientras dure el asilo (diplo- La calificación de las causas Toda divergencia que se susci- Si por causa de ruptura de relacio-
Refugio Político, 1939 (diplomático) no contrae por mátco) no se permitirá a los que motivan el asilo correspon- te sobre la aplicación del pre- nes el representante diplomático
ese hecho el deber de admitir en asilados practicar actos que al- de al Estado que lo concede sente Tratado será resuelta por que ha otorgado el asilo, saldrá de
su territorio a los asilados, sal- teren la tranquilidad pública o (art. 3). la vía diplomática o en su de- aquél con los asilados.
vo el caso de que éstos no fue- que tiendan a participar o in- La calificación de las causas fecto se someterá a arbitraje o a Si lo establecido en el inciso ante-
ran recibidos por otros Estados fluir en actividades políticas. que motivan el refugio (asilo decisión judicial, siempre que rior no fuere posible por motivos
(art. 1, para. 2). Los asilados deben hacer la territorial) corresponde al Esta- exista tribunal cuya competen- ajenos a la voluntad de los asilados
A: La concesión de refugio (asilo promesa por escrito y firmada. do que lo concede (art. 11, cia reconozcan ambas partes o del agente diplomático, deberá
territorial) no comporta para el Por negativa o incumplimiento para. 2). (art. 16). éste entregarlos a la representación
Estado que lo otorga, el deber el agente diplomático o coman- Disposición general válida para el de un tercer Estado parte en esta
de admitir indefinidamente en dante hará cesar inmediatamen- asilo diplomático y el asilo territo- Convención, con las garantías esta-
su territorio a los refugiados te el asilo. Podrá impedirse a rial. blecidas en ella.
(art. 11, para. 3). los asilados llevar consigo otros Asilo Diplomático: Si esto último tampoco fuere posi-
B: Salida: Los internados políticos objetos que los de uso personal, Si en caso de ruptura de relaciones ble, deberá entregarlos a un Estado
darán aviso al gobierno del Es- los papeles que le pertenecieren el representante diplomático que no sea parte y que convenga en
tado en que se encuentren cuan- y el dinero necesario para sus que ha acordado el asilo debe mantener el asilo. El Estado territo-
do resuelvan salir del territorio. gastos de vida, sin que puedan abandonar el territorio del país rial deberá respetar dicho asilo (art.
La salida les será permitida, depositarse otros valores u ob- en que se encuentra, saldrá de 19).
bajo la condición de que no se jetos en el lugar de asilo (art. él con los asilados, y si ello no
dirigirán al país de su proce- 5). fuere posible por causa inde-
dencia y dando aviso al gobier- El gobierno del Estado podrá pendiente a la voluntad de los
no interesado (art. 15). exigir que el asilado (diplomá- mismos o del agente diplomáti-
tico) sea puesto fuera del terri- co, podrá entregarlos al de un
torio nacional al más breve pla- tercer Estado con las garantías
zo; y el agente diplomático o el establecidas en este Tratado.
comandante que haya concedi- Tal entrega se realizará me-
do el asilo podrá, por su parte, diante la traslación de dichos
exigir las garantías necesarias asilados a la sede de la misión
para que el refugiado salga del diplomática que hubiere acep-
país respetándose la inviolabi- tado el correspondiente encar-
lidad de su persona y la de los go o con la permanencia de los
papeles que le pertenecieren y asilados en el local en que se
que llevase consigo en el mo- guarde el archivo de la misión
mento de recibir el asilo, así diplomática saliente, local que
como los recursos para susten- permanecerá bajo la salvaguar-
tarse durante un tiempo pru- dia directa del agente diplomá-
dencial. No existiendo tales tico a quien se hubiere encarga-
garantías, la evacuación puede do. En uno u otro caso, deberá
ser postergada hasta que las informarse al Ministerio de Re-
autoridades locales las faciliten laciones Exteriores local
(art. 6). (art. 10).
Una vez salidos del Estado, los
asilados no podrán ser desem-
barcados en punto alguno del
mismo (art. 7).
No se permitirá a los emigrados
políticos establecer juntas o
comités constituidos con el
propósito de promover o fo-
mentar perturbaciones del or-
den en cualquiera de los Esta-
dos Contratantes. Tales juntas o
comités serán disueltos, previa
comprobación de su carácter
subversivo, por las autoridades
del Estado en que se encuen-
tran
(art. 12).
A requerimiento del Estado in-
teresado, el que ha concedido el
refugio procederá a la vigilan-
cia o internación hasta una dis-
tancia prudencial de sus fronte-
ras, de los emigrados políticos.
El Estado requerido apreciará
la procedencia de la petición y
fijará la distancia.
El gobierno del Estado podrá
exigir que el asilado sea puesto
fuera de territorio nacional en
el más breve plazo; y el agente
diplomático o el comandante
que haya concedido el asilo
podrá por su parte, exigir las
garantías necesarias.
Los internados políticos darán
aviso al gobierno del Estado en
que se encuentren cuando re-
suelvan salir del territorio. La
salida les será permitida, bajo
la condición de que no se diri-
girán al país de su procedencia
y dando aviso al gobierno inte-
resado (art. 15).
VII. CUADROS COMPARATIVOS (continuación)
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
Tratado Derecho En los casos en que se efectúe el La apreciación del carácter de las
Penal 1940 arresto de la persona reclamada, infracciones corresponde exclusi-
se le hará saber en el término de vamente a las autoridades del Esta-
24 horas la causa que lo motivó. do requerido, con arreglo a la ley
En el plazo perentorio de 3 días, que sea más favorable al reclamado
a contar desde el siguiente a la (art. 20).
notificación, el interesado podrá
oponer las siguientes excepcio-
nes: incompetencia del juez del
Estado requerido que ordenó el
arresto; no ser la persona recla-
mada; defectos de forma en los
documentos presentados; im-
procedencia de la extradición
(art. 33).
Si la sentencia fuese favorable
al pedido de extradición, el juez
o tribunal ordenará la inme-
diata libertad del detenido y lo
comunicará al Poder Ejecutivo,
incluyendo copia de la senten-
cia para que la ponga en cono-
cimiento del gobierno requi-
rente (art. 36) .
Si la sentencia fuese favorable
al pedido de extradición, el tri-
bunal que pronuncie el fallo lo
hará saber inmediatamente al
Poder Ejecutivo a fin de que
provea lo necesario para la en-
trega del delincuente. Si fuese
contraria una vez ejecutoriada,
el juez o tribunal ordenará la
inmediata libertad del detenido
y lo comunicará al Poder Eje-
cutivo, incluyendo copia de la
sentencia para que la ponga en
conocimiento del Gobierno re-
quirente (art. 36) .
En caso de que el conocimien-
to del pedido corresponda ori-
ginalmente al juez de primera
instancia, la resolución será
apelable ante el tribunal com-
petente (art. 35, para. 2).
Conv. Asilo Territorial La libertad de expresión del A requerimiento del Estado in- La calificación de los delitos El hecho de que el ingreso de una
1954 pensamiento que el derecho in- teresado, el que ha concedido el corresponde al Estado requeri- persona a la jurisdicción territorial
terno reconoce a todos los habi- refugio o asilo procederá a la do (art. 4). de un Estado se haya realizado su-
tantes de un Estado no puede vigilancia o a la internación, En todos los casos en que la in- brepticia o irregularmente no afec-
ser motivo de reclamación por hasta una distancia prudencial troducción de una reclamación ta las estipulaciones de esta Con-
otro Estado basándose en con- de sus fronteras, de aquellos re- o de un requerimiento sea pro- vención (art. 5)
ceptos que contra éste o su go- fugiados o asilados políticos cedente, la apreciación de la Ningún Estado está obligado a en-
bierno expresen públicamente que fueren notoriamente diri- prueba presentada por el Esta- tregar a otro Estado o a expulsar de
los asilados o refugiados, salvo gentes de un movimiento sub- do requirente dependerá del su territorio a personas perseguidas
el caso de que esos conceptos versivo, así como de aquéllos criterio del Estado requerido por motivos o delitos políticos (art.
constituyan propaganda siste- de quienes haya pruebas de que (art. 11). 3).
mática por medio de la cual se se disponen a incorporarse a él La determinación de la distan- El respeto que según el Derecho
incite al empleo de la fuerza o (art. 9). cia prudencial de las fronteras Internacional se debe a la jurisdic-
de la violencia contra el gobier- Los gastos de toda índole que para los efectos de la interna- ción de cada Estado sobre los habi-
no del Estado reclamante (art. demande la internación de ción dependerá del criterio de tantes de su territorio se debe igual-
7). asilados o refugiados políticos las autoridades del Estado re- mente, sin ninguna restricción, a la
Ningún Estado tiene el derecho serán por cuenta del Estado que querido (art. 9, para. 2). que tiene sobre las personas que
de pedir a otro Estado que coar- la solicite (art. 9). ingresan con procedencia de un
te a los asilados o refugiados Estado en donde sean perseguidas
VII. CUADROS COMPARATIVOS (continuación)
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
Conv. Asilo Efectuada la salida del asilado, El funcionario asilante no per- Corresponde al Estado asilante Si por causa de ruptura de rela- El Estado podrá devolver al asilado a su
Diplomático 1954 el Estado asilante no está obli- mitirá a los asilados practicar la calificación de la naturaleza ciones el representante diplo- país de origen, sólo cuando concurra
gado a radicarlo en su territo- actos contrarios a la tranqui- del delito o de los motivos de la mático que ha otorgado el asilo, voluntad expresa del asilado (art. 12).
rio
lidad pública, ni intervenir en la persecución (art. 4). saldrá del país con los asilados.
La circunstancia de que el Esta- política interna del Estado terri- Corresponde al Estado asilante Si esto no fuere posible por
do territorial comunique al fun- torial (art. 18). apreciar si se trata de un caso de motivos ajenos a la voluntad de
cionario asilante su intención Salvoconducto: urgencia (art. 7). los asilados o del agente diplo-
de solicitar la posterior extradi- Otorgado el asilo, el Estado asi- El funcionario asilante tomará mático, deberá éste entregarlos
ción del asilado no perjudicará lante puede pedir la salida del asi- en cuenta las informaciones a la representación de un tercer
la aplicación de dispositivo al- lado para territorio extranjero, y el que el gobierno territorial le Estado parte en esta Conven-
guno de la presente Conven- Estado territorial está obligado a ofrezca para normar su criterio ción, con las garantías estable-
ción. En este caso, el asilado dar inmediatamente, salvo caso de respecto de la naturaleza del cidas en ella.
permanecerá radicado en el te- fuerza mayor, las garantías necesa- delito o de la existencia de de- Si esto último tampoco fuere
rritorio del estado asilante, has- rias
y el correspondiente salvo- litos comunes conexos; pero posible, deberá entregarlos a un
ta tanto se reciba el pedido for- conducto (art. 12). será respetada su determina- Estado que no sea parte que
mal de extradición, conforme Los asilados no podrán ser des- ción de continuar el asilo o exi- convenga en mantener el asilo.
con las reglas jurídicas que ri- embarcados en ningún punto gir el salvo conducto para el El Estado territorial deberá res-
gen esa institución en el Estado del Estado territorial ni en lugar perseguido (art. 9). petar dicho asilo (art. 19).
asilante. La vigilancia sobre el próximo a él, salvo por necesi-
asilado no podrá extenderse por dades de transporte (art. 16).
más de 30 días (art. 12).
Los gastos de este traslado y de
radicación preventiva corres-
ponden al Estado solicitante
(art. 17)-
Derechos Obligaciones
A: de los estados A: de los estados Solución de Medidas
Instrumento B: de las personas B: de las personas Calificación controversias/reservas de protección
INSTRUMENTOS SOBRE
DERECHOS HUMANOS
ÁFRICA
CONVENCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA
UNIDAD AFRICANA (OUA) POR LA QUE SE REGULAN
LOS ASPECTOS ESPECÍFICOS DE PROBLEMAS DE LOS
REFUGIADOS EN ÁFRICA
Aprobada por la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno en su sexto
periodo ordinario de sesiones (Addis Abeba, 10 de septiembre de 1969)
PREÁMBULO
[111]
112 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 1
Definición del término refugiado
Artículo 2
Asilo
Artículo 3
Prohibición de toda actividad subversiva
1. Respecto del país en que se encuentra, todo refugiado tiene deberes que
entrañan, en especial, la obligación de acatar las leyes y los reglamentos vigen-
tes, así como las medidas encaminadas a mantener el orden público. Además,
deberá abstenerse de toda actividad subversiva dirigida contra un Estado
Miembro de la OUA.
Artículo 4
No discriminación
Artículo 5
Repatriación voluntaria
Artículo 6
Documentos de viaje
Artículo 7
Cooperación de las Autoridades Nacionales con la Organización
de la Unidad Africana
Artículo 8
Colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados
Artículo 9
Solución de controversias
Artículo 10
Firma y ratificación
La presente Convención entrará en vigor una vez que un tercio de los Estados
miembros de la Organización de la Unidad Africana haya depositado sus ins-
trumentos de ratificación.
Artículo 12
Modificaciones
Artículo 13
Denuncia
1. Todo Estado Miembro parte en esta Convención podrá denunciar sus dispo-
siciones mediante notificación escrita dirigida al Secretario General Adminis-
trativo.
Artículo 14
Artículo 15
Notificaciones del Secretario General Administrativo
de la Organización de la Unidad Africana
PREÁMBULO
[121]
122 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
PARTE 1
DERECHOS Y DEBERES
CAPÍTULO I
DERECHOS HUMANOS Y DE LOS PUEBLOS
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 4
Los seres humanos son inviolables. Todo ser humano tendrá derecho al respeto
de su vida y de la integridad de su persona. Nadie puede ser privado de este de-
recho arbitrariamente.
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
1. Todo individuo tiene derecho a que sea visto su caso, lo cual implica:
2. Nadie puede ser condenado por un acto u omisión que no constituya una
ofensa legalmente punible, en el momento en que se cometió. No se puede in-
fligir pena alguna por una ofensa contra la que no existe ninguna disposición
en el momento de ser cometida. Las penas son personales y sólo pueden ser im-
puestas al transgresor.
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
1. Todo individuo tendrá derecho a la libre asociación, siempre que cumpla con
la ley.
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Artículo 16
1. Todo individuo tendrá derecho a disfrutar del mejor estado físico y mental
posible.
126 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Todos los pueblos serán iguales; todos disfrutarán del mismo respeto y tendrán
los mismos derechos. Nada justificará la dominación de un pueblo por otro.
Artículo 20
Artículo 21
Artículo 22
Artículo 23
Artículo 24
Artículo 25
Artículo 26
CAPÍTULO II
DEBERES
Artículo 27
1. Todo individuo tendrá deberes para con su familia y sociedad, para con el
Estado y otras comunidades legalmente reconocidas, así como para con la co-
munidad internacional.
Artículo 28
Artículo 29
PARTE II
MEDIDAS DE SALVAGUARDA
CAPÍTULO I
CREACIÓN Y ORGANIZACIÓN DE LA COMISIÓN AFRICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS Y DE LOS PUEBLOS
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
Artículo 37
Artículo 38
Artículo 39
Artículo 40
Artículo 41
Artículo 42
Artículo 43
Artículo 44
CAPÍTULO II
MANDATO DE LA COMISIÓN
Artículo 45
CAPÍTULO III
PROCEDIMIENTO DE LA COMISIÓN
Artículo 46
Si un Estado firmante de la presente Carta tiene buenas razones para creer que
otro Estado firmante de esta Carta ha violado las disposiciones de la misma,
puede llamar la atención, mediante comunicado escrito de este Estado respecto
al tema en cuestión. Ese comunicado también le será remitido al Secretario
General de la OUA y al presidente de la Comisión. Dentro de un periodo de tres
meses a partir de la fecha de recepción del comunicado, el Estado al que éste
va dirigido dará al Estado inquisidor una explicación o declaración escrita que
aclare la cuestión. Esta incluirá toda la información relevante posible relativa
a las leyes y normativa aplicadas y aplicables y el remedio arbitrado o la ac-
ción prevista.
Artículo 48
Artículo 49
Artículo 50
Artículo 51
Artículo 52
Tras haber obtenido de los Estados implicados y de otras fuentes toda la infor-
mación que considere necesaria, y tras haber intentado todos los medios apro-
piados de llegar a una solución amistosa basada en el respeto a los derechos
humanos y de los pueblos, la Comisión preparará dentro de un periodo de tiem-
po razonable a partir de la fecha de la notificación a la que se hace referencia
en el artículo 48, un informe en el que se especifiquen los hechos y sus conclu-
siones. Ese informe será remitido a los Estados implicados y comunicado a la
Asamblea de jefes de Estado y de gobierno.
Artículo 53
Artículo 54
Artículo 55
Otros comunicados
Artículo 56
Los comunicados relativos a los derechos humanos y de los pueblos a los que
se hace referencia en el artículo 55 recibidos por la Comisión serán conside-
rados si:
Artículo 57
Artículo 58
3. Un caso urgente que haya sido detectado por la Comisión será presentado
por ésta al presidente de la Asamblea de jefes de Estado y de gobierno, la cual
podrá solicitar la realización de un estudio en profundidad.
Artículo 59
CAPÍTULO IV
PRINCIPIOS APLICABLES
Artículo 60
Artículo 61
Artículo 62
Artículo 63
PARTE III
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 64
Artículo 65
Cada vez que un Estado ratifique o se adhiera a la presente Carta con posterio-
ridad a su entrada en vigor, ésta será efectiva para ese Estado tres meses des-
pués de la fecha de presentación del instrumento de ratificación o adhesión por
parte de ese Estado.
Artículo 66
Artículo 67
Artículo 68
[143]
144 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CARTA DE LA ORGANIZACIÓN
DE LOS ESTADOS AMERICANOS
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO I
NATURALEZA Y PROPÓSITOS
Artículo 1
Artículo 2
CAPÍTULO II
PRINCIPIOS
Artículo 3
CAPÍTULO III
MIEMBROS
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
CAPÍTULO IV
DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES DE LOS ESTADOS
Artículo 10
Artículo 11
Todo Estado americano tiene el deber de respetar los derechos de que disfru-
tan los demás Estados de acuerdo con el derecho internacional.
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
Artículo 21
Artículo 22
Artículo 23
Las medidas que, de acuerdo con los tratados vigentes, se adopten para el man-
tenimiento de la paz y la seguridad, no constituyen violación de los principios
enunciados en los artículos 19 y 21.
150 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO V
SOLUCION PACÍFICA DE CONTROVERSIAS
Artículo 24
Las controversias internacionales entre los Estados Miembros deben ser some-
tidas a los procedimientos de solución pacífica señalados en esta Carta. Esta
disposición no se interpretará en el sentido de menoscabar los derechos y obli-
gaciones de los Estados Miembros de acuerdo con los artículos 34 y 35 de la
Carta de las Naciones Unidas.
Artículo 25
Artículo 26
Cuando entre dos o más Estados americanos se suscite una controversia que,
en opinión de uno de ellos, no pueda ser resuelta por los medios diplomáticos
usuales, las Partes deberán convenir en cualquier otro procedimiento pacífico
que les permita llegar a una solución.
Artículo 27
Un tratado especial establecerá los medios adecuados para resolver las contro-
versias y determinará los procedimientos pertinentes a cada uno de los medios
pacíficos, en forma de no dejar que controversia alguna entre los Estados ame-
ricanos pueda quedar sin solución definitiva dentro de un plazo razonable.
CAPÍTULO VI
SEGURIDAD COLECTIVA
Artículo 28
Artículo 29
CAPÍTULO VII
DESARROLLO INTEGRAL
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
Artículo 37
Artículo 38
Artículo 39
Artículo 40
Los Estados Miembros reafirman el principio de que los países de mayor desa-
rrollo económico, que en acuerdos internacionales de comercio efectúen con-
cesiones en beneficio de los países de menor desarrollo económico en materia
de reducción y eliminación de tarifas u otras barreras al comercio exterior,
no deben solicitar de esos países concesiones recíprocas que sean incompati-
bles con su desarrollo económico y sus necesidades financieras y comerciales.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 155
Artículo 41
Artículo 42
Artículo 43
Artículo 44
Artículo 45
a) Todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, credo
o condición social, tienen derecho al bienestar material y a su desarrollo
espiritual, en condiciones de libertad, dignidad, igualdad de oportunida-
des y seguridad económica;
b) El trabajo es un derecho y un deber social, otorga dignidad a quien lo rea-
liza y debe prestarse en condiciones que, incluyendo un régimen de sa-
larios justos, aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para
el trabajador y su familia, tanto en sus años de trabajo como en su vejez,
o cuando cualquier circunstancia lo prive de la posibilidad de trabajar;
c) Los empleadores y los trabajadores, tanto rurales como urbanos, tienen
el derecho de asociarse libremente para la defensa y promoción de sus in-
tereses, incluyendo el derecho de negociación colectiva y el de huelga por
parte de los trabajadores, el reconocimiento de la personería jurídica de
las asociaciones y la protección de su libertad e independencia, todo de con-
formidad con la legislación respectiva;
d) Justos y eficientes sistemas y procedimientos de consulta y colaboración
entre los sectores de la producción, tomando en cuenta la protección de
los intereses de toda la sociedad;
e) El funcionamiento de los sistemas de administración pública, banca y cré-
dito, empresa, distribución y ventas, en forma que, en armonía con el sec-
tor privado, responda a los requerimientos e intereses de la comunidad;
f) La incorporación y creciente participación de los sectores marginales de
la población, tanto del campo como de la ciudad, en la vida económica, so-
cial, cívica, cultural y política de la nación, a fin de lograr la plena inte-
gración de la comunidad nacional, el aceleramiento del proceso de mo-
vilidad social y la consolidación del régimen democrático. El estímulo a
todo esfuerzo de promoción y cooperación populares que tenga por fin
el desarrollo y progreso de la comunidad;
g) El reconocimiento de la importancia de la contribución de las organiza-
ciones, tales como los sindicatos, las cooperativas y asociaciones cultu-
rales, profesionales, de negocios, vecinales y comunales, a la vida de la
sociedad y al proceso de desarrollo;
h) Desarrollo de una política eficiente de seguridad social, e
i) Disposiciones adecuadas para que todas las personas tengan la debida
asistencia legal para hacer valer sus derechos.
Artículo 46
Artículo 47
Artículo 48
Artículo 49
Los Estados Miembros llevarán a cabo los mayores esfuerzos para asegurar,
de acuerdo con sus normas constitucionales, el ejercicio efectivo del derecho
a la educación, sobre las siguientes bases:
Artículo 50
Artículo 51
Artículo 52
Los Estados Miembros acuerdan promover, dentro del respeto debido a la per-
sonalidad de cada uno de ellos, el intercambio cultural como medio eficaz para
consolidar la comprensión interamericana y reconocen que los programas de
integración regional deben fortalecerse con una estrecha vinculación en los
campos de la educación, la ciencia y la cultura.
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO VIII
DE LOS ÓRGANOS
Artículo 53
La Organización de los Estados Americanos realiza sus fines por medio de:
a) La Asamblea General;
b) La Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores;
c) Los Consejos;
d) El Comité Jurídico Interamericano;
e) La Comisión Interamericana de Derechos Humanos;
f) La Secretaría General;
g) Las Conferencias Especializadas, y
h) Los Organismos Especializados.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 159
CAPÍTULO IX
LA ASAMBLEA GENERAL
Artículo 54
Artículo 55
La Asamblea General establece las bases para fijar la cuota con que debe con-
tribuir cada uno de los Gobiernos al sostenimiento de la Organización, toman-
do en cuenta la capacidad de pago de los respectivos países y la determinación
de éstos de contribuir en forma equitativa. Para tomar decisiones en asuntos
presupuestarios, se necesita la aprobación de los dos tercios de los Estados
Miembros.
Artículo 56
Artículo 57
Artículo 58
Artículo 59
Artículo 60
CAPÍTULO X
LA REUNION DE CONSULTA DE MINISTROS
DE RELACIONES EXTERIORES
Artículo 61
Artículo 62
Artículo 63
Artículo 64
Artículo 65
Artículo 66
Artículo 67
El Comité Consultivo de Defensa se integrará con las más altas autoridades mi-
litares de los Estados americanos que participen en la Reunión de Consulta.
Excepcionalmente los Gobiernos podrán designar sustitutos. Cada Estado ten-
drá derecho a un voto.
Artículo 68
Artículo 69
CAPÍTULO XI
LOS CONSEJOS DE LA ORGANIZACIÓN
DISPOSICIONES COMUNES
Artículo 70
Artículo 71
Todos los Estados Miembros tienen derecho a hacerse representar en cada uno
de los consejos. Cada Estado tiene derecho a un voto.
Artículo 72
Artículo 73
Artículo 74
Artículo 75
Artículo 76
Cada consejo está facultado para requerir del otro, así como de los órganos
subsidiarios y de los organismos que de ellos dependen, que le presten, en los
campos de sus respectivas competencias, información y asesoramiento. Los
consejos podrán igualmente solicitar los mismos servicios de las demás enti-
dades del Sistema Interamericano.
Artículo 77
Artículo 78
Artículo 79
CAPÍTULO XII
EL CONSEJO PERMANENTE DE LA ORGANIZACIÓN
Artículo 80
Artículo 81
Artículo 82
Artículo 83
Artículo 84
Artículo 85
Artículo 86
Artículo 87
Artículo 88
Artículo 89
Artículo 90
Artículo 91
Artículo 92
CAPÍTULO XIII
EL CONSEJO INTERAMERICANO PARA EL DESARROLLO INTEGRAL
Artículo 93
Artículo 94
Artículo 95
Artículo 96
Artículo 97
Artículo 98
CAPÍTULO XIV
EL COMITÉ JURÍDICO INTERAMERICANO
Artículo 99
Artículo 100
Artículo 101
Artículo 102
Artículo 103
Artículo 104
Artículo 105
CAPÍTULO XV
LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Artículo 106
CAPÍTULO XVI
LA SECRETARÍA GENERAL
Artículo 107
Artículo 108
Artículo 109
Artículo 110
Artículo 111
Artículo 112
Artículo 113
Artículo 114
Artículo 115
Artículo 116
La Asamblea General, con el voto de los dos tercios de los Estados Miembros,
puede remover al Secretario General o al Secretario General Adjunto, o a
ambos, cuando así lo exija el buen funcionamiento de la Organización.
Artículo 117
Artículo 118
Artículo 119
Artículo 120
Artículo 121
CAPÍTULO XVII
LAS CONFERENCIAS ESPECIALIZADAS
Artículo 122
Artículo 123
CAPÍTULO XVIII
LOS ORGANISMOS ESPECIALIZADOS
Artículo 124
Artículo 125
Artículo 126
Artículo 127
Artículo 128
Las relaciones que deben existir entre los Organismos Especializados y la Or-
ganización serán determinadas mediante acuerdos celebrados entre cada Orga-
nismo y el Secretario General, con la autorización de la Asamblea General.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 177
Artículo 129
Artículo 130
TERCERA PARTE
CAPÍTULO XIX
NACIONES UNIDAS
Artículo 131
CAPÍTULO XX
DISPOSICIONES VARIAS
Artículo 132
Artículo 133
Artículo 134
Artículo 135
Artículo 136
Artículo 137
Artículo 138
CAPÍTULO XXI
RATIFICACIÓN Y VIGENCIA
Artículo 139
Artículo 140
La presente Carta entrará en vigor, entre los Estados que la ratifiquen, cuan-
do los dos tercios de los Estados signatarios hayan depositado sus ratificacio-
nes. En cuanto a los Estados restantes, entrará en vigor en el orden en que
depositen sus ratificaciones.
Artículo 141
Artículo 142
Las reformas a la presente Carta sólo podrán ser adoptadas en una Asamblea
General convocada para tal objeto. Las reformas entrarán en vigor en los mis-
mos términos y según el procedimiento establecido en el artículo 140.
Artículo 143
Esta Carta regirá indefinidamente, pero podrá ser denunciada por cualquiera
de los Estados Miembros, mediante comunicación escrita a la Secretaría Ge-
neral, la cual comunicará en cada caso a los demás las notificaciones de denun-
cia que reciba. Transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secreta-
ría General reciba una notificación de denuncia, la presente Carta cesará en sus
efectos respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la Orga-
nización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la pre-
sente Carta.
180 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO XXII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 144
Artículo 145
Artículo 146
CONSIDERANDO
Que los pueblos americanos han dignificado la persona humana y que sus
constituciones nacionales reconocen que las instituciones jurídicas y políticas,
rectoras de la vida en sociedad, tienen como fin principal la protección de los
derechos esenciales del hombre y la creación de circunstancias que le permi-
tan progresar espiritual y materialmente y alcanzar la felicidad;
Que, en repetidas ocasiones, los Estados americanos han reconocido que los
derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de deter-
minado Estado sino que tienen como fundamento los atributos de la persona
humana;
Que la protección internacional de los derechos del hombre debe ser guía
principalísima del derecho americano en evolución;
Que la consagración americana de los derechos esenciales del hombre unida
a las garantías ofrecidas por el régimen interno de los Estados, establece el
sistema inicial de protección que los Estados americanos consideran adecua-
do a las actuales circunstancias sociales y jurídicas, no sin reconocer que de-
berán fortalecerlo cada vez más en el campo internacional, a medida que esas
circunstancias vayan siendo más propicias,
ACUERDA adoptar la siguiente
PREÁMBULO
[181]
182 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO PRIMERO
DERECHOS
Artículo 1
Derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad
e integridad de la persona
Artículo 2
Derecho de igualdad ante la Ley
Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los derechos y deberes
consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni
otra alguna.
Artículo 3
Derecho de libertad religiosa y de culto
Artículo 4
Derecho de libertad de investigación, opinión,
expresión y difusión
Artículo 5
Derecho a la protección a la honra, la reputación personal
y la vida privada y familiar
Toda persona tiene derecho a la protección de la Ley contra los ataques abu-
sivos a su honra, a su reputación y a su vida privada y familiar.
Artículo 6
Derecho a la constitución y a la protección de la familia
Artículo 7
Derecho de protección a la maternidad y a la infancia
Toda mujer en estado de gravidez o en época de lactancia, así como todo niño,
tienen derecho a protección, cuidados y ayuda especiales.
Artículo 8
Derecho de residencia y tránsito
Artículo 9
Derecho a la inviolabilidad del domicilio
Artículo 10
Derecho a la inviolabilidad y circulación
de la correspondencia
Artículo 11
Derecho a la preservación de la salud y al bienestar
Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanita-
rias y sociales, relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda y la asisten-
cia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los
de la comunidad.
Artículo 12
Derecho a la educación
Toda persona tiene derecho a la educación, la que debe estar inspirada en los
principios de libertad, moralidad y solidaridad humanas.
Así mismo tiene el derecho de que, mediante esa educación, se le capacite
para lograr una digna subsistencia, en mejoramiento del nivel de vida y para
ser útil a la sociedad.
El derecho de educación comprende el de igualdad de oportunidades en
todos los casos, de acuerdo con las dotes naturales, los méritos y el deseo de
aprovechar los recursos que puedan proporcionar la comunidad y el Estado.
Toda persona tiene derecho a recibir gratuitamente la educación primaria,
por lo menos.
Artículo 13
Derecho a los beneficios de la cultura
Artículo 14
Derecho al trabajo y a una justa retribución
Artículo 15
Derecho al descanso y a su aprovechamiento
Artículo 16
Derecho a la seguridad social
Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra las con-
secuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente
de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite física o mentalmen-
te para obtener los medios de subsistencia.
Artículo 17
Derecho de reconocimiento de la personalidad jurídica
y de los derechos civiles
Artículo 18
Derecho de justicia
Toda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos. Así
mismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual la jus-
ticia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, al-
guno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente.
186 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 19
Derecho de nacionalidad
Artículo 20
Derecho de sufragio y de participación en el gobierno
Artículo 21
Derecho de reunión
Artículo 22
Derecho de asociación
Toda persona tiene el derecho de asociarse con otras para promover, ejercer y
proteger sus intereses legítimos de orden político, económico, religioso, social,
cultural, profesional, sindical o de cualquier otro orden.
Artículo 23
Derecho a la propiedad
Artículo 24
Derecho de petición
Artículo 25
Derecho de protección contra la detención arbitraria
Nadie puede ser privado de su libertad sino en los casos y según las formas
establecidas por leyes preexistentes.
Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter
netamente civil.
Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el
juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dilación
injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho también
a un tratamiento humano durante la privación de su libertad.
Artículo 26
Derecho a proceso regular
Se presume que todo acusado es inocente, hasta que se pruebe que es culpable.
Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial
y pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo
con leyes preexistentes y a que no se le imponga penas crueles, infamantes o
inusitadas.
Artículo 27
Derecho de asilo
Artículo 28
Alcance de los derechos del hombre
Los derechos de cada hombre están limitados por los derechos de los demás,
por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bienestar general y del
desenvolvimiento democrático.
188 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPTÍULO SEGUNDO
DEBERES
Artículo 29
Deberes ante la sociedad
Toda persona tiene el deber de convivir con las demás de manera que todas y
cada una puedan formar y desenvolver integralmente su personalidad.
Artículo 30
Deberes para con los hijos y los padres
Toda persona tiene el deber de asistir, alimentar, educar y amparar a sus hijos
menores de edad, y los hijos tienen el deber de honrar siempre a sus padres y
el de asistirlos, alimentarlos y ampararlos cuando éstos lo necesiten.
Artículo 31
Deberes de instrucción
Artículo 32
Deber de sufragio
Toda persona tiene el deber de votar en las elecciones populares del país de que
sea nacional, cuando esté legalmente capacitada para ello.
Artículo 33
Deber de obediencia a la Ley
Artículo 34
Deber de servir a la comunidad y a la nación
Toda persona hábil tiene el deber de prestar los servicios civiles y militares que
la Patria requiera para su defensa y conservación, y en caso de calamidad pú-
blica, los servicios de que sea capaz.
Así mismo tiene el deber de desempeñar los cargos de elección popular que
le correspondan en el Estado de que sea nacional.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 189
Artículo 35
Deberes de asistencia y seguridad sociales
Artículo 36
Deber de pagar impuestos
Toda persona tiene el deber de pagar los impuestos establecidos por la Ley para
el sostenimiento de los servicios públicos.
Artículo 37
Deber de trabajo
Artículo 38
Deber de abstenerse de actividades políticas
en país extranjero
Artículo 1
Las Altas Partes Contratantes convienen en que el derecho al voto y a ser ele-
gido para un cargo nacional no deberá negarse o restringirse por razones de
sexo.
Artículo 2
[191]
192 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 1
Artículo 2
[193]
194 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
PREÁMBULO
[195]
196 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
PARTE I
DEBERES DE LOS ESTADOS Y DERECHOS PROTEGIDOS
Artículo 2
Deber de adoptar disposiciones de derecho interno
CAPÍTULO II
DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
Artículo 3
Derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica
Artículo 4
Derecho a la vida
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará pro-
tegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 197
2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá impo-
nerse por los delitos más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de
tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena,
dictada con anterioridad a la comisión del delito. Tampoco se extenderá su
aplicación a delitos a los cuales no se la aplique actualmente.
Artículo 5
Derecho a la integridad personal
5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los
adultos y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad po-
sible, para su tratamiento.
198 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 6
Prohibición de la esclavitud y servidumbre
Artículo 7
Derecho a la libertad personal
2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Esta-
dos Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 199
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez
u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y
tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en
libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar con-
dicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tri-
bunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de
su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran
ilegales. En los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera
amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o
tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amena-
za, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán in-
terponerse por sí o por otra persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los mandatos de
autoridad judicial competente dictados por incumplimientos de deberes
alimentarios.
Artículo 8
Garantías judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e impar-
cial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo
juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preser-
var los intereses de la justicia.
Artículo 9
Principio de legalidad y de retroactividad
Artículo 10
Derecho a indemnización
Artículo 11
Protección de la honra y de la dignidad
Artículo 12
Libertad de conciencia y de religión
4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos
reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.
Artículo 13
Libertad de pensamiento y de expresión
4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa
con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de
la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
Artículo 14
Derecho de rectificación o respuesta
Artículo 15
Derecho de reunión
Artículo 16
Libertad de asociación
1. Todas las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines ideoló-
gicos, religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, depor-
tivos o de cualquiera otra índole.
2. El ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las restricciones previstas
por la ley que sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la
seguridad nacional, de la seguridad o del orden públicos, o para proteger la sa-
lud o la moral pública o los derechos y libertades de los demás.
Artículo 17
Protección a la familia
4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igual-
dad de derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cón-
yuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución
del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la
protección necesaria de los hijos, sobre la base única del interés y convenien-
cia de ellos.
5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de
matrimonio como a los nacidos dentro del mismo.
Artículo 18
Derecho al nombre
Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres
o al de uno de ellos. La ley reglamentará la forma de asegurar este derecho para
todos, mediante nombres supuestos, si fuere necesario.
Artículo 19
Derechos del niño
Artículo 20
Derecho a la nacionalidad
Artículo 21
Derecho a la propiedad privada
1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subor-
dinar tal uso y goce al interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago
de indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en
los casos y según las formas establecidas por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por el
hombre, deben ser prohibidas por la ley.
Artículo 22
Derecho de circulación y de residencia
2. Toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier país, inclusive del
propio.
5. Nadie puede ser expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni
ser privado del derecho a ingresar en el mismo.
8. En ningún caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro país, sea
o no de origen, donde su derecho a la vida o a la libertad personal está en riesgo
de violación a causa de raza, nacionalidad, religión, condición social o de sus
opiniones políticas.
Artículo 23
Derechos políticos
Artículo 24
Igualdad ante la ley
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho,
sin discriminación, a igual protección de la ley.
Artículo 25
Protección judicial
ción, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida
por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
CAPÍTULO III
DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
Artículo 26
Desarrollo progresivo
CAPÍTULO IV
SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS, INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN
Artículo 27
Suspensión de garantías
3. Todo Estado Parte que haga uso del derecho de suspensión deberá informar
inmediatamente a los demás Estados Partes en la presente Convención, por
conducto del Secretario General de la Organización de los Estados America-
nos, de las disposiciones cuya aplicación haya suspendido, de los motivos que
hayan suscitado la suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada tal
suspensión.
Artículo 28
Cláusula federal
3. Cuando dos o más Estados Partes acuerden integrar entre sí una federación
u otra clase de asociación, cuidarán de que el pacto comunitario correspondiente
contenga las disposiciones necesarias para que continúen haciéndose efectivas
en el nuevo Estado así organizado, las normas de la presente Convención.
Artículo 29
Normas de interpretación
Artículo 30
Alcance de las restricciones
Artículo 31
Reconocimiento de otros derechos
CAPÍTULO V
DEBERES DE LAS PERSONAS
Artículo 32
Correlación entre deberes y derechos
2. Los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás,
por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en una
sociedad democrática.
210 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
PARTE II
MEDIOS DE LA PROTECCIÓN
CAPÍTULO VI
DE LOS ÓRGANOS COMPETENTES
Artículo 33
CAPÍTULO VII
LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Sección 1. Organización
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
2. Cada uno de dichos Gobiernos puede proponer hasta tres candidatos, nacio-
nales del Estado que los proponga o de cualquier otro Estado Miembro de la
Organización de los Estados Americanos. Cuando se proponga una terna, por
lo menos uno de los candidatos deberá ser nacional de un Estado distinto del
proponente.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 211
Artículo 37
1. Los miembros de la Comisión serán elegidos por cuatro años y sólo podrán
ser reelegidos una vez, pero el mandato de tres de los miembros designados en
la primera elección expirará al cabo de dos años. Inmediatamente después de
dicha elección se determinarán por sorteo en la Asamblea General los nombres
de estos tres miembros.
Artículo 38
Artículo 39
Artículo 40
Sección 2. Funciones
Artículo 41
favor de los derechos humanos dentro del marco de sus leyes internas y
sus preceptos constitucionales, al igual que disposiciones apropiadas para
fomentar el debido respeto a esos derechos;
c) preparar los estudios e informes que considere convenientes para el des-
empeño de sus funciones;
d) solicitar de los gobiernos de los Estados Miembros que le proporcionen in-
formes sobre las medidas que adopten en materia de derechos humanos;
e) atender las consultas que, por medio de la Secretaría General de la Orga-
nización de los Estados Americanos, le formulen los Estados Miembros
en cuestiones relacionadas con los derechos humanos y, dentro de sus po-
sibilidades, les prestará el asesoramiento que éstos le soliciten;
f) actuar respecto de las peticiones y otras comunicaciones en ejercicio de su
autoridad de conformidad con lo dispuesto en los artículos 44 al 51 de
esta Convención, y
g) rendir un informe anual a la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos.
Artículo 42
Los Estados Partes deben remitir a la Comisión copia de los informes y estudios
que en sus respectivos campos someten anualmente a las Comisiones Ejecuti-
vas del Consejo Interamericano Económico y Social y del Consejo Interame-
ricano para la Educación, la Ciencia y la Cultura, a fin de que aquélla vele
porque se promuevan los derechos derivados de las normas económicas, socia-
les y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organiza-
ción de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires.
Artículo 43
Sección 3. Competencia
Artículo 44
Artículo 45
Artículo 46
2. Las disposiciones de los incisos 1.a. y 1.b. del presente artículo no se apli-
carán cuando:
214 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 47
Sección 4. Procedimiento
Artículo 48
Artículo 49
Artículo 50
Artículo 51
CAPÍTULO VIII
LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Sección 1. Organización
Artículo 52
Artículo 53
2. Cada uno de los Estados Partes puede proponer hasta tres candidatos, nacio-
nales del Estado que los propone o de cualquier otro Estado Miembro de la
Organización de los Estados Americanos. Cuando se proponga una terna, por
lo menos uno de los candidatos deberá ser nacional de un Estado distinto del
proponente.
Artículo 54
1. Los jueces de la Corte serán elegidos para un periodo de seis años y sólo
podrán ser reelegidos una vez. El mandato de tres de los jueces designados en
la primera elección, expirará al cabo de tres años. Inmediatamente después de
dicha elección, se determinarán por sorteo en la Asamblea General los nom-
bres de estos tres jueces.
Artículo 55
1. El juez que sea nacional de alguno de los Estados Partes en el caso someti-
do a la Corte, conservará su derecho a conocer del mismo.
3. Si entre los jueces llamados a conocer del caso ninguno fuere de la nacio-
nalidad de los Estados Partes, cada uno de éstos podrá designar un juez ad hoc.
Artículo 56
Artículo 57
Artículo 58
Artículo 59
Artículo 60
2. Para que la Corte pueda conocer de cualquier caso, es necesario que sean
agotados los procedimientos previstos en los artículos 48 a 50.
Artículo 62
Artículo 63
Artículo 64
Artículo 65
Sección 3. Procedimiento
Artículo 66
Artículo 67
Artículo 68
Artículo 69
CAPÍTULO IX
DISPOSICIONES COMUNES
Artículo 70
Artículo 71
Artículo 72
Artículo 73
PARTE III
DISPOSICIONES GENERALES Y TRANSITORIAS
CAPÍTULO X
FIRMA, RATIFICACIÓN, RESERVA, ENMIENDA,
PROTOCOLO Y DENUNCIA
Artículo 74
Artículo 75
Esta Convención sólo puede ser objeto de reservas conforme a las disposicio-
nes de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, suscrita el 23
de mayo de 1969.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 223
Artículo 76
2. Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados ratificantes de las mismas
en la fecha en que se haya depositado el respectivo instrumento de ratificación
que corresponda al número de los dos tercios de los Estados Partes en esta
Convención. En cuanto al resto de los Estados Partes, entrarán en vigor en la
fecha en que depositen sus respectivos instrumentos de ratificación.
Artículo 77
Artículo 78
CAPÍTULO XI
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Sección 1. Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Artículo 79
Artículo 80
Artículo 82
DECLARACIONES Y RESERVAS
DECLARACIÓN DE CHILE
PREÁMBULO
[227]
228 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
les, tanto de ámbito universal como regional, resulta de gran importancia que
éstos sean reafirmados, desarrollados, perfeccionados y protegidos en función
de consolidar en América, sobre la base del respeto integral a los derechos de
la persona, el régimen democrático representativo de gobierno, así como el de-
recho de sus pueblos al desarrollo, a la libre determinación y a disponer libre-
mente de sus riquezas y recursos naturales, y
Considerando que la Convención Americana sobre Derechos Humanos es-
tablece que pueden someterse a la consideración de los Estados Partes reuni-
dos con ocasión de la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos proyectos de protocolos adicionales a esa Convención con la fi-
nalidad de incluir progresivamente en el régimen de protección de la misma
otros derechos y libertades,
Han convenido en el siguiente Protocolo Adicional a la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos Protocolo de San Salvador:
Artículo 1
Obligación de adoptar medidas
Artículo 2
Obligación de adoptar disposiciones de derecho interno
Artículo 3
Obligación de no discriminación
Artículo 4
No admisión de restricciones
Artículo 5
Alcance de las restricciones y limitaciones
Artículo 6
Derecho al trabajo
Artículo 7
Condiciones justas, equitativas y satisfactorias de trabajo
Artículo 8
Derechos sindicales
Artículo 9
Derecho a la seguridad social
1. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la proteja contra las
consecuencias de la vejez y de la incapacidad que la imposibilite física o
mentalmente para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa. En
caso de muerte del beneficiario, las prestaciones de seguridad social serán
aplicadas a sus dependientes.
Artículo 10
Derecho a la salud
1. Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del más
alto nivel de bienestar físico, mental y social.
232 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
2. Con el fin de hacer efectivo el derecho a la salud, los Estados Partes se com-
prometen a reconocer la salud como un bien público y particularmente a adop-
tar las siguientes medidas para garantizar este derecho:
Artículo 11
Derecho a un medio ambiente sano
1. Toda persona tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con
servicios públicos básicos.
Artículo 12
Derecho a la alimentación
1. Toda persona tiene derecho a una nutrición adecuada que le asegure la po-
sibilidad de gozar del más alto nivel de desarrollo físico, emocional e intelectual.
Artículo 13
Derecho a la educación
4. Conforme con la legislación interna de los Estados Partes, los padres tendrán
derecho a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, siempre
que ella se adecue a los principios anunciados precedentemente.
Artículo 14
Derecho a los beneficios de la cultura
2. Entre las medidas que los Estados Partes en el presente Protocolo deberán
adoptar para asegurar el pleno ejercicio de este derecho figurarán las necesa-
rias para la conservación, el desarrollo y la difusión de la ciencia, la cultura y
el arte.
Artículo 15
Derecho a la constitución y protección de la familia
Artículo 16
Derecho de la niñez
Todo niño sea cual fuere su filiación, tiene derecho a las medidas de protección
que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y
del Estado. Todo niño tiene el derecho a crecer al amparo y bajo la responsa-
bilidad de sus padres; salvo circunstancias excepcionales, reconocidas judicial-
mente, el niño de corta edad no debe ser separado de su madre. Todo niño tiene
derecho a la educación gratuita y obligatoria, al menos en su fase elemental,
y a continuar su formación en niveles más elevados del sistema educativo.
Artículo 17
Protección de los ancianos
Artículo 18
Protección de los minusválidos
Toda persona afectada por una disminución de sus capacidades físicas o men-
tales tiene derecho a recibir una atención especial con el fin de alcanzar el
máximo desarrollo de su personalidad. Con tal fin, los Estados Partes se com-
prometen a adoptar las medidas que sean necesarias para ese propósito y en
especial a:
Artículo 19
Medios de protección
Artículo 20
Reservas
Los Estados Partes podrán formular reservas sobre una o más disposiciones
específicas del presente Protocolo al momento de aprobarlo, firmarlo, ratifi-
carlo o adherir a él, siempre que no sean incompatibles con el objeto y el fin
del Protocolo.
Artículo 21
Firma, ratificación o adhesión.
Entrada en vigor
3. El Protocolo entrará en vigor tan pronto como once Estados hayan deposi-
tado sus respectivos instrumentos de ratificación o de adhesión.
Artículo 22
Incorporación de otros derechos y ampliación
de los reconocidos
2. Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados ratificantes de las mismas
en la fecha en que se haya depositado el respectivo instrumento de ratificación
que corresponda al número de los dos tercios de los Estados Partes en este
Protocolo. En cuanto al resto de los Estados Partes, entrarán en vigor en la fecha
en que depositen sus respectivos instrumentos de ratificación.
PROTOCOLO A LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS RELATIVO A LA ABOLICIÓN
DE LA PENA DE MUERTE
PREÁMBULO
Artículo 1
[239]
240 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 1
Los Estados Contratantes se obligan a cooperar entre sí, tomando todas las
medidas que consideren eficaces de acuerdo con sus respectivas legislacio-
nes, y especialmente las que se establecen en esta Convención, para prevenir
y sancionar los actos de terrorismo y en especial el secuestro, el homicidio y
otros atentados contra la vida y la integridad de las personas a quienes el Es-
[241]
242 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
a) Tomar las medidas a su alcance, en armonía con sus propias leyes, para
prevenir e impedir en sus respectivos territorios la preparación de los de-
litos mencionados en el artículo 2 y que vayan a ser ejecutados en el te-
rritorio de otro Estado Contratante;
b) Intercambiar informaciones y considerar las medidas administrativas
eficaces para la protección de las personas a que se refiere el artículo 2 de
esta Convención;
c) Garantizar el más amplio derecho de defensa a toda persona privada de
libertad por aplicación de la presente Convención;
d) Procurar que se incluyan en sus respectivas legislaciones penales los
hechos delictivos materia de esta Convención cuando no estuvieren ya
previstos en aquéllas;
e) Cumplimentar en la forma más expedita los exhortos en relación con los
hechos delictivos previstos en esta Convención.
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 1
Artículo 2
Para los efectos de la presente Convención se entenderá por tortura todo acto
realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o su-
frimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio in-
timidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con
[245]
246 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una
persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a dis-
minuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o angustia
psíquica.
No estarán comprendidos en el concepto de tortura las penas o sufrimien-
tos físicos o mentales que sean únicamente consecuencia de medidas legales
o inherentes a éstas, siempre que no incluyan la realización de los actos o la
aplicación de los métodos a que se refiere el presente artículo.
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Los Estados Partes se asegurarán de que todos los actos de tortura y los in-
tentos de cometer tales actos constituyan delitos conforme a su derecho penal,
estableciendo para castigarlos sanciones severas que tengan en cuenta su gra-
vedad.
Igualmente, los Estados Partes tomarán medidas efectivas para prevenir y
sancionar, además, otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en
el ámbito de su jurisdicción.
Artículo 7
Artículo 8
Los Estados Partes garantizarán a toda persona que denuncie haber sido some-
tida a tortura en el ámbito de su jurisdicción el derecho a que el caso sea exa-
minado imparcialmente.
Así mismo, cuando exista denuncia o razón fundada para creer que se ha
cometido un acto de tortura en el ámbito de su jurisdicción, los Estados Par-
tes garantizarán que sus respectivas autoridades procederán de oficio y de in-
mediato a realizar una investigación sobre el caso y a iniciar, cuando corres-
ponda, el respectivo proceso penal.
Una vez agotado el ordenamiento jurídico interno del respectivo Estado y
los recursos que éste prevé, el caso podrá ser sometido a instancias internacio-
nales cuya competencia haya sido aceptada por ese Estado.
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Los Estados Partes tomarán las providencias necesarias para conceder la ex-
tradición de toda persona acusada de haber cometido el delito de tortura o
condenada por la comisión de ese delito, de conformidad con sus respectivas
legislaciones nacionales sobre extradición y sus obligaciones internacionales
en esta materia.
Artículo 12
Todo Estado Parte tomará las medidas necesarias para establecer su jurisdic-
ción sobre el delito descrito en la presente Convención en los siguientes casos:
Todo Estado Parte tomará, además, las medidas necesarias para establecer
su jurisdicción sobre el delito descrito en la presente Convención cuando el
presunto delincuente se encuentre en el ámbito de su jurisdicción y no proce-
da a extraditarlo de conformidad con el artículo 11.
La presente Convención no excluye la jurisdicción penal ejercida de confor-
midad con el derecho interno.
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
Artículo 21
Artículo 22
Artículo 23
Artículo 24
[253]
254 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO I
DEFINICIÓN Y ÁMBITO DE APLICACIÓN
Artículo 1
Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la
mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, da-
ño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito pú-
blico como en el privado.
Artículo 2
CAPÍTULO II
DERECHOS PROTEGIDOS
Artículo 3
Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito pú-
blico como en el privado.
Artículo 4
Artículo 5
Toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales y contará con la total protección de esos de-
rechos consagrados en los instrumentos regionales e internacionales sobre dere-
chos humanos. Los Estados Partes reconocen que la violencia contra la mujer
impide y anula el ejercicio de esos derechos.
Artículo 6
El derecho de toda mujer a una vida libre de violencia incluye, entre otros:
CAPÍTULO III
DEBERES DE LOS ESTADOS
Artículo 7
Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia contra la mujer y
convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, polí-
ticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a
cabo lo siguiente:
256 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 8
Artículo 9
Para la adopción de las medidas a que se refiere este capítulo, los Estados Par-
tes tendrán especialmente en cuenta la situación de vulnerabilidad a la violen-
cia que pueda sufrir la mujer en razón, entre otras, de su raza o de su condición
étnica, de migrante, refugiada o desplazada. En igual sentido se considerará a
la mujer que es objeto de violencia cuando está embarazada, es discapacitada,
menor de edad, anciana, o está en situación socioeconómica desfavorable o
afectada por situaciones de conflictos armados o de privación de su libertad.
258 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO IV
MECANISMOS INTERAMERICANOS DE PROTECCIÓN
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
CAPÍTULO V
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
Los Estados Partes que tengan dos o más unidades territoriales en las que ri-
jan distintos sistemas jurídicos relacionados con cuestiones tratadas en la pre-
sente Convención podrán declarar, en el momento de la firma, ratificación o
adhesión, que la Convención se aplicará a todas sus unidades territoriales o so-
lamente a una o más de ellas.
Tales declaraciones podrán ser modificadas en cualquier momento mediante
declaraciones ulteriores, que especificarán expresamente la o las unidades
territoriales a las que se aplicará la presente Convención. Dichas declaracio-
nes ulteriores se transmitirán a la Secretaría General de la Organización de los
Estados Americanos y surtirán efecto treinta días después de recibidas.
Artículo 21
Artículo 22
Artículo 23
Artículo 24
Artículo 25
Artículo 1
[265]
266 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
TÍTULO PRIMERO
Artículo 2
1. El derecho de toda persona a la vida está protegido por la ley. Nadie podrá
ser privado de su vida intencionadamente, salvo en ejecución de una condena
que imponga pena capital dictada por un tribunal al reo de un delito para el que
la ley establece esa pena.
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
1. Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públicamente
y dentro de un plazo razonable, por un Tribunal independiente e imparcial, es-
tablecido por la Ley, que decidirá los litigios sobre sus derechos y obligacio-
nes de carácter civil o sobre el fundamento de cualquier acusación en materia
penal dirigida contra ella. La sentencia debe ser pronunciada públicamente,
pero el acceso a la Sala de Audiencia puede ser prohibido a la prensa y al pú-
blico durante la totalidad o parte del proceso en interés de la moralidad, del
orden público o de la seguridad nacional en una sociedad democrática, cuan-
do los intereses de los menores o la protección de la vida privada de las par-
tes en el proceso así lo exijan o en la medida considerada necesaria por el Tri-
bunal cuando en circunstancias especiales la publicidad pudiera ser perjudicial
para los intereses de la justicia.
Artículo 7
1. Nadie podrá ser condenado por una acción o una omisión que, en el momen-
to en que haya sido cometida, no constituía una infracción según el Derecho
nacional o internacional. Igualmente no podrá ser impuesta una pena más grave
que la aplicable en el momento en que la infracción haya sido cometida.
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
3. Toda Alta Parte Contratante que ejerza este derecho de derogación tendrá
plenamente informado al Secretario General del Consejo de Europa de las
medidas tomadas y de los motivos que las han inspirado. Deberá igualmente
informar al Secretario General del Consejo de Europa de la fecha en que esas
medidas hayan dejado de estar en vigor y las disposiciones del Convenio vuel-
van a tener plena aplicación.
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
TÍTULO SEGUNDO
Artículo 19
Con el fin de asegurar el respeto de los compromisos que resultan para las Altas
Partes Contratantes del presente Convenio, se instituyen:
TÍTULO TERCERO
Artículo 20
Artículo 21
Artículo 22
1. Los miembros de la Comisión son elegidos por un periodo de seis años. Son
reelegibles. Sin embargo, en lo que se refiere a los miembros designados en la
primera elección, las funciones de siete de ellos terminarán al cabo de tres años.
Artículo 23
Artículo 24
Artículo 25
Artículo 26
Artículo 27
a) Sea anónima;
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 275
Artículo 28
Artículo 29
Después de haber aceptado una demanda introducida con arreglo al artículo 28,
la Comisión podrá, sin embargo, decidir por unanimidad que la rechaza, si en
el curso de su examen comprueba la existencia de uno de los motivos de no
admisibilidad previstos en el artículo 27.
En tal caso, la decisión será comunicada a las Partes.
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
Artículo 37
TÍTULO CUARTO
Artículo 38
Artículo 39
1. Los miembros del Tribunal son elegidos por la Asamblea Consultiva por
mayoría de los votos emitidos de una lista de personas presentada por los
miembros del Consejo de Europa, debiendo cada uno de éstos presentar tres
candidatos, de los cuales al menos dos han de ser de su misma nacionalidad.
Artículo 40
1. Los miembros del Tribunal son elegidos por un periodo de nueve años. Son
reelegibles. Sin embargo, por lo que se refiere a los miembros designados en la
primera elección, las funciones de cuatro de ellos terminarán al cabo de tres
años y las de otros cuatro al cabo de seis.
Artículo 41
Artículo 42
Los miembros del Tribunal percibirán por cada día que desempeñan sus fun-
ciones una remuneración o dieta fijada por el Comité de Ministros.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 279
Artículo 43
Artículo 44
Sólo las Altas Partes Contratantes y la Comisión tienen facultad para someter
un asunto al Tribunal.
Artículo 45
Artículo 46
1. Cada una de las Altas Partes Contratantes puede declarar, en cualquier mo-
mento, que reconoce como obligatoria de pleno derecho y sin convenio espe-
cial la jurisdicción del Tribunal para todos los asuntos relativos a la interpre-
tación y aplicación del presente Convenio.
Artículo 47
Artículo 48
A condición de que la Alta Parte Contratante interesada, si no hay más que una,
o las Altas Partes Contratantes interesadas, si hay más de una, estén sometidas
a la jurisdicción obligatoria del Tribunal o, en su defecto, con el consenti-
miento o conformidad de la Alta Parte Contratante interesada, si no hay más
que una, o de las Altas Partes Contratantes interesadas, si hay más de una,
podrán someter un asunto al Tribunal:
a) la Comisión;
b) una Alta Parte Contratante, cuando la víctima haya sido un nacional suyo;
c) una Alta Parte Contratante que haya iniciado el caso ante la Comisión;
d) una Alta Parte Contratante que haya sido demandada.
Artículo 49
En el caso de que sea discutida la competencia del Tribunal, éste decidirá sobre
la misma.
Artículo 50
Si la decisión del Tribunal declara que una resolución tomada o una medida
ordenada por una autoridad judicial o cualquier otra autoridad de una Parte
Contratante se encuentra total o parcialmente en oposición con obligaciones
que se derivan del presente Convenio, y si el derecho interno de dicha Parte
sólo permite de manera imperfecta reparar las consecuencias de esta resolución
o medida, la decisión del Tribunal concederá, si procede, una satisfacción equi-
tativa a la parte lesionada.
Artículo 51
Artículo 52
Artículo 53
Artículo 54
Artículo 55
Artículo 56
TÍTULO QUINTO
Artículo 57
A requerimiento del Secretario general del Consejo de Europa, toda Alta Parte
Contratante suministrará las explicaciones pertinentes sobre la manera en que
su derecho interno asegura la aplicación efectiva de cualesquiera disposicio-
nes de este Convenio.
Artículo 58
Los gastos de la Comisión y del Tribunal corren a cargo del Consejo de Europa.
Artículo 59
Artículo 60
Artículo 61
Artículo 62
Artículo 63
4. Todo Estado que haya hecho una declaración de conformidad con el primer
párrafo de este artículo, podrá, en cualquier momento sucesivo, declarar que
acepta con respecto a uno o varios de los territorios en cuestión, la competen-
cia de la Comisión para conocer de las demandas de personas físicas, de Or-
ganizaciones No Gubernamentales o de grupos de particulares conforme con
el artículo 25 del presente Convenio.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 283
Artículo 64
Artículo 65
1. Una Alta Parte Contratante sólo podrá denunciar, el presente Convenio, al tér-
mino de un plazo de cinco años a partir de la fecha de entrada en vigor del
Convenio para dicha Parte, y mediante un preaviso de seis meses dado en una
notificación dirigida al Secretario general del Consejo de Europa, quien infor-
mará a las restantes Partes Contratantes.
2. Esta denuncia no podrá tener por efecto el desvincular a la Alta Parte Con-
tratante interesada de las obligaciones contenidas en el presente Convenio en
lo que se refiere a todo hecho que, pudiendo constituir una violación de estas
obligaciones, hubiera sido realizado por dicha Parte con anterioridad a la fe-
cha en que la denuncia produzca efecto.
3. Bajo la misma reserva, dejará de ser parte en el presente Convenio toda Alta
Parte Contratante que deje de ser miembro del Consejo de Europa.
Artículo 66
PREÁMBULO
Los pueblos de Europa, al crear entre sí una unión cada vez más estrecha, han
decidido compartir un porvenir pacífico basado en valores comunes.
Consciente de su patrimonio espiritual y moral, la Unión está fundada so-
bre los valores indivisibles y universales de la dignidad de la persona, la libertad,
la igualdad y la solidaridad, y se basa en los principios de la democracia y del
Estado de Derecho. Al instituir la ciudadanía de la Unión y crear un espacio de
libertad, seguridad y justicia, sitúa a la persona en el centro de su actuación.
La Unión contribuye a la preservación y al fomento de estos valores comu-
nes dentro del respeto de la diversidad de culturas y tradiciones de los pueblos
de Europa, así como de la identidad nacional de los Estados Miembros y de
la organización de sus poderes públicos en el plano nacional, regional y local;
trata de fomentar un desarrollo equilibrado y sostenible y garantiza la libre
circulación de personas, bienes, capitales y servicios, así como la libertad de es-
tablecimiento.
Para ello es necesario, dotándolos de mayor presencia en una Carta, refor-
zar la protección de los derechos fundamentales a tenor de la evolución de la
sociedad, del progreso social y de los avances científicos y tecnológicos.
La presente Carta reafirma, respetando las competencias y misiones de la Co-
munidad y de la Unión, así como el principio de subsidiariedad, los derechos
reconocidos especialmente de las tradiciones constitucionales y las obligacio-
nes internacionales comunes de los Estados Miembros, el Tratado de la Unión
Europea y los Tratados comunitarios, del Convenio Europeo para la Protección
de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, de las Cartas
Sociales adoptadas por la Comunidad y por el Consejo de Europa, así como de
la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
El disfrute de tales derechos origina responsabilidades y deberes tanto respec-
to de los demás como de la comunidad humana y de las futuras generaciones.
[285]
286 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO I. DIGNIDAD
Artículo 1. Dignidad humana
2. Estos datos se tratarán de modo leal, para fines determinados y sobre la base
del consentimiento de la persona afectada o en virtud de otro fundamento le-
gítimo previsto por la ley. Toda persona tiene derecho a acceder a los datos
recogidos que la conciernan y a su rectificación.
2. En todos los actos relativos al menor llevados a cabo por autoridades públi-
cas o instituciones privadas, el interés superior del menor constituirá una con-
sideración primordial.
2. Con el fin de poder conciliar vida familiar y vida profesional, toda persona
tiene derecho a ser protegida contra cualquier despido por una causa relacio-
nada con la maternidad, así como el derecho a un permiso pagado por mater-
nidad y a un permiso parental con motivo del nacimiento o de la adopción de
un niño.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 293
CAPÍTULO V. CIUDADANÍA
Artículo 39. Derecho a ser elector y elegible
en las elecciones al Parlamento Europeo
1. Todo ciudadano de la Unión tiene derecho a ser elector y elegible en las elec-
ciones al Parlamento Europeo en el Estado Miembro en el que resida, en las
mismas condiciones que los nacionales de dicho Estado.
2. Los diputados del Parlamento Europeo serán elegidos por sufragio univer-
sal libre, directo y secreto.
Todo ciudadano de la Unión tiene derecho a ser elector y elegible en las elec-
ciones municipales del Estado Miembro en el que resida, en las mismas con-
diciones que los nacionales de dicho Estado.
el derecho de toda persona a ser oída antes de que se tome en contra suya
una medida individual que le afecte desfavorablemente;
el derecho de toda persona a acceder al expediente que le afecte, den-
tro del respeto de los intereses legítimos de la confidencialidad y del se-
creto profesional y comercial;
la obligación que incumbe a la administración de motivar sus decisiones.
4. Toda persona podrá dirigirse a las instituciones de la Unión en una de las len-
guas de los Tratados y deberá recibir una contestación en esa misma lengua.
Todo ciudadano de la Unión, o toda persona física o jurídica que resida o ten-
ga su domicilio social en un Estado Miembro, tiene derecho a acceder a los
documentos del Parlamento Europeo, del Consejo y de la Comisión.
Todo ciudadano de la Unión o toda persona física o jurídica que resida o ten-
ga su domicilio social en un Estado Miembro tiene derecho a someter al De-
fensor del Pueblo de la Unión los casos de mala administración de las institu-
ciones u órganos comunitarios, con exclusión del Tribunal de Justicia y del
Tribunal de Primera Instancia en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.
Todo ciudadano de la Unión o toda persona física o jurídica que resida o ten-
ga su domicilio social en un Estado Miembro tiene el derecho de petición ante
el Parlamento Europeo.
2. Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa y públicamen-
te y dentro de un plazo razonable, por un juez independiente e imparcial, es-
tablecido previamente por la ley. Toda persona podrá hacerse aconsejar, defen-
der y representar.
1. Todo acusado se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido le-
galmente declarada.
1. Nadie podrá ser condenado por una acción o una omisión que, en el momen-
to en que haya sido cometida, no constituya una infracción según el Derecho
nacional o el Derecho internacional. Igualmente no podrá ser impuesta una pena
más grave que la aplicable en el momento en que la infracción haya sido co-
metida. Si, con posterioridad a esta infracción, la ley dispone una pena más le-
ve, deberá ser aplicada ésta.
[299]
300 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
2. La solicitud será examinada por un solo Estado Miembro con arreglo a los
criterios enunciados por el presente Convenio. Los criterios definidos en los ar-
tículos 4 a 8 se aplicarán en el orden en que se enuncian.
4. Cada Estado Miembro tendrá derecho a examinar una solicitud de asilo que
le sea presentada por un extranjero, aun cuando dicho examen no le incumba
en virtud de los criterios definidos por el presente Convenio, siempre que el
solicitante de asilo dé su consentimiento para ello.
En este caso, el Estado Miembro responsable en virtud de los criterios men-
cionados quedará liberado de sus obligaciones, las cuales quedarán transferi-
das al Estado Miembro que desee examinar la solicitud de asilo.
Este último Estado informará de ello al Estado Miembro responsable con
arreglo a dichos criterios si a dicho Estado le fuese presentada dicha solicitud.
Artículo 4
Artículo 5
a) Si dicho visado hubiera sido expedido con autorización por escrito de otro
Estado Miembro, este último será responsable del examen de la solicitud
de asilo. Cuando un Estado Miembro, en particular por razones de segu-
ridad, consulte previamente a la autoridad central de otro Estado Miem-
bro, el acuerdo de este último no constituirá una autorización por escri-
to con arreglo a la presente disposición;
b) Si el solicitante de asilo que es titular de un visado de tránsito presentare
su solicitud en otro Estado Miembro en el que no está sujeto a la obliga-
ción de visado, este último Estado será responsable del examen de la so-
licitud de asilo;
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 303
Artículo 6
Cuando el solicitante de asilo haya cruzado de forma irregular, por vía terres-
tre, marítima o aérea, la frontera de un Estado Miembro por el que se pueda
probar que ha entrado, procedente de un país que no sea miembro de las Co-
munidades Europeas, dicho Estado Miembro será responsable del examen de
su solicitud de asilo.
No obstante, dicho Estado dejará de ser responsable si se demuestra que el
interesado ha permanecido en el Estado Miembro en que presente su solici-
tud de asilo al menos durante seis meses antes de presentar dicha solicitud.
En tal caso, este último Estado será responsable del examen de la solicitud de
asilo.
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
5. El traslado del solicitante de asilo del Estado Miembro en el que se haya pre-
sentado la solicitud de asilo al Estado Miembro responsable deberá producir-
se, a más tardar, un mes después de la aceptación de la solicitud de toma a cargo
o bien un mes después del término del procedimiento contencioso que pudie-
ra haber emprendido el extranjero contra la decisión de traslado, si tal proce-
dimiento tuviera efecto suspensivo.
Artículo 12
Artículo 13
a) La solicitud para la readmisión deberá indicar todos los datos que permi-
tan al Estado requerido comprobar que es responsable de conformidad
con las disposiciones del apartado 7 del artículo 3 y del artículo 10;
b) El Estado requerido para la readmisión estará obligado a contestar el re-
querimiento dentro de un plazo de ocho días a partir de dicho reque-
rimiento. Estará obligado a volver a hacerse efectivamente cargo del so-
licitante de asilo lo antes posible y, a más tardar, dentro de un plazo de
un mes después de haber aceptado la readmisión.
Artículo 14
Artículo 15
6. El Estado Miembro que transmita los datos velará por su exactitud y su ac-
tualidad.
En el supuesto de que dicho Estado Miembro facilite datos inexactos o que
no hubieran debido transmitirse, se informará inmediatamente de ello a los
Estados Miembros destinatarios, que deberán rectificar dichas informaciones
o eliminarlas.
11. Si los datos no son tratados de forma automática sino de otra forma, cada
Estado Miembro deberá tomar medidas apropiadas para garantizar el cumpli-
miento de lo dispuesto en el presente artículo a través de medios de control
efectivo. Si un Estado Miembro dispone de un servicio del tipo mencionado en
el apartado 12, podrá encomendar a dicho servicio las funciones de control.
Artículo 16
Artículo 17
hacer frente a dicha situación o efectúe las revisiones o modificaciones que re-
sulten necesarias al presente Convenio, las cuales entrarán en vigor en las con-
diciones previstas en el apartado 3 del artículo 16.
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
Artículo 21
Artículo 22
3. El presente Convenio entrará en vigor el primer día del tercer mes siguien-
te al depósito del instrumento de ratificación, aceptación o aprobación del últi-
mo Estado signatario que cumpla dicha formalidad.
El Estado depositario de los instrumentos de ratificación, aceptación o apro-
bación informará a los Estados Miembros de la fecha de entrada en vigor del
presente Convenio.
INSTRUMENTOS INTERAMERICANOS
SOBRE ASILO Y EXTRADICIÓN
TRATADO SOBRE DERECHO
PENAL INTERNACIONAL1
TÍTULO I
DE LA JURISDICCIÓN
Artículo 1
Los delitos, cualquiera que sea la nacionalidad del agente, de la víctima o del
damnificado, se juzgan por los tribunales y se pena por las leyes de la Nación
en cuyo territorio se perpetran.
Artículo 2
[317]
318 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 3
Artículo 4
En los casos del artículo anterior, tratándose de un solo delincuente, tendrá lu-
gar un solo juicio, y se aplicará la pena más grave de las establecidas en las
distintas leyes penales infringidas.
Si la pena más grave no estuviera admitida por el Estado en que se juzga el
delito, se aplicará la que más se le aproxime en gravedad.
El juez del proceso deberá, en estos casos, dirigirse al Poder Ejecutivo para
que éste dé conocimiento de su iniciación a los Estados interesados en el juicio.
Artículo 5
Cualquiera de los Estados signatarios podrá expulsar, con arreglo a sus leyes,
a los delincuentes asilados en su territorio, siempre que después de requerir a
las autoridades del país dentro del cual se cometió alguno de los delitos que
autorizan la extradición, no se ejercitase por éstas acción represiva alguna.
Artículo 6
Artículo 7
Para el juzgamiento y castigo de los delitos cometidos por cualquiera de los miem-
bros de una Legación, se observarán las reglas establecidas por el Derecho
Internacional Público.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 319
Artículo 8
Los delitos cometidos en alta mar o en aguas neutrales, ya sea a bordo de bu-
ques de guerra o mercantes, se juzgan y penan por las leyes del Estado a que
pertenece la bandera del buque.
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Los delitos cometidos a bordo de los buques mercantes son juzgados y penados
por la Ley del Estado en cuyas aguas jurisdiccionales se encontraba el buque
al tiempo de perpetrarse la infracción.
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
La prescripción se rige por las leyes del Estado al cual corresponde el conoci-
miento del delito.
TÍTULO II
DEL ASILO
Artículo 15
Artículo 16
El asilo es inviolable para los perseguidos por delitos políticos, pero la Nación de
refugio tiene el deber de impedir que los asilados realicen en su territorio ac-
tos que pongan en peligro la paz pública de la Nación contra la cual han delin-
quido.
Artículo 17
El reo de delitos comunes que se asilase en una Legación deberá ser entrega-
do por el jefe de ella a las autoridades locales, previa gestión del Ministerio de
Relaciones Exteriores, cuando no lo efectuase espontáneamente.
Dicho asilo será respetado con relación a los perseguidos por delitos polí-
ticos, pero el jefe de la Legación está obligado a poner inmediatamente el
hecho en conocimiento del Gobierno del Estado ante el cual está acreditado,
quién podrá exigir que el perseguido sea puesto fuera del territorio nacional
dentro del más breve plazo posible.
El jefe de la Legación podrá exigir, a su vez, las garantías necesarias para
que el refugiado salga del territorio nacional respetándose la inviolabilidad de
su persona.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 321
Artículo 18
TÍTULO III
DEL RÉGIMEN DE LA EXTRADICIÓN
Artículo 19
Artículo 20
La extradición ejerce todos sus efectos sin que en ningún caso lo pueda impedir
la nacionalidad del reo.
Artículo 21
Los hechos que autorizan la entrega del reo son:
1.Respecto a los presuntos delincuentes, las infracciones que según la ley
penal de la Nación requirente se hallen sujetas a una pena privativa de la liber-
tad que no sea menor de dos años, u otra equivalente;
2.Respecto de los sentenciados, las que sean castigadas con un año de la
misma pena como mínimum.
322 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 22
El duelo;
El adulterio;
Las injurias y calumnias;
Los delitos contra los cultos.
Los reos de delitos comunes conexos con cualquiera de los anteriormente enu-
merados, están sujetos a extradición.
Artículo 23
Tampoco dan mérito a la extradición los delitos políticos y todos aquéllos que
atacan la seguridad interna o externa de un Estado, ni los comunes que tengan
conexión con ellos.
La clasificación de estos delitos se hará por la Nación requerida, con arre-
glo a la ley que sea más favorable al reclamado.
Artículo 24
Ninguna acción civil o comercial relacionada con el reo podrá impedir su ex-
tradición.
Artículo 25
La entrega del reo podrá ser diferida mientras se halle sujeto a la acción penal del
Estado requerido, sin que esto impida la sustanciación del juicio de extradición.
Artículo 26
Los individuos cuya extradición hubiese sido concedida, no podrán ser juzga-
dos ni castigados por delitos políticos anteriores a la extradición, ni por actos
conexos con ellos.
Podrán ser juzgados y penados, previo consentimiento del Estado requeri-
do, acordado con arreglo al presente Tratado, los delitos susceptibles de extra-
dición que no hubiesen dado causa a la ya concedida.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 323
Artículo 27
Artículo 28
Artículo 29
Cuando la pena que haya de aplicarse al reo sea la de la muerte, el Estado que
otorga la extradición podrá exigir sea sustituida por la pena inferior inmediata.
TÍTULO IV
DEL PROCEDIMIENTO DE EXTRADICIÓN
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
En todos los casos en que proceda la prisión del refugiado, se le hará saber su
causa en el término de veinticuatro horas y que puede hacer uso del derecho
que le acuerda el artículo siguiente.
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
Artículo 37
Artículo 38
Artículo 39
Artículo 40
En los casos de hacerse la entrega del reo por la vía terrestre, corresponderá al
Estado requerido efectuar la traslación del inculpado hasta el punto más ade-
cuado de su frontera.
Cuando la traslación del reo deba efectuarse por vía marítima o fluvial, la
entrega se hará en el puerto más apropiado de embarque, a los agentes que debe
constituir la Nación requeriente.
El Estado requirente podrá, en todo caso, constituir uno o más agentes de se-
guridad; pero la intervención de éstos quedará subordinada a los agentes o au-
toridades del territorio requerido o del de tránsito.
Artículo 41
Cuando para la entrega de un reo, cuya extradición hubiese sido acordada por
una Nación a favor de otra, fuese necesario atravesar el territorio de un Esta-
do intermedio, el tránsito será autorizado por éste sin otro requisito que el de
la exhibición por la vía diplomática del testimonio en forma del decreto de ex-
tradición, expedido por el Gobierno que la otorgó.
Si el tránsito fuese acordado, regirá lo dispuesto en el inciso 3°, del artícu-
lo anterior.
326 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 42
Los gastos que demande la extradición del reo serán por cuenta del Estado
requerido hasta el momento de la entrega, y desde entonces a cargo del Gobier-
no requirente.
Artículo 43
TÍTULO V
DE LA PRISIÓN PREVENTIVA
Artículo 44
Artículo 45
Artículo 46
En todos los casos de prisión preventiva, las responsabilidades que de ella ema-
nen corresponden al Gobierno que solicitó la detención.
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 47
Artículo 48
Hecho el canje en la forma del artículo anterior, este Tratado quedará en vigor
desde ese acto por tiempo indefinido.
Artículo 49
Artículo 50
Las estipulaciones del presente Tratado sólo serán aplicables a los delitos per-
petrados durante su vigencia.
Artículo 51
Artículo 1
[329]
330 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
III. Si, con motivo del régimen federal de alguna o algunas de las Altas Par-
tes Contratantes, no fuere posible determinar la pena correspondiente al delito
por el cual se pide la extradición, se tendrá entonces por base para la demanda
la siguiente lista de delitos:
01. Homicidio, incluso los delitos conocidos con los nombres de parricidio,
asesinato, envenenamiento e infanticidio.
02. Estupro y violación.
03. Bigamia.
04. Incendio.
05. Crímenes o delitos cometidos en el mar, a saber:
a) Piratería, según se conoce y define comúnmente en Derecho Inter-
nacional.
b) Destrucción o pérdida de un buque, causadas intencionalmente, o
conspiración y tentativa para conseguir dicha destrucción o pérdida,
cuando hubieren sido cometidas por alguna persona o personas a
bordo de dicho buque en alta mar.
c) Motín o conspiración por dos o más individuos de la tripulación, o por
otras personas a bordo de un buque en alta mar, con el propósito de
rebelarse contra la autoridad del Capitán o Comandante de dicho
buque, o con el de apoderarse por fraude o violencia de dicho barco.
06. Allanamiento de morada, por el cual se entenderá el acto de asaltar la
casa de otro y de entrar en ella durante la noche, con el fin de cometer un
delito.
07. El acto de forzar la entrada a las oficinas públicas, bancos, casas de ban-
co, cajas de ahorro, compañías de depósito o de seguros, con el fin de
cometer en ellas un robo, así como los robos que resulten de ese acto.
08. Robo con violencia, entendiéndose por tal la sustracción por la fuerza
de bienes o dinero ajenos, o ejerciendo violencia o intimidación.
09. Falsificación o expendio, o circulación de documentos falsificados.
10. Falsificación o alteración de los actos oficiales del Gobierno o de la auto-
ridad pública, inclusos los tribunales, o el empleo o uso fraudulento de
algunos de los mismos actos.
11. Falsificación de moneda, sea en metálico o en papel, de títulos o cupones
de deuda pública, u otros títulos de crédito público, de billetes de ban-
co, de sellos, timbres, cuños y marcas de la nación o de la administración
pública, y el expendio, circulación o uso fraudulento de alguno de los
objetos antes mencionados.
12. Importación de instrumentos para falsificar moneda, o billetes de ban-
co, o papel moneda.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 331
IV. Que el Estado requeriente presente documentos que, según sus leyes,
autoricen la prisión preventiva y el enjuiciamiento del reo.
V. Que el delito o la pena no estén prescritos, según las leyes de ambos
países.
VI. Que el reo, si ha sido sentenciado, no haya cumplido su condena.
332 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 2
No podrá concederse la extradición por delitos políticos o por hechos que les
sean conexos. No serán reputados delitos políticos los actos que estén calificados
de anarquismo por la legislación del país requirente y por la del requerido.
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Todos los objetos que se encontraren en poder del acusado, si los hubiere ob-
tenido por medio de la perpetración del hecho de que se le acusa, o pudiese
334 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
servir de prueba del delito por el cual se pide su extradición, serán secuestra-
dos y entregados con su persona. Sin embargo quedarán a salvo los derechos
de terceros sobre las cosas secuestradas, si no estuviesen implicadas en la acu-
sación.
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
otros cinco años más, si doce meses antes de que expire el primer periodo de
cinco años no fuere denunciado. En el caso de que alguno o algunos de los
Gobiernos lo denunciare, seguirá en vigor entre las otras Partes Contratantes.
Esta Convención será ratificada y las ratificaciones se canjearán en la Ciudad
de México, dentro del término de un año de su firma.
Artículo 16
Artículo Transitorio
Artículo I
Artículo II
[337]
338 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo III
Artículo IV
Artículo V
Para cultivar las relaciones entre los Estados, las Partes Contratantes se obli-
gan a acreditar ante cada una de las otras una Legación permanente.
Artículo VI
Artículo VII
Los individuos que hayan adquirido un título profesional en alguna de las Re-
públicas contratantes podrán ejercer en cualquiera de las otras, sin especial
gravamen, sus profesiones, con arreglo a las respectivas leyes; sin más requi-
sitos que los de presentar el título o diploma correspondiente debidamente
autenticado y justificar, en caso necesario, la identidad de la persona y obte-
ner el pase del Poder Ejecutivo donde así lo requiera la ley.
También serán válidos los estudios científicos hechos en las Universidades,
Escuelas, Facultades e Institutos de Segunda Enseñanza de cualquiera de los
países contratantes, previa la autenticación de los documentos que acrediten
dichos estudios y la comprobación de la identidad de la persona.
Artículo VIII
Los ciudadanos de los países signatarios que residan en el territorio de los otros
gozarán del derecho de propiedad literaria, artística o industrial en los mismos
términos y sujetos a los mismos requisitos que los naturales.
Artículo IX
Artículo X
Artículo XI
Artículo XII
Artículo XIII
Habrá entre las Partes Contratantes un canje completo y regular de toda clase
de publicaciones oficiales.
Artículo XIV
Artículo XV
Las autoridades judiciales de las Repúblicas contratantes darán curso a las re-
quisitorias en materia civil, comercial o criminal, concernientes a citaciones, inte-
rrogatorios y demás actos de procedimiento o instrucción.
Los demás actos judiciales, en materia civil o comercial, procedentes de
acción personal, tendrán en el territorio de cualquiera de las Partes Contratan-
tes igual fuerza que los de los tribunales locales y se ejecutarán del mismo
modo, siempre que se declaren previamente ejecutoriados por el Tribunal
Supremo de la República en donde han de tener ejecución, lo cual se verificará
si llenaren las condiciones esenciales que exige su respectiva legislación y
conforme a las leyes señaladas en cada país para la ejecución de las sentencias.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 341
Artículo XVI
Deseando prevenir una de las causas más frecuentes de trastornos en las Re-
públicas, los Gobiernos contratantes no permitirán que los cabecillas o jefes
principales de las emigraciones políticas ni sus agentes residan en los depar-
tamentos fronterizos a los países cuya paz pudieran perturbar.
Los que estuvieren actualmente establecidos de una manera fija en un de-
partamento fronterizo podrán permanecer en el lugar de su residencia, bajo la
inmediata vigilancia del Gobierno asilador; pero desde el momento en que
llegaren a constituir peligro para el orden serán incluidos en la regla del inci-
so precedente.
Artículo XVII
Toda persona, cualquiera que sea su nacionalidad, que dentro del territorio de
cada una de las Partes contratantes iniciare o fomentare trabajos revoluciona-
rios contra alguna de las otras, será inmediatamente concentrada a la capital de
la República, donde se le someterá a juicio con arreglo a la ley.
Artículo XVIII
Artículo XIX
Artículo XX
Artículo XXI
El canje de las ratificaciones del presente Tratado, así como el de las otras
Convenciones concluidas en esta fecha, se hará por medio de comunicaciones
que dirijan los Gobiernos al de Costa Rica, para que éste lo haga saber a los
demás Estados Contratantes. El Gobierno de Costa Rica les comunicará tam-
bién la ratificación, si la otorgare.
Firmado en la Ciudad de Washington, a los veinte días del mes de diciembre
de mil novecientos siete.
(Siguen las firmas de los Plenitpotenciaros.)
Artículo I
Artículo II
Artículo III
Artículo 1
Artículo 2
[343]
344 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
23. Crímenes y delitos contra las leyes de las partes contratantes encami-
nadas a la supresión de la esclavitud y del tráfico de esclavos.
24. Atentados contra la libertad individual y la inviolabilidad del domici-
lio, cometidos por particulares.
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
a) Si con arreglo a las leyes de uno u otro Estado no excede de seis meses
de privación de libertad el máximo de la pena aplicable a la participación
que se impute a la persona reclamada, en el hecho por el cual se solicita
la extradición;
b) Cuando según las leyes del Estado al cual se dirige la solicitud, hubiere
prescrito la acción o la pena a que estaba sujeto el enjuiciado o condenado;
c) Si el individuo cuya extradición se solicita ha sido ya juzgado y puesto
en libertad o ha cumplido su pena, o si los hechos imputados han sido ob-
jeto de una amnistía o de un indulto.
346 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
Todos los objetos que constituyen el cuerpo del delito, los que provengan de
él o hayan servido para cometerlo, lo mismo que cualesquiera otros elementos
de convicción que se hubieren encontrado en poder del fugitivo, serán, des-
pués de la decisión de la autoridad competente, entregados al Estado reclaman-
te, en cuanto ello pueda practicarse y sea conforme con las leyes de las respec-
tivas Naciones.
Se respetarán, sin embargo, debidamente, los derechos del tercero respec-
to de tales objetos.
Artículo 13
Artículo 14
ción, será puesto en libertad el preso, quien no podrá ser detenido nuevamen-
te por el mismo motivo.
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
La duración del presente Acuerdo será de cinco años que se contarán un mes
después del canje de sus ratificaciones y no tendrá efecto retroactivo.
Pasado este término, se tendrá prorrogado hasta que uno de los Estados Con-
tratantes comunique a los otros su voluntad de hacerlo cesar, un año después
de la notificación.
Artículo 18
Fuera de las estipulaciones del presente Acuerdo, los Estados signatarios reco-
nocen la institución de asilo, conforme a los principios del Derecho Inter-
nacional.
Artículo 19
Cuando para la entrega de un reo cuya extradición hubiere sido acordada por
una Nación a favor de otra fuese necesario atravesar el territorio de un Esta-
do intermedio, el tránsito será autorizado por éste, sin otro requisito que el de
la exhibición por la vía diplomática del testimonio en forma del decreto de ex-
tradición expedido por el Gobierno que lo otorgó.
Artículo 1
Fíjase en 90 días para los países limítrofes y 120 días para los no limítrofes, el plazo
que se refiere el inciso segundo del Artículo 9 del referido Acuerdo sobre Ex-
tradición.
[349]
CONVENCIÓN DE EXTRADICIÓN
Artículo I
Artículo II
[351]
352 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo III
La persona cuya extradición se haya concedido, con motivo de uno de los deli-
tos mencionados en el artículo I, en ningún caso será juzgada y castigada en el
país a que se hace la entrega por un delito político cometido antes de su extra-
dición, ni por un acto que tenga atingencia con un delito político. No se con-
siderarán delitos políticos los atentados contra la vida de un Jefe de Gobierno
o de funcionarios públicos ni los atentados anarquistas, siempre que la ley de los
países requirente y requerido haya fijado pena para dichos actos. En este caso
la extradición se concederá aun cuando el delito de que se trate tuviere una pena
menor de dos años de prisión.
Artículo IV
Artículo V
Artículo VI
Artículo VII
El pedimento para la entrega de los prófugos se hará por los respectivos Agen-
tes Diplomáticos de las Partes Contratantes y, en su defecto, por los Agentes
Consulares.
En casos urgentes, se podrá solicitar la detención provisional del inculpa-
do por medio de comunicación telegráfica o postal, dirigida al Ministerio de
Relaciones Exteriores, o por medio del respectivo Agente Diplomático, o del
Cónsul, en su defecto. El arresto provisional se verificará según las reglas es-
tablecidas por las leyes del país requerido; pero cesará, si en el término de un
mes, contado desde que se verificó, no se formalizare la reclamación.
Artículo VIII
Artículo IX
Artículo X
Artículo XI
Los gastos que causen el arresto, manutención y viaje del individuo reclama-
do, lo mismo que los de la entrega y transporte de los objetos que, por tener
relación con el delito, deban restituirse o remitirse, serán a cargo de la Repú-
blica que solicita la entrega.
Artículo XII
Todos los objetos encontrados en poder del acusado y obtenidos por medio de
la comisión del acto de que se le acusa, o que puedan servir de prueba del delito
por el cual se pide su extradición, serán secuestrados y entregados con su per-
sona, mediante orden de la autoridad competente del país requerido. Sin em-
bargo, se respetarán los derechos de tercero respecto de estos objetos, y no se
hará su entrega mientras no se haya resuelto la cuestión de propiedad.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 355
Artículo XIII
En todos los casos en que proceda la detención del refugiado, se le hará saber
su causa en el término de veinticuatro horas y que podrá, dentro de tres días
perentorios, contados desde el siguiente al de la notificación, oponerse a la
extradición alegando:
Artículo XIV
Artículo XV
La presente Convención entrará en vigor para las Partes que la hayan ratificado,
desde que concurran las ratificaciones de por lo menos tres de los Estados fir-
mantes.
Artículo XVI
La presente Convención estará en vigor hasta el uno de enero de mil nove-
cientos treinta y cuatro, no obstante denuncia anterior o cualquier otro motivo.
Del uno de enero de mil novecientos treinta y cuatro en adelante, continuará
vigente hasta un año después de la fecha en que una de las Partes obligadas por
ella notifique a las otras su intención de denunciarla. La denuncia de esta
Convención por una o dos de dichas Partes obligadas, la dejará vigente para las
que habiéndola ratificado no la hubieren denunciado, siempre que éstas fueren
por lo menos tres. Si dos o tres Estados obligados por esta Convención llega-
ren a formar una sola entidad y las Repúblicas obligadas que permanecieren
separadas, mientras éstas sean por lo menos dos. Cualquiera de las Repúblicas
de Centroamérica que dejare de ratificar esta Convención, podrá adherirse a
ella mientras esté vigente.
356 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo XVII
Artículo XVIII
Artículo XIX
Firmada en la ciudad de Washington, a los siete días del mes de febrero de mil
novecientos veintitrés.
(Siguen las firmas de los Delegados.)
CÓDIGO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO
Artículo 1
Artículo 2
Las disposiciones de este Código no serán aplicables sino entre las Repúbli-
cas contratantes y entre los demás Estados que se adhieran a él en la forma que
más adelante se consigna.
Artículo 3
[357]
358 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 4
El Código entrará en vigor para las Repúblicas que lo ratifiquen, a los treinta
días del depósito de la respectiva ratificación y siempre que, por lo menos, lo
hayan ratificado dos.
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Cualquier República Americana ligada por este Convenio que desee modifi-
car en todo o en parte el Código anexo, presentará la proposición correspondiente
a la Conferencia Internacional Americana para la resolución que proceda.
Artículo 8
Artículo 9
TÍTULO PRELIMINAR
REGLAS GENERALES
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
Para el ejercicio de los derechos civiles y para el goce de las garantías indivi-
duales idénticas, las leyes y reglas vigentes en cada Estado Contratante estiman
divididas en las tres clases siguientes:
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
En todos los casos no previstos por este Código, cada uno de los Estados Con-
tratantes aplicará su propia calificación a las instituciones o relaciones jurí-
dicas que hayan de corresponder a los grupos de leyes mencionados en el ar-
tículo 3.
Artículo 7
Cada Estado Contratante aplicará como leyes personales las del domicilio, las
de la nacionalidad o las que haya adoptado o adopte en lo adelante su legisla-
ción interior.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 361
Artículo 8
Los derechos adquiridos al amparo de las reglas de este Código tienen plena
eficacia extraterritorial en los Estados Contratantes, salvo que se opusiere a al-
guno de sus efectos o consecuencias una regla de orden público internacional.
LIBRO PRIMERO
DERECHO CIVIL INTERNACIONAL
TÍTULO PRIMERO
DE LAS PERSONAS
CAPÍTULO I
NACIONALIDAD Y NATURALIZACIÓN
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
Artículo 21
CAPÍTULO II
DOMICILIO
Artículo 22
Artículo 23
Artículo 24
Artículo 25
Artículo 26
Para las personas que no tengan domicilio se entenderá como tal el de residen-
cia, o en donde se encuentren.
CAPÍTULO III
NACIMIENTO, EXTINCIÓN Y CONSECUENCIA
DE LA PERSONALIDAD CIVIL
SECCIÓN I
DE LAS PERSONAS INDIVIDUALES
Artículo 27
La capacidad de las personas individuales se rige por su ley personal, salvo las
restricciones establecidas para su ejercicio por este Código o por el derecho
local.
Artículo 28
Artículo 29
Artículo 30
SECCIÓN II
DE LAS PERSONAS JURÍDICAS
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
Artículo 35
La ley local se aplica para atribuir los bienes de las personas jurídicas que dejan
de existir, si el caso no está previsto de otro modo en sus estatutos, cláusulas
funcionales, o en el derecho vigente respecto de las sociedades.
366 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO IV
DEL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO
SECCIÓN I
CONDICIONES JURÍDICAS QUE HAN DE PRECEDER
A LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
Artículo 36
Artículo 37
Los extranjeros deben acreditar, antes de casarse, que han llenado las condi-
ciones exigidas por sus leyes personales en cuanto a lo dispuesto en el artícu-
lo precedente. Podrán justificarlo mediante certificación de sus diplomáticos o
agentes consulares o por otros medios que estime suficientes la autoridad lo-
cal, que tendrá en todo caso completa libertad de apreciación.
Artículo 38
Artículo 39
Se rige por la ley personal común de las partes y, en su defecto, por el derecho
local, la obligación o no de indemnización por la promesa de matrimonio in-
cumplida o por la publicación de proclamas en igual caso.
Artículo 40
SECCIÓN II
DE LA FORMA DEL MATRIMONIO
Artículo 41
Artículo 42
En los países en donde las leyes lo admitan, los matrimonios contraídos ante
los funcionarios diplomáticos o agentes consulares de ambos contrayentes, se
ajustarán a su ley personal, sin perjuicio de que les sean aplicables las dispo-
siciones del artículo 40.
SECCIÓN III
EFECTOS DEL MATRIMONIO EN CUANTO
A LAS PERSONAS DE LOS CÓNYUGES
Artículo 43
Artículo 44
Artículo 45
Artículo 46
SECCIÓN IV
NULIDAD DEL MATRIMONIO Y SUS EFECTOS
Artículo 47
La nulidad del matrimonio debe regularse por la misma ley a que esté some-
tida intrínseca o extrínseca que la motive.
Artículo 48
Artículo 49
Artículo 50
La propia ley personal debe aplicarse a los demás efectos civiles de matrimo-
nio nulo, excepto los que ha de producir respecto de los bienes de los cónyu-
ges, que seguirán la ley del régimen económico matrimonial.
Artículo 51
Son de orden público internacional, las reglas que señalan los efectos judiciales
de la demanda de nulidad.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 369
SECCIÓN V
SEPARACIÓN DE CUERPOS Y DIVORCIO
Artículo 52
Artículo 53
Artículo 54
Artículo 55
La ley del juez ante quien se litiga determinan las consecuencias judiciales de
la demanda y los pronunciamientos de la sentencia respecto de los cónyuges
y de los hijos.
Artículo 56
CAPÍTULO V
PATERNIDAD Y FILIACIÓN
Artículo 57
Son reglas de orden público interno, debiendo aplicarse la ley personal del hijo
si fuera distinta a la del padre, las relativas a presunción de legitimidad y sus
370 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
condiciones, las que confieren el derecho al apellido y las que determinan las
pruebas de la filiación y regulan la sucesión del hijo.
Artículo 58
Tienen el mismo carácter, pero se aplica la ley personal del padre, las que otor-
guen a los hijos legitimados derechos sucesorios.
Artículo 59
Artículo 60
La capacidad para legitimar se rige por la ley personal del padre y la madre para
ser legitimado por la ley personal del hijo, requiriendo la legitimación la con-
currencia de las condiciones exigidas en ambas.
Artículo 61
Artículo 62
Artículo 63
Artículo 64
Dependen de la ley personal del hijo las reglas que señalan condiciones al re-
conocimiento, obligan a hacerlo en ciertos casos, establecen las acciones a ese
efecto, conceden o niegan el apellido y señalan causas de nulidad.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 371
Artículo 65
Se subordinan a la ley personal del padre los derechos sucesorios de los hijos
legítimos y a la personal del hijo los de los padres legítimos.
Artículo 66
CAPÍTULO VI
ALIMENTOS ENTRE PARIENTES
Artículo 67
Artículo 68
CAPÍTULO VII
PATRIA POTESTAD
Artículo 69
Artículo 70
La existencia del derecho de usufructo y las demás reglas aplicables a las di-
ferentes clases de peculio, se someten también a la ley personal del hijo, sea
cual fuere la naturaleza de los bienes y el lugar en que se encuentren.
372 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 71
Artículo 72
CAPÍTULO VIII
ADOPCIÓN
Artículo 73
Artículo 74
Se regulan por la ley personal del adoptante sus efectos en cuanto a la suce-
sión de éste y por la del adoptado lo que se refiere al apellido y a los derechos
y deberes que conserve respecto de su familia natural, así como a su sucesión
respecto del adoptante.
Artículo 75
Cada uno de los interesados podrá impugnar la adopción de acuerdo con las
prescripciones de su ley personal.
Artículo 76
Son de orden público internacional las disposiciones que en esta materia regulan
el derecho a alimentos y las que establecen para la adopción formas solemnes.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 373
Artículo 77
CAPÍTULO IX
DE LA AUSENCIA
Artículo 78
Artículo 79
Artículo 80
La ley personal del ausente determina a quién compete la acción para pedir esa
declaratoria y establece el orden y condiciones de los administradores.
Artículo 81
El derecho local debe aplicarse para decidir cuándo se hace y surte efecto la
declaración de ausencia y cuándo y cómo debe cesar la administración de los
bienes del ausente, así como a la obligación y forma de rendir cuentas.
Artículo 82
Artículo 83
CAPÍTULO X
TUTELA
Artículo 84
Se aplicará la ley personal del menor o incapacitado para lo que toque al ob-
jeto de la tutela o curatela, su organización y sus especies.
Artículo 85
Artículo 86
Artículo 87
Artículo 88
Se rigen también por la ley personal del menor o incapacitado las obligacio-
nes relativas a las cuentas, salvo las responsabilidades de orden penal, que son
territoriales.
Artículo 89
Artículo 90
Artículo 91
Son también de orden público internacional las reglas que establecen las con-
secuencias de la interdicción.
Artículo 92
Artículo 93
Artículo 94
Artículo 95
Artículo 96
En todo caso, las actas y acuerdos del Consejo de familia deberán ajustarse a
las formas y solemnidades prescritas por la ley del lugar en que se reúna.
Artículo 97
Los Estados contratantes que tengan por ley personal la del domicilio podrán
exigir, cuando cambie el de los incapaces de un país para otro, que se ratifique
o se discierna de nuevo la tutela o curatela.
376 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO XI
DE LA PRODIGALIDAD
Artículo 98
Artículo 99
Artículo 100
CAPÍTULO XII
EMANCIPACIÓN Y MAYOR EDAD
Artículo 101
Artículo 102
CAPÍTULO XIII
DEL REGISTRO CIVIL
Artículo 103
Artículo 104
TÍTULO SEGUNDO
DE LOS BIENES
CAPÍTULO 1
CLASIFICACIÓN DE LOS BIENES
Artículo 105
Los bienes, sea cual fuere su clase, están sometidos a la ley de la situación.
Artículo 106
Para los efectos del artículo anterior se tendrá en cuenta, respecto de los bie-
nes muebles corporales y para los títulos representativos de créditos de cual-
quier clase, el lugar de su situación ordinaria o normal.
Artículo 107
Artículo 108
Artículo 109
Artículo 110
A falta de toda otra regla y demás para los casos no previstos en este Código,
se entenderá que los bienes muebles de toda clase están situados en el domi-
cilio de su propietario o, en su defecto, en el del tenedor.
Artículo 111
Artículo 112
Se aplicará siempre la ley territorial para distinguir entre los bienes muebles
o inmuebles, sin perjuicio de los derechos adquiridos por terceros.
Artículo 113
CAPÍTULO II
DE LA PROPIEDAD
Artículo 114
Artículo 115
Artículo 116
Artículo 117
CAPÍTULO III
DE LA COMUNIDAD DE BIENES
Artículo 118
Artículo 119
Artículo 120
CAPÍTULO IV
DE LA POSESIÓN
Artículo 121
Artículo 122
Los modos de adquirir la posesión se rigen por la ley aplicable a cada uno de
ellos según su naturaleza.
Artículo 123
Se determina por la ley del tribunal los medios y trámites utilizables para que
se mantenga en posesión al poseedor inquietado, perturbado o despojado a
virtud de medidas o acuerdos judiciales o por consecuencia de ellos.
CAPÍTULO V
DEL USUFRUCTO, DEL USO Y DE LA HABITACIÓN
Artículo 124
Artículo 125
Artículo 126
Artículo 127
Artículo 128
Artículo 129
Son de orden público internacional las reglas que definen el usufructo y las for-
mas de su constitución, las que fijan las causas legales por las que se extingue
y la que lo limita a cierto número de años para los pueblos, corporaciones o so-
ciedades.
Artículo 130
El uso y la habitación se rigen por la voluntad de la parte o partes que los esta-
blezcan.
CAPÍTULO VI
DE LAS SERVIDUMBRES
Artículo 131
Artículo 132
Artículo 133
Artículo 134
Son de orden privado las reglas aplicables a las servidumbres legales que se
imponen por interés o por utilidad particular.
Artículo 135
CAPÍTULO VII
DE LOS REGISTROS DE LA PROPIEDAD
Artículo 136
Artículo 137
Artículo 138
Las disposiciones sobre hipoteca legal a favor del Estado, de las provincias o
de los pueblos son de orden público internacional.
Artículo 139
TÍTULO TERCERO
DE VARIOS MODOS DE ADQUIRIR
CAPÍTULO I
REGLA GENERAL
Artículo 140
CAPÍTULO II
DE LAS DONACIONES
Artículo 141
Artículo 142
Artículo 143
Las donaciones que hayan de producir efectos por muerte del donante, partici-
parán de la naturaleza de las disposiciones de última voluntad y se regirán por las
reglas internacionales establecidas en este Código para la sucesión testamentaria.
CAPÍTULO III
DE LAS SUCESIONES EN GENERAL
Artículo 144
Artículo 145
CAPÍTULO IV
DE LOS TESTAMENTOS
Artículo 146
La capacidad para disponer por testamento se regula por la ley personal del
testador.
384 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 147
Se aplicará la ley territorial a las reglas establecidas por cada Estado para com-
probar que el testador demente está en un intervalo lúcido.
Artículo 148
Artículo 149
También son de orden público internacional las reglas sobre forma de papeles
privados relativos al testamento y sobre nulidad del otorgado con violencia,
dolo o fraude.
Artículo 150
Los preceptos sobre forma de los testamentos son de orden público internacio-
nal, con excepción de los relativos al testamento otorgado en el extranjero, y
al militar y marítimo en los casos en que se otorgue fuera del país.
Artículo 151
CAPIÍTULO V
DE LA HERENCIA
Artículo 152
La capacidad para suceder por testamento o sin él se regula por la ley perso-
nal del heredero o legatario.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 385
Artículo 153
Artículo 154
Artículo 155
Artículo 156
Artículo 157
Artículo 158
Las precauciones que deben adoptarse cuando la viuda quede encinta, se ajus-
tarán a lo dispuesto en la legislación del lugar en que se encuentre.
Artículo 159
Artículo 160
Artículo 161
Artículo 162
Artículo 163
TÍTULO CUARTO
DE LAS OBLIGACIONES Y CONTRATOS
CAPIÍTULO I
DE LAS OBLIGACIONES EN GENERAL
Artículo 164
Artículo 165
Las obligaciones derivadas de la ley se rigen por el derecho que las haya es-
tablecido.
Artículo 166
Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes y deben cumplirse al tenor de los mismos, salvo las limitaciones
establecidas en este Código.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 387
Artículo 167
Las originadas por delitos o faltas se sujetan al mismo derecho que el delito o
falta de que procedan.
Artículo 168
Artículo 169
Artículo 170
Artículo 171
Artículo 172
Artículo 173
Artículo 174
CAPÍTULO II
DE LOS CONTRATOS EN GENERAL
Artículo 175
Son reglas de orden público internacional las que impiden establecer pactos,
cláusulas y condiciones contrarias a las leyes, la moral y el orden público y la
que prohíbe el juramento y lo tiene por no puesto.
Artículo 176
Artículo 177
Artículo 178
Es también territorial toda regla que prohíbe que sean objeto de los contratos,
servicios contrarios a las leyes y a las buenas costumbres y cosas que estén
fuera del comercio.
Artículo 179
CAPÍTULO XII
Artículo 180
Artículo 181
Artículo 182
Artículo 183
Artículo 184
Artículo 185
Artículo 186
CAPÍTULO III
DEL CONTRATO SOBRE BIENES CON OCASIÓN DEL MATRIMONIO
Artículo 187
Artículo 188
Artículo 189
Artículo 190
La voluntad de las partes regula el derecho aplicable a las donaciones por ra-
zón de matrimonio, excepto en lo referente a su capacidad, a la salvaguardia
de derechos legitimarios y a la nulidad mientras el matrimonio subsista, todo
lo cual se subordina a la ley general que lo rige, y siempre que no afecte el
orden público internacional.
Artículo 191
Artículo 192
Artículo 193
CAPÍTULO IV
COMPRAVENTA, CESIÓN DE CRÉDITO Y PERMUTA
Artículo 194
Artículo 195
Lo mismo sucede con las que fijan los efectos de la posesión y de la inscrip-
ción entre varios adquirentes, y las referentes al retracto legal.
CAPÍTULO V
ARRENDAMIENTO
Artículo 196
Artículo 197
Artículo 198
Artículo 199
Son territoriales, en los transportes por agua, tierra y aire, las leyes y reglamen-
tos locales especiales.
CAPÍTULO VI
CENSOS
Artículo 200
Artículo 201
Para el censo enfitéutico son asimismo territoriales las disposiciones que fijan
condiciones y formalidades que imponen un reconocimiento cada cierto núme-
ro de años y que prohíben la subenfiteusis.
Artículo 202
Artículo 203
CAPÍTULO VII
SOCIEDAD
Artículo 204
Son leyes territoriales las que exigen un objeto lícito, formas solemnes e
inventarios cuando hay inmuebles.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 393
CAPÍTULO VIII
PRÉSTAMO
Artículo 205
CAPÍTULO IX
DEPÓSITO
Artículo 206
CAPÍTULO X
CONTRATOS ALEATORIOS
Artículo 207
Artículo 208
Artículo 209
CAPÍTULO XI
TRANSACCIONES Y COMPROMISOS
Artículo 210
Artículo 211
CAPÍTULO XII
DE LA FIANZA
Artículo 212
Artículo 213
CAPÍTULO XIII
PRENDA, HIPOTECA Y ANTICRESIS
Artículo 214
Artículo 215
Lo son también los preceptos que señalan los requisitos esenciales del contrato
de prenda, y con ellos debe cumplirse cuando la cosa pignorada se traslade a
un lugar donde sean distintos de los exigidos al constituirlo.
Artículo 216
Artículo 217
Artículo 218
Artículo 219
CAPÍTULO XIV
CUASICONTRATOS
Artículo 220
La gestión de negocios ajenos se regula por la ley del lugar en que se efectúa.
Artículo 221
Artículo 222
CAPÍTULO XV
CONCURRENCIA Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS
Artículo 223
Artículo 224
Para las garantías con acción real, se aplicará la ley de la situación de la ga-
rantía.
Artículo 225
Artículo 226
CAPÍTULO XVI
PRESCRIPCIÓN
Artículo 227
Artículo 228
Artículo 229
Artículo 230
La prescripción extintiva de acciones reales se rige por la ley del lugar en que
esté situada la cosa a que se refiera.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 397
Artículo 231
LIBRO SEGUNDO
DERECHO MERCANTIL INTERNACIONAL
TÍTULO PRIMERO
DE LOS COMERCIANTES Y DEL COMERCIO EN GENERAL
CAPÍTULO I
DE LOS COMERCIANTES
Artículo 232
Artículo 233
Artículo 234
La ley del lugar en que el comercio se ejerza debe aplicarse a las medidas de
publicidad necesarias para que puedan dedicarse a él, por medio de sus repre-
sentantes, los incapacitados, o por sí las mujeres casadas.
Artículo 235
Artículo 236
Artículo 237
Artículo 238
CAPÍTULO II
DE LA CUALIDAD DE COMERCIANTES
Y DE LOS ACTOS DE COMERCIO
Artículo 239
Artículo 240
CAPÍTULO III
DEL REGISTRO MERCANTIL
Artículo 241
Artículo 242
CAPÍTULO IV
LUGARES Y CASAS DE CONTRATACIÓN MERCANTIL
Y COTIZACIÓN OFICIAL DE EFECTOS PÚBLICOS Y DOCUMENTOS
DE CRÉDITO AL PORTADOR
Artículo 243
CAPÍTULO V
DISPOSICIONES GENERALES SOBRE
LOS CONTRATOS DE COMERCIO
Artículo 244
Artículo 245
Artículo 246
TÍTULO SEGUNDO
DE LOS CONTRATOS ESPECIALES DEL COMERCIO
CAPÍTULO I
DE LAS COMPAÑÍAS MERCANTILES
Artículo 247
Artículo 248
Artículo 249
Artículo 250
Artículo 251
Artículo 252
Artículo 253
CAPÍTULO II
DE LA COMISIÓN MERCANTIL
Artículo 254
Artículo 255
Las obligaciones del factor se sujetan a la ley del domicilio mercantil del man-
dante.
CAPÍTULO III
DEL DEPÓSITO Y PRÉSTAMO MERCANTILES
Artículo 256
Las responsabilidades no civiles del depositario se rigen por la ley del lugar del
depósito.
Artículo 257
Artículo 258
CAPÍTULO IV
DEL TRANSPORTE TERRESTRE
Artículo 259
En los casos de transporte internacional no hay más que un contrato, regido por
la ley que le corresponda, según su naturaleza.
Artículo 260
CAPÍTULO V
DE LOS CONTRATOS DE SEGURO
Artículo 261
El contrato de seguro contra incendio se rige por la ley del lugar donde radi-
que, al efectuarlo, la cosa asegurada.
Artículo 262
Los demás contratos de seguro siguen la regla general, regulándose por la ley
personal común de las partes o en su defecto por la del lugar de la celebración;
pero las formalidades externas para comprobar hechos u omisiones necesarios
al ejercicio o a la conservación de acciones o derechos, se sujetan a la ley del
lugar en que se produzca el hecho o la omisión que los hace surgir.
CAPÍTULO VI
DEL CONTRATO Y LETRA DE CAMBIO
Y EFECTOS MERCANTILES ANÁLOGOS
Artículo 263
Artículo 264
Artículo 265
Artículo 266
Artículo 267
Artículo 268
El aval, en las propias condiciones, se rige por la ley del lugar en que se presta.
Artículo 269
Artículo 270
Artículo 271
Las reglas de este capítulo son aplicables a las libranzas, vales, pagarés y
mandatos o cheques.
404 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO VII
DE LA FALSEDAD, ROBO, HURTO O EXTRAVÍO DE DOCUMENTOS
DE CRÉDITO Y EFECTOS AL PORTADOR
Artículo 272
Artículo 273
La adopción de las medidas que establezca la ley del lugar en que el hecho se
produce, no dispensa a los interesados de tomar cualesquiera otra que establez-
ca la ley del lugar en que esos documentos y efectos se coticen y la del lugar
de su pago.
TÍTULO TERCERO
DEL COMERCIO MARÍTIMO Y AÉREO
CAPÍTULO I
DE LOS BUQUES Y AERONAVES
Artículo 274
Artículo 275
La ley del pabellón rige las formas de publicidad requeridas para la transmi-
sión de la propiedad de una nave.
Artículo 276
Artículo 277
Se regulan por la ley del pabellón los derechos de los acreedores después de
la venta de la nave, y a extinción de los mismos.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 405
Artículo 278
Artículo 279
Se sujetan también a la ley del pabellón los poderes y obligaciones del Capi-
tán y la responsabilidad de los propietarios y navieros por sus actos.
Artículo 280
Artículo 281
Las obligaciones de los oficiales y gente de mar y el orden interno del buque,
se sujetan a la ley del pabellón.
Artículo 282
Artículo 283
Son de orden público internacional las reglas sobre nacionalidad de los propie-
tarios de buques y aeronaves de los navieros, así como de los oficiales y la
tripulación.
Artículo 284
CAPÍTULO II
DE LOS CONTRATOS ESPECIALES DEL COMERCIO
MARÍTIMO Y AÉREO
Artículo 285
Artículo 286
Las facultades del Capitán para el préstamo a la gruesa se determinan por la ley
del pabellón.
Artículo 287
Artículo 288
Artículo 289
Artículo 290
Artículo 291
La propia ley local se aplica en todo caso al abordaje culpable en aguas terri-
toriales o aire nacional.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 407
Artículo 292
Al abordaje fortuito o culpable en alta mar o aire libre, se le aplica la ley del
pabellón si todos los buques o aeronaves tuvieren el mismo.
Artículo 293
Artículo 294
En los casos de abordaje fortuito en alta mar o aire libre, entre naves o aero-
naves de diferente pabellón, cada una soportará la mitad de la suma total del
daño, repartido según la ley de una de ellas, y la mitad restante repartida y
según la ley de la otra.
TÍTULO CUARTO
DE LA PRESCRIPCIÓN
Artículo 295
LIBRO TERCERO
DERECHO PENAL INTERNACIONAL
CAPÍTULO I
DE LAS LEYES PENALES
Artículo 296
Las leyes penales obligan a todos los que residen en el territorio, sin más ex-
cepciones que las establecidas en este capítulo.
Artículo 297
Están exentos de las leyes penales de cada Estado Contratante los Jefes de los
otros Estados, que se encuentren en su territorio.
408 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 298
Artículo 299
Tampoco son aplicables las leyes penales de un Estado a los delitos cometidos
en el perímetro de las operaciones militares, cuando autorice el paso por su
territorio de un ejército de otro Estado Contratante, salvo que no tengan rela-
ción legal con dicho ejército.
Artículo 300
Artículo 301
Lo propio sucede con los delitos cometidos en aguas territoriales o aire nacio-
nal en naves o aeronaves mercantes extranjeras, si no tienen relación alguna
con el país y sus habitantes ni perturban su tranquilidad.
Artículo 302
Artículo 303
Artículo 304
CAPÍTULO II
DELITOS COMETIDOS EN UN ESTADO EXTRANJERO CONTRATANTE
Artículo 305
Artículo 306
Artículo 307
También estarán sujetos a las leyes penales del Estado extranjero en que pue-
den ser aprehendidos y juzgados, los que cometan fuera del territorio un deli-
to, como la trata de blancas, que ese Estado Contratante se haya obligado a
reprimir por un acuerdo internacional.
CAPÍTULO III
DELITOS COMETIDOS FUERA DE TODO TERRITORIO NACIONAL
Artículo 308
Artículo 309
En los casos de abordaje culpable en alta mar o en el aire, entre naves o aero-
naves de distinto pabellón, se aplicará la ley penal de la víctima.
410 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
CAPÍTULO IV
CUESTIONES VARIAS
Artículo 310
Artículo 311
Artículo 312
Artículo 313
LIBRO CUARTO
DERECHO PROCESAL INTERNACIONAL
TÍTULO PRIMERO
PRINCIPIOS GENERALES
Artículo 314
Artículo 315
Artículo 316
Artículo 317
TÍTULO SEGUNDO
COMPETENCIA
CAPÍTULO I
DE LAS REGLAS GENERALES DE COMPETENCIA
EN LO CIVIL Y MERCANTIL
Artículo 318
Será en primer término juez competente para conocer de los pleitos a que dé
origen el ejercicio de las acciones civiles y mercantiles de toda clase, aquel a
quien los litigantes se sometan expresa o tácitamente, siempre que uno de ellos,
por lo menos, sea nacional del Estado Contratante a que el juez pertenezca o
tenga en él su domicilio y salvo el derecho local contrario.
La sumisión no será posible para las acciones reales o mixtas sobre bienes
inmuebles, si la prohíbe la ley de su situación.
Artículo 319
La sumisión sólo podrá hacerse a juez que ejerza jurisdicción ordinaria y que
la tenga para conocer de igual clase de negocios y en el mismo grado.
Artículo 320
Artículo 321
Artículo 322
Artículo 323
Fuera de los casos de sumisión expresa o tácita, y salvo el derecho local con-
trario, será juez competente para el ejercicio de acciones personales el del lu-
gar del cumplimiento de la obligación o el del domicilio de los demandados y
subsidiariamente el de su residencia.
Artículo 324
Artículo 325
Artículo 326
Si en los casos a que se refieren los dos artículos anteriores hubiere bienes
situados en más de un Estado Contratante, podrá acudirse a los jueces de cual-
quiera de ellos, salvo que lo prohíba para los inmuebles la ley de la situación.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 413
Artículo 327
Artículo 328
Artículo 329
En los concursos o quiebras promovidos por los acreedores, será juez compe-
tente el de cualquiera de los lugares que esté conociendo de la reclamación que
los motiva, prefiriéndose, caso de estar entre ellos, el del domicilio del deudor,
si éste o la mayoría de los acreedores lo reclamasen.
Artículo 330
Artículo 331
Artículo 332
CAPÍTULO II
EXCEPCIONES A LAS REGLAS GENERALES DE COMPETENCIA
EN LO CIVIL Y EN LO MERCANTIL
Artículo 333
Artículo 334
Artículo 335
Artículo 336
La regla del artículo anterior será aplicable a los juicios universales, sea cual fue-
re el carácter con que en ellos actúen, el Estado extranjero contratante o su Jefe.
Artículo 337
Artículo 338
Artículo 339
CAPÍTULO III
REGLAS GENERALES DE COMPETENCIA EN LO PENAL
Artículo 340
Para conocer de los delitos y faltas y juzgarlos son competentes los jueces y
tribunales del Estado Contratante en que se hayan cometido.
Artículo 341
Artículo 342
CAPÍTULO IV
EXCEPCIONES A LAS REGLAS GENERALES DE COMPETENCIA
EN MATERIA PENAL
Artículo 343
TÍTULO TERCERO
DE LA EXTRADICIÓN
Artículo 344
Artículo 345
Artículo 346
Artículo 347
Artículo 348
Artículo 349
Si todos los hechos imputados tuvieren igual gravedad, será preferido el Es-
tado Contratante que presente primero la solicitud de extradición. De ser si-
multáneas, decidirá el Estado requerido, pero debe conceder la preferencia al
Estado de origen o, en su defecto, al del domicilio del delincuente, si fuere uno
de los solicitantes.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 417
Artículo 350
Artículo 351
Artículo 352
Artículo 353
Artículo 354
Asimismo se exigirá que la pena asignada a los hechos imputados, según su ca-
lificación provisional o definitiva, por el juez o tribunal competente del Esta-
do que solicita la extradición, no sea menor de un año de privación de libertad
y que esté autorizada o acordada la prisión o detención preventiva del proce-
sado, si no hubiere aún sentencia firme. Ésta debe ser de privación de libertad.
Artículo 355
Artículo 356
Artículo 357
Artículo 358
Artículo 359
Artículo 360
Artículo 361
Artículo 362
Para los efectos del artículo anterior, se exhibirán a la autoridad local corres-
pondiente, dejándole además copia auténtica, los registros del buque o aero-
nave, rol de la tripulación o cualquier otro documento oficial en que la solici-
tud se funde.
Artículo 363
Artículo 364
Artículo 365
Artículo 366
Artículo 367
Artículo 368
Artículo 369
También podrá el detenido, a partir de ese hecho, utilizar los recursos legales
que procedan, en el Estado que pida la extradición, contra las calificaciones y
resoluciones en que se funde.
Artículo 370
La entrega debe hacerse con todos los objetos que se encontraren en poder de
la persona reclamada, ya sean producto del delito imputado, ya piezas que
puedan servir para la prueba del mismo, en cuanto fuere practicable con arre-
glo a las leyes del Estado que la efectúa, y respetando debidamente los dere-
chos de tercero.
Artículo 371
Artículo 372
Los gastos de detención y entrega serán de cuenta del Estado requirente, pero
no tendrá que sufragar ninguno por los servicios que prestaren los empleados
públicos con sueldo del Gobierno a quien se pida la extradición.
Artículo 373
Artículo 374
Artículo 375
Artículo 376
Artículo 377
Artículo 378
Artículo 379
Artículo 380
Artículo 381
TÍTULO CUARTO
DERECHO DE COMPARECER EN JUICIO Y SUS MODALIDADES
Artículo 382
Los nacionales de cada Estado Contratante gozarán en cada uno de los otros del
beneficio de defensa por pobre, en las mismas condiciones que los naturales.
Artículo 383
Artículo 384
Artículo 385
Tampoco necesitarán esos extranjeros prestar fianza para querellarse por ac-
ción privada, en los casos en que no se exija a los nacionales.
Artículo 386
Artículo 387
TÍTULO QUINTO
EXHORTOS O COMISIONES ROGATORIAS
Artículo 388
Artículo 389
Artículo 390
Artículo 391
Artículo 392
Artículo 393
TÍTULO SEXTO
EXCEPCIONES QUE TIENEN CARÁCTER INTERNACIONAL
Artículo 394
La litis pendencia por pleito en otro de los Estados Contratantes, podrá alegarse
en materia civil cuando la sentencia que se dicte en uno de ellos haya de pro-
ducir en el otro los efectos de cosa juzgada.
Artículo 395
Artículo 396
Artículo 397
En todos los casos de relaciones jurídicas sometidas a este Código, podrán pro-
moverse cuestiones de competencia por declinatoria fundada en sus preceptos.
TÍTULO SÉPTIMO
DE LA PRUEBA
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES SOBRE LA PRUEBA
Artículo 398
La ley que rija el delito o la relación de derecho objeto del juicio civil o mercan-
til, determina a quién incumbe la prueba.
Artículo 399
Para decidir los medios de prueba que pueden utilizarse en cada caso, es com-
petente la ley del lugar en que se ha realizado el acto o hecho que se trate de
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 425
probar, exceptuándose los no autorizados por la ley del lugar en que se sigue
el juicio.
Artículo 400
Artículo 401
Artículo 402
1. Que el asunto o materia del acto o contrato sea lícito y permitido por las
leyes del país del otorgamiento y de aquel en que el documento se utiliza;
2. Que los otorgantes tengan aptitud y capacidad legal para obligarse con-
forme a su ley personal;
3. Que en su otorgamiento se hayan observado las formas y solemnidades
establecidas en el país donde se han verificado los actos y contratos;
4. Que el documento esté legalizado y llene los demás requisitos necesarios
para su autenticidad en el lugar donde se emplea.
Artículo 403
Artículo 404
Artículo 405
La forma del juramento se ajustará a la ley del juez o tribunal ante quien se
preste y su eficacia a la que rija el hecho sobre el cual se jura.
426 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 406
Artículo 407
CAPÍTULO II
REGLAS ESPECIALES SOBRE LA PRUEBA
DE LEYES EXTRANJERAS
Artículo 408
Artículo 409
Artículo 410
Artículo 411
TÍTULO OCTAVO
DEL RECURSO DE CASACIÓN
Artículo 412
Artículo 413
TÍTULO NOVENO
DE LA QUIEBRA O CONCURSO
CAPÍTULO I
UNIDAD DE LA QUIEBRA O CONCURSO
Artículo 414
Artículo 415
CAPÍTULO II
UNIVERSALIDAD DE LA QUIEBRA O CONCURSO Y SUS EFECTOS
Artículo 416
Artículo 417
Artículo 418
Artículo 419
Artículo 420
CAPÍTULO III
DEL CONVENIO Y LA REHABILITACIÓN
Artículo 421
Artículo 422
TÍTULO DÉCIMO
EJECUCIÓN DE SENTENCIAS DICTADAS
POR TRIBUNALES EXTRANJEROS
CAPÍTULO I
MATERIA CIVIL
Artículo 423
Artículo 424
Artículo 425
Artículo 426
Artículo 427
Artículo 428
Artículo 429
Artículo 430
Artículo 431
Las sentencias firmes dictadas por un Estado Contratante que por sus pronun-
ciamientos no sean ejecutables, producirán en los demás los efectos de cosa
juzgada si reúnen las condiciones que a ese fin determina este Código, salvo
las relativas a su ejecución.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 431
Artículo 432
Artículo 433
CAPÍTULO I
ACTOS DE JURISDICCIÓN VOLUNTARIA
Artículo 434
Artículo 435
CAPÍTULO III
MATERIA PENAL
Artículo 436
Ningún Estado Contratante ejecutará las sentencias dictadas en uno de los otros
en materia penal, en cuanto a las sanciones de ese orden que impongan.
432 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 437
13 de febrero de 1928
PREÁMBULO,
Deseosos los gobiernos de los Estados de América de fijar las reglas que de-
ben observar para la concesión del asilo en sus relaciones mutuas, han acordado
establecer en una Convención, y al efecto han nombrado como Plenipoten-
ciarios:
(Siguen los nombres de los Plenipotenciarios.)
Quienes, después de haberse cambiado sus respectivos Plenos Poderes, que
han sido encontrados en buena y debida forma, han convenido lo siguiente:
Artículo 1
Artículo 2
[433]
434 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 1
Primero: Emplear los medios a su alcance para evitar que los habitantes de
su territorio, nacionales o extranjeros, tomen parte, reúnan elementos, pa-
sen la frontera o se embarquen en su territorio para iniciar o fomentar una
lucha civil.
Segundo: Desarmar e internar toda fuerza rebelde que traspase sus fronte-
ras siendo los gastos de internación por cuenta del Estado donde el orden
hubiese sido alterado. Las armas encontradas en poder de los rebeldes po-
drán ser aprehendidas y retiradas por el gobierno del país de refugio, para
devolverlas una vez terminada la contienda al Estado en lucha civil.
Tercero: Prohibir el tráfico de armas y material de guerra salvo cuando fue-
ren destinadas al gobierno, mientras no esté reconocida la beligerancia
de los rebeldes, caso en el cual se aplicarán las reglas de neutralidad.
Cuarto: Evitar que en su jurisdicción se equipe, arme o adopte a uso béli-
co cualquiera embarcación destinada a operar en interés de la rebelión.
[435]
436 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 1
Cada uno de los Estados signatarios se obliga a entregar, de acuerdo con las es-
tipulaciones de la presente Convención, a cualquiera de los otros Estados que los
requiera, a los individuos que se hallen en su territorio y estén acusados o hayan
sido sentenciados, siempre que concurran las circunstancias siguientes:
Artículo 2
Cuando el individuo fuese nacional del Estado requerido, por lo que respecta
a su entrega ésta podrá o no ser acordada según lo que determine la legisla-
ción o las circunstancias del caso a juicio del Estado requerido. Si no entre-
gara al individuo, el Estado requerido queda obligado a juzgarlo por el hecho
que se le imputa, si en él concurren las condiciones establecidas por el inciso
b) del artículo anterior, y a comunicar al Estado requirente la sentencia que re-
caiga.
[437]
438 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 3
a) Cuando estén prescritas la acción penal o la pena, según las leyes del
Estado requirente y del requerido con anterioridad a la detención del in-
dividuo inculpado.
b) Cuando el individuo inculpado haya cumplido su condena en el país del
delito o cuando haya sido amnistiado o indultado.
c) Cuando el individuo inculpado haya sido o esté siendo juzgado en el Es-
tado requerido por el hecho que se le imputa y en el cual se funda el pe-
dido de extradición.
d) Cuando el individuo inculpado hubiera de comparecer ante tribunal o
juzgado de excepción del Estado requirente, no considerándose así a los
tribunales del fuero militar.
e) Cuando se trate de delito político o de los que le son conexos. No se re-
putará delito político el atentado contra la persona del Jefe de Estado o
de sus familiares.
f) Cuando se trate de delitos puramente militares o contra la religión.
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Los objetos que se encontraren en poder del individuo requerido, obtenidos por
la perpetración del delito que motiva el pedido de extradición, o que pudieran ser-
vir de prueba para el mismo, serán secuestrados y entregados al país requirente
aun cuando no pudiera verificarse la entrega del individuo por causas extrañas
al procedimiento, como fuga o fallecimiento de dicha persona.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 441
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
Artículo 19
Artículo 20
Artículo 21
Artículo 22
Artículo 23
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
[445]
446 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 1
Artículo 2
[449]
450 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 3
La persona cuya extradición se haya concedido, con motivo de uno de los deli-
tos mencionados en el artículo 1, en ningún caso será juzgada y castigada en
el país a que se hace la entrega por un delito político cometido antes de su extra-
dición, ni por un acto que tenga atingencia con un delito político. No se consi-
derarán delitos políticos los atentados contra la vida de un Jefe de Gobierno o de
funcionarios públicos, ni los atentados anarquistas, siempre que la ley de los
países requirentes o requeridos haya fijado pena para dichos actos. En este
caso, la extradición se concederá aun cuando el delito de que se trata tuviere
una pena menor de dos años de prisión.
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Si el prófugo reclamado por una de las Partes Contratantes lo fuere también por
uno o más Gobiernos, el reo será entregado de preferencia al que primero lo
haya pedido.
Artículo 7
El pedimento para la entrega de los prófugos se hará por los respectivos Agen-
tes Diplomáticos de las Partes Contratantes, y en su defecto por los Agentes
Consulares.
En casos urgentes, se podrá solicitar la detención provisional del inculpa-
do por medio de comunicación telegráfica o postal, dirigida al Ministerio de
Relaciones Exteriores o por medio del respectivo Agente Diplomático, o del
Cónsul en su defecto. El arresto provisional se verificará según las reglas es-
tablecidas por las leyes del país requerido, pero cesará si en el término de un
mes, contado desde que se verificó, no se formalizare la reclamación.
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Los gastos que causen el arresto, manutención y viaje del individuo reclamado,
lo mismo que los de la entrega y transporte de los objetos que, por tener rela-
ción con el delito, deban restituirse o remitirse, serán a cargo de la República
que solicita la entrega.
Artículo 12
Todos los objetos encontrados en poder del acusado y obtenidos por medio de
la comisión del acto de que se le acusa, o que puedan servir de prueba del delito
por el cual se pide su extradición, serán secuestrados y entregados con su per-
sona mediante orden de la autoridad competente del país requerido. Sin embar-
go, se respetarán los derechos de tercero respecto de estos objetos, y no se hará
su entrega mientras no se haya resuelto la cuestión de propiedad.
Artículo 13
En todos los casos en que proceda la detención del refugiado, se le hará saber
su causa, en el término de veinticuatro horas, y que podrá dentro de tres días
perentorios, contados desde el siguiente al de la notificación, oponerse a la
extradición, alegando:
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 453
Artículo 14
Artículo 15
La presente Convención entrará en vigor para las Partes que la hayan ratifi-
cado desde que concurran las ratificaciones de por lo menos tres de los Esta-
dos firmantes.
Artículo 16
Artículo 17
que éste lo haga saber a los demás Estados Contratantes. El Gobierno de Gua-
temala les comunicará también la ratificación si la otorgare.
Artículo 18
TÍTULO I
DE LA JURISDICCIÓN Y DE LA LEY APLICABLE
Artículo 1
Los delitos cualquiera que sea la nacionalidad del agente, de la víctima o del
damnificado, se juzgan por los tribunales y se penan por las leyes del Estado
en cuyo territorio se perpetran.
Artículo 2
En los delitos que afecten a dos o más Estados, cometidos por uno o varios
delincuentes, serán competentes los jueces o tribunales del lugar en donde
hayan sido consumados, debiendo aplicarse, en el respectivo proceso, las le-
yes locales.
Si el delito se hubiere consumado en más de un país, serán competentes los
tribunales y se aplicarán las leyes del Estado que hubiere tomado conocimiento
judicial en primer término.
Artículo 3
Si se trata de delitos conexos cometidos por uno o más delincuentes, sean és-
tos autores principales, cómplices o encubridores, en territorio de dos o más Es-
tados signatarios, se dará preferencia en el juzgamiento de ello a la autoridad
y ley penal del país en donde se consume el delito más grave, quedando esta
circunstancia librada al criterio del Estado requerido.
Artículo 4
En los casos previstos en los artículos 2º y 3º, el juez del proceso deberá diri-
girse al Poder Ejecutivo para que éste dé conocimiento de su iniciación a los
Estados interesados en el juicio.
[455]
456 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 5
Artículo 6
Cualquiera de los Estados signatarios podrá expulsar con arreglo a sus leyes
a los delincuentes extranjeros refugiados en su territorio, y siempre que des-
pués de requerir a las autoridades del país dentro del cual se cometió alguno
de los delitos que autorizan la extradición, no se solicitare su entrega por di-
cha vía en el plazo de noventa días.
Artículo 7
Artículo 8
Los delitos cometidos en alta mar, ya sea a bordo de aeronaves, buques de gue-
rra o mercantes, se juzgan y se penan por la ley del pabellón.
Artículo 9
bunales y se penan con arreglo a las leyes del Estado a que dichos buques o
aeronaves pertenecen.
Si en la ejecución de tales hechos cometidos a bordo sólo intervinieran indi-
viduos no pertenecientes al personal del buque de guerra o aeronave, el enjui-
ciamiento y castigo se verificará con arreglo a las leyes del Estado en cuyas
aguas territoriales se encuentre el buque o aeronave.
También se juzgarán y penarán por las leyes del país a que los buques o
aeronaves pertenezcan los hechos punibles ejecutados fuera de éstos por los
individuos de su tripulación o que ejerzan algún cargo a bordo, cuando dichos
hechos afecten únicamente el orden disciplinario de los buques o aeronaves.
Artículo 10
Artículo 11
Los delitos cometidos a bordo de buques que no sean de guerra serán juzga-
dos y penados por los jueces, tribunales y leyes del Estado en cuyas aguas te-
rritoriales se encontraba el buque al tiempo de perpetrarse la infracción.
Si los delitos se cometen a bordo de aeronaves privadas que no están en
vuelo, serán juzgados y penados según las leyes y por los jueces del territorio
en donde se cometieron.
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
TÍTULO II
DE LA EXTRADICIÓN
CAPÍTULO I
DEL RÉGIMEN DE LA EXTRADICIÓN
Artículo 18
a) Que el sujeto haya sido condenado por sentencia firme a un año de pri-
sión por lo menos; y si se trata de procesado, que el delito materia del pro-
ceso sea pasible de acuerdo con la legislación del Estado requirente de
una pena intermedia mínima de dos años de prisión.
Se considera intermedia la semisuma de los extremos de cada una de
las penas privativas de la libertad.
b) Que el Estado requirente tenga jurisdicción para conocer y fallar el de-
lito que motiva el reclamo aun cuando se trate de hechos perpetrados
fuera del territorio de los Estados Contratantes.
Artículo 19
La nacionalidad del reo no podrá ser invocada como causa para denegar la
extradición, salvo que una disposición de orden constitucional establezca lo
contrario.
Artículo 20
La extradición no se concederá:
f) Por los delitos comunes cuando a juicio del juez o del tribunal del Esta-
do requerido, pueda inferirse de las circunstancias que rodean al pedido,
que media propósito político preponderante en su presentación.
g) Por los delitos esencialmente militares, con exclusión de los que se rigen
por el derecho común. Si a la persona reclamada se le imputa un delito
militar que esté a la vez penado por el derecho común, se hará la entre-
ga con reserva de que sólo será juzgado por este último y por los tribu-
nales ordinarios.
h) Cuando por el mismo hecho la persona reclamada haya sido o estuviera
siendo juzgada en el Estado requerido, de acuerdo con las disposiciones
de este Tratado, o si la acción o la pena estuvieran prescritas según las
leyes del Estado requirente antes de la prisión del inculpado.
i) Cuando la persona reclamada tuviera que comparecer ante un tribunal o
juzgado de excepción.
Artículo 21
Ninguna acción civil o comercial relacionada con el reo podrá impedir su ex-
tradición.
Artículo 22
Artículo 23
Artículo 24
Los individuos cuya extradición hubiere sido concedida, no podrán ser juzga-
dos por delitos anteriores a los que motivan la extradición.
COMPILACIÓN DE INSTRUMENTOS JURÍDICOS REGIONALES 461
Artículo 25
Artículo 26
Artículo 27
En ningún caso se impondrá la pena de muerte por el delito que hubiese sido
causa de la extradición.
Artículo 28
CAPÍTULO II
DEL PROCEDIMIENTO DE EXTRADICIÓN
Artículo 29
dos, de copia del auto de prisión o de auto judicial que entrañe privación de li-
bertad, emanada de autoridad competente o copia auténtica de la sentencia
condenatoria. Las piezas deben contener indicación precisa del hecho inculpa-
do, de la fecha y del lugar en que ha ocurrido. Serán acompañadas de copias de
las leyes aplicables, así como de las referentes a la prescripción de la acción
o de la pena incluyéndose, asimismo, datos y antecedentes que permitan iden-
tificar a la persona reclamada.
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 33
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
Artículo 37
Artículo 38
Los objetos que se encuentren en poder de la persona reclamada, sea que pro-
vengan del hecho o de que hubieren servido para su ejecución, o el hecho se
hubiera ejecutado en ellos, o en cualquier otro modo revistiesen el carácter de
piezas de convicción, serán secuestrados y entregados al Estado requirente aun
cuando no se efectúe la extradición por motivo de muerte o desaparición del
inculpado.
464 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 39
Artículo 40
Cuando para la entrega de un reo cuya extradición hubiese sido acordada por
un Estado a favor de otro, fuese necesario atravesar el territorio de un Estado
intermedio, el tránsito será autorizado por éste sin otro requisito que el de la
exhibición, por vía diplomática, del testimonio en forma del decreto de extra-
dición que la otorgó.
Artículo 41
Los gastos que demande la extradición del reo serán por cuenta del Estado
requerido hasta el momento de la entrega, y desde entonces a cargo del Gobier-
no requirente.
Artículo 42
Artículo 43
Artículo 44
Artículo 45
TÍTULO III
DEL ARRESTO PREVENTIVO
Artículo 46
En casos urgentes, los Estados Contratantes podrán solicitar por vía postal o
telegráfica, que se proceda al arresto del inculpado y a la incautación de los
objetos concernientes al delito, una vez que se determine la naturaleza del
mismo y se invoque la existencia de una orden de prisión emanada de juez
competente.
En esos casos el detenido será puesto en libertad si dentro de sesenta días de
la fecha de su arresto no hubiera sido presentado al Estado requerido el pedi-
do formal de extradición, debidamente instruido.
Cumplido el plazo y puesto el detenido en libertad, no se podrá solicitar de
nuevo su arresto sino después de la presentación de los documentos exigidos
por el artículo 29.
Artículo 47
Artículo 48
Artículo 49
Artículo 50
Hecho el canje en la forma del artículo anterior, este Tratado entrará en vigor,
desde ese momento, por tiempo indefinido.
Artículo 51
Artículo 52
Ningún pedido de extradición por delito cometido antes del canje de las rati-
ficaciones de este Tratado puede ser fundado en sus estipulaciones.
Artículo 53
Artículo I
Artículo II
Todo Estado tiene derecho de conceder asilo, pero no está obligado a otorgarlo
ni a declarar por qué lo niega.
Artículo III
[467]
468 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo IV
Artículo V
El asilo no podrá ser concedido sino en casos de urgencia y por el tiempo es-
trictamente indispensable para que el asilado salga del país con las segurida-
des otorgadas por el gobierno del Estado territorial a fin de que no peligre su
vida, su libertad o su integridad personal, o para que se ponga de otra manera
en seguridad al asilado.
Artículo VI
Artículo VII
Artículo VIII
Artículo IX
Artículo X
El hecho de que el gobierno del Estado territorial no esté reconocido por el Es-
tado asilante no impedirá la observancia de la presente Convención, y ningún
acto ejecutado en virtud de ella implica reconocimiento.
Artículo XI
Artículo XII
Otorgado el asilo, el Estado asilante puede pedir la salida del asilado para te-
rritorio extranjero, y el Estado territorial está obligado a dar inmediatamente,
salvo caso de fuerza mayor, las garantías necesarias a que se refiere el artícu-
lo V y el correspondiente salvoconducto.
Artículo XIII
En los casos a que se refieren los artículos anteriores, el Estado asilante pue-
de exigir que las garantías sean dadas por escrito y tomar en cuenta, para la ra-
pidez del viaje, las condiciones reales de peligro que se presenten para la salida
del asilado.
Al Estado asilante le corresponde el derecho de trasladar al asilado fuera del
país. El Estado territorial puede señalar la ruta preferible para la salida del asi-
lado, sin que ello implique determinar el país de destino.
Si el asilo se realiza a bordo de navío de guerra o aeronave militar, la sali-
da puede efectuarse en los mismos, pero cumpliendo previamente con el requi-
sito de obtener el respectivo salvoconducto.
Artículo XIV
Artículo XV
Artículo XVI
Los asilados no podrán ser desembarcados en ningún punto del Estado terri-
torial ni en lugar próximo a él, salvo por necesidades de transporte.
Artículo XVII
Artículo XVIII
Artículo XIX
Artículo XX
Artículo XXI
Artículo XXII
Artículo XXIII
Artículo XXIV
Artículo I
Artículo II
Artículo III
Artículo IV
La extradición no es procedente cuando se trate de personas que, con arreglo
a la calificación del Estado requerido, sean perseguidas por delitos políticos o
[473]
474 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo V
Artículo VI
Artículo VII
Artículo VIII
Ningún Estado tiene el derecho de pedir a otro Estado que coarte a los asilados
o refugiados políticos la libertad de reunión o asociación que la legislación
interna de éste reconoce a todos los extranjeros dentro de su territorio, a me-
nos que tales reuniones o asociaciones tengan por objeto promover el empleo
de la fuerza o la violencia contra el gobierno del Estado solicitante.
Artículo IX
Artículo X
Los internados políticos, a que se refiere el artículo anterior, darán aviso al go-
bierno del Estado en que se encuentran siempre que resuelvan salir del terri-
torio. La salida les será concedida, bajo la condición de que no se dirigirán al
país de su procedencia, y dando aviso al gobierno interesado.
Artículo XI
Artículo XII
Artículo XIII
Artículo XIV
Artículo XV
[477]
478 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 1
Obligación de Extraditar
Artículo 2
Jurisdicción
1. Para que proceda la extradición, se requiere que el delito que la motiva haya
sido cometido en el territorio del Estado requirente.
Artículo 3
Delitos que dan lugar a la extradición
Artículo 4
Improcedencia de la Extradición
La extradición no es procedente:
1. Cuando el reclamado haya cumplido la pena correspondiente o haya sido
amnistiado, indultado o beneficiado con la gracia por el delito que motivó la
solicitud de extradición, o cuando haya sido absoluto o se haya sobreseído defi-
nitivamente a su favor por el mismo delito;
2. Cuando esté prescrita la acción penal o la pena, sea de conformidad con
la legislación del Estado requirente o con la del Estado requerido, con anterio-
ridad a la presentación de la solicitud de extradición;
3. Cuando el reclamado haya sido juzgado o condenado o vaya a ser juzgado
ante un tribunal de excepción o ad hoc en el Estado requirente;
4. Cuando con arreglo a la calificación del Estado requerido se trate de
delitos políticos, o de delitos conexos o de delitos comunes perseguidos con
una finalidad política. El Estado requerido puede decidir que la circunstancia
que la víctima del hecho punible de que se trata ejerciera funciones políticas
no justifica por sí sola que dicho delito sea calificado como político;
5. Cuando de las circunstancias del caso pueda inferirse que media propó-
sito persecutorio por consideraciones de raza, religión o nacionalidad, o que la
situación de la persona corra el riesgo de verse agravada por alguno de tales
motivos;
6. Con respecto a los delitos que en el Estado requerido no puedan perseguir-
se de oficio, a no ser que hubiese querella, denuncia o acusación de parte le-
gítima.
480 COLECCIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Artículo 5
Delitos específicos
Artículo 6
Derecho de asilo
Artículo 7
Nacionalidad
1. La nacionalidad del reclamado no podrá ser invocada como causa para de-
negar la extradición, salvo que la legislación del Estado requerido establezca
lo contrario.
Artículo 8
Enjuiciamiento por el Estado requerido
Artículo 9
Penas excluidas
ción de libertad por vida o con penas infamantes, a menos que el Estado reque-
rido obtuviera previamente del Estado requirente las seguridades suficientes,
dadas por la vía diplomática, que no impondrá ninguna de las citadas penas a
la persona reclamada o que si son impuestas, dichas penas no serán ejecutadas.
Artículo 10
Transmisión de la solicitud
Artículo 11
Documento de prueba
posible, su ubicación dentro del territorio del Estado requerido, fotografías, im-
presiones digitales o cualquier otro medio satisfactorio de identificación.
Artículo 12
Información suplementaria y asistencia legal
Artículo 13
Principio de la especialidad
Artículo 14
Detención provisional y medidas cautelares
1. En casos urgentes, los Estados Partes podrán solicitar por cualquiera de los
medios previstos en el artículo 10 de esta Convención u otros medios de co-
municación, que se proceda a detener provisionalmente a la persona reclamada
judicialmente, procesada o condenada, y a la retención de los objetos concer-
nientes al delito. La solicitud de detención provisional deberá declarar la in-
tención de presentar el pedido formal para la extradición de la persona recla-
mada, hacer constar la existencia de una orden de detención o de un fallo
condenatorio dictado contra dicha persona por parte de una autoridad judicial
y contener la descripción del delito. La responsabilidad que pudiera originar-
se por la detención provisional corresponderá exclusivamente al Estado que
hubiera solicitado la medida.
Artículo 15
Solicitud por más de un Estado
Artículo 16
Derechos y asistencia
Artículo 17
Comunicación de la decisión
Artículo 18
Non bis in idem
Artículo 19
Entrega de la persona reclamada y de objetos
Artículo 20
Postergación de la entrega
Artículo 21
Extradición simplificada
Un Estado requerido podrá conceder la extradición sin proceder con las dili-
gencias formales de extradición siempre que:
Artículo 22
Plazo de recepción del extraditado
Artículo 23
Custodia
Los agentes del Estado requirente que se encuentren en el territorio de otro Es-
tado Parte para hacerse cargo de una persona cuya extradición hubiera sido
concedida, estarán autorizados para custodiarla y conducirla hasta el territorio
del Estado requirente, sin perjuicio de estar sometidos a la jurisdicción del Es-
tado en que se hallen.
Artículo 24
Tránsito
Artículo 25
Gastos
Artículo 26
Exención de legalización
Artículo 27
Firma
Artículo 28
Ratificación
Artículo 29
Adhesión
Artículo 30
Reservas
Artículo 31
Entrada en vigor
entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que tal Estado haya
depositado su instrumento de ratificación o adhesión.
Artículo 32
Casos especiales de aplicación territorial
1. Los Estados Partes que tengan dos o más unidades territoriales en las que
rijan distintos sistemas jurídicos relacionados con cuestiones tratadas en la
presente Convención, deberá declarar, en el momento de la firma, ratificación
o de la adhesión, que la Convención se aplicará a todas sus unidades territoria-
les o solamente a una o más de ellas.
Artículo 33
Relación con otras convenciones sobre extradición
Artículo 34
Vigencia y denuncia
Artículo 35
Depósito, registro, publicación y notificación